Es una película norteamericana hecha para hacer reír pero
sobre todo para hacer pensar. La película se llama, en español, “Ni en tu casa,
ni en la mía”, del director Seth Gordon, año 2008, Estados Unidos.
Es una pareja que se
va de vacaciones a visitar a sus respectivas familias. Pero tanto la familia
de él como la de ella tiene niveles de
conducta que con sólo verlas cualquiera se arrepiente de casarse. En especial
el muchacho (Vince Vaughn) se resiste a tener un hijo. Dice que es mucha responsabilidad.
Traer un bebé a esta vida y atenderlo como es necesario de amor, alimentación, educación. Se trata de
una pareja de adultos con experiencia y recursos económicos. No atender al
niño, como se debe, se da a entender en el film, es reproducir el modelo
patológico de las familias de la película.
Los pobres comen grasas de baja calidad y los ricos grasas de alta calidad pero en exceso. |
A los mexicanos esta
película nos hace pensar que recientemente, en el Estado de Jalisco, se
aprobó, por ley, que las mujeres se pueden casar a los 12 años de edad y los hombres
a los 17…
En realidad estamos hablando en la película de un mundo, primer mundo, adulto, lleno de
problemas de salud no obstante contar con la edad, información y experiencia y recursos económicos. ¿Cómo
serán los padres mexicanos a los 12 años de edad? ¿Masas de esclavos para el outsourcing laboral, aumentará la inseguridad en las calles, aumentará la emigración ilegal hacia Estados
Unidos?
En la revista European
Journal of Clinical Nutritión salió publicado, en 2003, un trabajo llevado
a cabo por un grupo de investigadores de
la Universidad Autónoma de Madrid, en el sentido que en Europa al menos una de
cada 13 muertes podría estar asociada a la obesidad. Definida esta como una
peligrosa acumulación de grasa que viene siendo la puerta de entrada a nuestro
organismo de varias patologías de alto riesgo. Los pobres por comer grasas de
menor calidad y los ricos por comer grasas de calidad pero en exceso.
Un niño así necesita al menos 25 años de apoyo intrínseco,empezando por los dos mil pañales desechable de sus primeros tres años de vida y 500 botes de leche de alta calidad. |
Los laboratorios biomédicos del planeta estudian, a marchas
forzadas, qué tipos de grasas y bebidas provocan el mortal sobrepeso. Entre
tanto a los niños en las escuelas públicas, a muy temprana edad, les venden en
la “tiendita” del plantel lo que se llama “comida chatarra”.
Demasiado tarde cuando los individuos están en posición de
leer y analizar la información sobre la buena alimentación. Ya están en el
sobrepeso y la prediabetes…Demasiado tarde cuando los dietistas nos recomiendan
alejarnos de la inactividad para efecto de recuperar el balance entre calorías
ingeridas y calorías gastadas.
Hace ya mucho tiempo, muy al principio del siglo veinte,
Alexis Carrel, Premio Nobel en Medicina, advirtió el desastre que en términos
de salud podría remediarse pero, a juzgar por el estudio referido de los
académicos españoles, poco o nada se le hizo caso.
Carrel proponía una
cultura de prevención que empezara en el hogar y seguir de manera responsable,
informada, en la escuela, tal como lo intuye Vince Vaughn, en la película. Y,
por contraste, nosotros mencionamos el caso de los padres de Jalisco a los 12
años de edad...
En el apartado 11, del capítulo VIII, de La incógnita del hombre, Carrel escribe: “El progreso de la
Medicina no ha de venir de la
construcción de hospitales mejores y más grandes, de fábricas de productos
químicos más amplias y mejores…La renovación de la educación requiere principalmente una reversión de los valores respectivos
atribuidos a los padres y a los maestros
en la formación del niño. Sabemos que es imposible educar a niños al por mayor,
que la escuela no puede ser considerada
como un substituto de la educación
individual….Los padres tiene que comprender claramente que su papel es indispensable. Deben estar
preparados para él.”
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