UNA NOCHE DE PANDEMIA EN LA MONTAÑA

 

 

 


 

Referencias:

Jean Whal: Dios, Cap. XVII, Introducción a la

Filosofía

Tito Lucrecio Caro: De la naturaleza de las cosas

Enrique Jardiel Poncela, La Tournée de Dios,1932

Graham Greene, Desde el otro lado del puente(cuento)

 Armando Altamira Gallardo. Escalando con Schopenhauer. Edición: Secretaría de Prensa del  Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México. Serie: Cuadernos de Comunicación Sindical número 9, 7 Abril 2010, 95 páginas

 

 

La pandemia sigue y hemos vuelto a remontar la montaña.

 El semáforo que pulsa la intensidad del contagio ha recorrido todos los colores menos el verde. De rojo a naranja y amarillo y otra vez a rojo, amarillo, naranja y otra vez el rojo…

 La ciudad de México que dejamos  atrás ha entrado en el imparable frenesí de la ya próxima Navidad.

 Pocos creen en la  realidad de la pandemia (no usan cubrebocas), no obstante que se anuncia en los medios  que en el país a la fecha va  cerca de un cuarto de millón de personas que ha muerto por el coronavirus. Las vacunas tan anunciadas por las farmacéutica internacional no acaban de llegar.

La mayoría no sólo lleva cubrebocas sino también careta y procura guardar la sana distancia. Arbolitos de Navidad, series multicolores, cubre bocas con Santa en el estampado, saludos afectuosos (perdón por la tautología) y gorritos rojos con blanco y borla colgando de lado. 

“La gente sigue creyendo que nacimos para vivir, no para morir”, comentó Kiva.

Los valles altos de la Sierra de Pachuca, en el Estado de Hidalgo, se han flexibilizado un poco, con las debidas precauciones, y han abierto sus  puertas.

Nos instalamos en una cabaña y por las mañanas, cuando el tiempo lo permite con ausencia de la lluvia, vamos a escalar en una roca entre la Cueva del Muerto y la roca los Panales.

De treinta metros de alto y apenas unos cincuenta grados de pendiente, con salientes grandes y firmes, nos sirve para mantenernos en forma y practicar el rappel. Se anuncia el invierno y las temperaturas empiezan a bajar.

Rappel en doble cuerda y caminando en la Sierra de Hidalgo

Por hábito, por exceso de confianza o por exhibición, se baja con un cuerda. Pero que sea habito no quiere decir que sea el correcto.Hay hábitos patológicos. Cualquiera que sea el modo que se utilice para descender es necesario realizarlo con dos cuerdas. Por la que se desciende y con la de seguro (de menor grueso, si se quiere). Poner toda nuestra existencia, y comprometer a los que   de nosotros dependen, en una sola cuerda, es jugar a los dados con la dueña de la casa, donde no hay necesidad. (una cuerda en mal estado, un roce inapropiado con la roca, una caída de roca sobre la cuerda,una contingencia psicofisica del escalador en tanto desciende,etc.). Jugarse  el todo por el todo se deja para otras áreas de la escalada en las que  habrá que lanzarse a fondo. En rappel lo correcto es doble cuerda y caminando,no saltando para evitar castigar a la cuerda.Muchos accidentes mortales  han tenido lugar por descender por una cuerda.

En ocasiones la niebla es tan cerrada que perdemos de vista cuando el que va en rappel ha llegado a la base. Enseguida sube escalando y lo vemos emerger de entre la nube.

No estamos practicando escalada en la burbuja artificial de los gimnasios de la ciudad.Nos mojamos, pega el viento helado y en ratos sentimos frío hasta en los huesos.

Al caer la tarde regresamos a la cabaña, hacemos fuego en  la chimenea, cenamos y charlamos cosas baladíes. Cosas de aquí y de allá. Las salchichas y los bombones en el asador. Juan con su tarro cervecero y los demás tomamos café negro de olla soluble en jarros de barro.

Fue Kiva, la muchacha montañista (entre sus escaladas se cuenta la ascensión a la pared oeste de la Torre Negra con enlace a la directa de la norte del Abanico, en el Popocatépetl que hicimos hace tiempo, con reseña en este mismo blog que lleva por título: Escalando con Schopenhauer), que quiso apartarse de las opiniones de banqueta y propuso un tema.

 Casi nos  reímos. Es un tema tan obsoleto en estos tiempos de la cultura industrial que ya nadie, o casi, se ocupa de él: Dios.

-Sólo Jardiel Poncela-me atrevo a decir pero entiendo que los otros no están para bromas.

En lo particular soy reacio  a hablar de religión, de política y de fútbol. Pero con estos no hay modo de escabullirse…

Kiva es originaria de la meseta toluqueña y Yuma es de los hopis de Norteamérica. Juan nació en el barrio de Tepito. Mi corto acervo religioso se lo escuché a  José Ángel Rubio, montañista que estuvo presente el día en el que abrimos la directa a la norte de la Rosendo de la Peña, en el grupo de Las Monjas, arriba del pueblo de Chico, Hidalgo, y presenció la caída mortal de Eulalio Rivera que se desprendió a la altura de la repisa. Rubio era (ya falleció) una persona conocedora y muy ortodoxa en eso del cristianismo. Yo le “pesqué “sólo  una o dos cosas

Kiva es la que empieza:

-Teo y ateo son los dos ejes en los que se ha desarrollado el pensamiento occidental.

Juan:

En el terreno de las abstracciones eso ha propiciado felicidad a cada uno de los modos de pensar. El religioso y su moral, y por el otro el ateo y su laicismo.

Yuma:

-Estamos convencidos que hay quien vive su ideología en lo que humanamente se llamaría de manera  suficiente, o a la perfección.

Kiva

-¿Quieres decir no  como está en  el texto, lleno de  imperativos categóricos, que parecería un instructivo para robots, sino eso, sólo humanamente?

Yuma

-Es correcto. Esta manera diferente de pensar ha enriquecido a la filosofía occidental en el terreno de la dialéctica o hipótesis contradictorias. Se le llama de varios modos como  realismo e idealismo, etc.

Juan:

- El tema  tomado por los políticos es cuando la Humanidad sufre dolores sin fin.Le enseñan la lengua a los de enfrente y después sacan la pistola.Los de enfrente de inmediato hacen lo mismo.

Kiva.

-La literatura del pensamiento filosófico se circunscribe a dos o tres  obras básicas: Platón, Lucrecio, Epicuro, Plotino…La “filosofía política” en cambio llenaría de libros la cuenca del Mediterráneo.

Yo:

 -Prefiero sólo el tema  de los teos. O cómo los diferentes modos  conciben a la divinidad. Iríamos muy lejos, o nos haríamos bolas, si mezclamos laicismo con teología. Y de seguro acabaremos como los diferentes fans al terminar el partido de fútbol...

Juan:

-Esta “discusión”  de los teos y los ateos es también muy occidental.

 

Yuma:

-En lo que se refiere a los pueblos “nativo americanos” u originales de América, no hay duda. La Humanidad apareció por un acto de creación divina (Soles teotihuacanos, Popol Vuh) y lo que siguió fue una evolución a cargo ya del hombre, a través de permanecer cuidando la Naturaleza que los dioses dejaron para el sustento de los humanos.

Kiva:

-Ya en Lucrecio, el atomista, encontramos un vislumbrar de esta creación. Dice que nuestros huesos no se desarrollaron a través de desempeñar tal o cual función, sino que fue al revés: los huesos ya estaban ahí y hubo que emplearlos para satisfacer las necesidades…

Juan:

-¿Dónde leíste eso?

 

-En Lucrecio, libro cuarto-IX).Es probable que Darwin haya leído a Lucrecio y pensado en desarrollar la tesis contraria, no sabemos.

Yuma:

-Es a partir del siglo dieciséis que en América llegó el modo de pensar occidental, que es el europeo y,  con él, felizmente, una columna casi interminable de pensadores de primera línea que empezó en la Hélade y su Paideia griega.

Kiva es la que tiene más información del tema y le damos tribuna libre. Dice:

-      Tales es el del politeísmo al decir que todo está lleno de dioses.Jenófanes cree que hay un solo Dios por lo que figura en los primeros lugares del monoteísmo…Aún pervive abundantemente lo que es anterior a estas dos posiciones y es el fetichismo. Hasta en la manera de anudarnos la corbata suele haber fetichismo.

                                                       Venus helenística

                                                 Foto tomada de Internet

Cleanto, otro personaje de la Hélade con el panteísmo tiene la idea muy familiar de un ser superior rigiendo diversas  creaturas celestes como  dioses y diosas. La misión es que el universo mantenga un equilibrio en donde pueda existir el bien al decir: “Nada es vil en la casa de Zeus”.

Con los tiempos pensadores modernos tratan de entender los modos en los que el cielo se comunica con los hombres.

-¿Por ejemplo?

-El milagro existe pero sólo es visible para los ojos de la fe. Pero aquí hay más que eso. Pascal (escritor  católico) y Kierkegaard (escritor protestante) aseguran que la fe en los milagros es ella misma un milagro. Y aún hay más: Para ellos el milagro confirma que la Naturaleza vive y conserva un curso regular.

Platón llama Demiurgo a Dios y Wahl nos amplía más esta idea: “En La Republica nos dice éste  que debemos educar a los niños en la idea de la bondad de Dios y en Las Leyes nos dice casi en la misma forma que Dios es bueno.”

Este mismo autor, Wahl, hace notar que en el fondo es muy difícil  hacer una separación completa entre el politeísmo, el monoteísmo y aun el panteísmo.

En la Hélade Zeus tiene múltiples creaturas divinas, de  ambos sexos, que le ayudan en la tarea de mantener un equilibrio en los acontecimientos favorable a los hombres.

En la religión de Nanahuatzin-Tezcatlipoca hay un Dios encargado de manifestarse en la Naturaleza según su especialidad, no sólo fenoménica sino también moral.

La manera en que  se hace presente, para ayudar a la Humanidad, es adoptando la figura de un coyote (nagual),que los católicos del siglo dieciséis buscaron satanizar.

En el cristianismo Dios cuenta con ángeles y arcángeles y él mismo, si así  conviene para el bien de los humanos, suele presentarse como paloma o, como creía San Juan Bosco, en la forma de un perro.

Graham Greene recurre también a la figura del perro  en la transformación, para bien, de un estafador  de accionistas. Lo dice en su cuento Del otro lado del puente.

Cristo no es el príncipe de Las Mil y una Noche que permanece allá en lo alto de su palacio sino que se mezcla con gente del mercado para conocer de primera mano las necesidades del pueblo.

A las nueve me meto en mi sleeping. Los otros han interrumpido el viejo y  etéreo tema  porque algo muy importante está por suceder. Va a dar comienzo el partido de futbol Pumas Vs Cruz Azul. Recientemente Cruz Azul goleó  cuatro cero al Pumas y ahora éste va por la revancha. Juan es escéptico. Dice: “Solo un milagro podría hacer que Pumas remontara la derrota”.

Lo último que recuerdo, antes de quedar dormido,  les dije: “Siguen pensando en  los milagros.”

 

 

 

 

 

 

 

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Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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