LA ETICA DE SCHOPENHAUER




En torno a la filosofía
Schopenhauer
Editorial Porrúa, México.
Serie Sepan Cuantos…Núm.455
2009. Primera edición en alemán: Berlín 1851



La ética para boy scout es en la que todos soñamos. Pero es sólo un sueño. La realidad es otra y por eso soñamos en un mundo mejor. 

Se premia al niño- lobato cuando hace la acción buena del día. ¿Por qué se le premia si  su obligación de gente civilizada y culturizada y espiritualizada es  hacer buenas acciones todo el día? Porque el resto del día hace trampa.
A. Schopenhauer

La respuesta está en la fábrica. En la fábrica se premia con un bono extra al obrero que cumple con su trabajo. ¿Por qué un bono extra porque haga su trabajo si se le contrata y paga para que haga su trabajo? Porque los dos están haciendo trampa. El trabajador no cumple como debería y el patrón no  paga lo estipulado por las leyes y además no incluye el premio en el sueldo tabular…


En las las universidades del mundo se premia a los eméritos por haber contribuido al avance de las ciencias y de las humanidades. ¿Por qué se les premia si por eso se les paga? ¿O no se les pagó lo necesario y un premio bajo los reflectores y una nota en la gaceta borra la injusticia?

En su libro Ética  este pensador nos dice por qué el afán de enseñar ética, por qué se enseñan reglas de civismo y urbanidad, por qué se afana las religiones y por qué están las leyes civiles. Porque las calles están llenas de gente que hace trampa.

 ¿Por qué todas las mañanas los padres llevan presurosos a sus niños al kindergarten? Para alejarlos en lo posible de la animalidad.

No nos gusta este lenguaje árido pero luego nos preguntamos por qué existen los hospitales. Porque abundan los enfermos. Trasládese esto al terreno de la conducta y tendremos la respuesta de por qué la ética, la religión, etc.

 Gobernadores que en la función pasada endeudaron a su estado con cien millones de dólares, y en el país sin nombre a esta cifra puede usted  agregarle treinta ceros y todavía así se quedará corto (que el pueblo, que gana cincuenta pesos al día y es la mayoría, tiene que pagar con hambre durante los próximos doscientos años) y siguen hablando de la urgencia de unificar a la bancada de su partido para luchar  y sacar al pueblo de la miseria…En este otoño de 2016 tres ex gobernadores, del país sin nombre,  son buscados por la  Policía General dela República, y por la Interpol, por haberse llevado de las arcas de "su" gobierno hasta la taza del inodoro...

Sindicatos que casi ponen patas arriba al mundo protestando contra el outsourcing que beneficia a los patrones y a la vez  tiene a sus propios  trabajadores en el outsourcing

Funcionarios de algún gobierno u organizaciones  particulares que, en situación de emergencia por sismo o tsunami,  pone sus puestos de acopio para recibir ayuda en dinero,víveres o ropa y lejos de entregarlos a los necesitados esconden para ellos lo que recibieron en los puestos de acopio.




Se considera que en el planeta hay mil millones de católicos que deben estar familiarizados con el Sermón de la Montaña que Jesús dijo,  a sus discípulos y a una gran multitud,  en la ladera de una montaña  al norte del Mar de Galilea, cerca de Capernaum. Casi medio centenar de  consideraciones que hablan de otras tantas patologías en la conducta humana.

Una intención mueve a Schopenhauer en este árido tema y es la prevención. Así como hay la medicina preventiva: “Hay que conocer esa mascarada muy joven para no dejarse engañar.” Y, en lo posible, no reproducir el modelo. 

Casi estamos por decir que, junto a la Ética  de Schopenhauer, el Zaratustra nietzscheano es sólo un aprendiz de oratoria.

En su República Platón lo dice y, en Las Leyes Aristóteles lo repite, cuando se les pregunta qué sería lo primero a tomar en cuenta al  fundar  una ciudad. ¡La leyes! Responden. Las leyes se hacen porque hay malos.

 El hecho que inocentes estén en las cárceles es una prueba más que en las calles hay malos.

 Es cierto cuando se dice que las leyes y las religiones son represoras. Como los médicos en los hospitales son represores de los virus patógenos.

Gente que ha recibido el Premio Nobel de literatura y personajes  de la nobleza, empezando por reyes y príncipes, exhiben orgullosos sus trofeos haciéndose retratar junto a  sus víctimas o adornando sus salones con cabezas de león, tigre o mandíbulas de tiburón. Los más feroces depredadores de sus respectivos hábitats…

Para leer Ética de Schopenhauer, que él empieza con la metáfora de las “mascaras”, habría que poner antes una advertencia, como hacen los de la televisión:”este programa contiene escenas que pueden ser desagradables”. Igual a la entrada de los hospitales deberían poner un letrero con la siguiente
Advertencia: “Aquí sólo hay enfermos”.
Tomado del diario El País, España, sábado 20 de julio de 2013

Nos gustan los libros color de rosa llamados de autoayuda. Sus autores son gente positiva que debemos  tomar como un paradigma de optimismo. Pero ante la magnitud del asunto sólo son como de primeros auxilios.

 Lo que hace  Schopenhauer es tomar el bisturí y mostrarnos las llagas. Un cirujano no cura los tumores con sólo las buenas intenciones. Como tampoco es el cirujano el culpable de esas llagas. 

El hombre es bueno,asegura Mencio,pensador chino que vivió del 370 aC al 290.Lo mismo pensaba Confucio, un poco antes que él.Es bueno por naturaleza y tiene  las potencialidades para todo eso.Pero otro filósofo chino,Hsun Tzu,siglo III a C. sostuvo que "el hombre era malo o tendía hacia el mal por naturaleza."

Jesús sabía que el hombre, por sus instintos de sobrevivencia y posesión, es malo,sino para qué el Sermón de la Montaña. Pero también sabía que puede ser bueno hasta niveles inconmensurables.

Solamente hay una situación, dice Schopenhauer, en la que los hombres y las mujeres actúan tal como son. Esta situación se llama anarquía. Pero como entre gitanos no se leen las manos, por eso están las leyes…

Schopenhauer empieza con su metáfora favorita de los perros. Lo que sigue de esta nota es de él y se encuentra en la bibliografía anotada al principio.

“Así se explica que la amistad con los perros sean la huida de la falsedad  y traición de los hombres, porque la cara honrada del perro no engaña. Nuestro mundo civilizado no es más que una mascarada, donde se encuentran caballeros, curas, soldados, doctores, abogados, sacerdotes, filósofos, pero no son lo que representan, sino sólo las máscaras, bajo la cual, por lo general, se esconden especulantes de dinero (moneymakers)…Hasta hay muchos que se han puesto la máscara de la filosofía, de la misantropía, etc."

Pone un ejemplo de esta clase de conducta que, bien mirado, no es tan ajena a cada uno de nosotros ya sea de cerca o de lejos. Dice que si usted tiene un seguro de vida puede jurar que sus días están contados:

“ En 1884 se han visto en Inglaterra  centenares de esposos, uno al otro, o juntos, envenenarse a sí  y a sus hijos por centenares de veces o martirizarlos con hambre y mal cuidado, lentamente, hasta la muerte, sólo por cobrar de las asociaciones  de sepultura (burialclubs) los gastos del sepelio, para cuyo fin los han inscrito en varias asociaciones a la vez, hasta veinte. Véase sobre esto  el Times del 20,22 y 23 de septiembre de 1884, que exige por esta razón la prohibición de aquellas asociaciones. La misma acusación repitió vehementemente el 12 de diciembre de 1853.”

 Finalmente Schopenhauer escribe: “Pero donde caen las cadenas del orden legal, irrumpiendo en la anarquía, ahí demuestra lo que es.”








































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Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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