Muchas limitaciones en la vida del humano encuentra Kant. Eso le hizo pensar en la
libertad y en la inmortalidad.
Sólo con la razón se puede intentar pensar en esos temas
pero, la razón no puede ir más allá de lo que ve.
Seguía la pregunta si en el campo de la experiencia la razón
es la última palabra.
Lo que Kant encontró es que el hombre siempre se está
haciendo preguntas sobre sí mismo y respecto del mundo material en el que se
mueve.
“Si renunciara a ese impulso dejaría de ser hombre y se
hundiría en la barbarie y el caos”
Empero no se puede avanzar más por las cavilaciones puramente
teóricas.
En esta situación, no obstante, el hombre se encuentra con
una especie de orden irresistible a continuar preguntando y buscando. Como si
alguien le dijera “debes”.
¡PREGUNTA! |
Debes seguir buscando. Pero esa irresistible necesidad de
seguir buscando no lo lanza de cabeza a investigar sin ton ni son, sino con cierto orden. Otra
vez, sirviéndose de la razón.
Pero como cualquier
ocurrencia de taberna puede tomarse como razonamiento lógico, entonces es
necesario cuidar lo razonable, criticarlo. Criticar a la razón pura. Llegar,
como dice Emerson, a la última frontera
y ver si después se puede saltar el muro-cosa, para el otro lado. Hacia
la irrealidad del arte.
Como sea, parece que el humano está calibrado para no actuar
a lo loco. Salvo patologías.
“Opinaba que cuando el hombre
desea sinceramente saber cómo comportarse, se enfrenta a una orden
absoluta, a un imperativo categórico que le impide actuar de manera arbitraria
y caprichosa.”
Ante una orden, el hombre decide si obedece o no. De esa
manera descubre que tiene libertad de decisión. Que la libertad existe.
Pero, como la cumbre de la montaña, hay que conquistarla. O al
menos vivir en el empeño de conseguirla. Con lo que a la postre lo que viene
resultando más trascendental es no la cumbre sino el afán de obtenerla.
“El hecho de escuchar una orden absoluta y en la libertad que
se le concede, el hombre descubre que, por muy sujeto que se encuentre a lo
finito, lo más significativo de su naturaleza pertenece a una orden superior, y
que es esto lo que le da su dignidad singular.”
De esta manera “Kant trató de probar la inmortalidad del alma
y la existencia de Dios como postulados necesarios de la existencia moral.”
“De todos modos-dice W. Weischedel, en su obra Los filósofos entre bambalinas-, es
difícil aceptar sus argumentos sin más ni más.” Por lo tanto es necesario
seguir preguntando.
La prueba de lo anterior es que tanto Schopenhauer, que mucho
apreciaba y respetaba la obra de Kant,
como Max Scheler, le señalaron dos o tres cosillas…
Si nos quedamos con la inmortalidad del alma, o con la razón pura,
tal vez no sea en lo cercano lo más importante.
Seguramente lo valioso es no dejar de hacer preguntas, porque de ser así nos hundiríamos,
como dice Henry Miller, en la imbecilidad y en el caos.
Y para que se den los valores esenciales es necesario cuidar
la coherencia los valores materiales.
“Immanuel Kant (ɪˈmaːnu̯eːl ˈkant) (Königsberg, Prusia, 22 de
abril de1724 – Königsberg, 12 de febrero de 1804) fue un filósofo prusiano de
la Ilustración. Es el primero y más importante representante delcriticismo y
precursor del idealismo alemán y está considerado como uno de los pensadores
más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal.”WIKIPEDIA
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