Las leyes se obedecen porque se cree
que son justas.
¿Y sino se creen justas?
Parece un incómodo determinismo
cuando Pascal dice que les leyes se obedecen porque son leyes, no porque sean
justas.
Se presupone la justicia y la razón
en las leyes emanadas de los cuerpos legislativos. ¿Qué tal si alguien dice que
las leyes no son justas? ¡Queda abierta la puerta para la sedición!
Además “justas” es una palabra susceptible de interpretación subjetiva.
Lo mismo dice Pascal de las costumbres, que cree que son justas, y por eso se siguen.
Pasa a considerar que de no cumplirse este último aspecto tendremos encima a la
tiranía. Los países del continente americano hemos tenido mucho de eso. No es
película que nos vengan a contar.
Por eso buscamos la democracia, con representación de las minorías. ¡La
aclaración es porque hay “democracias”
con un solo partido!
Pascal observa que el pueblo obedece
porque cree ciegamente que las leyes son justas. Pero advierte del peligro
cuando la gente descubre la injusticia: “Por eso obedece; pero está sujeto a
revolverse desde que se le muestra que aquellas no valen nada; lo cual se puede
hacer ver de todas, mirándolas de cierto
modo.” (Pensamientos, capítulo III)
Se refiere a que toda ley es
perfectible porque es imperfecta en tanto no se adapte a las cambiantes necesidades de la sociedad.
Y los cuerpos legislativos no siempre son tan
diligentes que digamos. Antes de dar un paso tienen que llegar a acuerdos entre partidos,
esto a cambio de qué y luego pasar el punto a las comisiones, etc.
En tanto eso sucede, las malas
intenciones aprovechan para llevar agua a su molino. La oposición, del color que sea, practica los más acelerados
apriorismos. Tarea que encontrará
sumamente fácil si ese gobierno en la realidad no ha sabido conservar la
confianza de su pueblo:
Pascal es reiterativo, como queriendo
que se nos grave la lección de manera indeleble. Como queriendo dar una rociada
de etica con el aspersor a la vida política.
Dibujo tomado del diario El País,España |
“Es peligroso decir al pueblo que las
leyes no son justas, porque él no obedece sino porque las cree justas. Por eso
es menester decirle al mismo tiempo que es necesario obedecerlas, porque son leyes,
no porque ellas sea justas.”
Pascal dice que es un terreno un tanto complicado de
entender para la gente que cree (sino desde la inocencia o de la ignorancia) desde
la confianza. Porque la gente se mueve en el epicentro de los intereses
políticos más encontrados. Por ejemplo en tiempos de elecciones para diputados
o para presidente de la república. Los denuestos y las promesas cruzan todas direcciones del horizonte.
Pero también cree que si el pueblo
logra descifrar el intríngulis, mucho se habrá ganado para la sociedad porque
esta no habrá caído en el escepticismo, que aleja de las urnas, ni en el caos que aleja de las leyes.
Es inmenso el sentimiento de
desamparo de los inocentes que son conducidos a la cárcel en nombre de la ley.
En la fábrica, para deshacerse de un
obrero el abogado de la administración presenta al acusado, inocente, al juez al
tiempo que señala y dice: “En nombre de mi representado acuso al Sr. X de
robo cometido en prejuicio de los
interese de la empresa tal.”
Los contratos colectivos de trabajo
se apoyan en la ley pero muchos no son sinceros porque subyace una interpretación
amañada de la ley.
Otros casos son los que una ley
secundaria se haga prevalecer en contra del espíritu de la ley general, etc.
Descifrado el intríngulis, Pascal da
luz verde:
“Por lo mismo, he ahí prevenida toda
sedición, si se puede hacer entender todo esto, y que es propiamente la
definición de la justicia.”
Para no perderse en este binomio de
leyes y sofismas Pascal es claro:
“Es menester juntar siempre la
justicia y la fuerza, y para eso hacer que lo que es justo sea fuerte y lo que
es fuerte sea justo.”
PASCAL |
“Blaise Pascal fue un polímata,
matemático, físico, filósofo cristiano y escritor francés. Sus contribuciones a
la matemática y a la historia natural incluyen el diseño y construcción de
calculadoras mecánicas” WIKIPEDIA
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