Macbeth vivía tranquilo y agradecido con su rey al que le debía honores. Pero la ambición de su esposa lo empujó a pensar en matarlo para que Macbeth ocupar su lugar. Duncan decide que Malcolm, su hijo, le suceda en el trono. Es el momento en que Macbeth, que de algún modo abrigaba la esperanza de llegar a ocupar el trono de Duncan, a la muerte (natural) de éste, se ve contrariado.
Pero también casi horrorizado al descubrir que en él se mueven fuerzas oscuras poderosas: “Se presenta un obstáculo que detiene mi avance, o que debo saltar si sigo hacia delante. Ciéguense las estrellas. Que su luz no ilumine mis oscuros deseos. Que mis ojos no miren lo que harán estas manos.
Que se cumpla, no obstante, lo que odiarán los ojos si llega a realizarse” .
Es en ocasión de una visita que el rey Duncan hace al castillo de Macbeth, que Lady Macbeth, urge a su esposo a que lo mate: “Jamás verá el mañana!...Para engañar al mundo hay que ser como el mundo… aparenta el aspecto de la inocente flor, pero sé la serpiente que bajo ella se oculta. Del que está por llegar debemos ocuparnos”.
Hasta ese momento Macbeth es sensato y habla con reconocimiento de la persona del rey Duncan: “Seguir con este asunto es imposible. De honores me ha colmado. He adquirido una fama dorada entre las gentes y quisiera lucirla con todo su esplendor en vez de desecharla con tanta rapidez”.
Su esposa lo azuza: “ “¿A pesar de que quieres poseer lo que estimas ornato de la vida , como un cobarde vives ante tus propios ojos dejando el no me atrevo en pos del yo quisiera, igual al pobre gato que por temor al agua se queda sin pescado”.
Cuando Macbeth por fin lleva a cabo el regicidio, empieza a matar para culpar a otros. Culpa de la muerte a los dos guardias del rey. Macbeth también asesina a los guardias para callarlos.
Malcolm y Donalbain, los hijos de Duncan se sienten inseguros. Donalbain dice: “Aquí, bajo las sonrisas se ocultan los puñales”. Malcolm decide irse a Inglaterra y Donalbain para Irlanda.
Macbeth sigue matando para permanecer en el poder. Banquo es otro general del ejército de Escocia que, ante todo el ambiente de crímenes que ha provocado Macbeth en la corte, se cree llamado a ocupar el trono. Macbeth decide enviar a los asesinos para que también lo maten. Aquí Shakespeare ofrece una pincelada maestra de psicología. Cuando Macbeth envía al asesino, este le asegura su profesionalismo y que cumplirá con su cometido: “Yo soy un hombre, Alteza, a quien los viles golpes o insultos de este mundo han ofendido tanto que ya no me da miedo hacer lo necesario para ofender al mundo”. En efecto, Banquo es asesinado.
En esta parte del relato Shakespeare introduce al espíritu de Banquo, al estilo de Hamlet, e inquieta a Macbeth. Sirve para descubrir el estado de perturbación mental en el que se encuentra ya Macbeth., provocado por tantos crímenes que ha cometido.
Finalmente Macduff, un noble consigue ayuda del monarca de Inglaterra para ir contra Macbeth.
El ambiente de la corte se convierte en algo insoportable para el mismo Macbeth y para los demás. En “Antonio y Cleopatra” Shakespeare escribió: “La Historia nos enseña que ningún hombre sigue siendo deseado una vez que ha conquistado el poder”.
La ambiciosa esposa tampoco soporta el cauce que han seguido los acontecimientos y muere. Cuando enferma llaman al médico. Una dama de compañía suya le informa que tiene obsesión de la suciedad: “Eso es corriente en ella; como si se tratara de lavarse las manos. La he visto hacerlo durante un cuarto de hora”. Y Lady Macbeth exclama: “Siempre está aquí el olor. Ni todos los perfumes de Arabia purificarán esta pequeña mano mía”. Enseguida muere.
En ese momento entra un mensajero y le dice a Macbeth que el bosque empezaba a moverse. Una bruja le había vaticinado a Macbeth que moriría cuando el bosque se acercara a él. Desde entonces permanecía en el interiore de su castillo. Las ramas que se acercaban eran Malcolm, hijo del rey Duncan, acompañado de otros nobles de Escocia.y del ejército inglés, y lo hacían cubiertos de ramas de arbustos, en camuflaje, hacia el castillo de Macbeth.
Los bandos entran en combate. Macbeth sostiene un duelo con Macduff. Al final esta actitud valiente es la que, según la ética guerrera de la época, lavará la sangre de todos los asesinatos cometidos por Macbeth. Macduff, el noble de Escocia, da muerte a Macbeth y le corta la cabeza.
Siward, conde de Northumberland, general de las tropas inglesas, es proclamado rey de Escocia. Pregunta cómo murió Macbeth. Peleando cara a cara. Y Siward exclama en su honor: “¡Pues entonces que sea un soldado de Dios! Tuviera tantos hijos como cabellos tengo. A todos desearía una muerte tan bella¡ Que éste sea su réquiem!
Con Shakespeare se cierran los tiempos. Así lo dice uno de sus biógrafos. No hubo un escritor tan grande como él ni lo hay ni lo habrá: “Es el escritor más grande de todos los tiempos”. Lo cierto es que cuando la psicología, como ciencia, estaba en pañales en el siglo dieciséis, este escritor pudo hurgar muy hondo en la mentalidad del humano, le fue posible describirla de manera extraordinaria sobre el papel y, por si esto no bastara, interpretó sobre el escenario del teatro alguno de los personajes que había creado.
Y, sin embargo, al igual que con Homero y con Bruno Traven, algunos escritores, contemporáneos de Shakespeare, aseguran que éste ni siquiera existió. Fue, decían, algún poeta ilustre de su tiempo, deseoso de pasar anónimo. O bien algún mecenas culto, que decidió en algún momento, para tener más libertad de creación frente a los poderes políticos, y también frente a los prejuicios de los protestantes puritanos que tanto fastidiaban cerrando teatros, decidió ponerse el seudónimo de “William Shakespeare”.
Es como negar la existencia antropomorfa por medio de lo cual la gente deshumaniza a sus autores favoritos y los mete en la dimensión de la leyenda.
Sin embargo este autor tiene un árbol genealógico. Asimismo, los nombres de los padres y de sus familiares posteriores. Shakespeare nació el 23 de abril de 1564 y fue bautizado al día siguiente en Stratford-upon-Avon. Fue hijo de un próspero comerciante y de Mary Arden, hija de un terrateniente católico. Los biógrafos destacan esto de católico por tratarse de que el cristianismo romano era en ese tiempo una situación excepcional, debido a la reforma protestante instituida desde el trono de Inglaterra. 52 años más tarde, el 23 de abril de 1616, sería enterrado en ese mismo templo de Stratford.
De creencias religiosas cristianas muy cerca a Roma, su vida en la corte de Inglaterra, donde se encontraban los mecenas tanto para artistas como para financiar las representaciones de sus obras, fue difícil. La reina apoyaba a los grupos de teatro pero los puritanos perseguían a la gente de teatro por considerarla de moral relajada. La desinhibición necesaria para la gente de teatro la tomaban como degeneración de las costumbres de la sociedad en general. Este fue el ambiente político y cultural en el que se movió Shakespeare:
“Los puritanos actuaban conforma a los preceptos de Lutero o Calvino y defendían unos valores morales muy estrictos. Pronto los puritanos ingleses pusieron sus miras en acabar con los espectáculos y las funciones teatrales, por encontrarlos moralmente despreciables. A partir de 1590 la influencia puritana en las provincias inglesas se agudizó y este aumento se apreciaba especialmente en Londres” ( Shakespeare, Má. José Rodríguez, Edimat, Libros, S.A.)
Durante el reinado de Isabel I, el tiempo de Shakespeare, las obras de teatro, los inmuebles y el ambiente fueron propicios para el arte de la representación teatral. Se le conoce como la época del teatro isabelino. Si bien las condiciones generales del reino dificultaban el libre desarrollo de la representación teatral. El padre de Isabel I fue Enrique VIII que protagonizó una ruptura tajante con Roma.
Parte de la biografía de Shakespeare posee, al igual que todos los grandes poetas, un gran poder de síntesis; escribía con todo el idioma y contaba con un léxico matizado y extensísimo. Cuidó la estilización retórica de su verso blanco, con frecuencia algo inserto en la tradición conceptista barroca del Eufuismo, por lo que en la actualidad es bastante difícil de entender y descifrar incluso para los mismos ingleses; rehuyó sin embargo conscientemente las simetrías retóricas, las oposiciones demasiado evidentes de términos. Su estilo es el asiento sobre el que reposa su fama y prestigio como pulidor e inventor de neologismos comparables a los de otros dramaturgos y poetas de su época de renombrad a trayectoria, como los españoles Miguel de Cervantes, Lope de Vega y Luis de Góngora
- . Comedias:
- La comedia de las equivocaciones, 1592-1593
- La fierecilla domada, 1593
- Trabajos de amor perdidos, 1594
- Los dos hidalgos de Verona, 1594
- El sueño de una noche de verano, 1595-1596
- El mercader de Venecia, 1596-1597
- Mucho ruido y pocas nueces, 1598-1599
- Las alegres casadas de Windsor, 1599
- Como gustéis, 1599-1600
- Noche de Reyes, 1600
- A buen fin no hay mal principio, 1602
- Troilo y Cressida, 1602
- Medida por medida, 1604-1605
- Pericles, príncipe de Tiro, 1608
- Cimbelino, 1610
- Cuento de invierno, 1610
- La tempestad, 1613
- Tragedias:
- Titus Andronicus, 1594
- Romeo y Julieta, 1595
- Julio César, 1600
- Hamlet, 1600-1601
- Otelo, 1602
- El rey Lear, 1605
- Macbeth, 1605-1606
- Antonio y Cleopatra, 1606-1607
- Coriolano, 1608
- Timón de Atenas, 1608
- Historias:
- Enrique VI, 1592
- Ricardo III, 1593
- Ricardo II, 1595
- Enrique IV, 1597
- Enrique V, 1598
- El Rey Juan, 1597
- Enrique VIII, 1613
- Poesía:
- Venus y Adonis, 1593
- La violación de Lucrecia, 1594
- Sonetos, 1600-1609
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