Los resultados de este viaje se publicaron originalmente en sueco. Tal circunstancia causó que el libro fuera entonces escasamente conocido en América. Carlos F. Stubbe, por encargo del Instituto Miguel Lillo, lo tradujo al español (en México a este idioma se le llama español en tanto que en España se le llama castellano).La edición era muy costosa por el acabado fino que se le dio. Fue gracias a la donación, anónima, de un industrial sueco, que fue posible su publicación. Fue editado en la Imprenta de la Universidad Nacional de Tucumán, de la provincia de San Miguel de Tucumán.
A partir de Salta van encontrando un mundo preargentino y otro argentino que los deja asombrados por su riqueza cultural, su belleza orografica y etnográfica. Avanzaron más al norte hasta la Puna de Jujuy.
Tres de la expedición subieron al monte Chañí, de 6,100 metros de altitud. Siguieron una vía sencilla y conocida pues en la antigüedad esta montaña era ascendida hasta su cumbre para adorar a la diosa Pachamama. Si bien experimentaron fuertemente los malestares propios de la falta de oxigeno debido a la altura. Al explorar las cumbres uno de ellos anota en su diario: “Me encontré al borde de un abismo de 1000 metros de profundidad”.
En la cima encontraron algunos restos arqueológicos: “Es posible que la cima más elevada del Chañí haya sido un lugar de sacrificios, ya que tanto los muros de piedra, como la leña de cardón, los fragmentos de alfarería y la cuenta así lo indican”.
Esta bella obra de antropología fue editada en Estocolmo en 1916. Se publicó en español en Tucumán, Argentina, en 1957. Esta última en papel couché, con un acabado en la impresión de texto y grabados de mucha calidad para su tiempo. Con los nuevos materiales, que buscan la economía, ese libro ahora es de súper lujo. Su título original es En Förgangen Värld y lleva en español Un mundo que se va. El nombre del capítulo XIV es Un mundo desaparecido.
Más o menos por esa época cayó en mis manos un ejemplar de esta obra. Desde entonces lo conservo como si se tratara de un códice azteca. Quiero decir como algo especial. Y puedo agregarle muy especial.De algún modo este libro de Rosen es un códice aymará, por llamarlo de algún nombre indio de esas latitudes. Con el tiempo este libro me inspiró un viaje a la provincia de Jujuy, con la intención de escalar ese “abismo de 1000 metros” del monte Chañí.
Fue en el verano argentino (invierno mexicano) de 1974. Acabábamos de ascender el filo noreste del monte Aconcagua (era la ascensión número siete a partir de su conquista en 1934 por los polacos), en una expedición de carácter oficial, financiada directamente por el presidente de México Luis Echeverría Álvarez. La expedición era de 14 escaladores experimentados y contábamos con equipo para escalar abundante y moderno. Unos querían ir a las paredes de Patagonia. Pero el recuerdo del libro de Eric von Rosen me inspiró para imponerme y fuimos al monte Chañí.
Pero no pasamos de la ciudad de San Salvador. El mal tiempo se había desatado a la sazón en el norte del país con mucha fuerza y durante varios días. Simplemente consideramos inútil acercarse a la montaña. Como no disponíamos de mucho tiempo regresamos a Buenos Aires. En ese tiempo no había relaciones diplomáticas con Chile y los vuelos internacionales eran desde la capital argentina.
Muestro algunas fotografías tomadas del libro de Eric von Rosen.
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