Tratados filosóficos- Séneca
Lo que el viento se llevó-Margaret Mitchell
¿Estómago o cultura?
Lo que el viento se llevó-Margaret Mitchell
¿Estómago o cultura?
Séneca
enseña a vivir bien en la sobriedad. No, como se dice, pregona a ser pobres sin aspiraciones.
Scarlett O´
Hara enseña, mediante la filosofía
negativa, el camino de la felicidad.
Inseguridad
en la calle, sobre peso corporal, mucho dinero y mucha hambre. Son las señales
que algo hicieron mal las generaciones pasadas que habitaron este planeta. Sin
duda también hicieron cosas buenas y por
eso la vida sigue. Pero se nota que hay severo desbalance.
Caminamos
buscando la prosperidad material, el shopping,
y encontramos a Séneca, envuelto en su túnica, que va en sentido contrario,
indicándonos que se dirige hacia el progreso cultural por medio de la sobriedad
y el hábito. Se detiene un momento para decirnos: “Procuremos alcanzar riquezas
de nosotros mismos y no de la fortuna.”Conoce bien la cultura de la Helade y
agrega: “Aquellos griegos buscaban
conocer, más que tener.”
La meta para
la humanidad sería el progreso cultural, así se llegaría en verdad al Humanismo
en el que, como consecuencia, el
estómago ya no padecería de hambre.
El Humanismo
es la idea operante, de la que hablan
los filósofos, contra la que se estrella toda clase de charlatanería que se
arroja sobre los pueblos.
Pero es el caso que lo que apremia es el estómago, no el cerebro. Y no es lo mismo tener hambre sin dinero en la bolsa, que sentir hambre con la cartera llena de billetes. Son dos hambres diferentes.
Margaret Mitchell |
Para no
volver a sentir hambre, sin dinero, Scarlett O´Hara se propuso alcanzar la
riqueza material sin importar pasar sobre los principios humanos. Explotaría a sus trabajadores y ella misma se metería
conscientemente, con cinismo, en el callejón del egoísmo y la neurosis.
Sabe que
este mundo tiene color, amor, amistad, fraternidad, solidaridad. Y sabe,
asimismo, que todo eso es bueno, y que ella misma se sentiría feliz en ese modo
de vivir, pero eso será mañana porque ahora se trata de hacer más dinero.
Por ahora
hay que conseguir riqueza a como dé lugar, comer hasta hartarse y vestir lo más
elegante posible para ir a las fiestas y
bailar hasta el amanecer.
Ese es el personaje prototipo de Margaret Mitchell (Atlanta, E.U. 1900-1949) en Lo que el viento se llevó.
Esta
excelente novela dejó colocados a todos sus personajes exactamente para una
segunda novela en donde todo apuntaba para la redención, para la llegada de la
felicidad de esa gran mujer que en el fondo era Scarlett O ´Hara.
Pero ya no hubo un mañana. La muerte sorprendió a Margaret Mitchell al ser atropellada por un automóvil.
Y podemos encontrar
aquí también la póstuma enseñanza que nos dejó Margaret Mitchell: no esperar hasta mañana
para ser felices.
Séneca había
anticipado: “¿Quien te asegura que habrá un mañana.”
Séneca es el personaje histórico que se tiene como la culminación de la larga cadena de la filosofía griega y romana. Es el que acaba diciendo:
“Aprendamos a
aumentar la continencia, a enfrenar la demasía, a templar la gula, a mitigar la
ira, a mirar con buenos ojos la pobreza y a reverenciar la templanza, y aunque
nos cueste vergüenza el dar a nuestros deseos remedios poco costosos,
aprendamos a encarcelar las desenfrenadas esperanzas, y el ánimo que se levanta
a lo futuro. Procuremos alcanzar las riquezas de nosotros mismos, y no de la
fortuna.”
“Lucio Anneo
Séneca (Latín: Lucius
Annæus Seneca), llamado Séneca el Joven (4 a. C.
– 65) fue un filósofo, político, orador y escritor romano
conocido por sus obras de carácter moralista. Hijo del orador Marco Anneo Séneca, fue Cuestor, Pretor y Senador
del Imperio Romano durante los gobiernos de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón, además de
Ministro,
tutor y consejero del emperador Nerón.”
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