Miguel de Unamuno y las Dos madres

 El hombre que tenga que ver con dos mujeres a la vez va a ser triturado como un haz de hierbas entre dos engranes de acero. Eso dice Miguel de Unamuno en su novela Dos madres. Si insiste en permanecer en esa situación perecerá literalmente, O al menos en lo que corresponde en su panorama de libertad. Este se irá reduciendo. Hay libre albedrío (no libertad jurídica) para entrar el laberinto. Pero una vez dentro hay que obedecer las reglas del laberinto. Piénsese en la vida matrimonial de Tolstoi, por ejemplo. Para huir de ella tuvo que huir de su casa cuando era ya anciano y se encontraba muy minado de su salud.

Igual le pasó a Hércules, en la obra Las Traquinias, de Sófocles.Se vió enmedio de dos mujeres y fue destruido. Igual le sucedió a Neoptolomeo, hijo de Ulises, en la tragedia Andrómaca, de Eurípides. Dos mujeres y sus días estaban contados, aunque una fuera la reina y la otra la escalava, no tuvo salvación. En esta obra alguien exclama: "¡Gran mal has dicho:varón con dos mujeres!" A Abraham no le fue mejor con Sara y su esclava.

Recuérdese la vida amorosa tan enredada de Ernest Hemingway,Premio Nobel de Literatura.Es un documento por demás realista que confirma de qué manera podemos enredar tanto nuestra vida besando en dos bocas a la vez.Lejos de tratarse de una observación, desde el puritanismo, es comprobar que con la tradición monogámica de la cultura occidental no se juega.

Siempre se juega, pero el, o la,  que lo hace, queda parado en un lugar altamente vulnerable( que envuelve al menos tres vidas sino es que a dos familias enteras) Quien conoce esta biogrfía sabe que, al igual que Juan, el personaje de Unamuno, en la vida real el gran novelista norteamericano también acabó saltando hacia la nada. 

En la película Ricos, casados e infieles (Town &Country) dirigida por Peter Chelsom, Estados Unidos,2001, el arquitecto Porter, casado con Ellie, durante varios felices y apacibles años, se enreda con otra mujer,Mona,que es la ex esposa de su mejor amigo. Dentro de un ambiente ligero y hasta de risas, la vida del arquitecto entra en una dinámica de sustos y sinsabores nada envidiable. Por si fuera poco el arquitecto entra en relaciones amorosas con otra mujer, ésta de profesión concertista, y la vida se le vuelve todo un lío.

Se puede prolongar al infinito casos como los anteriores. Uno más de tiempos recientes: Un hombre con dos mujeres puede verse en la película Married why did, get, dirigida por  Tyler Perry y estrenada en 2007. Se ve a Marco jaloneado por dos mujeres: su esposa Ángela y su otra mujer,a tal punto que ya le cuesta trabajo comer en su casa por el temor a  ser envenenado por su esposa.Ésta lo ama y él también la ama.Pero tiene dos hijos chicos con la otra y el triángulo no puede desbaratarse.En ocasiones,desesperado,se va caminar solo por las calles...

Enamorarse,con Robert de Niro,1984, o Atracción fatal,con Michael Douglas, 1987...La que más se acerca a lo de Unamuno es Entre dos amores, 1994,del director Mark Rydell y protagonista Richard Gere. Aquí también el hombre, tremendamente atormentado entre sus dos mujeres, acaba saltando hacia el barranco...



En México la mujer que se siente engañada (es decir, las dos) le proporciona al infiel una yerba que le va  administrando lentamente, en la comida, y al cabo de un tiempo sus neuronas están hechas  añicos y acaba en el manicomio.

La tesis es que el mundo, la ciudad, la sociedad, es en realidad el campus de la mujer. El hombre hará berrinches y gritará. Creerá que domina la situación. Pero no pasará de ser un niño tironeado por dos mujeres. .Un hijo jaloneado por dos madres. Juan, el personaje de este relato, ve a las dos mujeres como mujeres. Pero ellas lo ven como si fuera su hijo. Al menos eso va a hacer Raquel, la mujer que no puede tener hijos: “ ven; ven, Juan, ven!;Hijo mío Hijo mío! ¿Para qué quiero más hijo que tú? ¿No eres mi hijo?”.
Esta idea la tomó Unamuno del episodio bíblico de las dos mujeres que aseguraba frente a Salomón ser cada una la madre de un mismo niño. De aquí el título de este trabajo de Unamuno: “Dos madres” Sólo que en la Biblia el niño tenía un defensor que lo protegía con su sabiduría. Fuera de ese ámbito el hombre que se cree dominador perecerá. Al menos  así sucedió a don Juan el personaje varón de este relato.

Miguel de Unamuno
Juan vive con Raquel, una mujer viuda pero él quiere a Berta, una muchacha soltera. No sabe que Berta está enamorada de Raquel: “De quien estaba Berta perdidamente enamorada era de Raquel. Raquel era su ídolo”.
Esta novela de Unamuno es corta en términos de cuartillas, más bien se trata de un cuento largo. Sin embargo tiene varios temas que uno solo de ellos le da materia para un trabajo extenso. Da la impresión que en esta obra al autor le faltó tiempo y espacio para un mejor desarrollo de los asuntos insinuados. Parecería que es más bien como un prontuario en el que se anuncia una multiplicidad de temas.

Por ejemplo el mencionado lesbianismo. Ocupa dos renglones y no se le toca más. Al final este lesbianismo se va a trastocar en una especie de enmarañado amor maternal.

Mediante un hábil proceder, Raquel se las ingenia para quedarse con la fortuna de su compañero Juan. No le interesa el dinero por sí, sino por la capacidad de intriga que éste le permite. Se las ingenia y al final tiene bajo su control las vidas de Juan, de Berta, con la que se ha casado Juan, y a la niña que tienen Berta y Juan. Pero tampoco los quiere destrozar con este control tan astutamente conseguido. Lo que quiere Raquel, la mujer estéril es tener tres hijos: Juan, Berta y Raquelita, la hija de estos.

Incapaz de encontrar la salida del laberinto, Juan muere. Juan huyó de las dos, y algo más. ¿Cómo fue ello? Sólo se supo que, habiendo salido en excursión hacia la sierra, en automóvil, lo volvieron a su casa moribundo y se murió en ella sin recobrar el conocimiento”. Sus amigos de paseo no saben si fue accidente y se salió del automóvil y cayó al barranco. O deliberadamente saltó hacia el abismo. Igual saltó Ana Karenina hacia las ruedas del tren. Ana Karenina es la antítesis Una mujer entre dos hombres. Lo mismo pasará con Madame Bovary de Flaubert.

Inteligentes tesis se han escrito de estos tres personajes:Juan, Ana Karenina y Madame Bovary, rompiendo moldes sociales y corriendo hacia la libertad. Sólo para caer en finales patológicos. Ninguno de estos actores alcanzó la altura del sentimiento nietzscheano, como para poder situarse por encima  de lo establecido, y perderse riendo por el boulevard...Ninguna es, ni de lejos, de la estatura de Medea,de Euripides- Ovidio-Carlile.Medea es una mujer,no una sombra.

En el caso de los hombres  superconquistadores sexuales sufren una profunda inseguridad sexual y, a través de las múltiples conquistas, buscan reafirmar su masculinidad. Lo mismo con las mujeres de amoríos múltiples. Su analfabetismo emocional,según Steckel,psiquiatra alemán del primer tercio del siglo veinte,las lleva a los amoríos múltiples la constante de una frigidez crónica.

En la  realidad el tema de la infidelidad conyugal es un lugar común y tan viejo como la humanidad.Sólo que en el hombre es un pecado en el plan religioso y una aberración juridica, en el civil, y un estigma cuando pasa al nivel social. En el caso de la mujer,en cambio,  se le llama  liberación. Una liberación elevada a nivel paradigmatico.

Berta quiere recuperar a su hijita y safarse de Raquel y toda esa situación pero, le dice Raquel “Con qué dinero vas a criar y a educar a Raquel”, Berta termina aceptándolo. Pero Raquel no olvida su papel de mujer estéril - madre y le dice que ella, Berta, necesita casarse Si lo hace, le dará una dote para que la entregue a su nuevo marido: “Si te vuelves a casar te dotaré Piénsalo No se está bien de viuda”


Dentro de la cultura occidental hay islas de convivencia social, tanto  laicas como religiosas y etnicas, que aceptan el matrimonio múltiple porque  sus canones son otros. Viven de acuerdo  a esos principios. Pero en la occidental es uno para una.Y una para uno. "Hasta que la muerte los separe", no el juez ni el Papa..

Habría que ver de qué lado hay menos psiquiatricos...



Sócrates, entre Xantipa y Diotima,prefirió la cicuta.Sabemos que,en su último día en la celda,compartiendo con sus amigos filósfos,que han preparado su huida, y la oportunidad que le da el Estado a cambio del destierro,el maestro acepta la muerte antes de burlar las leyes en las que había vivido toda su existencia,etc.El maestro externa en este caso  el pensamiento de querer librarse de esta "vida humana", lejos de los requerimientos del cuerpo,etc. Pero siempre queda la duda:¿sería de sus dos mujeres de las que quería librarse por medio de la cicuta?


Como sea, Sócrates en este caso también nos anuncia, nos previene, dos determinismos: 1) toda su sabiduría no pudo salvarlo de besar en dos bocas y,2) toda su sabiduría no fue suficiente para resistir los dos engranes de acero llamados Xantipa y Diotima y,  acabó bebiendo la cicuta...

Schopenhauer escribe que tener dos mujeres es como perseguir dos liebres (versión machista). Un hombre correteando dos mujeres...

Las mujeres  de la etnia hohokam, del desierto de Sonora-Arizona, invierten el ejemplo. Observan que la liebre corre en círculo, por lo que una cubre medio círculo y la otra el otro medio círculo. Hasta que la liebre caer rendida de cansancio (versión feminista).Dos mujeres correteando a un hombre...








“Miguel de Unamuno nació en la calle Ronda del casco viejo de Bilbao. Era el tercer hijo y primer varón, tras María Felisa y María Jesusa, del matrimonio habido entre el comerciante Félix de Unamuno Larraza y su sobrina carnal, Salomé Jugo Unamuno. Más tarde nacerán Félix, Susana y María Mercedes. A los diez años, al acabar sus primeros estudios en el colegio de San Nicolás y a punto de entrar en el instituto, asiste como testigo al asedio de su ciudad durante la Tercera Guerra Carlista, lo que luego reflejará en su primera novela, Paz en la guerra.
Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, obteniendo la calificación de notable en 1883, a sus veintiún años. Al año siguiente se doctora con una tesis sobre la lengua vasca: Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca. En ella anticipa su idea sobre el origen de los vascos, idea contraria a la que en los años venideros irá gestando el nacionalismo vasco, recién fundado por los hermanos Arana Goiri, que propugnará una raza vasca no contaminada por otras razas.
En 1884 comienza a trabajar en un colegio como profesor de latín y psicología, publica un artículo titulado «Del elemento alienígena en el idioma vasco» y otro costumbrista, «Guernica»”, Wikipedia

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Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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