CUANDO EL MUNDO SE REARMA, ES HORA DE RECORDAR A SHAKESPEARE

 

 


MACBETH

 

 

Por un vano sepulcro y simulacro

 contienden las ciudades y los pueblos

Demetrio

Contemporáneo de Platón 

 

 

 

Macbeth era un general del ejecito de Escocia y el rey de este lugar se llamaba Duncan. El rey tenía dos hijos: Malcolm y Donalbain.

Macbeth vivía tranquilo y agradecido con su rey al que le debía honores. Pero la ambición de su esposa lo empujó a pensar en matarlo para que Macbeth ocupar su lugar. Duncan decide que Malcolm, su hijo, le suceda en el trono. Es el momento en que Macbeth, que de algún modo abrigaba la esperanza de llegar a ocupar el trono de Duncan, a la muerte (natural) de éste, se ve contrariado.

Pero también casi horrorizado al descubrir que en él se mueven fuerzas oscuras poderosas: “Se presenta un obstáculo que detiene mi avance, o que debo saltar si sigo hacia delante. Ciéguense las estrellas. Que su luz no ilumine mis oscuros deseos. Que mis ojos no miren  lo que harán estas manos. Que se cumpla, no obstante, lo que odiarán los ojos si llega a realizarse” .



                                Shakespeare


 "William Shakespeare ​ fue un dramaturgo, poeta y actor inglés. Conocido en ocasiones como el Bardo de Avon, se le considera el escritor más importante en lengua inglesa y como uno de los más célebres de la literatura universal.​Según la Enciclopedia Británica: Wikipedia

Nacimiento: 23 de abril de 1564, Stratford-upon-Avon, Reino Unido

Fallecimiento: 23 de abril de 1616, Stratford-upon-Avon, Reino Unido

Influenciado por: Christopher Marlowe, Geoffrey Chaucer · Ver más

Cónyuge: Anne Hathaway (m. 1582–1616)

Hijos: Hamnet Shakespeare, Judith Quiney, Susanna Hall"


Es en ocasión de una visita que el rey Duncan hace al castillo de Macbeth, que Lady Macbeth, urge a su esposo a que lo mate: “Jamás verá el mañana!...Para engañar al mundo hay que ser como el mundo… aparenta el aspecto de la inocente flor, pero sé la serpiente que bajo ella se oculta. Del que está por llegar debemos ocuparnos”.

Hasta ese momento Macbeth es sensato y habla con reconocimiento de la persona del rey Duncan: “Seguir con este asunto es imposible. De honores me ha colmado. He adquirido una fama dorada entre  las gentes  y quisiera lucirla  con todo su esplendor en vez de desecharla con tanta rapidez”.

 

 Su esposa lo azuza:  “¿A pesar de que quieres poseer lo que estimas ornato de la vida , como un cobarde  vives ante tus propios ojos dejando el no me atrevo en pos del yo quisiera, igual al pobre gato que por temor al agua se queda sin pescado”.


 

Macbeth por fin lleva a cabo el regicidio, empieza a matar para culpar a otros. Culpa de la muerte a los dos guardias del rey.


Tomada de internet 




Malcolm y Donalbain, los hijos de Duncan  se sienten inseguros. Donalbain dice: “Aquí, bajo las sonrisas se ocultan los puñales”. Malcolm decide irse a Inglaterra y Donalbain para Irlanda.

 

 Macbeth sigue matando para permanecer en el poder. Banquo es otro general del ejército de Escocia que, ante todo el ambiente de crímenes que ha provocado Macbeth en la corte, se cree llamado a ocupar el trono. Macbeth decide enviar a los asesinos para que también lo maten.

 Aquí Shakespeare ofrece una pincelada maestra de psicología. Cuando Macbeth  envía al asesino, este le asegura su profesionalismo y  que cumplirá con su cometido: “Yo soy un hombre, Alteza, a quien los viles golpes o insultos de este mundo han ofendido tanto que ya no me da miedo hacer lo necesario para ofender al mundo”.   En efecto, Banquo es asesinado.

En esta parte del relato Shakespeare introduce al espíritu de Banquo, al estilo de Hamlet, e inquieta a Macbeth. Sirve para descubrir el estado de perturbación mental  en el que se encuentra ya Macbeth., provocado por  tantos crímenes que ha cometido.

Finalmente Macduff, un noble consigue ayuda del monarca de Inglaterra para ir contra Macbeth.

El ambiente de la corte  se convierte en algo insoportable para el mismo Macbeth y para los demás. En “Antonio y Cleopatra” Shakespeare escribió: “La Historia nos enseña  que ningún hombre sigue siendo deseado una vez que ha conquistado el poder”.

 La ambiciosa esposa tampoco soporta el cauce que han seguido los acontecimientos y muere. Cuando enferma llaman al médico. Una dama de compañía suya le informa que tiene obsesión de la suciedad: “Eso es corriente en ella; como si se tratara de lavarse las manos. La he visto hacerlo durante un cuarto de hora”. Y Lady Macbeth exclama: “Siempre está aquí el olor. Ni todos los perfumes de Arabia purificarán esta pequeña mano mía”. Enseguida muere.

En ese momento entra un mensajero y le dice a Macbeth que el bosque empezaba a moverse. Una bruja le había vaticinado a Macbeth que moriría cuando el bosque se acercara a él. Desde entonces permanecía en el interiore de su castillo.  Las ramas que  se acercaban eran Malcolm, hijo del rey Duncan, acompañado de otros nobles de Escocia.y del ejército inglés, y lo hacían cubiertos de ramas de arbustos, en camuflaje, hacia el castillo de Macbeth.

Los bandos entran en combate.  Macbeth sostiene un duelo con Macduff. Al final esta actitud valiente es la que, según la ética guerrera de la época, lavará la sangre de todos los asesinatos cometidos por Macbeth. Macduff, el noble de Escocia, da muerte a Macbeth y le corta la cabeza.

Siward, conde de Northumberland, general de las tropas inglesas, es proclamado rey de Escocia. Pregunta cómo murió Macbeth. Peleando cara a cara. Y Siward exclama en su honor: “¡Pues entonces que sea un soldado de Dios! Tuviera tantos hijos como cabellos tengo. A todos desearía una muerte tan bella¡ Que éste sea su réquiem!







Una sinopsis nuestra de esta obra fue publicada en el cuaderno número 86 del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, en octubre de 2006

LEWIS, LA EXPERIENCIA LOCA DE LEER OCURRENCIAS DE FILÓSOFOS

 


El positivismo se atrinchera en su abstracción del todo en el medir, pesar y comprobar. El romanticismo busca la aprehensión de lo absoluto.

La otra realidad, aparte de las ocurrencias mencionadas, son los programas hueros de la televisión, la propaganda con técnica de conflicto que se hacen algunos artistas, los pleitos de las familias de la realeza que, fuera de su establishment, nadie conoce ni conocerá y, por si algo faltara, las cínicas y mercenarias fake news llenando los canales de la televisión, radio y redes sociales.

Diez minutos viendo canales de televisión para decidirse por la fantástica realidad de los novelistas.

¿Y la gente pobre (noventa por ciento de la población mundial) que no tiene para comprar tarjetas de programas televisivas seleccionadas?

Virgilio y Dante están listos para guiarlos en un tour por los mismísimos infiernos del estrés.

“Como cuando volvemos a algún sitio hermoso que conocimos de niños-escribe C. S. Lewis en La experiencia de leer-.Apreciamos el paisaje con nuestros ojos de adultos, pero también revivimos el placer, a menudo muy diferente que nos produjo cuando éramos pequeños”.


C.S.Lewis


En cada etapa de mi vida he pensado de manera diferente respecto de lo que Cervantes quiso decir. Los cien, o tal vez más, ensayos que se han escrito analizando su obra, me dan la razón.

Cada quien ve  la misma calle de diferente manera. ¡Y por la tarde, esa misma calle le parecerá diferente a él mismo!

 Lewis: “Por naturaleza, cada uno de nosotros ve el mundo desde un punto de vista”.

El mismo autor de una obra, según pasa el tiempo, va considerando otro modo de ver de cómo lo escribió por primera vez. Los trabajos de filosofía son donde más se ve este fenómeno cuando encontramos la expresión “En mi obra de juventud…”

Kant, en la segunda edición de su Critica le agregó capítulos y le quitó otros.

Luego están los dogmatistas  que, a mi manera de ver una calle, me dicen cómo debo de verla. Los filósofos escriben sendos trabajos enmendándole la plana a lo que escribió Aristóteles y éste, a su vez, no pierde renglón, al menos en su Metafísica, marcando lo que, a su modo de ver, cometió Platón, etc.

De ahí que Oswald Spengler escribió en La decadencia de occidente: “ Los posteriores se han originado en transformación de los anteriores”.

Santayana, el filósofo estadounidense-español, se refiere a las teorías filosóficas de todos los tiempos, incluida su obra, como meras literaturas. En otras palabras, son trabajos liricos u ocurrencias que cada quien tuvo (Santayana se auto consideraba como ”un filósofo vejestorio”).

Lewis hace esta reflexión:

“¿Qué valor tiene, e incluso, qué justificación puede tener, interesarse con tanto entusiasmo por unas historias que narran cosas que nunca han sucedido, y participar indirectamente de unos sentimientos que no nos interesaría en absoluto experimentar en nuestras vidas? ¿Qué valor tiene concentrarse para imaginar cosas que nunca podrían existir, como el paraíso terrenal de Dante…”

 Como ir por primera vez a escalar una montaña. Unos no sentirán nada interesante en esa acción y no volverán, se apoltronarán  en la deliciosa  ciudad industria, de los pantalones rotos, celular en la mano  y tatuajes en el  trasero, para ya nunca salir de ella.

 Para otros puede ser una experiencia tan trascendental y harán del alpinismo no su deporte ocasional sino su modo de vida. Así dice Lewis, en esto de la lectura:

“Para una clase de personas la primera lectura de una obra literaria suele ser una experiencia tan trascendental que sólo admite comparación con las experiencias del amor, la religión o el duelo. Su conciencia sufre un cambio muy profundo. Ya no son los mismos. En cambio, los otros lectores no parecen experimentar nada semejante”.

¡Que locura esto de leer! Estamos en  la disyuntiva.

Navegamos en el mar encrespado de las ideas de calidad de todos los tiempos o,

nos arrellenamos en el sofá, comiendo palomitas viendo los programas hueros, en espera que  Virgilio y Dante nos lleven en su próximo tour a la nada fresca mansión de Dite.

                                                           

Flaubert y sus mujeres

 


 

Las mujeres hicieron a Flaubert el novelista. Y también lo deshicieron sentimentalmente. De esta retacería de amores Flaubert hizo dos grandes novelas; Salambó y Madame Bovary. Al igual que Goethe, y como no pocos jóvenes con inclinaciones escatológicas, con facilidad empezaba amores sólo para asistir luego de un corto tiempo  a la muerte del mismo.

Salambó es la obra maestra de Gustavo Flaubert. Habla del amor en los escenarios formidables de la política y la guerra. Pero Madame Bovary ha impactado al mundo porque su leitmotiv es absolutamente antropocéntrico. Madame Bovary no es la rebelde de  la sociedad. Es sólo la víctima de sus propios aburrimientos.

“ Gustave Flaubert (Ruan, 12 de diciembre de 1821-Croisset, 8 de mayo de 1880) fue un escritor francés.12 Considerado uno de los mejores novelistas occidentales, es conocido principalmente por su novela Madame Bovary, además de por su escrupulosa devoción a su arte y su estilo, cuyo mejor ejemplo fue su interminable búsqueda de le mot juste (‘la palabra exacta’)”

Madame Bovary ha impresionado porque relata de alguna manera su vida llena de aburrimiento. Busca llenar su vacío con los momentos intensos junto a León. Después de eso caerá en el gran vacío del que ya no hay regreso. En realidad Madame Bovary es un Frankstein que Flaubert ha armado de las mujeres que conoció, amó dejó o lo dejaron. Un poco de esta, otro poco de aquella. El mismo Flaubert le agrega otro parche, de él mismo, al declarar: “Madame Bovary soy yo mismo”. Y su biógrafo Jackes Suffel  (Gustave Flaubert, Fondo de Cultura Económica, México, 1972) agrega: “Contiene mucho de verdad. Madame Bovary se aburre, se muere de tristeza, sueña en grandes espacios, soles desconocidos, amores novelescos dignos de Scherezada. La mediocridad burguesa le produce horror. Todos esos sentimientos los encontraba en su alma Flaubert”.

Madame Bovary es  de ese tipo de  mujeres, dice el propio Flaubert, que “nunca han sabido resistir a nadie”. Aquí el modelo en la vida real es Louise Pradier. Una mujer bella, viuda con mucho dinero que le dejó sus esposo “al que engañó hasta la saciedad…Ella se conoce bien y decía: Nunca he sabido resistir a nadie”.

Las aventuras de Madame Bovary en veinte pueblos no la dejan satisfecha, con experiencias que aun en la ancianidad recordaría con deleite. No. Ha vivido así porque en realidad es una neurótica que buscaba llenar vacíos con otros vacíos. En ella no hay sociedad, espiritualidad ni intelectualidad: “Cansada del adulterio y de sus duplicidades, se suicida, en fin de cuentas por neurastenia”.

En cada mujer Flaubert creía descubrir la vida y al final sólo tenía la quiebra sentimental. Los amores inconsistentes han enseñado mucho al novelista. Era frecuente que la falta de dinero en ellas hiciera un tema que calaba las situaciones. En realidad Madame Bovary escapará de esta vida por no encontrar con que llenar su existencia. Intentó hacerlo por medio del erotismo pero fue en vano. Acabó más aburrida.

Entonces es cuando Flaubert agrega el elemento de la falta de dinero en Madame Bovary para reforzar la idea de la huida final: “Sólo después de largas reflexiones, se decidió el novelista a complicar la situación de su heroína, con dificultades de dinero, que acaban de precipitar la decisión fatal.

La gravedad de las cuestiones de dinero, Flaubert había podido medirla, frecuentemente, entre quienes le rodeaban. En casa  de los Schlésinger, por ejemplo, o en la de Louise Colet, siempre necesitada. Pero, en esto, había de ser la señora Pradier quien, más que nadie, le documentara”.

Salambó

La experiencia para escribir Salambó también esta hecha de decepciones pero ahora  en el campo de las ideologías. Sus experiencias parisinas nos recordarán más tarde los cambiantes intereses que mueven a los ejércitos mercenarios de la Cartago de Salambó.

En una etapa temprana de su vida Flaubert, en compañía de  algunos de sus amigos, se sintió llamado a ignorar las costumbres de la sociedad tales como el matrimonio, estudiar una carrera, las ortodoxias de la religión y la moral, ser para una sola mujer. Todo eso era terriblemente burgués. Jacques Suffel, el autor mencionado de la biografía de Flaubert, escribe que eran “burgueses que despreciaban a burgueses, románticos que se burlaban de los románticos”. Casi todos sus libertarios amigos de esa época la vida les va diciendo cómo es la jugada y uno a uno va entrando a la vida de la sociedad con el inevitable sarcasmo de los que siguen. Uno de ellos se llama Henry: “Henry se casa y se convierte en despreciable burgués”.

W.Stekel, psiquiatra, al referirse a ciertos rebeldes que luchan contra la autoridad y toda ley,dice: " Después de un período de rebelión contra la moral  consagrada, estos individuos se vuelven burgueses limitados que retornan a la moral  de sus padres y que incluso la exageran." (La mujer frígida,Ediciones Imán, Buenos Aires, 1956).

Se encontraba en Paris  y los gobiernos se sucedían con increíble rapidez. Eran, dice Flaubert, refriéndose a la revoluciones parisinas de 1848: “gobiernos al tuntún”. Por su privilegiada observación de escritor y por su reiterado trato sentimental con lo femenino, Flaubert conoció a la mujer desde la romántica, la erótica, hasta la que “Peroraba apasionadamente” en los mítines revolucionarios, cuando por todas partes en Francia “se plantaban árboles de la libertad pero casi no se trabajaba y se hablaba en exceso”.

 

Flaubert puede observar de cerca que un tal Senard organiza mítines de oposición en contra del gobierno. Triunfa su revolución y su partido. Ya como procurador general cuando otros opositores levantan barricadas en contra de su gobierno, Senard recurrió al ejército. Entre los amotinados hubo cuarenta muertos: “Mientras tanto, en París, el pueblo se había arrojado a la guerra civil con una furia increíble, y había ahogado  en sangre aquella República, a la que había  deseado fundar sobre la libertad y la igualdad”.

En esta etapa de su vida Flaubert fue madurando experiencias para su novela Salambó.

Salambó es la deslumbrante novela, llena de exquisitos perfumes orientales, que llenan los campos de cadáveres dejados por los ejércitos mercenarios que defienden Cartago, la rival de Roma. Requirió de Flaubert un trabajo de investigación histórica y arqueológica muy minuciosa.

Salambó es una mujer tan erótica  como Madame Bovary. Pero es la gran sacerdotisa que no puede mezclarse con los humanos ni estos pueden acercarse a ella. Hasta que conoce a Matho. Un guerrero mercenario al servicio de Cartago. Pero, ahora las cosas ya se han complicado pues Matho se ha enamorado de Salambó y ésta de él. La república ya no paga a los mercenarios y estos se han vuelto contra Cartago.

 

 Los amantes se encuentran así en bandos contrarios. Al final de tanto movimiento de los ejércitos Matho decide volver a ver a Salambó. Pero el pueblo de Cartago ahora odia tanto a Matho que el regreso significa morir a manos de la turba. Salambó también lo sabe. Entiende que Matho morirá si regresa  pero también sabe que ella no podrá vivir sin Matho…

Flaubert escribió mucho. Cartas, novelas inéditas… Pero Salambó y Madame Bovary fueron sus grandes mujeres… Nació Gustave Flaubert  en Ruan, Alta Normandía, el 12 de diciembre de 1821, murió en  Croisset, Baja Normandía el  8 de mayo de 1880. Fue un escritor francés. Está considerado uno de los mejores novelistas occidentales y es conocido principalmente por su primera novela publicada Madame Bovary y, no tanto por su mejor obra Salambó. También es célebre  por su escrupulosa devoción a su arte y su estilo, cuyo mejor ejemplo fue su interminable búsqueda de "la palabra exacta". A este respecto Flaubert se quejaba: “Se hacen libros sin inquietarse por las frases”.

Estamos aquí con un panorama fascinante histórico-mítico-literario.

Eneas escapa de la destrucción de Troya y se dirige hacia la Península italiana con la idea de hacerse fuerte y regresar por la   revancha  contra los griegos. Lo jura ante  sus dioses troyanos. Pero no puede dirigirse a ningún puerto de Sicilia ni de la "bota" debido a que desde tiempo los griegos han establecido colonias en esa parte sur de la Península.

Va a dar a Cartago, enemiga de Roma, por la costa  africana con la idea de lograr alguna alianza con los cartaginenses. Permanece algún tiempo en Cartago. Surge un idilio entre Eneas y la reina de Cartago, Dido. Pero Eneas debe cumplir su promesa  hecha a los dioses troyanos y parte hacia la Península. De decepción la reina Dido se suicida. Hasta aquí el dato histórico. Algo de esto se puede encontrar en la interesante,   obra de R.H. Barrow, Los romanos, Fondo de Cultura Económica, México,2014.

 El que conoce la no menos fascinante novela de Flaubert, Salambó, encontrará mucha semejanza con el dato histórico. Amílcar Barca, los mercenarios al servicio de Cartago y después, cuando ya no hay paga, esto se vuelven contra Cartago, etc. El mismo Flaubert dijo que para escribir su novela fue a Cartago, ahora Túnez, y se documentó leyendo trabajos de arqueología y de historia.

¿PIENSAS ESCALAR EN LOS ANDES ARGENTINOS? DOS SUGERENCIAS

 


MONTE ACONCAGUA POR EL GLACIAR NORESTE  conocido como Glaciar de los Polacos, trazada la primera en 1934. Es de las vías menos frecuentadas de esta montaña.

“El Cerro Aconcagua es una montaña de la Cordillera de los Andes, ubicada en la provincia de Mendoza, a 185 km. de su capital y a 15 kilómetros de la frontera con Chile, en el Departamento de las Heras. Con una altitud de 6962 msnm es el pico más alto de América”.



Aconcagua desde el NE y el Glaciar de los Polacos.En primer plano el Glaciar de los Ingleses.



El monte Ameghino está en el inmediato noreste (collado de conexión) con el Aconcagua.

PARED SUR DEL MONTE AMEGHINO ( 5,950m).Hasta donde sabemos (1974) no se ha trazado vía alguna.

Requiere escaladores experimentados de alta montaña (arriba de los 4 mil) familiarizados con roca, nieve y hielo. ¡Y desde luego con la aclimatación arriba de los 4 mil!

 


Pared sur del monte Ameghino.

Llegando al emplazamiento del campamento base(CB). R= riachuelo de deshielo.

La línea roja señala la dirección a seguir para el Glaciar NE del Aconcagua. A traves de lahares y seracs.


Nuestra expedición la realizamos al glaciar NE en 1974.

De entonces son los datos que aquí consignamos. Pueden servirte.

Entonces era necesario ir a la ciudad de Mendoza que es desde donde se da el permiso para ir a Aconcagua. Previo examen médico. Este permiso se presenta en la gendarmería de Punta de Vacas, ya en plena cordillera. (entre Uspallata y Puente del Inca. Ver plano.



Nuestro campamento base, en los 4 mil.



Se parte de la Gendarmería Punta de Vacas hacia el norte, por la Cañada  de las Vacas.

El emplazamiento para el campamento base está al pie de la pared sur, en los 4mil, a unos metros del arroyo de agua de deshielo que baja del Glaciar de los Ingleses.

Según la condición ( en grado de aclimatación de los componentes de la expedición) el trayecto de Punta de Vacas al campamento base se hacen uno o dos vivaques.



1-Glaciar de los Ingleses

2-Glaciar NE











Pared sur del Ameghino  vista desde el campamento 2 del Glaciar NE

Letra A emplazamiento de nuestro campamento 1. Dentro del circulo Agustín Tagle sube hacia el campamento 2.

Es el collado que une a las dos montañas.





Aconcagua y Ameghino




Parte superior del Glaciar NE

Tomada de Internet




                                                   Nuestros campamentos




                                    Nuestro plano

                (dibujo de Javier Osorio B.)







FENTANILO, LA CLAVE DEL MISTERIO

 


“Nosotras cuidamos a nuestros jóvenes”, dice la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y lo reitera en sus conferencias mañaneras del pueblo desde palacio todos los días.

No es una pieza de oratoria de la utopía. En la actualidad tienen becas todos los estudiantes, de las escuelas públicas, desde guardería, de la media superior y   la educación superior de  universitarios y politécnicos. Estamos hablando de muchos millones de jóvenes que se benefician.

¿Quiénes son esas “nosotras?”

¡Las abuelas!

De los pueblos originarios, indígenas, y las comunidades rurales, de la América.

Nosotras cuidamos a nuestros jovenes (desde niños)

Mujer india de la tribu kikapoo de Monterrey, México.

tomada la internet.


Las nietas y los nietos besan las manos de las abuelas, así esos nietos tengan cinco, veinte o sesenta años de edad.

Son las venerables  manos que cuidaron, alimentaron y educaron a su hija, la madre del nieto.



Mi toci

Mi abuela (de la tribu  irritila de Coahuila, norte de México)

En nahuatl abuela es toci

En rigor nunca se dice abuela,siempre abuelita

En nahuatl es muy frecuente el uso del diminuto afectuoso: tzin

Ejemplo: Popocatépetl ( montaña que humea) -Popocatzin.el Humeadorcito (se trata del volcán)

La abuelita sujeta la mano del nietecito (este niño no será cliente del fentanilo)


Esa “cultura de las abuelas”, tan denostada en otras partes, aquí es sentimiento que cuenta la unión familiar. Lejos, muy lejos, del eclecticismo disolvente.


La vírgula voz le dice  al niño  de su abuela, pieza fundamental de las grandes y ancestrales culturas de lo que ahora es México.



¿Tienes abuelitis?, dice la muchacha moderna a su novio, ¡pues entonces aquí termina nuestra relación!

¿En qué se traduce todo esto para la vida practica de todos los días? El pueblo mexicano está enfermo de fentanilo, cocaína, mariguanas y alchol, en un uno por ciento.


Es más que llevar un niño.

Este niño no va a encontrar, en todas las galaxias del universo, alguien que lo ame como su madre.

Tampoco será  cliente del fentanilo.

Mujer de la tribu apache mezcalera, Estados Unidos.

De la excelente obra Indios Americanos, de  Oliver La Farge





En otras partes del mundo las manos de las abuelas están deshidratadas, rugosas, callosas, y con manchas negras en la piel. Para nada los nietos se atreven a besarlas.

Resultado: consumo del fentanilo, y demás drogas heterodoxas, hasta un cincuenta por ciento de la población.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Balzac en la Piel de Zapa

 


El poder nos revela tal como somos

El tema de esta novela célebre de Honorato de Balzac no es tanto cómo conseguir las cosas, sino cómo se utilizan una vez que se tienen.

 Balzac trata el tema de la libertad y de otras cuestiones como el dinero, el poder, la fama, la salud, el matrimonio. De manera especial un aspecto de la modernidad: el consumismo.

El consumismo que nos consume.

Es necesario  trabajar duro para conseguir la prosperidad material . Pero, luego, ¿cómo gastarla?  El dinero no es para guardarse pero tampoco para derrocharse.

Y muchas veces, eso que con tantos anhelos y esfuerzos se consiguió, se le da el más inútil y tonto, cuando no el más errado, de los empleos.

 Un preso puede soñar, cada minuto, con el día que vuelva a ser libre, sale por fin pero  una semana más tarde estará de regreso en su celda.

 El dinero puede llevar la felicidad a propios y extraños, pero preferimos darle un enfoque utilitario. “Que cada quien se rasque con sus propias uñas”.

En todo caso La Piel de Zapa es la metáfora que observa cómo, de tenerlo todo, a partir de ahí, se va gastando, o reduciendo, por el uso, bueno o malo, correcto o no.

 Como el humano en el día que nace. Tiene una vida por delante. A partir de ese día su existencia se irá aproximando a su fin...

Un ejemplo menos pesado y tal vez más didáctico y de una realidad más inmediata y cercana a nosotros: el cheque de quincena. Después de salir del banco, en el que lo cambiamos, empezará a gastarse, día con día, minuto tras minuto, bien o mal. Inexorablemente.

El guion de esta novela es sencillo pero abunda en consideraciones de toda índole. Ese es el estilo de Balzac. Poco diálogo y mucha reflexión. No hay que olvidar que en Papá Goriot hay un personaje que va a cruzar la calle. De cuando esta persona está en una banqueta, para cuando llega a la otra acera, ya han pasado veinte hojas de texto.

Escritor, francés, del siglo diecinueve (nació en 1799 y murió en 1850), tiene una fecunda imaginación, una minuciosa observación de las cosas y de la conducta de los humanos.

Rafael Valentín O’ Flaharty es el personaje, joven, que quiere ser famoso entre los hombres de ciencia y a la vez gustar la vida en su vertiente hedonista. Pobre de recursos, se encierra durante tres años escribiendo sobre algo que está seguro que lo hará célebre. Un amigo de farra de otros tiempos lo introduce en un ambiente de lujo de la alta sociedad. Como  anhela ser rico, pretende a Fedora, una condesa que se las sabe  todas para esquilmar incautos.

Desesperado, Rafael decide llevar a cabo el recurso romántico, muy en boga en ese tiempo en la sociedad europea: suicidarse. Con un poco de dinero sucumbe al sueño de los jugadores: ¡con un golpe de suerte y todo cambiara! Pero pierde y renueva su idea original: suicidarse.

Va al puente y, una vez que ha escogido el sitio desde dónde se habrá de echar de cabeza al Sena, se retira con la idea de volver. Es temprano, el sol está en lo alto y el momento no llena la atmósfera apropiada para morir.

 En tanto se hace de noche se mete a un bazar. Sobra decir que, haciendo reflexiones de los objetos que va observando, Balzac le da una repasada a historias, civilizaciones y personajes sin fin.



 Conoce al dueño del bazar, un personaje que, podemos decir, es el mismo Diablo. 

Este le sugiere que compre una piel curiosa, que viene siendo de una especie de cuero de burro, propio de los países árabes. Tiene la singularidad de satisfacer, a quien sea su dueño, cuantas cosas quiera. Pero a cada deseo la piel se contraerá. Cada vez más chica. Llegada al límite, el poseedor morirá y se irá al infierno.”

 

Rafael no cree en pamplinas, pero la compra. En el principio la tiene como una simple curiosidad. Sólo que a la salida misma del bazar, cuando se dirige al puente desde el que se va a echar de cabeza, las cosas empiezan a irle de maravilla.

Pronto va a ser inmensamente rico, famoso y va a tener cuantas cosas y mujeres quiera. Y aquí es donde, apenas a los veintisiete años de edad, se da cuenta, un día, que ha quemado su vida.

Para nada tuvo la intención del progreso cultural, sólo el material.

Hace todo lo posible para ya no experimentar ningún deseo y así evitar una nueva contracción de la piel. Pero es inútil. La vida hay que vivirla aunque no se quiera. Es un proceso irreversible

Muy bien puede decidir no levantarse ese día y pasársela sedado bajo las cobijas, inconsciente, pero el hecho es que ya decidió como vivir ese día ¡y cuenta en el conteo regresivo.

 Despierto o dormido, lúcido o narcotizado, hay que seguir con el nuevo día! ¡El infaltable nuevo día!  La vida Lo va llevando de modo tal, que él, con poder disponer a su antojo, debe seguir el curso de los acontecimientos. Para salir airoso de ellos, tiene que experimentar otro deseo. Así hasta el fin.

 

Balzac no recurre al expediente salvador que utilizó Goethe en su Fausto. O como en la Leyenda del Holandés Errante. En estos casos un amor inocente y apasionado, hasta el mismo sacrificio, salva al que está destinado al infierno.O bien procurar la felicidad,  ofrendando su vida y salvar la de otro, como Cartoné, el personaje de Historia de Dos Ciudades, de  Charles Dickens.

 Rafael pensaba en el dinero, la fama  y en los placeres, no en salvar a  nadie. Su obsesión era la prosperidad material, no el progreso cultural.

 Aquí también existe ese amor, pero al final Rafael no puede evitar, por más que haga para cambiarlo, el destino que él aceptó con tal de tenerlo todo en abundancia.

Igual que Oscar Wilde hará con su Dorian Grey, que lo presenta todo consumido físicamente y con un aspecto de lo más horrible, y al final ¡crack!

Ni porque le ofreciera toda su fortuna al  mejor mago de Oriente se salvaría. Como el judío mafioso de El Padrino II cuando exclama: “Daria la mitad de mi fortuna por poder orinar sin dolor”

 Así hace Balzac con su personaje. Increíblemente rico, Rafael tuvo que descubrir que,  para los enfermos, el mundo comienza en la cabecera, y acaba en los pies de su lecho”.

 

  Una frase de Balzac, bien pudo servir de epitafio en la tumba del personaje central de La novela: “El poder nos deja tal como somos". Rafael pudo hacerlo todo y no hizo nada”.

 

CICERON EXHORTA A LOS JOVENES APRENDER PARA LA VEJEZ

 


La calidad de un lugar se mide según el respeto se tenga de la vejez en sus necesidades.

En la etnia, en las zonas rurales, las canas se saludan con deferencia.

En la ciudad inhumanamente técnica, con su lema de consumo y deshecho, donde la brecha generacional anda muy ocupada, las canas se tienen como enfermedad, como un estorbo, no como algo natural.

Los ancianos, en cierta etapa, requieren ser tratados como niños. y para eso no hay tiempo ni dinero. El que no entienda esto es que no  ha visto de cerca a la vejez.

En América, al sur del paralelo 32, hay países en los que el discurso político pondera a la vejez, pero en la realidad ésta no pasa de ser tratada como una entelequia, algo que no existe en la realidad material.

En la actualidad en México, todo adulto mayor, como se le dice con delicadeza a los viejos, reciben una pensión universal, es decir, de todas las clases sociales, necesítenla o no la necesiten, del color que sea el individuo, creencia religiosa  o preferencia política, ¡Todos!

Con tal comprensión en el detalle que han legislado en el sentido de dejar  paso libre, sin costo alguno, a los sitios donde se puede orinar como los wc del metro, en los mercados públicos, etc. Un organismo en situación de vejez requiere el mingitorio con frecuencia.




Marco Tulio Cicerón


Cicerón pasa a considerar a la vejez  desde una situación personal, setenta año antes de llegar al gerontólogo: “Los fundamentos de una vejez suave y feliz se han de echar muy de antemano en la mocedad

Virtud (buenas maneras), plato inteligente,  y ejercicios físicos son la clave para llegar a esa vejez “suave y feliz”.

Correr, trotar o caminar, dan salud corporal pero no comprensión de la vida, como lo intenta la filosofía.

Pero leer libros de cultura, sólo leer, no da la posibilidad de un organismo sano y fuerte.

Nuestra vida moderna ( con su síndrome de Bournot o surmenage, como se decía antes a la fatiga por exceso de actividad. Karoshi,en japones) pone al descubierto una realidad insoslayable: menos filosofía, más estrés.

Porque la filosofía busca  hacerse claridad entre las necesidades primarias y las necesidades y las enfermedades inventadas por la ciencia de la mercadotecnia.



Huehueteotl, dios viejo (o dios del tiempo) de la cultura cuicuilca


“Ubicada en el suroeste de la Ciudad de México, la zona arqueológica de Cuicuilco permanece como vestigio de uno los asentamientos más antiguos tanto de la cuenca de México como de Mesoamérica, pues se fundó aproximadamente hacia el año 2100 a. C.”


Y con tal  bagaje de información que, por eso es ciencia, que nos hace ir tras de cosas que no necesitamos y llegar a  padecer enfermedades que no tenemos.

Cicerón no pierde el piso y se acerca a lo que preocupa al humano ya viejo: “ A mi modo de entender son cuatro los motivos por que la vejez parece a algunos llena de trabajos: el primero, porque aparta del manejo de los negocios; el segundo porque debilita y enferma el cuerpo; el tercero porque priva de casi todos los deleites, y el cuarto porque no está muy lejos de la muerte”

Marco Tulio Cicerón tenía  ochenta y cuatro años cuando se hallaba en plena redacción de esta su obra De la Vejez

Una muy vieja leyenda griega dice que un hombre (Lameodonte, de rey de Troya), llegado a cierta edad pidió a los dioses lo dejaran vivir veinte años más, cumplido el plazo pidió otros veinte, cuando tuvo cien años , otros veinte, al  cumplir  ochocientos rogó a los dioses que le permitieran morir…

 

 

 

 

 

 

 

 

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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