M. T.DE C. Y LA MANERA SENCILLA DE CAMBIAR AL MUNDO


 

Un mismo número de zapatos para todos es un absurdo con el que no se puede vivir.

Lo mismo para con una manera de pensar para todos.

" A cada determinación del Ser corresponde una filosofía." Hegel.

La diversidad en la manera de pensar, y su respeto hacia ella, eleva la calidad de los pueblos y da paz a la familia.

Cuando no hay maneras de pensar no hay respeto para las instituciones civiles, religiosas y filosóficas, las calles se llenan de violencia y el mundo se descompone.

Una madre soltera debe batallar mucho para alimentar, vestir y educar a su niño. Es una persona vulnerable. El mundo laboral la explota,  la sociedad la señala y los gañanes buscan esclavizarla sexualmente.

¡Y en el planeta hay seiscientos millones de madres solteras!

No hay dinero para comprar libros de cultura y en casa no hay tampoco el hábito ni tiempo para leer.

¡Sólo queda  aprender de la calle!

Todo esto lo sabía de primera mano  Agnes Gonxha Bojaxhiu, que era el nombre de la Madre Teresa de Calcuta. Por las consecuencias ella sacaba las causas. Por las consecuencias en la que ella metía las manos para tratar de paliar el dolor de las personas, sabía que las causas lejanas o cercanas estaban podridas.

Le hablaban de un mundo que no respeta las otras maneras de pensar.

Espíritu religioso y una posición filosófica a- tea. No sólo es deseable que ambas posiciones de pensamiento existan, sino que es necesario, indispensable, que así sea. Es la ineludible antinomia de los filósofos. Necesario que haya  individuos finitos tanto como los que creen en una vida atemporal. En palabras de Jean Wahl “lo no esencial es esencial a la esencia”.

Cada quien es como es y debe crecer en su naturaleza, no en la de otros, una línea recta no es un cuadrado ni un manzano puede crecer como espinaca.

 Cuando Wahl comenta a Platón hablar de las cosas esenciales, anota:” Un triángulo, un caballo o un hombre tiene ciertas propiedades específicas que constituyen su esencia y es en forma de proposiciones como pueden atribuirse a las cosas estas propiedades esenciales.”

Todas las religiones positivas crecen en número de adeptos, por más que la propaganda de los de enfrente digan lo contario. Hasta las religiones hechas sobre las rodillas crecen.

Y más el cristianismo, la India, China…Crece la población mundial… en la actualidad ya vamos en los siete mil millones de habitantes y estas cifra se duplican en tiempos muy cortos.

Es motivo de felicidad que las religiones y la política busquen el bien estar espiritual, y el material, de sus adeptos.

En el fondo sólo hay una realidad que se considera desde distintos puntos de enfoque. Pero, como dicen en Chamonix, cada quien su enfoque y es necesario respetarlo.

 Los bigbangueros, los implosionistas, los creacionistas y los darwinianos, todos caben en el tranvía llamado deseo de vivir. Jean Wahl en su Introducción a la filosofía, lo dice de esta manera:

"el espíritu va sin cesar de los átomos al éter, del éter a los electrones y así sucesivamente, descubriendo siempre algo nuevo, pero teniendo siempre delante algo nuevo que descubrir, hasta detenerse por último ante lo que ya no cabe estudiar científicamente."

La sopa la echan a perder algunos políticos que meten mano en la teología y en la  filosofía. Al menos treinta siglos hablan de ello. La primera no es de su incumbencia ya que está fuera de lo fenomenológico. Y la segunda no es frecuente encontrarla en las bibliotecas caseras de los políticos.


Dibujo tomado del diario El País
23/12/2017
No obstante todo lo dicho, la mayor población de creyentes, en el planeta, es la que practica la adoración a la naturaleza, llamada “animismo”.

Se debe a las  circunstancias que el ejercicio dialéctico, libre, el cristianismo,  lo defendió, al precio de su vida física, los primeros tres siglos de nuestra era. Con su sangre, con su bagaje mesiánico y su gran presencia de la filosofía helénica, se impuso a todo obstáculo y triunfó.

A partir de ahí (el caso de América española y América anglosajona) el cristianismo fue impuesto por la espada.

Debido a la ausencia del ejercicio dialectico, en  una gran parte de la población subyace la adoración a la divinidad en los avatares de la naturaleza (agua, fuego, viento y tierra) en lo que  Jung llama inconsciente colectivo.

Además que los numerosos grupos étnicos  nunca abandonaron sus soles inteligibles y  representan lo  que los  cristianos llaman “ídolos”. Véase aquí, en Internet,  los mapas de las etnias de cada país de Indoamérica y se verá lo numeroso que es.

"Todas las grandes religiones del mundo tiene un pedestal animista. Adaptan a su teología esa vieja creencia en la presencia  de almas  en todas las fuerzas de la naturaleza."

Odon Vallet, Las religiones del mundo.

No se cuenta entre los que condenan  el animismo el Papa Francisco que en todas partes dice que cuidemos las creencias ancestrales y a la “Madre Tierra”.

Deseable que los Estados Unidos anglosajones sean protestantes y los países del sur católicos. Alsacia y Cevenas, en Europa, son unos “papistas” y otros hugonotes desde hace cuatro cientos  años.

No todos caben en el mismo número de zapatos, que es lo que una vez pretendió el mal intencionado sincretismo. Al contrario, hay dialéctica  sana, bien intencionada, en los diferentes modos de pensar, que es lo que busca el ecumenismo.

Vemos el mundo según el nivel de nuestra percepción y comprensión.

Ante una desgracia amorosa los argentinos componen un tango. Los mexicanos, en cambio, tomamos un litro de tequila...

 A condición de que el pensamiento a- teo sea informado filosóficamente, no panfletero que por dejadez  o conveniencia se dice ateo. Parafraseando a Goethe diremos que un a-teo no es “una cáscara sin meollo”.

 No está por demás insistir que en los países donde hay juego libre de la democracia puede haber, y hay, toda clase de modos de pensar.

Entonces, ¿por qué el mundo está tan  descompuesto?

La práctica y el tiempo se encargarán  de mostrar cuál de tantas verdades estuvo más cerca de la Verdad, y cual se quedó en puro pensamiento o en puro prometer político en vísperas  de elecciones.

Es conocida aquella pregunta que alguien hizo a la Madre Teresa De Calcuta, en medio de una conferencia de prensa. “¿Cómo podemos cambiar este mundo tan lleno de violencia,  falta de honradez  y seiscientos millones de madres solteras batallando para sacar adelante a sus niños”.

“¿Quiere cambiar al mundo-contestó la entrevistada-¿¡ Vaya con su familia!”
AGNES

Teresa de Calcuta, de nombre secular Agnes Gonxha Bojaxhiu y también conocida como Santa Teresa de Calcuta o Madre Teresa de Calcuta,  fue una monja católica de origen albanés naturalizada india,  que fundó la congregación de las Misioneras de ... Wikipedia
Fecha de nacimiento: 26 de agosto de 1910, Skopie, República de Macedonia
Fallecimiento: 5 de septiembre de 1997, Calcuta, India
Padres: Nikölle Bojaxhiu; Dranafile Bernai
Beatificación: 19 de octubre de 2003; por Juan Pablo II
Canonización: 4 de septiembre de 2016; por Francisco
Principal santuario: Capilla del hogar Madre Teresa de las Misioneras de la Caridad (Calcuta, India)

 

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Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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