novela
ARMANDO ALTAMIRA GALLARDO
Registro
Público del Derecho de Autor Número
03-2008-030410220500-01 México, D. F. a 24 de marzo de 2008
Era una
agradable aldea hohokam, al norte de la
carretera 70, entre Bylas y Globe. Después de caminar días en la llanura
sureste de Arizona, con temperaturas
cercanas a los cincuenta grados, a mi amigo Cork le pareció que había llegado
al cielo.
Así deduje
del correo que me llegó por la noche,
cuando acababa de levantar su tienda entre la noche y la inmensidad del
desierto del suroeste de Estados Unidos. Y así se lo reenvié enseguida a Toci,
que esa noche helada de treinta grados bajo cero vivaqueba en los cinco mil de
una montaña del sector central de los Andes, del lado argentino.
Las casas
estaban construidas sin interrupción,
decía el correo, como una especie de
herradura, haciendo una comunidad fraterna,
de todos a la vista de todos. En el centro del gran espacio un árbol
frondoso y bajo el ramaje fresco una choza en la que la comunidad podía
conseguir sodas. Una liebre cruzó parsimoniosamente, como si en ese lugar no corriera
peligro su vida.
Nadie se alarmó porque aquel desconocido se
metía en la intimidad de la aldea. Tampoco nadie salió a preguntarle algo. Con
esa ausencia le estaban diciendo que era bienvenido. Si ese intruso necesitaba
algo ya se los haría saber y entonces ellos acudirían. O si alborotaba, también
acudirían.
Se sentó en
la mesa bajo el árbol y pidió una taza de café. Enfrente le pusieron un plato
con azúcar y otro con sal. Tomó unos granos de sal para el jarro y movió el
líquido. Es uno de los recursos que utilizan los habitantes de la llanura
ardiente en la batalla contra la deshidratación. Era entrada la tarde y el calor empezaba a descender
considerablemente. Vio el pequeño termómetro que colgaba de su mochila marcar la raya 38.”Casi en el paraíso”, se
dijo.
Un muchacho
se acercó para preguntarle si podía
charlar un rato. Estudiaba filosofía en una escuela del condado. Desarrollaba a
la sazón la tesis sobre las pulsiones en la filosofía de Nietzsche. Además era
su autor favorito. Lo había descubierto hacía dos años y desde entonces no lo
soltaba. Habló con entusiasmo por largo tiempo.
Cork dijo
que coincidían pues a él también le interesaba Nietzsche. Le habló de manera
general del sistema de este pensador y se detuvo en algunos puntos para
ampliarlos tales como los instintos fundamentales y las grandes necesidades
como el hambre, la respiración, la sexualidad…
-La vida no
es fácil, señor- le dijo Cork aunque al parecer el hohokam era diez años más
joven-, somos jaloneados entre el estar inmanente y el inquieto trascender.
-Para la
ciencia parecen nuestras acciones determinadas y quedamos como encerrados en el
positivismo sin magia. En un mundo matemático, no mundo sensible.
-Estamos en
lo metafísico y en lo moral fuera del tiempo, ya que somos cosas únicas toda
vez que podemos definirnos, como somos, tenemos capacidad de percibir valores prácticos
y valores esenciales. De tener tiempo daríamos una mención detenida a los valores de que habla
Plotino, siglo tercero de nuestra era.
-De lo que
carecen los animales.
-Es lo que
hace nuestro drama, o nuestro privilegio. Ni somos ángeles pero tampoco animales irracionales.
-Me gusta eso.
Los ángeles no pueden copular y los animales piensan, como nosotros entendemos eso de pensar.
-El acto
libre es lo que hace nuestra particularidad como persona. Ni el ángel ni el
animal están en posición de realizar un
acto libre.
-¿Nosotros
sí’
-Ese asunto nos
llevaría muy lejos. Mejor lo dejamos ahí.
-Entiendo.
Para el animal hay cosas, no valores esenciales. Para el ángel hay valores, no
cosas. Entonces nosotros somos…
Cork ya no alcanzó
a escuchar lo que somos.
El muchacho
estaba entusiasmado y se felicitaba por haber encontrado con quien intercambiar
puntos de vista de su autor favorito. Hablaba como hablan los que expresan
ideas, no sólo conceptos.
Faltaba poco
para que oscureciera. Cork agarró su mochila y se despidió del joven hohokam.
Este casi se alarmó y le dijo que pasara la noche en su casa, su familia
estaría gustosa de darle alojamiento. Quería seguir platicando de Nietzsche.
-Debo seguir
mi camino-dijo en tanto se acomodaba el tirante del hombro derecho que estaba
torcido-. Saluda a tu familia de mi parte.
Había dado
cinco pasos entre la noche cuando se detuvo y, todavía alzando el brazo del
lado del tirante, agregó:-Todo lo que te
dije es de Schopenhauer, no de Nietzsche.
-¿Imposible!-exclamó
el muchacho, se lo he leído a Nietzsche, tal como te lo escuché…
-Te creo.
Sólo que algunas cosas de él las dijo antes Schopenhauer, y lo publicó cuando a
Nietzsche le faltaban 25 años para nacer.
El hohokam
se quedó atónito. Cork sintió que debía ampliar su comentario:
-Nietzsche
es un pensador original. De tener tiempo te contaría de otros grandes
pensadores que, a su vez, siguieron a Nietzsche…Estos pensadores son causa y
efecto y efecto que a su vez se convierte en causa…
Se detuvo a
los otros pocos pasos, ahora ya casi perdido entre la
oscuridad:
-Los filósofos de todas las épocas siempre se
están refiriendo a los trabajos de otros
filósofos. Freud atisbó en Schopenhauer y en Nietzsche. También entre los místicos,
Santo Tomás de Aquino a Aristóteles. En fin, debo seguir mi camino. ..Una
última. Si alguna vez lees a Schopenhauer no le creas todo, acabarías viendo
con prevención a las mujeres. No es que fuera gay, sólo las trataba con pinzas.
Y, según he visto, aquí hay lindas mujeres hohokam. Con Johanna, su culta e
intransigente madre, y con Caroline Marquet, su vecina de vivienda que lo
chantajeó y vivió a su costa durante veintiséis años, Schopenhauer tuvo
suficiente para conocer las oscuras potencialidades femeninas. Tal vez su
trabajo filosófico más importante versa sobre la omnipotencia del impulso
sexual, que en Nietzsche se acerca a las pulsiones. Con la diferencia que en lo
sexual parece que se tratara de una elección rigurosamente personal, cuando lo
que Schopenhauer advierte que, en
realidad, lo que decide es el “espíritu
de la especie”. El gobierno de poderosas fuerzas biológicas. Ese “espíritu de
la especie” que ve no por ti ni por ella, sino por un tercero que todavía no
existe. ¿Qué te parece?
-Razonablemente
increíble!
-Sí.
Razonablemente increíble porque, el asunto del tercero, nada tiene que ver con
la razón. Con siglo y medio de anticipación Schopenhauer dijo muchas cosas que
después serían del psicoanálisis. Este
diría: “Todos busca en la calle lo que no tienen en su casa” y ya Schopenhauer
había dicho en aquel lejano siglo diecinueve: “Todos aman aquello que les
falta”.
-¿Vas solo
en el desierto?
-En
ocasiones un coyote me precede…
-¿No temes
que te ataque?
-Temerías
que Jesucristo te atacara?
-No
entiendo. ¿Es zoolatría?
- El coyote
es una especie de avatar de Tezcatlipoca, lo que en México conocemos como
nagual.
-Explícame
eso de avatar.
-La paloma
es el avatar del Espíritu Santo. La paloma no es el espíritu Santo, solamente
su avatar. Olvídalo. Esta es otra historia…
-Creo que
lograste interesarme en Schopenhauer.
-Si alguna
vez quieres leerlo él mismo te advierte, te pone como condición propedéutica
que, para entenderlo, antes debes
conocer a Platón y a Kant. De lo contrario que ni siquiera gastes tu
dinero en comprar el libro...Es reiterativo al decir que él escribe para el tercero,
ese que todavía no nace, no escribe para
nuestro siglo…Eso dice el muy atrevido.
II
Selina Kyle
llegaba a su casa, aturdida por la monotonía y la mediocridad de su vida en la
oficina, y decía: “¡Ya llegué querido!” Y añadía en seguida: “Olvidé que soy
soltera”. Un día no soportó más y
destruyó todo lo que estuvo a su alcance. Fue cuando nació Gatúbela. La mujer
detrás del gato. Pero sólo para dar inicio
a un romance entre una gata y un murciélago.
Eso
recordaba Toci mientras observaba, desde su tienda de campaña, las altas
cumbres nevadas que formaban el panorama que tenía enfrente y en el que vivía
desde hacía dos meses
Salió a
quitar la nieve sobre el techo romo que había caído en la última hora de la
tarde. Era un ambiente extraordinariamente dinámico. Grandes montañas en la
diaria trasformación. Cork le había dicho que la palabra “diaria” pertenece a
la escala humana porque cada día las
laderas se derrumban aunque en una mínima parte. Y las erosiones por el viento y agua haciendo
lo suyo para echar abajo los bloques monolíticos más grandes.
En un café
del centro de Mendoza, con mesas en la banqueta, encontró, unos días antes, a
varios alpinistas mexicanos. Los trabajos en la montaña habían terminado y sus
risas estaban libres de tensión. Heriberto Salazar era piloto de vuelos
internacionales de pasajeros. Se encontraba en la ciudad en tour antes de volar
otra vez para México, desde Santiago. Hacía tres años escalaron juntos la Torre
Negra de Nexpayantla, en el Popocatépetl. Una pared salpicada de nieve y hielo,
con roca tan erosionada de la que se sale en dos horas o no se sale nunca.
Carlos Camacho, en el otro extremo de la mesa, acababa de regresar de la sur
del Aconcagua. Raymundo Luna Rangel había subido a la misma cumbre por la
vertiente norte: “La ladera más fácil de
la Cordillera y la más sembrada de cadáveres de escaladores”. Raymundo se hizo
célebre en el alpinismo mexicano por haber acampado una noche en el fondo del
cráter del Pico de Orizaba, en los 5,500 metro d altitud.
La muchacha
se dijo que estos mexicanos eran gente
ruda de montaña y recordó a Mummery, el escalador inglés del siglo pasado:
“tarde o temprano morirán en la montaña, víctimas de su pasión”. De niña había
leído las escaladas llevadas a cabo por María García, muchacha alpinista
pionera del alpinismo mexicano y a partir de aquel momento María había sido su
modelo deportivo.
Sentada en
la puerta de su tienda, Toci podía mirar en tan sólo una hora, cambios
climáticos, escuchar las aguas subterráneas que el sol manda del glaciar hacia
abajo por medio de las fisuras en las rocas. Gases de invernadero de la
actividad volcánica.
Se había
acostumbrado a ver las manifestaciones
de la otra escala del tiempo como sedimentos lacustres de lagos tectónicos encerrados entre montañas y los asociados a
la actividad de los aparatos volcánicos que hablan del pasado y permiten la
predicción.
Podía
ver presente y porvenir sin moverse desde su tienda en lo alto de
aquella atalaya perdida por completo entre un panorama vertical inmenso y
gigantesco.
Toci bajó el
cierre de la tienda y observó el hielo agrietado del glaciar.
La pendiente
huía vertiginosamente hacia el valle
lejano.
Me había descrito que era una franja muy
amplia y aprisionada por grandes torres de roca que contrastaban por sus trazos
verticales. También que su color oscuro se destacaba con la deslumbrante
superficie de la ladera helada en la que había instalado el refugio de tela.
Hasta me decía que su casa pesaba
escasamente ochocientos gramos pero que era capaz de resistir las tormentas más
fuertes de hielo, arriba de los seis mil metros sobre el nivel del mar, cosa
que había sido probado varias veces en las semanas anteriores.
La semana
pasada la tormenta de nieve, arriba de
los cinco mil, la obligó a permanecer en su tienda los dos días seguidos
Pero esta mañana era diferente. Observó unas nubes blancas algodonosas que se
movían lentamente hacia la provincia de San Juan y la región de los ranqueles…
Fue cuando me escribió:
- Guillermo, ¡estoy hasta las nalgas de tanta
soledad!
Pero yo
sabía que no era verdad. La muchacha
podía permanecer entre las montañas de ese sector central de la alta
cordillera de los Andes, por lo menos dos semanas más sin siquiera pensar en
descender a algún pueblo de la precordillera. Tenía dos meses que bajaba
a Punta de Vacas, cerca de Puente
del Inca, para llenar su mochila de provisiones y volvía a partir hacia las alturas. En otras
ocasiones iba a Cuevas donde pasaba más días. Hacía de voluntaria con la dueña
de la casa en las tareas de la cocina. Sabía que no se puede vivir mucho tiempo
en la región de los dioses, arriba de los cinco mil. Para volver a encontrar la
cordura era necesario volver a las cotas donde viven los humanos.
De todas
maneras me contaría ese mismo día que fue cuando formuló un pensamiento más
directo: Si al menos Cork estuviera aquí... ¿Dónde se encontraba esta mañana?
Guillermo, ¿Sabes dónde se halla? ¿Seguirá metido en el desierto
norteamericano? Tenía días tratando de “hacer contacto” con él pero la
pantalla seguía cerrada. Ese nómada
sabía de sus intentos por comunicarse,
pero nada todavía.
La semana anterior Cork le dijo que había dejado Dam Page y Kaibitos y seguía caminando en
dirección sureste. Calculaba que veinte kilómetros atrás había cruzado la carretera 160. Si estoy en lo cierto, le decía, ahora
me encontraré a la mitad de distancia de Chinle, en la 191. Casi no
tengo agua pero espero hallarla en
alguna de las depresiones que drenan hacia Painte Desert, en el suroeste.
Miró un mensaje de Cork pegado a la entrada de la tienda. Le había
llegado en el principio de la temporada de montaña. En la primera oportunidad
que tuvo bajó a Santiago y ella misma
hizo del disco la copia más grande que podía la computadora. La
había leído tantas veces al meterse en la bolsa de dormir que sabía de memoria el texto. Le prometía que al
final del verano argentino se reunirían en un punto del estado de Chihuahua. O
si prefieres en el Bolsón de Mapimí.
No tenía
idea dónde se encontraba Mapimí pero se imaginó el páramo más desolado del mundo.
Era el mundo de Cork.
También amplió una foto en la que se veía
subiendo la cresta de una elevada duna
rojiza contra el cielo azul profundo.
Se lo había prometido el verano pasado
encaramados en la pirámide de Ehecatl – Quetzalcoatl de Calixtlahuaca. A sus
pies estaba Mazahuatitlán, como él le decía a la tierra donde Toci naciera.
Luego irían de turismo a varias partes del extranjero. “Y, para cerrar con
broche de oro, sé que te gustaría, sobre todas las cosas, conocer la pequeña
iglesia de peregrinación llamada La Pradera. Te preguntarás dónde queda esto.
Nada menos que en medio de la soledad de las
montañas de Baviera. Sí, Baviera, en el sureste de Alemania. ¿Te
acuerdas? Reino de la antigua confederación
germánica…La Pradera es un recinto ovalado con un coro amplio de dos cuerpos…
Ver desde el interior cómo el sol va pasando por el recinto en las diferentes
horas del día. En tanto en el órgano de la iglesia se toca música de Bach…Al
anochecer cenaríamos en una hostería de la aldea. Las muchachas que atiende el
lugar se peinan como las vikingas de los tiempos de la leyenda. Ahí pasaríamos
una semana. Y por las noches mis manos acariciarían tu trasero… Y, ya que
estemos en Alemania, iríamos a visitar los monasterios benedictinos de
Ottobeuren y Melk. Créeme, son la realización de grandes sueños espaciales expresados por medio de la
arquitectura…”
La temperatura había descendido todavía más pues el viento pasaba con
más fuerza allá afuera. No le preocupaba en su bolsa de dormir que era para los
ocho mil. De todas maneras encendió la estufilla y calentó agua para el café.
Entre tanto tenía necesidad de bajar de vez en cuando a alguna ciudad
chilena o argentina para volver a balancear su dieta. La mochila para la alta
montaña y sus incursiones como parte de algún plan de ascensión expedicionario
le obligaba llevar sobre todo latería o víveres como carne seca. En efecto, su
grupo pertenecía a una de las etnias del
Altiplano, al oeste del Valle de México, y su organismo consumía vegetales en
un ochenta por ciento desde hacía por lo menos cinco mil años. Frijoles,
tortillas de maíz, chile y tamales. Ni siquiera en la Constelación Toro podría
haber algo mejor. Eran delgados, sanos y no se conocían las enfermedades de las
ciudades mexicanas en las que se comía mucha grasa animal, harina de trigo y
azucares. Sus senos pequeños apuntaban siempre hacia delante y no tenía
necesidad de usar corsé. Y sus alzadas nalgas eran tan firmes que si alguien
hubiera mandado un fuerte golpe a puño cerrado se habría lastimado. Corría
durante horas a través de las planicies de los tres mil metros. Cork le
agarraba las piernas y al constatar su reciedumbre le decía” ¡No te
ablandes!”. Y ahora, sobre las montañas
argentinas, consumía ochenta por ciento de
carne y el escaso porcentaje restante
de verduras. El estreñimiento y
las temibles hemorroides podían aparecer en cualquier momento. No iba a esperar
hasta entonces y en cuanto concluía sus compromisos con alguna expedición
alpina baja a Mendoza o a
Santiago. Se volvía vegetariana de tiempo completo y el regreso a Cuevas llenaba su mochila de
verduras.
La última
tarde en Mendoza se había metido a un
café antes de ir a su hotel. La expedición de neozelandeses que la había
contratado como guía para varias
cumbres, arriba de los seis mil, en el sector de San Juan, se
despedía y en agradecimiento la había invitado a cenar el hotel Sol Andino,
avenida Godoy esquina 9 de julio. Mientras fumaban y tomaban café o cerveza,
uno de ellos recordó una lectura que había hecho recientemente. Se sabe que los
hombres después de alguna ascensión prolongada quedan sensibilizados para
hacerse preguntas por temas que rebasan la rutina diaria en la ciudad.
Era Balzac y
el tema de la libertad. De la libertad y
de otras cuestiones como el dinero, el
poder, la salud, el matrimonio...Hay que trabajar duro para conseguirlos. Pero, luego, ¿cómo
gastarlos? Se lucha para conquistar todo eso, y disfrutarlos, no para
encerrarlos en un baúl.
En realidad
el tema de esta novela célebre de Honorato de Balzac, decía el muchacho
alpinista, no es tanto cómo conseguir
las cosas, sino cómo se utilizan una vez
que se tienen. Y muchas veces, a eso que
con tantos anhelos y esfuerzos se consiguió, se le da el más inútil y tonto,
cuando no el más errado, de los empleos. Luego de un trago de vino tinto de San
Juan, agregaba que un preso puede soñar,
cada minuto, con el día que vuelva a ser libre, y una semana más tarde estará
de regreso en su celda. Estaba convencido que la ciencia libera a la humanidad,
pero también que ésta desaparece medicamentos, por sus peligrosas
contraindicaciones, que durante o dos décadas fueron abundantemente recetadas y
llenaron el mercado. El dinero, decía, puede llevar la felicidad a propios y
extraños, pero preferimos darle un enfoque utilitario...En todo caso esta obra
es la metáfora que observa cómo, de tenerlo todo, a partir de ahí, se va
gastando, o reduciendo, por el uso, bueno o malo, correcto o no. Como el humano
en el día que nace. Tiene una vida por delante. A partir de ese día su
existencia se irá aproximando a su
fin... O un ejemplo menos pesado y de una realidad más inmediata y cercana a
nosotros es el cheque de la quincena. Después de salir del banco, en el que lo
cambiamos, empezará a gastarse, día con día, minuto tras minuto.
Inexorablemente. El guión de esta novela es sencillo pero abunda en
consideraciones de toda índole. Ese es el estilo de Balzac. Poco diálogo y
mucha reflexión. Escritor, francés, del
siglo diecinueve, tiene una fecunda imaginación, una minuciosa observación de
las cosas y de la conducta de los humanos. Rafael Valentín O´ Flaharty es el
personaje, joven, que quiere ser famoso entre los hombres de ciencia y a la vez
gustar la vida en su vertiente hedonista. Pobre de recursos, se encierra
durante tres años escribiendo sobre algo que está seguro que lo hará célebre…No
quiere ser uno del montón.
Toci hacía
contrastes. El cumplimiento comunitario de un rito, en su etnia, no quería
decir la nivelación general del espíritu
de la gente. En la idea de la cosmovisión de los habitantes de la ciudad, tal
vez ello pueda darse por algún tiempo, bajo regímenes políticos alejados de la
democracia. Pero entre los indios la cronovisión es la que propicia las
individualidades. Cada persona es un individuo irrepetible bajo el signo del
Tonalamatl. Y la fiesta ritual es una reunión de individualidades, no de
semejanzas. En su pueblo sólo hay una “Toci de las Nieves”, otra “Toci de las
Flores”, otra “Toci de la Tierra”, otra “Toci de la Laguna”.Ella había dado un
paso más hacia la individualidad de esa comunidad: nada más se llamaba “Toci”.
Esto es incomprensible en la civilización industrial. Tan inexplicable como que una mujer pueda orinar estando de pie o, más
inexplicable aun, que no lleve teléfono celular…
Animado,
otro de la expedición comentó algo de D. H Lawrence: En las luchas de
liberación de la mujer, empezó diciendo, este poeta desarrolla un trabajo de rectificación, llevado a cabo
por las madres, de lo que hicieron sus propias madres, con sus nietos, es
decir, con nuestras protectoras y
adorables abuelas. Y en esto no hay ningún conflicto soterrado: Freud se
refería a la madre, pero no a la abuela.
Es probable que esta tesis de las abuelas Lawrence la haya desarrollado ante la
conocida frase de Napoleón, que en realidad pertenece a una idea de Fichte y
que éste ha de haber conocido de Plotino: “Al niño hay que cuidarlo 20 años
antes de que nazca”. Como conclusión un tanto propia, no de Lawrence, concluyó
diciendo: pero la obra de la mujer, como educadora innata, tendrá que ser
completa. No luchará contra el Estado machista hasta enderezarlo, y al mismo
tiempo estar repitiendo el papel de una abuela súper protectora. Sería el
cuento de nunca acabar...
Mientras
escuchaba, Toci no se hacía bolas con la vida. Sabía que un guía alpino
necesita conocer las condiciones si quiere prevenir las consecuencias. El mes
anterior había subido con su grupo de japoneses por la ladera norte del
Aconcagua (una ladera limpia y ventilada, a diferencia de otras montañas que
son unos gigantescos muladares). Al menos tres cadáveres estaban a la vera del
sendero en diferentes cotas. La humanidad de Toci iba tras la libertad. ¿Un humano con toda su fragilidad jugando el
juego de la libertad entre las poderosas fuerzas físicas de la Cordillera
llenas de los determinismos de la causalidad? “A lo que gustan de jugar los
hombres” dijo a media voz. Sólo con técnica alpina, intuición y acción ella
podía moverse con éxito a través de esos poderosos fenómenos de la naturaleza.
En la ciudad se pueden hacer esos berrinches contra todo pero aquí…
La velada se
estaba acabando y, por educación, los neozelandeses voltearon hacía Toci para
ver si ésta quería contarles algo antes
de retirarse.
Toci era
una muchacha india, de la tribu mazahua,
que se había tardado más tiempo en leer el Quijote de Cervantes que la Paideia
de Jaeger
Pero no fue
por ahí. En su lugar Toci preguntó si alguno de los presentes
había leído a Chaucer. Sí, Geoffrey Chaucer. Al percibir un ligero silencio
(pensó que Nueva Zelanda se encuentra,
después de varios océanos y continentes de por medio, mucho más lejos de Inglaterra
que México de Europa meridional) dijo:
-No
importa-dijo, la semana pasada, cuando estábamos sobre el Mercedario, leía por
las tardes, en los diferentes campamentos, algo de Plotino. Este pensador nació en el principio del
siglo tercero después de Cristo. Fue uno de los últimos neoplatónicos paganos.
Junto con Amonio Sacas, había sido el fundador de la escuela neoplatónica. Se
dice que soñó con fundar en Campania un sitio destinado a que viviera en él una
comunidad exclusivamente de filósofos. En memoria de Platón a ese lugar le
llamarían “Platonopolis”. Como en ese tiempo era emperador Galieno, el cual
junto con su mujer Salonina, admiraban al filósofo, la realización del proyecto
de Plotino se veía con muchas probabilidades de ser concretado. Sin embargo, el
emperador murió en breve. Y como desde entonces la gente de estado no ve con
buenos ojos a los filósofos, el proyecto se combatió y acabó por ser olvidado.
Pronto Toci
agarró vuelo, bebió mate y ya no hubo quien la parara. Pero su charla era amena
y más bien era una delicia escucharla:
- Plotino se aparta de los estoicos de Zenon
que obedecen solamente a la razón. Anhelan ser indiferentes al placer y al
dolor. También Plotino se encuentra lejos, en un principio, de los pitagóricos
que llegan a imaginar que los astros pueden regir las vidas y los destinos de
los humanos. Si bien, en el siglo uno de nuestra era se dio un movimiento de
acercamiento entre los pitagóricos que aceptaban la inmortalidad del alma y la
trasmigración de las almas (idea que venía de Platón), con los neoplatónicos.
Procedían estos de una línea de
pensamiento directa de Sócrates, Platón y Aristóteles. Entre otras cosas,
Plotino acepta, como muchos filósofos de la escuela de Sócrates, la esfericidad
de la Tierra.
Entre trago
y trago de vino, Toci veía hacia su minicomputadora y ¡nada! ¡Nada de Cork!
III
Estuve
ocupado dos días en las últimas fases de la perforación de un pozo noventa
kilómetros frente a la playa de La Güaira, cerca de Los Roques, en el Mar
Caribe. Cuando por fin pude consultar mi correo encontré algunas
consideraciones de Toci. Me decía que novelistas, sociólogos, filósofos y
aun teólogos deberían probar a estar
solo alguno de ellos en medio del bosque nocturno. Esto, ciertamente,
los haría diferentes pero no en el sentido de ser superiores sino de estar
conscientes del valor que tiene el grupo. Agregaba que Sócrates no es recordado como el gran paradigma por su socrateidad que dijo que su oficio era
el de un partero porque hacía parir ideas a los hombres embarazados. Es decir
que sacaba a flote cosas que ya existían en los hombres. También pudo haberse
clasificado no como partero sino como fotógrafo en caso de que para entonces se
conocieran ya los procesos de la emulsión de sales de plata o los “pitceles”.
Su socrateidad era por el respeto a la normatividad. Veinticinco siglos después
de él ese respeto a la normatividad sigue martillando nuestros oídos de manera
implacable. Sigue hablando al grupo, no está enfrascado en un soliloquio. Por
no escuchar esa socrateidad de Sócrates muchos países en el tiempo presente han
entrado en la disolución como unidad cultural y hasta política. Pero no es la
soledad en la noche lo que forjaría el
molde. Será el parto, o el revelado, lo que sacará a flote el tipo del mármol con que fue hecho por sus
padres. No puedo ir más allá. Puedes nombrarle Dios o Uno, como lo hace
Plotino, o cadena genética. Todos
estamos hechos de mármol, pero cómo
reaccionamos a eso va a depender de la
forma que salga ese mármol. Si su consistencia es pobre se creerá especial. En
la medida que se acerque a lo perfecto
se fundirá con esa gran corriente
anónima que se conoce como “humanidad”. Pocas frases han alcanzado la
profundidad de Chesterton, recordó,
cuando dijo que a todo millonario convendría vivir al menos veinticuatro horas con un pie
en la eternidad. Chesterton confiesa que este pensamiento lo pudo construir después de haber leído a Tomás de
Aquino.
Toci volvió
a lo de Plotino y recordó que en 1923 la
Universidad Nacional de México (todavía no era autónoma) publicó una obra de
las Enéadas de Plotino, que es propiamente el ideario de este filósofo, y
relatadas por el gran filósofo judío Porfirio (recuerden que Plotino era griego
nacido en Egipto). Al final, el trabajo de la universidad hace un estudio del
neoplatonismo por Eduardo Zeller.
En Mendoza
les recordó a los alpinistas que Plotino es importante porque aparece como el
último gran filósofo que produjo el mundo griego de la antigüedad. Para el
cristianismo, su existencia fue de tal modo esencial, que, como dice Eucken,
exceptuando a San Agustín, en el tiempo antiguo ningún pensador ha influido
tanto en el movimiento cristiano como Plotino. A diferencia de Bergson, que creía
que la conciencia está caracterizada por su duración creadora, Plotino asegura
que el movimiento es circular, siempre presente como el círculo en
movimiento de los indios norteamericanos
o como el olin de los aztecas. “El equilibrio del círculo expresa muy bien el
del espíritu, porque, sea cual sea la expansión del radio, jamás se separa de
su centro generador. Y su fin no es otro que su principio,” les dijo que decía Plotino. Les comentó que tenía un amigo llamado
Cork y siempre le decía que esto se parece al eterno ciclo
de las rocas.
-Me parece
que, sin duda- agregó Toci por último-,
en su tiempo fue una verdadera tragedia que, ¡precisamente en Atenas, se
prohibiera enseñar filosofía! Por lo demás, exactamente por eso mismo, el
cristianismo lleva en su seno todo el tesoro de la filosofía griega. Véase, por
ejemplo, esa fusión o ecumenismo del “Dios Desconocido” de los griegos con el
“a Dios nadie lo ha visto “de los cristianos. Y al leer al poeta romano Persio
Flaco parece que estamos sobre un escrito de Santo Tomás de Aquino. Al prohibir que se filosofara, la Iglesia se
hizo heredera y responsable de tan
grande tesoro cultural ofrecido por los griegos. Más tarde, ya avanzada la Edad
Media, cuando en Europa de principio el
Renacimiento, todo mundo empezará a hurgar en las bibliotecas de los viejos
monasterios buscando los trabajos de la Antigüedad.
Pero no fue
el final de su intervención, como había anunciado, y agregó:
-Pero no sólo por lo anterior el catolicismo
cristiano tiene mucho de griego. Los grandes maestros de la filosofía griega de
la antigüedad: “Maestros ambulantes de sabiduría” “Peripatéticos” o caminantes,
dice Antonio Gómez Robledo, entre ellos Plotino, habían elaborado abundantes
temas que, andando el tiempo, chocarían con
las enseñanzas que irían
predicando por aquel mundo los sencillos pescadores de Galilea. Pero más tarde
se irían fundiendo unas y otras. Así fue como empezó un deslumbrante
eclecticismo ideológico. La mezcla del mortero se llamaría San Agustín. Y, más
que Agustín, Plotino. Y más acá, en el siglo trece Tomás con su conocimiento de
Aristóteles.
IV
Cuatro días
más tarde, de vuelta en su vivac, arriba de los cinco mil metros sobre el mar,
y como parte del glaciar este del monte
Tolosa, en su tremenda juventud, Toci se puso la mano sobre la región púbica y
recordó que las cosas se hacen para ser usadas, no para esconderlas. Volvió a
pensar en Cork.
Para las
once de la noche la tempestad había
vuelto. “Sólo se oía el rumor de los
torbellinos, que saltaban y oscilaban en círculos ante mis ojos”, recordó al
bagabundo soñador Peer Gynt.
La última
vez Cork le había escrito que se
encontraba en el desierto de los
hohokam. ¿Por qué diablos no me pone el meridiano? En tres días estaría encima
de él. Lo encontraría así se metiera debajo de todas las arenas hohokam o
navajo. El otro le envió una foto sentado cerca de una fogata, en medio de la
noche, mientras asaba la segunda mitad de una víbora que había agarrado ese día. “Estuvo a punto
de morderme pero la vi cuando se me lanzó y pude esquivarla. Y en el desierto
el que falla acaba en el plato del otro”. Toci recordó haber visto, junto con
Cork, en el Museo de Antropología de la Ciudad de México, una escultura en la
Sala Mexica, de una serpiente que al parecer engullía a un hombre del que ya
sólo asomaba el rostro. Para tranquilizarla, Cork le dijo que era una
representación antropomorfa de Quetzalcoatl. De todas maneras Toci se hizo la
reflexión si las víboras del desierto
hohokam podrían desplazar a tal modo sus mandíbulas como para tragarse a un humano.
Le pareció inverosímil pero de todas maneras ese pensamiento la acompañó esa tarde.
La foto
dejaba ver un mundo despiadadamente solo. Recordó que el verano pasado le decía
aquel muchacho que la individuación es relativa al observar desde su
microscopio a un individuo dentro de una colonia de hormigas. Basta con que le
de una vuelta a la torreta y ponga una
lente de más amplitud o gran angular para que esa individuación quede perdida
entre los otros miembros. Esa hormiga podría “pensar” diferente a las otras, pero esa referencia “respecto de las otras” la
hace tener lasos estrechos con la comunidad. Podrá declarar, pensar o soñar que
es diferente a las otras hormigas, pero su individuación no podrá ir muy lejos.
Otra cosa
sería que su individuación, como con Ibsen, se fuera apartando racionalmente de
la sustancia o parámetros de los otros hasta convertirse en un paradigma. Y
sabido es que los paradigmas no son cánones inalcanzables. Son metas por demás
temporarias que fácilmente son alcanzables y asimiladas por el grupo. Alguien
escaló por primera vez el monte Everest, cien años más tarde llegar a su cumbre
merece el comentario de lunes por la mañana en la taza de café que se asistió a
una corrida de toros y que el público se
portó así o asá. Lo mismo pasó con el Matterhorn, Mont Blanc o con el cerro de
la capilla de San Miguel en el vértice de las Sierra de las Cruces, al suroeste
del Valle de México. Entre tanto pensadores como Ingenieros o Nietzsche no pasen una noche solo en el bosque, no lograran entender,
vivir, la inmensurable dimensión que tiene el valor de la universalidad. Se
piensa en la multitud como factor de subversión del orden constituido, para
acabar con una normatividad y hacer otra normatividad. De ahí viene todo el
alboroto que se ha hecho por estos filósofos
respecto del individuo y de la masa. Pero solo, en medio de la noche, se
aclaran muchas de estas respetables construcciones académicas.
Una noche
solo en el bosque, con el viento ululante entre las ramas, es como un regreso
brutalmente rápido hacia los tiempos de la antropología. Como si alguien se
elevara en un vuelo hasta los veinte mil metros en un avión que careciera de
presurización….El general Lucio V.Mansilla
estuvo en la región de los ranqueles, en el siglo diecinueve, y anotó en
su diario que pocas cosas hay tan impresionantes como pasar una noche solo en
las montañas.
Por la
mañana resplandece el sol y el espíritu es mejor que anoche. No es que sea más
fuerte pero al menos sabe que otra
noche así ya no lo doblará. Pero como cada día trae sus
afanes, ahora, después de esa noche, le
gustaría pensar en un “cielo diáfano y puro” distinto a los cielos que tienen
las ciudades.
Cork le ha dicho que ese bellísimo azul de los
poetas no es otra cosa que un fenómenos físico entre los que abundan las nubes
volcánicas de las regiones sísmicas que le dan la vuelta al planeta montadas en
sus altas corrientes de aire. Sus gases y sus cenizas con sus bióxidos de
carbono y azufre y sus lluvias ácidas….
Todo esto afecta a personas, plantas y animales. Tal vez afecten el
clima global como lo hizo el Chichonal en 1982. ¿Quién creyera que éste solo
aparato volcánico haya enviado unas tres
mil toneladas de cenizas que disminuyeron la temperatura terrestre. Muchas
plantas no soportan variaciones mínimas en el clima y mueren. Lo mismo sucede
con algunos animales. El mismo mercado de las medicinas juega en la Bolsa pues con un grado que baje la temperatura
llegan las epidemias de catarros…
Cork le había sugerido, en un tono despiadado,
que cuantas veces quisiera comunicarse con él lo hiciera a través de un relato:
“En tu etnia se acostumbra desde hace miles de años el relato oral y tu debes de
haber llevado un diario desde niña. Esto, y la lectura diaria, es suficiente para que escribas ¿O te la pasas pintándote las uñas y viendo
televisión?”
No era
verdad, desde luego. Con sus veintitantos años y montañista de profesión, Toci
era más bien un volcán a punto de explotar que un catálogo de enfermedades.
Pero al otro le gustaba cargarle la mano de esa manera.
Después de
haberle escrito por lo menos una veintena de relatos, comentando obras
literarias, y ella contestado otras tantas, una de esas le preguntó qué sabía
de la Batalla de Waterloo. Nada sabía ella de esa maldita batalla.
No le dio
importancia pero pronto de se dio cuenta que
no volvería a conseguir
comunicación. El otro dejó de contestar. Simplemente la ignoró.
¿Con que no
quieres contestarme, he?, dijo mientras sacaba
su mano de entre las piernas. Enseguida,
apretó una tecla de la computadora, al tiempo que decía:- Allá te va,
hasta ese desconocido lugar del desierto en el que te encuentres- .
Y desde la
helada vertiente de la cordillera
andina, a través de invisibles canales
etéreos, ella le envío su aportación. Deliberadamente escogió un tema que
sabía le gustaba sobre manera:
Veinticinco
años promedio de vida tenía el humano en el siglo cuarto del Imperio Romano
después de Cristo. Treinta y cinco años en el siglo catorce. Había mejor
alimentación y existía más higiene. Las obras de canalización de los cursos de
agua habían reducido la acción destructora de esa criatura molesta llamada
Anófeles, transmisora del paludismo. Hasta
ahí, en lo que se conoce, los ejércitos habían diezmado o fortalecido a las
poblaciones, todo de manera selectiva. Más o menos bien alimentados los del
imperio y sus aliados y desnutridos los que tenían que pagar tributo. Era, sin
embargo, una situación sobre la que, de alguna manera, se tenía bastante control.
Es el
momento de este siglo catorce en que
entran en juego unos seres microscópicos desconocidos llamados más tarde
“bacterias” que, producirán en el agua
muy contaminada enfermedades
infecciosas.
Del Medio Oriente habían llegado, desde varios
siglos antes, los ejércitos del Islam a
asolar a Europa y también con ellos aparecía ahora la peste bubónica. Como el
viento, y en parte cabalgando sobre el viento, recorrió campos, se metió a los pueblos, pasó y recorrió las calles de las
ciudades europeas. Tras de sí dejaba poblaciones totalmente diezmadas. Algunas
de plano llegaron a desaparecer. Los conocimientos de la higiene personal y
estructural a nivel de sociedad conocidos
hasta entonces no eran suficientes. Y se vio la casi imposibilidad
médica para enfrentar al destructor invisible que cortaba cabezas desde el sencillo labriego al
señor feudal, pasando por intelectuales y señores de la guerra y príncipes de
la Iglesia…
Un
estruendo espantoso se escuchó en la
pared rocosa de enfrente. Un bloque del tamaño de una casa de dos pisos acababa
de desprenderse de la montaña y ahora rodaba haciendo toda clase de sonidos
mientras recorría la ladera hacia el fondo entre la noche. Por un momento interrumpió
la escritura y se quedó pensando en otra cosa ajena el asunto que estaba
tratando. No obstante, logró agarrar otra vez el tema:
… Los
historiadores de este periodo europeo se refieren a él no como una reducción de
población si no como un verdadero
“vaciamiento demográfico”. Igual que pasó en México a la llegada de los
españoles que desaparecían las poblaciones no tanto por la pólvora de sus
arcabuces o las flechas de sus indios aliados, si no por la viruela que traían
pegada a sus armaduras. En efecto, y tú
lo sabes bien, a mediados del siglo catorce a los europeos, por causa de los
árabes, les pasó lo que a los mexicanos en el primer tercio del siglo
dieciséis por causa de los europeos:
sucumbieron más por falta de defensas en su organismo ante los nuevos gérmenes,
que por efecto de la espada. Recuerda
que Cuitlahuac, el héroe de la Noche Alegre, moriría semanas después
(1520) por causa de la viruela. Y que pocos años más tarde de la conquista de
México - Tenochtitlán la población del Anáhuac
había casi desaparecido. De quince millones de habitantes quedó medio millón…
Lo que
estaba pasando, entre tanto, en Europa, era un verdadero derrumbamiento de las
relaciones feudales de producción. Ahora el señor feudal tenía que comprar
trabajo. Antes hacía, por la fuerza, que
se le regalara, a cambio de protección contra los otros señores feudales,
Ante tan
espantoso cuadro causado por la peste bubónica, que dejaba las calles europeas
llenas de cadáveres, los que podían se iban apresurados a vivir al campo. Pero
en los campos también había desolación. Faltaba la mano de obra, tanto la libre
como la que conservaba la categoría de esclava que se había originado en la
antigüedad en los tiempos de los grandes imperios y trasladado a los mil reyezuelos de la Edad
Media.
Aquí es el
momento en que la peste bubónica va a crear condiciones políticas inesperadas:
En las
ciudades había hambre porque los campesinos poco podían trabajar las tierras
feudales o arrendadas. Había carestía y subían los precios. Pero de todas
maneras debían de bajarlos por escasez de dinero. O por el peligro de que la
turbamulta se diera al saqueo. El señor feudal pagaba salarios bajos pero, ante
la poca mano de obra, él mismo se
ofrecía a subirlos. Era una buena oportunidad para los campesinos que al fin
podrían imponerle condiciones al señor feudal. Por lo pronto éste se veía
precisado a arrendar sus tierras, a precios cada vez más bajos, a los
campesinos que quisieran aceptarlas. Tampoco podía siempre negarse a las exigencias de salario,
cada vez más altas, de los trabajadores. Fue cuando la dialéctica patrón -
obrero empezó a funcionar. Es lo que ahora
llamamos “negociar”, o “mesa de negociaciones obrero- patronales”. Sólo
que los filósofos le llamaron (ya conoces cómo es esa gente) dialéctica a la voluntad de acercar intereses
encontrados.
Además, el
avance de Europa hacia Oriente es sustituido por un movimiento inverso y las
condiciones generales del comercio, que habían prevalecido en los últimos
cincuenta años, se detienen. Y al cabo del tiempo, cuando los señores feudales
voltean la cara, se dan cuenta que, en lo interno, su enemigo natural, el
soberano, ha ganado terreno. Ha adquirido carácter nacional en tanto ellos
siguen con su influencia local. Esto los obligará a buscar, con el tiempo,
maneras de organización hasta entonces no pensadas. Por lo pronto les da por lo
que se conoce como “bandidísimo”. La película Robin Hood es un eco de aquellos
tiempos, si bien con un guion romántico e idealizado por la industria
cinematográfica. Por medio del caos controlan una región y tratan de vivir a
expensas de lo que le puedan arrebatar al “estado” o al soberano. Después seguirán el camino de organización superior
que, antes que ellos, recorrió el soberano en el plano nacional.
V
-La historia
es una porquería, dijo Cork.
¿Por qué la
historia era una de las materias favoritas de Cork aparte de su profesión de las rocas. ¿Cork,le
contó, tenía veinte años de edad cuando tuvo la idea de releer la historia. Se
encontraba en ese momento parado recargado en el barandal viendo la pintura de
Hernán Cortés en el pasillo superior del lado este de Palacio Nacional. Le
llamó mucho la atención, cambiaba de sitio y volvía a observarlo. Era exactamente
como lo describía la historia oficial que se enseñaba en las escuelas de
primera enseñanza. Un individuo maltrecho, pálido verdoso, con cara de cochino
y de un aspecto general que proyectaba la imagen de alguien que padeciera
alguna grave enfermedad de las llamadas “secretas”. Una cosa llevó a la otra.
Se preguntó cómo aquella infeliz criatura maltrecha había logrado vencer a los
sanguinarios, valientes y fuertes aztecas. Algo no encajaba. Esa imagen que
tenía enfrente de seguro no correspondía al conquistador de la fantástica
México - Tenochtitlán. Fue cuando se propuso volver a leer la historia. Con el
tiempo supo que toda historia tiene al menos dos caras. La que escribe uno de
los enemigos en cuestión y la que
escribe el otro enemigo. Y la academia no puede escapar a esta regla. Por lo
demás es natural, se dijo. En escribir la historia, igual que pintar sobre el
lienzo, se hace desde la subjetividad del individuo. Los mismos volcanes que pinta Diego Rivera son distintos
a los que pinta el Dr.Atl. Y con el tiempo también se encontraría con algo que
dijo Chesterton respecto de los libros
de historia: “Es fácil ver por qué una leyenda es tratada, y debe ser tratada,
con más respeto que un libro de
historia”. Bueno Diego Rivera, dijo en
esa ocasión desde el barandal de Palacio Nacional, ya contaste tu versión de
enemigo del otro enemigo. Pero sabía
que, como reza el dicho “nada personal” Rivera no se alza contra el individuo
sino contra el sistema que esclaviza, llámese
como se llame.
Cerró la
computadora y volvió a preguntar: “¿En
qué meridiano vives?” Y, aunque sabía por la latitud, desde la que Cork le
escribía, que se encontraba metido
en Desierto Navajo, de todas maneras
pensó que en el paralelo treinta y siete hay muchos desiertos alrededor del planeta.
“¡Al menos dime en que longitud te encuentras!
Recordó
enojada las palabras que Cork le dijera en broma: “paquete de hipocondrías”.
¿Qué se habrá creído ese…Podría escalar con él arriba de las seis mil paredes
de roca, nieve y hielo durante días y más días. ¡Atrevido!
Entonces
pensó en el estruendo de la parte desgajada de la montaña. Se dijo que si una
mesa convertida en fragmentos deja de ser una mesa, la especie humana
convertida en individuos, como era su caso de aislamiento en las montañas, ¿por
qué tendría que seguir siendo especie humana?
Mientras
Robinsón Crusoe se vio separado de su comunidad no contaba para ésta. Y el
mismo Robinsón soñaba con reintegrarse a la comunidad. En tanto no lo llevara a
cabo no era parte del grupo. El otro caso fue Nietzsche que tampoco vivía
dentro de la comunidad por más que fuera de posada en posada llenas de gente y
a la hora de la comida debía sentarse junto de los otros habitantes de la casa
de huéspedes. Y aun podría referirme a Hölderlin…En estos casos, por voluntad o
sin ella, eran diferentes. Es una unidad
individual, un mundo en sí mismo. Un mundo que va entre otros mundos sin apenas
tener que ver algo con ellos. La multitud está compuesta de uno´s. Juan, pancho,
Otto. Pero en cuanto sienten que tienen relación uno con otro ya se hizo la universalidad, el mundo, la
masa, la comunidad, plural, múltiple. Toci no era un individuo sólo viviendo en
las montañas. Era plural porque estaba “conectada” con la comunidad de Cuevas,
con la de Mendoza y con su lejana
Mazahuatitlan. Por eso no se sentía sola pérdida prácticamente en ese
sector central de la cordillera de los Andes. ¿Alguien solo en un planeta
dejaría de ser individuo y convertirse en multitud? ¿Dónde existe algo así? Se acordó de alguien:
el Farolero de El Principito.
Miró hacia
el exterior y vio a la gran cordillera, toda blanca, hasta los planos
inferiores que alcanzaba a distinguir,
por la fuerte nevada de la noche anterior. El siguiente pensamiento que
formuló ese día fue cómo o de qué manera iba a meter su realidad humana en la
realidad natural que la vida le planteaba. Y se confesó que cada vez eran más
frecuentes y más intensos los sueños eróticos. Y aunque tenía meses encaramada
sobre ese sector andino, dijo:
“Creo que he
visto muchas películas. Extraño las manos de Cork sobre mis nalgas".
Enfrente de
ella el gran geosinclinal y su profunda
deformación por los movimientos andinos. Altísimas torres góticas de roca enmarcadas por grandes
capas de sedimentos brutalmente retorcidos y elevados hasta los seis mil metros
de altitud. Se acordó de Milán Kundera y la orgasmomanía, como él decía, a la
manía norteamericana bastante ridícula de Kaufman, director de cine, que había
llevado una novela suya a las pantalla, a obligarnos no solamente a ver actores
desnudos que simulan un acto sexual, sino además a escuchar sus gemidos en voz
alta, imitando ante la cámara el punto culminante del placer.
Se la pasó
ese día explorando la parte media del glaciar
hasta entrada la tarde. En el centro de la ladera las paredes de hielo
eran de unos veinte metros de profundidad. Hizo varias entradas en ambos
extremos, que es donde las grietas presentan su menor profundidad antes de
dibujar un arco descendente hacia el centro del talud helado en su camino hacia
el valle. En caso de que la tormenta de nieve volviera a golpear aquella
ladera, y el mal tiempo amenazara con prolongarse, podría trasladar ahí su
tienda. En ella estaría a salvo del huracán más violento. Una grieta amplia de
glaciar es como un iglú artificial de hielo.
Si en el techo la nieve tapaba la salida, mejor. Le bastarían unos
golpes con el piolet desde abajo para poder alcanzar la superficie. Sólo debía
poner atención de que el piso para la tienda no fuera un puente sobre el vacío.
Hacia las
ocho de la tarde, con el sol iluminando tomó el camino de descenso, llegó de
nuevo a su refugio de tela. Estaba instalado sobre una plataforma de hielo que
había conformado a punta de piolet y aprisionado con las botas. La había
asegurado por medio de dos buenas clavijas que pudo meter a golpe de martillo
en la ladera de la roca cercana. La observó por un momento y encontró que aquel era un buen sitio. Seguro y bien
ventilado. Y el panorama que tenía enfrente era de una belleza agresiva que
llenaba la imaginación más exigente. Su colchón inflable la aislaba del frío
del piso.
Clemencia, la mujer Krisna de la Ciudad de
México, que se pasaba los eones de tiempo buscando a Cork, decía que en la
montaña nada tiene permanencia. Todo sale del vacío y todo regresa al vacío.
Por su parte Cork argumentaba que nuestro modelo simbólico tiene como base las
cosas sensibles. Las rocas no desaparecen. Se transforman en un eterno retorno.
Toci tuvo que reconocer que Clemencia era una mujer bella, fina y elegante. Con
senos atrayentes. Pero con frecuencia perdía el control de las cosas. ¿Para qué
despertar los sentidos por medio del mandala sino se va a la necesidad de la humanidad? Se
recluía en un espacio físico eminentemente yoico y se desligaba de la corriente
viva de la gente. Eso llévalo al plano de la economía, le decía, y verás qué
sucede. Toci buscaba como mujer un punto a su favor y decía que las muchachas de Mazahuatitlan no
tienen halitosis. En cambio las mujeres de la ciudad consumen alimentos con
exageración de grasas animales, harinas blancas y azucares.
Lo mismo que
las rocas, la comunicación entre los humanos tiene varias capas. En especial
cuando se trata de hombre y mujer. Una sonrisa, un gesto adusto, un rictus
amargo. Hay toda una historia detrás de cada expresión. Saber leer y actuar en
consecuencia evitaría muchas palabras y actitudes fuera de lugar. Podemos
hacerlo pero nuestro ego se empeña por llevar la contraria. Hace mucho los que
entienden de estas cosas llegaron a la conclusión que los mismos chimpancés en
la actualidad pueden expresarse a través de gesticulaciones respecto de la
rabia, la solicitud, la satisfacción, el deseo, la desesperación. Son manifestaciones
para llevar la vida. Los humanos, en cambio, quieren conducirla.
VI
Toci quería
adueñarse de la vida de Cork pero, como en una carrera de relevos, necesitaba
correr en la misma dirección que él lo hacía. No había conflicto en los fines
pues así era la costumbre en sus etnias. Una vez que el hombre había levantado
la falda de la muchacha ella pasaba a ser la dueña de él para toda la vida.
Noventa de cien así lo aceptan. Es un entendimiento tácito. El otro diez por
ciento eran indios ladinos que habían aprendido las costumbres de los de las
ciudades.
Toci para
Cork no era sólo el sujeto. El sujeto es esta o aquella o cualquier mujer. Toci
para él tenía predicado, porque los predicados son eternos. Le decía Toci
bella, Toci mujer valiosa o Toci muchacha mazahua. Esto último era lo que ella
más apreciaba pues reconocía el carácter
milenario a su etnia.
-Me gustan
tus nalgas y tus pechos y tus labios.Pero todo esto pasará con los años y
quedará la Toci que siempre querré. ¿Sabes que el nombre Toci está grabado en
las estrellas?
¿Cómo
atraparlo? Correr la carrera de relevos de Cork quería decir saber lo que está
detrás de la historia. Historia de su pueblo, de su país, de los países del
mundo. Para qué quiero practicar una inmersión en el mandala junto con
Clemencia, decía Cork, si la población humana que lleva el planeta es como las
placas tectónicas allá en el fondo del mar. Están en constante movimiento.
Quiero ser parte de ese movimiento, seguirlo de cerca. ¿Dónde quedaron la
tecnología y el arte? Occidente ha creado una manera yóica monumental como el
mandala tibetano. Se llama poesía. Además ha inventado un juego que tiene mucho
colorido. Consiste en ir de la magia a la tecnología. Se cansa de una y va a la
otra. Después regresa a la anterior. Inventa combinaciones de tuercas,
tornillos y combustibles. Cuando se fastidia vuelve a los misterios de una
noche caminando solo entre las montañas. Mientras eso hace mira con insistencia
hacia la brillante luna y las estrellas…
Nada tan
democrático como una novela. Pero los sistemas democráticos prefieren la
poesía…
Se dio cuenta que en la última grieta que
visitó había olvidado uno de sus mitones de lana. Color rojo y dibujos oníricos
huicholes bordados con hilo blanco. Era
una de sus prendas de protección que le gustaba más que sus guantes de pluma.
Antes de introducirse en la tienda pensó en volver a remontar la pendiente para
recogerlo. Después de todo había quedado a la entrada de la grieta. Pero era
tarde. El sol estaba por hundirse tras las cumbres de la provincia de San Juan.
Y como no lo necesitaba de manera vital, pues disponía de otro par de guantes,
decidió que al día siguiente subiría por él.
Ya en el
interior de su recinto de tela de dos metros por tres, sintió lo agradable de
la pequeña estancia. De pronto todo el salvaje panorama helado y vertical había
desaparecido. El lugar era cálido. Su bolsa de plumas para dormir era en
realidad para los ocho mil metros y ella estaba en los cinco mil cien, de
manera que, al introducirse en ella, quedaba a salvo hasta de los descensos de
temperatura más violentos que pudieran acontecer en toda esa alta cordillera.
El resto de sus enseres de cocina se encontraba en orden. Encendió la pequeña
estufa para preparar la sopa y asar un trozo de carne. De inmediato el
calorcillo, que se desprendía de la quema del combustible, llenó el espacio y
se vio precisada a quitarse la chamarra y recurrir al mosquitero de su pared
lateral para disponer de ventilación
2
I
Luego de tomar
una taza de café negro se metió al sleeping. Consultó el correo y nada. Agarró
su libro y leyó: “Marchitase la virtud sino tiene adversario. “Séneca lo leía
desde la edad de diez años. Y pensó: “Pues mi virtud seguirá intacta porque mi
adversario anda perdido entre las dunas del desierto de Arizona”.
Como se había hecho de noche y estaba cansada
por el ejercicio desarrollado en aquella jornada, pronto se quedó dormida.
Una noche Cork le había dicho que le iba a revelar el
secreto del por qué, en su grupo del desierto chihuahuense, había matrimonios
que aun a los sesenta años de vivir juntos, seguían copulando como el primer
día. Más o menos. Esa era la explicación del por qué en ese lugar resultaban
excepcionales las parejas que no eran monógamas. En este asunto no se trataba de una posición
intelectual, Federico Engels o Desmond Morris, le dijo, si no de una
insatisfacción sexual. Pero, le había dicho también, que al que no sabe hacerlo
con una mujer tampoco va a saber hacerlo
con otras. No son los grandes problemas de la mente, como se maneja por ahí, si
no el simple desconocimiento mecánico del cuerpo...
- ¡Bueno, ya dímelo!
- No se dice, se hace! No quieras parecer
como los pintores europeos del siglo diecinueve.
- ¿Qué hacían?
- Pintaban naturalezas dentro de sus
confortables buhardillas. O como los escaladores del valle, encerrados en un
gimnasio donde ya no saben qué es el
viento, la lluvia, el frío y el sol. Y mucho menos la altura y la soledad del
panorama alpino. Mejor haz como los impresionistas que se iban al campo.
- ¡Déjate de pendejadas y házmelo, pues!
-Desde luego
provocarlo a su pareja. Si bien
aquí hay que recurrir al mismo tiempo a un trabajo integral pues con frecuencia
la pareja en ese momento está pensando en las espinacas que tiene que comprar
en el mercado. Lo que se dice de cuerpo presente y alma ausente. Me gustaría
saber en qué piensas cuando estás muy sentadita en la sala Nezahualcoyotl
mirando muy atenta hacia la orquesta en tanto ésta ejecuta la Séptima de
Mahler.
- ¿Es todo?
- No necesitas más. Ahora guarda silencio, no
pienses en la escalada ni en las verduras que comprarás mañana o en la crema
para quitar las arrugas de las manos y concéntrate. Piensa en eso y siente.
Y cuando
Toci se bajaba las pantaletas, despertó y se encontró en medio del hielo del
glaciar a muchos kilómetros de distancia del Uspallata argentino y de Los Andes
chilenos. Se asomó a través del mosquitero de la parte superior de la tienda de
la entrada. Pudo ver, dos mil metros más abajo, y muy lejos hacia el este,
algunas débiles luces de la calle principal de Cuevas. Ahí duerme la gente, se
dijo, que vive y ama.
Pensó que
los animales que han nacido en la sabana necesitan mucho espacio para vivir. ¿Y
los que hemos trasladado nuestro hogar para las apretadas ciudades? Algo en
nuestro sentimiento necesariamente debe de ser triturado. Varios conocidos
suyos habían terminado con el hígado destrozado por el alcohol. Se le ocurrió
que al leer esa obra vieja que es la Odisea hay
gente que no ha acabado, y tal
vez ni siquiera empezado, a comprender que vivimos en un mundo lleno de
símbolos. Con frecuencia la voluntad del humano no tiene la fuerza suficiente
para oponerse a lo que, de tan delicioso, puede destruirlo. Ulises comprendió y
aceptó con ejemplar humildad que hay seducciones imposibles de enfrentar con
éxito. Sabedor de lo anterior, pidió que lo ataran a aquel poste del barco para
estar imposibilitado de arrojarse de cabeza hacia la seducción. ¿Dónde están
las ataduras que salvarían al fumador definitivamente derrotado y postrado ante
el tabaco y su humo. Puede haber participado el viernes anterior en una gran
manifestación a través de la ciudad en defensa de la libertad de esto o de
aquello. Pero el tabaco lo mantendrá prisionero de la manera más efectiva. El
alcohólico, el comedor compulsivo, el adicto a los estupefacientes. La sociedad
por medio de la ciencia médica les arroja un salvavidas pero no son tan
obedientes como lo fue Ulises. Tres mil años tiene esa obra y se lee sin
detenerse a escuchar su mensaje de oro. Bueno, se dijo, cada quien tiene sus
problemas. El mío se llama Cork.
Cuando Toci
no pudo “entrar” en su computadora, como
lo venía haciendo, fue cuando pensó en comunicarse conmigo. Hasta entonces me
enteré de ese diálogo electrónico que estos dos sostenían encontrándose a casi
quince mil kilómetros uno del otro. Me
hallaba entonces trabajando en una compañía que perforaba el piso
oceánico frente a El Salvador, en busca de petróleo.
-¡Guillermo,
envíale un correo electrónico a ese
necio presumido y dile que vuelva a entablar comunicación conmigo!
- ¡No
emplees los adjetivos – le dije en plan de broma.
- ¡Déjate de
esas tonterías de escritores melancólicos, que
iban a emborracharse a Paris, y escríbele.
Yo, un
mexicano de cabeza llena de cabello rojo, que sabía más de San Patricio y de la
grande y hermosa “isla” al sur de la
Tierra del Hielo, había pasado la mitad de mi vida, es decir como quince años,
conviviendo con estos dos “mexicanos, mexicanos…”. Debido a eso, sobre todo,
sabía más de Chicomecoatl – Guadalupe que de San Patricio. O de Tezcatlipoca
que de Jesucristo.
En México
hay mexicanos. Y mexicanos, mexicanos. Y mexicanos, mexicanos, mexicanos. Y
mexicanos, mexicanos, mexicanos, mexicanos... Entre más “mexicanos” tengan se
acercan a la pureza del término “indio”. Se trata de una cuestión de ácido
desoxi pero sobre todo a un asunto de economía. Entre más “mexicanos” menos
dinero ni tierras aprovechables poseen. ¡Y habrá quien se alegre de ello! Es la
versión de los historiadores. Magnifican un ingenioso pleito ya centenario
entre liberales y conservadores para mantener soterrado el “problema indio”.
Son historiadores con un solo “mexicano”. Seguían escribiendo el lugar común que, perdida la guerra, el perdedor es la
suma de todos los adjetivos negros: sádico, depredador, cruel, arbitrario,
asesino...Entre tanto, el que venció al cruel, pasa bajo el arco del triunfo
como hijo predilecto de su nación y es tenido como poco menos que un santo.
Le prometí
que lo haría antes que la noche acabara. En efecto, tan pronto estuve esa noche
de regreso en mi camarote de aquella plataforma en medio del mar, le escribí.
Pero era necio. Dijo que se comunicaría
con ella hasta que supiera de la Batalla de Waterloo. Terminó de la siguiente
manera: “¡Cómo es posible que una mujer no sepa de este tema vital de la
historia contemporánea! ¡Quiere decir que ignora todo el proceso y sus antecedentes que arrancan de la misma
Edad Media, pasando por la Revolución
Inglesa! Y si se desconoce eso cualquier merolico puede venir y contarnos
lindas historias en lugar de darnos una información que comprenda una visión
original de los acontecimientos. ¿Sabes que hay constituciones políticas que pasan por
documentos originales pero que en realidad son una mala copia de las
ideas que se manejaron en aquellos
acontecimientos? Me he quedado corto. Se trata de un pleito que empezó con los
senadores de la Roma imperial y su soberano, como éste se llamara”.
Ahora
recordaba. Una noche leyó en su computadora algo que Cork le preguntaba: ¿Sabes
por qué Su Majestad, el Rey Luis XVIII, nombró embajador a su Excelencia, José
Fouché, duque de Otranto, en la corte de Dresde?
De inmediato
ella contestó:
-¿No tengo
la menor idea de las pendejadas que me estás preguntando-. Cerró su
computadora y esa noche durmió
profundamente, sin acordarse más del asunto.Más bien pudo rescatar, cuando
despertó, algo del sueño y fue una frase
que Daisy le hiciera a Gatsby: “¿Qué haremos los treinta próximos años?”
Cuando le
dijo lo de Waterloo hasta entonces supo por qué Cork le mencionaba algo de José
Fouché, como ministro del emperador. En una ocasión le había preguntado si
estaba enterada de la animadversión que había entre este y Napoleón. Toci no
sospechaba entonces que Cork estaba preparando el terreno para finalmente
hacerle la pregunta de la batalla de Waterloo.
II
Toci abrió la tapa de su computadorcita y vio
que tampoco esta vez había “mensaje”. En Internet encontró que en la Torre
Eiffel había huelga de trabajadores del lugar. La SETE, Trabajadores de la
Sociedad de Explotación de la Torre, protestaban por la inseguridad que vivían
en el lugar provocado por las bandas de “carteristas” que proliferaban en el lugar. Y lo mismo robaba a los turistas
que a ellos los amenazaban si no los dejaban “trabajar”.
Junto, la
otra noticia que en Tanhuato, Michoacán, México, acababan de morir baleados
muchos civiles y 2 policías. Se trataba de un enfrentamiento contra un convoy
de la Policía Federal mexicana. Seguían las marchas, mítines y enfrentamientos,
entre la policía y la población, por la
desaparición de 43 estudiantes del
pueblo de Ayotzinapa, Estado de Guerrero, México. 43, ¿será un número
cabalístico?
“Qué hicimos
mal en las generaciones pasadas”, se preguntó Toci en voz queda.
Tuvo la
sensación que seguía tan aislada como la
aguja de roca que tenía enfrente. La palabra “Waterloo” procedía del hombre que a ella le interesaba.
Era una relación virtual pero tenía el valor que la “conectaba” con el cálido mundo de la gente
de allá abajo, que ríe, se preocupa y vive.
De pronto las mil pequeñeces que circulan en las oficinas de la
burocracia del planeta le parecieron que, en efecto, tenían mucha humanidad. El
“chisme” de los escritorios era una manera de comunicarse de las personas. Se
dijo que si la gente conociera estas soledades de las montañas, sabría lo
formidable que es vivir entre la gente. Esas cálidas relaciones de los
escritorios se despojarían de la neurosis que las envenenan. Intuyó que los
matrimonios “para siempre” también necesitan de esas soledades…
Tan pronto regresó a su habitación en Cuevas,
Esperanza, la dueña del lugar, le entregó una nota. Era de una expedición de
suizos que la contrataba para ir a las Tórtolas. Se comunicó por teléfono al
hotel Promenade, de Mendoza y convinieron en el precio y demás detalles. A la
mañana siguiente bajó a Mendoza y empezaron los preparativos.
En el
restaurante había investigado respecto
de la altitud de los lugares en los que habitualmente sus clientes vivían en
Suiza. Necesitaba saber si podían ir directamente a la cumbre. Dependía del
tipo de aclimatación que tuvieran a la altura. Desde luego sabía que la altitud promedio de este país no
ayudaba mucho para el caso pero como se trataba de un pueblo montañero por
necesidad, y alpinista por deporte amateur y profesional desde el siglo diecisiete, casi todas las
expediciones acostumbraban ir a otras montañas o lugares del planeta a “ganar
altura” para finalmente dirigirse a la ascensión que les interesaba. En esto
residía que la subida final a la montaña Las Tórtolas fuera para ellos un éxito o no. Más aun: que
pudieran disfrutar la subida o que se
convirtiera en una penitencia. Efectivamente, necesitaban llevar a cabo un
acercamiento gradual para lograr una efectiva aclimatación a la altitud. Algo
rigurosamente técnico, más bien científico, les hubiera llevado casi dos meses.
Sin embargo conocía los múltiples factores que trae consigo los trabajos de una
expedición, tales como la prisa de alcanzar la cumbre cuanto antes y aliviar de
esa manera la tensión que ha venido pesando en el ánimo de los alpinistas desde
un año, o dos o tres, desde el día en
que echaron a andar el proyecto. Otro, el temor de que el tiempo, ahora en buen
estado, se pueda descomponer. También el conflicto eterno que puede aflorar en
los componentes del grupo si esa unión forzada se prolonga mucho. Y,
finalmente, aunque no menos importante, son los gastos de la expedición como trasporte,
víveres, hoteles, sueldo del
guía... Les propuso una semana de
subida. Cada día pernoctarían en algún caserío, ganando altura y caminando unas
tres horas. El equipaje iría en vehículos motorizados y en mulas al final.
Efectivamente,
los otros hubieran querido marchar directamente. Se trataba de gente de montaña
habituada a las caminatas fuertes. Ella les puntualizó que no era problema de
resistencia si no de altitud, con lo que tenían que vérselas. Eran montañeses y
entendieron que el plan de Toci, para ir adaptando su metabolismo a la altura,
tenía su lógica y la aceptaron de buena gana. Agradecido, el jefe de la
expedición le aseguró que tendría su paga con cumbre o sin cumbre. “Llegaremos,
le dijo ella”. Ah, y les explicó: soy guía de base a cumbre. Voy por delante en
la subida y al último al regreso, cuidando la cuerda en los pasos difíciles o
expuestos. No soy guía hasta el Campamento Base y después arréglenselas como
puedan ¿Convenido? ¿Entendido que los llevaré hasta la cumbre?
-¡Por supuesto- exclamó el jefe de la
expedición, gratamente complacido por aquella manifestación de profesionalismo.
Ellos podían resolver los problemas de la escalada pero les había gustado la
manera en que Toci se había presentado.
A decir
vedad, se sorprendieron que alguien, aun tratándose de un guía, les prestara
tanta atención a ese fenómeno de adaptación. Necesariamente se trataba de un
(una) guía responsable. Toci explicó que
los tiempos de echar carreras haber quién llega primero a la cumbre ya habían
quedado atrás y ahora era necesario un periodo de acercamiento más cuidadoso.
Si en el pasado se hubiera prestado atención al
fenómeno de la aclimatación – dijo ella -, las montañas de esta cordillera tendrían en su haber una veintena de muertos
en ascensión, en lugar de los cientos que se han contado.
En efecto,
cuando acamparon en Laguna Helada, en los cinco mil doscientos, se encontraron
con que las molestias por la altura eran bastantes soportables. El campamento
lo instalaron en los seis mil, en la playa de una laguna congelada. Desde ahí
harían salidas a las dos cumbres de la montaña. Concentraron su atención en la
cumbre principal, trescientos treinta metros arriba de las tiendas.
En el valle
pensar en trescientos metros es cosa agradable como caminar por el parque.Pero
a los seis mil es peor que llevar botas y mochila llenas de plomo.
En la cima
más elevada se encontraron un adoratorio de la época prehispánica. Los suizos
iban para todos lados tomando fotografías de diferentes ángulos. Hacían
travesías abarcando las dos cumbres, distantes una de otra un poco más de un
kilómetro y medio.
El tiempo se mantuvo en buenas condiciones los
ocho días que permanecieron en las alturas. Con veinticinco grados bajo cero y
un cielo azul profundo, podían ver desde ahí el magnífico espectáculo de las
cumbres de la frontera chileno- argentina. Cada travesía de esa distancia, de
una cumbre a la otra, en esa altura que se encontraban, exige un esfuerzo
correspondiente a quince kilómetros
corriendo a nivel del mar. Hacia el
cuarto día el campamento olía a león. Toci se resignó, por lo que a ella
correspondía, diciéndose que Plotino, el líder de los pensadores neoplatónicos,
tampoco se bañaba.
En realidad
la expedición estaba compuesta por dos arqueólogos. Era una ascensión de
reconocimiento científico que tenía como objetivo desarrollar un proyecto
integral para su exploración y, en una segunda fase y con buen presupuesto, su
reconstrucción. Se había firmado un
convenio con la universidad de Santiago y con el Instituto de Investigaciones
Antropológicas de la misma entidad.
Desde 1956
los chilenos habían buscado sobre el terreno y las piezas halladas entonces se
encontraban ahora en el museo de La Serena. El grupo suizo llevaba el relato
que en julio de 1968 había sido publicado en la Revista Andina, en Santiago.
Una parte decía “...los indígenas de la época incaica construyeron en la cumbre
un muro de contención o pirca de forma elíptica con ejes de 8 por 4 metros y
paredes de 80 centímetros de alto, integrado con piedras hasta de 25 kilogramos
que trasportaron de más abajo, unos 100 metros; el conjunto es de 30 metros
cúbicos con el ripio, completando unas 90 toneladas que los hombres debieron
trasportar esforzadamente en 4, 500 subidas, venciendo las adversas condiciones
de clima y equipos a la fantástica altitud de 6, 330 metros”. Sólo la fe en algo superior pudo lograr tal
epopeya”.
El jefe
comentó que cargar bloques de roca de veinticinco kilos cada uno, en
4,500 viajes, a esa altitud, habían requerido un desgaste de calorías –
hora -hombre, semejante que el que se necesitó para
construir la pirámide de Keops en Egipto. Esto sin tomar en cuenta,
efectivamente, las condiciones climáticas tan salvajemente heladas que
prevalecen en la cordillera. “Y la
misma convicción que el dios, al que
estaban dedicados aquellos
trabajos y aquellas ofrendas, existía en realidad” comentó Lucy, la muchacha
suiza de la expedición.
Toci les
contó que la primera expedición a las
cumbres de Las Tórtolas la habían llevado a cabo Heinz Koch y Edgar Kuasel, del
Club de Excursionismo Alemán, de Valparaíso, el diecinueve de enero de mil novecientos cincuenta y dos.
La segunda ascensión correspondió a Bion y Oscar González, durante la
expedición de Krahl, el diecinueve de enero de mil novecientos cincuenta y
seis.
La última
noche uno de los jóvenes expedicionarios llamó en su tienda. Le preguntó si
podía pasar ahí la noche. Afuera el
viento pegaba con fuerza de unos treinta y cinco grados fríos.
-Quieres
dormir conmigo?
-Sí - le respondió el alpinista. Sentía que
sino abría pronto, su miembro se enfriaría.
-Dos cosas. La primera: Traes condones?
-Sí -contestó el otro y su voz era
manifiestamente animada.
-La segunda:
¿te gusta leer libros?- su miembro ya estaba helado. -Sí dijo el otro todavía más animado en tanto
se frotaba el rostro del lado derecho, que era el que recibía el golpe del
ventarrón y, al parecer, se le empezaba a congelar.
-Dime si has
leído a Chaucer.
-¿Chaucer?
¿Quién es ese Chaucer?
Y eso fue
todo. Antes de subir el cierre del mosquitero de la tienda, Toci gritó:
- ¿Ve a
acostarte con tu abuela!
El alpinista
no insistió. Toci volvió a hundirse en su confortable saco de plumas y, con una
sonrisa pícara, que dibujó entre la oscuridad, se quedó dormida. Dos minutos
más tarde roncaba.
De regreso a
Cuevas, Toci descansó tres días y volvió a la montaña, ahora con un grupo de
japoneses. Se dirigieron a la Provincia de Jujuy, en el norte de Argentina.
Permanecieron en ella tres semanas. También en esta cumbre, de seis mil ciento
treinta metros, se habían encontrado algún tiempo atrás restos de ofrendas
prehispánicas.
Conocía
el interés de Cork por las
ascensiones de los indios de la época
antigua. Había escrito y publicado un trabajo de las altas montañas en México
que tituló: “Paleomontañismo”. “Esa extraña excitación provenía de raíces
primitivas”, recuerda haber leído en Arnoldo José Cronin, un escritor con el
que Cork había dialogado mucho desde su niñez a través de las novelas del
inglés. En realidad pertenecía al orden
del arte la afición de Cork por seguir la huella del hombre antiguo sobre las
montañas. Las montañas, decía, montañas son. Pero una vez que el humano ha
pasado por ellas, se han convertido en otra cosa. Como el oro que ha dejado la
piedra y luce en hermoso brazalete. En ambos casos ahora se ve el afán creador
de la Estética. Desde que hace un millón de años el humano talló una piedra,
empezó ese afán. Esa piedra ya no fue piedra nada más, si no herramienta, la
manifestación de un pensamiento cognoscitivo. Lo que quiere decir
contemplación. ¿Contemplación? ¡Para que carajos quieres hacer una obra de arte
sino la contemplas después? Con la contemplación se cierra el ciclo cosa, obra
y contemplación. Hasta ahora ninguna
otra criatura del reino animal ha hecho, de manera consciente, una modificación
a la naturaleza. Ni la más mínima. Ahora bien, la importancia de estas
construcciones sobre las cumbres significan otro hito en el humano: puede
meterse en las esferas metafísicas, no solamente en las del pensamiento lógico.
La muchacha
abrió su computadora Alaska, del tamaño de una caja de cerillos. Puso
atención en su diminuta compañera eléctrica pues, cuando en alguna ocasión
cometía alguna falta de ortografía o su Alaska pegaba dos o más palabras, la respuesta
de Cork no se hacía esperar: “¿Acaso eres discípula de Plotino? Sabía a qué
estaba haciendo referencia. El celebrado pensador de la antigüedad no solamente
no se bañaba nunca sino que se preocupaba únicamente de perseguir las ideas y
no separaba las palabras ni atendía a la ortografía. Porfirio, su discípulo,
fue el que puso orden en todo este lío.
Escribió:
“Cordillera
de los Andes.
Hasta un
lugar ignoto de ese maldito desierto de arena y con todos los soles quemando tu
encantador rostro, te envío estas líneas en la seguridad que te interesará por
la razón de que aquí también puedes encontrar un desierto, si bien a una altura
que ni te imaginas.
“Chañí, la
montaña que subí con los japoneses está en la Puna de Jujuy, cerca de Moreno.
La Puna es una meseta elevada y rodeada de altas cumbres que se extiende en una
dirección este- oeste sobre varios kilómetros a ambos lados de la longitud 66
grados limitada al norte por la latitud 22 grados y al sur por la 24.
Insisto que te encantará conocer esta región.
El largo total del desierto es de unos doscientos kilómetros y su ancho mayor
de unos cincuenta. La altura sobre el mar varía de los tres mil cuatrocientos a
tres mil ochocientos. Las cadenas serranas que lo rodean se elevan a más de mil
metros sobre la llanura. ¡Casi el Paraíso!
Ahora que si
quieres una ascensión te diré que el
Chañí, la más alta cumbre de la
localidad, se alza más o menos dos mil quinientos metros sobre la Puna y su
altura sobre el nivel del mar es de seis mil ciento treinta metros. El límite
de las nieves queda aquí a los cinco mil novecientos. Parecer ser que sólo por
la falda sur de la cumbre hay nieve todo el año. Las laderas norte y este son
las más escarpadas. En los meses de enero a febrero caen fuertes lluvias sobre
la Puna, pero aseguran los habitantes de la región, que son de poca duración.
Estas lluvias generalmente van acompañadas de violentas tormentas eléctricas.
¿Te acuerdas del Teocuicani - Cempoaltepetl, al sur del Popocatépetl?, pues es semejante en cuanto a la cantidad de
rayos que caen.
3
I
En una
revista del Club Andino de Chile del año mil novecientos sesenta y ocho había
encontrado información relacionada con la actividad mística alpina de las gentes de los tiempos precristianos.
Dice – siguió escribiendo en su Alaska -
que el primero en dar cuenta de la actividad alpinística religiosa india fue el geógrafo y explorador chileno F.
San Román, en su libro “Desiertos y Cordilleras de Atacama”, en mil ochocientos
noventa y seis. Posteriormente Sir Martín Conway dio otros informes sobre cumbres
peruanas en mil novecientos uno. Informaciones recientes se han obtenido de andinistas estudiosos como el polaco
Witold Paryski y de andinistas de Chile, Argentina, Suecia y Australia, que han
visitado cumbres andinas con el propósito declarado de investigar el alpinismo
incásico. El resultado ha sido una especie de alpinismo paleontológico.
Las razas
quechua y aymará, que formaron el núcleo del imperio Incásico, con sus vasallos
los indios del norte de Chile y noroeste de Argentina, fueron los alpinistas
del mundo, anticipándose dos o tres siglos a la conquista del Monte Blanco
ítalo-francés. El propósito de tales empresas fue primeramente religioso y
orolátrico, adorar a las montañas. Se sacrificaban en las cumbres
principalmente a humanos y animales. Igual que en las cumbres del sector azteca
de México. Posteriormente, o quizá al mismo tiempo, se usaron las cumbres con
fines prácticos ya que los restos de leña hallados en ellas indican su posible uso para señales
de humo, siendo por lo tanto atalayas para los indios con fines sobre todo
militares.
La región
donde los indios practicaron el alpinismo, o si quieres decir andinismo, es la Puna. Es decir la región volcánica
andina, desértica, que corre desde Arequipa hasta Chañaral y que incluye
territorio del sur del Perú, del suroeste de Bolivia, del norte de Chile y del
noroeste de Argentina. La mayor cumbre ascendida por los incas fue la del
Llullaillaco, de seis mil setecientos veintitrés metros, a fines del siglo
quince. Está por demás comentarte que semejante altura no había sido alcanzada
hasta mediados del diecinueve por los topógrafos ingleses en el Punjab -
Himalaya. No creas que es una fantasía esto del Llullaillaco pues se han
encontrado construcciones como cabañas que fueron permanentemente habitadas a
los seis mil seiscientos metros de altura y también a los seis mil setecientos
veinte metros. Tenían escaleras de piedra y techos de paja. Restos de tejidos
de colores brillantes, cerámica y alimentos. También se ha excavado y en una
cumbre secundaria hay una plataforma con un cerco o corral, lo que indica
claramente que también se hacían sacrificios de llamas en ella. La gran
cantidad de material arqueológico encontrado en esta elevada montaña parece
demostrar que esta ha sido una de las principales dentro de la orolatría y la
religión incaica - atacameña.
II
Dejó a los
japoneses instalados en el Promenade y
se despidió. Vagaba por las calles del centro de la población. Quería comprar
algo para leer. Tal vez algo de Tom Wolfe. De pronto se encontró con la cordada
Mario Campos Borges – Salvador Alonso Medina, dos escaladores de la Ciudad de
México. Habían abierto una ruta en el sector derecho de la pared sur del Ameghino.
No la reconocieron. Tenían cuatro días
festejando su ascensión y vagaban por la banqueta con la vista perdida y la
camisa saliendo en parte del pantalón. Los dejó pasar. Cuando hubieron dado cinco pasos sintieron un fuerte golpe
que la muchacha les daba en la espalda con su pequeña mochila de ataque.
Salvador estaba mal parado y fue a dar media calle. Pero a pesar de su torpeza etílica dio un
brinco de gusto al ver a Toci. Se fueron a tomar otro vaso de vino tinto de la
región de San Juan.
-¡Ni siquiera
en el cielo hacen un vino tan delicioso como éste! ¡Salud!- dijo Mario en tanto
levantaba su vaso. Hasta el anochecer estuvieron contando sus peripecias en la
pared.
- Subimos
cien metros a la derecha de donde Cork y Guillermo estuvieron la temporada pasada…
Dos horas
más tarde se despidió. A la mañana siguiente volvería a Cuevas y aun no tenía
su “Wolfe”.
Temprano,
después del baño, y el desayuno, marcó el teléfono de la habitación de los
juerguistas. Quería despedirse. Le contestaron que no habían llegado en toda la
noche.
- Espere,
aquí hay una nota – dijo el
administrador mientras leía el recado.
Dijo en seguida: - Señorita, durmieron en la cárcel. Se los han llevado para
cuidarlos… empezaban a escandalizar y,
corrían peligro en la calle…
Toci pagó la
multa y salieron al restaurante más cercano. A medio día volvieron a
despedirse.
- ¿Se
encuentran bien?
-
¡Perfectamente – dijo Mario - pero…
estaremos mejor después de otro vaso de vino…
Con la mención del vino se acordó de Cork.
III
Toci lo conoció en un torneo de fútbol americano.
A juzgar por el estado en que se encontraba el
equipo de protección, más bien parecía rugby. En la Facultad de la Universidad
Nacional, donde estudiaba la licenciatura, había cuatro equipos. Los “Big
Bangueros”, campeones en los últimos cuatro trimestres. Los encuentros eran
cada tres meses. Al final los integrantes de los grupos debían beber, así
rezaba en los Estatutos, quince cervezas cada uno.
Después de
eso empezaba la fiesta. El “15” era simbólico. Correspondía, según decían
cuando todavía podían hacerlo, para conmemorar no sabemos que pendejada de
explosión que tiene lugar en el universo cada quince mil millones de años.
Por tres
trimestres los del grupo “Crecimiento Continuo” habían sido subcampeones. Pero
ahora, cosa inusitada, el campeón fue el último de los cuatro grupos que eran
“Los Implosionistas”. Y el subcampeón, “Los Anti Mundos”.
Cork era el presidente “de número” de “Los
Implosionistas”. La primera medida que tomó, tan pronto tuvieron en sus manos
el trofeo, fue convocar a un Congreso General Extraordinario. El único punto a
discutir era la “Actualización de los Estatutos”. Las cosas en el universo,
dijo Cork, tienen sus gemelos. Por lo tanto, en lugar de quince cervezas, deben
ser treinta. Se abre la discusión. No hubo discusión. Aun los acérrimos
enemigos políticos, “Los Big Bangueros”, apoyaron la propuesta, por unanimidad.
Al cuarto
día de fiesta, Toci se dio cuenta que Cork no podría emborracharse jamás,
tomara la cantidad de cervezas que quisiera. El único comentario del muchacho
fue, al señalar el campo lleno de jugadores inconscientes y vomitados, que
llenaban el piso: “Tomaron al tamaño de su ego”.
No le dijo nada pero ella intuyó que
permanecer incólume tenía que ver con el Tonalamatl…
Los
“correos” que le enviaba Cork desde el desierto de Arizona en ocasiones
abandonaban el terreno cultural y la comunicación tenía un carácter didáctico.
Como si su cuerpo o su masa física fuera un campo de experimentación con
respecto al medio en el que se movía. Toci le reconocía su valor ya que en
México pocos deportistas dejan consignados sus experiencias. Si consiguieron su
objetivo lo que vendrá después será una especie de embriaguez de alegría. Sino
lo obtuvieron tratarán de escurrir el bulto. Visto con detenimiento, un fracaso
deportivo es como un arrecife en el mar del que se puede extraer muchos
beneficios para el futuro. Un deportista que no ha logrado la meta debería tener tras de sí a un
ejército de especialistas, empezando por los psiquiatras.
Decía que el
mejoramiento de la textura de la masa muscular, encaminado a darle mayor oxígeno, se puede conseguir en
la ciudad. Más todo eso sufre una prueba enorme ya sobre la estepa cuando
escasea el agua y los tejidos empiezan a
echar mano de toda humedad. Las partes en las que el cuerpo acumula más agua
son los intestinos. Estos son como una
cuenta bancaria de la que se van extrayendo las reservas. Los resultados finales
de la deshidratación, extrema, son casi fatales. Tal vez se tenga al final una
deshidratación con estreñimiento severo.
Además la fatiga permanente puede traer la reducción de ácido láctico en
la sangre ocasionando con ello más fatiga. Manuel Sánchez, un amigo suyo,
perteneciente al grupo de peritos deportivos de la Universidad Nacional, le
recomendó que probara con la vitamina B para reducir la acumulación de cansancio. También que cuidara
de ingerir algún tipo de bebida alcohólica junto con carbohidratos porque le
podían producir, horas más tarde, la Hipoglucemia que es una sensación de
fatiga marcada.
Los atletas
de la universidad disponen de los mejores cuadros de entrenadores del país,
quienes son respaldados a su vez de sicólogos, especialistas en dietética y
fisioterapeutas. Por desgracia, en el desierto todo ello va perdiendo su
efectividad en la medida que el agua va desapareciendo de los envases. Más aun,
le dijo su amigo, si sobrevives, con el tiempo el desierto de todas maneras se
tomará su desquite. Necesitarás cuidar la piel de tu cuerpo. Tendrás una
deshidratación de efecto retardado. Este músculo, que recubre el organismo,
puede sufrir un desequilibrio. Quizá llegues a sentir micro descargas
eléctricas hasta en las pestañas. Finalmente le recomendó que se auxiliara de
los sueros fisiológicos. De esa manera contrarrestaría el gasto de minerales
por medio del sudor tan abundante que provocan las altas temperaturas propias
de los desiertos calientes.
Quiso hacer
una metáfora y le dijo que donde no hay
árboles es desierto.
Y Cork le
contestó: Y donde no hay metafísica es filosofía.
Toci estaba
consciente de su libertad. Podía ir a Tierra del Fuego, regresar a México,
volar sobre Desert Navajo. “estaba consciente” no era una frase sin sentido.
Pensaba en las mujeres del mundo que están detrás de las mil versiones de la
cárcel. Atarse a Cork no amenazaba esa libertad. El quería que ella fuera
libre. En todo caso, él era el que quedaría
atado a su yunta de las Mil y Una Noche. ¿Se cansaría de ella? ¡Sabía
que no! Los que están contra rutina no pueden descifrar que bañarse en el mismo
río no quiere decir bañarse en las mismas aguas...Muchas rejas. Mujer de la
ciudad sometida a la hipnosis: recuerde el origen de su neurosis. ¡Bien, está
usted curada de su trauma reprimido!¿Sigue enferma? ¡Hable! Dos, tres, cinco
años! Acabará diciendo lo que ni siquiera bajo la hipnosis se atrevió. ¿Qué
soñó usted? Recuerde que lo gordo puede ser delgado o lo alto bajo o lo negro
blanco. ¿Veía de cierto modo a su papá o a su hermana? ¿Se resiste usted? ¿Cree
que originalmente tenía pene y por voluntad consciente de sus padres ahora
tiene vagina? ¿Se siente más importante si está enferma de cualquier otra cosa
que no sea la menstruación? ¿Si se cura ya no será importante para nadie? ¿Es
atea y sufre por no ser de espíritu creyente? ¿Es creyente y duda y eso le trae
desazón? ¿Se porta socialmente bien pero sufre por esta moral reprimida?
¿Siente aversión por los espacios abiertos? ¿Se siente en el centro de un combate
entre la emoción y la razón? Pobrecita mujer, ¿qué te hicieron en la ciudad
después de haber dejado la etnia? ¿Te sentirías mejor si la economía
mundializada hiciera llegar más dinero a tus manos? ¿Después de tanto tiempo de
“esclavitud amiga” qué harías si tuvieras poder? “Pregunten a Schopenhauer”,
respondía para sí.
Toci sintió
el aire de la cordillera que venía de lejos y se iba quién sabe para dónde.
Ella era libre y podía dar a su vida el
giro que se le antojara. Lo que tenía que hacer era conseguir someter la
voluntad de Cork, no ceder la libertad propia. Sólo las pendejas piden
igualdad, yo exijo exclusividad...Las mujeres de la ciudad hacen al revés.
Después no pueden desatar el Nudo Gordiano. No lo quieren más, no lo soportan y
tampoco quieren deshacerse de él. Los hijos... ¡Como si ese hijo de… supiera
algo de cómo querer y educar a los hijos! ¿Qué motivos tendría después para
seguir sufriendo si se cura...? No se preocupe, hable y acabará diciendo lo que
ni siquiera bajo la hipnosis se atrevió a decir. Pero no se distraiga hablando
las horas en el teléfono celular. Ni siquiera a sucedáneo llega. Al final del
mes la compañía es la que saldrá ganando y usted seguirá tras las rejas. Plántese frente al espejo de Tezcatlipoca y
diga: ¡Esta soy! ¿No sabe? ¡Le estoy hablando del psiquiatra o del sacerdote!
¡No huya! ¡No se esconda en una de esas religiones donde la comunicación es
directamente con Dios! ¡Es como si dijera me comunicó directamente con mi yo y
para qué me sirve el psiquiatra! ¿Por qué debo decirle mis cosas a otro humano?
Mejor yo y mi Dios, mejor yo y mi otro yo. ¡El sacerdote y el psiquiatra que se
vayan a la…!
Se río sola
en la noche. Y al escuchar su risa se acordó de la risa frecuente de la
película de Shane. Una risa de fondo. La
risa de esta película es como un personaje más de la trama. Como el coro de las
tragedias griegas. También se acordó de Kundera que creía que Dios reía cuando
veía al novelista que pensaba. Kundera se reía frente al racionalismo de
Voltaire y Dios se reía de cuando Kundera escribía.
Entre la
novela y la filosofía hay diálogo, recordó haber leído por ahí. Entre la poesía
y la vida hay monólogo. Cork siempre le repetía que para Kundera escribir una
novela requiere por lo menos de tres exigencias y son pensarla, contarla y
escribirla. Lo que es un absurdo en el siglo veintiuno de la televisión al que
no le gusta ya pensar. Y que por lo tanto ha desplazado al lugar común. La
televisión nos hace expresarnos a base de fórmulas estereotipadas e ideas
preconcebidas.
Se volvía a
reír cuando pensaba en el determinismo dentro del marco de las ciencias
naturales que no pueden ser alteradas por el humano. Ni siquiera el
escéptico puede perder esos diez kilos
que le sobran a su vientre. Después de la temporada Tocí se sujetaba a un
régimen de ejercicios propio de los aztecas. Por razones históricas, en el que
los indomables aztecas conquistaron Mazahuatitlán, ella hubiera preferido
decir: ejercicios propios de espartanos. Pero la disciplina tremenda de los
griegos antiguos no había alcanzado nunca la guerra como deporte de los
aztecas. En rigor, y resentimientos aparte, Tocí decía “propio de los aztecas”.
Los espartanos mataban a sus enemigos en
el mismo campo de batalla. Los aztecas se los llevaban vivos hacia México - Tenochtitlán.
Ahí les sacaban el corazón y lo ofrecían a sus dioses. Principalmente al Agua y al Sol. Después destazaban el cadáver
y se lo repartían entre los miembros de la familia del capturador y se
preparaba en tamales que se comían en ceremonial comida. No era el canibalismo
a ultranza sino solamente ritual. Cuando los ejércitos aliados destruyeron la
ciudad de los aztecas, en el siglo dieciséis, había cadáveres por todas partes
en tanto sus moradores morían de hambre...
El régimen
de control de su peso corporal comprendía la dieta y el correr y caminar por
valles y montes chicos. Pero también algunas visitas al gimnasio de
masoterapia, de Manuel Sánchez, en las
instalaciones de la salud del deporte de la Universidad Nacional. Era
instructor especializado en masaje de casi todo el mundo. Su especialidad era
el masaje mexica que empezaba por el ritual del temascal. De tal manera que la
muchacha estaba en forma al principio de la temporada de montaña. Y desde luego
se acentuaba el contraste entre su busto pequeño y sus nalgas de las Mil y Una
Noche...
IV
En las
largas horas que permanecía en su sleeping pensaba mucho en el futuro. En Cork,
en ella, en la ascensión, en su familia. Cork le decía una y otra vez que se
trataba de un mecanismo de sobrevivencia pero que, en realidad, de esas premoniciones pocas son las que tienen
lugar. Le recomendaba que procurara gozar ese día sin pensar mucho en el futuro.
Además le recordó que la religión aconsejaba no tener temor por el día que está
por venir. Pero ella era necia y procuraba penetrar en los días y los sucesos
que creía estaban por llegar. El otro insistía que pensara más en las
realidades como preparar la mochila, para el ataque a la cumbre del día
siguiente, sería una manera responsable de ir hacia el futuro. Insistir era
vivir en el mundo de las posibilidades. “La acumulación de datos sensibles te
ayudará tanto a preparar convenientemente la mochila como resolver los
obstáculos conforma se vayan presentando”. Pero que anticiparse con insistencia
le podía quitar el sueño. Acababa pensando en muchas cosas que
tiene relación con la vida social. ¿Qué puede aportar una vida solitaria
en las montañas como la suya? ¡Comunicar sus experiencias existenciales y
técnicas relacionadas con el alpinismo para que de ella se aprovecharan en la
universalidad! De sus éxitos pero sobre todo de sus fracasos. De sus ratos de
incertidumbre. De otra manera su vida
sería un mero yoismo.
Se había
escuchado y sabía que tenía la capacidad de reír y por eso estaba racionalmente
comprendida como humana. Se preguntaba en ocasiones si las hienas también eran
humanas. ¿O no era risa la que salía de su animalidad? En todo caso faltaba la
situación propiciatoria con otro humano para reír. Pero como en su caso
tampoco lo había, entonces se obligaba a
reír en ocasiones, en plena noche y se
oía su risa hasta las grietas más lejanas del glaciar. O pronunciaba los
nombres de las montañas que conocía: Mercedario, Ameghino, Aconcagua… En
alpinismo mucho nombres de las montañas y rocas son nombres adjetivos porque
señalan un rasgo especial: Popocatépetl es la montaña que humea. La roca de
Hidalgo la Pezuña tiene forma de tal extremidad de caballo, visto al revés. Las
Ventanas es una pared que tienen varios “agujeros”. El Abanico, por el viento
fuerte y helado que recorre su pared. Los Panales, vistos desde el sur, parece
que ésta roca, con sus corredores, fuera un colmenar. Pero también hay nombres
propios que por lo general los designa
algún montañista. Como la pared Rosendo de la Peña, arriba de Chico. La ruta
Eduardo San Vicente, en la norte de la cabeza de la Iztaccihuatl.
Toci creció en un medio donde se carecía de la
oportunidad de conocer a los grandes pintores. Supo de su existencia gracias a
los cerillos La Central. En cada
cajetilla venía la reproducción de un cuadro famoso en una de sus tapas, el
nombre del autor y fechas de nacimiento y muerte del mismo. Procuraba aprender
de esas pinturas en lugar de criticarlas. Distinguió desde un principio los
temas comunes que contenían elementos
inusitados. La gente cortando el trigo es una escena familiar pero no así el
cielo verde
O asuntos excepcionales y por lo tanto
increíbles como Eneas penetrando a aquella gruta que prefiguraría el Infierno
de Dante.
Desde niña
consideró que sería un momento afortunado de su vida si alguna vez pudiera ver
el original de alguno de ellos. Hasta que ese momento no se diera sería una
pintura… No sabía cómo llamarla. Creía en el universo de la imagen. Sabía que
esa imagen imperfecta la llevaría a una mejor imagen y ésta a otra mejor. Cada
vez a una mejor. Hasta alcanzar el centro mismo de su actualización…
“Probablemente haya muchas personas que, como yo, en las noches de insomnio, se
entretienen pensando en paisajes imaginarios”, como ella hacía leyendo de
C.S.Lewis.
El valle
donde Toci vivía en México estaba
rodeado de montañas tan altas que con frecuencia se nevaban, detalle
extraordinario para tratarse de un país tropical. Era tan grande este valle que
ahí cabían con holgura su etnia y los “mexicanos”. No los aztecas sino el
pueblo que en la actualidad tiene una rica formación de todas las razas del planeta
además componentes de cincuenta grupos étnicos del país.
Ellos no
eran mexicanos sino mazahuas. Pero desde hacía
doscientos años que se les había sobrepuesto el gentilicio de
“mexicanos”, precisamente los otrora
acérrimos enemigos que llevaban a sus guerreros hasta la ciudad del lago y en
lo alto de su gran pirámide les sacaban el corazón con cuchillo de pedernal y
luego se los comían. ¡Qué ironía! Tan absurdo como si en la actualidad los
iraquíes y franceses y alemanes y panameños tuvieran que llamarse
“norteamericanos”…Pensaba que a los ranqueles tampoco les haría mucha gracia que
les llamaran “argentinos”. O que a los argentinos les llamaran “ingleses”.
Los
“mexicanos” eran los que criticaban la preferencia de Toci por los novelistas
extranjeros. En especial de los norteamericanos. Cosa inexplicable para la
muchacha que sabía que, el principal socio comercial de México, es Estados
Unidos, y que en Estados Unidos viven
treinta millones de mexicanos….
Francamente no entendía. Ellos vivían en El Álamo y se escandalizaban porque el novelista Lewis es de su
preferencia. Tan pronto lo descubrió gozaba con aquellas palabras suyas cuando se refería a los interrogantes de
cierta clase de literatura:. “¿Qué valor tiene interesarse con tanto entusiasmo
por unas historias que narran cosas que nunca han sucedido, y participar
indirectamente de unos sentimientos que no nos interesarían en absoluto
experimentar en nuestras vidas? ¿Qué valor tiene concentrarse para imaginar
cosas que nunca podrían existir, como el paraíso terrenal de Dante, el paisaje
de la Riada en que Tetis surge del mar para consolar a Aquiles, la Dama
naturaleza de Chaucer o de Spencer, o la barca esquelética de la balada del
viejo marinero…” Cork le había dicho en alguna ocasión que buscamos un
ampliación de nuestro ser. Queremos ser más de lo que somos. Por naturaleza, cada
uno de nosotros ve el mundo desde un punto de vista, y con un criterio
selectivo, que le son propios. E incluso nuestras fantasías desinteresadas
están llenas de peculiaridades psicológicas que las condiciona y limitan…No podemos creer que los raíles se estrechen
a medida que se alejan…En el amor salimos de nosotros para entra en otra
persona. En el ámbito moral , todo acto de justicia o caridad exige que nos
coloquemos en el lugar de otra persona y, por lo tanto que hagamos a un lado
nuestros intereses particulares…Esto es lo que hacemos cuando amamos a alguien,
cuando realizamos un acto moral o cognoscitivo y cuando “recibimos” una obra de
arte”.
Y Toci volvía a ver la caja de cerillos La
Central. No le gustaban las viejas encueradas de Goya.
Y fue gracias a esas populares cajetillas de
cerillos que Toci de niña se enteró que había un mundo diferente al otro lado
de las montañas. Todavía no conocía la literatura y fue la pintura la que
primero la lanzó a los brazos de la fantasía. Después de todo, se preguntaría
más tarde, en esta probabilidad hipotética, si Hamlet se encontró con un
fantasma quería decir que en el terreno de la fantasía todo está permitido y,
quién sabe, a lo mejor alguna vez se hacía realidad. ¿No se viajaba ya por el
fondo del mar y por encima de las nubes? ¿Por qué negar la posible realización
de los dioses solares, antes humanos, que en noviembre regresan a México para
comer sabrosos tamales y panecillos con tibias de muertos con sabor a canela y
unos buenos tragos de cerveza? ¡Que aburrida sería la eternidad si esto no
pudiera suceder! También los blancos son capaces de tener estas fantasías. John Steinbeck soñaba con
algo más sencillo, que en los rincones de las casas de la eternidad hubiera
telarañas y una escoba para entretenerse en limpiarlas. ¡La fantasía! La
fantasía se necesita hasta para imaginar a la realidad pura. Después de todo,
si un caballo conquistó una ciudad, si Carlomagno conquistó todo un fantástico
continente árabe con sólo un golpe de espada sobre un nudo. Había sido la fantasía de los cuentos de hadas que
conquistó a las estrellas y movió a los continentes en todas direcciones. Las
matemáticas tuvieron que ponerse al servicio de los sueños… “Los cuentos de
hadas no engañan a los niños; las que sí suelen engañarlos, y mucho, son las
historias que escuchan en la escuela. La ciencia ficción no engaña a los
adultos: las que sí pueden engañarlos son las historias que leen en las
revistas femeninas. A ninguno de nosotros nos engaña la Odisea, ni El Kaleva,
ni Beotvulf, ni las historias del rey Arturo compiladas por Malory. El peligro
real acecha en las novelas de aspecto muy sobrio donde todo parece muy probable
pero, en realidad, está concebida para transmitir determinado comentario
social, ético, religioso o antirreligioso sobre la vida´”.
Fue en las
cajetillas de cerillos La Central donde Toci conoció mucho del mundo antes que
en la literatura del que le hablaría Lewis: “ Entre los doce y los veinte años
casi todos hemos extraído de las novelas, junto con no pocas informaciones
falsas, gran cantidad de datos verdaderos sobre el mundo en que vivimos: sobre
las comidas, la indumentaria, las costumbres y los climas de diferentes países,
así como sobre las características de diferentes profesiones, las maneras de
viajar, la moral, el derecho y los mecanismos políticos”.
Desde esos
tempranos días de su vida desarrolló un sentimiento hacia el arte pictórico
que, luego descubriría, significaba una empatía con Lewis. Más que el Gutierrez
Nájera decimonónico y que el Juan Villoro contemporáneo. ¿Qué le vamos a hacer?
Toci siempre se preguntaba sobre la realidad en la que había sido plasmada la
imagen de la tela. Si esta escena es bella, ¿cómo será en la realidad?
Encontraba bello aquello de “¡Quiero morir cuando decline el día, en alta mar y
con la cara al cielo…” pero le encantaba también lo de Lewis: “ “Me interesaba muchísimo lo que el cuadro
representaba, y casi nada lo que el cuadro era”. Luego reparaba en que estaba
poniendo la poesía junto con la filosofía. Consideraba
que en estas pocas palabras el novelista resumía toda una antología compuesta
por G. van der Leeuw, Schopenhauer y Ernst Cassirer. Y, como en el caso de la
novela que, igual que Cork, gustaba de leer una y otra vez la misma obra, así
sucedía con la pequeña imagen del cuadro sobre la cajetilla. La miraba y volvía
a mirarla...
Anterior a
la aparición masiva de la televisión, había dicho uno de los expedicionarios de
Mendoza, los grupos de la sociedad se distinguían por sus preferencias
intelectuales. Los poetas, los novelistas, los del género policíaco, la
literatura para niños, los temas de la filosofía, la literatura del género
erótico, la de viajes, la biografía…Los sociólogos y los editores podían hacer
“sondeos” o “muestras” en la población, por grados de escolaridad, edad,
regiones, religiones, etc. Pero la vida cambió. Ahora un niño que anda de canal
en canal, buscando el de las caricaturas, puede encontrarse de pronto con una
pareja desnuda haciendo los más escandalosos movimientos de la cópula. ¡Y con
los gritos orgásmicos que el cine norteamericano puso de moda! Tal vez el niño
quede impresionado para siempre creyendo que el tipo está matando a la mujer. O
la promoción de tal novela, desde la televisión, hará sentir obsoleto al lector
sino la compra…
Se trata de
grupos sociales reducidos que hablan
como si fueran “todo el mundo” y hacen un mutis de desdén cuando se trata de
otras preferencias ideológicas. Lejos del espíritu de democracia se acercan a
una dictadura intelectual monotemática. “suele suceder que la gente, por temor
a parecer anticuada, se convenza a sí misma de que tiene ideas avanzadas”,
escribió Schücking y agrega: “La vida del arte no es tan diferente de la vida
comercial como a primera vista parece. También con ella se logran con medios
exteriores muchas cosas que el lector o
espectador no podrían sospechar. ¡Con cuánta habilidad no se prepara y
encarrilla aquello que los inocentes críticos literarios y artísticos denominan
después solemnemente “curso inevitable del acaecer espiritual”. Tratan de
aclarar con profundas investigaciones, aduciendo su entronque filosófico con el
“espíritu de la época”, algo que en realidad corresponde sólo a la concepción
de un grupo determinado, que no tiene por qué considerarse representante de
todo.
Toci recordó
que hacía algún tiempo los editores, libreros, críticos y medios del planeta,
en una verdadera conspiración mundial, se pusieron de acuerdo y presionaron
para que el público lector comprara un ejemplar de Don Quijote, con motivo del
cuatrocientos aniversario de la primera edición de la primera parte de esta
novela. O serie de novelas metidas en un mismo trabajo. Por un año no
existieron Manuel Gutiérrez Nájera, Milton, Shakespeare, Fadanelli…Hasta los
que no eran lectores sintieron la presión y compraron su ejemplar siquiera para no desentonar en las reuniones
y poder el menos decir; “Ayer compre un ejemplar del Quijote”.
Las sectas
intelectuales suelen hacer esta clase de presión social para incrementar las
ventas de sus trabajos. “Muchos libros cargan pero no enseñan”, había señalado
ya Séneca hace veinte siglos. En el siglo dieciocho el sabio judío Samuel
Richardson escribió al respecto: “Estamos obligados a leer cualquier libro
estúpido que la moda convierte en tema favorito de las conversaciones”. Y la
muchacha agregó que, en los países donde existe el “humus” de lectores, se
puede ser selectivo como proponía Richardson. Pero que en los eriales, como hay
tantos países en América, donde hay lectores de cuatro libros por mes y miles
sin un libro en toda la vida, sí se necesita ese ariete de los editores e
intelectuales para derribar el muro y poder acceder al paraíso de los lectores.
Y otro de los expedicionarios dijo: "Si la televisión lo permite…"
Sabía que
cinco temas y dos subtemas ocupaban la mente de Cork. La cultura de leer todos
los días tan biológicamente como el comer o el dormir. Pensar en la fusión de
parte de los grandes casquetes polares que inundarán islas, atolones, poblaciones y ciudades. El efecto
invernadero que intensificará la evaporación y proyectará más sequía. La gran
evaporación del Sol en el setenta por ciento de la superficie terrestre formada
por mares y océanos y el aumento de pluviosidad que azotará a las poblaciones.
Por último, sólo en último lugar, pensaba ella, su trasero…Cómo hacer que ella
y su cuerpo fuera considerado en el primer lugar de esa lista. No podía
competir con los casquetes polares, el efecto invernadero ni con la gran
evaporación del agua marina. Solamente podía librar su lucha en el terreno
humano de la cultura. Para acabar de complicar el asunto del agua tenía los dos
subtemas. Primero la urgencia de construir grandes presas en el mundo para
regular la sequía y beneficiar la agricultura y la ganadería. En contra de esto
estaba el criterio de concentrar la distribución del agua en unas cuantas manos
ya fueran financieras, políticas o guerreras. También el enorme desequilibrio
que una presa significa en la naturaleza. Además de la expulsión de millones de
humanos de sus sitios en los que se construyen esas presas.
¿En qué lugar, entonces, quedaba ella en el
pensamiento de Cork? ¡Ojalá no se le vaya
a ocurrir distraerse con los temas de la sobrepoblación, la
contaminación, la basura y los minerales
no renovables…!
Tendría que
ser capaz, como mujer, para rescatarlo
absolutamente de todo eso, al menos una hora cada día. Estaba segura que lo
lograría si mantenía lejos el sedentarismo…Para hacer el amor con éxito en la
cama hay que ser más fuerte que un atleta que corre en la montaña...
4
1
Me decía aquella mañana, un poco antes de
empezar a caminar, a través de una zona
de dunas, que la vida de la etnia es tan simple como la pintura de Velázquez
conocida como Las Meninas. De un vistazo se le abarca. Sólo cuando se intenta
penetrar su contenido ambas, vida y pintura, nos sorprenden por su complejidad.
Carl Lumholtz, Preuss y Robert M. Zingg tuvieron que vivir por largas
temporadas entre los huicholes para tratar de asomarse al panorama cosmogónico
indígena. A un indio, la mujer le inspira sensualidad, en contraste con el habitante de la ciudad
que, en la misma situación, quiere convertirse de inmediato en ginecólogo.
Cuando finalmente se logra penetrar el intríngulis del pensamiento étnico, es
para descubrir, como en la pintura del maestro, que lo que se propone plasmar
en la tela el pintor no se ve. El rey Felipe IV y su esposa Mariana, en torno
de quienes gira todo el tema del pintor, no se ven de manera directa. ¿Qué está
detrás del silencio del indio? Una mirada hecha para seguir las estrellas y el
tiempo del cosmos. Pero lo que nosotros vemos, que él ve, es el perro que en
ese momento cruza la calle. No es el perro
sino descubrir en los ojos del indio la representación de una idea: el
movimiento a través del perro. Si suprimimos esa mirada, desaparece la idea y
queda el mundo de la representación. En cada etnia que muere en Estados Unidos y en México,
desaparece una lengua y una cronovisión. Y únicamente queda lo real. Como el
día que se fue El Principito. Sólo quedó el desierto...
Dice que
interrumpió sus cavilaciones para sacudirse una hormiga que le subía por la
pierna. Agregaba que no solamente las alimañas pueden resultar mortales sino
también criaturas tan familiares como las hormigas. En los desiertos de Sonora
y Chihuahua las hay en abundancia y será mejor no hacerles confianza. En 1930 llegó a Estados Unidos, seguramente
en algún barco que transportaba fruta,
la “hormiga de fuego”. Se le encuentra sobre todo en Arizona. En veinticuatro
horas su pequeña mordida produce una pústula que puede llegar a ser mortal sino
se le atiende. Está reportada en estos paralelos norteños pero desde el paraje
conocido como La Purísima, en el Golfo, sur del desierto de Altar, hasta
Arizona, se trata del mismo desierto con idénticas condiciones de temperatura
y, se dijo Cork en voz alta, las hormigas no conocen de líneas internacionales...
Después
volvió a sus cavilaciones. Cork estaba convencido que el mundo está compuesto
de etnias. Algunas ocupan un país inmenso. La suya era de los hopis-irritilas.
Se divertía cuando yo le mencionaba compañías transnacionales y organismos
financieros internacionales. Cuando le decía que la economía, el viento y la
ciencia le daban la vuelta al mundo todos los días. Pero él seguía asegurando
que yo mismo pertenecía a la etnia de los mexicanos.
-Tú miras
como los irlandeses, no como indio. Muchos mexicanos del siglo veintiuno no
miran como indio. En literatura Goethe es el más grande escritor para los
alemanes. Dostoievski para los rusos. Juan Rulfo para los mexicanos.
Shakespeare para los ingleses. Kundera para los checoslovacos. Cervantes para
los españoles. Mailer para los norteamericanos. Saramago para los portugueses. Víctor Hugo para los
franceses...Tal vez no te has dado cuenta pero tu color favorito en la ropa de
vestir es verde. Tú automóvil es color verde y tu casa de Cuernavaca está
pintada de verde. Te la pasas silbando música celta. Cuando vayas a Irlanda
veras que…
La sed está
presente en todo momento. Cuando duerme parece acrecentarse la necesidad de
beber agua. Acababa de recibir un correo electrónico mío que parecía una
ironía. Le decía que en Oaxaca, en la parte
angosta que queda entre dos mares, habían coincidido el huracán Lester y
la tormenta tropical Madeleine. Ocasionaron el cierre de 23 puertos del país.
Solamente unos paralelos al norte y todo está abrasándose y otros paralelos al
sur y todo se pudre por exceso de agua. Hubo desbordamientos de ríos, lagunas y
arroyos, dejando un saldo de varias decenas de damnificados y desaparecidos.
Todavía en los momentos que recibía este correo los últimos efectos del
huracán, asociado con el aire marítimo del Golfo y el del Pacífico, seguían
provocando nublados y lluvias en territorio oaxaqueño. Una persona adulta ha
muerto, un menor está desaparecido y decenas de familias siguen incomunicadas.
Y mientras
entra en la región del sueño, me contaría después, piensa en los miles de
asteroides que en estos momentos salen de quién sabe qué sector del espacio y
se dirigen hacia acá. Algunos factores los detendrán, confía, pero sabe
que no a todos. En el Palacio de
Minería, de la Ciudad de México, hay en exhibición unos enormes trozos de
hierro y níquel. El Manicougan, en
Canadá, es el cráter de impacto más
grande del planeta. Al llegar a la Tierra se fundieron sus componentes
acrecentando la superficie del planeta. Y en Yucatán cayó uno de tal tamaño que
sus efectos en la atmósfera, se dice, acabaron con los dinosaurios. ¿A dónde
vamos montados en este planeta? El camino que sigue es siempre cambiante por la
cantidad de factores de peligro que se interponen en la eterna elipse
imaginaria. ¡Somos la inteligencia en el cosmos! Eso no quita que pesadas masas
de roca hayan emprendido su viaje, en dirección a nuestro planeta, desde hace
un millón de años a la velocidad de cincuenta kilómetros por segundo. ¡Y eso es lo último que ve antes de perderse
en la inconsciencia! Cometas entrando en nuestro sistema solar procedentes de
lejanas regiones desde antes que la Tierra misma existiera. ¡Hermosos sueños!
El verano
pasado Cork traspuso la puerta de la casa de Toci por primera vez. Una
construcción de arquitectura propia de la provincia de México, sólida (algunos
muros todavía de adobe con paja), pintada de blanco con delgadas franjas de
grecas color rojo quemado. Ubicada en la orilla de la población, se veía sin
obstáculos la zona arqueológica de Calixtlahuaca.
Interiores
espaciosos con dos corredores que hacían ángulo de novena grados en el lado
este y dejaban entrar libremente, por las tardes, el sol poniente. Enfrente un
jardín en cuadro con variadas clases de flores que emergían de la tierra y
otras en derredor sembradas en macetas. Había rosas amarillas, rojas, blancas,
azules y una negra.
También tulipanes pero las rosas estaban colgadas por
todas las paredes, y columnas de los corredores.
Cork sabía
que ese gusto por las flores es ancestral en los mexicanos, y más tratándose de
los pueblos étnicos, como el de Toci. Para ella vivir entre flores era tan natural como observar que en el cielo
pasan las nubes. Pero para Cork, habitante del desierto más desnudo que alguien
pueda imaginar, aquello era un espectáculo abrumador de colores y deliciosos
olores. Tan exquisitos perfumes naturales que sentía dolor de cabeza. Muchos
dioses mexicas son tutelares de alguna faceta relacionada con las flores. El
resto de los inmortales son del área de los mantenimientos, principalmente lo
relacionado con el maíz. Agua, tierra, sol y semillas. “¿Qué más se necesita
para vivir feliz?- acostumbraba decir Toci-. ¡Sólo cinco días al año nos falta
el sol intenso, hay mucha agua, bosques, montañas nevadas!”
En cambio
sólo una vez al año, en el invierno, el desierto se cubre de florecillas de
colores. Lo verdaderamente bello para Cork era lo que resiste al viento y puede
vivir todo el año bajo temperaturas de
cuarenta y cinco grados. Ahí todo está diseñado para retener el agua hasta la
última gota. Y muchos animales están adaptados a no beber nunca agua, mientras pueden beber la sangre de sus
víctimas. En cientos de kilómetros los cerros desnudos sólo albergan un agave
pequeño achaparrado que llaman lechuguilla. El desierto tiene otro olor que
para Cork era muy caro: arenas. Y un color ocre de tal extensión que podría
cubrir media Europa.
Cada
corredor mostraba varias puertas de habitaciones. Una estancia amplia servía de
sala de reunión en la que se congregaba la familia en ocasión de alguna
festividad. En una de las paredes se levantaba un estante de madera basta que
albergaba unos doscientos libros. Por
algún detalle, tal vez porque estaban un tanto aislados, dos libros voluminosos
le llamaron la atención. La guerra y la Paz de Tolstoi y, en inglés, Gone with
the wind, de Margaret Mitchell.
Abrió ambos
y vio que sus hojas estaban “trabajadas”. No eran libros de adorno. De todos
modos preguntó:
-¿Los leíste
ya?
-De cabo a
rabo.
-Los dos
hablan de guerra.
-Pero sólo
uno busca la libertad.
-¿Cuál te
gustó más?
Agarró el de
Mitchell y se lo llevó al pecho.
-Lo he leído
tres veces. Es un poema con estructura de novela-guardó silencio con la emoción
reflejada en su rostro. SE volvió hacia Cork y le dijo:- Tal vez alguna vez
quisieras acompañarme a Oakland, Atlanta.
-¿Qué hay en
Oakland?
-Un
cementerio.
-¿Por qué ir
hasta allá? En todas partes hay cementerios.
-Pero en
ninguno de ellos está Margaret Mitchell.
Cork abrió
el libro al azar y empezó a leer: “Los pendientes originaban pequeños…”
De memoria,
ella siguió en voz alta:
-…tintineos
que le parecieron muy satisfactorios, y pensó que tendría que acordarse de
sacudir la cabeza con frecuencia cuando estuvieses sola con Rhett. Los
pendientes saltarines siempre atraían a los hombres y daban a las chicas un
aire de animación.”
-¿Qué
tal?-preguntó Toci.
-¡Increíble…Son
mil páginas…!
Más adelante
Toci abrió una puerta y un lugar casi lujoso, como de cuatro metros por cuatro,
dejó ver una cocina equipada con todos los aparatos modernos como horno
microondas, estufa, refrigerados…
-Todo es
nuevo sin estrenar-observó Cork.
-Así es.
Aquí viviremos tú yo. Pero, hasta entonces-dio un jalón a la puerta y
agregó:-hasta entonces permanecerá cerrada.
-¿Es decir
que viviremos en la casa de tus padres?
Toci sabía
que Cork no era como los muchachos
neoliberales de la ciudad. Hacedores de familias de treinta años, que son llamadas a desaparecer en la
gran ciudad, porque los hijos no tardan en marcharse para, a su vez, empezar
otra familia de treinta años…De todas maneras quiso dejar bien claro el asunto,
ya que se presentaba la oportunidad:
-Hasta donde
la genealogía alcanza a ser registrada en la memoria de la familia, aquí, en
esta misma casa, vivieron nuestros tatarabuelos, los abuelos y los padres. Aquí vivirán nuestro hijos y nuestros nietos
y nuestros bisnietos… ¿Y eso no admite discusión!¿Quieres decir algo al
respecto?
Era el
carácter de la mujer mexicana étnica. Desde antes de formalizar siquiera las relaciones de apenas noviazgo ya
está poniendo las bases del tipo de convivencia, por lo menos para el siguiente
medio siglo.
-Sí, quiero decir algo-dijo Cork y notó que el
bello rostro de la muchacha adquiría la frialdad de los dioses de piedra-. Lo
mismo pensamos en Tlamatzinco. ¿De manera que cómo le vamos a hacer?
La muchacha
volvió a sonreír.
-Ya lo
tenga: en otoño viviremos en Calixtlahuaca y en invierno en Tlamatzinco.
Cruzaron el
patio y Toci lo condujo a otro recinto pero este como de diez metros por diez. Era una cocina
a la vieja usanza campesina. Con cazuelas y jarros de barro, dos tiznadas por
fuera por su mucho uso. A una de ellas se le había roto un asidero, que en la
tierra le dicen “oreja”. Mesa enorme de madera basta y sillas que ya tenían a
lo menos dos siglos. En el centro de la sala el fogón con un círculo de piedras
para sostener las ollas del guisado y el enorme comal. Era el mítico fuego en
medio de la cocina.
Inclinada
sobre el metate, Lena, la madre se apuraba con la masa del maíz para hacer las
tortillas. En la prestación apenas se enderezó, le dio un beso en la mejilla a
Cork y siguió con su tarea.
-Esta
muchacha nos dijo que vendrías. De modo que
te estoy preparando en el comal una gorditas que espero te gusten. Mi
marido y mi otro hijo fueron al pueblo a
comprar provisiones y más tarde nos reuniremos todos.
-¿Cuántos
hermanos tiene usted, Lena?
-Seis. Siete
conmigo.
Toci
entendía la intención de la pregunta e intercambió una mirada de
entendimiento con Cork.
Al medio
día, al partir para la zona arqueológica, Lena les dijo:
-No lleguen
tarde, la comida estará hacia las cuatro. ¿Te gusta la gallina en caldo,
Cork?¿Con sopa de arroz?
-Me encanta
el menú.
-Bien. Antes
de partir ayúdame.
Le alargó
una gallina que había seleccionado de su
granja. Le indicó que sujetara bien la cabeza del animal. De un solo golpe de
cuchillo le cortó el pescuezo. Cork sabía l que vendría. En efecto, Lena no
dejó que se desangrara en ese sitio del sacrificio. La mujer fue regando la
sangre por todo el amplio patio. Al enfilar por el sendero que los llevaría a
las pirámides, Cork comentó:
-No era
cuchillo de cocina. Era de pedernal.
-Toci se
limitó a decir:
-Al regreso
te enseñaré una estatuilla labrada en piedra.
-Déjame
adivinar. Tiene el cuello cercenado y siete rebordes en su lugar. Pude ser una
de las tres diosas del mismo mito.
-No es la
nieta ni la hija.
-¡Chicomecoatl!
La abuela primordial.
Toci hizo un
alto al superar la última colina. Acercó su cuerpo al de Cork y lo besó con
ternura y ardor. Pegó sus senos al pecho de Cork y, tomando las manos de él, las llevó a sus nalgas, bajo
la tela del vestido.
Los pueblos
étnicos de México son uno con la naturaleza en eso del amor. Lo que tiene de
victoriano, los mexicanos de la ciudad, llegó montado en el siglo dieciséis.
Con un
control sobrehumano Toci se separó de Cork, al tiempo que decía, no sin rubor
en sus mejillas:
-Tú y yo
ahora somos una pura potencia de algo que todavía no existe.
-Entiendo-
dijo Cork cerrando el mito-:la planta de maíz todavía no brota.
Por la
tarde, sentados en la cumbre de la pirámide redonda, con el sol rojo sobre sus
rostros, Cork comentó:
-Por alguna
razón el número siete aparece en varias religiones del planeta. Continente
original en todo, dado su aislamiento y desconocimiento, y con rastros de
veintidós mil años Clovis, encontrados
en la región hohokam…
- Ni
siquiera existían visos de Ur, la antiquísima ciudad de los caldeos. El mito de
Chicomostoc, origen mexica de las siete cuevas, se pierde en el pretérito.
Recuerda que siete son las estrellas, las cabrillas, en cielo, paraíso
espiritual final de las tribus nahuatlacas.
¡Asomarse a
través de la malla! Así es en el desierto. La natural incomodidad para dormir
en las noches de montañas hace que con frecuencia se despierte para dar la
vuelta. En una de esas se enganchan los pensamientos y ya no se puede dormir.
Se dio cuenta de lo absurdo que es el insomnio. La preocupación es, ¡volverse a
dormir! Esta preocupación impide dormirse...El insomne en la ciudad puede muy bien levantarse a desarrollar actividades
que su lugar le permite hacer. Leer o escribir. O artesanía manual o tarea
casera. Comer un bocadillo o preparase un café. Navegar un poco en los canales
de la televisión. Para la noche siguiente este individuo dormirá como oso en
invierno. En las montañas es agradable salir a contemplar las estrellas. Volver
a preguntarse si están encima de nuestra cabeza o nuestra cabeza encima de
ellas y las botas arriba de todo esto, pegadas apenas por dos centímetros de
suela al planeta. Se trata de una práctica que el hombre de la ciudad casi ha
olvidado. Encender la fogata. Hasta levantar el campo y caminar otro kilómetro,
hacer alto y levantar otra vez la tienda. Las
tiendas modernas, como las de tipo iglú,
aun de precio modesto, sólo
requieren cinco minutos para volver a levantarse. En el desierto no se puede
hacer nada de eso. ¡Sólo asomarse por la malla! Dar un paseo fuera de la tienda
es quedar expuesto a los peligros de la
fauna nocturna, tan abundante y mortal. Basta recordar que en la noche la
serpiente se orienta utilizando sus
censores de calor y con su lengua bífida percibe los sabores de sus
virtuales víctimas. Desde luego sabía
que el mayor peligro de vivir en el desierto es ser presa de esa enfermedad
conocida como “aprensiva”. La sed y la serpiente son dos figuras asociadas bajo
los cincuenta grados arriba del cero. En el Códice Laud la diosa del maguey
permanece sentada sobre una tortuga y ésta, a su vez, reposa en una serpiente.
Es como una advertencia. La ingesta del
alcohol y demás sicotrópicos deberán hacerse bajo los términos de la
espiritualidad si no se quiere acabar tirado en la banqueta o en la lujosa
alfombra. La droga laicizada... Ver en la ladera de las rocas o de los
vegetales, opuestos al Sol, las entradas de los nidos de víboras. Sabía que en
algunos de esos sitios puede haber hasta veinte crótalos. De noche, ya con el
fresco, salen a buscar su cena... En
este caso no le queda a Cork más que encender la vela y ponerse a leer. Como
compensación, en las montañas, al menos las de México, no se puede encender luz
ni fogata porque los depredadores la distinguen aun de muy lejos, y abajo, pero
en caballos pueden remontar mucho terreno…En el desierto, en cambio, es como
estar en medio una inexpugnable ciudadela.
Por la
mirilla de tela ve hacia la oscuridad
pero es inútil. De pronto se le figura
que las más diversas criaturas se arrastran por las arenas. Vuelve al libro. Relata la proverbial melancolía de
Hölderlin. Pues como no, se dice. Para él la vida vulgar no merecía ser vivida.
Fuera de los momentos de entusiasmo, todo le resultaba insípido y sin alma. Más
ruidos sobre las arenas. Le ha sucedido muchas veces al caminar solo en la
noche a través del bosque. Se ven las más espectaculares y aterradoras formas.
Sólo son ramas de los pinos pero la imaginación trabaja de manera alocada.
Empero, si bien es cierto que al amanecer una cana más aparecerá en la cabeza,
también es cierto que se tratará de una de las mañanas más hermosa. Y la
voluntad será un poco más fuerte. Y
quedará la lección de enfrentar nuestros miedos aunque sea de vez en cuando.
Muchos de ellos desaparecerán como globos que se pinchan con una aguja. ¡Pura
imaginación! Al final todo quedará como cuando se “vacía” la tarjeta de memoria
fotográfica en la computadora. Algunos miedos quedarán para siempre con
nosotros, como llevamos el bacilo de Koch, sin hacernos daño, protegiéndonos.
De cien pensamientos insomnes angustiantes tal vez ninguno tenga efecto pero
entre tanto ya dejó su huella. También él sabía que Chesterton consideraba que
sería muy saludable para los millonarios si, de vez en cuando, permanecían
veinticuatro horas con un pie en la eternidad. Bueno, resulta que Hölderlin
acabó desencantado con Goethe y con Schiller, los dioses de su romántica
juventud. Hölderlin siguió soñando como poeta, impertérrito, aun en su
desgraciada vejez. En cambio los otros se fueron ajustando al mundo de la
comodidad material y los puestos burocráticos... Una historia que Cork ha visto
de cerca muchas veces en la vida real.
Los labios
resecos por la deshidratación le hacen pensar que el agua que se lleva a las ciudades siempre será insuficiente. Lo
que ya se hace en algunas de ellas, es transportar el líquido de sitios cada vez más retirados. Se
está provocando así alterar las cuencas de otros lugares, de los cuales
seguramente depende su vida de la agricultura de temporal. Se imaginaba una
ciudad como si fuera una enorme secante (de esos secantes que se usaban cuando
se escribía con pluma de manguillo y tintero), de cuanta humedad encuentre aun
en lugares lejanos. Hay desesperación en los que hacen las estadísticas de
consumo. Con la idea de hacer conciencia del asunto y también de justificar
presupuestos solicitados o ya concedidos, han llegado a publicar los siguientes
datos. Nada románticos pero muy reales. Una persona, dicen, orina un cuarto de
litro cuatro veces al día. Para desalojar esa cantidad del excusado se
necesitan, si se trata de hombres, cinco litros del agua en el mingitorio. Las
mujeres requieren treinta litros. Para defecar treinta litros en cada caso. Es
decir que sólo para eliminar lo que se bebió en café o cerveza o alimentos, el
promedio es de unos cien litros al día, incluido el baño de regadera de diez
minutos de duración. ¿Multiplica por veinte millones de habitantes por día para
una ciudad como México. Duplicaba esta
cifra por las llaves de los mingitorios de las cervecerías que están abiertas
veinticuatro horas los 365 días del año. Advertía que no incluía en estas
cuentas el agua que se emplea en la cocina y en la industria. Por si fuera
poco, el recurso de tratar las aguas negras todavía es costoso. Una hora más
tarde seguía pensando en el agua. En algunas partes del planeta ya empezaron
las guerras por el control del agua, tal como sucedía con el petróleo o el uranio.
En el desierto sucede que la idea de satisfacer la sed nos hace pensar en el
agua. Pero resulta esto de tal manera obsesionante que no se puede pensar en
otra cosa. Ocasionalmente la singular belleza del horizonte ocupará nuestra mente, pero enseguida se vuelve a
pensar en la sed. Y en satisfacer a la sed, es decir, en el agua. Había
intentado poner en práctica la solución que recomendaba Kant para cuando se
tuviera tos. No pensar en ella, simplemente. No le daba resultado. Pero se daba
cuenta que de manera inesperada había topado con el mecanismo que dirige
la vida tanto de hedonistas como de los santos. Una idea dominante hace que lo
demás de la vida se desvanezca y tanto que en ocasiones desaparece. Un
alcohólico sólo piensa en que no se acabe el contenido de su vaso. Si esto
sucede, se irá llenando de angustia. En la calle encontramos a personas que no
cesan de comer cualquier cosa, por más que su organismo delate un deterioro de
la salud. Y en la mirada de algunos hombres se descubre que su pensamiento,
febril, único, a través de todos los estadios de su existencia biológica, son
las mujeres. Los científicos y los místicos no se salvan de quedar incluidos en
el cuadro del pensamiento único. No se busca desarrollar con empeño la tarea si
no que se acaba por perder la mesura y la variedad en la vida. ¡Y llega el
desequilibrio! Si se acumula mucha hambre después habrá un hartazgo. Fausto se
pasó su juventud pegado al microscopio y acabó en los grandes aquelarres de
Walpurgis. O al revés. Francisco vivía en la gran juerga de la vida y,
arrepentido, pasó los últimos años de su vida en la meditación, la pobreza y la
caridad. Muchos alpinistas viven empeñados por subir la montaña más alta del
país o del continente. Ya no reparan en las mil montañas que hay incluso más
difíciles de subir o más bellas. Sólo piensan ya en la más alta. Hasta ahí
quedó su mundo. Si al fin la subieron pasarán el resto de sus días recordando
esa ascensión. Si no la subieron emplearán el resto de sus vidas flagelándose
porque no la subieron. Pero esta serie de golpes de la bola empezó con la
primera jugada de billar. Si no se encontrara en un medio en el que hay que
beber agua no estaría pensando en el agua de manera incesante. ¿Qué deseo va a
desarrollar alguien que decide ir a vivir a un burdel? Piensa en el agua de tal
manera que ya no se detiene a percibir la Estética que habita en este
horizonte arenoso. Ni siquiera a pensar
quién dio la primera jugada de billar que lo empujó hasta el corazón de
este desierto. Si el ideal es hacer lo que uno quiere, le parece que en este
razonamiento también hay una trampa. La cuestión es resolver por qué lo quiso.
II
Los medios
de información dan la noticia que los indios mueren por lo agresivo de la
geografía en los lugares en los que construyeron sus viviendas. En el desierto
mueren de sed por esa causa. En Oaxaca veinte personas murieron el mes pasado
bajo una ladera que se desgajó por efecto de las persistentes y torrenciales
lluvias y sepultó sus viviendas. Los medios no dicen que los indios fueron
empujados, hasta esos lugares, por habérseles despojado de sus lugares
originales en los valles amplios y fértiles.
Como sea,
las tribus indias del norte del continente tienen la posibilidad de un mejor
futuro en cuanto a aspirar a una educación a nivel universitario. Las tribus al
sur del Río Bravo esa posibilidad están selladas por la realidad. Las
poblaciones mismas de las ciudades, al menos la de México, cuentan con una gran
universidad pública a la que de manera endémica no le llega el presupuesto
necesario. No es cuestión de economía, sino de política, dijo hace poco tiempo
Beatriz Paredes, senadora del partido
político más fuerte. Por si eso fuera poco, esta universidad conoce de una
existencia centenaria por demás accidentada, muy complicada, en la que cada
verano estalla una revolución y cierran sus puertas por medio año “para
protegerla de sus enemigos”. Entre tanto
el nueve por ciento, de la población entera del país, apenas sabe algo de la
lectura y la escritura...
Cuando
cierra el libro y apaga la vela y se
dispone a dormir, tiene que
aceptar que el silencio es parte del habla. Como la muerte de la vida. Como la
sombra lo es de la luz en la fotografía. De tal manera que si no se tiene a la
mano un interlocutor, entonces es cuando da inicio un modo de hablar sin
siquiera abrir la boca. Es el “habla silenciosa de la silenciosidad”. Se le
ocurre que el habla fuera un sentido más del equilibrio. Algo así como las
ondas emitidas y recibidas del sonar que se usa en el levantamiento topográfico
del suelo marino. Pero que en este caso ya no regresan. ¿Qué le pasaría a los
murciélagos que no recibieran respuestas de
sus ondas emitidas...Robinson Crusoe permaneció veinte años sin poder
hablar con alguien en la Isla de la Desesperación.
También se
acordaba de Mark Twain. Le complacía
descubrir que la vida no lo había hecho tan pesado como para no encontrar ya interés en Mark Twain. “Desconfía de los
sabios que han olvidado leer literatura para niños - le había recomendado mi compañera Carmen
Swan, un día que bebíamos cerveza en Coyoacán. -. Es más fácil que encuentres
filosofía en Alicia en el País de las Maravillas, que en un libro de esta
disciplina”. Y Holderlin casi ve morir su inspiración de poeta por tanto leer
filosofía. “¡Cuantas complicaciones!”, exclamaba. Es sabido que el libro se
recomienda por el tipo de lectores que lo leen, lo decía Ezra Pound. Por lo
visto seguía siendo niño. ¡Y volvía a viajar, como la primera vez que lo leyó,
cuando era un niño cronológicamente, en la balsa, hacia la Isla de Jackson, en
compañía de Tom Sawyer, Huckleberry Finn y Joe Harper. Lo del libro y sus
lectores puede aplicarse a los programas de televisión. Supone una preparación o falta de ella. “Jugar” con el
control remoto es un ejercicio de libertad. Nos detenemos en los programas que
están en el nivel de nuestra preparación. Los otros simplemente los desechamos.
Puede verse nada más durante dos
segundos la opera sobre el tema de Fausto. Pero, en cambio, dejarle una hora en
el programa de la banalidad. No tan rápido. No es que nosotros busquemos la
verdad, si no que la verdad nos busca a nosotros. ¡Le gusta imaginarlo como un
impenetrable determinismo! La cultura nos busca. Así como la lluvia busca el
páramo. No al revés. ¡El páramo por sí no tiene posibilidades de atraer la
lluvia! El libro excelente está ahí, esperando a su lector, como la telaraña de la araña...Como el libro
en el anaquel de la librería. Sin prisa, por esa concordancia que hay entre la
verdad absoluta y la eternidad. Podrán pasar multitudes por el páramo...Pero un
día, alguien, en alguna parte, preguntará ¿qué es la verdad? Entonces la
telaraña se moverá. Y unos ojos, desde
una montaña lejana, observará al
preguntón.
Le encantaba
fumar su cachimba de olote, ¡como la de
Tom! Pero le tenía miedo al cáncer de garganta. Entonces se le antojaba más. ¡Y
volvía acordarse de Tom! Cuando Tom Sawyer ingresó en aquella orden de vistosos
ropajes y grandes ceremonias, en las que se prohibía fumar, beber y decir
groserías, se dio cuenta que entonces, más que nunca, quería fumar, beber y
maldecir. Por fin renunció fastidiado a la orden. ¡Quería ser libre! Entonces
descubrió que ya no tenía ganas de fumar, beber ni maldecir...¡Por fin era
libre!
Un rato leía
a Tom Sawyer y al otro rato a Huckleberry Finn. Un par de pilluelos.
Definitivamente le conmovió la descripción que Twain hace del segundo. Escucha
una parte de su retrato: “Huckleberry
iba y venía según su santa voluntad. Dormía en los quicios de las
puertas cuando hacía buen tiempo, y si llovía, en los galpones vacíos; no tenía
que ir a la escuela o a la iglesia y no reconocía amo ni señor ni tenía que
obedecer a nadie; podía ir a nadar o a pescar cuando se le daba la gana y
estarse todo el tiempo que se le antojaba; nadie le impedía andar a trompadas;
podía trasnochar cuanto quería; era el primero en ir descalzo en primavera y el
último en ponerse ropa limpia; sabía blasfemar prodigiosamente. En una palabra,
todo lo que hace la vida apetecible y deleitosa lo tenía aquel muchacho”. A
este niño te lo puedes encontrar en
todas las coordenadas de este planeta y en todas las épocas. Empero, no sabemos
cómo fueron Tom Y Huck cuando crecieron…
Una mañana
empezó a caminar por la superficie plana de la estepa en un área amplia en la
que abunda la gobernadora. El piso contenía una cantidad impresionante de
rastros de víboras que iban en todas direcciones saliendo de un escondite bajo
los arbustos. La tarde anterior había caído un chubasco en este sector del
desierto. Era una de las trombas violentas que en cinco minutos ya formaron una
corriente de agua que va por el piso arrasando todo lo que encuentra. A este
tipo de tempestades se deben las superficies como franjas o calzadas niveladas
que hay en la maleza del chaparral.
Al
suspenderse la violenta caída del agua no tarda más de una hora en que toda
humedad se haya resumido y en el cielo
no se vea nube alguna. Sin embargo, el piso todavía conservará cierta cantidad
de humedad. La suficiente apenas para registrar en su superficie el paso de las
víboras que salen una vez que ha caído la noche. Muchas rayas en un área de
cincuenta metros que van en todas
direcciones. ¿Cuántas podrían haber en cien kilómetros cuadrados?, se
preguntaba. Con el apoyo de ese
registro, que normalmente no se percibe, cuando la arena está seca, piensa que
en el hábitat hay millones de serpientes. En el día no se les ve debido a la
alta temperatura que las obliga a permanecer en sus frescas madrigueras debajo
de la superficie de la tierra. Y sus rastros de la noche anterior tampoco las
delatan porque el material del páramo es seco y un tanto endurecido y no deja
rastro. Lo que sí sucede en la arena de las dunas. Por eso se sabe que la víbora
es sobre todo parte de la fauna nocturna, más que un animal del día. Resulta
arriesgado en extremo internarse caminando en la estepa sin llevar una buena
dotación de sueros anticrotálicos. En cualquier momento puede llegar la
mordida, fatal por la naturaleza de su veneno. Esta sustancia es de tal modo activa que no da tiempo para
pensar en ninguna clase de salvamento que no sea la inmediata inyección del
suero. Pero no todos los sueros resisten las altas temperaturas del desierto,
caso que los haya. Otros animales como el escorpión y el monstruo de Gila son
igualmente mortales, pero el primero
puede ser predecible en su pequeñez y su desplazamiento, rápido en sí pero
lento para la escala humana. El otro, con ser una especie de lagarto de más de
medio metro de extensión, es muy lento en sus movimientos. Y no muerde con la
rapidez de la víbora a través de enterrar los colmillos sino mediante sus mandíbulas amplias y
planas. Como sea, el caminante necesita
mantener en todo momento la atención registrando el área inmediata por la que transcurre su desplazamiento.
Dentro de la tienda no hay peligro alguno pues basta con que suba los cierres
de la entrada para estar a salvo.
Cork me
pidió le enviara la relación de las revistas de divulgación científica que pudiera
haber en México. En el país se encuentran revistas de la farándula y de la
industria de la belleza con millones de ejemplares cada semana. Pero los de
ciencia frente al público están casi en cero. Hay pocas y son universitarias.
Su distribución es de precaria y pésima comercialización. Es flaco el enlace
entre la investigación científica y los sectores amplios de la población. Ni
siquiera se tiene una idea aproximada del número de publicaciones de este
campo. En realidad Cork no se preocupaba
mucho por tal deficiencia. Siempre sostuvo que quien lee la Gaceta de la
Universidad Nacional Autónoma tiene una abundante difusión popular de calidad epistémica a que se puede
aspirar. Exponiendo un amplio panorama de los campos del saber. Por lo
demás, la casi totalidad de las revistas
que salen hacia el público difícilmente llega al número diez y desaparecen para
siempre. De todas maneras le envíe lo que encontré a la mano. Incluidas las
revistas que son foros de intelectuales que gustan autodenominarse
de alguna manera para poner distancia de por medio respecto a los que no son de
su círculo: el Grupo del Sena, la Escuela de Nueva York, Los Ocho, la
Generación Virtual...Los escuchaba con atención
porque estaba seguro que tenían cosas de valor. Pero se apartaba.
Siempre se
acordaba Cork del gallo que Sócrates mandó ofrecer al griego
Asclepio, o Esculapio romano, dios de medicina. Sócrates no era médico
de cuerpos. ¿Sabes por qué lo del gallo? Yo extraigo hidrocarburos del subsuelo
y no sé nada de gallos, de Sócrates, contesté. Pues agárrate: Porque Apolo,
padre de Asclepio, fue el que declaró a Sócrates el hombre más sabio de todos.
Como tardaba en contestar me volvió a preguntar que me parecía el asunto. Lo
único que acerté a decir fue que en toda mi vida esa película ya la había visto
muchas a veces. Cada presidente de la republica sin nombre declara, para su
sexenio, al hombre de letras más sabio de todos.
Me gustaba
comentarle otros temas y le escribí que en los mexicas antiguos, huicholes, mazahuas, hopis y navajos de América del norte, zoques y
tzeltales de Chiapas, así como en los mexicanos actuales naturales, no
inmigrantes, prevalece la figura femenina. Dioses y diosas. Caudillos y
caudillas. La figura mexicana más amada
de cristianismo sincrético es femenina. En el hogar el régimen es matrilineal
con la figura central como madre y educadora. Educa con amor y con una vara en
la mano. Los mexicanos nacionalizados, es natural, traen otros valores y los
conservan por varias generaciones y entre tanto son ajenos a las cuestiones del
lugar. Si la mujer mexicana en lo general
después fue salvajemente lastimada por el hombre en lo existencial,
social, económico y laboral, hay que señalar como actor principal el espíritu
individualista de competencia que nos llegó en el siglo dieciséis. Como digo,
yo sacó hidrocarburos y pocos libros he leído, sólo lo que oigo por ahí,
mayormente en la televisión. Cork no tardó en contestarme: Maravillosa cultura
occidental espiritual monoteísta, dijo, científica y humanista, pero que para
el punto de vista indígena es incomprensible cómo se ve a la mujer. Valiosísima
como esclava y amante pero susceptible
de ser eliminada a la menor sospecha de... Y como la mujer dependería de un hombre, el padre o el
marido, ni siquiera había que permitirle la posibilidad de educarse y con el
tiempo no podía competir con el hombre en lo laboral...Irónico, me defendí,
pero las guerras mundiales del siglo veinte les dieron la oportunidad de oro.
Los hombres fueron a la guerra y ella a las fábricas y oficinas. El poder
económico le dio autosuficiencia. Y la contestación del hopi me dejó sin
argumento: Con la autosuficiencia las mujeres
conocieron el bien y el mal. Fumaron y, como dice Pound, se emborrachaban al atardecer. Veinte
años más tarde conocieron, a su vez, el camino que los hombre ya habían
recorrido, unos destrozados de los pulmones y otros del hígado...C´est la vie.
Estaba
seguro que esto sucede porque el pensamiento lógico occidental no alcanza a
penetrar todos los niveles de la acción totémica donde lo inhibe la fea forma y
no pasa a la unidad de contenido. Tribus rudimentarias de eternos trashumantes
que concibieron al cielo espiritual lleno de deidades al mismo tiempo que tallaban su mortífera
punta clovis, miles de años antes que en Babilonia existiera Ur, la primera
ciudad. Y en tal diversidad de criaturas celestes las había femeninas actuando
en los mismos niveles. No eran vírgenes, eran diosas.
La fuerza
del pasado es lo que los mantiene en pie y regenera las heridas históricas y
las cotidianas. Por eso los que componen el grupo del Consejo Indio deben ser hermeneutas. Y al caer la tarde
leen en sus dibujos. Para que la tradición oral, que es el relato de todos los
días, no se deforme, es que deben consultar esos testimonios pictóricos llenos
de imágenes muy propias. Como entre nosotros le hacen los huicholes. De esa
manera saben para dónde van. En los siglos anteriores los recién llegados
emprendieron la tarea de borrarles su historia. La idea era ofrecerles un presente
sin pasado y luego venderles la idea de su futuro. Sucedió donde había poca
resistencia cultural. Fue cuando los
niños entendieron por qué los indios son introvertidos. Siempre tienen enfrente
de su pensamiento a las fuerzas de la
naturaleza. Los semáforos de las esquinas
les ofrecían un divertido solipsismo que no les permitía ver hacia las
estrellas. De la maravillosa tecnología occidental sólo habían sido convocados
como mudos espectadores de una lista interminable de dislates. Los tlacuilos y hermeneutas
habían sido relevados por gente que escribía guiones para la televisión.
III
Aun
encontramos gente en el norte de América y entre los mexicanos, como los
huicholes, que viven en la creencia que todo está animado por sí. Los bosques,
el agua, el viento...Su respeto es enorme. Son fuerzas que dan sustento al
tótem. Fuerzas que viven entre la gente en forma de mito. Un nombre para un
dios. El nombre rodea al dios y lo aprisiona. Se podría decir que el nombre
describe una función especializada. Tláloc es el numen de los campesinos pero
también de los filósofos. Quetzalcóatl
espiritual. Es la metáfora del humano miserable en el terreno moral que,
tocado por Quetzalcóatl, remonta el vuelo. Tlazolteotl comedor de basura. Era
el Jesucristo mesoamericano que cargaba con las faltas de los humanos. Tezcatlipoca
el de muchos nombres, por eso se dice que es el más grande. Si necesitan
servirse de alguna de estas fuerzas les hablan mediante una persona de su etnia
que sabe las fórmulas introductorias. Lo hacen como antes los aztecas: “no
queremos hacerte daño ni disponer de este árbol nada más por hacerlo. Pero es
que en verdad lo necesitamos para...” El pensamiento moderno sabe ya que no son
tiempos para esas actitudes. Las sierras eléctricas de los aserraderos se
escuchan hasta en las cañadas de las montañas más lejanas. Trabajan día y noche
aún mucho después de haber acabado con la armonía natural. Los pueblos tienen
que pagar su pasividad cruzando las fronteras del norte como un recurso para sobrevivir.
Abandonaron la idea de estudiar en la universidad y de permanecer en este
país. Saben que no van buscando nuevos
horizontes porque jamás podrán amar el nuevo lugar como la tierra suya y la de
sus ancestros. Lo que buscan ahora son leyes que legislen y sistemas que
funcionen en la defensa de eso nuevos bosques. La ciudad es una forma de
organización social para lograr la sobrevivencia pero... Antes de llegar a eso,
los del campo practican el desplazamiento. Es mayor el número de gente del
campo que se viene a Estados Unidos que habitantes de las ciudades. Si bien,
cada individuo que cruza la frontera, en esas condiciones, provoca un
desdibujamiento de lo que los antropólogos llaman Indoamérica y los
historiadores Latinoamérica. Sé
que también los pueblos
occidentales creían en la mitología de la naturaleza. Pero ellos, en
cambio, aprendieron pronto que no podían
cortar la rama del árbol en la que estaban sentados.
Luego pasó a
decirme que en su aldea hopi de
Tlamatzinco estaban tratando de cultivar
una de tantas plantas de la familia Amaranthaceae. Sabía que crecen en todas partes ya sea en el trópico y
lugares templados o calientes, pero no sabía
que pudieran hacerlo en el desierto.
Es el gran alimento nutricional cuyo género Amaranthus se da en el sur
de la Ciudad de México. Conocido como amaranto sus semillas tienen una alta
cantidad de proteínas. Excelente fuente de calcio y otros minerales. Los que
saben ponderan la buena calidad de su aceite y la ausencia de colesterol. La
gente lo come poco porque lo identifica de alguna manera “con lo indio”. Se le
busca por lo general como golosina y poco como alimento. Se trata de uno de
esos recursos alimenticios que vienen de los tiempos precristianos en México
que han sido desplazados por las harinas hueras como el pan blanco o la sopa de
fideos.
Tiempo
después me diría que en ese momento fue cuando se dio cuenta que no se dirigía
a Toci ni a Xyster ni a mí. Gradualmente llegó al conocimiento que le hablaba a lo que tuviera enfrente. Lo que
tenía enfrente en ese momento era una cuetzpalin. Lo que conocemos como lagartija. Otro se hubiera alarmado seguramente creyendo que
se estaba volviendo loco. Personalizar a
las cosas era una práctica natural de
siempre en su grupo. Pero se percató como cuando se habla en inglés y tiene que
pensar desde el español, no en el inglés.
Cork parecía
hablar solo hacia la oscuridad. Sentado en la puerta de su tienda de campaña,
con una hoguera cerca. Ayer noche hable con Coyote, me escribió. No li vi pero
sabía que estaba ahí, enfrente, mirándome, escuchándome, desde lo profundo de
la noche. Me pareció verlo en algún momento sobre la arista de arena, recortada
su figura con la inmensa luz de las estrellas. ¿Has visto una noche oscura pero
a la vez iluminada por las estrellas? ¡No! Tendrías que estar en el desierto!
En tu mundo sólo hay semáforos.
Con el
tiempo me habló tantas veces de Coyote que, alarmado, me comuniqué con Toci.
Creo que está perdiendo el juicio entre tanta soledad, le dije. Te apresuras a
comunicarte con él o vamos tu y yo y lo reportamos a las autoridades del pueblo
más cercano que creamos que se encuentre. Lo buscaremos en helicóptero o en
avioneta.
Me
desconcertó su respuesta. Empezó con un “ja, ja,ja”.Sabes, Guillermo, por qué
Cork no me dice sus coordenadas? Me deja tarea a resolver y siempre me promete
que es la última. Sé que la última, en efecto, llegará, pero mientras tanto...
Lo que quiero decirte es que, a mi vez,
te voy a dejar una tarea, si es que quieres descifrar el misterio de Coyote,
del que Cork te habla. Te voy a dar una clave. Descifra lo siguiente: a quién se adoraba en Coyoacán,
Ciudad de México, en tiempos precristianos, y por qué el emblema es “coyotes”.
Por lo pronto no te preocupes, recuerda que Cork es un O´otham, gente de arena,
gente del desierto de Yuma. Tampoco te asustes si alguna vez te dice que está
atrapado entre la mónada y el punto.
-¿Qué
diablos es eso?
-Nada
complicado. Son los principios de…bueno
será mejor que él te lo diga.
Cork se
sintió mejor después de platicar con Coyote. De pronto era como si se
encontrara caminando entre viejos conocidos. La fauna y la flora y la
cosmogonía volvían a hacerse presentes. Las cosas físicas adquirieron de nuevo su
personalidad. O su esencialidad. Para él sólo había sido un brinco. Como pasa
el ciclista la rueda de velocidades de su bicicleta a otra velocidad...
En pocos
días Cork pudo constatar la manera tan decisiva en que se puede transformar el
paisaje natural. Una aldea hohokam tenía
las calles amplias. Árboles plantados muy frondosos que ofrecían densa y amplia
sombra. Sus casas no eran altas y estaban construidas con material que no
retenía mucho calor. Y se había puesto cuidado en multiplicar las áreas verdes.
Se veía la mano de los arquitectos paisajistas.
Esto lo
percibe con facilidad alguien que viene de la Ciudad de México donde existe, de manera acentuada, lo
que se puede llamar la “arquitectura por omisión”. Cometer el ilícito por no haber hecho algo por evitarlo. No hubo reflexión arquitectónica
integral que incluyera apreciaciones estéticas, ideológicas, artísticas y
éticas sobre la arquitectura. Nadie les hizo caso a los arquitectos.
Los
registros térmicos a lo largo del último siglo arrojaron que las nevadas ya no
se ven en el centro de la capital del país debido al aumento de temperatura.
Hay más temperatura ahí que en la temperatura global.
Un lugar que
tuvo más belleza que el paraíso mismo. México- Tenochtitlán lo edificaron los aztecas en medio de una
laguna de ochenta por sesenta kilómetros. Ahora el suelo natural se ha
sustituido por elementos artificiales como banquetas. Calles estrechas que son
como cañones de fuego pues sus edificios y casas almacenan mucho calor. Sus áreas verdes casi
no existen. Creció su área construida y aumentaron los millones de habitantes
permanentes. Además los cinco millones
de gente que diariamente van de pasada pero mientras tanto ya impactaron con su
gasto de calorías y contribuyeron a producir cien mil toneladas de basura cada día. Y consumieron millones de litros de
agua, también por día, en excusados y baños de regadera por las que nadie paga.
Los materiales de construcción son gruesos con la consecuente acumulación de
calor. La tala incontenible de los bosques que la rodean ya no provoca lluvias
abundantes como antaño y las nubes estériles hacen un tremendo efecto
invernadero. Ahora la gente espera las
conmociones atmosféricas de julio a octubre para poder refrescarse aunque
inunde ciudades en el país y derrumbe casas.
La
arquitectura ecologista sagrada de los aztecas en la que se aprovechaban las
energías solar, eólica y pluvial, fue
cambiada por otra. Otra que debe ser
acertada en lugares en donde existen diferentes requerimientos urbanísticos,
una situación económica diferente, otra estructura social y cultural. Además de
la situación climática. Nadie puede construir una choza de bambú entre los
hielos del Polo Norte ni un iglú con bloque de hielo en el desierto
de Altar.
En la actual
capital, incluido el antiguo México- Tenochtitlán, que ya quedó perdido en el centro de todo este bodrio urbano, los
problemas sociodemográficos y ambientales rebasan a todo intento amplio de
planeación. Avanzan devorando el entorno natural por sobre valles, cañadas y
montañas hasta cristalizar en ese monstruo urbanístico que se ha llamado “mega ciudad”. Pachuca, México, Cuernavaca y
Puebla “ya entraron en contacto” desde
hace mucho tiempo...
Estoy en el desierto de los navajos, le escribió a
Toci. Todavía es otoño. Salí de Kaibito
y camino en dirección sureste. Pienso llegar a Chinle, en la carretera 191. Tal
vez ciento cincuenta kilómetros de desierto. Si logro hidratar otra vez mis tejidos y
restablecer en este lugar mis
pies, en una o dos semanas, me gustaría intentar el desierto de Yuma, pero desde el Golfo de California, a
través del desierto de Altar. En Chinle
necesitaré hacer un gran esfuerzo de voluntad para seguir. Me conozco, como se
conocía el hombre de negocios que le dijo al Principito “El ejercicio me hace
falta. Pero no tengo tiempo para moverme”. Por ahora tú te congelas en esa
montaña argentina y yo me quemó en este desierto.
Muchas
veces he quedado situado, de buenas a
primeras, en las proximidades de algún animal. Pero igual si fuera halcón que
serpiente o Monstruo de Gila. Su mirada era la de un depredador, acostumbrado a
matar para comer. En especial los ojos de la serpiente me recuerdan las
formidables esculturas aztecas talladas en roca. Parece que un hombre es engullido por la serpiente.
Empezó a tragarlo por los pies, no por la cabeza. Si eso se dio alguna vez, y
no es raro teniendo en el país desierto y selvas, el desarrollo de tal drama
debió superar los horrores de cuanto haya imaginado Horacio Quiroga. Logro
desterrar de mí esos pensamientos recurriendo a la cosmovisión india mexica.
¿Una serpiente alada tragándose a un humano? ¿Qué más bella metáfora de un
hombre envilecido que se arrastra en el fango como serpiente y se eleva tocado
por lo espiritual? Mi peligrosidad, mi sabor y mi fragilidad eran medidos de
inmediato por ella con el sólo acto de sacar la lengua bífida.
“Me miraba
en los ojos, como si recordara haberme visto antes”, pensó Robinsón Crusoe
cuando regresó a su morada y vio al gato montés sentado en uno de sus barriles.
En cambio, cuando se trataba de una liebre o algún animal indefenso, su mirada
tenía una gran resignación. Como de un instrumento que hubiera sido enviado ahí
para, con su sacrificio, facilitara a otro que siguiera viviendo. Otros tenían
la mirada, como la lagartija o el correcaminos, de esos que se saben
difícilmente alcanzados porque en sus pies tienen el secreto de la velocidad. Y
de los escorpiones o tarántulas, de los que no atinas por dónde están sus ojos,
si acaso los tienen, puedes observar que se mueven de acuerdo a la distancia
que se encuentren de ti. Como si tuvieran un sistema de sonar o algo así.
Siempre febriles. Si están cerca te atacan veloces como el paso de la
electricidad. Si consideran que no te tienen “a tiro”, se alejan lo más veloces
que pueden. Igual hacen los pinacates.
IV
Caminar en
el desierto es una práctica en la que se tienen encuentros con la Estética, sin
lugar a dudas. Se sanea el cuerpo por medio del ejercicio mecánico. Y como no
hay seguridad que se vuelva a estar con vida en las siguientes veinticuatro
horas, se piensa mucho en los bienes materiales y vitales que se tienen. Por
escasos que estos sean, constituyen un verdadero caudal. Cada vez me acuerdo de
Chesterton pensando en el bien que resultaría el que un rico pasara, de vez en
cuando, veinticuatro horas con un pie en la eternidad. Llegado a la situación
extrema, el individuo hace un inventario de lo que aún le queda. Al contrario
que cuando se vive en la ciudad, donde hay la tendencia de confeccionar listas
de los pesares reales e imaginarios. Y contemplar de lejos el proceso de
desertización por el que pasa el planeta.
Una enfermedad que afecta a la humanidad, no a
la Tierra. Esta volverá a reverdecer y sus árboles y ríos llenarán de nuevo
bosques, selvas, montes, valles y cañadas. Su aire correrá otra vez limpio. El
desierto mismo podrá recuperarse y lucirá otra vez de verde. Sólo que el tiempo
en que se da la vida en el planeta es diferente que la escala en la que se
mueve el humano. Cortar la rama en la que se está sentado es una metáfora del
humano no de la naturaleza. En la actualidad la desertización afecta a mil
millones de personas en todo el mundo. Las pérdidas económicas por esta causa
son de más de cincuenta mil millones de dólares al año. África, Asia, América
en su mayor parte, Australia y el sur de Europa, sufren por esa causa. Lo peor
es que cuando este fenómeno de desertización alcanza un estado avanzado ya es
difícil que el humano lo haga reversible. Devolver la fertilidad es posible con
procesos laboriosos y muy caros. La depredación, la ignorancia, la falta de
voluntad política y la indiferencia de las naciones son las causantes de tal enfermedad.
Como sea,
¿te acuerdas del acrilato de potasio? Algún día volveré a recorrer, en
helicóptero, el camino que ahora estoy trazando a pie. Al menos cada treinta
kilómetros dejaré un depósito de agua en la que mezclaré acrilato de potasio.
Durante años habrá humedad en ese lugar. Y eso podrá dar pie para que empiece
ahí una pequeña zona verde. Señalar una ruta de verde natural, en pleno
desierto desnudo y tórrido, parece interesante. Las Secretarías de Turismo de
los países, que siempre andan a la búsqueda de clientes, deberían intentarlo.
Con imaginación sería el gran negocio. Altar captaría mucho dinero.
Entre tanto
sigo observando en los lugares habitados, escasos y reducidos, que me
encuentro, que cuando el matrimonio
indio se termina el hombre regresa a la familia de la madre. Son como en tu
etnia del Nevado de Toluca. La mujer,
con todas las pertenencias del matrimonio deshecho, incluidos los hijos,
también vuelve a la casa de su madre. El hombre es el que debe partir de cero
para empezar de nuevo. Beegin to beegin. La mujer, como de hecho ya era dueña
de todo cuando estaba casada, el único cambio que experimentó fue el de
librarse del marido. En adelante, entonces, la vida le será más fácil y alegre,
incluso para encontrar un nuevo compañero. Tomando en cuenta esta posesión de
los bienes materiales de la mujer en donde era dueña de los campos, las
cosechas y las casas y que por tal situación su preeminencia era indiscutible,
el que debe andarse con cuidado es el hombre. No puede darse aires de duro en
el seno de la familia porque en cualquier momento será dejado fuera de su grupo
familiar, al menos por el lado de la suegra.
Aquí la suegra y la mamá y la abuela y la bisabuela no son trastes
viejos como en la ciudad. Aquí tienen poder y hay que andarse con cuidado. Se
trata de una autoridad perenne pues ésta no se basa en cómo amaneció hoy la
Bolsa de Valores.
Los jefes
mismos de cada grupo tribal, o clan, eran nombrados por la mujer con más
autoridad entre todas las mujeres del grupo. Y ellas se encargaba de comunicar
tal nombramiento a las mujeres guías de los otros grupos. De ahí para el
futuro el jefe era el que mandaba, no la
mujer que había recomendado su nombramiento, pero si el jefe no cumplía con las
obligaciones propias del cargo, era la mujer la que buscaba el apoyo de las otras
mujeres para quitarlo de su puesto. Aquí sucede como en la idea de D. H.
Lawrence que habla de las abuelas. El indio desde niño se acostumbra a ver en
su abuela toda la autoridad imaginable.
Cuando posteriormente hay algún conflicto entre los padres y se inicia
el regreso a la casa de los abuelos, todo es natural. Además, como en las
mejores utopías de los blancos, desde Platón, pero que nunca han logrado
materializar, el grupo familiar pasa a ser el tutor de la educación y cuidado
de los niños. ¡Aquí no hay niños de la calle!
Las mujeres
participaban en el aporreamiento de que eran objeto los cautivos en la guerra
de otros clanes al llegar a la aldea que
había vencido. Como hicieron con Matho cuando llegó a Cartago. Todas las cosas
suyas que pueden ejercer en el nuevo
orden, ya bajo el gobierno de los blancos, las siguen desempeñando. Otras han
tenido que modificarlas. Algunas más permanecen soterradas en algunos grupos,
no en todos, como la poliandria - poligamia. Pero la autoridad de la mujer sigue
siendo determinante. Cuando una pareja busca ir a vivir al mundo de la ciudad,
el hombre estudia cómo resolver las cuestiones económicas y, con el tiempo, la
mujer empezará a perder su autoridad. Aunque aun así las cosas no serán como
con los occidentales. Acuérdate que entre los indios que venden sus chucherías en Coyoacán, la
mujer sigue siendo el centro en derredor del cual giran los niños y aun el
marido. Él tocará la flauta para pedir un peso y los niños buscarán que les den
limosna en tanto ella confecciona sus cuentas de abalorios para su venta que
tenderá sobre la banqueta. Y otra vez, una y otra vez, todos regresarán cada rato hacia la madre. La banqueta pasa a ser el campus indio
femenino dentro de la ciudad. Un panorama
indio milenario, que era y sigue siendo tanto en las etnias
norteamericanas como en las indias mexicanas.
Todo esto me
hace pensar en el ambiente de la ciudad. No es raro. Así como la idea y la
necesidad real de pensar en el agua está en el desierto en todo momento, así el
asunto de la soledad.
Nació en el seno de una familia cristiana.
Pero para ser cristiano, ortodoxo o no, se necesita la necesaria disposición de
ánimo y pasar desapercibido dentro de
una masa de mil millones. Llegado el momento cada uno de estos anónimos podrá
refrendar su fe con el más grande de los heroísmos. Entre tanto nadie jamás lo
conocerá.
No te
asustes. Por más que pienso en la soledad te aseguro que esta mañana mi estado
de ánimo es bueno. Disfruto más el panorama del desierto. La inmensidad de las
dunas doradas por el Sol lejano. Noradrenalina, serotonina y dopamina se
encuentran en sus cifras adecuadas que me permiten colgarme la mochila al
hombro y, con las manos en los bolsillos, echar a caminar despacio. Como si
fuera a beber una cerveza en el bar de la esquina y después regresar a ver un
programa de la televisión que empezara
hasta las seis de la tarde. Ni manía neurótica ni depresión. Un paso, otro
paso. El piso blando se hunde y mis pies aprecian esa delicia. Dejo atrás una
franja de arena de superficie nivelada por algún torrente que cayó en este lugar.
Hay belleza
en el hecho de vivir en comunidad. Y nosotros lo sabemos bien, tú en tus
montañas andinas y yo metido en los desiertos norteamericanos. Pero todo eso
puede convertirse en un infierno si no se tiene cuidado. Como cuando tienes
enfrente un delicioso pastel confeccionado con tres leches. Sabemos que, si
comemos más allá de una modesta rebanada, todo empieza a ser suicidio. Las
revistas científicas del área médica informan de la frecuente presencia de la
cefalea tensional que conocemos como gastritis y que tanto padece la población.
Si retrocediéramos la película hasta los años mozos de nuestra vida,
encontraríamos que todo eso empezó en la niñez misma con la cefalea tensional
que creció tanto que se convirtió en estrés negativo. Las principales y mayores fuentes de estrés para
los humanos provienen de otros humanos. Eso es provocado por las altas
concentraciones de población que vive la gente en un kilómetro cuadrado. Casas
habitación saturadas. Dicen que incluso se presenta este estrés de cifras
ya negativas en los neonatos. En las
clases reducidas privilegiadas económicamente
hay aburrimiento y hastío. Y en las colonias populares la privación se
encuentra por todos lados. Acaban diciendo los médicos que si desde niños los
individuos agarraran su mochila
y se fueran a las montañas...Nadie les hace caso. Tampoco a Thoreau le
hacían caso. Los adelantos genéticos corregirán todas estas anomalías. Entre
tanto no hay porque dejar problemas a los que ocuparán nuestro lugar. Acuérdate
que la conciencia colectiva de las hormigas no se anda con tonterías. Almacenan
alimentos de valor para sus bisnietos que nunca verán. Podríamos ir aprendiendo
de ellas. No se quedan en el hoy.
He encontrado,
mientras voy por la estepa, algunas
cosas parecidas a las de los paralelos mexicanos que vienen de tiempos
prehispánicos. Una de ellas, por
ejemplo, un templo del suroeste,
arriba de Sonora, lo que viene siendo Nuevo México y Arizona, que semeja una pirámide
pero en escala reducida y no escalonada en su edificación por basamentos como
las de Yucatán. Además lograda con material en el que entran en juego, para
su construcción, madera cubierta con
alguna clase de estuco. Y sus proporciones son sumamente reducidas. Imagínate
apenas una capilla junto a una catedral.
Puedes agregar las pipas de diverso material, por ejemplo de barro como
las de Teotihuacán. O los tejidos con dibujos
simbólicos y colores vivos como los de los huicholes de Nayarit. Las máscaras
desfiguradas que representan dos etapas de la vida como la juventud y la vejez
o la vida y la muerte. O el Palo Ensebado
que en la punta contiene cosas que
se llevará como premio el que logre llegar hasta arriba. Así también el
“Koshare de Taos” en que los payasos sagrados de los indios pueblo lleva a cabo
durante la fiesta anual del día de San Jerónimo. Me pregunto si aquí también
hubo canibalismo ritual.
Escriben los
historiadores que la extraña crueldad que desarrollaron en aquellos tiempos, algunas tribus norteamericanas, fue
una influencia de los aztecas. Y no creas que están tan lejos de la realidad.
Lo que hace parecer a estas muertes deliberadas, rituales, tan crueles, consiste en que son un tanto personalizadas.
Los blancos del siglo dieciséis entraban a saco en algunos asentamientos indios
y mataba a hombres, ancianas, niños, enfermos.
Todo. No quedaba absolutamente nada. Después, como si no fuera
suficiente, prendían fuego a los restos de las chozas y quebraban cuantos
trastos encontraban. Y, sin embargo,
comparado con lo que los indios le hacían a algunos prisioneros blancos, no
parece ser tan cruel. Lo agarraban y lo ponían a asar durante horas. Cuando el
cautivo se desmayaba por el tormento, suspendían la operación hasta que volvía en
sí. Después continuaban quemándolo. Hasta doce horas llegaban a aguantar antes
de expirar. Tenían cuidado que el acercamiento al fuego no fuera tan intenso
que provocara en tiempo corto su muerte. Algunos cronistas dicen que después lo
destazaban. Se lo repartían y se lo comían. Así de increíble como parece,
acuérdate que encontramos una ceremonia semejante en los aztecas relacionado
con el culto a Xiuhtecuhtli, dios del
fuego. Arrojaban al prisionero de guerra a la hoguera y lo sacaba para que no
muriera de inmediato. Los cronistas relatan un detalle de los que recibían el
tormento. Dicen que en determinado momento, ya medio asados, los cautivos
empezaban a vomitar. Y todo aquel que ha sufrido quemaduras de cierta gravedad
sabe que esta sensación o necesidad de volver el estómago es real. Se
mencionaba a los aztecas porque son los
más documentados en las crónicas de los españoles, algunas de ellas
verdaderamente soberbias en cuanto a su contenido que fue plasmado, ya en el
siglo de la conquista, con verdadero
método científico, sobre todo por Fray Bernardino de Sahagún. Pero basta darse
una vuelta a Tepantitla, en Teotihuacán,
para encontrar ahí, plasmados de una u otra manera, los cuchillos de obsidiana
y los corazones humanos ofrecidos en sacrificio. Y ya estaríamos hablando de quince siglos
antes de los aztecas. Los aztecas también extendieron su influencia cultural
hacía grupos del norte, que ahora es Estados Unidos.
5
I
La evocación
del gran lago central, asiento de los aztecas,
me ha hecho pensar en el agua. El lugar es ahora un salitral ocupado por
casi veinte millones de personas. Con sus cinco mil litros disponibles al año
por persona, México no es una potencia del agua, como sí lo es Canadá, con cien
mil litros por persona en ese mismo rango de tiempo. Te estoy hablando de un
país de fuertes contrastes. Sabes que Chiapas cuenta con más de cincuenta ríos
que llevan una cantidad de agua que ni en el Paraíso se imaginan. Algo tienen
que ver los Montes Azules pero sobre todo las montañas de lado norte que
después vierte hacia la selva, a través de las grandes cañadas, y antes que esa
agua se escape, es detenida por la Sierra Madre de Chiapas y encajonada en lo que se conoce como Depresión Central.
Pero ¿quieres
detalles? No lo vas a creer. En los
paralelos del norte de México se concentra el ochenta por ciento de la
población, la cual aporta el noventa por ciento del Producto Interno Bruto y
sólo cuenta con el treinta por ciento de agua. En cambio en el sureste vive el
veinticinco por ciento de la población, genera el dieciséis por ciento del PIB
y concentra el ochenta por ciento del recurso del agua. Otro contraste de este
país es que el noventa por ciento no tiene disciplina de pagar las tarifas de
agua que le cobra el gobierno. Tarifas, por cierto, bajísimas, porque es un
recurso subsidiado. Pero en cambio paga seis pesos por medio litro de agua
embotellada. Si sólo utilizara doscientos litros al día, esa persona habría
pagado mil doscientos pesos cada vez que
se pusiera el Sol. Y en México se gastan
doscientos litros de agua nada
más para lavar las llantas del automóvil.
El agua es
sinónimo de vida y debería considerársele sagrada, dijo Roberto Moreno, de la
Facultad de Estudios Superiores Iztacala, en la mesa redonda que asistí: El
Agua en la Ciudad de México, un Recurso Castigado. Cinco siglos atrás así se
pensaba. Más llegó la conquista y se burlaron de tan animista manera de ver
hacia la naturaleza. El que persistía lo mataban por idólatra. ¡Y aquí estamos!
Preguntándonos, como Gloria Valek, también se preguntó en esa ocasión. ¿Cómo es
posible que una ciudad edificada sobre una cuenca (la de México o Valle de
México) bañada por cinco lagos, alimentada a su vez por once ríos e
innumerables arroyos, sufra hoy aridez y enormes problemas de abastecimiento de
agua potable? Y otro académico, al hacer la referencia de la
increíblemente hermosa ciudad azteca
edificada en medio del agua, expresó que
el espacio que antes estuvo ocupado por agua, vegetación y diversidad de
especies animales ahora, desecado y lleno de salitre, está poblado por
dieciocho millones de personas, más de cuatro millones de vehículos, y miles de
viviendas, fábricas e industrias. Y cientos de edificios que se están hundiendo
y perdiendo la vertical porque sus acuíferos están casi vacíos, se extrae el agua y se les impide recargarlos
porque en las montañas vecinas se talan los bosques. Se fueron los árboles, se
fue el agua, se fueron los pajaritos y demás fauna del monte.
Cork se
preguntaba desde hacía un rato, cuando despertó por el ruido de unos minúsculos
pasos de alacrán que buscaba el modo de introducirse en la tienda, si ser, o siendo, es acto y potencia y si
sólo ser es también acto y potencia. ¡Diablos! exclamó en voz alta. Se incorporó
y abriendo su microcomputadora le escribió a Toci.
Te cuento
que los navajos son diestros en fabricar collares, pulseras y mil cosas para el
adorno personal. Lo combinan con metal y
piedras preciosas como la jadeíta. Desde el primer momento llama la atención,
al que no es de aquí, la manera profusa que tienen de embellecer su vestimenta
con estas joyas. Todo esto sobre ropas preciosamente bordadas y tejidas con
dibujos que procuran ser simbólicos. Es un hecho que la manera de trabajar las
piedras de ornamentación, dicen, se las enseñaron los mexicanos en tiempos
precristianos. Pero después de la conquista también los españoles proporcionaron mucha información de este
arte. Y como los españoles, a su vez, lo aprendieron de los árabes del norte de
África, se puede decir que ya desde aquellos siglos había empezado el fenómeno
de mundialización. Me refiero al lado bonito del asunto. También en la cestería logran los navajos verdaderas
preciosidades. En punto de la alfarería hay piezas con destino suntuoso y otras
para fines prácticos como cazuelas y ollas. Pero aun estas están tan bien
terminadas que es necesario pensarlo dos
veces si pones la pieza sobre la estufa o la cuelgas en la pared como adorno.
Igual sucede con los cestos. Los pequeños recipientes que tejen para albergar
en ellas las tortillas mejor se usan para guardar cosas como hilos, agujas o
las alhajas mismas. Imagina las ollas de los hohokam, con fondo rojo y dibujos negros, ¡preciosas!
Lo que
también aprendieron de los mexicanos, y esto no lo trajeron los españoles, y
los moros mucho menos, fue el papel preponderante que tiene la mujer no
solamente en la familia si no en la manera en que vive el grupo social de la
localidad. Fíjate en lo que leo por las tardes, después de cenar, del excelente
libro ilustrado de Oliver La Farge: “Indios Americanos”: “Los hombres corrían
con el gobierno y controlaban las ceremonias, pero las mujeres tenían mucho que
decir sobre todos estos asuntos mucho más de lo que aparentaban. El hombre
tiene que vivir con su mujer, y como él era el que tenía que ver con el
gobierno, podía resultar desagradable para él si decía o hacía algo
equivocado...Los campos eran propiedad de los clanes, subdivididos en
propiedades familiares que pertenecían a
la mujer cabeza de la casa. La cabeza del clan es el “clan madre”. La mujer más
anciana no tiene autoridad oficial, pero cuando ella habla, todo el mundo
escucha”. Al perder la propiedad personal, por efecto de la conquista del siglo dieciséis, la mujer perdió también
su preeminencia en el grupo. En pocas partes se conservó esa autoridad femenina
por sobre todas las situaciones políticas y económicas, como es el caso de las
mujeres juchitecas, en el sureste de México y las mazahuas, del altiplano
toluqueño.
Tengo ya
varios días caminando en el erg. En el medio día me abría paso entre los
cuarenta y nueve grados calientes de manera que
no hagas mucho caso de las ocurrencias que entonces me vinieron a la
mente. Xyster, el individuo que conocí en una la cervecería de Nueva York, del
que luego te contaré, dijo que Marco
Tulio Cicerón era un senador romano tramposo. Cito sus palabra donde dice que
si él hubiera tenido la desgracia de estar entre la masa... Imagínate a
Nietzsche pero veinte siglos atrás. Dijo al bajar su cerveza y limpiarse la
boca con el antebrazo:
Toda la
elegancia en ese libro y el cabrón, ya para
terminar, hizo como esos grandes analistas que se desgarran las
vestiduras. Defienden a la multitud y terminan de asesores de las autoridades
en contra de los trabajadores en huelga. Alabando la idea de aldeanizar al
mundo, empezando por los individuos haciéndolos más individuales no al estilo
de Ibsen sino de Heidegger. Hay mucha confusión en las ideas, se me
ocurrió decir entonces.
-¿Ideas?
¡Intereses! Pero esto viene desde más arriba. Arranca de los filósofos. La
pugna entre el idealista y el materialista hace que surja un tercer partido y
es el escéptico.
-Esto lo
dijo Emerson hace dos siglos.
-Sí. Son
pensadores que vivieron hace mucho tiempo. Son las mismas ideas pero con
nombres diferentes
-Igual puede
aplicarse a la política actual. El
escéptico es crítico de primera línea para analizar, a través de cuestionar.
Pero esta actitud, llevada al terreno de las urnas, para votaciones políticas,
conduce al abstencionismo.
Estábamos
sentados cerca de la pared del local. Veíamos tras los grandes ventanales pasar
a la gente.
-El mundo
necesita comer más verduras y frutas y hacer ejercicio - dijo mirando hacia la
distancia.
-En México,
con ser un país de baja economía, las fuentes oficiales consideran que la
tercera parte de su población es anémica
- obesa. Esto quiere decir treinta y cinco millones de individuos. - Agregó una
frase de Gregory Peck - Henry Street, en Las Nieves del Kilimanjaro, que se
había puesto de moda: - No porque el armón vaya más rápido que el caballo,
quiere decir que avanzamos.
Xister se echó medio litro de cerveza de un
jalón y luego de limpiarse la espuma con el antebrazo dijo que era novelista.
-¡Interesante!
¿Qué te dio por escribir?
-Porque soy
historiador de profesión.
-No
entiendo.
-El poder
teme más a la novela que a una obra de historia. Por eso trata de
desacreditarla. Cuando me di cuenta de eso dejé de escribir sendos libros de
historia y empecé con la novela. Su fluidez y su temática sin barreras se le
escapan de entre los dedos de las manos. Puede estar hablando de otro tiempo,
como Traven ¿has leído a Traven?, de otro lugar y de otro nombre. Y, sin
embargo, alguien muy concreto será el indiciado. La historia de tratamiento
epistémico le dará muchas vueltas para señalarlo. Y la historia mercenaria
levantará tanto humo como sea necesario
para velar el panorama. Se trata de un juego de perseverancia. La novela
histórica requiere de una investigación. Pero el poder ya se adelantó y dejó
sólo lo que le conviene en los archivos antes de irse. Más no pudo hacer lo
mismo con las bibliotecas del mundo...San Juan lo hizo con éxito hace dos mil años y Dante en el siglo trece. Los
romanos ni idea tenían de la comunicación que habían desarrollado los
cristianos a través del Apocalipsis. Y en plena Edad Media, la Divina Comedia, pudo decir cosas
impensables para su época.
Luego de
otro medio litro, agregó:
-Te voy a
contar algo de México que tu linda historia no te ha revelado. Estamos en el
principio del siglo diecinueve.
“Viajeros”, “Expediciones científicas”, “Gambusinos”...Todos quieren conocer
las potencialidades de México apenas Hidalgo ha dado el grito de independencia
frente a Francia y que en seguida se dirigirá contra España. Procedentes de países anglos, los nuevos visitantes
incluían siempre, como requisito para decidirse a invertir en México, el tema
de la libertad de cultos. Casi todos los insurgentes eran católicos, y
abundaban los caudillos – sacerdotes, pero necesitaban dinero para reconstruir
minas y presas...En este panorama social mexicano llega Henry George Ward, Encargado de
Negocios de su Majestad de Inglaterra, a las costas de Veracruz. Los caudillos
mexicanos del momento lo esperan con los brazos abiertos. Necesitan reconocimiento
político y también esperan que invierta su capital. Los caudillos tienen tan
sólo una década en la lucha y se revelan, a pesar de eso, como experimentados negociadores. Empero, los
otros, los extranjeros, tienen mil años de experiencia...
II
Otro medio
litro de cerveza.
-Créeme, la
prosa de Ward, elegante, sencilla y culta, descubre una educación de las
mejores universidades europeas de su tiempo. Aun en pleno siglo veintiuno es
agradable leerlo. Sobre todo si recordamos que a la sazón, en el diecinueve,
algunos de los mejores
escritores mexicanos se
esforzaban por llenar sus escritos de citas en latín y un español muy
rebuscado. Ward mezcla, con cuidadosa
dosificación, el dato exacto y la sabrosa
anécdota. Deberías leerlo… Puedes imaginar una pequeña expedición
inglesa que atraviesa el bárbaro y muy pobre territorio mexicano, carente de
caminos para carruajes. Sólo senderos para animales de carga, llevando consigo
tiendas de campaña, camas de latón y sirvientes. Además un surtido vestuario para cambiarse de ropa a
la hora de tomar el té, lo que hacen en pleno campo abierto o entre la agreste
montaña. Evita describir el absurdo de cómo hacían sus necesidades fisiológicas
en un país donde no se conocían los elegantes “retretes” de Inglaterra… Sobre
todo es muy cuidadoso en sus expresiones que escribe de las gentes, los lugares
y costumbres de México. Al final, como a
Lawrence de Arabia le pasó con las arenas del Cercano Oriente, parece que Ward
fue conquistado por México. Llegó a tomar, con agrado, pulque y pidió al conde
de Regla que fuera su compadre (ya sabes que en México todos son compadres) y
le llevó a bautizar a una de sus hijas…Pero me apresuro recordarte que, junto
con los demonios del dinero, también
llegó la gran cultura europea con un abanico más amplio que había sido
durante la colonia.
“Amado
Cork-le interrumpió Toci en la pantalla, siempre interrumpía_ te recuerdo que idiomáticamente recibimos el
español pero que, genéticamente, tenemos una porción de herencia europea porque
en ese continente el flujo y reflujo de
las poblaciones es ancestral, ya sea por
las guerras de conquista, o bien por emigraciones motivadas
por lo económico en tiempos de paz. Esto último también se puede decir
del aspecto cultural”.
…Este erg
presenta las más grandes dunas que te puedes imaginar y tan extensas que
siempre que llego a la cima de una de ellas veo el panorama infinito de
arena. Enormes dunas en los 360 grados
de horizonte. Si no fuera por mi brújula y el mapa y por los recursos empíricos que tengo para
orientarme en el día y en la noche, puedo asegurarte que enloquecería por el
temor a estar dando vuelta en una misma área sin avanzar en línea recta. Como
suele suceder a los alpinistas en el Pecho de la Iztaccihuatl, cuando la
montaña se cubre de niebla.
En mi grupo
social se ve a Peyote desde que somos niños. Si más tarde decidimos iniciarnos
se le conocerá de cerca. Pero también desde niños se nos enseña a respetarlo.
No se puede correr y brincar llevando un vaso lleno de nitroglicerina en la
mano. Peyote laicizado mata el cerebro, el alma y el cuerpo, repetían los
viejos. No es lo mismo comerlo en medio del pueblo para el bien estar de la
comunidad, que en una onánica ingesta individual. A ti que tanto te gustas el
cine norteamericano recuerda cuántos grandes actores y actrices han quedado en
la ruina física y económica por no haber respetado a Peyote.
Paso por
zonas de la llanura en las que vive Peyote. En la emergencia, lleno de sed y de
Sol, podría comer uno o dos trozos. Más lo saludo con respeto y me alejo.
Tenemos mecanismos que más vale no despertar… Siempre recuerdo lo que dice
Marco Tulio Cicerón y es que el mayor absurdo
sería suponer que el hombre tiene dominio sobre el vicio. Y en la actualidad más de un psiquiatra,
armado con las mejores luces de la Academia, estaría dispuesto a suscribir el
dicho de Cicerón. Entre tanto podemos señalar que muchos que levantaron
desafiantes la espada contra el vino laicizado o contra esto y aquello,
acabaron indigentes bajo los puentes de
Taxqueña y de Nonoalco.
Hay
alpinistas que consiguen sus cumbres a base de doping. También pintores,
cantantes, atletas... Sus finales desastrosos poco se conocen. Hay “comas” provocadas que al final se
prolongan mucho tiempo y tienen este origen. Nietzsche pagó con diez años de
vivir inconsciente semejante abuso. Era en bien de la poesía, aseguraba.
En la última
aldea que estuve vi que los hopis son de las pocas tribus norteamericanas que
practican desde la antigüedad el matrimonio monógamo. Se parecen en esto a la
costumbre de la ciudad que pueden
separarse o divorciarse y volver a casarse. Otras tribus, aunque de
organización polígama, muchos de ellos prefieren vivir con solo una mujer. Es
decir, creo que son ellas las que deciden que sea una. O admiten que sean
varias. Es probable que esta costumbre de ellos, por estar tan cerca, haya
inspirado en Joseph Smith la idea del matrimonio múltiple entre los mormones,
más que las referencias bíblicas.
También pude
observar que, igual que los cristianos,
consideran a los santos como hermanos cuya vida ejemplar es necesario imitar, y
a la vez los invocan como intercesores de ellos con Dios. Así los pueblos de
las Llanuras del Este, tienen sus kachinas o seres divinos. Sus
representaciones de estos seres divinos
las hacen en madera, piel, barro o
bordándola en sus telas de lana. Pueden parecernos, por su aspecto, que las
kachinas se trata de seres cuya misión fuera infundir temor en los humanos,
pero en realidad son benéficos y amables. En la manufactura llegan a ser unas
obras de arte. Sobre todo en lo que se refiere tanto a sus colores como a su
manera de pintarlos y la profusión que en ellos plasman de dibujos. Es una
iconografía en realidad muy rica en representaciones simbólicas. No olvides que
en la actualidad la psiquiatría recomienda que se dialogue con estas
representaciones, buscando una solución terapéutica. De otra manera se habla al
viento y se corre el riesgo de acabar perdiendo
la cordura. Como si se hablara solo frente al espejo. Un diálogo entre
el consciente y el subconsciente. Igual
hacen los que, a base de inhalantes, acabaron con sus neuronas.
Entre tanto
subo y bajo por las largas y hermosísimas crestas de arena que se pierden en el
cielo azul profundo totalmente exento de nubes, pienso en Koren Boxen, esa escritora adorada por ti que llena sus
novelas de personajes burgueses que gustan de imaginarse pensamientos
revolucionarios desde la elegante terraza de su mansión. No te enojes.
Burguesía y revolución van de la mano desde la misma Edad Media. Sólo que
entonces se llamaban feudales y, en la actualidad, después de largo recorrido
por la historia estrenando etiquetas, neofeudales. Ah, y Koren adoraba a corsarios depredadores, del siglo
diecinueve, a los que hacía dignos descendientes de Odiseo, el luminoso pirata
de la antigüedad. Es correcto decirle también corsario ya que su actividad
depredadora era aplaudida por la sociedad de su tiempo. Ya habrás notado que no te sigo mucho en eso
de quemar copal a algunos de los
luminosos griegos antiguos y su gran puesta en escena de la democracia que será
cantada por todos los siglos venideros. No estoy contra la democracia sino con ese manejo que se hace de ella. Lee los
discursos de los grandes oradores de la Revolución Francesa y encontrarás
abundantes citas a aquellos pensadores atenienses. Te cuento lo que a ese respecto escribe
Gilbert Murray en ocasión de la conquista de la isla Melos, del Egeo, por los
atenienses: “Tal fue la captura de la pequeña isla de Melos por los atenienses,
la matanza de todos sus varones adultos y la esclavitud de todas sus mujeres y
niños”. En realidad, dicen Eurípides y otros escritores griegos de ese tiempo,
aquella isla carecía de poder militar, su comercio era modestísimo y apenas
lograban sostenerse con su desmedrada agricultura doméstica. Ante el saqueo, las violaciones,
el espectáculo morboso de la sangre derramada, y la imposición de la esclavitud,
estos griegos cultos no eran diferentes a los bárbaros hunos incultos de
Atila. ¿Y qué dicen de esto los
historiadores? Bueno, para muchos la historia sigue siendo una manifestación de
las bellas artes y les vale un cacahuate la exactitud. Para otros es cuestión
de versión política y les importa nada la veracidad.
El famoso
adjetivo “indio” ha sido aceptado en estos paralelos de Las Grandes Llanuras
norteamericanas como una cosa propia y natural. Esto al margen de toda aquella
vieja historia de Cristóbal Colón que se dirigía a la India pero que, navegando
hacia el oeste, se topó antes con las Antillas y después con todo un nuevo
continente.
También el
adjetivo sigue siendo utilizado por otros en sentido peyorativo. Y puedes jurar
que así será por siempre. Lo mismo sucede con los adjetivos de negros, blancos,
amarillos, rojos. Con “chilango”, de la Ciudad de México, si lo dice alguien
que vive en los estados: “Has patria matando un chilango”. Chilango dicho por un chilango (que nace en
la capital del país) hasta es motivo de chascarrillos bien intencionados. En la
televisión de la capital sale en estos tiempos un spot que dice: “¡Estoy orgulloso de ser
chilango!”. Lo que es cierto es que respecto a estos adjetivos se puede
descubrir la cultura, los prejuicios e intereses que tiene el que los aplica.
No solamente
hay que luchar en el desierto contra la sed. Te comento que es necesario tener especial cuidado con el verdadero
peligro que es la deshidratación. La sed es una señal que algo grave puede
suceder. Y es que el organismo vaya echando mano de la humedad que lo mantiene en buen funcionamiento. Si alguien
quiere tener idea de la sed profunda de la que te estoy hablando, puede hacer
el experimento de ir a caminar a Teotihuacán, en la primavera, unas cinco horas
bajo el sol. Que le de vuelta a su circuito por fuera y después suba las
pirámides, incluida la Ciudadela. Al
final tendrá una idea de la sed que se
experimenta en el desierto en un solo día. De paso podrá observar, en ese
Valle, la conjunción de aires. Fríos
arriba y abajo los cálidos, formando remolinos en todas direcciones. Esto
también lo encontrará en el chaparral del desierto.
Agua y
temperatura aquí es un binomio omnipresente. La pérdida del agua por la piel,
el pulmón y la vejiga en el desierto es más acentuada en la gente que, como yo,
procede de la ciudad, en comparación de un habitante de las poblaciones de
estos paralelos con la adaptación al
menos desde niños y por generaciones. Y no hay que olvidar que en cualquier
caso se pierde líquido debido a las
altas temperaturas y precisamente en un medio geográfico en el que no hay agua.
III
Te digo que
la gente de la ciudad debería considerar
que se trata de una cosa seria el paulatino aumento de temperatura en el
planeta debido a la utilización de gases de efecto invernadero, tan utilizados
en la industria, que son los que
causan el cambio climático. Pero que en la escala casera también son muy
usados. Hasta ahora parece que en el último siglo no ha aumentado un grado la
temperatura pero se considera que en cien años puede llegar hasta varios grados
más de lo que tenemos ahora. Esto ya está dado de manera local en ciudades como
México en donde ha habido primaveras de hasta treinta y cinco grados. No creas
que me lo cuentan, yo los he medido.
Te estoy
hablando de la Ciudad de México pero que generalizada traería como consecuencia
efectos realmente catastróficos. Derretimiento de casquetes polares y glaciares
de las montañas continentales lo que está provocando cambios en el ciclo
hidrológico. Lo sé porque es mi profesión. Los científicos de la
Universidad se desgañitan todos los días
diciendo esto mismo en conferencias, a todos los públicos, que sustentan en sus diversos campus o por televisión. ¡Y
quién les hace caso! Como diría un gallego que conozco: ¡mierda con este mundo!
Siempre estamos esperando que las grandes industrias hagan algo al respecto.
Nos desentendemos del hecho que con sólo encender un cigarro también se está
participando en este asunto.¡ Millones de cigarros en el planeta cada minuto!
¡Temperatura y aire sucio! A nosotros nos manda al hospital con severos edemas
pulmonares y a la biodiversidad la termina en el corto plazo.
Entre tanto, en el segundo año del siglo veintiuno, en la Huasteca, la
temperatura alcanzó cuarenta y nueve grados por causas especiales regionales
como son los fenómenos conocidos como Niño y Niña. Se considera que hacía ya un
siglo y medio que no se tenían semejante temperaturas. Pero también porque ahora
contribuye a eso la tala de bosques, los grandes incendios de los mismos y el
uso de esos otros gases causados por la
urbanización. Me consta en las travesías por las montañas que hay mucho
descuido en la gente. Provoca con ello los grandes incendios en los bosques. En
las grandes cañadas del Eje Neovolcanico las sierras eléctricas de la tala funcionan todo el día, en las cotas hasta de
los cuatro mil. Pero también las condiciones huracanadas de los “Niños” desprenden,
con sus fuerzas, mucha cantidad de
ramas y hojas que quedan depositadas en el suelo. Cuando llega la primavera
esto se incendia solo y con suma facilidad. Es imposible no pensar en estos
fenómenos climáticos, regionales y globales, cuando se camina en el desierto
envuelto en temperaturas cercanas a los cincuenta grados. Lo irónico es que en
las poblaciones, al abrigo de las sombras, los ventiladores y el agua
embotellada, que se puede obtener con sólo estirar la mano, no se piensa así. Pero la paulatina deshidratación también
me hace recordar cosas agradables. Ester Echeverría es una cantante de temas
regionales en los que está presente al agua. Canta en español y en náhuatl.
Creo que el
sol empieza a afectarme las meninges. Pienso en el tiempo y en el “Sol
peregrinante” como le llamó Heidegger. Y
en sus sucesivas ahoras. Me está permitido moverme subiendo o descendiendo la
arista de la duna en este ahora. El ahora cuando llegue a su cima será otro. La
imagen de la eternidad. Esto lo vive cualquier pinacate o alguna otra criatura
del desierto. Es tiempo de observar a
los grandes pinacates y toda clase de animales que cruzan en mi camino. O yo en
el de ellos. No lo sé. Hay algunos pinacates enormes y empecinados que ven que
me aproximo y no detiene su paso. Entonces debo hacer alto y esperar...Me
pregunto si en realidad solamente los humanos somos criaturas que, al pensar,
se piensan en sí mismos. Ser que se concibe. Que habla solo consigo mismo, como
si fueran dos. Que tiene conciencia que al final morirá. O será que en el
cerebro del humano se nos ha colocado una tarjeta, una “memoria”, mediante la
cual podemos relacionar los ahoras pasados como los posteriores. ¿Es por lo que
podemos imaginar un final? ¿Quién sabe si una hormiga sea capaz de esta clase
de conexiones? Pero tú, en cambio, en tu campamento de altura de los Andes, en
tanto ves el cadáver de la alpinista
norteamericana, semisepultado por la nieve, y movido su anorak azul por el
viento, desde hace varios años, sabes que hay un final.
La última
vez que estuve en México asistí a una conferencia de los filósofos en Ciudad
Universitaria. No es por medio de la filosofía por la que se conoce a la vida,
dijeron. Es al revés. Y luego vino lo de la verdad. Dios es Dios para todos o
no lo es para ninguno. Esto quiere decir que Dios no es exclusivo para uno. Los
aztecas, dijo uno de los filósofos, cuando aseguraban que eran poseedores de la
verdad, y los demás estaban en el error, lo que estaban exponiendo era que eran
dueños de su verdad, pero no de la verdad universal. ¡Si había pueblos que se
lo creyeron, peor para ellos! Y, en realidad, como todo pueblo colonialista,
les importaba un pepino la verdad universal a la que anteponían su verdad. Y
con los aztecas se acabó esa verdad pero
no la verdad. Durante tres días estuvieron hablando los filósofos de la verdad.
Salieron
estos filósofos y entraron por turnos
los estoicos, los dialécticos, los académicos,
los peripatéticos, los husserlianos. Los nietzscheanos nada querían
saber de los otros. Los husserlianos se reúnen, en ciclos de conferencias, cada
cincuenta años para recordar el fallecimiento y las ideas del filósofo. Los
nietzscheanos, que les gusta matar todo, decían
que es necesario matar a la tradición.
Pero desde la tradición para que en los próximos cincuenta años volvamos a
reunirnos para que las ideas del maestro sean recordadas...Otro, muy joven por
cierto (no lo volverá a hacer cuando ya esté viejo), tomó la palabra y, como un
moderno Zaratustra, dijo que algunos filósofos deberían encontrarse desde el
primer semestre, en la Facultad, con la materia obligatoria de escribir al
final una novela. Humanizar la idea, nosotros que siempre estamos hablando de
humanismo. De esta manera se corregiría a tiempo toda esa deformación en el
planteamiento que encontramos en nuestros propios escritos. El pueblo estándar,
decía, necesita con urgencia de la calidad de pensamiento de los filósofos.
¡Hay ya mucha basura ocupando el casillero de “cultura”. Entre tanto, los
pensadores hemos formado una secta, por medio de nuestra manera de expresarnos,
de tal modo que nada más entre nosotros nos leemos. Hace años los geólogos,
geógrafos y aun los astrónomos universitarios, han emprendido ese camino conocido como divulgación científica. Lo
mismo tendríamos que hacer nosotros pero ahora
con el gran soporte del Humanismo en la literatura, que es el que puede
ser frecuentado hasta por los habitantes de las colonias precaristas (aquí
elevó la voz y empezó a manotear como un orador al final de su discurso en el
mitin callejero). “Si de cara a la democracia el voto de un ignorante vale lo
mismo, para conducir los destinos de la nación, que los de un decano
universitario, entonces apresurémonos a elevar la calidad de ese voto, no a
eliminarlo. Ni a rebajar la del emérito”.
Después
entraron al auditorio los filósofos del pensamiento racionalista y a estos les
sucedieron los que criticaban el pensamiento lógico. Sin faltar los heurísticos
que aseguran que no hay tal Platón después, del primer Platón, sino
que en el trasiego filosófico ha habido mucha interpolación y los apócrifos
pasan como los originales. Y que lo mismo sucede con Aristóteles.
También me
escribió preguntando:
-¿No se la
pasan de lo lindo los filósofos desmenuzando tales asuntos, Guillermo
Stenbergeen? ¿Crees que valió la
pena que hayas decidido suspender, por
unos días, tus actividades de perforar pozos en el fondo del Golfo de México,
para acompañarme a esas conferencias en
Ciudad Universitaria?
-Sí – le
contesté en su oportunidad -. Ahora sé menos de la verdad que el verano pasado.
Y de la realidad ya no sé por dónde quedó. ¡Y casi me desparecieron a mi tiempo
y a mi espacio! Hasta este día no sospechaba que en la filosofía suceda como en
la economía, en la religión y en la cultura. Cada grupo tiene su verdad y eso
es lo que lo caracteriza. Pero debe haber una verdad universal. Y de existir
esta verdad universal sería peligrosa
toda vez que amenaza la verdad de cada pueblo...
-No te
preocupes tanto – me contestó con desfachatez -. El año que viene volveremos a
ese congreso mundial de los filósofos en Ciudad Universitaria y de seguro ya
encontraron otra verdad…Schopenhauer dice que se la pasan tejiendo una
telaraña. Y a cada nuevo sistema filosófico las arañas salen apresuradas a
devorarlo.
Pero en
seguida se puso serio en lo que me estaba escribiendo:
- No creas
que se la pasan en la pura elucubración. Así como ves, estos son los que marcan las
directrices. De aquí se filtra todo este afán intelectual a los diversos
niveles de la literatura como son la poesía, el ensayo y la novela. De la
novela llega a los partidos políticos en donde es procesada según intereses
concretos de los grupos que forman la sociedad. Sólo que para entonces ya hay una interpretación en la perspectiva
de los intereses, no de las ideas, y es lo que conoce la gente. El estándar se
acerca a las urnas por temas cercanos tales como la economía, seguridad frente
a la delincuencia, lucha de géneros, fuentes de trabajo, educación pública y
gratuita, democracia... Y acaba por perder de vista el panorama pues todos los
partidos con puntos más, o puntos menos, le ofrecen cuestiones análogas. Sobre
todo cargan el punto en lo que los otros no hicieron. O, en lo que según ellos,
hicieron mal. Así es como nos encontramos
en el pleno surrealismo de gente
religiosa que vota por los partidos políticos cuya declaración de principios es
el laicismo anti religioso. O militantes del pensamiento racionalista que van
devotos a la Basílica de Guadalupe....
Como sea, no pierdas de vista que
esas ideologías empiezan ahí, precisamente, en el lugar en el que el
verano pasado nos encontrábamos parados
tomando café.
IV
Para el día
siguiente ya había olvidado a los filósofos y seguía contándome de su travesía
en el desierto navajo.
-Al dejar la
aldea algún anciano se me acerca y, a manera de despedida, me dice:
-Si tienes
fe puedes alcanzar la otra orilla del desierto.
-La tengo -
le respondo.
-Entonces
que Orenda, que siempre está cerca, te ayude.
Si te das
cuenta, es la misma posición de Jesús
respecto de la fe. Les preguntaba: ¿Tienes fe
que yo pueda curarte? Cuando acudes al psicólogo o al médico general ya
llevas la fe por delante. De otra manera
no darías un solo paso en dirección del
consultorio. De esta manera toda la
libertad de decisión correspondía hace veinte siglos al hombre y a la mujer. ¡Libre albedrío! En
realidad el asunto está pleno de antropocentrismo. Supongo que el cielo se
reserva la decisión de intervenir,
dándoles la gracia a los individuos verdaderamente necios. San Pablo, por
ejemplo. O Robinsón Crusoe. Es una simple cuestión de proporción entre
autosuficiencia y fe. Si aquella ocupa todo el panorama la fe no va a encontrar
la entrada a ese lugar por ningún lado. Ahora no te estoy hablando de aquellos
tiempos remotos en que empezó el
Evangelio. Aquí mismo, en Estados
Unidos, un individuo en pleno siglo veinte, que era corredor de bolsa en Wall
Street, sintió que necesitaba ayuda externa a su voluntad para poder vencer su
obsesión frente a la droga del alcohol y, según él, se le concedió. Toda su vida caminó en la ilusión que él solo
podía habérselas con el poderoso númen espirituoso…Este es un caso muy
documentado y no voy a entrar en detalles hablándo de ello. Sobre todo las
clínicas contra las adicciones requieren de fe.
Dice que la
noche anterior un grupo de muchachos indios navajos le pidió, después de la
cena, que les contara una película de vaqueros. Le preguntaron si había visto
“Shane”. El prototipo de los filmes de ese género cinematográfico. Por
supuesto la vio en el cine pues el
tiempo de la película en cuestión data de mediados del siglo veinte. En ese
remoto tiempo la gente no había metido
aun el Caballo de Troya de la televisión a su casa. Todos iban al cine. Había
salas de enormes proporciones físicas. Algunos cines en México hasta parecían
palacios. En la capital precisamente uno se llamaba así, Palacio Chino, en la
calle de Iturbide, a la vuelta del Reloj,
el Metropolitan, de avenida Independencia o el Encanto, de tres pisos o
niveles, en la calle Serapio Rendón.
-Hasta puedo
citarles – les dijo- las palabras con
que empieza la novela de Jack Schaefer:
“Bajó cabalgando a nuestro valle, en el verano del 87...” Y entonces en el film se ve a Alan Ladd
cabalgando sobre su caballo que baja hacia el hermoso valle donde se va a
desarrollar la trama y en el que lo esperan Jean Arthur, Van Heflin, Jack
Palance... Las esperanzas, las amenazas, las frustraciones, las alegrías, las
muertes...
Las
comunidades indias que pueden enviar a sus hijos a estudiar se inclinan por
carreras científicas. Pude observar que desde niños les enseñan a jugar con
figuras geométricas. Cuando van en la media superior no les tienen miedo a las
matemáticas. Esto en México arroja resultados de sólo el dos por ciento en las
carreras de las ciencias exactas. Tan exiguo porcentaje se dedicará a carreras
de la arquitectura, la astronomía, ciencias de la tierra, química, y las
ingenierías. Ahora en la Universidad Nacional Autónoma de México la matrícula femenina
es superior a la masculina. Pero pocas mujeres se van a las ciencias exactas.
Entre los indios muchas vocaciones
científicas se enfocan ya, desde el nivel elemental, al área de la
investigación que tienen inclinaciones con la enseñanza de los números. Algunos
muchachos, de la más variada gama de grados escolares, le preguntaban
cuestiones relacionadas con la geometría, la aritmética, álgebra y
trigonometría. Lo cual no es nada raro. El pensamiento indígena siempre ha
estado cerca del desarrollo matemático. Otros lo llevaban a su casa y frente a la pantalla de
computadora veían fórmulas y ecuaciones. Pero lo hacían de tal manera que se
daba cuenta que estaban tan familiarizados con la historia de las matemáticas
como en otras partes se conoce la trayectoria del fútbol. El sistema educativo
nacional aquí está diseñado para un
mundo de tecnología e investigación científica. “Al otro lado del canal están
en el siglo que viene”, diría George Eliot. “Van más de prisa que nosotros”.
-El
pensamiento indígena es matemático por méritos propios – dijo cuando se
retiraba a dormir a su tienda -. Tenían
la costumbre de estar mirando a las estrellas y familiarizados con el tiempo.
En ellos no es cosmogonía sino cronogonía. Bueno, esto sucedía en los lugares
del desierto navajo en los que todavía no había televisión...
-¿También
los mexicanos…?- inquirió un jovencito algo escéptico.
Cork apretó
unas teclas y apareció en pantalla el título de un trabajo que desarrollara
Guillermo Garcés Contreras, profesor del Politécnico Nacional de México:
“Pensamiento Matemático y Astronómico en el México Precolombino”. Había sido
publicado hacía muchos años, en 1983, y el autor mismo había fallecido desde el siglo pasado.
-¡Formidable!
– exclamó con sinceridad el muchacho.
Por lo aislado
que viven estas comunidades, en algunas partes se ha recurrido a la tele -
enseñanza. La gente todavía no descubre en plenitud, por más que la tenga desde
hace tiempo, esta posibilidad para hacerse de una buena educación tanto
científica como humanística. Es un recurso frente al incremento constante que
la población experimenta en las ciudades. Las aulas de la enseñanza directa
jamás volverán a ser suficientes. La
población crece pero los presupuestos de la Universidad Nacional siguen magros.
Sus aulas son las mismas que hace medio siglo. Además que en la universidad pública la
función docente no se ha valorado como debe,
con respecto a sus percepciones económicas, y esto crea conflicto de
manera permanente, en detrimento de la excelencia académica. La región tiene
graves compromisos económicos
internacionales que no permiten invertir en educación, como necesita
hacerlo y como lo señalan los organismos mundiales. En México a la gran
Universidad Nacional le dedicaban por ahora el 4 por ciento cuando la
Organización de las Naciones Unidas recomendaba el 8.
La auto enseñanza empieza a tomarla en cuenta
los países que han comprendido que la economía está sustentada en el
conocimiento universitario a nivel masivo. ¿Universitario a nivel masivo? ¡Un acertijo
que ni siquiera Batman podría resolver. Tal vez lo haga el sistema de
universidad abierta. Por conveniencia propia de los indios. Porque la economía
es desconfiada y no se desarrolla en lugares que carecen de cultura
humanística. Acuérdate que el Humanismo, del Renacimiento, fue obra
precisamente de los señores feudales que ya se estaban trasformando en
burgueses y se perfilaban, a la velocidad del rayo, a partir del siglo
dieciocho, en los capitalistas de la actualidad. Provocan la precarización pero
exigen cultura para fijar sus lugares de inversión. Y lo que hace falta para
que despeguen las comunidades, sin dejar
de ser ellas mismas, como lo han venido siendo a través de los milenios, es la
proyección con destino social. Una especie de cronovisión que siguiera mirando hacia las estrellas pero también que fuera ahora como palanca
cultural, económica y política. Aquí, como en los paralelos del sur inmediato,
el pensamiento indio sigue sin conocer a Platón. Lo occidental no les va a
abrir los brazos sino empiezan desde los griegos antiguos. Así como ellos no
acogen en su seno al que no hable de Orenda o el Popol Vuh.
En alguna
comunidad me han preguntado por mis logros académicos. Algunas consideraciones me hacían guardar silencio al
respecto o bien negarlos. Uno era que siempre recordaba las palabras con las
que Fitzgerald empieza su Gran Gatsby: “Cada vez que te sientas inclinado a
criticar a alguien, ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas”.
La otra era que mis excelencias académicas, más que acarrearme amistades, me
arrojaban a un individualismo cuyo aislamiento de la sociedad era el inevitable
resultado. Y, por último, ¿qué sabía yo en realidad? Los sabios que yo conocí y
admiré en los libros, cuando era estudiante de la media superior, dos décadas
más tarde estaban obsoletos frente a los que habían echado raíces activas en el
campus universitario. Aquellos seguían creyendo que la Tierra no se movía, que
era un solo bloque, en cambio los otros ya la llevaban y la traían por todos
los océanos.
Prefería
abordar el asunto con palabras llanas. Pero dejando en claro, para que la
comunicación les fuera útil, que esto de la ciencia empieza con la observación,
análisis y descripción de un organismo o fenómenos desconocidos para la ciencia,
hasta culminar con la publicación en una revista especializada. En el proceso
será necesario comunicar los resultados tanto en informes de trabajo, como en
conferencias y eventualmente en el campo de la docencia.
Más, ¿para
que todo este barullo de estudiar? ¿Estudiar por estudiar será una moda como
bailar o hablar en la calle desde el celular? Me interesaba decirles que un
muchacho indio científico necesita también ser culto. Tiene mayor
responsabilidad que un científico no indio. Debido a que, para conservar la
cultura india y comprender la cultura occidental, hay que leer.
-¿Cuánto?
-Al menos
dos horas diarias durante noventa años... Los padres indios hicieron la epopeya
de conservar la tradición original en el brutal choque con el blanco y su
superior tecnología que traían desde la Edad Media europea. Si ustedes ahora,
por medio del conocimiento de la técnica y las culturas, no llegan a ser
excelentes indios, seguirán como una abstracción de seres anacrónicos.
Llegado a
este punto me dirigía a las muchachas.
- El mundo
indio, por si no lo saben conscientemente, es esencialmente femenino. Será más
fuerte si las niñas se meten a las
aulas. La cultura occidental tiene muchos recursos de conquista. Donde las
armas de fuego no penetran, envía a sus guerreros ideológicos. Las sectas
religiosas espirituales van por delante. Estas borran toda huella de cultura
original. Lo primero que hacen es arrojar
a la figura femenina a un lado. Empiezan por decirles Marimachos, destrampadas,
frígidas... Por eso a la cultura occidental hay que conocerla. Es bella y
peligrosa. Cuando se le conoce y se conjura su peligrosidad queda su
insospechada belleza. Un militar vence por medio de matar o esclavizar. Pero un
guerrero religioso vence, alecciona al vencido y lo envía a conquistar para él
a otros. Es como la avispa que inutiliza, sin matar, a la tarántula en la que
depositará sus larvas y que estas, a su vez, sí devoran a la tarántula al
servirles de alimento en tanto se desarrollan y crecen. Precisamente lo que se
busca por medio del conocimiento es que nadie sea larva de nadie. Y los creyentes sean creyentes de veras. Un
laicismo bien fortalecido por su filosofía correspondiente y un espiritualismo
puesto en práctica frente a las necesidades de la calle precarista. Fuera de
esto lo demás es basura.
Xyster, que
así se llamaba mi amigo ocasional de Manhattan, me decía:
-Aquí
aparece lo necesario que es que un
país cultive a nivel masivo la lectura y
la escritura. El que lee tendrá que acabar escribiendo. Es una de las características
del mundo causal. En los países en los que se lee mucho se escribe mucho y se
publica mucho. Las industrias editoriales son abundantes y fuertes. Desde la
escuela y en la calle lo practican. Y la consecuencia es que son cumplidos y
generosos en los presupuestos para sus
universidades públicas. Son como un grupo de leñadores que se juntan para
construir una casa en el bosque. Así es la construcción del genio por un
pueblo. Y en la medida que esos leñadores están bien alimentados, los resultados
serán mucho mejores. Pero, para decirlo con Thoreau, “¿Cómo podemos esperar una
cosecha de pensamiento si no hemos tenido una siembra de carácter?”.Tenía razón. Los presupuestos
para educación no son ni siquiera la
mitad de lo recomendado por los organismos internacionales. Y los medios de
comunicación masiva se dedican a darle espacios a los pleitos de los partidos
políticos. O se afanan en hacer a la nota roja todavía más roja. O de
publicitar a alguna estrella de la escena. Están para vender, no para educar,
dicen una y otra vez. La Universidad Nacional Autónoma de México carece de un
fondo de estabilidad económica y cada año tiene que batallar para que le
aprueben su presupuesto. Es la carne del sándwich entre los dos poderes que son el presidente de la
república y el Congreso. La universidad siempre está en peligro que le pase lo que a la Piel de Zapa de Honorato
de Balzac. Cada vez que pide su presupuesto podría ir perdiendo una parte de su
autonomía. ¿Conoces a Thoreau, supongo?
V
Dijo que
Xyster resultó un buen conocedor de las cosas de México. Le había comentado:
-Me parece
que todo mexicano tendría que conocer a Thoreau. En Ciudad Universitaria hay,
todos los días, conferencias de las más diversas disciplinas científicas y
sociales. Son verdaderas cátedras porque una charla de estas constituye toda
una actividad académica. Pero, por importante que sea el papel educador de la
Universidad Nacional, todavía es como un foco de diez vatios tratando de
iluminar un vasto territorio en una noche cerrada. De otra manera, cuando,
empujado por su ADN, surge el genio, se encuentra con que cayó en una tierra
fértil y el resultado es una bella obra como Romeo y Julieta o unos Ensayos o
un Fausto. Justo Sierra y José Vasconcelos casi
surgieron en un erial. Tuvieron que empezar a reconstruir desde muy
atrás, cuando deberían haber dedicado
más de sus potencialidades a la producción original. Querido amigo, la ciencia
y la cultura son como una carrera atlética de relevos…
Al sabor y
olor de la cafeína le contó una anécdota:
-Cuando salí
de New Harbor, una playa frente al Golfo de Maine, ya llevaban dos semanas los
medios de información diciendo a todo el planeta los detalles del problema de
Michael Jacksón. Se le acusaba de pederasta y se decía que tenía líos con la
justicia. En suma eso no le importaba absolutamente a nadie más que a Michael
Jackson - me lo decía en tanto se jalaba los pelos de la cabeza de
desesperación- .Pero no hay modo de evitar encontrarse con el comentario, a
todas horas, y en todos los idiomas. En la prensa escrita, la radio y la
televisión y hasta por Internet. Me huele
a una de esas propagandas
publicitarias que la gente del espectáculo suele inventarse... Como sea,
resultaba insoportable. Pero – se seguía jalando los pelos- ¿qué hacer? Es más
fácil evitar un dolor de muelas que encontrarse de nuevo con el escándalo de
vodevil. La solución sería tirarse de cabeza en el Hudson y que sus aguas nos
liberen de este suplicio. Pero somos tantos los que estamos bajo la metralla
que pronto llenaríamos el río.
Le contó que
él venía de un país en el que la cantante “Lucerito” había saltado de pronto a
esos increíbles niveles de popularidad. Uno de los de su equipo de seguridad
había agredido a los periodistas, pistola en mano. Durante un mes todos nos
desayunábamos y nos acostábamos escuchando comentarios del guardaespaldas de
Lucerito. Por todos los medios de
información masiva. Por absolutamente todo un mes no existieron los hombres de
ciencia de la universidad, ni Cámara de Diputados ni la guerra de Irak...Cuando
la noticia se gastó y por fin fuimos liberados...La moneda de adquirir cosas,
que flotaba y flotaba, entre tanto, se había ido hasta el sótano...
Xyster
le comunicó que conoció una tribu de los
hopis.
-Una vez al
año, al llegar el invierno, esta tribu visita en masa el lugar en el que está
sepultado Nube Blanca. Fue uno de sus grandes guías de los tiempos preanglos.
Por la noche se encienden fogatas y se danza por grupos en las cercanías de la
tumba. Como los rusos visitan la tumba de Lenin o como los cristianos el Santo
Sepulcro en Jerusalén.
-Como lo
finlandeses la tumba del obispo Magnus Tavast, en la capilla del Santo Sacramento
en la catedral de Turku- dijo Cork.
Xyster había
regresado a los medios de información.
Cincuenta
medios ponen sus micrófonos en la boca de un funcionario de primera línea del
gobierno. Un solo punto de vista que mañana tendrá por lo menos tres versiones.
Parado frente al puesto de periódicos, al día siguiente un individuo puede ver
los encabezados de esos diarios. Tres verdades que correspondían cada una de ellas a los tres partidos
políticos más grandes. Si hubiera cuatro partidos fuertes, tendríamos cuatro
verdades.
También él
regresó al tema de la universidad. Como no es posible que el pueblo en masa se
meta a los auditorios universitarios, la Universidad Nacional tiene un medio
informativo periódico de carácter general dentro de sus campus. Le aseguró que
en todo el país no encontraría una publicación de contenido didáctico, temática
tan variada, como la Gaceta. Cada número contiene dos o tres resúmenes de
conferencias de especialistas en cien disciplinas científicas y otras tantas
humanísticas. Con sólo su lectura, la gente estaría informada como ningún otro
pueblo en el planeta.
Cincuenta y
dos grados y es cuando pensaba que así como la conciencia despierta tras el
error cometido, así la silenciosidad de sí mismo es lo que permite que el oído
se agudice y perciba hasta el veloz pasar de los correcaminos. Se acordó que
Schopenhauer soñaba con tener orejas de murciélago para escuchar mejor al
enemigo que se acercara. Tal vez pensaba en Hegel.
Se le
figuraba que debe ser parecido en el
manicomio. En ambos lugares se usa mucho el “mí mismo”, “yo”, la “voz” y un
eterno “ustedes” que desde luego no existen más que en la imaginación. Los tiempos son de hablar en singular hasta que se consigue la suprema meta del manicomio. O los pensadores anti masa que
caen en coma sus últimos años como Nietzsche y Hölderlin.
Pensaba también que
esa silenciosidad del desierto es
la que nos permite ver que en el mundo real la
cháchara estorba el atento percibir de las cosas que nos llega de otros.
Te digo
estas cosas, le escribía a Toci, porque en tu aislamiento, actual en las
montañas andinas, estás en posición de entenderme plenamente. También habrás notado que aquí se perciben
los cambios de estado de ánimo. En la ciudad el constante encontrarse con las
personas los hace aparecer menos marcados. Los sentimientos son el arrobamiento
frente a la belleza de “abajo y de arriba”, tanto en el día como en la noche.
Y, de manera alternativa, pero en ocasiones atropellada, se desemboca en el
sentimiento agudo de la soledad y la nostalgia de la gente. Querer estar solo y
a la vez anhelar platicar con alguien. La mercadotecnia lo resolvió de manera
formidable. De pronto nueve partes de la humanidad tuvo necesidad urgente de
hablar por teléfono. Puso de manifiesto esta
necesidad durante algún tiempo y después vendió incontables millones teléfonos celulares. La
gente sigue estando felizmente sola y a la vez puede hablar desde cualquier
lugar con alguien en el momento que quiera. Ver la figura del interlocutor que
ríe y gesticula y, cuando oprime el botón... Creo que el equilibrio estriba en
poder lograr cualquiera de estas cosas. La decepción está en no poder alcanzar la realización de ese mundo virtual.
Yo podré estar solo en el desierto, el tiempo se me pegue la gana, pero al fin
llegaré a algún lugar habitado, y platicaré y me platicarán. Y, ¿el que se
encuentra entre la multitud sin poder alcanzar la soledad? ¿O el que está
confinado a alguna clase de celda sin poder comunicarse?
Déjame
contarte un episodio que contiene más sustancia que algunas obras de filosofía
que yo conozco. El autor del relato es
Mark Twain. Y es que Joel el Indio quedó encerrado en aquella cueva conocida como de Mac Dougall, a la que el juez Thatcher
había ordenado sellar la entrada con una reja de hierro, sin saber que alguien
estaba en su interior. Tom Sawyer, el muchacho vagabundo, se imaginó, al
saberlo, en su justa dimensión la angustia y desolación del indio, “con sus
facultades potentes y enloquecidas”, en los días antes de su muerte. El desventurado
había muerto de hambre. Cerca de la entrada, se había ido elevando lentamente
desde el suelo, durante siglos, una estalagmita construida por la gota de agua
que caía de una estalactita en lo alto. El prisionero había roto la estalagmita
y sobre el muñón había colocado un canto, en el cual había tallado una ligera
oquedad para recibir la preciosa gota que caía cada veinte minutos con la
precisión desesperante de un mecanismo de relojería: una cucharadita cada
veinticuatro horas. Aquella gota estaba cayendo cuando las pirámides de Egipto
eran construidas; cuando el sitio de Troya; cuando se fundó Roma; cuando Cristo
fue crucificado; cuando Guillermo de Normandía, el Conquistador, creó el
imperio británico; cuando Colón abandonó el puerto de Palos... Está cayendo
ahora; caerá todavía cuando todas esas cosas se hayan desvanecido en las
lejanías de la historia y en la penumbra de la tradición, y se haya perdido
para siempre en la densa noche del olvido. Mark Twain acaba preguntándose:
¿tienen todas estas cosas una finalidad y una misión? ¿Ha estado esta gota
cayendo pacientemente cinco mil años para estar preparada a satisfacer a la necesidad de este efímero ser humano, y
tiene algún otro importante fin qué llenar dentro de diez mil años?
Tú y yo, en nuestro
confinamiento actual, aunque voluntario, podemos entender en el episodio de
Joel el Indio, la necesidad de poder entablar comunicación con los demás. ¡Y poder hacerlo! Desde esta posibilidad
puedes muy bien escoger la soledad. Me pregunto qué clase de soledad tuvo que
conocer Pound cuando se pregunta ¿de qué
sirve hablar? Y agregaba que hablar no lleva a ningún sitio...Seguramente estaba
pensando en oídos sordos. No en soledades geográficas.
Leí por
primera vez a Emerson desde que era niño y seguí, desde entonces, sus
costumbres de guardar “entre comillas” las frases acertadas de otros hombres.
En ocasiones a este pensador le arrebata el pensamiento de no leer a nadie y lanzarse a inventar el mundo y
la vida por cuenta propia. Nada de Sócrates ni de Escolástica ni de Lógica. Pero la verdad que pocos como Emerson (es probable que nadie)
llegaran a acumular en su vida tal cantidad de citas de otros pensadores. Decía
que tales pensamientos, ajenos, eran diamantes que mezclaba con su polvo. ¿Conoces
un ejemplo de humildad como éste entre los escritores? Por mi parte nunca pude,
ni quise, olvidar ese arte suyo de hacer citas. De tal manera que te pido hagas
lo mismo. No quieras aparecer original con ideas de otros. En especial tú, que
perteneces a una etnia, sabes la delicia que es repetir los pensamientos de los
antecesores. Es el meollo de la tradición oral. Los indios cuentan sus cosas
mil veces en su vida sin variar ni una sola palabra. Y no conoceríamos la maravilla de La Ilíada
si a Homero le hubiera dado por hacerse el exquisito y no repetir todas esas
bellas tradiciones que nos cuenta. La tirada de mil ejemplares de un libro es
la repetición de mil relatos idénticos, de los que todos vamos aprendiendo. Ya
sabes que, por mi parte, hasta cinco
veces o más vuelvo a leer un
mismo libro. En este momento me acuerdo
de El Gran Gatsby, las comedias de Aristófanes, La Ruta del Dr. Shannon… Bueno,
se han escrito tantos deliciosos trabajos a lo largo de los siglos…Nada más por
eso bien valió la dicha haber nacido…
No lo tomes
como regaño pero es que en cultura no se puede partir de cero. Sólo los
escritores de partido lo intentan para su molino. Pero en un panorama universal
hay que conocer primero a los líderes
occidentales como Platón, Aristóteles, Zenón, San Alberto Magno, Goethe,
Shakespeare, Flaubert, Víctor Hugo, Tolstoi...Y a los americanos empezando por Fray Bernardino de Sahagún,
Fray Diego de Durán, Nezahualcoyotl, Chimalphain...Si bien, no para quedarse en
la contemplación. Sólo como peldaños para la propia obra. Hay, ciertamente,
espíritus originales bien intencionados que en todas partes quieren empezar de
cero pero...pronto se encuentran que hay
que volver a recorrer las Edades de
Piedra, Hierro, Bronce... ¿Quién sabe si alguna vez llegarán a nuestros días? Y, cuando lo hagan, ¿en
dónde andarán los que se apoyaron en la tradición? Kurt Salamun dice que Kierkegaard
ha influido, en el concepto de la vida y en la imagen del individuo de Jaspers.
VI
Cork había participado en un concurso de bebedores
de pulque. Eso fue la temporada pasada de montaña, en la Sierra de Hidalgo.
Teníamos dos semanas escalando en el
Circo del Crestón, del Macizo de las Monjas. Más tarde nos trasladamos a una
cordillera de paredes y agujas que está inmediatamente al sur de este lugar.
Cerca del “Valle del Muerto Sin Cabeza” (en la época que la gente de estos pueblos serranos vivían
de vender madera a las minas, desde mediados del siglo dieciséis, se dio mucho movimiento de aserradero en
estos altos bosques, entre Estanzuela y Chico. Un día encontraron una cabeza de humano en este valle alargado, pero nunca hallaron el cuerpo).
Se nos terminaron las provisiones y bajamos
hacia el noroeste. En una tienda de Capula vendían de todo. Desde un tractor
hasta víveres, sombreros, aparejos y sillas para caballos, refrescos light,
tornillos sin fin, agujas, hilos… Algunos niños ya veían televisión a esa hora
temprana. Al verlos, Cork hizo el comentario que los niños normales saben que
los ochenta mil asesinatos que ven en la televisión es pura ficción. Pero que
para los niños enfermos de la mente eso puede ser real. Algunos buscarán
emularlos cuando crezcan…
Estábamos
por echarnos las mochilas al hombro y empezar a remontar la vertiente del
sureste y regresar a nuestro campamento del Valle del Muerto Sin Cabeza,
después de comprar los víveres, cuando escuchamos a alguien que decía:
-Ustedes,
que no son de aquí, deberían participar en el CLVII Magno Concurso de Bebedores
de Pulque. Es anual. Compiten quince pueblos serranos de la región. Vienen
desde Actopan. La sede del Concurso para
el siguiente año se lo lleva para su pueblo el que gane. Los últimos cinco años
han ganado los de San Juan. Por una contingencia de última hora, este año
tendrá lugar aquí, en Capula. La Magna Sala del Concurso, de aquel pueblo, está
en etapa de reconstrucción.
-¿Cuándo tendrá
lugar la competencia? – pregunté en tanto miraba a Cork que en ese momento
guardaba silencio y veía hacia el oeste, en dirección a las agujas de Los
Frailes, que por la lejanía casi se perdían entre la bruma azul y la fuerte luz solar. Cork era algo así
como un ser especial para eso de beber.
Había nacido bajo el signo de Ome Tochtli. Es decir, predispuesto para beber
cuanta cosa tuviera alcohol. Y también señalado para morir con el hígado
destrozado por la cirrosis. Pero Kiva, su madre, lo llevó, apenas a los cuatro días de haber nacido, con los
ancianos de su grupo perdido en el desierto de Chihuahua. Practicaron el
exorcismo y cambiaron el sino. “Debe ser abstemio por completo” había pedido la
madre. Pero un sacerdote de los presentes, se guardó de pronunciar la formula.
De esa manera no sería abstemio pero tampoco
se emborrachaba ni moriría por
ello. Así está escrito en el Tonalpohualli.
Cork después
miraba a una muchacha del pueblo. Bella y bien puesta. Pero sólo fue un momento
y después apartó la vista. Ante estas situaciones siempre me recitaba lo que
Gregory Peck había dicho a su sirviente negro al pie de Las Nieves del
Kilimanjaro: “Ustedes los africanos sí saben tratar a las mujeres. Cambian
vacas por mujeres. Si no funcionan las regresan al dueño. Nosotros usamos
emociones. Sino funciona no nos regresan nada”. Sólo queda el indeleble trauma.
-Sería jugar
con toda la ventaja de mi parte - dijo cuándo se lo propuse. El premio en
metálico era tentador. Se calculaba que para los festejos, pre y pos certamen,
se gastarían cien millones de pesos para una semana de fiesta. Y otro tanto
sería el premio para el ganador.
-Con ese
dinero podríamos pasarnos escalando en estas montañas los próximos veinte años
de nuestras vidas. Conquistaríamos cuanta cumbre, arista y pared hay.
Escribiríamos un libro de sus fichas técnicas...Bajaríamos cada dos semanas a
descansar a un buen hotel de Chico y de vez en cuando iríamos a nadar a Amajac.
Volveríamos a remontar la cuesta hasta nuestro campamento de altura. Invitaríamos a nuestras amigas a que nos visitaran en las
tiendas...
-No me
interesa – dijo en tanto se echaba la mochila al hombro. Y ya empezábamos a
caminar por la empinada calle del principio, cuando entró al tendajón – almacén
un tipo alto, bien vestido de mirada
insolente. En efecto, resultó ser un fanfarrón. Las palabras que pronunció
cambió todo el cuadro.
-Alcancé a
oír que los invitabas a participar en el Concurso – dijo al tendero al tiempo
que dibujaba una cruel sonrisa -. ¿Cómo se te ocurre tal cosa? Se ve que son de
la ciudad. Y, por si fuera poco, de México, ni siquiera de Pachuca...Con que
los subas a la Rueda de la Fortuna ya podrás ver cómo bajan vomitando. Aquí
puro tomador fuerte.
El individuo
que estaba hablando era el campeón de
los últimos cinco años. Y lucía más fuerte que todos. Era de un pueblo de la
profunda cañada al norte de Capula.
En algo
tenía razón. Previo al Concurso, los pueblos llevaban a cabo una preselección
de bebedores de pulque. El campeón local era el que iba con gastos pagados
y la cantidad fijada para la apuesta.
Por lo general los ganadores en todas partes eran los mineros. Como el polvo en
la garganta se acumulaba allá abajo, por efecto del taladro sobre la roca, la
garganta se atascaba de lodo y este se iba a los pulmones. Para conjurar tan
grave peligro, lo que hacían al
volver a la superficie era champarse al
menos un galón de pulque sin respirar. Después, ya más calmados, por haber
conjurado el peligro de la silicosis, departían todavía algún tiempo cambiando
impresiones respecto del eterno asunto de
la extracción de la plata. Era algo que desde tiempos de la colonia
española, decían, ocupaba el primer lugar en el mundo en cuanto a producción. Y, agregaban los
eternos inconformes, que nadie sabía por
qué el pueblo era tan pobre teniendo tanta plata en metálico. Era lo que
siempre se preguntaba en estas charlas...
-¡Adiós
mariquitas! – dijo el campeón cuando dimos los primeros pasos afuera del local.
Y, después de otros dos pasos, Cork se detuvo. ¿Se había parado para agarrarle
la palabra al bravucón? El primer sorprendido fui yo. No podía imaginar que
Cork fuera a competir porque su ego hubiera sido lastimado, como esperaba el
otro. ¿Cómo puede ofenderse alguien que está seguro de sí mismo? Y los otros
también se sorprendieron que alguien recogiera el guante lanzado por el bebedor
más fuerte de toda aquella parte de la sierra.
-No tenemos
tiempo para esperar a que se desarrolle
el programa del Concurso y su consecuente eliminación de competidores–
dijo directamente al campeón -. Pero, podemos apostar tú y yo, la cantidad de
dinero que quieras... Al menos puedes tomarlo como entrenamiento.
No lo pensó
dos segundos.
-¡Va! –
contestó-. ¡Cien millones de pesos!-.En esa época en México el dinero tenía
tres ceros de más de lo que en realidad valía.
-¡Hecho-. Y
luego se volteó hacia los otros-. ¿Aceptan?
-¿Sí! - respondieron a coro, gustosos y picados de
curiosidad que alguien se le enfrentara al insolente. Pero más sorprendidos
quedaron al escuchar a Cork:
-Pido
atentamente a los habitantes de este
pueblo, me permitan competir en representación de Capula. Ya cuando era niño
empecé a pasar por aquí, en excursión de alpinismo, desde San José Tepenené, hasta Pachuca, y realmente le tengo aprecio
al lugar. Y a su gente... Desde luego, nosotros ponemos la cantidad íntegra de
la apuesta.
Casi no pudo
terminar de hablar cuando se dejó escuchar un nutrido aplauso de los capuleños.
Los quince campeones regionales, seguidos por autoridades civiles de Capula, y
otros treinta vecinos, pasamos al recinto donde tendría lugar la competencia.
Era una sala de diez metros por cinco.
El suelo había sido llenado de aserrín que, para seguir la tradición, estaba
pintado de rojo. Tiras de papel cortado de colores fuertes atravesaban la
estancia en todas direcciones cerca del techo. En el fondo cinco barriles con
capacidad de cien litros cada uno. Todo olía a pulque por lo que de inmediato
entramos en el ambiente apropiado. Se nombraron los jueces que debían
certificar el proceso, incluido la entrega del dinero al ganador.
Para
entonces el campeón de la cañada se
había envalentonado al ver la figura de Cork. Este tenía la talla alta, de la
gente del norte. Pero la práctica de la escalada, y la costumbre genética de su
pueblo, de correr todos los días, por todas partes, y de preferencia en la
estepa, lo mantenían un tanto delgado. El campeón, en cambio, era de mediana
estatura, pero grueso y fuerte como un leñador profesional de aserradero.
-Que sea el
doble de millones - agregó.
Cork dijo
simplemente:
-Acepto.
Casi me
oriné en los pantalones. No porque tuviera duda que ganaría, sino porque
nuestro capital, reunidas su fortuna y la mía, después de comprar los víveres,
no llegaba a diez mil pesos. Es decir, a unos diez pesos de los de ahora.
-Vale de por
medio - dijo el campeón estampando su firma en un papel que entregó a los jueces-. Es natural pues nadie
lleva encima doscientos millones. Se llamaron a sus testigos que en todo caso quedaban como aval.
-Firmo mi
cheque por la misma cantidad - contestó Cork. Y luego me señaló -. Guillermo
Stenbergeen, aquí presente, es mi testigo y
aval.
-Acepto -
dije pero sin entender nada. Excepto que aquella misma noche dormiríamos en
alguna celda de la cárcel de Chico.
-¿Y, si
hubieran descubierto que ni siquiera tienes
cuenta en el banco . O que mi tarjeta mágica apenas es respaldada por el
precio de su plástico?
-En ese caso
ahí hubiera acabado todo el cuento. Nos llamarían mentirosos pero nada más. Lo
declararían improcedente y ya. Pero eso sí, como las deudas del juego son
deudas de honor, nos llenarían no sólo las mochilas sino también el cuerpo de
plomo.
El
presidente de los jueces dirigió una mirada a uno de los jueces secretarios
para que diera la señal y principiara la competencia. De inmediato el otro
lanzó hacia los aires el “chulo”. Es el trapo que sirve para limpiar las mesas
del pulque que van desparramando los comensales, pero que ocupa un lugar
destacado en el ritual de toda pulquería.
Cuatro horas
duró la justa. Sólo interrumpían de beber para orinar. Cork se mantenía dos
litros atrás del campeón. Para conservar esta ventaja, el campeón apuraba litro
tras litro. A efecto de que no perdieran tiempo de cruzar la estancia, los
jueces habían dispuesto un orinal de madera de cedro, traída de la selva de
Chiapas, para cada uno, con capacidad de dos litros. Fueron expresamente
fabricados para el Concurso, por los más hábiles artesanos del norte de
Hidalgo. Su tallado, bellamente logrado con una pareja de amantes haciéndose el
amor, ponía de manifiesto el destacado
poder erótico del pulque. No por nada
uno de los númenes del pulque es la diosa llamada Mayahuel.
Al final un
juez ayudante fue hasta Cork, y le puso
una “catrina” de vidrio azul - verdoso en la mano, que levantó en señal de triunfo.
El mismo obligó a que Cork lo mantuviera en alto dando tiempo a los fotógrafos, que habían enviados los “medios”, hasta que pudieran
estos estar seguros de haber logrado unas buenas “tomas”. Bajaron los brazos
cuando el último “flash” fue disparado.
El campeón
había caído como fulminado. La congestión era tan obvia que fue preciso
trasladarlo en ambulancia hasta la ciudad de Pachuca. Lograron salvarle la vida
después de obligarlo a vomitar, le inyectaron algo y por el trayecto le
cepillaban vigorosamente el cerebro y los brazos. Y, en algún momento, cuando
ya se les “iba”, le acercaron amoniaco en las narices hasta que lograron que
“regresara”.
Cork estaba
tan tranquilo, que uno de los médicos tuvo que examinarlo para cerciorarse de
que no hubiera tomado alguna droga con la intención de contrarrestar el efecto
de la bebida. Cuando dieron su fallo, Cork fue hasta la mesa de los jueces.
Estos entregaron un contra recibo, con el número de la cuenta bancaria del ex
campeón, para ser cobrado en cualquier momento.
Cork vio el
vale, lo olió y lo sopesó. Luego de dirigirme una mirada de resignación,
suspiró, y acto seguido devolvió el
documento al presidente de los jueces. Los periodistas olieron que “tenían su
historia” y reanudaron los disparos del flash.
Cork escribió la siguiente nota, que tuve que avalar con mi firma: “Los presentes doscientos
millones (también con letra) de pesos, ganados en el CLVII Magno Concurso de
Bebedores de Pulque, el cual ha sido debidamente observado por los señores jueces
tal y tal y realizado con fecha tal en el pueblo de Capula, Hidalgo, y en
presencia de la autoridad civil debidamente acreditada, ante los habitantes del
lugar arriba anotado, y en el que estuvieron presentes (seguían treinta nombres
de capuleños), declaramos los abajo firmantes que dicha cantidad deberá ser
administrada por un Fideicomiso, que será
integrado por los individuos que el pueblo en sesión general tenga a
bien señalar para el caso. Además de la parte correspondiente de la autoridad
civil debidamente acreditada. Todo avalado con notario público. El mencionado
dinero, en su integridad, será destinado únicamente para la alimentación de los
niños de Capula. Esta alimentación será vigilada por profesionales con título de
alguna institución educativa superior.
Firmamos, en
medio del delirio de todos, entregamos el documento y nos largamos por donde
habíamos llegado. No paramos hasta alcanzar el primer valle en la subida.
Y en tanto
descansábamos los hombros de las pesadas mochilas llenas de víveres, le volví a
preguntar:
-¿Y si
hubieran checado tu maldita cuenta bancaria?
- Conozco bien el ambiente inmediato cuando
comienza este tipo de competencias. La
gente no presta atención a tales detalles. Y, por su parte, el que va a
participar, sobre todo si se trata de
alguien que viene invicto, su ego es tan supremamente enorme que lo que quiere
es empezar para hacer talco a su oponente.... ¿Cuánto tiempo crees que nos
alcanzarán estos víveres para seguir escalando?
Dos semanas
– dije algo resentido -. Después habrá que bajar al valle y… seguir trabajando
para comer...Yo perforando mis malditos pozos
en el Caribe, tratando de sobrevivir a los también malditos moscos
asesinos ( bien apertrechados con cargas mortíferas de paludismo, zilka, dengue…a la araña
violín…) y tú esperando que el microscopio salga de la aduana…
Reanudamos
la subida y no supe ponerme en claro
contra quien estaba resentido. Sin dinero habíamos bajado a Capula y sin dinero
volvíamos a remontar la cuesta. Mucho habíamos perdido pero a la vez nada
habíamos perdido. ¡Gran cosa!
-Bueno –
escuché a Cork, que pareció conocer mis pensamientos-, esta noche los niños de
Capula tendrán una buena cena... ¡Agárralo con calma! ¿Por qué alimentos y no
escuelas? ¿De qué sirven las escuelas si las neuronas están desnutridas? En la
universidad hay una enorme deserción al año debido a…Pon a competir por una
beca a un niño campesino junto a un niño alimentado de la ciudad y verás quién
gana la beca….
Sí, Toci –
le decía Cork en la pequeña pantalla por la noche-. Tú en tus heladas y
solitarias montañas y yo caminando sobre ascuas y entre la soledad de las
amarillas arenas. Puedo percibir tu idea y tu sonrisa pero no tus ratos
neuróticos. ¡Qué importantes son esos gritos que das! No hay mejor manifestación
de que vives. Sobre todo en la
computadora no puedo percibir tu aroma de mujer. En la pantalla de los
celulares vemos hologramas sin olor. En la ciudad los higienistas inventaron el
baño diario. Mejor aún, ¡bañarse dos
veces al día! Y la mercadotecnia ha
acostumbrado al hombre a voltear cuando percibe cierto perfume. ¡En eso quedó
el olor de mujer! Alguna vez un hombre de empresa ofrecerá olor vaginal en una
encantadora botellita, por intensidades. “Vaginal Uno”, “Vaginal Dos” etcétera. ¡Deberíamos aprender
de los que no se bañan…!
Regresé a
México desde el centro de América y por un rato perdí contacto con los Andes y
con el Desierto de los hohokam. Había a la sazón cierta discrepancia entre la
compañía en la que trabajaba y un contratista respecto a la reducción del costo
de perforación de pozos petroleros en el mar. El precio requerido era muy
elevado en dólares. Se reduciría la cifra
en la manera de preparar lechadas de cemento e introducirlas en el
subsuelo a más de dos mil metros de profundidad. Yo tenía experiencia en esa
tecnología y fui requerido de manera urgente. Abrigaba la idea firme de meterme
a un café Internet en cualquier momento y establecer
comunicación con Cork y con Toci.
Pero cuando
se coincide con el desarrollo de la Semana de la Ingeniería Petrolera y nos
encontramos con antiguos compañeros de la Facultad…Procedíamos de una veintena de países de todas las
latitudes del planeta en los que nos encontrábamos trabajando en la industria de la extracción
de hidrocarburos. Todos habíamos tenido que enfrentar el ambiente de legalidad
y delincuencial imperante en los lugares de procedencia. En algunas partes la
democracia había sufrido al llegar el hombre duro al poder. Simplemente mataban
desde arriba a los que se dedicaban al negocio nefasto del secuestro. Sin más
trámite los pasaban a cuchillo o los arrojaban a algún pozo de más de cien
metros de caída libre. Y la delincuencia
bajaba de inmediato de manera considerable. En otros países los abogados de los
delincuentes capturados recurrían sin perder tiempo al sistema regional y no dudaban en apelar a la Corte
Internacional de los Derechos Humanos. Con tanto éxito que pocos casos quedaban
sin haber conseguido la libertad para
sus clientes. A la postre este gran recurso del país que actuaba
conforme a la reglas del Derecho
entraba en una creciente inestabilidad social y económica.
La gente buscaba cómo organizarse por su cuenta para defenderse y repeler
violencia contra violencia. Y los
inversionistas se asustaban y se llevaban sus capitales para otras
latitudes. Y, por eso, y por otras veinte cosas más, los viejos camaradas
decíamos ¡salud!
6
I
Esa ciudad
cometió el ilícito de no haber hecho
algo por evitarlo. No hubo reflexión
arquitectónica integral que incluyera apreciaciones estéticas, ideológicas,
artísticas y éticas sobre la arquitectura. Nadie les hizo caso a los
arquitectos de academia y ahora tiene una “arquitectura muégano”. Los registros
térmicos a lo largo del último siglo arrojaron que las nevadas ya no se ven en
el centro de la capital del país debido al aumento de temperatura. Hay más
temperatura ahí que la temperatura global…Un lugar que tuvo más belleza que el
paraíso mismo. México- Tenochtitlán, ¿recuerdas?, lo edificaron los aztecas en medio de una
laguna de ochenta por sesenta kilómetros. Ahora el suelo natural se ha
sustituido por elementos artificiales como banquetas, calles estrechas como
cañones de fuego, edificios y casas que almacenan mucho calor. Sus áreas verdes
casi no existen. Creció su área construida y aumentaron los millones de
habitantes permanentes. Además los cinco
millones de gente que diariamente van de pasada pero que impactan con su gasto
de calorías y contribuyen a producir cien mil toneladas de basura cada día. La ciudad amada por los pueblos del
mundo pero que por alguna razón sigue fea, sucia y pobre.
- Y consumen
millones de litros de agua, también por día, en excusados y baños de regadera
por la que nadie paga. Y que tiene más cárceles que universidades...
- Los materiales de construcción son gruesos
con la consecuente acumulación de calor. La tala incontenible de los bosques
que la rodean ya no provoca lluvias abundantes como antaño y las nubes
estériles hacen un tremendo efecto invernadero. Y nadie tiene acrilato de
potasio…
- Ahora la gente espera las conmociones
atmosféricas de julio a octubre para poder refrescarse.
- Aunque inunde ciudades en el país y derrumbe
casas…La arquitectura ecologista de los aztecas en la que se aprovechaban las
energías solar, eólica y pluvial, fueron cambiadas por otras. Otras que deben ser acertadas en lugares en donde
existen diferentes requerimientos urbanísticos, una situación económica
diferente, otra estructura social y cultural. Además de la situación climática.
- Tienes
razón. Nadie puede construir una choza de bambú entre los hielos del Polo Norte ni un iglú con bloque de hielo en el desierto
de Altar. La arquitectura vernácula no se aplica ya.
- En la
actual capital, incluido el antiguo México- Tenochtitlán, que ya quedó
perdido en el centro de todo este bodrio
urbano, los problemas sociodemográficos y ambientales rebasan a todo intento
amplio de planeación. Avanzan devorando el entorno natural por sobre valles,
cañadas y montañas hasta cristalizar en ese monstruo urbanístico que se ha
llamado “megaciudad”. Ciudad
Nezahualcotyotl, Pachuca, México,
Toluca, Cuernavaca y Puebla “ya entraron en contacto” desde hace mucho
tiempo a través de valles, cañadas y montañas. La Sierra de Guadalupe, Las
Cruces, Chichinautzin y la Sierra del Tlalocan no los detendrá…Solamente
Tláloc parará esa locura...
- Me
platicabas de los indios norteamericanos que conociste la semana pasada.
- En una
aldea hohokam estaban tratando de cultivar una de tantas plantas de la familia
Amaranthaceae. ¿Sabías que estas plantas crecen en todas partes, ya sea en el trópico
y lugares templados o calientes? Los
hohokam tampoco lo sabían pues su
experimento apenas empezaba. Es el gran alimento nutricional cuyo género
Amaranthus se da en el sur de la Ciudad de México. Conocido como amaranto sus
semillas tienen una alta cantidad de proteínas. Excelente fuente de calcio y
otros minerales. Los que saben ponderan la buena calidad de su aceite y la
ausencia de colesterol. La gente lo come poco porque lo identifica de alguna
manera “con lo indio”. Se le busca por lo general como golosina y poco como
alimento. Se trata de uno de esos recursos alimenticios que vienen de los
tiempos prehispánicos que han sido desplazados por las harinas hueras, las
grasas y el azúcar. El resultado es una población en su mayoría de gordura patológica.
- ¿Ya
regresaste a la Ciudad de México...?-le preguntó a Xister pero la respuesta
tardó en llegar pues el marinero estaba apurando un litro de cerveza.
- Créeme.
Aunque soy norteamericano con el alma en Irlanda, te digo que no se puede
olvidar esa ciudad tan fea que es la capital de México. Conservará siempre el leve
hechizo de la metafísica indígena...
-
Deberíamos estudiar la dictadura. Como
el cáncer, nadie habla de ella, pero ahí está.
- ¿Qué
quieres decir?
Lo que
siguió le hizo preguntarse si Xyster era una especie de agente de algunas de la
policías secretas que hay por el mundo, por lo enterado que estaba de
acontecimientos que generalmente pasan inadvertidos a la mayoría de ciudadanos.
- Hace mucho
tiempo, en ocasión de un informe presidencial a la nación, el Congreso de la
Unión se rodeó de cientos de elementos de la Policía Federal Preventiva.
Nadie pudo acercarse a dos kilómetros a
la redonda del recinto legislativo empezando por la terminal TAPO en San
Lázaro. Treinta mil legisladores en México
repudiaron esta medida en todo el país. Tan sólo cinco semanas más tarde una veintena de diputados asaltó la
tribuna del Congreso Legislativo protestando por algo. No lo llevaron a la
discusión pues eran minoría y decidieron la vía bronca. Es decir que habían
abandonado por un momento su papel de legisladores y se convirtieron en
rebeldes extrainstitucionales. Abandonaron su papel de conciliadores por el de
rijosos. La respuesta de la mayoría de los legisladores no se hizo esperar. Dos
días más tarde ellos mismos pedían la presencia y resguardo del Palacio
Legislativo por parte de la Policía Federal Preventiva para que los protegiera…
Siempre hay fuerzas agazapadas esperando estos síntomas para dar el zarpazo y
adiós democracia. “Dictadura” se llama la democracia cuando ya ha entrado en
descomposición. Pero el estándar está lejos de ver el peligro…
Pero no era
su tema y dijo de pronto:
-…En Sonora
hay dos millones de estrellas más que en México.
- Ahí el Sol
penetra hasta los huesos.
- No hay que
ignorar la influencia de los mundos en los que se mueve la gente todos los
días. Algo te empuja hacia el desierto… Hasta la manera de comportarse sus
intestinos ese día, el olor de la habitación donde dormimos, la calidad y
cantidad de la comida, los ruidos como la bocina del automóvil o del viento
entre los árboles del bosque en el que corremos. Todos los detalles determinan la conducta presente. El
estreñimiento o su ausencia. Los sueños o los pensamientos del insomnio… En la
mujer, además, la temperatura que varía constantemente a lo largo de treinta
días en su organismo. En la ciudad hemos perdido de vista los ritmos
circadianos. A semejanza de las mareas altas, y bajas, impactan nuestras vidas.
- Tienes
razón. Las epístolas electrónicas de Toci no descubren el mismo estado de ánimo
siempre. En algunas veo que quisiera tenerme a su lado ese mismo momento. En
otras creo que se alegra que estemos a quince mil kilómetros de distancia.
El mundo en
que Xyster vivía lo llevaba al mar. A él lo empujaba hacia el desierto
-El ambiente
no nos modela, sólo descubre nuestras inclinaciones naturales. Tú eres
fotógrafo y sabes que el revelador no hace la película, su misión es revelar lo
que contiene la emulsión de granos de plata…
Ahora que tanto se habla del ácido desoxi... Las cosas, aun las más
pequeñas, entre las que vivimos, tienen que ser consideradas con toda
conciencia. En algún momento accionarán el resorte que nos mande a Tombuctú o
al ruidoso ambiente de una cervecería. Que nos haga empuñar una metralleta, un
libro para leer o el camino de la institución en donde se preparan para
sacerdotes. En ocasiones todo eso funciona por contradicción. San Agustín y
San Francisco no vivían precisamente en
el ambiente más idóneo para la vida espiritual…
-No estoy de
acuerdo. Tú sabe que el deshidratado caminante del desierto es el que más
piensa en el agua. Esto dos personajes de la Iglesia vivían en ambientes de
riqueza y guerra…
-Duró mucho
tiempo el pleito entre herencia y sociedad. O genes y “lo adquirido”. Dos
grandes frentes de batalla y millones de litros de tinta para escribir las dos
posiciones. Y entonces empezaron a salir los determinismos biológicos. Si
perteneces a la familia de los diabéticos, a los que mueren de infarto, a los
que terminan en cáncer…Y los opuestos acérrimos de antaño tuvieron que llegar a
una solución de compromiso: ambos tenían razón pero era hora de ponerse de
acuerdo. Entre tanto generaciones sin fin de homosexuales y lesbianas habían
tenido que vivir bajo el estigma de costumbres degeneradas. Si todo lo hacía
“lo adquirido” ellos eran los responsables de tan heterodoxa conducta. Fue
hasta que 1945 se fue quedando atrás
para que genetistas como los estadounidenses Michael Bayleil y Richard Pillard,
tenidos en los ambientes de la medicina experimental, como sabios, afirmaron
tener la prueba irrefutable del carácter hereditario, no social, de la
homosexualidad.
- La
predisposición racial podría prevenirse, retardarse o tal vez conjurarse, con
prácticas de la disciplina deportiva, que alejaran el sedentarismo. También de
la ciencia médica, que diseñara dietas apropiadas para cada individuo, familia
o grupo. Importaba mucho el estilo de vida pero las cadenas de genes estaban
ahí...
-Si en el
porvenir estas cadenas pueden ser manipuladas por expertos, eso será otra
historia.
-En todo eso
está presente la idea de la muerte. “La muerte es tan poderosa que ha surgido
un sinnúmero de religiones para contenerla”, se dice del pensamiento de
Schopenhauer en una novela que acabo de leer de Irvin D. Yalom.
-Los
escaladores, o bien hemos aceptado sin reticencias la realidad y la posibilidad
de la muerte, o bien simplemente no creemos en ella. Como sea, para poder vivir
y escalar, los alpinistas fingimos que
nos importa un pepinillo el asunto….Puede aterrarnos que la muerte se presente
estando nosotros dormidos. El sueño romántico es que en plena juventud llegue
la muerte y nos sorprenda con un tarro de cerveza en la mano…
-Los
marineros también pensamos mucho en la muerte. De hecho la vida es lo más
extraño y extraordinario como la conocemos. Somos más de “allá” que de “acá”.
Los ateos antes de nacer no eran y no serán después de morir.
-Para los
mexicanos, del Quinto Sol, éramos antes de nacer y seguiremos siendo después de
morir.
Para el
octavo tarro Xyster se puso parlanchín:
-Creo que
nuestra posición respecto de la muerte depende de nuestra manera de ver la
vida. Si a la hora de la muerte se piensa en la pantalla de la televisión de sesenta pulgadas, las
doscientas vacas y el departamento del quinto piso de la moderna ciudad…Claro
que me aferraré a los barrotes de la cama del hospital para no ser arrastrado
fue da este planeta y del aquí y el ahora…Es un tema de mucho subjetivismo.
Muchos subjetivismos. ”El hombre es la medida de todas las cosas” de
Protágoras sólo quiere decir que para cada quien el mundo es diferente. Según
él es, así es el mundo.
Le recordó
el experimento que puso a veinte personas a observar una pintura de Rafael.
Todas opinaron diferente. Y en la cervecería no todos piden la misma marca ni
la misma comida.
-Sus
intestinos no funcionaban de igual manera, habían dormido de postura distinta y tenían grados de cultura
diferente.
-O
necesidades diferentes. Hasta los dioses
tiene que actuar conforme su naturaleza. Jehová
se parece mucho a Zeus en lo iracundo y en su escala tribal. Con la
diferencia que el primero vaga solo en la noche de la eternidad y el segundo es
muy enamoradizo. En los humanos es lo mismo. Pregunta a un individuo de sesenta
años de edad cuál le parece la conquista
más grande de la humanidad y dirá que haber alcanzado las estrellas. Otros que
la invención del libro. Otro, de ochenta años,
dirá, sin pensarlo dos veces, que la invención de la taza del retrete.
Cork señaló
la cerveza.
- Bueno, he
pasado por lugares increíbles de tan
áridos. Secos, llenos de arena y sin agua. Carentes por completo de vegetación.
Pero sabes qué, está tierra tiene gente
que la habita en algunos lugares. Son los hohokam. Y todo es tan
terriblemente árido que solamente ellos pueden vivir aquí. El Pacto de Paz
entre los “Peregrinos” de Plymouth y Massasoyt, jefe de la tribu Wampanoaga,
firmado en 1622, decía que “si cualquier objeto era tomado a los indios se les
restituiría”. Esto lo juraron por la gracia de Dios y por Jacobo, rey de
Inglaterra, Escocia, Francia e Irlanda, Defensor de la Fe y, también, “Por la gloria de Dios y de la
propagación de la fe cristiana”. En efecto, todo lo devolvieron, menos las
mejores tierras de cultivo y pastoreo, de petróleo y oro. De haberlo hecho, los
Padres jamás hubieran ido más allá de Virginia.
- Al
referirse a los indios de estos desiertos, Henry Miller dice que “Los indios
aparecen y desaparecen, repentinos y milagrosos. Rondan por el campo como
fantasmas, viven fuera de tu vista. Y aun así, ahora nos hemos metido a husmear
en sus vidas privadas...en sus mismas almas, diría yo. Me da vergüenza
acercarme, siquiera, a uno de ellos. Deben odiarnos”.
- Bueno, tú que conoces la historia de México
recordarás que aquí nos fue peor frente a los mexicanos mestizos de poder del
siglo diecinueve. ¡Mira hasta dónde mandaron a los huicholes y a los
tarahumaras!... Y muy semejante sucedió a los indios de esas hermosas pampas
del sur de América, con los ranqueles. Yo me siento feliz entre ellos. Y
también en ese macro páramo desolado. En verdad no podría imaginar la Tierra
sin estos desiertos inmensos y vacíos. ¡Me largaría a otro planeta! Te pregunto
a ti, a un marinero de corazón, qué sentirías si no existiera el mar. Puedo
dormir, si me lo permiten, a pierna suelta dos días seguidos en esos chiki,
o chozas de indios, como el de los
seminolas que tanto miedo daban a Miller. ¡Y siempre me lo permiten! Si llevo
dinero o víveres les dejo algo al marcharme, o se los compro en el lugar. Y
varias ocasiones ha sucedido, donde la tarjeta mágica no sirve de nada, que son
ellos los que llenan mi mochila de cosas básicas para continuar mi caminata por
la estepa. Por lo general me dan lo mejor que tienen pero, suelen preguntarme,
con cautela, por ejemplo si podría comer carne de víbora o alguna clase de
lagarto, hormigas, ratas saltadoras,
algo parecido al jabalí, clasificada como Pecari angulatus, etcétera. Lo hacen
porque creen que soy ajeno a este ambiente. Les cuento que hay lugares cercanos
al Valle de México, hacia Cuautla, por ejemplo, que se comen los chapulines y
otras criaturas raras como las chinches de arbusto llamados “jumiles”…
- Por lo
demás parece que esto se repetirá por siempre entre los que viven en el
desierto. Herodoto apuntó hace miles de años que un pueblo desértico de Asia
“Come serpientes, lagartos y otros reptiles semejantes”.
- Los de la
ciudad no saben de la que se pierden. Desde hace varias décadas una académica
del Instituto de Biología, de la Universidad Nacional Autónoma de México,
investiga respecto de la gran fuente de proteína que se encuentra en muchos de
los insectos que pululan por nuestro planeta, y que puede ser
aprovechada por los humanos. Te acordarás que en nuestras etnias comemos charales, acociles, ranas, gusanos
de maguey, hormigas voladoras y de tierra, víboras...
II
Algo le
recordó a Xyster el ambiente de la tierra mexicana, tal vez la evocación de esa
clase de alimentos de sobre vivencia. O los aparecidos que están por todos
lados después de muertos. Schopenhauer dice que no hay aparecidos.
- Me acuerdo
de Schopenhauer. Este pensador es nieto intelectual de Platón, hijo de Kant,
padre de Nietzsche y abuelo de hombres destacados de letras que después
vendrían, tales como Wittgenstein y Kierkegaard. Nación en 1788 y murió en
1860. Fue un alemán que no le gustaba ser alemán (prusiano), pero que pensó en
términos generales como alemán. Sin embargo, tan deslumbrante genealogía
filosófica no lo salva de que se le
puedan señalar incoherencias en sus sistema de pensamiento.
-Si se le
agarra sabor a sus eruditos escritos y se le sigue hasta el fin, en especial a
través de su obra principal El mundo como voluntad y como representación, se le
podrá descubrir algo parecido a lo que en cristianismo se llama “Complejo de
Nicodemo”. Razonador preclaro a la luz del Sol pero que, de alguna manera, como
la Voluntad de ser, considera eterna...
Con implacable rigor científico razona en tanto observa a la humanidad
que ha puesto bajo el lente de inmersión del microscopio. ¡Y al final sale con
que está dispuesto a creer en la
metempsicosis! En la reencarnación. Ese casi eterno retorno de vidas
expiatorias que terminarán en la disolución del yo para desaparecer en el
Nirvana hindú. ¿Se había vuelto viejo?
-Conozco a
Schopenhauer. No te creas que sea tan rara, después de todo, esta decisión. En
alguna manera se parece al budismo, en
el sentido que ahí cada quien se comunica con la divinidad de manera solitaria
y particular. Schopenhauer está consciente
que ha dado este brinco de engranes entre la filosofía y la teología y
dice: “es el único sistema de esta clase al que la filosofía puede atender”.
- No
obstante, lo anterior lo hace confiable en que lo que escribió lo dijo con
convicción y sinceridad. El había asegurado,
hablando del “carácter nato”, y el “carácter adquirido”, que el
individuo es genio y figura desde la niñez hasta la sepultura. Es decir, que no
cambia respecto de cómo fue desde niño. Sólo va a adecuar su actitud
acomodándola según las nuevas condiciones sociales en las que se encuentre más
tarde. Nada que el medio va a modificar,
sólo se va a camuflar. No le quería dejar mérito a la sociedad. Todo para el
individuo.
-
Schopenhauer no hace concesiones con “lo adquirido”. Se lo deja todo a la
Voluntad y al ADN, la nueva forma de
leyenda de la preexistencia griega, y la actitud del individuo es una pura simulación para con las normas sociales. La
solidaridad es una mascarada.
- Lo conozco. Se metió en el mundo de la lógica
especulativa toda su vida y al final volvió su atención, de alguna manera, al
universo de la sinrazón. Por otra parte, su idea del “carácter invariable” fue
algo así como si este gran pensador decimonónico hubiera tenido a la mano los
descubrimientos respecto del ADN que nos relatan los genetistas en el siglo
veintiuno.
- Su obra es
un atrayente viaje que trascurre entre el rigor kantiano y la locura de la
libertad. Estuvo a la altura de los
grandes pensadores y era consciente de ello desde el principio.
- Claro que
como Hegel ya era conocido y Schopenhauer apenas empezaba, los estudiantes se
iban con aquel y a éste lo dejaban solo. ¡Un siglo más tarde sería al revés!
- Se
necesitarían muchos años para que el
mundo lo descubriera.
- Y si la
posteridad imprimiría sus obras por millones de ejemplares, entre tanto, él
tenía que mandar editar sus trabajos pagando de su bolsillo (acuérdate que en
este aspecto lo mismo pasaría con
Nietzsche).
- Al sistema intelectual de Schopenhauer se le
conoce como la filosofía del pesimismo. Tanto así que, se cree, Kafka, Sartre y
movimientos como los hipees del siglo veinte, tuvieron influencias
schopenhauerianas. Es un malentendido. Es escéptico, no pesimista. Y el
escéptico va siempre en busca de la sabiduría. Es la condición que debe
abrigar todo investigador científico.
- No es
escritor que sea fácilmente abordable por las mujeres. Estas no dan nada si
antes no reciben algo, decía. Pero yo conozco mujeres tan evolucionadas que lo estudian como pocos
hombres lo hacen.
-La muerte
de su padre, por suicidio, cuando él era joven, influyó en su pensamiento para
dar puntos de vista hasta entonces desconocidos sobre el tema, como eso de que
nadie ama más la vida que un suicida
pero no le gustan las condiciones en que ha sido colocado.
-
Erróneamente algunos le llaman el santo
de los suicidas.
- Al
suicida no le gustan las
condiciones en que ha sido puesto y
prefiere acabar con aquello que representa la voluntad de vivir, que es el
cuerpo. ¿Qué te parece?
-
Formidable. Te diré que, aunque no
estuviera de acuerdo con él en
absolutamente ninguno de sus puntos de vista, me pasaría, no obstante,
leyéndolo toda la vida. ¡De tal calidad es
su prosa sin trampas semánticas ni ideológicas.
- Te diré
una cosa, Schopenhauer está llamado a ser más grande cada vez.
- ¿Por qué?
- Piensa en
esto. Tengo la impresión que la cultura,
de la media general del pueblo, se está deprimiendo con eso de la televisión, y eso hace que Schopenhauer se eleve todavía
más de lo que por sí solo vale. Sucede como con esa películas de calidad que
hace el cine norteamericano. Salen cincuenta mediocres y, ¿qué haces? ¡Volver a
ver aquella de calidad que ya viste. Como con las novelas. Lees diez veces Gone
with the wind y El gran Gatsby porque
las otras son insufribles.
Le preguntó
si conocía una buena zapatería. Necesitaba buscar algo apropiado para ir al
desierto. Cuidaba sus pies como pocos en este planeta. Debido a tal cosa no
padecía metatarsalgia.
- ¿Qué es eso?- le preguntó Xyster.
- Dolencia
ocasionada por zapatos apretados o con tacones altos. Las mujeres sufren mucho
por esta causa. Es el precio de querer demostrar un pie chico y aparecer de
mayor estatura. La metatarsalgia es una de las enfermedades del siglo. De los siglos…
-No es que
quieran con los tacones aparecer más altas sino mover más las nalgas.
Cork era de
los que creen que una ascensión de montaña, o travesía de desierto, empieza por
cortarse las uñas de los pies. Observaba que algunos de sus compañeros de la
aventura alpina no cuidaban este detalle y en veinte kilómetros de bajada de la
Iztaccihuatl a Amecameca llegaban con los pies destrozados y las uñas
ennegrecidas y algunas hasta levantadas. En pocos días tenían ya alojado el
hongo de la infección. Con los zapatos
holgados se evitaba además la presión sobre algún punto del pie cuyo resultado
sería sin remedio la aparición de un callo. En casa lavaba con particular
cuidado sus pies. Les aplicaba aceite y enseguida lijaba alguna callosidad.
Decía que jamás damos a los pies la atención que se merecen veinte centímetros
que llevan y traen decena y más decenas de kilos de nuestro organismo por todos
los caminos de la vida. Parte del cuidado de los pies era no subir de peso más
allá de su estatura. Cork tenía cuidado extremo de sus pies. Los zapatos
ligeros que llevaba eran varios milímetros más grandes que su pie izquierdo, el
más difícil de cuidar para él. Así se evitaba dolencias y hasta lesiones. Como
mucha gente, no pisaba del todo vertical sobre la planta de tal manera que con
el tiempo los zapatos estaban un poco torcidos hacia fuera. Por eso el mundo usaba plantillas prescritas por el
ortopedista. Y un consejo de su médico que le había dado, y que él observaba
con disciplina, era que al menos
dos veces al día elevara los pies en
tanto el resto del cuerpo permanecía horizontal. Sería para descongestionarlos,
descansarlos y ayudaba a la buena circulación del torrente sanguíneo. Estos
cuidados los necesitaba observar todo mundo pero en especial él que iba por el desierto
caminando y cargando sobre los hombros una pesada mochila.
¿Por qué vas
a las montañas-preguntó Xyster-.Porque debe haber una razón por lo que los
individuos suben montañas, digo, sin que medie interés académico.
-Desde luego que la hay. Como los sacerdotes
de Tláloc tenían sus razones para ir a
las cumbres. Son las mismas que en el alpinismo deportivo, sólo que ahora la
llamamos razón vital.
Xyster
llevaba un libro y lo había puesto sobre
la mesa. Era una novela de Tom Wolfe.
- Hace cuarenta
mil años el humano empezó su carrera de novelista - dijo Cork. Con los primeros
trazos de las pinturas sobre la roca de la gruta - habitación hizo un relato de
cómo percibía al mundo. Pero no se limitó a copiar la naturaleza. Los rasgos,
al menos los de la cueva de Altamira, en España, están deliberadamente
inconclusos. Como si el pintor quesera desrealizar la realidad. Y eso, aquí y
en China, es arte.
-Faltaba
poco para que empezaran a preguntarse sobre el destino. Muchos amigos míos,
marineros, no creen en eso de destino.
-¿Tú?
-Desde
luego. Para los que creen que pueden decidir su destino había que preguntarles
por qué nacieron sin su consentimiento. Nacieron porque alguien o algo los
programó fuera de su voluntad. Puedes llamarlo Dios o célula primordial. Si
creemos en una vida futura ¿por qué no en una estancia pretérita? Después de
toda la fenomenología es para adelante y para atrás.
- La
comunicación mental, cuando se llegue a desarrollar, implicaría la desaparición
del libro como lo ideo Gutenberg. Un adelanto de ello lo tenemos en la
comunicación digital actual.
- ¿Valdrá la
pena?
- No es
fácil distinguir, cuando aparece una innovación tecnológica, qué es lo que se
gana y qué se pierde. Fue una maravilla el invento de Henry Ford. Pero ahí fue
el momento en que el humano empezó a llenarse de sobrepeso, presión alta,
triglicéridos y colesterol negativo. No podía haber otro resultado con tal
sedentarismo. Cierto que nadie puede
imaginar al mundo actual sin la presencia del automóvil. Pero, ya sea con la
comunicación mental, o con la inalámbrica, no vamos a tener cerca el calor
humano de la otra o del otro.
- En
ocasiones- le contaba Cork a Xyster – una muchacha mazahua, que ahora está
encaramada en los Andes, cierra los ojos, se concentra en algún lugar
desconocido del Desierto Navajo donde cree que me encuentro. Y hace
comunicación conmigo. Todavía es muy deficiente pero logra que yo piense en
ella. ¡Lo asombroso es que yo puedo contestarle! Son diálogos auténticos,
créeme. Me oye, y yo casi la veo. Pero son comunicaciones fugaces. La misma
exploración cerebral por imagen del mundo digital pasa a ser un cachivache con
lo de la comunicación mental a la distancia. En comparación de lo que los dos
hacemos, a quince mil kilómetros, y sin necesidad de consumir droga alguna ni
practicar ejercicios yoguisticos. Se trataba de una disposición del cerebro y
del sistema nervioso central, seguramente que nosotros no podemos explicarnos.
¿Y eso qué? Por extraordinario que eso
pueda llegar a ser no puedo sentir su piel, oír su respiración jadeante.
- Explotar,
matar y robar es lo que llevó a Nietzsche a decir esa frase. No era una
profesión de ateísmo sino la descripción del resultado de por qué los hombres
ya no discutían cuestiones como Dios, Inmortalidad y Libertad que antes se
hacían los filósofos. Dios ha muerto para los filósofos. Aunque yo conozco a
varios de alto calibre que si creen.
-Por
contraste.
-¿Cómo por
contraste?
-¿Qué haría
la filosofía del pensamiento lógico si no tuviera enfrente lo ilógico…
-La
dispersión. Un eclecticismo que no logra la unidad es un modo de dispersión
artística o social.
- Con cinco
horas sentadas frente al televisor nadie va a pensar un carajo. Más aún: “una
idea menos cada mes.” Como casi todos eran escépticos, había que apresurarse a
matar antes que lo mataran a uno. Desterradas la Ética y la Moral, el enorme
dedo de Dios que ahora parecía indicar que era preciso adquirir las más
modernas herramientas mortíferas.
- Nietzsche
profetizó que el siglo veintiuno sería de la voluntad del poder. Frente a esto,
las dos grandes guerras mundiales del siglo anterior y las cuarenta guerritas
van a ser un juego de boy scout.
- No creo,
ya estaba enfermo cuando lo escribió. Además no pudo ver de qué magnitud fueron
esas dos guerras. Se necesitaron los tres hombres más poderosos del mundo de
ese momento para acabar la Segunda Guerra…
- No creas.
Utilizó su lógica visionaria. Si no hay temor de que Dios le muestre su ausencia, qué cosa podría detener al
hombre en su afán de depredador. Imagina que las leyes civiles fueran
desestimadas, de una u otra manera, ¿qué podría detener a la criminalidad?
- Como
decíamos, cuando algo se pone en marcha
no se sabe por dónde explotará la bola. Los planes más apriorísticos no saben
cómo resultarán al final. ¿Conoces la historia de la República de Weimar? En
Estados Unidos la tienen ya desde la
segunda enseñanza.
- Déjate de
historias lejanas. Más cercano a nosotros tenemos el temor que los blancos
sentían por la posibilidad que sus esclavos negros se independizaran.
- ¡Sí que es
un lio!
- Heredamos
los pleitos religiosos de Europa pero sin entender sus intereses, sus enconos
ni sus beneficios históricos.
- El terreno
abonado por el individualismo que
anunció Nietzsche.
-Como
Heidegger. Antes se exhibía el argumento que las poblaciones más pobres eran
las católicas y ricas las protestantes.
- Los dos
países más ricos de Europa central, Francia y Alemania, tuvieron desde siglos altos porcentajes de los dos
cristianismos cada uno de ellos.
- Por eso
México llama la atención ya que es un país de ecumenismo, más que de
sincretismo. No intenta crear una sociedad
llena de intereses soterrados pero enfrentados que es lo que sugiere el
sincretismo encerrado en sus fronteras. Intenta, y lo logra en buena medida, la
conciliación de cuanto ADN haya nacido en no importa que parte del planeta y
cómo piensen…
- Por eso
como México no hay tres…
III
Xyster,
aunque marinero, tenía alguna experiencia de caminar en la estepa pero quiso
saber cómo le hacía Cork ante el problema del agua en el desierto.
- No hay –
le respondió simplemente. Agregó: - . Tengo práctica en detectar lugares en los
que se puede encontrar agua. La otra cuestión es si se puede beber. Y, ¿sabes qué? ¡Que te la
tomas esté como esté o te mueres en termino de pocas horas! En las montañas hay más probabilidades que en
el desierto, desde luego. De todas maneras procuro aprovisionarme lo más que
puedo cargar al salir de una aldea. No encontrarla ya es un riesgo inmediato
con muchas probabilidades de hallar secos los sitios probables. Sucede en
montañas nevadas, en los sitios que has encontrado agua por la nieve que se funde
y, de pronto, ya todo está seco debido a los
calentamientos regional y global de la atmósfera. Pero hay otra clase de
peligros, dependiendo de la región. Si es habitada por humanos, como aldea o
ríos cercanos, las probabilidades de encontrarse contaminada con bacterias
diversas que provocan infecciones gastrointestinales es alta. Diarreas, fiebre
tifoidea y cólera. Salmonelosis, disentería…Hay
pozos de los que se extrae el agua y
se encuentran cerca de sembradíos
o establos que pudieran estar contaminados de plaguicidas. En otras partes el
tipo de terreno por las que pasa el agua
podría contener nitrato, sodio, flúor o metales pesados. Plomo y radio.
El arsénico no es tan raro. O minerales radioactivos del agua que proceden
del uranio. O bien en las excepcionales
ocasiones que llego a encontrar algún estanque natural en el desierto puedes
jurar que ahí van a abrevar también los
animales. Esto quiere decir que esa agua tendrá orines y excrementos de cuanta
fauna de ese desierto te imagines…
Comprenderás que no puedo acudir al recurso de hervir el agua. Dispongo de
suficiente leña para tal cosa pero no de agua que se pierde mucho al evaporarse
en tanto hierve. Tengo conciencia de varias de estas precauciones, que debo de
poner en práctica, pero que rara vez puedo ejecutar.
Otro trago
de cerveza y continuó:
-No obstante
lo anterior, difícilmente te puedes
encontrar dentro de otro paisaje tan bello como es el desierto de arena.
-La sola
mención del desierto da pánico a muchos.
-Lo horrible
del desierto que encentramos en los relatos se debe no a los andarines, por
deporte, porque estos se preparan convenientemente lo mejor posible. Es a los
que de manera accidental se encuentran un día dentro del desierto por equis
causa. Desconocen el plató, no llevan agua, no saben orientarse, ni equipo
apropiado, tiendas de campaña, etc., lo más importante, la idea o mentalidad de
caminar durante días sin entrar en la desesperanza. Lo mismo para los que caen
desde avión en las montañas, y no son
montañistas.
- ¿Qué demonios
haces, entonces?
- Mi
esperanza es colar el agua y después
alguna clase de desinfectante o microbicida. Se podría pensar en el cloro, pero
sólo como recurso de emergencia, por la
sospecha de su repercusión con el cáncer y porque al parecer tampoco destruye
los quistes de muchos parásitos.
- Sin
embargo no clorar el agua resulta más peligroso que no hacerlo.
Parece que
al estar con este tema a Xyster se le secaba la garganta y levantaba su cerveza
- ¡Salud!
-Pero no hay
una receta. En el desierto es necesario improvisar y resolver sobre la marcha
en tanto las condiciones lo permitan.
Pensar en situaciones concretas como si fuera la primera vez que alguien lo
hace. Porque, después de todo, es la primera vez de ese individuo. Toda la
experiencia que se pudo obtener en las generaciones anteriores no aparece por
ninguna parte. O simplemente no las dejaron consignadas. Esto sucede mucho en
alpinismo. Ignorar las soluciones universales que se han venido practicando
desde tiempo inmemorial bajo el método de prueba y error. Partir de cero,
empezar desde el principio como se hace en la adolescencia. Cada reaprender
necesita forzosamente espacio y tiempo para desarrollarse. Y, al menos uno de
estos factores, el tiempo, es como los combustibles fósiles: irrepetibles. En
las ciencias exactas se agarra la estafeta de los predecesores, por eso han
alcanzado las estrellas. En algunas cosas de la vida en el desierto siguen
partiendo de cero y es necesario volver a aprender. ¿Cómo encontrar agua si no
conoces la región. ? Es una de las preguntas
difíciles de
contestar. Por ahora se puede recurrir a google maps y dar un vistazo por
anticipado desde la computadora de tu casa.
Afuera se
veían, a través de las paredes de cristal,
los restos de una intensa campaña política que había tenido lugar ahí.
Xyster comentó:
- En la
política local acaba de ganar un candidato que carecía de popularidad.
- ¿Cómo le
hizo?
- Mediante
un ardid ingenioso. Los medios de información habían difundido una supuesta
encuesta que le favorecía y la gente modificó su forma de actuar con base en
esos datos nada confiables.
- ¿Qué
sucedió cuando se supo?
- La gente
se apresuró en promover el desafuero y tratar de consignar al tramposo. Pero
todo eso se llevó tiempo. Entretanto metió a la sociedad en una tremolina.
Cuando se iba terminando su gestión se lanzó como candidato para un puesto
político mayor y, con todo el aparato estatal a su disposición, ganó, esta vez
sí a la buena.
- ¿Y el
desafuero?
- Nadie se acuerda
de él… Lo que ves es la segunda campaña…
Lo que están viendo es a un ganador, aunque no haya sido siguiendo los caminos
ortodoxos.
Xyster era
un buen conocedor de la historia antigua de México y tenía un punto de vista
relacionado con el triunfo o la derrota:
- Tienes
razón. La derrota es parte de la
victoria de alguna manera. Y no habría que quedarse ahí. La Visión de los
Vencidos es un lamento que se ha prolongado mucho. No entra ya en el juego de
la guerra del Atl - Tlachinolli. En el juego se pierde o se gana. Esas son las
reglas. Si se perdía había que morir
mirando al Sol. Porque la guerra después de todo no era más que un medio para
alcanzar al Sol. Si se ganaba había que sacar el corazón y ofrecerlo al Sol.
Odiar, vengarse o perdonar es propio de
las sociedades protocristianas, por eso el cristianismo le dio un giro al punto
de vista de la ofensa. El que busca la venganza emplea energías que debe estar
canalizando para la reconstrucción. Si
se odia al vencedor es que no es un
guerrero, sólo un buscapleitos. El Atl –
Tlachinolli era más que una guerra: era el deporte de la guerra. Hernán Cortés
fue un gran conquistador. También lo fue Cuauhtémoc y supo aceptar la derrota
en toda la línea del Atl – Talchinolli. El odio que ramonea en el corazón del
vencido respecto de su vencedor es propio de esclavos. No era esa la concepción
de los aztecas. Estos ofrecían la “nacionalidad” azteca a los adversarios valientes como el caso del
tlaxcalteca Tlahuicole. Además de pedirle que se uniera con una mujer azteca
para que sus descendientes fueran también esforzados y valientes. Según esta
concepción, los mexicanos descendientes de aztecas y españoles deberían ser una
clase o etnia, más fuerte que los dos grupos progenitores. Durante cuatro
siglos se ha elevado un lamento salido de los vencidos. Ya se olvidó al
Atlachinolli donde la guerra es como un partido de futbol que se gana y se
pierde y se vuelve aganar y se vuelve a perder. El Cuauhtémoc, el águila que
cae, los Tezcatipocas Rojo y Negro, eternamente vencedores y derrotados de
manera alternativa.
Cork no
estaba seguro de haberle entendido. Su discurso había sido una especie de
justificación al pensamiento de la guerra
que a la sazón campeaba en el país de Xyster. Por eso propuso otro
brindis. Levantaron los vasos de cerveza y brindaron. Brindaron por la paz, la
cerveza y las chicas.
-Desde luego
– dijo limpiándose los bigotes de cerveza- estoy contigo respecto que odiar no
permite la reconstrucción propia…La batalla más dura de los psiquiatras es con
el pasado de sus pacientes.
- Imagina
cuántas parejas, recién separadas, están en el pleno odio respecto de lo que
tanto amaban. Así no puede entrar la tranquilidad al corazón. Lanzan un
juramento en vez de ver…
- Al alma.
- Al yo.
- Al hígado.
-A la fe… Un
desierto se puede cruzar caminando por
puro placer si todavía, como el personaje de Faulkner, es posible alimentar la
fe en lo imposible. Además de sentirse parte de una comunidad aunque se esté
solo dentro de la más absoluta soledad geográfica. Es necesario amar a la
soledad terapéutica.
Xyster no
podía pronunciar “Popocatépetl”. Pero sabía su simbolismo. Decía “Potepecatl.”
- En las
fiestas que se hace a las montañas en México están presentes dos maneras de
interpretar las cosas. Una es mística y otra lúdica. Ontológica y
antropocéntrica. Popocatépetl corresponde a un simbolismo que habla de la
actividad del volcán. Es una montaña. Una montaña que humea. Y las aguas de
deshielo que bajan por sus laderas fertilizan los campos de los valles y en
ellos brotan los frutos de la tierra que alimenta a los hombres. Por eso
también es un dios. Es el avatar de Tezcatlipoca. Era en lo general y ahora
sólo en algunas comunidades campesinas.
Su fiesta en el mes de mayo, sus cantos y su quema de copal desde el
sur, en la cumbre de la montaña secundaria Teocuicani, es cuando se aproxima de
manera prometedora la temporada de lluvias. Hasta aquí todo corresponde al dios
llamado Popocatépetl. Este volcán es, como te digo, uno de los numerosos
avatares de Tezcatlipoca, el dios supremo de los mexicanos, mexicanos. Su
fiesta es el 17 de mayo, que en el Tonamatl correspondía al mes toxcatl.
Algunos ahora le llaman a este elevado
volcán de otra manera, cualquier manera. La fecha es cualquier mes y ya nada tiene que ver con el
simbolismo. El rito religioso se ha trocado en un baile de danzón o cualquier
otra melodía. Es gente de la ciudad que ya no está en contacto con la tierra.
Una conmemoración que se ha laicizado y
es un motivo como cualquier otro para comer y reír. Una misma montaña pero dos montañas para dos clases de gente. Dos
calendarios. Ya no hay simbolismo mágico ni referencia toponímica y piroclástica. Una gente para la deidad y otra
gente para la gente.
- Como
encontrarse en el fondo de la caverna de Platón en la que predominan los
sentidos y falta aproximarse a la salida donde hay luz. En este acercamiento
gradual hacia la luz se iría percibiendo la ciencia, el arte, la filosofía y
todo aquello que nos depara el mundo ideal mesoamericano.
- ¿Gente para
la gente?
- La
filosofía del alpinismo está convencida que el hombre es el que construye la
ciudad para vivir, protegerse, trabajar, estudiar, hacer el amor y descansar en
ella. No al revés. No le gusta la idea que el hombre de la ciudad sea producto de
la ciudad.
Me contó
Cork que ya para entonces se encontraba algo borrachos.
- Sería como
aceptar que la obra de arte sobre la tela hace al artista.
- Las
ciudades cambian, se erigen o desaparecen. El hombre sigue ahí.
- Pero como
en la genética hay depredadores, hedonistas, creyentes, las calles están llenas
de manifestaciones tan variadas. Cada una de esas inclinaciones provoca un
rasgo muy propio en el paisaje urbano. Por eso se dice que la ciudad es un
retrato de las personas que la habitan.
Un ejemplo es la Ciudad de México. En ella viven gentes de origen de todo el
mundo. Es el lugar más cosmopolita que alguien pueda imaginar. En la ciudad hay
cárceles, salones de baile, lugares de oración y universidades de la ciencia y
otras del crimen. La educación lo que hace es tratar de poner orden en el caos.
Fuera de eso siguen apareciendo cárceles, nighte clubes, universidades y
templos. Increíble que esos troqueles genéticos hicieron que aparecieran al
descubierto el cero entre los olmecas de
manera independiente hace miles de años.
- Me ha
impresionado lo que dijiste de la mujer navajo y su capacidad para terminar una
relación con su pareja. ¡Abruptamente!
- Como
contraste tenemos a la mujer casada católica que no se divorcia nunca. El juez
puede anular su matrimonio civil pero ella estará considerándose casada aunque
tenga cincuenta años de haberse separado
físicamente de su marido y estar viviendo con otro hombre.
- No podemos
entender en la ciudad el pensamiento indígena no obstante que convivimos con él
todos los días. Su terquedad nos parece ignorancia. “Su ignorancia de los
tarahumaras es más terca que nuestra verdad” dijo alguien. Tal vez Lumholtz.
Este científico observó que los tarahumaras, sin perder su identidad, se han
transformado y familiarizado con la modernización. Un noruego que
fue conquistado por los indios. Convivió con los tarahumaras y con los
huicholes. Al partir tuvo la sentida expresión: “mi corazón siempre estará en
México. País que ha sido la cima de la civilización en el hemisferio
Occidental”. Él fue el que dijo que los
tarahumaras “subían” hasta los estados mexicanos que ahora son de Estados
Unidos y convivían con algunas tribus
norteamericanas y algunas de ellas “bajaban” hasta México. Dejó constancia que
los pertenecientes a esta etnia no
fumaban por temor a contaminar el aire. Y que ya podíamos imaginar la sorpresa
que se llevaron al ver la enorme columna
de humo del primer tren movido por leña.
- En
efecto, los tarahumaras se han adaptado
bien en su contacto con los demás. Han conservado sus costumbres y su lengua.
Si bien no han faltado casos en que los hijos de estos ya sólo saben el inglés.
- Será
necesario conciliar los conceptos de mundialización en la cultura con el de
regionalización. - Hubo un tiempo que
se pensó borrar toda diversidad y pretender pensar de una manera.
- Era el
racismo puro que quería borrar todo pensamiento étnico del continente. Se
presentó con el nombre de mestizaje.
- Hace
tiempo se creó en México una Institución
para fortalecer, preservar y desarrollar las lenguas indígenas en el
territorio nacional. Trilingüe, empezando por la autóctona, el español y el
inglés. La primera sólo se conocía en algunas partes de manera oral y poco
sistematizada. Muchos casos se daban en los que el indígena, ya fuera culpable
de ilícito o inocente inculpado, pasaba años en la cárcel debido a que no había
defensores profesionales que conocieran el náhuatl, por ejemplo. Y los
“mestizos” ni se aparecían por ningún lado para salir en su defensa. En Chiapas
y muchas partes del sureste sigue dándose esta situación. En la colonia
española se consideraba al indio como ser inferior. Por lo mismo se cuidaban de
hablar náhuatl. O la lengua que fuera. Sacar de ese ostracismo a las lenguas
autóctonas fue un triunfo de la mundialización.
-Mundialización
conciliadora, no colonizadora.
- Por cierto
que Lumholtz tiene un grabado muy interesante para la historia del alpinismo.
Era los comerciantes, descendientes de los antiguos pochtecas, que iban de
pueblo en pueblo vendiendo sus mercancías. Cargaba cada uno de ellos hasta
sesenta kilos de mercancía y a sí,
caminando de un pueblo a otro, a pie descalzo o cuando mucho en
huaraches, en distancias de hasta cincuenta kilómetros, en una época que ya
había animales de carga y carretas.
Al levantar
de nuevo su tarro de cerveza, Xyster se refirió al tema del agua:
- ¡Por el
agua y contra el agua! El humano muere en las guerras para obtener agua o para
extraerla, y muere cuando una fuerza inmensurable líquida se viene encima.
Grandes lluvias, monzones y ríos desbordados arrasan viviendas y vidas - se
acordó haber leído que en diciembre del 2004 murieron cerca de doscientas mil
personas en las playas del Golfo de Bengala -. En el fondo del mar alguno placas
tectónicas chocan, se levantan en la superficie en un enorme tsunami, el agua se mete al continente rebasando con
mucho el nivel de las playas y, a todo se lo lleva el diablo.
- Como sea,
la posesión del agua provocará guerras en tal magnitud como ni siquiera el
petróleo lo ha hecho…
-¡Ya
empezaron!
Un amigo
negro saludó a Xyster. Mismo batalló en la Guerra del Golfo.
IV
-¿Tienes
novia?
- Conozco a
muchachas. Con alguna de ellas podría tener una cita. Una krisna…- Xyster iba a
añadir algo pero lo atajó: - Conocí a
una. Se llama Clemencia. Perseguía el Nirvana con encomiable tesón. Para estas
fechas debe estar en alguna cueva helada del Tíbet. Practicando su monólogo
interior y haciendo, como dice Woody
Allen, ejercicios respiratorios y prácticos
para depurar el ego.
- Aquí
algunas encontraron su Nirvana con el
metilfenidato. En especial las krisnas que pertenecían a algún grupo de los Ritalin Head. Todavía
quedan algunos aquí en Nueva Cork. Y un poco más de ellas en San Francisco…Da
lo mismo. “Dios ha muerto” y también murió el yo.
- Es decir…
- Murió el que daba el yo al hombre. Sólo
queda un descomunal bazar. El mundo de los neandertales… Recuerdo el monólogo interior, que tanto
mencionan, en su epifánico despertar, algunos escritores.
-Metido en
los contrasentidos del desierto no me convencen esas epifanías. Siempre me
pareció un recurso literario.
-Eso creo.
Aislarse de la sociedad viviendo en su cómodo de la céntrica avenida de la ciudad…
-Con tan
sólo veinticuatro horas en la soledad geográfica del mar, o del desierto, lo
que se extraña es el “diálogo exterior”. Ver, oír, a a gente. Encontrar la
validez de la gente en el silencio de
las dunas. ¿Sabes que el monologo interior, de los que se comunicaban con Dios
en el desierto, fue cambiado por el cristianismo en el dialogo con los
semejantes? Con los “organismos
inferiores de la cadena alimentaria”, como situaban jocosamente a un
personaje de Pura anarquía, de Woody Allen.
-Recuerdo la
famosa epifanía de Samuel Beckett-dijo Cork y fue interrumpido por el otro:
-Tengo un
punto de vista de ese episodio. Fue sobre el muelle de Dun Loagaire y bajo la
tormenta de una noche llena de relámpagos y truenos.En realidad había tenido
lugar en su habitación que ocupaba de la casa de su madre, en Foxrock.
-Lo que
inventan los escritores. Pura fantasía.
-Sin esa
fantasía no habría “revelación” ni poesía, ni novela ni cuento. Puras tuercas y
tornillos.
Recordando
Xyster que tanto el mar como el desierto sitúan al hombre entre la naturaleza y
lo aíslan, dijo haber leído de Nuria Barrios, una escritora española, “Saber
quién eres tú implica saber quién es el otro. Descubrir el mundo a través de
los ojos de quienes son distintos, a veces tan distintos que parecen
extraterrestres.”
-Eso me
gusta más que las sublimadas epifanías. Como sea, antes la gente traía un libro
en la mano. Ahora trae un teléfono celular en la misma mano.
Pidieron
otra ronda. Xyster cambió a la “negra” y Cork a la “rubia”.
- Es
necesario estar alerta- le decía Cork-, porque el que camina por montañas y
desiertos debe conocer que hay peligros que no se ven de tan pequeños. El caso de la contaminación del agua por una
serie de factores es una realidad. Te pongo por ejemplo la llamada araña
“violín”, de apenas unos milímetros de extensión, puede ponernos fuera de
combate en el transcurso de apenas doce horas. La presencia del mosco es otro
factor que sin duda puede resultar mortal. Se da en prácticamente todo el
planeta sin importar la categoría política, económica y de higiene que se le
haya dado en la sociedad. El mosco es como el humo del cigarro que recorre el
planeta pasando lo mismo sobre ciudades perdidas que sobre zonas residenciales.
Si bien, las diferencias de su permanencia es más intensa en unas partes que en
otras. De medio centímetro de longitud,
posee un inimaginable poder. Además se reproduce en abrumadoras cantidades. Y
su adaptación abarca todas las regiones del planeta, desde Alaska hasta la
selva de Chipas. Se ha comprobado que,
debido a su tamaño, a la velocidad de su aleteo y a su vuelo zigzagueante,
algunos de ellos son capaces de volar dentro de la lluvia sin mojarse y sin ser
derribados. Los mosquitos “de noche”, prácticamente sin órganos para ver en la
oscuridad, tienen una facultad para localizarnos con toda exactitud y certeza.
Semejantes a misiles. Lo que ellos necesitan para encontrarnos nosotros mismos
se los proporcionamos. Se trata del anhídrido carbónico que exhalamos.
Prolifera en aguas, preferentemente las estancadas. Son capaces de vivir por
mucho tiempo sin agua y sin comer, desde la última vez que chuparon la sangre
del humano o la de algún animal. Todo esto, dicen los entomólogos, lo hacen las
hembras, en tanto los machos se alimentan de la miel de las flores. Las
enfermedades letales que provocan son el paludismo, enfermedad que irá
matando a lo largo de varios meses, al individuo picado. En México
se le conoce como “fríos” porque el enfermo experimenta tal frialdad que aun
cuando se eche encima un colchón no cesará de temblar, con todo y colchón, de
frío. El otro nombre es “fiebres terciarias” porque el frío se presenta un día
sí y el otro no. Pero cada tregua irá dejando tras de sí a un individuo cada
vez más débil y por lo tanto expuesto a otras enfermedades para las que ya
no se tienen suficientes defensas.
También se le atribuye la encefalitis. La quina, muy efectiva en otro tiempo,
ahora empieza a ser insuficiente como remedio
debido a la resistencia que ha desarrollado la enfermedad ante este
medicamento. Cork conocía bien sus efectos devastadores del mosquito. Una
ocasión que cruzó la enorme zona pantanosa del norte de la Laguna del Carmen,
Campeche, conoció de cerca el poder que sobre la mente del hombre pueden
ejercer los enjambres infinitos y muy cerrados de millones de moscos en solo un metro cuadrado. Créeme
que no es ninguna exageración decir que alguien puede enloquecer en
medio de tanto ruido y piquete en el término de dos horas.
Se conoce
que en la Grecia clásica obligaron los moscos a los habitantes de varias
ciudades, hermosas y opulentas, a abandonarlas.
En 1858 los turistas que visitaban Atlantic City (Nueva Jersey)
enloquecieron por las picaduras y abandonaron el lugar de manera precipitada
abarrotando cuanto ferrocarril pudieron encontrar. Y se cree que las antiguas
civilizaciones de Ceilán y probablemente las de Grecia y Roma, debieron en
parte su decadencia no tanto a los emperadores lascivos y a los pretorianos corrompidos,
sino a los estragos del mosco. La fiebre amarilla también propagada por los
mosquitos, ha desbaratado ejércitos en plena guerra en diferentes lugares y
fechas. Los moscos abundan en especial después de una lluvia que es cuando se
reavivan las miríadas de animalitos que permanecieron en estado latente.
- ¿Qué se
puede hacer entonces ante semejante enemigo?
- Recurrir a
los ungüentos repelentes al insecto. Así ya no sabrá para dónde dirigir sus
ataques. Al menos eso se espera. Lo que
he puesto en práctica de manera efectiva, al menos para los mosquitos
nocturnos, es envolverme en una especie de sleeping pero confeccionado de malla
de algodón delgado y de porosidad fina. No pesa más allá de unos gramos y puedo
confiar mi sueño sin peligro de ser alcanzado por el mosco, en especial el
llamado Anofeles que es el que transmite el paludismo. Y hay otros mortales
como el dengue y el zilka.
-Soy
escéptico respecto de que un simple mosquito le dispute la hegemonía al
antropocentrismo-.
Seguramente
llevado por esta evocación de la naturaleza, Cork le dijo que Fedro es el que
define con toda precisión el carácter antropocéntrico de la cultura griega
frente a Sócrates. Le dice (inversamente a
como haría San Francisco de Asis) que sus amigos son los hombres, no los
árboles o la comarca. Indagará a la naturaleza para recurrir a ella, pero su
verdadera búsqueda se centrará en el humano. Ya están puestas desde entonces
las premisas para la filosofía y la psicología.
-Este afán
se parece al colesterol bueno.
- El humano
ha apartado por un momento su vista de los dioses para posarla en el hombre.
Pero no ha arremetido contra los dioses.
Por lo pronto busca el equilibrio
- Lo mismo
hizo Adán en el Paraíso. Se metió en el mundo de la causa y el efecto pero no
se volvió enemigo de Yahvé. Buscará en adelante el equilibrio dialéctico entre
mecanicista y animista. El que se salga de ese juego será por su cuenta y
riesgo. Se quedará con sólo la mitad del pastel.
- Pues sí.
El Humanismo fue el gran resultado de la Edad Media que permite ver también
hacia el hombre, no solamente al cielo. Su vehículo de expresión es el laicismo
bueno que nos facilita ir por aquí y por allá con toda libertad a través de la
filosofía, el arte y la ciencia. ¡Las autonomías de las universidades públicas!
- Recuerda
que hay un colesterol malo. Algunos países, al cabo del tiempo, y después de
casi fatales experiencias, han aprendido a manejarlo. Son lo que de una u otra
manera va a la cabeza de las naciones. En los países sucede como en los humanos,
de una misma sociedad, que hay varias edades en un mismo tiempo. Los que
estudiaron, los que no estudiaron, los adolescentes, los viejitos, los que
saben ver los noticiarios o los que, como dice Norman Mailer, los que son
reclutados al prender el televisor por
los generales que planifican la estrategia de la mercadotecnia. Estos países no
encuentran la clave para salir del sótano.
- Para ellos
el laicismo es como el “Puente Branston” de la película “El Malo, el Feo y el
Bueno”. Dos veces al día chocaban sobre él los ejércitos Confederado y Unión
Americana. El que ganara ese puente lograba controlar el paso del río y la
región. Dos veces al día chocaban sobre él “las compañías” y, después de
enormes carnicerías, se retiraban. El resultado era que ni un bando ni otro
lograban su control. Hasta que el Bueno
y su compañero el Feo lograron destruir el puente. De inmediato se
acabaron las matanzas inútiles.
- En México
tenemos nuestro “Puente Branston”. En la Alameda Central está el quemadero de
los que no pensaban como los católicos.
Y en el templo de San Juan Bautista, Coyoacán,
está una mártir de los que no pensaban como los agnósticos.
- Ahora los
norteamericanos andan por las estrellas. En tanto el resto del mundo sigue también, como los mexicanos, en su “Puente Branston”. Las sectas
culturales…
- Son malos
fotógrafos que enfocan y desenfocan y no logran el punto de nitidez. Su tiempo
de experimentar en el error y en el acierto no logra la síntesis. Continúan las
tesis irreductibles...
- Entre
tanto sus habitantes piden limosna en las calles y muchos prefieren jugarse la
vida cruzando la frontera e ingresar, aunque sea de manera fraudulenta, al
principio, en un país donde se espera ya destruyeron el “Puente Branston”.
- De todas
maneras no fue fácil. El pensamiento religioso, más que el filosófico, es el
que norma la conducta de los individuos. Nuestras constituciones dicen,
acertadamente, “educación laica” pero, algo de
esto, solamente, se da en
Preparatoria. Ni primaria, secundaria y después tampoco en licenciatura, del
área “exacta”, se da realmente lo que es laicismo. No hay enseñanza religiosa
en las escuelas públicas pero tampoco hay enseñanza filosófica, es decir,
laica.
-Tienes
razón. Se cree que por no enseñar
religión en las escuelas y universidades, ya se es laico. ¿Dónde quedaron los
veinticinco siglo de la razón práctica?
- ¿Por qué
no me mencionas escritores contemporáneos?
-
Algunos me gustan. De otros pronto he
desistido y los he mandado a la chingada. A la tercera página me parece que
estoy leyendo la inserción pagada de
algún partido político pero con portada que dice “filosofía”. Tengo la
impresión que muchos de los escritores, del Río Bravo a Tierra del Fuego,
siguen moviéndose en una banda sin fin que se llama “Puente Branston”. “Las caras pálidas” ya
llegaron al “cielo”, efectivamente, y nosotros todavía seguimos tirando
pedradas a las ventanas de los vecinos del lado opuesto de la calle. O echando
bolsas de basura en el quicio de sus puertas…
“Otra ronda,
cantinero”
- El peligro
del caos.
- La idea
del sujeto por la dominación y la desorganización... El riesgo del
individualismo altamente yoico. Desoirá la enseñanza de los siglos. Siempre hay
la tentación de empezar de cero, como Platón y los grandes utopistas lejanos y
cercanos. Es como el experimento que
se hizo de mezclar algo de cristianismo con algo de marxismo. Y cuando el medio cristiano tenía enfrente al
marxista “puro” ya no sabía qué hacer. Tampoco el medio comunista sabía cómo
proceder con el cristiano “puro”.
- Ni uno ni
otro querían saber de la dialéctica. Sólo intentaban sorprender al otro.
V
Le comentaba
a Xyster que por la mañana había recibido un correo de Toci, la muchacha de las
montañas, donde le relataba algunos detalles de su guerra contra el sobrepeso.
No bastaba hacer ejercicio. No quería subir de peso y era necesario observar
algunos factores que la podrían inducir a comer más de lo necesario. En
ocasiones debía permanecer muchas horas inactiva debido al mal tiempo o bien
porque se terminaba la luz del día. En alta montaña por más que haga buen tiempo ya no se puede
permanecer en el exterior tan pronto caen las sombras sobre el campamento. Hace
mucho frío. A veces comer es motivado nada más por el ocio. No hacer nada ha
llevado a millones de personas al cementerio cada trimestre. Y ella estaba
obligada a la inmovilidad. Lo más que se
podía permitir ingerir algo entre comidas era una taza de café o de té mate. La
comida, asimismo, no debía estar a la vista. Lo perecedero no era necesario
siempre llevarlo a enterrar a la nieve. Había tan bajas temperaturas que aun
dentro de la tienda se conservarían bastante bien. Pero había organizado su
despensa afuera para no tener a la vista la tentación de comer a cualquier
hora. Ni siquiera fue necesario llevar todo hasta la nieve. Bastó en el lado
sombreado de la roca próxima para tener su refrigerador natural. Aunque a ella
le pegara el Sol quemante, la sombra heladísima
protegía a los alimentos. Es un experimento que hacen todos los que van
a la cordillera de extender los brazos. El brazo que está en el Sol del verano
tendrá cuarenta grados sobre el cero y en el otro brazo bajará hasta veinte
grados. De la misma manera la muchacha era disciplinada para comer tres veces
al día y a la misma hora, cuando se encontraba en el campamento. El resultado
de todo eso era que se mantenía en su peso. Y ahora las duras ascensiones en
los Andes le habían desaparecido algunos kilos. Por fortuna, le decía, las
nalgas seguían retadoras.
Xyster
regresó al tema romano diciendo que se perpetúa la interpretación de la
degeneración cesárea cuando se habla de la historia de Roma. En realidad los
emperadores eran tipos muy fuertes.
- Es
conocido el efecto que trasforma la personalidad del que llega a tener poco o
mucho poder y en este punto cargan los historiadores. De esta manera se elude
la responsabilidad del Senado, cada senador era un individuo
extraordinariamente rico y poderoso en influencias políticas. Auténtico señor
de vidas y haciendas. Y sin embargo parecía que el Senado era una institución
eternamente débil frente al soberano. Cuando sus intereses eran atacados
asesinaban al emperador. Y hablaban al pueblo de libertad, pero no de comida o
de seguridad o de fuentes de trabajo. Apenas una hora después del magnicidio,
Bruto dijo a las multitudes que lo habían hecho en nombre de la libertad. Y más
de uno de los que estaban escuchando debieron quedarse atónitos porque es
sabido que Julio Cesar se preocupaba por dar pan a los más pobres y en
defenderlos de los atropellos del poder. Pero Bruto seguía hablándoles de
libertad. Los excesos de poder, de los que estaban llamados a defender la
democracia, eran en realidad los que hacían que el populacho aclamara a Cesar.
- Como sea,
se trata de un esquema que se va a repetir a todo lo largo de la Edad Media.
Xyster
cambió de color de cerveza y pidió “una rubia”.
- Al
prejuicio le gusta levantar muros. La última vez que estuve en México asistí a
un acontecimiento que se llamó “Coloquio de los Lectores”. José
Vasconcelos estaba convencido que la
manera efectiva de derribar el muro de la ignorancia es la lectura literaria.
El Coloquio se dio en el Plantel 8 “Miguel E. Schultz” de la Universidad
Nacional. Dos universitarios, José Estévez Torres y Julieta Pérez Monrroy
llevaban adelante la idea. El primero lo había empezado como programa de la
Escuela desde una década atrás.
- ¿Así como
se juntan los hombres para jugar ajedrez?
- O
reuniones de Alcohólicos Anónimos. Así estos alumnos universitarios para leer.
Recuerdo que en esta ocasión los estudiantes elaboraron carteles alusivos al
tema, que era el de la lectura, y decían de la influencia que los libros,
aparte los de texto, han tenido en ellos. Leían desde su butaca o pasaban al
frente en el lugar en el que se encontraba el atril. Cada quien leía el autor
que quería. Me invitaron a leer.
- ¿Qué
leíste?
- Algo de
Chesterton. “Ensayos”. Es un gran proyecto ese de la Escuela Nacional
Preparatoria. Hacer el hábito, sentir el placer por la lectura.
- Es apenas
un foco de diez vatios – dijo Cork
- ¿Por qué dices eso?
- Se
necesita que esos jóvenes se conviertan
en abuelitos para que enseñen a sus hijos y a sus nietos… Entonces tenderemos
un foco de quince vatios… Entre tanto la noche crece con rapidez y se hace más
espesa. ¿Qué lees ahora?
- Tolstoi.
La Guerra y la Paz. La leí hace mucho y me pareció la cosa más árida. Desde
luego que no soy de los tolstoianos pero no sé por qué diablos se me ha metido
a la cabeza que merece la pena volver a
hacerlo. Las escenas de palacio y los campamentos de la guerra llenos de hambre
y dolor...
Steinbeck,
Wolfe y Faulkner eran los novelistas que Xyster leía con preferencia de los
otros, que también conocía. Desde luego había leído mucho de la obra de Emerson
“el papá de los pollitos”, gustaba de remarcar. Estaba encantado de la
literatura estadounidense. A la literatura francesa le hacía la reverencia de
quitarse el sombrero pero con autores tan remotos en el tiempo como Montaigne y
Víctor Hugo. De algunos de los recientes famosos pensadores franceses decía que
habían escrito un manifiesto de su partido político pero que en la portada del
libro le pusieron “filosofía”. Para él la que más carácter debía tener era la
literatura alemana pero, decía, los novelistas alemanes tienen, como los
novelistas mexicanos, su Puente Branston. Con tan infinitas vivencias que les
proporcionaron las dos guerras mundiales, no han sabido evitar el espíritu de
secta. Recordaba con admiración lo que
para él debería ser la literatura de esta nación. Se refería a un libro que no
era novela sino una especie de historia de lo que había sido el alpinismo
europeo de entreguerras.
El autor era
Andre Heickmar y el título en cuestión
“Los tres últimos problemas de los Alpes”.
-No
inscribas en esa lista a Jean Wahl. Nace en Francia un pensador de su talla
cada quinientos años.
-¿Sabes
cuántas ediciones del Quijote de Cervantes tiene la Universidad Nacional de tu
país?-le preguntó Xyster.
Cork era buen conocedor de todo lo que se
refiriera al Quijote y a la vida de su autor. Pero no supo lo que Xyster le
preguntaba.
-No.
- Contaba
hasta hace poco, que estuve en México, con 167 ediciones. Unas en español,
otras en francés y otras más en inglés. La que más me gustó fue la que está
escrita en español mexicano. A mí también, como a ustedes, me cuesta trabajo
leer texto del vosotros y el habéis. El primer ejemplar que llegó a las bibliotecas mexicanas fue en 1819.
- ¿Pero a
que no sabes por qué lo escribió Cervantes tal como lo conocemos?
- Porque era
un hombre de letras. Tiene la fantasía…
- Sobre todo
le interesaba desacreditar al rey Arturo, mito nacional de los ingleses. Don
Quijote es la figura del antihéroe. Enfermizo, desaliñado. Era valiente
pero pocas veces salía victorioso de sus
batallas. La elegante dama de los torneos ingleses pasó a ser Aldonsa cuidadora
de puercos y experta en fabricar chorizos…
Cork remojó
otra vez la garganta y añadió:
“En
literatura y en filosofía hay cosas divertidas. Para unos todo pasa para no
volver, como lo que se conoce como la “flecha del tiempo”. En tanto el eterno
retorno está respaldado por el “bumerang del tiempo”. Esto lo aceptan mucho los
krisnas, me lo dijo Clemencia, porque con la flecha del tiempo ya no hay
retorno posible a sus otras reencarnaciones.
-Otra cosa
que dicen es que aceptar a Dios no es científico. Y negarlo es aceptar la
posibilidad de su existencia.
-No
entiendo.
- Ya sabes
que la verdadera base de la racionalidad es acercarnos a lo irracional- se
percató que Cork lo miraba con desconfianza y bajó su ejemplo:-. Como un
fotógrafo que desenfoca para acercarse al enfoque correcto. Así lo racional y
lo ilógico son los fundamentos. El esoterismo rococó es el que va a vivir en el
híbrido o en el mestizaje que es la revoltura de esos dos principios. Algunos
periodistas apresurados revolvieron esto al llamarlo progresista y positivista.
- ¿Todo eso
dicen los filósofos?
¡Eso y más!
- ¡Sólo
falta que nos caiga una meteorito y acabe con el cuadro!
- Ciencia y
religión no se excluyen. Dios no va a enviar a una parte de sus hijos en una
dirección y a la otra parte en la dirección contraria. Los hombres somos los
que hacemos de eso un revoltijo. Aquí también vale aquello de que el sincretismo es de piratas y lo sensato
es el ecumenismo. El pensamiento lógico y el ilógico son grandes conquistas del
humano y no hay porque llenarlos de lodo. Lo que la teología cristiana nos
propone es un troquel acabado. En cambio el mundo de la física es siempre
inacabado. Siempre superando sus propias marcas.
- ¡El
bumerang y la flecha!
- El sentido
común puede que no sea científico, pero a la gente le ha servido para vivir como guía en medio
del caos.
- Por las
noches vemos en la montaña, y sobre todo en el desierto, un cielo
sorprendentemente estrellado. Se parece a la metáfora de la flecha y el
bumerang.
- Pues sí.
Sólo vemos lo que ya fue. Me imagino que debe haber alguna disciplina científica
llamada Paleo cosmografía.
- El cielo
que percibimos es como esos museos de arte donde vemos las pinturas de artistas
que ya no existen… y todavía no se exhiben las pinturas de pintores que aún
tienen vida.
De pronto, y
en tanto levantaba su vaso de cerveza, Xyster preguntó:
- ¿Estás
seguro de cruzar el desierto?
Cork pensó en sus amigos de montaña. Pocos vivían
ya.
- Un
alpinista nunca cree estar seguro. Esa seguridad lo haría bajar la guardia.
- ¿Entonces?
- Hay que ponerse en el comienzo, lo mejor
preparados, y tirar los dados...
- Esa
muchacha que dices que está en los Andes, ¿te gusta? Quiero decir para el caso
de vivir la vida juntos. ¿Qué sería la diferencia con la mujer de la ciudad?
- El fondo
de la cuestión, según lo veo, es que más que el enredo socioeconómico se trata
de que la mujer india se va hacia el centro del grupo y la mujer citadina
tiende hacia el individualismo…La vida de matrimonio, en la etnia, al menos la
de Toci, es perenne en un noventa y cinco por ciento de las parejas debido a
que se comportan como si estuviéramos
hechos con plantilla. Son excepcionales las rupturas definitivas. Eso da mucha
cohesión a través del tiempo. Ya bastantes cosas echaron a perder los
antepasados como para que sigamos experimentando. Tienen cierta manera de
comportarse que hace que las desavenencias entre la pareja no los lleve hacia
el conocido “será mejor terminar esto”, como se estila con frecuencia en la
ciudad. Más bien es una oportunidad para lograr una comprensión mayor que
antes. Lo que en sindicalismo se llama “negociar”. ¿Qué es negociar en
política? ¡Ceder, algo, ambas partes, de las posiciones iniciales! Cada crisis superada los fortalece más.
Siguen el principio de la medicina aquel que la enfermedad que no mata
robustece. Visto de cerca, el comportamiento sigue los lineamientos de no
discutir sus problemas en público, la pareja en conflicto. Evitar llegar a los
golpes y a expresar palabras que hieren más que las acciones violentas. Lo que
cuidan más son las situaciones en la que se hiere con el silencio.
- ¿Como
cuáles?
- Dejar sola
a la pareja cuando se está en plena discusión.
- ¿Y en
materia sexual?
- No se toma
a la mujer como si fuera “foca amaestrada” en el sentido de desnudarla y
penetrarla casi sin su consentimiento.
Como si fuera una muñeca sexual
de plástico inflable. Cuando actúas así muchas cosas se van a quebrar, tal vez
paulatinamente, pero sin remedio. Es una lección aprendida de generación en
generación dejar que la mujer tome la
iniciativa y sólo entonces entrar a un terreno de preparación en un masaje
lento y sensual. Sobre todo hacerla entender que no necesita fingir ningún
orgasmo. No tiene que gritar como loca. Después de un tiempo corto de vivir en
compañía inseparable, de “pareja estampilla”, él acepta que la mujer se haga
cada vez de cierta independencia con respecto a él. Si se ventila alguna
situación grave como que ella estuvo con otro hombre o él con otra mujer, no se
contraataca en la discusión sino que se escucha. Si después de eso se está en
disposición de salvar su relación, no se recordará más el tema como arma
punitiva. Si piensas que la situación es
extraña aquí no lo es. En realidad son principios universales y no se está
descubriendo nada nuevo, pero no todos los pueblos lo llevan a la práctica. Este grupo matlazinca
sí los vive.
- ¿Hay
gordos entre la gente de Toci – quiso saber Xyster
- Pocos. Su
dieta incluye verduras y frutas. Carne de aves de corral o pescado (y orégano).
Sólo los que han convivido algún tiempo en la ciudad y alteraron sus hábitos de
alimentación, por regla general son obesos. Mucha televisión, menos ejercicio y
más grasas en las comidas, harina blanca y azucares.
En efecto,
en la etnia de Toci creían que, en materia de salud, un hombre gordo está en riesgo de contraer al menos tres
enfermedades que son diabetes, cardiopatías y apoplejías. Su praxis consiste en sólo ver que tiene más
centímetros en derredor del abdomen que en derredor de las nalgas. Un sistema empírico indicador de la salud del
sistema cardiovascular que habían comprobado a través de los siglos. A simple
vista. Y lo confirmaban en algunas ocasiones en que por acciones de la guerra
el abdomen quedaba abierto. Entonces veían capas gruesas de grasa amarilla
mucho antes de llegar propiamente a las vísceras. Refugio predilecto de
triglicéridos y colesterol. Y cuando alguien en la vida sufría mucho porque
sentía que le fallaba el ritmo sanguíneo. Al morirse y sacarles el corazón como
ofrenda al Sol, igualmente encontraban una gruesa capa de grasa cubriéndolo de tal manera que era una bola amarilla la que
se veía, no ya la forma de este órgano. Si pudiéramos ver esta horrible bola…
7
I
Toci seguía
comunicándose con Cork y conmigo. Ese afán se debía al lugar solitario en el
que se encontraba dentro de las montañas. ¡Su yo enfrentado con ella misma!
Creo que ahora tendríamos que decirlo femenino: su “ya”… En ocasiones hablaba
sola. ¡Si la gente supiera de manera consciente lo importante que es hablar! ¡Y
más leer! Leyendo se escucha los otros. Recordó algo que había leído de Brenda Lozano: “A quien le apasiona leer sabe
que el alma nunca suelta el libro”. En el principio el solitario en las
montañas quiere mantener un resto de
cordura y se pone a cantar a media voz. Ya ha descubierto que su estado de
ánimo depende de lo que coma, de la hora del día o de la noche. Por alguna
causa en la noche la vida parece sombría. No debía ser pues para los pueblos
indios la noche tiene vida y es un numen
que la acompaña protegiéndola. Esta consciente de la baja intensidad de sus
momentos de irritabilidad. Estaba obligada a permanecer inactiva dentro de su
bolsa de dormir unas catorce horas por las
bajas temperaturas allá afuera. Dormía o dormitaba y se sentía bien.
Vivir dentro del más salvaje panorama natural apacigua a cualquiera, por más
neurótica que se sienta. Recordó aquel avión de los alemanes, dentro de la
Segunda Guerra Mundial, que en sesenta segundos se elevó ocho mil metros, pero
el piloto murió. La tecnología va muy adelante, se dijo, pero, paradójico, su
creador, el hombre, no. La naturaleza es la más formidable, despiadada,
maestra. Su lenguaje mudo enseña cómo están las cosas. Algunos lo hacen jugando
solos o acompañados en una especie de frontón. Pero la mayoría no se conforma
con golpear una pelota sino que golpean a las personas que pueden. Sino lo
hacen físicamente buscarán hacerlo de manera verbal. Sola, entre la cordillera,
la muchacha casi llegó a aceptar que los estados de cólera tienen mucho de
teatral. Un ego muy lastimado querrá lastimar a otro ego. Pero que la
naturaleza divina de Jesús no tuvo que probarse por la resurrección. Hubiera
sido suficiente escucharlo decir que se perdonara a sus ofensores. Desquitarse
es de humanos. ¡Sólo los dioses perdonan las ofensas! Veintiún siglos más tarde no lo entendemos cabalmente.
Antes Sócrates había dicho que en un conflicto el agresor es el que lleva la
peor parte. Tampoco le entendieron. Un poco sí cuando conocemos el experimento
que se hizo en 1955 en la Universidad de Harvard, entre 1600 víctimas de
infarto, que reveló que un simple arranque de cólera duplica las posibilidades
de sufrir un ataque cardiaco. Y a esto habría que agregarle los factores que
por ese mismo arranque de cólera, desencadenan hasta llevarnos a la diabetes.
Lograr que no se lastime el yo, o el ya, tiene mucho más de lo que parece. El
resultado está a la vista porque los que gritan y golpean ya se murieron o
están en alguna clase de cárcel. Y los que pusieron la otra mejilla van
caminando tranquilos bajo el Sol.
En cierta
ocasión me dio por escribir algo así como un cuento y se lo envié a los dos.
Para Toci con la esperanza que se divirtiera un rato y a Cork para que me diera
su punto de vista. Tenía un final como de película, con mensaje espectacular y
toda la cosa.No entendí una palabra de lo que me dijo. Más bien me pareció un
regaño.
-Guilermo,
en composición lírica tú puedes escribir lo que se te pegué la gana y que nadie
te diga lo contrario. Es tu expresión interior que busca exponerse con toda libertad.
Lo que opine el mundo que se vaya al cuerno. Pero si quieres algo sólo te
mencionaré que mensajes, símbolos o metáforas, pueden “llenar” el cuerpo del
cuento o de la novela. Es lo que sugieren los finales orteguinos. De esta
manera le das lugar al impreciso tratamiento del final de la obra, sea cuento, novela,
teatro o película. Ortega y Gasset, se refiere a los cuadros de Velázquez.
Dice, ojo, los cuadros sin acabar,
invitan al receptor a acabarlos.
Toci había
notado que se sentía mejor cuando su temperatura corporal estaba más alta. Era
fácil darse cuenta de las “causas femeninas” y pensó que los estados
circadianos para los hombres deben ser más difíciles de detectar. Antes de su
menstruación era cuando, según indicaba el registro de fechas de su
computadora, llamaba con más frecuencia a Cork. Lo que cuidaba mucho la
muchacha, siempre insistía en eso, era el tipo de alimentos que comía. Esas
substancias químicas tenían que influir de manera directa en su estado de
ánimo. El café lo tomaba por deleite pero no como alimento. Esto le evitaba
irritabilidad. Unos pocos de carbohidratos la tranquilizaba de manera natural.
Llegado a este punto Cork le dice a
Xyster que Toci le ha dado una pauta que al menos a él le da resultado de mucho
valor. La vida, tu vida, le había dicho ayer por medio de la computadora, es
como la tela en blanco del artista. Tú puedes poner el color que quieras. Si la
pintas de negro después no vayas a estar buscando culpable. Yo procuro ponerle
un rosa juguetón. Y antes de “cerrar” escribió estas palabras: “¡Sueña conmigo”!
Toci
encontró en su computadora una solicitud para guiar una expedición de alemanes
al Cotopaxi, en Ecuador. Pagan bien y en euros. Pagaban tan bien que Cork no
tardó en decirle ¡alto! No lo hagas. ¿Sabes cómo está el Cotopaxi en la
actualidad? ¡A punto de hacer pum! Digo, otra vez, como la erupción de agosto
del 2015. Las cenizas llegan a cincuenta kilómetros de distancia. ¡Igual
que el Popocatépetl en México. Semejante
a la erupción de nuestro Volcán de
Colima del 21 de enero del año pasado, ¿te acuerdas?
Toci había
subido en dos ocasiones ese volcán ecuatoriano
conduciendo la primera vez a japoneses y a franceses la segunda. Pero en
la actualidad el volcán había entrado en
actividad nuevamente. Siempre estaba moviéndose pues se registraban hasta cien
sismos al día, sólo que ahora se percibían aun caminando por la banqueta de la ciudad.
Desde luego su ascenso estaba prohibido por las autoridades. El Instituto Geofísico
lo monitoreaba desde 1976.Se advertía que para las siguientes semanas podían
producirse emisiones de magma y expulse vapores y rocas. Además que los hielos
de sus glaciares se derritan y provoquen flujos y la formación de lahares.
En efecto,
eran prácticamente las mismas condiciones en las que se encontraba el Popocatépetl,
en la esquina sureste del Valle de México. No obstante Toci había burlado la
vigilancia de las autoridades llevando alemanes por la directa de los refugios,
El Queretano y Teopixcalco, hasta el Pico Mayor. El regreso fue bordeando parte
del cráter y bajando por Las Cruces. Cuando los vigilantes los descubrieron al
descenso ya habían ganado la zona de arenas negras colindantes con los altos
bosques de Tlamacazcalco.
Por eso Cork
le advirtió en su pantalla:
-Ni
consideres lo del Cotopaxi. No quiero
pasar la vida pensando en lo que pudo haber sido de la familia formada
contigo…Sé que no tienes necesidad de hacerlo por dinero. Pero te conozco…
Algunas
semanas más tarde Toci le escribió:
“No te
preocupes, todo fue bien en el Cotopaxi.
Te escribo desde Quito y por la tarde tomaré el avión que me llevará a
Santiago. A la mañana siguiente viajaré a Cuevas”.
Agregaba: En
unos días subiré con un grupo de italianos al monte Ameghino, por el suroeste.
¿Te acuerdas del collado que une al Aconcagua con el Ameghino? Por ahí subiremos.
Treinta kilómetros caminando hacia el norte, por la cañada de Las Vacas, luego,
al oeste, por la cañada de Los Huanacos. Acamparemos en los lugares en los que
tú y yo dormíamos cuando atacamos la sur del Ameghino.
-¡Estás
loca! En el Cotopaxi pudiste…
-Tranquilo-fue
la respuesta-, ya pasó.
Cork me
escribió contándome lo de Toci en Ecuador. Agregaba:
-¿Con esa
mujer caprichosa voy a vivir el resto de mi vida?
Como las
computadoras de los tres estaban conectadas, por eso de los hipervínculos, la
respuesta de Toci no tardó en llegar:
-¿Recuerdas
Cork mi falda de cuatro metros, de lana
negra que yo me tejí el verano pasado, la misma que me da varias vueltas en
torno de la cintura? Bueno, está pensada para extenderla por las noches y
envolvernos los dos con ella. Ni las más grandes nevadas de la meseta toluqueña
podrán enfriarnos.
A lo que me
permití escribirle un comentario a mi
amigo:
-No te resistas.
Sabes bien que en la etnia de Toci las mujeres son las dueñas del universo. Al
menos tres mujeres estarán rodeándote de cariño. Primero Toci, luego la mamá de
Toci, y más allá la abuela de Toci. Así es la mujer mexicana original. En la
etnia el matriarcado nunca se fue.
-¿Cariño?,
dirás que tres mujeres estarán diseñando mi vida.
-Y eso
sucederá-le escribí-cuando la bella Toci, de hermosos cabellos negros y lacios,
te envuelva con su falda negra de lana de cuatro metros contra las tormentas de
nieve.
-Y eso
sucederá pronto- Toci volvió a “hepervincularse”-.Ahora que mis óvulos todavía
están vigorosos.
-¿Puedes imaginarte esa expresión Guillermo?-me
comentó-.”Ahora que mis óvulos todavía están vigorosos” ¡Toci tiene apenas 24
años!
-Es joven
para una muchacha de la ciudad pero, acuérdate, en las etnias una mujer de
veinte años que no se ha casado es
considerada como alguien a la que “ya la
dejó el tren”.
-Alguna vez
conoceré a tu chica -Xyster suspiraba, cada vez que levantaba su vaso de
cerveza, por los tiempos dorados en que el hombre fabricaba su propia cerveza.
Se jalaba los pelos y exclamaba: - ¿Por qué no fabricamos nuestra propia cerveza,
Cork? – pero antes que el otro dijera algo, recitó algo de El Principito: “Los
hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Las cosas las compran ya hechas a
los mercaderes”.
Cork se
acordó de sus tiempos de la Facultad:
- Todos
estábamos de acuerdo con eso. Sólo había un punto de discrepancia. Los Big
Bangueros preferían cerveza morena y los
Implosionistas decían que rubia… ¡Qué tiempos! ¿Por qué tiene que pasar la
vida? Después todo se vuelve muy serio. Solemne hasta para vestir y caminar.
- ¿Y los
Anti Mundos y los del Crecimiento Continuo?
- ¡Esos
tomaban hasta la loción para después del baño!
Xyster
levantó su tarro:
-Yo, como
dijo Aristóteles: “todas estas hipótesis son inadmisibles, pero probablemente
unas lo son más que otras.”
Xyster se
refirió a la alusión que Cork hizo de
la literatura alemana:
- Eso le
pasa a Alemania por alejarse de la hagiografía. A diferencia de Inglaterra,
Francia, España, Irlanda y México, que tienen apóstoles, a santos y a la Virgen
por patronos. Alemania tiene héroes. ¿Te acuerdas de los Nibelungos? El ejemplo
del heroísmo es mensurable, manejable y
casi siempre de signo agresivo. Los santos, en cambio, y esta es la lección del
cristianismo que aprendió muy bien Gandhi y que aplicó con mucho éxito, los
santos pueden conducirnos a la victoria sin levantar la espada. Como la
Guadalupana del siglo diecinueve en México (¿ya te enteraste que el 24 de
febrero, de este 2016, una peregrinación procedente de la meseta toluqueña
llegó en número de cien mil a la Basílica de Guadalupe en México, según dicen
los medios?). Que San Jorge mate al dragón es sobre todo un simbolismo de valor
frente a algo verdaderamente fuerte. El dragón es mucho más poderoso que un
neurótico Zaratustra. En la vida de todos los días el hombre pierde batallas
frente a sus dragones interiores. ¡Desterraron a San Jorge en el siglo diecinueve y ahora
tienen el grave problema! El de la sobrealimentación, la drogadicción, el
tabaquismo, el alcoholismo, el sedentarismo…
Los santos laicos, como Zaratustra, es decir, los héroes, siempre pueden
acabar en la catástrofe. Sólo es cuestión de haber quién tiene mejores armas
bélicas. Los santos religiosos, al menos los del cristianismo apostólico
romano, empiezan precisamente su gran labor a partir de las ruinas. Pues
estamos hablando de un mundo espiritual que se derrumba y de otro que es
potencialmente reconstruible….
-Sigue- le
apuró Cork
-Otra cosa vi,
cuando estuve en México. Asistí a una lectura en voz alta en Las Aureolas, en
el centro ce Coyoacán. Se leyeron dos poemas de Jorge Santiago Perednik, un
argentino que precisamente ese día remaba en
Xochimilco. Una de esas poesías parecía más bien un trabajo de
semántica. Me pareció que Perednik era el Bukowski argentino.
Al día
siguiente asistí a una conferencia a la Torre II de Humanidades, de Ciudad
Universitaria. El tema era Historia y
Literatura. El ponente hacía una frecuente alusión a la Teoría de la
Liberación. Pero con cierta vaguedad que tuve la impresión que o estaba
dirigiendo el tema o bien que no lo conocía cabalmente. El compuesto cultural, que es esta
Teología, la situaba por encima de los
fundamentos, principalmente el cristianismo apostólico romano. Como sustituir el morado, secundario, por el azul, primario, hablando de colores. De
ahí que una serie de alusiones resultaron faltas de precisión. La mayoría de
los presentes no tenía una idea de la Teoría de la Liberación.
- ¿A qué
fuiste a México en esta ocasión?
- Varias
cosas. Una buscar a un amigo que perdí
de vista. Heriberto Salazar. Escalamos por años en Pachuca rocas de esas que no
se escalan dos veces en la vida.
- Es cierto,
¿por qué la vida tiene que pasar? ¿Por qué la gente que se conoce deja de
verse?
- Hay amigos
con los que se pasó buena parte de la vida y por los que se hubiera dado hasta
la camisa. Jamás se les vuelve a ver. Con los años todo recuerdo sigue vivo
como en el principio.
- Los amigos
que dejaron de verse son como los
muertos de un glaciar: permanecen jóvenes en nuestro recuerdo. Después de
veinte años no los reconoces. Sigues imaginándolos como antes.
- Si acaso
una llamada telefónica o por computadora en la noche de Navidad...
- ¿Qué caso
tuvo todo eso?
-Espero que
eso no me pase con Toci.
- Se ve que
la quieres.
- A su
trasero pero sobre todo cómo ve algunas cosas de la vida. ¡Sus muñecas de
trapo! Aun en la producción en serie de las pequeñas y bellas muñecas de trapo
que hacen a mano en Mazahuatitlán, y que cubrían por lo menos los mercados de
México, Nueva York y Los Ángeles, le producía a ella y a sus gentes cierta
incomodidad.
- ¿Por qué?
- Todo lo
que salía de sus manos, todo, absolutamente todo, hasta lo aparentemente
baladí, tenía su sello simbólico ontológico. ¡Y ahora había que producir en
serie en las máquinas de la tecnología moderna!
-Entiendo.
¿A dónde irían esas muñecas de trapo sin la protección de sus divinidades?
- ¡Además
las muñecas estaban casi perfectas! ¡Ya no tenían las pequeñas diferencias de
hechuras que las hacían únicas en el universo! Hasta las figuritas en barro de la diosa Xochiquetzal, hechas por
los toltecas hace cientos de años atrás, no eran iguales. Lo eran en el molde y
en los colores simbólicos, pero en este terminado era cuando se podía dar la
diferencia de manera inconsciente.
Xyster
conocía a México.
-La cultura
mexicana actual tiene sus dos fundamentos que son la precristiana y la europea.
Esta fase mestiza, de lo prehispánico y lo
europeo, está llamada a ser doblemente rica en
cuanto que tiene tan amplios
pilares. Pero, como en la Teología de la Liberación: diferente a las que le
dieron lugar.
- ¡A reserva
de conocer ambas!
- Pues sí,
tienes razón. De otra manera la “tercera
opción”, es decir, la mexicana actual,
será un bodrio mal cocido y mal digerido. En lugar de elevación, traerá
degradación ese “tercer compuesto”. Sucede lo mismo con eso de la Teología ¡Y es necesario abrir los ojos pues ya nada
más decir cultura europea es una cosa
que va en serio por todos los elementos extrínsecos que la componen, de ahí la
necesidad de entender bien el periodo llamado “Edad Media”. La suma de lo árabe,
con romano, griego y egipcio antiguo.
- Samuel Ramos se refería a la Edad Media como
la “maraña de la cultura europea”. No se refería a la adquisición de hechos,
lugares, fechas y nombres, sino a los elementos de las disciplinas intelectual
y moral.
-Agregaba
que cuando se dominan las altas cumbres de la cultura “no se caerá en el
orgullo de desperdiciar la tierra nativa”. Buscar el conocimiento intelectual
del mundo, a través del caso particular, que es lo mexicano.
- Como el
geólogo que tiene en sus manos un trozo de roca que llegó de las estrellas…
- Dos visiones del mundo para tratar de llegar
a la verdad o al menos a una concepción universal, es mejor que una sola…
- Como sea
me gusta Toci. Es hermosa. Lo que es esto, no lo sé…Recuerdo lo que dijo
Alberto Durero, en un momento de su vida artística, al preguntarse si podía medir
también a la Estética. Ahora yo digo que si no se sabe qué es la hermosura, de
lo que uno puede estar seguro es que se puede sentir. ¿Cómo, quién sabe, tal
vez la intuición, pero cómo podría
percibirla sino estuviera equipado para ello?
- Te felicitó
que todavía tienes sensibilidad para pensar en la Estética. Yo pienso en cosas
más inmediatas.
- ¿La
basura?
- Entre
otras. Nueva York, como México, la ciudad, con cerca de veinticinco millones de
habitantes, tiene los problemas de las mega ciudades del mundo. Entre otros hay
que hacer grandes erogaciones del erario para dedicarlo a la gobernabilidad, la
calidad ambiental y la manutención de miles de presidiarios…No los inocentes
que están presos, sino los auténticos maleantes. Nos roban nuestros bienes cuando
andan en libertad y nos siguen robando el dinero, ya encerrados, para darles de comer… Y seguirán haciéndolo
cuando abandonen esa escuela del crimen…
- Pues tengo
sensibilidad pero la criatura alada, con su energía anónima y abstracta, debe
estar cerca del lugar en el que me encuentro. Porque debido al ajetreo de la
gran ciudad, con sus millones de gentes que van y vienen, con su ritmo
acelerado, no puedo verla ni oírla. Al menos se dificulta.
-
Entretanto, jugadores que piensan pueden ganarle al tallador profesional de
cartas o al conductor hábil de la ruleta.
Las adicciones tan fuertes también impiden ver la Estética.
- Dostoievski
nos contó al respecto…
- El dilema
de las singularidades…Ser responsable por los propios actos no quiere decir que
tal conducta vaya a estar en armonía con los intereses de la sociedad. Cuando
un ciudadano declara que él sí es libre está diciendo que le importa un
cacahuate el Estatuto que rige esa ciudad. Sino, ¿con respecto a qué es libre?
- ¿Quieres
decir que los legisladores son los que administran nuestra libertad?
- Que
alguien que se va por la libre es un trasgresor en potencia. Es diferente que
el que decide de manera libre, sin perder de vista sus actos, ser acompañado
por la conciencia y la moral.
- Ahora ya no
gusta la palabra moral.
- Es obvio
que no guste. Los Al Capone y los Dillinger de hace un siglo ahora pasarían por
simples asalta borrachos. Cuando en la
ciudad se construyen más cárceles que templos y aulas…
- Muchos
malentendieron su libertad y empezaron a comer desordenadamente. ¿Sabes que
aquí mueren al año medio millón de personas por el sobrepeso y el sedentarismo?
¿Y que en el país hay cincuenta y ocho millones de personas obesas?
- Su libre
albedrío los clavo frente al televisor en lugar de ponerse el tenis y echarse a
caminar por un rato.
- A Nietzsche le gustaba hablar contra la estandarización de poca calidad. Ibsen
soñaba con la estandarización de calidad. Nuestra realidad es una negativa
estandarización contra la báscula.
- Esa
mayoría cambiaría el concepto de “normal”…Nos urge un San Jorge con su espada
mata hábitos nefastos…
- Nefastos
pero sabrosos…
Cork
entendió que la charla ya había llegado a la fase en que se acercaban las
incoherencias alcohólicas. Todo estaba bien hasta ahí pero cuando Xyster recordara la “flecha del tiempo” e insistiera en el “bumerang del tiempo”…Es
cuando los individuos ya están borrachos. No dicen nada nuevo y ni siquiera lo
mínimo de sensato. Daría por terminada la plática. Después del “bumerang”
quedan cuatro fases y Cork las conocía bien en los concursos de bebedores de
cerveza en los que había participado. La otra era la voz pastosa. Sigue el
neandertal. Luego viene una sesión de explosivas y repetidas vomitadas.
Finalmente el sueño salvador. Si se insiste en seguir bebiendo más allá del
cuatro, del nahui, muchos ya no regresan de ese sueño…
Los solitarios. Se dijo que la sociabilidad
es propia de los humanos. La irresponsabilidad lleva a renegar de esa
sociabilidad. Los solitarios viven en las ciudades y rodeados de las
comodidades que estas brindan... Un solitario colocado en la descarnada soledad
del desierto o de la montaña, en efecto, se mearía en los pantalones. Juntemos
a todos los solitarios del mundo y se hundirían en el caos. Quinientos años de
la historia europea, de los siglos quintos al décimo, es un argumento
irrefutable de lo anterior. Les faltaban los habitantes sociales, comunes, de
las ciudades. Hasta que llegó el calor de las ciudades feudales los solitarios
empezaron a jalar oxígeno. Se acordó de la noche que estaba muy cansado en el
desierto de Samalayuca, en el estado de Chihuahua, y se había dormido
profundamente. Tanto que al despertar tuvo que darse masaje en el brazo izquierdo hasta que volvió a sentirlo.
Había escuchado, al cubrirse con la delgada manta blanca dentro de su tienda,
el aleteo de las pequeñas pero poderosas alas desde lo alto del saguaro. Y un
rato después aquellos ruidos como graznidos… Cuando amaneció la cumbre del
saguaro estaba sola. Su fórmula de la mañana era “si quieres evitar la demencia
no descuides la actividad intelectual”
- Los dioses
hablan a un destino común- volvió a hablar Xyster -. Ni siquiera el Imperio Romano pudo sobrevivir
a la disolución…Pero no es tan fácil esto de comer mariposas, reptiles u
hormigas, como tú crees, Cork. Se necesita conocer las fuentes de las que se
alimentan todas ellas. Como vas de paso no tendrás tiempo para lograr un mejor
conocimiento. Pregunta de todo ello a la gente cuando pases por alguna aldea.
Te alertarán respecto a una mariposa que en tu país se conoce como “Monarca”.
Ni siquiera los animales la comen… Las comidas sin información nutricional…
planta a un niño frente al televisor y al cabo de un lustro podrás comprobar cuál es el resultado.
- Un campesino, sin armas culturales sólidas,
se para frente a un puesto de periódicos…
- Antes que
se de cuanta se encontraría envuelto en el decimonónico pleito de los partidos
políticos de tu país, ¿he Cork? Alguno de ellos acabará conquistándolo y sin
darse cuenta que su libertad la habrá
perdido quizá para siempre.
- Zaratustra
es real como posibilidad humana. Sólo que está fuera de tiempo. Vocación para
la independencia personal, inclinación a vencer con su fuerza y su voluntad a
través de los sinsabores del mundo, moverse en la inseguridad de un destino,
desigualdad frente a los peligros y repugnancia por lo siempre igual. ¿Qué
tenemos aquí? Todavía tendrían que
transcurrir ocho largos siglos para que Carlomagno pudiera reunir en una sola
todas estas rebeldes individualidades. Lo mismo que si tomáramos como paradigma
para nuestra vida a un guerrero azteca de los tiempos de Ahuizotl. Lo más que
se parece a los antiguos platicadores de
la Stoa es un montañista. Y es un hecho muy conocido que a los alpinistas les
ha echado ojo el psiquiatra. En la vida
realista de la ciudad el comercio mundial se ha apoderado del arma de la
mercadotecnia para sustituir a Odín, Alá, Jesucristo y a Tezcatlipoca. ¿Se
siente solo, está aburrido y quiere acción? ¡Hable por teléfono! Así tendrá contacto
con sus semejantes sin perder su soledad ¡pero tampoco estarán reunidos físicamente! Tiene media hora para
hablar. Después habrá que reintegrarse a la oficina o a la fábrica. ¡La
producción! Por eso te digo que un viaje hacia el desierto no es una huida
hacia la soledad sino un retorno a la cordura. Al regreso las telarañas de la
ciudad industrial habrán desaparecido y lucirá en todo su esplendor
comunitario. ¡Solamente un loco se pelearía con el progreso tecnológico! ¡Eso
no lo hacen ni los neandertales! Sabes que no estoy hablando del gran
descubrimiento de los profetas sino de algo muy conocido de los montañistas
cuando dejan la cumbre y regresan al valle. Esto sucede cada fin de semana.
Ahora fue
Xyster el que escuchaba.
-No creas
que hago retórica hablando de la libertad. Cuando el hombre de campo se fue a
vivir a la ciudad fue cuando empezó a hablar de la libertad. Los muros de la
ciudad antigua fueron reemplazados por los muros de la vida de la City. Lo sé
porque conozco ambos lados. Nací en los desiertos del norte y conocí esa
libertad. La universidad me tuvo sujeto en la ciudad por algunos años. Eran los
tiempos del senequismo y a la vez de los sueños por la estepa…
-Tienes
razón. Todo esto tiene que ver con la salud mental. Hace veinticinco siglos
Temístocles, que según dicen tenía una facultad extraordinaria para recordar
cosas, llegó a la conclusión que para que un individuo pueda conservar el
equilibrio o salud mental, necesita aprender a librarse de algunas o muchas
cosas que lleva guardadas en el cerebro. ¡Todo un pionero! Ahora esto está confirmado tanto por la psiquiatría
como por la computadora. El “disco duro” no funciona cuando tiene un exceso de
datos. Y el médico hace que el paciente tirado en el sillín “aliviane su
costal”.
II
-Cuando
alguien le dijo a Temístocles que le iba a enseñar un método para recordar las
cosas, él contestó: “preferiría aprender a olvidar”.
- Pues claro
que hay que aprender a distinguir de lo
que hay que desembarazarse. De manera innata lo podríamos hacer pero si
alguien, con episteme, lo indica, tanto
mejor. Cuando algo o alguien nos gustan o nos disgusta, quiere decir que
poseemos mecanismos para hacer esta distinción. Como el oído para escuchar o
las narices para el olfato. Hay un principio regulador que nos hace distinguir
no sólo que existe sino lo verdadero de lo falso.
- Es
solamente el principio del asunto. Después viene el libre albedrío. Pertenece
tanto a la teología como a la filosofía. La primera lo da y en la segunda hay
que luchar por él. Los humanos tenemos libre albedrío para decidir esto o
aquello. Al menos lo estamos exigiendo en todo momento.
- Aunque tal
cosa la pedimos para nosotros pero no se le concedemos, o no se la
comprendemos, a Dios. Si él dispone una
cosa para nosotros, nosotros, si no nos gusta, le pedimos que no se haga eso…
- ¿En qué
grado de evolución estaremos? Porque si somos como los niños de tres años, que
hacemos berrinches, porque no se nos concede hasta lo que nos va a perjudicar…
- Quiere
decir que nuestro grado de discernimiento no alcanza a profundizar tanto…
- La
mercadotecnia es el dios moderno que nos ordena. Ya aherrojado el grupo
familiar al ámbito de la ciudad, la mercadotecnia necesita quien compre, no
quien decida. El imperativo inmediato es aislar al individuo del grupo donde
hay tradiciones. ¡Lo necesita solo! Y si está solo y carece de información,
tanto mejor. Ibsen bregaba por un hombre solo pero informado y formado. La preponderancia económica que la
organización matrilineal tenía en el
grupo (en la etnia de Toci la conservan), en la ciudad se va a hacer polvo. El
hombre es el proveedor y ahora él es que decide. La segunda manera es proyectar
una imagen incestuosa en ese gobierno matrilineal. ¡La mercadotecnia no se anda
con rodeos ni tampoco se tienta el corazón! ¡Hay que apresurarse a alejarlo de
tales costumbres!
-Aun hay
otro código en el que se expresa la estructura social de parentesco y son las
reglas del matrimonio. En la ciudad todo eso se disuelve en breve tiempo. En
las mesas del juzgado civil hay tantas solicitudes de matrimonio como de
divorcio. Salvo los grupos que deben proteger sus fortunas económicas pasan
a practicar los matrimonios por
conveniencia.
- Aquí, en
algunos casos, se reinventan nuevos tótems. No importan ya los valores
tradicionales de la pareja con tal que
no haya rompimiento pues entonces cada parte reclamará lo suyo y entre tanto
las acciones bajan en la Banca.
- Con el
Dios del cielo o con la filosofía de la
Facultad funcionaba el aceptar o el
rechazar. ¡Acuérdate que en el cielo
hasta hubo una rebelión de ángeles que tenían libertad para decidir qué camino
seguir. Por otro lado Aristóteles no siguió en todo a su maestro Platón.
-Con la
mercadotecnia no hay tal cosa. Te insiste cinco veces y si es necesario lo hará
un millón de veces, hasta que aceptes. La Facultad universitaria misma está en
la mira de la mercadotecnia.
Xyster se había formado académicamente en una
Facultad que durante más de medio siglo había impartido once licenciaturas y
más acá cuatro posgrados. Este lugar universitario tenía la potencialidad para
desarrollarse mucho más. Si bien, la situación presupuestal nacional no le
permitía continuar más rápido. Era una Facultad que se había resistido con
energía a dejarse abaratar con los términos de flexibilidad y modernidad. No
modernización. Cuando amenazaba, el Consejo Técnico se reunía y no abandonaba
los trabajos hasta haberlos discutido a profundidad. Pero la propaganda seguía
insistiendo…
-Siempre
sospeché de los ingleses hasta de su sombra. Hasta que leí que Montesqieu se
expresaba encomiablemente de ellos y de manera reiterada. Como yo admiro a
Montesqieu fue cuando me propuse observarlos con más cuidado. Así fue como
encontré en la literatura nombres inolvidables
como Chesterton, Cronin, Greenne, Shakespeare, Lawrence, Lowry… ¿Cómo un
pueblo de piratas, esclavistas y depredadores en las finanzas, podrían dar esta
clase de hombres? ¡Y de mujeres intelectuales! Sólo se me ocurrió pensar que el
México Antiguo también dio grandes
poetas y que en tanto fue la primera potencia de estos paralelos, tampoco
habría sido una perita en dulce…Igual podría decirse de Teotihuacán. ¡Qué
belleza en su dominio de la astronomía, la arquitectura y la religión! ¡Ahí
vive la Estética! ¡Todos abandonaron Teotihuacán, menos la Estética! ¿Habrá una
relación en los valores antitéticos de cultura y guerra para que un pueblo sea
recordado por los siglos? Egipto, Grecia, Roma… Los antiguos pueblos del Cercano Oriente y
la Edad Media…?
- Esto
sucede todos los días en la literatura de entretenimiento y en la literatura de
texto. Yo persisto en mis hábitos de estudiante y quiero citar mis fuentes para
ser honrado con los autores y también para hacerlos un poco cómplices
- ¿Cómo está
eso?
- De esta
manera todos estamos en el acierto o en el error. Pero sobre todo para que el
mundo sepa, por si lo ha olvidado, que una vez existieron y nos dejaron sus
argumentos que nosotros repetiremos o mejoraremos… Eso de cómplices es que,
quien te da su punto de vista sobre el escrito, conlleva un tanto de
responsabilidad en la obra… Si recuerdas aquella parte de la obra literaria de
Emerson que tituló “Citas y originalidad” encontrarás que el humano descubre y
redescubre muchas veces una misma cosa o situación. Así se encuentre en China y
el otro en Pachuca. “La Ruta del Doctor Shannon”, de Cronin, ilustra bien esta
situación. Dos investigadores científicos, con independencia uno del otro por
completo, llegan a un mismo
descubrimiento al mismo tiempo. Lo hace consciente o a priori o bien a
posteriori. Muchos de estos descubrimientos, al igual que se dan en la investigación
de laboratorio, no tienen en efecto la menor relación en su desarrollo pero sí
en su culminación. ¡La carrera final la ganará el que publiqué primero!
También en literatura leemos una frase
ya publicada que apenas otros tienen en potencia, y a veces otros ni siquiera
en forma de nota, se subrayan con entusiasmo en el libro. Si podemos la citamos
más tarde con toda probidad encerrándola
“entre comillas”. Por eso te digo que si la humanidad volviera a empezar,
concebiría y construiría otro Teotihuacán y produciría otro Platón, otro Goethe y otro… El bumerang del tiempo…
-No se
volverá a pasar dos veces por la misma ruta. Eso en el desierto no es posible,
aunque se vaya exactamente por el mismo
segundo, minuto y grado de la vez anterior. En las montañas altas
volvemos a encontrar las mismas huellas de las botas sobre la arena helada
hasta por varios años. En el desierto el viento las habrá borrado hacia el
atardecer. Cuando las mareas lejanas hagan cambiar de dirección a los vientos.
Pero tampoco dos o tres caminantes verían el mismo desierto aun yendo juntos.
Esto está en función de la psicología de cada individuo. Heinrich
Wôlfflin, pintor, relata la experiencia
vivida con sus tres amigos pintores. Pintaron exactamente el mismo ángulo de un
paisaje y el resultado fueron cuatro paisajes distintos, tan diferentes entre
sí como la personalidad de los artistas. ¿Cómo podrían pensar igual todos?
- No todos
podemos liberarnos de las tensiones a la misma velocidad. Entonces la
percepción es diferente.
- Es cierto.
Escuché en algunos medios, la semana pasada, que cultura es lo mismo que
relatar los chismes de la vida de los artistas. Todo es cultura, decía la
conductora del programa. Hombres de la trascendencia e individuos de negocios,
todos revueltos…
- ¿Estaba
diciendo la conductora que es lo mismo leer una hora a Baudelaire que ver
durante una hora, por el televisor, cómo le pintan de negro los bigotes al
cantante ídolo del momento…?
-Mucho del
surrealismo que corre por algunos medios posee esa característica no por
incapacidad sino porque está diseñada. Tiene el propósito de que la gente
volteé para otro lado en tanto suceden cosas interesantes en la dirección
opuesta. Conocí en la universidad a un viejo rumano. Decía a los cuatro vientos
que los símbolos que se da una nación habían perdido vigencia. Dejó en su
testamento que su tumba estuviera orientada hacia Rumanía…
- Thoreau
vivió buscando su simbólica flor
edelweisse, pues su espíritu era una nobleza pura. Un siglo antes
Novalis soñaba ya con su flor azul.
- Es verdad
en cuanto a que siempre se está redescubriendo. Pero como en algún momento se
entera que eso ya se descubrió, lo que ahora hace es tratar de mejorar el tal
hallazgo. Como un atleta en una carrera de velocidad. El griego Aristarco
propuso que la Tierra se mueve en derredor del Sol. Copérnico, dos mil años más
tarde, dijo lo mismo pero, como en la carrera contra reloj, mejoró la idea
entrando al terreno demostrativo, más que en
el especulativo. Virgilio hizo entrar a Eneas a un submundo en el que
había muchos personajes de ultratumba y dos mil años después Dante hizo lo
propio. Ninguno de estos citó a sus fuentes…Sucede lo mismo en literatura. Si
bien, se trata ya del terreno en que es difícil distinguir lo auténtico de…
-Cómo
vestirse de etiqueta para asistir a un sepelio. Vestir de manera especial para
asistir a la muerte de algo, es una costumbre que tiene la humanidad. Se matan
los animales con fusiles de mira telescópica, chalecos de múltiples bolsas y
sombreros estilo neozelandés. Se mata a los saguaros del desierto montados en
resistentes y veloces vehículos protegidos de oscuras gafas y chamarras de
mezclilla. O de manera elegante cuando se trata de la muerte de alguna
entelequia. Nietzsche, vestido correctamente como todo un profesor alemán del
siglo diecinueve, declaraba haber matado a Dios. Era el siglo de las muertes
célebres.
- Otros no
se contentaban haber matado a Dios, sino que
decían haber matado a la filosofía. Vestidos de la misma manera de
aquel. Siguiendo el ejemplo, un grupo de personas se reunieron una alegre
mañana del mes de julio, del año 1896, en un célebre panteón parisino. Vestidos
también de manera solemne pusieron flores en una tumba. La lápida que habían
instalado la víspera, tenía una palabra: “Filosofía”. Debajo de las letras, la
edad que esta señora había vivido: 2, 425 años desglosados de la siguiente
manera: 578 antes de Cristo a 1847 después de Cristo. Por la noche se fueron a
celebrar el acontecimiento con champaña al Follies Berguer. Desde entonces ya
no hay filosofía…Los millares de egresados
posteriores de la disciplina no se han enterado…
- Las
políticas científicas que llevan la intención de procurar el desarrollo de la
tecnología y la ciencia son utilizadas en perjuicio de la humanidad que las
alentó. Entre tanto la pobreza de muchos países favorece el deterioro de la ya
de por sí descompuesta economía. Le sigue la inseguridad política y se acentúa
la desintegración de la sociedad. Los investigadores científicos de estos
países ven recortados, cada vez de manera sostenida y creciente, los
presupuestos para el desarrollo de sus programas y la posibilidad de ayudar al
pueblo con sus descubrimientos es cada vez más lejana. Ven impotentes que el
pueblo, que pagó su educación, se debata en la incultura y las desigualdades,
la pobreza y las enfermedades.
Muy
borracho, Xister, no obstante, estaba en varias cosas a la vez. Entre el
barullo de la cervecería sus oídos captaron lo que en en ese momento decían las
noticias de la televisión. Barack Obama
se había puesto de acuerdo, mediante la vía telefónica, con Hasan Rohani, el
presidente de Irán para lo que puede interpretarse como el primer paso para la
reconciliación después de casi
cuarenta años de serias dificultades
diplomáticas entre ambos países. Según esto se veía la posibilidad de encontrar
una solución pacífica a las diferencias sobre el asunto del controvertido
programa nuclear de Irán.
III
Afuera de la
cervecería, cerca de la esquina de la 5 Avenida y la W 42 St, corría la vida a
ritmo cargada de alta tensión.
- Sería
interesante conocer las estadísticas de enfermedades que atienden los grandes
hospitales de la localidad
- Sería
interesante. Sí. Desde luego que un
hombre con amigos puede salir ileso con más facilidad del sentimiento de
angustia que provoca en él la vida de la ciudad.
- De
acuerdo. Sin amigos el individuo es como
una canoa india enmedio del mar encrespado…
- La tensión
es como el colesterol, las grasas y el bacilo de Koch. Grandes aliadas para
vivir de manera sana y feliz.
- Pero
también cualesquiera de estas, una sola, puede matarnos si la perdemos de
vista.
- El sabroso
sedentarismo nos hace perderlo de vista-de todos modos el marinero no podía
desprenderse mucho de la formación de
cuando se ha vivido en las soledades del mar-.Me basta con estudiar al individuo.
Esa “asociación” de individuos, a lo que se llama sociedad, no tiene una auténtica
realidad.
-El principio del fin… ¡Larguémonos al
desierto!
Antes de
aceptarse perfectamente borracho, y quedar dormido en su asiento, el duro
marinero Irlandés-estadounidense, con la
mirada nebulosa, como una lente fotográfica descompuesta, dijo que con
frecuencia ha sentido deseos de escribir una novela sobre un “yachtman” inglés
que erró levemente su ruta y descubrió Inglaterra convencido de haber
descubierto una nueva isla en los mares del Sur. Tuvo un rasgo más de ingenio,
Levantó de nuevo su enorme tarro de cerveza y entonando su vozarrón con música
de “Begin to begin”, le puso como letra estas palabras: “Soy el hombre que
haciendo derroche de audacia, descubrió lo que había sido descubierto...Imaginó
ser primero en poner pie en Brighton y como descubrí luego, que en realidad era
el último.”…”-estaba briaguísimo pero, por lo visto, se conservaba todavía lucido.
Guardó silencio y se me quedó mirando:-Chesterton…Te voy a decir algo de un
alemán, de la Edad Media y me dices de
quién se trata. Dijo que podría ser más
agradable que felicitarse por descubrir
Nueva Gales del Sur y comprender luego, con lágrimas de alegría, que en
realidad no era más que la vieja Gales del Sur. Adivina.
Pero ya no
pudo oír la respuesta. Dos segundos después estaba roncando.
Cork pensó
en el calor que aumenta la evaporación del agua y el efecto invernadero.
Genera más calor al retenerse en la
atmósfera. Pero la humedad que hay en el desierto es muy escasa, en su mayor
parte del rocío nocturno y en los primeros minutos del día se evapora por
completo. Así es como los rayos ultravioleta impactan brutalmente a todo lo que en la superficie se
encuentre. Para vivir allá se necesita mucho tiempo. El caminante debe
comprobar la inquietante definición: “El desierto es un lugar muy frío donde
calienta mucho el Sol”. Al principio es desconcertante. No hay nada en el cielo
que impida que el gran calor del día escape hacia arriba y baje mucho la
temperatura cuando oscurece. Pensó en el clima de Manhattan artificialmente
cálido debido a la desforestación, urbanización, industrialización y los
inimaginables millones de calorías-hora que liberan tantos individuos concentrados en una misma
área. Ese calor que despide la ciudad
es tan fuerte que funde el hielo de los glaciares de las lejanas montañas Popocatépetl e Iztaccihuatl.
Con todo,
Cork sabía que morir de sed en el desierto no es el riesgo más grande.Tal vez
usted no lo crea pero hay en ese lugar millones de serpientes, millones de
alacranes y millones de arañas, todas mortalmente venenosas. La muerte por
piquete o mordida es sólo cuestión de horas pero de un horror que ni siquiera
Quiroga lo pudo describir. El que conoce de cerca la vida del páramo sabe que
hay mil posibilidades más de salir ileso de aquel lado del campo minado por el ejército para detener al
enemigo, que alcanzar la otra orilla del desierto. Internarse en él sin llevar
los sueros apropiados es un suicidio, no una empresa deportiva…
8
I
¿La batalla
de Waterloo? Conocía bien lo que había
sucedido con la aristocracia del siglo dieciocho en Francia, pero lo que Cork
de preguntaba era algo más específico.
Las nubes negras cubrían todo llenando de
tempestad de nieve y rayos las cañadas y paredes de la Cordillera Central de
los Andes. Pero la muchacha sabía que por arriba el Sol brillaba con esplendor sobre el cielo
azul intenso.
“Se siente
como perdida en un confín del Mundo. La soledad es completa: en torno, el
paisaje no es más que hielo y rocas, osadas cumbres, cordilleras dibujadas en
sucesivos planos hasta el horizonte”. Recuerda que así se sentía Brígida,
personaje de una novela de Roger Frison-Roche, en los Alpes Franceses, mientras
escalaba junto con su guía, las agujas Ravanel y Mummery. “Pero mi guía se
encuentra lejos, en el desierto de los navajos”, se dijo.
Al otro
día bajó a Cuevas. Saludó a la
familia que le alquilaba el departamento
en el que vivía al descender de la montaña.
Platicó con ellos el resto de la tarde y se retiró
temprano a dormir. Al amanecer del día siguiente fue a la carretera y consiguió un vehículo
que la llevara a Santiago. Caía una
fuerte ventisca y soplaba con violencia el viento del norte cuando pasó por el
Cristo. Una vez que hubo empezado el descenso, el sol brilló de nuevo, sintió calor y, de otra manera, la vida volvía a ser bella. Después de estar
tanto tiempo en las heladas alturas ahora vestía una ligera playera negra.
Después de
almorzar en un restaurante del centro de la ciudad se dio a la tarea de buscar en las librerías lo
relacionado con la Batalla de Waterloo.
Para cuando cayó la noche no
tenía nada de lo que buscaba.
Pasó la noche en un buen hotel, lleno de
comodidades que, después de vivir semanas entre el hielo y los ventarrones
helados de los cinco mil, aquello le pareció el Paraíso. Al finalizar la cena
se bebió medio litro de vino Malbec, de la Provincia de San Juan, Argentina.
Como notó un rictus en el empleado, pidió una botella de Cabernet Sauvignon.”Si
estuviera en Suiza tendría que tomar veintiséis
vinos por otros tantos cantones,- dijo
al beber la última gota de la botella, ya medio
mareada-. Un trago más y mi clítoris empezaría a alborotarse”.
No obstante, al retirarse del restaurante fue
al bar y se tomó dos vasos enormes de ron con agua simple. Dice que se acordó
de los escritores melancólicos que iban a emborracharse a París, de ahí volaban
a África y se regresaban a una corrida de toros en Madrid, jamás lejos de su
bota de vino tinto.
A pesar de
su clítoris alborotado durmió sin moverse ni una sola vez. Ni siquiera soñó con
Cork. Era joven pero aun así las ascensiones que había efectuado en las tres últimas
semanas la habían dejado agotada.
A la mañana siguiente fue a la biblioteca más
grande que encontró. El empleado, al verla, se mostró solícito. Saltaba el tipo
indígena. Morena del color del cobre, ojos rasgados, cabello negro largo lacio. Muy diferente a
“ellos”. Por si fuera poco tenía senos chicos,
cintura delgada, amplias caderas,
especiales nalgas y sus piernas recias que salían de la falda corta. Ella sabía
que en los países del sur un mexicano es reconocido entre la multitud. “Bella
cara mongólica y mirada de coyota”. Por pura fórmula de acercamiento alguien se
acerca y le pregunta ¿Sos mexicana? O bien: ¿Sos peruana? Le pareció a ella que
el empleado era más atento de lo normal.
Sí, si tenían un plano de la Batalla de Waterloo con todo los datos que era
posible imaginar, le informó.
- Desde
luego que te lo prestó – le dijo un tanto en broma - pero, como pertenece al Fondo Reservado, te lo facilito si me das
un beso ¿Qué te parece?
- ¿De veras
te gusto?
- Sos
encantadora.
Traviesa,
Toci le dijo:
- ¡Y no
sabes lo que hay debajo de esta falda!
- Desde luego que se ve lo que traes ahí.
- Te doy
diez besos y tú me das un beso en el
trasero si me cuentas algo de Chaucer.
El otro
abrió los ojos. Cuando pasó la sorpresa que le había causado la inesperada
contestación, preguntó:
- ¿El
italiano de los Cuentos?
- ¿Cuáles
Cuentos?
- Los
Cuentos de... ¡Diablos!, ¿que te importan esos Cuentos?
- ...de Cantorbery...
y no es italiano sino inglés. Una última oportunidad: ¿Cómo se llama?
- Me rindo –
dijo desalentado el otro.
-
Geoffrey... ¿Cuándo vivió?
- No sé.
- De mil
trescientos cuarenta a mil cuatrocientos.
La
sorprendida fue Toci pues sabía del buen nivel cultural de aquellos pueblos del
continente. Más tratándose de alguien que está todos los días entre libros.
Como una respuesta, escuchó que el empleado decía:
- Pero te
puedo contar de Heidegger
Heidegger,
pensó Toci. Uno que supo pensar pero no escribir. Prefería la prosa de
Schopenhauer.
- Haber,
empieza.
- Fue un
alemán nacido en Messkirch
- ¿Dónde? -
El otro tuvo más cuidado después de esa pregunta.
- Baden. El 26 de septiembre de 1889. Vivió en
su patria antes de las dos grandes guerras mundiales, durante ellas y después
de ellas. Además en su niñez y adolescencia había escuchado mucho de la guerra
prusiana. Conociendo estos datos podríamos preguntarnos qué de raro tiene que haya sido su modo de
pensar por demás escéptico. Sin embargo…
-Lo siento,
yo te pregunté por Geoffrey.
Otra vez la cultura occidental se hacía
presente….Las montañas altas, nevadas, abiertas, con bosques verdes de oscuros
infinitos, de su valle matlatzinca, no permitían que se desarrollaran, entre
las personas, intríngulis tan morbosamente antropocéntricos como los relata
Emily Brontë en su bosquecillo nuboso, de la apartada aldea del Yorkshire, en
el norte de Inglaterra. Mundos obsesionantes metidos en el yoismo en la medida
que se deja de lado el panorama cíclico de la naturaleza. La sociedad de la
Brontë acaba pudiéndose entre paredes.
Toci, en
cambio, aldeana, se maravillaba de la ciudad. La encontraba llena de calidéz.
Su vida profesional era de subir montañas, helados amaneceres, manejo de
cuerdas, viento, sol, calor, risas de vencedores o el espectáculo terrible de
alpinistas abatidos por la tempestad, el alud o el cansancio y que ya nunca
volverán a descender al valle. Los alpinistas son como los personajes de la
novela de Paul Auster que deciden cambiar de vida de un momento a otro.
Simplemente dejan todo, hasta la billetera, y se van. A otra ciudad y con otro
nombre y empezando de cero. Dejan todo a sus espaldas. Por eso se maravillaba al observar en
Santiago a la gente reír, que las mujeres se agrupaban para charlar con el
pretexto de tomar una taza café. Sus atropelladas pláticas insulsas eran
también una revelación. El descubrimiento que se puede reír aun con las cosas
simples del día. Eran de la cultura de la cosmovisión que les permitía
pensamientos abstractos y tan antitéticos como la igualdad y la libertad. Los
de su etnia, en cambio, pertenecían a la cultura de la cronovisión. Ahí todo se
repite con una precisión brutal mecánica y a
la vez previsible. Por eso habían logrado en el pasado construir el
calendario más exacto de cuanto se había elaborado en el mundo.
Santiago era
tan cálido como cuando caminaba durante horas bajo la acción inclemente del
ventarrón helado con la nieve golpeándole la cara y, de pronto, al fin entraba
a la sala acogedora del albergue alpino.
Era cuando descubría que, sin la vida
de los humanos, esos mil universos que de noche brillaban sobre su cabeza no
tendrían sentido. Ahí están, ¿y qué?
Sino vamos montados en nuestros cohetes a explorarlos y colonizarlos y a
amarnos, de ¿qué serviría todo eso? También, con el contraste de la ciudad, descubría que el panorama de las montañas no
era de humanos. La geología es la geología y el alpinismo es un invento de los
humanos. Era, efectivamente, como se creía en la antigüedad, la mansión donde
habitan los dioses. Nos está permitido
incursionar en ellas, pero a riesgo que los dioses nos reclamen alguna vez y ya
no podamos volver al valle. De un día para otro abandonaremos la vida que seguíamos hasta ahí y cambiaremos
de giro…Abruptamente…
II
Mientras
Toci caminaba, el mes anterior, por el sendero que llevaba al refugio, al caer
la tarde, en la alta montaña del lejano Mercedario, pensaba, con el piolet ya
bajo el brazo, que la cultura occidental se reduce a religión, arte y
filosofía. ¿Y sus actores?…En cada
griego había un tirano, esclavista, poeta y filósofo. Germanos que hacen
poesía, filosofía, naves de propulsión a chorro, derriban imperios, pésimos
colonizadores, comen salchichas y toman cerveza hasta morir de gota. Judíos
revolucionarios, laicos, sociólogos, físicos y metafísicos y que a los quince
años de edad ya se saben de memoria el Antiguo Testamento. Y en cada cristiano
alguien inclinado a preservar los mejor de los tres. Aunque a veces reproduce
los peor de los tres…
El bibliotecario
seguía hablando… Heidegger no representa lo característico de su pueblo que
luchó, cayó y volvió a levantarse…
Más animado,
el bibliotecario la invitó a sentarse en una mesa apartada y dijo:
- También
conozco a Petronio.
- Empieza.
-Tiene una
producción bella de pensamientos. Pero a mí lo que más me interesa de él que es algo así como el cronista de donde
parte la leyenda del hombre lobo que tanto interesa a los europeos y angloamericanos. Kant,
Schopenhauer, Bakunin, Marx, Nietzsche...por orden de aparición. Representantes
del pensamiento secular. De ahí mil variantes del razonamiento práctico. Y, sin
embargo, esta misma cultura, la occidental, cree en el Hombre Lobo.
“Hace algún
tiempo Jack Nicholson protagonizó el film “Lobo”. Se mueve en el mundo moderno
de Estados Unidos. Actuación que corresponde a este destacado artista. Todos
recordamos el montón de filmes que se han rodado y exhibido con ese tema desde
hace mucho tiempo. Algunos logrados, que se podían ver, otros de plano basura.
“Un lobo
muerde a Nicholson del que se ha enamorado una güera preciosa y que al final
seguiría a Nicholson ya convertido en lobo. También mordida por éste y
convertida en loba. Ve a un shaman, blanco. Doctor universitario y toda la cosa
pero que pronto se ve que tampoco va a poder hacer algo por aliviarlo. Ante el
desconcierto del mordido, el doctor ofrece una frase interesante: “Hace apenas
25 mil años que dejamos la jungla”.
Me dijo Toci que el bibliotecario hizo una curiosa
observación:
- Muy
científicos, muy racionalistas, muy espirituales, pero el paquete antropológico
supervive en alguna parte de nuestros ser. Apenas hace 5 mil años se inventó la
rueda, la ciudad más antigua en el
Cercano Oriente, Ur, no tiene más de 10 mil años, antes, la edad de piedra y,
entre tanto, la selva...
Toci había
visto la película a la que el bibliotecario se estaba refiriendo y dijo, a
manera de conclusión:
- La
película “Lobo” tiene un final feliz pero original. No es como el monstruo
Frankstein que se pierde en la soledad
ártica exigiendo a su creador, el doctor Frankstein, que le haga una
compañera como él. Tampoco es Drácula que vive solo en sus fríos castillos
balcánicos a través de los siglos. Nicholson ya no puede volver a su forma
antropoide y adquiere definitivamente el aspecto y la naturaleza de lobo. Pero
tras él va su güera, hermosa y decidida, que lo ama y que buscó a través del
contacto sexual con el Hombre Lobo, volverse loba. Y como el instinto y el amor
van más allá de muchas cosas, ella también se interna en el bosque buscando a
su lobo Nicholson.
Después de
aquel final, el bibliotecario exigió el pago de sus conocimientos pero Toci
insistió:
-El trato
fue con Chaucer. Una vez Norman Mailer
dijo que tal vez sea más fácil renunciar al amor que al humo del cigarro. Así
digo yo con respecto de Chaucer. Primero Chaucer y después ya veríamos.
Como vio que
el otro hacía un gesto de desencanto, agregó:
- Gilbert
Murray, uno de los biógrafos de Eurípides, dice que siete mil atenienses habían
caído prisioneros en Siracusa después de la derrota, y que muchos habían
obtenido la libertad sólo por ser
capaces de recitar de memoria fragmentos y coros de Eurípides. Como ves,
conocer de literatura para algunos
significa salvar la vida y, para otros, tener acceso al trasero de una dama.
- Bueno,
está bien. ¡Toma tu mapa!. Pero dime: ¿Por qué ese interrogatorio de
Chaucer por un beso?-
Toci se fue
a la mesa y extendió sus papeles en los que iba a escribir las notas. Sacó un
espejito para observar el lápiz sobre sus labios, se quitó una ceja que había
crecido en tanto subía montañas, se vio las uñas si habían crecido más allá de
lo que la escalada permitía y si estaban limpias…
-¡Precisamente, para obtener un beso del hombre que amo, es que tengo que conocer qué diablos pasó en
el Waterloo de Napoleón! Es una especie de juego.
Esa era la
Europa que a Toci le llamaba. Un caldero
cultural lleno de religiones, historias, mitos, leyendas y supersticiones venidas de todas partes
cercanas y lejanas como la región balcánica, la Península de Arabia y del Asia Menor. Todas influyéndose y compitiendo
entre sí y, cuando los grandes imperios
se hundieron, todas encontrando su punto de equilibrio a través de una
larga y dramática ebullición. Y la Iglesia, como única institución organizada a
lo largo de los siglos, de cara al sol,
tratando de mantener la coherencia
educándose a sí misma y educando
a través de los conventos y las universidades que ella y el poder seglar
iban fundando.
Ahora el
bibliotecario le hablaba de Ibsen…Una obra de teatro escrita en 1881 y seguirá
vigente mientras exista la sociedad occidental, como ahora la conocemos. Es
subjetivo pensar en un termómetro que pudiera medir hasta qué punto el ambiente
de una familia es sano y cuando ha
dejado de serlo. Porque hay creencias religiosas, filosóficas, preparación
académica, posibilidades económicas, historia individual de cada miembro del
grupo, ambiente en el que se mueve y cómo va a reflejarse en la familia,
adaptabilidad al medio y capacidad de tolerancia hacia los demás. Dijo que
Espectros es la historia de una familia que se desarrolla lejos del sol y el
entorno social es sombrío. Una especie de la Pavorosa Casa de Usher de Edgar
Alan Poe…
Toci sólo
dijo:
-No te
pregunté por Ibsen. Como te dije, me interesa esa última batalla de Napoleón
porque mi hombre me lo exige.
-¿Cómo se
llama ese desgraciado’
-Los indios
hopis le dicen Corkcrew.
- ¿Después?
-Después
estará pegado para siempre aquí, mira,
en mis portentosas nalgas…Pero,
¿sabes, si no contesto lo de Waterloo, jamás lo sacaré del desierto?
- ¿Atacama?
- ¡Más
lejos, el de los hohokam y navajos, en
Arizona! A decir verdad no sé si a estas alturas ande por Arizona o por Sonora,
o Utha, que en realidad es el mismo desierto. Es lo que se llama el Gran
Desierto.
Quiso jugar
su última carta. Había leído un libro de psicología. Desde entonces el bibliotecario
se imaginaba a los escaladores que subían por una afilada aguja de roca como
espermatozoides remontando la extensión de un falo. A los espeleólogos no les
iba mejor. Eran como estafilococos penetrando los labios de una vagina.
- ¿Eres
frígida?
- ¿Por qué
lo dices?
- Pones
muchos requisitos para dar un beso.
- Sucede que
cuando a una se la cogen dos segundos más tarde aflora lo peorcito del hombre y
quieren tratarte como a un ser despreciable. Poco menos que una servilleta de
papel con la que se limpian su cosa y arrojan al cesto.
- ¿Y la
cultura, saber de historia, salva eso?
Se acordó
de Persio Flaco cuando dice que se dan
casos de individuos que, a pesar de su
hábito reflexivo, de las cinco toneladas de cultura que hay en su biblioteca,
conservan en su interior formas degradantes de su esencia, como la ambición o
la soberbia.
- No es una
garantía, hay bestias con ribete y toga, pero al menos es una esperanza que así sea - agregó: - En todo caso cada quien tiene su
versión sobre la cultura, la verdad y respecto de la virtud. Eurípides decía
que, no obstante, la Verdad y la Virtud existen desde que la Tierra da vueltas en derredor del Sol,
aunque los demás digan cosas diferentes. Lo cierto es que los hombres seguirán
defendiendo su punto de vista aunque la Tierra y el Sol sigan y sigan.
- ¿Tú qué
crees? ¿Cómo lo sabes?
-Por Platón.
Por los prototipos de Platón.
¿Libre albedrío! Mete a veinte
escaladores en una taberna a tomar cerveza y pedirán marcas diferentes...
¿Sabes de los prototipos de Platón?
-No.
-Te dicen
por qué sabemos que un árbol es un árbol y cuando se es justo o arbitrario.
¿Eres casado?
-No.
-¿En verdad?
-En verdad.
-Pues te
digo algo que te puede hacer feliz cuando te cases.
-Si vas a
salir con las mil posturas del Kama Sutra ya la sé.
-Escucha el
más valioso consejo de una dama, y va de gratis porque no te cobraré ni un
centavo por el tesoro de la felicidad en el matrimonio: Lo peor para una mujer
es casarse con un hombre que no lee. Si prefiere a los brutos dos años más
tarde se estará maldiciendo respecto de la barbaridad que cometió.
-¿Qué tiene
que ver la…?
El plano de
la Batalla de Waterloo era bello, bien elaborado, con un color amarillo de
fondo y los movimientos de los ejércitos enemigos indicando con flechas azules
los desplazamientos napoleónicos y con rojos los de los aliados. Dos pinturas
en el extremo superior derecho. A la izquierda el retrato de Wellington y a la
derecha el de Napoleón. Por desgracia no tenía autor para citarlo ni fecha de
elaboración, pero, salvo por una mención de la historia reciente, el pergamino parecería que se había elaborado en la primera mitad
del siglo diecinueve. Bajo la fecha del 18 de junio de 1815 una nota
explicativa: “Menos de un año después de su abdicación, Napoleón regresó de
Elba a Paris como emperador de los franceses. Los países aliados declararon
inmediatamente la guerra a Francia, creando una fuerza de invasión formada por
contingentes militares ingleses, holandeses y alemanes, todo bajo el mando del
duque de Wellington. Napoleón actuó inmediatamente, sorprendiendo y venciendo
en Ligny y Quatre Bras, Bélgica, a las fuerzas prusianas que bajo el mando de
Blücher se dirigían a reforzar al ejército aliado. Sin embargo Napoleón cometió
un error táctico, el no perseguir y destruir a los prusianos antes de atacar al
ejército aliado en 18 de junio de 1815 en Waterloo. Esta batalla se hizo al
viejo estilo, lanzando columnas de infantería y caballería contra el centro de
las líneas aliadas, a través de múltiples ataques, cada vez rechazados por la
obstinada resistencia del ejercito Anglo – Holandés y la sangre fría del “duque
de Hierro”. Al terminar el día y después de múltiples actos heroicos e
increíbles bajas en ambos bandos, la batalla no se decidía. Napoleón jugó su
última carta lanzando su vieja guardia al centro del enemigo para romper sus
líneas, en un desesperado intento de triunfo. Pero en ese momento llegaron las
fuerzas prusianas ya recuperadas, atacando el flanco desprotegido de los
franceses. Los dos ejércitos juntos, ya con nuevos bríos, derrotaron finalmente
al ejercito de Napoleón...Waterloo se conoce como una de las batallas más
decisivas de la historia, ya que terminó con la dominación francesa en Europa y
creó un equilibrio del poder, que perduraría casi un siglo”.
Toci se
retiró a una mesa y pasó las horas estudiando y tomando notas de los diversos
movimientos de tropas francesas y las de los aliados.
Por la tarde
se despidió y al entregar el documento al bibliotecario éste le preguntó
- ¿Volverás
alguna vez? ¡Te prometo que estudiaré a Chaucer!
- De ser así
te daré un beso... Y si además estudias a Shakespeare, a Dickens a Kipling y a
Moro, yo misma bajaré el cierre de tu
pantalón...
-¿Y que
pasará con el tipo del desierto que tanto te gusta?
- Eso es
asunto mío, no tuyo. Tú ponte a leer.
Después de
eso abandonó el edificio y salió a la
calle riéndose, llena de picardía,
dispuesta a dar cuenta de una buena cena. La vida entre altas montañas
le había exigido quemar algo de la grasa
que tenía de reserva en su cuerpo y ahora se veía un tanto demacrada. Pero
después de dar cuenta de unos generosos
bifes la balanza volvió a señalar las cifras correctas para su estatura.
Un año aquí, pensó, y me muero. Su metabolismo era diferente que la de los
sureños…Se acordó de Alexis Carrel, el premio Nobel de medicina. Les recomendó
a los norteamericanos comer abundantes
grasas animales porque ese era el alimento de los conquistadores y,
ahora… México, con ser un país de costumbres vegetarianas, desde hace milenios,
ahora ocupa el segundo lugar en obesidad. Había abandonado su magra cocina de
frijoles, tortillas y chile, cambiándola por harinas blancas, grasas y
azucares…Cosas negativas de la mundialización… Con la obesidad no se juega…
De regreso a
Cuevas no perdió tiempo y escribió en su computadora: 33º S, 70º W, Cordillera
Central de los Andes, Glaciar este del monte Tolosa, 32 grados bajo cero.
-¿Te parece
que intercambiemos conocimientos de la Batalla de Waterloo? ¡Acepto! Ah, y ya
deja de estar fastidiando. Me regañas como si fuera una niña. ¡Con esto de
Napoleón voy a ver si de veras conoces.
Sabía que
Cork poseía una cultura universal y étnica como pocos, no obstante, se atrevió
a jugarle una broma y agregó:
- ¡Por favor
no me defraudes y vayas a salir con un paquetito de lugares comunes, de esos
que manejan las mil sectas culturales políticas y religiosas que pululan en las
ciudades de toda esta deformada “canica azul”, como le llama Woody Allen! ¡Te
lo advierto! Te voy a comentar lo que Germán Viveros dice a propósito de las
Sátiras del romano Lucio Flaco: “muchos
resultan incapaces para realizar literalmente sus inquietudes, y se
conforman con imitar temas y estilos de
otros que, por alguna circunstancia, se han convertido en prototipo literario;
así, su obra es sólo secuencia de otros, y consecuentemente no merece
consideración de especie alguna”. ¡No me vayas a salir con una de esas! Pero ya
basta. Te pregunto ¿cómo se llama la
loma al sur de Waterloo?
Empezó el
duelo.
Y,
¡maravilla! de inmediato tuvo contestación. A decir verdad, Cork aprovechaba la
ventaja que le daba, a los ojos de Toci, haber leído a Chaucer, Shakespeare,
Dickens, Kipling y Moro para ejercer sobre ella cierta clase de presión y
era en el panorama intelectual. Deseaba
como un endemoniado sus curvas, sus nalgas, sus senos y su boca. Pero más le
atraía su cultura. Empero, a ese diamante le faltaba cierto trabajo de pulido
para que pudiera brillar en todo su esplendor. Si la mujer de la ciudad está
destinada a dirigir la vida de la
ciudad, se decía él mismo, como sucede desde hace un millón de años en la etnia,
no lo va a hacer a base de gritos neuróticos o de agregarle artículos a la
Constitución. Tiene que ser con las armas de la cultura. De otra manera se
encontrará con la fuerza del orangután que acabará sometiéndola definitivamente
por la fuerza bruta. ¿Pero cómo va a acumular cultura si a los catorce años ya
es madre y de ahí en adelante su vida va a estar dedicada a cuidar a los
niños?
III
Tal vez fue
este razonamiento el que lo hizo escribir en esa ocasión: ¿Qué sabes de la
Batalla de Waterloo? La de Napoleón, naturalmente. Porque ni creas que
intercambiaría mis fluidos seminales con alguien que fuera tan ignorante que no
supiera los detalles de esa gran batalla. Y paso a hacerte la primera pregunta:
¿Cómo se llama la elevación que está al sur inmediato de Waterloo? En el
entendido que si no sabes la respuesta ya ni te molestes de encender tu
computadora. Aquí terminaríamos la comunicación. Esta volvería a reanudarse
hasta que estuvieras con un buen conocimiento del tema.
Pero ahora
escribió otras palabras:
37 º N,
Desierto Navajo, 49 grados arriba del cero.
-
¡Felicidades! ¡Al fin te pones a estudiar! Creí que seguías pintándote las uñas
y gimoteando desgracias por falta de
calcio en tus huesos. ¡La elevación que está al sur de la población de Waterloo
se llama Mont Saint Jean! Ahora yo pregunto: Dime la hora que Jerome atacó a
Hougoumont.
Toci:
- A las
11:30 horas.
Cork:
- ¿Cuál fue el error medular de Napoleón que lo
haría perder la batalla frente a Waterloo?
Toci:
No haber acabado
con los prusianos.
Cork:
- ¿Qué
dirección seguían los ejércitos de Napoleón, dentro de la batalla que estamos
tratando?
Toci:
¡Napoleón
seguía una dirección norte, ya que estaba
atacando desde el sur. Precisamente quería llegar a la población de Waterloo!
Por cierto, Waterloo es un pueblo de Bélgica,
situado prácticamente en el centro geográfico del país. Esto porque
algunos en América, poco familiarizados con Europa, creen que es un lugar de Francia y otros que
de Inglaterra.
Cork:
- Dos cosas:
La primera es ¿cuál de las columnas de Napoleón fue la que hizo el mayor
recorrido hacia el norte y contra quién iba? Segunda: ¿qué grado, dentro del
ejército, tenía Hougoumont?
Toci:
- De tu
primera pregunta te diré que el mayor recorrido lo llevó a cabo la Vieja
Guardia de Napoleón y su ataque fue dirigido contra alemanes e ingleses. En
la segunda pregunta te has visto muy
ingenioso ya que es una “finta en falso”
¡porque Hougoumont no era una persona. Así se llamaba una granja que estaba situada
en el suroeste del campo de batalla!
Cork:
- Otras dos
preguntas: Una: ¿qué fuerza mandaba Ney y a qué hora atacó? Dos: ¿a qué hora
atacaron los prusianos y cómo estaban conformados?
Toci:
-¡Ney
mandaba la caballería y empezó su ataque a las cuatro de la tarde! ¡La otra
respuesta es que los prusianos llegaron
a las siete y media de la tarde, desde el noreste. Lo hicieron en dos
brazos. El del norte era infantería y se
dirigió hacia el oeste, en dirección de
la granja del monte Saint- Jean. El brazo
del sur se dirigió hacia el suroeste. Estaba compuesta de infantería y
caballería!
Cork:
- ¿A qué hora tomó Ney La Haye Sainte?. Otra:
¿A qué hora atacó D´ Erlón al centro Anglo – Holandés?
Toci:
- ¡Ney tomó La Hayes Sainte a las seis y media de la tarde del 18 de
junio de 1815! La segunda es que D´ atacó al centro Anglo – Holandés a la una y media de la
tarde…Ahora yo te hago una pregunta: ¿En cuántos cuerpos dividió Napoleón su
ejército para atacar a los aliados alemanes, ingleses, prusianos y holandeses?
¡Diablos!,
exclamó Cork cuando leyó la pregunta de Toci: esta mujer si sabe mandar
estocadas al corazón! Sospechó que
quiere envolverme en sus enaguas de una vez y para siempre y lo más
inmediato posible. Pero respondió:
- ¡Los
cuerpos en que Napoleón dividió su ejército fueron seis! El de Ney después fue
dividido en dos, por lo que ya son siete. De estos uno fue enviado hacia
Plancenoit, en el sur, con el objetivo de cubrir la retaguardia de los otros...
P.D.: como
veo que conoces el tema de la Batalla de Waterloo, te propongo que lo dejemos
en paz. Tienes un diez de
calificación…En otra ocasión platicaremos del panorama cultural, político e
histórico que precedió al movimiento armado de la Revolución Francesa y las
guerras napoleónicas, de las que hemos visto el epílogo con lo de Waterloo…
Envíame un resumen de lo que has leído últimamente. Sabes que te quiero mucho y
pienso en ti (aunque en este momento pienso más en el agua que hace tres horas
se me terminó y no veo esperanza de encontrar siquiera un sucedáneo, sea nopal
o biznaga). Por último sólo te digo que todo esto de Waterloo parece una
representación teatral. Napoleón hacia la guerra a Europa con dinero prestado
de los ingleses. Napoleón existió en tanto la banca inglesa quiso que existiera…
El recurso
novelesco de partir un cactus y sacarle el agua…En las dunas no hay cactus.
La vida
cotidiana era muy apreciada por Toci. Estaba consciente de ello. No entendía
por qué había gente que se aburría. Chesterton, le había contado Cork, dice que
los cuerdos son los que hacen cosas sencillas y los locos son incapaces de
vivir esa sencillez... Y si se aburría,
por qué no habían aprendido a aburrirse, como recomendaba George Eliot. Al final de una salida, que
bien podía durar dos o tres semanas arriba de los seis mil, añoraba su tienda
en el borde del glaciar Tolosa. La
acción en medio de las violentas fuerzas de la naturaleza, en los treinta
grados bajo cero y donde el horizonte
de planos más o menos inclinados,
también llegaba a ser cotidiana. La solución era buscar otra cotidianidad. Y
luego volver a las anteriores. En todo caso, alternar lo cotidiano con la
locura. Como el fotógrafo que enfoca y desenfoca para llegar a la nitidez.
Cuando
pasaba varios días, perdida en el fondo de su saco de dormir de plumas,
obligada por la tormenta de nieve, cerraba su tienda, se colgaba la mochila de
ataque a los hombros y bajaba a su habitación cómoda de Cuevas. Y en cada lugar
que llegaba redescubría un pequeño mundo con interés propio, lleno de color.
Igual que cuando se relee un libro. Ya no se ve el tema general sino se detiene
deleitándose en los
detalles.
Personas, cosas y lugares con los que reanudar el diálogo. La montaña salvaje
la arrojaba en los brazos del confort, el cual disfrutaba en plenitud. Y después
el circunstancial sedentarismo la llevaba otra vez a las montañas. Entonces
gozosa avanzaba entre la ventisca que le golpeaba el cuerpo y la hacía
trastrabillar como si fuera a perder la vertical.
Si había
tiempo descendía al Gran Santiago, por el cual sentía un gran cariño. Su gente,
su cultura, sus problemas, sus afanes, sus indolencias, su vino... Vagaba
también por sus calles atestadas de
gente. Comía en algún restaurante de la Gran Avenida, tomaba un tarro enorme de
cerveza y regresaba caminando a la estación del metro La Cisterna. Al día
siguiente visitaba el Museo Chileno de Arte Precolombino, y en otra ocasión iba
a la Pontificia Universidad Católica.
Recordaba
divertida lo que Jenofonte escribió en su Banquete respecto de la vagancia. La
vagancia es la primera condición para hacerse filósofo. Con razón el café de la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de México está
siempre a reventar. Se metía a un café y por las noches, antes de irse a su
hotel, disfrutaba de una sabrosa y casi sibarítica cena. Para la siguiente
semana agarraba la mochila y deseaba ya estar de nuevo en su tienda del
glaciar.
Solamente su
vagina le recordaba que algo le hacía falta para la felicidad completa de
muchacha soltera. Estaba el bibliotecario pero no era una mujer de hábitos
sexuales laxos. Y, lo peor, ¡no leía! Y entonces su pensamiento volaba hasta el
desierto de los hohokams.
Dejaba al
Gran Santiago, cruzaba la Cordillera y bajaba a
Mendoza.
En el
soberbio camino cordillerano pensaba que aunque pasara cincuenta años copulando
con Cork, siempre encontraría en él algo de interés. Después de todo, se decía,
los equipos sexuales de todos los hombres eran iguales. Y cuando su zanahoria
se ponga flácida seguiremos revolcándonos en el gran estante de libros de
nuestra casa.
Era la
capacidad de comprensión de Cork lo que lo hacía diferente. Le repugnaba la
idea de ir de hombre en hombre. No por puritanismo sino porque, me decía, los
hombre somos unos “hijos” de Pancho
Villa que empiezan una relación entre risas y bombones. Y la verdad yo no tengo
vocación de plañidera. Después, en la tremolina de una escandalosa neurosis, se
termina hasta el extremo de los golpes físicos. ¡Que los aguante su
abuela! En Cork era disposición al
diálogo con ella. Tiene la idea que para conseguir una relación sexual plena se
necesita involucrarse emocionalmente y esto trasciende al cuerpo. El solipsismo
está bien en la noche del viernes para
preservar la especie (o para acabarla con alguna enfermedad venérea) pero para
el lunes por la mañana las candilejas fáciles ya no sirven. Se dijo que
ningún hombre “hijo” de Pancho
Villa la convertiría en una neurótica.
Antes de
regresar a la Cordillera, a reunirse con sus clientes neozelandeses, Toci
asistió al funeral de un guía alpino de la localidad que había muerto en el
lejano Mercedario. Se conocieron en los albergues de la alta montaña cuando
llegaba o partía cada quien con su grupo para montañas diferentes. La madre
agradeció el gesto y la invitó a su casa al regreso del panteón. Se sintió a
gusto en el lugar. Era gente que todavía para comer se reunía en familia. Eso
le recordó a su Mazahauatitlán.
En la
parrillada, y al segundo vaso de vino, delicioso vino mendocino, el lógico de
la familia le preguntó qué bien podría hacerle al muerto que se desarrollara en
su nombre tanto ritual…
La etnia de Tocí tenía al menos cinco mil años
festejando a los muertos. Y cada fin de año, en el mes de Teotleco, los muertos
regresaban de lejanas tierras hasta su valle mazahua donde se reunían con los
que seguían con vida. Durante una semana todos convivían. También los que seguían con vida volvían a su valle para esa fecha sin importar en que tierra, país o continente se encontraran. Si materialmente se hallaba
impedido por enfermedad o por prisión, hablaban por teléfono a alguno de los
viejos del grupo: salúdeme en la ceremonia de bienvenida, le decía, a… y empezaba a nombrar a sus muertos. Desde
miles de años antes de Teotihuacán, Tajín, Monte Albán, Xochicalco, México-
Tenochtitlán, la colonia y la independencia, esa era la costumbre…
- En mi
tierra, al nacer, alguien pone la pelota en juego -le dijo-. Alguien
muere al perder ésta su movimiento. ¿Has oído hablar del juego de pelota
prehispánico? Bueno no importa. Imagina a los muñecos de Schopenhauer... ¿Qué
gana un libro de la biblioteca que alguien lo lea?... Puedes jurar que algo importante debe suceder. De otra
manera no existirían los libros y las
bibliotecas…
-Esas son
costumbres de indios- dijo el otro.
Toci pensó
en el baile comunitario de su pueblo. La celebración puntual de la festividad
en la etnia es algo esperado y llevado a cabo por todos. Los individuos con
vida también regresan desde tierras lejas, a tomar parte y con ello darle sentido y permanencia al
rito. Entre los de la ciudad sucede lo mismo. Aquella vez Toci no podía
regresar al panorama boscoso y helado al sur de Toluca. Se encontraba en plena
faena de instalación de campamentos en la ladera sur del monte Ameghino. Pero
aun así encontró la manera de participar en el alborozo de la fiesta de su gente. Por la noche orientó la entrada de su tienda –
ratonera hacia el noroeste, que era donde se localizaba, desde Argentina, diez
mil kilómetros de distancia, el valle de Mazahauatitlán, en México. “Estoy con ustedes”, musitó.
Por su parte
la familia del guía fallecido en el Mercedario
quiso a Toci desde el principio.
- Cuando
vengas a Mendoza ni siquiera es necesario que te hospedes en hoteles. La casa
es grande y nos sobran habitaciones.
Ella lo agradeció y prometió que así lo haría.
- Aunque-
les dijo-, es un poco difícil ya que mi profesión de guía también incluye
mostrarles parte de la ciudad, cuando estamos, de manera obligada, esperando
los resultados de algunos trámites con las autoridades. Sin esos permisos los
militares de Vacas o de Inca no nos dejarían internarnos en las montañas.
Al regresar
a su hotel encontró una comunicación de Cork. Hablaba del mestizaje cultural.
No estaba muy segura que en ese momento tuviera ánimo para leer esas cosas.
Pero después de salir de la regadera y recostarse descansadamente en la cama,
pensó en “prender” la televisión. Antes volvió a la nota de Cork. Le decía que
el mestizaje cultural es como los genes en la herencia. La hija o el hijo
reciben los caracteres intactos de los padres, sin que se revuelvan. Cada uno
por su lado. Hablando de los colores el fotógrafo diría que recibe el color
rojo, el verde y el azul. Primarios en luz. Pero no el morado que sería la
mezcla del rojo y el azul. El mestizaje, entonces, es la suma de dos o tres
valores, de dos o tres culturas, no la mezcla
de esas culturas. Los mexicanos tenemos lo bueno y lo malo de los
aztecas, lo mismo que de los españoles,
los africanos, los franceses, los irlandeses…Le decía que al hablar de
mestizaje cultural tampoco pensara en que se trataba de un degradante revoltijo
de valores. Somos la suma de lo mejor de esas razas. Somos mucho mejor que
todas ellas. Pero también somos la suma de lo peor de ellas. Somos peor que
todas ellas. Por eso necesitamos conocerlas con responsabilidad y en orden. Y
no olvidar que nuestras cadenas de genes
guardan lindezas y horrores, como dice Schopenhauer que los libros de las
bibliotecas conserva errores pasados, vivos y muy ruidosos…De otro modo no las
entendemos. Sólo las mezclamos sin ton ni son en las necesidades de la vida
diaria. Un ejemplo, fíjate. Nuestro pensamiento occidental nos hace trazar una
línea recta de México a Toluca para hacer una carretera. Y la haríamos tan
recta que si topamos con una montaña la perforamos y hacemos túneles. En
nuestro pensamiento simbólico indígena trazaríamos ese camino siguiendo la ruta
de los cuerpos celestes de Tlahuizcalpantecutli, como ahora decimos al planeta
Venus. Es decir que estamos moviéndonos dentro de la tecnología y también
dentro de un pensamiento mítico. Otro ejemplo. Nuestras casas habitación las
construimos siguiendo las necesidades de espacio y la planificación del
fraccionamiento o de la colonia popular. En lo indígena sería con la fachada
hacia el poniente, lugar hacia donde se va a marchar y ocultar Tezcatlipoca. El
Sol.
Después
sujetó el control automático del televisor. Pero no llegó a presionarlo. Se
quedó viendo hacia un punto perdido de la semioscuridad de la habitación. Por
mucho rato. Antes de quedarse dormida dijo: “Dios mío, hasta dónde hemos
llegado”.
Soñó que
tenía un hijo y que éste se pasaba tres
horas viendo televisión. Se levantó a vomitar.
Su otra
tienda de campaña, más amplia, era el espacio donde vivía, se movía y
descansaba. Podía caminar de pie y sentarse cómodamente en el rincón que se le
antojara, Y tenía un compartimiento para el WC especialmente diseñado de fábrica
para no salir cuando la tempestad
azotara a la cordillera. Esa tienda grande era de forma redonda, como la de los
habitantes del desierto de Gobi, de dobles paredes de tela rompevientos y la
temperatura era al menos diez grados
que en el exterior. Y su bolsa de dormir donde transcurría su experiencia interna de pensar, como dice Ortega Y Gasset,
en tanto escuchaba el viento pasar o veía amanecer y volver a oscurecer.
Entre tanto,
veía desfilar las experiencias vividas. También se imaginaba cosas y en ratos
se le figuraba que hacía un indescifrable revoltijo de esos tres tiempos.
Reconstruía escenas, yacía dentro de su sleeping y trazaba someras líneas de
planes a desarrollar cuando volviera al valle. La canaleta que atacaría con su
grupo de japoneses dentro de tres días ¿estaría libre de hielo? ¿La nieve
tendría la consistencia necesaria para fijar clavos y resistir en caso de caída
de algún miembro del grupo? No era lo mismo escalar con Cork dentro de la más
grande irresponsabilidad que conducir a un grupo de gente de manera
profesional. Ellos habían confiado su seguridad y sus vidas a la experiencia y
habilidad de la muchacha. ¿Las condiciones meteorológicas del Pacífico darían tregua para seguir hacia la cumbre y
regresar al campamento más alto?
¿Hacia dónde
está orientada la puerta de tu tienda?, le preguntaba Cork. Según los cánones
alpinísticos debería estar hacia sotavento, como dicen los marineros. En el
lado opuesto de donde llega el viento. Sin embargo esa pregunta era tramposa.
¡Hacia el oeste!¡Bien, recibía respuesta, permaneces en armonía con la
naturaleza. Si bien la forma de su tienda individual era tipo iglú, para que
sus dos arcos cruzados resistieran el peso de la nieve en caso de mal tiempo,
su base era rectangular. Llenaba los requisitos del cuadro. Los cuatro lados
del horizonte y el centro…El quincuence había sido la gran solución muy buscada
pero jamás encontrada por las religiones espirituales universales. Aun el
nombre de su Dios era representado por las letras escritas o pronunciadas. El
quincuence era un círculo vacío en medio del cuadro. La representación
perfecta. El Uno, el Todo, dentro del vacío. Todo eso era su tienda. Y por ello
era feliz.
9
I
Cuando Toci le preguntó si puede haber una
triada autónoma, independiente de la diada, Cork supo que la muchacha se había
vuelto a engolfar con Aristóteles y, al menos por el momento s e había olvidado
de sus besos y de sus manos. Lo sabía porque a los seis años de edad Lena, con
una vara de membrillo en la mano, la invitaba a leer el Popol Vuh y la Metafísica
de Aristóteles. Pero Cork sabía cómo pararla en seco con sus mismas armas de
Aristóteles y le dijo:
-¿Sabes que
el número cuatro se compone de dos diadas?
También sabía que Toci nunca supo explicarse
por qué se había acordado de Ibsen
cuando observa que hacer poesía es hacerla de
juez sobre uno mismo. Y la muchacha se preguntaba cuál o cuánta
diferencia hay entre ser poeta y ser psicólogo. Ambos viven en la autognosis.
Otras veces se veía como una muestra de individualización de los
occidentales. En cambio, como era costumbre en su etnia, todo se
universalizaba. Ella era Toci, la hija de Lena, la nieta de Yolo, sobrina de
Iztacxochitl y prima de... ¿Sócrates? ¿Qué Sócrates? Era distinto si se trataba
del Sócrates esposo de Xantipa, hijo de Fenareta y mujer de Sofronisco…En los ranchos o
comunidades no extendidas es común en México, para referirse a alguna muchacha:
Petra la de tío José. Y todos saben de qué Petra se está hablando. Pero dado el
caso que hubiera dos situaciones iguales, que hubiera dos José que tuvieran
hijas llamadas Petra, entonces se les hubiera agregado otro parentesco: Petra
la de tío José el hijo de Melesio que vive por la casa de tía Juana la de tío
Lencho…Toci no podía entender cómo en la ciudad la gente podía distinguirse
entre sí: John Black y Sara Snopes se casan. ¿De dónde son este John y esta
Sara? ¿Quién los conoce. El Estado avala su existencialidad. Peor aún: John y
Sara se casan y desaparece el Snopes.
¡Indescifrable! Era una comunidad que se reducía cada vez más hasta llegar a la
indivisibilidad de la individualidad del individuo…
Cork tenía razón cuando decía que la conducta
de Toci solía experimentar cambios
bruscos de engrane. La obra de Chaucer
era su amor apasionado. Pero dos terceras partes de su vida se las había
pasado con Shakespeare. ¿Guillermo, quién entiende a esta mujer?, me
preguntaba. En la cocina, de su casa de la aldea serrana, tenía un retrato en
tela ahulada en proceso digital del
poeta de dos metros de alto. Era el grabado de Martín Droeshout. Leía a
Shakespeare antes de levantarse por la mañana, cuando estaba defecando, en el
bosque al ir por la leña se daba su rato o después de acostada sobre su hamaca para escalar en la
pared rocosa de la helada montaña. Conoció a Ovidio cuando supo que era el
autor favorito de Shakespeare.
La primera vez que Cork le bajó las pantaletas
la muchacha lo dejó hacer pues era algo que deseaba de él. Pero con un control
sobrehumano le dijo, cuando la prenda intima la tenía en las rodillas:
- Primero vamos a Stratford…
El otro se quedó desconcertado. Se acostumbra decir:
“Primero nos casamos”. Se acordó de Maugham (¿o era Schopenhauer?): la mujer no
da nada si antes no recibe algo. Era igual… dos misóginos.
-¿Qué diablos es eso?
-Un pueblo.
-¿Un pueblo? ¿En dónde queda?
-Inglaterra.
-¡Inglaterra! ¿Qué hay en ese lugar?
- Nada…para ti.
-¿Entonces?
- En el presbiterio, del templo de la
Santísima Trinidad, de Stratford, está enterrado Shakespeare...
La dejó decir. En realidad conocía a
Shakespeare.
Ese día, en la primera oportunidad, Cork
arrojó La Tempestad al vacío. La muchacha no dijo algo. Hizo una serie de
rappeles a lo largo de ochenta metros, dejando tramos fijos de cuerda para
volver a subir por el “ascender”. Tres horas después estaba de regreso en su
hamaca y reanudaba la lectura. Sólo una vez volteó hacia Cork:
-Primero Stratford.- le dijo sin
resentimiento. Más bien con agradecimiento a la diosa primordial Chicomecoatl.
Sabía que tenía seguros a Cork y a Shakespeare. ¿Qué más podía pedir a la vida?
Lo único que en ese momento encontró Cork,
para mostrar su enojo, fue pronunciar una frase del poeta que Toci conocía
bien:
- “¡Fragilidad, tu nombre es mujer!” Dentro de
dos horas, cuando oscurezca, empiece a nevar
y baje más la temperatura, estarás pidiendo que te acepte en mi
sleeping.
- ¡Stratford!
Tres meses más tarde estaban en Stratford…
-¿Cuándo visitaremos el primer cuadro de la ciudad
capital de México?-preguntaba Toci mientras bebían un tarro de cerveza ¡caliente!
en un restaurante de la ciudad-.Sabes que me encanta caminar en esas calles
coloniales que van a dar al Zócalo.
Cada año,
al finalizar el otoño, Cork volvía a la Ciudad de México, para el
regreso de los dioses, el uno y el dos de noviembre, y visitaba el Templo Mayor.
Sus ancestros lo hacían desde tiempos antiguos, cuando se llegaba al lugar
caminado por las calzadas entre las aguas del gran lago. La otra fecha era a
mediados de mayo, en el mes de toxcatl, para los festejos conmemorativos de
Tezcatlipoca.
Pero sus estancias en la ciudad eran breves.
Sabía ( se lo había leído a María Carmen Leticia Caderón Ezquerro, académica de
la Universidad Nacional)que ahí hay una concentración polímica nocivas para la
salud muy elevada. El polen de fresno, muy abundante en el bosque de
Chapultepec y en Ciudad Universitaria, afectan a una cuarta parte de la
población provocando asma bronquial y conjuntivitis. Por si fuera poco han
encontrado, en las paredes del polen, productos de combustión del diésel y partículas contaminantes como el
azufre, aluminio y silicio.
-Desde
luego, también iremos al Centro Ceremonial-respondió Cork que nunca se refería
al lugar como “Zócalo”- pero, primero Suiza, ¿qué te parece?
-¡El trato era Stratford!- Desde luego sabía
que podía ocurrírsele dejarle otra investigación.
-¿Etruria?
-No.
¿Caldeos?
-No.
-¡Stalingrado!
-¡Oh, diablos! Exclamo la muchacha y sin
pensarlo dos segundos aceptó:
-¡Suiza!
Afuera de su tienda, en el glaciar Tolosa, el termómetro marcaba
cuarenta grados bajo cero…Cuando Toci orinaba en el exterior aun no se subía
las pantaletas cuando ya había en el suelo
una placa de hielo color amarillo.
En ocasiones hacía conciencia que le era
necesario estar enamorada. De Cork. Su extraña atracción que él sentía por la
historia no le era del todo ajena a Toci. Desde luego le hubiera gustado más
algún tema del campo del arte como la pintura o la música. Si va a ser el
hombre de mi vida, o no, está por verse. Por lo pronto tenía la seguridad que a través de ser capaz de
sentir la comezón del amor, estaba funcionado, bien, químicamente. Sus neuronas
alojaban de manera conveniente
sustancias químicas… Mientras esto sucediera mantendría alejadas de sí la
depresión, la tristeza, la discordia. Tendría ganas de levantarse por la mañana
y emprender cosas, incluidas las baladíes. Fue cuando se preguntó si enamorarse
de alguien era cuestión de dos o de una para no perder piso y de esa manera
guardar el equilibrio mental. ¿Eso es el amor, una función meramente química?
¿Pensar en Cork era lo que hacía que sus pantaletas se mojaran o era su humedad
sexual la que le hacía recordar a Cork? ¡Estaba metida en un endiablado lío!
Para solucionar lo de la humedad vaginal tenía a la mano guapos y atractivos
argentinos y chilenos. ¿Por qué seguía empeñada en aquel solitario, sucio y
evasivo muchacho que se encontraba perdido para ella en un desierto a quince mil kilómetros de distancia? Un loco
que en lugar de estar persiguiendo su encantador trasero mazahua… ¡De seguro
estará pensando en la facturación del piso oceánico, la caída de algún
meteorito, el colapso de volcanes marinos o el deslizamiento de grandes laderas
podrían provocar un temblor de magnitud de 9.8 y lancen un Tsunami sobre las
costas de Guerrero, cuando los más elevados en el país han rebasado apenas los
8 grados Richter. Además abarcar una
distancia de mil kilómetros. ¿Imposible? ¡Ya sucedió en Chile!...Eso era lo que
debía estar pensando mientras a mi me envuelve con el tema de Waterloo que
maldita la gracia que me hace. ¿Qué
tengo yo que ver con ese tema? ¿O sí?
¿La toma de Zacatecas por
Francisco Villa tuvo algo que ver en mi vida y en la de mi pueblo o no? ¡Vaya
cosa, yo pensando en la humedad de mis pantaletas y el hombre que me gusta
pensando en Tsunamis y preguntando por Waterloo! Luego de considerarlo un rato
aceptó. Parece que no hay manera de
mantenerse al margen. Todo nos alcanza. Como la familia de un asesino
millonario. Sino es descubierto goza de
abundancia, admiración y respeto. Si lo descubren, la familia se
encontrará dentro del estigma. Uno de
nuestros más remotos y trascendentales episodios históricos fue la caída de
México- Tenochtitlán que lo transformó todo. Antes de eso México era algo muy
distinto a lo que es en la actualidad. Tal vez tenga razón Cork en insistir en
el tema histórico. Nuestro presente pudo haberse delineado en un pasado muy lejano… Y nuestro muy lejano porvenir está
delineándose este día...
En el correo
de la tarde Cork se había interrumpido de pronto… Le dije a Toci que pasando
los cuarenta y ocho grados Cork se encuentra “bailando en la tablita” si acaso
se diera un incremento de temperatura
por las tormentas geomagnéticas que se estaban dando desde la semana anterior.
También a él le había enviado un mensaje
advirtiéndole de esa intensidad solar generada por la aparición en el
disco solar de una enorme mancha en la región 0720 sobre la superficie del
astro. Todo indicaba que desaparecería pronto pues se consideraba que su tiempo
de vida sería de unas semanas. “La
actividad solar es moderada pero en el
rango del termómetro en el que te encuentras sería muy peligroso para ti si
subiera unos pocos grados”. Pero no
contestó. Si tu puedes comunicarte con él dile que si se encuentra en alguna
aldea no se mueva porque ahí puede defenderse
a base de sombra de las casas y bebiendo agua. Sino, que se apresure a
alcanzar algún lugar habitado…Se trata de una burbuja incandescente. Por fortuna, ya sabes, que el
Sol tiene ciclos de actividad de once años y el actual está en descenso. Si se
encontrara en subida y con esa mancha adicional…Volverá a subir su intensidad
dentro de unos siete años. Ojalá que para entonces ya haya salido Cork del
desierto... Es una broma. No te
preocupes sobremanera. Lo de la burbuja es pasajero, cosa de días. Toci, los
fenómenos naturales no son peligrosos en sí. Somos los humanos los que nos ponemos
en la esfera del peligro. La pared sur del monte Ameghino no es peligrosa para
la gente. Lo que es peligroso es que la gente se encuentre en ella. Como los terribles
huracanes del sur de los Estados Unidos que son generados por las corrientes de aire de arriba que
tienen ciertas rutas por las que se desplazan, por así decirlo. Si la
gente construye en esos caminos del aire había que preguntarse de qué lado está
lo temerario. O los que construyen su casa y hasta un pueblo sobre la ladera
susceptible de remojarse tanto que un día emprenderá su desliz hacia el fondo
del valle llevándose y sepultando todo.
Sobre las vertientes norte de la sierra del Ajusco, rincón suroeste del Valle
de México o la Cuenca de México, para ser más precisos, hay infinidad de
pueblos y colonias que se construyeron sobre las laderas de volcanes que nadie
puede asegurar que no vuelvan a su actividad ígnea de magnitud destructiva para
el humano. Ahora Cork se encuentra envuelto en una temperatura que no admite un
rango amplio de incremento. Pero él estaba consciente que las temperaturas del desierto ya estaban ahí
y él era el intruso.
Me contestó
la muchacha que me dejara de pendejadas y que le dijera inmediatamente las coordenadas exactas en las que se
encontraba Cork. Ella volaría sobre el desierto en helicóptero en menos de dos
días y lo sacaría de ahí o le arrojaría líquidos suficientes para que
mantuviera su organismo dentro de parámetros tranquilizadores. Pero era el caso
que Cork tampoco a mí me había dado esas coordenadas. Le dije una y otra
vez que conectara a las computadoras de
ella y la mía
su minúsculo “GPS” que lleva
arriba de su mochila amarrado con un pequeño hilo, pero deliberadamente no lo
había hecho. La señal satelital nos llegaría a ambos en todo momento
indicándonos el rumbo que sigue cada día, pero es necio...¿Habría llegado a
alguna aldea?
- Te conoce y sabe que lo alcanzarías en
cualquier momento. “¡Hijo de Pancho Villa…Maldito necio!” alcancé a leer que
escribía Toci ese día. Pero ya Toci pensaba otra cosa: ¿En la aldea hohokam
Cork conocería a alguna india y por eso no daba sus coordenadas?
Luego me diría Cork que sabía de la mancha
solar de la región 0720 y también de nuestros empeños por rescatarlo.
- ¿Y por qué diablos no te comunicaste?- Solo
dijo:
- ¿Para qué?
- ¿Cómo para qué? ¡Podías morir como chapulín
sobre comal! Me pareció que se puso insolente al contestarme:
- Acuérdate lo que dijo el jerarca persa
cuando atacaba Grecia con su ejército de casi seis millones de personas, desglosado
de la siguiente manera: un millón de guerreros, un millón de sus concubinas, un
millón de cocineros y tres millones de esclavos del millón de los guerreros.
-Bueno, ¿qué dijo?
- Dentro de cien años ninguno de nosotros
vivirá.
- Si pero Toci estaba muy preocupada.
- Toci, Toci, tiene tan buen trasero que
encontraría otro que la pretendiera cuando todavía mis cenizas anduvieran por
ahí volando. Y ella volvería a reír antes que Tezcatlipoca volviera a aparecer
por el horizonte a la mañana siguiente… ¿Sabes que el mundo esta lleno de
viudas, y por cierto que son muy felices, y ahora pueden ir y venir libremente
por donde antaño el otro no las dejaba ir?
Cerré la comunicación pues no se puede estar tratando con gente tan
necia.
Pero tuve que aceptar que Jerjes había sido
certero. Dentro de cien años… Y esto es cierto para los habitantes de la ciudad.
Los del campo tal vez algunos trasciendan el siglo. Su pobreza los salva de la
abundancia de grasas, de las harinas blancas y de lo azucares.
II
Se volvía a preguntar qué tenía ella que ver
con todas esas pendejadas. Pero en seguida se preguntaba ¿O sí tengo que ver
con todo eso?
Aquella
tienda grande, redonda al estilo Gobi, era su espacio primitivo donde llevaba a
cabo las acciones de comer, dormir y refugiarse de los elementos atmosféricos,
que en frecuentes ocasiones se
manifestaba con una fuerza inmensurable. “En México estará próximo el solsticio
de invierno y en mi pueblo ya deben
haber empezado a revolver las tierras”. También se acordó de la serpiente de
roca del lado norte de la pirámide de Tenayuca, en el norte de la ciudad de
México. La cresta de su cabeza marcará el equinoccio de invierno cuando el Sol
llegue a los veinticuatro grados más tres minutos. Y aquí sobre la Cordillera Central de los Andes el
solsticio de verano en los veinticuatro grados más tres minutos de más abajo…
-Bueno-le escribió a Cork,-ahora que ya está
resuelto lo de Waterloo, contéstame esta pregunta: ¿qué es lo que más le
interesa a la mujer?
En un segundo tuvo la idea general de la respuesta.
Era Chaucer. Sabía su inclinación que Toci sentía por ese autor y estaba preparado.
Pero se hizo el sorprendido.
-Me agarras desprevenido. Dame tiempo para
recordar… ¿Una pista del nombre del autor.
Pero Toci no cayó en el juego pues sabía que
Cork conocía bien de qué se trataba.
-Ya, dilo-le apuró porque era para ella un
recurso de estar en contacto aunque, pensaba: “contacto virtual”.
No tuvo más que empezar:
-Antes que le cercenen la cabeza, eso es lo
que tiene que contestar aquel caballero de la corte de Londres.
Sucedió en los tiempos del rey Arturo, cuando
en el campo quedaban ya pocas hadas. Ahora por todos lados se veían a los
santos frailes llevando el mensaje que sólo de Dios podía venir la felicidad y
no de la magia.
“Este relato fue contado en la posada del
Tabardo, en Southwark, camino al santo
sepulcro de Canterbury, en la que un
grupo de peregrinos se aloja para
dirigirse a visitar el bendito lugar.
La narración habla de un caballero de la corte
del rey Arturo que, viendo en cierta ocasión ir hacia el río a una hermosa
doncella, la asaltó y, a pesar de los esfuerzos que ella hizo por defenderse,
la despojó de su virginidad.
“El bárbaro hecho levantó mucha indignación en
la corte y el rey Arturo condenó a muerte al transgresor.
Inusitadamente, la reina y otras damas
intercedieron por él. De momento el rey Arturo
detuvo la sentencia. A cambio pasó a la reina la responsabilidad de que
ella decidiera el castigo que debería aplicarse al burlador.
“Algunos murmuraron en la corte por la tal decisión del soberano. En aquellos
remotos tiempos del rey Arturo y de los santos frailes, no se acostumbraban
expresiones que, después el laicismo corriente pusiera de moda en el siglo
veintiuno, tales como “manejar” o
“mangonear”. No, las damas murmuradoras de la corte decía, candorosamente, y en
voz baja: “El rey se dejó convencer”.
“De la contestación a la pregunta, que enseguida le hizo la soberana, dependía ahora
su salvación: ¿qué es lo que más desean las mujeres? ¿Igualdad, exclusividad? El caballero no supo
qué decir pues cualquier respuesta fácil le costaría sin dilación la cabeza.
“Vete, le dijo la reina, tienes un año, con un
día, para investigar y encontrar la respuesta.
“A partir de entonces el caballero fue por
todos lados preguntando. Lo que escuchaba le parecía la verdad pero no le
satisfacía plenamente. Algo faltaba. Por ejemplo:
“Unos decían que las mujeres apreciaban más
las riquezas; otros, que la honra; estos, que las diversiones; aquellos, que
los ricos vestidos; algunos, que los placeres del lecho y enviudar una y otra
vez para volver a casarse.”
“El caballero, desesperado, acariciaba su
cuello porque el tiempo se agotaba y no encontraba respuesta que le pareciera
consistente para decírselo a la reina.
“Fue cuando una vieja horrible le aseguró
tener la respuesta para lo que andaba buscando .Se lo dijo y el caballero
convencido regreso a la corte.
-¿Qué es lo que más deseamos las mujeres?-le
volvió a preguntar la reina y, seguro de la respuesta, el caballero dijo una
sola palabra:
-Poder.
“Poder de mando. Con el poder llega casi todo
lo demás. Por eso los que tiene poder no lo sueltan, hasta que se los quitan.
En realidad desde el principio el caballero
tenía ante sus ojos la respuesta pero no la pudo captar: la reina misma había
logrado dilatar la sentencia del rey Arturo. Eso era poder.
“Por
disputar poder la diosa azteca Coyolxauhqui fue descuartizada por su
hermano Huitzilopochtli. Por haber perdido Medea el poder con su marido, al
irse éste con la hija del rey, fue que en venganza decidió asesinar a sus
hijos. El poder, el poder…
“El caballero fue absuelto y quedó libre. Otra
vez se le hizo presente la vieja horrible. A cambio de la ayuda que le había
proporcionado le pidió que la hiciera su esposa. El caballero casi se desmaya
del susto. ¿Casarse con aquella mujer tan horrible? ¿Desde luego que no!
“La vieja le dijo que se estaba dejando llevar
por las apariencias y no por los valores. Le puso una disyuntiva todavía más
difícil que la pregunta de la reina. La quería fea y fiel o hermosa y deseada
por todos: “
”Dices que soy fea y vieja. En este caso no
temas ser cornudo, pues la fealdad y la
vejez son grandes guardianes de la castidad…Elige ahora una de estas dos cosas:
o tenerme fea y vieja hasta que yo muera, siendo para ti humilde y fiel esposa
y no desagradarte jamás en toda mi vida,
o, por lo contrario, tenerme joven y hermosa y correr la aventura de la
concurrencia que acudirá a tu casa. Escoge, pues, tú mismo lo que te plazca.”
“Ante tan sensatos argumentos el caballero se
dio cuenta que aquella mujer era realmente valiosa y aceptó, ya muy
sinceramente convencido y hasta enamorado, unir su vida con ella.
“Tomada su decisión el caballero, la vieja
volvió a hablar: “Como sé lo que constituye tu deleite, yo satisfaré tú humano
apetito.”
Tal parece que no era una vieja horrible sino una hermosa hada porque
agregó: “Levanta la cortina del lecho y mira:”
“Al final todo quedó como estaba ya en el principio del pleistoceno. La vieja
horrible, ahora ya hermosa hada, no convenció al caballero mediante el hormonal
recurso de la dulce sonrisa y enseñarle el trasero. Lo convenció a base de
inteligencia.
Y algo que ya le había anticipado ahora era
posible: era hermosa y su casa sería visitada por sus amigos...
“Y algunas cosas que le habían dicho, cuando
andaba investigando, resultaron ciertas. La misma hada se lo remarcó al
caballero cuando lo tuvo seguro:
” ¿Entonces he conseguido yo dominio sobre ti.
Toda vez que puedo elegir y mandar como me plazca?
Y el caballero dijo:
-En verdad que sí esposa; porque yo lo
considero como lo mejor.”
Otra cosa que resultó cierta, de todo lo que
le habían dicho, fue que muchas mujeres
rezan su santo rosario para que sus maridos no duren muchos años con vida.
“El cuento de la posada de Tabardo, en el camino
al santo sepulcro de Canterbury, termina así, refiriéndose al caballero y al hada:
“Así vivieron ambos en perfecto gozo hasta el
fin de sus días. Y Jesucristo nos envié maridos sumisos, jóvenes y vigorosos en
el lecho, así como la gracia de sobrevivir a aquellos con quienes nos casamos. También ruego a Jesús que abrevie la
vida de los que no quieren ser gobernados por sus mujeres…” ¿Qué te parece?
-Bien-.
Dentro de la “tocidad” de su “tienda Gobi” en
ocasiones era consciente de su soledad. Era cuando entendía que escuchar
palabras es importante. Le da humanidad
a la situación. La palabra fue el principio del orden en el universo. Ya su
representación por medio de caracteres fue algo extraordinario, desde luego.
Sobre todo los “tipos” de la imprenta. Pero oír la voz hablada en “vivo”
implica una comunicación con la o las personas que le dan una dimensión a la
vida difícilmente imaginable. La gente que padece sordera total de nacimiento
puede tener un acercamiento por medio del lenguaje mímico, pero nada es
comparable con oír la voz. Para ella había mucha diferencia cuando leía poemas
de Bukowski que cuando lo escuchaba en alguna grabación. Los Diez mandamientos
decían la intención de Dios pero era sólo un vehículo para comunicarse con los
humanos. Pero su voz fue El mismo. Un escritor puede contar cosas pero un
orador puede hacer delirar debido a esa comunicación directa. Fue la primera
noticia documentada de la vez que Dios se escuchó a sí mismo.
Para el siguiente momento ya estaba en otro asunto pensando (en la soledad
absoluta de la montaña y que en la quietud de la noche hay conciencia de la
facilidad en que el pensamiento va de un tópico
a otro) que no es tan loca la
idea que el humano es la medida de todas
las cosas (que él hace) que son y de las que no son. Como hacen los arquitectos
que con el lápiz frente a los ojos dibujan el paisaje y los edificios y con ese
mismo ajustan las dimensiones de las persona que ponen en su dibujo. Pero por
lo mismo la cuestión le pareció tremendamente subjetiva. La “corkidad” de Cork
no es la misma que la “guillermoneidad” de Guillermo o la “tocidad” de Toci.
Los guía suizos en el siglo diecinueve decían a Eduard Whymper que la montaña Matterhorn era
imposible de conquistar. Pero él creía que sí era posible, lo que a la postre
resultó ser cierto. En el primer caso había una dimensión subjetiva con
respecto a la medida de las cosas. En el
caso de Whymper había otra dimensión. No era cosa de valor sino que
ofrecía diferentes escalas de ver las cosas. Gulliver una veces era gigante que
andaba entre criaturas chiquitinas y otras era un pequeñín que se movía entre
gigantes…
Y Alicia tenía que tomar pastillas para volver
a ser grande.
Dentro del silencio de la Cordillera se
descubre la importancia de poder hablar y escuchar. Es una manera de decir. En
las montañas no hay silencio. El viento pasa y las rocas tienen su propio
movimiento y ruidos. Se deslizan, ruedan o estallan por la presión que hace
dentro de ellas el hielo que logra colarse por sus fisuras. El glaciar mismo
suele producir un concierto en su viaje sin fin hacia el fondo del valle donde
desaparecerá el hielo al llegar a un nivel de diferente temperatura. Toci se
refería al silencio lleno de ausencia de humanidad. Para entender a la gente le
hubiera bastado la actividad mímica. Pero apareció el sonido de la palabra
cuando todo se llenó de humanidad. El mercado de la colonia popular está
pletórico de colores, movimiento y voces de la gente. Después de todo, se
dijo, la soledad ayuda a descubrir la importancia
que tiene vivir entre la gente. Si bien, para alcanzar este conocimiento es
necesario aislarse de la gente. De otra
manera es como ser rico sin haber conocido el hambre y la sed. Sin esto se
desconoce la utilidad de ser rico. Tales pensamientos impiden al hombre el regreso al infantilismo psicológico. Esto
fue lo que hizo decir a Chesterton lo benéfico que resultaría a los millonarios
pasar veinticuatro horas con un pie en la eternidad. Y Mark Twain aseguraba que
el que le ha jalado la cola al toro después
no será el mismo. Cork le contaba
que el conde Tolstoi lo entendió en toda su amplitud. Para escribir sobre el
hambre de los campesinos rusos se iba a vivir con ellos por temporadas. También
San Agustín le da un valor altamente
didáctico a la desolación del pecado hacia la santidad. Esa era la enseñanza de
la soledad geográfica. Pero sería sólo el comienzo. La verdadera riqueza
consiste en que cada manera de hablar
nos relata más allá de los términos y palabras aisladas una perspectiva cósmica y la manera de ver el mundo. Con más
frecuencia que se puede imaginar, los mexicanos pensamos como mexicas y
hablamos parecido a los españoles. Esto
es una confusión sino se entiende la responsabilidad y el hecho que los
mexicanos tenemos dos grandes culturas que es preciso conocer. Bajo pena, en
caso contrario, de haber pasado por esta vida en medio de un gran embrollo. Al
final de esos pensamientos Toci añoraba “dar vuelta a la noria”, como Cronin se
refería a la rutina hogareña. Y era cuando le venían a la mente las palabras de
Cork: “¡No te ablandes. Si vas a ser mi dueña tienes que probarte a sí
misma que eres fuerte! Si crees que soy
injusto recuerda lo que dijo Sócrates y luego repitió Plotino, y siguió diciendo
Napoleón y más tarde calcó Lawrence, y es que al niño se le debe
educar veinticinco años antes de que nazca…Tómalo como si tú, desde la
Cordillera Central de los Andes, y yo metido en el Desierto Hohokam, estuviéramos educando a nuestros hijos!” ¡El
noviazgo como un matrimonio virtual!
Toci pensó: “¡Aunque no me gustaría en este momento que fuera tan virtual!”
Había escuchado que los hijos
podían venir por contacto directo, por clonación o por probeta. Jamás
había sucedido estando cada uno de los
potenciales padres separados por quince mil kilómetros… Se sintió
inclinada a decir un juramento
pero... Después de esa evocación la muchacha olvidó la nostalgia y se durmió
feliz dentro de su confortable sleeping.
Antes se dijo que esa soledad no la olvidaría
ni después de cuarenta años de casada. ¡Nunca dormiría con Cork espalda con
espalda!...
Fue la primera vez que Cork le prometió que,
cuando se reunieran, los primeros lugares que visitarían serían algunos
conventos del siglo trece en Alemania. La religión de ella era la solar de
Tezcatlipoca y tenía también buena información religiosa universal. El
conocimiento que poseía del cristianismo, teología e historia, eran, según él
le decía, de un ocho de calificación. Del cristianismo católico apostólico
romano y también del cristianismo liberal. Durante varios años había estudiado
las grandes religiones tales como el judaísmo, el hinduismo, el budismo, el zen
y el taoismo. Un curso aparte habían sido las tendencias actuales. Lutero, su
biografía y su movimiento de reforma,
los conocía bien. Cork se maravillaba de esta parte de la personalidad de ella.
Más todavía si se toma en cuenta que
México es un país en donde no se enseñan las religiones en las escuelas
del estado. La Constitución marca que la enseñanza sea laica pero tampoco se
enseña la filosofía. En la enseñanza de la filosofía hay que referirse a la
teología… Sólo se cree que el vacío que hace el no enseñar religiones ya es
laicismo... El resultado es que de ciento veinte millones de habitantes se
tienen ciento diez analfabetas tanto de la religiosidad mundial como del
laicismo cultural y del político. Los
nombres de Lucrecio y de San Agustín no
les dice algo. Habrá que esperar hasta llegar a las facultades del área de
Humanidades para conocer estas corrientes del pensamiento universal. Y en un
país como México sólo llega el diez por ciento a la Universidad Nacional y una
parte de eso a Humanidades…
Por eso y, como premio a su dedicación por el
tema, él le había hecho la promesa de ir a los castillos de Europa. En particular
Tocí quería conocer Avignon, ciudad francesa a la que le corresponde un
episodio interesante en la historia del papado. Siempre le preguntaba, y a mí
también me preguntaba: ¿los franceses odiaban al Papa al punto de retenerlo en
su país durante años o bien lo querían tanto que lo “encerraron” en aquel
espléndido y enorme castillo en el que despachaba para que no volviera a Roma?
Y ya no le preguntaba más por temor a que la siguiente tarea que le asignara
fuera la historia del papado. Le encantaba el tema de la religión pero no al
grado de que ese fuera “su” tema.
Cork le llamaba a ese viaje un reconocimiento
al talento de Tocí. La muchacha se había distinguido de esos ciento diez
millones de talentos desperdiciados. “Lo más triste es un talento desperdiciado”
le había oído a Robert de Niro, en una película de hampones del barrio en una ciudad norteamericana donde los
talentos se desperdiciaban en abundancia. De paso Cork recordó que Joey Orso,
el malo de esa película, había dicho que en la vida de un hombre sólo se tienen
tres grandes mujeres. Y éstas llegan con diez años de intervalo. Para Cork Tocí
era la primera pero... el juego del amor es tan desgastante, en la fase del
conocimiento mutuo, en el que dos personas se confrontan y tienen que irse adaptando
uno frente al otro para que aquello no parezca, y no sea, una guerra de egos...
Se acordaba de Clemencia, la krisna que perseguía mundos lejanos con el mismo
empeño que lo perseguía a él...Al final siempre se hacía esta reflexión: creo que Tocí será la primera de
las tres que me tocan y, la última... volver a empezar una y otra vez es tener
una inclinación muy fuerte por la tanatología...
III
Toci por
su parte sabía que la mujer que se complica mucho de la mente se vuelve fría
y su vagina…Su madre le decía desde chica que la vagina sólo sirve para tener
niños, después de eso aparecen una serie de tumores extraños y, si a eso la
expones a otra serie de riesgos venéreos…
La etnia de Tocí utiliza los aparatos de la
tecnología moderna como radio, televisión, horno microondas, teléfono celular-
cámara fotográfica… Pero lo común es que se sigan conservando manifestaciones precristianas en la vida
cotidiana: molcajete, metates de piedra y barro, cerámica para preparar la
comida. Tenían claro que no hay porque hacer a un lado tecnologías que por
milenios sirvieron a la humanidad. Se viaja en avión pero millones de personas
siguen trasportándose en burro y en bicicleta. Además los que viajan en avión
están gordos y los de a pie no tanto. Se escribe en computadora y en máquina
mecánica o con manguillo, pluma y tinta. Y para la agricultura no es raro ver
al tractor abrir la tierra y preparar los surcos y junto alguien utilizando la
coa precristiana, que es un palo con una punta endurecida a o la que se le puso algún artefacto de metal.
Decían que se debe estar al día en los
avances tecnológicos pero no ser ser tan blando de la sociedad de consumo y
deshecho. Antes la gente traía un libro en la mano. Ahora trae un celular…Es
necesario el celular pero ¿por qué se olvidó del libro?¡En un celular cabe la
Biblioteca de Washington!¡Como los que compran bibliotecas para adornar la sala
de su casa!
Desde luego se rechazaba en la etnia la idea
de guarderías para ancianos. Sostenían que era la prueba más evidente de esa
práctica de individualismo, consumo y deshecho.
Tenían su posición con respecto de lo que se
conoce como alimentación “rápida” en la ciudad. La consumían pero también
gusanos de maguey, escamoles, tortillas, hongos, nopales, acociles de río de
alto valor proteico. Enriquecen las viandas con tecuitlatl o alga verde espirulina.
Los camiones que llevaban esas bolsitas de golosinas y los refrescos recorren
los caminos apartados de la sierra. Fue cuando
la población reafirmó su
costumbre milenaria de consumir
verduras y frutas, carne de aves de corral y pescado. Todo rociado con orégano.
Cero carnes rojas. Decían que la carne roja había matado más población indígena
que las mismas viruelas del siglo dieciséis. Una arma terrible de los europeos
traer los animales de la carne roja y la de cerdo. Tan nociva como el uso del
tabaco, de origen americano, que después de la conquista se fumaba en Europa con tanta deleite hasta
alcanzar niveles cancerígenos. No tenían que insistir mucho los ancianos en
privilegiar esta dieta. Veían cómo algunos, que habían seguido la dieta de la
ciudad, abundante en grasas animales, a la postre tuvieron que pagar caro
viviendo después un rosario de
enfermedades graves. Sobre todo les recordaban que no olvidaran agregar
a sus platillos una pizca de orégano. No sabían explicar los efectos
antioxidantes en los procesos biológicos y sólo decían: el orégano es lo que
más se parece a la fuente de la eterna juventud.
En el matrimonio también se llegó a buscar por
algunos de la etnia “a ver si
funciona”. Y no eran desconocidos los casos de promiscuidad en donde los
vecinos intercambiaban esposas. Que es lo mismo que las mujeres intercambiaran
los esposos. Pero la figura del matrimonio “para siempre” seguía dominando en
alto porcentaje. De ahí que poco se conociera el “trauma de la separación”.
Decían que preferían la costumbre uno junto al otro, que la soledad del
separado.
Como sea, las mujeres mazahuas mandan al diablo
a su hombre cuando éste se pasa de…
Sube la pendiente en tanto ve la impresionante cantidad de agua de deshielo
que fluye de estas extensas montañas del sector central de los Andes hacia los
valles. Sabe que mucha de esa agua dulce se desperdiciará inútilmente al no ser
aprovechada o almacenada antes que llegue al mar y se pierda para el humano al
entrar en contacto con la sal. Y veía que las marcas de los glaciares bajan
cada año con el aumento de la temperatura local y global. “Pronto los guías alpinos
no tendremos que tallar escalones en el hielo durante la ascensión.”
Pensaba en las palabras que le decía a Cork
cuando un día lo cubriría para siempre entre los incontables pliegos del
vestido indígena que usa cuando está en su
pueblo. Como la araña que envuelve a la presa en su red inmovilizándola
para luego poder extraer de ella hasta la última gota de líquido que hay en su
cuerpo.
-Sé que así será y me gusta ese destino al
cual me entregaré con los ojos cerrados para que hagas de mi lo que quieras.
Pero antes de ese delicioso final de mi vida quiero que tú y yo recorramos las
calles del centro de la Ciudad de México. Están llenas de cultura. Lo que ahora
se llama “primer cuadro” y que es propiamente el asiento de México-
Tenochtitlán.
Aceptar las reglas del juego con la etnia de
Toci era asomarse a su vida futura. Una vida comunal llena de ritos invariables
por milenios y por las noches hacer el amor. Le gustaba porque se trataba de un
mundo que prefiere el jabón en lugar del automóvil, la metáfora de Norman
Mailer. Después Cork no podría llamarse a traicionado, diciendo que se casó
bajo unas condiciones y ya sobre la rutina fue encontrando otras. Eso provoca
tal cantidad de divorcios casi como la cantidad de casamientos. Sucede esto con mucha
frecuencia en las parejas de la ciudad “no era como yo esperaba”, en lugar de
decir: “así lo conocí o la conocí y el resultado es como entonces supe”.
La muchacha del caso hipotético tiene un
novio que sabe que es irresponsable,
golpeador, malviviente y drogadicto. Ya casados ella se lamenta. Sigue siendo
valedero el dicho mexicano de “no tiene la culpa el indio sino el que lo hace
compadre”. todavía resulta un juicio muy duro en nuestra sociedad referirse a
esa “virtud reunitiva”, de Demócrito, según la cual los iguales se juntan. Por
voluntad, por instinto o impelidos por causas externas. Los guijarros grandes,
llevados por la fuerza de las olas, se juntarán con los guijarros grandes. Las
personas buenas con las buenas, los venados con los venados, las pulgas con las
pulgas. Rechazamos esa virtud reunitiva por el aire que tiene de predestinación
que contiene, igual que las bolas del billar bajo la acción del “taco”. Tratándose de las cosas de los humanos, se
las adjudicamos al caos, al azar, y así nuestra conciencia queda más tranquila.
Auto engañada. La película norteamericana Sin mi hija, no que una ocasión fue a
ver ella y Cork, la muchacha norteamericana se casa con un iraní. Viajan a Irán
y ella choca con la cultura de ese país y con su religión. En lugar de
adaptarse a las costumbres del pueblo de su marido, ella quiere que Irán todo,
junto con el Corán, cambien y se ajusten
a su modo de vida cristiano y estadounidense. Ese matrimonio fue un fracaso porque
ya casados no siguieron las reglas del juego que conocieron cuando eran novios.
O de novios no pensaron en lo que iban a encontrar ya de casados con tantas
cosas que los separaban. Con Toci, decía Cork, ya se cuál va a ser el troquel
de mi vida y lo acepto…. ¡No quiero otra
vida sino esa!! Y con Toci la
cultura formará parte de mi vida.
Pronunciar en México la palabra “cultura” de
manera consciente es conocer Ulman y Ur. El trazo de sus edificios y la talla de sus esculturas
se afanaban en ser una representación de lo que sucedía en el cielo, residencia
de los dioses, según entendía su simbolismo. Esto en un tiempo que el resto de
los pueblos, incluidos los mayas, los egipcios y los griegos, no eran más que
unos sencillos pastores. Como los babilonios, siguiendo a su líder Abraham,
empezando su epopeya religiosa. Y los germanos, que después nos darían la
Novena Sinfonía y la propulsión a chorro para los viajes espaciales,
vagaban entre los Himalayas envueltos en
pieles de animales.
Después del Centro Histórico irían al Club de
los Poetas a escuchar leer en voz alta alguna de la obras de Faulkner. También
estaba anunciada, con medio año de
anticipación, la lectura de una conferencia que
Stefan Zweig había dado en Buenos Aires hacía ya un siglo y ahora la
repetirían. Tocí pensó que toda su vida había leído con disciplina a la
trinidad Tolstoi, Dostoiewski y Chejov. Pero siempre recordaría con nostalgia
llena de felicidad que la formación literaria de su juventud había transcurrido
entre el mal humor de Faulkner y la habilidad de Bukowski. Aquellos le parecían
demasiado sombríos en estos países
americanos llenos de sol.
Le encantaba la idea de viajar hacia el Centro
Histórico pero ella quería ir antes a la región de los ranqueles junto con
Cork. El le había dicho que Mansilla era un católico sincero y fervoroso. Los argentinos llevaron las
viruelas, contra las que los indios no tenían defensas. Después al ofrecerse
impertérritos a ayudarlos, sin peligro de contagio de su parte, que sí tienen
defensas, creían que estaban haciendo una epopeya. Mansilla carga el cuerpo
lleno de la enfermedad del ranquel Linconao y...
Grandes avances se convierten en grandes
preocupaciones. La medicina ha alcanzado tal desarrollo que mueren pocos niños
y pocos viejos. Nada más en México, y merced a la vacuna anti variolosa, la
viruela fue controlada durante la mitad del siglo veinte y no hubo
estragos en su población por esta causa. Te acordarás que los naturales no
tenían defensas contra la viruela y esta mató más gente que la misma guerra del
siglo dieciséis.
Te preguntarás, seguía recordando las palabras de Cork, por qué me interesa el tema de la
historia y de ahí mi insistencia que tú
también lo consideres. Mansilla es una persona culta. Para que veas su amplia
formación intelectual en determinado momento
Mansilla creyó que si se quemaran todos los trabajos de filosofía, excepto la
de Platón, las ciencias especulativas
poco perderían.
La historia está llena de sucesos. O con los
sucesos se hace la historia. En una guerra hay por lo menos dos bandos en
escena. Frente a esto, el subjetivismo
del historiador se ve en conflicto. No es tan diferente la situación
cuando escuchamos a los locutores de la radio dar las noticias. De bisoños
procuran ajustarse a cierta dosis de episteme. Cuando son populares se toman la
libertad de sancionar unos acontecimientos que únicamente deberían ser
consignados, tal cual ocurrieron. Son conductistas de la noticia. Sucede
también en la prensa escrita. El color de la nota es la que le da el dueño de
la empresa editorial. Hay diarios de esta orientación ideológica y otros de
otras. Son periódicos que hablan al espíritu sectario del hombre. Como en una
mesa redonda que se compone de un representante de cada partido político. ¿Qué
tenemos aquí? Fantásticos apologistas de
su equipo de fútbol. Mailer también tiene una referencia sobre este tema. Dice
que: “Cuando uno conoce los arreglos y
vacíos con los cuales los historiadores escriben su historia- trabajan
sobre diez mil hechos y seleccionan trescientos que les parecen bastantes para
ilustrar las cosas- , por mucho que a eso se le llame historia todos sabemos
que es ficción”. Y Cork agregaba que si esta ficción cae en terreno de poca o
nula resistencia cultural ya se podrá imaginar el resultado…Coplestón escribe
que el historiador de la filosofía debe tener su inclinación personal pero sin
ocultar la otra teoría.
Parece que siempre ha habido historiadores
que falsean el dato. Tanto Fernando de Alva Ixtlilxochitl como Francisco Javier
Clavijero, dicen que una de las ochenta leyes de Nezahualcoyotl ordenaba la pena de muerte contra los
historiadores que publicaran falsedades en sus pinturas. Tal normatividad
informa que era frecuente y obvio el dato falso. Y si más tarde, cuando ya
tenían la pena de muerte pendiendo sobre sus cabezas, y seguirían haciéndolo,
habla de una obsesión por lo apócrifo que va más allá de toda mesura. Es
probable que se tratara no tanto de falsear el dato sino de privilegiar “su”
versión de los hechos y escribieran lindezas de los suyos y minimizaran los de
los otros.
IV
La
Universidad Nacional es una potencia editorial en lengua española, ella sola.
Su producción abarca prácticamente todas las áreas del saber. En materia de
historia ofrece la mayor episteme a que se puede aspirar y donde se puede
hablar del “verdadero historiador”. Cork le contaba que hacía mucho tiempo había existido un historiador alemán llamado Ranke que decía que el historiador no
es el acusador ni defensor y no tiene que
hablar como juez. Reconocía que, efectivamente, la historia universal es una
historia de pasiones. Frente a ella se agarra partido con delirio como si
estuviera en un estadio de fútbol. Pero que el historiador que toma partido se
borra él mismo de la lista de historiadores para darse de alta en la de los
apologistas. Se le encuentra por todos lados.
Sabía que aun el confiable Bernal Díaz del
Castillo tenía expresiones tales como: “decían…”
Recordaba el “No te ablandes” que tanto le
decía Cork. Comprendía la forma de vida que ella llevaba. Alimentos y conducta.
Nietzsche dijo lo que pensaba Zaratustra pero no explicó si llevaba alguna
dieta en sus comidas. Al menos en este caso está evidenciado que darle de
puntapiés al clavo puede llevar hasta la vida vegetativa, el coma de la noche
sin fin, aun a los más preclaros como él. Una de las mayores lecciones que nos
dejó el poeta de Rokken es: ¡cuidado con el cloral! Cork en cambio le
recomendaba no abandonar la dieta rural
que tenía desde niña. Fruta y vegetales,
nada de azúcar, harinas blancas y poca
grasa animal. Más que dieta era un código de vida. Se encerraba en una extraña
palabra que ella había inventado y repetía a diario en voz alta un minuto
después de despertar: “CRAZYS + BE”. Encerraba la conducta de no comer Carne
Roja, no Apoltronarse, cuidarse de Zampar o comer de prisa, acostumbrar la
comida sin sal. A esto había que
agregar algo sin lo cual toda precaución
anterior era inútil: cuidar la Báscula y hacer Ejercicio físico. ¡Si quieres
morir pronto de corazón come barbacoa! Lo que era un verdadero reto porque en
su pueblo la barbacoa es deliciosa.
Le recomendaba también, y se lo recordaba con
frecuencia, que se divirtiera. Que fuera a los bailes. Que no dejara de reír.
No quería encontrarla con cara agria cuando por fin se vieran. La última vez
que estuvo en Mendoza Toci había buscado, junto con los de su grupo
expedicionario, alguna fiesta. Cuando la encontraron se abstuvieron de entrar.
Era un “toquín” de rock muy animado. Al menos mil jóvenes en un área de apenas
veinte metros cuadrados. De este género sólo Bob Dylan le gustaba por su sensibilidad frente a las cosas de
la vida. Aquellos, en cambio, invocan al
Diablo. Juntos y enmariguanados se sienten muy satánicos. Sólo alguno de ellos,
en el bosque, en la noche, sin marihuana, se vomitaría de miedo ante la
posibilidad de encontrarse realmente con el Diablo detrás de cualquier árbol.
Seguí
contando a Toci, mediante su computadorcita,
mi relato de Joseph Conrad donde se trata de la virtud cuando es llevada
al extremo y queda convertida en una auténtica ruina moral. Tras el romántico
Jim está todo el tinglado del mundo comercial que aprovecha a estos idealistas.
Para Jim todo el enredo es cuestión de honor. Pero para su patrón Stein sólo se
trata de una transacción financiera. Dueño de factorías en muchas partes del
archipiélago malayo en las que distribuye su mercancía. La de Patusán ya no
funciona. Un par de empleados llamados uno rajá Allang y el otro jerife Alí, se han adueñado de ella erigiéndose como dueños y señores. Hay que quitarlos de
en medio. Pero Stein no encuentra la manera de destruirlos y poner en su lugar a empleados fieles.
Stein es la metáfora del comercio especulador que necesita meter
en orden a los que se le salen del control. Entonces es cuando encuentra a Jim.
Se da cuenta que este romántico irá hasta el fin del mundo huyendo de sí mismo
y de su frustración y emprenderá todos los pleitos que sean necesarios con tal de entretener a
su maltratada conciencia…
Si te fijas, bella Toci, se trata de un suicidio muy elaborado.
Los que gustan de buscar metáforas en todas
partes dicen que es la historia de nuestra civilización. Otros llevan la trama al plano de la
religión: la eterna lucha del mal contra el bien. O al de la filosofía: razón
práctica y razón vital. Para todas estas elucubraciones sirve la vida
desgraciada de Jim. La novela es relatada por Marlow, el alter ego de
Joseph Conrad.
Cruzaba la pendiente rumbo al sur y fue
consciente que la intención fija que ella tenía por aquel muchacho no apartaba su atención de las cosas graves de
la sociedad. Sabía que los alpinistas caminan por lugares tan apartados dentro
de la sierra que nadie se imaginaría que existen. Y encuentran tanta pobreza,
al menos en los caminos de México, que tampoco nadie creería que existe. No es lo mismo hablar de hambre que toparse
con el hambre cara a cara. No es lo mismo tener
hambre en la ciudad que tenerla en el campo. No es lo mismo el hambre
sin un centavo en la bolsa que hambre con dinero. Son dos clases de hambre.
Cuando tienes la barriga llena, Guillermo Stenbergheen, me escribía (como si yo
no conociera ese lastimoso fenómeno de nuestra sociedad), cuando tienes la barriga llena puedes escribir verdaderos
tratados para remediar el hambre. Cuando ves que veinte manitas sucias de niños
y niñas desarrapadas se dirigen hacia ti, al tiempo que sus ojos angustiosos simplemente suplican:
“Dame comida”. Sino otra vez: “Dame un dulce”. Y detrás de ti un cuadro que ya
solamente tu mochila puede ver, y las voces repitiendo como un eco: “dame
comida”. Te darás cuenta que esos niños morirán de tuberculosis antes que el
último libro para remediar el hambre salga de la imprenta. Y otros niños
tendrán las neuronas atrofiadas. Si sacas una palanqueta o cualquier otra
golosina, y se la ofreces, presenciarás una escena espantosa de la que se
nutren los piratas de la economía:
todos a un tiempo se abalanzan sobre la palanqueta. Y se la llevará el de menos
escrúpulos.
Algún día le contaría de la conferencia sobre
la antropofagia mexica que le había oído a Graulich.
Le escribí a Tocí tan pronto pude alejarme de la mesa redonda
del país centroamericano donde se trataron los temas de hidrocarburos, tala
clandestina y narcotráfico. Piensa que sobre tu tienda de campaña puede caer
una meteorita. En la Tierra estamos entretenidos con nuestro mundo de la
causalidad (fíjate en los filósofos), el de la causa y el efecto y, de pronto,
¡pum! Algo llegó a meterse en nuestra
vida sin que lo hayamos invitado. Digo esto porque, este día que te escribo, se
cumplen años de que cayó una enorme meteoriota en suelo mexicano que conmovió
al panorama científico de todo el planeta debido a que les dio otra visión de cómo estaba eso de la composición del
universo, incluido nuestro sistema planetario. El 8 de febrero de 1969 en la
población de Valle de Allende iban por el campo tranquilo y sin nubes,
siquiera, del estado de Chihuahua, dos juerguistas que acababan de salir de una
fiesta. Oyeron un estruendo enorme de algo que golpeó la tierra. Fue tan
impresionante que hasta la borrachera pesada del sotol se les “corto” de
inmediato. Empezando por eso, ya fue una alteración en la composición violenta
de la química de su organismo. Cuando pudieron darse cuenta supieron que era
una meteorita, calcularon, de cuatro toneladas. Después que de pronto el cielo
había iniciado un bombardeo en el Valle de Allende pues en una área de
trescientos kilómetros cuadrados esa noche, entre la una y las dos de la
madrugada, caería un chubasco de meteoritas. Se trataba en realidad de una masa
fragmentada de sesenta toneladas que se desintegró casi toda por el
calentamiento, producto de la intensa fricción al entrar en la atmósfera de
nuestro planeta. Las meteriotas del Valle de Allende traían información muy
amplia. Pero era como un libro escrito en chino mandarín frente a los ojos
del que ignora ese idioma. Y la ciencia, de todo el planeta, empezó a descifrar qué era lo que las
estrellas querían decirnos. Empezando porque en la meteorita se descubrieron
fragmentos ricos en calcio y aluminio. Hasta entonces los objetos sólidos
condensados más antiguos que se han podido estudiar en el sistema solar. También traían partículas prescolares.
Es decir,¡fijate!, fragmentos que ya eran cuando nuestro sistema planetario
todavía no existía. A estas partículas les llamaron nano diamantes. Sugerían
ser productos de la explosión de una supernova. Se les llama nano diamantes
porque las elevadas presiones y temperaturas convierten al carbón en diamante.
La edad más antigua que se ha
encontrado, en las meteoritas de esta parte de Chihuahua, es de 4,568
millones de años, decían.
De manera que no estés muy segura que somos
tan dueños del universo como creemos. Si esta noche sales de tu tienda y te
dedicas unos minutos a observar el cielo, podrás ver que allá “arriba” todo se
mueve. Es una idea geocéntrica que se me vino a la memoria cuando estaba
tomando un café en un restaurante de chinos de esta ciudad de El Salvador y
quise comunicártela.
A propósito de esto aprovecho la oportunidad
para comentarte que el antropocentrismo no viene, con el individuo, en la Edad
Media, como se pensó. En realidad esto del supremo ego del hombre está
documentado desde el geocentrismo de los
antiguos griegos. Cuando creían que el Sol giraba en derredor de la Tierra.
Finalmente la Tierra acabó girando teniendo a la persona en el centro...Fue el
día en que la naturaleza quedó en la mira del cazador… ¡Y los glaciares de las
montañas sentenciados a muerte”
Pero también debo decirte que ya en declarada inclinación hacia el
individualismo, egocentrismo o antropocentrismo, como quieras llamarle, los griegos
tenían en alta estima a los “consejos de ancianos” para gobernar a su
comunidad. Fíjate, de los “Siete Sabios”, al menos tres tenían esa opinión y eran Cleóbulo, Bías y Periandro. Pítaco, Quilón, Solón y Tales no los
mencionan en ese contexto pero tampoco los desaprueban.
-Interesante cuestión-me contestó la muchacha-
porque nuestras raíces, a partir del siglo dieciséis nos hace unos enamorados
declarados y sinceros de la cultura griega. Si bien, ya entrando en detalle, no
siempre seguimos en la práctica su pensamiento.
Luego de la cena Toci recordaba con fuerza las palabras que Cork le
dijera una tarde en el primer cuadro de la Ciudad de México. “¿Quieres que nos
echemos sobre la cama y tengamos una mezcla mecánica? Te lo agradecería pues
mis pelotitas necesitan descargarse cada dos o tres horas. Pero creo que si
vamos a copular después de haber leído libros, tú y yo, juntos o cada quien por
su lado, tendremos de esa manera una relación vital. Esta es la que nunca olvidaré. En tanto la
otra será como un almuerzo que tuve hace
quince años. Sin poder recordar qué fue ni dónde sucedió. No dejó huella. Sólo
el haber solucionado una inmediata necesidad fisiológica.
No recordaba
lo que ella le había contestado pero sí lo que Cork dijo enseguida:
-Una mujer en la perspectiva del matrimonio
debería conocer con la mayor claridad si
le parece bien la idea de convivir o alejarse. Ella es la que va a cargar la
criatura al menos nueve meses en su vientre y la cosa no es ningún juego de
filtrear.
Pero Toci sabía bien una vieja historia de la humanidad, y es que
el instinto se adelanta antes que los amantes empiecen a pelear...
-Las dos
cosas-dijo Toci plenamente segura de lo que decía.
-¿Cuáles dos
cosas?
-Libro y
cama.
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