Hicieron los romanos un imperio que
fue grande mientras duró, e inmortal cuando desapareció, con observar sólo
pocas situaciones: Providencia, tradición, sobriedad en lo suyo, y apertura
hacia lo extranjero.
Como toda primera potencia, tuvo que vivir el fenómeno social de ver que las personas, de todos los reinos del mundo, buscaban la protección de sus leyes y su mejor nivel en lo cultural y en lo económico. Pronto la ciudad fue una megalópolis.
Como toda primera potencia, tuvo que vivir el fenómeno social de ver que las personas, de todos los reinos del mundo, buscaban la protección de sus leyes y su mejor nivel en lo cultural y en lo económico. Pronto la ciudad fue una megalópolis.
(La cronología como se organizaron políticamente fue, reino,
república e imperio. Roma fue fundada el
año 753 a C.)
Creían profundamente en la
providencia (genius): “Esa fuerza que
ha guiado en el presente guiará en el futuro, y así el genius de Roma tiene mucho, a la vez, de una “Providencia” que la
protege, y de una misión que aquella está cumpliendo.
Una ruta marcada por la divinidad que dio comienzo, precisamente, el día que Eneas, con su resto, salvando las llamas de Troya, empezó a caminar hacia las colinas de Roma:
"La marcha majestuosa de la Eneida va avanzando a lo largo del poema hasta este tema: el triunfo universal y definitivo del espíritu romano como la más alta manifestación del poder del hombre... Así como de todas las naciones sólo la romana, bajo la protección divina, había alcanzado el éxito, así en el futuro sólo ella lograría el éxito, siempre que fuese digna de su alto destino."
Una ruta marcada por la divinidad que dio comienzo, precisamente, el día que Eneas, con su resto, salvando las llamas de Troya, empezó a caminar hacia las colinas de Roma:
"La marcha majestuosa de la Eneida va avanzando a lo largo del poema hasta este tema: el triunfo universal y definitivo del espíritu romano como la más alta manifestación del poder del hombre... Así como de todas las naciones sólo la romana, bajo la protección divina, había alcanzado el éxito, así en el futuro sólo ella lograría el éxito, siempre que fuese digna de su alto destino."
R.H. Barrow, Los romanos, Fondo de Cultura Económica, México, 2014
Los romanos fueron de los primeros en
creer que actuaban bajo la protección de un destino manifiesto.
Igual que los aztecas, en este
continente, cuando salieron de la mítica Chicomostoc, en busca de la laguna
del águila y la serpiente, guiados por su sacerdote Tenoch, en cuyo recuerdo
pondrían el nombre a su gran ciudad: México-Tenochtitlán.
Cultivaban aquellos romanos la tradición familiar o, como
dice Barrow, “las viejas costumbres”.
"El vendaval que mueve todas las veletas, en las puntas de sus torres, sopla de la antigüedad." escribió Emerson.
"El vendaval que mueve todas las veletas, en las puntas de sus torres, sopla de la antigüedad." escribió Emerson.
En el principio eran campesinos de
costumbres sobrias, severidad con uno mismo frugalitas,
que después encontraríamos en la literatura de los estoicos romanos.
Marcaron la ruta de ascenso de cuando
un pueblo se respeta a sí y quiere superarse.
Cincinati es modelo de los grandes hombres que en esa época tuvo Roma y se le considera entre los grandes por su espíritu de servicio al pueblo, no el pueblo a su servicio.
Estaba lejos la practica del político profesional que se eterniza en el puesto yendo de un partido al otro y que, desde entonces, se les empezó a llamar "scarafaggio", cuando el Senado Romano, en otro tiempo baluarte de confianza y progreso, luego sería una cueva de ladrones y que, por su corrupción, prepararon, como respuesta, el advenimiento del Imperio:
"Hasta entonces los grandes hombres de Roma habían sido como Cincinato, que abandonó el arado para servir al Estado en una época de crisis y volvió a tomarlo cuando terminó su tarea."
Cincinati es modelo de los grandes hombres que en esa época tuvo Roma y se le considera entre los grandes por su espíritu de servicio al pueblo, no el pueblo a su servicio.
Estaba lejos la practica del político profesional que se eterniza en el puesto yendo de un partido al otro y que, desde entonces, se les empezó a llamar "scarafaggio", cuando el Senado Romano, en otro tiempo baluarte de confianza y progreso, luego sería una cueva de ladrones y que, por su corrupción, prepararon, como respuesta, el advenimiento del Imperio:
"Hasta entonces los grandes hombres de Roma habían sido como Cincinato, que abandonó el arado para servir al Estado en una época de crisis y volvió a tomarlo cuando terminó su tarea."
Igual marcarían los romanos, siglos después, ya
dueños del mundo, muy ricos, olvidados del espíritu de la tradición y de las
Doce Tablas, corruptos y en pleno declive.
Las normas, emanadas de la
conducta hogareña y comunal, con que se conducían, en aquella época
temprana de su historia fue, efectivamente,
la Ley de las Doce Tablas.
Ley de las Doce Tablas |
Barrow: “Este código es el de las
célebres Doce Tablas, que probablemente no hizo más que expresar púbicamente lo
que ya existía como usos establecidos; pero fue un acontecimiento de enorme
significado en la historia del derecho y de Europa.”
Wikipedia: “La Ley de las XII Tablas
(lex duodecim tabularum o duodecim tabularum leges) o Ley de igualdad romana
fue un texto legal que contenía normas para regular la convivencia del pueblo
romano. También recibió el nombre de ley decenviral. Por su contenido se dice
que pertenece más al derecho privado que al derecho público. Fue el primer
código de la Antigüedad que contuvo reglamentación sobre censura (pena de
muerte por poemas satíricos). La ley se publicó al principio en doce tablas de
madera y, posteriormente, en doce planchas de bronce que se expusieron en el
foro. Debido a que no queda indicio alguno de su existencia, algún autor ha
llegado a sugerir que no existieron. No obstante, su desaparición puede
explicarse por el saqueo que sufrió Roma hacia el año 390 a. C. por parte de
los galos. Se cree que se destruyeron y, por algún motivo, no se reprodujeron
con posterioridad. Esta última teoría parece estar apoyada por las abundantes
referencias que de ellas hacen los autores antiguos. El historiador Tito Livio
dijo de ellas que eran la fuente de todo el derecho romano, tanto público como
privado. Por su parte, el orador y abogado Cicerón afirmó que los niños
aprendían su contenido de memoria.”
Cuando los romanos conquistaron su
Península, el mar Tirreno de los etruscos, el Mediterráneo y más allá, el mundo
se encontró romanizado. Pero, anduvieran donde anduvieran, siempre procuraban
volver a su tierra romana, a su pueblo, a su aldea.
Roma supo resolver la antinomia de ir
hacia adelante sin dejar de ver su pasado. Sabían que pueblo que no conoce su
pasado es un “eclecticismo
abandonado a fuerzas diversas”.
La tradición, ese conjunto de
principio y costumbres, contra lo que se cree, es uno de los baluartes que,
bien preservados y cultivados, constituye la fortaleza de todo Estado que vaya
en la perspectiva del progreso en el sentido más amplio:
“A esta tradición se apelaba cuando
algún revolucionario atentaba violentamente contra la práctica política, contra
las costumbres religiosas o contra las normas de moral o del gusto.”
Algo que los sistemas pedagógicos, de
todos los siglos, han tomado en cuenta para la sana vida de un Estado, los
romanos ya lo tuvieron muy presente en los siglos anteriores al cristianismo.
No esperaron a que la calle, la plebe, el populismo, enseñará a sus hijos:
“Los padre se encargaban de la
educación de sus hijos.”
Algo para reflexionar ahora que la
“calle” entra hasta la sala de nuestros hogares, sin siquiera abrir la puerta,
por medio de la antena digital.
Parejamente la población mundial crece,
se duplica y triplica, a un ritmo tan acelerado que ninguna secretaría de
educación pública de los gobiernos tiene la capacidad económica y de planteles para
educar a toda su población. Ni aun con el Sistema Abierto, no escolarizado, de
las universidades.
Un apreciación del incremento de las ciudades, pero también de la población mundial. Tomado del diario El País, del 27 de mayo de 2017. |
También, al enseñar los padres a sus
hijos,(los primeros años, se entiende)se aseguraban de trasmitir la tradición
como un anticipo a sistemas pedagógicos extravagantes, cuando no disolventes, que
suelen aparecer en la calle cada tercer día.
Escribimos esta nota el lunes 22 de mayo de 2017, cuando en los medios
circula la noticia que en la ciudad inglesa de Manchester una explosión,
provocada, causó la muerte de 22 personas y muchos heridos.
Un modelo de las "antiguas costumbres" es Marco Porcio Catón( nació en 234 a.C.),que fue soldado,jurista,estadista, agricultor y escritor. "Él mismo educó a su hijo, preparándole textos de gramática, derecho e historia, porque no quería que su hijo debiera "algo tan precioso como el saber" a ningún otro. Le enseñó a montar a caballo, el pugilato, a luchar, a nadar y cultivar la tierra. Sin duda debió ser un padre exigente; pero opinaba que " un hombre que pegaba a su mujer o a su hijo ponía las manos en lo que era más sagrado", y consideraba que un buen marido "merece más alabanza que un gran senador."
Un modelo de las "antiguas costumbres" es Marco Porcio Catón( nació en 234 a.C.),que fue soldado,jurista,estadista, agricultor y escritor. "Él mismo educó a su hijo, preparándole textos de gramática, derecho e historia, porque no quería que su hijo debiera "algo tan precioso como el saber" a ningún otro. Le enseñó a montar a caballo, el pugilato, a luchar, a nadar y cultivar la tierra. Sin duda debió ser un padre exigente; pero opinaba que " un hombre que pegaba a su mujer o a su hijo ponía las manos en lo que era más sagrado", y consideraba que un buen marido "merece más alabanza que un gran senador."
Pero nunca dejaron de estar abiertos los
romanos a lo nuevo. Los “extranjeros”,
conquistados, comprados o los emigrados, buscando trabajo y comida, llegaban a Roma, llevaban sus
creencias y sus modos de vivir, sus valores y sus no valores, que también son
valores, y adquirían la ciudadanía romana (la romanidad).
"Las personas de origen extranjero traían consigo sus costumbres, supersticiones, cultos y normas morales. Las religiones orientales se extendieron hasta el lejano Occidente, y eran a menudo adaptadas y absorbidas por la religiones nativas, aunque subsistían los títulos y los elementos del ritual que se entremezclaban en una curiosa mezcolanza. Con el transcurso del tiempo fue olvidándose liberalmente la distinción de razas, y los hombres nacidos en las provincias llegaron a ocupar puestos eminentes en la literatura, en las letras, en la milicia y en el gobierno."
"Las personas de origen extranjero traían consigo sus costumbres, supersticiones, cultos y normas morales. Las religiones orientales se extendieron hasta el lejano Occidente, y eran a menudo adaptadas y absorbidas por la religiones nativas, aunque subsistían los títulos y los elementos del ritual que se entremezclaban en una curiosa mezcolanza. Con el transcurso del tiempo fue olvidándose liberalmente la distinción de razas, y los hombres nacidos en las provincias llegaron a ocupar puestos eminentes en la literatura, en las letras, en la milicia y en el gobierno."
Muchos intereses genuinos, y otros
oscuros, que ponían a prueba el espíritu de las Doce Tablas.
Estaban tan seguros, de su lugar en el universo, que no temían abrir sus puertas a los otros, a los extranjeros
"En Roma se refugiaban todas las nacionalidades, y todavía acudirían más durante el siglo siguiente; pero ya en esa época de Cicerón llegaron muchos griegos sirios, egipcios, judíos, germanos y africanos."
Estaban tan seguros, de su lugar en el universo, que no temían abrir sus puertas a los otros, a los extranjeros
"En Roma se refugiaban todas las nacionalidades, y todavía acudirían más durante el siglo siguiente; pero ya en esa época de Cicerón llegaron muchos griegos sirios, egipcios, judíos, germanos y africanos."
Barrow dice del romano “pagano”: “Ha visto muchos hombres y
muchos lugares, y con la debida cautela imitará lo que le parezca útil; pero
para él su hogar y sus campos nativos forman “el rincón más risueño de la
Tierra”, y no deseará verlos cambiar.”
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