"Un pensar que no tenga por fundamento ninguna intuición,que no aprehenda ningún intuir dado en el mismo indiviso momento, es un pensar vacío" Fichte.
Llegamos a
la cima de la montaña avanzada la tarde.
Toci había estado todo el día abriendo camino como guía, le seguía Yuma y yo al
final.
La muchacha
marchó a través de placas rocosas, corredores llenos de nieve y cornisas
recubiertas de hielo.
No me
explico cómo pude encontrar el camino correcto en ese laberinto de varias
aparentes buenas posibilidades pero que ahora, desde aquí, vemos que sólo
llevaban a finales fallidos, dijo.
En efecto, al
inicio de la escalada, por la mañana, Toci estaba indecisa por donde empezar.
Teníamos estudiado desde lejos lo que nos pareció el mejor itinerario pero
ahora en la base, luego de atarse la cuerda a cintura, hubo cierto titubeo.
¡Sólo
empieza y ya!, le había dicho Yuma.
El escalador,
en el momento de empezar la ascensión, siente en el estómago como un nudo, como
un revoltijo de emociones que son tan
reales como inexplicables. Al menos en ese momento no es como para detenerse a
analizar.
No es el
momento de analizar, sólo hacer pero, ¿cómo hacer?
Hace 13 millones de años los homínidos no sabían, sólo hacían. No tenían brújula ni plano ni barómetro, sólo hacían. ¿Cómo sobrevivieron? Su “paquete” tenía un instrumento inmensurablemente valioso que se llamaba intuición. Es la misma intuición que ahora tenemos. Está sobre la fenomenología, es decir, sobre el tiempo. Por lo visto los homínidos sólo eran los depositarios de la intuición.
Bueno, había
dicho Toci, aquí voy, como homínida.
Pues si aquellas homínidas estaban como tú, por eso sobrevivieron.
En efecto, era una muchacha
bella y con un cuerpo como para estar en los concursos de la ilusión o tirada a
la orilla de la piscina esperando que cayera en sus redes un millonario o dando
sus hermosos pechos alimentando a un rollizo bebé.
Ahora
explícame, Yuma, cómo es que el homínido pudo salir adelante, moviéndose en el
gran desconocimiento.
Tirada de
bruces sobre la cima, relajada después de una jornada tensa de superar tramos
de escalada, colocar clavijas y tallar asideros en el hielo, Yuma iba a
preguntar por qué no estaba tirada al borde de la piscina, lentes oscuros,
esperando…
No preguntó.
En cambio se metió en un enredado asunto de cuestiones de la intuición que iba desgranando mientras
enrollaba la cuerda para meterla a la mochila y emprendiéramos el regreso al
valle.
Toci siguió
la mirada de Yuma cuando coincidió con el pensamiento de Yuma respecto del
hipotético bebé rollizo y dijo:
Empieza a explicarme lo de la intuición y no te preocupes por mí, tengo 19 años de edad, cuando tenga 35, con mis óvulos todavía en buen estado, me iré a tirar a la orilla de la playa y pescaré al primero que pase…
Empieza a explicarme lo de la intuición y no te preocupes por mí, tengo 19 años de edad, cuando tenga 35, con mis óvulos todavía en buen estado, me iré a tirar a la orilla de la playa y pescaré al primero que pase…
No recuerdo
haber dicho nada de eso…
Pero lo
pensaste ¿no? Acuérdate: “Cuando el hombre va la mujer ya viene”.
Yuma recordó a Henry Miller cuando le escribió a Anais Nin: "La mujer es, el hombre deviene"
El escalador ahora está en el modo discursivo.Antes echó mano del modo intuitivo.
Tomado del libro Técnica alpina, de Manuel Sánchez y Armando Altamira G. México,1978
¿En qué
idioma quieres que te lo comente, español, italiano, francés o alemán.
En todos,
empieza por el español.
Bueno Toci,
acabas de decirlo todo. La mujer tiene más desarrollado el sentido de la
intuición que el hombre. Supongo que se debe a un complicado mecanismo de
óvulos jóvenes, sueños con el príncipe azul y la búsqueda de alguien seguro para que asista al
bebé.
Eso es muy
Schopenhaueriano.
Personalmente creo que fue la homínida la
depositaria original de la intuición
y ella lo heredó a los hombres. Como haya sido, se coincide en que hay el modo
intuitivo y el modo discursivo. Éste es
el que consideramos allá abajo, el que sopesa la situación en diversos puntos
de vista, lo analiza de lejos y de cerca y llega a una conclusión.
Por extraño
que parezca, el método discursivo ocupa el segundo lugar. Lo primero es el
intuitivo. De este dice el español Manuel García Morente (Lecciones preliminares de filosofía): “La intuición consiste
exactamente en lo contrario (que el método discursivo). Consiste en un acto único
del espíritu que de pronto, súbitamente, se lanza sobre el objeto, lo aprehende,
lo fija, lo determina por una sola visión del alma."
”José Ortega
y Gasset, otro español, también dice que la intuición es una “presencia inmediata”.(¿Qué es la filosofía?)
Schopenhauer, alemán, escribe que “Cuando la comprensión de lo universal penetra en el conocimiento
intuitivo comprende no solamente los conceptos sino también lo percibido
inmediatamente como algo universal…(En
torno a la filosofía ). Además, hablando de la percepción, esa que obedece a los estímulos cerebrales a través de
los cinco sentidos: “opera con la ayuda de las representaciones intuitivas.”(La cuádruple raíz del principio de razón
suficiente).
Bueno, dijo
Toci, todo eso está bien para filósofos, nosotros, por lo visto, somos
practicantes de esas cosas, no teorizantes.
Te
equivocas, eso es un prejuicio de algunos intelectuales para sentirse
exquisitos y que en las calles del trasporte colectivo nos hemos creído. Te
recuerdo lo que al respecto escribió Morente refiriéndose a Bergson:” La
filosofía de Bergson es una constante invitación a que el lector sea también filósofo y haga él también las mismas intuiciones.”
Bueno, tú
como mujer, ya tienes las cuatro quintas partes recorridas. El lema de tu
paquete de intuiciones podría ser: “Cuando tú vas yo ya estoy de regreso”
Hay varias
actitudes con respecto a la intuición como son la intelectual, la actitud
emotiva y la actitud volitiva. Pero hay que apresurarse a decir que no son
contradictorias sino coadyuvantes. De modo que,Toci, no pienses en hacer
abstracciones de cualquiera de ellas y la agarres como bandera y fundes tu
secta intelectual…La filosofía ya tiene más sectas que el Nuevo Testamento...
Les recordé
que el termómetro había ya bajado diez rayas del cero Celsius y, yo tenía la
intuición que, si no nos movíamos, quedaríamos como paletas…
¿Y el
italiano? Preguntó por último Toci.
Abbagnano no
habla directamente de la intuición.
Se refiere al retorno del humano a la naturaleza. A la naturaleza natural. Dice
que para ello conserva su sensibilidad
primitiva que le facilitará el retorno: “La sensibilidad es, como naturalidad primitiva del hombre, la constitución de diversas
capacidades correlativas a los elementos de la totalidad de la que viene a
formar parte el hombre como sensibilidad.”(Introducción
al existencialismo).
J.G.Fichte, alemán, se detiene más en esto de la intuición.Para él la intuición es nada menos que la vida vivida, en primer lugar,y la vida pensada,en segundo lugar. Lo dice en Introducción a la teoría de la ciencia.
Luego de una extensa consideración de lo que es la intuición intelectual y la intuición sensible,Fichte dice que la intuición "es una conciencia especial, y además inmediata,o sea, una intuición,pero que no se dirige a un ser estable material,sino una intuición de la mera actividad,que no es nada estático sino un curso progresivo,no un ser, sino un vivir... El concepto del actuar,que sólo se hace posible por medio de esa intuición intelectual del yo espontáneo, es el único que une los dos mundos que existen para nosotros, el sensible y el inteligible. Lo que se opone a mi actuar-algo tengo que oponerle, pues que soy finito- es el mundo sensible.Lo que debe surgir por medio de mi obrar,es el inteligible."
En seguida de lo cual escribe. "Un pensar que no tenga por fundamento ninguna intuición,que no aprehenda ningún intuir dado en el mismo indiviso momento, es un pensar vacío."
J.G.Fichte, alemán, se detiene más en esto de la intuición.Para él la intuición es nada menos que la vida vivida, en primer lugar,y la vida pensada,en segundo lugar. Lo dice en Introducción a la teoría de la ciencia.
Luego de una extensa consideración de lo que es la intuición intelectual y la intuición sensible,Fichte dice que la intuición "es una conciencia especial, y además inmediata,o sea, una intuición,pero que no se dirige a un ser estable material,sino una intuición de la mera actividad,que no es nada estático sino un curso progresivo,no un ser, sino un vivir... El concepto del actuar,que sólo se hace posible por medio de esa intuición intelectual del yo espontáneo, es el único que une los dos mundos que existen para nosotros, el sensible y el inteligible. Lo que se opone a mi actuar-algo tengo que oponerle, pues que soy finito- es el mundo sensible.Lo que debe surgir por medio de mi obrar,es el inteligible."
En seguida de lo cual escribe. "Un pensar que no tenga por fundamento ninguna intuición,que no aprehenda ningún intuir dado en el mismo indiviso momento, es un pensar vacío."
“(Salerno, 1901 - Milán,
1990) Filósofo italiano. Fue profesor de historia de la filosofía en la
Universidad de Turín desde 1936. De joven, y gracias a la reflexión de Aliotta,
recibió la influencia del contingentismo francés y del intuicionismo de Henri Bergson.”
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