A.N.WHITEHEAD, EN BUSCA DEL VERDADERO PLATÓN


 

 Platón es  la mamá de los pollitos en filosofía.

Lo dice Whitehead.

Provoca siempre una reacción cuando leemos que  la filosofía occidental no es más que un montón de  notas al pie de la filosofía de Platón.

Entenderíamos mejor esta expresión si decimos que el pensamiento  europeo es un conjunto de filosofías con una síntesis que se llama Platón.

Frederick Coplestón, en su monumental Historia de la filosofía, tomo VI, capítulo VII, anota: “La tradición al final resultó ser la dominante en la filosofía griega, o sea la tradición platónica.”

Platón no fue, y él jamás lo pretendería, ser de generación espontánea intelectualmente. No nació filósofo de cero. En el campo de las ideas nadie nace de cero por más original que se proclame, o lo proclamen sus secuaces.

 Ni siquiera los Presocráticos fueron los primero. Se perdieron en el tiempo los  que balbucearon ideas que los Presocráticos luego irían madurando.

Platón conoció, y tuvo influencias, de los Presocráticos, de los estoicos y de los pitagóricos, de los contemporáneos suyos y, desde luego, de Sócrates, su maestro:

“De Platón puede decirse que es en dos respectos el sucesor de los eléatas; en la importancia que  concede al raciocinio(o a la razón) y en su idea de que la razón alcanza lo inmutable…Combinó Platón las enseñanzas de los pitagóricos con las de los eléatas, aconsejando al filósofo ser matemático.”

(Jean Wahl, Introducción a la filosofía, capitulo IX)

Platón es lo que se dice, del que escribe una crónica de su tiempo, que rescata a la generación anterior a él y a la vez rescata a su generación. El tiempo pasa, las hojas escritas se las lleva el viento y la tradición oral, después de mil deformaciones, acaba por perderse y olvidarse.

Pensador original y de altos vuelos, Platón supo leer el pensamiento de los otros, entenderlos, enriquecerlos y plasmarlos. En ese sentido Platón le marcó un alto al caos,  rescató lo que pudo conocer, se sirvió de ello y lo dimensionó. Wahl:

“Podemos decir  que la filosofía de Platón es un resumen y una sublimación de las filosofías anteriores en lo que llamarían los hegelianos una síntesis más alta.”

Una de las cosas que distingue a Platón es su pensamiento universal. Sin duda hay otros grandes pensadores pero, son fenomenólogos  o son nouménicos. Platón es  todo eso antes que los otros nacieran.

Y se le estudia  debido a ese pensamiento ecléctico que va a impactar a la posteridad. Y si el pensador de la posteridad posee probidad intelectual, no va a olvidar poner “comillas” cuando cita  alguno de sus escritos o se apoya en alguna de sus tesis.

Whitehead, el gran hombre de ciencia y destacado filósofo, no se olvidó de las “comillas” cuando se refiere a Platón.

Wahl: “En cuanto a las ideas de Platón, pertenecen a la teoría de la realidad tanto como  a la del conocimiento.”

I.M.Bochenski, en La filosofía actual, señala su modo de escribir tan accesible a todos, tanto comunes como especializados: “Entre los filósofos profesionales no se encuentra ninguno cuyos trabajos se pudieran comparar con la sencillez que ofrecen los de Platón.”

No a todos los empiristas les acomoda reconocer que mucho antes ya había elaborado Platón sobre el materialismo: “Platón presenta, naturalmente, el mundo sensible. Del cual sabían tan poco los hombres en sus días, como un lugar de sombras y sueños.”

Lo mismo  los monadistas del campo cristiano, con poca información, se sorprenderían al saber que siglos atrás un griego llamado Platón hablaba ya del Uno, del Absoluto, de Dios.

Coplestón cita a Kant: “Platón, dice, Kant, postulaba una intuición de la divinidad en una existencia anterior como fuente de los conceptos puros y de los principios fundamentales del entendimiento.”

Schopenhauer se refiere a las teorías filosóficas contemporáneas que parecen haberse manifestado de “pronto”, velando el hecho que de alguna manera tiene relación con Platón, y que el estudio de la filosofía de Platón, como la de Aristóteles, no significan nada para ellos: “Pero quien no esté familiarizado con este estado de cosas puede a veces tener la sensación de que, de manera extraña, los decididamente más borricos se han consagrado a la ciencia de Platón y Aristóteles.”

(Schopenhauer, Parerga  y Paralipómena, Tomo I)

El relativismo radical de Spengler (La decadencia de occidente) dice que la filosofía sólo es la expresión de su época y que tal está marcada por los ciclos naturales con duración de 1000 años.

Según eso, el intelectualismo realista de Platón ha pasado la prueba y va para su tercer milenio. Bochenski: “Platón renace con A.N. Whitehead”(1861-1947)

Hermann Cohen (1842-1918) el fundador de la escuela de Marburgo “Cobró fama con sus trabajo sobre Platón”.

Hasta la teoría del conocimiento de Kant depende de la distinción que hace Platón ante las apariencias y cosas en sí, que es una teoría de la realidad.

Wahl menciona los intentos fallidos de Leibniz cuando habla de las mónadas con respecto al tema de la libertad. Algo que felizmente Kant remite al campo científico. Y que Wahl consigna:

PLATÓN
“Tocante a Kant, su solución nos recuerda mucho, al menos en parte, la solución aportada por Platón en la República. Según Kant, bajo el punto de vista científico están determinadas todas nuestras acciones.”

Aun el inconsciente colectivo de C. Jung tiene ecos de las ideas innatas de Platón. Supo Platón unir la antinomia sensible y espíritu. Wahl: “No hay nada en el entendimiento que no haya estado antes  en el sentido.”

Berkeley mismo pasó del empirismo  al panorama de las ideas platónicas: “En su última obra, Siris, abandona Berkeley  decididamente su posición empirista y, bajo la influencia de Platón y los neoplatónicos, afirma la realidad de todo un mundo de ideas intelectuales, racionales,”

Wahl menciona la primera manera en  que el pensamiento de Platón llegó hasta nosotros. Casi cinco siglos más tarde, de Platón, Séneca, va a estar hablando al modo platónico, en su contenido estoico.

De tal manera, no fue el cristianismo el que marcaba su pauta en el pensamiento de Roma, en el tiempo de Séneca, como arteramente se cree. Fue Platón que dejaba  su impronta en el cristianismo:

“Siguieron los neoplatónico- escribe Wahl- las ideas trazadas por Platón es la primera hipótesis del Parménides y el libro VII de la República, que interpretaron a la luz del Parménides, concibiendo un Uno, un Dios, un Absoluto superior a toda relación y a todo pensamiento. Desde Proclo, Filón, y Damascio, pasaron estas ideas a Dionisio el Areopagita y los místicos cristianos.”

Lo que conoce el mundo, y en alguna medida por desgracia  muchos  hemos participado, es a hipostasiarse nouménicos contra fenoménicos y viceversa. No se examinan las tesis con espíritu de diálogo propositivo, sino punitivo.

Como cuando éramos niños y sólo nuestras canicas tronaban.

Sucede en parte porque ahora los medios, los dispositivos electrónicos, tan abundantes, nos conducen a los seres vivientes. Todos ellos forman una intrincada red que “Inevitablemente, nos condiciona, nos hace pensar, reaccionar y conducirnos de una manera determinada, aun cuando nosotros estemos muy convencidos  de nuestra originalidad” Jordi Soler, El País, 28/3/2016.

La actitud ecuménica, a través de la historia de la filosofía, parece que es como debe entenderse el provocativo pensamiento, que al parecer  Whitehead  dijo primero:

“Toda la filosofía europea no es otra cosa que una serie de notas al pie de las páginas de Platón:” Citado por Bochenski, en el capítulo VII.

Pero Whitehead no se limitó a expresar este pensamiento que le ha dado la vuelta al mundo de la filosofía. Bochenski, luego de ofrecer los rasgos importantes de la biografía de Whitehead “filósofo anglosajón más destacado de nuestros días” particularmente con muchos años entregado a la enseñanza de las matemáticas en University College, de Londres, y ser uno de los fundadores de la moderna lógica matemática dice, dice Bochenski:

“Si por un lado aparece como muy moderno, uno de los filósofos más modernos, y más a la vanguardia en la actualidad, íntimamente familiarizado con la física, la matemática, la biología y la filosofía del siglo XX, mantiene al mismo tiempo su especulación filosófica en ese plano intemporal en que Platón planteó eso problemas.”

La gloria de Platón es que declara la existencia del Absoluto, del Uno, mediante su teoría de las ideas. Y también en el empirismo porque fue capaz de comprender que lo sublime del humano es precisamente su ignorancia.

En una de las más bellas páginas de Ortega y Gasset, en su libro ¿Qué es filosofía? lo expone de esta manera:

“se pregunta Platón: ¿qué ser es capaz de actividad cognoscitiva? No lo es el animal porque lo ignora todo, inclusive su ignorancia, y nada puede moverle  a salir de ella. Pero tampoco es Dios, que lo sabe ya todo de antemano y no tiene por qué esforzarse. Sólo un ser de intermisión, situado entre la bestia y Dios, dotado de ignorancia pero a la vez sabedor de esta ignorancia, se siente empujado a salir de ella y va en dinámico disparo, tenso, anhelante, de la ignorancia hacia la sabiduría. Es, pues, la gloria especifica del hombre saber que no sabe. Esto hace de él la bestia divina cargada de problemas.”

Eso es Platón, la bestia divina cargado de problemas y anhelante de sabiduría.

WHITEHEAD
 “Alfred North Whitehead, OM (Ramsgate, 15 de febrero de 1861 - Cambridge, Massachusetts, 30 de diciembre de 1947), fue un matemático y filósofo inglés.Nació en Ramsgate, (Kent, Inglaterra), y falleció en Cambridge, Massachusetts, (Estados Unidos). Publicó trabajos sobre álgebra, lógica, fundamentos de las matemáticas, filosofía de la ciencia, física, metafísica, epistemología y educación. El trabajo más conocido, del que es coautor con Bertrand Russell, es Principia Mathematica. En ese tiempo partiendo de una teoría relacionista (o más bien relativista) del espacio centró su epistemología en la naturaleza de las cosas. Mantuvo tal postura hasta la década de 1930. A partir de entonces su obra tomó visos más metafísicos.Whitehead fue profesor en las universidades de Londres y de Cambridge, donde destacó por sus estudios lógico-matemáticos. Luego en Estados Unidos fue director de la cátedra de filosofía en la Universidad de Harvard, y tuvo entre sus discípulos a Quine.”WIKIPEDIA

 

 

 

 

 

 

 

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Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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