J.H.NEWMAN, DISPOSICIÓN PROPEDEUTICA PARA LLEGAR A LAS ISLAS FELICES


 

Newman fue un hombre de Iglesia, primero anglicano y al final católico.1801-1890.Es autor de un sistema de pensamiento ajustado a la filosofía pero, en ocasiones, no puede evitar el cambio de engrane hacia la apologética.

La fe es acción y casi no deja tiempo para investigar sobre las razones de la fe, esto visto  desde el solar nativo de la filosofía.

Saber de memoria la Biblia, sin los hechos benéficos para la comunidad, a nadie hace santos.
 
La razón  sería la disposición propedéutica para asomarse a los cielos perennes. No, esta vez, en la hagiografía, que es la historia de la vida de los santos.

Estos ya tiene la luz verde del semáforo para trasponer las celestes puertas pero, ¿el humano, cargado de pulsiones, necesidades legítimas y ambiciones patológicas, y, también mirando esperanzado a la posibilidad de mundos espirituales?

Puede orientarnos el atleta que entrena  para correr el Maratón Internacional que tendrá lugar el próximo verano en la ciudad de…En otras palabras, en tanto llega el maratón él hace lo suyo: correr. Y en todo caso esto es lo que importa.

A diferencia de los profesionales que participan por el premio, y la foto en la revista especializada, él lo hace por conservar la salud psicofísica. Está consciente que el maratón es la meta  pero, entre tanto, decimos tautológicamente, él hace lo necesario. Moverse, ejercitarse.

 Es lo que escribe Jasper, que la realización histórica del hombre está en el hacer, no en el haber llegado. El que llega se anquilosa, le crece la barriga y...

 Es la esencia del verbo filosofar, echarme la mochila al hombro y partir hacia la montaña y, como decía Emerson, si tenemos suerte hasta puede que nos perdamos  media hora en el bosque (la experiencia personal es que nos hemos perdido hasta un día entero en las montañas de Pachuca, Hidalgo, México).En estas condiciones llegar a la cumbre es lo de menos: ya escalamos y caminamos toda la jornada. Jasper:

"Filosofar quiere decir: ir de camino. Sus preguntas son más esenciales que sus respuestas, y toda respuesta se convierte en una nueva pregunta."
(Karl Jasper, La filosofía Cap.1)

Volviendo a Newman, aun los escépticos, esos que buscan y buscan, como Schopenhauer, están de acuerdo en que la única llave para abrir las puertas del Paraíso es la caridad.

Se trata de un esfuerzo desde la fenomenología  hacia la reflexión vital.

Los procesos de la fe como los ejercicios de la razón, van en la misma nave, el humano, y, dice Frederick Coplestón “La Naturaleza ha puesto en nosotros la necesidad de creer en ellos.”

F. Copleston, Vol. 4, capítulo VIII-epílogo.

En una de sus novelas Ana C. dice que “Todas las cosas están impregnadas de signos y símbolos para que los hombres puedan descubrir  el reflejo de lo divino.”

Parece que no hay modo de hacerse el desentendido. Si creo, ya estoy validando el pensamiento escéptico, sino creo, estoy frente a la posibilidad de la existencia noumenica.

Todo indica que el  estilo de la vida es actuar y después investigar por qué actuamos. Y, si no investigamos, ya actuamos, que es lo que en el fondo importa.

En la primera escalada de su vida, el individuo alarga los brazos y busca dónde poner la bota. Luego investigará más puntualmente, lo que hasta entonces es pura intuición, que se las está viendo con eso que no se juega, y  llaman presión-gravedad atmosférica.

Los humanos llevan  800 años subiendo
montañas, en plan deportivo, y
todavía no saben con certeza
por qué lo hace.
Lo cual no importa en tanto sigan
subiendo montañas.

En la ladera norte del monte Chichimeco,
 saliendo desde el poblado Jacal,
al fondo el Pico de Orizaba (5,700m), México
 Una clase  de empirismo precede a la investigación. El empirismo actúa ya, en cambio la investigación del hecho puede tomarse su tiempo.

Es lo que, citando  un pensamiento de Locke, Copleston anota “si nos negáramos a comer hasta que nos hubieran demostrado que la comida nos iba alimentar, no comeríamos nada”

Newman además del análisis fenomenológico, exigido por la filosofía, pone en la mesa de las proposiciones a la conciencia como otra  vía para llegar al mundo exterior inmenso   “debo entrar dentro de mí y oír la voz de Dios que  se manifiesta a sí mismo en la voz de la conciencia.”

Sin cuerpo no hay razón y la razón es necesaria, entre otras cosas, más allá de las inmediatas, como sostén para las vitales, la caridad, la primera.

La primera porque sin la caridad todo es una pura palabrería. Aquí se le arrebata la bandera al narcisismo para proyectarla hacia mundos inmateriales.

I.M.Bochenski, en  La filosofía actual, dice de la atención necesaria del cuerpo “El hombre  por su cuerpo  y por su funciones orgánicas, hace compañía a los animales, abarca funciones vegetativas y fisicoquímicas. El espíritu depende, sin duda algún, del organismo, una ligera perturbación de los centros nerviosos lo puede incapacitar.”

Jean Wahl, en su valiosa Introducción a la filosofía, señala a la razón como puente para aspirar llegar a las Islas Felices:

 “La razón es la más alta de las facultades del espíritu, aquella por medio de la cual unificamos cuanto nos es  posible las ideas y por medio de la cual pasamos a las ideas metafísicas del mundo, el alma y Dios…De la evolución entera de la filosofía alemana desde Kant puede  decirse que es el intento hecho por la razón para triunfar sobre el entendimiento y revisar la concepción kantiana a fin de  mostrar que podemos hacer presa en las realidades metafísicas mediante el uso de la razón.”

En 1839 John Henry Newman, en un sermón universitario predicado en Oxford, insiste en que la fe es un ejercicio de la razón porque “afirma una cosa a causa de otra…Un reconocimiento de la realidad de las cosas, que no nos proporcionan los sentidos, por lo cual en cierto sentido la existencia de Dios es inferida.” 
Newman

 "John Henry Newman, C.O. (Londres, 21 de febrero de 1801 - Birmingham, 11 de agosto de 1890) fue un presbítero anglicano convertido al catolicismo en 1845, más tarde fue elevado a la dignidad de cardenal por el papa León XIII y beatificado en 2010 en una ceremonía que presidió el Papa Benedicto XVI en el Reino Unido. En su juventud fue una importante figura del Movimiento de Oxford, el cual aspiraba a que la Iglesia de Inglaterra volviera a sus raíces católicas. Sus estudios le llevaron a convertirse a la fe de la Iglesia Católica. Durante ambos períodos, tanto como anglicano como católico, Newman escribió importantes libros, entre ellos Vía Media, Ensayo sobre el Desarrollo de la Doctrina Cristiana, Apologia Pro Vita Sua, y Grammar of Assent. Sus restos se encuentran actualmente enterrados en el pequeño cementerio católico de Rednal, cerca de Birmingham, pero está previsto que sean inhumados de nuevo y trasladados al Oratorio de Birmingham." WIKIPEDIA

 

 

 

 

 

 

 

 

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Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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