Aristóteles
y Séneca gustaban hablar de la virtud.
Mejor dicho de las virtudes que son la moral y la intelectual. La virtud era el
leit motiv de sus obras.
Estamos en
la dimensión de la física, de ahí que hagamos la observación que 380 años
median entre uno y otro de estos personajes. Pero la dimensión de ellos está
fuera del tiempo fenomenológico.
Aristóteles quiere empezar un paso atrás. Lo
que es la alimentación y el ejercicio físico. No es que comer bien y ser atleta
hagan santo o sabio, pero sí lo disponen para tal cosa. Si
al buen comer (manera inteligente de comer) le acompaña el ejercicio físico,
esa disposición se catapulta:
“…de los
mejores ejercicios y alimentos procede
la buenas disposición, y a la vez de la buena disposición del cuerpo viene el
mejor trabajo” dice Aristóteles (Ética
eudemia). Es útil para el trabajador porque se desempeña en condiciones
humanas y es redituable para el patrón porque el empleado rinde más.
En los
países de economía precarizada, por lo mismo, ni hay buen comer ni hay buen ejercicio,
como generalidad, no como excepción. Matar el hambre para pasar el día y
ejercicio empírico sin programa y sin fin y muchas veces sin hábito, no lleva muy lejos.
Todos los días se dan a conocer magníficos programas para aliviar el hambre, pero lo que no llega es el pan. Conque llegara el pan ya sabríamos qué programa fue el auténtico.
Todos los días se ponen en marcha magníficos programas para que la gente se meta de lleno a la cultura pero lo que brilla por su ausencia es el hábito de la lectura.
Todos los días se dan a conocer magníficos programas para aliviar el hambre, pero lo que no llega es el pan. Conque llegara el pan ya sabríamos qué programa fue el auténtico.
Todos los días se ponen en marcha magníficos programas para que la gente se meta de lleno a la cultura pero lo que brilla por su ausencia es el hábito de la lectura.
De ahí que
los valores morales y los intelectuales encuentren dificultad para
desarrollarse en estos lugares. De ahí también, como consecuencia, como contradicción filosófica, que las calles
se llenen de otros valores de los que mejor no hablamos por ser tan obvios que
siempre están ocupando los primeros lugares de los medios de información
masiva.
Aristóteles |
Aristóteles (en griego antiguo Ἀριστοτέλης, Aristotélēs) (384 a. C. – 322 a. C.)[1] [2] fue un polímata: filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia cuyas ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más de dos milenios.[1] [2] [3]
El pan y la letra son los que nutren a los humanos.Hacia mediados del siglo pasado el Rev.Fultón J.Sheen, catedrático de filosofía en la Universidad de Louvain y la Universdad Católica de América, lo decía de cuantas maneras le fue posible, por programas de la radio, conferencias y en libros que escribía:
"En estos días de hambre intelectual, las mentes están muriendo de inanición por falta de verdades,como los cuerpos en días de hambre física mueren por falta de pan. En tales momentos, cuando el hambre,sea intelectual o física,corroe a cada ser,no es esencial el demostrar qué venenos deben evitarse o que alimentos haya de comerse,basta presentar el alimento."(La filosofía de la vida)
Cuestiones que parecen temas viejos y aburridos propios de libros viejos. Pero que son frecuentados y tenidos en alta estima por los pueblos que viven, en este siglo veintiuno, el mejor nivel posible. No en el nivel perfecto sino, como dice Leibniz, en el mejor de los posibles. Utopías aparte.
"En estos días de hambre intelectual, las mentes están muriendo de inanición por falta de verdades,como los cuerpos en días de hambre física mueren por falta de pan. En tales momentos, cuando el hambre,sea intelectual o física,corroe a cada ser,no es esencial el demostrar qué venenos deben evitarse o que alimentos haya de comerse,basta presentar el alimento."(La filosofía de la vida)
Cuestiones que parecen temas viejos y aburridos propios de libros viejos. Pero que son frecuentados y tenidos en alta estima por los pueblos que viven, en este siglo veintiuno, el mejor nivel posible. No en el nivel perfecto sino, como dice Leibniz, en el mejor de los posibles. Utopías aparte.
Séneca habla
de la virtud, no desde la virtud. Como el alpinista que habla de la cumbre que
todavía no alcanza. Considera todas las cosas que le impiden, o al menos le entorpecen,
el seguir subiendo, y es necesario deshacerse de ellas, aligerarlas. Habla de
filosofía moral, como también lo hizo Epicteto entre los griegos.
Parece que
Séneca está dando consejos cuando lo que hace es comentar sus defectos de conducta,
igual que se hace ahora en los grupos de autoayuda como AA, DA…
“Hablo de la
virtud, no de mí. Y cuando reprocho lo vicios, pongo los míos en el primer lugar.
Cuando me sea posible viviré como conviene.” (Sobre la felicidad)
Dibujo tomado del diario El País,España,28/6/14.
Aristóteles
dice que mejor que hablar de esas cosas es estar en ellas:
“No hay duda
de que el conocimiento de las cosas bellas es algo bello en sí mismo, pero tratándose
de la virtud no es el conocimiento lo más valioso, sino saber de dónde y cómo nace.
Lo que queremos, en efecto, no es conocer lo que es la valentía, sino ser valientes,
ni lo que es la justicia, sino ser justos, del mismo modo que preferimos tener
salud antes que saber en qué consiste la
salud, y sentirse bien antes que saber en qué consiste el sentirse bien.”
Las
conocidas palabras de Homero, en Odiseo, probablemente inspiraron a Aristóteles
para su filosofía cuya virtud consiste en la mesura, lejos de los extremos: “No
debes pavonearte, dice Homero, ante el mundo como vencedor ni hundirte y
lamentarte como vencido: alégrate con lo que es digno de alegría, no te rindas
con exceso ante la desventura, conoce el ritmo que mantiene a los hombres en sus
límites.”
El romano Séneca, al
igual que José Ortega y Gasset ( ambos de la Península Ibérica), apuntalará la
pauta para abrirse camino en el enmarañado terreno de la filosofía en lo que a
este tema se refiere.
En La rebelión de las masas el
lumpenproletariado no es el caminante de banqueta que va con chamarra de
mezclilla, como los obreros más pobres vestían en la primera mitad del siglo pasado (y
los líderes obreros también para parecer pobres).
Era el que se mantenía lejos de las corrientes
culturales, igual que vistiera de mezclilla o
de traje de tres piezas y corbata de pajarita.
Séneca
escribió: “Examinemos que acción es la mejor, y no la que más se usa: qué es lo
que nos lleva a la posesión de una felicidad eterna, y no lo que ha sido a
aprobado por el vulgo, pésimo interprete de la verdad; y llamo vulgo no sólo a quienes visten la clámide vulgar y sencilla,
sino también a los que ciñen corona. No miro, pues, el color de los vestidos
con que se cubren los cuerpos… tengo una luz mejor y más segura, por medio de
la cual distingo lo verdadero de los falso: el espíritu es quien debe encontrar
los bienes del alma.”
Séneca |
“Lucio Anneo
Séneca (Latín: Lucius
Annæus Seneca), llamado Séneca el Joven (4 a. C.
– 65) fue un filósofo, político, orador y escritor romano
conocido por sus obras de carácter moralista. Hijo del orador Marco Anneo Séneca, fue Cuestor, Pretor y Senador
del Imperio Romano durante los gobiernos de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón, además de
Ministro,
tutor y consejero del emperador Nerón.”
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