Glifo del movimiento espiritual mesoamericano

Huehueteotl. Un hombre sólo tiene que esperar otros cuarenta años
 para ver que todo se repite.
El tiempo es donde trascurren los fenómenos de la causalidad. No es que el tiempo retorne. El hombre convertirá en metáfora la causa y el efecto para explicar  su espiritualidad. Esta actividad espiritual es lo que las etnias del Altiplano Central mexicano llaman Ollin en náhuatl.

 Lo volitivo s e da en la dimensión  no sujete a la causalidad.  El movimiento  Ollin es un modo de decir el devenir. La repetición tiene aquí, como en la Grecia clásica, la misión de  servirse de la experiencia  y acumular  saber. Un devenir que se va enriqueciendo. Aquí no hay reencarnación. La concepción grupal, en donde todo se repite, cada individuo tiene que vivir su vida. Lo que va quedando e s una  enseñanza étnica, como el inconsciente colectivo de Carl Jung. Como el gran desierto de Sonora que se compone de cada  grano de cuarzo.

Diosa Toci.Después del invierno regresa la primavera.Luego otra vez el invierno y otra vez la primavera...Llegan los niños y se van los ancianos, llegan otros niños y se van estos ancianos y dejan paso a otros niños..Toci representa la dualidad vida-muerte.Está pariendo y la piel que le cuelga de los brazos y piernas es de un guerrero sacrificado. Toci es el atlachinolli (agua-quemada), la guerra hecha deporte.Su rostro color rojo y su nariguera la identifican con los dioses aztecas del amor,el vino y la procreación.
Otras religiones tienen la metáfora del agua que corre bajo el puente para decir que nada regresa. Julián Marías, filosofo moderno, dice lo mismo, que nada regresa.

El pensamiento mesoamericano extiende la metáfora y dice que el agua regresa. Sólo hay que permanecer algún tiempo sobre el puente y verá que esa agua vuelve a  aparecer en lo alto del río.     El agua se estabiliza en el río, asciende en la evaporación, se estabiliza en las nubes y se precipita  en la lluvia.  Así, eternamente. El pecado y la resurrección es, en el pensamiento de San Agustín, con lo que está familiarizado el pensamiento occidental. De la misma manera un hombre que ha vivido cuarenta años sólo tiene que esperar otros  cuarenta años para ver que todo  s e repite, en lo general.

Bochenski, hablando de la doctrina moral de B. Croce (1866-1952), dice que "Tropezamos de nuevo con la trayectoria circular del espirtu: la intuición desemboca  en un juicio, éste provoca la actividad practica, la cual, a su vez,  nos coloca ante una materia nueva , es decir, que condiciona una nueva intuición,y así sucesivamente." (La Filosofía Actual", Fondo de Cuiltura Económica, México, 2002).


Libro de Oliver La FargeEdiciones GAISA,S.L.Valencia (España). 1968

Pensadores como el emperador Marco Aurelio ( 121-180) coinciden con el pensamiento nahuatl: "Quien ha visto lo presente ya lo vio todo, lo que fue desde la eternidad y lo que será por siempre, ya que todo tiene el mismo linaje y la misma forma...De arriba a abajo, en efecto,las cosas son siempre las mismas y por las mismas causas"




Del libro de La Farge. Representación gráfica de lo espiritual.Los ejes centrales de la figura marcan los puntos cardinales. Las líneas cruzadas en 45 grados los solsticios de verano (arriba 21 junio) e invierno (abajo21 diciembre). Es la metáfora del devenir espiritual impulsada por la caida y el ascenso. Maderos en remolino del "Cántico Nocturno"Del libro de La Farge Valencia (España) 1968. El movimiento ollin va en la dirección contraria a las manecillas del reloj.
En primer lugar la piramide del Tecolote. En segundo plano el cerro donde se encuentra el glifo del Ollin.
Una parte del Códice Florentino (mexica) describe la paráfrasis mesoamericana:" Otra vez será así, otra vez serán así las cosas, en otro tiempo, en otro lugar. Lo que s e hacía hace mucho tiempo y que ahora ya no se hace, otra vez se hará, otra vez será si, como fue en tiempos muy lejanos. Los que viven hoy, otra vez vivirán, otra vez serán ." 
 
 
 

Toci, la madre de los dioses, habla de la niñez y Huehueteotl, dios del tiempo, nos muestra  las arrugas de su cara y el encorvamiento de la ancianidad. Para los pueblos agrícolas después del invierno regresa la primavera. Eurípides dice en La locura de Hércules: " Todo en el mundo es un girar contínuo y retorna lo que un día había sido".

El glifo Ollin. 1,800 años de antiguedad. Zona arqueológica de Xihuingo.
El  quincuence (cuatro brazos y el centro)
Un glifo del Ollin,  procedente de la civilización teotihuacana, se encuentra tallado en la zona arqueológica de Xihuingo, en un somero cerro cercano a la pirámide del Tecolote, proximidades del pueblo de Tepeapulco, Estado de Hidalgo. Estamos hablando de una antigüedad de unos mil 800 años.

Dos mil kilómetros al norte de Xihuingo, una cruz semejante, con sus extremos rematados por semicírculos, apuntando  en la misma dirección, se encuentra dibujada  en una de las cuevas de la región de Paquimé, de la Cultura de Casas Grandes, en el norte del Estado de Chihuahua, con una antigüedad ( la zona arqueológica de Paquimé) de 1,200 d C. En el mismo sitio una cruz semejante también a la Cruz de Quetzalcoatl, de la cultura teotihuacana. Hay en el lugar varias cuevas de importancia arqueológica: La Golondrina, La Olla, etc

Este es el pueblo Tepeapulco donde Fray Bernardino de Sahagún escribio parte de su valiosísima obra sobre el México prehispánico.

En la concepción general del eterno retorno de las cosas, en el pensamiento indio americano, las etnias tenían su interpretación regional del símbolo Ollin. Algunos grupos de Norteamérica lo conservan y desarrollan en festividades propias, según muestra el bello libro de Oliver La Farge Indios Americanos, Ediciones Gaisa, S.L. Valencia, España, 1968.




La Cruz de Quetzalcoatl. Quincuence. Marca los puntos cardinales. Las figuras de las aves señalan  los solsticios.
Las aves serían los cuatro "voladores"



Trazo de la fundación de la ciudad de México-Tenochtitlán
Según el Códice Mendoza.
Tomado de la revista Arqueología Mexicana, Vol.XVII-Núm.97.
El águila solar  hace el, centro, quincuence.

(Fue la primera y la última vez que esta
ciudad tuvo planeación integral  en su trazo urbano)
 
 
"Voladores de Papantla". Es la representación "en vivo" de la cronovisión nahuatl.Del quincuence.. Cuatro (los puntos cardinales) se desplazan en sentido contrario a las manecillas del reloj, recordando el ollin, movimiento espiritual. El centro(el poste), sobre el cual gira todo, es el Quinto Sol. "Voladores" en la zona arqueológica de Teotihuacán, foto del 9 de julio del 2011). Fue en Teotihuacán, precisamente, donde el dios Nanahuatzin se arrojó a la hoguera purificadora y de ahí  este numen se transformó en el  Dios Sol (con mayúscula), el Quinto Sol.La plataforma, en la parte superior del poste, que es de donde parten los voladores para su vuelo mitico, pudo ser de cualquier forma, empero, también observa el mitico cuadro de los puntos cardinales. Los hombres (voladores) ocupan el lugar de los solsticios.Comparece con la figura que ocupan las aves en la Cruz de Quetzalcoatl de arriba. En el mástil suele estar un quinto hombre ocupando el centro del cuadro, simboliza al Quinto Sol.
Acercamiento.Otra manera de representar el movimiento Ollin
Tomado de la revista Arqueología Mexicana Vol.IV-Núm.20
Glifo de procedencia teotihuacana- azteca.Museo Nacional de Antropología, México, D.F.
Los trazos da la cruz dan idea del desplazamiento que ejecutan los "voladores". 
 

 
"Pan de muerto" es el  pan que se pone en las ofrendas  a los muertos para los días 1 y 2 de noviembre. Costumbre precristiana milenaria en México. Reproduce el quincuence. Ahora no se hace ya de manera consciente como reproducción del glifo espiritual. Pero sigue funcionando en el inconsciente colectivo.
 
Dibujo de la etnia hohokam sur de Estados Unidos-norte de México. Reproduce el quincunce y la cruz de Quetzalcóatl
 
 


1 comentario:

  1. Hace tiempo estoy muy interesado en el significado del simbolo OLLIN. En mis indagaciones llegue a pensar que las primeras representaciones de OLLIN eran Mixtecas, puesto que aparecen en los códices que relatan la vida de 8 Venado (Creo que es el Nuttal)La representación en canteras teotihuacanas de alrededor de 1800 años de antiguedad, cambia totalmente mi concepto y le da una relevancia mayor al simbolo. Te agradeceré que me proporciones mayor información, si la tienes.
    jaimepat@universo.com

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Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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