La grabación
en el cerebro se da desde los primeros años de vida del humano, escribe Desmond
Morris, en El zoo humano.
Los hábitos quedan grabados en la mente del niño y así va a ser después. Dice Morris que el pollo,
del experimento en el laboratorio, lo
primero que ve es un balón pintado de amarillo y va a creer que el balón es su madre. Si
después se presenta la gallina el pollito de todas maneras se va con el balón
amarillo.
Todo campesino
ha observado que el pollito que se incuba
bajo las plumas de la guajolota (pavo) va a seguir a la guajolota como a
su madre y no a la gallina. ¿Quién es la madre, la que lo parió o la que la
educó?, etc.
Estos
ejemplos pedagógicos son de nuestro mundo común, que cada lunes escuchan las madres, y uno que
otro padre, en las reuniones con las maestras en las guarderías tanto públicas
como privadas de México.
Pero tratado
el punto por la filosofía creemos que nos están hablando de cuestiones
irreales, entelequias que son de otra dimensión, no de la banqueta por la que
caminamos todos los días.
El niño
observa que en las acciónes de los adultos hay valores útiles y valores vitales. O
valores de “civilización” y valores “esenciales”, como les llama Máx Scheler.
Es decir que hay toda una escala de valores, unos buenos y otros malos.
Para ilustra
la jerarquía de los valores, unos positivos y otros negativos, Manuel García
Morente, en su obra Lecciones preliminares de filosofía, pone el ejemplo que en un
incendio, donde sólo se puede salvar una de dos “cosas”, qué rescataríamos, la
pintura, digamos, un Van Gog, o la niña que está en la cuna?
Madre azteca educando a su hijo Códice Florentino |
No es tesis
forzada. En la vida todos los días bogamos entre valores útiles y valores
vitales. Entre el bienestar vital o los valores utilitaristas. El que luchó
tenazmente por conseguir su primer millón de euros pero perdió de vista a su familia. El científico que se pasa diez
horas observando a la naturaleza, a través del microscopio, pero ya no recuerda
cómo es el rostro de su hija de cinco años de edad…El político que…el
deportista que…
No es cosa
de confundir el panorama teorético ni el
psicologismo de sentimientos sensibles, con valores. Scheler anota en su Ética que: ” El utilitarismo no puede,
en ningún modo, hacer comprensible, biológica ni psicogenéticamente, cualquier
auténtico sentimiento o impulso vital, los cuales no se pueden reducir a una
suma de sentimientos sensibles y tendencias.”
No obstante
lo dicho por Morris, respecto de la grabación en el niño, tanto la educación
como los hábitos positivos requieren renovarse con el mismo celo que se cuida
(o debería) la salud corporal.
Sobre todo
si se toma en cuenta que en todas las épocas, y en el siglo veintiuno con mayor
énfasis, por la influencia no siempre positiva de los medios de comunicación.
Leibniz
advierte que no hay que bajar la guardia, como los troyanos cuando pensaron que
los griegos ya se habían retirado. El caballo encubierto puede estar más cerca
de lo imaginado. Hospitales psiquiátricos, cárceles y panteones están en
sobrecupo.
En Nuevo tratado sobre el entendimiento humano
Leibniz anota: “Las ideas y verdades innatas no pueden desaparecer; pero en
muchos hombres están oscurecidas por sus necesidades corporales, y aun más a
veces por los malos hábitos contraídos.”
Más si esos
valores utilitaristas no han predominado, Leibniz cree que siempre se podrá
volver a las grabaciones positivas de la niñez.
El balón amarillo no podrá
ocupar el lugar de la madre y por extensión el de la familia: “Siempre que las percepciones
confusas de los sentidos no se adueñen de nuestra atención, esta luz interior
iluminará el entendimiento y enardecerá la voluntad.”
Al final
Leibniz nos señala el modo de reafirmar, o bien reencontrar, las grabaciones
positivas de la niñez y es que en la vida adulta:
“Los hombres necesitarían los idiomas, la
lectura, la conversación, las observaciones de la naturaleza y las experiencias
del arte.”
Nació en la campiña inglesa. Sus estudios se centran en la conducta
animal, y por ende, en la conducta humana, explicados desde un punto de vista
estrictamente zoológico (lo que quiere decir que no incluye explicaciones
sociológicas, psicológicas y arqueológicas para sus argumentos). Ha escrito
varios libros y producido numerosos programas de televisión. Su aproximación a
los seres humanos desde un punto de vista plenamente zoológico ha creado
controversia desde sus primeras publicaciones.
Su libro más conocido, The Naked Ape (El mono desnudo),
publicado en 1967, es una realista y
objetiva mirada a la especie humana. El
contrato animal (1991) es un
valiente alegato ecológico que exige a la especie humana respetar su compromiso
con la naturaleza. El zoo
humano, continuación de El
mono desnudo, examina el comportamiento humano en las ciudades, también
desde un punto de vista etológico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario