En torno a la filosofía
Arturo Schopenhauer
Editorial Porrúa, México, Serie Sepan Cuantos…Núm.455, 2009
“El medio más
eficaz, para aliviar la humana miseria sería ir disminuyendo el lujo, hasta
llegar a su supresión.”
Las revolucione sociales enseñan cómo, desde la miseria,
apoderarse del lujo y hacer a un lado a
los lujosos. Pero también enseñan que, los otrora revolucionarios, se quedan en
el lugar de los lujosos.
En este mundo tan argumentador, ¿cuál sería la señal que se ha suprimido el
lujo? Cuando ya no haya esclavos ni
proletarios. Las revoluciones campesinas y proletarias no tiene otro fin que
apoderarse de ese lujo y quedar instalados en el lugar de los ahora ex lujosos.
Pero los esclavos y los proletarios siguen pululando por las calles.
Schopenhauer no se refiere a ese juego histórico. El espíritu de este trabajo
de Schopenhauer, sobre el lujo, es una revolución ética, moral y cultural, no
de pólvora. De pólvora el planeta ya ha tenido demasiado.
Se trata de comprar libros, no pistolas. Es probable que esto no sea la panacea pero, escribió Frederick. C. Copleston: “Tal vez esto no logre la paz y la armonía en el mundo pero puede contribuir al entendimiento mutuo.” (Filosofías y culturas, Fondo de Cultura Económica, México,1984)
Se trata de comprar libros, no pistolas. Es probable que esto no sea la panacea pero, escribió Frederick. C. Copleston: “Tal vez esto no logre la paz y la armonía en el mundo pero puede contribuir al entendimiento mutuo.” (Filosofías y culturas, Fondo de Cultura Económica, México,1984)
El lujo de unos pocos es una patología que enferma a la
sociedad, que sería mejor decir, en estos tiempos de la mundialización, a la
humanidad. Ya hay suficiente historia por todos lados, para saber y demostrar
que frente a la demagogia hay que andarse con cuidado.
Mandatarios de una nación sin nombre, secretarios de estado, diputados, senadores y hasta presidentes municipales, de un apartado pueblito, o titular de una delegación política de una ciudad, cuando se van dejan una deuda institucional tan escandalosa como inexplicable e impagable y que el pueblo, quiera que no, tendrá que pagar.
O al menos abonar durante toda su vida y heredar la deuda a las generaciones que le sigan.
Mandatarios de una nación sin nombre, secretarios de estado, diputados, senadores y hasta presidentes municipales, de un apartado pueblito, o titular de una delegación política de una ciudad, cuando se van dejan una deuda institucional tan escandalosa como inexplicable e impagable y que el pueblo, quiera que no, tendrá que pagar.
O al menos abonar durante toda su vida y heredar la deuda a las generaciones que le sigan.
Esclavos que después
se volvieron esclavistas, ex proletarios que luego fueron implacables contra
los obreros o convencidos democráticos que más adelante, después de una
terrible y devastadora lucha, se eternizaron en el poder hasta que otros democráticos los echaron a su
vez por la fuerza del poder.
No es este el enfoque que Schopenhauer le da al origen de la
pobreza de los pueblos. Por eso alerta contra la demagogia, que él llama astucia. El origen del mal, de la
enfermedad, del pecado o la etiqueta que
se le quiera poner, es el lujo.
Más allá de la sobriedad, que no es otra cosa que la satisfacción de las necesidades naturales, de alimentación, vivienda, vestido y esparcimiento, empieza el lujo.
Más allá de la sobriedad, que no es otra cosa que la satisfacción de las necesidades naturales, de alimentación, vivienda, vestido y esparcimiento, empieza el lujo.
Tal vez la palabra pobreza ya no nos diga nada, de tanto que se ha
pronunciado. La ciencia médica lo explica de otra manera: el cerebro de un niño
mal alimentado, que no logra desarrollarse del todo, y que, más grande,
necesitará que se le repita treinta
veces algo para poder memorizarlo. ¡Qué futro espera a un pueblo así?
Asimismo, la ciencia médica siempre ha considerado a la tuberculosis como la enfermedad del hambre.
Asimismo, la ciencia médica siempre ha considerado a la tuberculosis como la enfermedad del hambre.
Veremos enseguida cómo Schopenhauer explica la esclavitud que, tiene un sinónimo muy
conocido, con la palabra de proletariado.
Pero mientras que al esclavo se le somete por la fuerza, al proletario se
le explota por la astucia:
“Para que un corto número de personas puedan gozar de lo inútil, lo superfluo, y
satisfacer artificiales urgencias, debe gastarse a tal fin una formidable parte
de las energías humanas, hurtadas a la
producción de lo que es necesario,
indispensable.
"En vez de construir cabañas para ellos, esos millares de gentes edifican para unos pocos. En lugar de tejer burdas telas con que cubrir sus cuerpos, laboran finísimos lienzos, sedas y encajes para los ricos y confeccionan innumerables objetos de lujo para el placer de estos…
"La producción de estas superfluidades redunda, pues, en daño de esos millones de esclavos negros arrancados violentamente de su patria para laborar con su sudor y su martirio esos frutos de deleite. Asimismo una gran parte de las energías de la raza humana desviase de la producción de lo que es necesario al conjunto, para procurar a una minoría aquello que es en absoluto superfluo e inútil.
" Mientras el lujo exista, habrá por consiguiente exceso de trabajo y de infortunio, ya se denomine a esta vida miserable pobreza o esclavitud. Se trate de proletarios o de siervos. La diferencia fundamental entre ambos es que cabe imputar a la violencia el origen de los esclavos, mientras que el inicio de los pobres debe derivarse de la astucia…
"El medio más eficaz para eliminar la humana miseria sería, pues, ir disminuyendo el lujo, hasta llegar a su supresión.”( En torno a la filosofía, capítulo: Derecho)
"En vez de construir cabañas para ellos, esos millares de gentes edifican para unos pocos. En lugar de tejer burdas telas con que cubrir sus cuerpos, laboran finísimos lienzos, sedas y encajes para los ricos y confeccionan innumerables objetos de lujo para el placer de estos…
"La producción de estas superfluidades redunda, pues, en daño de esos millones de esclavos negros arrancados violentamente de su patria para laborar con su sudor y su martirio esos frutos de deleite. Asimismo una gran parte de las energías de la raza humana desviase de la producción de lo que es necesario al conjunto, para procurar a una minoría aquello que es en absoluto superfluo e inútil.
" Mientras el lujo exista, habrá por consiguiente exceso de trabajo y de infortunio, ya se denomine a esta vida miserable pobreza o esclavitud. Se trate de proletarios o de siervos. La diferencia fundamental entre ambos es que cabe imputar a la violencia el origen de los esclavos, mientras que el inicio de los pobres debe derivarse de la astucia…
"El medio más eficaz para eliminar la humana miseria sería, pues, ir disminuyendo el lujo, hasta llegar a su supresión.”( En torno a la filosofía, capítulo: Derecho)
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