Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN): Tormanta en la selva

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Tormenta en la selva



Autor: Armando Altamira Gallardo
Serie: Cuadernos de Comunicación Sindical número 47
Septiembre 1994
68 páginas
Prestación de Agustín Castillo López

Secretario General: Agustín Rodríguez Fuentes
Secretario de Prensa y Propaganda: Esteban Guerrero Santos
Elaboración de los Cuadernos: Alberto Pulido A., Agustín Castillo L. Armando Altamira G., Esperanza Paredes, Ángel Granados, Antonio Muñoz.
Ángel Alvarado (Tipografía)
Gustavo Godinez (Diseño)
Mecanografía: Amparo Flores Almazán.
Arnulfo Jiménez (Impresión)
Trabajo de Apoyo: Gabriel Caballero y Fidel Reza

Distribución Gratuita
Editados por la Secretaría de Prensa y Propaganda del STUNAM
Septiembre de 1994.

    


Presentación

Otro marcos

—En Lacandonia siempre todo será grande, y ¡Ay del que intente
vulgarizarla con pequeñeces intrascendentes!
Pablo Montañez.

Se presenta, los domingos, temprano, acompañado de sus dos hijos, a limpiar el jardín y a replantar las nuevas flores, arrancar las plagas, las amapolas son bonitas pero necias, como las mujeres, decía. A medio día comíamos en el patio grande, se platicaba hasta la noche, de las flores, de animales, de súcumos, de espantos, de las mariposas, de la vida y también de Dios.

Era viejo, sin edad, sacado de una fotografía de Casasola, sonrisa suave, pelo blanco, grandes bigotes también blancos, las manos siempre cruzadas a la altura de su barriga, pantalones limpios con mil remiendos costurados con tiempo, camisa de manga larga y abotonada hasta el cuello, nunca sudaba compartía su sonrisa con las flores.

Entre semana trabajaba de peón con Don Hernán, con el más rico del pueblo, dueño de la fábrica de trago, de la fruta, de las legumbres, de las casas, de la lechería y de las vacas, de las fincas ganaderas, maiceras, de fríjol, de café, de cacao y de la línea de camiones foráneos.

Le pregunté, usted dónde nació, se rió intentando abrir sus pequeños ojos, aquí en San Cristóbal, en el Barrio de San Ramón, por la salida a San Juan Chamula. Trabajaba en una Quinta, desde niño todo el día y toda mi familia, nos pagaban lo que querían, nunca supimos cuánto. Cuando alguien se embolaba lo colgaban de una red que levantaban con una garrucha, con un lazo de crin de caballo, nos arreaban en el campo. Cuando se enojaba Don Enhoc el administrador, pues no pagaba, ni entregaba maíz ni fríjol. Tiempos difíciles, para nosotros los pobres, los más jodidos eran los indios, ni la Castilla entendían.

Yo participé en la revolución, sin querer ni saberlo. Un día de fiesta, en el parque Central, después de misa, los federales nos tornaron presos, yo era un indizuelo, nos amarraron, primero nos dijeron que estábamos acusados de robo y además éramos haraganes, a las mujeres las mandaron al niñado, a los hombres a Tuxtla, después de una semana llegamos, nos formaron desnudos, bañándonos como al ganado y nos cortaron el pelo corno curique y con ropa de guacho, caminamos a la costa, después en tren, muchos días y gran dilación, llegamos a México.

Preocupado, pues no pude avisarles a mi papá ni a mi mamá, nadie nos dijo a dónde íbamos o a donde nos dirigíamos, nos encerraron en una cárcel grande.

Por la noche, el sargento dijo que sería asignado a Chihuahua para pelear contra los revolucionarios, lo que más me dolía eran los pies, las botas no las aguantaba, siempre fui descalzo, cuando llegamos a Chihuahua nos dijeron que estábamos en libertad, que el Supremo Gobierno no nos necesitaba, quedé en el parque, pero ahora en Chihuahua, no pudieron decirme qué camino coger para San Cristóbal, tampoco conocían el Barrio de San Ramón, no tenía a dónde ir, un día llegaron los revolucionarios, nos preguntaron a los que nos quedamos, si queríamos pelear con Villa, y que no tenía que usar las botas, les dije que si y hasta me pagaron.

Caminé mucho con ellos, participé en la guerra, nunca me pasó nada, le pedía a Dios, a San Ramón y la virgen de la Merced que me cuidaran. Pasaron muchos meses, al fin llegamos a la Capital, lo mismo, nadie sabía que pasaría. Igual como llegué a México la primera vez. Me llamó un oficial, me dijo que podía irme a mi tierra, que la revolución, la patria y el general Villa, agradecían los servicios prestados.

Que gracias a que la revolución estaba triunfando, todos los pobres del país tendríamos tierra, agua, justicia y escuela, que nuestros hijos serían felices.

Tardé mucho tiempo en regresar a San Cristóbal. En Jovel me encontré todo igual, es más, los ricos estaban enojados y no querían darme trabajo, porque era de los alzados.

De eso hace muchos años, tampoco ahora tengo tierra, ni casa, mis hijos no fueron a la escuela; de México llegó la orden de que toda la gente que trabaja con Don Hernán, la metan al Seguro Social, que nos quitaran dinero, pero tendremos derecho a doctor y medicinas. Ahora nos pagan cada sábado, solo cuando Don César está enojado o bolo, nos pagan el lunes, ya no es administrador, ahora le llaman contador, algo ha cambiado, jodidos los indios, que todavía no entienden la Castilla.

Dicen que en México, se está preparando otra revolución, por eso regaño a mis hijos, que no se paren en el parque. Les puede suceder lo mismo, ¡Y ya ven, en balde tantos muertos!

Ya es de noche, el próximo domingo regresamos. El río Amarillo está crecido y todo el barrio de San Ramón está inundado, como antes. En la semana también los geranios, los rosales están bonitos, los claveles se están dando bien, ya mero llegan las mariposas, tenga cuidado con las chinitas y los zanates. Esperamos que la primavera nos traiga sol, esperanza y vida, para contarles a mis nietos cómo era antes, pero las cosas están cambiando. Ya ve, dicen que el gobierno pondrá un radio para que hablen los indios en su lengua, pues siguen sin entender la Castilla, están jodidos.

Adiós Don Marcos, hasta la próxima revolución.

Agustín Castillo López
9 de Septiembre, 1994.




PRIMERA PARTE

4 de agosto de 1994.


Escasez de víveres, el fantasma de la hambruna recorriendo las calles de San Cristóbal de las Casas, los coletos ricos ametrallando a la población, espías de gobernación llegando hasta ti de manera ladina para sacarte de dónde vienes y cuál es tu idea en este evento de la Convención, ¿vas a votar por la guerra?, la insalubridad a punto de desatar una epidemia, los retenes militares en las carreteras entre Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal bajándote a culatazos para averiguar si llevas armas a los zapatistas, no hay agua, zopilotes internacionales vendedores de armas compitiendo entre sí para conseguir el mejor contrato, virtual estado de sitio pero sobre todo no olvidar que San Cristóbal y todas esas poblaciones del área de la guerra sufren un dramático desabasto y sus obligadas compras de pánico “no responder a provocaciones” dice el reglamento para los convencionistas.

El día que llegamos a San Cristóbal nos encontramos con que éramos unos del montón entre torrentes de turistas que recorren de norte a sur la calle Insurgentes que es la que va de la terminal de autobuses hasta la famosa catedral donde por las tardes oficia misa e obispo Samuel Ruiz. Ni más ni menos como si hubiéramos llegado a Acapulco o a cualesquiera de esos sitios cosmopolitas de México. Llueve fuerte. Sale el sol. Vuelve a llover. Extranjeros europeos, norteamericanos y asiáticos van desapercibidamente por todos lados, tomando fotos, gastando pero menos que los mexicanos, seguidos de sus mujeres rubias de cabello, bellas, y blancas de piel.

San Cristóbal de las Casas probablemente nunca antes ha estado mejor en lo general que ahora. La razón es compleja pero simple de explicar. La presencia hegemónica de un solo partido ha sido tocada y otras fuerzas políticas y sociales han entrado en juego. Además los zapatistas que se encuentran del otro lado de las montañas, hacia el sureste, han despertado un interés genuino, pero también de morbosidad de la gente de otras latitudes del país y del planeta. Los diarios de circulación nacional tenidos por serios y críticos no han podido o no han querido evitar un tono amarillo, y de alguna manera hacen que la gente relacione a la efervescencia tradicional de la sierra de Guerrero con lo de Chiapas. Además con frecuencia se descubren en estos días cuantiosos cargamentos de armas en diferentes países de Centroamérica poniendo de relieve que el responsable es de nacionalidad mexicana. La prensa internacional está encantada de poder conseguirse un viaje hasta este rincón de México y de alguna manera debe justificar sus viáticos. La reacción entonces es que el ejército federal adquiera más y mejor armamento.

Entonces llegan más y más corresponsales extranjeros a San Cristóbal. El turismo que siempre recorre esta ciudad se ha incrementado derramando dinero por todos lados a través de la industria hotelera, casas de huéspedes y el comercio de establecimientos. También en el comercio callejero que es el que corresponde, directamente y en gran medida a la población original que es la mesoamericana llamada indígena de las diversas etnias de esta parte del Estado.

En la mesa 5 se le daría atención al problema de la población indígena. El mismo Marcos gustaba de llamar de otro modo al EZLN y era “Comité Clandestino Revolucionario Indígena”. Habían sido los indígenas de las poblaciones de la selva los que lo habían auxiliado con comida y medicinas en los primeros meses.

Desde luego que hay una situación de beligerancia en alguna parte detrás de esas montañas y un reacomodo ya no tan subterráneo de fuerzas políticas, pero la vida hoy en San Cristóbal es completamente normal. La policía se encuentra en las calles con la mayor discreción y el ejército federal no se ve por ningún lado, salvo en los retenes de las carreteras. Esas condiciones de guerra en la población tan relatada por toda la prensa pertenecen al primer mes de este año pero ahora es otra cosa. Desde luego la gente de la ciudad lo sigue comentando los pobres se expresan con la mejor opinión del EZLN.

En la plaza, frente a la catedral, bajo el quiosco, unas quince niñas tzotziles tienen un letrero escrito en buen castellano y con impecable ortografía que habla de los derechos de las mujeres. Doscientas cámaras de video captan sus caritas despeinadas y sus pies descalzos. Los ojos rasgados de las mujercitas hablan de una lejana procedencia asiática. Su vestimenta, su idioma (son bilingües) y su color cobrizo oscuro informan que pertenecen a la cultura mesoamericana. Pero ahora por algo es evidente que no comprenden que tienen un letrero en las manos con una idea que procede de la cultura occidental, de las mujeres inglesas del siglo pasado.

La muchacha tzotzil o la chamula no se deja retratar así como así. No obstante el fotógrafo descubre el secreto. Hace que alguien la llame y le compre, o parezca que le compra, algo de sus hermosas artesanías, baratas, por cierto, para que no ponga más resistencia ante la cámara. Así le hacen los periodistas de los diarios. Ponen en sus manos el periódico y la retratan desde todos los ángulos. Después les compran algo. Envían esas fotos a sus redacciones y dicen que es el informativo más buscado por aquellas latitudes, aunque no sea del todo cierto. Y así la fantasía se va retroalimentando. Al grado que los poseedores de alguna suspicacia llegan a preguntarse en el caso de las noticias de pánico a quién tratan de asustar o a quién tratan de beneficiar.

La población de San Cristóbal tiene aproximadamente la misma altitud sobre el nivel del mar que la ciudad de México, por lo que hace semejante temperatura que en la capital de la república. Pero aquí las estrellas “salen” y no es raro que al rato se encuentre todo de nuevo bajo un aguacero.

En las calles de las oficinas del periódico El Tiempo hay varios miles de periodistas tratando de obtener su credencial que les dejará el paso libre hacia la selva. Han salido las primeras listas pero no es nada en comparación con los que faltan de ser acreditados. Son miles y sólo 700 lograrán pasar. Los de a prensa internacional de los poderosos diarios europeos y los Estados Unidos no dan crédito a lo que ven. Son los amos de la noticia con ilimitados recursos económicos y donde se paran son recibidos con los brazos abiertos. Aquí tienen que hacer cola junto con periodistas nacionales de periódicos casi desconocidos. No les queda más que esperar. No pueden hacer otra cosa, no pueden mover ninguna in fluencia “vuelvan más tarde” dice una voz desde la pequeña ventana y no se puede hacer nada. Los periodistas nacionales tampoco podemos hacer nada. Nadie puede hacer nada. Todo depende del comité organizador y nadie sabe qué los mueve a extender la credencial a unos y negársela a otros. Salieron publicados unas condiciones para los de la prensa pero aún llenando esas condiciones las credenciales no acaban de salir. Hay indicaciones que se vuelva por la tarde o mañana pero la verdad es que nadie se mueve de ese lugar. El trabajo es absolutamente abrumador para los que tienen que hacer las credenciales. Todos lo comprendemos pero nadie se resigna a que su credencial no haya salido ya.

No podemos dejar de pensar en los miles de participantes a la Convención que mañana llegarán a este lugar, con su linterna al cinto, sus botas black star y su botella de dos litros de agua bajo el brazo “pues no hay agua en San Cristóbal”. El reglamento de seguridad que fue repartido por miles de asambleas efectuadas por todo el país hablaban del caos en San Cristóbal y se le iba el sueño al más indiferente. Es seguro que en todos hay la intención que esto funcione de la mejor manera, pero lo cierto es que las distintas comisiones serán abrumadas por los miles de convencionistas.

5 de agosto


Temprano hemos ido a la plaza de toros La Coleta (enfrente de ella) donde está el lugar en el que deben acreditarse los delegados. Habrá unas cien personas. “Vuelvan más tarde” dice una muchacha del equipo de acreditación. “¿A qué hora?”. “Mas tarde”. Regresamos al centro de la población. Una hora ha bastado para ver la diferencia. De pronto las calles se han llenado de mexicanos de otros lados. Casi se puede decir de qué parte vienen por su tipo y por la indumentaria. Además todos cargan enormes mochilas. Los del Distrito Federal son inconfundibles. Son una mezcla de soñadores, filósofos, gente de partido, intelectual—orador mal llamado grillo y muchas mujeres tienen el aire de libertad de las feministas. No falta en algunos cierto folclor. Hay quien trae el ya clásico sombrero “chile” de copa cómica altísima y ala ancha de petate, que se ve en los estadios de fútbol, boina vasca a lo Che Guevara usadas esas mismas ya en el 68, sombreros nuevos de popelina con una parte aplastada contra la copa al estilo neozelandés.

Regresamos a medio día a La Coleta. “Todavía no nos llega la acreditación. Vuelvan después”. Ya son varios cientos de convencionistas que no saben qué hacer ante tal situación. Pero no queda más que seguir esperando.

La población flotante ha caído en la locura por querer encontrar alojamiento, en donde sea. Hoteles y casas de huéspedes agotan pronto sus capacidades. Se le agrega a los cuartos otra cama y otro colchón en el suelo. Otros se meten de contrabando y duermen sobre la alfombra y en las bolsas que para el caso han llevado.

Durante dos horas llueve como ni siquiera en la selva del Amazonas ha llovido. Después sale el sol y después vuelve a llover. El estilo empieza a gustarnos. En el Valle de México en ocasiones llueve hasta tres días seguidos o en Orizaba hasta diez días seguidos y por fin todos empiezan a estar fastidiados. Aquí parece ser diferente. A las 8 vamos a la Plaza La Coleta y ya hay varios miles de gente esperando ser acreditados. Se hacen filas por estados. Los del Distrito Federal cubren dos cuadras de tres en fondo.

Pasa una hora y nadie se mueve de un mismo lugar. Todos empiezan a perder la paciencia. En las dos horas siguientes por fin hemos avanzado tres metros. No es que ya estén haciendo la acreditación sino que algunos se han ido echando juramentos de carretonero sin saber lo que ocurre y vuelven a su hotel con la idea de regresar más tarde. Otros consideran que para muestra basta un botón y que así va a ser el resto del evento. Pasan al hotel por sus cosas y regresan a México. Se filtra la noticia que varios cientos de acreditaciones de los delegados se perdieron en el camino. Tendrán que volver a retratarse y llenar más formas de acreditación de su grupo que lo respalda.

Hacia las once de la noche por fin empiezan a avanzar las hileras de convencionistas. Llueve un poco. La gente que vive en las proximidades se da cuenta que les da tiempo de preparar algo de comer y venderlo. Al rato ya muchos andan ofreciendo empanadas, atole o café.

A esas alturas de la situación recordamos la pericia y experiencia que tienen las trabajadoras y trabajadores de las Oficinas Sindicales del STUNAM para organizar y sacar adelante los congresos con una mínima cantidad de gente, en comparación con la que aquí hay en la organización de la Convención, ellos atienden a un número grande de delegados y trabajadores universitarios.

A la una de la mañana todos los delegados han logrado transponer la puerta de hierro bajo la manta “Acreditación”. Pero solamente para darse cuenta que otras colas de miles, los mismos miles de la calle, están adentro en el patio haciendo otras colas. Hacia las tres de la mañana salen los últimos. Las calles y callejas oscuras están llenas de agua que corre hacia todas partes, pero ya la ciudad por fin duerme y por un rato se ha olvidado de este extraño frenesí de los convencionistas.

6 de agosto


Empiezan los trabajos en las cinco mesas distribuidas por diferentes rumbos de la ciudad. Muchos siguen batallando en La Coleta porque se les acredite. El tiempo de los oradores es de dos minutos. Un tiempo que jamás se respeta. En unas mesas intervienen 180 oradores, en otras más de 200. Las ponencias por escrito se entregan por miles. Algunas interrumpen sus trabajos hasta la media noche. Se hacían exposiciones del tema y muchos se quedaron ese día sin haber tenido la oportunidad de explicar su trabajo. En uno o tal vez dos días probablemente habrá oportunidad de defender el tema, No obstante, al finalizar la jornada se anuncia a los delegados que al día siguiente habrá que reunirse a las 5 de la mañana en La Coleta para partir hacia la selva.

La mesa 4 está en el área del centro de la población. Cerca se encuentra una plaza y un mercado de merenderos. En medio de los árboles está la estatua de Fray Bartolomé de las Casas, el primer obispo de esta población en el siglo dieciséis. Fue el primer obispo también que se decidió a luchar por los indios, aunque no por la cultura de los indios, a partir del 12 de marzo de 1545. En 500 años la sociedad no entendió su idea y ahora otro obispo en estos días ha reiniciado la lucha por los indios y, sin incurrir en la falta de respeto de Fray Bartolomé de las Casas, este sí se cuida de no atropellar lo que de la cultura mesoamericana queda a las etnias.

Cada uno de estos obispos, en su tiempo, han sido cubiertos con los peores adjetivos no sólo de los explotadores de los indios sino de alguna jerarquía dentro de la misma iglesia católica. Hay sin embargo una diferencia entre los dos obispos, otra diferencia. Bartolomé luchó solo entre la animadversión de los de su pueblo, que eran los conquistadores. Este obispo, Samuel Ruiz, sabe que en la selva está el EZLN luchando por la misma causa, los indios, entre otros objetivos. A 500 años de distancia ya se sabe que la cultura occidental mete a los indios en las reservaciones, de plano los desaparece o, mejor aún, los mete a las minas hasta que revientan para ser substituidos sus cadáveres por indios nuevos. Es hermosa en muchos aspectos y nos sentimos orgullosos de tenerla entre nosotros, pero es excluyente y es necesario aprender a tratarla con mucha precaución. Primero se impone, después se hace indispensable y al último te elimina como cultura aparte y original. En México no lo ha logrado por completo. No ha logrado que los mexicanos veamos en el Cuauhtémoc del siglo dieciséis el villano de la historia, como sí lo ha logrado con sus héroes culturales y mortales de otras latitudes cuando desdeñamos a los indios es que en nosotros mismos los mexicanos está hablando lo que de cultura occidental tenemos.

En El Tiempo sigue la aglomeración de los periodistas hasta en la noche. Ya no han puesto nuevas listas. Son las mismas del principio. La información y acreditación se hace sobre la mar cha. En las mesas había este medio día alterones de credenciales y cuando alguien logra llegar a la pequeña ventanilla, pasando entre las paredes y una prensa enorme e inservible, los del otro lado se dan a la tarea de buscarla. Si no está por ahí, a las primeras, se le dice al interesado que vuelva más tarde. Si no se quita de inmediato los que pugnan por llegar hasta ese Sitio lo hacen a un lado. Si aparece su credencial se le informa que son 120 nuevos pesos. Cien para el transporte y 20 para la credencial. A los delegados les cobrarán 50 pesos y nadie sabe por qué esa diferencia. Si no tiene a la mano tal cantidad absolutamente a nadie le importa y debe hacerse a un lado, de inmediato, porque los otros se aglomeran y empujan para alcanzar la ventanilla.

Ya para este día muchos periodistas y fotógrafos, tal vez centenares, han perdido la esperanza de obtener su credencial roja de prensa y descorazonados regresan a su hotel. Los que alcanzan boletos en los autobuses vuelven a México y de ahí a su lugar de origen en el país o en el extranjero. Otros lo harán al día siguiente. No observaron el reglamento qué decía que se les daría su acreditación sólo si era avalado por algún grupo. Esta medida se tomó seguramente para evitar en lo posible la presencia de los observadores del gobierno, lo que resultó candoroso pues seguramente estos venían respaldados por algún grupo con sigla de las más diversas. No falta quien consiga ser incluido a última hora en la lista de algunas de las organizaciones, pero la mayoría debe volver. Lo hacen llevando en el alma el sabor amargo del escepticismo tratándose de una convención democrática.

Los de la prensa internacional que todavía esperan y hacen cola se jalan de los pelos preguntándose cómo es posible que esto les suceda a ellos. A los mismos grandes diarios nacionales los tienen como una simple prensa marginal y ahora ellos, algunos, muchos, no han podido recibir su credencial en tanto otros, aún de los periódicos semanales o revistas ya les ha sido solucionado su problema. En la noche por fin obtienen su anhelado permiso. También se les dice que hay que estar a las 5 de la mañana en la plaza cerca de la iglesia de San Dieguito de Padua, a una cuadra del local de El Tiempo.

Todavía en esta última noche en San Cristóbal muchos delegados no han sido acreditados y por las calles que conducen a La Coleta van y vienen en grandes grupos. Los que han participado en las mesas no tienen ni la menor información de cómo va a ser lo del transporte. Sólo se les ha dicho que se presenten a las 5 de la mañana en La Coleta. Hay muchos camiones, pero otros tiene que contratarlos a nivel particular. Muchos viajarán en camiones de redilas, 20 o más horas.

7 de agosto


Hacia las 5 de la mañana todavía es de noche en San Cristóbal en este tiempo. No obstante en la plaza de San Dieguito bajo el quiosco ya hay por lo menos 200 periodistas esperando. Es la prensa extranjera que debe tener un encantador sentido de la puntualidad. Los mexicanos van llegando después. Pasan dos horas y a las 7 nadie sabe qué es lo que sucede. Ya hay 700 periodistas y a pesar de la desvelada por acostarse tan tarde y por llegar tan temprano se nota cierto nerviosismo. La gente se pone irritada. Otros han sacado sus “slipings” y duermen tirados en el suelo entre tanto equipo de fotografía.

Los organizadores empiezan a llamar por número de transporte. Este número aparece en el comprobante de pago. “Los del carro número 27 se juntan aquí por favor’. “Los del carro 170 de este lado’. Llegan los autobuses. Algunos son microbuses y otros, autobuses grandes de línea foránea. Estos son los más cómodos pero los más inseguros en los tipos de terreno que deberemos transitar. Los primeros avanza unas cuadras y deben esperar a las otras unidades para avanzar juntos todos los que llevan a los periodistas. A las 10 de la mañana, 5 horas después de haberse reunido, dejamos San Cristóbal. Más de 100 unidades de transporte de delegados han salido desde varias horas antes. Aún faltan otras muchas. En total serán más de 200 unidades.

Como se carece de información geográfica y topográfica en las noticias acerca de este conflicto que publican mapas carentes de escalas, en el Altiplano y ciudades del norte, se tiene la impresión que el EZLN se encuentra apenas pasando las montañas que hacen el valle donde está la ciudad de San Cristóbal. Es una idea errónea y pronto lo íbamos a constatar. El EZLN se halla lejísimos de San Cristóbal después de pasar muchos campos, cañadas y montañas. ¿Cómo pudieron en enero tomar palacio de gobierno de San Cristóbal y retirarse después a la selva, tan lejana, sin ser interceptados por el ejército federal en otras poblaciones como Comitan o bien por la aviación militar que pudo ser movilizada desde la ciudad de México y alcanzarlos en el camino?. Para transportar a 6 mil convencionistas se ha necesitado una gigantesca organización de autobuses. ¿Cómo consiguieron miles de zapatistas alcanzar la selva?. Algunos habitantes de San Cristóbal nos explican: simplemente se quitaron el pasamontañas y ya pasaron como cualquier ciudadano, después se reagruparon como pudieron en la selva. Otros se fueron por las colinas.

El primer retén del ejército federal detiene los vehículos pero apenas se asoman y dicen que podemos continuar. Cada retén está observado de cerca por personal de la Comisión de Derechos Humanos.

Seguimos nuestro camino y en las poblaciones que vamos pasando se ven los templos de las diferentes nominaciones religiosas cristianas protestantes. Algunas de ellas son las llamadas históricas que nacieron cientos de años atrás en Europa y que a partir del siglo pasado fueron revitalizadas en Estados Unidos. Otras pertenecen al antiguo testamento y son de origen netamente estadounidense, aunque igualmente se dicen cristianas, como los mormones y los testigos de Jehová también tienen sus templos. Estos últimos no pero se les ve por las calles con su corbata y su portafolio. Es interesante ver a los indígenas con zapatos, corbata, camisa blanca bien plancha da y portafolios, además de caminar en completa vertical, no encorvados como el resto.

Las gentes nos observan desde los restaurantes al pasar Comitan. Muchos de los convencionistas aprovechan algún alto del autobús para abastecerse de latas. Las tiendas se encuentran bien surtidas. En Las Margaritas hay aglomeraciones de gentes del lugar que se han reunido con la idea de darnos la bienvenida al paso de los autobuses. Algunas mujeres levantan carteles con palabras alusivas al movimiento de la selva. Se nota desde luego que simpatizan con el EZLN, el PRD y con Cuauhtémoc Cárdenas, candidato en esos días a la presidencia de la república.

Empieza el camino de terracería, y algunos grandes autobuses de pasajeros se quedan en Las Margaritas. Son demasiado bajos como para poder ir por caminos de terracería. Sus ocupantes se distribuyen en las otras unidades. El viaje, de 160 kilómetros, desde San Cristóbal hasta Guadalupe Tepeyac y que algunas unidades recorren en 1 5 ó 1 8 horas, el convoy de 30 unidades de los de prensa hace 32 horas.

Si alguien adelante se paraba, el resto de la columna de transporte también debía de hacer lo mismo. Como la gente iba fastidiada de inmediato se bajaban a estirar las piernas o a hacer del baño o a comer lo que encontraran. Cuando ya podía seguir el vehículo, casi todos andaban por allí. Para cuando volvían a reunirse ya había pasado el tiempo. Así todo el trayecto.

Además, cuando esto de detenerse sucedía, que era cada 10 minutos, los de la prensa, sobre todo la extranjera, saltaban con la cámara de video al hombro y ya conectada corrían hacia el frente de la columna de vehículos filmando todo lo que encontraban a su paso. Esperaban hallar la noticia. Otros iban ya con el micrófono cerca de la boca listos para empezar el relato inesperado. Pero no encontraban nada especial, a nuestro juicio, y ellos seguían filmando las colinas y los bordes desnudos y sin chiste del camino. ¿Qué mundo tan ordenado y sintético es del que provienen que el borde terrozo y pedregoso del camino les llama la atención con fuerza?. Es un México para ellos que sigue siendo bárbaro. Es un México natural pero lo ven desde sus arregladas y artificiales ciudades como algo del inicio del cuaternario. Los fotógrafos no se quedan atrás y disparan indiscriminadamente sus cámaras y flashes hacia todos lados, La verdad que no entendemos qué les sucede.

Un periodista mexicano de la unidad 126, con un sentido especial del humor, gritaba cuando esto sucedía: “orale”. Y este “orale” como que se generalizó por la Convención de carro en carro y al rato ya muchos decían “orale”, y los camarógrafos seguían corriendo y filmando por todos lados.

Hacia el atardecer hay mujeres que se han cambiado de ropa. En la mañana vestían de una manera y ahora ya lucen otras modas. También han variado de peinado. Los hombres, algunos, indolentes, llevan el mismo pantalón (lo llevarán en todo el viaje y hasta de regreso a México) y el mismo suéter o chamarra. Las gorras y cachuchas son un pretexto para no peinarse.

8 de agosto


El convoy de autobuses de prensa llega a Guadalupe Tepeyac a medio día, 32 horas después de haberse reunido a las 5 de la mañana del día anterior en la plaza de San Dieguito. Desde hace muchas horas estamos ya en territorio controlado por los del Ejército Zapatista. Guadalupe Tepeyac es una población chica entre la selva. No obstante hay una formidable construcción que fue hecha para servir como clínica. Su interior es, se puede decir, a todo lujo. Se había inaugurado el año anterior. Pero; dice la gente del lugar, que no funciona. Que el día siguiente de la inauguración por el presidente de la República Carlos Salinas, los empleados se apresuraron a quitar cortinas y todo lo que pudieron. Del servicio para lo que fue hecha nunca se dio.

Hay pocos sitios para comer dada la cantidad de gente que ha llegado. Se llenan por todos lados las fondas. Para conseguir unas tortillas y un huevo frito hay que hacer grandes colas. Los refrescos chicos cuestan 3 nuevos pesos. Lo que abunda es la pepsicola. Hay una llave de agua y sobre ella se ha ido la gente. Sus hábitos de higiene de la ciudad la hace sentir incómoda si no se lavan la cara y se cepillan los dientes.

Una gran incógnita era la distancia que sería necesario caminar del poblado de Guadalupe Tepeyac hacia el lugar acondicionado por los zapatistas y bautizado por ellos con el nombre de “Aguascalientes”. ¿Su distancia era de 15 kilómetros, de 8, de 30?. Los coordinadores nunca supieron orientar adecuadamente en este sentido. Con el mejor espíritu de comprensión creímos que se trataba de una cuestión de estrategia protectora para el EZLN. Como si el ejército federal no supiera exactamente qué área ocupan los rebeldes.

Resultó estar, como se dice, a la vuelta de la esquina. 15 minutos caminando despacio y de bajada hubieran sido suficientes para llegar. Sin embargo hicimos casi dos horas. Aquí los zapatistas habían puesto un control de paso a base de alambres de púas. Y hacia adentro, ya propiamente para desembocar en el valle de Aguascalientes, eran una especie de corredores o delimitados por esos alambres a la altura de la cintura. Ni más ni menos como en los campos de concentración que se ven en las películas.

Para entrar a estos corredores hubo que hacer grandes colas que avanzaban con lentitud. Pero para salir de ellas había que revestirse de una infinita paciencia. Resulta que en el otro extremo los zapatistas estaban ahora sí revisando a fondo las mochilas. En todo el trayecto hasta aquí nos habían revisado media docena de veces, pero de manera superficial sobre la ropa. Aquí, sin embargo, tuvimos que vaciar las mochilas y un soldado examinaba minuciosamente las cosas, aparatos de filmación, los víveres y la ropa. Era correcto pues en ello se jugaba mucho de la seguridad. Si no tanto la de ellos, sí la de los convencionistas. Si el gobierno hubiera querido empezar, o reiniciar las hostilidades (en muchos cabía esa zozobra), esta era la ocasión precisa para ello. Tlaltelolco del 68 es un antecedente que dice que pudo haberse dado aunque en Aguascalientes se encontrara mucha gente de partido, intelectuales y periodistas de todo el mundo. Esto en acciones de guerra importa menos de un comino con todo y Derechos Humanos y Cruz Roja Internacional.

En tanto hacemos grandes y lentísimas colas bajo un sol de 40 grados centígrados vemos que por un camino de terracería adyacente, y desde luego también estrechamente vigilado por los zapatistas, pasan confortables camionetas último modelo llenas de gente que debe ser especial de alguna manera. Los de la prensa que han venido desde Italia, Alemania o Moscú están haciendo cola como cualquier hijo de vecino y en cambio aquellos pasan con la mayor comodidad y al parecer sin hacer trámite alguno ni pasar por ninguna revisión.

Aguascalientes está situado en medio de un pequeño valle. El que tuviera experiencia en campamentos se dio cuenta de inmediato que no es un lugar apropiado para acampar. Se puede construir en él casas y todo debidamente planeado podría llegar a ser uno de los lugares más seguros y bellos para vivir, pero no así para acampar con tiendas, al menos no en esta cantidad de tiendas.

Los que llegaron primero, instalaron sus tiendas en el centro, o sea en la parte plana. Los que arribamos después fuimos ocupando las colinas para instalar las tiendas. Efectivamente, como lo declararon con anticipación los del EZLN, acondicionar el lugar les ha de ver llevado mucho tiempo y muchas horas de trabajo cada día, a mucha gente. Marcos diría que 28 días de trabajo con 14 horas diarias y 600 mujeres y hombres en las faenas de desmonte y acondicionamiento. Y ya nada más esto es conmovedor.

El auditorio más rústico del mundo está aquí. Sobre la ladera pusieron las bancas para que los delegados se sentaran a sesionar. Las bancas son árboles tallados por un lado, con la superficie plana hacia arriba. Donde se sentarán los del presidium es una especie de tapanco o balcón amplio y elevado y entre las bancas y el presidium se encuentra una tribuna también hecha de manera rústica, donde Marcos pronunciará su discurso de bienvenida e inauguración del evento.

Hay tres barracas bien construidas con techo y paredes de láminas de cartón enchapopotado. Además letrinas en diferentes partes de las colinas. De alguna parte de la montaña sale una manguera de la que se puede obtener agua.

Nos imaginamos que tal vez algunos no sean ajenos a soñar con un Avándaro en este campamento en la selva chiapaneca. Para desterrar toda tentación en ese sentido unos minutos más tarde, el mayor Tacho diría desde la tribuna de inauguración que no se podía meter trago ni drogas: “Porque eso sí no se puede”.

Colinas arriba unas mujeres indígenas venden comida y tortillas, 3 por mil pesos y no se pueden obtener más de 5 mil. Un carro de la pepsicola ha llegado hasta el lugar. Hay otro carro con la fuente de energía para poder iluminar el sitio. En un extremo del presidium, pero completamente aparte y muy lejos, se construyó un templete para los de la prensa. Está tan lejos que sólo los fotógrafos que dispongan de objetivos zoom poderosos pueden obtener resultados aceptables. Unos alambres que conducen energía eléctrica pasan frente al templete y es necesario hacer malabarismos para que las fotos no parezcan que están cortadas de manera horizontal. El templete sólo admite a 200 periodistas. Los otros 500 de plano pierden la esperanza de poder subirse. Ahí, encaramada sobre una silla, para poder ver sobre el grupo de camarógrafos y todavía no descubierta por nadie, fue donde encontré a Ofelia Medina que acababa de cubrirse la cabeza con un chal a la manera de las mujeres árabes.

A las 7 de la tarde los del sonido empiezan a llamar a los 100 que formaran la presidencia. Uno de ellos es Pablo González Casanova. Dice el sonido que estos fueron seleccionados o escogidos “por consenso”. Se les pide que suban a ocupar su lugar.

Ya con el auditorio completamente lleno hasta casi los árboles de la selva, una enorme gritería en forma de porra se deja oír: “iNi PRI, ni PAN, sólo PRD”, “iNi PRI, ni PAN, sólo PRD Así 50 veces. Al final se hace el silencio. 5 minutos después otro inmenso griterío también se deja escuchar: “ PRI, ni PAN, ni PRD!, “iNi PRI, ni PAN, ni PRD!”. Así 100 veces.

Así pues, ya antes de la inauguración del evento, estaban bosquejadas las condiciones en las que la Convención se iba a desarrollar. Desde luego que los del PRD hacían la muy evidente mayoría y podrían llevar las cosas por donde ellos quisieran a través del voto. Incluso que los del PRD se pronunciaran ahí, abiertamente, por un apoyo emanado de la Convención por el Partido de la Revolución Democrática. Sin embargo se decidió “no pronunciarse por ningún candidato a la presidencia en lo particular y sí “llamar a votar por el candidato que se comprometa con su programa” (del EZLN). Los perredistas podrían haber marchado después de regreso a sus casas con el triunfó de las votaciones en la bolsa. Pero todos sin embargo se habrían llevado también en sus mochilas y en sus corazones el fracaso histórico que siempre ha dividido a los mexicanos y del que el extranjero se ha despachado con la cuchara grande. Eso nos había costado 300 años de esclavitud frente a España y 184 de empobrecimiento por estar pagando tributo en forma de deuda a Estados Unidos. Nuestro amor por la diversidad de ideas nos llevó a saltarnos las trancas de la más elemental unidad y habíamos caído en el vacío. El absurdo pleito entre conservadores y liberales había arrojado a la deslumbran te cultura mesoamericana hasta el muladar de la historia. ¿Sería la continuación de ese absurdo lo que habíamos venido a presenciar unos y a protagonizar otros a este Aguascalientes de la selva?. Las niñas tzoltziles tendrían que seguir arrastrando su miseria vendiendo en desventaja en las calles de San Cristóbal. ¿El espíritu de Joel R. Poinsett, ese gran intrigante norteamericano del siglo pasado que ganó para su nación el 51 por ciento de nuestro territorio, mediante el ingenioso recurso de dividir a los intelectuales mexicanos, seguiría campeando hasta en estos rincones de la selva ya para terminar el siglo veinte? Después de 1847 no hemos podido ver la nuestra en cuanto a unidad. Primero el gran episodio de la Reforma y la Iglesia. Luego un rancio pleito que nos llegó de Europa entre catolicismo y protestantismo y que sin tener vela en el entierro nos vimos empantanados hasta las rodillas por esa causa. Actualmente, cuando se pone en acción un espíritu ecuménico entre Roma y Lutero, entran las diferentes iglesias protestantes en una fuerte virulencia mutua y todo en nombre de la libertad de cultos garantizado por la Constitución. Primero las del antiguo testamento de origen estadounidense como son la mormona y los testigos de Jehová contra las del nuevo testamento entre sí. Y esto en Chiapas se da con una mayor presencia arrojando entre la misma población indígena una enemistad de lo más peligroso para ellas mismas y para el resto del país.

No siempre la virulencia de estas iglesias se manifiesta por la agresividad directa como se estilaba en el primer tercio de este siglo en México, sino que también la agresividad se manifiesta mediante un aislamiento que es propio de los grupos que se creen especiales o superiores. No hay acción comunitaria en general y el resultado son las islas que no quieren saber nada de unidad nacional. En lo que esto pueda significar de lo religioso trasplantado a un terreno social.

Hacia las 8 de la noche hay un gran movimiento de gente detrás del presidium. La tropa se abre paso. Es Marcos que llega al auditorio. Es el momento por el que muchos recorrieron grandes caminos de los lugares más apartados del mundo. Con paso ligero avanza hacia la tribuna llevando la pipa en la boca y por lo menos 500 periodistas tras él. Grandes reflectores instalados enfrente iluminan la escena. La locura se ha desatado entre los de la prensa. Cámaras de video de todos tamaños y de fotos fijas se disparan sin el menor recato. Todos quieren llegar hasta él. Pero los zapatistas lo impiden. La muerte de Colosio, el candidato del PRI para la presidencia de la república, está demasiado cerca como para olvidar la lección. Fue en un tumulto de estos que alguien se acercó tanto a el que a quemarropa le pudo volar la cabeza.

Anuncia que habrá una parada militar. Los del EZLN desfilan frente a los delegados y los de la prensa. Es de lo más emotivo. Detrás del ejército, anuncia Marcos, pasa un desfile de milicianos. Es la gente de apoyo. La mayoría son gente joven, muchachas y muchachos. Bajitos, morenos. Pelo lacio. Mirada tranquila y penetran te. “Sin ellos no hubiera sido posible el EZLN. Ellos nos ayudaban en los primeros tiempos. Ellos nos traían comida. Ellos nos auxiliaban en las enfermedades”.

Alguien grita que salga la comandante Ramona. Marcos dice escuetamente desde la tribuna: “La comandante Ramona está enferma, por eso no está aquí”.

Los de la prensa extranjera están que no entienden nada. No entiende que México es un país sui generis. La guerrilla centroamericana tiene décadas luchando contra sus respectivos gobiernos y no puede asomar la cabeza porque se la cortan. Es hasta los últimos tiempos que ha habido pláticas que buscan la solución. Y aquí, en Aguascalientes, hay hasta un desfile militar, un campamento acondicionado ex profeso para 6 mi convencionistas, que les llevó muchas semanas de trabajo, el paso franco de los retenes del ejército federal y hasta el carro de la pepsicola ha llegado hasta aquí para vender su producto.

Luego habla Marcos, en el discurso de inauguración del evento de la Convención Nacional Democrática. Son las 8:20 de la noche, tiempo suroriental.

Marcos está por encima de los grupos y no pierde de vista ni la unidad ni la cultura mesoamericana. La unidad de los mexicanos fue una idea de Marcos, que adoptó la Convención, no al revés, como después se manejó. Creemos que nada más por esto valió la pena venir hasta Aguascalientes. Es una mezcla de filósofo, político, guerrero, poeta y chistoretero grueso de teatro de revista. Con sus chistes arranca con facilidad la risa del auditorio. La gente por todas partes salta de risa y dice “orale”. En una conferencia de prensa general ante el auditorio, que Marcos daría al día siguiente alguien preguntó cuántas armas habían decomisado los zapatistas cuando revisaban a lo convencionistas. ¿Armas?, ninguna, lo único que decomisamos fueron 6 mil condones nuevos”. Un “orale” general volvería a levantarse.

También es pasional y con facilidad hace brotar las lágrimas por la emoción que imprime a sus palabras. Al día siguiente también Marcos entregaría, en medio de un ambiente emotivo, a Rosario Ibarra de Piedra, la bandera nacional como símbolo de las madres que han perdido a sus hijos. Se hace un silencio general. La misma Rosario no acierta a pronunciar una sola palabra. Algo en la garganta se le ha atorado y permanece muda. Todos permanecen mudos. Para romper tanta carga de emoción, se le ocurre a alguien empezar a cantar el himno nacional y luego todo el auditorio lo sigue.

Después que Marcos habló dejaron de mencionarse por completo las siglas de todos los partidos políticos. Había dicho: “No convertir este espacio en un ajuste de cuentas estéril y castrante”. Pablo González Casanova explicando a Marcos se refirió a “Las antiguas polémicas doctrina les”. El elemento femenino está con el alma en un hilo, pendiente hasta el menor de sus gestos. Mañana alguien le preguntará cuándo se quita el pasamontañas y al contestar que en ese momento, algunas estarían a punto de desmayarse y le pedirán casi llorando en silencio, la mayoría gritando, que no lo haga. Prefieren la leyenda.

Sentimos que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional acaba de hacer un pase de juego a las manos de una parte de la sociedad mexicana por medio de la presidencia de la Convención Nacional Democrática, al declarar que de este día para adelante la CND será la que decida los destinos del EZLN. Aunque Marcos diría ahí mismo: “No nos vamos, sólo nos hacemos a un lado”. El mayor Tacho, que habló un poco antes que Marcos, también había dicho que el EZLN haría en adelante lo que mandará el pueblo: “A nombre del Ejército Zapatista de Liberación Nacional queremos hacer entrega formal de Aguascalientes a la Convención Nacional Democrática’.

Regresamos a las tiendas con la idea que en los días que sigan se entrará de lleno a las exposiciones, a los debates y a las votaciones. La cena se prepara y hay una gran animación en el campamento. Se comentan las palabras del discurso de Marcos. A muchos ha convencido.

Se ve a través de su pasamontaña que le dedica tiempo a leer libros de temas variados, aunque a una pregunta dirá que sólo lee cartas que recibe desde la ciudad. Sus manos, sus ademanes, lo que se ha podido ver de sus gestos, sus palabras, sus escritos, su voz y una necesidad en la gente de hacer mitos, han hecho correr la leyenda que se trata de un hombre de iglesia, de un jesuita. Quien sabe. El mismo ha de reírse a pierna suelta de todas estas ocurrencias. Pero si sirve el asunto para recordar que fue un jesuita llamado Francisco Javier Clavijero quien reveló al mundo la maravilla del horizonte mesoamericano. Marcos no es, por cierto, ajeno a este tema.

Hacia las 10 de la noche una ráfaga de viento azota las tiendas. La niebla brota de pronto y del otro lado de las montañas se ven los relámpagos. Enseguida se oyen truenos por todos lados. El que conoce el estilo de Tlaloc sabe de qué se trata y puede decir que en dos minutos caerá el agua. En efecto, la tormenta llegó y con tanta fuerza como sólo en la montaña, el mar y en la selva puede hacerlo. La semana pasada nos habíamos encontrado en medio de otra tormenta en la vertiente sur de monte Tlaloc, arriba de Río Frío, estado de México, y tenía la misma intensidad. El viento de los 4 mil metros de altitud empujaba con la misma violencia. Solo que allá lo que caía era nieve.

Aquí, en la selva el agua caía con una abundancia desconocida para los habitantes de las ciudades del Altiplano. Tal vez el ejemplo siguiente sirva para dar una idea aproximada de la situación y era que poniendo un recipiente a cielo abierto de una capacidad de 20 litros se llenaba en menos de 5 minutos.

En la primera hora el campamento quedó deshecho. De las colinas bajaban sin cesar las aguas en abundancia. Las casas de campaña, propias para acampar en Acapulco, pronto se verían derribadas unas y otras inundadas. Muchos grupos dormían bajo un enorme plástico (como en Avándaro) y el agua barrió sus cosas. Las enormes mantas del auditorio fueron desgajadas y se vinieron por tierra. Los que primero habían llegado e instalado sus tiendas en el terreno plano de Aguascalientes deben pagar caro su prisa pues ahí las aguas de todas las colinas de aquel pequeño valle convergen inundándolo todo, si bien nunca en concentraciones como para amenazar la vida de alguien, pero si su muelle comodidad. Para muchos debe ser una cosa jamás imaginada y menos que ellos alguna vez tendrían que vivirla. Sin embargo no se trata de una cuenca y el agua se va por algún lado. De otra manera, de haber sido un lugar cerrado, de seguro Aguascalientes se habría recordado como el lugar de una tragedia mayúscula por la cantidad de ahogados. No fue así. Si los zapatistas tuvieron en cuenta esta posibilidad, de manera consciente, entonces hay que reconocerles mucha visión para escoger el lugar.

Centenares de convencionistas no llevaban tiendas de acampar ni plásticos. Se habían instalado con comodidad en el auditorio. Cuando las grandes telas del techo se vinieron abajo salieron corriendo hacia las barracas cayéndose entre el lodo, abundante ya para esos momentos. Las barracas ya estaban ocupadas con gente que de manera ordenada se disponía a dormir. Pero ante la avalancha de los que llegaban tuvieron que resignarse a pasar la noche sentados en cuclillas. De todos modos las tres barracas no pueden abrigar a más de mil personas. El resto debe sortear la tormenta bajo los plásticos viendo pasar el agua entre sus pies. La tienda donde dormimos los del STUNAM es de las pocas que la tormenta no ha podido afectar. El plástico de Antonio Muñoz de 4 por 4 metros nos da seguridad. Abarca duerme con la espalda entre el agua pero a los otros no nos ha molestado para nada.

Por fortuna la temperatura no ha descendido hasta niveles peligrosos y ni siquiera molestos. Hay 20 grados. Como en la Convención hay gente de letras deben estar recordando sus tempranas lecturas de Emilio Salgari. Otra hora duro el agua con aquella intensidad y para la tercera hora fue perdiendo su fuerza hasta quedar en una lluvia persistente. Si estas condiciones atmosféricas se, entablarán por uno o dos días más, los caminos de terracería se pondrían del todo intransitables y nadie podría salir de estos rumbos. Ni siquiera se podría permanecer en la selva. Todos tendríamos que refugiarnos en Guadalupe Tepeyac.

Los zapatistas recorren el campamento buscando cosas que arreglar o a quien ayudar. Con sus pasamontañas y su ropa verde en algunas piezas de su atuendo dan la sensación de ser como unas sombras verdes moviéndose dentro del basto y a la vez cerrado impenetrable marco verde de la selva. Además son silenciosos. Con muy escasas acciones de combate, hasta se podría hablar de horas, la prensa sin embargo los convirtió en una leyenda apenas en unos cuantos meses. Sin embargo se acepta que siempre hay algo o mucho de verdad en las leyendas.

9 de agosto

Waterloo después del desastre era todo orden en comparación del campamento de Aguascalientes después de la noche de tormenta. Y hay que reconocer el coraje de los convencionistas. Muchos, tal vez todos, son gente de asambleas, de aula, de café cultural, de escritorio, pero pocos debe haber que estén acostumbrados a vérselas con los elementos naturales fuera de los seguros muros de la ciudad. Pablo González Casanova haría una alusión esta mañana respecto del descubrimiento de no tener un espejo para verse la cara como todas las mañanas, ni disponer de un excusado formal ni del baño de regadera ni del cepillo para los dientes. No obstante, estaban ahí, ya listos otra vez para seguir con los trabajos de la CND.

Como sea se buscó restablecer cierto orden. La lluvia se había suspendido en algún momento de la madrugada y ahora salía el sol. Ese sol de 40 grados en el exterior que era capaz de secarlo todo en dos horas, incluidos los caminos de terracería. Desde el sonido se anunció que se daría comienzo a los trabajos de la Convención a las 10 de la mañana. Que se sesionaría durante 4 horas y después se iniciaría el regreso, con tiempo, para prevenir o adelantarse a otro aguacero. Y que si este se presentaba de nuevo, ya nos encontrara en Guadalupe Tepeyac.

Antes un aviso: hay dos desaparecidas, fulana y fulana. Después de un “orale” mayúsculo una risotada de 6 mil gargantas llena el valle. Los extranjeros otra vez deben estar que no entienden nada. Cómo es posible que se rían porque dos mujeres no aparecen. Ven hacia todos lados pero ya la gente se ha olvidado del asunto.
Dieron comienzo los trabajos de la Convención, con el anuncio que se iban a leer los resolutivos. Previo a esto Pablo González Casanova habló y en sus palabras se refirió al contenido del discurso de Marcos y a algunos rasgos de la personalidad de éste.

Rosario Ibarra de Piedra, que era una de las 100 personas que llevaban la presidencia, pidió que los resolutivos se aprobarán “por consenso en lo general y no en lo particular”. Y así se fueron aprobando los resolutivos de cada una de las 5 mesas. Se le daba lectura y luego se preguntaba si se aprobaban por consenso. Luego de esto hablaron algunos oradores de diferentes partes de la república y al final le siguieron eventos artísticos.

La presidencia de la Convención invitaba reiteradamente a que colaboráramos con el EZLN dejando todo aquello que podíamos como son víveres, ropa, tiendas de campaña, botas, medicina, dinero. Un zapatista pasa cerca del campamento del STUNAM y como ya para entonces hemos juntado lo que vamos a dejar, le indicamos que puede llevárselo a alguno de los lugares de concentración que para el efecto ellos tienen. No puede solo y llama a otro. Alfredo que ha notado algo extraño, los sigue y se ha dado cuenta que son unos impostores. Andan vestidos exactamente como los zapatistas, con su cachucha verde de confección casera, camisa café, pantalón verde y paliacate rojo cubriéndoles el rostro, pero resultaron ser los choferes del carro de la pepsicola. Los impostores recogen lo que les dan Otros y luego lo van concentrando en otro lugar apresurándose a tapar las cosas hurtadas de esa manera con un enorme plástico. Entre el enorme movimiento por desmantelar el campamento nadie se da cuenta de estos pillos. Vamos Alfredo, Salvador y yo a quitarles las cosas y de manera directa las llevamos a unas de las tres barracas que son los lugares de almacenamiento del EZLN.

Dejamos Aguascalientes. Va el entusiasta, que hace la mayoría, que ha hecho del evento una apología y está convencido que de esto va a salir un nuevo país, una nueva constitución política. El escéptico que no se explica cómo tan extensos y cuidadosos resolutivos pudieron haberse elabora do en sólo 5 horas, que son las que van entre la media noche de las discusiones de las mesas en San Cristóbal y a las 5 de la mañana que fue la hora de la cita para partir de La Coleta. Los observadores que han encontrado puntos de vista diferentes en algunos aspectos del discurso de Marcos y los resolutivos. Los incrédulos que aseguran que los diferentes grupos protagónicos de la Convención actuaron en lugares y en tiempos diferentes: la elaboración de los resolutivos, la redacción del discurso de bienvenida de Mar cos, la discusión de los delegados de las mesas en San Cristóbal y que estas diferentes piezas habrían tenido, eso sí, un solo punto de convergencia y este había sido la Convención Nacional Democrática en Aguascalientes de la selva chiapaneca.

Emprendemos el regreso a San Cristóbal. Algunos empiezan a llegar a esta ciudad hacia las 10 de la noche de ese 9 de agosto. Otros lo harían hasta el mediodía de la siguiente jornada.

10 de agosto


La ciudad de San Cristóbal vuelve a llenarse de la población flotante de los convencionistas. Sin embargo no es para nada lo que al principio. Muchos venían desde México en autobuses y toda clase de vehículos y de Comitan han enfilado para las ciudades del Altiplano sin volver a San Cristóbal. Los de la prensa extranjera procurarán alcanzar las poblaciones que les brinde el servicio de los vuelos internacionales.

En el transcurso de la mañana muchos salieron de la población en líneas foráneas de autobuses. Otros se van más al sur, hasta Tapa chula, casi en la frontera con Guatemala, para viajar en avión a la capital del país. En las prime ras horas de la tarde ya sólo quedan los turistas habituales, pues San Cristóbal es una ciudad hermosa visitada en todo tiempo por el turismo extranjero, en especial en fin de año y en semana santa.

El día es nublado, pero no llueve. Por el cielo-de San Cristóbal pasan los aviones nacionales e internacionales llevando a los congresistas y a los de la prensa. En la plaza frente a la catedral famosa se ven los eternos grupos de niñas tzoltziles, tzeltzales, zoques y aún las chol y lacandonas. Sus imágenes recorrerán todo el mundo a través de las cámaras de video de los convencionistas, pero ellas en ese día ya no son objeto de los camarógrafos ni nadie ha puesto en sus manos un letrero para ser retratadas. “No es lo mismo ser pobre que sólo solidario con los pobres” había dicho en Aguascalientes, Pablo González Casanova.

Las niñas indígenas corren a la vista de un posible cliente en tanto enseñan sus muñequitos de trapo con un palito como fusil y el pequeño rostro cubierto con un pasamontañas: “Cómprame a Ramona y a Marcos”. El otro se defiende diciendo: “Ya compré”. Y entonces las niñas insisten casi a coro: “Pero no a mí. Andale, cómprame a Marcos y a Ramona”.

SEGUNDA PARTE

Entrevistas


La parte que sigue está compuesta de una serie de entrevistas que hice a los componentes del grupo con el que viajé a la selva. Fueron hechas el 9 de agosto, el día que estuvimos de regreso en San Cristóbal, casi a media noche, en el lugar en el que nos hospedamos, cuando literalmente apenas acabábamos de descolgarnos de los hombros las pesadas mochilas y aun teníamos puestas las botas llenas de barro de la región zapatista.

Nos parece que tales documentos recogidos de esa manera tienen el valor del testimonio fresco, no repensado ni retocado ni idealizado ni deformado. Son sus primeras impresiones personales. En cuanto al discurso de bienvenida y apertura de la CND pronunciado por Marcos el 8 de agosto, el de Pablo González Casanova al día siguiente, el documento oficial del STUNAM que definía la posición del Sindicato ante la Convención y fue presentado en la misma, y los resolutivos de la Convención Nacional Democrática, fueron publicados íntegros en el semanario UNION, que es el órgano oficial de comunicación del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, en su número 390 de fecha 9 de septiembre de 1 994.

Mario Ubaldo Caruso,
Secretario de Relaciones

Hay que destacar que la asistencia a la Convención Democrática fue por acuerdo del Consejo General d e Representantes y el Comité Ejecutivo del cual se desprendió la idea de elaborar un documento que sería la posición de nuestra organización sindical en este evento.

Es evidente que uno de los puntos funda mentales que se planteó, en esta Convención Democrática, es en relación con la problemática que se vive en los altos de Chiapas, en la cual el primero de enero de 1994 estalló un movimiento insurgente porque es obvio que a partir de la política neoliberal del gobierno no cumple con los compromisos que debe asumir ante los campesinos y los trabajadores de este país, y concreta mente en esta área de Chiapas, es claro que el sector más reprimido son las etnias de los chiapanecos.

De tal suerte que a partir de esto, estalla el movimiento que da como consecuencia una lucha frontal la cual arroja una guerra en Chiapas y surge el planteamiento de los campesinos y los indígenas chiapanecos, y del subcomandante Marcos, y el arzobispo Samuel Ruiz, que se destaca el hacer negociaciones con relación con la paz y el bienestar del pueblo de México.

Es claro que por parte del gobierno, lejos de asumir una posición responsable para lograr que se pueda desarrollar la justicia en este Estado de Chiapas, hay un bloqueo total y no asume una responsabilidad consecuente para poder consumar la idea en relación con la paz. Es obvio que al no llegar a un acuerdo entre el movimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y el gobierno de México, se empantanan las pláticas sobre esta problemática. A partir de esto el propio Subcomandante Marcos convoca a todas las fuerzas y organizaciones sociales de este país a una Convención Democrática.

Nuestra organización atiende el llamado con una asistencia de 20 compañeros encabezada por un servidor, como Secretario de Relaciones y 19 compañeros más, Adrián Pedrozo, Secretario de Cultura, Carolina Ledezma, Secretaria de Actas y Acuerdos. El resto son delegados sindicales y trabajadores de la organización Sindical.

Al llegar a la ciudad de Chiapas, tenemos que destacar, en primer lugar, la falta de organización que dio como consecuencia que a partir del día 5 de agosto de 1994, para poder acreditarnos a este magno evento, tuvimos que esperar hasta las dos de la mañana del día 6, en la que se plantea también cuál va a ser la dinámica de las mesas de trabajo, que son cinco, para el mismo día 6, de estos destacan por su importancia la transición democrática, un gobierno de transición y un nuevo constituyente. Son temas de suma importancia para la vida y democracia del país, de los mexicanos.

Estos temas se discutieron todo el sábado y el domingo a partir de las 5 de la mañana empezamos a abordar los autobuses para salir hacia Guadalupe Tepeyac y trasladarnos al auditorio que construyeron los zapatistas en la selva lacandona. Cabe destacar que en los inicios de este trabajo, que fueron alrededor de las 1 7:30 de la tarde con la asistencia de aproximadamente 5 mil delegados (nunca hubo un número oficial) y 700 periodistas, es verdaderamente relevante la presencia del subcomandante Marcos y el Ejército Zapatista.

Presentó a su ejército de apoyo y a 200 efectivos de los cuales queremos destacar que es realmente un ejemplo. Porque independientemente de los efectivos que desfilaron hay que decir que tanto hombres, como mujeres y niños, de edades desde los 5 años desfilaron y esto nos da y nos deja una verdadera impresión de la evolución ya desarrollada en esta nueva generación de lucha que se desarrolla en el pueblo chiapaneco. Queremos destacar que a la toma de la palabra del subcomandante Marcos y después de escuchar sus palabras, convence que es no solamente político sino una gran persona ya que desde el momento de escuchar sus palabras se nota que hay ahí un gran luchador contra la injusticia del gobierno de este país.

Es necesario destacar que a esta Convención asistieron organizaciones tanto sociales como sindicales, de toda la República Mexicana, las cuales dieron sus puntos de vista en cada una de sus intervenciones. Queda claro que a partir del discurso del subcomandante Marcos se plantea, con toda precisión, que quien va a decidir el futuro de este país son los resolutivos de esta Convención Democrática.

Debo decir con toda precisión que uno de los planteamientos más claros del subcomandante es el que, independientemente de que ellos no dejarán de luchar en este movimiento armado, se hace un planteamiento de la lucha por buscar los caminos para la paz, siempre y cuando el gobierno de este país resuelva los planteamientos que se han hecho, a partir de que se instaló una mesa de trabajo sobre la paz, en la ciudad de San Cristóbal de las Casas. Como todos sabemos, no fue debidamente avalada por el gobierno, y hubo un rompimiento por no dar una solución honorable a las peticiones, que creemos que son justas para el pueblo chiapaneco.

Creo que a partir de la toma de decisión de los resolutivos de esta Convención Democrática, el deber de todos los delegados que asistieron a este evento es informar tanto a sus organizaciones sindicales como a todo el pueblo, lo que sería realmente la lucha a desarrollar, una lucha de resistencia en defensa del voto en primer lugar, gane quien gane, obviamente. Tenemos que luchar porque el gobierno, en estas elecciones del 21 de agosto, cumpla y que la elección presidencial sea realmente respetada por el gobierno y que a partir de esto se tendrán que aplicar los resolutivos que serán obviamente difundidos entre todos los trabajadores universitarios, toda vez que el compromiso que se asumió en esta Convención es de que el periódico “La Jornada” publicará los resolutivos. Y desde luego que el Sindicato y la Secretaría de Relaciones a mi cargo tendrá la obligación de informar puntualmente de los resolutivos de este gran acontecimiento democrático.

Más adelante haremos un análisis con toda precisión después de haber estado hasta el día 9, a las 12 del día que se clausuraron los trabajos de la Convención. Cabe señalar que la actuación de nuestros compañeros como delegados fue notoria. Obviamente que nosotros tratamos, desde el primer momento, de que se nos diera la posibilidad para poder presentar el documento que todos ustedes deben de conocer ya que se publicó en el periódico Uno más Uno el lunes 2 de agosto, en el que la posición de nuestra organización sindical destaca algunos puntos que son fundamentales. Uno es luchar porque las elecciones del 21 de agosto sean transparentes en todos los aspectos.

Estamos totalmente en contra de que el gobierno siga realizando fraudes tanto de la desaparición en el padrón de electores como de las prácticas del folclor electoral como son el carrousel, el ratón loco, robos de urnas, etc. Esto debe de terminar para que a partir de unas elecciones claras y limpias, en todos los aspectos del gobierno, tenga que cumplir cabalmente con la Constitución y respetar la voluntad del pueblo mexicano de haber elegido a un representante que realice los objetivos fundamentales como son respeto a los derechos humanos, respecto también con los bajos salarios del pueblo de México, esperamos que el gobierno asuma esta responsabilidad a partir del 21 de agosto tendrá que cumplir con todos esos compromisos y habrá de demostrar en la práctica los planteamientos que se han hecho a partir de las campañas de los 9 candidatos.

Nosotros creemos que, a través que sepamos quién es el próximo presidente de la república, los resolutivos de esta Convención Democrática tendrán que ser aplicados por el gobierno que asuma la responsabilidad. Es necesario que no solo los universitarios sino todo el pueblo de México luchemos por la más amplia unidad, pero no una unidad en abstracto sino en la práctica que nos lleve efectivamente a consolidar un gran movimiento a partir de los menciona dos resolutivos de la Convención.

Salvador Espinosa,
Dirección General de la Escuela Preparatoria

Los temas desarrollados en cada una de las cinco mesas contaron !con una gran participación, con la emotividad de los compañeros trabajadores y la presentación de sus propuestas. Destacó pues también el del STUNAM que se tituló “Por un México Justo” El punto uno, que se refiere al tránsito a la democracia y la inviabilidad del partido de Estado, destaca como destruir el binomio de partido y Estado. Por otro lado hacer efectiva la división de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, ya que nuestro gobierno actual se rige exclusivamente por un presidencialismo que llega incluso a invadir la participación de la división de poderes.

Es rica la experiencia ya que se presentaron 120 resolutivos y en total fueron 709 documentos lo que significa que hubo participación de muchas organizaciones, gentes de sindicatos, etnias y desde luego los acuerdos de las convenciones estatales. Fue una Convención nutrida por sus participaciones en la mesa 2 que buscaron vías pacíficas de tránsito a la democracia.

Se destacó la situación referente a las elecciones y la necesidad de que el 21 de agosto la voluntad popular se defienda contra el fraude que el PRI prepara y darle atención al trabajo preelectoral, el posterior trabajo a las mismas elecciones para defender la voluntad popular. Se exigió también que el IFE debe ser un órgano independiente y que debe estar en manos de la ciudadanía para poder garantizar una democracia plena.

En la mesa 3, fue Política neoliberal y el Proyecto Nacional. Ahí la Convención aceptó en las distintas mesas los 11 puntos del Ejército Zapatista relacionados a vivienda, salud, trabajo alimentación, justicia, libertad, democracia. Otro aspecto fue el relativo al TLC y el que se expropien los bienes malhabidos de los funcionarios, principalmente de las 24 familias multimillonarias contra los millones de pobres que habitamos nuestro México.

En la mesa 4 se discutieron las características del gobierno y la transición a la democracia. Aquí se destaca que es necesario romper con el corporativismo, pugnar por la independencia plena de las organizaciones. En la mesa 5 fue lo relativo al Congreso Constituyente, la necesidad de impulsar el rescate de los principios y el espíritu que inspiró la Convención de 1917, que con todas las reformas que el Estado le ha implementado desde entonces, hoy es una Constitución que ya no se apega a las necesidades de nuestro México.

De esto se desprende que el Ejército Zapatista está dejando en manos de la Convención Nacional Democrática, o sea la sociedad civil, la responsabilidad de organizarse para pugnar por lograr esa democracia libertad y justicia, que es la bandera del movimiento independiente. De la misma importancia fue la participación de las mujeres a través de 54 organizaciones de distintas partes de la república, incluso de algunas internacionales.

Esta Convención, pues, que es el embrión de las organización se declara en sesión permanente en virtud del momento político que vive el país y con la necesidad de que el pueblo dé una respuesta . Se esperaba, de parte del Estado, que las organizaciones no acudieran a la convocatoria que hizo el Ejército Zapatista, pero a pesar de las condiciones y de lo negro que se pintó el panorama, tuvimos la Oportunidad de estar aquí en Aguascalientes más de 5 mil delegados. No fue fácil pero hubo la voluntad, creo que de la mayor parte de los delegados convencionistas, y no sólo por conocer la selva sino por participar y ser el portavoz de un compromiso de lucha que todos los delegados presentes tenemos para ser parte del engranaje de esta gran lucha, si es que deseamos en verdad un México independiente que rompa con la burguesía y poder conseguir un gobierno proletario donde la clase más amolada pueda defenderse de la ignominia de más de 500 años de dominación.

Vidal Flores
de la Secretaría de Relaciones.

Ha sido para mí una gran sorpresa esta Convención. Muchos como yo teníamos duda con respecto que podría tratarse en esta Convención. Sin embargo, y a pesar de las múltiples dificultades de organización, ha mostrado el Ejército Zapatista su capacidad de convocatoria y aunque muchos nos dimos cuenta de la gran división que existe toda vía entre las organizaciones, tanto sociales como políticas, sindicales etc. Sin embargo al llamado del Ejército Zapatista ha asistido un gran número de delegados con la esperanza, me parece, de que la situación del país cambie. Por lo menos que empiece a cambiar. Se ha notado la discusión que se dio en las diferentes mesas. Todo el interés que hay de parte de la sociedad civil de que nuestro México cambie, de que las leyes cambien, de que la organización en todos los sectores cambien, que se dejen las diferencias a un lado y pongan por encima las coincidencias.

Se ha tratado aquí no solamente de las cuestiones indígenas y no sólo en el caso particular de Chiapas, sino también los asuntos importantes de las diferentes etnias de los otros estados de la República. Han sido importantes los resolutivos que se han tomado y creo que esto es sólo el principio para que haya futuras reuniones de la Convención.

Esta ha sido una primera Convención, y se espera que se vaya a todos los sectores, escuelas universidades, talleres, fábricas, sindicatos, para que toda esta información y demás inquietudes, que se tiene de parte del pueblo de México, se manifiesten y que en el futuro en organizaciones regionales, estatales y luego nacionales, se vaya definiendo con más claridad y precisión los objetivos de esta primera Convención y que va a ser fundamental para ir cambiando poco a poco nuestro México.

Creo que ha sido una experiencia muy rica y pienso que ni asistimos todos los que somos ni somos todos los que asistimos, por lo tanto hay que profundizar el trabajo a nivel nacional y en todos los sectores. Yo personalmente tenía mis dudas con respecto a la capacidad de esa convocatoria del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Sin embargo nos quedan muchísimas tareas por hacer y quienes venimos estamos comprometidos a informar y vamos a esperar las elecciones del 21 para ver qué posibilidades hay en la seguridad que va a ser un parámetro importante. Los delegados tendrán que ir tomando las medidas necesarias para seguir difundiendo el trabajo y los resolutivos que han acordado en esta Convención.

Carlos Galindo trabajador de la Facultad de Ingeniería
y adjunto de la Secretaría de Relaciones.

Cabe destacar que la Convención Nacional Democrática tiene tres puntos fundamentales. El primero de ellos es que le da a la sociedad civil la posibilidad de que retome el papel protagónico en el cambio democrático, de libertad y de bienestar social que requiere el país. Hay que señalar que este es el inicio y que será responsabilidad de los que asistimos a esta CND el de involucrar, en el caso del STUNAM. al conjunto de los trabajadores a ese cambio. El EZLN nos deja esta responsabilidad. El otro planteamiento se sujeta a las decisiones y a las estrategias que diseñe la propia Convención Nacional Democrática.

Hay otro punto que hay que destacar y es el discurso de los dirigentes de los zapatistas en el sentido de señalar que es la oportunidad, de los ahí reunidos, de hacer a un lado los protagonismos y los intereses para lograr los acuerdos unitarios que permitan a la gran parte de la población mexicana vivir mejor y que ahora vive en condiciones difíciles. Mejorar sus condiciones de vida y de acabar con un esquema político que es lesivo a los trabajadores y a la sociedad en su conjunto.

La tarea no es fácil, creemos que, como siempre, en la izquierda existe una alta dosis de protagonismo y demagogia pero habrá que hacer los esfuerzos necesarios para que este esfuerzo que hicimos los que asistimos aquí, conjuntamente con los que se levantaron en armas el primero de enero de este año, efectivamente retomen los resultados que todos esperamos. Este es el primer paso de muchos que tendrán que dar las organizaciones políticas y las sociales.

Creemos que por la situación que atraviesa la organización sindical habrá que ser muy claros y muy puntuales en la información que se les de a los trabajadores, porque independiente mente de que en esta Convención estuvimos 6 mil gentes, cabe señalar que algunos no tienen la representación que decían tener. Por lo tanto hay que ser muy cuidadosos en cómo nosotros nos conducimos ante los trabajadores para decirles que hay que involucramos en los procesos y en las luchas que están por venir, pero fundamental mente hay que buscar el fortalecimiento del sindicato para que, de manera unitaria, se involucre en la gran lucha que después del proceso electoral tendremos que dar todos los mexicanos.

Alfredo Hidalgo Carmona, del Palacio
de Minería de la Facultad de Ingeniería

Hemos llegado a San Cristóbal con la idea de ir a esta reunión de la cual creo que todos vamos a salir con un mensaje, con una idea más firme. Hemos pasado algunos sinsabores pero esto no merma nuestra idea que ya traemos de este Congreso. Después nos hemos transportado a Aguascalientes a donde, después de 24 horas, llegamos a este lugar y fue algo maravilloso, una experiencia muy dura y pesada.

Pero todos llegamos con el deseo de escuchar al subcomandante Marcos. Nos dejó varios mensajes. Hubo intervenciones de otro tipo de asociaciones, de personas de los más diversos grupos sociales, intelectuales. Se hicieron proposiciones a favor de los indígenas, comentarios en pro de cambios en nuestra Constitución Mexicana. También se sugirieron cambios en lo que respecta a los derechos de la mujer o más bien los reforzaron. En síntesis la experiencia fue nutrida y vamos a tratar de ponerla en práctica en nuestras comunidades, centro de trabajo y lugares donde residimos.

Guadalupe Ortíz Hernández de la
Facultad de Derecho

No fue lo que pensábamos de la organización, que fue la que nos convocó. Se nos llamó porque iba a ser una Convención plural pero no fue así. Fueron dos partidos los que estuvieron ahí interviniendo y fue un malestar de bastante gente que estuvieron interviniendo estas personas de manera mucho muy desorganizada, con muchos egoísmos.

Nos dimos cuenta de lo maravilloso que es estar en este lugar. Ver la pobreza en la que viven nuestros compañeros, con la humildad en que ellos están para el fin que persigue un beneficio de todo nuestro país. Pero quiero decir que fuimos 54 organizaciones de mujeres que luchan por la libertad social y el beneficio del país.

Las mujeres pugnamos no por el libertinaje sino por nuestra libertad social. Esto nos interesa, tener puestos de representación, más libertad para poder ser nosotras mismas. Ya no solamente como madres de familia y esposas sino realmente de manifestarnos para lograr nuestros ideales para que este país sea un lugar más progresista, en el cual nosotras podamos pronunciarnos como mujeres y lograr lo que nosotras deseamos, para el beneficio de nuestros hijos, de los ciudadanos de este gran país que nosotros no hemos sabido valorar ni defender.

Tenemos un interés grande, como se nos manifestó en esa Convención que reitero fue un evento formidable. Hay que insistir en las condiciones tan pobres en las que vive la gente allá. Nosotros la vivimos dos o tres días pero ellos están ahí desde siempre en las mismas condiciones verdaderamente infrahumanas. En las ciudades nosotros estamos tan ciegos que no nos damos cuenta del enorme egoísmo que se traduce en no hacer nada por ellos.

Por eso tenemos que organizarnos para que todos esos hermanos nuestros tengan una mejor vida, ¿cómo?, que siga habiendo estas organizaciones para así nosotros poder ver de qué manera podemos llegar ayuda a todos esos hermanos que están tan necesitados. Principalmente nosotros como mujeres tenemos que luchar y salir adelante.

De San Cristóbal de las Casas a Guadalupe Tepeyac hay 160 kilómetros de distancia. Hasta Las Margaritas la carretera está asfaltada, en adelante es camino de terracería

José Abarca Reyes, Académico del CCH Oriente

Sin pretender dar una visión completa de este importante e histórico evento, es necesario resaltar algunos acuerdos que desde mi punto de vista son sobresalientes.

Cuando salió la convocatoria del EZLN, para realizar una Convención Nacional Democrática (CND); dudé que esta pudiera realizarse en el poco tiempo que se había fijado; ya que implicaba un sinnúmero de discusiones de grupos, organizaciones políticas, sindicales, partidos, etc. con puntos de vista un tanto diferentes en cuanto a sus métodos y tácticas de lucha. Transcurrido cierto tiempo, pude asistir a la Convención del Distrito Federal fue así como poco a poco se fue desvaneciendo la incertidumbre de que tal evento pudiera realizarse. Aquí se discutieron temas diversos y de interés en gran parte de los asistentes y del pueblo en general.

De diversas partes del país, los delegados confluimos en San Cristóbal Las Casas, Chiapas. Después de múltiples dificultades pudimos por fin acreditarnos. El 6 de agosto, quedaron formalmente instaladas las diferentes mesas de trabajo en las cuales se discutieron entre otros temas como:
Inviabilidad del Partido de Estado, Transición a la Democracia, Características y Lineamientos de un gobierno de Transición hacia la Democracia, etc.

Instalada la plenaria de la CND en Aguas calientes, Chis., el día 8 de agosto, se sometieron a la consideración de esta, lo discutido en las mesas de trabajo.

Se tuvo por parte de los convencionistas, la suficiente sensibilidad política para aprobar por consenso todos los temas expuestos. Esto desde luego puede facilitar que se establezcan vías para una deseada unidad de acción de las diferentes fuerzas participantes que luchan por el cambio que está exigiendo la nación. Asimismo se impidió la sectarización de los trabajos y que saliera a la palestra de la discusión por parte de algunos grupos radicalizados la vía armada como único camino para la solución de los problemas nacionales.

Y en cuanto a las elecciones, se dijo que son solo una de las vías para el tránsito a la democracia. Otros acuerdos son: 1 Aquel que establece que los convencionistas pueden apelar a la resistencia civil en caso de las elecciones de este 21 de agosto resulten probadamente fraudulentas; 2. La CND se declara en sesión permanente para enfrentar los problemas presentes y futuros; 3. El EZLN acertadamente deposita en la sociedad mexicana a través de la CND, los mecanismos y caminos a adoptar para defender sus derechos cívicos; 4. Liquidar de una vez y para siempre el sistema de partido de Estado y para ello llamar a votar en contra del PRI y del PAN como una de las múltiples medidas; 5. Llamar a un Congreso Constituyente del cual surja una nueva “Carta Magna” acorde con los requerimientos del pueblo mexicano, etc.

En fin, todos los acuerdos consensados en la Plenaria de la CND en Aguascalientes, Chis., tienden a disipar la guerra, la acción violenta, traduciendo esto, a la resistencia civil organizada de la sociedad, dar prioridad a las instancias civilizadas y pacifistas para hacer realidad a lo que el pueblo mexicano aspirá, Democracia!!

Así quedó en términos generales el nuevo pacto político de la sociedad materializado en la CND.

Víctor Onésimo Caballero Martínez delegado del STUNAM a la CND

Hemos llevado unos debates hermosos en cuanto a la situación que aquí viven los indígenas y que a nivel nacional se ha dado a conocer esta problemática y que hoy se aprueba en esta Convención Nacional Democrática a la que asistimos un buen número, a ese auditorio tan bello que fue hecho por estos zapa tistas con todo el gusto ya que nos esperaron, nos abrieron las puertas de su territorio, dándonos a conocer las inclemencias del tiempo entre las que ellos viven y que no es tan fácil para nosotros que tenemos costumbres de la ciudad y que muy fácil podemos obtener y conseguir cosas para alimentarnos.

Es necesario resaltar que los resolutivos los cuales aprobamos y de los que bien estamos satisfechos en cuanto a formar un constituyente para elaborar una nueva constitución de los principios de la que ahora tenemos, que no en todo es mala sino un tanto inadecuada para la forma de vida que estamos llevando. Sobre todo para estos indígenas ha sido hasta ahora una situación demasiado marginada, en contra de su dignidad.

Todos estos resolutivos coinciden en que se debe de mejorar y poner mucha atención para todas las etnias que existen en nuestra república mexicana. Sobre todo es importante destacar a nuestro comandante Tacho, que nos habló de la unidad que es preciso buscar y de todos aquellos trabajos que sean necesarios y útiles para las comunidades indígenas.

El Ejército Zapatista con mucha disciplina y seriedad está por la paz. Su lucha ha sido por la libertad y que haya democracia en el país.

Los resolutivos deberíamos darlos a conocer a todos los rincones del país. Sobre todo nosotros, que somos una organización sindical debemos centrifugar estos documentos. Necesitamos difundir y apoyar este movimiento así como a la Convención Nacional Democrática, que ha sido todo un éxito, debido a que nos movilizamos de todos los Estados de nuestra república mexicana.

También es necesario hacer todos los esfuerzos para poder lograr la solidaridad económica hacia nuestros hermanos zapatistas. Ellos dejan en nosotros la responsabilidad. No se retiran de la guerra sino que nos ceden el espacio para que nosotros podamos llevar a un término feliz la paz que es por lo que hemos venido los congresistas y que como civiles hemos logrado darle esto al pueblo chiapaneco que nos esperó y nos dejó toda su confianza para poder llegar a un buen acuerdo y que ellos puedan vivir felices. El pueblo chiapaneco espera mucho que el ejército federal se retire del Estado de Chiapas. Esto es uno de los resolutivos que la Convención Nacional Democrática en su plenaria lo acordó y será de lo primero que tendremos que llevar a cabo para que inmediatamente este ejército se vaya.

Carlos Castañeda
La Historia del EZLN
Antonio Muñoz M.


El EZLN: El ejército que salió de la selva, según sus autores es un libro que no surge por instrucciones de los zapaistas, asimismo lo califican como algo que no contiene la verdad absoluta, más bien este libro pretende despertar o continuar despertando la polémica en torno a los sucesos de Chiapas. La gracia plasmada en el libro radica en el contenido de la información que ha sido poco difundida.

Durante la presentación los autores comentaron que para realizar esta investigación llegaron a la zona de conflictos, lo primero que observaron es que se encontraba un ejército de periodistas, ellos sólo tres los dos periodistas y un fotógrafo. Relatan que en los inicios para acceder a la información les costó mucho trabajo pues tenían menos contactos, pero quizá la testadurez les permitió continuar con la difícil labor.

Guido Camú Urzúa y Dauno Tótoro Taulís autores de la obra que editó Editorial Planeta pretende contar la historia del EZLN, contada por ellos mismos, pero continuando los autores expresan que ya un tanto ambientados significó ir almacenando material, en este proceso notaron que lo recabado rebasaba el objetivo por lo que surgió la idea de realizar lo que lleva por título EZLN: El ejército que salió de la selva.

Como parte de la presentación de la obra, se menciona que “Una visión apasionante del desarrollo de uno de los movimientos armados más originales de este siglo y de la historia del continente americano. ¿Cómo y de donde surgió el Ejército Zapatista de Liberación Nacional? ¿Cuándo se fundó? ¿De dónde obtuvieron sus armas? ¿Cuál es su plan de lucha, y cuál, su propuesta de democracia en México?

En este reportaje que revela la intimidad del EZLN, los autores construyen una crónica inolvidable que aborda la insurrección en Chiapas desde múltiples puntos de vista: la iglesia, la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales y la jerarquía política mexicana. Los autores también se arriesgan para trazar una línea que apunta hacia el futuro de Chiapas.

Los autores de la hoy comentada obra, desde el mes de enero de 1994 convivieron con los efectivos y altos mandos del EZLN, lo que les brindó la oportunidad para conocer —desde adentro— el origen, la filosofía y las perspectivas del zapatismo del fin de siglo.

La aportación contenida en el interior de la obra relatan una serie de datos que por su importancia trascribo íntegramente.

Condiciones de muerte: Caldo de cultivo.
“Chiapas, 74 mil kilómetros de territorio, 3,200,000 habitantes. Chiapas es el escenario de las contradicciones más brutales del sistema. Un estado donde el 80 por ciento de los habitantes tiene piso de tierra, donde el 45 por ciento de los niños sufren graves problemas de desnutrición, donde —a pesar de ser éste el estado que produce el 60 por ciento de la energía eléctrica nacional total— el 34 por ciento de sus habitantes no cuenta con luz, donde el 76 por ciento de las tierras están en manos privadas, donde más de 15 mil indígenas mueren cada año de enfermedades que en otros Sitios se curan con una simple inyección.

De los pocos más de 3 millones de chiapanecos, el 44 por ciento no ha cumplido todavía 14 años de edad, siendo así la población más joven del país. De los pocos más de 3 millones de habitantes, más de un millón no habla castellano; 900 mil de los otros son analfabetos; 850 mil jamás han asistido a una escuela. El 60 por ciento de los chiapanecos vive en zonas rurales, con poco o nulo acceso a los servicios mínimos de salud, la luz eléctrica o agua potable.

El 57 por ciento de sus habitantes está desocupado.
Las chiapanecas tienen la mayor tasa de fecundidad de todo México, con 4.7 hijos por mujer, pero tienen también la marca nacional de proporción de hijos muertos por madre, con el 7.3 por ciento.

Sin duda los datos revelados por los autores de la obra muestran un estado donde es necesario darle mayor atención y apoyo.

En una minientrevista realizada por UNIÓN a uno de los comentaristas de esta obra el doctor Jorge Castañeda en relación a ¿Cuál es la influencia del alzamiento zapatista en este proceso electoral? expresó que la primera influencia es que las reformas que se han logrado a última hora en particular a lo que se refiere a la integración del Consejo General del IFE, se deben básicamente al alzamiento zapatista, consideró que sin el alzamiento del 1 de enero no son imaginables esas reformas. Añadió que la prueba es que durante cinco años no se hicieron y se hicieron al cuarto para la hora, esto debido al alzamiento que puso en jaque al gobierno.

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Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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