Séneca dice que caer presa del
fastidio es más peligroso que montar un toro cebú salvaje. La tranquilidad es
la contra tesis.
Durant señala que no es tarea
sencilla eso de buscar la vida mejor, más que la vida buena.
Buscar que lo espiritual no se
divorcie de nuestra vida empírica de todos los días. O viceversa.
Coindice con Whitehead en los ciclos,
materiales y espirituales, pero con enfoque distinto.
Hay tiempo en el que el vestido largo de la
mujer, hasta los tobillos, es un escándalo de mojigatería.
Otro tiempo en que lo somero en el vestir
se ha hecho tan común en la calle que ya
apenas alguien voltea. Se siente entonces la necesidad de volver al vestido
largo:
Venus helenística |
“Al embotarse la sensibilidad, el hábito
irá corrigiendo paulatinamente estos males, y será necesario restablecer de
nuevo el uso de vestidos que cubrían de verdad para que vuelvan a suscitar los
deseos.”
Will Durant, Filosofía, cultura y vida, parte sétima capitulo XVII.
Se marca el fin de una etapa cuando
esa costumbre, o esa moda, llega al exceso, dentro de los parámetros actuales
de la cultura occidental. Por ejemplo, cuando el escote atractivo, tanto
anterior como posterior, sobre pasa los
límites…
Los ciclos de Whitehead tienen la
idea de la trayectoria lanzada hacia adelante. Superando etapas cada
vez mejores, en el sentido de valores de conducta, y en segundo lugar los
intereses materiales.
A.N. Whitehead, La función de la
razón
Los ciclos a los que Durant se refiere,
en cambio, es una eterna alternativa de las costumbres. Las mismas pero cada
una dominando su tiempo: vestido largo-minifalda- vestido largo-minifalda…
En cierto sentido es el fastidio de
las costumbres de una época, lo que Whitehead llama el tedio vital.
El baile en Bougival pero ahora con su vestido largo |
Lo Comerciantes, muy atentos a esos fastidios
de la gente, o también cómo va rodando el planeta, se apresuran a cambiar de giro y fabrican lo
que va a tener demanda.
Es idea errónea creer que unos genios,
malvados, imponen modas. Nadie tiene ese poder. Es dudoso que estos genios de la industria conozcan la
cronobiología, que es a la que pertenecen tanto los
relojes biológicos como los ciclos
circadianos, pero lo que es seguro es que tienen el necesario olfato comercial
para intuirlos.
Hoy amaneció lloviendo y los
vendedores a las entradas del metro aparecen con variados modelos de paraguas.
Llega la primavera y los “shorts” y camisetas son las que dominan los locales
comerciales.
Ya la gente se fastidió de ver en los
aparadores maniquíes desnudos, pues hay que apresurarse vestirlos. ¡Al cliente
lo que pida! Ya duraron mucho tiempo vestidos, pues hay que desnudarlos.
Era diferente en la cultura náhuatl,
muy conocedora de los ciclos circadianos y de la naturaleza. Estas etapas de
alternancia eran reguladas por el Estado. No esperaban, como sucede en la
cultura occidental, a que la gente hiciera una “revolución cultural” e
impusiera la moda en las costumbres.
El Estado mexica se adelantaba a esas
necesidades y las marcaba, las imponía, las regulaba. Incluidas bebidas embriagantes y hongos alucinógenos. Pero no mutilaba necesidades
ponderando una y sacrificando otras. Como sucede en las dictaduras del mundo
occidental. Y también en las de otros hemisferios.
Un mes (20 días) era para el festín y
las relaciones sexuales, otro para adorar a los dioses, otro para labrara la
tierra, otra para subir a las montañas, etc. Aquí el fastidio no tenía tiempo
para concentrarse a tal grado de provocar una explosión. Eran 18 meses de
manera que había tiempo suficiente para
cubrir necesidades materiales y volitivas.
Séneca nos dice que hay una parte de
la población que es renuente a los vaivenes que ocasiona el fastidio. Procura vivir con estabilidad, que él llama
tranquilidad, si se buscan cosas menos perecederas.
Séneca: "Los griegos llaman a esta
firmeza de ánimo estabilidad, sobre la cual Demetrio escribió un famoso libro,
y yo la llamo tranquilidad…A muchos acarreó la muerte la mudanza de intentos,
recayendo en las mismas cosas, sin dar lugar a la novedad, de que resultó
causarles fastidio la vida y el mismo mundo, diciendo con rabiosa queja: ¿Hasta
cuándo han de ser unos mismos los deleites?”
Ya los novios no buscan, para besarse, como dice la
canción de Armando Manzanero, el rincón más apartado en las sombras de la
noche.
Ahora los novios se besan hasta
entre la multitud apretujada y maloliente, rateros y vendedores, que viaja, en
el metro y a plena luz eléctrica o de día. Y no ciertamente se trata de un
besito furtivo… Hasta Humphrey Bogart se quedaría con la boca abierta.
“Sus pecados-dice Durant-son
superficiales y serán lavados en el confesionario del tiempo, pues la
experiencia madurará a las gentes hasta
hacerlas amar de nuevo la moderación y
el recato.”
Durant |
“William James Durant (5 de noviembre
de 1885 - 7 de noviembre de 1981) fue un filósofo, escritor e historiador
estadounidense de los siglos XIX y XX. Conocido ante todo por su obra The Story
of Civilization (Historia de la Civilización) narrada conjuntamente con su
esposa Ariel. Nació en North Adams, Massachusetts. Sus padres Joseph Durant, y
Mary Allard, emigrantes franco-canadienses, formaron parte de la emigración de
Quebec a los Estados Unidos.En 1900 comenzó su educación con los Jesuitas en la
Saint Peter's Academy. Más adelante, continuó en el Saint Peter College en
Jersey City, Nueva Jersey. En 1905 adoptó la ideología Socialista. Graduado en
1907, trabajó como periodista para el New York Evening Journal de Arthur
Brisbane.”
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