PARA ENTENDER EL 12 DE DICIEMBRE EN MÉXICO

 

 

 

 

 Para entender a la Virgen de Guadalupe  sólo se encuentra la clave del misterio conociendo a la diosa Chicomecoatl.

 

Resumiendo:

Los mexicanos  se dirigen, puntualmente, cada año,   el 12 de diciembre,   al mítico Chicomoztoc,    en  su avatar, fenoménico, la Basílica de Guadalupe.

¿Qué cantidad acude este día a la Basílica? La cifra nos da una idea de lo que esta Virgen representa para los mexicanos. Nota tomada de Internet:

 “CIUDAD DE MÉXICO.- El 12 de diciembre se celebra en México el día de la Virgen de Guadalupe, que representa una de las fechas más especiales para este país.

Durante este día aproximadamente 7.2 millones de personas visitan la Basílica de Guadalupe, una cifra equivalente a los visitantes extranjeros al año de la Meca, la ciudad sagrada del Islam, o los habitantes de Bulgaria.

Pero no es la única fecha en que la Basílica recibe a los católicos, a lo largo del año, el recinto recibe aproximadamente 18 millones de habitantes de acuerdo con información de la Secretaría de Turismo del Distrito Federal, equivalente a la población de Chile. La cifra además resulta sorprendente si se tiene en cuenta que supera el flujo de turistas extranjeros en las principales ciudades del mundo: Londres, París o Nueva York, de acuerdo con Euromonitor.”

 

Cinco a ocho millones de católicos acuden en esta fecha a la Basílica de Guadalupe, norte de la Ciudad de México.

 


Peregrino solitario, entre las altas montañas (al fondo,el Popocatépetl 5, 426 m), se dirige a la Basílica. Le faltan ochenta kilómetros para llegar.

 Milenaria es la costumbre de los mexicanos de llevar a la espalda “el bulto” que contiene la imagen de la divinidad (véase, por ejemplo, Tezcatlipoca, obra excelente de  Guilhem Olivier, Fondo de Cultura Económica, México, 2004)

Foto de Cuarto Oscuro, tomada de Internet.


Es una historia social y espiritual  que nada tiene de común con el Romanticismo europeo, ni con su Reforma protestante del siglo dieciséis ni con la Ilustración.  Nada con Rousseau y nada con San Ignacio de la Loyola.

Antigüedad del mito “guadalupano”:

Se considera que la Ciudad Sagrada de Teotihuacán data de dos mil años  su construcción material, por lo que su concepción cosmogónica viene de remotas épocas cuando todo lo anteriormente  mencionado no existía.


Portador del "bulto  sagrado" de Tezcatlipoca

Códice Azcatitlan

Unos 35 siglos se considera que tienen  los primeros grupos humanos que se asentaron en el Valle de México, pero estos ya eran poseedores de una larga tradición cultural: 

“Las gentes que se asentaron  a su alrededor (del Valle de México) hace unos 3,500 años, eran herederos de un largo proceso cultural durante el cual  surgió la agricultura, se inventó la cerámica y se creó una tecnología”

 (María Antonieta Cervantes, Arte preclásico, editado por el Museo Nacional de Antropología, INAH y SEP,1968)

Su originalidad se puede considerar con la obra de Paul Rivet, Los orígenes del hombre americano, Fondo de Cultura Económica, México, 1974)

Acaso el largo proceso de su concepción cosmogónica sea  contemporáneo de  la gran cultura de los sumerios, allá entre los ríos Éufrates y Tigris, unos quince siglos antes que el Abraham bíblico, cuando tanto los egipcios como los griegos eran, cada uno por su lado,  apenas clanes en proceso de unidad.

5  mil años, y un poco más, tiene de haberse fundado Ur, la ciudad formal más antigua que se conoce en aquella parte del Oriente Medio. Doscientos kilómetros al sur de Babilonia.

 ( Ver: Ur, la ciudad de los caldeos, C.L. Woolley, Fondo de Cultura Económica, México, año 1975, Primera edición en inglés 1929)

En otras palabras, el pensamiento europeo llegó a México en el siglo dieciséis. Soldados y frailes españoles inventaron, a partir de   la conquista de México-Tenochtitlan, de  un mundo que en América empezaba del cero. Entre otras cosas las apariciones de la Virgen de Guadalupe.

 Para más credibilidad trataron de borrar la milenaria cultura indoamericana, principalmente a sus dioses, entre ellos a la Chicomecoatl,

El mito de Chicomostoc, de la diosa Chicomecoatl, ha sido relativizado y deformado tanto por el  laicismo como por lo religioso. Sendos trabajos se han escrito de un lado y de otro. Lo laico para negar lo religioso del asunto  y el cristianismo para velar el pensamiento náhuatl.

Todo mito, como toda religión, se funda en un artículo de fe, por lo mismo está por encima de toda investigación racional. De tal manera que si desacreditamos el mito de la Chicomecoatl, en automático se desacredita   el mito en el que se funda esta o aquella religión.

 En todo caso, cada quien con su subjetivismo. Este  arranca de las raíces profundas de su etnia y son los tiempos de respeto para todos. 

Vital conocer el modo de pensar de los otros,pues eso es  la cultura universal, que nutre nuestro propio modo de vivir.

Pero invadir  el pensamiento del otro es un declarado colonialismo,tan reprobable como sucedió en México  el siglo dieciséis, impuesto con la cruz y la espada. 

A partir de esta fecha,siglo dieciséis,  el niño mexicano que nace en la ciudad, es hijo del pecado.

Para las cincuenta etnias mexicanas, que siguen viendo en la actualidad a la tierra, la Madre Tierra (la Chicomecoatl), no se la creyeron.

El terreno  cultural del  laicismo es la filosofía y la búsqueda de la esencia del mundo para tratar de ser  explicada   en conceptos racionales, por lo que meterse con mitos y artículos de fe está fuera de lugar. Como si los futbolistas quisieran jugar con reglas de los beisbolistas.

Y, sin embargo, puntualmente, frente a  todo eso,  el consciente y el inconsciente colectivo de los mexicanos buscan,   con fervor, llegar hasta el pie de la sierra del Tepeyac, donde está la Virgen de Guadalupe.

500 kilómetros, 1000, 2 mil kilómetros de  peregrinaciones a pie (mayormente),  también en vehículos, en bicicleta, en motocicleta, hasta en avión,  todos, hombres, mujeres, niños, ancianos, se dirigen, con anticipación de semanas,  hacia las montañas del Tepeyac.

 Van al encuentro del mito, de su mito, tan tenazmente  negado y deformado.

 


Al encuentro de su  mito.

En las altas montañas (al fondo la Iztaccihuatl: 5,230 m.), para descender a Valle de México, lugar de la Basílica. Todavía deben recorrer a pie ochenta kilómetros.

El “bulto” en la espalda del  peregrino  en el primer plano.

Foto Cuarto Oscuro, tomada de Internet.


Para las 10 de la mañana del 10 de diciembre del 2021 (dos días antes de la fiesta) ya había llegado medio millón de peregrinos a la Basílica:

Nota de Internet del 10/12/2021/ 10:00 a.m.


 “Casi 500 mil peregrinos han visitado la Basílica de Guadalupe: GAM  La Alcaldía Gustavo A. Madero informó que  del 1 al 10 de diciembre, 496 mil 481 peregrinos han visitado la Basílica de Guadalupe.

La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, informó que la policía capitalina desplegó 2 mil 900 efectivos y 220 vehículos, ante la llegada de miles de peregrinos.”



Llegada a la Basílica. La asistencia a la Basílica  en esta ocasión ( 12/12/ 2021) fue virtual, por lo del coronavirus, y  sólo  3 millones de peregrinos,   de manera presencial, se estimaban  para un día antes de la festividad.

Foto tomada de Internet Excélsior/José Antonio García /texto de Arturo Páramo

“El secretario de Gobierno, Martí Batres, recorrió el santuario mariano y anunció que se mantenía el saldo blanco y que se esperaba la asistencia de unos tres millones de peregrinos, tomando como referencia del 1 de diciembre y hasta el sábado 11, muy lejos de los 10 millones de asistentes que se calculaban para el mismo periodo en años previos a la pandemia...Fue un operativo muy exitoso, se logró el objetivo de que no se quedaran a pernoctar millones de peregrinos y algunas personas descansaron después de muchas horas de caminar, pero no tuvimos ningún problema al respecto…la gente jaló muy bien con el operativo, participó muy bien” agregó en entrevista en el atrio de la Basílica. Y es que en años pasados llegaban a la Basílica hasta 4 millones de personas e incluso más, pero este año el gobierno de la Ciudad de México pidió a los peregrinos que no pernoctaran en la zona, como una estrategia para evitar mayores aglomeraciones y reducir el riesgo de contagio de covid-19.


Estas caminatas son una practica ancestral de los mexicanos. 1) Es la idea que un encuentro  con la Divinidad es mejor si se realiza caminando,2) Antes del siglo dieciséis  no existían animales de monta en México.  Todo era caminando. El destino de las peregrinaciones ya se dirigían  hacia el cerro del Tepeyac, a los pies de la diosa Tonantzin, (antecesora inmediata de la Guadalupana).

Pero el santuario más visitado era el gran adoratorio de Tláloc, dios del agua, en la cumbre de la montaña del mismo nombre (4,150m). Algunas fuentes, entre ellas Francisco Javier Clavijero,  dicen que a este santuario llegaban aun desde Centroamérica, unos 2 mil kilómetros, y otros 2 mil de regreso).De manera que a la larga marcha de aproximación, al final era necesario emprender  la pesada ascensión hasta su cumbre.Mujeres, hombres,niños y ancianos la llevaban a cabo, ya en condiciones propiamente alpinas de terreno y episodios atmosféricos,muy bajas temperaturas, y lo que en alpinismo se conoce como "mal de Montaña" debido a los estragos de la altitud en el organismo humano. 

Fue cuando españoles y tlaxcaltecas destruyeron ese sitio que  las peregrinaciones no se suspendieron sino que  se dirigieron, ya masivamente, hacia el Tepeyac. Ante tan impresionante  flujo de peregrinos, fue que se dio el suceso de las apariciones de la Virgen...





Montaña Tlaloc. El número 2 marca la ubicación del adoratorio en la cima.10-Río Frío (2,981m).De aquí  empezaban el ascenso final las peregrinaciones  de 1, 169 metros de desnivel y unos 10 kilómetros de recorrido.






Letra T. Marca la calzada oeste que da acceso al adoratorio.Es de unos 200 metros de extensión.

La montaña nevada del fondo es el Telapón ( 4,000m).







Los vándalos del siglo dieciséis (unos intentando acabar  con  lo religioso original de los mexicanos  y otros buscando el oro),  las violentas condiciones atmosféricas de alta montaña, y  otros  buscadores de tesoros de los siglos posteriores a la conquista , destruyeron el gran adoratorio.

En los años setentas del  siglo pasado subí con Hector Garcia, alpinista de la Ciudad de México,  a tomar las medidas del lugar que a la sazón estaba completamente en el abandono. En un centenario abandono. Las medidas son aproximadas por el estado caótico del lugar como se puede ver en al foto. 

Recientemente la arqueología ha empezado su reconstrucción.

Cerca del adoratorio, y aproximadamente en la misma altitud, se extrajeron miles de toneladas de cantera para su edificación. Muy antigua, quizá (muy someras) desde las épocas olmecas, teotihuacana y tolteca, se empezó a construir el adoratorio y ya finalizada en la civilización azteca. 

Hay aquí un formidable  tema de investigación académica a desarrollar.

Todo alpinista que ha llegado caminando a los 4 mil, sabe que una construcción de estas proporciones, a esa altitud, es una empresa humana,por su esfuerzo, que hace palidecer a las grandes construcciones conocidas de la antigüedad que hay en el planeta.

Sabe que trabajar en los mil metros de altitud, que hacerlo a los 4 mil, es algo muy difícil de entender por los habitantes de las ciudades del  valle.


Los peregrinos actuales que se dirigen a la Basílica de Guadalupe  entienden  que toda teología nace del alma, no del cerebro. Por lo que su  teísmo mexicano es algo que está más allá del principio de razón.



Lleva en la espalda el "bulto sagrado" de Huitzilopochtli

Códice Azcatitlán



La Nota publicada en Internet el 9 de diciembre del 2019, a las 2:00 pm también nos  da idea del fervor del que estamos hablando

12 de diciembre de 2019. La llegada de más de ocho millones de peregrinos a la Ciudad de México contará con un dispositivo de seguridad y vialidad que ya prepara la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la capital.

La Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México implementó el operativo "Bienvenido Peregrino 2019" con la participación de 3,134 efectivos, que se encargarán de resguardar la integridad física y patrimonial de los más de 8 millones de devotos que se esperan este año.

 Con motivo del 488 aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre de 1531, las autoridades capitalinas también desplegaron 127 vehículos, 20 motopatrullas, 8 grúas y un helicóptero que vigilarán las inmediaciones del recinto ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero."

 

 Para entender a la Virgen de Guadalupe  sólo se encuentra la clave del misterio conociendo a la diosa Chicomecoatl.

Y, a partir de Chicomecoatl, a Coatlicue, a Coyolxauhqui, Tonantzin, y Guadalupe. Es  demostrable, sin dificultad, sin forzar tesis,   el  ADN que une a estas diosas, con Chicomecoatl, y son las siete cuentas del cuello cercenado.



Coyolxauhqui. Se ven las 7 cuentas en su cuello cercenado y se repite el 7 en la cinta entre la nariz y los ojos. En el extremo de los miembros cercenados, igualmente se repite el siete. Tiene la boca abierta. En el fondo, los   centzonhuitznahua, sus hermanos, brillan en el firmamento. 

Chicomecoatl es la madre tierra, la tierra nutricia, la que da vida, mismo acto que anuncia ya desde el nacimiento el fin de esa vida (todo lo que tiene principio tiene fin, junto a los senos está la calavera), de ahí la presencia de la muerte, del cráneo descarnado, que siempre acompaña las representaciones de la diosa, en sus diversas etapas.


 

De ahí que es necesario conocer el mito de la diosa cuyo nombre significa: siete serpiente.

Serpiente (la interpretación occidental) presentada por los frailes de la conquista como una cosa horripilante y demoníaca,  porque tal es en el cristianismo.

Chicomecoatl= 7 serpiente (serpiente en singular, no plural)

 Chicome/Coatl

 Chicome= 7

 Coatl= serpiente

 Síntesis del mito:

 La  religión náhuatl se sustenta en el número 7. De Chicomostoc (siete cuevas), salieron las tribus mexicanas para recorrer el mundo. En su primera etapa llegaron al Valle de México (les llevó varios cientos de años), siguieron hacia lo que ahora es el norte del país, llamado Mictlampan,después se fueron para Estados Unidos y finalmente se desparramaron por el mundo. Allá,en Europa, En Asia, en Oriente, viven mexicanos.

 Por lo general a Chicomecoatl se le representa con la boca abierta. A semejanza de la tierra seca que necesita el agua. En la práctica del rito a esta diosa ello significaba la sangre de los prisioneros de guerra que decapitaban en su presencia.

 Y volverán a Chicomostoc, dice la leyenda, pero ya como estrellas, bajo el nombre de centzonhuitznahua.

 Siete son las estrellas, paraíso celeste de los mexicanos, agrupado en algún lugar del cielo. El mito dice que son cuatrocientos centzonhuitznahua, pero eso sólo lo confirmaremos con un telescopio de alta resolución. 

 Sólo que mientras dure su permanencia en este mundo requieren alimentarse. Para que los valores vitales se manifiesten se necesita resolver las necesidades materiales.

 De esto, precisamente, se va a encargar la diosa Chicomecoatl. Su cuerpo, que es la tierra, va a  generar la planta del maíz. El maíz va a estar simbolizado por la serpiente, Coatl.

 

 


 

Chicomecoatl y las 7 mazorcas en el penacho. En los extremos, el sol. 

La boca abierta

 

Del cuerpo informe, sin cabeza, de la Tierra, va a brotar la cabeza, la planta del maíz, en forma de serpiente. Y en  eso va a girar todo el mito.

En cualquier maceta que tenga usted en su casa, en el invernadero de la colonia donde vive o en la planta silvestre que crece en el camellón de su calle, en los lejanos  bosques montañosos o en el jardín de su colonia, ahí está dándose el mito de la diosa Chicomecoatl, en este momento, mañana y siempre, mientras haya tierra, agua  y sol que la caliente.

  La escultura de la Coyolxauhqui se encontró, en febrero de 1978, en la base de la pirámide del Templo Mayor, y en la cumbre, de la misma pirámide, está el recinto de Huitzilopochtli, la mazorca del maíz. Coyolxauhqui, por debajo, es la tierra donde todo germina y Huitzilopochtli-Quetzalcóatl, arriba, el maíz que brota.

 

 

 


 

El glifo por excelencia de Chicomecoatl.

La serpiente rodeada por 7 cuentas.

Aun aquí se representa con la

boca abierta.

 

Es un mito que se representa una y otra vez.

Es el olin, el movimiento espiritual. El ser mediante el hacer. Recuérdese que en la cultura occidental también se es mediante el hacer.

 Este binomio tierra-maíz, que es la vida para los pueblos de Mesoamérica, va a ser interpretado en el siglo dieciséis, época en el que los dioses mexicanos se diabolizaron, como la cosa horrenda de una decapitación de la que salen chorros de sangre en forma de serpientes.

El criterio de los estudiosos  consiste en que la decapitación  es propio en los dioses mexicanos que tienen que ver con la generación del maíz y en general de las mieses. Tal es el caso de Coatlicue y de Coyolxauhqui. Ambas, madre e hija, sin cabeza, porque ambas representan la tierra generatriz. De ahí que la decapitación en los sacrificios de los prisioneros de guerra fuera cosa ritual, habitual.

En tiempos ya del cristianismo en México, en muchas  regiones de tradiciones agrícolas, se repite este rito de la decapitación degollando un ave, y regando su sangre en la tierra, para esperar una buena cosecha. La sangre hace la tarea del líquido generatriz, el semen, el agua, Tláloc.

 La serpiente en la cosmovisión náhuatl es el nagual de Quetzalcóatl. Quetzalcóatl es el dios de la  religión náhuatl asociado con la sabiduría, la cultura y lo espiritual. Lo mismo vale para el Altiplano Mexicano, para el sureste de México, para Mayapán y el centro de América.

El nagual en México, el avatar en la India, es una cosa o animal que representa el espíritu de un sujeto. Por ejemplo, la paloma en el Espíritu Santo del cristianismo. El perro de San Juan Bosco de los salesianos. El colibrí de Huitzilopochtli. El coyote, en Tezcatlipoca, etc.

Y la Coyolxauhqui, así como todas las diosas, sus equivalencias mitológicas, con la tierra: Coatlicue, Chantico, Mictlancihuatl, Xilonen… Tierra Madre Nutricia de plantas,  animales y humanos.

 




Coatlicue

 Síntesis de la filosofía-religión náhuatl.  La vida y la muerte. Los pechos nutricios y su inevitable fin, recordado  por la calavera (otra vez los senos junto a la calavera. Lo que tiene principio tiene fin, vale insistir). En el cuello decapitado tiene 7 cuentas, la cabeza de serpiente (el maíz), la falda de serpientes (mazorcas) y los pies de águila, el fuego solar.

Museo Nacional de Antropología e Historia, ciudad de México..

Foto de Omar Altamira Areyán

 



Acercamiento del cuello de la Coatlicue y sus siete cuentas,


Originalmente la escultura de Coatlicue estaba colocada en la esquina S-W del coatepantli de México -Tenochtitlán (Zócalo. Hay una placa de latón en el piso de asfalto indicando el sitio exacto). Derribada en el siglo dieciséis, por españoles y tlaxcaltecas, en ese sitio permaneció enterrada entre el escombro por varios siglos.

 

 


 Mural de Tepantitla

El guadalupanismo, con   raíces en Chicomostoc,  no es una religión atea, ni tampoco una filosofía teísta,Grandes peregrinaciones  demuestran, cada 12 de diciembre, que creen en lo indemostrable racionalmente: que con  la muerte no acaba todo. El milenario mural de Tepantitla, en Teotihuacán, lo dice. Contiene escenas del Tlalocan paraíso espiritual.

 

 A semejanza de las vírgenes en el cristianismo que, llámense como se llamen, y sin importar el pueblo o continente en el que se manifiesten, son una sola: la Virgen María, madre de Jesús.

 De la misma manera, como veremos, Coatlicue es madre de Dios, es decir, de Huitzilopochtli y señora de todo el entramado mítico de los Tezcatlipocas.

Así es con las diferentes diosas náhuatl del proceso generatriz. Todas son Chicomecoatl (Coatlicue-Coyolxauhqui-Tonantzin-Guadalupe).Las cuentas (siete) en su cuello decapitado traza una línea de unidad entre ellas.

 


Las ciudades mexicanas  se llenan de peregrinos  en el momento de partir para la lejana Basílica.30 kilómetros, 500, 700,1000…

Las ciudades de Chihuahua, Coahuila y  Sonora, en el norte, se ubican a 2 mil kilómetros de distancia de la Basílica, aproximadamente, las del sur-sureste, Yucatán, Chiapas, Quintana Roo, a otros 2 mil.

 Foto tomada de Internet

Una vez más:  Chicomecoatl es la madre- tierra de donde brota la vida.

"Cuidemos a la Madre Tierra de todos", dijo el Papa Francisco, el mes de julio del 2015, en el Encuentro con las Comunidades Populares, en Bolivia.

 El mito es, como queda asentado, que en la  tierra (Coyolxauhqui) brota el maíz (la serpiente).Pero para que eso tenga lugar se necesita el calor, el fuego. Por eso en este mito interviene la Xiucihuatl, mujer de Xiuhtecuhtli, dios del fuego y, más exactamente, la Xiuahcoatl, serpiente de fuego, cuya impresionante escultura se encuentra en el Museo Nacional de Antropología, de la Ciudad de México.

 En el mito de la Coyolxauhqui poco  se menciona a Tláloc, dios del agua. La explicación es que Tláloc es el dios omnipresente en todas las civilizaciones de la cultura mesoamericana. Siempre, en lo alto de la pirámide, se encontraba el recinto del dios tutelar de esa etnia y, junto, en el mismo nivel, el recinto de Tláloc.

 


En la boda azteca se encendía un gran fuego en la casa de la novia. El ritual era que la esposa, al llegar a la fiesta,  diera 7 vueltas a la hoguera...La mujer es la tierra de la que brotarán los nuevos frutos de la humanidad. Es la diosa Chicomecoatl que se presenta en el mundo fenoménico como mujer mortal.

 

  El mito empieza con una mujer llamada Coatlicue, que será la madre de Huitzilopochtli, el dios tutelar de los aztecas. Coatlicue se encuentra un día barriendo el adoratorio de la divinidad en lo alto del cerro Coatepetl (cerro de la serpiente).

Una borla, una pelusa, cae dentro de su  pecho y queda embarazada. Coatlicue tenía muchos hijos, conocidos como los centzonhuitznahua, entre ellos una hija llamada Coyolxauhqui. Se sienten humillados por el embarazo de su madre, que creen de relaciones ilícitas,  y traman su muerte.

Sólo que el niño que Coatlicue trae en su vientre es el dios Huitzilopochtli. Se da cuenta de lo que traman sus hermanos contra su madre y al nacer, ya armado con escudo y flechas,  da muerte a todos los  centzonhuitznahua.

Esto tan extraño, en el mismo  mito, algunos estudiosos del tema lo explican como el Sol (Huitzilopochtli) que a la hora del alba, hace palidecer, hasta propiamente “desaparecer“, a las estrellas, a los centzonhuitznahua.

Coyolxauhqui tiene otro destino. Huitzilopochtli ordena a un guerrero, llamado Tochancalqui, que la decapite.

 La deidad de la decapitación va a contener varios elementos. Un listón blanco, distintivo de los que iban a ser sacrificados, el número 7, como se ha apuntado, generalmente en derredor del cuello, las manos en actitud propiciatoria para las buenas cosechas y la presencia del fuego, para calentar la tierra y broten sus frutos.

De ahí que, llevados de manera consciente, en tiempos precristianos, y ahora de modo  que sólo está en el inconsciente, los mexicanos seguimos viendo los símbolos de la diosa Chicomecoatl, en la iconografía de  la Virgen de Guadalupe.

 Para los católicos mexicanos que tiene miedo de esta su realidad, mítica histórica, recordamos las palabras del Papa Francisco expresadas en Ciudad Juárez, México, el 17 de febrero del 2016:

"México no se entiende sin la Virgen de Guadalupe".

Las estrellas del manto azul de la Virgen de Guadalupe, de México,  son los centzonhuitznahua, el oro del fondo de toda la figura, es propio de los círculos de oro de la Coyolxauhqui que, como se dijo, simbolizan el amarillo de las mazorcas del maíz, de igual manera su broche dorado con una cruz, también muy propio de la Coyolxauhqui. En el cuello la Virgen de Guadalupe tiene un listón blanco, como se dijo, distintivo de los decapitados,    y  7 cuentas apenas distinguibles. Y sobre la falda blanca las borlas algodonosas simbolizadas por las flores. Las manos en actitud propiciatoria. El águila solar, sobre la que está parada, es la que calienta a la tierra y hace germinar la planta del maíz.

 


La virgen de Guadalupe, España.

 

El desconocimiento de las iconografías sagradas ha sostenido la creencia que la Virgen de Guadalupe de España  patrona de Extremadura, venerada por la Iglesia católica, y cuya festividad es el 8 de septiembre, es la misma que la Virgen de Guadalupe de México. Esta imagen sagrada de los españoles, como se ve, carece de la simbología de la Diosa Chicomecoatl. Entre otras cosas, carece de corona y en su lugar el simple manto. 

La corona con la que aparece en alguna representaciones la guadalupana se la pusieron siglos más adelante,cuando la coronaron como "emperatriz de América".

 

 

 


 

La Virgen de Guadalupe de México.


En este sentido debe verse la aparente incongruencia de Huitzilopochtli, dios de la guerra, que ve por la vida de sus hijos. Y su madre Chicomecoatl (o Coatlicue o Coyolxauhqui o Tonantzin o Guadalupe), siguen permitiendo que se cumpla el ciclo morir (la calavera que Chicomecoatl, Coyolxauhqui y Coatlicue llevan en la espalda) para volver a nacer, no reencarnar, sino seguir viviendo, como Sócrates lo creía, pero ahora ya en la Ptia donde ya no hay tiempo ni espacio, que en México no se llama Ptia sino Chicomostoc (7 cuevas) de donde una vez salieron las tribus mexicanas.

 


El ADN de la Virgen de Guadalupe, que la identifica con Chicomecoatl: las siete cuentas del cuello. 

Para facilidad en su localización hemos puesto un punto rojo debajo de cada cuenta.


Otra vez, resumiendo:

Los mexicanos cada año, puntualmente,  el 12 de diciembre,   se dirigen al mítico Chicomostoc, en su avatar  fenoménico, la Basílica de Guadalupe.

 

 

 

 

 

 

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Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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