Nueva vida
es la que empieza por la mañana.
Pequeña nueva vida cada mañana. No apocada, o
minimizada, en cuanto a calidad. Lo de pequeña se refiere al tiempo que durará
este día.
El día es luminoso,
productivo y positivo, y la noche su contraparte, es la idea de Schopenhauer: “La
noche es la vejez del día.”
Actuamos
movidos por esas variables biológicas conocidas como Ritmos Circadianos, de nuestra
interioridad, pero que también corresponden a estímulos exteriores. La ciencia
le presta mucha atención a esos Ritmos Circadianos.
No confundir
los Ritmos Circadianos con el mercado del miedo, explotado desde la antigüedad,
como una maquinación de los planetas.
Semejante a
los Ritmos Circadianos son los estados de ánimo a los que Schopenhauer se refiere.
A lo que el filósofo va es que las sombras de la noche, y nuestra fantasía, no
son propicias para la creación positiva porque experimentamos como una suspensión
tanatologíca de la vida.(Hay excepciones como la de Balzac que, dicen, escribía de noche, ayudado por cuarenta tazas
de café):
“La noche da
todas y cada una de las cosas su tinte sombrío. De ahí que la mayoría de
nuestros pensamientos ante de dormirnos o al despertar por la noche sean unas
desfiguraciones e inversiones de las cosas casi tan malas como lo son los
sueños, y que además cuando afectan asuntos personales, sean usualmente oscuros
como boca de lobo y hasta espantosos.”
En cambio el
amanecer es el tiempo propicio en el que pueden desarrollarse nuestras
potencialidades. Pero, hace hincapié en esto: el día dura poco y es necesario
cuidar en no desperdiciarlo en actividades inocuas: “No debemos acortarlo
levantándonos tarde ni desperdiciarlo en ocupaciones indignas o con conversaciones,
sino que hemos de considerarlo la quintaescencia de la vida y, en cierta medida, sagrado.”
Señala
cuáles sí pueden ayudar y son al menos tres: 1) comer de manera inteligente,2)
hacer ejercicio al aire libre, para recordar que en el planeta todavía hay aire, lluvia, tierra, sol, que aun hace
calor y también frío y,3)dormir de manera natural(sin somníferos) lo mejor
posible.
La metáfora
consiste en que este día, y la noche que le corresponde, es como el nacimiento
por la mañana y la muerte por la noche. Y mañana, cuando vuelva a salir el sol,
otra vez renacer. Es un viaje de ida y vuelta entre tanatología y ontología.
C.S.Lewis entrando a su estudio por la mañana |
El “sueño
reparador” es una frase que conocemos pero Schopenhauer se refiere que, con las
sombras de la noche, la fantasía se vuelve tenebrosa: “La noche es la vejez de
la vida: por la noche estamos fatigados, locuaces y aturdidos.”
Perdida la
conciencia en el sueño, todo nuestro ser
trabaja por reparar lo dañado durante el día. Como trabajan los miembros de una
“escudería” que, a marchas forzadas, maniobra con precisión para componer las
averías del carro de carreras y quede en
condiciones de reintegrarse al circuito de la competencia.
Sin la bella
fantasía de la competencia, la realización, el triunfo o lo que sea, todo en la
“escudería” quedaría reducido a tuercas
y tornillos, planetas y fluidos sanguíneos.
No escalaríamos montañas, no escribiríamos un poema o una novela. O no confiaríamos en que más allá de esta vida, limitada de los sentidos, hay otra vida inteligible y eterna.
No escalaríamos montañas, no escribiríamos un poema o una novela. O no confiaríamos en que más allá de esta vida, limitada de los sentidos, hay otra vida inteligible y eterna.
“El tiempo
adecuado para eso es la mañana-dice Schopenhauer-, como lo es en general para todos
los trabajos sin excepción, tanto intelectuales como corporales. Pues es la
mañana la juventud del día: todo es claro,
fresco y ligero: nos sentimos con fuerzas y tenemos todas nuestras capacidades
plenamente disponibles.”(Parerga y
pralipómena)
“Arthur
Schopenhauer (Danzig, 22 de febrero de 1788 — Fráncfort del Meno, Reino de
Prusia, 21 de septiembre de 1860) fue un filósofo alemán. Su filosofía,
concebida esencialmente como un «pensar hasta el final» la filosofía de Kant,
es deudora de Platón y Spinoza, sirviendo además como puente con la filosofía
oriental, en especial con el budismo, el taoísmo y el vedanta. En su obra
tardía, a partir de 1836, presenta su filosofía en abierta polémica contra los
desarrollos metafísicos postkantianos de sus contemporáneos, y especialmente
contra Hegel, lo que contribuyó en no escasa medida a la consideración de su
pensamiento como una filosofía «antihegeliana».Wikipedia
No hay comentarios:
Publicar un comentario