BOCHENSKi, ¿FILOSOFÍA SIN REVELACIÓN?
Es ocioso el vejo enfoque que
enfrentaba evolución y creación.
Si todo viene del cielo, no puede
haber contradicción, dice Bochenski:
“el contenido de la revelación no
puede hallarse en contradicción con las doctrinas filosóficas y científicas, ya
que el mundo y la revelación proceden del mismo Dios veraz y omnisciente. Pero
la filosofía, prescindiendo por completo de toda revelación, puede establecer
una religión natural, que el tomismo desarrolló siempre y muy especialmente en
los últimos tiempos.”
I.M.Bochenski, La filosofía actual, Fondo de Cultura Económica, México.
Sucede que cada quien sigue su propio
ritmo de desarrollo. El libro sagrado, La evolución de las especies, ¡bienvenidos!
Cada que tiene su lugar bajo el sol. Y nuestro planeta no es como el planeta
del Principito, de tan chico, en el cual sólo cabe uno.
Imaginemos a un herrero queriendo
demostrar que es mejor que un carpintero
y viceversa. Cuando lo sano es que cada quien desarrolle su arte a
plenitud. Después de todo ambos buscan lo mejor, no lo peor.
A su vez, cada quien llega a un
determinado límite en el terreno de las demostraciones. La ciencia no puede
demostrar que Dios existe pero tampoco puede demostrar que no exista, más allá
de las opiniones fáciles de periódico.
Explicando la filosofía tomista
Bochenski apunta: “No es posible
involucrar la revelación en el sistema filosófico como un elemento positivo, ya
que la filosofía procede exclusivamente por vía racional a partir de la
experiencia natural. Pero, por otra parte, la filosofía no ofrece ningún punto
de apoyo para negar la posibilidad de la revelación.”
Al final de su obra Bochenski
reconoce que “a cada uno de los sistemas filosóficos de que nos hemos ocupado( en La filosofía actual)
presenta sus lados débiles.”
A su parecer (no hay que olvidar que
Bochenski es hombre de religión) es la metafísica la que habría que cultivar:
“ningún otro sistema es tan equilibrado, tan sobrio y racional como el sistema
de los metafísicos.”
Pero el individuo no es una
abstracción que vaga solo en el mundo y en el universo. Ni como metafísico ni como materialista. Es parte de una
sociedad y, en último caso lo que él haga o deje de hacer (por omisión o por
animadversión) repercutirá en alguna otra parte del planeta.
Véase sino el fenómeno tan
perturbador para todos, en todos los continentes, de la emigración ya sea política o ya económica.
Aquella vieja imagen de que si
quitamos un ladrillo toda la pared se nos viene encima, sigue siendo valedera.
En otras palabras, no hay que dejarle toda la tarea a Dios y sí la
sociedad hacer su parte en la educación
del individuo. Antes que el cíclico populismo, de la política profesional, deslumbre al individuo.
De otra manera ese individuo se va a volver
contra la sociedad, lo cual, por desgracia, también sigue siendo realidad que llena
la calle sin nombre de todas las ciudades y los pueblos más apartados de la
sierra.
“Así, el cultivo de virtudes
puramente personales, como la moderación se fomenta en el fondo mediante la
justicia social, ya que el valor del hombre representa un valor para la
sociedad.”
Jugar a las pedradas contra el que
piensa diferente a nosotros trae consecuencias graves, a la postre, para todos.
El mundo debería conocer a fondo, en su totalidad, ese acontecimiento histórico valiosísimo que es
la Guerra Española del siglo pasado.
Bochenski recuerda a Jasper en
aquello de que “cada uno respete al otro como verdad posible, aunque no puedan
entenderse entre sí.”
Para Bochenski el desbarajuste actual
del mundo es porque hasta ahora se ha jugado demasiado a los “antis” .Al
antiateismo, a la antirreligiosidad:
“Nuestra época sigue hipotecada por
las graves consecuencias de un pensar antimetafísico.
Josef María Bochenski fue un fraile
dominico, destacado filósofo dedicado a la lógica. Ingresó en la Orden de Santo
Domingo, en 1927. Wikipedia
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