Este
emperador romano dijo cosas en el siglo dos, del cristianismo, que son vigentes
en el siglo veintiuno.
Físicamente
llegamos a las estrellas pero en otros aspectos seguimos como entonces.”En
otros aspectos” podemos llamarlo éticamente si somos laicos o moralmente si
somos gente de alguna religión positiva.
La ética y
la religión, y las religiones positivas entre sí, y las filosofías entre sí, no son
enemigas, todo eso tiende hacia el bien por diferentes caminos y no hay porque
perderse en el laberinto.
Los sistemas
de virtud mensurable del paganismo, y las espirituales inmensurables del
cristianismo, fueron vigentes entonces y siguen vigentes ahora.
¿Por qué entonces la maldad parece desbordar
toda clase de instituciones?
Cada día
nacen niños y niñas en tal número que no caben en las universidades
ni en los templos y ni siquiera los
sistemas pedagógicos a distancia son suficientes. Apenas en la Edad Media el planeta
todo estaba habitado por cien millones y ahora somos más de seis mil millones.
En ninguna parte hay el número suficiente de profesores, de aulas, ni de sacerdotes para orientar.
Si reducimos
la escala del mapa, como hacen los topógrafos, encontramos una escala más
humanamente entendible para cualquier responsable de familia. No es lo mismo
educar a un hijo que a diez.
Y aun teniendo posibilidades se obliga, esa es la palabra, se obliga a los hijos ir a la universidad para que posteriormente puedan competir en el mercado del trabajo.
Y aun teniendo posibilidades se obliga, esa es la palabra, se obliga a los hijos ir a la universidad para que posteriormente puedan competir en el mercado del trabajo.
Pero no se
les obliga ir al templo para superar al sinanthropus
que llevamos dentro. Y a los tratados de ética se les ve como librotes
obsoletos llenos de polvo.
Entre los
valores de virtud de los paganos de entonces y los del cristianismo no hay
abismos insalvables. Eso lo vio con claridad san Jerónimo al decir que “los
estoicos están casi siempre de acuerdo con nuestros dogmas.”
A las
religiones se les ve desde lejos. A los filósofos se les tiene como individuos
que hasta hace poco empezaron a bañarse.
¿Dónde están los dioses? Le preguntaban a Marco Aurelio, y respondía que están por todos lados y se les descubre por sus manifestaciones.
¿Dónde están los dioses? Le preguntaban a Marco Aurelio, y respondía que están por todos lados y se les descubre por sus manifestaciones.
Como un niño
que, al despertar, ve en su camita el regalo que le dejaron sus padres mientras
dormía. No los ve directamente pero ve su realidad a través del obsequio.
También los
ve, sin verlos, a través de su desatención para él. O, peor a un, de su
maltrato.
Así responde
Marco Aurelio (en Pensamientos) a los que le dicen que los dioses no se ven por ningún lado: “A
los que inquieren aun: ¿Dónde viste a los dioses, o de dónde estás cierto de su
existencia, como para honrarlos? Por las señales de su poder que experimento a
cada momento, comprendo sus existencia y los venero.”
Como en
filosofía todo parece formarse por dicotomías, vale preguntar ¿cuál es lo contrario
de los dioses bienhechores, los demonios, como se dice en el catecismo para los niños? Esos seres feos de alas
negras que vuelan por las cavernas de la Divina Comedia.
¿También
crees en la existencia de los demonios? ¿Cuáles son los demonios, para el catecismo
de los adultos? Cualquiera puede
constatarlo. Basta que viaje en este otoño, de 2014, al pueblo de Ayotzinapa,
Estado de Guerrero, México, y pregunte a las madres, de los 43 estudiantes
desaparecidos, sino existen los demonios.
Por eso Marco
Aurelio recomendaba “tener siempre en la memoria alguno de los antiguos que
haya practicado la virtud.”
Y, agregaba,
practicarlo, no sólo tenerlo en la memoria: “No podrás enseñar a escribir ni a
leer sin antes haberlo aprendido. Con
mayor razón en la vida.”
“Marco Aurelio Antonino Augusto2
(apodado el Sabio) (26 de abril
de 1213
– 17 de
marzo de 180)
nacido en Roma, fue emperador del Imperio
romano desde el año 161
hasta el año de su muerte en 180. Fue el último de los llamados Cinco Buenos Emperadores, tercero de los
emperadores de origen hispano4 y
está considerado como una de las figuras más representativas de la filosofía
estoica.”WIKIPEDIA
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