Mr. Lennox apuñala el retrato
magnifico de Marian Everett, que en breve va a ser su esposa. A través de la
pintura descubre que la bella mujer no tiene la probidad que él esperaba de
ella.
Igual que Dorian Grey apuñaló su
propio retrato que llevaba el registro metafísico de todas sus perversidades.
Por algunas misteriosas razones estos retratos, verdaderos avatares de sus respectivos dueños, cargan con esas aberraciones morales.
Por algunas misteriosas razones estos retratos, verdaderos avatares de sus respectivos dueños, cargan con esas aberraciones morales.
La pregunta que subyace en la novela
de H. James (hermano del célebre filósofo norteamericano William James) es con quién nos
casamos cuando vamos con el sacerdote, los creyentes, o bien con el juez, los
laicos.
Por lo general nos casamos con la virtud,
no con la no- virtud. Y éste, casarse con la virtud, es el origen de que las
mesas de los juzgados estén repletas de solicitudes de divorcio.
Tantos que, para darse abasto, y como próspero negocio, en los últimos tiempos está la figura de “divorcio exprés”. En los postes de la luz, paredes de puestos de tacos y vagones del metro, se ven ofertas como esta: “Divorcios inmediatos por 800 pesos y el resto lo paga en cómodos plazos.”
Tantos que, para darse abasto, y como próspero negocio, en los últimos tiempos está la figura de “divorcio exprés”. En los postes de la luz, paredes de puestos de tacos y vagones del metro, se ven ofertas como esta: “Divorcios inmediatos por 800 pesos y el resto lo paga en cómodos plazos.”
Los matrimonios para siempre, en esta vida, y para toda la eternidad después, tiene
la característica que se casan con las virtudes y con los defectos, vamos a
decirle así, a las manifestaciones psicofísicas de la condición humana.
Para siempre no se piense en una relación de amonita fosilizada, sino
que “el amor tiene que renovarse todos los días” dijo el Papa Francisco, el 15
de febrero del 2016 en el estado de Chiapas, México.
Relaciones de humanos con pleitos de
pareja, chismes de algunas suegras y algún plato que vuela con intención
punitiva. Pero al final restablecer la calidez del hogar porque de otra manera,
a la mañana siguiente, las paredes de esa casa empezarán a enfriarse, agregó en
esa ocasión el Papa.
Aristóteles coincide con el Papa (en el libro undécimo capítulo cinco de su Metafísica) al hablar de los axiomas: "...los que quieren conversar entre sí deben comprenderse, porque ¿cómo puede sin esta condición haber entre ellos comunicación de pensamientos?"
Aristóteles coincide con el Papa (en el libro undécimo capítulo cinco de su Metafísica) al hablar de los axiomas: "...los que quieren conversar entre sí deben comprenderse, porque ¿cómo puede sin esta condición haber entre ellos comunicación de pensamientos?"
En los matrimonios para siempre hay, de alguna manera, la intuición que los hombres no somos los únicos que tenemos halitosis, ni
descalcificaciones en los huesos.
Los matrimonios de recambio, en cambio, son propios de los novios que
se casan con la virtud. Sólo que la
virtud, nada más, la virtud, no es de humanos. En la búsqueda de su amada Blanca Nieves se casan con la perfección,con las entelequias o con las mónadas, pero no
con las mujeres humanas.
Ese es el fondo de Historia de una obra maestra.
John Lennox, viudo rico y culto, cono
ce a la hermosa Marian Everett, de edad casadera, que le corresponde porque
también lo quiere sinceramente y porque, un matrimonio así, la sacará de
la situación económica precaria en la que se encuentra.
La fecha de la boda está fijada.
Entre tanto Charles Baxter, un pintor de mucho mérito artístico, le hace un
retrato, una verdadera obra maestra.
Cuando Lennox ve la pintura queda encantado. Pero la figura tiene algo que lo empieza a inquietar.
Cuando Lennox ve la pintura queda encantado. Pero la figura tiene algo que lo empieza a inquietar.
Investiga y llega a descubrir que su
prometida y el pintor habían tenido una aventura algún tiempo antes en Paris.
Por eso el pintor conocía tan bien a la muchacha. No tuvo la idea de destacar en el lienzo su alma un tanto
turbia de la muchacha, sólo su mano con el pincel se movió de manera
inconsciente.
Pero, a la sazón no hay nada entre
ellos. El pintor tiene una pareja y Marian Everett ya no se inquieta por el
pintor.
casarse con un entelequia Las entelequias no tiene halitosis ni sufren descalcificación en los huesos |
El dilema está ahora en John Lennox,
que lucha contra aquella desazón que le ha causado el haber descubierto que su
prometida no es la pureza que había imaginado.
Vaga solo por las calles e incluso, como esta novela fue escrita en el siglo diecinueve, el siglo en que los enamorados desengañados hasta se suicidaban, también Lennox piensa en un momento en quitarse la vida.
Así de intenso es el sentimiento de desencanto. Escribirá su testamento en favor de su prometida, pues por nada la quiere dejar desprotegida en los aspectos materiales, y, ¡adiós!
Vaga solo por las calles e incluso, como esta novela fue escrita en el siglo diecinueve, el siglo en que los enamorados desengañados hasta se suicidaban, también Lennox piensa en un momento en quitarse la vida.
Así de intenso es el sentimiento de desencanto. Escribirá su testamento en favor de su prometida, pues por nada la quiere dejar desprotegida en los aspectos materiales, y, ¡adiós!
Pero no hace tal cosa. Se le ve
volver a su mansión, va a la sala donde está la pintura de Marian, saca una
daga y empieza a tasajearla hasta la total destrucción de la tela.
Después de eso se siente totalmente
aliviado de sus temores. La condición morbosa no era de parte de Marian, sino
de él que soñaba con una entelequia y no con una mujer humana.
Su pensamiento fue el siguiente: “se
había confundido con ella y la había sobrevalorado y la culpa era suya, y era injusto hacerla pagar
por su error. Cualesquiera que fueran sus defectos, eran profundamente
involuntarios, estaba claro que sus intenciones eran buenas para con él. No
sería una compañera pero al menos sería una esposa fiel.”
En breve se casaron y las relaciones ahora
fueron más maduras.
A diferencia del final de retrato de Dorian
Grey, que el cuchillo acaba con su dueño, aquí el cuchillo fue como un bisturí
que extirpó el mal de Lennox.
“Henry James (Nueva York, 15 de abril de 1843 – Londres, 28
de febrero de 1916) fue un escritor y crítico literario estadounidense (aunque
pasó mucho tiempo en Europa y se nacionalizó británico casi al final de su
vida) de finales del siglo XIX y principios del XX, conocido por sus novelas y
relatos basados en la técnica del punto de vista, que le permite el análisis
psicológico de los personajes desde su interior. Fue hijo de Henry James Sr. y
hermano menor del filósofo y psicólogo William James.” WIKIPEDIA
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