El siempre vigente síndrome
de Medea
Tragedias
Corneille
Editorial
Porrúa, México, Serie Sepan cuantos…Núm. 708
1999
Pierre Corneille (Ruan, 6 de junio de 1606
- París, 1 de octubre de 1684)
fue un dramaturgo francés, considerado uno de los mejores del siglo XVII, junto con Molière y Racine. La riqueza y diversidad de su obra
refleja los valores y los grandes interrogantes de su época.
Aprende a conocer a tu esposa ( o esposo)
Esta frase
de Corneille, puesta en boca de Medea,
tendría que hacer reflexionar seriamente
a los humanos, y en especial a
los demasiado humanos.
Ha dado
lugar a expresiones análogas entre los escritores de toda época tales como: “ningún hombre puede imaginar cómo es la mujer con la que
duerme todas las noches”
Según su
naturaleza personal, y su circunstancia, puede actuar de muy diferente manera. Jasón, héroe griego en la destrucción de
Troya, y esposo de Medea, subestimó su
capacidad cuando quiso traicionar su
amor.
Toda la furia que encontramos en esta tragedia, que viene del antiguo tiempo de los griegos, en realidad no es nada excepcional cuando las relaciones maritales llegan a situación de divorcio, aunque estemos en el siglo veintiuno, cuando la causa es “la otra” o “el otro”.
Y no es nada exagerado si empleamos la expresión, “despedazados”, respecto de lo que sucede con los hijos.”El síndrome de Medea” debería llamarse ese juego perverso que desarrollan los padres sirviéndose de los hijos para herir al otro cónyuge. Eso hizo Medea.
Toda la furia que encontramos en esta tragedia, que viene del antiguo tiempo de los griegos, en realidad no es nada excepcional cuando las relaciones maritales llegan a situación de divorcio, aunque estemos en el siglo veintiuno, cuando la causa es “la otra” o “el otro”.
Y no es nada exagerado si empleamos la expresión, “despedazados”, respecto de lo que sucede con los hijos.”El síndrome de Medea” debería llamarse ese juego perverso que desarrollan los padres sirviéndose de los hijos para herir al otro cónyuge. Eso hizo Medea.
Corneille |
La leyenda
terrible de Medea corresponde a que se
le juzga fuera de su circunstancia. Se le quiere como una mujer en el apacible
devenir del hogar cuando ella se ve obligada, por las circunstancias, a vivir
en el pleno ejercicio del combate. Si otros mundos han de derrumbarse no ha de
ser el mío.
El mundo de los hombres tiene para esta clase de mujeres un cartabón para medir su conducta: Es una esquizofrénica con marcado desarreglo hormonal, le funcionan mal las glándulas de Bartholin y las neuronas. Mujeres que hacen las mismas proezas que los hombres, guerreras o intelectuales o pasionales o de santidad (Juana de Arco, Santa Teresa de jesús, Sor Juana Inés de el Cruz), mejor mandarlas al rincón oscuro de las patologías.
El mundo de los hombres tiene para esta clase de mujeres un cartabón para medir su conducta: Es una esquizofrénica con marcado desarreglo hormonal, le funcionan mal las glándulas de Bartholin y las neuronas. Mujeres que hacen las mismas proezas que los hombres, guerreras o intelectuales o pasionales o de santidad (Juana de Arco, Santa Teresa de jesús, Sor Juana Inés de el Cruz), mejor mandarlas al rincón oscuro de las patologías.
Eurípides,
el poeta trágico, griego de la antigüedad (480-406 a C.), parece ser el
famoso autor primero de Medea. Unos
cuatro siglos más tarde Ovidio ( 43 a C- 18 d C) incluyó esta tragedia en sus
Metamorfosis.
Si bien es necesario considerar que en esta tragedia lo que está en juego no es la existencia del reino, nación o patria. Lo que clama esta mujer es sólo el respeto a su persona. Es la sobrevivencia de su yo. Ese es el leit motiv de la terrible tragedia.
Si bien es necesario considerar que en esta tragedia lo que está en juego no es la existencia del reino, nación o patria. Lo que clama esta mujer es sólo el respeto a su persona. Es la sobrevivencia de su yo. Ese es el leit motiv de la terrible tragedia.
Las
tragedias de Eurípides se leerán siempre porque sus obras, como las de
Shakespeare, no son caricaturas morales y sí en cambio, personas que se mueven
siempre por motivos de avaricia, maldad o ambición.
Lo mismo
puede decirse de Corneille. Este escritor presenta a su Medea como una criatura Schopenhaueriana. El rey de Corinto,
Creonte, conoce los actos criminales ejecutados por Medea en el pasado y, con
toda convicción, dice que esta mujer va a actuar ahora de modo igual.
Huyendo de su patria, en donde Medea, por salvar a Jasón, a cometido horrendos crímenes. Uno de ellos es despedazar a su hermanito con la intención de distraer a los que persiguen a Jasón. En efecto, el rey, padre de Medea, se entretiene en recoger los miembros de su pequeño hijo y los esposos logran escapar. El otro peligro para Jasón es el dragón que cuida el árbol de oro que él quiere robar. O los toros con patas de bronce que echan fuego por el hocico y todo lo queman con su aliento. De todo eso lo salva Medea con sus artes mágicos.
Huyendo de su patria, en donde Medea, por salvar a Jasón, a cometido horrendos crímenes. Uno de ellos es despedazar a su hermanito con la intención de distraer a los que persiguen a Jasón. En efecto, el rey, padre de Medea, se entretiene en recoger los miembros de su pequeño hijo y los esposos logran escapar. El otro peligro para Jasón es el dragón que cuida el árbol de oro que él quiere robar. O los toros con patas de bronce que echan fuego por el hocico y todo lo queman con su aliento. De todo eso lo salva Medea con sus artes mágicos.
Jasón es un
héroe al estilo de la leyenda: es decir como un salteador de pueblos y de
caminos, depredador y se roba cuanta cosa o tesoro encuentra. De ahí que
siempre anda en problemas con la justicia del lugar por donde pasa.
Pero ahora, a punto de ser ajusticiado, encuentra a Medea, hija de Eetes, rey de la Colquida, la que se queda prendida al punto de él y hará hasta lo sobrehumano para salvarlo. Aunque, de la misma manera, después Medea hará lo sobrehumano para herirlo.
Pero ahora, a punto de ser ajusticiado, encuentra a Medea, hija de Eetes, rey de la Colquida, la que se queda prendida al punto de él y hará hasta lo sobrehumano para salvarlo. Aunque, de la misma manera, después Medea hará lo sobrehumano para herirlo.
Creonte le da abrigo y protección a ella y a su esposo Jasón. La recibe no como a una criminal, hechicera ni parricida sino como persona que ha actuado legítimamente para defenderse de las injusticias.
Pero con el tiempo Jasón quiere casarse con Creusa, la hija del rey Creonte. Y así es como Medea ahora ya es un estorbo, se le reprocha su terrible pasado y Creonte decide expulsarla de su reino. De ser una heroína se le señala como una criminal.
Schopenhauer, filosofo del siglo diecinueve, hace esta conclusión respecto de la repetición de hechos de una misma persona: “El Fatum de los antiguos no es otra cosa que la certeza llevada por una necesaria encadenación de causas, y por lo tanto, está ya completamente seguro lo por venir, sin que en él pueda variarse nada, como en el pasado.” Creonte sabe de lo que es capaz esta mujer y le da veinticuatro horas para que se vaya de su reino.
¿Qué puede
hacer una mujer contra todos esos poderes facticos, empezando por la traición
de su esposo que, además, va a quitarle a sus hijos y ponerlos bajo el cuidado
de su nueva futura esposa?
En ningún momento Medea duda de lo que es capaz de hacer y llevarlo a cabo. Medea, dice la leyenda, es una hechicera con poderes mágicos y descendiente del dios Apolo o Sol. En la antigüedad griega Medea es tan famosa como Helena, la de París. Pero ésta es una figura periférica porque se le asocia con la destrucción de Troya. Medea, en cambio, es una criatura central que todo gira en torno de ella. Y en efecto, con la misma necesidad de un mecanismo de relojería, así va ser la actuación de esta mujer.
Ana Karenina de Tolstoi, y Madam Bovary de Flaubert,serán sólo sombras pueblerinas aburridas en busca de liberar sus pulsiones.Medea no necesita hombres debiluchos para responsabilizarlos de sus tedios. No tiene lugar para los tedios. Medea es la que marca el ritmo. Ella no buscará ser aplastada por las ruedas del carro.Medea derribará el carro con todo y conductores.
En ningún momento Medea duda de lo que es capaz de hacer y llevarlo a cabo. Medea, dice la leyenda, es una hechicera con poderes mágicos y descendiente del dios Apolo o Sol. En la antigüedad griega Medea es tan famosa como Helena, la de París. Pero ésta es una figura periférica porque se le asocia con la destrucción de Troya. Medea, en cambio, es una criatura central que todo gira en torno de ella. Y en efecto, con la misma necesidad de un mecanismo de relojería, así va ser la actuación de esta mujer.
Ana Karenina de Tolstoi, y Madam Bovary de Flaubert,serán sólo sombras pueblerinas aburridas en busca de liberar sus pulsiones.Medea no necesita hombres debiluchos para responsabilizarlos de sus tedios. No tiene lugar para los tedios. Medea es la que marca el ritmo. Ella no buscará ser aplastada por las ruedas del carro.Medea derribará el carro con todo y conductores.
A un guerrero se le premia por haber cumplido
con su deber. Pero Medea es una mujer de la que se espera una actitud
consecuente de segundo plano en aquel mundo violento de continuas batallas,
como la de Troya, en donde las mujeres son en todo caso sólo botín de guerra.
En toda la historia de la humanidad se
encuentran a esta clase de mujeres. En el México del siglo veinte una mujer,
llamada Olga, era maltratada por su marido. Un día se cansó da tanta
humillación. Le dio muerte con madero en la nuca, lo descuartizo, lo preparó en
tamales y a la mañana siguiente puso su puesto y los vendió al público, como se
venden hamburguesas o hot dogs.
Los mexicanos,muy familiarizados con la muerte, no han olvidado que en su antiguedad tenían un dios de la muerte, llamado Mictlantecutli y su esposa Mictlancihuatl, y no tardaron en componer un danzón que fue muy popular en los salones de baile y se lo dedicaron a esta esta mujer. La pieza de baile se llama Olga. Su letra dice: "Los tamalitos que vende Olga"
Medea es el clásico ejemplo que se cita en tragedias de esta magnitud. Pero esta conducta tiene su contraparte en los hombres. Recientemente en Cordoba, España, se repitió el síndrome de Medea, pero ahora por un nombre.Para vengarse de su esposa, que le pedía el divorcio, el marido asesinó a sus dos hijos,hombre y mujer, de dos y seis años, respectivamente, y enseguida los incineró. La página del diario que da esta noticia documenta varios casos análogos sucedidos en años recientes en este país ( El País,España, sábado 13 de julio, 2013, Págs, 24 y 25)
Los mexicanos,muy familiarizados con la muerte, no han olvidado que en su antiguedad tenían un dios de la muerte, llamado Mictlantecutli y su esposa Mictlancihuatl, y no tardaron en componer un danzón que fue muy popular en los salones de baile y se lo dedicaron a esta esta mujer. La pieza de baile se llama Olga. Su letra dice: "Los tamalitos que vende Olga"
Medea es el clásico ejemplo que se cita en tragedias de esta magnitud. Pero esta conducta tiene su contraparte en los hombres. Recientemente en Cordoba, España, se repitió el síndrome de Medea, pero ahora por un nombre.Para vengarse de su esposa, que le pedía el divorcio, el marido asesinó a sus dos hijos,hombre y mujer, de dos y seis años, respectivamente, y enseguida los incineró. La página del diario que da esta noticia documenta varios casos análogos sucedidos en años recientes en este país ( El País,España, sábado 13 de julio, 2013, Págs, 24 y 25)
Pero
Medea conoce un recurso de venganza más
cruel para su traidor marido. Dejarlo
con vida. De tal manera que mientras viva se acordará de Medea. Porque Medea lo ama tanto que lo que busca
es que Jasón no se olvide nunca de ella. Muerto, se borrará Medea de la mente de Jasón y por eso quiere que siga
viviendo.
Medea hace
lo que Deyanira, por celos, hizo para matar a su esposo Hércules: untar una
capa con veneno y que al ponérsela, como
regalo, morirá. En efecto, mueren el rey Creonte y su hija Creusa, prometida de Jasón. Después Medea da
muerte a sus dos hijos que tuvo con Jasón, Mérmero y Feres. Jasón no soporta
tal desenlace y se suicida.
Después de
todo este desastre, Medea se reúne con Ejeo, el rey de Atenas, que la espera
para casarse con ella.
Bien visto,
Medea es una criatura del universo nietzscheano. No hay en ella ni rastro de
arrepentimiento por lo que hizo. Ha sembrado
la destrucción en dos reinos, el de su padre y el de Creón. Dice sobre el cuerpo sin vida de Jasón, cuando
parte para Atenas: “Mis deseos están satisfechos y no me arrepiento de
haber traicionado a mi país y a mi
padre. Con esta alegría, la vergüenza no me afecta. Adiós perjuro, aprende a
conocer a tu esposa. Acuérdate de su marcha y otra vez considera a quien debes
temer más, a ella o a dos reyes.”
De haber
seguido viviendo, como Medea quería, Jasón seguramente pensaría como más tarde Corneille diría: “Aprende a conocer a tu
esposa”
Pierre
Corneille, francés nacido en Ruan, es
uno de los grandes escritores de la cultura occidental, contemporáneo de Moliere,
Racine y Richelieu. Nació al comenzar el siglo diecisiete, el 6 de junio de
1606.Escribió comedias, tragedias de héroes, tragedias dramáticas, obras teatrales,
de poesía y crítica dramática.
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