Glifo de amor y muerte en el Acueducto Tembleque, México

Diosa Toci, madre de todos los dioses. Lleva la nariguera que la liga con el poder erótico del pulque y el proceso generatriz. La nariguera es el símbolo del jaguar. Representa al más grande dios de los mexicanos que es Tezcatlipoca. Vease la representación actual del puma, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y se comprenderá mejor el concepto.
El símbolo de la nariguera se encontraba con frecuencia en la piedra de los sacrificios.






El dios Ome Tochtli ( dos conejo).En el Tonalamatl, calendario del destino de los pueblos nahuas, el que nace bajo el signo de Ome Tochtli está destinado a ser borracho. A los ome tochtli se les reconoce por ser los primeros que llegan a la fiesta y los últimos que se van de ella.La escultura original está en el Museo Nacional de Antropología e Historia, Chapultepec, México, D.F. El dios tiene la sonrisa de beodo. El conejo tiene una estrecha relación con la luna y también con su marcado efecto erotico para la reproducción.

Nariguera es un símbolo que llevan las deidades femeninas y masculinas del México prehispánico relacionadas con el pulque (bebida embriagante en México extraída del maguey). Sería más preciso decir que la nariguera es otro símbolo del Atlachinolli, Aguaquemada, el amor,  la vida y la muerte, la paz y la guerra.
 Se encuentra  el Acueducto del Padre Tembleque, ubicado en los Llanos de Apam, Estado de Hidalgo, México, al noreste de la capital de la república, dentro del mismo Valle de México. Entre la población Otumba y el lugar conocido como Tecajete. Conocí el lugar por Carlos Anaya, muy entendido de la región, y  que en estos días estaba preparando un trabajo en la perspectiva de ser publicado.  Al pie del Acueducto nos leyó unas diez cuartillas referentes al Acueducto, muy documentadas y con una redacción ágil y bien estructurada.

Lo particular en este caso de la nariguera  es que es un glifo que se plasmó (junto con otros muchos otros glifos prehispánicos), en una construcción española apenas unos pocos años después de consumada la conquista en el Valle de México. Cuando  de hecho  se estaba llevando a cabo la destrucción total de todo vestigio de la religión mexica, o mesoamericana, por parte de los españoles y de los indios sus aliados.

 Factores ambientales durante su construcción permitieron una empatía del padre Tembleque con los numerosos indios que construyeron el Acueducto, bajo la iniciativa del padre y  la dirección de un maestro experto en la talla de bloque de piedra  que servirían para las esquinas de las impresionantes  columnas.

El pulque, bebida embriagante de propiedades eróticas, era muy apreciada en las etnias prehispánicas guerreras predominantes porque la guerra necesita que haya nacimientos para la guerra. Era frecuente que se labrará este glifo en la piedra de los sacrificios humanos en lo alto de las pirámides. Tan apreciado era el pulque  que se le elevó a la categoría de   bebida sagrada y por lo tanto  sujeta a  ritual riguroso.

 Xilonona, diosa de los xilotes, maíz tierno.Está relacionada con los procesos generatrices.Lleva la nariguera.
El acceso al pulque era de una estricta observancia calendárica. Una sociedad borracha de nada servía para el poder hegemónico en turno. Y de la misma manera las otras drogas como el peyote, la mariguana, los hongos, etc. La  petición que  los aztecas dirigían a Tezcatlipoca, el más grande de los dioses, para que los protegiera de sus enemigos,  no consistía en  pedirle  armas o fuerzas o valor, sólo decía: “¡Vuélvelos borrachos!”

La a nariguera está  asociada con el pulque, la luna, Tezcatlipoca, el amor y  la muerte en la guerra. Noemí Quezada publico un libro titulado: “Sexualidad, amor y erotismo en el México prehispánico”, Editado por Plaza y Valdés y la Universidad Nacional autónoma de México, 1966.


¿Quién era el padre Tembleque y cuál fue el contexto sociopolítico y religioso en el cual se construyó el Acueducto?  

Acueducto, sector norte.
 “Fray Francisco de Tembelque decidió tomar una posición en contra de los españoles que monopolizaron el agua limpia para ellos y su ganado y no permitiendo al acceso al agua a la población nativa de Otumba. Se comprometió con la población indígena a un gran proyecto (gigantesco para la época) y la emprendió con imaginación poco común, y gran maestría.

Otra vista del sector norte. El automóvil nos da  idea de la escala de los arcos.
En algún momento entre el año 1543 y 1560, Tembleque organizó a unos 400 indígenas para construir este sorprendente trabajo bajo la autoridad del castellano Juan Correa de Agüero, un experimentado cortador de piedra. Se cuenta que trabajaron día y noche durante casi 17 años, construyeron un acueducto que rivalizaba con los Segovia en España tanto en su tamaño y magnitud, como en la exuberancia y belleza.

Algunos segmentos de los arcos son tan grandes que un buque militar podría fácilmente pasar debajo de ellos, de hecho pasa la vía del ferrocarril debajo de uno de ellos.



Sector sur. Javier Mendoza, Carlos Anaya y Xochitl Axuara.La pared de adobe del arco era la cimbra de la que se servían para la construcción, en lugar de madera.Por el arco del centro pasa la vía del ferrocarril.
El acueducto tiene 3 "Arcadas" en primer lugar está el del Tecajete, donde hay 46 arcos. En segundo lugar, hay los trece arcos en la zona cercana a Tepeyahualco que atraviesa un enorme barranco con una altura de casi 40 metros, (unos 132 pies.).



El glifo de la nariguera en lo alto del arco
Este acueducto es una de las obras hidráulicas más sobresalientes del mundo, producto de un insólito convenio del siglo XVI. La obra recorre 44 km desde el cerro de Tecajete hasta Otumba en el estado de México.

El acueducto tiene 3 arquerías. La primera, en la hacienda de Tecajete, de cuarenta y seis arcos. La segunda, de trece, en la hacienda de Arcos, y la más importante, de sesenta y ocho arcos, cerca de Tepeyahualco, que atraviesa una barranca de 1,020 metros de longitud y en donde el arco mayor alcanza una altura de 38.75 m, y 17 m de claro. Esta obra le asombrará por su magnitud y belleza al comparar los conocimientos de ingeniería del siglo XVI con los del siglo XXI. Algunos historiadores de México la consideran como una de las maravillas del mundo”.

Acercamiento
El Sol ocultandose por el mítico oeste.Hacia allá están orientados los glifos del Acueducto.
Nosotros agregamos que otra maravilla circunstancial del Acueducto es que esta parte de México es de sismos recurrentes debido a las placas Cocos y Americana. La construcción lleva cinco siglos y hasta la fecha se ve que sus muy  altas y no muy gruesas columnas han  resistido perfectamente toda clase de temblores. Además con el inusitado recurso de pasar el ferrocarril por el centro de sus arcos y el imaginable movimiento que ello provoca en la base de las columnas.
Juguete que repersenta el puma universitario.El inconsciente colectivo conserva el glifo de la nariguera.

El Acueducto del Padre Tembleque está orientado norte-sur. En el lado este no se encuentra glifo alguno. Todos están ubicados en el lado poniente que es hacia donde el sol se oculta. El oeste es la orientación mítica-religiosa por excelencia en la religión mesoamericana de México, incluida Guatemala y otras partes del centro de América. Otros glifos de la nariguera  se aprecian en la parte inferior  en  los elevados arcos del  Acueducto.

Arco  en el sector sur. El glifo del centro es el de la nariguera. Los grafiteros han empezado a ensuciar los glifos.
El contexto geográfico del Acueducto es una tierra pulquera por excelencia. Son los Llanos de Apam. Desde la colonial, la  independencia y ya entrada la revolución, fue  asiento de grandes  haciendas pulqueras.
La presencia de la nariguera, entonces, en el Acueducto del padre Tembleque, está, como si dijéramos, in situ.

El glifo de la nariguera se encuentra en la olla del pulque, en el escudo y en la nariz del sacerdote de Ixquitecatl. El grupo presenta a una mujer muy platicadora, bajo los efectos de la bebida, en general rostros sonrientes y, finalmente, arriba a la derecha ,el acercamiento de una pareja   (De la revista "Arquelogía Mexicana" Vol.IV, Núm 20,)


Acercamiento de la olla del pulque  que contiene el glifo de la nariguera







La nariguera es en realidad el símbolo,uno de los símbolos,  de la más alta deidad mesoamericana que representa al jaguar.Animal mítico estrechamente realcionado con Tezcatlipoca, el dios más grande todos los dioses, con Quetzalcoatl y con Tlaloc (el vino divinizado -pulque). Su presencia actual la encontramos en el "Puma" escudo de la UNAM.




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Observación. El sitio se encuentra  falto de toda vigilancia como protección para los que van a visitar el lugar. No se cobra por entrar al lugar y en consecuencia nadie vigila. En comienzos de febrero del 2011 lo visitamos un grupo de cuatro. Debido a cierta prevención de nuestra parte nos libramos de ser asaltados por dos malvivientes que esperaban emboscados en el fondo de la barranca.

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Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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