Católicos temerosos de la filosofía
no son pocos en el mundo.
Se cree que por el camino del razonar
se pierde el cielo por abrigar la duda. Por poner en duda la fe.
Tantos sofismas se han escrito de
este tema que lo que tenemos enfrente es un revoltijo que se antoja indescifrable.
Por eso Copleston escribe:
“El filósofo toma su punto de partida
en las criaturas y el teólogo en Dios; los principios de que se vale el filósofo son los discernidos por la luz
natural de la razón, los principios de que se vale el teólogo son revelados; el
filósofo se ocupa del orden natural, el teólogo trata primordialmente del orden sobrenatural.”
Otros católicos, en cambio, saben que
los Padres de la Iglesia son llamados así porque desde su base firme de la fe,
se atrevieron a incursionar en los laberintos del pensamiento lógico. San
Agustín, san Buenaventura, san Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino…
“En la medida en que los Padres no se
limitaron a aplicar la razón a la comprensión, correcta formulación y defensa
de los datos de la revelación sino que además trataron de temas que habían sido
considerados por los filósofos griegos, ayudaron no solamente a que se
desarrollase la teología sino también a
proporcionar material para la construcción de una filosofía que fuese
compatible con la teología cristiana.”
Agrega:
“El tránsito de la fe al “entendimiento”,
a la teología escolástica por una parte y a filosofía por otra, fue últimamente el
resultado del hecho de que el cristianismo
había sido dado al mundo como una doctrina revelada de salvación, no como una
filosofía en sentido académico, ni siquiera como una filosofía escolástica.”
Conocieron a Platón, a Aristóteles y
a Plotino. Los conocieron, los estudiaron, los criticaron, y los adoptaron en
lo que era consecuente con el cristianismo.
PLATÓN |
Así se fue teniendo más clara conciencia
de la diferencia sustantiva que es la Creación de las Escrituras y la Eternidad
de Aristóteles. De la misma manera profundizaron en el Motor Inmóvil
aristotélico y el Ser autor de todas las cosas, etc.
Pero fue Platón, sobre todos los
filósofos de la antigüedad, el que, desde su pensamiento pagano, dice tantos
conceptos que, en lo general, no son nada extraños para el cristianismo.
Esto mismo dice Werner Jaeger en su Cristianismo primitivo y paideia griega (Fondo de Cultura Económica, México, 1974)
Esto mismo dice Werner Jaeger en su Cristianismo primitivo y paideia griega (Fondo de Cultura Económica, México, 1974)
Sabemos que el cielo del cristianismo
se puede ganar pero, ¿cómo? ¿Cómo podría ser mediante el razonar lógico
despejar lo ilógico? Eso es lo que busca resolver la filosofía.
Hay parangones humanos que podrían
darnos luz al respecto. Una expedición alpina
pone pie en la cumbre de su montaña porque tenía fe de que lo lograría. Pero
ya de regreso al valle el cronista de la expedición tiene que empezar a
detallar cómo fue el desarrollo de todo eso. Así es el quehacer filosófico con
relación a la teología:
“Los cristianos empezaron por creer,
y sólo después, en su deseo de defender, explicar y entender lo que creían,
desarrollaban una teología y, en subordinación de ésta, una filosofía…Ante todo
creían, y luego trataba de entender.”
SANTO TOMAS DE AQUINO |
En otras palabras, dejaron de
atrincherarse, temerosos, detrás de las Escrituras, recitando tautológicamente, versículos tras versículos,
para, desde lo humano, tratar de penetrar más allá de las nubes:
“Es posible ver la absorción y la
utilización de la filosofía griega por los pensadores cristianos como partiendo
prácticamente de cero en los primeros años de la era cristiana, incrementándose
gracias al pensamiento de los Padres hasta el escolasticismo medieval más antiguo,
enriqueciéndose de un modo súbito, relativamente hablando, por las traducciones
del árabe y del griego, desarrollándose en el pensamiento de Guillermo de
Auvergne, Alejandro de Hales, san Buenaventura, y san Alberto Magno, hasta
alcanzar su culminación en la síntesis tomista.”
(F. Copleston, Historia de la filosofía, tomo II, capítulo LI)
“Frederick Charles Copleston S.J.,
(10 de abril, 1907, Taunton, Somerset, Inglaterra – 3 de febrero, 1994,
Londres, Inglaterra) fue un sacerdote de la Compañía de Jesús y un escritor de
filosofía. Copleston se convirtió al catolicismo romano mientras asistía al
Marlborough College. Fue el autor de la influyente obra Historia de la
filosofía, publicada en once volúmenes. Es conocido además por el debate que
sostuvo con el famoso pensador inglés Bertrand Russell, transmitido en 1948 por
la BBC. El debate se centró en la existencia de Dios. El año siguiente debatió
con A. J. Ayer sobre el positivismo lógico y la significación del lenguaje
religioso.”
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