“Nosotras cuidamos a nuestros
jóvenes”, dice la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y lo reitera
en sus conferencias mañaneras del pueblo desde
palacio todos los días.
No es una pieza de oratoria de
la utopía. En la actualidad tienen becas todos los estudiantes, de las escuelas
públicas, desde guardería, de la media superior y la
educación superior de universitarios y
politécnicos. Estamos hablando de muchos millones de jóvenes que se benefician.
¿Quiénes son esas “nosotras?”
¡Las abuelas!
De los pueblos originarios, indígenas,
y las comunidades rurales, de la América.
Mujer india de la tribu kikapoo de Monterrey, México.
tomada la internet.
Las nietas y los nietos besan
las manos de las abuelas, así esos nietos tengan cinco, veinte o sesenta años
de edad.
Son las venerables manos que cuidaron, alimentaron y educaron a
su hija, la madre del nieto.
Mi toci
Mi abuela (de la tribu irritila de Coahuila, norte de México)
En nahuatl abuela es toci
En rigor nunca se dice abuela,siempre abuelita
En nahuatl es muy frecuente el uso del diminuto afectuoso: tzin
Ejemplo: Popocatépetl ( montaña que humea) -Popocatzin.el Humeadorcito (se trata del volcán)
La abuelita sujeta la mano del nietecito (este niño no será cliente del fentanilo)
Esa “cultura de las abuelas”, tan denostada en otras partes, aquí es sentimiento que cuenta la unión familiar. Lejos, muy lejos, del eclecticismo disolvente.
La vírgula voz le dice al niño de su abuela, pieza fundamental de las grandes y ancestrales culturas de lo que ahora es México.
¿Tienes abuelitis?, dice la
muchacha moderna a su novio, ¡pues entonces aquí termina nuestra relación!
¿En qué se traduce todo esto
para la vida practica de todos los días? El pueblo mexicano está enfermo de
fentanilo, cocaína, mariguanas y alchol, en un uno por ciento.
Es más que llevar un niño.
Este niño no va a encontrar, en todas las galaxias del universo, alguien que lo ame como su madre.
Tampoco será cliente del fentanilo.
Mujer de la tribu apache mezcalera, Estados Unidos.
De la excelente obra Indios Americanos, de Oliver La Farge
En otras partes del mundo las manos de las abuelas están deshidratadas, rugosas, callosas, y con manchas negras en la piel. Para nada los nietos se atreven a besarlas.
Resultado: consumo del
fentanilo, y demás drogas heterodoxas, hasta un cincuenta por ciento de la
población.
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