Para
entender a la Coyolxauhqui sólo se encuentra la clave del misterio conociendo a
la diosa Chicomecoatl.
Millones de
mexicanos, en México y en el mundo, siguen adorando en este siglo veintiuno a
Chicomecoatl.
Chicomecoatl= 7 serpiente (serpiente
en singular, no plural)
Chicome/Coatl
Chicome= 7
Coatl= serpiente
Síntesis del mito:
Chicomecoatl con sus 7 cuentas en la frente |
La religión náhuatl se sustenta en el número 7.De
Chicomostoc (siete cuevas), salieron las tribus mexicanas para recorrer el mundo.
En su primera etapa llegaron al Valle de México, siguieron al norte del
continente, después se fueron para Estados Unidos y finalmente se desparramaron
por el mundo.
Por lo general a Chicomecoatl se le representa con la boca abierta. A semejanza de la tierra seca que necesita el agua. En la practica del rito a esta diosa ello significaba la sangre de los prisioneros de guerra que decapitaban en su presencia.
Y volverán a
Chicomostoc, dice la leyenda, pero ya como estrellas, bajo el nombre de centzonhuitznahua.
Siete son las estrellas, paraíso celeste de los mexicanos, agrupadas en algún lugar del cielo. El mito dice que son cuatrocientos centzonhuitznahua, pero eso sólo lo confrimaremos con un telescopio de alta resolución.
Siete son las estrellas, paraíso celeste de los mexicanos, agrupadas en algún lugar del cielo. El mito dice que son cuatrocientos centzonhuitznahua, pero eso sólo lo confrimaremos con un telescopio de alta resolución.
Sólo que
mientras dure su permanencia en este mundo necesitan alimentarse. Para que los
valores vitales se manifiesten se necesita resolver las necesidades materiales.
De esto,
precisamente, se va a encargar la diosa Chicomecoatl. Su cuerpo, que es la
tierra, va a generar la planta del maíz.
El maíz va a estar simbolizado por la serpiente, Coatl.
Chicomecoatl y las 7 mazorcas en el penacho. La boca abierta |
Del cuerpo informe,
sin cabeza, de la Tierra, va a brotar la cabeza, la planta del maíz, en forma
de serpiente. Y en eso va a girar todo
el mito.
En cualquier
maceta que tenga usted en su casa, en el invernadero de la colonia donde vive o
en la planta silvestre que crece en el camellón de su calle, en los
lejanos bosques montañosos o en el
jardín de su colonia, ahí está dándose el mito de la diosa Chicomecoatl, en
este momento, mañana y siempre, mientras haya tierra, agua y sol que la caliente.
La escultura
de la Coyolxauhqui se encontró, en febrero de 1978, en la base de la pirámide
del Templo Mayor, y en la cumbre, de la misma pirámide, está el recinto de
Huitzilopochtli, la mazorca del maíz. Coyolxauhqui, por debajo, es la tierra donde todo germina y
Huitzilopochtli-Quetzalcóatl, arriba, el maíz que brota.
El glifo por excelencia de Chicomecoatl. La serpiente rodeada por 7 cuentas. Aun aquí se representa con la boca abierta. |
El doble
símbolo es que en el nivel en el que se encontraba ( y se encuentra una réplica
suya) ubicada la Coyolxauhqui, en el Templo Mayor, de México-Tenochtitlán, están las dos cabezas de la serpiente.
Es un mito
que se representa una y otra vez.
Es el olin,
el movimiento espiritual. El ser mediante el hacer. Recuerdes que en la cultura
occidental también se es mediante el hacer.
Al estilo
del alpinismo donde la meta no es la cumbre sino que se es mediante el
ejercicio de ascender hacia la cumbre. Y
cuando se alcanza la cumbre volver a intentar otra ascensión, para
volver ser. Cuando se deja de ir a la
cumbre empieza el no –ser. Por eso algunos montañistas, aun ya ancianos, siguen
intentando ir hacia la cumbre, para seguir siendo.
Cualquier
tratamiento médico, preventivo o curativo, el médico recomienda: muévase, camine,
haga ejercicio. No lo dice pero sabe que en el momento que el individuo deja de
moverse, empieza a no-ser.
Este binomio
tierra-maíz, que es la vida para los pueblos de Mesoamérica, va a ser interpretado
en el siglo dieciséis, época en el que los dioses mexicanos se diabolizaron, como
la cosa horrenda de una decapitación de la que salen chorros de sangre en forma
de serpientes.
El criterio
de los estudiosos consiste en que la decapitación es
propio en los dioses mexicanos que tienen que ver con la generación del maíz y
en general de las mieses. Tal es el caso de Coatlicue y de Coyolxauhqui. Ambas, madre e hija, sin cabeza, porque ambas representan la tierra generatriz. De ahí
que la decapitación en los sacrificios de los prisioneros de guerra fuera cosa
ritual, habitual.
En tiempos ya
del cristianismo en México, en algunas regiones de tradiciones agrícolas, se
repite este rito de la decapitación degollando un ave, y regando su sangre en
la tierra, para esperar una buena cosecha. La sangre hace la tarea del líquido
generatriz, el agua, Tláloc.
Coyolxauhqui. Se ven las 7 cuentas en su cuello cercenado y se repite el 7 en la cinta entre la nariz y los ojos. En el extremo de los miembros cercenados, igualmente se repite el siete. Tiene la boca abierta. En el fondo, los centzonhuitznahua, sus hermanos, brillan en el firmamento
La serpiente
en la cosmovisión náhuatl es el nagual de Quetzalcóatl. Quetzalcóatl es el dios
de la religión náhuatl asociado con la sabiduría,
la cultura y lo espiritual. Lo misma vale para el Altiplano Mexicano, para el
sureste de México, para Mayapán y el centro de América.
El nagual en México, el avatar en la India, es una cosa o animal que representa el espíritu de un sujeto. Por ejemplo, la paloma en el Espíritu Santo del cristianismo. El perro de San Juan Bosco de los salesianos. El colibrí de Huitzilopochtli. El coyote, en Tezcatlipoca, etc.
El nagual en México, el avatar en la India, es una cosa o animal que representa el espíritu de un sujeto. Por ejemplo, la paloma en el Espíritu Santo del cristianismo. El perro de San Juan Bosco de los salesianos. El colibrí de Huitzilopochtli. El coyote, en Tezcatlipoca, etc.
En el mito
de la Coyolxauhqui, Quetzalcóatl-serpiente, tiene su avatar en el maíz,
alimento por excelencia de los mexicanos.
Y la Coyolxauhqui,
así como todas las diosas, sus equivalencias mitológicas, con la tierra:
Coatlicue, Chantico, Mictlancihuatl, Xilonen… Tierra Madre Nutricia de animales y humanos.
"Cuidemos a la Madre Tierra de todos", dijo el Papa Francisco, el mes de julio del 2015, en el Encuentro con las Comunidades Populares, en Bolivia.
"Cuidemos a la Madre Tierra de todos", dijo el Papa Francisco, el mes de julio del 2015, en el Encuentro con las Comunidades Populares, en Bolivia.
A semejanza
de las vírgenes en el cristianismo que, llámense como se llamen, y sin importar
el pueblo o continente en el que se manifiesten, son una sola: la Virgen María,
madre de Jesús.
De la misma manera, como veremos, Coatlicue es madre de Dios, es decir, de Huitzilopochtli y señora de todo el entramado mítico de los tezcatlipocas.
De la misma manera, como veremos, Coatlicue es madre de Dios, es decir, de Huitzilopochtli y señora de todo el entramado mítico de los tezcatlipocas.
Así es con
las diferentes diosas náhuatl del proceso generatriz. Todas son Chicomecoatl (Coatlicue-Coyohauqui-Tonantzin-Guadalupe).
El mito es,
como queda asentado, que en la tierra
(Coyolxauhqui) brota el maíz (la serpiente).Pero para que eso tenga lugar se
necesita el calor, el fuego. Por eso en este mito interviene la Xiucihuatl,
mujer de Xiuhtecuhtli, dios del fuego y, más exactamente, la Xiuahcoatl,
serpiente de fuego, cuya impresionante escultura se encuentra en el Museo
Nacional de Antropología, de la Ciudad de México.
En el mito
de la Coyolxauhqui poco se menciona a
Tláloc, dios del agua. La explicación es que Tláloc es el dios omnipresente en
todas las civilizaciones de la cultura mesoamericana. Siempre, en lo alto de la
pirámide, se encontraba el recinto del dios tutelar de esa etnia y, junto, en
el mismo nivel, el recinto de Tláloc.
En la boda azteca se encendía un gran fuego en la casa de la novia. El ritual era que la esposa, al llegar a la fiesta, diera 7 vueltas a la hoguera...La mujer es la tierra de la que brotarán los nuevos frutos de la humanidad.
Todas estas
equivalencias mitológicas, de la generación de la tierra, incluida la
Xiuahcoatl, que es del fuego, llevan el número 7 y por lo general lo llevan en
el cuello. Un cuello decapitado del que brota la planta del maíz.
El mito
empieza con una mujer llamada Coatlicue, que será la madre de Huitzilopochtli,
el dios tutelar de los aztecas. Coatlicue se encuentra un día barriendo el
adoratorio de la divinidad en lo alto del cerro Coatepetl (cerro de la
serpiente).
Una borla,
una pelusa, cae dentro de su pecho y
queda embarazada. Coatlicue tenía muchos hijos, conocidos como los
centzonhuitznahua, entre ellos una hija llamada Coyolxauhqui. Se sienten humillados por el embarazo de
su madre, que creen de relaciones ilícitas, y traman su muerte.
Sólo que el
niño que Coatlicue trae en su vientre es el dios Huitzilopochtli. Se da cuenta
de lo que traman sus hermanos contra su madre y al nacer, ya armado con escudo
y flechas, da muerte a todos los centzonhuitznahua.
Esto tan
extraño, en el mismo mito, algunos
estudiosos del tema lo explican como el Sol (Huitzilopochtli) que a la hora del
alba, hace palidecer, hasta propiamente “desaparecer“, a las estrellas, a los centzonhuitznahua.
La Xiucoatl. Con sus 7 esferas en la parte superior.La perspectiva permite ver sólo cuatro. |
Coyolxauhqui
tiene otro destino. Huitzilopochtli ordena a un guerrero, llamado Tochancalqui,
que la decapite.
La deidad de
la decapitación va a contener varios elementos. Un listón blanco, distintivo de
los que iban a ser sacrificados, el número 7, generalmente en derredor del
cuello, las manos en actitud propiciatoria para las buenas cosechas y la
presencia del fuego, para calentar la tierra y broten sus frutos.
Mito de la fundación de la ciudad de los
aztecas. Estas borlas, caídas en el pecho de Coatlicue, son tan fundamentales
que dieron lugar al nacimiento de Huitzilopochtli, y van a aparecer en otro
nacimiento: se ven en el escudo de la fundación de México-Tenochtitlán.
De ahí que,
llevados de manera consciente, en tiempos precristianos, y ahora de manera que
sólo está en el inconsciente, los mexicanos seguimos viendo los símbolos de la
diosa Chicomecoatl, en la iconografía de la Virgen de Guadalupe.
"México no se entiende sin la Virgen de Guadalupe". Palabras del Papa Francisco, en Ciudad Juárez, el 17 de febrero del 2016.
"México no se entiende sin la Virgen de Guadalupe". Palabras del Papa Francisco, en Ciudad Juárez, el 17 de febrero del 2016.
Las
estrellas del manto azul de la Virgen de Guadalupe, de México, son los centzonhuitznahua, el oro del fondo de toda
la figura, es propio de los círculos de oro de la Coyolxauhqui que, como se
dijo, simbolizan el amarillo de las mazorcas del maíz, de igual manera su
broche dorado con una cruz, también muy propio de la Coyolxauhqui. En el cuello
la Virgen de Guadalupe tiene un listón y 7 cuentas apenas distinguibles. Y sobre la
falda blanca las borlas algodonosas simbolizadas por las flores. Las manos en
actitud propiciatoria. El águila solar, sobre la que está parada, es la que
calienta a la tierra y hace germinar la planta del maíz.
El
desconocimiento de las iconografías sagradas ha sostenido la creencia que la
Virgen de Guadalupe de España (izquierda) patrona de Extremadura, venerada por la Iglesia
católica, y cuya festividad es el 8 de septiembre, es la misma que la Virgen de
Guadalupe de México. Esta imagen sagrada de los españoles, como se ve, carece
de la simbología de la Diosa Chicomecoatl.
Lo que queda
dicho es la interpretación agrícola, como la veían los pueblos campesinos de
Mesoamérica. Pero, a semejanza (de manera paralela y autónoma) de la filosofía
occidental, aquí las cosas también tenían su doble intención, lo empírico y los
vital, lo material y lo espiritual. Lo que acaba en ese día o en ese siglo, y lo que permanece
más allá de lo atómico.
La Virgen de Guadalupe de México. |
En este
sentido debe verse la aparente incongruencia de Huitzilopochtli, dios de la
guerra, que ve por la vida de sus hijos. Y su madre Chicomecoatl o Coatlicue o
Coyolxauhqui o Tonantzin. Siguen siendo la triada (tierra, fuego y maíz) que junto con el agua, van permitiendo que se
cumpla el ciclo morir (la calavera que Chicomecoatl, Coyolxauhqui y Coatlicue
llevan en la espalda) para volver a nacer, no reencarnar, sino seguir viviendo,
como Sócrates lo creía, pero ahora ya en la Ptia donde ya no hay tiempo ni espacio,
que en México no se llama Ptia sino Chicomostoc (7 cuevas) de donde una vez
salieron las tribus mexicanas.
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Ceremonia de agradecimiento a la tierra, en el pueblo del Xate, municipio de Atotonilco el Grande, del Estado de Hidalgo, México, el 26 de febrero de 2017. Las fotos son de Omar Altamira Areyán.
El terreno dio buena cosecha este año. En el inicio de la ceremonia el hombre de la casa dirigirá palabras de agradecimiento a la tierra.
La tierra, en el pensamiento náhuatl, como el éter, en las creencias originales de los griegos, dice W. K. C. Guthrie, "vive y siente y, en realidad, es divino." Los filosofos griegos.
En la academia, Chicomecoatl está en los estantes de las bibliotecas de Antropología.
En esta gente del campo Chicomecoatl es un binomio tan material como metafísico. Le hablan a la tierra como nosotros nos dirigimos a otra persona presente.
La noche anterior hicieron un hoyo en la tierra, la calentaron, introdujeron carne de borrego. Este día sacaron la barbacoa.
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Ceremonia de agradecimiento a la tierra, en el pueblo del Xate, municipio de Atotonilco el Grande, del Estado de Hidalgo, México, el 26 de febrero de 2017. Las fotos son de Omar Altamira Areyán.
El terreno dio buena cosecha este año. En el inicio de la ceremonia el hombre de la casa dirigirá palabras de agradecimiento a la tierra.
La tierra, en el pensamiento náhuatl, como el éter, en las creencias originales de los griegos, dice W. K. C. Guthrie, "vive y siente y, en realidad, es divino." Los filosofos griegos.
En la academia, Chicomecoatl está en los estantes de las bibliotecas de Antropología.
En esta gente del campo Chicomecoatl es un binomio tan material como metafísico. Le hablan a la tierra como nosotros nos dirigimos a otra persona presente.
La noche anterior hicieron un hoyo en la tierra, la calentaron, introdujeron carne de borrego. Este día sacaron la barbacoa.
Las pencas de maguey, parte del cocimiento,
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