La sabiduría de la vida
Schopenhauer
La juventud y la vejez son, en parecer de Schopenhauer,
semejante a un baile de máscaras cuando empieza y cuando después llega a su
fin. Convivimos con muchos de la manera más entusiasta pero al final son pocos
los que quedan. Y, como en esas representaciones cómicas del teatro, después
del final aun quedan un final más. Cuando el individuo mismo se va
desvaneciendo. Algo parecido a lo que hoy llamamos Alzheimer.
“Al término de la vida hay algo que recuerda el final de un baile de máscaras, cuando los enmascarados se retiran. En ese momento se ve cuáles eran aquellos con quienes se ha estado en contacto durante su vida. En efecto, los caracteres han salido a la luz, y las acciones han dado sus frutos, las obras han encontrado su exacta apreciación y todas las fantasmagorías se han desvanecido”.
Sin dejar de considerar a la risa y a la sonrisa,que bien pueden ser otras tantas máscaras. Recuérdese que la risa es tenida como una señal de higiene mental, un recurso terapéutico, en quien la posee. Pero también es cierto que hay José Fouché Y Josefinas Fouché que se la pasan sonriendo todo el día.Schopenhauer recuerda algo de Shakespeare en Hamlet: "Que se puede sonreir y sonreir y ser,no obstante, un villano."
Por lo demás el taller de la vida está ante nuestros ojos
todos los días. Y más valdría detenernos
a observarlo todavía como espectadores y no esperar a ser actores. Aun los otrora
famosos deportistas, así como el más
patológico solipsista, acaban usando
pañales y paseando por las calles en silla de ruedas accionadas por otros.
Es la etapa en la que se tiene conciencia que el mayor invento de la humanidad, hasta hoy, no es la nave espacial para explorar los universos. Es la taza del excusado. Llegado a cierta edad, según su actividad, su poltronería o su intrínseca condición física, el humano no puede flexionar las rodillas más allá de noventa grados…No espere cuarenta años para comprobar la anterior. Sólo observe a sus abuelitos.
“El tejido sobre el cual se ejerce toda esa fuerza y que la
mantiene en actividad, es decir, el contenido de los pensamientos y del saber, la experiencia, los
conocimientos, el ejercicio del discernimiento y la perfección que de aquí resulta:
toda esa materia es una cantidad que crece constantemente hasta el momento en que, sobreviene la
debilidad definitiva y, la inteligencia deja escaparlo todo.”
Estas consideraciones Schopenhauer las hace para que
tengamos claro que este día es el mejor de nuestra vida, porque naturalmente el
de mañana será menor.
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