Esta novela es la
historia humana de Europa, particularmente, en el espacio y el tiempo. Y, por extensión,
la de todo el mundo.
Las naciones se combaten a lo largo de prolongados y crueles
conflictos bélicos. Pero las relaciones sentimentales, que cristalizan en el amor,
se saltan las fronteras y las ideologías. Y con el tiempo el caos tiende a
diluirse. Si la vida sigue después de la destrucción y los terribles odios, es
porque sobre todo se impone el sentimiento del amor. A eso apunta esta novela.
Escrita desde el epicentro del objetivo de las B1 y B2, Graham Greene sabía lo
que estaba diciendo como inglés y como escritor. Pero un escritor que trata de
ver más allá de las esquirlas, los muros que se derrumban y de los discursos
incendiarios de los políticos de los diversos bandos.
Graham Greene nos mete en el relato de un complicado cuadro
de espionaje que tiene lugar en Londres y sus personajes deben moverse bajo el
impacto destructor de las bombas alemanas. Deben sacar subrepticiamente un
pequeño rollo de negativos que lleva fotos de un importante secreto de
paternidad inglesa.
Graham Greene |
Por equivocación ese diminuto rollo de película implican la
vida de Arthur Rowe, ciudadano ingles común que nada tiene que ver con el mundo
del espionaje. Para silenciarlo, en tanto los espías tienen tiempo para sacar
del país su secreto robado, a Rowe lo
encierran en una especie de sanatorio de lujo. Lo mantiene sedado y le hacen
creer que ha perdido la memoria y que es un asesino. Es cuando Rowe dice: “Llega
un momento en que el hombre debe intentar evadirse de su prisión, cualquiera que
sea el riesgo.”
Las piezas visibles de los espías son los hermanos Anna y
Willi Hilfe. Anna y Rowen se enamoran y
son los que van a sobrevivir a la hecatombe. Cada quien por su lado viven hasta
entonces una vida carente de amor. En el desenlace del relato algunos
individuos empiezan a morir de manera violenta y es cuando el amor resalta y se
define.
¿Se prolongará el conflicto que empezó en 1914, con un
intervalo en 1918, para después reiniciar en 1939? El discurso de los políticos
de todos los bandos apunta a eso, a que esta guerra seguirá. Para parar se
necesita un sentimiento más fuerte que el odio. ¡El amor!
En este punto surge la vieja polémica de siempre tener presente el agravio
o bien de olvidarlo. Todos los pueblos han agredido y todos los pueblos han sido agredidos. ¿Van a olvidar lo que ellos hicieron y a recordar sólo lo que les
hicieron? Ante el peligro cercano que los amenaza y frente a la tragedia que envuelve a Europa,
Graham Greene parece haber encontrado la fórmula de parar todo eso: “La
felicidad debe estar siempre valorizada por el conocimiento de la infelicidad”.
La crítica literaria ha cargado el punto en que esta obra es
el tema de la culpa. En otro tiempo Rowe autorizó la eutanasia para evitar que
su mujer siguiera sufriendo la insoportable enfermedad. De esa manera el personaje
central de esta novela parece prisionero del pensamiento que se ha convertido
en un asesino. Pero la obra literaria de Graham
Greene no es de escepticismo, ni de revancha, y siempre apunta a salvar a
sus maltrechos personajes por medio del amor.
Esta obra se llama El ministerio del miedo porque una vez
que los enamorados han caído uno en brazos del otro, no es el final de los
cuentos de hadas. Si va a ser un amor eterno, es el momento que empieza otra
historia. Caminar sobre terreno minado: “Tendrán que recorrer los senderos de
la vida con cuidado, pensando dos veces antes de hablar”. Y esto se consigue,
pensó Rowe, “sino se exagera la importancia de la felicidad.”
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