Novela
EL VERANO PASADO EN EL DESIERTO DE
LOS HOHOKAM
Armando Altamira G.
1
I
Enciende la estufilla de gas cuando
reflexiona que es en el estante de libros en el que se respeta la libertad del
individuo. Selecciona según su medida. Decide si va por la vida cojeando y seguirá leyendo nada más lo suyo. O bien
lee de otros. Así también el historiador. Siempre tiende a eliminar tonos
grises de la fotografía. Historiadores que “conciben la historia”, en lugar de
nada más consignarla. El gran ejemplo entre nosotros es la historia de la
guerra de independencia. Estábamos acostumbrados a unos héroes, nimbados de
gloria. Cuando otros historiadores los presentaron de carne y hueso, humanos,
esa historia nos pareció algo abominable. Todas nuestras épocas tienen esos
personajes. Con una cabeza en el cielo y los pies en el pantano. Humanos. Pero
los historiadores nuestros se empeñan en
que bien se encuentran en el cielo o bien en el pantano. No hay medias tintas.
Personajes que no son humanos. Diablos o ángeles.
Parece que es de siempre,
reflexionó, esto de los modos de
interpretar la historia. El viejo Heráclito criticaba muy duramente a Homero y
a Hesíodo por dar por cierto cosas que no fueron, e ignorar las que si sucedieron. Escritores tan cuidadosos como Jorge J.E.
García creen que es difícil concebir un trabajo filosófico o hasta histórico
tan saneado como para que no se cuele en el texto algún juicio valorativo o
supuesto filosófico.
Fuerzas ciegas azotaban su tienda y
ella toda conciencia dentro de la noche negra de tormenta de nieve. “Teetetes”
dijo en voz alta casi sin pensarlo (tal vez el haber evocado a Jorge J.E.
García había traído ese pensamiento). Era Teetetes un ser perfecto y acabado,
como medida de todas las cosas. Y allá afuera en la montaña todo se
transforma...Casi de manera automática se acordó de Sócrates: un perro, que
también es capaz de sensaciones, también podría ser la medida de todas las
cosas...Divertida, más que nada, levantó la mirilla y vio sin poder distinguir
el drama (más bien lo escuchó), del exterior sirviéndose de los relámpagos y
escuchando unos segundos después el trueno aterrador que se estrellaba en
alguna parte de la cordillera. Volvió a su saco de dormir y cerró los ojos. ¡Ya
no existía la tormenta! Volvió a levantar la mirilla y, tapándose un ojo dijo
que, en efecto, ya no existía la tormenta. Pero, con el ojo que tenía sin tapar y abierto sí
existía la tormenta. De pronto rompió en carcajada que debió escucharse hasta
lo alto del glaciar. ¿Cómo pudieron pensar tanto esos griegos? ¿No tenían televisor ni
celular?
El glaciar se había movido unos
centímetros en los días que Toci había levantado su tienda en la explanada
arenosa contigua.
Hasta esa masa helada de nieve blanquísima,
ahora algo sucia por el polvo que el viento enviaba desde el valle hacia las alturas,
le recordaba a Cork. En la cara sur del Ameghino le había dicho que Protágoras,
al resistirse aceptar el Ser como algo inmutable, estaba proclamando la idea
del movimiento. “El hielo se mueve”, pensó.
Para eso era requisito, le había
recomendado Cork, mantenerse alejada de los “círculos” y las “escuelas” y las
“generaciones”. Y le repetía lo que a
este respecto decía Sócrates, que los
verdaderos pensadores ignoran desde su juventud el camino que conduce a la
plaza pública, a los tribunales, donde se administra justicia, el paraje donde
se reúne el Senado, y los sitios donde se reúnen las asambleas populares. Hay un lugar en el que el gran calor del grupo
social entra en descomposición sin apenas notarlo al principio...
No existía duda alguna que Cork
acabaría viviendo para siempre entre los cinco metros de tela que ella se ponía
en derredor de su cuerpo, como vestido, según era costumbre milenaria de su
etnia, cuando estaba en su pueblo al pie del Nevado de Toluca. Si bien,
necesitaba una estrategia para llevárselo hasta su telaraña. Conocía mucho de
la mentalidad femenina y eso le dificultaba a ella la tarea. A temprana edad
Cork había aprendido que se pierde tiempo tratando de comprender el corazón de
la mujer. Y más tiempo en tratar de dominarlo. Hay que agarrar lo que te de y
marcharse cuando ya no voltea a verte, decía. Y agregaba: si procedes así,
muchas voltearán a verte. A la mujer le
llama sobre todo el enigma. Puedes vivir con ella cuarenta años y serás su
centro de atención principal. Pero a condición que no te encuentre explicable.
Citaba que cuando Eva vio que Adán aceptaba la manzana, entendió en ese momento
que el misterio tenía una clave. Y se apresuró a llevar la gran obra de Dios
hasta la escala de ella. Si Eva pudo ¿por qué yo no? Es decir, ella, Tocí,
también tendría que llevárselo hasta su cubil para siempre. Sólo necesitaba un
plan...Imaginaba ya una amplia serie de imágenes eróticas para ponerlas en práctica
con Cork. Lo hacía sin cortapisa de prejuicio alguno. Volvía una y otra vez a
repasarlas en su imaginación. No podemos pensar línea alguna sin trazarla
mentalmente, recordaba haberle leído a Kant. Entre tanto, procuraría no perder
contacto con él, aunque fuera por el medio epistolar electrónico como estaban haciendo...
Las mujeres Kon Ak, como las de la
etnia de Cork en el desierto de Chihuahua, no padecen halitosis, según quedaba
asentado desde los cronistas españoles del siglo dieciséis. Pero esto tal vez
se deba a su costumbre de comer ajos. El sabía que Tocí no lo necesitaba pero
quiso hacerle una broma.
-Previo a nuestro encuentro, come
ajos durante un mes, al menos. Le pareció oír algo así como “¡Vete a la nada…!”
que llegaba desde los Andes. Seguida de una reflexión: La sociedad puede
perdonar la halitosis más fuerte, pero no el olor a ajos.
Cork sabía que tenía razón. Un amigo
suyo, al que conocía como “Sotelo”, alpinista e instructor de natación, vivía desde niño bajo la concepción de que
toda enfermedad no sólo se cura sino que ni siquiera entra, a fuerza de comer
una cabeza de ajos al menos por semana.
Desde luego era lo que se podría llamar un solitario social. Soltero.
Nadie se le acercaba. Y en una ocasión los pasajeros pidieron al personal de
seguridad que lo bajar del “metro” en el que viajaba una noche de invierno.
Afuera caía la nieve y él iba en una sencilla sudadera. Lo cual no le preocupó
pues sabía que el ajo lo protegería contra las enfermedades de las vías
respiratorias...
-¿No estarás utilizando al ajo para
justificar tu actitud antisocial?- le había dicho en el transcurso de una
escalada, al Filo de las Golondrinas, en la Sierra de Guadalupe.
-Mejor cuídate la próxima vez que des
un beso
-No me digas que hay una enfermedad
del beso.
- ¿Una? ¡Varias! – y empezó una larga
explicación-. Sabe que en el acto de dar un beso encontramos riesgo
casi inminente de contraer una enfermedad que se llama “mononuclesis
infecciosa”. Se da en los países en donde las condiciones de higiene personal y
grupal, es deficiente. El virus fue identificado en 1964 gracias a los estudios
de microscopía electrónica de los investigadores Y.M.Barr y M.A.Epstein. No
estaría de más que comiéramos ajos de manera preventiva. Por propia protección y para no fregar a los
demás. Aunque el beso es sólo el
principio de un romance, muchos de estos
no pasan a mayores y todo queda en una
relación de noviazgo. Y al parecer eso no dejó huella más que en el nivel
emocional. Lejos de eso, hay que decir que sí dejó huella en nuestro organismo.
Para tener idea de cómo anda la cosa te digo
el dato que en Estados Unidos, “el país más rico”, hay el 95 por ciento de personas que han tenido esta enfermedad.
Es decir que la mononuclesis agarra parejo. Y como para la boca no hay vacuna
ni condón, el horizonte se presenta sin solución por lo pronto. Tal vez por eso
los mexicanos de antes del siglo dieciséis no se besaban. O los japoneses y
chinos, según se dice, lo hacen con el sólo contacto de las narices. Por lo
menos hasta antes de 1945 así lo hacían. Este fue el año que al Japón llegó el
hombre blanco y el negro y el bronceado... ¿Cuántas cosas nuevas buenas y malas
les llevaron del mundo occidental?
-Enrique Jardiel Poncela, español,
autor de obras de teatro y novelista, del primer tercio del siglo veinte,
aborda ya este tema de la transmisión de
enfermedades por medio del beso. De estilo culto pero irreverente, a cada
vuelta de página le quita lo serio al asunto que esté tratando por medio de la
broma. En la novela “¡Espérame en Siberia Vida Mía!” Relata el reencuentro de
una pareja de enamorados. La escena se da cuando el tren en que viajan recorre
un túnel de 19 kilómetros: “Palmera y Mario dedicaron quince kilómetros a
trasladarse de una boca a otra varias colonias
de microbios. La vedette le transmitió a Mario once millones de bacilo
de Koch y Mario le cedió a Palmera siete millones quinientas mil bacterias de
Pfeiffer. Concluido lo cual, ambos respiraron dulcemente, se miraron a los ojos
rebosando poesía y se apretaron las manos con apasionamiento”. Pero no pienses que la mononuclesis infecciosa sólo existe en el beso sensual que se da
entre los adultos. También los niños de cuna, que la mamá besa en la boca,
están expuestos al contagio. A esto podemos agregarle otras bacterias que se
dan en la boca por caries o falta de limpieza en los dientes. La mononuclesis infecciosa es causada por el
virus de Epstein- Barr. Pertenece a la familia de los virus causantes de la
varicela y el herpes. Este virus se alberga en las glándulas salivales. Parece
que el virus se trasmite solamente por medio de la saliva. No por contacto
sexual, seminal, sanguíneo o ambiental. Esto es que, por el hecho de estar en
la habitación con alguien que lo tenga, no se le va a pegar. La información no
aclara qué sucede cuando se trata
específicamente del sexo oral. El virus
permanece en el organismo por el resto de nuestra vida. Esto tiene su lado
bueno ya que, como el caso del bacilo de Koch, la tuberculosis, la
mononuclesis genera anticuerpos que
acaba con otros mononuclesis que llegan.
Es decir que en estos virus, como en el boxeo, en el amor, en la guerra y en la
democracia dictatorial, también se elimina a la competencia. El tiempo de
incubación del virus suele durar entre cuatro y seis semanas. Esto es que mientras estamos oyendo todavía pajaritos, y
suspirando por aquel beso apasionado, los virus
trabajan horas extras reproduciéndose en alguna parte de nuestra
garganta.
Y volvía a su tema favorito:
-Si a esto le antepusiéramos el
ajo... Como sucede con otras enfermedades, la intensidad en que se presenta
esta invasión viral va a depender de la fuerza que tenga nuestro sistema
inmunológico. Y mucho de esto depende de la calidad de vida que llevemos.
Verduras, frutas, orégano, ajo,
ejercicio deportivo, descanso profiláctico, higiene general, muelas tapadas,
cero sarros. Los síntomas de la enfermedad pueden ser parecidos a los del
resfriado. Y mientras el médico nos diagnostica, podemos seguir comiendo
ajos...
Regresaba a lo del Mansilla argentino
que creía que desde las elevadas montañas se contemplaban mejor las alturas
morales. Cervantes empezaba muchos de sus relatos adyacentes cuando un grupo de
gente se reunía en la “posada”. Mansilla lo hacía una vez que su tropa estaba
acampada en derredor del fogón. Gustaba decir que la hoguera argentina de
campamento era un fogón democrático pues ahí habla y se sienta igual un
oficial que un soldado raso.
Culto como era Mansilla, no
obstante... Dependiendo de qué lado de la mesa de negociaciones te encuentres,
eres justo o injusto. Y Cork pasaba a enumerar una serie de datos históricos en
los que se habría tenido que aplicar la moral de Mansilla. Pedro de Mendoza fundó en 1536 la ciudad del
Buen Aire. Dijo, después de la batalla, que los indios querandíes eran una amenaza.
Tres siglos más tarde, el general Beresford, al mando de las tropas británicas,
exclamó, al adueñarse de Buenos Aires, que los argentinos eran una amenaza. El
presidente Pool, a mediados del siglo diecinueve, empezó la invasión de México
después de decirles a los ciudadanos angloamericanos que los mexicanos eran una
amenaza. En lo años sesentas del siglo veinte los chinos dijeron en Vietnam que
los norteamericanos eran una amenaza. En
el siglo dieciséis Hernán Cortés dijo, sobre la ruinas de México -
Tenochtitlán, que los aztecas eran una amenaza. Lo mismo hizo Pizarro en Perú.
Las tropas napoleónicas dijeron, en 1807, que los españoles eran una amenaza...
Todo mundo es una amenaza…
Al final
Cork le dijo que en el desierto se sentía en el vestíbulo del Paraíso.
Como contraste refiriéndose a los Vigliachi, los condenados de Dante que no
podían entrar al infierno. Y agregó que lo terrible sería no pasar del
vestíbulo.
Si bien, se dijo, en la cronovisión
indígena por fortuna no hay infierno, sólo Mictlan y Tlalocan…
Bajo el aplastamiento de 49 grados
arriba del cero es difícil hasta respirar. Agarró el libro de Jean Wahl y leyó
dos páginas. Algunas gotas de sudor cayeron sobre el papel. Toda la página,
todo el libro, estaba subrayado. Sobrerrayado. Cada vez, en el principio del invierno,
lo leía. Tenía 20 inviernos releyéndolo. Y cada vez rayaba algo que le parecía
no haber leído. Por algún tiempo se preguntó qué pasaba. ¿Él había avanzado en
la comprensión o el libro guardaba tesoros inimaginables? Le pareció que la respuesta estaba en el exterior. Pensó en el
Peñón Martínez, más allá de los seis mil en altitud de la ladera sobre la ruta más frecuentada del
Aconcagua. Todo en su derredor se había erosionado y rodaba cuesta abajo.
Pulverizado una vez desprendida de su roca madre. El Peñón seguía ahí, cada vez
más consistente. ¿Es esto posible?¿Por qué Platón, Shakespeare, Goethe,
Coplestón, son ahora más valiosos que el siglo anterior? ¡Es un testimonio el Peñón Martínez!. Ahora
sabía que el Wahl lo atrae en la
medida que el mundo, el menos su mundo, se banaliza. El libro era el testimonio
que no todo es locura, que la vida, y tal vez la humanidad, tenía una intención.
“sí, dijo en voz alta en medio del inmenso desierto lleno de silencio a esa hora,
así como la religión tiene una finalidad, la vida aquí en la tierra lleva intencionalidad, !Intención de valor!
II
Ese día Tocí consideró que se había
levantado con el pie izquierdo. Lo que encontró escrito fue como el preludio de
algo que la pondría a prueba con respecto al muchacho por el cual suspiraba.
Empezaba diciéndole Cork que él siempre había creído que la objetividad de la
verdad histórica se consigue dando el micrófono a los diferentes bandos en
escena. El tiempo revolverá todo esto y sacará el promedio. De otra manera se
tratará de una serie de sofismas más o menos bien enhebrados. Fíjate, por
ejemplo, en la guerra española del 36, que costó muchos miles de vidas por no
atender el requisito elemental de la democracia que es el derecho de la
minoría. El color que ésta tenga. Solamente los necios gustarían de fabricar un
tumor que más tarde o más temprano explotaría de algún modo. Porque la historia no es un cubo de hielo sino un
concentrado de pasiones. Y es precisamente esa pasión una dura prueba para la
subjetividad del historiador. En todo caso el historiador - informador no
tendría por qué erigirse en juez. Siempre he creído que un historiador que haga
juicios de valor es como el arqueólogo que quisiera construir una pirámide de
su invención. Su misión es localizar y reconstruir y no salirse de esos límites. Luego la
interpretación con base en el conjunto que
se tiene a la vista. No esconder ninguna piedra trabajada o símbolo. Como trabajar
con trescientos datos “representativos” cuando se tienen cinco mil. Edificar un
adoratorio el arqueólogo, ahí donde no
había algo, es estar reinventando la historia y por lo tanto falsificando.
Igual sucede con el historiador. Es practicar el juego innoble de sorprender al
que carece de información y abre un libro de historia para informarse. Y a la
postre queda desinformado....
Siguió diciendo esta clase de
pendejadas por tres cuartillas más y, de pronto, llegó la pregunta: ¿qué sabes
de los emperadores romanos?
Tocí se quedó viendo hacia el glaciar que
empezaba a ser azotado por el viento que procedía del lado de Cuevas. La nieve
se levantaba y era arrojada como granos de cuarzo sobre las grietas y parte
llegaba hasta su tienda. ¿Emperadores romanos? ¡Bola de degenerados! En lugar
de enviarle un pensamiento bonito, le preguntaba… ¿Pero, cómo fue que Roma
logró trascender? Esos degenerados fueron la abstracción no la generalidad de
esta historia.
Más se dio cuenta que ya estaba
prejuzgando y no podía enviarle esa respuesta sin bosquejar el panorama
cultural e histórico. Precisamente Cork había dado vueltas antes de formular la
pregunta para obligarla a matizar. Por fortuna ella conocía esa parte de la
historia de Europa y lo completaría con algo que encontrara en Internet. Le
advirtió que se basaría en Suetonio, para que después no estuviera reclamando
que no citaba a sus fuentes y todo lo sacaba de la imaginación, como hacen los
novelistas para que sus trabajaos no parezcan ensayos. Como hacen los
novelistas que trabajan con material de todos los siglos anteriores y se erigen
como primeros creadores. Citar los autores es como reunirse con ellos a tomar
una taza de té o café. Le puso el caso de Irving Wallace que da un trato familiar a sus fuentes.
De tal manera que después de haberse
preparado un café negro, empezó escribiendo que… la historia de Suetonio abarca
desde Cayo Julio Cesar hasta Tito Flavio Domiciano. Es decir, dijo, un tiempo
que va del año 100 antes de Cristo, que es cuando Julio Cesar nace, hasta el 96, año en que
muere Domiciano, el último de los doce emperadores que reseña. El historiador
Cayo Suetonio Tranquilo fue contemporáneo de una parte de ese periodo pues
nació en el año 69 y se creé que murió en el 140. Participó en el aparato del estado y estuvo cerca de los
acontecimientos que relata. Por lo mismo tuvo acceso a los archivos secretos a
los que pocos podían llegar. En esta documentación encontró nuevos datos para
su obra que terminó en el año 120, y tuvo oportunidad de corroborar otros acontecimientos
que ya había escrito. ¡Suetonio menciona a sus fuentes!
Al final a Suetonio le pasó lo que
suele suceder a los que están muy cerca del poder: Severino Boecio, Séneca… Los
intereses encontrados de los grupos protagonistas amenazaron su vida a tal
punto que tuvo que alejarse para siempre de la ciudad de Roma, el centro rector
del imperio, y pasar los últimos años donde nadie supiera de su existencia.
Igual que San Juan aprovechó su destierro en Patmos para
escribir su Apocalipsis. Y Sinuhé el Egipcio trascurrió los últimos años de su
vida para seguir escribiendo cosas que había visto en su juventud mientras
estuvo en palacio.
La obra de Suetonio no gusta mucho a
los historiadores que relatan hechos de las naciones como si estuvieran
describiendo la lógica causalidad de bolas de billar puestas en movimiento. No
hacen caso del resorte humano que es el que en todo caso suele dar un giro
inesperado a la lógica de los acontecimientos. Suetonio, al contrario, le da
mucha importancia en describir el carácter y vida de los hombres y las mujeres
que, en el camino hacia el poder, o ya posesionados de él, provocaron esos
movimientos de la historia que parecen una zancadilla a la lógica de los
movimientos históricos. Dos, y en ocasiones tres, figuras del ejército o del
senado, aspiraban a la máxima magistratura y entraban en conflicto. Lo que
seguía era que dos o tres ejércitos romanos, por fidelidad y amistad a su jefe,
o bien por intereses de dinero y poder, entraran en guerra mutua. Frente a esto
los pueblos sojuzgados por Roma creían oportuno rebelarse del yugo y también
entraban en combate. De manera autónoma o apoyando a algunos de los romanos en
conflicto.
En ocasiones, y con mucha
frecuencia, esos grandes
acontecimientos, vistos desde fuera, eran provocados por cuestiones domésticas
que fermentaban en el seno de las relaciones de las familias poderosas. La
esposa del emperador quería elevar a lo
máximo a alguno de sus amantes y tramaba la muerte del emperador. Una
zancadilla más a la lógica de la historia de los pueblos antagónicos. Antes
esta mujer poderosa debía concertar con el jefe del ejército o ya siquiera con
el encargado de la guardia del palacio, confabulados con algunos senadores para
que pararan la reacción cuando se supiera la muerte del hombre fuerte. En
ocasiones el emperador descubría la conjura y mandaba matar a todos y
aprovechaba para confiscar los bienes de las familias directamente involucradas
y de otras que nada habían tenido que ver en la conjura. De ahí que abundaran
los espías y contra espías. O había
generales que eran auténticos guerreros y además muy queridos por su tropa. Por
lo mismo se les consideraba como legítimos sucesores del emperador, tal es el
caso de Germánico y otros muchos. Por orden del emperador o de alguna de sus
mujeres, empezaban a administrarle bajas
dosis de veneno en sus alimentos hasta que caían enfermos sin remedio. Tras de
su muerte, asesinaban de inmediato a su esposa y a sus hijos, para evitar
ulteriores reclamos del trono o venganzas. Venganzas que, de un modo o de otro,
de todas maneras se daban. Había familias muy fuertes, como la de los Flavios o
la familia Julia, que estaban siempre esperando su turno con varios prospectos
listos. Como los Kennedy de Estados Unidos del siglo veinte. Si les mataban uno
quedaban otros. De tal manera que el emperador que llegaba, mandaba ejecutar a
los anteriores ejecutores. Y derribar sus estatuas, como hicieron con las de
Stalin. Había también la costumbre que el emperador romano “adoptaba” de manera
abierta y con toda anticipación a alguien para que le sucediera en el mando del
imperio. Era la institución del “dedazo”, como se conoció en México cuando el
presidencialismo omnipotente. Pocos “adoptados” veían coronadas las
intenciones. Los envenenaban antes. O también los asesinaban, como hicieron los
mexicanos con Colosio. O los hacían sucumbir de otra manera. Una de ella sería
enviarlos a la guerra, al frente de un ejército, y a la hora del combate amigos
y enemigos, ya conjurados, lo masacraban a él solito. Como Nezahualcoyotl
ordenó hacer con uno de sus capitanes que estaba casado con una mujer de la que
Nezahualcoyotl se enamoró. Echó a andar toda una guerra al punto de ponerse de
acuerdo con sus enemigos de que en ese encuentro sólo uno habría de morir. Y,
en efecto, amigos y enemigos lo masacraron y ahí acabó todo el conflicto. Todos
regresaron a sus respectivos reinos contentos de que el precio de la guerra en
esta ocasión hubiera sido la sangre de un solo hombre. De todo aquello se iban desprendiendo
lecciones para los romanos tales como que la declamación es para sociedades
estables y la oratoria florece en las sociedades que han entrado en la
turbulencia. Que el laicismo cultural es para sociedades estables y el laicismo
agresivo es para sociedades en el caos.
Suetonio no descuida describir el
estado mental de los hombres cuando alcanzaban el máximo poder. Su conducta
sexual y su inclinación al crimen eran casi increíbles. Las muestras en
contrario a esta norma de conducta fueron realmente pocas. Entre tanto, la
sociedad romana fermentaba de tal manera que llegaba al punto que se consideraba peligrosa. Entonces los
emperadores actuaban.
Suetonio no habla de los famosos
sacrificios a que fueron sometidos los cristianos en defensa de su fe durante
trescientos años. Aquí ocultó datos. Pero sí dice que tanto Nerón como Claudio,
cada quien en su tiempo de emperador, expulsaron, en masa, de Roma e Italia, a
los judíos. Y Vespasiano y Domiciano expulsaron de Italia a los filósofos. Eran
tan generadores de ideas los filósofos desde entonces, que tres siglos más
tarde prohibieron los gobiernos, con influencia ya de los cristianos, que se
enseñara filosofía en el imperio romano de Bizancio. Nada más teología
aceptaban. Y en tanto esto sucediera, no habría corrientes fuertes de
Humanismo.
“En los entretelones del poder
encontramos siempre esa pugna entre el emperador y el senado. Todos
ambicionando el mayor poder de mando y las mejores riquezas. Algunos, según el
lugar que ocuparan, hablando en nombre del bien del pueblo. Otros de plano del
desprecio que la plebe les inspiraba. Si su posición peligraba el emperador
mandaba matar senadores o estos se conjuraban y en persona cocían a puñaladas
al emperador. Cuando Suetonio relata el asesinato de Domiciano dice que tanto el
pueblo como el ejército, enfurecidos, querían vengar al emperador. Los
senadores, por el contrario, se regocijaban en extremo.
La gran institución del pueblo romano
era el senado. Mediante él se presentaban las voces, requerimientos y
necesidades del pueblo. Pero era la discordia tan escandalosa entre los
senadores y el dictador (dictador era una categoría escalonaría en Roma, no una
etiqueta de desprecio) que aquellos hacían perecer al hombre fuerte. Así es
como la aparición o necesidad del hombre fuerte era el resultado del desorden
en el que habían caído los representantes del pueblo cuando no habían sabido
cuidar la democracia y ésta se les había descompuesto entre sus manos. Es decir que la dictadura era la democracia
que al podrirse adquiría otro nombre. Sucedía como con el pulque que es el
mismo cuando es “agua miel” que cuando se corrompe y pasa a llamarse
“pulcre”. Tácito insiste en los grandes oradores. Aparecen también cuando
hay un gran desorden social. O una perversión de las instituciones. Llegaba el
hombre fuerte y acababa con las instituciones democráticas o al menos las relegaba hasta niveles de
impotencia.
Más, una vez que se ha posesionado
del poder supremo, el emperador romano no conocía límites. Al menos diez de los
doce emperadores de que Suetonio escribe
sus vidas. Ambiciones, asesinatos y perversiones sin fin. Entonces, por temor
personal y por la “salud del pueblo”, lo asesinaban. Su muerte ocasionaba más
escándalo que el que habían querido suprimir y los senadores por sí no podían
contener. Se apresuraban a nombrar otro emperador. Y el círculo volvía a empezar.
Recordarás que algunos filósofos dicen
que, para ser fuerte, hay que mantenerse lejos del triunfo y sí permanecer en
el devenir. Mi conclusión es que Roma fue una gran institución cultural y
guerrera pero sus jerarcas una bola de degenerados. ¡Sí, ya se que no debo
hacer juicios de valor pero al evocar esos siglos me ha dado coraje! Se acordó
que México en el siglo diecinueve había tenido treinta y tantos presidentes en sesenta años...
Comió un trozo del churrasco que
había traído de Mendoza y guardado dentro de una bolsa de plástico en la nieve
para preservarla de la descomposición. Los treinta grados bajo cero del
exterior eran su refrigerador pero la
costumbre la hacía enterrar los víveres en la nieve del glaciar. En una grieta
próxima y baja depositaba sus víveres perecederos. Sopa de Pelo de Ángel
precocido que calentaba en la sartén dentro de la tienda. Lo que la divertía
era la manera de cortar el pollo en Argentina. Con el hacha el carnicero convertía hasta los huesos en trozos sin identificación.
-De esta manera-había observado Cork-
se ahorra toda discusión que siempre llega en México a la lucha de clases. Los
muslos y pechuga preferidos por los habitantes del Pedregal. Alas, pescuezos y
patas para los del arrabal.
Tiene razón, pensó, en el sur del
continente ya se pusieron en claro que todas las partes del animal, excepto las
plumas, tienen el mismo contenido de proteínas. El churrasco estaba preparado
de manera deliciosa, como sólo allá lo saben preparar. Se disciplinó y a las
tres mordidas al grueso trozo de carne roja lo regresó a la bolsa de plástico:
“suficiente grasa hasta para tres días. Una mordida más de grasa y aparecerá la halitosis, los senos se
colgarán y las nalgas se me aplastarán”.
III
El rincón de la derecha superior de
la tienda grande lo había convertido en su alacena. La tienda era amplia y no
le causaba molestias de espacio. Varias bolsas en pila de leche en polvo y otra
hilera de pan negro envuelto en papel para evitar que la humedad lo llenara de
hongos. Cinco Cocacolas y tres Mirindas, en bote de duraluminio, hermosamente decorado desde la fábrica para
no dejar escapar al cliente. Además de cinco cervezas Bohemia “calidad
internacional”. En el exterior el líquido se hubiera congelado, expandido y en
unas horas habrían empezado a explotar como granadas de mano. Pero dentro de la
tienda hacía una temperatura que conjuraba ese peligro. Medio kilo de yerba
mate cuya preparación era todo un ritual poco ortodoxo dadas las
circunstancias. Hervía el agua, apagaba el fuego, vertía la yerba y en lugar de
echarle un chorrito de agua fría para que se asentara, simplemente sacaba de su
refugio de tela un brazo y exponía al frío el cacharro con lo que era
suficiente para que se asentara. Como carecía de lo necesario daba un trago y
colaba la yerba entre los dientes cerrados.
La verdad era que, para mí, según
foto que me envió, su tienda presentaba
un orden caótico, como en una tienda india. Y se sentía feliz entre todo ese
revoltijo. Todo estaba en orden. Era un orden diferente. Era un orden indio.
Cuando comprobó esa entropía, se
sintió feliz, como cuando el médico nos da de alta. No era, nunca podría serlo, ni quería serlo, tan ordenada
como una neurótica…Toci llevaba N
cantidad de canciones en una memoria
minúscula. Le gusta en especial Leonard Norman Cohen y Bob Dylan “Es poesía con
música” decía. También sentía
preferencia por los Creedence.
Una semana antes de partir hacia los
Andes, y meterse de lleno en el mecanismo de la temporada de montaña, había ido
con Cork al sur de Ciudad Universitaria
de México. Dedicaron toda la mañana en ir y venir por los espacios del Museo
Virtual de la Cosmogonía Antigua Mexicana. Proyecto del poeta Rubén Bonifáz
Nuño realizado en el corazón mismo de la cultura de la Universidad Nacional.
Inolvidable para Tocí reencontrar la idea superior de la cultura antigua
presentada con rigor académico. Y en medio de la tecnología de punta para el
público resplandecía la diosa fundamental Chicomecoatl-Coatlicue-Coyolxauqui-
Tonantzin-Guadalupe. Dos enormes serpientes dando forma a un cuerpo de mujer.
Serpientes encontradas plasmando un impulso civilizador que sustentó de manera
central la vida de estos pueblos durante diez mil años.
- Graham Greene pensó, al estar sobre
las pirámides de Teotihuacán, que en el pensamiento indio precristiano la
espiritualidad náhuatl se representa mediante las matemáticas y, por lo que duró ese largo tiempo, los
individuos dirigieron sus miradas al cielo, en sus aflicciones y en sus
agradecimientos, de todos los días – comentó Cork.
- Se sigue siendo, de una u otra
manera, a través de las sesenta lenguas indígenas esparcidas en el territorio mexicano.
- Seis siglos han resistido las
etnias al cristianismo y al laicismo. Lo aztecas tenían construido un palacio
para los dioses de tierras extrañas y también dieron la bienvenida a la cruz de
Cristo. Pero los frailes se resistieron y derribaron a los ídolos. Desde
entonces las etnias se cerraron al
cristianismo.
- Un cristianismo que no tiene prisa.
Acompañado con su contraparte el pensamiento lógico. Durante tres siglos tuvo
el primero la capacidad de resistencia y
triunfó bajo las despiadadas persecuciones del Imperio Romano...Fue cuando
Grecia habló a los cristianos de la razón practica, de los prácticos civilizadores sofistas y de los idealistas
Platón y Aristóteles.
- La supervivencia de esa cosmogonía
india depende si penetra primero el cristianismo romano. O perece con el
cristianismo liberal y su aversión a la imagen representadora del concepto y el
símbolo.
- Nuestro Bizancio está por llegar todavía.
-Entre estas formas serpentinas de
Chicomecoatl pervive la concepción
cosmogónica del destino del hombre y del mundo. Viene desde el remoto y mítico
Chicomostoc.
-Lo mismo desaparecerá si la economía
privilegia la enseñanza particular sobre la universidad pública. Ambas son
laicas pero sólo la segunda mira hacia el Renacimiento. Irónico pero en el
antropocentrismo que supone el Humanismo está la salvación de la religión
mexica. ¡Un acertijo para Edipo!
-O para Omar Kayam, que también era
ducho para penetrar misterios.
- Tienes razón. El Humanismo depende
de la universidad pública y con ella está
en juego nuestra cosmogonía.
- ¿Chicomecoatl? De entonces viene
que los mexicanos creyentes nos encomendemos a una dama en lugar de hacerlo frente a Dios.
- Una de las locuras que don Quijote
no puede responder es cómo los caballeros andantes, cristianos por definición,
pues tal orden de caballería nació con el espíritu de las Cruzadas, cómo a la
hora de acometer un peligro, que puede resultar mortal, en lugar de
encomendarse a Dios se encomiendan a su dama. Dulcinea. Así los mexicanos a
Guadalupe de México. No la Virgen de
Guadalupe de España, patrona de Extremadura, venerada por la Iglesia católica,
y cuya festividad es el 8 de septiembre,
-
Chicomecoatl, Diosa Tierra - Madre Tierra-Maíz.
Se acordó de Bizancio.
- Ese país que trata con tanta prevención
nuestra gente, por razones históricas.
Estados Unidos del que, paradójicamente, los trabajadores, académicos y
analistas, están siempre esperando que su economía crezca para poder mejorar en
México. Con esto, entre otras cosas, puede atender el presupuesto para la
educación básica y media superior y superior a través de la universidad
pública…
- Y la seguridad social, antes que el
barco se hunda...
- Con el tiempo acabarán fundiéndose
estos pueblos tan diferentes y tan antagónicos. Estamos en el mismo caldero,
por los siglos de los siglos. De hecho muchos mexicanos viajan cada fin de
semana a visitar a su familia que vive en Los Ángeles...Otros vuelan desde
México y van a desayunar con su Abuela que vive en Washington. Comen ese mismo día en
Ohio con los tíos, por la noche están cenando con un hermano en Houston Texas e irán a dormir con la novia a
algún islote de Florida. Los obreros pasan una temporada en el sur de
California, luego se van a la cosecha hacia el centro del país y otros meses
laborarán en las fábricas de más al norte.
- La contrapartida es que hace
tiempo, cuando la campaña para la segunda vez como presidente de Estados Unidos
de George W. Bush , el Partido Republicano envió un representante a México para
promover el voto de un millón de estadounidenses que vivían en el país…
- Nuestras animadversiones,
simbolizadas en el escudo de la Universidad Nacional, se estrellarán con la
realidad… El escudo de Vasconcelos ya es obsoleto. No podemos rechazar a los treinta millones de
mexicanos que viven en Estados Unidos.
Después de Uspallata habían empezado
a aparecer las montañas del lado de la
ventanilla del camión en que viajaba de regreso a Cuevas. Mientras ve el descomunal
panorama cordillerano, la muchacha se dijo que la gente busca algo en
concreto. Cork había admirado siempre a esos individuos buscadores. Sin embargo
a él le gustaba buscar…Llegar a un punto concreto del desierto era para él una
etapa pues el desierto seguía. En todo caso había otros desiertos. Le pareció
sospechoso que diera por terminada la búsqueda de datos que hablaban de
Waterloo. No soltaba tan fácil la prenda tratándose del tema de la historia. Tú
te encuentras en lejanos países, le decía, y yo en otros también lejanos, con
relación a México (sobre todo si vas caminando sobre tus dos pies).
Comprenderás de cerca que las migraciones de los pueblos y la acción caótica de
los medios de información mezclan a los fieles y a los agnósticos desplazando
sus creencias primitivas en la gente que tiene poca resistencia cultural y
religiosa o laica. O las reafirma si se cuenta con suficiente información
histórica…
Conocía la predilección que sentía por la
leyenda del Rey Arturo y su inconclusa búsqueda del Santo Grial. ¿Estéril la
Edad Media? En el principio de ese tiempo
empezó la bella leyenda del Rey Arturo, Camelot y la Espada Escalibur. Y la
idea de su Mesa Redonda. Se trata de un
adelanto de más de mil años a las revoluciones inglesa, francesa, mexicana y
rusa… Recordó que otra de sus preferencias era el Imperio Bizantino pero solo
como subtema del Imperio Romano. Se quedó horrorizada….La Edad Media como un
objeto de museo que se encuentra bajo la mirada de mil observadores que pasan
cada día frente a la vitrina. Los mejores no han podido evitar quedar enredados
con ese tema. Si se le hubiera ocurrido decirle Edad Media en lugar de
Waterloo… “ninguna historia es mala como sea verdadera” le había citado el
dicho de Cervantes. Pero bucear entre
ese mar donde todos han metido baza era lo que la horrorizaba…De hecho Cervantes
también revolvió la cosa. Hizo su Quijote parodiando la rica literatura de la
caballería andante que hubo en la Edad Media. Arturo, Orlando, Palmerín, los
Amadis, Tirante el Blanco, Belanís, Rugiero… O que le hubiera preguntado Cork
quién relata las andanzas del Quijote de la Mancha pues ya para entonces el
nombre de Cide Hamete Benengeli (o como se llamara) se le
había olvidado por completo. ¡Se dijo que la Edad Media preparó los luminosos
siglos que estaban por llegar! ¿Habrían
ya liberado de la aduana mexicana el microscopio que pidió Cork desde el año
anterior y que no acaba de encontrar su camino entre el laberinto de las
bodegas? En dos ocasiones habían salido publicados, en revistas de prestigio
epistémico internacional, resultados de investigaciones que Cork ha hecho,
pero se le habían adelantado en otros
países en investigaciones idénticas e independientes por completo unas de
otras. Sus sistemas de aduanas son más expeditos y llegan primero a la meta.
Publican los resultados antes. Cada vez que eso sucede agarra enojado su
mochila y se va a las montañas o al
desierto, como sucedió también en esta ocasión. ¡Váyanse a la…!
Antes de partir, le habla
invariablemente por teléfono sólo para decirle: “No te ablandes, vuelve a las
montañas, acuérdate de Tiffany”. Habían visto juntos esa película. Richard Gere “El Dr. T y la mujeres”. El panorama
social de algunas mujeres elegantes, ricas y hedonistas de
Manhattan que ya no tienen que luchar en la vida por satisfacer necesidades
primarias. Inician un camino de regreso hacia la niñez psicológica hasta acabar
en el psiquiátrico. Un tornado de los que azotan las llanuras norteamericanas
capaces de borrar poblaciones, es lo que salvó al Dr. T de esa decadencia y lo
arrojó al mundo un tanto primitivo de una comunidad precarista mexicana
habitante de la llanura. Es ginecólogo y llega justo a tiempo de ayudar en el
parto de una muchacha mexicana. Comprende la metáfora de aquel nacimiento, que
es su propio renacimiento, que lo hace capaz de volver a reír de alegría. ¡Un
tornado!
La llamada de Cork y su estereotipada
recomendación “no te ablandes” fue lo que la decidió a aceptar varios contratos
para conducir expediciones alpinas en el sector central de los Andes. Aunque
en dos ocasiones fue hasta el norte.
Toci suspiró al solo pronunciar el
nombre de “¡Salta!”. ¡Ese mundo le
encantará a Cork, imposible que no sea así! ¡No te ablandes! Y aquí iba, en este autobús camino de las cotas
solitarias, heladas y altas del cuadrante Tolosa – Tupungato - Aconcagua
–Mercedario.
Pensó en los ranqueles y se dijo que
unir sus sangres y fundir sus culturas es un sino de pueblos sanos que el
numen de la historia hace chocar. Pero
las culturas madres permanecen
incólumes. ¡Al desgaire del lado
feo del fenómeno de la mundialización! Un ejemplo es lo que se conoció como
Teología de la Liberación tan comentado pero que en realidad pocos entendían.
Los marxistas creían que los cristianos se habían pasado para su bando y los
católicos romanos pensaban lo mismo de aquellos. Coexistencia de un rico
mestizaje ideológico que quedó como producto de dos maneras de pensar y vivir.
Pero al final todo permaneció intocable en sus fundamentos. Sabía que Cork,
como fotógrafo que era, lo explicaba más
sencillo. Decía que mezclando los filtros rojo y azul daban un tercer color, que se llamaba
morado. Pero el rojo y el azul seguían como colores primarios… La cultura
occidental se la pasa experimentando en la filosofía. La etnia ya no experimenta
en la cronovisión. ¿Recuerdas que Graham Geene, sobre las pirámides de
Teotihuacán, pensó que la cultura náhuatl se explicaba el cielo por medio de
las matemáticas?
2
I
Y ya que se había acordado de Cork
pensó decirle que su amor por la cultura argentina se había achicado al leer al
Cortázar novelista, y volvía a renacer con Dávalos. Este escritor le
descubriría a Cork la Provincia de Salta en todo su esplendor.
No por nada se le conocía a Juan Carlos
Dávalos como el narrador de Salta. A estas alturas del tiempo, a casi un siglo
de distancia, los críticos de literatura no se ponen de acuerdo si su
producción literaria está en la categoría de “cuento” o tan solo de “artículo
de costumbres”. ¡Al diablo con la
etiqueta le pongan, lo importa es cómo ve a Salta! Dávalos es de los que
describen lo que ven y de los que imaginan mundos.
Toci pensó las primeras líneas: En él
encontrarás, el rucio por el que Sancho Panza tanto se preocupaba. Más que
besarles la mano a los duques preguntaba si los de la venta ya le habrían dado su pienso al gran compañero de los hombres de campo. Con
Dávalos también hallarás “burritos leñateros, que pasan lentamente por las
calles, curioseando todo y metiéndose dentro de las casas”. Por mi parte,
seguía pensando Toci, quedé encantada de
Dávalos al leer lo que dijo en el transcurso de una conferencia en Buenos Aires
en 1921. Se lo había aprendido. “Yo estoy hecho a las cordilleras donde reina
en toda su majestad salvaje las fuerzas eternas y ciegas del mundo. Estoy
acostumbrado a contemplar más que a pensar. Soy esta cosa sencilla: un buscador
de belleza en el paisaje natal y en las almas ingenuas de mis coprovincianos.
Yo admiré en la naturaleza, un inmenso afán de ser, de realizar todas las
formas y todas las posibilidades, la tradición y la leyenda son el pasado mismo
que subsiste, no en la letra muerta ni en el grabado oscuro, ni en el vestigio
arqueológico, sino en el alma de los hombres como intuición de lo ancestral, como recuerdo traslúcido de los
tiempos heroicos, como afirmación evidente de un arraigo inveterado y tenaz
sobre la tierra. La tierra, como la mujer, no entrega su alma al propietario,
sino al poseedor…” Con los ojos casi llorosos, Toci me preguntaba: Guillermo,
¿por qué los hombres se volvieron escritores blandengues y no sostuvieron el
tono de Dávalos?
-No tengo idea. ¿Será porque aprenden
a escribir viendo en la tele comedias de las abuelitas?
Sabía que desde Aristóteles, hasta
Heidegger, se acepta que la idea del Ser se puede ajustar a muchas y diferentes
cosas. Pero en su etnia no había duda que ese Ser era el autor de todas las
cosas reales y esenciales. Los “ladinos” pueden jugar poniéndole predicado al Ser,
pero entre los suyos el Ser es el sujeto
y tampoco se le separa de nada.
Se dijo que la siguiente ocasión que
bajara a Mendoza trataría de conseguir
“Viento Blanco” de este autor. Y seguía su diálogo mental con Cork. Te conozco
y sé que Dávalos no solo te gustará sino que te va a conquistar. Hasta que leí
a Dávalos viví pensando que nada más tú poseías ese amor por el páramo, como es
el de Salta. Sobre todo debes estar seguro que Dávalos no te vende
“argentinidad”: “Hay en el norte argentino, más precisamente en el noroeste,
una provincia que abarca colosales cumbres andinas alineadas en cordillera, con
su presencia sobria, sus altiplanicies desiertas, sus puertos escabrosos, que
la separa de Chile. Con sus estepas y salitrales asume características de paisaje ajeno al planeta, con sus montañas
interiores que implican quebradas
ásperas o valles fertilísimos, se alarga hacia la llanura…” Esa descripción es
la gran Argentina que amarías, no la del
futbol… Estaba segura que un día Cork
vendría a conocer Salta. Vendrían…
Por
el elevado sector andino
Tupungato - Aconcagua había pasado Calfucurá, el Werxygentoriux contra
los argentinos. Toci por su parte sabía que siempre habrá un Mansilla que
exclamé “¡Qué hermosos campos para cría de ganado son los que se hayan
encerrados entre el Río Cuatro y el Río Quinto!” sin detenerse a considerar que
esos hermosos campos están habitados por familias de indios ranqueles. Después
de la masacre y la expulsión se dirá al caer la tarde, platicando y tomando
mate con sus amigos: ¡esos indios eran
una amenaza! Eran los tiempos en que en esta región al indio se le decía
“desierto” y al masacrador “civilización”. Desierto lo que ahora se llama pampa
pero también a “gente sin razón”. O “Tierra adentro”. En estas historias
oficiales siempre habrá un terrible Calfucurá y un héroe Mansilla. En este
punto hay que destacar, se dijo mientras veía a través del vidrio de la
ventanilla del autobús las últimas luces de Uspallata, que los mexicanos jamás permitimos que a Cuauhtémoc y a Cuitláhuac los convirtieran en los villanos de la
historia. Cuando bajaba a Cuevas y durante la cena decía a sus amigos de la
casa en la que se hospedaba, que al primer hijo que tuviera lo llamaría
Calfucurá, abrían enormes ojos de sorpresa y rechazo y enmudecían. ¡Es una
broma ¡ exclamaba al despedirse y los otros volvían a reír.
Eso fue hace mucho tiempo. En México
es un proceso que todavía no termina. Los zoques han resistido durante siglos.
Pero el deterioro de su palabra, su música, su color y su luz, es enorme. Ya no
es tiempo de guardar aquellos rencores y estamos en el siglo veintiuno, no en
el dieciséis. Y es verdad. Los indios siguen viviendo entre la pedregosa vertiente
de la montaña…
Cork le decía, para darle confianza,
que la Edad Media es como la pared de vidrio de un restaurante. Si observas
impotente desde afuera eres pordiosero. Si estás sentado a la mesa del interior
mirando hacia la calle eres afortunado. Lo que marca la diferencia de tus
posibilidades es un vidrio. Lo mismo que si vas de visita a un hospital o tú
eres el visitado. O, recordaba a Aristóteles, cuando se padece pobreza se es
miserable y cuando proporcionas socorros eres misericordioso. Todos los
intereses espirituales, de cultura y
económicos actuales vienen de ese viejo
caldero. Cada quien tiene su verdad. Una sola realidad con mil verdades
en pugna. ¡Pero maravilla, de ahí surgió nuestro mundo moderno!
Ella me recordaba, a mí que no soy de
ninguna etnia, que el indio sigue siendo un “salvaje” y el masacrador de indios
un “civilizado”.
En las etnias cercanas a la ciudad
las costumbres ancestrales se habían aflojado a partir del siglo dieciséis y
con mayor celeridad en el último medio siglo. Se podía ver en la manera de
tomar bebidas alcohólicas laicizadas a su juventud. Un individuo de treinta
años de edad, y en ocasiones menos, ya había pasado por las dos primeras etapas
de bebedor social y bebedor empecinado. Y muchos de ellos desembocaban en la
etapa del zombi. Un pensamiento fijo de
masoquismo-componente narcisista infantil, que soportaba una única compañera en
la vida y era la botella. Cuando Ome Tochtli no se respetaba por medio de las
ceremonias, su esposa, Mayahuel tomaba desquite. No había nadie con la fuerza
suficiente para escapar a su castigo. La tercera fase, la zombisación del
humano, era la señal de su venganza. “El gran dios Ome Tochtli-decía-es como el
colesterol: te ayuda a vivir pero, si abusas, él mismo te aniquila”.
Su etnia no había cedido nada en
cuanto a tradición. Vivían entre los de la ciudad y observaba su manera de
desenvolverse y adoptaba algunas cosas. Pero nada más. Se dio cuenta que la
lucha que ahora tenían las mujeres de la ciudad era por recuperar algo que habían
perdido cuando la relación de trabajo había cambiado de agrícola a industrial.
El proveedor en adelante fue el hombre y ella pasó a ser dependiente aherrojada a los límites de
servidumbre.
Las mujeres de la etnia de Toci no
cayeron en esa telaraña. Jamás dejaron de ser el eje del hogar. Toci no
pertenece al mundo femenino de la gran novelista inglesa de los bailes y las crinolinas.
Escritora que va radicalizando la animadversión
de sus heroínas hacia los hombres, en la medida que ella, la autora, se
hunde en la soltería sin esperanza. El mundo femenino de Toci es de la implacable y cíclica naturaleza.
Generación, vida y muerte. Chicomecoatl-Toci-Coyolxauquí-Tonantzin-Guadalupe.
Ome Tochtli- Dionisio hace reir a las
jovencitas indias que más tarde se convertirán en leonas para defender a sus cachorros. Y, cuando llegue
el invierno, quemarán copal a
Mictlancihuatl y llorarán cuando les
vaya arrebatando a sus familiares y
amigos. Muchachas que se maravillarán al observar a Tlahuizcalpantecutli brillar
fuertemente en el cielo de la madrugada. Reirán de nuevo cuando Dionisio, en el
baile del pueblo, del domingo por la tarde, las invite otra vez a bailar. La vida es corta y no hay
tiempo para “veleidades occidentales”.
Apenas alcanza para reír y ya hay que morir.
Así había sido su pueblo desde por lo menos cinco mil años. Y así lo
habían aceptado los hombres. Podían ser los más rudos labradores o bárbaros
guerreros o acuciosos técnicos y hombres de ciencia, pero la tradición seguía
intocable. El marido pasaba a ser el compañero, el protector, el hijo, el
padre, el padre de sus hijos, el proveedor junto a la mujer india. Y, si, cosa
excepcional, te lo recuerdo, el vínculo matrimonial se rompe, ella se queda con
todo. Lo que se llama todo. Hijos, casa, patrimonio económico y aumentaba el
estatus social. Se iba con su mamá y las dos mujeres fundían dos mundos en uno. El otro, el abandonado (porque ella
era la que decidía la ruptura), era el que debía reinventar su lugar en la
etnia. Las mujeres de su etnia eran tan fuertes que no se desgarraban la ropa
ni se mesaban los cabellos por la separación. Solo se iban y a otra cosa. Eran
mujeres sin calzones que podían orinar de pie… “Yo sí uso”, se apresuraba a
decir Toci.
Ya nada más faltaba dar el último
paso…Lo de menos sería pararse delante de él, como había visto que hacen las
gatas cuando quieren atraer a su gato. Sin andarse con rodeos levantan la cola
y les enseñan el trasero. O como esa clase de arañas que abrazan a su compañero
y en un mismo acto, sin dejar de sujetarlo, exprimen todo el semen que el otro
posee, lo traspasan con su aguja y se lo comen. De alguna manera hay que
hacerse de proteínas para alimentar sus críos que en breve nacerán. Pero…el
pero de Cork era que leía libros. Era su
lado débil que resultaba
casi Inexpugnable. La mujer
podría hacer lo que quisiera de él, ¡aceptaba su destino indio! pero a reserva
que también leyera libros. Pues bien, se dijo, vería más pinturas en las
cajetillas de cerillos La Central y leería más libros.
Recordaba que Cork le había confesado
que la música no es lo suyo. Y, por mí, la muchacha sabía que cuando Cork iba a
Tlamatzinco, en el invierno, leía en el porche de su cabaña, con orientación
mítica solar, hasta que se ponía el sol entre las dunas de arena. Encendía la
lámpara de energía eléctrica y seguía leyendo. Hacia las nueve apagaba la
lámpara y prendía el quinqué de petróleo. Pasaba otro tiempo escuchando
canciones de la revolución de 1910.Sólo las que cantaban al Centauro del Norte,
en la voz del dueto de Rubén y Nelly. Con la mirada perdida en el desierto
invisible. Ahí, en Tierra Blanca, ahora Médanos Blancos, habían caído luchando
varios de sus ancestros.
Pero tales reglas de su grupo
funcionaban dentro del matrimonio constituido frente a sus guías y su pueblo.
En tanto no sucediera, la muchacha no
tenía jurisdicción alguna sobre Cork.
Así fue como ella empezó el juego de atraparlo, literalmente. Cubrirlo
con su manto y llevárselo hasta su jacal… Leía desde niña como parte de sus
tareas del día. Agarrar un libro no era accidente que podía suceder en algún
tiempo indefinido. Leer para ella era tan inevitable como una necesidad
fisiológica. Con esa fatalidad y esa precisión. Esa necesidad, angustia y
placer. De ahí que poseyera un vocabulario amplio, supiera canalizar
muchas de sus inquietudes y tuviera una imaginación que le facilitaba la
creatividad literaria. En las despedidas, al terminar los trabajos de la
expedición, casi siempre había reuniones literarias de despedida y ella medía
el nivel de “su literatura” con los otros. Su pensamiento indígena estaba
presente, lo vivía, lo cultivaba y procuraba documentarse de las culturas
milenarias de otras partes del planeta. Pocos conocían la historia de los
caldeos de Ur, y la de los etruscos de Italia, como ella. Uno de sus proyectos,
para cuando terminara esta temporada de montaña, era viajar hacia la región
ranquel de Argentina, entre los Ríos Cuarto y Quinto. Pero antes debía de
atrapar a Cork. ¿Qué son las bellezas del mundo sin él? Se acordaba que cuando estaban juntos leían
libros alternándose las páginas mientras tomaban café…
El último día de octubre había sido
una de las cien mil personas que visitaron las numerosas ofrendas de Ciudad
Universitaria, de Las Islas y de la Escuela Nacional de Estudios de Postgrado
Aragón. Había contribuido con el tzompantli de la Facultad de Medicina, en
busca de esta institución, aparecer en
los Record Guiness y la calavera de azúcar, que Toci puso en la ofrenda, fue la
número cinco mil tres. Gustaba de
llevar a sus clientes, para las ascensiones en México, al regreso de las
montañas, a ver los murales universitarios: O´Gorman, David Alfaro Sequeiros,
José Chávez Morado, Carlos Mérida, Francisco Eppens, Diego Rivera…Se trataba,
les decía, de un enorme museo de arte al
aire libre. Y se afanaba en señalar que
ese museo tenía como espíritu rector a Quetzalcóatl. Igual que niños, los hacía
caminar sobre los lomos de la gran serpiente de roca de la Zona Cultural. Como
una cortesía suya proveía a cada grupo una Guía de Murales de Ciudad
Universitaria editada por el Instituto de Investigaciones Estéticas. Una
publicación con imágenes e información sobre los artistas autores de esas obras
de arte. Así los metía a reflexionar en el significado de los murales. Ciudad
Universitaria, les insistía, es una realización artística…
Toci supo siempre que la rutina tiene
un valor extraordinario. Muchos no lo saben y se sienten prisioneros en ella.
En el primer “puente” se van a los balnearios o a la playa. Sólo para entender
de alguna manera que el equilibrio está en los acontecimientos encadenados que
se parecen mucho a los del día anterior. Por eso se apresuran a regresar a su
lugar de siempre. Nadie quiere escalar montañas
para encontrarse a sí mismo. Para reencontrar la calidez de la ciudad.
En las calles la gente no tiene rostro. Pero también en la montaña y en el
desierto hay muchos sin rostro. Creía que en todas partes hay rutina, como en
las oficinas de la burocracia. Dentro de la audacia del escalador también hay
rutina. ¿Cómo se puede adquirir una cultura de calidad sino se es rutinario en
el acto de abrir un libro y ponerse a leerlo? Creer lo contrario ha llevado al
país a una industria editorial casi heroica en donde los tirajes de apenas dos
mil ejemplares ya se consideran best seller…
Y todos los tirajes de los diarios nacionales y locales juntos de ese
día apenas igualarían a uno sólo de los
grandes europeos o estadounidenses. Y la mayoría de los mexicanos abrevan su
cultura, nada más, en los diarios…En los exiguos diarios.
Cuando tenía que moverse en “lo
occidental” no se le podía etiquetar en algún estereotipo, escuela o corriente
de pensamiento actual. Era feliz lejos de las abstracciones y aquí también
volvía a buscar la rutina de la tradición. Estaba convencida que los libros de
pensadores contemporáneos no difieren mucho de los autores de muchos siglos
atrás. Por más que estén negando su corte umbilical con el
pasado. Olmecas, babilonios, egipcios y griegos. Eran el “humus cultural” en el
que gustaba de hurgar y en el que encontraba sorpresas sin fin. Otra vez saltaba en su imaginación el Teetetes cuando Sócrates pregunta: “¿No diremos que lo que no existía
antes y existe después, no puede existir, sino ha pasado o no pasa por la vía
de la generación?” Conocía bien los casos del Quijote en el que fueron
incluidos numerosos relatos de otros autores. Y a la vez estos inspiraron
otros. Hallaba que El Mercader de Venecia,
de Shakespeare, se parece mucho a la carrera del gordo de once arrobas de peso
contra el flaco de cinco arrobas. Los consejos del buen Sancho consisten en que
uno se cortara carne de su cuerpo hasta quedar parejo con el otro. Este relato
a su vez procede de la Floresta General, de Melchor de Santa Cruz, que fue
aprovechado por Cervantes. Alonso Fernández de Avellaneda en realidad estaba en
el espíritu de la época cuando escribió la segunda parte de Don Quijote de la
Mancha. Fue la reacción tan fuerte de Cervantes contra él que le dio a la obra
el carácter de apócrifo. Este año que se cumplen cuatrocientos años de la
edición, de la segunda mitad del Quijote, nadie ha reivindicado a Avellaneda. Y
los fanáticos de Sor Juana Inés de la Cruz se sorprenderían de cuánto material
figura en su bella obra que pertenece a otros… Goethe y las brujas del
medioevo...
En política no se hacía líos con
dictadura, democracia y partidocracia. Repetía que esta última era el eslabón
que cerraba la figura de “la serpiente que se muerde la cola”. No le entendían
la metáfora y entraba a comentar la necesidad de estudiar con responsabilidad a
la dictadura en lugar de estar hablando tan fácilmente de la democracia. Así
sabríamos en que momento la democracia se descompuso al grado que dio paso a la
dictadura. Sabía que era una realidad muy difícil de aceptar…La historia
oficial del país se parece más a la crónica de un escritor de partido político…
Creía que las emociones básicas
primarias tienen mucha influencia sobre las creencias y en el entorno social en
el que se desenvuelven los individuos. Y que en las ciudades cosmopolitas,
como México, se necesita mucho oxígeno
para poder evitar la intolerancia. Pero que ese oxigeno no cae del cielo. Es
para todos y entre todos hay que cultivarlo. Sobre todo se dijo que a la mujer citadina le hacía falta oxígeno.
¿Creyó en el complejo de Edipo, en lo de la castración etcétera pero al fin el
tratamiento sobre la neurosis no dio resultado y ahora no cree en los
psicoanalistas? ¿Se convirtió en la analista de sí misma, para evitar al
psiquiatra y al sacerdote, y ahora siente que su enfermedad se ha refugiado en
regiones más profundas? ¿A dejado de interesarle aquel hombre y ahora le atrae
su médico? ¿Se le ha terminado el dinero y ahora no puede seguir con el
tratamiento prolongado? ¿Siente que ha quebrantado el equilibrio de su vida al
incurrir en un perjurio? ¿Sigue creyendo que la sexualidad es un vicio y no una
necesidad natural? ¿Se ha construido otra realidad para no pensar más en aquella
realidad? ¿Siente que el psicoanálisis
es un combate que usted ganará a base de ingenio y actuación? ¿Cree que es
diferente a como sueña? ¿Le teme al psicoanalista porque sabe que muchos
psicoanalistas se suicidan? ¡Pobre mujer de ciudad que estas bajo la influencia
de una civilización refinada! ¿Sabes que muchos recovecos intelectuales hacen
frígida a la mujer e impotente al hombre? En la comunidad sencilla del jacal no
sucede así. ¿Qué vas a hacer si sabes que cada siete años tendrás que
enamorarte? ¿Sobreestimaste el objeto de
tu amor y no descubriste a tiempo sus defectos y ahora la relación se parece a un diálogo
sádico y masoquista? ¿Prefieres a los sujetos simples que a los refinados? ¿Te
gusta un galán con los atributos que tu desearías tener? ¿Te gusta besar las
partes de tu compañero que a ti te gustaría que te besen? ¿Te gusta derivar
toda inclinación amorosa de un perfume? ¿Sientes que el mal olor corporal es un
afrodisíaco? ¿Te enamoras de los cantantes aunque sepas que para ellos su ego
está sobre todas las cosas y personas? ¿Sientes orgasmos con alguna clase de
música?
II
Le gustó el pensamiento de cubrir con
su manto a Cork y llevárselo hasta su jacal…Y a su petate…
Me escribió para comentar algo del
relato que yo le había hecho de Joseph Conrad.
-
Siempre hay hombres soñadores que batallan por la libertad de otros.
Lord Jim luchaba por la libertad del pueblo esclavizado en aquella aldea de la
selva malaya. Lo hacía desde la obsesión que le carcomía el alma. Los
escritores beates norteamericanos, probablemente protestantes, que llegaron a
México en los años cincuenta del siglo pasado, luchaban por la libertad frente
al Estado mexicano y la Iglesia
católica. Lo hacían con tequila y marihuana en algún departamento de la colonia
Roma del Distrito Federal. La mujer que relata la “observación” número 91 de un
trabajo de Stekel, en la apoteosis de su libertad, frente a su familia, desde
los brazos de su amante circunstancial, exclama: “…me había vuelto tan egoísta
que no quería más que gozar”. José Alfredo Jiménez cantaba “Vámonos…donde no
haya justicia ni leyes ni Dios”. ¡Ni instituciones!
“Era la generación de los escritores
del “doping”…” me dijo.
La manera como conoció mejor a Cork
fue en una cervecería de Amecameca, a la que el grupo de escaladores se había
ido a meter luego de subir, durante una semana, rocas frías, de los cuatro mil,
en la cañada de Alcalican, suroeste de la Iztaccihuatl. Cuando sorprendió a la
muchacha, que lo miraba por tercera vez,
con esa mirada que es diferente a todas las miradas, le preguntó, nada más por
empezar una plática:
-¿Crees que lo que es, es?
-Sí – dijo ella mientras tomaba otro
trago de cerveza “Corona, extra” y lo veía de esa manera por cuarta vez. El
sabía que esa mirada era parte del flujo
mucoso, del “Método Billings”, al que no se le escapaba nada que tuviera la
inocencia de acercársele. Por la mirada sabía que su temperatura había ido
subiendo, por décimas de grado, durante una veintena de días y ahora… La mirada que domó a los
orangutanes.
-¿Y crees que lo que no es, no es?
- Sí- volvió a decir ella sin prestar
mucha atención al socrático interrogatorio.
-¿Y, entonces, dónde diablos quedó el
devenir, que es donde se manifiesta la libertad?
Era tarde para eludir la trampa. Sin embargo ella había leído a
Jaeger y sabía cómo desbaratar el nudo.
-¿Qué me das si te lo digo?-Cork
parecía estar borracho.
-¡Un beso en…!
- ¡Sí, pues toma, bastardo, hijo de
la… !- y le vació el tarro de cerveza en
la cabeza. Siguió tomando cerveza en la creencia que a Cork le haría efecto la bebida…No sabía
que Cork era un privilegiado por el Tonalamatl y a la que se le subió fue a
ella. Así fue como supo que, después de diez cervezas, las indias son igual que
las blancas, amarillas y negras. Quería llorar, bailar y reír al mismo
tiempo.
Cuatro horas más tarde ella le daba
la solución del intríngulis filosófico y él pagaba su apuesta…
Al despertar le comunicó
su pensamiento obsesionante que
era la enorme responsabilidad social de los medios, en especial la
televisión. Hablaba y echaba a andar lo intrascendente de la gente, y muchas
veces lo que en la sociedad se tiene como reprobable. Lectores que tienen prisa
en un país que no se lee mucho por muchos y entonces los escritores hacen
novelas de breve extensión. Quieren acabar pronto. En su valle se lee poesía y
ensayo. Dos géneros literarios… De preferencia autores extranjeros porque los
escritores del terreno, dentro de su provincialismo, sea prosa, poesía,
historia, crónica o ensayo, caen con facilidad en el tiempo decimonónico en el
que nada más existe la pugna liberal - conservadora. Ni se les ocurre llamarlas
como socialdemócratas o democraciacrisitiana.
Debido a lo alto de sus montañas era
un valle en el que no circulaban con facilidad los vientos. Sentían que los
extranjeros, en especial los europeos, les llevaban al menos quince siglos por
delante y están en posición de ofrecerles un horizonte cultural amplio.
“Derrocamientos y restauraciones” culturales que se reproducen casi todos los meses. Obras que
en un tiempo fueron “basura comercial” y
en otros tiempos fueron “clásicos”. ¿Qué revoluciones económicas provocaron
esos cambios culturales en la preferencia del público? ¿Cuáles obras estuvieron
al margen de todo ese manejo especulativo? En tanto en su valle seguían
congelados en el siglo diecinueve. Con la lamentable ausencia de algunas
excepciones como la prosa de Altamirano y la poesía de Gutiérrez Nájera.¿ Es
verdad que los libros hacen a las personas y las personas hacen a los libros?
Pero era el caso que en le valle de Toci sólo había un nutriente: el siglo
diecinueve. En consecuencia, la gente pensaba como en el siglo diecinueve.
En el tiempo en que Toci era una niña
su sociedad tenía varios obstáculos para entregarse a la lectura de los libros de “entretenimiento”.
Una era que el “gobierno mestizo” consideraba que la educación del pueblo no
era prioridad e invertía en otras cuestiones su mayor capital económico. La
otra era la idea extendida que toda lectura, y en especial la de
entretenimiento, era una evasión de la realidad. Aunque no se decía de qué
realidad. No se decía porque lo que se tenía enfrente era un caos impenetrable
para muchos. Entre menos se leyera, menos se descifraba el caos. ¿Y las mujeres?
¡No necesitan cultura! ¡El día de su onomástico
regálales un metate para que hagan tortillas!
Es la tierra del perfecto embrollo
empezando por el tema de la educación. En un lugar en el que se necesitan miles
de becas, Becacyt recortaba ese año 420 posgrados... Cuando la Cámara de
Diputados había autorizado a Becacyt 500 millones de pesos, para que se
ampliaran las becas, rájale que las recortan. Hasta Kafka hubiera exclamado:
¿qué pasa con estos de Becacyt? La peor interpretación burocrática administrativa, con la que salió
esta institución, fue que se suspendieron las becas porque los aspirantes no
llenaron bien los formatos. Aparte de no darles, les echó la culpa de torpes.
Imagínense recortar becas de posgrado de biología, por ejemplo, nada más porque
los formatos no estaban bien contestados.
El sistema público de educación superior está hecho para responder a los
problemas de la nación. Y el sistema público de educación privada, salvo
algunas pequeñas excepciones, está hecho para responder al crudo interés de la empresa. La idea es
apoyar, al mismo tiempo, la educación básica y los posgrados. Evitar el
gradualismo de la educación básica,
luego la media superior, después la superior y hasta después, allá por el año
2070, a los posgrados...El cuento de nunca acabar porque para entonces la
demanda de la educación básica va a ser tremenda y los posgrados seguirían a la
zaga. Si es que alguien imagina que puedan estar más fregados que ahora... En
algunos estados el porcentaje de la
población, que tiene un grado de maestría o doctorado, está por la calle de la
amargura. En Chiapas el 0.27 por ciento de la población poseía a la sazón
algunos de esos dos niveles de posgrado. En Oaxaca el 0.28. En Hidalgo el
0.35.En Tabasco el 0.36.En Guerrero el 0.37. El Distrito Federal, que es la
entidad con los indicadores educativos menos desfavorables, el 1.59. El que
dijo esto sabía lo que estaba hablando pues se trataba del presidente de la
Comisión de Educación de la Cámara de Diputados: Salvador Martínez Della Roca.
Y no fue en una reunión de amigos sino frente a rectoras y rectores de las
universidades del país, en el Seminario
Nacional sobre el Financiamiento de la Educación Superior. Más del 23 por
ciento del Estado de Chiapas era a la sazón analfabeta, en Guerrero el 22 por
ciento, en Oaxaca el 21...Estaba tan grave el problema de la educación básica
como el de los posgrados. Como un ejemplo, de la media, es decir de
licenciatura, se tenía que el país producía 1200 doctores al año con ciento
treinta millones de habitantes, en tanto que España, con 43 millones de
habitantes, cerca de 8 mil doctores. Brasil 5800... Los jóvenes mexicanos que
tenían las edades de 15 a18 años y que deberían estar inscritos en algún
bachillerato, el 63 por ciento no está inscritos en ningún de ellos. En el Distrito Federal los muchachos
que entraban al primer año de preparatoria, desertaba el 52 por ciento. Se dijo
entonces que lo primero que teníamos que hacer era reconocer el nivel del
problema. ¡No había un programa de equidad! Empezando por las desigualdades en
el costo que se les asignan a las universidades por alumno.55 mil pesos la de
Quintana Roo, 53 mil la de Yucatán, la de Guerrero 13 mil, Oaxaca 10 mil...No
hay criterios académicos claros para intentar
explicar tales diferencias. Se trataba de un país que estaba hecho
bolas. Y todavía nos preguntamos por qué se van de “mojados” más oaxaqueños y guerrerenses,
etc., para Estados Unidos, que de otros Estados. “Este país, dijo el orador citado, ha
envilecido su cultura desde hace mucho tiempo”. Los presupuestos para educación
han disminuido y no disminuyen igual.
Curiosamente el bachillerato era el sector más afectado en el
presupuesto. Y es donde se tenía el cuello de botella más grave ya que el
aumento demográfico de este grupo era casi aterrador. Por eso se tenían
problemas de todo tipo de analfabetismo y
de primaria. “De 1989 al 2003, la matrícula de educación superior
pública creció el 44 por ciento. La privada creció el 260 y tanto por ciento.
En este periodo el posgrado público creció a una taza acumulada anual en 125
por ciento. El privado creció el 570 por ciento”. Pero no se trataba sólo de
estar echando carreritas. El problema era
grave porque era en las instituciones de educación superior, públicas,
donde se afrontaban los grandes problemas nacionales. Donde se crea y se recrea
la cultura. El Humanismo. Las tradiciones. La Historia. La gran parte de la
investigación científica. Para desviar la atención, era la educación privada la
que trabajaba todos los días contra valores
del Humanismo como la tradición, la historia, la cohesión social y ponderaba el
individualismo.
Y tras la urgencia de Cork para que
la muchacha leyera y escribiera, casi siempre seguía la regañina. Se escribe
porque se escribe, le decía. Si en el remoto futuro eres leída, tanto mejor.
Como Schopenhauer que escribía para los nietos de esta generación. Pero
escribir pensando en los contemporáneos, para agradarlos o para influenciarlos,
es tener ganas de meterse en la tremolina yoica. Desde luego cada quien salva
el día como puede, pero estoy seguro que hay maneras más positivas de ir por la
vida. Mejor sería dedicarse a coleccionar estampillas y sellos del
correo…Cuando tú te deleitas leyendo a Chaucer, Shakespeare, Petrarca o Boecio,
te refieres a sus méritos, ya purificados por el tiempo, no a la polvareda que
los intereses intrínsecos levantaron en su época. O dejó de levantarla. Con los historiadores
hay que andarse con más cuidado. Parece que Schopenhauer se refería a ellos al
escribir: “Cuando la Verdad habla desde el conjunto de los hechos de las cosas,
no hace falta acudir con palabras en su auxilio; el tiempo le ayudará con mil
lenguas…Hasta que se presente casi inevitablemente el descubrimiento…Hasta que
el ojo más torpe lo adivina”. En verdad te digo que entre los historiadores...
Graulich, el francés muy conocedor del mundo náhuatl, decía que: “hay que leer
a las fuentes”.
Leer y más leer era la maldita
canción de Cork.Esa noche Toci en su tienda, en la orilla del glaciar Tolosa,
intenta descifrar la conducta de Dios a través del Paraíso Perdido de Milton.
Es la caída de Satanás al tratar de disputarle la supremacía al Creador. Una
tercera parte se rebela y el resto permanece fiel y triunfa. No gana por el número sino por los valores. Son dos
imágenes que representan el Bien y el Mal. De ambos lados hay ángeles y arcángeles que luchan con
la espada en la mano tratando de hacer prevalecer su estilo de pensar y vivir.
Al final los del bando de Satanás son arrojados prisioneros al Infierno. El
Infierno es la prisión, no la mansión, de los rebeldes. El libre albedrío es la
pieza clave en todo esto. ¿Por qué se les dio libertad de decisión a los
ángeles? Se preguntaba. Los autómatas no se rebelan. Entonces se pone de
manifiesto que todos eran libres en el cielo. Con una jerarquía bien
establecida pero susceptible de ser desobedecida. Además, parecería que el
cielo es una fortaleza que siempre puede ser conquistado por medio de la fuerza
de las armas. Los seguidores de Satanás siempre están intentando penetrar sus
muros.
Pero Dios no se desanima. Vuelve a
realizar una segunda creación. Ahora con el hombre y la mujer en el centro, no
ya con ángeles. ¡Y vuelve a dar el libre albedrío! “El libre espíritu que en tu
interior he puesto…Te hago dueño de este Paraíso; tenlo por tuyo para
cultivarlo, guardarlo y sustentarte de sus frutos. De todos los árboles que en
este jardín crecen, come libremente y con corazón alegre; no padezcas
necesidad; pero del que lleva en sí el conocimiento del bien y del mal, que he
plantado en medio del jardín, junto al árbol de la vida, y para prueba de tu
obediencia y fidelidad - no olvides nunca este precepto -, guárdate de gustar,
y evita sus funestas consecuencias. Sabe que el día que comas de él y
quebrantes el único mandato que te impongo, morirás infaliblemente, serás
mortal desde entonces, perderás tu presente felicidad, y expulsado de aquí,
irás a un mundo de desdichas y penalidades”.
¡Y los humanos también se rebelan!
¿Qué intenta Dios? ¿Acaso mostrar a los diablos, por medio de los humanos, que
el cielo se puede reconquistar para la felicidad no para la dominación?
No encontraba la respuesta. Dejó de lado
a Milton y agarró a Fadanelli. Este le recordó a Bukowski.
III
Era muy noche cuando dejó el libro. El termómetro marcaba treinta y dos
grados bajo cero y el viento había dejado de golpear. Se asomó por la mirilla y
pudo ver el resplandor de los Andes
cubiertos de estrellas y más allá la Cruz del Sur. Sintió que el frío le
goleaba el cristalino de los ojos y llegaba hasta el humor vítreo. Se hundió en
su bolsa de plumas. Recordó que el
círculo de lectores, de los expedicionarios que festejaban en Mendoza, tomaba
café mientras leían algo de Ibsen. Después ella les decía que si una novela,
obra de teatro, pintura o escultura, no es del agrado del público, se dice que
la obra no es buena. No se piensa que el público pudo haber sido el incapaz
para valorar el trabajo. Lo mismo en el arte pictórico, agregó uno de ellos. ¿Cuánto
tiempo tuvo que pasar para que Hölderlin, como poeta, y Van Gog con sus telas,
demostraran lo contrario. Aunque dudo que ellos buscaran demostrar algo. El
gran público está metido en sus cosas como para que también invada el trabajo
especializado de un crítico. Tiene criterio y orientación estética pero no
preparación. Es semejante a la labor de un geólogo que se dispusiera a perforar
en cierto lugar, para extraer petróleo, y se sometiera su decisión al juicio
del público…Eso solamente sucede en el estadio de futbol. Cien mil expertos
técnicos saben más que el árbitro…En literatura la especialización del crítico
le permite descubrir lo nuevo, cosa que no puede hacer la gente acostumbrada a
lo de siempre.
Un expedicionario que tomaba cerveza,
y no café, como lo hacía el resto del grupo, dijo que de esta manera se corre
el riesgo de que el crítico, al servicio de las editoriales, se convierta en
manipulador y de “gato por liebre”. Hasta puede justificar que Homero salga en
traje inglés del siglo veinte en la obra de teatro del poeta. Sentado en lo
alto del muro metiendo notas en su lap top en tanto allá abajo Héctor y Aquiles
se lían a golpes rodeados por escandalosas comadres de la vecindad.
Algo así como las empresas encuestadoras que inclinan las
preferencias del público antes de que éste acuda a las urnas y decida
libremente. En realidad lo de “siempre” tiene un poder de sorpresa inagotable.
Solamente los filósofos y los novelistas pueden ver a través del humo de lo de
“siempre”. ¿Cuántos autores pueden leer, aun el mejor lector, de entre miles
que hay? Que encuentren en escritores
nuevos las ideas de antiguos
pensadores.
Toci pensó que, debido a que el
pueblo mexicano no tiene costumbre arraigada de leer, sino solo ir a las miles
de bibliotecas públicas que hay en el país, a hacer la tarea de la escuela, no
ha podido sostener “su punto de vista” a través de los siglos. Los grandes
episodios de su historia política y guerrera traen consigo un cambio conforme
cambian los dirigentes y tan rápido que los historiadores no alcanzan a
registrar cabalmente. En el siglo diecinueve tuvieron treinta y dos presidentes
en sesenta años. A eso hay que agregarle la omnipresencia de la televisión
instalada en el corazón mismo de la casa, “con una idea menos cada año”.
La praxis del alpinismo ha enseñado que donde
se lee mucho del deporte de las montañas, el siguiente paso es escribir. Y esto
propicia generaciones que llevan adelante mejores y más logros alpinos.
Después de todo, volvió a hablar el
que no tomaba cerveza, la originalidad de Schopenhauer viene desde Sócrates,
Platón, Aristóteles, Baltasar Gracián.
De entonces para acá, el agua que pasa
por debajo del puente se ha reciclado muchas veces…Y todo para llegar a las
mismas conclusiones. Cambiando sólo la manera de decirlo. O hacerlo. Como los
manuales sexuales de los adolescentes que tienen quinientas cuatro posturas
diferentes de hacerlo… Buscando
desesperadamente ser diferente.
Recordaba haber visto un programa de “Aunque usted no lo crea”,
presentado por Jack Palance, mostrar el manuscrito del Ulises, de Joyce. Como
un códice plegable de más de cien dobleces, o como las hojas perforadas en los
lados y dobladas en el centro, de las primeras computadoras. ¡Sin coma, punto
seguido o punto y aparte! El único punto que tiene este largo manuscrito, dijo
Jack Palance, es el punto del final. ¡Aunque usted no lo crea!
Schücking seguía llegando hasta el
plato de sopa de Toci; “La imposición de un gusto determinado depende de
poderes sociológicos no siempre puramente espirituales, el único criterio para valorar un arte que ha logrado
imponerse es la duración de su efecto….Un arte que ha logrado mantener su
reputación a lo largo de muchas generaciones tiene que haber pasado de un tipo
que encarna el gusto a otro. Puesto que ha podido ofrecer algo a grupos de
estructura psíquica tan diversa como son los que se suceden en la dirección del
gusto al pasar los siglos, ha mostrado poseer valores capaces de sobrepasar una
época determinada, valores ampliamente humanos…Quizá esta advertencia es hoy
más necesaria que nunca, pues hasta el público culto se ha dejado convencer
totalmente de su pretendida minoría de edad en cosas de arte, y ha acabado por
creer en la libertad del arte, es decir, en su propia y fatal dependencia de
cierto mundo de “claques” artísticos y de críticos.” Son los que ponen precio
en el mercado y controlan las becas de la cultura.
Partir de cero, en aras de la
originalidad, que tanto buscaba Schopenhauer, es redescubrir el mundo. Te
recuerdo, india bonita, dijo el cervecero en la reunión en Mendoza, que el
propio Schopenhauer, todo sinceridad como filósofo, cae en la misma conclusión
cuando dice: “He hallado con frecuencia y con sorprendente alegría, en los
escritos de genios antiguos, ideas contenidas en pasajes de mis obras, que, a
causa de su carácter paradójico, yo entregaba al público después de titubear
mucho”.
Otro mensaje de Cork. Decía: El
efecto invernadero y el colesterol se parecen en que son necesarios para la
vida pero que más allá, o más acá, de ciertos parámetros…Toci se puso en
guardia pues era la clase de pendejadas con las que Cork empezaba para abordar
el tema que verdaderamente le interesaba. Resultó cierto. Después de un rato
leyó en su pantallita algo relacionado con el amor. Eros y Tanatos. ¿Sabes que
todo el que nace tiene que morir y que en esto no hay vuelta de hoja? Así es en
el amor. No es posible quedarse en Eros.
Su desarrollo inevitable es el dolor,
la muerte, el llanto. Salvo circunstancias extraordinarias ésta es la regla. Lo
que quiero decirte es que para no morir simplemente no hay que empezar. Ninguna
causalidad se pone en movimiento. En el amor no hay muerte sino juegas la
primera carta. ¿Acaso ese hijo de Pancho Villa…le estaba proponiendo el
celibato?
Toci permaneció con los ojos cerrados
preguntándose qué diablos quiso decirle. Los abrió y encontró otra línea: yo
estoy dispuesto a jugar este juego contigo, ¿tú también? Ya sabes que somos lo
que pensamos. Y yo pienso en ti…
Dice Toci que ni siquiera lo pensó y
de inmediato presionó seis teclas que
decían ¡¡sí!! Cuando me lo contó le pregunté ¿De manera que ni siquiera lo
pensaste? Y me contestó: tienes razón, ni siquiera lo pensé. Supongo que tendré
sesenta años para pensarlo.
Pero yo sabía que lo venía pensando
desde años. Pensaba que con su falda de lana negra, de cinco metros que usaba en su etnia, con la que daba cinco vueltas a su cintura,
podrían envolverse los dos... Sin separarse hasta que fueran tres…
3
1
A las tres de la mañana emergieron
dos figuras del paisaje invisible de la cordillera y caminaron hasta la
carretera, en donde se detuvieron a beber un trago agua. Descansaron un poco.
Volvieron a echarse las mochilas al hombro y siguieron por la carretera. El
cielo estaba limpio y las estrellas se veían en el cielo en cantidades
abrumadoras. El frío se metía hasta en los escrotos, y los encogía.
- Las estrellas miran hacia abajo –
dijo uno de ellos.
- O hacia arriba o a la derecha o
hacia la izquierda…Depende de la hora – contestó el otro. ¿Qué estaría pensando
Cronin…?
Tuvieron conciencia de encontrarse en
el centro de la soledad. Tal es la sensación que inspiran esos inmensos acarreaderos cordilleranos.
Sin embargo cien metros más adelante los alcanzó un vehículo que venía de Santiago
y prácticamente salió de la negra nada y los iluminó directamente. Cuando
estuvieron a la misma altura el vehículo se les puso adelante, obligándolos a
detenerse. Tres uniformados bajaron con sendas metralletas y los metieron al
auto.
Quince minutos después llegaron a
Punta de Vacas. Hablaron con los de la gendarmería y estos se comunicaron a la
frontera:
- …dos individuos… parecen colombianos… muy
sucios, apestan a diablos. Tal vez peruanos… ¿Que no los querés? Pueden ser
guerrilleros. ¿Y qué puta madre vamos a hacer con ellos? De seguro van a
resultar guerrilleros. Por si fuera poco, hablan un español muy raro…No
queremos complicaciones con las embajadas por este par de pelotudos, che. Bien,
esperaremos que amanezca…
Cuando llegó el día, uno de los
“guerrilleros” se acercó al guardia y le dijo:
- Tenemos una amiga, paisana, que
vive en Cuevas, ella puede identificarnos.
- El otro saltó.
- ¿Por qué no lo habés dicho antes?
- No nos preguntaron y veníamos tan
cansados que lo que queríamos era dormir aunque fuera en una celda. Nos daba lo
mismo…Pero ahora ya queremos largarnos. Aquí están nuestros pasaportes.
El celador llamó a otros militares y
entre todos examinaron los documentos.
- ¿Son mexicanos?
- ¿Qué carajo hacés vosotros por acá?
- Alpinistas... Andinistas. Le dimos
la vuelta a la base del Aconcagua. Nos llevó cinco días... Al llegar a la
carretera de Puente del Inca ustedes nos arrestaron sin decir agua va. Nos
proponíamos levantar nuestro campamento en los prados del lado opuesto de la
carretera…
- ¿Cómo decís que se llama vuestra
amiga?
- Toci.
- ¿Toci? ¡Vaya nombre! ¿Qué quiere
decir eso?
- Abuela.
Cuando Toci llegó a identificarlos,
los guardias creyeron que se trataba de otra persona. Esperaban ver una
viejecita con bastón. La muchacha, con dos pequeños senos por delante, bella
como un cromo indio de los que venden en México, y con un trasero para volver
loco a cualquiera, dijo:
- Me llamo Toci y vengo a identificar
a aquellos dos.
El guardia vio los pasaportes. Y
también las soberbias nalgas de Toci.
- ¿Cómo se llaman?
- Aquel, el negro, que saca la lengua
como iguana cada dos minutos, se llama Salvador Alonso Medina. El otro, con
cara de contrabandista italiano y mirada libidinosa, es Mario Campos
Borges
Diez minutos después los tres
abandonaban la gendarmería de Punta de Vacas. Bajaron a Uspallata, comieron y
brindaron.
-¿Cómo está la circunvalación a la
base del Aconcagua?
- Muchas cañadas - señaló Salvador -.
Campos nevados y zonas en donde no encuentras ni una sola gota de agua de
deshielo para beber y preparar los alimentos…Salvo sobre el glaciar Güsffeldt.
Al atardecer ellos bajaron a Mendoza
y Toci regresó a Cuevas. De lejos ella les mostró en alto una libretita color
rosa.
- ¡Aquí tengo anotado lo que me deben
en comidas y multas…
- Te pagaremos al regreso de la sur
del Ameghino - gritó Salvador -. Intentaremos otra vía nueva. Mario agregó:
- No te hagas muchas ilusiones con
tus dineros…Parece que de ahí no vuelven muchos. La vez anterior contamos tres cadáveres antes de llegar a la
rimaya…
Toci levantó los ojos hacia el cielo
helado y negro, lleno de estrellas, antes de meterse a su casa de Cuevas y tuvo este pensamiento: “Edipo, gran
descifrador de enigmas, ¿dime por qué
muere cada año medio millón de mexicanos de la ciudad del valle central,
por enfermedades derivadas del sobrepeso, si están rodeados de cuatrocientos
kilómetros de bellas, verdes y blancas altas
montañas? Todo al alcance de la mano? “
Pensó que no existe Dios para la
razón, porque pertenece a la sinrazón. Razonablemente se puede decir que Dios
no existe, pero por lo mismo razonablemente no se puede probar que Dios no existe.
Creo recordar que lo dijo Kant, entre otros.
Muchas veces ella había salido,
caminando, de Pachuca, por el lado norte, y luego de dejar atrás el barrio de
El Arbolito, y antes de la hora ya
estaba en el pleno ejercicio recorriendo los bosques de los tres mil.
II
Cork esperó pero no obtuvo respuesta.
Se echó la mochila al hombro y siguió su camino entre los antiguos saguaros del
páramo. Ya estaban ahí esos saguaros cuando por primera vez pasaron los de Bering…Ya estaban en ese lugar
antes que llegaran los hohokams…
En ocasiones Cork creía que no era suficiente comunicarse con Toci por medio del
texto o con su imagen en la pantallita. Era como ver a Salma Hayek o a Marilyn
Monroe en un calendario. Mujeres virtuales que nunca envejecen. Estaba bien
para conocer las proporciones físicas de aquella voluntad de ser
schopenhaueriana. Pero rechazaba a la
imagen ideal que no deviene. Prefería a una
Toci que ríe o se enoja o se deprime y que algún día se llenará de
arrugas y en sus rodillas, que ahora son capaces de brincar como una gacela,
aparecerán los estragos cartilaginosos. ¡Que huele a mugre, a limpio, a
lavanda! Que sueña y que es activa o que se tira a descansar en una
hamaca. Una mujer de carne y hueso que lo interrumpía en plena charla
diciéndole que va a orinar. O que, como
hacen las mazahuas, y las mujeres hohokams, eructan libremente al tomar un vaso
de cerveza. De otra manera, se decía, si no la tiene cerca ha de empezar a
preguntarse si está buscando a una mujer
que no es en el tiempo. Y eso
sería una señal de su incapacidad para relacionarse o… se acordó de Jung (¿o
era Ovidio?), que se contentaba con su propia imagen cuando se veía en el
espejo de agua. Rousseau hasta llegó a pensar que pensar, esto es, meditar, era
un paso atrás en la evolución, no un adelanto. Por fortuna Cork tenía a la
fauna del desierto. Esa forma del desierto y otras orgánicas tan especializadas
en aquel mundo seco le recordaban que se hallaba en un terreno real. Estuvo por
llamar formas inferiores de vida al temible escorpión o a la huidiza cuetzpalin. Pero se dijo que en ese inmenso
páramo él era el más frágil de todas aquellas criaturas. Al menos en aquella
situación Rousseau no estaba tan
fantástico. Él podía pensar una serie de posibilidades de atravesar el desierto
o cómo encontrar agua. Pero la lagartija y el ratón jerbo estaban
condicionados por la evolución para
hacerlo, sin lugar a dudas. ¿De qué parte estaba la fragilidad? ¿De dónde
obtenían agua?
¡La fragilidad! Tenía nueve años de
edad el día que durmió plácidamente
hasta las ocho de la mañana. Cuando su padre regresó de las faenas matutinas
del campo dijo a la madre del niño que quemara chile en la habitación sin
ventilación y lo encerrara en él por media hora. Después de eso jamás volvería
a holgazanear como en esta ocasión.
¿Para qué le sirve a la etnia un niño que duerme tan tarde como los niños
de la ciudad? Así se vena haciendo en el
pueblo del desierto desde hacía tres mil años y la mujer cumplió la petición
sin demostrar el menor signo de contrariedad en su rostro. En la etnia el
individuo más duro es la mujer, no el hombre.
Sin embargo quién sabe por qué esta
vez ella misma se escuchó preguntar:
- ¿Podría el niño tomar parte decidiendo en el asunto?
- Sí.
La madre le preguntó. El niño señaló
hacia la repisa donde estaba un grueso libro.
- Quiero leer ese libro que lee mi
padre-. No sabía que era un viaje hacia
la cultura occidental.
-Puedes empezar con este-le mostró un
bello cuaderno ilustrado en blanco y negro y poco texto: Las pulgas no vuelan.
- ¿Jaeger?- dijo simplemente el
padre. Bien. Leerás cinco páginas cada día. Si entiendes o no, no te preocupes.
Sólo léelo. No te desesperes. Algún día llegarás a la última página. El
resultado será el mismo que si te metieras a la habitación con olor a chile: no
volverás a levantarte tarde. Recuerda: sólo cinco páginas. Los que leen mucho se
acuestan noche y se levantan a medio día. La piel pierde su color, el vientre
se infla y las piernas enflaquecen. No dejes de correr por el campo y procura
que te pegue el viento, la lluvia y el Sol en la cara. Al volver a casa sigue con Jaeger. Leyó algo que encontró a la
mano, publicado en un periódico
extranjero. Se refería al escritor Cees Nooteboom: “El trabajo de escribir
exige una inmovilidad insalubre y un ensimismamiento prolongado en cosas que no
existen. La inmovilidad ha de ser compensada con ejercicio físico; el
ensimismamiento en lo inventado o en lo
invisible, con la compañía franca e igual de otros seres humanos, y con la
dedicación a ocupaciones prácticas que exijan una atención activa al mundo real,
a ser posible el uso diestro de las manos:, la jardinería, la cocina. La carpintería también parece aconsejable…”
-Me gustaría escribir de cosas que no
existen-dijo el niño Cork-pero el padre no hizo caso:
-De manera que ya sabes: leer y luego
irse a correr a campo traviesa, sino quieres que te crezca la barriga y las piernas se te hagan
de carrizo.
Cuando ese mismo día el niño Cork
empezó a leer la Paideia, se preguntó si no hubiera sido mejor haberse decidido
por el castigo del cuarto lleno de olor de chile quemado… ¡No entendía nada!
Como no podía hacer otra cosa por el
momento, en medio de un desierto que se antojaba sin fin, volvió a encender la
pantallita y empezó a leer y a garrapatear algunas notas.
La prisión en realidad no era el
desierto sino la aduana que le impedía
tener su microscopio para seguir investigando. Estaba consciente que la
investigación que se genera en el lugar de donde procedía tenía poco impacto en
el desarrollo del país. México había contribuido el año anterior con menos del
uno por ciento de productos de investigación en el mundo mientras Estados
Unidos tuvo el treinta y tres. Seiscientas patentes, contra trece mil del
extranjero…Había tantas cosas por hacer. ¿Y su microscopio seguía perdido en
las bodegas de la aduana? Entre tanto el vocero oficial de la oficina temblaba
de miedo. Con voz de pánico decía: Señores periodistas, pueden observar que
tenemos al día los mapas de peligro. ¿Se han movido esos malditos lahares? En
tierra de volcanes el asesor en geología es más necesario que un asesor
político... En cualquier momento del día o de la madrugada...Yo llegaré a ti
como el ladrón, decía también el sismo procedente desde las costas de Guerrero
o las de Oaxaca....Los políticos y los arquitectos no deberían de perder de
vista las palabras de Jesús. Ni tampoco las observaciones de los geólogos.
La actividad de un volcán abarca a
regiones lejanas. Parecido a eso fue que murieron los dinosaurios. Las
nubes.... Pero en el desierto no hay
nubes que se precipiten. Aun así no se
está a salvo de las emanaciones de material volcánico, que es empujado por las
corrientes de aire, y viaja en las nubes que luego llueven y el beber de sus
aguas puede resultar fatal. De todas maneras bebería sin pensarlo siquiera,
aceptó al sentir su lengua que se pegaba al paladar y su sistema epiglótico le
cerraba la garganta.
Pero el volcán es como un potro al
que no se puede predecir todavía. Podemos escribir sobre hechos consumados y
opinar del segundo y el tercer
movimiento posteriores pero... ¡Algún día! En ciencia no se puede decir no. Ni
tampoco un sí definitivo… Por ahora un repentino paroxismo que afecte a la
población tendrá que ser seguido con la renuncia del funcionario antes que los
chicos de la prensa lleguen a crucificarlo.
Bueno, se dijo Cork mirando al cielo
sereno y estrellado a través de su mosquitero, creo que esta infinita calma
sólo puede ser interrumpida desde
arriba. Se acordó de Oswaldo Spengler. No todo se transforma en la larga calma
darwiniana. Y volvió a pensar en los
enormes fragmentos de níquel que ya se habían puesto en movimiento hacia la
Tierra antes que el planeta existiera. ¡Llegarán! dijo y se volvió a quedar
dormido. Esa noche soñó que era un boy
scout accionando la alerta volcánica y
de esa manera ponía a salvo a dos mil campesinos...
Tal vez debido a este sueño escribió
que ser hombre es una recompensa después de haber sido un perro honesto o un
elefante virtuoso. De la misma manera el hombre honesto y virtuoso debe tener
también su recompensa en este mundo. Esto lo dijo Georg Sand, la escritora francesa del siglo diecinueve.
Lo que está manifestando, Toci, es que todo tiene su consecuencia. Viene de
algo y de igual manera es impulsado en determinada dirección. Sand se sirve de
la idea de la metempsicosis para recordarnos que estamos en el mundo de la
causalidad. Somos producto de algo y a la vez vamos a provocar otra cosa.
Nacida en una época, 1804, y en un
país en que la razón reclamaba su sitio, Sand se dio cuenta que un tesoro
cultural de su pueblo estaba siendo llevado por el viento hacia la región del
olvido. Eran las leyendas y tradiciones del mundo campesino francés. Los
relatos se pasaban de una época a otra época por tradición oral y era escaso lo
que se había escrito al respecto. Esta circunstancia la inquietó sobre todo al
tener la referencia de los alemanes que poseían una rica literatura. Alemania,
considerada como la tierra clásica de lo fantástico, había metido su leyenda en
los libros. Y esta era la tarea que la francesa emprendería en su vida. Como
Juan Rulfo lo haría más tarde en México con las leyendas de aparecidos que
llenan el atrio del templo de San Juan de los Lagos.
Sand está familiarizada con la vida
del pueblo llamado Berry, de la campiña francesa, y es este lugar el arrecife
donde va a nutrir su pluma. Es el sencillo campesino que produce lo fantástico
por estar pegado al panorama primigenio de la naturaleza. Los habitantes de la
ciudad no saben de eso porque las luces
de la calle y su apretado contexto social y arquitectura, ya hace mucho
que ahuyentaron a la fantasía y a las estrellas. ¡En la ciudad ya sólo hay
semáforos!
El citadino no tiene idea de lo que
es caminar solo en la noche, a través del bosque lleno de formas silenciosas
que se oyen. Su instinto de conservación tensa al máximo las fuerzas. Imagina
las diferentes posibilidades que
pudieran tener lugar ¡y surge la fantasía! Es la vida que se rehace de manera
constante. Él va por el campo y es sorprendido por la tormenta y el rayo. Esa
energía del cielo que ha matado a conocidos suyos pasando la loma que está enfrente...
El humano en el campo sabe, como Gregory Peck o Harry Street, en la película
Las Nieves del Kilimanjaro, que no porque el armón vaya más rápido que el
caballo quiere decir que avanzamos. En la ciudad el hombre dirigirá para bien o
para mal muchas cosas, desde su intelectualidad o desde su yoismo neurótico.
Pero el campesino entiende desde niño que no se encuentra solo en este planeta.
Es una criatura que se mueve dentro de
otros tres formidables mundos paralelos y son el mineral, el animal y el
vegetal. No sabe que así se llaman pero los conoce. No puede darse ínfulas de
autosuficiencia y tendría que aprender a no ser más depredador. Ni comprar
cactáceas ni vender cactáceas. Ni comprar amonitas ni vender amonitas. ¡Para
qué maldita la cosa querría alguien adornar su oficina con una amonita que tuvo
que ser extraída sin fines académicos y por inexpertos que destruyen un cerro,
como destruyen una pirámide! El
campesino está cerca y dentro de fuerzas insalvables. Insalvables pero no
terribles pues de alguna manera esas presencias le ayudan a vivir. No ha
olvidado que es parte de todo eso. Es necesario escucharlas. No entiende muchas cosas que ahí suceden pero las explica
a su modo. De la manera más pragmática y
sencilla, en donde sabe que lo valioso es que sigue conservando la imaginación.
Que el descreimiento es para gente agotada pero él está vivo y con sus
potencialidades en espera de algo grande. Esto es lo que importa para la
escritora francesa, no encerrar el pensamiento. El determinismo de la causa y
el efecto lo convierte en un horizonte sin fin. Los incipientes vuelos en
globos que se han visto despiertan su imaginación. “¿Quién les dice
que una raza de águilas tan potentes como globos y tan dóciles como los
caballos no surgirá para asociarse a los viajes aéreos del hombre futuro?” ¡Le
encantaba George Sand!
La campiña de Berry, donde vive su
familia, sabe conservar sus leyendas y a la vez produce otras. “George” nos las
ha legado a través de cuentos bellos y amenos tales como “Visiones de la noche
en el campo”, “El perro y Flor Sagrada” y “La reina Coax”. ¿Sabes que Aurore
Dupin era su verdadero nombre? Tuvo amores con músicos de fama como Musset y
Chopin. Fue activista durante la revolución de 1848. Desengañada de los
resultados, se dedicó a la literatura. Su novela más famosa fue “La Mare au
diable” Falleció en 1876. Murió sin haber resuelto el planteamiento que ella
misma se había hecho: ¿si un elefante virtuoso tiene su recompensa en
regresar a esta vida como humano, en qué
podrá regresar un hombre virtuoso después que haya muerto?
Ya casi perdiéndose en el sueño se
preguntó si con una edad promedio “entre los veinte y los treinta”, como
gustaba señalar en lugar de decir veinticinco, Cork pensaba si sería un hombre
viejo. Era increíble el número de amigos y conocidos suyos que habían muerto
ya. Recordaba a José Méndez, Heriberto Salazar, Rafael Ascencio, Manuel García, Eduardo Manjarrez. Con ellos
incursionaban a lo largo de unos paredones de roca, nieve y hielo. Era tan
habitual para ellos vivir en esos panoramas verticales que no se daban prisa si
el sol ya no iluminaba. Sacaban su tienda vivaque y se ponían a preparar la
sopa. En la tienda contigua otro se
afanaba por asar la carne y el de más allá calentaba la olla para el café. Después
de contarse chistes o anécdotas blancos y rojos a través del vacío negro, se
dormían como benditos. Pero ahora
estaban muertos. Si vivieran tal vez él estaría escalando en algún lejano
macizo montañoso en lugar de estar caminando solo por el páramo. Es el problema
de vivir hasta los veinticinco años- se decía-. Uno se va quedando solo...
Solo, en un mundo de desconocidos y en unas
viejas y conocidas calles que también empiezan a parecer irreales.
Los hopis de la última aldea bailaban
frente a su tótem ahorrándose obviamente la desgastante polémica bizantina en
torno a las imágenes. Un muchacho universitario que había leído a San Basilio
decía que honrar a la imagen lleva al prototipo. Una joven india comunicativa,
del mismo lugar, decía que rechazar la imagen de palo, tela, arcilla o piedra
es tan gracioso como un sibarita declarado que profesara una religión de
iconoclastas. ¿No percibes la relación? Consiste en que desprecia la imagen
sagrada porque está hecha de materia, mientras él revienta de comerse solo un
pavo relleno de salchichas y adornado por fuera con rajas de
tocino...D.H.Lawrence, que conocía mucho de las costumbres indias americanas, y
había asimismo penetrado en su psicología, es probable que estuviera pensando
en el matriarcado indoamericano cuando hizo decir a uno de sus personajes que
la abuela es la divinidad que preside la casa. ¿Te imaginas a un iconoclasta
venerando a su abuela?
Vale para los mexicanos étnicos. Los
mexicanos somos indios con muchos injertos, dijo Rubén Bonifáz Nuño, en
Veracruz, recordando la obra de historia de Francisco Javier Clavijero. La
metáfora bella no actúa tan rápido en la sociedad como en los vegetales. Toma como ejemplo a los artistas pintores
plásticos. Están agrupados en “círculos” y “corrientes”. Estos a su vez provocan “círculos” en la audiencia que los
ve, empezando por los críticos. Cualquiera sabe lo que es una obra de arte. Se
dice que “el arte carece de utilidad, que está destinado a la contemplación, fuera
de todo interés social, que el artista tiene que ser indiferente a estas
cuestiones mundanas”. Lo cierto es que se le acepta con facilidad si
corresponde a su círculo. Algunos cierran filas con su tema para que las telas
entren al mercado especulativo. Y esto provocará que sean financiadas por el
erario, que obtengan becas, se comenten en las academias, se excluya a los
otros, presidan las mesas redondas, que sus pinturas sean resguardadas en los
museos. Lo mismo sucede entre filósofos con sus filosofías...
-Mantente lo más lejos que puedas de
todo eso, le recomendaba. En esa medida serás original…
Se percató en la mañana que una criatura pequeña rondaba
la tienda con claras intenciones de penetrar en ella. Era un falso escorpión o
“vinagrillo”, como le dice la gente del norte a ese alacrán al que le falta la
cola y despide un fuerte olor a vinagre. Subía o cruzaba en diferentes
direcciones del otro lado de la tela. Seguía con la vista su sombra. No se
preocupaba pues sabía que no podría entrar por ningún lado. Media hora más
tarde pudo ver cómo un pequeño lagarto ascendió hasta el techo y de un solo
movimiento se lo engullía. Así es la vida en la estepa. No hay bueno ni malo.
Solamente necesidades. Y, como cree que esos animales no tienen conciencia, se
imagina que deben de dormir felices después de cada fechoría. Parece que el
retorno a la animalidad es el remedio para nuestros insomnios. Pero es tarde,
tenemos conciencia…
-¿Lo que enviaste de Rembrandt es una
composición lírica tuya?- Le preguntaba-. Si este es el caso, perfecto, te
felicito. Pero si no, has el favor de citar la bibliografía. ¿O quieres que te
recuerde lo que al respecto de supuestos escritores originales dice Persio
Flaco? ¡No te gustaría!
Hacía ya algunos días que no encontraba vestigio
alguno de asentamientos humanos en la estepa que iba cruzando. Podía pensar en los animales como una despensa a su
disposición en la medida que tuviera habilidad para conseguir alguna presa. Si
su nahualli fuera alguno de ellos, ese animal tótem estaría a salvo. No se trata de una intocabilidad
como en la reencarnación de los hindúes. Solamente es una especie de
deferencia. Pero no tan ciega como para morir de hambre si no hay otra
solución. El avatar de alguien es el primer animal, planta o fenómeno
atmosférico que cruza frente a uno el
día que se nace. Cuando nació, le
habían contado, la habitación en el desierto estaba plagada de escorpiones, tarántulas y arañas en los rincones. En tanto
que las lagartijas, víboras, liebres y demás pasaban a dos metros de la puerta
por la llanura. Por lo demás, lo primero que vieron sus ojos fue un trozo de
pedernal que colgaron en su cuello a manera de amuleto. No se trata de un
fragmento de vidrio volcánico carente de significado. O el desplazamiento del
espíritu por la fórmula de un mineral o un planeta. Los filósofos dirían que
esta obsidiana es el concepto del
símbolo. Como la cruz en los cristianos. Orenda es para los indios
norteamericanos el espíritu que se eleva sobre la supuesta zoolatría de las tribus.
Los animales tallados en madera como tótem son avatares pero no son
los dioses. Como la paloma en el cristianismo no es el Espíritu Santo, sólo su
avatar. Como los colores verde, blanco y verde de la bandera de Nigeria. La
fórmula que se pronunciaba al momento de imponer el amuleto al niño, con el
nahualli, se trataba de un fuerte jalón
de orejas para la comunidad y era la siguiente: “Toda oposición que no conduzca
realmente a la integración y al beneficio de la sociedad, lleva intenciones de
adversario depredador en el fondo…” Y
acaba de esta manera: “El que no tiene tótem acaba creyendo que él es el
tótem”.
Águilas, serpiente, tunas - corazón.
Singular avatar. Lo es porque amalgama animales
y plantas. Totemismo que ha perdurado a través de los siglos y las
radicales mutaciones políticas. Es tal vez la única religión solar – espiritual
manifestada que se representa con su tótem. Desde luego hay una mala
interpretación a lo dicho por el poeta precristiano anónimo que en tanto el
mundo durara la fama de México- Tenochtitlan no moriría. Más esto no sucede por
la grandeza que tuvo la ciudad – imperio azteca. No morirá porque lo reveló
Tezcatlipoca. Hay excelentes trabajos de etnólogos que han dedicado su vida al
estudio del pensamiento indio, como una vez tuvimos nosotros a Fray Bernardino de
Sahagún, a Fray Diego de Durán a
Chimalphain y ahora a Miguel León Portilla. Se trata de estudiosos. Exploraciones y reconstrucciones
verdaderamente portentosas. Posibles universales porque lo que pasa en la mente
de unos hombres no es nada ajeno a lo que pasa en la mente de otros hombres,
aunque los separen siglos, continentes así sean
de distintos colores...Más un arqueólogo podrá descubrir, estudiar y
reconstruir un momoztli o adoratorio de montaña, pero no le será dado edificar
un nuevo momoztli. Como Toci y Cork sí
podrían hacerlo. Los de la etnia pueden seguir construyendo de manera original
en la perspectiva de la arquitectura mesoamericana. Aunque la verdad no me
explico por qué no lo emprenden. Te lo comento porque muchos grupos de indios
norteamericanos siguen construyendo...
Su psiquismo inconsciente siempre
está remontando el vuelo. Despegando del humus de la tierra lleno de nutrientes
y no carente de animismo. Aprovechando los minerales del suelo, como hacen los
animales del desierto, pero mirando con el espíritu hacia las estrellas y
teniendo conciencia de la vida y que un día morirán. En esto siguen
pareciéndose a los grupos del sur. Sus murales están llenos de relieves y
pinturas. En ellos una rica etnozoología viene plasmando, desde hace treinta
siglos, sus recursos faunísticos. Todos pronto a emprender el ascenso por los
aires. Empezando por el murciélago de piedra maya del Preclásico Tardío,
encontrado en el Valle de Copán. O los coyotes emplumados de Coyoacán, avatares
de Tezcatlipoca. O la serpiente emplumada de los toltecas. Nadie quiere
quedarse en la animalidad del Hombre Lobo de la cultura occidental del que
Petronio, el poeta elegante del imperio romano de Nerón, nos cuenta
deteniéndose en los detalles.
Llevaba dos días en ese lugar.
Calculó que a su paso sin prisa debería de haber avanzado muchos kilómetros
sobre el páramo y parte del erg. Pero había encontrado los restos de un cuerpo
humano perdidos entre los breñales. Otro poco y pasa de largo sin haberse
enterado. Pero el fuerte olor de la descomposición y la carrera de varios
animales carroñeros que se pusieron en
movimiento llamaron su atención. El esqueleto estaba completo más ya sólo
quedaban trozos de carne. Carne renegrida por el sol y semicubiertos de arena.
Se encontraba a tal distancia de cualquier lugar habitado que era inútil pensar
en alguna clase de muerte provocada. Por sus ropas se veía que no era de raza
india. Tampoco había traza que fuera explorador o aventurero. Era como alguien
que se había extraviado. Algunos se internan mucho en el desierto en vehículos
y ante el desperfecto o la falta de combustible no saben qué hacer. Empiezan a
caminar…Estaba acostumbrado a ver cadáveres ya localizados en las montañas que esperaban a la partida de
rescate. Tal vez debido a eso siguió caminando por un rato sin interesarse
particularmente por el hallazgo. Se detuvo al pensar que aquel cadáver jamás
sería rescatado. Los animales del desierto obviamente ya habían obtenido su
parte. Pensó en las reservas de agua que llevaba en la mochila extra. Consideró
que no se encontraba en ninguna
disyuntiva y más adelante, al alcanzar lo alto de una duna aislada entre el
matorral, instaló su tienda. Estaba lejos del hedor y pensó en la manera que
podría dar sepultura al cadáver. El suelo no era duro pero por más blando que
resultara no disponía de la menor herramienta para practicar un hoyo lo
suficientemente grande.
Fue cuando recordó el tratamiento que
daban a los muertos caídos en los
combates de la revolución, del principio del siglo veinte, en las llanuras del
norte. Cuando eran muchos los hacinaban en número de cien o doscientos y simplemente les prendían
fuego. Un cadáver bajo los cuarenta y cinco grados calientes acaba por despedir
grasa de su cuerpo y es el mejor combustible para que empiece a arder. A los
cadáveres aislados de la División del Norte no los enterraban. Para Francisco
Villa lo primordial era estar en constante movimiento. El desplazamiento de su
tropa era parte de su estrategia tanto para evadirse como para atacar. Ponerse
a excavar la tierra los obligaba a detenerse más de lo que el guerrillero
consideraba tiempo vital. Pensaba como guerrillero, no como general de un
ejército con líneas de aprovisionamiento. Lo más práctico y rápido era cubrir
el cadáver de piedras. De ahí que las inmensidades calcinadas por el sol de los
estados de Chihuahua, Coahuila y Sonora,
estaban sembradas de tumbas de piedras sueltas. Y aun ahora todavía se
les puede encontrar. La mayoría han desaparecido bajo las tormentas de arena. Y nadie iba a ponerse a investigar si
Villa había cubierto bajo aquel túmulo un cadáver o un cargamento de armas o
parte de las monedas de oro de su tesorería. De esa manera no tenía que cargar
con todo a la vez. Para el próximo año, cuando se encontrara en franca retirada
o en el contraataque, el pasaría por ese lugar y se recuperaría. El enemigo lo
consideraba acabado pero él estaría esperando
otra vez bien avituallado y armado. Los soldados que habían participado en el
secreto eran muertos por el propio Villa al menor intento de dar vuelta atrás
cuando todos atacaban. Ellos eran la guardia personal del guerrillero, los
llamados “Dorados”. Eran los que estaban en la primera línea del combate y los
que daban la vida por su jefe. Pero Villa conocía la pasta humana y cuando
alguno de ellos no avanzaba como los otros, lo último que veía era el brazo de
Villa dirigiendo el certero balazo a su cabeza.
Después de instalar su campamento y
beber dos grande tragos de agua, Cork consideró la situación. La llanura
arenosa no contenía piedras en sus cercanías. Debía hacer incontables viajes
hasta un hacinamiento rocoso muy erosionado que
no había sido sepultado por la arena. Así lo hizo. El resto de la tarde
le llevó dar vueltas y más vueltas. Llenaba su mochila, la vertía sobre el
cadáver y volvía al túmulo rocoso.
Al caer la tarde encendió una pequeña fogata y
calentó la cena. Al dar la primera mordida a su trozo de carne asada pensó en
el hecho de que tan sólo cinco siglos de
cultura occidental habían bastado para…Se encontró distanciado de la práctica
de sus ancestros del norte que comían a sus enemigos de guerra. Los aztecas
dedicaban a su antropofagia ritual la
mayor importancia en medio de los
vítores de su sociedad. En las grandes distancias, para llegar al lugar de la
guerra, no había refrigeradores y llevaban prisioneros… O se abastecían de
carne de los prisioneros por los pueblos
que iban pasando. Los del norte eran tan crueles que los mismos aztecas no se
atrevían a incursionar en esos paralelos en plan de conquista. Los comían
crudos y por partes. Una parte cada día. El clima en el desierto es tan tremendamente caliente que un
cadáver entra en descomposición ese
mismo día. A eso se debió que al herido los chichimecas le iban cortando la parte del cuerpo que
necesitaban para esa jornada. El prisionero podía estar pasando por los peores
sufrimientos, pero en tanto permaneciera con vida, no entraba en
descomposición… Los restos los cubrían con sal.
Cien años tardaron los españoles en
penetrar las llanuras chichimecas después de la rápida caída de México -
Tenochtitlán. También sentían un gran terror. Pero era más grande su amor por
el metal dorado que los enloquecía. Y eso los empujaba hacia lo que después se llamaría Guanajuato,
Zacatecas, Real del Oro, Río Grande…La búsqueda del oro los llevaba hacia el
norte con una fuerza tan tremenda que no estaba en ellos resistirse. Soldados, mujeres y niños, españoles y
tlaxcaltecas, sirvieron por mucho tiempo de despensas vivientes a los grupos
chichimecas, pero al final penetraron (la carne de los españoles les sabía
amarga). Aunque a la postre siempre eran rechazados por los habitantes de las
regiones verticales, o meridianos, llamados “bandas de guerra”.
Los que lograron la conquista de largo aliento fueron los
frailes. Los despiadados chichimecas se quedaban desconcertados al observar que
ellos no los atacaban. Y en la mayoría de los casos los abrazaban antes de ser
destrozados por sus flechas que les
penetraban hasta en número de diez. Era como un juego poner al fraile en medio
de la plaza y apostar quién hacía el mejor tiro. De todas maneras se preguntaban…
Los frailes no buscaban oro ni tierras ni propiedades. Hasta mucho tiempo más tarde se enteraron que
así habían conquistado en su propio terreno
a los aguerridos romanos… Singular manera de ganar sucumbiendo…Así
fueron apareciendo las misiones a lo largo del desierto de los hohokams y navajos
en Sonora y Arizona.
Al día siguiente tuvo que hacer
todavía varios viajes con su mochila llena de piedras. Terminó hacia el medio día.
Por respeto al muerto no puso cruz a la
tumba. Pudo haber sido un ateo o alguien que perteneciera a otra religión. De
todas maneras, por si ese fuera el caso, había dispuesto la cabeza hacia el
noreste, hacia Roma.
Levantó su tienda y todavía pudo
aprovechar algunas horas de aquella
tarde para avanzar por el erial antes de
entrar a una zona de dunas elevadas.
Pensó que en la quietud del estudio
se puede ser escéptico. Pero cuando la rutina es llevar a la muerte junto a la mochila…
Amanece y mira al sol. La llanura es
un mundo inmenso que el humano ha llenado de magia y de rituales. Lo más
antiguo de la humanidad civilizada y aun de la prehumanidad, es voltear al Sol.
Ahora sólo lo hacen los poetas. Los
demás andan muy apurados en las fábricas y oficinas. En la mañana y en el
atardecer se le puede ver directamente ¡Qué belleza! Después solamente a través
de metafóricos filtros polarizadores. Mirar al Sol es la versión sintética de
la ceremonia. En la aldea hopi esta misma había durado tres horas, empezando
cuando el Sol se ocultaba entre la llanura del oeste. El rito tiene un efecto a
corto plazo y otro de efecto retardado. El primero quita la ansiedad acumulada
y en su lugar queda el sentimiento de tranquilidad. El otro efecto es de
prevención ante el peligro. El exorcismo contra la mordedura venenosa de algún
animal activa la alarma contra el peligro potencial. El individuo se pondrá en
guardia. Esto es fácilmente entendido por un alpinista. Si no hay
adrenalina probablemente no salga con
vida. Los escaladores que lograron suprimir el miedo en una ascensión ahora
están muertos.
Pero para que el rito funcione hay que
creer en él. Cuando descubrimos la montaña Teocuicani una ceremonia de
sanación, de corte precristiano, se llevaba a cabo en su cumbre. Un hombre de
edad realizaba el exorcismo. Era obvio que los curaba. Creían en él y en la
cura. Si esa fe poseyera los que van a ver al psiquiatra, o al sacerdote, las
ciudades estarían llenas de gentes sanas…
Nube le preguntaba por qué las
religiones que hay en las ciudades no representan los dioses en madera o algún
dibujo en roca o piel, como los indios pluma. Para distinguir a los indios de
la India y a los indios de Indoamérica, los norteamericanos a los primeros les
dicen “indios punto” y a los otros “indios pluma”.
Se acordó del gran episodio por las
imágenes que había tenido lugar hace ya muchos siglos en Bizancio.
-
No aceptan la representación de la idea.
-
¿No tienen nombre?
- Sí. Todas tienen.
- No entiendo. El nombre es ya
representación de alguna manera, aunque sea oral, si es que no está escrito en
ninguna parte.
- Todos tienen nombre- repitió.
Dio por terminado el asunto con estas cáusticas palabras:
- Ganas de no comprometerse en la
práctica con nada que conste en la ley particular de esa religión... Nuestro
tótem, aparte que está en los cielos,
vive entre nosotros y su presencia la tenemos en todo tiempo tan cerca
como mirar hacia el centro del patio ceremonial...
Cuando Nube oyó expresiones tales como que en las
ciudades prevalece una civilización que no humaniza y que no busca con afán un
equilibrio psíquico, dejó de tener reservas con Cork y lo trató como a uno de
ellos. Una vez que llegó la
confianza le dijo que México es un país
multiétnico y multirracial como no podía imaginarse.
- Al país va la industria
cinematográfica de todas partes. Literalmente de todas partes. ¡Y siempre va a
encontrar los extras que necesite, o sus primeras estrellas, sin necesidad de
maquillarse! Si el tema se desarrolla en la India encontrará tipos “indios
punto” en abundancia. Igual si precisa árabes, chinos, judíos, escandinavos,
esquimales, franceses, africanos, españoles, griegos, haitianos, irlandeses....
- ¿A qué se debe?
- Cuando en el planeta hay una gran
guerra, los perseguidos del mundo, que ya no caben en ningún lado, de una
manera u otra arriban a las playas mexicanas. Igual si en el gobierno está un
dictador que si florece el sistema parlamentario. A la tercera generación todos
serán mexicanos, pero seguirán conservando sus tarjetas genéticas hasta que
llegue el fin de los tiempos anunciados en el Popol Vuh.
- ¿Tú, es decir, tus abuelos, eran de
esos?
- Sí. Fueron de los primeros en
llegar. Hace veinticinco mil años. En América todos somos inmigrantes...Una vez
Ameghino, un gran científico argentino, dijo que en América había humanos
originales. De inmediato los científicos de todas partes cerraron filas y
combatieron esa teoría. ¿Estaba dicho que el hombre venía de África y así
quedaba! Lo mismo decían de la idea de las pirámides, Egipto, Ur… y les costó
mucho trabajo aceptar que estaban equivocados. Pero en lo del humano ni un paso
atrás. ¿El sur del continente fue parte
de Gondwanalandia! ¿Eso queda muy remoto en el tiempo! ¡Pero Bering y el
Labrador están muy lejos en el terreno! ¡Llegaron de África vía Australia y la
Antártica, Tierra de Graham y Tierra del Fuego! Como sea pero llegaron. No se
gestaron aquí. De todas maneras una gran montaña del sector central de la
cordillera de los Andes se llama Ameghino. Tiene una formidable pared sur. En
fin, con eso de las eternas migraciones parece que todo eso es relativo.
Me acuerdo siempre de Kayam, me escribía
esa noche, que dice en uno de sus versos, respecto de la relatividad de esta
vida: “Al mirar las estrellas piensa en las culturas que se tragó el desierto”.
¿Te acuerdas de la ciudad de Petra? Y, en efecto, aquí debieron existir en
otros tiempos lugares habitados. Como los hohokams en Sonora. Pero el cambio de
clima, el viento y la arena, acabaron borrándolo todo. De por sí sus
construcciones por lo general eran de manera improvisada. No hay que olvidar
que el nomadismo era la vida de las tribus y se desplazaban conforme se movían
las estaciones del año y con ellos los animales que podían cazar para comer. Si
bien es cierto que ahí donde podían
asentarse para la agricultura emprendían construcciones que aun ahora causan
admiración. Por ejemplo, Rowe Findley escribe, refiriéndose a la vivienda:
“Recuerdo la excitación que se apoderó de mí cuando hace unos pocos años,
advertí por primera vez la escala de
Pueblo Bonito, en el cañón del Chaco de Nuevo México. Era una edificación de
apartamentos en forma de vasta media
luna y capaz de albergar a un millar de personas. Tenía una altura de cuatro
pisos y contenía 650 habitaciones” También se refiere a Casas Grandes: “El
laberinto de adobe de Casas Grandes se extiende en una soleada llanura de
Chihuahua. Metrópoli de una civilización
india que existió entre 1050 y 1340, la
ciudad abarcaba unas 36 hectáreas y la habitaban unas 5,000 personas. Estos
habitantes, buenos urbanistas, construyeron grandes templos, amplias plazas y
bloques de apartamentos de varios pisos. Una red de diques y zanjas controlaban
el escaso suministro de agua, canalizando parte de ella hacia la ciudad y
desviando el resto para regar millares de kilómetros cuadrados de tierras
áridas”. Esto sucedía en un tiempo en el que en las más bellas ciudades
italianas no habían resuelto aún el problema del drenaje.
Este espacio vacío de la planicie ha
sido en realidad el hogar incambiable de infinitas vidas indias plumas a lo
largo de muchos siglos. En realidad es un desierto perfectamente humanizado
pero que se ve vacío por todos lados. El mismo desierto de Samalayuca, en el
norte extremo de Chihuahua, ha sido recorrido en todas direcciones por
ejércitos completos de revolucionarios mexicanos y soldados norteamericanos.
Son increíblemente legendarias las acciones de guerra que tuvieron lugar entre
sus arenas. Pensaba en la batalla de Tierra Blanca, por Pancho Villa, en lo que
en la actualidad se llama Médanos
Blancos. Y, sin embargo, al observar el silencio tan profundo de sus dunas
envueltas en temperaturas de cincuenta grados, cualquiera juraría que jamás
alguien ha puesto su pie en esas arenas.
A sus espaldas escucha el cascabel de
una serpiente. Seguramente ha hecho una rápida evaluación y concluido que no le
apetece como platillo para su cena. Lo deja pasar. Cork piensa en su piel como
un bello cinturón. Pero tampoco le interesa. Prefiere que sus pantalones sean
sostenidos por los tirantes a través de los hombros. Tlazolteotl se amarraba la
falda con una serpiente. Es la deidad azteca que tanto horrorizaba a Lawrence,
con su serpiente anudada en la cintura.
No difiere del Jesucristo que tanto ama el mundo occidental. Los dos
tienen la función de asumir en ellos las inmundicias, las faltas de los
humanos, para que estos puedan vivir mejor con sus atormentadas conciencias.
“Diosa comedora de inmundicias” es como se le conocía a Tlazolteotl. Sería de
lo más extraño que así se le dijera también a Jesucristo, aunque ambos hayan
hecho lo mismo por el género humano. La serpiente, en los monumentos y códices
prehispánicos, es el avatar de la planta
del maíz y las plumas como la aureola en el cristianismo. Una señal que se
trata de algo sagrado. Lo mismo las plumas de águila. Hay coyotes emplumados,
serpientes emplumadas...
Se le ha terminado el pescado seco y
hace varios días que come carne roja.
Dieta de sobrevivencia, no de felicidad. En las calendas de enero pasado, en
Chiapas, comía hongos todos los días. Proteínas, vitaminas y bajas cantidades
de grasa. Los fantasmas del ácido úrico y el sobrepeso estaban lejos. Los
frondosos árboles de la cerrada floresta de la selva húmeda son ricos en
especies en hongos como oreja, setas y el champiñón. Sobre todo las manitas,
las pancitas y los pambazos que tienen un desarrollo íntimamente ligado a las
raíces de los árboles.
Si bien caminar entre tal abundancia
de hongos, de las grandes cañadas de la selva chiapaneca, es como avanzar a
través de un campo lleno de minas a punto de explotar apenas se le roce. Es
necesario conocerlos. Algunos de ellos tienen un veneno tan poderoso como la de
la víbora coralillo. Mucha gente muere al año por esta causa. Aun las poblaciones agrícola y serrana suelen
equivocarse con frecuencia. Sobre todo mueren
los niños recolectores de hongos que están en el periodo de aprendizaje. Y los científicos no han
podido encontrar su clave genética,
Rechid o Roseta, para conocerlos con seguridad. Los pueblos étnicos conocen su
rico contenido nutritivo. Son parte de su alimentación y de su mitología.
Abundan las referencias en los códices y en los tallados de las rocas
ceremoniales. Y cualquier día se les encuentra en grandes canastos en venta en
los mercados populares de los pueblos y en las tiendas de autoservicio de las
ciudades.
Calendas. El primer día de cada mes.
Esa antigua manera de contar el tiempo en el Imperio Romano. Aun se usa en
algunas partes del norte mexicano. La trajeron los españoles de la conquista.
Se cree que los primeros doce días de enero van a configurar las condiciones
climáticas de los doce meses del año.
En la tarde, cuando ha levantado la
tienda, arroja un trozo de carne seca al fuego. El recuerdo de los hongos acude
a su mente pero ahora junto con las calendas. Los pretorianos eran los que
llegaban a senadores y de estos salían los emperadores. Se creyó por mucho
tiempo que la carne roja era el alimento de los pueblos guerreros
conquistadores. La gota y el colesterol no los dejaba llegar a viejos. Y mucho
antes de morir esos fieros conquistadores vivían durante años la pesadilla de sus
rodillas deformes y altamente dolorosas. De ahí viene la idea que los héroes
mueren jóvenes. Los senadores romanos inventaron ese mito. O lo
encontraron en alguna vieja tradición
etrusca y lo aprovecharon. Necesitaban eliminar competidores entre los pretorianos.
A los emperadores los mataban personalmente con el filo de sus dagas o los
eliminaban promoviendo entre los generales competencias por el trono, y a los
pretorianos con las delicias de los
grandes festines. Les ofrecían con más frecuencia la sabrosa carne de borrego,
lo que aquí llamamos barbacoa. En menos de un año sus arterias y su corazón se
habían cubierto de grasa asesina. Así fue como
empezó a esparcirse la idea que
los conquistadores comen carne roja. Era como un signo de distinción cuando en
realidad se trataba de una manera de eliminarlos.
Escucha el aullido del lobo en la
lejanía. Encontrarse con un lobo sería en verdad impresionante. Más que con un
coyote. Su aullido profundo es para preocupar al más valiente. Si bien el lobo
en México casi se ha extinguido, junto con otras cincuenta especies de mamíferos. Ya sólo en zoológicos
se les conoce o en fotografías. La caza deportiva, el exterminio deliberado de
los granjeros, el crecimiento de las poblaciones humanas que reducen sus hábitats casi lo desaparecen por completo. Por su
parte lleva, a la mano, un pequeño recipiente de alcohol en la parte exterior
de la mochila y una bola de estopa. Con cierta práctica puede convertir eso en
una bola de fuego en menos de un minuto. No tiene la menor intención de
disparar ni portar arma de fuego. Si de
pronto fuera atacado por un jaguar, león de la montaña, lobo o coyote, no se
podría acercar en tanto tenga a su disposición esa bola de fuego. También lleva,
para el caso, varios cohetes de encendido rápido. Su ruido lastima sobremanera
los oídos de esos animales salvajes y huyen. Al menos eso espera. Depende del
hambre que en ese momento tenga el animal. A decir verdad coincide con la idea
que estos mamíferos están en vías de extinción. No puede precisar más las
causas. Una de ellas podría ser la cantidad
inimaginable de serpientes. ¿Cuánto influyen estas en su desaparición? La depredación motivada
por los cazadores furtivos que incursionan en la estepa trepados en sus
vehículos. Las enfermedades propias de estos animales y una completa
desatención del hombre para combatir
esos males. Parece que su esperanza de vida son los institutos de investigación
de la fauna en las universidades de ambos lados de la frontera. En la medida de
sus presupuestos... Nube dice que se podrían diseñar corredores de muchos kilómetros, a través de
la estepa, con la idea de ofrecer zoológicos naturales. Los niños y adultos
podrían conocer desde la seguridad de los autobuses la vida del desierto. En
adelante respetarían estos parajes pues el desierto les entraría por los ojos
hasta el corazón. Una formidable visión que los acompañaría por el resto de sus
vidas. Lo pensarían cien veces antes de levantar su arma mortífera contra
ellos.
¿Qué acabas de leer Mañanas en México?,
me escribía. A propósito de Lawrence
prefiérelo a los mexicanos que tratan de
explicar al mexicano. En estos encontrarás parches mal pegados tomados de los
frailes del siglo dieciséis revueltos con algo de Freud. Hacen su historia. Son
las “historiografías con posibilidades de conocimiento poco rigurosas”,
escribía Heidegger. Busca en los “monos blancos”, como se autoadjetivaba
Lawrence. Digo, si te atreves a pararte
frente a un despiadado espejo. En Traven hallarás una exquisita poesía
de los indígenas. En Lawrence una mezcla de filosofía natural y una sumisa
animalidad. Sumisión abyecta que, cuando llena la medida, es capaz de arrojar a
la familia de los caras pálidas al fondo de la letrina cuidando también se
ahoguen en el excremento los niños que más tarde podrían cobrarle las cuentas.
En Reed una predestinación inevitable de lucha, edipismo y brutalidad. En Fray
Bernardino de Sahagún, actores y autores, de
un trabajo antropológico monumental, original, sin retoque y sin
parangón. La excepción es Miguel León Portilla. Desde luego Le Clézio es el que
permite al mexicano conocer cómo fue y cómo es el mexicano. Y cómo pudo ser.
Te cuento que el desierto tiene
potencialidades insospechadas que pueden servir a la sociedad. Una de ellas es
que hay un número infinito de hormigas. Según Cork muchas de estas
especies se pueden comer. El humano
encontrará ahí suministros efectivos de proteínas. Además los experimentos de
Julieta Ramos Elorduy, del Instituto de Biología de la Universidad Nacional
Autónoma de México, van en ese sentido. Cork, dice, pondría inmensas granjas de aves de corral, y
otros animales, en lugares provistos de agua y con rejillas descansando sobre
el piso. Circularían libremente las hormigas y pasarían por ese lugar. El
alimento proteico para los animales sería gratis e interminable, forever.
Como sea, en ocasiones siente la
necesidad de comer proteína recién apresada y variar así su dieta monótona que
lleva en la mochila. Para el efecto carga una bolsa con pequeños dulces. Arroja
uno de ellos entre las arenas todavía frescas de la mañana o de la tarde. En un
rato ya se encuentra un pequeño ejército
de hormigas todas juntas. Se las ingenia para introducirlas en un vaso de
duraluminio con un poco de grasa comestible
y ahí mismo las fríe. Hay otro
recurso, pero es menos ortodoxo. Arroja un escupitajo a las arenas y esa
necesidad de humedad también tiene un alto poder de convocatoria. Lo malo que
los pinacates igualmente se apresuran a llegar al sitio. De haber procedido de
los aztecas habría agregado los alacranes a su
dieta… Estaba consciente que, los pueblos que siempre
quisieran estar retocando su historia, niegan estas prácticas. ¿Cómo un pueblo tan espiritual,
matemático, astrónomo y arquitecto, como el mexica, pudo haberse entregado a
esas barbaridades? Y agregaba, no hay porque alarmarse, la humanidad volverá a
repetirlo. De aquellos siglos con diez millones de habitantes ahora tiene
ciento veinte…
En la aldea comanche se percató que los jóvenes hablan igual a sus padres. Por lo mismo dedujo que su idioma
debe admitir pocos cambios. Se afanan en aprender el inglés como una
oportunidad comercial pero hacen pocas mixturas lingüísticas. Las escuelas son
bilingües en las que se les enseña de manera académica su idioma. Y también el
inglés. Uno de los ancianos le dijo que de esa manera se conserva la identidad
del grupo. O de lo contrario, se cambia. La manera de expresarse, al igual que
las ideas religiosas, la escultura, arquitectura, surgen de manera original del
grupo. De sus mismos genes. Cuando los componentes del grupo hablan como hablan
los del otro grupo, hay confusión en las ideas y manera de vivir. Se vive
durante un tiempo con los orígenes del grupo pero se acaba gradualmente
pensando como los otros. Así les pasó a los mexicanos con el idioma español. Y
en las ciudades del mundo, veinte años de películas westerns, proyectaron
paradigmas y después muchos acabaron
asaltando bancos. En las ciudades sucede que la clase instruida conoce las
reglas de su idioma. Habla, escribe y lee según el diccionario. De todas
maneras se trata de una lucha constante. Empezando porque esta clase es
reducida. La base amplia, la que no tiene un buen conocimiento y práctica del
idioma, es la que resulta susceptible de ser conquistada. ¿Conquistada? Algunos
llaman a esto revolución. Una revolución donde el enemigo a vencer es
precisamente el diccionario. Por otra parte en el “techo” están los neologismos
científicos y técnicos...
-No- le dijo Cork-.Los caracteres del
idioma son imágenes representativas, pero el pensamiento está más allá de la
fenomenología…
Otras veces cree que es una fortuna
que el intenso sol, el paisaje yermo y la escasez de agua, mantendrán el
desierto lejos, al menos los próximos mil años, de los intrusos turistas que
todo lo llenan de bolsas de plástico, basura en general, papeles y lo pintarrajean. ¿Crees que en mil años no
se habrá logrado una cultura ecológica? En algunos sí pero no en muchos.
Pero también está la pregunta de qué manera
podrían ellos conocer otros horizontes más allá de los civilizados límites de
la ciudad si no se atreven. Así pensaban los escaladores cuando llegaban al Valle de las Ventanas, caminando desde
Pachuca. Eso era privativo de la gente
de montaña y los audaces exploradores. Ahora, merced a las vías de
comunicación, todos esos valles de la sierra están llenos de gente que va a
pasar los fines de semana. Piensa que, después de todos, es mejor así. ¿Para
qué quiere todos los desiertos del mundo
para él solo? Mejor que los millones de seres que viven hacinados en las
ciudades se vuelquen en ellos. Aunque sea de manera esporádica. Poco a poco lo
irán conquistando, a su vez que aprenderán a respetarlo. No vaya a suceder como
en el bosque, que ahora lo amamos cuando ya no existe. Nosotros, que tenemos la
práctica, la idea y la técnica, podemos ir siempre más allá. Decir como Jünger:
“Es preciso ir allá, donde el mundo todavía no está destruido”. Después de todo
la basura y la contaminación no podrían destruir al desierto ni al planeta de manera total. Lo
que se puede destruir hasta desaparecer es la gente. El desarrollo de los pueblos no está
precisamente en la utilización de las computadoras y el avance técnico
multidisciplinario que eso implica. Lo más importante se encuentra en sus
hábitos. Jünger también tiene una bella idea a este respecto y Cork la recuerda con lo del idioma de los
comanches: “Para mí, un pueblo es infinitamente más desarrollado cuando respeta
las costumbres tribales que le son propias”.
En efecto, el sacrificio propio al
bien público es lo que mantiene unido a cada uno de los grupos indios pluma.
Tal conducta es vigilada desde que son niños por la autoridad matriarcal. La
tentación del individualismo personal se paga con el destierro. Si ya no le
interesa el grupo y no trabajará más en él y para él, que se vaya. Si bien un
indio pluma fuera de sus símbolos es como pavesa que los vientos llevarán por
todos lados. El parricidio como metáfora de la búsqueda de la libertad, tan
cantada en la cultura occidental, aquí es basura. La libertad individual la señalan
como una burdo desentenderse de sus obligaciones tribales.
En Muchas partes del México indígena
pluma también hay esta costumbre. Si alguien de un pueblo de Oaxaca decide ir a
trabajar a la Ciudad de México, lo comunica a los ancianos del lugar. Estos lo
envían con el grupo ya establecido en México. Ahí se le dará albergue,
alimentos y buscarán colocarlo en algún empleo. Con el tiempo se independizará
buscando establecer su propia casa. Cada día de pago dará una cuota mínima al
grupo de México. Este enviará cada mes a un emisario con el dinero de todos
para la comunidad de Oaxaca. Algunos grupos
lo depositan en una cuenta bancaria que podrán tener en el pueblo más
cercano de aquel estado. Si bien, prefieren el método tradicional por lo humano
que todo eso implica.
La cantidad recibida la emplean en
conservación de los edificios de la comunidad tales como la escuela, el templo,
la oficina de la autoridad, el sueldo a los maestros y hasta para víveres que
repartirán preferentemente en la niñez.
Junto con el dinero van los nombres de los que
dieron su cooperación en dinero. Aparte está otra lista de los que, pudiendo
hacerlo, no dieron. Estos, a los que les dio por la libertad individual,
pierden todos sus derechos comunales. La familia del libertario irresponsable
pasa a ser protegida por la comunidad con los mismos derechos que los otros. No
se siente señalada. Pero él, de ahí para adelante, no puede volver a la
comunidad en la sierra de Oaxaca. Si se
atreve, en la madrugada del siguiente día van por él a su casa. Lo acompañan a
los linderos del pueblo y le dicen: “Desde este día perteneces al mundo, pero
no a Huitzilac (o como se llame el lugar). Si se te ocurre regresar… Tu familia
queda bajo la responsabilidad de nosotros con todos sus derechos y su dignidad,
pero tú ya no existes para este lugar. Como sea, tu familia está en libertad de permanecer aquí o marcharse”.
Llegado a ese punto el problema, casi todos prefieren llevarse a la familia. Y
lo hace no tanto porque al libertario le haya salido de pronto lo amoroso para
con su familia. Sabe que si se va solo su vida corre peligro. Los pueblos por
lo que tiene que pasar, para llegar a la ciudad más cercana, están avisados. En
alguno de ellos sufrirá alguna reyerta y no tardarán en encontrarlo muerto. Si
lo ven pasar con su familia podrá
alcanzar la población grande sin
contratiempos y perderse en la gran ciudad.
De todas maneras, se dijo al recordar
el cadáver que había cubierto de piedras, el desierto no guarda memoria de
muchas cosas. El sol inclemente y las tormentas de arena acaban por borrar
cuanto se haga por el hombre. En esto México ha tenido la fortuna de contar con
individuos observadores poseedores de un espíritu de trascendencia. El español
Fray Bernardino de Sahagún, en el siglo dieciséis, fue el cronista de la
destrucción. Al nacer el siglo veinte Manuel Gamio, el obrero de la
reconstrucción, localizó y empezó a explorar los antiguos emplazamientos del
Templo Mayor de México- Tenochtitlán, Cuicuilco y Teotihuacán.
Determinó que los habitantes que más
emigran a Estados Unidos, proceden del
centro del país. Y de investigar el pasado indígena se topó de frente con esos
mismos indios. Sesenta etnias diferentes con otras tantas maneras de
comunicarse y ver la vida y el universo. Pero ya en el proceso de desaparecer
por desnutrición. Despojados de sus mejores tierras, desconociendo el idioma
español y extraños a la nueva tecnología...
Gamio empezó desde el principio y se
convirtió en protector del presente indio. Se apuró a organizar desayunos para
los niños y atención médica. De tan lejos tuvo que empezar. Otros se dedicaban
a rescatar códices y él quería salvar a los autores que quedaban de esos
códices... Cuando murió dejó la lección que por encima de las gentes
excepcionales que ayuden a los indios se necesita la permanencia de las
instituciones que enseñen a los indios.
Dura tarea en un país en donde el
progreso depende de la armonía entre el Estado y el mercado. Entre el gobierno
y los partidos políticos. De este inalcanzable consenso se desprenden varias graves consecuencias
endémicas. ¿Quién va a pensar en comprar un libro y ponerse a leer cuando no
hay qué comer ni perspectivas para el día siguiente? Y el mundo del trabajo
blandiendo la espada del outsourcing sobre todo los estratos de la sociedad.
¿Pero cómo se sale de esa situación sino se lee? Así es como se voltea la mirada hacia el
Estado dadivoso, aunque pobre, y no es difícil imaginar el nivel de vida que prevalece. Sin libros y sin dinero. Ni siquiera
sería materia de investigar, aunque hay que hacerlo para evitar la suposición.
Bastaría conocer de un vistazo la cifra de millones de mexicanos que
furtivamente cruzan la frontera norte...
Tres generaciones para poder
integrarse como mexicanos tardan los que vienen de fuera. Aunque hay familias
que llegaron al país cuando la Colonia española y todavía conservan sus
costumbres del lugar europeo, árabe o asiático que sus ancestros dejaron en un
tiempo ya olvidado. Es el drama de la emigración. No se es de aquí ni tampoco
se es de allá. Un español de tiempo de
Cárdenas que regresaba a España, aunque
fuera de vacaciones, le decían “mexicano”
y en México le llamaba “español”. Allá nadie lo busca y aquí nadie se preocupa
sino está. Los lugares en la escuela o en el trabajo son prontamente ocupados
por otros y el que regresa estorba. Los americanos de habla española
tenemos experiencia en eso. Casi todos
se van a Estados Unidos. Furtivamente, se entiende. Carencia de puestos de
trabajo y condiciones sociales de inseguridad hace que los mexicanos se vayan de su adorada
tierra.
Pero también juega la expulsión que
mexicanos siguen haciendo con otros
mexicanos. Veracruz y Chiapas han entrado en este proceso. De esta manera
México expulsa a sus hijos y con su mano de obra barata, al servicio de las zonas rurales del país del
norte, donde no hay tanta vigilancia de
las autoridades y problemas de sindicalización, llegan los mexicanos.
Ancestralmente buscaban, por las facilidades de la cercanía, a California, Illinois y Texas. Después se
fueron a Nueva York, Delaware, Maryland y Virginia. La película se repite.
Durante tres generaciones estarán pensando en México. Después serán ciudadanos
norteamericanos de los pies a la cabeza pero su programa genético les recordará
siempre la tierra de sus padres... Aquí ya se llenaron los espacios que dejaron al marcharse y allá siguen llamando
la atención su pelo lacio y negro y su piel bronceada...
III
En otro correo Cork me decía: Te
comento que el erial es un universo en sí. Su vida conserva el estilo
primitivo. Llegamos de los paralelos del
Valle Central en los que todo se mueve en
un equilibrio de temperatura y humedad y el desierto nos parece terrible. Si
alguien pudiera vivir aquí al menos cien años todo sería distinto. Un jardín
muy especializado y bello que brota de inmediato a la más ligera llovizna.
Una soledad de las dunas sobre un panorama de calidad como quedan pocos en el
planeta. Mirarlo como jardín sólo es
posible a través de generaciones. En la vida de un individuo tres meses es como
la imagen del instantáneo relámpago de la cámara fotográfica. Los mecanismos de adaptación son
diligentes pero la aclimatación nunca será satisfactoria.
Por ahora no queda más que gozar de
manera consciente los pasos que se dan al ir entre los matorrales. O al descender hacia el pequeño valle perdido
entre las duna al caer la tarde. Creer que sólo eso existe por el momento y hay
que disfrutarlo. Cualquier otro tipo de pasión o necesidad, llámese mujer o
confort o hartazgo de comida o la meta
de reunir su primer millón de dólares o ser presidente del país, quitaría de inmediato el gusto de la soledad
geográfica.
Cork siempre decía que lo más feo es no tener
conciencia de lo bello y de la felicidad cuando se tiene salud. Muchos se
vuelven conscientes sólo ante el dolor o la muerte. No les queda más que
declararse estoicos. Como hizo Nietzsche. Para otros la vida hasta el momento
cumbre del orgasmo se vuelve aburrido. Por la falta de agua suficiente en el
desierto deja de defecar cuatro días y te encontrarás de pronto que la muerte
no está tan lejana como parecería.
Y hay que buscar la mediación del péndulo.
Esto tiene su equivalente en la técnica literaria de algunos escritores como
los ingleses Cronin y Lawrence. Llevan a sus personajes entre sentimientos
propios y situaciones sociales encontradas constantes. En el párrafo de arriba eran felices y en el
párrafo que sigue algo de súbito les nubló el día y otra vez sigue otro párrafo
optimista. Cork insistía que al sadomasoquismo había que agregarle la Estética.
Me preguntaba ¿por qué nos hemos especializado en desterrar a la Estética de
nuestra vida diaria y ya sólo nos dedicamos
a contar átomos?
Agregaba que el estado de salud moral
y económica de una sociedad se mide por el tamaño de su delincuencia high y la
urbana. La primera tiene mucho que ver con la contaminación ambiental. Cork creía que así de sencillo se puede llegar
a serias conclusiones. El podólogo diagnosticará
las causas del malestar de una persona a través de una serie de radiografías y
mediciones del esqueleto. Pero se inclina por el recurso empírico de observar
qué tan chuecos están los tacones de los zapatos del paciente. El dentista
sabrá a metros de distancia que alguien tiene picada las muelas con sólo verle
la mandíbula deformada debido a la masticación de un solo lado. Un zoólogo que
se encuentre dando un paseo por la Reserva Ecológica de Ciudad Universitaria de
México sacará una serie de deducciones
interesantes. Como que el cielo de la capital está negro de contaminación
(cualquiera que llegue a este sitio por avión podrá constatarlo mejor que si llega por carretera). Y no obstante lo anterior, de las cuatrocientas
cincuenta especies de aves de Estados Unidos y Canadá, el cincuenta por ciento
emigra hacia México. Trata de escapar
del frío, el mal tiempo y la
contaminación. Algunas aves ya no
regresan. Se quedan en el sur. De todas maneras los grandes asentamientos
humanos, y la escasez de áreas verdes de la metrópoli, lleva a estas aves a
refugiarse en el área ecológica de Ciudad Universitaria. Sobre el pedregal universitario siempre se
están construyendo nuevos edificios para la investigación científica. En esa
medida al santuario le pasa lo que a la
Piel de Zapa de Honorato de Balzac... Los “arroyos vehiculares” también
contaminan a Ciudad Universitaria e impacta
la fauna del lugar.
Los españoles del siglo dieciséis
quisieron arrancar con la espada nuestra manera de vivir en el universo para
imponernos la suya. Hubiera sido magnifico que empeñaran todos sus esfuerzos en
enseñarnos bien el Humanismo europeo.
Tienen novelistas y poetas ¡para salvar el día!
Pero al seguir el viejo principio de arrancar la hierba original para
sembrar otra, lo que hicieron fue mostrarnos una parte insignificante de lo
occidental y borrar mucho de lo nuestro. Así llegamos a conocer a medias a Cristo y a medias a Tezcatlipoca.
Lo que es de lamentar pues las dos son grandes culturas que se desarrollaron a través de los milenios de
manera autónoma una de otra. Y, como al fin y al cabo se trata de dos dioses
cuyos pronombres son de género masculino, volvimos a nuestra milenaria
preeminencia del género femenino propio de las etnias de Indoamérica. Y elevamos a la primera potencia
celestial, a Chicomecoatl- Coatlicue-Guadalupe – Tonantzin-Coyolxauqui, aunque
esto sea una aberración teológica en la perspectiva del cristianismo. Igual les
pareció una aberración el cristianismo a los aztecas.
Tan pronto llega al primer caserío indio, en el que
puede encontrar un lugar en donde tomarse una cerveza pide permiso para
quedarse hasta el otro día. Levanta su tienda, descansa los hombros molidos por
los tirantes de la mochila y arroja todo en el interior. Ahora prefiere estar
bajo la sombra de un cobertizo. Saca su
computadora (ayer lo cubrió un fuerte
ventarrón durante tres horas sobre las
dunas y se vio precisado a meter la computadora en una bolsa de plástico y
guardarla en la bolsa de su short para protegerla del fino polvo de arena) y escribe
a Toci. Ha acabado por resentir la falta de tiempo para leer con más
detenimiento y para escribir algunas notas. Lo que garrapateó sobre el
papel es parte de la historia de estos
paralelos angloamericanos.
Un relato que pertenece al género de
la novela histórica y trata de la esposa número 27, de uno de los presidentes
de la Iglesia Mormona, a mediados del siglo diecinueve. Se llamó Ann Eliza. La
celebridad que alcanzó esta mujer y la mención reiterada de la iglesia,
relacionada con este caso, se debió, sobre todas las cosas, no a ella en sí y
ni siquiera a la iglesia misma, que tiene su importancia propia como cualquier otra
institución religiosa la puede tener.
Es el sentimiento que despierta la sola mención del matrimonio
múltiple que convierte el tema en un asunto polémico de interés exagerado.
Igual acontece con la Iglesia Católica cuando se habla del celibato no cumplido
de algunos de sus sacerdotes o del tutile gamuchi (intercambio de esposas)
entre los yaquis o los varios grupos
religiosos que, con esta última característica, se dan a conocer de vez
en cuando en Estados Unidos.
José Smith, fundador del mormonismo,
había recibido la revelación que en la Iglesia de Jesucristo de los Santos del
Ultimo Día, debía institucionalizarse el matrimonio múltiple. “Múltiple”,
varias o muchas mujeres, para un solo hombre, nunca al revés.
Brigham Young, segundo presidente y
guía de la Iglesia Mormona, llegó a tener 27 esposas y 56 hijos. Precisamente
Ann Eliza había sido la número 27. Por una serie de situaciones tanto
familiares como de carácter personal, esta mujer abandonó a su ilustre marido y
a la iglesia, en la que había nacido. Fue una acontecimiento por completo
increíble en su tiempo, mediados del siglo diecinueve. Durante más de diez años
se dedicó a dar conferencias por todo el país (fue contemporánea de Emerson el
cual, para entonces, desarrollaba la misma actividad de conferencista
profesional, si bien, en temas por
completo diferentes) en las que abogaba por que se acabara el matrimonio
polígamo y buscaba el fin mismo de la Iglesia Mormona. Entonces el gobierno de
Estados Unidos se vio envuelto en situaciones de jurisprudencia que ni se
esperaba. Todos condenaban el matrimonio polígamo como una cosa absurda y
aberrante. Los mormones contraatacaban,
refiriéndose a la práctica del adulterio de los no mormones: “Entonces el delito
no consiste en tener muchas amantes, si no en casarse con ellas”, decían. Y si
el gobierno ponía al margen de la ley el matrimonio polígamo, se entendía de
manera tácita pero ahora se veía que era necesario hacerlo de manera explícita.
Nadie en el gobierno quería entra en esa dinámica, pero ya tampoco podía
quedarse así.
Y cuando un juez federal, furioso
anti mormón, aprobó el divorcio de Ann Eliza, y condenó al Profeta, su esposo,
Brigham Young, a pagar pensión a su esposa número 27, los primeros que
protestaron fueron los de Washington ya
que de esa manera el juez estaba
legalizando la poligamia. Una cosa era el “matrimonio celestial” que ante la
ley ponía a todas las esposas múltiples mormonas en el nivel de concubinas, y
otra darles categoría de legitimidad
como en realidad querían los mormones.
Después de votar el Congreso varias
leyes en las que prohibían el matrimonio múltiple, pero a las que nadie en Utah
hacía caso, se aprobó otra ley, que ahora sí definitivamente parecía ponerle un
hasta aquí al matrimonio plural, y se llamó “Ley Edmunds – Tucker”, en marzo de
1887.
De todos modos, como dice Irving
Wallace, el autor de este trabajo literario que te comento, el matrimonio
celeste siguió practicándose. Ann Eliza, la heroína histórica de la novela de
Wallace, en su vida se casó tres veces y tres veces se cambió de religión:
primero fue mormona, luego metodista y después estuvo militando en Ciencia
Cristiana. Obtuvo mucho dinero de sus conferencias, de sus acciones en la Bolsa
de Valores y de sus divorcios. A los ochenta y seis años de edad vivía
completamente sola, en la extrema pobreza, casi en la indigencia.
Y, de haber sido una de las mujeres
célebres en su tiempo, ninguno de los que investigaron su vida supo qué pasó
con ella al final. Simplemente desapareció.
La respuesta de Toci fue inmediata:
-¡Ni se te ocurra! ¡En Mazahauatitlán
es una para uno y uno para una, hasta que la tierra deje de existir!
4
I
Le envié un correo electrónico a Cork
donde le comentaba que, a menos de cien kilómetros de donde me encontraba
perforando el suelo marino, el huracán Georges ha provocado un desastre.
Algunas personas murieron en Toa Alta, cerca de Bayamón, de Puerto Rico. Miles
resultaron damnificados y se perdieron millones de dólares en daños materiales.
Otro tanto ha sucedido en varios puntos habitados de la República Dominicana.
Los vientos eran tan fuertes que destrozaron varios cristales blindados, de una
pulgada de espesor, del Aeropuerto Internacional de Las Américas, en la capital
dominicana. Y como Georges se desplaza hacia el norte, en el sur de Florida,
desde Cayo Hueso hasta Miami, las autoridades aplicaron medidas de protección y
preventivas ante la posible llegada del mal tiempo en los próximos días. En
Miami miles de personas, según informaron los medios, abarrotaron los
supermercados para comprar alimentos y agua. En tanto en los Cayos se iniciaron
los primeros desalojos de personas hacia lugares más seguros. De la misma
manera, dicen, cinco provincias del este de Cuba fueron puestas en estado de
alerta pues Georges, de seguir su trayectoria, podría afectar varias regiones
de la isla. Le comento que trato de imaginar el impacto que esto produciría en
el ánimo de un hombre que se deshidrata en el desierto y que sueña con que le
caiga un chubasco encima...
En ese momento ya había llegado a una
aldea hohokam y se encontraba rehidratado. Lo habían recibido bien y le
indicaron que instalara su tienda en
medio de un terreno amplio cubierto de
pasto verde que procuraban tener constantemente regado y cuidado. Les servía como
contraste visual dentro de un inmenso panorama desértico. Pasaba a contarme que
en esa aldea no se permite ver televisión a los niños cuando a estos se les
antoje. Los adultos escogen los programas, para niños, que los niños puedan
ver. ¿No limitan su libertad?, pregunté. Contestaron que a esa edad no tienen
criterio para escoger. Y si alguien va a marcar el rumbo del aprendizaje de
nuestra niñez será mejor que seamos nosotros, no los de la televisión. Por
vender sus productos o por justificar sus acciones no se tientan el corazón
para decir mentiras. A esa edad uno cree que lo que dicen los adultos son
verdades.
En uno de los noticieros de la noche
hicieron un comentario que me pareció irónico, por la sed que siempre se
vive en el desierto. Un tifón, al que habían puesto el nombre de “Zeb”, estaba
azotando la isla de Baguio, en Filipinas. Ya iban 64 muertos y muchos heridos.
Además 13 edificios se habían derrumbado debido a la fuerza del huracán.
En ocasiones, para desviar la
atención y tratar de no pensar en la sed, Cork recurre a subterfugios. Se echa
una piedra a la boca en la esperanza de provocar la saliva. Pero no hay humedad
por más vueltas que le de a la pequeña roca. Tiene que pensar en otra
cosa. Se le ocurren cuestiones que tanto oía en sus tiempos de
estudiante. El laicismo, le educación laica, la universidad pública laica, era
un tema recurrente. Entonces sus amigos
creían que eso era tan viejo que procedía de la Revolución
Francesa. Se maravillaban que algo que tenía más de dos siglos siguiera tan vigente. El sabía por Platón que
la cosa al menos venía del siglo quinto antes del cristianismo. Cuando Protágoras y los sofistas. Este había
dicho que el hombre era la medida de todo lo que está a su alcance. Platón, al
final de su vida, dijo que no, que la medida de todo era Dios. Ya estaba planteado el panorama antitético
que llenaría los siglos hasta nuestros
días. Antropocentrismo y su contra parte. De esa manera los sofistas, que tan
mal cartel tienen desde entonces, en un
sector de la humanidad, son los que
pusieron el asunto en el centro del tapete. Fue cuando se hizo conciencia de la educación que se apoya en estos dos
principios del racionalismo y lo religioso. Después se le ocurrió que Tarzán
tuvo conciencia de su fuerza la primera vez que había usado el cuchillo. Superman…La sed seguía.
También que la última noche en la
aldea, Nube les decía a los ahí reunidos que se necesita madurez de carácter
para aceptar y continuar con las costumbres sociales. Que el hohokam que no
contaba con la entereza necesaria entraba en una enorme tensión cuando se
topaba con la costumbre del grupo. La
mayoría de estos casos eran candidatos a consumidores de estupefacientes. Si el
grupo no iba a su rescate armado con los recursos de la ciencia médica y
psiquiátrica, acaban en la cama del hospital o colgados de una cuerda en la
viga de su casa. Terminaba diciendo:
- No es sencillo pues compromete a todos. Por
ejemplo, se requiere un esfuerzo grande entender que los adultos somos los que, con nuestra conducta, enseñamos a
los niños. Un hombre fumador regañando a un adolescente que sorprendió fumando
era una incongruencia que no veíamos al principio. Manifestaba sus buenas intenciones con la palabra pero no con los
hechos. ¿A quién se le puede creer así? Como el Estado que procura las mejores
condiciones de salud para la población, otorgando buenos presupuestos para el
deporte, pero con frecuencia debe declarar que no se puede hacer ejercicio
porque hay contingencia ambiental...O que autoriza la venta de alcohol y
cigarros. Cree ganar con los impuestos de esa venta y gasta mil veces lo que
ganó en hospitales para curar el adicto al tabaco. Por una parte hay un rehén que no tiene coraje suficiente como
para superar el hábito. Por otra una serie de problemas en el sistema
respiratorio. Pasó una película a una veintena de niños, reunidos en la sala
comunal. En ella encerraban a un conejo
en una caja de vidrio y al cual se le habían conectado una serie de trasmisores
que iban a un instrumento para registrar el flujo sanguíneo. Llenaron la caja
de humo de tabaco y cerraron la tapa. Al conejo no le quedó otra que respirar
ese aire lleno de humo. De inmediato sus arterias empezaron a contraerse. La
sangre tuvo dificultades para circular como antes. En consecuencia el oxígeno
empezó a faltar en el organismo y la presión arterial subió y subió...
Aparte, Nube me dijo algo cuando
estábamos sentados en una silla mecedora al caer la tarde y de cara al desierto
(repetía dos y hasta cien veces las cosas):
- Consideramos a la tierra como un
lugar en donde construir la casa, sujeto al mercado de bienes raíces. Para la
comunidad indígena se trata de un terreno sagrado en el que tiene lugar un
proceso generatriz y educacional. ¡La diosa Chicomecoatl! Aquello es una cuestión
seglar y lo otro religioso. Hay un ejemplo que marca la diferencia en la
práctica. La respuesta se encuentra en la experiencia que se ha tenido con la
ingesta de los álcalis que han sido laicizados. El ritual simbólico se hace
buscando los beneficios de la colectividad. Lo otro es una actitud yoica
personal como empinarse un vaso de ron o fumarse un cigarro de cualquier marca
- se tomó su tiempo para seguir hablando.-. Hay algo más profundo en todo
eso.... Cuando los bosques sagrados fueron también sometidos al proceso del
laicismo, llegó la explotación sin reforestación. La desertificación. Y con
ello el éxodo de millones de personas hacia Estados Unidos.
El laicismo es excelente para las
cuestiones académicas. En otras es el suicidio para la sociedad…Bosque
laicizado, bosque condenado a desaparecer.
El sacrificio propio al bien público
es lo que mantiene unido a cada uno de los grupos indios. Tal conducta es
vigilada desde que son niños por la autoridad matriarcal. La tentación del
individualismo personal se paga con el destierro. Lo que los atosiga es el
individualismo económico mundial. Un indio fuera de sus símbolos es como una
pavesa que los vientos llevarán por todos lados. En la ciudad de México los
muchachos indios recién llegados a la capital... se visten como los “cholos” de
Los Ángeles California y procuran ocultar el hablar náhuatl,
otomí o huichol... Desde luego
evitarán a toda costa enseñar a sus hijos ese idioma. Difícilmente hablarán
bien el español y tratarán de imitar el champurrado inglés- español de la
frontera. Y como el idioma es una forma de expresar el pensamiento...Son
arrastrados por el eclecticismo disolvente.
Ese horizonte en medio del cual se
encuentra, se presenta desolado y
carente de vida vegetal y animal. Cork sabe, por su experiencia con el reino
mineral, que una lente de acercamiento le franquearía la puerta hacia mundos
cada vez más insospechados. Con otro lente de mayor resolución y penetración
otros mundos más. En su travesía por el desierto de Samalayuca, en el norte de
Chihuahua, recogió en un frasco una pequeña araña, junto con la ramita en la
que se posaba. De regreso a la ciudad, en el momento de poner bajo la lente del
microscopio, con dos puntos de diafragma para mayor profundidad de campo,
descubrió otra araña tan pequeña que a simple vista no se había percatado de su
existencia. Por más que su vista aguda penetre en la distancia sabe que su
perspicacia es limitada. Y su poder de observación de manera natural también
limitada. Por eso él sabe que, eso de la soledad, es cuestión de escalas, más
que de individuos. No se ven pero ahí están. Y también están allá. Sabe que en el desierto las
criaturas y las cosas siguen teniendo espíritu, como fue desde los tiempos prehumanos. Es en el
lindero del desierto donde el espíritu ha sido desplazado por el yo del hombre.
El mismo Nietzsche reconocía que en los ancianos “se sospecha que disponen de
secretos pertenecientes a fuerzas desconocidas”. Con base en eso agregaba: “El
devenir arrastra detrás de sí lo que fue en el pasado”.
De todas maneras no perdía de vista
que estaba en desventaja en ese universo. Para matar y comer o para eludir el
ataque y salvarse, los animales del desierto podían fácilmente modificar su
color y sus movimientos. Él simplemente seguía como siempre. Para lograrlo
necesitaría ir desnudo y haber llegado al grado del mimetismo rápido y el
control de su ritmo cardiaco. Además su pantalón de mezclilla, su camiseta
blanca y su gorra de beisbolista siempre eran las mismas...
“¡Tezcatlipoca proveerá!” pensó: “Cuando
Zoroastro en el desierto dijo “Yo soy el
que soy” está diciendo que también hay otro que él no es.
Descendía la ladera de las grandes
dunas, por lo que se llama “zona de sombra”. Se acordaba de las laderas de las
montañas tan frecuentemente escogidas por la gente para construir ahí sus casas
habitación. Es en especial la que pertenece a niveles de precariedad la que se
ve obligada a construir en esos sitios.
Las llanuras y demás terrenos del valle lo poseen los de mejores recursos
económicos e influencias políticas. Con frecuencia la inestabilidad de esas
laderas se reblandece en temporadas de lluvia a lo largo de los años y un día,
o una noche, empieza su caída hasta el fondo, llevándose consigo a la gente,
casas, árboles, a la escuela y al templo. En ocasiones los terrenos que han
quedado más arriba entran en desequilibrio y también se vienen abajo,
enterrando por completo todo vestigio construido por lo hombres. Tal vez veinte
mil años más tarde lo descubran ya como materia para la arqueología. Como al
principio de la construcción precarista tuvieron que limpiar el terreno para
disponer de espacio para la edificación, los pocos árboles que quedaron no
fueron suficientes para detener con sus raíces el mortal desliz. Pero México,
se dijo en voz alta como hablando con las nubes, es un país de volcanes y
debajo de él, en las costas, se mueven dos grandes placas tectónicas que con
inusitada frecuencia se friccionan una con otra y provoca los cataclismos. Sus
amigos de la Facultad se dedican a volcanes y sismos. La inestabilidad de las
laderas, con ser un fenómeno geológico, más frecuente, poco caso se le hace
como objeto de estudio. ¿Cuáles son las regiones en dónde tienen lugar, cuántos
deslizamientos, qué pérdidas ocasionan, frecuencia e intensidad? ¿Qué
metodología hay para evitar desastres, mapas de riesgos, control de
filtraciones, capas verdes?
De la misma manera, se dijo, nadie
que se encuentre en el desierto seco dejará de pensar en las energías
renovables para la generación eléctrica. La microhidráhulica y la oceánica se
encuentran en la lejanía y no llaman la atención al caminante. Pero la del
viento sí, y en especial la solar. Hay
aquí muchos miles de mega watts explotables. De hecho unas tres mil comunidades
mexicanas tienen ya servicios básicos con este tipo de recursos. Pero aun se
está en la época de las cavernas. Empezando porque se carece de marcos legales.
En el país hay unos treinta mil legisladores que podrían estudiar estas
inmensas potencialidades. Entre tanto situaciones absurdas prevalecen. Como
pieza de museo. El caso de Baja California, angosta península de mil kilómetros
de extensión, entre dos mares. Sus habitantes deben llevar, de muy lejos, y a
costos elevados, la corriente eléctrica
que necesitan, cuando lo que les sobra es precisamente océano, sol y viento.
Tienen todo, en abundancia y de sobra, hasta para exportar energía. Lo que no
tienen es el marco legal. Los legisladores...
Como fotógrafo que era, Cork podía
calcular en un milavo de segundo aquel gesto de Tocí que ahora le venía a la
mente mientras subía la afilada cresta de ensueño de una enorme duna. Apenas lo
que duraba un parpadeo. Esa visión fugaz lo lleva a pensar en la impresionante
Coatlicue del Museo Nacional de Antropología e Historia de Chapultepec. Peor
aun. En el momento que la terrible Llorona, del tiempo de la colonia española,
hunde el puñal en el pecho de su amado hijo, dentro de la cuna para vengarse de
su marido. Así hizo Medea. Toci coordinaba la fría mirada de piedra con un
espantable rictus de la boca. Matar directamente al marido significaba una
muerte rápida. Asesinar al hijo le haría daño al padre en tanto éste viviera.
Podría jurar que Tocí no conocía esa imagen propia suya. Pero para el otro
parpadeo Tocí ya era la bella y encantadora muchacha mazahua. Sus dientes
blancos y labios carnosos vaginales. Y esta visión angelical la acentuaba con
otro movimiento involuntario. Consistía en medio cubrirse la boca al momento
que sonreía e inclinaba un poco la cabeza hacia su derecha. Tan irresistible y
encantador ese
gesto como un óvulo en el momento
de atrapar el espermatozoide. “No
arruines lo mejor que tienes en la vida, sólo por sentirte insegura” había oído
en la película Un hombre de familia de Nicolás Cage.
II
Fuera de eso, Tocí era una muchacha
que guiaba expediciones a través de las montañas. Y no era fácilmente mordida
por sentimientos depresivos, ni siquiera cuando menstruaba. Su vieja abuela le
repetía desde niña: “Estas destinada a gobernar tu mundo inmediato y no puedes
permitirte angustias de telenovela”. Ya no son
nada más los hombres los que gobiernan el planeta: Ángela Merkel, Dilma
Vana Rousself, Soraya Sáenz de Santa María, Michelle Bachelet Jeria, Laura
Chinchilla Miranda, Cristina Fernández de Kirchner…Quién sabe qué mundo dejarán
tras de si, pero por ahora ahí están.
Volví escribirle a Cork para
platicarle ahora que acababa de regresar a República Dominicana. Había estado
en Campeche, México, en donde permanecí cinco días asistiendo a las sesiones de
un Coloquio Internacional de Historia del Arte, organizado por un instituto de
la Universidad Nacional Autónoma de México. Estados Unidos, Perú, Nueva Zelanda,
España, Canadá, Alemania y Venezuela, habían participado como ponentes en el
evento. Se trataba de la imagen sacralizada que se podía encontrar en los
espacios abiertos, en la arquitectura y en las reglas y fórmulas visuales. Se
dijo que la imagen sagrada trasmite mensajes religiosos y que por lo mismo es
catalizador de emociones y de sus principios estéticos.
Desde luego se vio esa situación que
atora exactamente el pasado con el presente a los pueblos del mestizaje. ¿Sabes
a qué me estoy refiriendo, no? Que la responsabilidad del investigador
científico del área de antropología es descubrir e interpretar, pero justo ahí
se detiene. Puede reconstruir pero no construir. Hay claridad en que la imagen
sagrada es un acceso a la verdad y a la divinidad. Así, el artista que pinta o
fabrica sería sólo un medio para dejarlas plasmadas. Y saltó la pregunta que,
una vez que ha quedado terminada la pintura o la escultura, la imagen por sí
misma ¿queda santificada o bien necesita de un ritual o intérprete para ello?
No hace mucho tiempo no se hablaba así en los círculos científicos pero por lo
visto ahora empieza a ser diferente.
Como sea, me comentaría más tarde
Cork, la ruta del desierto, que entonces seguía que era de Dam Page- Kaibitos-
Chinle, no era ajena a los nombres de Wakanda, Orenda y Tezcatlipoca. Mientras
el desierto siga habitado por pueblos indios, esos nombres no morirán.
De los de la ciudad sólo en los
antropólogos hay esperanza…
Ayer por la mañana dejé una
aldea hopi, decía. Paré tres días en ella.
Como me ha sucedido en otras ocasiones, me indicaron un lugar dentro del área
habitada para parar mi tienda. Después pareció que se hubieran olvidado de mí.
Podía ir y venir por donde me diera la gana. Era una comunidad chica y sus
casas, pegadas unas con otras, hacían un rectángulo. El diámetro de éste sería
de unos doscientos metros. No había calles. Nada más que un rectángulo abierto,
como la herradura de la pata de un caballo. Mi tienda quedaba en el centro,
bajo la sombra cerrada de dos árboles. Pero pude haberla instalado en el lado
exterior del caserío, de haberlo yo manifestado.
El primer día la pasé casi todo el
tiempo en el interior de mi tienda.
Podía soportarlo ya que la sombra fresca me lo permitía. Tres veces los
viejos del lugar me hicieron llegar grandes jarras de café negro al que le
habían agregado unos granos de sal. Al día siguiente traté de involucrarme en
algunas de sus tareas, en la intención de ser útil.
La comunidad podía permanecer en ese
lugar debido a que brotaba un hilo de agua de unas rocas cercanas. Sembraban
verduras y criaban animales de corral. Aparte de la cría de cabras, de las que
obtenían ganancias de la venta de su carne y de una serie de artesanías
derivadas de la piel o huesos de estos animales. Las mujeres, al igual que las
mujeres navajo, tejían telas con hermosos dibujos simbólicos. Ese día los
acompañe a recolectar zanahorias y espinacas. Las comunidades indias procuran
sembrar espinacas.
A la mañana siguiente me dispuse
acompañarlos otra vez a la hortaliza. Uno de los hombres de edad mayor me pidió
que, en vez de ir a trabajar al campo, lo acompañara al lugar que les servía de
casa de reuniones de la comunidad. Luego de algunas palabras baladíes para
entrar en diálogo, me preguntó a boca de jarro a qué me dedicaba en la ciudad.
- Tengo un lugar de trabajo en la
ciudad pero mi labor está más bien en el campo. Estudio la tierra y ando por
las montañas.
-¿Sabes cuándo el agua está lejos o
cerca o profunda o próxima?
- Es parte de mi profesión.
-¿Qué piensas de este lugar, es decir
qué probabilidades tenemos de poder tener agua?
- Hace cinco días pasé por el rancho
“El Chaparral” y tienen un pozo artesiano. Dos días después divisé, a lo lejos,
la veleta de otro rancho ganadero. Aquí, en el lugar de su comunidad, el agua
brota de esas rocas. Quiere decir que esta parte del desierto, con sus altas
dunas de arena y su llanura ardiente de vegetación de chaparral, está
prácticamente flotando sobre un manto acuífero de proporciones gigantescas. Tal
vez no sea necesario ir más allá de los quince metros para llegar a él. Desde
luego hay que hacer ciertos estudios…
- Gracias- me dijo al abandonar el
lugar. Ya habíamos pensado que así pudiera ser. Pero queríamos escuchar otra
opinión. De hecho ya hemos empezado a juntar recursos económicos para emprender
esa obra de perforación. Aunque- agregó deteniéndose un poco. Guardó silencio y
su mirada se perdió por unos momentos en la historia humana de esa parte norte
del continente americano. Cuando volvió, acertó a murmurar:- es necesario
desarrollar una labor de acercamiento para no entrar en choque con los
intereses ganaderos de esos ranchos…
Yo sabía que esas “labores de
acercamiento” primero tenían que ir a Washington. Luego a la Comisión
correspondiente. En un siglo o dos ya tendrían la respuesta…
Pero no era esto lo que quería
contarte. Lo que me llamó la atención fue que los niños y los adolescentes de
esta aldea tampoco ven televisión. Los aparatos permanecen apagados. Aproveché
la plática para preguntar a aquel viejo.
Me respondió:
- Las experiencias de vacuidad y
violencia que ahí pasan se quedan grabadas en las mentes de los niños y luego
les dará por imitarlas... Parece que las mentes de los guionistas ya no dan
para más que balazos y sexualidad. Eso no sirve para los niños. El llamado
mundo moderno no hace mucho caso de sus niños. Para que no den lata los sientan
a ver televisión durante horas. De esa manera otros hombres, que no piensan
como nosotros, que viven muy lejos y a
los que nunca conocen, son los que dicen, a través de esos aparatos, cómo deben
pensar y vivir los niños. En las ciudades hay muchas cárceles y todas están
llenas…Quiere decir que su maestra, la televisión, no les enseñó cosas que
fueran buenas para la comunidad. Los condicionó para recibir mensajes.
- ¿En ustedes, quién decide?
- Indios, hermanos nuestros, que
estudiaron en la universidad. Ellos son los que hacen el programa para nuestros
niños. Buscan la gran calidad de la cultura occidental…
Hice otra observación y me dijo de
manera tajante, en un tono que daba por terminada la plática:
-
Los ponemos a leer libros de cultura general y occidental al menos dos
horas al día. Cuando un muchacho ha completado la cifra de doscientos libros de
lectura, entonces puede ver los programas que él quiera. Antes no…Los
individuos se pueden lanzar al mar pero antes necesitan saber nadar. Poner
enfrente del televisor, a unos niños que no tiene defensas culturales, es lo
mismo que darles alcohol.
Me invitaron a comer. Era el día de
la semana en que hacían una practica de convivencia. Se reunían en el gran
espacio abierto interior de la aldea. Depositaron los víveres en el centro.
Formaban grupos de diez. Alguien les amarraba el brazo con el brazo de la otra
persona. Para preparase los tacos o sándwiches o servirse en plato, necesitaban
que el otro individuo también se acercara. Luego eran liberados para comer con libertad.
“Para poder comer necesitamos de la colaboración de los otros. Así en todas las
cosas de la vida en grupo”.
Esto me hizo recordar que en el campo
mexicano los niños ven mucha televisión.
Sin defensas culturales…Por mi parte, además, había contado con la fortuna de
poder conseguir la “Gaceta” cuando formé parte de la comunidad universitaria.
Es el órgano de información de la Universidad Nacional. Se publica dos veces
por semana y su distribución es gratuita. Hace
sinopsis de conferencias sustentadas de los más variados temas tanto de
la investigación científica como del área de las Humanidades. Se trata de la
fuente de información más valiosa, por su seriedad y su variedad, de todo el
país. Alguien puede estar leyendo autores griegos antiquísimos como “De las
cosas del campo” de Varrón o “Relaciones de Chalco - Amecameca”, de Chimalphain
y al mismo tiempo leer a la semana cuatro o cinco notas diversas de la Gaceta.
Así tendría el hombre de la calle una información de calidad difícil de
conseguir en otra parte. Toci misma, desde su pequeña computadora entre
montañas de los Andes, puede consultar
la Gaceta de la UNAM. Ves el contenido y escoges los temas que gustes. Por si
te interesa saberlo, la Universidad Nacional
tiene tradición de crítica. Las posiciones de los gobiernos propios como
de los del exterior son vistas con objetividad… Con cinco siglos de existencia
las que habrá pasado esta institución.
Al final el mismo jefe de la aldea
hopi terminó interesándose por mi comentario. Dijo que había dos muchachos que
sabían español y les pediría que leyeran algunas notas de la Gaceta desde el
Internet… Pensé que esa situación seguiría así en tanto los presupuestos
anuales de la Universidad Nacional no se reduzcan más…Anteriormente la Gaceta
salía tres veces a la semana. Ahora dos…
La nota que encontró en su
computadorcita aquella noche, después de la cena en la casa de Nube, lo llenó
de alegría. Le sirvió como una “plática de fogón”, según expresión antigua de
los narradores suramericanos.
Toci no sólo quería tirárselo, a Cork,
literalmente. También se declaraba interesada en conocer. Le decía de su
intención de ir a la Provincia de Jujuy, en el norte y con la frontera de
Bolivia, llevando a un grupo reducido de italianos. Irían por Salta para
terminar en la montaña Jujuy. Ya te he contado que tiene más de seis mil metros sobre el mar, mil metros de escalada y restos
arqueológicos en su cumbre… ¡Ven, acompáñame!
-te acompaño-le contestó- sólo si me
dices de quien es este pensamiento: “¿Quién sabe si, algún día, a nuestro amor
le nacerán alas de fuego y ascenderemos en vuelo hacia nuestra patria
celestial, antes de que la vejez y la muerte nos venzan?”
-¡Novalis!-contestó
inmediatamente-¿Ahora ven a reunirte a la expedición.
De todas maneras no fue. Le dijo:
-Después.
Desde su tienda, en el atardecer,
Cork sentía que verdaderamente la vida
en el desierto es el reino del azar. Da la impresión que carece de sentido. Se imaginó a Nietzsche
preguntándose al observar ese ir y venir incesante de las cosas y de los seres.
¿Para qué? Todo sucede sin que nadie pueda decirnos ¿por qué? Cork podía
responder casi todo menos el ¿para qué? Las ciudades adyacentes tienen mucha
prisa por alcanzar los satisfactores primarios y los puntos que su ego ha
soñado. Tal vez esa ha sido la motivación para venir al desierto y conocer a
los grupos indios con su desarrollo humano. Sin que las condiciones económicas
sean las mejores, se puede encontrar en ellos la felicidad sin recovecos. Saben
lo que son y saben hacia dónde van. Y eso es suficiente para tener un proyecto
y no perder la brújula. También los mazahuas tienen brújula, pero Toci además
lee a Jaeger. Y esa primavera, de vuelta
a Mazahuatitlán, en un respiro que le dejaron las expediciones, había
avanzado al tomo sexto de la gran obra de Frederick Copleston.
Teotihuacán, Tebas, la Acrópolis, el
Foro, el Muro de las Lamentaciones, la Meca, la Gedächtniskirche... Mientras
existan esos testigos pétreos el planeta no podrá condenarse, por más mugre que
tenga encima, decía. Son nuestra jugarreta tramposa frente al cielo. Como
Goethe hizo con su Fausto a Mefistófeles. Por siglos los hombres jugaron el
peligroso juego del sincretismo belicoso cuando debieron hablar el idioma del
ecumenismo. Piedras que tienen la dura argamasa de los orígenes. El mundo de la
Estética de Teotihuacán, la obsesión por las estrellas de los egipcios, el
respeto a las Leyes que Sócrates enseñó con el precio de su vida, el Derecho de
los romanos que aún nos rigen, los seiscientos trece mandamientos que le señala
la Alianza a los judíos, la actitud de paz del Corán, el Templo de la
Conmemoración que debió de llamar mucho la atención al poeta de Roecken.
Piedras que más que testimonios de una actividad ígnea son la brújula de la humanidad. A los humanos, que
aman la
libertad, y viven en ella, un día a la semana debieran amarrarse los
brazos de los brazos de los otros… La hermosa soledad terapéutica siempre corre el riesgo de
acabar en el narcisismo.
- También Dios hace trampas - le
había dicho Xyster-. Le quitó todo a Job, excepto una cosa...
- Según recuerdo no le dejó ni un
harapo para que se cubriera.
- La fe. Engañó al Diablo y le dejó
lo que lo mantendría en pie, pasara lo que pasara, la fe.
Cork sabía que de las criaturas del
desierto, ese día, él era el menos adaptado para tal medio geográfico. El
contraste para la sobrevivencia estaba entre el instinto y la inteligencia. En
la intuición. Pero solo Cork sabía que él moriría. Los animales no. Se
preguntaba si esa angustia preventiva era una herramienta para la
sobrevivencia. O nada más servía para el
insomnio. Como sea, es el retorno a la naturaleza que tanto soñaba Nietzsche
desde su cómodo apartamento de su civilizada Basilea. Qué extraña sensación
tener encima quince días sin bañarse. El más sucio de la ciudad no lo
soportaría. Sólo los parias que duermen en los parques. Pero no era esa la
barbarie. Las jornadas que no puede leer en algún libro, se dijo, apestan más
que los piojos de los indigentes.
III
Cork amaba a Toci y procuraba
entenderla. Sería la compañera de su existencia. Amante, madre, hija, amiga.
También cocinera, dueña, enfermera, enferma a quien cuidar, dueña de sus
quincenas, la que le cortara el cabello. Socia en la economía de su hogar,
celadora, prisionera a quien vigilar. Aire a quien dejar volar libre en las
corrientes del azul celeste. Halcón a quien ponerle el antifaz…Esa psicología
femenina, tan frágil como el cristal de una copa y tan terrible como la
Coatlicue, exigía un enorme equilibrio para no lastimar y para no ser
lastimado. Y el equilibrio exigía mucha energía y tiempo. Se preguntaba si
sería capaz de tal empresa. Mucha atención a todos esos adjetivos. Al menor
descuido, reiterado, su expediente con solicitud de separación oficializada
iría a formar parte de le pila de expedientes de divorcio en el escritorio del
funcionario público. Los de su aldea en el desierto encerraban todo esto en una
breve advertencia: nunca te enojes con la cocinera de tu casa. Por fortuna en
la etnia de Toci, entre el Nevado de Toluca y la montaña de Atlacomulco, las
cosas estaban simplificadas al máximo desde siglos atrás para las parejas en
conflicto. Cerrar las puertas de su casa, que es el símbolo de su cuerpo, y
dejar en la calle y en pelotas al ya ex compañero. Y ahí acabó todo… ¿Quedamos
en que el matrimonio indio es para siempre, ¿no? Nada es para siempre, le contestaba
ella, de modo que más vale que te andes con cuidado.
Pensaba en algunas muchachas
intelectuales amigas suyas que llenaban los pasillos de la Facultad de
Filosofía. Como un panal de inquietas abejas. Individualistas y amantes de la
libertad sin fin pero autoencerradas sin trasponer los límites de la ciudad de
la Muralla China porque padecen agorafobia. Toci era simple en comparación de
ellas. Estaba muy pegada al horizonte primordial de las montañas…
Esa noche volvió a pensar en la
pregunta que yo le había hecho respecto de
por qué a los niños de Capula habría que alimentarlos, en lugar de
construirles escuelas con los cincuenta millones que habíamos ganado en el
torneo de pulque.
- Créeme - me había contestado-, es
más complicado de lo que parece. La
educación en México camina apoyada en dos vigorosas piernas que son la del
liberal Justo Sierra y la del católico José Vasconcelos. Pero…de eso hace ocho décadas. Son otros tiempos en el mundo y
entre nosotros todo se ha quedado en Justo Sierra y en Vasconcelos… En las
escuelas públicas, laicas, no tenemos
religión pero tampoco laicismo. Lo que se toma por laicismo es no
religión. Pero eso no es laicismo, es sólo no religión. Laicismo es una parte
de la filosofía. Revisa los programas de la enseñanza elemental y de la media
superior. ¡Nos deben el laicismo! ¡Nos deben la filosofía! Nos quitaron a
Platón pero ¿dónde está Parménides?
- Todo mundo habla de laicismo.
- Laicismo es una palabra familiar.
Si bien, hay casos en que falta precisión del concepto. En rigor, laicismo no
es una meta en si. Más bien se trata de un camino para llegar a un fin.
Este fin es el Humanismo. Humanismo
es donde
el individuo puede vivir con toda libertad de pensamiento en el universo
de las ideas y las artes tales como la
filosofía, el teatro, la literatura...
-
Siempre he pensado que en nuestros días resulta hasta desconcertante
estar escuchando a cada rato la palabra “laicismo”. Si hay libertad en la práctica del Humanismo, ¿para qué estar
repitiendo que se es libre?
- Esto era necesario hace siete
siglos, cuando en Europa se pensaba casi de una sola manera y era según el
modelo cristiano. Se buscó entonces un sustento
ideológico que no fuera pura teología. Podría incluir la teología, pero también otras
disciplinas culturales. Y lo que se
encontró fue que faltaba mucho trabajo original
en ese sentido.
- Mil años de teología habían
producido pocos filósofos.
- No hay que malentender. En todos
los siglos de la Edad Media hubo filósofos en algunos países europeos y también en los árabes, pero
eran más los teólogos. En las universidades medievales existieron las cátedras
de las llamadas ciencias humanistas pero por lo visto era el tiempo que se
necesitaba más de ello. Fue cuando se volvió la vista a la filosofía de los
griegos antiguos, su teatro, su tragedia, la escultura.
- Corrígeme: ¿la expresión
“occidental” se compone de tres elementos esenciales que son lo griego, lo
romano y lo cristiano?
- Todo eso con su gran substrato de
ciencia y tecnología recogida de todas las partes que habían sido conquistadas
en el tiempo de los grandes imperios de la antigüedad y lo que más tarde ellos
mismos, los europeos, inventaron y descubrieron.
- ¿Quieres decir que si había más
cristianismo es que estaba faltando cierta nivelación de los otros elementos?
-
Es lo que en líneas generales se conoce como “Renacimiento”. Ahora bien,
no olvides que es tesis limitada creer que el laicismo es el producto de la
rivalidad entre el Pontífice y el Rey, situación que hizo crisis en el siglo
catorce en Europa. El Humanismo es mucho más que un pleito entre jerarcas. Es
el anhelo de libertad de pensamiento y de manera de vivir. Si bien, el
movimiento humanístico se dio en las capas pudientes de la sociedad europea de
entonces. Por eso a ese Humanismo se le clasificará siglos más tarde como
“humanismo burgués”.
- ¿Hay un humanismo proletario?
-
Ignoramos que alguien haya desarrollado alguna
Investigación en este sentido.
- Esperamos que nadie vaya a cometer
la barbaridad de creer que lo que las masas ven en la actualidad en la televisión sea alguna especie de Humanismo.
- Pero sí – dijo Cork-, el no creyente de las áreas populares de las
ciudades, al estar alejado de la vida y la cultura de la Iglesia, pero al que
también le faltan los fundamentos filosóficos de la antigüedad, quizá pueda
llamársele “humanista de espejo o de reflejo”, porque va a reproducir los
esquemas que la clase de arriba les haga llegar, pero con la limitación y
distorsión que a ella convenga. Los señores feudales de la Edad Media, en los
que se podían localizar áreas de conocimiento, ya para entonces se estaban
trasformando en lo que más tarde se conocería como “burgueses”, capitalistas
y banqueros y, por último,
neofeudales. Señores feudales que
absorbían la cultura que hombres acuciosos como Dante, Petrarca y Boccaccio,
entre otros, habían rescatado de los conventos guardados hasta entonces por los
frailes. Pero los señores feudales no sólo absorbían cultura si no que también
la producían, y en grande, de una manera u otra, ya fuera directamente o bien
como mecenas. Te lo aclaro porque, cuando se habla de trasformaciones en el
campo de las ideas, hay la tendencia a generalizar lo que en el origen sólo fue
de grupos reducidos. La gran base social, es decir el pueblo estándar, por
desgracia, poco tuvo que ver, al menos
en sus comienzos, en este movimiento debido a sus limitados recursos económicos
y de preparación académica.
- Sigue sucediendo. En nuestros días
las conferencias de personajes de la cultura y la ciencia se dan en los
auditorios, entre tanto los trabajadores y obreros en general, oficinistas, etc.,
se encuentran afanados en otras áreas lejanas.
- Como sea, el laicismo en sus
orígenes es no religioso, y de ninguna manera anti religioso. El laicismo se ocupa de fortalecer los valores del
Humanismo. Necesita paz y libertad para desarrollar sus ideas. En el caso de la
Universidad Nacional, Humanismo es sinónimo de autonomía frente a las ideas
religiosas en general. Aunque eso no impide que en ella se estudien las
religiones. En el caso de la Universidad
Nacional, cuando se dice “educación laica”, se está expresando un anhelo
humanista en el campo de las ideas. Pero
no se está diciendo que la UNAM sea enemiga de alguien. Está a la defensiva,
eso sí, de que las iglesias no metan mano en su institucionalidad. Y también de
que al Estado y alguno de sus gobiernos pudiera ocurrírsele influir en algún
sentido.
Hay una preparatoria, o mejor dicho,
un plantel de la Preparatoria Nacional, que se llama Justo Sierra, un auditorio
que se llama Narciso Bassols, el escudo de la Universidad Nacional es idea de
José Vasconcelos. A lo largo y ancho de la Universidad Nacional hay salas
con enormes pinturas de Fray Alonso de
la Veracruz, de Felipe II, de Fray Juan de Zumárraga, de José María Luis Mora,
un busto de Benito Juárez en la Biblioteca Nacional (en el edificio de la
Hemeroteca Nacional, Zona Cultura, sur de Ciudad Universitaria), de Maximiliano
de Habsburgo... ¿Quiénes fueron, qué dijeron, qué hicieron? ¿Qué tuvieron ellos
que ver con el tema que te estoy comentando, que es el laicismo? Todos ellos han
escrito respecto de los fines que persigue la universidad y de sus cómos o sus
maneras. Te digo que es necesario
profundizar en el tema del laicismo. Aquí se encontrará con el origen laico - religioso de la Universidad
Real y Pontificia que empezó en el siglo dieciséis, poco después de la
conquista.
- Normalmente la Universidad Nacional
vive en la larga espera Darwiniana, aprendiendo de la sociedad, enseñando,
adaptándose y proponiendo –dije.
-
Pero nadie puede evitar que el catastrofismo, tan defendido por Cuvier,
se haga presente en algún momento. Mucha de esta información, respecto de la
aplicación del laicismo en la UNAM, se
encuentra en la famosa polémica de altura que protagonizaron Vicente Lombardo Toledano y José Vasconcelos. O en la
carta-renuncia que hiciera Ezequiel A. Chávez ante el Presidente de la
República Lázaro Cárdenas, o en el discurso que Narciso Bassols, a la sazón
Secretario de Educación Pública, pronunciara
ante la Cámara de Diputados, etcetera. Pero, seguimos en las mismas. Hay
mucha declaración y polémica respecto del laicismo. Pero al laicismo, el
pensamiento filosófico, no es fácil encontrarlo en las escuelas, empezando por
las de la primera enseñanza…Hay en ellas una ausencia muy peligrosa de
filosofía general… Ya sabes que si las
cabezas de los niños no se llenan
de ideas de calidad, de otra cosa se llenarán…
Había mucho de lo que Cork le dijo a
la muchacha zuñi. Sin embargo yo sabía
que el asunto de su monogamia iba en otra dirección. En el de la belleza. Por
algo Toci le parecía bella con preferencia de otras bellas.
- Toci es bella porque me gusta – me
dijo en cierta ocasión que tomábamos cerveza en Coyoacán -. En el mundo hay
muchas bellas que no me gustan, que no me atraen, como ella. Lo mismo sucede en
el arte pictórico o en el escultórico. Por eso hay rafaelistas, rembrandistas,
eppenistas, tamayoistas, cuevistas…
Todavía no procesaba yo lo que había
escuchado y ya había agregado otro juicio, todavía menos claro para mí.
- Y porque estoy seguro que Toci
satisfará en mí un deseo intenso…Que me será útil de manera intrínseca como
mujer.
- Juicio ríspido, ¿No crees?
- La vida es el gimnasio en el que se
entremezclan las ideas con los deseos con los intereses. Tienen que ver mucho
para que la luz de la empatía se encienda o se apague.
- ¿Como en la Bolsa de valores, la
oferta y la demanda?
- Parecido. Ya nada más falta ver qué
clase de valores están en juego. Puedes ir al mercado y observar lo que hay y
salir sin haber adquirido nada. Es el estilo de vida de la soltería perenne. Ni
ofertas ni demandas. No fuiste parte del mecanismo del mercado. Sólo miraste.
Más cuando hay empatía entre un hombre y
una mujer, el juego de mutuos intereses y preferencias da comienzo. Por ahora estoy
en primer lugar en los intereses de Toci.
Y cuando iba a preguntar algo, le oí
decir:
-
Conozco a Chaucer, Shakespeare, Ibsen…
- ¿Y si hay otro que también los
conozca?
- No habrá riesgo de perderla porque
conozco la dirección en la que se mueven sus intereses…También conozco a
Goethe, Aristófanes… Pero no creas que abundan los lectores.
- ¿A eso se refiere todo?
- No hay más. Si a Toci le gustaran
las joyas, se iría con el que tiene más joyas. Así de simple. O con el que
tuviera más autos o más corbatas…Pero sus pláticas son de Moliere, Antonio
Gómez Robledo, Platón…Acuérdate del misógino Schopenhauer: la mujer no da nada
si antes no ha recibido algo. Yo le doy a Henry Millar, Maugham, Spengler,
Chejov…Si bien, habrá que cuidar que el intelecto lo domine todo, porque entonces el erotismo se habrá ido a la
basura. Un exceso de academicismo enfría el pene y seca la vagina… Que esa
belleza no se aparte de la naturaleza, por más libresca que sea.
IV
Tenía tres semanas rascando el fondo del mar
frente a Costa Rica y cuando volvimos a tierra lo primero que hicimos, sin
pensarlo, todavía con la ropa llena de chapopote, por puro instinto, fue
meternos a tomar cerveza en un jacalón
edificado a tan sólo veinte metros de la playa. En tanto servían el precioso
líquido me puse a ojear un periódico. A la segunda página encontré el aviso de
una conferencia. Se trataba de la presentación de un libro que se titulaba
“Enseñar mediante el debate”. Precisamente el acontecimiento tendría lugar a
dos kilómetros del lugar donde me encontraba. Pero la hora de cita era en diez
minutos. El autor era un francés y me pareció que empezaría en punto de la hora
señalada. ¿Qué hacer? Por primera vez comprendí a Cork cuando me relataba la
disyuntiva de escoger entre beber para vivir o acudir a un libro para
supervivir. Salí corriendo ante la sorpresa de mis compañeros, aborde un taxi y
entré corriendo al salón de la conferencia y tras de mí llevé el fuerte olor del
petróleo de mi ropa que hizo que me
quedara aislado por unos metros.
Resultó muy interesante y le escribí
a Cork porque sabía que lo apreciaría. En sus inicios de estudiante había
acudido a un colegio particular en el que se enseñaba con el método Summerhill,
con gobierno autónomo de la dirección de la escuela, escuela coeducativa, sin
autoridad ni moral, niños autorregulados y cosas así. Después entró al Sistema
de Universidad Abierta de la Universidad Nacional y finalmente a su Sistema Escolarizado.
En realidad el autor no desglosó ningún tema
de filosofía sino que presentó una especie de técnica para enseñar. Los
asistentes tenían aspecto como de
maestros pero de un estatus por encima de la media, como de universidades o
colegios de la enseñanza privada. El autor del libro empezó preguntando si
alguien quería hacer alguna pregunta de lo que se trataba la reunión. Alguien
lo hizo y ahí empezó todo. El no respondió sino que preguntó si alguien quería
opinar si la pregunta había estado bien formulada. Cinco minutos después ya
tenía todo el auditorio (unos 200 asistentes) metidos en la discusión. Parte
del éxito fue el conocimiento que el autor tenía respecto que la gente lo que
quiere es opinar, no escuchar. Y vaya que dio resultado. Dos horas después él
casi no había hecho otra cosa que dirigir de alguna manera la discusión. En realidad estaba demostrando sobre la
práctica de lo que se trataba. El debate como sistema de enseñanza. Insistió en
decir que no había que llevar al alumno
a la confusión con explicaciones tan largas que acaban por enredarse
solas. Por el contrario dar explicaciones muy cortas y lo más claro posible.
Recordaba aquel sistema que tenían los
maestros en México de hacer dudar al estudiante al que se le había hecho una
pregunta: ¿Estás seguro, estas seguro, estas seguro? hasta que el alumno
acababa por estar inseguro. Debido a que era el maestro nada más el que
preguntaba pero no pasaba la pregunta a otros alumnos para de esa manera
hacerlos participar en la clase. Aquí Oscar Brenifier, el autor, sabía parar a tiempo y pasaba la pregunta al
auditorio ¿quién quiere opinar si está bien formulada la pregunta? Y por lo
menos cien manos se levantaban para opinar. Pero además se trataba de un conferencista de esos que saben decir
situaciones chistosas oportunas. Todo encaminado a quitar la tensión en el
grupo. Esto resultó muy importante. Mientras se sientan a gusto y riéndose la
reunión puede durar el tiempo que sea y se supone que se aprovecha mejor. Si te
das cuenta era la manera como lo hacía
Sócrates. Le preguntaban algo y contestaba con una pregunta. Y así se la
pasaban aquellos griegos preguntando y
respondiendo hasta que todo iba cayendo en lo que hubiera sido la respuesta
desde el principio pero sin la reflexión por parte del que había hecho la pregunta.
El mismo Brenifier dijo que Sócrates era el inspirador de su método y
que por eso el libro se titulaba: “Enseñar mediante el debate”. Tiene varios
libros en español en torno a la enseñanza y como es un autor moderno, y con esas
características fundamentadas en una buena preparación académica, pues es
doctor en filosofía, tal vez no habría que perderlo de vista. Voy a ver si
puedo conseguir esos trabajos. Tal vez
le sirva a alguno de tu tribu.
Por lo demás dijo algo que yo he pensado siempre y es que la
filosofía debía recorrer las calles de nuestras colonias populacheras, no estar
metida en un edificio de la universidad. Bueno, supongo que lo mismo dicen los
geólogos,
la geología y de la chapopotería.
Dijo que los puestos de periódicos deberían tener revistas de filosofía como
quien va a la carnicería a comprar
carne...
Dos horas después estaba de regresó
por fin en la cervecería, departiendo con otros petroleros. Según el método de
beber que le había aprendido a Cork, de disciplinar el sistema epiglótico a la
hora de beber, di cuenta de un litro de un solo trago. Entonces hice otro
descubrimiento. Mis compañeros estaban tan borrachos que ya no pude seguirles
la plática. Para ser más exacto nadie ya podía seguir la plática de nadie pues
se trataba de fragmentos de cuestiones que nadie terminaba y además todas se
cruzaban en cualquier dirección de la mesa….
Omar Kayan dijo en el sueño de las tres de la mañana que
los habitantes de la ciudad central habían pagado muy alto precio por haberse
encerrado en su concentración de ciento
treinta millones. Que el gran valle está, efectivamente, rodeado por
sierras muy al alcance pero no incursionan en ellas. Y la autodestrucción ha
llegado en forma de ulceras en los
organismo y de una criminalidad cada vez más extensa.
Desde niño Cork había sido iniciado
en su tribu, en el grupo de los teciuhtlazque o, como ahora se les dice:
“graniceros”.Una institución india que tiene miles de años y sigue vigente en
muchas partes del campo mexicano. Contra
toda lógica occidental, los
teciuhtlazque tienen el poder de hacer
llover donde falta el agua, y sin usar
el acrilato de potasio. O bien detener
la tormenta ahí donde la excesiva
cantidad de lluvia amenaza vidas y cosechas. No obstante, teniendo el
poder de hacer llover, Cork podía morir de sed. Lo aceptaba porque sabía que el
poder de los teciuhtlazque podía ser
efectivo solamente cuando se empleara en bien de la comunidad. De nada servía
en el caso individual. La magia es comunitaria, no solitaria. Era probable que
a eso se debiera lo inabordable del
asunto para el razonamiento lógico de la
civilización industrial. Piensan como individuo, no como grupo.
Mientras se echaba la mochila al hombro para seguir en dirección a Yuma, se dijo que ese era un
punto de coincidencia con la Iglesia de Cristo, en la que nadie se salva solo…
¿Por qué había dicho Yuma, si iba
para Chinley…-Recordó que la alta temperatura, como la baja extrema, puede
afectar las meninges...
5
I
“Los Bigotes de Werxygentoriux” era aquel
lugar en el que se iba a tomar cerveza y platicar en el tono que a uno
se le pegara la gana. Volvió a encontrar a Xyster después de ver al jefe navajo
Águila. Tenía sobre la mesa tres ejemplares del Washington Post de ese día.
-¿Dicen los mismo o alguno difiere?
- Dicen la verdad… ¡Hola!-. Dio un brinco y
abrazó a Cork. Me he acordado de tantas pendejadas que platicamos la vez
anterior.
- Yo me acuerdo de las cervezas que tomamos en esa ocasión. ¡Vaya
que eres resistente para beber cerveza! ¿Eres marinero o algo así?
- Soy marinero y también irlandés.
- Veo que sigues buscando la verdad en los
diarios.
- Uno dice la verdad pero si consultó dos o
tres diferentes ya ninguno dice lo que otros sobre una misma noticia. Donde se
ve más palpable la diferencia es cuando se trata de entrevistas. Un solo
discurso y cincuenta versiones distintas del mismo...
- ¿Qué haces en esta situación?
- Promedio… El hueso más duro de roer está en
la historia. Se nos han hecho tan naturales, es decir, verídicas, las cosas que
ahí se dicen. Pero después que un personaje femenino de Sade dijo que experimentaba cien orgasmos
en una sola noche ya cualquier fábula se puede decir. ¿Oye, sigues comiendo
tacos de carne de perro?
- Sí. ¿Y tú pene de perros calientes con esa
espantosa salsa dulce?
- Desde luego.
- ¿Qué te parece si ordenamos tacos de carne
de perro y penes de perro para acompañarlos con una cerveza?
- Me parece. Entretanto bebamos cerveza y
platicamos de la búsqueda de la verdad en los diarios… ¡Acepto! Estamos en el mundo
que otros han inventado para nosotros. Le llaman los filósofos “eclecticismo
disolvente” a ese modo de vivir en sociedad, o “eclecticismo abandonado a
fuerzas diversas”, los sociólogos, al no contar el individuo con un punto de apoyo propio, original.
-El mundo moderno es el de la información.
-Pero lo que tenemos es sobreinformación que disuelve la cordura y nos
hace refugiarnos en los paraísos artificiales o en las patologías que recuerdan
al Alzheimer.
- He andado por los desiertos y te platicaré a ver si ahora sí te a decides a
acompañarme al desierto de Altar.
- ¡Ni lo pienses!
A las dos cervezas ya estaban gritando. Cork
se acordaba de las bibliotecas públicas de México en las que hay que guardar
silencio pero los encargados hablan todo lo que se les antoja. Y también sus
familiares que llegan a visitarlos. O en los recintos culturales
donde los negocios de librerías dedican un amplio espacio a que la gente
lea y escriba, pero también se mete la gente a comer y los agentes de ventas a charlar a todo volumen entre ellos. Y los licenciados a ventilar sus asuntos con
los clientes. Esta, en cambio, era una
cervecería de voces altas y juramentos.
En aquella cervecería de Manhattan, a las
orillas del Hudson, Xyster hablaba sin
pelos en la lengua y su erudición le permitía ir de aquí para allá con
autoridad. Dijo algo de México, luego de
pasar la vista por el atestado y ruidoso lugar. Conocía de México más que cien
millones de mexicanos.
-Del caos arcaico de Teotihuacán surgió la luz. Nanahuatzin fue
el que trajo la victoria de la vida. La época antropocéntrica dirá que fue la
victoria de la nobleza de humanidad frente al insoportable ego de Tecuciztecatl.
Esto tiene que ser considerado con cuidado porque pude haber una tensión qe no
podemos ver lo digo porque Tecuciztecatl es uno de los nombres de Tezcatlipoca.
-El más grande de los dioses.
-Pero en Teotihuacán no fue un pacto perenne.
-La salvación sirve sólo el tiempo que se
cuide.
-El cosmos negro siempre está esperando.
-De hecho se hace presente cada doce horas.
-¿Dices que vas a buscar qué en el desierto?
- No he dicho.
Además no estoy seguro. Tal vez vaya buscando la falta de soledad dentro
de la soledad.
- Bueno, supongo que los perros van más
directos al asunto cuando deambulan entre la gente y los tambos de basura del
mercado.
- Estoy seguro de ello.
-Cualquiera puede cometer las más tontas de
las acciones. ¡Libre albedrío! Eres libre hasta que le entregas parte de tu
libertad a una mujer. ¡Cuídate de esa Toci, de la que me hablaste el otro día!
Después de eso habrás perdido toda tu libertad. Restablecer la normalidad ya no
estará a tu alcance. Necesitará del sacerdote o del psicólogo. En el caso de
los bomberos cuando se te agote el agua en las cantimploras.
- De la fe y de la razón. No hay otra.
- Hay una tercera salida. El proveedor de…En
este tiempo que ya no se recurre a pedir al cielo ni se cree en la ciencia, el doping es el gran
descubrimiento…A la fórmula de Tomás de Aquino: razón más gracia, habría que
anteponerle este planteamiento del maravilloso siglo veintiuno del desarrollo
de la sociedad tecnológica: mariguana sobre razón y fe…
- El desierto exige concentración en las
tareas de ese día, de esa hora, de ese minuto. Es poco práctico adelantarse a
los acontecimientos. No hay lugar para el miedo anticipatorio. Esa angustia de
nuestro tiempo ¿qué pasará con la hipoteca de mi casa?, ¿qué pasará con la educación
de mis hijos?, ¿qué pasará si mi novia me da el espaldarazo?, ¿qué pasará si
los resultados del laboratorio? ¿Qué pasara si…? El alpinismo exige planeación
y desechar todo lo que se pueda de temores. Si el temor anticipatorio se
hiciera muy patente simplemente no existiría el alpinismo como deporte.
- La absurda y práctica inmediatez tiene otra
vertiente pero ahora mirando hacia el pretérito. Olvidarse de ciertas cosas ya
idas. Nadie puede preparar su mochila para la
excursión si está cargando un pesado fardo. Es maravilloso que millones
y millones y más millones de individuos estén viendo, por la televisión, a
veintidós hombres disputarse el dominio de una pelota en el centro de un
delirante estadio.
-Un personaje de Graham Greene reflexionaba respecto que “tenemos tan
pocas maneras de aplacar nuestra culpabilidad”.
Xyster bebió una cerveza de un solo trago.
- No me
vengas con esas paparruchadas que buscas la falta de soledad dentro de
la soledad.
-Mi verdad es más simple. Estoy en la espera que mi microscopio salga de la
aduana…
- Según el Doc., personaje de John Steinbeck,
la Bohemia es la mejor cerveza del hemisferio Occidental.
- Después de la “Corona”.
- ¿Quién lo atestigua?
- Los
chinos dicen esto mismo.
- ¿Cuánto tiempo tienes fuera de México?-
preguntó Xyster.
- Varios meses. ¿Por qué.
- Leí que acaban de reunirse más de cincuenta
especialistas extranjeros y mexicanos de primer nivel en Ciudad Universitaria.
Se analizarán los distintos paradigmas que hoy se discuten en la comunidad
internacional, tocante al debate jurídico- filosófico. Es un hecho sin
precedentes en todo el mundo.
(Llegaron los tacos y los “perros”)
-Espero que lleguen a algo que ayude a la
gente.
-¿Escéptico?
-Sucede que en ocasiones en México todo acaba
como el Rosario de Amozoc...En el
Congreso y Los Pinos eso es común, desde el siglo diecinueve. Pero también en
las reuniones continentales de jefes de estado. En la gente de la cultura cada
quien lleva agua a su tribu.
- Parece que los muy coordinados y
disciplinados son los tipos de las economías. Al margen de utopías.
-
Siguen de cerca todo lo que se mueve.
- Como
el gato está al acecho de todo lo que se mueva o haga ruido.
- No es para menos. Acuérdate que vivimos en
el universo en el que el golpe de una canica echa a rodar a otras canicas.
- Eso es tan cierto hasta más allá de la
muerte del individuo.
- Según eso cuando se muere, se vuelve a esta
vida, como en la metempsicosis.
-De cierta manera eso es así. Mejor o peor,
depende de cómo te portaste en la vez
anterior…
- Pensé que eras del pensamiento
racionalista y me sales con estas.
- Porque lo soy te lo digo. Es ahí donde los
de las economías no pierden el piso. Fíjate. Borrón y cuenta nueva. Toda
vivencia se va a la tumba. Todo instinto bueno o malo se va junto con cada
quien. Pero…menos la sinopsis de esa existencia. Esta queda en la comunidad.
Por eso cuando alguien muere los otros se hacen
la pregunta: ¿Contribuyó a mejorar su ambiente o a degradarlo? De esta
manera, cada individuo humano que nace se desarrolla en la clase de sociedad
que el fallecido le dejó. Si llevamos esta discusión al nivel de la familia se
verá con más claridad el asunto. Los
hijos mal vivientes querrán seguir en el undergrownd. El que tiene a la vista
desde los días de su cuna. O los hijos y nietos de las familias de
universitarios…Bien puedes hablar de metempsicosis o de clonación. Este es el
punto en el que estas dos cuestiones de
genética y de sociedad se funden. Mucho va a depender de la información que esa
tarjeta o memoria le dejó a su comunidad. Y sabido es que Schopenhauer creía
que todo estaba en lo genético y que el individuo sólo haría camuflarse, por
conveniencia, con las costumbres del contorno….
- Todos somos responsables del mundo que nos
rodea, dijo Jonathan en Camino al Cielo, de la pantalla chica. Deforestación y
aumento de población humana con sus nuevos asentamientos hacen que la
vegetación natural disminuya gradualmente hasta acabarse. Como la transición no
se da de manera programada, lo que los nuevos habitantes van a tener es aire contaminado, agua sucia y suelos
estériles.
- La tradición es una autoridad superior
porque manda, dice un filósofo. Por eso los indisciplinados se apresuran a
declararse parricidas. Parricidas de la familia, parricidas frente al Estado.
Sucede lo mismo con la moral. Si los legisladores laicos o religiosos son los
que declaran cuál es la tradición, ya saben los espíritus individualistas
contra quiénes hacer los berrinches… Algunos tienen la vocación de vivir en la
apocrifía….
¿Qué diablos es eso?
- Cuando los constitucionalistas se reunieron
en Querétaro para elaborar la Carta Magna de 1917 hicieron varios
proyectos, notas y borradores de los
“Capítulos y artículos”. Algunas de esas notas, por una cosa o por la otra,
quedaron fuera y no pasaron a formar parte del cuerpo de la Constitución
sancionada y aprobada finalmente por el Congreso. La gente de la apocrifía es
la que prefiere normar su conducta de vivir y de pensar con las notas que
quedaron fuera en lugar de hacerlo con la Constitución. Este individuo vive en
lo general con las garantías que da el Derecho pero en lo individual no se
siente obligado más que con él mismo. Estamos hablando de la justicia, o la
normatividad, como dicen los juristas, y del desconocimiento de la
normatividad. Sócrates morirá víctima de la injusticia, no de las leyes. Al
escapar de la injusticia justificaría la injusticia. Las leyes que aprobó el
pueblo lo condenaron y él decide morir acatando esas leyes, no burlándolas. No
se refugia en la apocrifía.
- Esta conducta se da también en filosofía y
en especial en la religión.
Xyster sabía de química y tenía la costumbre
de traducir los tragos de alcohol que se estuvieran bebiendo en kilocalorías y
en la cantidad de azúcar que eso
significaría en la sangre. Señaló hacia la otra mesa.
- La cerveza que está tomando ese tipo, de
capacidad de un tercio de litro, tiene ciento sesenta kilocalorías y aporta al
cuerpo el equivalente de ocho cucharaditas de azúcar. Son aproximadamente los
resultados de una copa de aguardiente, un vaso de ron, o un vaso de pulque.
Imagina a alguien de juerga que ha tomado diez rones o tres litros de pulque o
diez cervezas…
- Ochenta cucharaditas de azúcar cada uno de
ellos.
- Si
esta cantidad se tomara a lo largo de muchas horas podría metabolizarse. Pero,
como se ingieren en poco tiempo, estamos hablando de un suicidio muy dulce…
- En el periodo de consumir alguna droga el
individuo se desatiende de los afanes diarios de la comunidad.
- Eso sucede en la ciudad y en la tribu. Sólo
él se importa. Pero, cuando más tarde, cuando empieza a quedar impedido y sobre
todo en las últimas etapas, los recursos de la comunidad tendrán que ser
desviados para atenderlo en algún tratamiento o en su caída final.
- En el origen se atacó el padecimiento social
de la drogadicción. Pero la mundialización ayudó a diversificar redes y métodos
de distribución que resultó imposible llegar a alguna solución siguiendo ese camino.
- Y de pronto han resultado obstáculos en el
campo de los luchadores antidrogas.
- ¿Como cuáles?
- Quién coordinaría estos grupos
antidoping en el plano nacional y en
escala mundial? ¿De dónde van a salir los recursos que pagarían los programas de
prevención?
- ¿Xyster?... Sócrates y Cratilo se darían de
narices tratando de encontrar la lógica a tu nombre.
No hizo caso.
- Los nacionalismos decimonónicos europeos
nacieron de la actividad de ensanchar sus territorios. El nacionalismo de cada
grupo, etnia, nación, indígena, nació en el mismo siglo diecinueve al defender sus manifestaciones
culturales que proceden de miles de años. En aquellos, entonces, habló el poder
de las armas. En los segundos el poder de la antropología y la historia. No es
difícil saber quién va a trascender.
- La
globalización aboga por la igualdad de los humanos. Pocas armas de conquista
tan sutiles como esa. Lleva a la
intolerancia y al racismo en su búsqueda
de borrar etnias, idiomas, religiones y culturas. Imagina que México -
Tenochtitlán hubiera colonizado todo el
mundo y luego de siglos de aztequización ¿dónde habrían quedado los negros, griego,
judíos, purépechas, huicholes, otomíes, uruguayos, chinos, babilonios…Es la
búsqueda de la economía que pasa sobre las individualidades de los grupos. Por
eso se da que a los pueblos conquistados
se les somete a persecuciones hasta borrarles su identidad. Los hohokams
creen en el mundo exterior, hacia donde mira toda la etnia. Profesan así un
pensamiento comunitario y desconocen el yoismo del escéptico.
- ¿Crees?
- La experiencia individual es, después de
todo, un segmento de la vida humana que no puede abarcar el abanico de los
fenómenos sociales. Si es lúcido y convincente puede convencer hasta a millones de individuos.
Esto tampoco podrá alcanzar la categoría del abanico de esos fenómenos
sociales. La fobia que Heidegger tenía
contra el signo de lo siempre igual se fundaba en que anhelaba que el segmento
cubriera el círculo.
-Como si intentáramos que diez grados de horizonte de nuestra vista miraran ciento ochenta grados…
-Un mundo que le gusta matar. Nietzsche mataba
a Dios página tras página.
- Y algunos gobiernos declaraban muerta a la
novela en el primer tercio del siglo pasado.
- Como declarar muerto a Cervantes y a su gran
legado de la novela moderna.
- La
respuesta son las festividades que en muchos países se hicieron al cumplir 400 años de haber sido
editado el Quijote.
- Y los millones de ejemplares que se han
editado en el mundo. Hasta en México.
- Un movimiento instintivo de los editores de
los países que se lee poco es evitar los libros grandes.
-Todo editor podrá responderte con la frase de
Mark Twain: “Cualquiera que haya agarrado un toro por el rabo sabe cinco o seis
cosas más, que alguien que no lo ha hecho nunca”.
- Como sea, a Margaret Mitchell le hubieran
dado con la puerta en las narices con Lo que el viento se llevó.
- A Jan Valtín con La Noche Quedó Atrás.
- A Norman Mailer con Los desnudos y los
muertos.
- A Tomás Mann con La montaña mágica.
- A Tom Wolfe con su Todo Un Hombre.
- Los mismos concursos literarios tienen una
de sus condiciones que las novelas no pasen de tantas cuartillas…
- Reconocimiento tácito que en ese país no se
lee mucho.
Se acordó del libro de Cervantes. Comentó que habían pasado los
cuatrocientos años de la primera edición del Quijote de la Mancha
- Un libro “grueso” - dijo
y citó una frase:-. “Nunca yo acostumbro despojar a los que venzo”, dijo don
Quijote a Sancho. En esto se aparta de
aquel superhéroe, pagano, cantado por toda la antigüedad, y aun la modernidad,
llamado Odisea. El oficio de Odiseo era
el de vulgar pirata que iba por las costas atracando cuanto podía.
- De ahí le viene a los mexicanos cantar a los
depredadores como Chucho el Roto, Gabino Barrera…De todos modos Sancho no
entendía mucho de escrúpulos. Cambió su asno por otro mejor “en tercio y
quinto” que había sido abandonado en el famoso episodio del Yelmo de Mambrino… Ilíada
y Odisea son libros gruesos que se leen sólo porque viene precedidos de una
fama de siglos.
- Tal vez la Ilíada haya preparado nuestro
ánimo para aplaudir a Chucho el Roto…a Heraclio Bernal, a Guadalupe Pantoja, a
José Inés Chávez García, a “El Chivo
Encantado”…
- Y más
reciente Camelia la Texana y el género musical de narcotraficantes.
-Ni siquiera tendríamos que cambiar de
continente. El fenómenos de la globalización, destructor de lo regional, en
América comenzó en 1492…En el afán que todos somos iguales desaparecieron
muchas etnias como producto de un inmenso genocidio. Inmediatamente después los
bosques que hasta entonces había sido su patrimonio. Había que fundir los
metales extraídos de las minas de Hidalgo, Zacatecas, Querétaro, Guerrero…
- ¿Qué futuro puede esperar un país que sigue
teniendo al año quinientas mil hectáreas de deforestación de bosques tropicales
y ciento cincuenta mil en bosques templados?
- En el que no se escuchan las voces de los
académicos que denuncian desde foros universitarios y de los que nadie hace caso.
- Inadecuado manejo forestal, pastoreo sin
control y extensión urbana. No se cuida el equilibrio estratégico de cortar una
cantidad de árboles y dejar otros para la conservación de esa flora y de la
fauna nativa…
- Los taladores clandestinos aprovechan pero
sin conservar ni restaurar. Si con la desaparición de un solo árbol se
acaban incontables microsistemas ya
podemos imaginar a esa biodiversidad cuando
se trata de la desaparición de miles de hectáreas de árboles.
- Y el mismo proceso destructivo lo sufren los
desiertos, pastizales y selvas bajas.
-Todo esto puede y debe utilizarse pero
cuidando que no haya modificación alguna
y menos de manera drástica como sucede.
- Se pierde de vista el equilibrio
estratégico. Y sin planificación no hay control.
- Todavía prevalece el viejo talador con
recursos económicos que compra silencios en los pueblos bajo las montañas y
arrasa bosque que no le pertenecen.
- Pero también está el talador clandestino
astuto que convence a los campesinos para que ellos mismos acaben sus bosques y
en su lugar siembre semillas. En lugar de vender las maderas preciosas de ese
bosque de manera sustentable. Y darles utilidades.
- Cuando los otros se dieron cuenta ya no
tenían bosque ni tampoco llovía. No les quedó otra solución de emergencia que
cruzar la frontera norte.
-Llevando el sentimiento de haber sido actores
y víctimas de sus propias acciones.
- Sin un centavo en la bolsa.
- La vida del mar y sus lagunas tienen una historia semejante. Pesca
clandestina…tecnología que no cuida la reproducción…
- Y a la vista miles de kilómetros de playas
mexicanas rebosando de plancton suficiente para alimentar, y de la mejor
calidad, a la humanidad entera…-Cork remarcó-. Los derrames de hidrocarburos en el mar son el equivalente de un gran
incendio en la selva. Acaba con toda forma de vida animal y vegetal. Además
con repercusiones graves para la salud
del hombre. Tienes razón. El plancton sólo sería suficiente. Empero, para la
vida en el mar la extracción del
petróleo es una zancadilla. Precisamente tuve que posponer una reunión
“cervecera” en Coyoacán, México, para
este fin de semana con Guillermo
Stenbergeen, un amigo mío. Está perforando pozos en la región centroamericana.
Me escribió diciendo que hay cosas que no están claras y con frecuencia
amenazan nubarrones en el cielo. Me recuerda que el Golfo es la tercera cuenca
petrolera más importante del planeta. Las aguas del paralelo 26 en lo que esto
sucede pertenecen a México, Estados Unidos y Cuba. Por una parte, agregaba,
nuestros países tienen rezagos tecnológicos marcados debido a que no se destina
un porcentaje fijo y suficiente para innovar de manera permanente los métodos
de esta industria. Y en la medida que no se destinen fondos suficientes hay que
irse resignando a la dependencia extranjera. Sería ésta la beneficiaria de la
explotación futura de los hidrocarburos.
-Tenemos cosas qué aprender de esos…- dijo
Xyster poniendo énfasis en este adjetivo -. Sino veneramos a los ancianos
cuando apenas somos niños tampoco los vamos a respetar cuando seamos grandes.
Hay que educar. Un nieto que ve a su padre maltratar a su abuelo paterno cuenta con parámetros a seguir.
II
-Hay que aceptar que son un arrecife en medio del océano
organizaciones como la Red Internacional de Prevención del Abuso y Maltrato de
la Vejez o la Allo Maltraitance de los franceses.
-No obstante todo ello, sigue considerándose
anacrónico el respeto que los indios tienen por sus ancianos.
- Nuestra civilización es de consumo y
deshecho…
- Los filósofos tendrían que emprender el gran
reto del siglo veintiuno. Sacar conclusiones. Hacer por fin el balance de
treinta siglos de pensamiento especulativo. Ya sabemos cuáles son los extremos,
ahora necesitamos la síntesis. Como el fotógrafo que juega con el campo de
profundidad y enfoca y desenfoca para llegar al punto de mayor nitidez.
Aferrarse a una maravillosa revelación divina
y cultivar el pensamiento especulativo. La unión de los contrarios no
tendría que ser más la guerra de los contrarios sino los extremos de una misma
recta. Razón y fe. Filosofía y teología.
- Estaban juntas pero alguien las separó-
opinó Xyster.
- La filosofía, expresión genuina del
Humanismo, dejaría en la estacada a los partidos políticos con su laicismo
agresivo. ¿De qué oposición serían la oposición?
-Pues las naciones más poderosas del momento
han trascendido esto y por eso son poderosas. Conservan ese antagonismo
partidario sólo en el membrete. Y esto para darle cierta lógica a su propaganda
en los tiempos de la alternancia en el poder. En el fondo sus programas son
cada vez más semejantes. Ya no gana el mejor programa… Pierde el que tiene algo
que le puede explotar en las manos. En las urnas…
- La razón tendría que ser ejercitada de
manera cotidiana, con la misma asiduidad y atención como hacemos en nuestra
etapa de jugadores de billar. Buscando los efectos…Consciente que, después de
todo, como hacemos con el “taco”, la razón puede tener sus fallas. Se aprende
con el acierto y el error. El enfoque y el desenfoque. Pero no por eso
tendríamos que desechar su ejercicio. Y con ese empeño vivirá en el mundo de la
fe. Hay momentos, en la oscuridad de la noche o del día, que al humano sólo le
queda voltear hacia la imagen colgada en
la pared, como inicio de un encuentro con la divinidad, como esta se llame,
antes de enloquecer de angustia…Razón contra
fe fueron los argumentos de siglos de guerras. ¿Por qué no tendría que
ser ya diferente?
- Aunque don Quijote fue una sátira de
Lancelot, y el rey Arturo, gustó mucho a los ingleses. Solamente cuatro años de haber aparecido la
primera edición la tradujeron a su idioma. Shakespeare compuso una pieza de
teatro sobre Cardenio, personaje de Cervantes.
- La rápida aceptación de los ingleses por el
Quijote, pese a sus antagonismos nacionales, o “imperiales”, se debió a que
fueron precisamente Arturo, el Cáliz de Cristo, la isla Avalón y la Mesa
Redonda, los que inspiraron a Cervantes. Don Quijote, al igual que el rey Arturo,
seguía un símbolo inalcanzable dentro de la leyenda gálica.
Como todo bebedor de cerveza, Xyster gustaba
cambiar de tema a cada vuelta de la esquina. Si alguien grabara las
“conversaciones” de los bebedores de cerveza, al día siguiente escucharía nada
más frases empezadas pero jamás
terminadas… Y cuando hay cuatro o cinco en la mesa es el pandemonium de las
pláticas fragmentadas y cruzadas…
- Desde Jalisco y Colima, hasta el sureste,
merced a las placas tectónicas Cocos y Norteamericana, la gente de esas
ciudades, de la costa del Pacífico, vive prácticamente sobre una mesa
vibradora. De mil a dos mil temblores se dan a diario. Son de baja intensidad
que permiten a la gente hacer su vida cotidiana sin alarma. No así en los
lugares donde hay suelos blandos de antiguos lagos, como es el caso del Valle
de México, y más propiamente la Ciudad de México. Aquí estas inocuas
vibraciones suelen amplificarse. Y basta que suba un poco la escala de
intensidad para que aquello se convierta en una hecatombe.
-En la tremolina que duró tres siglos, entre
conquistadores contra su propia corona
de España, para ejercer el poder en México, pareció que la cultura original
había desaparecido. Los únicos refugios a los que podía acudir el pueblo para
evitar el exterminio eran personajes como Fray Bartolomé de las Casas que
buscaba levantar leyes contra la voracidad de los encomenderos. Tanta voracidad
que no faltaron las insubordinaciones contra sus mismas leyes y soberanos en nombre de los que habían hecho
la conquista. Pizarro en Perú y Martín Cortés en México. Lucha heroica y
desesperada de estos frailes a favor de los indios que tenían que luchar contra
los hacendados. También al interior de la Iglesia que anatematizaba sin piedad
cualquier manifestación religiosa propia. El poder seglar que aún estaba
afianzándose, llevaba a la hoguera a personajes como hizo con uno de los
príncipes indígenas de Texcoco al que descubrieron practicando los ritos de su
religión. Durante tres siglos se buscaron maneras de preservar las creencias y se llegó a un acuerdo tácito de jugar el juego de la
simulación. Así fue como un país católico lleva en la médula la religión de
Tezcatlipoca- Tláloc- Quetzalcóatl. Posible sólo porque ambas religiones
aceptan la representación de la esencia. La imagen. Una interpretación liberal
del cristianismo, en la perspectiva del Antiguo Testamento, habría borrado para
siempre todo dato cosmogónico e histórico del México prehispánico. Llegó a
creerse que era cosa de pueblos indios anacrónicos. Pero todo vuelve a brotar
del inconsciente colectivo con la festividad de principios de noviembre, cuando
los dioses mexicas regresan de lejanas tierras para volver a convivir con sus familiares, comiendo y
libando.
Antes de partir hacia la cordillera, Toci se comunicó con Cork para decirle que había asistido al Décimo
Festival del Día de Muertos. Acontecimiento organizado en el seno mismo de la
Universidad Nacional Autónoma de México en el que se veían involucrados trabajadores, estudiantes y académicos de todos
los niveles.
- Era por necesidad recurrir a ese
paternalismo de la Iglesia contra los “encomenderos”. Pero a estas alturas es
saludable que se desaten las cuerdas de
las culturas locales del continente americano. Dentro de mil años volveremos a
preguntarnos qué pasó.
- Pues sí. Jim Morrison se canta en Patagonia
desde décadas igual que en la sierra de Oaxaca. Los huicholes venden sus
vestidos llenos de dibujos oníricos en los market´s de Manhattan junto a la
literatura de los Testigos de Jehová. O
símbolos culturales laicos enormes como el escudo de José Vasconcelos para
delimitar parcelas y decir un ¡stop! a los gringos o al Río Bravo para detener
a la América de habla española en su presencia hacia el norte. Son piezas tan
interesantes para la historia como lo fue la Muralla China, la Línea
Maginot, el Muro de Berlín o la valla de
Jerusalén frente a los palestinos. Eso fue antes. Ahora hay millones de habla
española en Estados Unidos y muchos miles de europeos y angloamericanos
viviendo en México. Es hora de conocer las ideas de los de enfrente, no de
suprimirlas.
- No andas tan errado. La realidad está
dejando con un palmo de narices a sociólogos e historiadores.
- Eso les pasa porque siguen escogiendo 300
notas de un sólo color, de entre 5 mil de diversos colores, para escribir su
historia… ¿Te cuardas lo que dice Novalis? “El sentido auténtico de las
historias humanas tiende siempre a desplegarse tardíamente y, por eso, conviene
estudiarlas mejor bajo la influencia
apacible del recuerdo que no en el fragor de la impresión presente.”
-Dentro de pocos siglos las aguas del río de
la globalización se habrán llevado muchas cosas hasta el mar y otras
permanecerán de pie por obra y gracia de las religiones, las filosofías y las
genéticas de los pueblos…
- Ya la regionalización económica, de los mil señores feudales de la Edad Media,
que después se transformaron en los modernos capitalistas del siglo diecinueve,
intentó borrar muchas cosas que ahora siguen en pie tan firmes como
entonces…Hacia finales del siglo veinte había en México ilustres filósofos
latinoamericanos que se afanaban, en el marco de la academia, por construir
para México, frente a los gringos, un pensamiento propio regionalista, en lugar
de universalizarlo y universalizar. Esa postura
sigue anclada dentro de los aires decimonónicos mirando con morbosidad
hacia su superyó. Un panorama cultural lleno de escritores de partido metidos
a...historiadores. Aun entre los filósofos pocos piensan, como Leopoldo Zea sí
pensaba, que la identidad y la afirmación nacional pasan necesariamente
por el
contacto con el mundo exterior.
- En México hay cien razas y otras tantas culturas. Pero aquí ya no son incompatibles. Han sido incompatibles
en otros meridianos del planeta en donde casi se destruyen. Para salvar la vida
han llegado a México. Y, precisamente en este país bárbaro, han entendido que
no son incompatibles. Aquí la pretensión de una racionalidad y una verdad
universal viven en la misma calle. Renegando pero viven. Finalmente acabaron viviendo en el mismo
país, y la misma ciudad, españoles de la República y españoles de Franco. El
partido político más fuerte, que es el de los cristianos, le ha tocado, en la
vuelta de la historia del país, preservar todos los instrumentos institucionales
necesarios para la vida democrática y
humanística. Es necesario aclararlo porque de pronto las aguas de las palabras se revuelven y ya no se sabe de qué
estamos hablando. A la vuelta de la esquina hay una sinagoga judía. En la plaza
los de la mexicanidad oran danzando al Sol. El partido de izquierda reparte sus
volantes en la amplia plazoleta frente al templo de Santa María de Guadalupe.
Los krisnas queman sus varillas olorosas bajo las jacarandas de los templos
protestantes. Los cristianismos liberales en Chiapas aseguran que en tres días
más y volveremos a ver a Jesucristo. Es una pluralidad que no busca el
consenso. Se foguearon en los frentes del mundo y los que escaparon a la
chamusquina entendieron la lección. Aquí también las calles se han llenado de
sangre al ser ignorado el consenso. Entre el caos se ha soñado otra vez por la
pluralidad. Se ha entendido que es fácil
soñar con la libertad pero que es muy difícil el ejercicio de la libertad.
Entonces hay que institucionalizar la pluralidad. Cuando ya no hay
presidencialismo paternalista encontramos que la institucionalidad de los
partidos es huidiza como el agua entre las manos. Y se experimenta, otra vez,
dentro del caos, que la hegemonía tiene una atracción muy fuerte…
Dice Cork que Xyster, algo chiflado, tenía una
manera curiosa de saludar. En lugar de decir “buenas tardes” decía “se leal
contigo mismo”. No hay que extrañarse, en realidad. Unos saludan estrechándose las palmas de las manos, como
hacen los americanos. Otros inclinándose, como los asiáticos. Otros
estrechándose sus propias manos, otros chocando sus anillos, como los masones,
otros sujetándose de las muñecas, como los antiguos romanos…
Dijo:
- Lejos del anquilosamiento la vida india. Es
emprender la ardua labor de conocerse, permanecer, renovarse y aceptarse en el
tiempo. Como hizo Rembrandt con sus sesenta y cuatro autorretratos a lo largo
de su vida. Es el recordar y el investigar de Sócrates. Aceptar el determinismo
sin abandonar el libre albedrío. Complejo ¿no? Así es la vida si la quieres de
trescientos sesenta grados. Desde luego el círculo tiene muchas habitaciones y
puedes permanecer toda tu vida en una de ellas…Porque esa es la tragedia del
hombre contemporáneo. No ha aprendido a ser libre. Necesita grandes horizontes para
esperar sentirse como el viento. Y cuando los tiene se siente aplastado por la
inmensidad. Regresa a la estrecha calle de la atestada ciudad y su espíritu
parece comprimirse. Así pues, donde se encuentre va a sentirse que se asfixia.
¡Es tan terrible caminar por una calle atestada como por el bosque profundo y
solitario! ¿A dónde escapar? Siempre queda la solución de recluirte hacia sí mismo. Conozco algunos que se
encerraron…Solamente –levanto su tarro-una fuerte deshidratación del día
siguiente a la borrachera puede darnos idea de la magnitud de esa soledad.
6
I
-
La vida comunitaria de la tribu no deja escapar hacia sí mismo-dijo
Xyster-. No impone la presencia de los otros pero siempre está lista para
arrojar el salvavidas. Fomenta en los niños la lectura “relajada”,
particularmente de la novela, extraordinaria invención de Platón y luego
Cervantes. Más que las vanguardias surrealistas y aun de la poesía. Estas son
los portentosos monumentos literarios que hablan en singular. La novela, en cambio,
gusta de olvidarse del yoismo y da la palabra a los diversos personajes. Los
conquistadores se llevaron toneladas de plata durante tres siglos de las
montañas mexicanas. Eso los ablandó frente al inglés como individuos. Los
españoles, a cambio de nuestra plata, nos legaron el cristianismo, el
antropocentrismo griego y a Cervantes. Y eso nos hizo más fuertes culturalmente
con valores imperecederos…
- ¿Y tú por qué vas al desierto?
- Aprendí a
caminar en la estepa porque así observaba que lo hacían mis padres y los
demás de Tlamatzinco, el caserío perdido entre la llanura de Chihuahua, al otro
lado de la Sierra del Presidio. Un panorama que te enseña que, si no sabes
caminar en la libertad, al caer la tarde
puedes haber muerto.
- Todos aprendemos de los otros.
Sócrates aprendió el oficio de partero de su madre Fenarete, también partera.
- Un oficio que se manifiesta sólo si
hay alguien que esté preñado. Si tene algo en potencia que se pueda echara
andar.Eso es lo que dice Toci, la encantadora muchacha que lleva diez años de
su vida leyendo a Frederick Copleston.
-¿Diez años? ¿Qué edad tiene?
-Dice que veinticuatro.
- Hay millones de seres que vagan por
el mundo…
- Tres horas de ver televisión al día
vuelve estéril a cualquiera. Como se carece de defensas culturales, poco a poco
se va entrando al proceso de zombisación.
- Parece que estamos frente a un feo
determinismo- dijo el marinero Xyester-. Una ola no sabe a dónde la va llevando
el mar. La ola tiene movimiento y vida en sí, pero no está en ella resistir el
impulso general.
- No se trata de vivir en la
apocrifía sino de fortalecer al individuo para que éste a su vez enriquezca a
la pluralidad. La ola es parte de un todo y sin embargo tiene “personalidad”
propia dentro del océano. En tanto exista el viento, la ola podrá agitar, o
hasta derribar, todo lo que encuentre, ¿no crees, tú que conoces el océano?
- Nietzsche invierte la fórmula.
Elabora a base de aforismos audaces. El eje central de su discurrir dice que la
ley no puede estar por encima del individuo. Es para las masas pero no para el
individuo. Si las leyes las hicieron los individuos ¿de qué tipo de individuos
estamos hablando?
- Tal vez del que se rebela
frente a toda clase de uniformes, así
sea el del portero del edificio.
- Los demás nos impiden estar solos -
dijo Jack, un personaje de Lawrence. Y yo agregó que eso hay que agradecérselo
a la multitud. Aullaría de miedo si en
verdad se encontrara uno solo. Estar
solo dentro de la multitud no deja de ser cierto pero es un poco tramposo. Se
puede estar viviendo con un teléfono celular en la mano esperando la
llamada y estar solo.
- Puede que por estar solo se lleva
el celular en la mano- me aventuré a decir-. Puede, no lo aseguro…
- Cuando llegó la nueva religión los
indios se dieron cuenta que también
miraba hacia dos objetivos. Uno era el cielo y el otro el hombre. Lo que
cambiaba era la forma. Y se quedaron con la suya. Con la diferencia que a
Sócrates le gustaba ramonear más en el hombre que en el cielo. La manera de ver
del indio siguió guardando el equilibrio. Un mundo hecho por los dioses pero
que los hombres debían cuidar. Con el tiempo, el antropocentrismo procedente de
Grecia, buscaría la explotación a gran
escala de los bosques y de los recursos del mar. Llevada esta practica hasta el absurdo, fue cuando los dioses empezaron a
estorbar…El tema de la representación no es un juego. Los que están contra las
imágenes no soportan verse en el espejo.
Una religión sin imágenes no es religión, dice Jean Wahl. Qué es el arte en
última instancia sino el retrato íntimo del artista que lo lleva a cabo. Puede
estar pintando un paisaje nevado de Canadá pero el resultado será una copia
fiel de sus sentimientos. Más que si se pusiera a pintar un autorretrato. La
próxima vez que quieras destruir un edificio, un monumento, un grupo social o
una escultura, pregúntate ¿qué es lo que te está recordando de ti mismo? Pablo
quería acabar con aquel grupo de místicos…Hasta que se vio en un espejo y
encontró que él era como ellos pero estaba en una situación lejana. Quería
destruir su enemistad…
- Toci dice que no hay que olvidar
que la filosofía griega está como elemento conciliador entre lo eterno y lo
contingente. Entre el cielo espiritual y la vida cambiante en la tierra. Entre
la razón práctica y la razón vital. La filosofía griega fue el crisol del
cristianismo primitivo. Esta es la diferencia. En tanto el cristianismo liberal
recita capítulos y versículos, el cristianismo romano hace la consideración en
la perspectiva de la filosofía. Por eso muchos humanistas del Renacimiento
pasaron por los corredores del Vaticano. Tardaron siglos en fundirse
cristianismo y pensamiento griego pero al fin lo lograron y de eso surgió lo
que se llama “cultura occidental”. Platón, Aristóteles, Plotino, santo Tomas de
Aquino… Este enorme paquete cultural y espiritual iba a tener otro choque tremendo en América y
sus culturas autóctonas. Cuando las aguas agarraron su nivel se vio una obra
más enriquecida. Ahora estaba lo griego, lo cristiano y lo prehispánico. Los
americanos debemos considerarnos afortunados por ese legado tricultural.
- Y con la enorme responsabilidad de
documentarnos al respecto. ¿De qué sirve tener todo eso sino lo conocemos?
Imagina a un pastor que lleva a su rebaño y pasa bajo el Ágora y no se detiene
a escuchar lo que dicen los oradores…
- No todo fueron peritas en dulce.
De una u otra manera nos legaron
también el espíritu carroñero. Los
primeros piratas de que tenemos noticias…Don Quijote se va por el mundo a buscar
aventuras y hacer el bien. Pero sólo en los términos que aporten algo a su ego.
Por lo demás no puede desembarazarse de
la inclinación de bucanero salteador que priva en Europa desde la antigüedad y
ya encontramos en Odiseo. En el capítulo X, de la segunda parte, envía a Sancho
Panza a que se entreviste con su amada Dulcinea. Engañando a su amo, el
escudero le trae buenas noticias. Es cuando el Caballero de la Triste Figura
queda tan agradecido que le promete compensarlo “con el mejor despojo que gane
en la primera aventura”. En otra parte dice que “No es de gusto andarse con la
conciencia escrupulosa”.
- Es la Odisea de a caballo.
- Ese espíritu debieron sufrirlo los
indios de todo el continente, desde los Cherokes de Canadá hasta los ranqueles
de Argentina.
- El indio norteamericano sobrevivió
cuando fue confinado a la reservación del Desert Navajo. Un lugar para el
que se necesitaban millones de años de
adaptación al medio. Lo logró debido a su costumbre que ponía en juego cada año al desplazarse siguiendo los
animales de caza que se movían según los llevara el invierno o la primavera.
- Esto de los mecanismos de
adaptación es un asunto de la máxima importancia. Los habitantes del
Mediterráneo, admitidos en Rusia al
finalizar la Guerra Española de 1936,
tuvieron mucho que decir al respecto.
A través de la pared de vidrio veían hacia la calle concurrida de Manhattan,
casi media calle de puestos de vendimias de mexicanos.
- Los habitantes del empobrecido
campo mexicano, principalmente, son los que cruzan la frontera. Desconocen casi
todo de su pueblo y muchos carecen de instrucción.
- Así llegaron los árabes –
israelitas a Egipto mil setecientos años antes de Cristo y ahí se instruyeron.
Después de muchas generaciones de mexicanos, viviendo en Estados Unidos,
también encontramos doctorados en ciencias. Por eso es necesario empezar a
hablar de ecumenismo y dejar atrás el dudoso significado de sincretismo.
- Sobre todo el enfoque decimonónico
del que han hecho una profesión algunos
historiadores. Son los ramoneadores de las trescientas notas sobre cinco
mil para escribir sus libros…
- Pasando varias generaciones el
mexicano - estadounidense tendrá otra visión de la vida y de la tecnología en
el seno de la sociedad norteamericana. Esto no es profecía. Es un a posteriori.
Está sucediendo desde hace siglo y medio.
- No se puede decir que tendrán otra
visión pues cuando tuvieron que dejar México, por necesidad, eran casi ajenos a
su cultura. Nacieron biológicamente en México y social y académicamente en
Estados Unidos.
- De ahí que todo mexicano necesite
leer novelas. La novela es la versión abordable de los filosofos. A los filósofos nadie les hace caso. Pero hay
que seguirlos de cerca. Estos filósofos son los que, luego de permear las
aguas, van a inspirar las producción de las grandes novelas tanto
aristocratizantes como las proletarias.
- Les da por orinarse en las reglas.
- ¿Crees?
-
¿Te imaginas que alguien quisieran convencernos que hay que ser pobres
de dinero. Me resisto.
-La Iglesia.
- Ésta advierte respecto a la
utilización que se le de al dinero. No es lo mismo la usura que la filantropía.
- ¿Buscar dinero y tener una vida con
los satisfactores es aristocratizante?
- Los sindicatos de lucha siempre
están buscando que los trabajadores sean lo mejor pagados posible.¡Que me parta
un rayo si esto es aristocratizante! ¿Te gusta el dinero?
- ¡Me encanta! Con él se puede vivir
bien. Alimentarse, comprar libros, Escribir libros. Estudiar. Enseñar. Con
dinero se puede ayudar a los pobres. Un pobre no puede ayudar a otro pobre.
Puede ser solidario y todas esas cosas pero por lo general por ese camino no se
va lejos. Además la tesis de querer ser pobre de dinero va contra las
estadísticas. Las universidades públicas están siempre saturadas de gente
procedente del “sótano”. Es gente
convencida que un país no sale adelante con puros cuadros medios y,
menos, con cuadros bajos.
- Por lo demás, el dinero, cuando
llega a las manos del hombre, es el gran
revelador del cuarto oscuro de fotografía.
- Como la nitroglicerina que hace
volar una montaña para construir una presa de la que se beneficiarán. O con la
que se construirá una bomba para la sedición.
- Como la morfina frente al moribundo
o el drogadicto.
- Pon dinero en las manos de un
humano y lo revelará tal como es.
- Estoy de acuerdo.
- ¿Y tú…?
-Yo necesitaré el dinero...Aunque, a decir
verdad, a donde voy nada hay para comprar.
- ¡Dónde diablos existe en este
planeta un lugar en el que no se necesite dinero?
- En el desierto.
- ¡Qué desierto?
- ¡Seco, candente.
- ¿Encontrarías la verdad?
- Para eso me bastaría comprar tres
ejemplares del Washington Post del mismo día…Quiero meterme en ese mundo de
soledad.
-¿Enfrentar cómo resolver los
obstáculos de cada día?
- Ya muchos han querido transformar
al mundo y cambiar la vida misma. …Todos empiezan con fundar una revista. En
especial los poetas…
II
- ¿Crees que ha sido inútil?-preguntó
Xyster antes de pegarse a la botella con la cara hacia el techo de la taberna.
- ¿De los poetas? Después de ellos el
mundo se habrá alejado un paso más del neandertal.
- Sin embargo el mundo de la
causalidad es como es, como siempre ha sido y comos será. De haber otra
posibilidad ya lo hubieran logrado las hormigas, las cucarachas y las abejas. Y
en la geología, ya sabes, se habrían alterado los tres grupos principales de
rocas.
-Los alpinistas entendemos la vida
como una labor diaria y constante de resolver problemas. No se trata de un desplante ni de una guerra
contra nadie. Con la montaña menos.
- Como la filosofía del jubilado que
se muere de ganas de entrar en acción y suspira. Me gustaría recorrer el
desnivel de esta escalera o resolver las
dificultades que significa escribir este poema. O resolver el gran
problema de ir a comprar jitomates al mercado...
- La vida vivida. Alejarse del
analfabetismo emocional. Al menos tratar. Sufrir frío o calor y hambre y desear
como un tesoro poder beber un vaso de agua o probar un pan o leer algo o
charlar con alguien o escuchar a alguien o ayudar o pedir ayuda… Se está en
peligro de caer en el masoquismo pero sino lo intentas el colesterol te
agarrará del cuello para no dejarte más… El colesterol y la paranoia de la
ciudad.
- La civilización no perdona esos
experimentos de la soledad. Ni siquiera en tercera persona. La evidencia lleva
a la aceptación del pecado por omisión.
En cierta ocasión el emperador romano Nerón Claudio montó un espectáculo de
gladiadores en el que no se permitió matar a ninguno. Decía que lo hacía por el
loable fin que se hiciera ejercicio. No le creyeron. Entonces obligó a combatir
a cuarenta senadores siguiendo la misma idea.
- ¿Qué pasó?
- Mataron al emperador. Por lo
visto era temprano para que se
entendiera la idea. El experimento fue agregado a su dossier de mandatario
cruel. Nerón los conocía. Agregó que el ego lastimado de aquellos elevados
personajes, por haberlos obligado a hacer espectáculo de gladiadores, lo
perseguiría en los siglos que estaban por delante.
- Obliga al pueblo a hacer la
revolución y te arrojará al mar…No me acuerdo quién lo dijo.
- El Principito.
Xyster levantó otra vez su tarro,
dijo:
-Por los 500 años de haber empezado la tradición de certificar
la pureza de la cerveza.
Cork hizo memoria:
-¿500 años? Todavía estaban los aztecas dueños de la bella ciudad
del lago, al pie de los volcanes nevados… ¿Dónde se dio esa certificación?
-En la ciudad de Ingolstadt, Bavaria,
Alemania.
-¿Cómo se les ocurrió?
Había, a la sazón del siglo
dieciséis, la preparación de la cerveza al gusto de cada fabricante de cerveza
de la región.Al lúpulo, le agregaban la cebada y el agua.Más tarde la
levadura.Otro le añadía raíces o sustancias químicas, tratando de enriquecer
según formula casera, o bien acelerar el proceso y tener mayores ganancias…Para poner orden en esa
situación y poder brindar al público una bebida de calidad.Y por intereses
propios finacieros.Los duques bávaros Guillermo IX y su hermano Luis X
decretaron el 23 de abril de 1516,la mencionada norma de pureza de esta bebida
en Alemania.
-¿Qué te parece?
-¡Salud!
-Cosa de historiadores eso de Nerón.
Los increíbles excesos sexuales que se señalan en algunos emperadores romanos,
reprobándolos como bestias… Luego se festejarían y volverían paradigmáticos en
los personajes del Marqués de Sade. Solamente hay que dejar correr el tiempo
para revolver las cosas.
- En la actualidad Sade mismo pasaría
en eso del sexo como un boy scout. Cualquier película de la actualidad no se
considera como tal sino contiene escenas de cama y gritos orgásmicos.
-Ya no son los elegantes filmes de
Humphrey De Forest Bogart.
-Fumaba mucho.
- Desde el imperio Romano la
esperanza que acciona la democracia lleva a la desesperanza. A la gente se le
invitaba a participar en el ejercicio de la democracia y hasta derramaba su
sangre para salir en su defensa. Y el pueblo, siempre noble, acudía
disciplinado y esperanzado a las urnas. Tiempo después se daba cuenta que se le
había invitado a la democracia pero no a la economía y que no había sido
incluido en los programas de la seguridad social.
Xyster se río y dijo que Cork
no conocía cómo se manejaban las cosas en la cultura… Una encantadora
muchacha que, como la heroína de George Eliot, va a renunciar a su atractiva
fortuna por casarse con un muchacho sin oficio ni beneficio. Otro personaje de
Somerset Maugham, todo cerebro y que viaja por la India es feliz al final de la
novela manejando un taxi. Otro personaje de Herman Hesse cambia su carrera
universitaria por la gran ilusión de su vida que es ser peluquero. Una heroína
de D. H Lawrence deja títulos de nobleza y se fuga con su guardabosque... Esto
pega mucho en ciertas clases de lectores…
-Mucho contribuyen a eso los
“premios”. Hacen su propia mitología. No todos pero el promedio es alto… Con la
“escritura excepcional” de una novela o de un libro de poesía sucede como con
la “escalada de excepción”del alpinismo. Pocos montañistas son capaces de
alcanzar ese alto nivel de desarrollo de manera natural. El resto, la mayoría,
necesitan recurrir al doping. En ambos terrenos, en el de la literatura y en el
alpinismo, está documentado, por propias declaraciones de los autores, el uso
de las drogas para conseguir un resultado que está más allá de sus naturales
posibilidades. Lo han dicho Huxley, Mailer, Hesse, Poe…Por el lado alpino Bull,
Herzog, Terray…
-Esto se hace patente cuando el modo de vida es la profesionalización de
ambas disciplinas. Cuando hay que vivir de ello. En una u otra actividad no hay
prueba antidoping. En plena potencialidad de la producción hay que deslumbrar
más que los otros pues de eso depende conseguir contratos. Lo mismo en la
competencia olímpica. Muchos escapan a la prueba y pasan como superdotados.
-Verbigracia como algunos jugadores
de fútbol.
- O bien cuando la edad avanza y hay
que seguir viviendo de la tal actividad.
- Un escalador de excepción amateur,
no tiene problemas. No vive de eso (de ahí su categoría de amateur) y lo hace
cuando puede y deja de hacerlo cuando ya
no puede o no quiere y no tiene por qué recurrir a estupefacientes.
- La cuestión es, tanto en literatura,
alpinismo y en fútbol, ¿debemos humanizar, al precio de aceptar resultados
medios, pero reales, o debemos seguir deslumbrando al cliente y cultivando
artificialmente nuestro ego?
- Es decir limitarnos al terreno
estricto de las técnicas, que es como decir el mundo de la causalidad con sus
causas y efectos lógicos normales o…volar.
Xyster agregó
con una referencia a la literatura:
- Quizá por eso me gustan autores sin premios. Montaigne, Victor Hugo,
Ibsen, Dostoweski, Nietzsche…Algunos “premios” se sienten en la obligación de
seguir manteniendo su cartel y se queman las neuronas con… ¡lo que siguen son
pendejadas! - agregó:-. Festejé siempre haber leído de niño a Dostoweski –
río-. Tuve que volverme un lector sádico para poder seguir avanzando en la
lectura de Crimen y Castigo. Cuando su
fama se agarró como bandera política, felizmente ya conocía su obra. Si hubiera
sucedido al revés, estoy seguro, no habría leído ni siquiera un párrafo del
gran ruso.
- Otros autores no corrieron con la
misma suerte. De ser escritores de estatura universal los convirtieron en
escritores de partido. Partidos de los más diversos colores. Lo que hizo el
otro lado de la humanidad fue ignorarlos. Xyster comentó:-.A propósito del
escritor ruso yo también era candoroso en Las Vegas. Me gustaba jugar en los
casinos. Dostoievski pensaba que podía apostar contra los talladores
profesionales de los casinos alemanes. Sabía que de cien jugadores tan solo
gana uno ¡y creía que él era ese uno! Hubo ocasiones que salí sin camisa de Las
Vegas. Bueno, casi siempre…Hay en tu tierra desde hace mucho tiempo una
controversia en el Congreso por darle, o
no, entrada a los casinos. Temen que se introduzca el desorden social por esta
vía…
-
Un Estado en el que prevalezca el
orden es el resultado de la unidad de su comunidad. Los partidos políticos,
desde su particular programa de acción, son los que deben anteponer esta unidad nacional a sus
querellas en la carrera por el poder.Habrá que esperar a la mujer en los mandos
principales.
-¿Esperar? ¡Ya están! Merkel en
Alemania, Clinton En Estados Unidos, Rousseff en Brasil, Kirchner en Argentina,
Bachelet en Chile.
- La sociedad norteamericana es
matriarcal. Al menos eso dijo Bob Hope en la película Un Soltero en el
Paraíso.Agregó: la única ventaja de vivir soltero es que el papel higienico
dura el doble de tiempo.
Cork se sentía a gusto en aquella
taberna.
- Es buena la cerveza. ¿Siempre tomas
“Corona”?- preguntó Xyster.
- También “Sol”. Y en los concursos
de tomadores de cerveza la marca que estipulen los jueces.
Pero no era por la cerveza que sentía
gusto sino por el ambiente cálido e
informal que prevalecía en el lugar. Sabía bien que pocas cosas como el
alpinismo para conocer la soledad geográfica. Un grupo reducido ya puede
experimentar el fenómeno de la ausencia de la sociedad. Y la experiencia se acentúa en toda su intensidad cuando el
individuo se va solo a la naturaleza y abandona los muros de la ciudad. Es
cuando su temple se ve sometido a experimentar una serie de factores que de
otra manera ni siquiera se imaginaría. El primero es el descubrimiento del
inmenso valor que tiene el hecho de tratar con la gente. Ya estar entre la
gente cuenta como algo de mucha calidez aun siendo un desconocido. Hasta
aprende a tener cierta tolerancia en situaciones de aglomeración. La
aglomeración es cuando la persona ya ve reducido su espacio individual. Tal es
el caso de viajar en “metro” a las “horas pico”. Aunque en las ciudades ya hay
tanta gente que casi ya no hay horas pico. Otra de las situaciones que debe
enfrentar el solitario es la responsabilidad total de su conducta. Aun si el
grupo es reducido al máximo de dos personas hay confianza en que el otro
contribuirá a orientar o corregir el
rumbo. De ahí que ninguno de los dos
registre mucho del entorno. Si va solo es completamente distinto.
Cualquier decisión que tome, siguiendo la dirección del rumbo que lleva, cuenta para el resultado
inmediato. En grupo hasta puede ser mordido por la víbora y se espera que el otro hará algo para remediar la
contingencia. Solo está obligado a un constante examen del camino y descubrir
si lo que está por delante es en realidad una rama o una víbora que se ha
mimetizado.
- El matriarcado que decías está
presente en más sociedades de las que creemos. En esta influencia predominante
de la mujer lo más natural que la madre de Jesús sea también considerada la
salvadora del mundo.
- En el judaísmo intermedio y en el
nestorianismo la madre de Dios es un escándalo… Pero en el pensamiento indio
mesoamericano no cabe que la madre de Dios no sea una Diosa. Madre de Dios. Madre
Diosa.
- Recuerdo que la Iglesia Católica en
México pone a Cristo en el centro y en lo alto de los templos. Pero la gente
va a rezar al rincón en el que se
encuentra la Virgen de Guadalupe.
- Los procesos generatrices de
Coatlicue, la Madre de cabeza de dos serpientes, están cerca.
- En los tiempos del judaísmo Asera
permenecía como compañera celeste de Yahvé, la Madre de los hombres. Pero la
influencia de culturas solares y centralistas, como el de Atón, el egipcio, la
desplazaron y dejaron solo en el cielo a Yahvé. Entre los alemanes de tiempos
pasados dice Spengler que “Ella, dando nacimiento al Dios salvador, es
propiamente la que salva al mundo. La María theotokos, la engendradora de Dios,
constituyó gran escándalo para los
cristianos orientales que vivían más allá de los límites antiguos”. Como sea,
todo apunta hacia una elevación inmaterial del humano.
-Nietzsche no acepta que el humano
pudiera transformarse en ángel o algo así.Dice que una hormiga muere y acabó
todo.
-Como filósofo está considerando el
asunto desde la evolución, no como creación. No había leído al griego
Posidonio.
-¿Qué dice?
-La hierba del campo se trasforma en
carne por medio de la vaca que se la come,el humano come la carne de la vaca y
piensa en condiciones cada vez menos materiales…Las cosas materiales dan
potencialidades para formas más lejanas…
- Pero volvamos a la Tierra y te diré
que así de rápido como cambia el cardumen de dirección en el mar…Así la
preferencia de la mujer por otro hombre.
- ¿Eres misógino?
- No se puede estar en contra de lo
que nos llevó como canguro nueve meses en su bolsa de vida y nos cuidó y nos
educó en la niñéz. Y más tarde…Catherine Mansfield, notable escritora de
cuentos, nacida en Nueva Zelandia en 1888, se enamoró perdidamente de Arnoldo
Trowell, se fue a Londres a seguirlo y allá cambió de parecer y se hizo amante
de su hermano menor de aquel…Luego se casó con George Borden que era profesor
de canto y diez años mayor que ella. En la noche de bodas se acostaron
separados, a petición de ella, y al día siguiente lo abandonó… ¿Tal vez te puse
mal ejemplo de lo que sería la conducta media de la sociedad?
- ¿Por qué lo dices?
- Catherine se cambió de casa trece
veces en dos años…
- Necesitamos leyes para dificultar
el matrimonio. Esto lo dijo Debbie Reynolds en la película Divorcio a la Americana.
- Y el divorcio.
- En el terreno de la historia es
donde mejor se registran esos cambios sociales. Los totems indios son
inalterables, como la sociedad a la que siguen. No así en la ciudad. En la ciudad
las criaturas celestes van con los tiempos que corren. Si la sociedad es
hedonista las representaciones de los cristos y las vírgenes son rebosantes de
vida y con los labios sensuales. Las mujeres van tras los seguidores de Jesús
como sombras apenas tangibles. En otros tiempos se les interpretaba como seres
apenas pegados a la tierra. Delgados, áureos, solares, macilentos,
espirituales. Después María Magdalena pasó a ser guerrillera y hasta le
disputará la jerarquía del grupo a Pedro.
- Eso dice la televisión.
- Barrrabás mismo pasa de un vulgar
asesino salteador de caminos a un luchador social.
- Acuérdate que este proceso no
escapa a los santos laicos. Es decir, a los héroes. El Miguel Hidalgo, frente a
la puerta de la Alhondiga de Granaditas, en Guanajuato, es un hombre bajito de
estatura, de apariencia común y rostro que no ha salido ileso después de
conocer en el confesionario mil conductas equivocadas del humano. El Miguel
Hidalgo de los pintores del siglo veinte, lo mismo que la escultura de bronce
de la plaza de Coyoacán, es ya una figura dinámica, solar, iconoclasta.
- Cierto. Los tótems son
inalterables. Como las criaturas al final del Popol Vuh, cuando los dioses han
dejado de experimentar y tienen al fin su concepción cósmica madura y acabada.
- Como en el Génesis mismo, al final
del séptimo día… ¿Cómo me atrevo ir al desierto? No es con desplantes de fuerza que se hacen
las grandes empresas en montaña. Ni
siquiera en el dogo del karateca se gana de esa manera. Una cierta humildad, y conservando alguna dosis
de miedo, es como se van resolviendo paso a paso, los problemas orográficos.
Está probado que es el mejor manejo que se puede hacer para ir dosificando la
necesaria adrenalina. Todo depende de lo que entiendas por ganar.Hay reyes que
gritaban ¡victoria! cuando en realidad habían perdido su reino.
- Es cierto. Una manifestación brutal
de adrenalina no dura mucho y nos puede enviar al manicomio.
- La humildad tiene que ver con la
filosofía y, si es genuina, con la espiritualidad. Recuerda. Los bárbaros
germanos fueron los que vencieron por las armas
a los tremendos guerreros romanos. Pero fueron los más humildes, los que
morían en las fauces de los leones, los que acabaron conquistando a los
romanos.
- Y a los germanos, conquistadores
del Imperio Romano. Negar de manera sistemática este hecho histórico, fue lo
que le valió el ingreso a la locura descontrolada a Nietzsche.
-
Ni siquiera sería necesario acordarse de sendos episodios de la
historia. Un buen bebedor de café sabe que con mesura la cafeína es algo
delicioso. Pero que si exagera...
- Pedro el Ermitaño no fue un ejemplo
de humildad, que digamos.
-Europa suele dar esa clase de
hombres. Pedro el Ermitaño acabó arrastrando a reyes y papas y a multitud de
pueblos que cruzaron los desiertos del Asia Menor...La gran lucha sostenida
entre el mahometismo y el cristianismo del siglo siete. Y que sería una parte
importante de lo que se conoce como lo “occidental”. Árabes fundando reinos en
Europa y europeos fundando reinos en Arabia. Aristóteles conquistando en parte
al africano san Agsutín y al italiano san Tomas y estos a su vez penetrendo el
universo de Averroes…
Granada, Jerusalén...Roberto el
Monje, Guillermo de Tyr...Crónicas, relatos fabulosos, historias
epistémicas...Los visigodos, los carlovingios, Pepino...
-Cuando los europeos encontraron que
Europa era muy chica fue cuando se lanzaron a la aventura de las Cruzadas. Se
dice que, varios siglos más tarde, cuando ya no levantaron más Cruzadas, sus
fuerzas se habían agotado porque habían peleado mucho por cuestiones religiosas
contra Mahoma. Y porque habían conocido ya muchos lugares. Si le hubieran hecho caso a San Francisco de
Asis europeos y árabes no seguirían peleando…
- Yo creo que no salieron más de
Europa, de esa manera, porque se dieron cuenta que en el planeta no había nada
más bello que Europa. Pero como conservaban la inercia de conquistar en Arabia
nuevos reinos, en adelante concentraron sus fuerzas para conquistarse entre sí
los reinos de Europa.
-Es la Europa convulsionada que
conocemos a partir de los últimos siglos.
- Como sea, el gusto por la ciudad no
viene de la sociedad indígena sino del Imperio Romano. Una suma de elementos
culturales que se necesitan tener en orden sino se quiere perderse en su propio
laberinto. Las costumbres de la sociedad municipal romana que tiene mucho de
etrusca. La sociedad cristiana con todo su poder espiritual y organizativo. Y
la sociedad bárbara de los germanos con su antitético concepto del universo que
va de la iconoclastia hasta la más férrea disciplina militar practicada ya
cuando eran bandas depredadoras que recorrían Europa en todas direcciones. Este
paquete cultural es el que hay que fundir con ese otro paquete milenario
indígena americano. Sin ese conocimiento es como estar en un país del que se
desconoce el idioma oficial. O ver una película en inglés sin títulos en
español...
- Una irresponsabilidad individual y
grupal que quiere hacer de la insociabilidad una virtud filosófica. Mientras
los germanos fueron súper individualistas, su historia de los primeros ocho
siglos, después de Cristo, fue de barbarie... Después llegarían espiritus como
san Alberto Magno...
- Luego llegaron el capital y la ciencia.
-El capital es el que se erige en
dueño de la ciencia. Gran parte de la investigación se hace en las
universidades públicas. De ahí la importancia que tienen los presupuestos a
estas instituciones.
-La cantidad de ceros que tengan sus
presupuestos van a depender del Estado y en mínima parte de las aportaciones
particulares.
- Y el Estado va a depender de la
política hacendaria que desarrollen los legisladores de ese país.
- No son raros los países en que las Cámaras, Baja y Alta,
de legisladores, hablan el noventa por ciento de la democracia y desarrollan
estrategias para hacerse del poder en la siguiente fecha electoral… De esa manera la universidad pública se la
pasa estirando inútilmente sus magros presupuestos. Y, ante cuestiones
apremiantes que pueden explotar en las manos sino se atienden de inmediato, las
partidas para la investigación científica se dejan para lo que buenamente
sobre.
- Y el pueblo de la base de la
pirámide, que depende de la ciencia para su desarrollo integral, se queda como
los pajaritos abriendo el pico en espera que sus padres les traigan alimento...
Las innovaciones tecnológicas, que teóricamente acercan a los pueblos, en la
práctica los separan más y más. Millones de individuos todavía escriben en las
viejas máquinas mecánicas Rémington sin haber tenido siquiera la oportunidad de
apretar una sola tecla de la computadora.
- También fui a la Sala
Nezahualcoyotl – dijo Xyster al tiempo que decía salud -. Se trató de los
ensambles vocales de dos grupos llamados “Diálogos” y el otro “Sequentia”. Fue
la reminiscencia de un Duelo de cantores que versó sobre la representación de
la conquista carolingia del canto llano medieval. Es la legendaria
confortación del siglo nueve entre los
chantres de los emperadores carolingios y las varias tradiciones regionales
europeas de canto llano, a las que buscaban reemplazar con sus repertorios
musicales y estilos vocales. En este concierto los dos grupos se unieron para
presentar aspectos contrastados así como los conflictos vocales y
musicales trasmitidos por los cantantes
de la Edad Media. Interpretaron varias reconstrucciones basadas en fuentes
medievales fragmentarias. Algunas de estas piezas fueron interpretadas por
primera vez desde le misma Edad Media. Este programa, antes de ofrecerse en la
Nezahualcoyotl, había sido ensayado y presentado
por primera vez unos dos años atrás en la abadía de Aubazine, Francia…El
concierto finalizó con los Cantos en las memorias y libros francos incluyendo
una peculiar ceremonia que en tiempos ancestrales se practicaba en el norte de
los Alpes y en la península ibérica. Se ofreció una canción no litúrgica, un
lamento del emperador Carlo Magno, quien murió en su palacio de Aquisgrán, en
1814. No me preguntes más sobre estos grupos. Solamente sé que “Diálogos” fue
fundado por Catarina Livjanic en 1997 y “Sequentia” en el mismo año por Benjamín
Bagby y Bárbara Thornton.
Agregó algo inesperado pero que a
Cork no le agarró de sorpresa…:- En los pocos días que estuve en México me pude dar cuenta que sigue
arraigada la figura del hombre fuerte en el poder. El sistema político
parlamentario, el poder más grande de todos, es la Cámara de Diputados junto
con la de Senadores. Pero el pueblo, para bien o para mal, siempre se está
refiriendo al presidente de la república. Le pide cosas que debiera pedir a los diputados. Y aun si alguna iniciativa sale de los
diputados que no le gusta al pueblo le pide
al presidente que la eche para abajo.
Si hay iniciativa remitida por el presidente que disguste a la gente no
le pide al Congreso que la rechace sino
que se la refuta directamente al presidente. El presidente, siempre el
presidente. Desde los tlatoanis mexicas…- Otro trago de cerveza y:- Me la pasé
mareado prácticamente todo el tiempo.
- ¿Mucha cerveza, mucho tequila en
Garibaldi?
- Muchos sismos. Además respiraba con
dificultad al principio. Soy gente de mar. México- Tenochtitlán está cerca de
las nubes. Al menos más de dos mil metros sobre el nivel del mar…Tiembla mucho.
Me enteré que de 1974 al 2004 hubo más de 35 mil sismos. Con diferentes
magnitudes y raras veces son de 7.5 grados. De todas maneras para el que no
está acostumbrado es como si se encontrara caminando, estuviera parado o
acostado, sobre una endemoniada mesa vibradora. Todo mundo se acuerda de los
sismos de 1985. La ciudad capital literalmente olía a cadáver…Tú que eres de
esa rama de la ciencia, te pregunto ¿acaso no
se puede predecir y la gente se
prepare con toda antelación?
Cork contestó con una evasiva:
-Lo que sí es factible sería reducir sus efectos mediante la
reestructuración de edificios y el uso de materiales de construcción adecuados.
Pero no hay que asustarse tanto. Se ha observado que en el país no hay
evidencia que pueda haber un sismo con fracturamiento a todo lo largo de la
costa del Océano Pacífico. Sí, en México también ha habido tsunamis, por
ejemplo en Jalisco, pero aquí la gente observa que el mar se retira, aguas
adentro, y casi sin pensarlo se echa a correr hacia el continente…
- ¿Me decías de Nietzsche? Según
Adler, Zaratustra, y también su autor, serían, por la falta de sentido social,
dos neuróticos.
- Adler es socialista y quiere que
todos seamos iguales.
- ¿Y?
- Que ya estamos de regreso al
fastidioso pleito de conservadores y liberales…Lo que Lamarck proponía era que
el medio determina el desarrollo de las características humanas. Entonces era
posible dar una sola educación para todos. Con sus sorprendentes resultados que
una vez más se cerraba el círculo. Si te fijas hay aquí un determinismo social.
Cada estrato social se reproduce. Los de mayor posibilidades seguirán formando
hijos empresarios y científicos. Los
obreros continuarán procreando prole destinada a ser obreros. Está la
universidad pública mediante la cual los obreros pueden romper el cerco de la
inercia precarista. Pero en tanto sus neuronas estén mal alimentadas las becas
se las llevarán otros…Habrá mucho de retórica, por parte de los rectores, para
pedir con ese argumento más presupuesto…Pero el joven campesino que toque a sus
puertas seguirá con las neuronas deficientemente alimentadas.
- Por otro lado Darwin destacaba la
diferencia que hacen al individuo más o menos apto para la competencia social.
En alpinismo se vive de manera patente ese golpe de audacia que distingue a los
escaladores y exploradores de lo desconocido. Pero aun estos necesitarán unas
neuronas bien refaccionadas por la alimentación de calidad y el ejercicio como parte de la rutina diaria
durante toda su existencia. ¡Nada de apoltronarse!
- Y el círculo se vuelve a cerrar. Un
carácter vigoroso debidamente abonado por la circunstancia social. Lamarck y
Darwin eran extremos de una misma línea, sólo que nacieron en un siglo que
gustaba practicar divisiones en todas partes… De hecho yo conozco individuos
cuyo aspecto natural, delicado y fino, llevaría a pensar que habían nacido para
vivir lejos del Sol y demás elementos naturales. Uno de ellos se llama Luis
Burgos Peraita y otro Mario Ramírez. Y
sin embargo, juntos cruzamos desiertos y cordilleras a pie.
- Como sea, en tu país no se ha
despejado la incógnita de tanta concentración de poder y riqueza junto a
millones de indígenas y campesinos pobres sin tierra, sin trabajo, sin
educación humanista y sin preparación tecnológica. Se ha hecho un revoltijo de
los hechos sociales con las ciencias naturales. A eso se reducen en México las
concepciones sociales de Lamarck y la biológica de Darwin.
7
I
Era el día que en Estados Unidos se
festejan dos fechas históricas. Una por haber copado las fuerzas de todo el
mundo a los ejércitos del Tercer
Reich, con la caída de Berlín. La otra
la derrota de los austriacos-mexicanos por los liberales mexicanos. Las
principales ciudades del país estaban de fiesta y Nueva York no era le
excepción. Carros alegóricos, hermosas bastoneras y la tradicional figura del
Tío Sam. Desde el interior de “Los Bigotes de Werxygentoriux” los dos
hedonistas cerveceros veían pasar todo un mundo de alegría. Cork entendía muy bien el contexto en el que se
había dado la batalla del 5 de mayo en Puebla, pero tenía sus dudas que el
resto del mundo pudiera explicarse por qué los angloamericanos celebraban con
tanto entusiasmo una victoria mexicana.
Xyster, que conocía bien la historia de
México, dijo:
- Igual celebran en España el 13 de
agosto, día en que los tlaxcaltecas ocuparon México – Tenochtitlán -, en
1521...
Los dos amigos cerveceros se quedaron
mirándose uno al otro y luego soltaron la carcajada.
- Por México – exclamó Xyster -. Por
México inexplicable…
-Si, por Méxcio inexplicable.
Xyster había pronunciado esa frase no por
tratarse de algo mágico sino como si
dijera que a lo inexplicable sigue la disolución.Pero añadió:- Y sin embargo
supervive mucho de mágico en lo indio.En todas partes.Aquí mismo, en Estados Unidos,
en este lugar y en este momento-señaló hacia el marco de la ventana.
Cork volteó hacia donde el otro
señalaba.Una maceta contenía a la bella flor Nochebuena, con sus intensos
colores rojo y verde.
-Los estadounidenses adornamos todos
los espacios del hogar cuando llega la navidad-comentó Xyster-.Y…sin embargo,
cuetlaxochitl…
-Sí, cuetlaxochitl.La flor mexicana
que Poinsett trajo subrepticiamente para Estados Unidos cuando fue el primer
embajador en mi país. Toci tiene preferencia
por al menos veinte tipos diferentes de flores de México. Cuetlaxochitl
seguramente ocupa el primer lugar.
Cork le decía que un indio puede acercarse al
lugar donde se duerme en el campo, sin que alguien se de cuenta. El conocía lo
anterior y tomaba sus providencias. Saber que se esta “perdido” en un mundo de
soledad geográfica no lo hacía confiado. Siempre que podía cercaba su tienda
con un delgado pero resistente hilo cáñamo negro, a medio metro sobre el suelo.
El que se acercara, aun con mayor sigilo, no lo vería en la noche oscura. Pero
al toparse con el hilo sabría que no debería dar un paso más hacia el centro
del círculo. Alguien estaría vigilando. Pero, sobre todo, que se trataba de un
límite que no debería trasponer...Así como el cementerio indio es sagrado y que
nadie debe cruzar, sino cuenta con el debido exorcismo. Así el “campo viviente”
que está, mediante el hilo, debidamente delimitado. Le contó que en dos
ocasiones, en la estepa, se había
despertado y asomándose por la mirilla lateral de la tienda, había visto a la
figura negra recortándose en la
oscuridad nocturna.
- No puedes pasar- le había dicho.
- Lo sé.
Y la sombra seguía parada al otro
lado del hilo negro invisible.
La primera vez salí y enseñé mi martillo de escalador, muy parecido al tomajauk. Sabedor
que ya no contaba con el elemento sorpresa, el otro se había dado la vuelta y
perdido en la negrura.
- ¿Quieres un trago de agua?- le
había gritado en la convicción que el agua en ese páramo es lo más valioso. El
otro se volvió, tomó un largo trago que
le alargué, dio las gracias y volvió a perderse entre el chaparral.
La segunda ocasión salí de la tienda con toda parsimonia. Pisé
un poco el hilo y le dije:
- Pasa.
El indio salteador dio un paso hacia
adentro y se quedó quieto.
- Junta un poco de leña y enciende el
fuego.
Saqué un enorme trozo de carne cruda
seca de caballo y en silencio nos pusimos a masticar cuando consideramos que ya
estaba en su punto. A mí me gusta la
carne algo quemada. De vez en cuando le alargaba el envase con el agua.
- ¿Cómo me encontraste?
- Hace dos días que te sigo.
- Ya me encontraste.
- Está bien.
- ¿Quieres matarme? ¿Quieres robarme?
- Ahora sólo quiero que no vayas a
decirle a “Aguila”...Nueva York...que he intentado robarte.
- Está bien. No tengas cuidado.
Al rato me metí en la tienda y pronto me quedé dormido. Hasta afuera se oía mi roncar,
seguramente. El indio salteador se echó a dormir sobre la arena, en el lado
oriental de la tienda. Sabía que durante la noche una víbora de cascabel podría
morderlo. O bien su cuerpo amanecería cubierto de arañas venenosas o
escorpiones. Pero cuando salí en la mañana, el indio se había marchado. Vi el
rellano en la arena donde había dormido.
Sonreí. Pensé que muchas cosas mágicas
siguen funcionando en el alma del indio.
- En la ciudad se han dejado de
respetar muchas cosas y el resultado es un latrocinio muy crecido – dijo
Xyster.
- En realidad nunca empezaron a
respetarse. Acuérdate que los mecanicistas del siglo dieciocho consideraban que
los dioses habían hecho las pirámides y el calendario a los indios. Hicieron
escuela. En la actualidad hay una
abundante literatura esotérica que dice lo mismo.
- Es verdad. Me acuerdo que el mismo
Rosseau escribió: “todas estas cosas se las han tenido que enseñar los dioses,
ya que no es posible imaginar de qué mano podrían haberlas aprendido por sí
mismos”. Eran los tiempos en que los
humanos que no tenían pene no podían votar y por todas partes del planeta se
quemaba un millón de árboles para fundir el material de donde se extraería la
plata…
- Hasta este pensador lógico de la
Revolución Francesa prefería admitir la existencia de los dioses antes que
aceptar que los indios eran capaces de pensar...
- De ahí que es necesario revalorar
la profesión del historiador. Muchos han abusado del título y han dejado a
pocos, de valor, en el descrédito. Le creo mejor a Emerson que dice que lo que
hay es biografía y no historia. Desmenuza el mismo hecho histórico y
encontrarás sendas historias de estos y otras sendas historias de aquellos.
Todas las mismas pero arbitrariamente diferentes. En ellas el caos es un
espacio insalvable al alto vacío.
- Me gusta pensar en el caos como la
argamasa que une las dos o más posiciones de un acontecimiento. De un periodo,
de una historia.
- Hace tiempo que se puso en claro
que hablar de ecumenismo une a los pueblos… que el término sincretismo es una
figura que prolonga la violencia desde el hecho mismo hasta su consignación en
la letra - Xyster se quedó sorprendido de los dos cuadros del desierto que el
otro acababa de relatar
- No hay nada de sorprendente. No lo
es más que un tiburón que se dirige a ti con obvias intenciones de almorzarte.
Cuando en el desierto, o en la montaña, el siguiente paso era pisar una de
cascabel o algún coralillo, ¿qué puede haber de más peligro? Dos horas a lo
sumo y habrás reventado de sangre por oídos, ano, narices y boca…
- Hay cierta zona de lo “inminente”
en la que los tiempos parecen fundirse en un eterno presente. “Es lo que ocurre
a los europeos en el Paraíso: nos matamos los unos a los otros y luego culpamos
a los nativos”, observó un personaje de Martín Cruz Smith en su novela
policíaca “Bahía de la Habana”.
- Los tiempos tienen siempre su
secuencia lógica del antes, ahora y después. Lo anterior y lo posterior,
hablando de espacio.
- Yo conozco algunas formas de
redactar en lo que eso de los tiempos es un caos. También se hace un
desmargallate con las condiciones de idealidad revueltas con los modos
meramente espaciales.
- Mercen un Premio Nobel. Como si
alguien fuera saliendo de la Cueva de Platón, le diera gradualmente la luz y de
pronto se echara a correr hacia el fondo de la oscuridad y luego regresara
hacia la media distancia entre el fondo y la salida. Como dices: un
desmargallate.
-
Como si la flecha en movimiento tuviera sólo presente y careciera de
origen y destino…
- Sobre todo se carecía de una manera
de explicar las cosas. ¿Pirámides en México, Egipto y Yucatán, de concepciones
y fabricación independiente unas de otras? Es el fenómeno conocido como
reduplicación distributiva En la ciencia se da y se seguirá dando. No es
extraño que un mismo descubrimiento, o concepción teórica, original, se de al
mismo tiempo de manera autónoma en distintos lugares del planeta. Por más
vueltas que le dieron, aun en la
literatura seria, de la antropología, acabaron aceptando tal hecho.
La pared del fondo estaba cubierta
por una gigantesca reproducción del dibujo de Ernest Smith. El tema era la
“Danza del Aguila”. Un enorme jacalón con hombres y mujeres sentados en los
bancos de las orillas en tanto en el centro de la habitación varios hombres
sénecas vestidos con indumentaria indígena ejecutan una danza ceremonial. A la izquierda, de pie, un jefe
de ceremonias y al fondo una india cuida una especie de puchero que cuelga
sobre la hoguera.
- Una corriente del psicoanálisis de
los primeros tiempos dice, hablando de arte, que el artista es un individuo con
baja estima y, mediante su obra, sólo busca honores, poder y amor – comentó
Cork después de dejar sobre la mesa la botella de cerveza.
- Hay quien escribe de esas cosas
imitativas a la distancia. De la apariencia de la vida. Son cuestiones que
sacan de su cabeza y se las adjudican a la realidad. Algunas son ingeniosas
pero no dejan de ser líricas. Ya sabes:
una cama la hace la naturaleza, otra la hace el carpintero y otra la hace el
pintor. Belleza libre, belleza condicionada, objeto dado, objeto pensado,
juicio puro, juicio aplicado…La verdadera creadora es la naturaleza, belleza
libre, o Dios. Pero pintar un cuadro, o describir por medio de la palabra
escrita o la escultura, la belleza
condicionada, un honrado historiador, es toda una epopeya cognoscitiva del
humano. Sin eso quién sabe si seríamos humanos. El cronista que relata lo que
está viendo, es un imitador pues describe lo que se está desarrollando
frente a sus ojos. En alpinismo hay unos
formidables escritores del paisaje. Está el francés Roger Frisón Roché. La
gente es la hacedora de la historia y un honrado historiador es un excelente imitador,
acuérdate del soldado español de la conquista de México Bernal Díaz del
Castillo… Ahora imagina el adjetivo que
el imitador recibiría si en lugar de episteme, u honradez, tiene inclinación a
distorsionar la realidad y le da “su interpretación real”. Más mérito
tendría un estenógrafo… Pueden ser excelentes escritores pero sólo
estarán construyendo “su mundo propio”.
Balzac construyó un formidable mundo propio. También lo hizo Van Gogh. Si eran
o no real a ellos no les importaba. Era “su” mundo.
- Un historiador es como un
arqueólogo.
- ¡Exacto, no puede ir más allá de lo
que tiene enfrente. Puede reconstruir una pirámide pero no debe ni siquiera
edificar un pequeño adoratorio que no existía.
Estaría alterando la realidad…. Si quieres puedes llamar al arte como un producto social – dijo
Xister mirando a la pintura mural -. Por mi parte la llamo cualidad interior
capaz de manifestarse al margen de la sociedad. Van Gogh no era muy sociable,
que digamos.
- Tampoco lo era Hölderlin. En todo
caso representa un ennoblecimiento de lo humano.
- Más el arte, el mismo que eleva al
humano sobre su propia animalidad, puede destruirlo si encasilla su alma con
sólo el horizonte del arte.
- Como si comieras solamente
espinacas…
- Necesita otros ámbitos de la
racionalidad y de la espiritualidad. El gran tesoro que se encuentra en
Alcohólicos Anónimos terminará por triturar al individuo sino pluraliza su
horizonte existencial.
- Sin embargo, esa pintura de Smith
no significa lo mismo para ti que para mí.
- Si pudiéramos observarla dentro de
cien años tampoco encontraríamos lo mismo que en este momento. Después de leer
cinco veces El Gran Gatsby, de Fitzgerald, encuentro algunas expresiones
diferentes que la primera vez.
Cork recordó cuando iba de chico a Teotihuacán:
- En Teotihuacán de hace un siglo la pirámide de Quetzalcóatl era un gran adoratorio. Después se
encontraron cadáveres en su base y se consideró una tumba, como entre los
egipcios. Un mejor conocimiento de la cultura demostró en ello una ceremonia
ritual en el momento de empezar a edificarla, pero no con fines de sepultura.
- En México se ve al menos de dos
maneras hacia el arte. Los mexicanos étnicos, los mexicanos de abuelos
españoles, los mexicanos de abuelos asiáticos, los mexicanos de abuelos
irlandeses…
Cork pensaba, entretanto, en la
energía liberada en el interior del planeta por el campo magnético que producía
la Tierra girando sobre su propio eje y el consecuente movimiento de las placas
tectónicas y los temibles sismos.
- Como sea, esa pintura tendrá
siempre el carácter de símbolo. Si el artista hubiera logrado una imitación
completa del original ahí acabaría todo, en una reproducción del original. Pero
no fue así y la obra quedó en una representación simbólica.
Campo magnético que, a la vez,
protege la atmósfera planetaria del viento solar, de la consecuente erosión y
con ello haciendo posible que él y Xyster pudieran estar tomando cerveza en
“Los Bigotes de Werxygentoriux”.
-
Pero, ¿A quién carajo le importa
que la Tierra gire sobre su propio eje?... El Sol está omnipresente en la mente
indígena - observó Xyster.
- Si no girara no existiría el campo
magnético y entonces nada nos protegería de la intensa radiación cósmica…
Tendría que estar en la mente de todos. ¿Sabes que a las manchas solares, que
son signos de menor temperatura momentánea, se les relaciona con las épocas
glaciales por las que ha atravesado la Tierra? ¡Acuerdate de Bering!
-Para apreciar esa pintura es
necesario poner en orden la casa interior – dijo Xyster que volvía a lo de la
Danza del Aguila. Estética y neurosis es una mala mezcla…
II
No supo por qué recordó en ese
momento que su mochila en el desierto contenía pequeños paquetes de amaranto,
conocidos como “alegrías”. Livianos, baratos
y tienen un buen ingrediente alimenticio. Se trata de una planta que se
cultiva y se come en México desde hará unos siete mil años. Tiene la ventaja
que se conserva por mucho tiempo sin perder las propiedades nutricionales. En
la etnia de Toci se comen sus hojas que
contienen más hierro que las mismas espinacas. Le largó una “alegría” a Xyster
que traía en la bolsa de su chamarra. En tanto el otro luchaba por quitarle su
papel celofán blanco transparente, Cork
le decía que hace tiempo los investigadores de la Facultad de Estudios Superiores Cuahutitlán desarrollaron una
pasta para sopa con harina de amaranto y trigo, de alto valor alimenticio por
su contenido de proteínas, calcio, ácido fólico y vitaminas A y C. Eso podría
elevar la calidad alimenticia en Estados Unidos contra los horribles “perros
calientes”. Como vio que Xyster se ponía en guardia, se concretó a seguir al
tema de la Danza del Aguila y, mirando también hacia la pintura, citó algo que el Flaco Stanley dijo a Ollie, el Gordo:
- Siempre me he llevado bien conmigo
mismo… Tienes razón, la obra de arte no se hace por ella misma. Alguien la
crea.
- Estamos en el principio. Está la
idea y la representación, todo muy antropológico pero, ¿de dónde salió esa
condición estética que llena la pintura? El trabajo no se queda en la realidad.
Esa condición estética, mediante la vitalidad de la figura, ya salva a la
“producción” artística de ser una mera “reproducción”, como copia de
computadora… Y al artista de ser un mero amanuense, secretario o estenógrafo.
Acuérdate que en tu tierra los tlacuilos, artistas indígenas, tenían teléfono
rojo con los dioses. No se consideraban meras máquinas de copias xerox…
- Sino pasamos de la idea y la
representación, La Gioconda y la Danza del Águila moverían nuestros genes.
Aquella es la preferida de la cultura occidental. Esta de Indoamérica. Sólo la
condición estética puede saltarse las trancas y mostrarnos la belleza en ambas
pinturas. Se necesita el factor empatía entre el artista y el observador. De
otra manera se estará hablando de dos asuntos, no del mismo. Esa empatía podría ser “la apariencia
sensible de la idea” que pregonaba Hegel que se vuelve común a ambos… Aunque
nunca dijo de dónde cabrones salía la
idea.
- No es cualquier cosa. Para logar
esa empatía el escritor de novelas, de dramas o de epopeyas, debe hacer un
mayor esfuerzo en la construcción de escenas y descripción de escenarios y
reacciones de las personas, que la pintura y la escultura, que entran
directamente por la vista y son, por la imaginación: valores, prejuicios,
información, formación, edad, condición social e intelectual, espiritual…
- A la inagotable pluralidad de
impresiones, que de por sí nos da la estética, hay que agregarle el enfoque
sociológico de la época.
- ¿Crees?
- Teotihuacán – dijo Cork echando a
volar el recuerdo: -, fue un “reino” altamente militarista, por eso pudo
desarrollarse, como ahora lo está haciendo Estados Unidos. Luego Teotihuacan
resultó de tanta belleza arquitéctónica que, solamente los dioses Nanahuatzin,
la humildad noble, y Tecuciztecatl, la soberbia guerrera, la pudieron haber
troquelado en el principio del Quincuence.
Sólo para el estuco de sus edificios necesitó miles de árboles para
“quemar” su piedra cal. Los obreros de sus arrabales mantenían un incendio
constante para las obras que tardaron varios cientos de años en concluirse.
Cuando el poder militar de Teotihuacán se debilitó, llegaron las hordas
chichimecas y todo lo destruyeron. Después, ya en pleno “occidentalismo”, seres
de otros planetas la construyeron, pues no era posible que unos indios
holgazanes e ignorantes, la concibieran
e hicieran. Más acá, en los tiempos del socialismo, se aseguraba que la
población de Teotihuacan, incapaz de soportar las exigencias de la clase
dirigente, había protagonizado una rebelión, incendiándolo todo…
- Conozco otra manera de llegar a la
verdad - le dijo Cork en el momento que Xyster pedía otra tanda de cervezas
Pilsener.
- ¿Supera a mi método de confrontar a
tres ejemplares del mismo diario, del mismo día?
- Juzga. En un manicomio de Egipto
Peer Gynt conoce a un alemán, tipo por
demás interesante. Asegura que por fin
ha encontrado la manera de llegar a la
verdad. Grita hacia le Esfinge y el eco le regresa la voz en alemán…Perr le
pregunta si está jugando con el yo. Y el loco le responde con otra pregunta:
¿Se trata entonces de prescindir de uno
mismo o de ser uno mismo? ¿Qué te
parece?
Xyster río tanto que tuvo que ir al baño a
orinar. Al regreso dijo:
- Ahora sé que sin éste loco jamás
hubieramos conocido a Wittgenstein.
Cuando lograron ponerse serios, Cork
le contó que hacía poco había asistido, en la Facultad de Filosofía y Letras,
de la Universidad Nacional Autónoma de México, a un acontecimiento llamado
Semana de la Historia Universal. Paco Ignacio Taibo II dijo que para contar la
verdad hay que ser desconfiado: “… el asunto es que el material que proporciona
la información a veces es vago o poco definible respecto hacia dónde cuentas lo
sucedido o dónde quieres que estén tus preferencias…aderezadas con la continua
pregunta sobre las llamadas fuentes, que luego resulta que otorgan material de
dudosa calidad y discutible prestigio”. Y Ambrosio Velasco, director del
plantel, agregó que el “El estudio de
los métodos y las técnicas para
descubrir la mentira y el engaño son de vital importancia dado que hoy se viven altos índices de violencia y
corrupción. Este último tiene como sus instrumentos más preciados precisamente
las verdades a medias y las formas de ocultar la verdad: silencio, simulación,
dismulo, falsificación o desaparición de las pruebas”.
A las tres de la mañana, cuando
Xyster estaba por fin borracho, y Cork consideró que habían platicado de una
sarta de pendejadas que nadie ya se
tomaba en serio ni a nadie en este mundo le importaban una chingada, pagaron la
cuenta y salieron a la noche helada. Se despidieron en la banqueta llena de
nieve sin casi decirse adiós. Así son las platicas de los borrachos.Ni ellos
mismos se las creen. En caso que al día siguiente pudieran recordar algo. Lo vió alejarse por la calle iluminada de
luces de muchos colores de los escaparates.
Era un marinero gringo, de origen irlandés, que había encontrado la absurda realidad de
nuestros tiempos buscando la verdad en tres ejemplares de un mismo diario y del
mismo día…En su mano llevaba un libro, no un teléfono celular. ¡Era un
individuo obsoleto, casi un neandertal! Se habían conocido quién sabe por qué
coincidencia. Se volverían a ver si ese quién sabe por qué se repetía. ¿Quién
sabe? ¿Cuántos queridos amigos se dijeron “hasta mañana” y no volvieron a
reunirse nunca jamás?
En una ocasión Cork fue invitado a
que platicara, sobre desiertos, en el Club Exploraciones de México.Más por
saludar a escaladores compañeros suyos, de cordada, acudió a la cita. ¿Manuel
García, Hernando Manzanos, Juan José
Oñate, Juan Medina, Eulalio Rivera? Hace años que fallecieron, le dijo alguien.
En su hotel, antes de meterse en la
cama, encontró una nota de Toci donde le decía que, ya dentro de su confortable
“sleeping”, pensó cosas locas como la libertad y la sabiduría. La montaña y el
vicio son muros que se elevan frente a la conducta humana y advierten a su
ansia de libertad. Pero a la vez, igual que participar en una pamplonada, esa
prohibición posee elementos de atracción que el hombre no puede resistir. Esto
quedó documentado desde que tuvo frente a sus ojos, en medio del Edén, la
atractiva manzana que no debía cortar. Alguien muy astuto le dijo que si lo
hacía su libertad de acción lo convertiría en un dios y sólo fue la trampa para
hacerlo participar del mundo de la causa y el efecto donde todo perece. Hizo uso
de su libertad pero no de su sabiduría. Sus descendientes ya podrían componer
el verso “Para entonces” de Nájera, Luz de Otoño de Faulkner o Don Quijote de
Saavedra o acabar abatidos por las drogas en un hospital para dementes. La
verdadera prueba de sabiduría la realizó Ulises en la antigüedad al pasar
frente a la isla de las Sirenas y sus bellos e irresistibles cantos. El
ejercicio de su libertad fue en el sentido de conocer sus limitaciones.
Percibía intelectualmente a dónde podría llevarlo las consecuencias de sus
actos, como en un apriorismo, y se hizo atar. Sus descendientes ya podrían
llegar a la Luna y cada tercer día ponerse los zapatos tenis e irse a la pista o a la media montaña
a correr varios kilómetros…
Casi dormido, Cork se preguntó si la humanidad
no tiene otra cosa en que entretenerse sino diciendo una sarta de pendejadas.
La practica del alpinismo ha llevado al humano a una esfera que sólo le
pertenece a los dioses y en donde, por lo tanto, su vida peligra. La prueba de
esto son los cadáveres que permanecen en las laderas de las montañas. En la
norte del Pico de Orizaba se han encontrado cuerpos de alpinistas accidentados
con más de medio siglo de antigüedad.Lo mismo en la norte del Aconcagua.Es
decir, dijo la muchacha, que el hombre ha llevado el asunto hasta la definición
de lo que es deporte y antideporte.
Respectivamente lo que conserva la vida y lo que la amenaza. Nadie puede
resistirse a la belleza de la montaña y el hombre tiene miles de años
incursionando en ella (asuzado por el poder erótico de la cerveza, Cork recordó
el bellísimo trasero de Toci.Luego se engolfó en la consideración si a un
trasero sería correcto llamarlo bello o hermoso, siguió leyendo:). Va y viene y
en compensación por su prudencia cada vez es más sano y fuerte. Pero hay un
límite, como en el Edén, que no debería cruzar...Por fortuna en el alpinismo,
como en el vicio o la pamplonada, hay hombres sabios que conocen sus
límites…Ahora bien, le preguntaba, qué hace un guía alpino cuyo oficio es el de
pasar el límite de lo permitido.Para sobrevivir en este reino del antideporte
no le basta ser fuerte y conocer la técnica. Su única esperanza es mostrarse
humilde frente a las leyes atmosféricas. Como un estratega y saber retroceder y
esperar el momento de volver a intentarlo. Es un juego en el que ya no se sabe
quién es el militar y quién es el guerrillero. El conocimiento de las
condiciones atmosféricas ha pasado a
formar parte del bagaje del alpinista. Sin embargo hay terrenos de los que el
escalador no se puede evadir con rapidez y su única esperanza es la calidad de
sus equipos modernos. Pero hoy por hoy el “estado del tiempo” sigue actuando
con la sorpresa de un guerrillero y cuando se retira ya hay otros
escaladores muertos en la montaña. El
alpinismo, como los estupefacientes, y como otras cosas en la vida, tiene sus
límites bien establecidos. De otra
manera no existirían las “Reglas Técnicas”, de las que nos habla ese gran filósofo mexicano José Castillo Farreras,
guía de estudiantes durante más de
cincuenta años en la Universidad Nacional. Ponen a prueba lo que se ha llamado
románticamente la “libertad”, pero que en realidad no es otra cosa que la
prueba de sabiduría en la que sigue siendo valedera la premisa de “conócete a
ti mismo”, como Ulises se conocía. Pero, ¿cómo conocerme a mí misma sino soy
filósofa ni psicóloga? Y se contestaba a sí misma (cuando Toci empezaba hablar escribiendo ya no paraba): Ese es el reto. Los parricidas humanos sociales o biológicos siempre dejan
marcas indelebles. Lo que ha quedado del drama de Macbeth no es un recuerdo de
alegría sino un lamento desgarrador. Bueno, mi amado Cork, dijo después de un
soliloquio que duró una hora, me despido porque ya tengo sueño. He tenido que
dar toda esta vuelta de cavilaciones para poder dormir tranquila.
“¡Basta” exclamó Cork y se metió a la
cama.Era imbatible con el alcohol pero frágil con el sueño pero en esa ocasión
durmió dieciocho horas seguidas.
Esa noche Toci soñó con Cork… Y
mientras soñaba se reía de manera pícara…
8
I
Cork había escogido el tema de la
historia. Esto significaría retardar el encuentro de ambos por un largo tiempo.
Se mantendría alerta para descubrir sus intenciones. Y aun había una cuarta
manera de trascender y era ascender a
las capas culturales superiores. Mansión de la religión, la filosofía, el arte,
la historia, la poesía, la literatura...
Estaba convencida que, al menos en
México, no se trataba de una cuestión elitista. En este país el problema es no
perecer por ausencia de las cosas primarias. Por lo demás se tiene una
universidad pública y en la banqueta de las calles, de las colonias populares,
se consigue, por una moneda, alguna cosa de valía de la literatura. El problema
para esto último es que se carece del hábito de la lectura de entretenimiento.
Cork la llamaba así para diferenciarla de la literatura del texto de la
escuela.
Sabía que la Universidad Nacional misma estaba buscando
maneras para que la gente leyera… Cork gustaba de decir que se nace lector.
Países en los que se leen dos, o menos,
o nada, libros de cultura promedio al año por individuo, donde el niño no tiene
modelos lectores en el hogar para empezar el hábito por imitación, donde los
maestros de la escuela están tan mal remunerados en sus salarios y prestaciones
que se la pasan protestando en la calle en lugar de estar enseñando, en donde se
ven al menos cinco horas al día de televisión, que “salga” un niño lector de
toda su vida, no parece corresponder tal situación al mecanismo de causalidad.
Los modernos sistemas pedagógicos
apuntan a que el lector se hace, no nace. Pero la realidad (medio libro de
cultura promedio al año) dice que pudiera ser
que nace, no que se hace.
O, si se hace, ¿por qué no se hace? ¿Por qué
en un país que se conforma de cien millones de personas, pongamos por caso, al
menos noventa fueran lectores de libros de cultura?
Se mesaba los cabellos y
exclamaba¡Edipo, gran descifrador de enigmas, resuélvenos este laberinto de
cómo hacer de la lectura una cosa cotidiana en el pueblo! ¡O que se manifieste
tal cosa! Que tenga origen divino, genético o pedagógico, como sea, pero que
sea.
Una dosis de cada cosa podría conciliar
criterios. Decía que Para Fichte el
filósofo (dentro de la filosofía idealista) nace, no se hace. Citaba “Para ser
filosofo hay que haber nacido filósofo, ser educado para serlo y educase a sí
mismo para serlo.”
El pensamiento de Fichte comprende:1)
un determinismo,2) no rechaza la opción pedagógica y 3) lo impele a que el
individuo haga su parte de la tarea.
Es encantador el pensamiento que los
padres den el ejemplo, se pongan a leer para que el niño aprenda con el
ejemplo. Esto es un bello, y valioso,
lugar común en los libros que tratan el tema.
La realidad es que hay países, y no
pocos, en los que se cuentan por
millones los hogares donde un solo libro jamás ha franqueado el dintel de esa
puerta.
Equivale a enseñar a comer a niños
campesinos según una dieta balanceada, cuando ni siquiera un tortilla dura hay
para comer.
Aquí no aplica el ejemplo del doctor
Thomas Stockmann, de Ibsen, en Un enemigo del pueblo. Rechazados sus hijos de
la escuela, debido a las ideas que tiene el doctor Stockmann, decide que él los enseñará. No necesitan la
escuela.
Tenía el doctor formación académica. En los hogares donde no
hay un solo libro no hay nada, en lo que a lectura de entretenimiento se
refiere. “Los ciegos no pueden guiar a ciegos.” O, como dice Aristóteles con su
teoría de la eternidad: de la nada no sale nada.
Y, sin embargo, en estos hogares
alguna vez brota el lector que parece que nació para ser lector de toda su
vida. Es una realidad pero, ¿desde dónde brotó, del cielo, de los genes, de la
pedagogía?
Así sucedió en Ulman, madre de la
gran cultura olmeca-maya, y así sucedió con los caldeos de la gran Ur hace
cinco mil años y con los griegos de la Hélade. Del erial surgió todo.
Primero conocer, hasta donde sea posible, las ideas
de los otros. Y después lanzarse a soñar utopías, alguna se alcanzará (a la
postre muchas utopías se alcanzan).
“Pensamos, y sentimos, que estamos vinculados
a nuestra cultura, la historia y finalmente al mundo.” Recordaba haber leído de Jean Wahl.
La tesis pedagógica, a ultranza o,
como ahora se dice, en blanco y negó, pudiera parecer paternalista. La
formación del individuo está a criterio de terceras personas. ¿Si estas
personas no quieren formarlo, o no pueden o no saben cómo hacerlo o deciden mal
formarlo?
“La idea romántica según la cual hay
en nosotros bellos sentimientos no
expresados conduce a una especie de pereza efectiva y a una interiorización
egoísta.”
El gobierno federal, estatal y
municipal, de los países, tiene el
mandato constitucional de educar a su pueblo y no hay que quitarles tal responsabilidad.
Pero esperar todo de ellos es propio de un pueblo apoltronado.
“El que recibe una idea tiende a
ahorrase la fatiga de representarla y recrearla en sí mismo. Esta recreación no
consiste en más que en repetir la faena del que la creó, esto es, en
adoptarla sólo en vista de la incontrastable evidencia con que se le imponía,”
esto lo dice Ortega y Gasset.
Más que un precipitado determinismo
es pasarle el balón(o el libro) a las
manos del individuo. Que se haga responsable de su propia formación como
lector.
Agrega que la televisión, así como
está en este siglo veintiuno, es un cúmulo de valiosas lecciones de lo que no
se debe hacer. Conque los individuos hicieran el reverso del molde, de lo que
ahí se ve, tendríamos una sociedad de 9, de calidad, en una escala del 0 al 10.
Aprendemos de los otros de manera
empírica. Pero quedarse ahí es vivir en un mundo que otros han hecho. Como el
emigrante que llega a un país que no es el suyo. El que lee se da cuenta que
hay mejores modos de vivir, para bien de todos, empezando por él.
Como sea no hay que perder de vista
que se aprende de escuchar a otros y de leer a otros. El riesgo es quedarse en
los otros y perder de vista lo propio:
“Esta complicación de la cultura recibida hace engrosar la pantalla entre el
sí mismo de cada hombre y las cosas mismas que le rodean, era otra
cosa que decía Ortega, su vida va siendo
cada vez menos suya y siendo cada vez más colectiva. Su yo individual, efectivo
y siempre primitivo, es suplantado por el yo que es “la gente”, por el yo
convencional.”
Esas situaciones, y más, conllevan la
práctica del leer.
Pero un paso atrás es cuando aún no
se tiene la costumbre de leer libros de cultura.
Es cuando invocamos a Edipo, ese gran
descifrador de enigmas, que nos ayude a
resolver cómo lograr de la lectura una
cosa cotidiana en el pueblo porque, pese a todo lo que al respecto se ha
publicado, es exiguo lo que se lee.
Lo que sigue lo encontró Toci en
Internet y se lo envió a Cork para
animarlo en sus puntos de vista respecto de la lectura en la gente. Corresponde
a lo expuesto en una conferencia por un investigador universitario de la
Universidad Nacional Autónoma de México:
“La situación de la lectura en México
arroja cifras alarmantes y preocupantes, pues se calcula que el 70 por ciento
de los mexicanos en educación primaria y hasta universidad no lee, "por lo
que están en primer lugar en América Latina".
Lo anterior lo señaló hoy aquí el
doctor e investigador en filosofía por la UNAM, Federico Alvarez Arregui, de
acuerdo a cifras de la UNESCO, al presentar la ponencia "El papel del
libro en la cultura actual", en el marco del Día Internacional del Libro.
Alvarez Arregui, quien también es
director de la revista Literatura Mexicana, del Instituto de Investigaciones
Filológicas, afirmó que no obstante que el desarrollo de la industria editorial
en México es la más grande en América Latina, destacó que en el país se lee
medio libro por habitante al año.
Indicó que en México existe un mayor
número de personas que saben leer y escribir, pero aclaró que la situación en
el país es lamentable, "pues no se lee".
Consideró necesario que una de las
misiones y deberes es auspiciar la lectura desde la educación primaria, a
través de la producción y promoción nacional de la lectura.”
Bajó a Santiago después de ir a la
pared sur del Aconcagua con dos alemanes. Subieron en una directa por el centro
sorteando aludes, superando tramos de roca y otros de hielo. Bajaron por la
ladera oeste de Plaza de Mulas. Por donde regresan las expediciones de la
cumbre norte. Fueron a su departamento de Cuevas y durante cuatro días lucharon
por restablecerse de las lesiones que en los dedos de los pies y manos que les habían dejado las bajas temperaturas.
El grupo descendió a Mendoza.
Se instaló en un buen hotel. Por la
mañana, después del baño bajo la regadera, y el almuerzo en el mismo
restaurante, buscaba en el “informativo” alguna exposición de pintura que
visitar. Así acostumbraba. Asistía sola o, si despedía alguna expedición con la
que había escalado la montaña, se
hacía acompañar por varios de sus camaradas de la aventura
alpina. O bien acudía a una conferencia o concierto ya fuera de música
sinfónica o de jazz.
En el arte encontraba una libertad
interior que difícilmente podría obtener de otra manera. Y esto ya era decir
mucho de una muchacha que vivía de y para escalar montañas y dormía sola en una
tienda de campaña al borde del glaciar, en los cinco mil metros sobre el nivel
del mar. Si quería escuchar una conferencia sobre cristianismo, acudía a misa y
ponía mucha atención al desglose que hacía el sacerdote del Evangelio de ese
día. Siempre creyó que hay gente
que asiste de manera rutinaria a esa
parte espiritual y didáctica de la
celebración de la misa y no pone atención y hasta cabecea de sueño. Si este desglose se anunciara como conferencia,
en algún auditorio de la universidad, estarían atentos. Pero envueltos en el
ambiente cálido y relajado del templo, se amodorraban. Estudiaron veinte años
para desglosar esa parte del Evangelio y alguna
gente se duerme.
Las formas exteriores de las cosas,
como las ven los artistas, las mostraban
en sus lienzos o esculturas. Eso era lo que ella iba a ver. La materia y la forma, la material versión del artista sobre las cosas. Ella
sabía que podemos intentar representar a la belleza y a la libertad por medio
de las imágenes, pero lo que estamos haciendo es sólo plasmar nuestra versión
de aquellos valores perennes.
Van Gogh. Hablaba de la naturaleza y
del individuo humano. Hacía más fuerte
el contraste con lo que ahora menudea en los rostros iracundos de gente que fue
lanzada a tomar partido en alguna clase de política o revolución. Esos pintores
o escultores se repetían a sí mismos en sus obras. Revolucionarios que en lugar
de agarrar una arma agarraron el pincel o el molde. Van Gogh en el cuadro de la recolección de trigo
tomaba el modelo natural y trataba de hacer una copia de la naturaleza. La
reorientaba según sus pensamientos, su imaginación y su técnica de colores.
El Miguel Hidalgo de bronce, frente a la Alhóndiga de Granaditas,
en la ciudad de Guanajuato, es un cura
bajito de estatura, calvo y
mirada común. Luego los pintores lo presentaron envuelto en una hipérbole de llamas sagradas. En Siete contra
Tebas lo que resalta no es la guerra sino el profundo conocimiento de sus
personajes que hace Sófocles como la ambición de Eteocles, el hermano menor, y
Creonte, el tío que despojan del trono a
Polinice el hermano mayor, y el tremendo lugar en el que la trama sitúa a Antígona, la hermana de aquellos e hija de
Edipo. La pluma de Sófocles era movida por los universales pues no era ni Polinices, ni Eteocles ni Creonte ni
Antígona...
Los dramaturgos en el teatro contemporáneo no
supieron resistir el ejemplo de los pintores. En Peer Gynt, Ibsen hace todo un
relato de la soledad del individuo. Después el partido de oposición dejó correr
sus monedas por los camerinos para que el libreto se volviera incendiario.
Esto
sucede con más frecuencia en los medios de información masiva. Se da el
fenómeno en los países donde existen pocas vitaminas culturales. O en los
países cultos pero que han sido
llevados hasta el caos. Se trataba de una “demanda de entretenimiento”,
recordaba que escribe Ernst Cassirer.
Los asistentes al teatro donde los actores habían desbancado al tirano, salían
contentos. Ellos ya no tenían que hacer nada. Los actores lo habían hecho por
ellos, aunque fuera en la fantasía de una noche cultural. Y después de ahí a
cenar o tomar una copa de vino. Quién se preguntaría si los actores -
revolucionarios fueran médicos anestesistas al servicio del poder...
Reiterados esfuerzos del romanticismo
por aprehender la belleza y reducirla bajo las luces y formas de lo cotidiano.
Los realistas mismos haciendo sus mejores esfuerzos, dentro de un ambiente de hedonismo, por objetivar
las potencialidades del deseo del
placer.
Otros lienzos del museo descubrían el esfuerzo del artista por
desembarazarse de toda ley y de todo método de razonar, penetrando así en la
confusión de la fantasía. Soñando con el caos original del universo. Reprochándole
a Auda Mazda el haber puesto orden y ley en la creación.
Los de la sala siguiente denotaban
adormecimiento en la persona del artista, a la hora de la producción, toda vez que los sentidos de la belleza
permanecían adormecidos jugaron con la forma y descuidaron lo que dio origen a
esa forma. Los cuerpos estaban entregados a un frenesí sexual pero los rostros
carecían de expresión. No tenían mirada. En la mirada (Toci lo había
descubierto en la mirada de Cork) se condensa todo el estado de la persona. Y
cuando es una pareja que funden sus cuerpos, sería la suma de una mirada frente
a la otra mirada. Sabía que es tan importante esta suma de miradas, que el
universo mismo parece que desaparece en ese instante. Sin la belleza de la
mirada, lo demás es sólo un conjunto de vísceras golpeándose mutuamente. El juego tramposo en el que la naturaleza
consigue lo suyo, pero no la Estética. La brutal tensión pero no la actitud
serena de un pensamiento de Amado Nervo. No se cumplía el pensamiento azteca de
dos fuerzas antagónicas donde se fundiera un brutal impulso orgiástico con el
arrebato de la belleza.
En la pintura naturalista del fondo
tenían lugar los elementos y el contexto en el que se daban cita todos ellos.
Pero carecían de criaturas resistentes
como el liquen. El artista tendría que haber sido también escalador para descubrir los grandes
acontecimientos en la micro escala. Toci se maravillaba de la flora de la que
había testimonios hasta cerca de los seis mil metros de altitud, bajo
condiciones extremas. Ella podía caminar y de esa manera ir reproduciéndose en
algún lugar. O bien repeler algún agresor con su ataque o su huida. Aquellos
líquenes adheridos a las rocas tenían que hacer esas funciones ahí mismas
dentro de su inmovilidad. Ser atractivos para los insectos y estos se encarguen
de asegurar su descendencia. Defenderse con un aspecto horrible y agresivo para que los animales depredadores no los
devoren. Pero a la vez no dejar de ser parte de la cadena alimenticia haciendo
fotosíntesis y la fijación del nitrógeno. Desviaba su bota cuando marchaba a
través de la pendiente para no aplastarlo. ¿Pero, se preguntaba, si la
contaminación del aire acaba con esos insectos? Ahora buscaba los líquenes en el lienzo pero, no estaban.
Las montañas del pincel parecían no
ser alcanzadas por los vientos poderosos de las alturas. Como si estuvieran
dentro de un escaparate de vidrio. Y ella sabía que la cordillera era un mundo
en destrucción constante. El verdadero eterno retorno. El rehacerse sin fin. Su
religión naturalista estaba de acuerdo con ese siempre resurgir. Por el este
llegará el nuevo día y acabará por el oeste. Pero en esa evocación del siempre
volver al juego ígneo, sintió necesidad de algo imperecedero. Recordó un
pensamiento de Parménides: “un solo mito
queda cual camino: el Ente es “. Y después de este verbo, en tiempo presente,
el griego se dejaba ir bogando entre los tiempos. Como corresponde a algo
ingénito e imperecedero, no es ni fue, es ahora un todo, continuo. Casi estuvo por apoyarse en la pared por
efecto de ese tiempo presente. Pero se recuperó pronto.
Sintió que la libertad también se
oculta bajo varias capas, como la cebolla. O como el Infierno de Dante. “Buenas
chicas - pensaba en las mujeres que en las ciudades del valle están librando la
batalla del género -, vale la pena ir por la reconquista de algo que perdieron
cuando la economía se globalizó… Pasará mucho tiempo para que descubran que
ganaron la batalla, ¡porque la van a ganar!, y sólo para quedar prisioneras de
leyes, artículos y cláusulas. ¡Las mujeres nos merecemos más que eso! Miró con
el pensamiento hacia el panorama infinito de las altas montañas nevadas de los
Andes. ¡Segura estoy de eso!
Regresaba al hotel y pasaba parte de
la noche leyendo, metida ya bajo las
cobijas. Conocía el arte de descansar. Cosa que a muchos les deja la
sensación de pereza y su consecuente
remordimiento. No podía decidirse por Chaucer o Boecio. Jugaba a los cortos y a
los largos y así lo decidía. Pero esa
vez ganó Chaucer y cambió el resultado diciendo “Estoy sola (si Cork estuviera
aquí), mejor Boecio”.
Cork no estaba pero sí una nota suya:
“¡Acuérdate de volver a Platón! Cork
sabía de la predilección que la muchacha india sentía por aquel griego.
En efecto, pensaba Toci, de la filosofía occidental, y varias veces
se lo había dicho personalmente a Cork: ¡Todo está aquí! Creía conocer la
filosofía occidental través de sus pensadores cásicos y sus temas medulares
desde los Presocráticos. Los nuevos “neos” filosóficos le parecían un eterno retorno.
Siempre habrá un “neo” que difiera del otro “neo” o hasta que pretenda dejar
arcaico al actual “neo”. Interesantes todos ellos, decía, y que requieren
también una lectura cuidadosa. ¿Qué piensan a su vez del Ser y del No-Ser, del
orden y del caos, de los valores materiales con relación a los valores
esenciales? Porque en eso consiste el pensamiento occidental en lo individual
expresado con libertad. Este semestre el maestro de la Academia de Artes Plásticas
recibió de sus cuarenta alumnos cuarenta versiones de la Torre Eiffel. Todo,
como dice Whitehead, está en Platón. Y Cork acaba su nota así: “Vuelve a Platón
como se vuelve cada vez a los cítricos para darle la merecida bienvenida al invierno”
Al día siguiente iba a la sala de
cine más cercana. Si le parecía interesante el título entraba. Evitaba las
películas que en los primeros cinco minutos ya llevan quince muertos bajo al metralla de la banda
rival. O las que se pasaban copulando a cada cambio de rollo y dando gritos
orgásmicos. Le parecía que, por lo general, estos films estaban pensados para
la taquilla y por productores con un centímetro de frente. O los temas en los
que se insistía en lo religioso. Con frecuencia eran tendenciosos con falsificaciones
baratas del dato histórico.
La primera vez se aventuró con el
título, nada atractivo, de “Hombre de hogar”, con Nicolás Cage. Salió con la
sensación de haber tenido suerte. Le gustó el argumento y la actuación. Se puso
a escribirle a Cork contándole la película. Una pareja de novios que viven dos
vidas a partir del momento mismo en que se despiden en el aeropuerto de donde
él parte hacia Europa a estudiar. Regresa y llega a ser un destacado hombre de
negocios, soltero y con mucho dinero y nada carente de oportunidades de sexo
fácil. Su espectacular vida, no obstante, es vacía. Recuerda vagamente a la
muchacha rubia que fue su novia diez años atrás y a la que había olvidado.
A la mañana siguiente se despierta en medio de una familia compuesta por su
atractiva y rubia esposa y tres pequeños ruidosos. No se le ha borrado que él
es un hombre de altos negocios y de inmediato se da cuenta que es víctima de
algún juego metafísico. A partir de ahí se ve envuelto en una vida de negocios
de poca monta y en medio de una vida que de pronto considera mediocre. El film
es la respuesta a lo que fue de nuestra vida y
lo que pudo haber sido si, en algún momento del tiempo ya ido,
hubiéramos tomado otra decisión...Lo real y lo virtual. Llega a preferir esta
vida media pero llena de colorido. A partir de ahí luchará por conquistar a su
ex novia y hacer que el sueño de casado, del que ha sido regresado por el hado,
se haga realidad.
Por la mañana Tocí iba a correr a
algún parque. Jamás olvidaba que debía gastar tanta energía como la que
adquiría en los alimentos. En su etnia, y en el pueblo mexicano, en general, el
problema de nutrición causaba estragos con la obesidad. Palabra que era la
puerta de entrada a una serie muy alta de enfermedades como la diabetes mellitus
2, hipertensión arterial, diversos trastornos ortopédicos, infartos agudos al
miocardio, estreñimiento agudo, colon, y algunos tipos de cáncer.
Todo mundo anhela en México llegar a una de
las tres metas que son la presidencia de la república, reunir su primer millón
de dólares o el doctorado en algunas disciplina científica. Algunos lo logran
pero sólo para morir al poco tiempo. Por perseguir con tenacidad su meta
descuidaron ponerse los tenis e ir a correr o practicar la caminata con
característica de prescripción médica, al menos cada tercer día. Algunos lo
hacían pero calculaban mal: “corro mil kilómetros al año y con eso puedo tragar
cualquier cosa sin importar la cantidad”. Pero había un remanente de energía
que no quemaban y ese se iba alojando en su cuerpo sin esperanza de ser
eliminado. Comen como si fueran a la
silla eléctrica, se acordaba de una frase de Woody Allen.
Tampoco olvidaba que en México hay
tendencia a la diabetes por las genéticas mexicana y española. Cada una de
estas razas vive, por su lado, bajo esté
determinismo genético. Lo anterior había hecho crisis, llenando en México los
hospitales y los cementerios, a raíz de haber incluido en su dieta a las grasas
saturadas de los cerdos que llevaron los españoles. Y cuando apareció en escena la comida
chatarra globalizadora del mundo moderno.... Por fortuna los de su etnia
seguían en la comida orgánica a base de
verduras, frutas, escasa sal y poca
carne de aves de corral. Poca carne, lo suficiente para salir con fuerza en el
régimen de alimentación en esas veinticuatro horas. Desde luego evitaba la
fruta refrigerada por varios años pues su capacidad alimentadora disminuía y
contenía pocos nutrientes. Uno de los secretos de su etnia era comer fruta de
temporada. La tierra da lo que necesita el humano en la temporada del año, dice ahí. Por eso
era necesario no apartarse de los ciclos naturales y observar con extrema
precaución e información los ciclos industriales. La naturaleza sabe que el
humano necesita naranja para la
temporada fría (por eso los indios dicen que la naturaleza es alguien, persona
divina, zoomorfa y pensante). Y en su
etnia de alguna manera sabían que comer mucha naranja todo el año, aunque fuera
fresca, era comer mucha azúcar...
El otro secreto era el orégano. Con
frecuencia echaban a su plato de comida una pizca de esta olorosa hierba. Se
usa mucho en México acompañando al platillo de fiesta llamado “pozole”. Aunque,
se repetía, los de la ciudad no saben
por qué se le echa. Es un poco oloroso y creen que para darle buen aliento a
los que lo comen. Desde niña veía que todos ponían una pizca de orégano. Menos
a las embarazadas… Todos, hasta los
niños, sabían que servía como
expectorante, propiedades estomacales, tonificante del organismo, creían que
regulariza la menstruación, que favorece la expulsión de ciertos parásitos
intestinales. Y que en grandes cantidades provoca el vómito para servirse de él
contra veneno. Se comía o como tisana se bebía. ¿Pero qué más había con esta hierbita?
¿Qué era eso de la eterna juventud? Dejaba el asunto por la paz. Tal vez algún
día le contarían el secreto. Pero tanto misterio le daba a entender que, una
vez que ella lo supiera, tampoco podría decirlo tan fácilmente. Así había
pasado con otros remedios milenarios de los pueblos indígenas. Los usaban con
eficacia pero no entendían por qué daban resultado. En el siglo dieciséis, ante
lo que creían que era el fin inminente de los pueblos indios, los sacerdotes
decidieron revelar a Fray Bernardino de Sahagún que la miel de maguey era buena
para curar heridas a base de cortadas. Como el arma más mortal era a base de
obsidiana, ese vidrio volcánico, los ejércitos llevaba miel como remedio aparte
de ser alimento muy energético y efectivo en climas fríos. Siempre fue un remedio efectivo pero, hasta
mediado del siglo veinte, cuatro investigadores científicos de la Universidad
Nacional Autónoma de México encontraron la respuesta. Toda bacteria que cayera
en la zona dulce, de azúcar o de miel, moría por deshidratación. En
consecuencia, no había pudrición. No se infectaban las heridas. Cuando dieron la noticia habían hecho pruebas
hasta en operaciones profundas…
Lo que también había sido un secreto,
por mucho tiempo, era comer chocolate negro. Un francés descubrió algo que ni
siquiera los indios sabían porque les hacía tanto bien. Después de meditar y
meditar al respecto, mientras tomaba un
buen vaso de vino tinto, se preguntó por qué en Europa el vino lo tienen como algo
excepcional muchos más allá que una simple bebida embriagante o para acompañar
las comidas. Mandó hacer análisis
químicos y...aparecieron los flavonoides en el chocolate negro. En mayor
cantidad que en las uvas. Desde luego a Tocí su madre siempre le previno contra
el chocolate de “los de allá”. Eso engorda pero nada más, le decía.
En ocasiones, mientras corría,
pensaba en la atmósfera manipuladora de la que estaba lleno el mundo. Comer el
corazón del enemigo vencido era aprovechar su energía y valor. Captar su
genética de guerrero, por medio de ofrecer una doncella para una procreación de
valor, era la lógica antropológica de los aztecas y todos esos pueblos. Por eso
los tlaxcaltecas obsequiaban sus mejores doncellas a los españoles. Pensaban en la descendencia. La veían como la suma de dos grandes fuerzas. Lo
observaban en la naturaleza a través que el
espécimen más fuerte de la especie controle su territorio para la
descendencia vigorosa. Pero el vencedor europeo poseía otra arma de valor,
aparte de la pólvora, y era la sugestión mental. Ahora el niño recién nacido ya
no era la suma de dos rivales fuertes de lo que necesariamente tendría que
resultar un ser todavía más fuerte. La
colonia apenas empezaba y eso no les favorecía. La nueva genética acabaría con
todo, incluidos sus aliados tlaxcaltecas, sus eternos enemigos los aztecas y los mismos españoles. Ahora,
dijeron, el embarazo de dos razas fuertes iba a arrojar un mestizaje degradado.
El mexicano actual. Con falta de confianza en sí mismo. Con miedo y sentimiento
de inferioridad. Funcionó durante trescientos años. Por tres siglos hubo un
fuerte y un inferior. Cuando llegó el siglo diecinueve y las cosas cambiaron,
se quiso resucitar la idea que la suma de dos fuertes arrojaba un tercero más
fuerte. Era tarde, el angloamericano era fuerte y ahora había dos inferiores...
Toci, además, hacía su “auditoria calorífica”
cada día. Desconfiaba del “balance anual”. Soñaba con regresar a su etnia.
Trabajar en la industria casera que su familia tenía desde hacía cinco
generaciones. Fabricaba suvenir que luego vendía en los mercados y en las
banquetas de la Ciudad de México, la de Los Ángeles California y en las de Nueva York. Toci era una especie de nueva
pochteca. Esa estirpe de mercaderes de a pie
que, procedentes de lejanas tierras, Cuitláhuac recibía antes que a los más importantes embajadores.
Pero no regresaría sola a su pueblo
matlazinca al pie del Nevado de Toluca. Tras de sí le llevaría, con la soga al
cuello para que no escapara, como ni siquiera Salambó pudo hacerlo con su Matho,
a un muchacho llamado Cork. Pero entendía que pasaría algún tiempo antes que
consiguiera su sueño. Para que ese proyecto de vida no se esfumara necesitaba
vigilar la báscula. Y seguiría
haciéndolo aun después de haber logrado su objetivo de amor. Consideraba
una feliz circunstancia que su otra actividad
profesional fuera subir montañas. Eso mantendría lejos de sí el fantasma
del sobrepeso. Y una de las más grandes satisfacciones que vivía era descubrir
que, al ponerse los zapatos tenis, no era para ella sacrificio pues había hecho
hábito de esa práctica de correr. Lo racionalizaba cada mañana y al partir para
la caminata decía en voz alta la fórmula mágica: gastar hoy el remanente de la
cantidad de energía que adquirí ayer.
El mes anterior había escalado en la
sur del Ameghino. ¡Casi treinta kilómetros de acercamiento a través de los ríos
Vacas y Guanacos y setecientos metros de pared! Se habían quedado a la mitad
del ventisquero cuando llegó la noche. Como los aztecas, los escaladores sólo
peleamos de día. Sólo que en ello nos vaya la vida, escalaríamos bajo la luz de
las estrellas. Pero no era el caso y tranquilamente podían esperar el nuevo
amanecer. Organizaron el vivac, tallando en la superficie dura, blanca y fría y
se metieron a sus hamacas “ratoneras”.
Si se estiraban completamente los pies quedaban asomándose con todo y
sleeping sobre un abismo de seiscientos
metros. Si se volteaban de lado para aliviar el castigo del hombro, sus nalgas
quedaban saliendo sobre el precipicio. Estaban precisamente en el lugar, las condiciones y en el tiempo en que hasta los dioses del olimpo
exclamarían “¡Oh!”.
Más esto para ellos era frecuente y podían
jurar que también en la audacia hay rutina y tedio. Igual que allá abajo
alguien cruza por la plaza de Coyoacán con las manos metidas en las bolsas del
pantalón y bostezando. Se acuerda que dijo que así van los alpinistas caminando
por el mundo montados en las dos piernas de la medianía y de la megalomanía.
¡Como un gran artista sin contrato! En el montañismo se aprecia mucho aquello
que escribió Demócrito que no vale la pena de que viva quien no tenga ni
siquiera un buen amigo. Se comparten trabajos, sin sabores, incertidumbres y
alegrías. Y eso, cuando estás colgando sobre el precipicio y metido en una
empresa alpina de la que a lo mejor no regresas, vale oro.
Una hora después de haberse quedado
quietos, y permanecer en silencio, le escucharon, a uno de los jóvenes
escaladores ingleses de la cordada, que acababa de leer un libro de entrevistas
que varios escritores le hicieron a Norman Mailer. Toci se acordó de la
obsesión que Cork tiene de la historia. En una entrevista que Michael Lennon
hace al autor de Los desnudos y los muertos sobre la historia, éste le dice que
tal disciplina académica es en realidad un descubrimiento perturbador ya que
los historiadores no tratan con hechos, sino con hipótesis que desarrollan en
relación a una serie de datos aislados. Se refiere concretamente a la
desconcertante complejidad del nazismo que fue mucho más allá de los límites del
totalitarismo. Esta sola consideración, por su profundidad de observación,
arroja al cesto de la basura a films y libros que por casi un siglo se hicieron en derredor de la
segunda guerra mundial con pretensiones de testigos serios de la historia. Y agrega
Mailer que “la historia no es historia, sino una serie de novelas inmensamente
sobrias que han escrito unos hombres que no suelen disponer de gran talento
literario y tienen mucho menos que decir del mundo real que los novelistas”. Y
habría que meditar con seriedad sobre ello ya que Mailer es judío. ¿”Pero no
cualquier judío”, había dicho uno de los ingleses.
Pero no es eso lo que querían contar,
dijo el escalador, sino algo de
Faulkner. El tiempo presente es en el
que se mueven los personajes de esta novela, y
su horizonte, no va más allá de lo que abarca la vista dentro de una
estancia que sirva de cocina. No se ve la angustia que despierta la reflexión
respecto del futuro. Ni siquiera las reflexiones de los individuos de los
lustros que ya se fueron. Sólo hacen. Los hombres son como la actividad de una
hormiga en un segmento concreto de su recorrido. Ya se ha borrado el principio
del camino y lo que está por delante existe por instinto pero no por
pensamiento.
-Esta novela-dijo- pudieras ser la alegoría
del pueblo estadounidense. Gente trabajadora y a la que le gusta tener sus
cosas en orden. Desde las materiales de su sociedad de consumo hasta las
relacionadas con la filosofía y la constante inquietud religiosa. Pero un tanto
ingenua. No ve al Flem Snopes que ha llegado para aprovechar su potencial
creador. Esa gran dedicación a crear
cosas, hasta llegara a las estrellas, y su inconmensurable afán, es lo que el
mundo les admira.
Como todas las novelas de este
escritor, también de El Villorrio apenas se puede decir algo. Sobre sus novelas
lo que cuenta es leerlas y ensimismarse de su, al parecer, absurdo
relato que en ocasiones nadie sabe de qué se está hablando. Novela de cuatro
partes. En dos de ellas los humanos son los personajes centrales, Flem y Eula.
En la otra todo gira en derredor del absurdo relato de unos puercos que al
parecer se han perdido. En la última parte se trata del increíble relato de la
venta de unos caballos. No es exagerado decir que en este escritor vale aquello
de que sus novelas pueden leerse como algunos leen la Biblia: en cualquier
parte que se abra, o de atrás hacia el principio. ¡Hasta del principio hacia el
final pueden leerse! De todas maneras habrá pasajes que nadie entenderá. Sin
embargo se trata de una prosa de la que uno dice: ¡me gusta, voy a continuar
leyendo esta loquera! Fue una prosa elegante y una redacción tan loca que en
1950 hizo llegar a sus manos el Premio Nobel de literatura.
Sus personajes sólo hacen, se mueven,
como un pintor frente a su lienzo que careciera de una idea y diera toques de
pincel sin saber que así se dirige a la consecución de una obra de arte.
Imagine el lector la película de un film de tres horas de duración. Tiene su
principio, su desarrollo ortodoxo y su conclusión. Ahora corte esa larguísima
película cuadro por cuadro, revuelva todos los cuadros. Ahí está todo el
conjunto, ciertamente. Pero observe cada cuadro por separado y tendrá una idea
de cómo se desenvuelve esta novela. Es hasta que hemos visto todos los cuadros
que podemos arribar a una visión de conjunto. Pero es conjunto que se va
formando en la mente del lector más que en las páginas del libro.
Alguien ha dicho, refiriéndose a
algunas novelas de Faulkner, y con toda razón en función de su método, que en
ocasiones, efectivamente, no se sabe de
qué está hablando el autor. Y sin
embargo Faulkner es un poeta: “De vez en cuando
se detenían para recobrar el aliento, y las constelaciones veraniegas
pasaban sobre sus cabezas” O bien: “Trabajaron también toda aquella noche bajo las
estrellas familiares y lentas”. Una más: “Allí donde la arena se ennegrecía por
el agua escasa del torrente y después se aclaraba y volvía a subir, las
innumerables huellas sobre puestas de ruedas y cascos eran como los clamores de
una iglesia abandonada”. Rara vez describe el paisaje. Ni siquiera considera lo
que está detrás de la apariencia de la gente. Faulkner espera que tengamos un
retrato de los personajes a través de las acciones inmediatas de estos.
Y cuando la hormiga a completado el
último segmento de su recorrido, sin tener tal vez conciencia del conjunto que
ha recorrido, Faulkner simplemente da por concluido el relato con su conocida
frase: “¡Eso fue todo!” Con esta obra Faulkner refrenda que no es novelista de
grandes temas. Es, sobre todas las cosas, el gran escritor en torno de las
pobres y por demás triviales situaciones.
Se dijo que México producirá un Faulkner
cuando sus intelectuales dejen de ser decimonónicos…
Algunos más se encontraban corriendo
en derredor del parque y la muchacha pensaba
que nada más por el sólo detalle, de haberse puesto los tenis, ellos
eran diferentes a los de la ciudad. Más aun, ellos mismos eran diferentes entre
sí. Pero aun aceptando que fueran idénticos entre sí en todo, en sus vidas
privada y pública, su panorama social es diferente y eso de todos modos los hacía distintos. Cada uno a su modo no
era el mismo cuando entró a la sala de cine que al salir después de haber visto
la película “Un hombre de hogar”. Se le ocurrió que lo mismo puede decirse de
los cuarenta estudiantes, al empezar la carrera de arquitectura, que al
finalizar la licenciatura. Mil matrimonios parecen una masa idéntica pero veinte años después tendremos
mil historias distintas, todo marcado por las diferencias accidentales de
tiempo, espacio y acción. Mil individuos “iguales” que llenan el templo un
domingo actuarán de manera distinta al terminar la celebración de la homilía. Y
en la práctica de la misa, en la vida diaria. Y eso les dará particularidad. En
el libro que leía anoche dice Odo, el
filósofo de la Edad Media, que la diversidad de propiedades hace diverso lo que
es uno. Ya pueden cien individuos vestirse con una camisa del mismo color, no
serán iguales. Son la particularidad dentro del número.
Cork dice que todos somos iguales pero
ella piensa que no. Pero no mencionará el tema porque puede empezar un
intercambio de criterios que sería cuento de nunca acabar. Y ella lo que quería era llevárselo para su pueblo y cubrirlo bajo sus
enaguas para toda la vida, no quería ponerse a filosofar con él. Al menos que
el filosofar fuera la condición, entonces verían de a cómo les tocaba. Para eso
debía prepararse y leer de filosofía. Juliana González dice que necesitamos
leer las obras de los filósofos. Jean Whal dice lo mismo. Toci está de acuerdo
con ellos. Por saber. Pero también para poderle echar la soga al cuello a Cork.
Nada más de pensar en él se le mojan las pantaletas. Pero sabía con toda
claridad que un día esa humedad le servirá a las maravillas. Las mujeres viejas
de su etnia tienen como un verdadero
tesoro la humedad de la vagina. Siempre andan diciendo: “Dale gracias al cielo
que todavía se te moja allá abajo. No sabes la importancia que eso tiene. Para
ti y para él”.
De regreso, mientras se bañaba bajo
la regadera, escuchaba a algún disco de los cuatro idiomas que necesitaba conocer para entenderse con sus clientes de
montaña empezando por el alemán. Le seguía el inglés, el francés y el español.
Es decir el castellano que se habla en
España. Encontraba que tenía acceso al lado técnico del idioma pero se
le dificultaba pensar como la cultura de cada uno de ellos. Después de cuatro
siglos, a partir de la conquista europea, los mexicanos hemos olvidado el
náhuatl pero no el universo náhuatl y hacemos todo lo posible por no pensar en
castellano. Así es como nos hemos metido en el embrollo de los conceptos
lingüísticos. Cuando estudiamos el idioma inglés encontramos que la Luna
contiene la figura de un muchacho tocando guitarra. Para los españoles el
asunto se reduce a “manchas”. Y en el náhuatl esas manchas son nada menos que
el quincuence, punto central en el que gira la religión solar, particularmente
la era del Quinto Sol. Como el idioma español fue impuesto, rechazamos que sólo
se trate de manchas. Y como por elección libre aprendemos el inglés, estamos
más inclinados a tolerar la idea que es Elvis Presley el que está tocando la
guitarra en la Luna. El principio es que hay que pensar el idioma que se habla
y es cuando, por azares de la historia, seguimos actuando bajo la fuerza del
pasado colectivo pero hablando español. En ese terreno al menos algo hemos
hecho nuestro y hablamos español en lugar de castellano. Oficialmente así están
las cosas. De esa manera nos emocionamos ante la idea de comer tacos y sólo por
curiosidad llegamos a comer paella. Evocamos con delirio algún poeta anónimo
náhuatl y sabemos, sólo por cultura, las hazañas de Don Quijote y la vida de su
autor. Nos atrae más leer a Faulkner, Novalis o George Sand, porque aquí se
trata otra vez de una elección libre. Si nos hubieran conquistado los franceses
estaríamos leyendo con mucho colorido a Cervantes o a Baltasar Gracián o
Santayana o Ortega y Gasset y escuchando cantar a Rocío Durcal y, en cambio,
por puro requerimiento intelectual, a Víctor Hugo.
Por necesidad de tratar con
expediciones, Toci sabía el castellano, alemán, inglés y francés. Su lengua
materna es el náhuatl. La muchacha encontraba que esos pueblos de Europa se
correspondían en la cultura de manera genérica y ahí ella se desempeñaba de manera aceptable. Sobre
todo en el terreno del arte. Pero poco podía entrar en las mentalidades.
Hablaba el alemán pero pensando en náhuatl. Los chistes o bromas no los
entendía cabalmente. Había encontrado
que en el terreno de la música se fijaba en los instrumentos que, de manera
autóctona, pertenecían a un pueblo y también en cómo los tocaban. Eso le
informaba mucho del carácter de la gente de un área geográfica. Lo mismo en la
letra de sus canciones. Desde luego que para ello tomaba en cuenta lo que sólo
eran influencias o traducciones. Así se enteraba en buena manera de la vida
interior de los pueblos, de sus emociones. O de cómo pueblos diferentes
expresan un mismo asunto de diversa manera. Ni siquiera podía pensar como
argentino. A éste le falta la genética mística india que hace mirar hacia las
estrellas y la africana que impide que
se caiga en el pesimismo. Pero sí entendía que si a un argentino lo abandona su mujer, compone
un tango. Y que si a un mexicano lo deja
una mujer, se toma un litro de tequila. Una tarde fría y oscura, cayendo nieve,
un suizo y un veracruzano del puerto la describirán de distinta manera. Los
angelitos de la Capilla Sixtina no son los mismos que los de la catedral de
Puebla de comienzos de la colonia española. Medios indios y medios africanos.
Unos son bellos como una Madona y los otros bellos como Xochiquetzal. Podía
comer un hot dog por hambre y por curiosidad pero jamás cambiaría esa tripa de
perro envuelto en un panecillo, también con forma de pene, lleno de horrible salsa dulce, por un delicioso taco de carne
de vaca con chile tan picante que hasta
las lágrimas se le salían...
En su cultura étnica ella y Cork estaban de acuerdo tácito. Un
matriarcado en el que Xochiquetzal es fuente de fertilidad y dadora de vida. Y
porque la economía globalizadora no
había arrojado a las mazahuas al desván de los cachivaches sociales. En
las mujeres de la ciudad en la que el hombre es el proveedor y el que levanta
la voz es diferente. Donde puede haber conflicto en la pareja de la ciudad es en el
“lado occidental”. Ahí hay enfrentamientos frecuentes porque la pareja al
unirse, enamorados y llenos de sensualidad, no se dieron cuenta que sus
ideologías y actitudes “familiares” son distintas. “El amor lo puede todo”,
decían, y acaban chocando. Y ellos,
¿cómo conciliar el sistema tabú de la etnia con la sociedad de consumo y
deshecho de occidente? Por lo visto tenían mucho por descifrar. En la
occidental ya no hay tabúes pero sí obligaciones religiosas, filosóficas con
eso de la ética... El tercer grupo lo
componían los individualistas hasta la soledad psiquiátrica. ¡Y los escritores
están más preocupados por la hoja en blanco que por las nalgas de su mujer!
El asunto eran los símbolos que cada
pueblo tiene para expresar sus ideas, o los que Aristóteles llamó las
categorías. A los occidentales del oriente con respecto a América, es decir, a
los del oriente propiamente, Europa central, no se les puede enseñar nuestra
religión y nuestra filosofía en la forma de una serpiente emplumada. Aceptan que
don Quijote y su flaco caballo se eleven sobre las miserias humanas pero no que
un reptil que se arrastra pueda emprender el vuelo. Se reirían de esa simpleza.
Otra cosa será si les hablamos de ontología y episteme. De razón práctica y
razón vital. Y si a esto agregamos individual y universal, ya los tendremos
interesados de tiempo completo y argumentando hasta por los codos. Derecha e izquierda es la misma línea sólo que una
aparece cuando la otra se corrompe. El numeral es singular pero la unidad es
plural que se convierte numéricamente en singular al unir en uno a varios
singulares, etc. Pero si les decimos que eso nosotros lo podemos simbolizar con
“la serpiente que se muerde la cola” o
la “serpiente bicéfala con dos rostros
opuestos y mirándose, como en el Calendario de piedra, tampoco entenderían. O
si les mostramos el vacío en medio del “cuatroence” como la representación - no
representación de Dios vivo, tampoco lo entenderían. La epopeya ontológica de
los olmecas, pensadores del México
Antiguo.
La tribu tiene mayor adaptabilidad
cuando debe enfrentarse a los cambios del entorno. Esto debido a que se trata
de una sociedad en miniatura que procura vivir a igual de distancia entre el
orden y el caos. De esta manera pueden darse interacciones sociales entre los
individuos y el resultado es sincronización. El conflicto humano está presente
pero la alta estima que se tiene por la gente vieja es lo que permite no cruzar
la línea del orden - desorden y de manera natural se da esa sincronización.
Mientras la tribu se mantenga lejos del lado feo de la sociedad de consumo y
deshecho habrá respeto por los ancianos. Por los paradigmas. Afianza su
tradición mediante la observación por contraste. Puede seguir de cerca lo que
sucede cuando el muchacho de la ciudad abandona el troquel familiar. Se da
cuenta que es ahí donde se inicia el proceso del parricidio, ya documentado
desde los tiempos de Aristófanes. La tribu es un mundo angosto pero que, al reverso de la ciudad, tiene
rostro, nombre y apellido. Entre otras la tribu todavía se maravilla con las
bellezas de la naturaleza. Se prefiere la comunicación bis a bis que la
comunicación virtual de la telefonía celular.
Si todo fuera genético...Si no
existieran los hechos sociales y culturales para nada necesitaríamos leer a
Aristóteles ni a Kant. Y la ética filosófica sería una antigualla para el cesto
de la basura.
Tocí conocía gente que rechazaba toda
reflexión ética. ¿Cómo encontrar así el camino hacia la moral si se carece de
paradigmas filosóficas? Con harta frecuencia se había usado ya la metáfora de
diamante sin pulir. Si los vendedores de cuantas yerbas hay en la naturaleza
llegan a la gente antes que los filósofos...Hay sociedades que se colapsan. En
una ocasión había asistido a una conferencia en la Universidad Nacional. Se
hablaba de la urgencia que había de ligar las biociencias y la biotecnología en
este mundo contemporáneo. Fue cuando Juliana González, de la Facultad de
Filosofía y Letras, dijo de la enorme,
inmediata y constante necesidad de leer las obras de los filósofos.
Tocí estaba de acuerdo. Cierto que
los filósofos se traen un pleito de perros con el problema de la semejanza y de
la particularidad que arranca desde los individualistas medievales. Estos no hacían caso de los dimensiones
epistémicas del problema siguiendo el enfoque metafísico. Y otros muchos de los
actuales no le hacen la querencia a lo metafísico por ser epistémicos...Si esto
quedara en posturas de gabinete, mesas redondas, seminarios y congresos…
La cosa es que el tema baja a los
medios masivos de comunicación y se arma
la tremolina atizada por intereses de la secta
política.
9
I
Con el Coplestón suspendido en las
manos, y la vista perdida entre las sombras de la habitación del hotel, se le
ocurrió que, en efecto...En la ciudad las mujeres habían sido aherrojadas al
rincón de la casa por obra y gracia de la economía de mercado. Pero aquella
mujer que hablaba en la conferencia era un ejemplo. Sí, las mujeres de la
ciudad habían recuperado su papel de educadora por medio de la Academia.
Avanzaban en todos los campos del saber.
¿Por qué había caído en esa serie de
reflexiones? Tenía en sus manos al cuidadoso pensador de la Edad Media. Pero
una frase de Jardiel Poncela se le había cruzado de pronto. Este interesante
novelista español, de origen judío, que desconfiaba de los movimientos de las
masas, qué había querido decir con su expresión de “amaneceres prematuros”.
Como alpinista ella sabía que en la
noche cerrada lo primero que anuncia el nuevo día son los lejanos resplandores
cálidos...
¡No te ablandes! Le había dicho Cork. Desde
entonces sabía que el alpinista que se ha retirado a posiciones de confort no
agarrará la mochila para ir a caminar por los senderos del bosque. En adelante
se la pasará añorando el paraíso perdido. Caminar de noche, bajo la luz de las
estrellas, tiene que hacer pensar en lo infinito. Como contraste del mundo de
la experiencia sensible como la que va experimentando con su cansancio, el frío
y los tropiezos. Y los temores que envuelven como la noche misma. Eso lo tuvo
claro en tanto el libro caía de sus manos y se arrellanaba dormida bajo las
tibias sábanas. Pero sus sueños no hablaban del pelito entre pensadores
románticos y pensadores realistas de la Edad Media. Soñaba con Cork.
Acababa de leer una nota en la
que le escribía que con frecuencia se encontraba en la disyuntiva respecto
del peso en su mochila. Sufrir por la falta de agua o sufrir por la falta de
lectura. Tan vital era una como la otra. ¿Qué partido tomar? Varias veces se
decidió por lo uno y luego por lo otro. Finalmente abrió la mochila al tiempo
que exclamaba “¡Por todos los diablos!” y arrojó hasta el fondo de la misma al
Platón de Antonio Gómez Robledo y a los individuos medievales de Jorge J.E.
García. Acto seguido preparó su ánimo
para los cincuenta kilómetros que tendría que debatirse en la sed extrema o, lo
que era peor, en el progresivo acumulamiento de la deshidratación. También
sabía que, debido a esa deshidratación, cuando estuviera viejo su órgano
llamado piel estaría bajo las descargas eléctricas, como cuando en la cantina
se agarran los dos polos conectados a la batería ambulante.
Al día siguiente, cuando se despertó, encontró
algo que yo le había escrito. Lo leyó mientras almorzaba en el restaurante del
hotel. Seguía en un lugar del centro de América, donde perforaba pozos en busca
de petróleo en el fondo marino. Había habido un simposio de geólogos y me
invitaron para hacerla de moderador. Los demás geólogos buscaban agua en el
subsuelo de la Ciudad Sin Nombre Los geólogos nos reunimos porque había que
reunirse, pero nada más. Durante una semana discutimos técnicas y perspectivas,
le decía en mi comunicación. Sabíamos que era inútil todo eso. Hacía tiempo que
la recarga de los acuíferos no se realizaba y nosotros haciendo mesas redondas
con el tema del agua…
Mucha tala clandestina y poca lluvia. En la
segunda sesión me entretenía en escribir, mientras los otros hablaban, la frase de una novela de A. J.: Cronin. “No
hay que contar las gallinas antes de cazarlas”. Al final íbamos a tomar cerveza
y bailábamos con mujeres bellas y bien formadas. De esa manera todo mundo
trataba de olvidar los resultados de los análisis del agua extraída para tal
fin. Se habían hecho con ochenta
elementos químicos. Los resultados fueron concentraciones de fluor y arsénico.
Además una cantidad exagerada de cloruro de sodio. Dañina para el consumo
humano, para la industria y para el riego. Las autoridades habían prohibido en
determinado momento la extracción de más agua subterránea y en poco tiempo la
cantidad de pozos se duplicó. Sus perforaciones cada vez más profundas y sus
porquerías invadían las capas superiores donde se encuentra la Ciudad Sin
Nombre. Subíamos el volumen de la música y reíamos más. Afuera se daban a la
sazón ocho mil casos de fluorosis dental y la misma cantidad de hidroarsenosis.
Era una ciudad de muchos millones de habitantes que de todos modos tienen
sellado el provenir. De los reglamentos
y publicaciones que salgan del simposio, nada sirve pues los mantos freáticos
no se cargan. Era la bella fantasía pero el hecho es que de nada va a servir lo
que publiquemos. El geólogo de la otra
mesa gritó al cantinero que él pagaba la siguiente ronda de cervezas
para todos...
P.D. Aquí va a suceder en breve lo que en el
centro histórico de la capital de México. Las cavernas del subsuelo,
ocasionadas por la falta de agua de sus mantos acuíferos, la hundieron ocho metros en el siglo veinte. Entre tanto
aumentó en muchos millones su población y hubo que darles más servicios y se
hizo necesario todavía más agua del subsuelo con lo que creció el número y
tamaño de las cavernas. Fue preciso meter pilotes para levantar y nivelar
edificios como la catedral metropolitana del siglo dieciséis. En otros casos,
que contaban con cimentación moderna, los monumentos a la Revolución y El Ángel
de la Independencia, la que se hundió en su derredor fue la ciudad. Uno de los
últimos gobiernos cambió el recubierto de sus calles. En lugar de poner adoquín
para captar el filtraje del agua de la lluvia y la que baja de las montañas
hacia los acuíferos, las recubrió con planchas de cemento con lo que encauzó
esa agua hacia el drenaje profundo y fue a dar al mar. Y las cavernas allá
abajo se hicieron más grandes. Los grandes
huecos que aparecieron en la superficie no se vieron toda vez que quedaron ocultas por la capa de
cemento. Cuando llegó el primer sismo de consideración los pequeños abismos
quedaron al descubierto y algunos edificios cercanos se vinieron abajo y otros
más retirados empezaron a perder la vertical. No metieron a la cárcel al que había recubierto de
cemento. El que fue a dar a la cárcel fue el arquitecto que construyó el
edificio. Los arquitectos calculan sobre el promedio de intensidad de sismos de
la región a partir del último medio siglo, pero ellos no controlan los
movimientos de las placas tectónicas. Si el sismo rebasa con mucho la cifra
alta del promedio, cualquier edificio se viene abajo, aun con pilotes diseñados
con los últimos adelantos de la ciencia.
La última semana que Toci estuvo en México, antes de partir para
la cordillera, asistió a una “Feria” de
esas que dan información en derredor del sexo. Una doctora ofreció una
conferencia con el tema de las mucosas que tienen las mujeres en el cuerpo. Su
función es pescar microbios para que no pasen al organismo. Pero también sirven
de lubricantes para el pene. Los hombres tienen un lubricante en la uretra, les
dijo la encargada de la mesa. Como su sabor puede resultar desagradable durante
la práctica oral, muy previsora la industria farmacéutica elaboró ya saborizantes que se ponen en la cosa del
hombre tales como fresa, sandía, melón, plátano, chabacano...Toci pudo
coleccionar doce sabores diferentes para cuando se encontrara con Cork. No
tienen caducidad pero de todas maneras los envolvió en una bolsa de plástico
y enterrado en la nieve del glaciar
cuando regresó a la montaña.
Se dijo que la ciudad es el mundo de la mujer.
La industria farmacéutica lo sabe bien…
Durante su estancia en Santiago había evitado
establecer comunicación con los grupos que practican la escalada de salón.
Pensaba que son como un ejército que no conoce al enemigo porque no hay guerra.
Así consideraba a la escalada de salón que no conoce a la montaña y sus
condiciones intrínsecas como son el viento, la roca erosionada, el agua, el
Sol, la nieve, el hielo, la escasez de oxigeno, la caída del termómetro. La
escalada de salón la inventaron los guías de Chamonix, Francia, hacia mediados
del siglo veinte, para “no perder la forma” durante la temporada que no era de
montaña por el exceso de nieve…pero nunca cambiaron a la montaña por un salón…
Le encantaba leer ciertos trabajos de
filosofía en los que después de quinientas páginas...En ocasiones tenía la
impresión que los filósofos seguían la técnica de la literatura policíaca.
Hasta la última página se encuentra la solución. Y nada comprometedora para el
autor. Entre tanto, pistas falsas que parecieran intencionadas. Ya Faulkner lo
había hecho, en la literatura, de manera magistral en Luz de Luna.
Intuyó que en filosofía el tema llega con frecuencia a dominar al que escribe… Entonces recurre al Dei ex machina o queda atrapado en
alguna aporía, como se llama en filosofía a los callejones sin salida.
II
Esta montaña, en la que acampaba desde hacía
dos meses, era parte del mito de las gentes que en otro tiempo habitaban los
valles subyacente y hasta la región lejana de los ranqueles. Pensaba con
frecuencia, pues la desolación suprema orográfica que la rodeaba la llevaba a
eso, que lejos de las necesidades inmediatas, el hombre pudo darse cuenta del
tiempo pasado, presente y futuro, cuando pensó en el mito. Este ejercicio lo
tenemos desde que escuchamos el primer cuento de nuestra niñez: “Hubo una
vez....” El corolario ya está en otro tiempo. El mito permanece en un tiempo
congelado e inamovible. Pero es también el comienzo de todo el dinamismo de la
historia. Una historia que de todos modos permanece en el pasado. Definida en
su desarrollo pero manipulable. Como una película de fotografía a punto de ser revelada de una u otra manera
y dé el efecto que queremos, no tanto el que tenía. Solamente azul. Contrastado
en blanco y negro eliminando los tonos de grises. Subexpuesta. Roja nada más.
Granosa....Como el mito no se puede ya manipular, porque permanece petrificado,
es por lo que se le intenta destruir anteponiéndole otro mito. En tanto que la
historia se cultiva por cuanto es susceptible de “trabajarse”. Le escribía a
Cork varios puntos de vistas obre el mito
pero ahora añadió que el mito tampoco permite lo que pudiera llamarse la
“interpretación de la disyuntiva” que se encuentran en algunos trabajos de investigación. Había
leído Los Rollos del Mar Muerto y el trabajo le daba peso a los esenios en la
formación de Jesús. Y esta era la disyuntiva. Si los esenios “hicieron” a
Jesús, entonces la Iglesia Apostólica
Católica Romana es un producto humano. Si es como dicen los Evangelios, que
Jesús fundó sobre Pedro su Iglesia, entonces ésta es de origen divino. Frente
al mito esta clase de interpretaciones resultarían obvias. Algo como si en el
mito del quincuence, Nanahuatzin, el dios bubosito, que se convertiría en el
esplendoroso Quinto Sol, entrara a la gran hoguera purificante vestido con un
traje de asbesto para no quemarse…
Después veía hacia los líquenes de la roca en
la que había hundido dos clavijas, para asegurar su tienda de campaña, y el
viento no la arrojara hacia el valle volando sobre el glaciar. En esta alturas
el viento suele soplar tan fuerte que una cuerda de cincuenta metro de largo
podría quedar horizontal sujetándola de un solo extremo.
Pensaba en la enorme adaptabilidad de las
plantas a la sequía, a la salinidad y a
los rigores del tiempo frío que encuentran en el desierto y en la montaña.
Mientras se elevan al cielo para captar rocío, sus plantas se hunden para
buscar la humedad de la arena. Y su gruesa piel cerosa no deja escapar el vital
líquido. Y a la vez defenderse de los ataques que les dirigen los insectos, las
bacterias y los animales grandes. En la roca de la montaña helada sólo puede
penetrar unos milímetros. Con eso le basta para aferrase a la andesita de tal
manera que el viento más poderoso no podrá arrancarla. Y es capaz de soportar
temperaturas muy bajas y cubiertas de nieve. Además pueden viajar montadas en
el viento caliente o helado, seco o húmedo.
Al observar esta maravilla se piensa en el
singular espectáculo del humano transportando su agua en un envase dentro de la
mochila. Practicando la libertad de esa manera y dejando su descendencia en un
lugar u otro. Igual que la planta vegetal. ¡Nada más inexplicable que un hombre
pierda su libertad por elección en el acto de robar una bolsa de billetes del
banco! Ese hombre, pero ya preso, daría
después un tesoro en metálico por poder
caminar a lo largo de una calle cada
mañana. ¡Aunque fuera sólo una calle!
Un liquen esparce sus esporas montadas en el viento y de esa manera
procede mejor que el hombre dentro de una celda. Tocí tiene conciencia que su
momento de libertad es inapreciable. La misma libertad que el viento pues, si
se lo propusiera, ella desmantelaría su
tienda en cinco minutos y se iría a la lejana región del Mercedario, donde
también hay expediciones de alpinistas que conducir.
Una libertad que sacrificaría si Cork le
ofreciera sus brazos. Después de todo para qué es la libertad sino para hacer
lo que una quiera. Se rió. ¡Pobre Cork! El mecanismo de la sociedad india...No
es como con las caras pálidas. O amarillas. O negras. Las mujeres indias son como las hembras en el mundo de los arácnidos. La Viuda Negra.
Los envuelve y se los come. Ella
envolvería a Cork entre las cinco vueltas de sus enaguas, lo
inmovilizaría y se lo comería...
Así era el mito y así seguirá por siempre.
Inalterable y nada de “interpretaciones de la disyuntiva”. Una de las lindezas del Humanismo, del
etnocentrismo, es que los hombres empezaron a hacerse responsables de sus
actos. Fue cuando dejaron de echarles la culpa
de sus cosas reprensibles a los dioses griegos. No era tanto que se
refiriera a tener músculos fuertes para vencer en la lucha del cuadrilátero o
para escalar montañas o para desatenderse de las cosas comunes. Sabían que por
este sendero llegaron a las más altas disciplinas de la existencia como son la
ciencia, la moral y el arte. ¡Y se olvidaron de la mujer! ¡La mujer misma tiene
responsabilidad en ello al dejar que la hicieran de lado! ¡Pobre mujer cara
pálida o amarilla o negra, ahora tiene que luchar...! La mujer india tiene que
luchar contra los comerciantes que le devalúan cada día la moneda y no corresponde con el producto de
la tierra o de sus artesanías que ella entrega. Pero el hombre, que ni lo
piense y agarre esas mañas de los de la ciudad....Entre los enormes senos de
las indias no hay “interpretaciones de la disyuntiva”. Bueno, Toci los tenía
chicos pero, en compensación, tenía unas nalgas…
Un grupo de montañistas rusos la contrató por
tres semanas para hacer una permanencia de alta montaña, únicamente. No
acometieron grandes problemas técnicos pero lo que hicieron requirió un
esfuerzo considerable. Formaron una cordada de tres, guiados por Toci. Se trató
de recorrer la cresta en círculo que hacen once cumbres en el oeste al pie del
Aconcagua. El promedio de altura del recorrido fue de 5 mil metros. Algunas
cimas no tienen nombre. Empezaron por el monte Banderita, próximo a Puente del
Inca. Siguieron Almacenes, Manso, Cuerno, Catedral, Bonete, México (bautizado
así por el alpinista mexicano de origen
español Luis Costa), Altar y Tolosa.
Varios días les llevó efectuar el recorrido e
instalaban las pequeñas tiendas “ratoneras” en donde les agarraba la noche. Los
rusos tuvieron que conocer en carne propia las características de las cumbres
andinas, de ese sector de la cordillera: enormes laderas cubiertas de roca
erosionada en la superficie. Desnudas con escasos canalones verticales llenos
de nieve. En algunas partes podían aprovecharlas y aliviaban el avance hacia la
cumbre. Por lo general arribaban después de sortear enormes torres rocosas y
piso inestable. Las manchas blancas les servían para fundir el hielo y obtener
agua para preparar los alimentos y aliviar la sed. En este caso agregaban algún
suero ya que el agua de esas alturas andinas carece de sales minerales tan
necesarias para el organismo de los expedicionarios.
Al final se reunieron con el grueso de la
expedición que en total eran quince contando a Toci. Volverían al año
siguiente. Por ahora querían familiarizarse con el terreno y las condiciones
tan inestables de ese sector de la cordillera. Solamente dos días fueron de mal
tiempo al grado de subir cincuenta
centímetros la nieve del piso en una sola noche. Pero en adelante volvió
a mostrarse de “azul intenso cordillerano” y con escasas nubes.
Luego el ritmo de la expedición fue
deliberadamente lento. Instalaron un
amplio campamento, aprovisionado de todo
lo necesario y en abundancia tanto de víveres como de equipo de
campamento. Cada miembro de la
expedición disponía de una amplia tienda de campaña de las que bastaba apretar
un botón para que todo quedara instalado en 30 segundos. Levantaron dos tiendas
- comedor. Disponían de proyectores de películas y abundantes revistas de
entretenimiento. Habían sido cuidadosos de no cargar la mano en donde
aparecieran prácticas de propaganda política. Por la tarde se reunían para la
cena. Dos de ellos habían leído a
Tolstoi, Dostoievski y a Chejov. Solamente uno hablaba español. Español de
España, por lo que Toci tuvo que escuchar muchos “queréis” y otros tantos “vosotros”. En especial el ruso conocía la crisis
religiosa que había vivido el autor de La Guerra y la paz. Hacían los rusos un
grupo alegre. Les daba por cantar y lo hacían con una alegría que Toci se
sorprendió pues se los figuraba fríos y taciturnos. En general se admiraban de
muchas cosas y de costumbres de la gente del sur del continente. Como los
primeros chinos que se atrevieron a brinca la muralla, después de mil años de
auto encierro…
III
Estuvieron tres días en Puente del Inca, en
los 2,800. El punto más lejano que se habían fijado sería el pequeño y bello
cerro Cuerno. Al norte del Aconcagua. Durante otros tres días cruzaron
ascendiendo por la ladera oeste, entre las bases de los cerros Almacenes, de 4,
510,y el cerro Dedos, de 5,130. Caminaban un trecho y volvían a levantar el
campamento. Sin prisa, como si se hubieran propuesto pasar una vacaciones de
verano en la cordillera en las que no
habían sido invitadas la neurosis ni la prisa de las ciudades. Otros dos días
en Plaza de Mulas, en los 4,230. Luego hacia la izquierda y se volvió a
levantar el enorme campamento en el glaciar Horcones. Subida a la cumbre del
Cuerno. Desde ahí se tomaron fotografías del glaciar Güsffeldt, que desde 1934
era también conocido como “Glaciar de los Polacos”. Regreso al campamento.
Estaban en el corazón propiamente del sector
central de los Andes, precisamente el lugar en el que el individuo se presenta
tal cual es. Había dos mujeres rusas en el grupo y Toci pudo observar que el comportamiento es igual en todos los
grupos genéticos con respecto a la relación hombre - mujer llevado el asunto
a sus planos más intrínsecos. En el
grupo donde está la presencia de una, o varias mujeres, la neurosis no aflora
con tanta facilidad en los hombres.
Mientras funden la nieve para obtener agua para el almuerzo la muchacha
observa que en el alpinismo es donde se encuentra de manera obvia la
individualización del humano. La variabilidad en la conducta del hombre y su
constante esfuerzo por escapar de los determinismos aquí queda al descubierto.
En el mecanismo de los movimientos con que avanza una expedición, en su
acercamiento desde el campamento base hasta la cumbre, requiere de un trabajo
coordinado del grupo. Este trabajo en conjunto se necesita también en la
adversidad. Como en la guerra, se precisa distinguir entre “retirada” y “sálvese
el que pueda”. Es aquí donde la individualización, que lleva al hombre a
investigar y actuar fuera de la costumbre, lo lleva también al desastre por
encontrarse fuera del grupo. Siempre hay una conducta ventajosa en los
alpinistas disidentes cuando esperan que el grupo los auxilie. Se sirven del
grupo pero no cooperan con el grupo. Un grupo expedicionario en acción ya sobre
la montaña es, para los observadores de la conducta humana, un campo de
observación y experimentación en escala reducida de lo que es la sociedad del
valle en su conjunto. La expedición trabaja bajo presión de peligros
potenciales en su afán de alcanzar la meta. Destaca la persecución de una idea
aun al precio de negar la vida. Al contrario de la vida en el valle donde la
búsqueda de la vida se hace, la más de las veces, de manera instintiva. En
ambas metas, la de alcanzar el objetivo razonado, y el objetivo instintivo, lo
hace el individuo pero lo sostiene el grupo, desde su campamento base que es la
familia. O bien el conjunto cohesionado que es lo que se llama “expedición”.
Como sea, hay una frase de Federico Nietzsche
que nos hace ver que en algunas cuestiones este pensador sabía lo que decía.
Por más misógino que fuera Toci le reconocía sus méritos originales. La idea en
cuestión es que la mujer tiene una misión mucho más importante. Su fuerza está
en su debilidad. Nietzsche deja la idea como volando, sin conclusión. Toci se
imaginaba que tiene que ver con la vida y con la muerte. El hombre puede
aspirar, hacer y deshacer. Buscar la verdad y tener miedo de encontrarla. Pero
si al final de la vida está cerca una mujer, la aventura de la vida tuvo
humanismo. Sólo la mujer, que da la vida, puede sentir toda la inmensidad de la
muerte. Aunque sea un hecho que la golpeé fuertemente. Tiene una fuerza
especial para las cosas apabullantes de la existencia. Por algo fue la que tomó
la iniciativa para cambiar la vida hermosa
pero bucólica del Edén. Pero no fue con sus tetas y su tasero, como se
piensa, sino con su feminidad. Frente a su feminidad el pobre Adán no tenía
ninguna posibilidad de escape.
Me contaba que en ocasiones ha presenciado la agonía de algún escalador.
Busca su mano mientras con la mirada parece preguntarle ¿por qué’ o bien ¿Para
qué? En tanto son individualista o se integran al grupo hacen uso de su libre
albedrío, pero en sus últimos cinco segundos de vida, preguntan ¿para qué? Como
si la mujer supiera la respuesta. Para entonces el hombre ha olvidado que él
debería conocer la mitad de la
respuesta…Por mi parte he encontrado a
dos mujeres, estas rusas, que
también creen que nosotras somos el
ombligo de la creación, decía. Y hay otra,
ésta de origen iraní. Ikram
Antaki observa que en la cumbre del poder hay inestabilidad y competencia.
Tarde o temprano un macho dominante será vencido y reemplazado por otro. Y que
sólo las mujeres constituyen el núcleo de estabilidad y de cohesión social. Con
harta frecuencia una característica femenina llamada “chisme” está por dar al
traste con todo esto (dos mujeres juntas ni difuntas) pero visto a la distancia
de los siglos sigue siendo garantía de estabilidad. Y que es así desde la paleo
cultura con quinientos mil años antes de nuestra época o nuestro nivel
paleontológico.
Todo este rodeo lo hizo Toci para llamarme la
atención que los europeos suelen con más frecuencia contemplar la presencia
femenina en las expediciones alpinísticos. En tanto los mexicanos siguen
creyendo que una expedición hacia las montañas debe estar integrada únicamente
por el Club de Tobi. Finalizó diciendo que la búsqueda de la verdad y el miedo
a encontrarla, por parte de los hombres, era una frase que había escuchado con
Victor Mature en la película El Manto Sagrado. Cuando el cine norteamericano
disparaba frases filosóficas, en lugar
de balazos y gritos orgásmicos.
La semana siguiente, toda, la emplearían los
rusos en regresar a Puente del Inca. Pero no
creas, me escribía, que esa manera
premeditadamente lenta de avanzar era un “paseo”. En esa altitud dar un
paso requiere un esfuerzo considerable. El solo hecho de estar sentado o
acostado ya resientes el agotamiento. Además que las funciones fisiológica no
están nunca en su mejor momento. Más bien se trató de un experimento de
voluntad. Los mejores explotan en ira a los tres días cuando se ha permanecido en
un mismo sitio. Estos rusos tenían una idea y la ejecutaron con felicidad
y al pie de la letra. “Me imaginó que, dada la disciplina que mostraron, pesaba
sobre ellos la promesa de unas prolongadas vacaciones en Siberia si perdían el
control… Al final brindamos en la tienda – comedor con generosos tragos de
vodka y comiendo enormes trozos de tocino”. En la carretera ellos bajaron a
Mendoza y Toci fue a pasar dos días a su casa de Cuevas.
Durante esos dos días la gente de Cuevas le
invitó yerba mate todo el tiempo, mañana y tarde.
¿Qué diablos es un alpinista ¿se preguntó esa
mañana apenas hubo dado un vistazo al glaciar, a través de su pared de malla de
la tienda, instalada al borde del
precipicio. Un individuo situado entre una ley y una regla. La ley de la
naturaleza donde la causalidad es la reina. Y la regla que va marcando la
técnica para subir y bajar montañas. Si te sueltas, te caes, y si te enredas en
la cuerda, también te caes. ¡Vaya, bonita perspectiva! ¿Y que hay de la
causalidad existencial? ¿Por qué llegué hasta este punto de la montaña? ¿Qué la
motivó? “Déjate de pendejadas o acabarás
como los románticos europeos del siglo dieciocho que creían que el suicidio
daba tono social. Acuérdate de Werther ”-
le había dicho Cork en cierta ocasión que ella le formuló la misma
pregunta que ahora se hacía -. La Administración de Paris no se daba
abasto en recoger los cadáveres de todos los que se arrojaban al Sena. La mayoría
eran poetas o gente del campo de las letras. ¿O acaso te dio el cólico menstrual
por lo que te sientes en la depresión o te acordaste de Schopenhauer? La región
mazahua - matlatzinca de la que procedes estuvo metida en una actividad
guerrera los dos siglos anteriores a la
conquista española. Te aseguro que en ese periodo a nadie se le hubiera
ocurrido refugiarse en una cómoda depresión de ánimo. El alpinismo también te
mantiene en constante actividad. Sobre
todo que aquí no tienes que privar a nadie de su vida o de sus pertenencias. Y si
tienes necesidad de competir con alguien quién mejor que contigo misma.
Hace dos meses que estoy subiendo montañas en la Puna de
Atacama con un grupo de norteamericanos - me escribió hasta el centro de
América donde me encontró el correo con mi overol lleno de chapopote del pozo
que explorábamos en ese momento-. Es una expedición numerosa y llegaron para
una larga temporada. Traen gente para todo tipo de dificultades alpinas. Hay
tres mujeres escaladoras con las que me he llevado bien desde el principio.
Hemos subido por pendientes, cruzado glaciares, escalado agujas rocosas
recubiertas de nieve y rematadas por
hielo, acampado arriba de los seis mil, o vivaqueado en alguna repisa de roca
sobre el abismo. La semana pasada nos sorprendió una tormenta tan fuerte que
nos obligó a meternos a las grietas de un glaciar mientras arriba rugía el
vendaval blanco. Por fortuna una de estas grietas era tan amplia que decidimos levantar tres
tiendas en el fondo y ahí permanecimos dos noches y tres días. Era el principio
lateral de la grieta por lo que no existía el peligro de hundimiento. Nivelamos
el piso, pusimos clavos en las paredes de hielo, para asegurarnos mediante
cuerdas, por si aquello llegaba a
hundirse, aunque se veía muy sólido y, en efecto, a la postre resultaron ser acertadas nuestras apreciaciones.
El viento helado que pasaba con fuerza impresionante allá arriba nada nos molestaba, ni nos enfriaba y te
puedo decir que la pasamos de maravilla. El movimiento del glaciar no nos
asustó tampoco para nada, tú sabes que
es muy lento. Y para fortuna nuestra la
nieve pronto tapó casi toda la entrada
sobre nuestras cabezas, haciendo un puente,
y la nieve dejó de caernos encima, como sucedía en el principio.
La expedición ha contratado a otros
dos guías, un chileno y otro argentino. Los dos son muy resistentes. Conmigo
somos tres. Ellos se desenvuelven muy bien en pendientes y yo me las arreglo en
escaladas propiamente. Cuando una ascensión presenta pura pendiente yo me quedo
en el campamento o conduzco alguna cordada en otro terreno más vertical. Cuando
la ascensión presenta alternativamente problemas de pendiente y escalada, vamos
los tres y nos alternamos en la punta de la cuerda. El chileno es modesto,
reservado y efectivo para cramponear.
El jefe de la expedición es un viejo con mucha
experiencia en la montaña y en el conocimiento del elemento humano. Nos cuenta
que estuvo en la Segunda Guerra Mundial como escritor. Ese era su oficio:
escribir novelas. Después de terminada la Primera Guerra Mundial, y dadas las
condiciones de inestabilidad que inspiraban los términos en que había sido firmado el
Tratado de Versalles, los países fuertes de entonces se apresuraron en
enviar a sus agentes secretos a
prácticamente todos los países de Europa. En especial a los del centro de
Europa. Y, con más exactitud a Inglaterra Francia, Italia y España, que son los
que rodean a Alemania. Algunos, para justificar su estadía, así como el dinero
que recibían periódicamente desde su país de origen, y para tratar de despistar
a la Gestapo, se hicieron pasar como escritores o corresponsales de algún
periódico. Uno que otro de estos, como resultado de haber pasado por tantas
vivencias, aun estando nada más en la retaguardia, efectivamente serían más tarde escritores de renombre. Llegado a este punto terminaba diciendo las palabras de Herodoto: “Yo sé como se
llaman pero he decidido olvidar sus nombres”.
IV
A Cork le escribía que se sentía
feliz en estas montañas de posibilidades alpinas sin fin. Tanto que
“Quiero cantarle a los campos, pero no
quiero cantarle sola. Yo quiero un coro de pajaritos” dice Roberto Carlos en
una de sus canciones. Yo no quiero un coro de pajaritos, contigo me bastaría.
Con relación a este modo pícaro de decir las cosas, me he acordado del tutile
gamuchi que se acostumbra (ba) en algunas etnias mexicanas. Lo traigo a
colación aquí porque acabo de leer en Herodoto que hace veinticinco siglos
había un pueblo de Asia, “una numerosa nación”, dice el historiador, que se llamaban
los “nasamones”. De ellos escribe: “Es costumbre tener cada uno muchas mujeres,
haciendo que el uso de ellas sea común a todos, del mismo modo que los
masagetas; plantando delante de la casa su bastón están con la que quieren.
Cuando un nasamón se casa por primera vez, es costumbre que todos los
convidados a la boda conozcan por turnos a la novia, y que cada uno le de
después algún regalo que trajo de su casa”. Es decir que por lo menos eran dos
pueblos los que tenían esas costumbres: los nasamones y los masagetas.
¡Figúrate! Ni los más desatados que en
México se reúnen para intercambiar esposas se lo imaginarían. Es el doble juego
de la poligamia y la poliandria. Estos lo hacen porque ya se aburrieron de sus
esposas y les importa un pepino lo que a ella le suceda. La usan como tarjeta
para abrir otras puertas. Pero el recién casado que nos relata Herodoto, es
diferente. Interesaba más el regalo que la “pira” (como se dice en México a la
cópula multitudinaria) de que la recién casada era objeto. Y si al novio se le
ocurría invitar a cincuenta hombres, ya puedes pensar cómo quedaba la recién
casada...Y más si es como en México que un invitado lleva a por lo menos tres
invitados adyacentes... ¡Ah, pero aunque ambos, tú y yo pertenecemos a etnias,
ni te hagas ilusiones con el tutile gamuchi, ¿he?
Por lo demás, que me perdonen los huicholes,
los tarahumaras, etcétera por haberles puesto la etiqueta de “mexicanos”. Esto
de llamarnos todos en México “mexicanos” es una de las libertades que se toman
los políticos desde la Cámara de
Legisladores. ¡Imagínate a los tlaxcaltecas llamarse ahora “mexicanos” o
“aztecas”...Eso ni a Jodorowski se le hubiera ocurrido. Nos meten en un rasero de “todos somos”
iguales para ahorrarse las respectivas indemnizaciones. ¿Sabías que el gobierno
de Estados Unidos les paga, o les da, no sé como es lo correcto, una
indemnización por ser indios. Además de un territorio en los que no pueden ser
tocados, amén de beneficiarios de las disposiciones constitucionales? En México
todos somos iguales pero los indios piden limosna en Coyoacán y los otros
iguales son los que, si quieren, se la
dan. ¿Te acuerdas de la Tabla Redonda de los ingleses con el muy democrático
rey Arturo? Ahí todos los caballeros que
se sentaban valían lo mismo pero Arturo era el que disponía las cosas y
nombraba a los caballeros...Y si alguien dudaba de sus orígenes divinos, ahí
estaba su espada escalibur que nada más él podía manejar...
De vez en cuando bajamos, algunos del
grupo, por víveres a la población de Chañaral
o a la de Caldera. Todavía no conozco la de Copiapó que, como las otras, son de
las más próximas a este panorama andino increíble de la Puna. Te estoy hablando
de una cantidad de montañas tal que no se escalarían por un mismo individuo ni
en tres vidas. Treinta cumbres al menos van de los seis mil metros hacia
arriba. Una de ellas, la “Ojos del
Salado”, la más alta, tiene casi la misma altitud que el Aconcagua. Por menos
de cien metros de diferencia expediciones de todo el planeta siguen yendo hacia
el “Techo de América”. Créeme que, conociendo el panorama de la Puna de
Atacama, lo del Aconcagua resulta una perspectiva estereotipada y aburrida. Es
como tener miedo a meterse en otras regiones en las que de hecho hay un sin fin
de posibilidades enriquecedoras. Técnicas y anímicas. La única explicación que
encuentro es que se trata de montañistas a los que les interesa el record de
altura pero no propiamente de escaladores que buscan la dificultad vertical en
roca, nieve y hielo. Y tienen razón, a los mecenas nadie los impresiona ni les
sacan un solo centavo con decirles que superaste una dificultad extrema de tantos y tantos grados. Ellos sólo saben
que tal montaña se encuentra mil metros más arriba que la otra, o doscientos o
hasta con que tenga diez metros ya resulta preferible. Y poco importa si la tal
diferencia de altura se puede salvar en jeep o a lomo de mulas. O hasta en
helicóptero, o planeador.
Aprovecho cuando descendemos al mercado de
cualquiera de estas ciudades, por víveres, para buscar alguna cinta de
canciones o disco compacto. Tuve la fortuna de encontrar un disco de mi
cantante favorita Amanda Miguel. La letra de las canciones que interpreta y sus
“gritos” la hacen especial frente a las otras cantantes, para mi gusto.
Desde 1964 los escaladores del grupo de alta
montaña del Club Andino de Chile, de Santiago, han dirigido sus mejores
esfuerzos al reconocimiento de nuevas zonas de este basto lugar. En fin que hay
aquí un potencial alpino extraordinario. Te pregunto, Guillermo, me digas si nuestra juventud sigue encerrada
en la escalada de salón donde ni siquiera el Sol les da. ¡Con un mundo inmenso
y virginal esperando que alguien lo escale!
Y lo que se ha ascendido hasta ahora, en esta región, es casi nada. Todo
está aquí para descubrirse y emprender su escalada o su ascensión de ladera, que por cierto, también suelen
presentar dificultades considerables, aun
para cramponeadores de mucha experiencia. Creo que volveré a Cuevas
hasta dentro de otros dos meses.
Entre tanto, he explorado con los que
componen el grupo expedicionario, si
tienen el hábito de la lectura, y me he
encontrado con la grata sorpresa que hay por lo menos cinco que son lectores de
treinta libros por año como promedio. No me costó trabajo descubrirlos pues tan
pronto podían sacaban su libro y se ponían a leer. De tal manera que para estos
momentos ya formamos un círculo de lectores y, siempre que las actividades de
la montaña lo permiten, nos reunimos a leer después de la cena. Si alguno de
los del “circulo” se encuentra afuera, en alguna montaña, y no regresa ese día
o los que sean, los demás se reúnen igualmente. En una ocasión sólo había dos
lectores y decidieron mantener la disciplina. Se pusieron a leer en voz alta
como si estuviéramos los demás. Quiero decir los demás “lectores”, porque
siempre asisten casi todos los de la expedición a escuchar, aunque ellos no
participen. Estas sesiones de lectura
nos sirve para relajar la tensión
que pueda surgir, como sucede en toda expedición, y que no pocas de ellas han
acabado en fracaso no tanto por las dificultades alpinas que presenta la
montaña si no debido al eterno conflicto humano.
Además está tan bien planeada esta expedición
que hasta ha traído equipo para ver películas. Disponemos de revistas y los que
bajamos a las poblaciones traemos diarios. Lo que no trajeron estos
norteamericanos fue la televisión. ¡Hay de todo en ese país! No estaban contra
los progresos tecnológicos pero decían que ésta lleva con todo éxito a la primatización de las personas y no sólo
eso sino que las regresa hasta el periodo paleontológico de la hominización.
Sobre todo se referían a esos programas seudo científicos del tema histórico.
Reconocían que la televisión tiene
sus valores humanísticos pero que no
valía la pena hundirse en el fango hasta el cuello por la sola posibilidad de
encontrar unas cuantas pepitas de oro...
Y, ojo con lo que te digo enseguida: la presencia del elemento
femenino en la expedición sigue
manteniendo en buenos niveles la neurosis del elemento masculino. Una
expedición formada con puros hombres estará destrozándose por cualquier cosa al
mes de su permanencia en la montaña. Si hay montañistas mujeres, aunque no haya
propiamente relaciones sexuales entre los componentes solteros, con la sola
cercanía de la feminidad ya puedes jurar que pasarán ahí meses y más meses observando un buen
nivel en las relaciones humanas.
Así pues, tengo por lo menos un relato
ofrecido por cada uno de los lectores. Es decir, que te estaré enviando cinco
resúmenes, de igual cantidad de libros, tan pronto como mis actividades profesionales en la montaña me lo
permitan.
John, uno de los jóvenes escaladores del grupo expedicionario, leyó algo
de Kierkegaard y lo resumió de esta manera: Juan, el alter ego de Kierkegaard
en este libro, es un maestro en practicar
lo que ahora se llamaría “posesión virtual” y hace veinticinco siglos
era “amor platónico”. Un mundo lleno de intelectualidad en derredor del amor
que rehúye lo concreto. Es Don Quijote que rechaza que, Aldonza del Toboso, sea
de carne y hueso. Una mujer real, un conjunto de reacciones químicas,
corrientes eléctricas y compulsiones mecánicas. Alguien que tiene necesidades
que satisfacer durante toda su vida. Y, para colmo, su juventud y su plenitud
pronto van quedando lejos en el tiempo. ¡Pero también es una fuente de
manifestaciones estéticas!, se le dirá. El argumento no lo convence. Se hace el
sordo.
Mejor quedarse con la idea romántica de una
mujer que no envejece. ¿Cómo? Sustituyéndola continuamente. Esto, además, no
obliga abrir la cartera o la tarjeta del
cajero automático. Sobre todo mantiene lejos la guerra de la propia trinchera.
Cantarle a la mujer ideal es buen recurso para no destapar las limitaciones propias.
Don Juan siempre está renovando el sujeto femenino de sus empresas. Hará lo
posible por no alcanzarlo jamás. Si alguna vez lo hiciera podría sucederle como
al “Bello Antonio”, film protagonizado por Marcelo Mastroiani. Medio año
después de la boda su mujer seguía virgen...
Mejor seguir amándola en idea, eternamente
bella, etérea e inalcanzable. Desde luego que hay que apresurarse a darle a
esto categoría erótica. Se oye bien. La
mujer del nuevo proyecto de conquista tiene que ser siempre joven. Aunque,
corridos los tiempos, él sea cada vez más viejo. Para amortiguar se pintará el
pelo y los bigotes. No podrá hacerlo con los bellos de los brazos ni con el
pelo de abajo. Da lo mismo. De todas maneras esa vagina joven y sus pelotas
viejas nunca se encontrarán. Porque cuando llega el momento de encontrarse, hay
que apresurarse a dejarla de lado. Y emprender otra nueva conquista. Es decir,
vencer otra nueva resistencia. No poseerla en posición horizontal si no, no
volver a verla en el momento mismo que ella dice “sí”.
Visto así el asunto, una relación permanente
es del todo imposible. Esta pasión obsesiva y virtual le llevó a Juan casi seis
meses. El 25 de septiembre, que es la fecha en que hace la última anotación en
su Diario de un Seductor, por fin escribe: “ahora todo ha pasado; no quiero
volverla a ver más, nunca más”.
Aquí el sujeto femenino se llama Cordelia.
Pero esto poco importa. Mañana se llamará María o Enriqueta o Gloria o Beatriz.
O quizá sea un nombre masculino. Juan dice en una de sus anotaciones: “Si (yo)
fuera Dios, la transformaría (a Cordelia) en hombre...” En realidad le tiene
miedo a la mujer en general. Esta se le revela terrible como la naturaleza
misma. Es cuando prefiere cambiarla por la figura de un hombre.
El Don Juan de Zorrilla apostaba por la
posesión física de las mujeres. El Don
Juan (los “Juanes” en ambas obras no son mera coincidencia) de Kierkegaard no
quiere sus cuerpos, le interesa conquistar sus pensamientos. Un Juan es la
antítesis del otro Juan.
Este libro extraordinario de Kierkegaard, que
retrata la psicología del Don Juan, no solo es una composición lírica suya. Tú
sabes que contiene su dosis de autobiografía. El autor tuvo una novia que se
llamaba Regina Olsen. Avanzadas las relaciones con esta mujer pensó diferente y
se hizo a un lado. Como más tarde va a hacer su personaje Juan con
Cordelia.
10
I
Cork le comentaba también que si
pudiera llevar varios animales de mascota, escogería un gato, un perro y un
“Correcaminos”. Un perro en el desierto sería de mucha utilidad para ponerlo
sobre aviso y por las noches ahuyentaría a ciertos animales, sobre todo con
respecto a algún humano depredador. Pero un gato lo protegería muy eficazmente
contra esos animales peligrosos, que son más peligrosos por su tamaño pequeño
como son los escorpiones y las arañas, falsos escorpiones...Muy especialmente
contra la presencia o avance silente de las serpientes y los monstruos de Gila.
También necesitaría llevar un “Correcaminos”, animales especializados en matar
víboras. Y si apareciera algún animal de la especie de los coyotes o zorrillos
el gato también se les enfrentaría con eficacia a la vez que lo pondría sobre
aviso. Sin embargo, a pesar que los gatos
son animales domesticados por el hombre también es conocida su
proverbial individualidad. Un día simplemente se largan y ya.
Le extrañaba que Nietzsche no hubiera utilizado
al gato en su obra como prototipo del individuo con la individualidad de
socializado y a la vez distante del medio humano en el que vive. Viviendo del
medio y en el medio pero sin cooperar con él. Lo trajeron a México los
españoles en el siglo dieciséis para que cuidara los cereales de las bodegas de
sus naves. Ellos los recibieron de los árabes que siempre quisieron mucho a los gatos. Mahoma los amaba
y de los egipcios es muy conocida su deferencia por estos animales. El
inconveniente es que tendría que compartir su agua con el gato, con el perro y
con el Correcaminos. Y esto en el desierto resulta un argumento decisivo. Ya de
por sí tiene que compartir su agua con Cronin, Chesterton, Dostoievski,
Faulkner, Graham Greene...
Insistía que al partir de alguna aldea se enfrenta a este
conflicto. En ocasiones le resulta imposible decidir y el resultado es que lleva menos agua... ¿Cómo prescindir
del trabajo sobre Platón, de Antonio Gómez Robledo o el de Jorge J.E. Gracia
sobre la Individuación en la Edad Media. Pero el primero pesa mil gramos y el
segundo mil doscientos cincuenta. Lo que hacen dos litros menos en su mochila del agua... Le dice que
si pudiera se arrancaría un testículo y así ya podría llevar otro libro más.
Aquí es donde Toci brincaba alarmada y gritaba en la noche del glaciar: “Hijo
de… ¿te crees que puedes disponer de cosas que me pertenecen…?”
Se acordaba de las horas que pasaban
leyendo, alternándose, en las páginas del mismo libro. John Steinbeck,
Faulkner, Jardiel Poncela (era de la opinión que le hubiera cambiado el final a
la novela “Espérame en Liberia Vida Mía”).
Hace dos semanas, me contaba Toci, nuestro campamento de altura, en la
Cordillera Central del sector argentino, se encuentra a sólo cien metro del
lugar donde yacen tres cadáveres de alpinistas
japoneses. Tal vez a eso se deba que pienso en ese ser del individuo, y
ya no ser cuando muere, pero que no se acaba del todo dada la actitud hacia
ellos de los que quedan con vida. Eso pasa a ser parte de un cierto animismo
del que se llenan las desoladas laderas de las montañas de todo el planeta. El
ideal ético de los individuos se pone a flor de piel y se voltea para todos
lados. Heidegger tenía razón. Los ritos cosmogónicos se hacen presentes. Los astros que vemos
desde el campamento tienen un contenido fuerte en cada cultura.
Hay cadáveres que obstruyen el sendero.
Rodear dos metros, a esta altura implica un esfuerzo muy grande y preferimos
pasar sobre ellos. De todas maneras esta acción impacta nuestro estado de
ánimo. Es un espectáculo descarnado. Algunos ya no tienen ojos. Se los han
comido las aves que habitan las altas montañas. Y, ¿ahí acaba todo? Es la
pregunta obligada e inevitable. La tremenda baja temperatura los conservará
mucho tiempo pero a la postre acabarán siendo polvo de esta cordillera. Hay
rebeldía pues el camino de la vida ha sido muy largo y afanosamente elaborado.
Desde nuestra tienda veíamos también el cadáver de Janet, una montañista
norteamericana. Tenía en ese lugar varios años. Los jirones de su anorak azul
se movían con las ráfagas del viento. ¿Y eso fue todo? Ni siquiera cabe una aceptación.
Ahora el asunto está en si se prefiere la trasmigración de las almas de un
cuerpo a otro que acaba de nacer. Tal como decían los griegos pero que uno de
ellos, Herodoto, dijo que no era verdad sino que los primeros habían sido los
egipcios. O bien es un alma para un cuerpo, como asegura el Plotino. ¿Cómo
probar científicamente que alguien cree profundamente o cómo probar que alguien
no cree? El mismo Kant se daba de golpes contra la pared ante esta cuestión.
Sé bien que en las montañas nevadas
un cadáver dura años, contestaba Cork por e hipervínculo de la computadora, a
diferencia de lo que sucede en el desierto. Toda la fauna puede desaparecer un
cuerpo humano en sólo veinticuatro horas.
Cinco horas más tarde, hacia las tres de la mañana, la bóveda celeste se ha
movido y nuestro campamento sigue en su sitio. Todavía ahora cuesta trabajo
aceptar que no somos el centro del universo. No estamos más en el geocentrismo.
¿O sí lo somos? Ahora nos sentimos mejor en el antropocentrismo. Mejor aún, en el
yoismo…
Cork siempre le contestaba: “No te preocupes,
la naturaleza pondrá a cada uno, y a cada cosa, en su sitio…”
Toci sabía que al avanzar a través
del desierto, Cork va comprobando que, en efecto, como lo ha clasificado el
taxidermista, cada una de las partes de su cuerpo tiene una función. Aun la más
pequeña como serían las pestañas de los ojos hacia la luz o el órgano tan fino,
delicado e ignorado llamado piel o el tendón tal o el huesecillo equis. Pero,
se preguntaba cada vez, en dónde se localiza lo que mueve todo eso, incluido el
corazón. Lo que decide ir al desierto o a la nieve o al bar o al templo. Pronto
dejó de lado la pregunta al caer en la cuenta que se trataba de indagaciones ya
muy viejas. Pero que, al menos para ella, y probablemente para él también,
seguían sin encontrar la respuesta.
La función mecánica lo llama actuar. Si tiene sed, si su sistema digestivo
se manifiesta de una u otra manera. O si quiere tirarse a aquella mujer o ella
a aquel hombre. ¿Pero las otras, las estéticas? ¿Por qué la gente tendría que
subir montañas o escribir un libro, pintar o escuchar música? ¿Por qué los
átomos no generan sentimientos morales?
¿Por qué hacer hoyos en el pasto y afanarse en meter una pelota? La
teología, la filosofía y la antropología definen al hombre por su obra. ¡O por
sus obras los conocerás! Pues bien, aquí estamos. ¿Qué adjetivo puede haber en
el hecho de cruzar el desierto? ¡Es lo más inútil para la sociedad que se la
haya ocurrido a alguien! Después de la pelotita en el pasto. Pero, si nadie lo
ha cruzado, ¿por qué no hacerlo? Y en el supuesto que mil veces haya sido
cruzado a pie, es tan bello que, ¿por qué no volver a caminarlo? Cork se acordó
de la hermosura de Toci y su atractivo trasero. ¿Podría pensar en poseerla una
sola ocasión en la vida pudiendo hacerlo más veces? Su par de pequeñas pelotas
eran como un enorme tinaco que duraba al menos para unas siete mil copulaciones
en su vida con ella. De la misma manera cabía plantearse las posibilidades en
el terreno estético. Después de haber escuchado
la Novena de Beethoven ¿no habría necesidad de otras veces? Toci había leído diez veces
El Gran Gatsby, de Fitzgerald y cuatro el Quijote verdadero y dos el apócrifo y
varias ocasiones el libro de Job, de la Biblia judía. ¿Luego de haber alcanzado la cumbre de la montaña por qué
volver a subir montañas otros setenta años más? Una vez que se ha platicado con
Dios ¿por qué no volver a hacerlo? ¿O por qué seguir negando su existencia si
en realidad no se cree en El? ¿Cada una de estas cuestiones es tan particular
que requieren cada una de ellas un casillero aparte? ¿O es un todo en
transición con su eterno retorno? La religión contra el mito, la medicina
contra el otro mito, Clásico contra barroco., episteme contra ontológico o razón contra fe. Pleito que más parece querer
borrar sus inicios y los combate a muerte como si se tratara de opuestos en
conflicto. Cuando los aztecas llegaron a su esplendor reinventaron sus pobres
orígenes. Los pastores que salieron de Babilonia siguiendo a Abrahán no
debieron tener diferente principio. Cada día los nuevos ricos siguen en lo
mismo y hay que comprar pinturas y llenar estantes de libros. Los anglosajones
después no fueron más los pobres erradicados fanáticos religiosos de Europa,
que salieron en unas endebles embarcaciones y apenas si pudieron arribar a las
costas del noreste del continente americano. Después fueron, según diría su
presidente Pool, los enviados de la Providencia. Igual habían hecho los aztecas
con su guía Tenoch a la cabeza. El mito, la religión, los artículos de fe, los
credos dogmáticos, la historia, los temas teológicos y los ideales éticos. Se
encuentran en todo el entramado de paralelos y meridianos que abarcan el
planeta. Lo que cambia son los símbolos
y, la manera del rito. El círculo platónico intentó meter todo dentro de un
mismo espacio. Pero todavía vivía el filósofo cuando se dio cuenta que a los
hombres les gusta parcializar, no universalizar. Boecio, el de la Edad Media,
decía también que se trata de la
serpiente que se muerde la cola. Imagina un mundo donde los vegetales, los
animales y los minerales, estuvieran aferrados a existir cada uno sin tener
nada que ver con los demás. Cada uno de esos “reinos” tiene su particularidad
en efecto. Pero su comportamiento espacial tiene que buscar la diversidad. En
el cielo, escribe Dante, se dice nuestro, no mío. En el mito hay sociabilidad y
en lo otro pura incomunicabilidad.
Es un tema del que siempre se está partiendo de cero. Como el
agua del río que pasa al parecer para siempre bajo el puente pero que un día
regresará del mar en forma de nube. O como la antigua roca sedimentaría que
otra vez volverá a ser joven elevándose de nuevo hacia el cielo en forma de
piroclásticos. Cork le contó que en ese momento se tocó la boca. Estaba tan
deshidratado que ya no tenía labios. En su lugar había una costra
sanguinolenta. Hizo alto y bebió un litro sin siquiera respirar. Que de pronto
todas aquellas interrogantes locas desaparecieron y el desierto volvió a
mostrar su serena belleza. Podía jurar que era infinita. Pero sabía que hasta
el desierto tiene sus límites.
Si bien, la tala clandestina que
todos conocen pero que nadie detiene, aumenta esos límites…
Para armonizar su ego le hacía la
recomendación que no se creyera la primera mexicana en el alpinismo del país ni
la primera escaladora. Le recordaba la
trágica expedición al Monte Victoria del Canadá. Habían muerto en mil
novecientos cincuenta y cuatro María Luisa Fabila, Beatriz Díaz y Lucía
Ocaranza. María García, que fue una de las sobrevivientes, a su regreso
participó en las más difíciles escaladas de roca, hielo y roca en el país. Una
muchacha que era capaz de subir durante
días por una pared de roca, nieve y hielo. Practicaba el alpinismo no como
deporte sino com un plan de vida. El año pasado, a los ochenta años de edad,
agarró su mochil y se fue a subir el Monte Blanco de Chamonix.
Tocí no podía dormir y recordó un relato de Cork en el que Sancho le dice a
don Quijote de un pastor llamado Lope Ruiz, de Extremadura. Por huir de una
mujer llamada Torralba se vio precisado a cruzar el río Guadiana. Sólo pudo
hallar una canoa que, conducida por su dueño, podía pasar una cabra cada vez
hasta la otra orilla. Eran trescientas cabras. Sancho pidió a don Quijote que
se imaginara cada vuelta hasta llegar a pasar las trescientas cabras. No se
trataba de hacer cuentas sino de imaginar viaje tras viaje contando los
detalles de apartar a los animales,
subirlos a la canoa, bogar, desembarcar. Al otro viaje habría que variar
algunos detalles.... Dijo que era algo así como el devenir de la humanidad. No
servía como cuento pero sí para que los insomnes pudieran conciliar el sueño...
Pero las escaladas habían dejado a
Toci un sano cansancio y dormía bien.
Pero Cork insistía:
¿Estás cansada de tanta montaña y
quieres ir a un balneario? Junto a ti eso es pasar unas vacaciones en el
Paraíso. Más, apenas llevas unos meses
arriba de los cinco mil. Temo que te estés ablandando. Toci, mi abuela
(se llamaba como tú) decía que una mujer tiene que ser más fuerte y más culta
que el hombre. Cuando me reía de ella agarraba una vara de membrillo y me
ordenaba que me acercara. Hasta este día no lo hice...Un personaje de John
Steinbeck decía que la esposa de alguien que gane veinticinco dólares por semana
es muy fuerte. Pero si a ese mismo hombre le suben el sueldo a setenta y cinco
dólares entonces es cuando ella empieza a pillar resfriados y a tomar
vitaminas. Si después él gana cien esa misma señora se dedica a leer la revista
TIME y tiene la última enfermedad descubierta antes de que termine de leer la
última página… No tengo la impresión que
Steinbeck deba de figurar en la lista de autores misóginos. Creo que sus observaciones sirven para el
hombre y la mujer. Es invento maravilloso construir una ciudad en donde vivir
teniendo todo organizado, incluida la seguridad contra depredadores salvajes y
frente a la naturaleza. Sólo que su encantador confort puede llevarnos, a
cierto grado de alejamiento del panorama natural, que puede ser un suicidio
para el grupo y la especie humana en el mediano plazo. Ni siquiera hay que
esperar mucho. De hecho ya podemos ver que…
- ¿Debo entender eso como un no,
respecto al balneario? Lo que tú quieres es una cavernícola…-y Toci cerró la
computadora. Un segundo después de haberlo hecho se dio cuenta que había caído
en la trampa. Un final de esa comunicación sin concretar nada era lo que él
buscaba: “Bromeas, cuando ¡calvo! la pingüe barriga te sobresale en colgante
pie y medio”. No quiero que me escribas cuando ya viejo, calvo, como dice la
sátira de Persio Flaco, y con una barriga que ya ni los zapatos pueda verme
estando de pie. ¡Me gustan tanto las tortillas y la cerveza y el pan, en ese
orden, cual impertérrito hedonista, que seguro así de barrigón estaré pasando
el tiempo! Pero ahora, que la misma ley
de la gravedad no me impone sus severas reglas, cuando subo por una pared de
roca, nieve y hielo, y puedo observar sobre el abismo no las puntas de mis
botas si no sus propios tacones, ahora digo, es cuando quiero que me escribas.
Deliberadamente no traigo teléfono.
Ahora los hay de alcance planetario, pesan diez gramos y tan económicos que aun
en los mercados de las pulgas de las
colonias precaristas de la mega ciudad abundan. Tienen pantalla de
televisión y micrófono. Nuestras mismas computadoras tienen micrófono y hasta
imagen para poder vernos. Pero quiero que me escribas. Puedes decirme todo lo
que quieras y en la extensión que se te pegue la gana. Pero mediante la palabra
escrita. No necesito decirte la disciplina intelectual que se requiere para
ello. Si sientes que la soledad te muerde y quieres platicar y más
platicar, comunícate con alguna de tus
comadres de México pero a mí no me hagas perder el tiempo de esa manera. Saber estar
solo es una práctica que se ha ido perdiendo.
Estoy solo en medio del desierto pero no necesito tales subterfugios
para sentirme acompañado. El Día y la Noche me acompañan. También el Viento, el
Sol y la Tierra. Y aunque te parezca
extraño, compenetrado como estoy con las ciencias de la tierra, no he dejado de
personalizar estos fenómenos naturales. Como en el animismo de nuestros
ancestros. Es bello sentarse a platicar con los amigos, fumar un cigarro y
beber una taza de café. Pero, pasada la
raya, es la práctica más miserable del antropocentrismo. Me hace falta, para
estar completo, el Agua, pero no pierdo de vista que precisamente me encuentro
en un desierto.
¿Qué piense en ti? Es lo que hago.
¿Sabías que el sexo en Sade alcanzó el rango de los otros instintos,
cuando se han brincado los límites de lo
necesario para la vida? Se empieza a caminar en el terreno de la necrofilia. Si
para satisfacer el hambre, y el buen gusto de la mesa, se necesitaran para
alguien tres nutritivos y deliciosos platillos, ¿imagina a alguien que insiste en
comer quince platillos? Se le saldrá la comida hasta por las orejas pero antes
le dará una congestión en los niveles de la fatalidad. Una referencia más
cercana son las personas que fuman otro cigarro prendiéndolo antes que el
anterior se extinga…¿Es esto lo que los seguidores de Sade llaman libertad,
cuando precisamente se trata de la más despiadada cadena? Una de esas, Julia, su personaje, dice que lo
hizo cien veces en un día. Ni siquiera Mesalina pudo imaginar semejante fantasía. Creo que en el caso de Sade se trata de una
poderosa y febril imaginación y por si fuera poco tenía una bella prosa. En
realidad el equipo sexual del humano apenas da para una media docena de
variaciones. Nada que no haya sido hecho antes (este “sido” se me pegó desde
que leí a Heidegger la primera vez). Los romanos, por ejemplo, no dejaron lugar
para la imaginación. Pero no te asustes. Es una broma. Sabes que los étnicos
siempre le han llamado pan al pan. Correcto, correcto: tortilla a la tortilla.
El pan llegó a este continente
apenas en el siglo dieciséis.
Son interesantes las fantasías
eróticas que tienen algunas gentes. Hay que saber distinguir entre placer y
trabajo. Por ejemplo, la labor que desempeñas de conducir expediciones por los
Andes no es trabajo, sino placer. Eso dice Tom Sawyer. Trabajo es lo que tienes
que hacer y placer lo que quieres hacer. Ahora que si te gusta lo que tienes
que hacer, debes considerarte una afortunada. Y yo sé que lo eres conduciendo
alpinistas a través de las montañas. Puedes estar desempeñando la misma
actividad pero es el verbo que le apliques lo que va a establecer la
diferencia. En tu caso, si bien cobras por escalar, la verdad es que eso es lo
que te gusta. Julia, el personaje desatrampado de Sade, lo hacía con la
finalidad de hacer dinero, aunque en el trayecto se dejaba arrastrar por las
sensaciones.
Schopenhauer, que disponía de una buena herencia, renegaba de los que
cobraban por escribir...
Sonaba a regaño pero Toci estaba
feliz por haber conseguido al fin restablecer la comunicación. Cuando recogía
nieve del glaciar, en su olla de aluminio, para fundir y preparar el café, se
acordó de la ocasión que los dos había escalado el Centinela. Una pared de roca
en la cañada de Milpulco, suroeste de la Iztaccíhuatl, que se destaca sobre el valle de Amecameca. Pasaron
ocho días a media altura, en el lugar
conocido como Las Terrazas. Acondicionaron el lugar y levantaron la tienda
dormitorio y la tienda comedor. Las nubes heladas subían desde la cañada o bajaban del volcán y
los aislaban del planeta. Casi se puede decir que extendiendo los brazos no se
podían ver las propias manos. Luego el viento, también frío, soplaba
desde el este y se llevaba muy lejos los vapores celestes. Entonces
podían ver las estrellas blancas heladas tintineando en el firmamento. O en el
fondo del valle lleno de sombras bajo sus pies y al final la cruz azul del
campanario del templo de Amecameca. Hacía un tiempo de perros y la temperatura
helaba hasta las narices. Las manos se ponían moradas apenas se sacaban de los
guantes. Pero sus bolsas de dormir eran tan amplias y confortables (habían sido
confeccionadas para los seis mil y ello se encontraban en los cuatro mil) que
era necesario meterse en ellas en ropa interior y ni siquiera necesitaban
suéter o pijama. Las tiendas podían soportar tormentas de nieve y su doble
techo las hacía cálidas. Se trataba de una oquedad arriba de los cien metros
que estaba protegida de manera natural contra los vientos. Pero aun así
aseguraron las tiendas hundiendo clavijas en la roca.
Al cuarto día se les agotaron las
reservas del agua. Decidieron que a la mañana
siguiente escalarían el lugar en donde la ascensión presentaba una
posible salida, no demasiado elevada. Luego
bajarían al fondo de la cañada y llenarían sus envases para volver por ese mismo camino a descolgarse hasta la
tienda. Pero no fue necesario. La quinta noche llovió en abundancia. A la
mañana siguiente los recipientes se encontraban otra vez rebosantes. Al final
salieron escalando el desplome de El Escroto, como era el plan original y
regresaron caminando veinte kilómetros a Amecameca, con un desnivel de casi dos
mil metros, en una sola jornada. Al anochecer traspusieron la puerta de “La
navaja de Ockham”. El lema del lugar era: si piensa emborracharse pronto tome
tequila no cerveza.
¡No podría, ni querría por nada del
mundo, olvidar esas maravillosas
vacaciones en medio del abismo! Con algo de paciencia, y una poca de astucia,
estaba segura que un día lo tendría otra vez
a la mano. ¡Y entonces no se le escaparía!
Por lo pronto le siguió la corriente.
Además era una corriente formada por un agua que a ella le gustaba: la cultura.
Pero sin perder de vista el punto de vista indio. Decía:
- El punto de vista que tiene la
etnia, respecto de la vida, da la impresión que es una cuestión acabada,
sobreseída, el ¡hágase! de los monarcas europeos o como los moldes de las
diosas toltecas que arrojaba
representaciones con sus mismas dimensiones y sus mismos colores. ¡No había
juego libre para la creación, interpretación y el arte!
Y agregaba:
- La cultura occidental da un largo
rodeo por la antropología, por la filosofía y por la teología y llega a las
mismas conclusiones. Cada pensador tiene un particular punto de vista respecto
de la naturaleza humana. Al final las observaciones empíricas solitarias se van
acomodando para que entren en un mismo molde. ¡Lo mismo pero entre tanto ya
cada quien ejercitó su libre albedrío!
Miró el inmenso panorama de montañas
blancas y heladas de ese sector central de los Andes. Todo le recordaba a aquel muchacho.
Cualquiera puede saber que ésta es una montaña pero declarar que es un volcán…ya significa toda una
interpretación teórica sobre los hechos empíricos. Cork gustaba explicarle esta
clase de cosas pero cuando iba agarrando vuelo se detenía de pronto. Temía
aburrirla con aquello que a él le apasionaba. Era cuando Toci aguzaba su vista
y preguntaba cualquier cosa a la vista… productos piroclásticos.
- Esta montaña arroja roca hirviendo
y aquella de allá sólo es un gran domo que parece ser ya muy viejo.
Acabamos de unir a Hutton, Aristóteles,
Darwin y Spengler.
- ¿Por qué?
Y el otro pasaba a esbozar cuestiones
de la evolución lenta y la catastrófica. El uniformitarismo de la Tierra sobre
una base sólida. Largos periodos hasta completar su enorme ciclo…En esas
estábamos cuando llegó un condenado meteorito que lo trastocó todo…
El poderosos viento helado de los
cinco mil parecía llevarle la voz de Cork: “¿No te ablandes y para las orejas,
escucha. Si quieres escuchar no oigas a nadie. Estar sola entre montañas te
ayudará a eso!” . Sabía de qué se
trataba esa endiablada manera de decir las cosas. Platicar con alguien era hacerlo mediante fórmulas convencionales.
Pero él le decía, sabes que en la naturaleza
hay otras maneras de comunicarse. Sin hablar siquiera. Hay flores que se
abren al sol cuando se acerca el
amanecer. Los pájaros se agrupan en escandaloso frenesí buscando sus nidos en
las copas de los árboles donde pasarán la noche mucho antes que se ponga el
sol. Las hormigas, las abajas…Son múltiples maneras de comunicación sin
siquiera pronunciar una palabra. El psicólogo mismo tiene otra manera de comunicación al observar el rostro enmudecido
del individuo atormentado que tiene ante sí y no puede hablar. En el tsunami de
diciembre del año 2004, que destrozó las poblaciones costeras del Golfo de
Bengala, en el sureste asiático, se perdieron miles de vidas humanas pero no de animales. Estos se habían retirado
hacia el interior con toda antelación.
Los humanos en cambio ya no estaban en esa comunicación con la
naturaleza y muy tarde vieron la muralla de agua que se les venía
encima...Cuando el coronel Mansilla se internó en la región de los ranqueles
envió por delante a dos de sus hombres, Angelito y el cabo Guzmán. Tiempo
después encontraron las pisadas de sus
caballos entre el lodo, dos de sus
rastreadores, y pudieron hacer toda una descripción. “Han pasado no hace mucho
rato y van con los caballos aplastados y
solo con el montado. Angelito va en el picazo. Y el cabo Guzmán en el moro
clinudo…”
-Tal vez eso fue lo que quiso decir
Rousseau al exclamar que el hombre que medita es un “animal depravado”. Pierden
impulso las múltiples maneras de comunicarse con su planeta ya sea en el hablar o el meditar. No se profundizó en
su idea y se le crucificó. Estaba cerca de la Revolución Francesa pero de haber
vivido en esos días en Paris… donde se
entronizaba a la razón, lo suyo hubiera
sido tomado como una aberración. También hubiera perdido la cabeza. Una más,
una menos, nada importaba. Muchos años después Norman Mailer parecía persistir
en la idea. Pensaba que tenemos tan destruidos los sentidos que quizá estemos a
años luz de ese hombre primitivo que se comunicaba con la naturaleza.
- De seguro que a Rousseau no le
hubiera ido nada bien…Hay belleza en nuestra sed simbólica de expresar el
lenguaje, el mito, la religión, el arte y el mundo moderno de la tecnología.
¡La intuición! Pero mejor si cuidamos esa comunicación natural. ¡No soltar
amarras con el animismo! ¡Qué curiosa idea se le ocurrió a Kipling!, exclamamos
cuando vemos en El Libro de la Selva a Mougli comunicarse con las aves, los
animales y las flores…
Los sonados triunfos de taquilla del
cine norteamericano se deben a esta
clase libre o audacia. No le tiene miedo incursionar en lo mágico. Precisamente
Juan Rulfo se toma ahora entre nosotros
como una excepción…
Al terminar de escribir salió por
nieve del glaciar para fundir y
prepararse otra taza de café. El
termómetro marcaba treinta y dos grados. Llenar un vaso de nieve requirió
un esfuerzo considerable. La pequeña pala con la que removió los granos de
hielo después se le quedó pegada a los guantes de pluma.
Después subió
el cierre de la puerta de la tienda y se arrellanó en su deliciosa bolsa
de plumas. Se quedó dormida. Afuera la nieve caía y azotaba con fuerza todo ese flanco de la montaña. Se veían los rayos y las
centellas iluminar un sector de la noche negra y helada. De vez en
cuando un terrible estruendo se escuchaba a la distancia de algún enorme bloque
de roca que acababa desintegrándose, debido a la denudación, y rodaba cuesta
abajo convertido en fragmentos de todos tamaños. Pero a Toci nada le importaba.
Su tienda estaba bien situada y en su rostro se veía una sonrisa. Seguramente
volvía a soñar con otra clase de juego picaresco con Cork.
Toci anhelaba envolver para siempre a
Cork, en su falda de lana negra de cinco vueltas a su cintura, y no separarse
hasta que fueran tres. Pero nunca perdía
de vista dejar bien claro el tipo de unión que quería. Las condiciones
eran de mutuo acuerdo. Tanto para la unión como, llegado el caso, para la
desunión. El tipo de abandono abrupto por parte de la mujer étnica, llevándose
sus enseres, el inmueble y los hijos, y regresar a vivir al hogar materno, en
realidad era excepcional, no la regla.
El punto central de la relación que
ella quería era engendrar una criatura a la que ambos buscarían dar preparación
académica y cultura humanista. La respuesta de él no dejaba duda: “No me uniría
contigo sino fuera bajo esos principios”. Y añadía el muy cínico: “Para
satisfacer las pulsiones hay muchas ofertas en el mundo y sin compromiso”.
Por miles de años sus respectivas
etnias habían vivido así. Parecía innecesaria esa reiteración, del matrimonio
natural, para crear y educar a los hijos. Pero ahora era necesario
puntualizarlo porque en la ciudad se habían producido condiciones, en el
matrimonio civil, que ponía en el centro del matrimonio a los contrayentes con su libertad, unilateral,
para deshacer el vínculo y dejaba de lado a la persona emanada de esa unión.
Ahora ya ni siquiera se le decía persona
al nuevo ser sino “producto”. Las ciudades empezaban a poblarse de madre
solteras que, incapaces de solventar alimentación, vestido y educación al hijo,
abandonaba sus estudios universitarios para ponerse a trabajar. El “síndrome de
Medea” campeaba en la ciudad. Herir al ex por medio de negar a los hijos…
Toci estaba muy lejos de sentir el pesimismo de la gente agotada…
“Duerme tranquila”, le decía
reiteradamente Cork, cuando a ella le parecía
que había caído en las garras del insomnio. Pero si no duermes de todas
maneras quédate tranquila. La gente no duerme
por la preocupación que no duerme. Hasta empieza a tomar cosas para
dormir. Entonces cuando llega la noche se vuelve esclava de esas cosas que
ingiere para dormir. Y empieza un círculo perverso. Como dice W. Stekel que
muchos pacientes hacen la trasferencia, de sus problemas, hacia el psiquiatra y
en lo sucesivo ya no pueden vivir sin su psiquiatra. Si la mañana te sorprende en
vigilia no hagas caso, la noche siguiente dormirás como si estuvieras
anestesiada. No eres sedentaria ni abusas de las carnes rojas en las comidas o de pollo, por
eso de las hormonas procedentes de las granjas, ¿de qué te preocupas? Apenas
tenemos cinco mil años o algo así que dejamos la vida en los bosques y nos
recluimos en las ciudades con todos los horarios imaginables. A las ocho de la
mañana debo de defecar porque en media hora estaré comenzando la conferencia
sobre los hidrocarburos. A las diez de la noche tengo que enviar el fax con el
informe de actividades del último semestre. ¿Dime, cuando van a hablar de manera natural nuestros sistemas
fisiológicos, incluidos los cognitivos sin dejar de mencionar los espirituales?
Diez metros de intestinos y su muy especial fisiología no saben de la
conferencia dentro de treinta minutos. Déjate de insomnios inventados por las mujeres que van a almorzar a Tiffanniy’s. Además tú conoces recursos
naturales empelados en tu tribu de
tiempo milenario. Que nadie te programe
tu “comportamiento emocional”. En todo caso acuérdate de hacer viajes a
la otra orilla del río, a donde tienes que llevar 500 ovejas en una lancha en la que solamente cabe
una oveja. Debes que cruzar mil veces el
río…
En la noche oscura, viviendo sola entre montañas, me he dado cuenta, me
escribía, que el mito y todos sus fantasmas no existen en la naturaleza. Es en
la imaginación del humano que aparecen y desaparecen. Pero que también es en la
religión donde se dan las representaciones colectivas. Representaciones que el
individuo no puede entender con su lógica que es movida por lo general por
motivaciones yoicas. Seguía discurriendo que nuestro mundo activo procede de un mundo
perfectamente congelado por la leyenda. La historia es como fue. Y ya no se
puede hacer algo para cambiarla. Excepto falsificarla para las intenciones
presentes. Chesterton apostaba por la leyenda y desconfiaba de ese trasiego que
ahora se hace de la historia, aun en los salones de la academia. Te cito
textualmente sus palabras: “Es fácil ver por qué una leyenda es tratada, y debe
ser tratada, con más respeto que un libro de historia”. Desde ese punto de vista la historia es
tremendamente sectaria. Tiene por lo menos dos versiones muy valederas. Una y
la otra. La propaganda popular sectaria mexicana no habla a la mayoría sin
instrucción más allá de la versión oficial. La historia es un terreno minado
por el que camina el humano. ¿Te acuerdas?
Siempre estaremos encontrando
esos “chapuceros análisis científicos”, escribió Humboldt.
Tocí descubrió que en las montañas
hay otro tipo de hermenéutica. La hermenéutica visual. Es necesario saber
interpretar el panorama. De esto depende que vivas o mueras, me escribía. O
bien que alcances el valle al pie del glaciar o no salir jamás. No era tanta la
diferencia con la hermenéutica de los que observan y leen textos. Algunos de
ellos acaban perdiendo el rumbo. En las montañas esto sería un suicidio...
Tocí sabía que los genes mantienen
separados los rasgos de cada una de las aportaciones raciales que cada
individuo recibe de sus padres. En cultura es algo parecido. Cada pueblo tiene
dioses propios que se parecen mucho a él. O son idénticos. Los mexicanos
llevamos a Tezcatlipoca y a Jesucristo. Tal vez la inmensurable devoción por
Guadalupe es que Chicomecoatl-Tonantzin sea una síntesis de los dos sistemas
religiosos. Desde luego aquí hay un conflicto teológico que no tiene solución.
Guadalupe como madre de Jesucristo, Santa María de Guadalupe, es una virgen en
las dimensiones que nos señalan los
Evangelios. Pero Tonantzin se apareció, no nació como María la de Belén. Es una
dualidad de una virgen y de una diosa. Chicomecoatl- Coatlicue-Tonantzin-
Coyolxauqui- Guadalupe. Es decir que esta Guadalupe no es como la Guadalupe de
España. Aquella sí es como María la de Belén. Pero no hablemos más de
sincretismo, por favor. El sincretismo es
como la filosofía de los piratas. Mejor digamos ecumenismo donde todos
los genes de tantos colores imaginables pueden convivir en ese país llamado
México. En él salvan la vida los
desterrados del mundo y acabarán amándolo. Sucederá con sus nietos…
El afán de Cok porque ella leyera
libros, sobre todo los que no eran de textos académicos, le gustaba. Se
acordaba de una vieja película
norteamericana en blanco y negro, en donde alguien dijo que “un país en
el que no se leen libros es un lugar peligroso”. Este efecto social de leer
libros empezaba en la individualidad.
Por el individuo. En ocasiones sentía que, dada su juventud, estaba para vivir
la vida. Que cultivarse como él quería correspondía a otra etapa en la que
hubiera más estabilidad. Y siempre le respondía una de sus frases: “Viviendo y
leyendo”. Agregaba que cada libro es un compendio de experiencias que alguien
tuvo. Algo o mucho debe de servir en lo inmediato. Hay libros que se escriben
deliberadamente para distraer en dirección contraria. Si se lee con atención
hasta estos enseñan por contraste. Le
ponía como ejemplo todas aquellas obras que se editaron en Europa todavía
dentro del siglo dieciséis. Para justificar muchos horrores de muertes,
explotación y conductas que no iban con el cristianismo que venían enseñando
los frailes. Dijeron una sarta de barbaridades respecto de los indios. Ahora
todo esto ya está muy estudiado. Una lectura detenida de estos autores nos
indica qué era lo que querían encubrir. ¿Por qué ese afán de decir tantas
falsedades?
Ahora sabemos que el oro y la plata
americanas les había enloquecido hasta el punto que ni sus mismos paisanos de
la Península los podían controlar. El rey enviaba leyes protectoras de los
indios y ellos simplemente las arrojaban a la basura. ¡Prohibida la esclavitud
y ellos ponían negrerías en la carretera que va de la ciudad de Puebla hasta el
Puerto de Veracruz! Se vendían negros como quien compra cazuelas. Después esta
inversión el conquistador la anteponía con los indios que también eran esclavos
pero estos sin haber tenido un costo pecuniario. Fabricaban enemigos y ellos
quedaban a buen resguardo. Funcionaba
este sistema cuando Cervantes escribió su Quijote. Compendio de intrínsecas
intenciones para con Inglaterra y nada a favor de los indios mexicanos,
peruanos, ecuatorianos y ranqueles…
Volvía al tema y aseguraba que un
libro era como un compendio de experiencias de alguien. Como una conferencia
ampliada. Más aun, que hay conferencias que se publican más tarde en libros.
Recordaba en ese momento a Stefan Zwieg en “El misterio de la creación
artística”. Una serie de conferencias pronunciadas en Buenos Aires, Argentina.
Todas esas conferencias requieren cuidado al ordenarse la exposición. Y le
repetía: En el país que no se leen libros....Y terminaba con la recomendación:
lee a Zwieg. Se trata de un judío culto. Y en Argentina también dieron
conferencias, que después fueron trabajos de filosofía de valor inmensurable
para la cultura de los pueblos…¿a ver si sabes quiénes?
Toci le escribió:
- Santayana.
-Bueno Santayana es del mismo calibre
cultural de los españoles que te estoy
preguntando pero él, con ser español
también, es nacido y formado, en
Estados Unidos. Investiga porque no
creas que voy a mezclar mis fluidos seminales con una mujer que ignore ese
dato.
Toci lo sabía pero más bien quiso
establecer contacto y dijo:
-Manuel García Morente y José Ortega
y Gasset.
-¡Acertaste, te mereces un beso en el
ombligo! Desde Séneca puedes trazar con ellos
una línea de alta cultura…No son de los que te venden hispanidad. No
creas que los pueblos sean racistas. Sucede que las Secretarías de Turismo de
los países algunas son mecenas y pagan programas de televisión. Lo cual es
válido pues sabes bien que el turismo en todas partes deja enormes entradas
de divisas.
Lo mismo le decía de Lucio V
Mansilla: te cultiva, no te vende argentinidad…
Toci estaba segura que Cork se
hubiera sentido a gusto al escuchar el tema de la siguiente conferencia pues se
refería a la Edad Media: El mundo de los burgueses y del soberano son las dos fuerzas que se
disputarán el poder desde los grandes imperios clásicos de la antigüedad en
Europa. Calígula nombra senador a su caballo porque no encuentra otra manera
más directa de expresar su encono hacia esa casta de grandes terratenientes,
llamados senadores, que son los que en realidad se benefician de las victorias
y conquistas de los generales romanos y esclavizan al mundo. Los senadores
gustan de exhibirlo como un demente. Son unas rémoras y sanguijuelas del
pueblo, dice Calígula, y los senadores le acusan de degenerado.
Ese pleito los desgastó y vino el
hundimiento del imperio. Los senadores ahora van adquiriendo el nombre por el
que se les conocerá varios cientos de años más tarde en la Edad Media como señores feudales.
Y cuando en los siglos trece y
catorce, la figura del soberano casi desaparece, llegan las grandes pestes y
trastocan todo. Los campesinos huyen a las ciudades. La mano de obra se
encarece y el señor feudal tienen que ajustarse a la nueva realidad: el
soberano a recobrado tal fuerza que el señor feudal se convierte en cortesano
para poder seguir flotando cerca del poder, ahora muy centralizado. Estos
siglos medievales que te estoy
refiriendo son consignados por algunos como época quieta, muerta, sin
relieve. En realidad era como sucede al Popocatépetl cada cien años. Arriba no
pasa nada. Debajo, entretanto, bullen toda clase de fuerzas magmáticas que un
día explotarán. Cuando exploten, será el espectáculo de señores feudales que se
coordinarán con otros señores feudales de otra región, para derrotar al
soberano y después al otro soberano.
La tercera fuerza en escena es la
Iglesia. Son tres fuerzas pero dos proyectos. Cada uno de estos tienen su modo
de entender a la sociedad: cielo y mundo. Tres grandes fuerzas y detrás de cada
una de ellas hay fuerzas antagónicas que proceden de la antigüedad, más o menos
soterradas desde entonces. Los imperios se hundían pero quedaban los grupos
esotéricos (no en el popular sentido que ahora se le da al término para
cualquier cosa, sino el de una cohesión para pocos). Estos con el tiempo van a
ser grupos poderosos que cuestionarán a
los nuevos soberanos de los reinos emergentes.
El esquema no es tan lineal e
inocente como gusta presentarlo los escritores de partido metidos a
historiadores. No es la película de los buenos y los malos. La sociedad europea
de esos siglos es ya un reflejo del yo individual. El mundo no está lleno de
santos puros ni de perversos absolutos en cuestión de ideas e intereses.
Abundan las magdalenas, los san Agustín, los san Francisco y los san Ignacio de
Loyola. Lo que ahora llamaríamos undergrownd que decidió vivir de otra manera
en determinado momento y emprendió el camino de la santidad. También hay
sectores espirituales de esa sociedad
monástica que se corrompen en
contacto con el poder terrenal. Y otros grupos, envilecidos por el ejercicio
palaciego, se espiritualizan hasta la santidad. O circunstancias
extraordinarias como santa Juana de Arco (seguimos hablando del siglo quince),
que de ser una muchacha campesina ignorante,
pone en marcha un movimiento que arrebatará Francia a los ingleses para
devolverla a los franceses.
La Iglesia misma tiene fracturas en
su interior y se dan cismas como el de Juan Wyclif, considerado más tarde
cómplice del movimiento inglés en 1381. Antecedente de Lutero que llegará siglo
y medio más tarde pensando en Alemania más que en Roma. O bien dejan
precedentes tendientes a consolidar el imperio, por ejemplo, la convocatoria de
Rems (1338), acontecimiento en el que la
confirmación del papa es considerada como
no necesaria para la elección del emperador, que más tarde, en el inicio
del siglo diecinueve, Napoleón repetirá con su famosa auto coronación. Eran los
siglos en que las crisis religiosas se transformaban en movimientos sociales y
en ocasiones llegaban a alcanzar la escala de crisis nacionales. O hasta
regionales, continentales, diríamos ahora.
Pero al margen de la acción
espiritual, financiera, guerrera y política del papado, las dos fuerzas
antagónicas contingentes y ancestrales seguirán llenando los siglos hasta el
final de la Edad Media. Y aun después,
forever. El Parlamento (nueva cara de los señores feudales, en Inglaterra)
quería seguir la guerra contra Francia. Algunos historiadores dicen que el
joven Ricardo II (1377- 1399) quiere llevar las cosas en paz con su vecino del
continente. El Parlamento insiste en la guerra y el rey empieza a cortar
cabezas parlamentarias. Pero grande era la fuerza del Parlamento, que en 1399
llegó a declarar depuesto al rey...
A la larga parece que los señores
feudales le ganarán la partida al soberano. En la Europa de hoy quedan pocos
reyes. Después de la Edad Media ya no se
hablará, gradualmente, de reyes, sino de soberanos parlamentarios, presidentes o dictadores. Pero tampoco se
hablará de señores feudales, sólo de burgueses.
11
I
Cork conocía al menos diez autores
del siglo dieciséis, españoles. Sahagún, Durán, Bernal Díaz del Castillo,
Motolinia, Torquemada, Cortés. Hablaban de canibalismo. Por eso le preguntó en
esa ocasión a Toci: ¿qué sabes del canibalismo entre los mexicas precristianos?
Una semana antes de partir hacia los
Andes, la muchacha había asistido a una conferencia desarrollada en el
Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de
México. La desarrolló Michel Graulich. Era de la Escuela Práctica de Altos
Estudios de París y de la Universidad Libre de Bruselas. El tema fue: “La
antropofagia entre los mexicas”. El investigador se apartó del punto de vista
conocido hasta entonces de la antropofagia ceremonial. El creía que había sido
por hambre, no por religión. O no solamente por religión. También se apartó de
la interpretación que los cronistas españoles de la conquista habían mencionado
el tema del canibalismo como mampara para justificar la conquista. “La
conquista no se justifica”. Está documentado que el mismo Cortés intentó impedirlo en varias ocasiones: “Hubo un gran
despojo, del cual en ninguna manera les podíamos desistir porque nosotros éramos
cosa de novecientos españoles y ellos más de ciento cincuenta mil hombres”.
Sentía que si presionaba con fuerza
ellos mismos acabarían en los peroles tlaxcaltecas. Un ejemplo de lo que podría
sucederles lo tuvieron con los habitantes de Tepeaca, poblado ya propiamente en
la región suroeste de la montaña
Citlaltépetl. Originalmente enemigos de los de Tlaxcala y aliados de los
aztecas, ofrecieron resistencia a los aliados
de Cortés. Pero cuando la conquista se fue consolidando todos volvieron
a arrasar el lugar. Se habla de ciento cincuenta mil que acabaron en las
ollas tlaxcaltecas (quizá unos quince
mil en realidad). No hay que olvidar que esa manera de hablar era muy europea
de la Edad Media y acostumbraban mucho la hipérbole. Horrorizados por semejante
espectáculo, algunos españoles, del bando de Diego Velásquez, rival de Cortés,
se regresaron a Cuba. Cortés, sabedor que este episodio de canibalismo masivo
se sabría en España, por medio de los que se retiraban, se apresuró a mencionar
él mismo el tema al rey de España, Carlos V, en sus Cartas de Relación.
En una de estas “Cartas”, el conquistador
le escribe a su rey, refiriéndose a una noche que finalmente lograron penetrar
en la ciudad de los aztecas: “”Hubo aquella noche gran banquete de piernas y
brazos porque en los asaderos que hacían de palo hubo más de cincuenta mil
ollas de carne humana”. Seguramente se trata aquí de otra hipérbole pero eso no
quita que estaba hablando de todas maneras de cientos de ollas...
Agregó Toci que Graulich se metió en
el tema con cierta delicadeza ilustrando que el canibalismo se da sobre todo en
casos de guerra. Y citó ejemplos del siglo veinte de canibalismo en escala masiva de las dos
guerras mundiales. Mencionó la gran hambre artificial en la Ucrania de los años
treinta. En China, cuando “el gran salto”. Hay casos documentados de
madres que intercalaban a sus hijos con
otras madres para no comer a sus propios hijos. Era en la esperanza de
sobrevivir y salvar a los otros hijos…
También refirió los casos de
canibalismo durante la Revolución Francesa. Por odio, probablemente, más que
por hambre, la plebe cocinaba y comía en
la plaza pública, a la vista y con la participación de la gente, a soldados del
palacio de Las Tullerías pertenecientes a la Guardia Suiza.
Para respaldar su tesis de
canibalismo por hambre en México, Graulich dijo que tiempo después de concluida
la conquista de México- Tenochtitlán, Carlos V firmó un mandato en el que
prohibía comer carne humana. Mandato que encierra también la idea que la
antropofagia era por falta de carne de ganado: “…para que tengan carne que
comer y de qué sustentar deba de los ganados que se han llevado a la dicha
tierra mandaremos continuo llegar y se multipliquen y ellos expulsen de dicha
abominación”.
Aquí Graulich hizo la reflexión respecto de
que no había cantidad posible para alimentar a tal cantidad de guerreros
y, debían comer carne humana en tanto
durara el sitio de México- Tenochtitlán. ¡Economía de guerra! Los aztecas no
gustaban de la carne de los cadáveres de los españoles, ¡porque sabía amarga!
Otro motivo para la práctica del
canibalismo, aparte de la necesidad proteica, era el engaño político utilizado
por los dirigentes aztecas para humillar a sus enemigos. Y también para provocarlos a la guerra. Los aztecas sabían que habían nacido para dominar
o para desaparecer entre la cauda solar de Tezcatlipoca. Por eso buscaban la
guerra. En cierta ocasión mataron a unos embajadores de Chalco, los prepararon
en mole e invitaron a los chalcas a comer.
Sin saberlo, estos se comieron a
sus mismos embajadores. Cuando lo descubrieron, pues los aztecas se encargarían
que se supiera, empezó una guerra de Chalco contra México que duró cinco años.
Al final ganaron los aztecas.
Lo que no supo responder el conferencista,
dice Toci que le preguntó, fue por qué los aztecas morían de hambre durante el
prolongado sitio si tenían cadáveres enemigos en gran cantidad todos los días.
No quiso aceptar la tesis del canibalismo ritual y guardó silencio.
Toci empezó a sentir hambre y mejor
pensó en los poetas. Se dijo que en la actualidad ya no está el Círculo de los
mecenas aristocráticos que dictaban los gustos de su clase y de su época
mediante los escritores y los poetas.
“El poder moverse dentro del Círculo lo era
casi todo”. Se había dicho en el grupo de lectores improvisados de Mendoza, al
calor de las cervezas y las delicias de los bifes y la salsa chimichurri. Ahora
existen otras posibilidades como las sinecuras del gran mecenas que es el
Estado. Si se portan a la altura hasta les hacen sus museos y la edición de sus
obras es profusa, local y mundial. Sino tendrán que transcurrir en el anonimato
y vender sus libros en el mercado de las pulgas. Llegó el tiempo en que los intelectuales
“estatistas” fueron los que cerraron filas para dictar el qué, el cómo y el
quiénes. Schopenhauer se había pasado treinta años de su vida vagando y tocando
puertas con el original bajo el brazo de El Mundo…Ya para entonces los
“Veinticinco” de este continente, de acuerdo con los “Diez” del otro
continente, habían cerrado filas y decidían quién llegaba a la cumbre del Parnaso.
En primer lugar estaba Hegel idealizando al Estado.
Eran alpinistas que no tenían
compromisos intelectuales con nadie y hablaban, como los vientos de la
Cordillera. Toci seguía pensando, mientras preparaba su cena dentro del
agradable calorcillo de la pequeña estufa, colocada en el centro de su tienda,
para evitar que las paredes de tela se quemaran, en las condiciones sociales
que ha vivido la literatura. Mientras el aristócrata y el Estado decidían sobre
la publicación de una obra, el escritor regañaba al gran público por su
incultura. Se quejaba que su obra fuera “caviar para la plebe”. Se volvió prudente cuando el editor entró en
el mercado de los libros. Y el autor pasó a depender del favor del público. Abundaron
entonces las declaraciones del apasionado demócrata respecto que la pluma del
artista se movía guiada por las “luces de la sociedad”. Su contexto era, la
muchacha recordó a Schücking, “la trivializadora influencia de las grandes
ciudades”. Y a Bergson cuando se refirió al “Disolvente poder de la inteligencia”. Lope de Vega escribía: “…como las paga el
vulgo, es justo hablarle en necio para darle gusto”.
El poder de difusión, por medio de la
propaganda, tiene la virtud de hacer llegar al público conocedor ideas que él
ya conocía y con la que se recrea. Pero
también estas ideas se esparcen entre la gente que carece de criterio propio.
Con el riesgo de fanatizarla. En religión, política y filosofía no son raras
estos casos. Se monotematizan. Antes se creía que esta actitud se daba sobre
todo en los sectores de la sociedad en los cuales hay poca o nula resistencia
cultural. Los “apadrinamientos” habían dejado de hacerse presentes en los
pasillos de la aristocracia. Ahora era bajo la sombra de los burgueses. ”¡Lo
mejor es no meterse en esos vericuetos!”, les decía el viejo jefe de la
expedición
II
Una semana más tarde Toci se
encontraba de nuevo en su campamento del Glaciar Tolosa. Al día siguiente
bajaría a Santiago a reunirse con una expedición reducida de norteamericanos
que querían ir a la sur del Aconcagua. Despertó a las cuatro de la mañana,
arregló las cosas en su tienda y desayunó. La temperatura era de treinta grados
bajo cero. Se dio cuenta que aún faltaba
una hora al menos para que llegara la luz del día. Se puso a escribir algunas
notas de manera desapercibida pero al final decidió enviarme el escrito hasta
el país centroamericano.
Decía que tres factores, por demás
circunstanciales, se habían encontrado por los que el humano pudo aparecer. El
primero tiene carácter metafísico. Según Milton, en El Paraíso Perdido, la raza humana fue creada porque en
alguna ocasión, un ángel bellísimo y que “ocupaba el puesto más alto” en el
cielo, se rebeló contra su Creador. ¡Una creación que se rebela contra su
Creador! Es la primera noticia de parricidio. Después vendrá Frankstein. Desde
entonces viene también el temor muy comentado entre los pensadores de mediados
del siglo veinte, de que las máquinas pudieran llegar a controlar al hombre, su
creador. Satanás se rebeló encabezando una guerrilla teniendo una tercera parte
como seguidores y perdió. También es un ejercicio de democracia en donde el
número, no el principio, gana. Fue cuando el Creador decidió crear a la raza
humana. Sino ha sido por la rebelión de Satanás y sus diablos, jamás hubiéramos
aparecido por estos lugares. ¡Ah, y por la eliminación de los dinosaurios!
La segunda circunstancia es todavía más
azarosa. Más prendida de alfileres.
Tiene carácter entre celestial y paleontológico. Los astronautas han podido
observar desde miles de kilómetros de distancia de la Tierra, una enorme
depresión en el norte de la Península de
Yucatán, México. ¿Te acuerdas que hace
sesenta y cinco millones de años “cayó” una enorme roca del cielo en ese lugar?
Fue tan duro el golpe que la misma roca se desintegró. Excepto algunos restos
de níquel. Hasta entonces no existía el humano. No aparecía porque los
dinosaurios los hubieran vuelto a desaparecer. Pero la meteorito levantó tanto
polvo que se fue hasta los vientos de muy arriba que dan la vuelta al planeta.
Este polvo se interpuso de alguna manera entre el Sol y la superficie de la
Tierra. Bajó la temperatura, murieron muchas especies vegetales y animales de
las que los dinosaurios se alimentaban y, los enormes animales acabaron por
desaparecer. Los paleontólogos, que no se andan con medias tintas en cuanto a
imaginación, dicen que algunos dinosaurios se salvaron mediante el recurso de
transformarse en pequeños pajaritos…El caso es que desaparecieron los grandes
depredadores y así pudo aparecer el hombre.
La tercera circunstancia también es
de orden celestial. Astronómica. Si el planeta Tierra ha estado más cerca del Sol…Si
se localizara más lejos de la posición actual…
Como haya sido aquí estamos. Habría
que aprovechar la oportunidad. Esto porque los humanos somos más destructores
que los grandes dinosaurios. Aquellos comían del bosque para vivir. Nosotros
arrasamos con bosques y selvas para fabricar palillos y sacar la comida de
entre los dientes...
P.D. Me encanta Milton. Pero, pensándolo
bien, creo que prefiero a Shakespeare. En El Paraíso Perdido Milton sigue contradicciones de secta y cae
en enredos teológicos. Para mi gusto, tan bello libro se vio empobrecido al
final por haberse dejado llevar el autor
por los pleitos religiosos tan exacerbados que había en su tiempo en Europa. Acuérdate
que los “Padres” del Mayflouer, por no soportar más ese espíritu de secta, dejaron Europa y un día llegaron a las costas
de América.
Y Toci acaba diciendo:
“Pero si me dieran a escoger entre
Shakespeare y Chaucer, preferiría a éste”.
Después de cenar se metió a su bolsa
de plumas para los ocho mil metros y se puso a leer un rato a la luz de la vela
para ahorrar la energía de las pilas. “Debate…” El sólo título no le atraía
para leer en la condiciones que se encontraba y preferiría leer las aventuras
del Cartero Chinasky, de Bukowski. Luego del poema leyó algo que tenía mucho
que ver con la historia del montañismo mexicano. Además encontraba que Clementina
Díaz de Ovando, la autora, es otra sabía mujer mexicana que llena de calidad
nuestras vidas a través de sus trabajos de investigación científica. No hace
mucho, en términos del tiempo histórico, que nuestro patrimonio cultural,
relacionado con la arqueología, a nadie le quitaba el sueño. Ni para buscarlo,
estudiarlo ni protegerlo. Siempre se puede señalar alguna actitud académica,
como la de Vicente Riva Palacio, pero hubo pocas sistemáticas. Este episodio de
la arqueología mexicana tal vez diga algo también para la preservación actual de nuestras riquezas
geológicas, las cactáceas o especies animales que salen de manera subrepticia
del país.
El año de 1880 fue cuando tuvo lugar un
episodio que, de una manera u otra, despertaría la conciencia para legislar al
respecto, estudiarlo de manera formal, construir museos modernos y poder tener
acceso propios y extraños al estudio y contemplación de lo que en adelante
pudiera hallarse en las zonas arqueológicas. La polémica que se levantaría también haría pensar, como dice la autora,
en la diferencia de un patriotismo salvaje y un patriotismo ilustrado... Un
ciudadano francés, fotógrafo y viajero aventurero, muy documentado, fuerte,
decidido y bien apoyado económicamente, echaría a andar con su presencia, y sin
proponérselo, todo un ambiente político, primero, y después científico, entre
los mexicanos. Se llamaba Désiré Charnay. Este nombre tiene mucha importancia
para el montañismo religioso precristiano en México.
Fue el siglo decimonónico en el que
en los mexicanos predominaba un sólo
pensamiento y era derrocar al grupo que estaba en la presidencia de la
república (treinta y seis presidentes en
sesenta años). En ese panorama tan agitado es cuando llega Charnay con la idea
de localizar sitios arqueológicos en el centro de México y en Yucatán.
Estudiarlos y efectuar algunas excavaciones con la intención de extraer piezas
de cerámica. Viene provisto de información de primera procedente de los grandes
cronistas españoles del siglo dieciséis como Sahagún y Durán. Y va directo a
los lugares.
Charnay consigue permiso por un año de lo que
entonces se llamaba Secretaría de Justicia e Instrucción Pública. En este
permiso se estipula que, puesto que él paga todos los gastos de sus
exploraciones, puede llevarse parte del material con la idea de ser exhibido permanentemente
en los museos franceses.
Es cuando se desata la tormenta
política reprobando el mencionado permiso. No tiene derecho de llevarse
nuestro patrimonio nacional, dicen unos,
la mayoría. Entre ellos conocidos hombres de letras que también son políticos:
Juan A. Mateos, Vicente Riva Palacio, Guillermo Prieto... Otros, como Justo Sierra, en principio están de
conforme con el permiso. Argumentan que es con su dinero de Charnay, que son
tesoros arqueológicos que permanecen ignorados bajo tierra y bienes culturales
que pertenecen al pueblo mexicano pero también a la humanidad... Clementina
Díaz y de Ovando, escribió ese valioso trabajo que fue publicado por el
Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, en 1990: “Memoria de un
Debate, 1880”...
Charnay no se detiene por el
escándalo que ha llegado a la Cámara de
Diputados y desata tempestuosos debates entre los legisladores. Hace descubrimientos
en Tula, Hidalgo, y en Yucatán. Localiza algunos adoratorios en las vertientes
norte y oeste de las montañas Popocatépetl e
Iztaccíhuatl...En la época a la que el relato se refiere esas
ascensiones son auténticas hazañas pues se carece de caminos y transportes
motorizados como en la actualidad. Verdaderas expediciones que emprendió hacia
las heladas zonas de las nubes a lomo de caballo y caminando. Desde Amecameca y San Rafael. Tal vez ni de
cartas topográficas disponía. Sus métodos de exploración serían criticados por
los arqueólogos mexicanos posteriores acusándolo de haber provocado destrucción
en los lugares. No obstante, nadie le quita que haya sido el precursor en la
arqueología de la alta montaña del país.
Su irrupción en el ambiente mexicano, y la
tremolina que se levantó con los trabajos que llevó a cabo, provocó la
localización de grandes cosas (entre ellas la del monte Teocuicani, equivalente en importancia
arqueológica nada menos que a la de la
ciudad de Petra, en la Península Arábiga. Localizada pero no explorada y, como
dice Jorge Rivera, uno de sus descubridores, del Club Alpino Quetzales, de
México, su estudio bien merece un
doctorado académico). También provocó
que los mexicanos se preocuparan más y
estudiaran sus tesoros arqueológicos. Que el gobierno pensara en financiar de manera sistemática y suficiente,
institucional, la investigación
antropológica. Que los museos dejaran de ser casi unas bodegas anticuadas,
etc...
A la postre, dijo Toci, los dos grandes bandos
de legisladores rijosos tuvieron razón y no hubo perdedor. Los del nacionalismo
salvaje, que se construyera el formidable Museo Nacional de Antropología e
Historia de Chapultepec y que el pueblo conservara sus tesoros culturales. Y el
no menos formidable museo de sitio del Templo Mayor de México- Tenochtitlán. Y
a don Justo Sierra, y a los del nacionalismo ilustrado, les hubiera gustado
saber que Teotihuacán y otros lugares, en su tiempo abandonados, ahora han sido
declarado propiedad de la humanidad. Y
también les hubiera gustado saber que en
la actualidad pueden ir investigadores extranjeros a hacer estudios y
exploraciones a México, bajo programas de intercambio académico, como en su
tiempo lo intentó Charnay...
III
Y ya que estaba en el tema de la
arqueología, Toci pensó en el boludo lógico de Mendoza y su gran preocupación
por el asunto de la muerte.
Noviembre es el mes del “nahui” y del
“macuilli”, los numerales 4 y 5 del náhuatl en México. El mes donde los
mexicanos se reencuentran con la vida a través de asomarse al caos de la
enfermedad terminal. De manera
simbólica, teniendo la sinopsis perfecta
en la figura del “pan de muerto”. En otra palabras, noviembre es en México el
mes tremendamente escatológico o que tiene que ver con el tema de la
muerte...Podemos ser de pensamiento laico - humanista, es decir filosófico que
se explica mediante la Lógica y la Ética.
Sólo que en noviembre el tema en derredor de la muerte nos envuelve y
vemos fiestas y rituales por todos lados
en los que por lo general se ha
perdido de vista el fondo que motivaron esos rituales...En un país como México,
seguramente el más multiétnico y el más multirracial del planeta, es fácil
entender que hay de todas las maneras de pensar que alguien pueda creer. ¡Hasta
pensamiento indígena podemos encontrar todavía! Por eso es que según el
tonalamatl (Toci se dijo que si podemos creer en el horóscopo de los chinos
bien podemos creer en el tonalamatl que es original de los mexicanos), según el
tonalamatl, en el mes de teotleco, calendario mexicano, entre noviembre y
diciembre, calendario gregoriano, regresan a México los muertos desde lejanas
tierras y larguísimos viajes. Regresan a comer con los amigos y restablecer,
siquiera cada año, la unidad familiar de antaño. Pensó la muchacha que para
entender esto con más detalle y profundidad sería necesario leer a ese otro
sabio mexicano, y también, como Clementina Díaz y de Ovando, universitario de
la Universidad Nacional Autónoma de México, Miguel León Portilla. Desde su
formidable “Filosofía Náhuatl” nos relata el pensamiento de nuestros pueblos
originales. Y no sólo leer al doctor Portilla sino también a otros académicos del Instituto de Investigaciones
Antropológicas de nuestra UNAM que tiene valiosos trabajos que francamente es
un crimen no conocerlos. Lo mismo los trabajos académicos del Instituto de
Investigaciones Históricas. Tienen ahí, por ejemplo, un delicioso trabajo que
se llama “Los Graniceros” y es la revelación de todo un increíble mundo náhuatl
mucho del cual perdura hasta nuestros días. Lo anterior, se dijo, para citar a
los autores reciente y dejar descansar un poco a los clásicos del siglo
dieciséis como Sahagún y Durán o los “intermedios”
en el tiempo como Chimalpain, Clavijero
y Vicente Riva Palacio o los casi
modernos como Walter Krickeberg y Victor
W.von Hagen. Todos ellos lo más rigurosamente científicos que se puede pedir en
la actualidad... Toci volvió al
significado de los números 4 y 5 del pensamiento náhuatl, en la vida diaria que
practicaban y todavía lo hacen muchos mexicanos. Todo relacionado con la
ofrenda del pan de muerto, ese que tanto abunda en el mes de noviembre...El
lugar donde se pone al humano muerto es
en el “centro” del cuarto - habitación. Los cuatro lados del cuarto son la
orientación geográfica norte- este- sur- oeste. Ahora, con el muerto, son 5 elementos. Es lo que en el pensamiento
náhuatl se conoce como el “quincuence”. Todo pan de muerto auténtico, en cuanto
a simbolismo, debe tener una bolita en medio de otras 4. La bolita del centro
es el muerto... Para explicar el “quincuence”
se han empleado incontables volúmenes. Siguiendo con el número 4 recordó que
originalmente había “cuatro” padrinos en cada “velorio” para atender las cosas
del recién fallecido. Por eso en México es toda una institución eso del
“compadre”. Cada padrino para un rumbo
geográfico. Los “padrinos” cuidan, entre otras cosas, que el humo de copal no
se extinga. Esa columna de humo es lo que va a conectar al humano fallecido con
las cosas del cielo o divinas. Con el humo de copal se repite el “quincuence,
el centro. Cuando finalmente se han llevado al muerto, los cuatro padrinos son
los que barren y recogen la ceniza del bracerito o sahumerio donde se quemó el copal. Llevan esta ceniza hacia el
centro del cuarto haciendo con ella un montoncito. Y con este montoncito el “quincuence” vuelve a hacerse presente...
Finalmente barren y limpian todo el cuarto- habitación y eso quiere decir que el cuarto, el mundo, ha
quedado otra vez limpio del drama de la enfermedad terminal. El caos se ha
desterrado y restablecido la vida que puede continuar... Buscando representar
todo ese significado, en condiciones “normales”, los entendidos ponen el pan de
muerto, y la ofrenda, de los días 1 y 2 de noviembre, en el centro del cuarto –
habitación. Sin olvidar la quema de copal
IV
Volvió a ver a la cordada Salvador
Alonso Medina – Mario Campos Borges. El primero de ellos llevaba tres días
internado en una clínica particular de
Mendoza. Con mangueritas de suero
alimentándolo por vía venosa, la cabeza vendada y un pie elevado sobre el lecho
de la cama.
Habían recibido una andanada de
trozos de hielo cuando subían el segundo tercio del Glaciar de los Ingleses, en
el noreste del Aconcagua. Descendieron como pudieron sirviéndose de las cuerdas
que habían fijado en un tramo expuesto de más abajo. Al llegar a la morrena
Mario tuvo que cargarlo hasta las tiendas del Campamento Base, bajo la ladera
sur del Ameghino. Al día siguiente bajó a lo largo de las cañadas Relincho y
Vacas, treinta kilómetros de descenso hasta Punta de Vacas, en donde fue
auxiliado por los militares del lugar y emprendieron el rescate.
Saldría en dos días más de la clínica
y necesitaría al menos una semana de reposo. Toci les dio un beso a ambos y se
despidió. Tenía contrato para el monte Tupungato y empezaría a trabajar en los
preparativos al día siguiente.
La costumbre es llevar flores al
hospital para el amigo enfermo. En su lugar Toci le llevó una garrafa de un
galón del exquisito vino tino de la
región de San Juan. Y para Mario otro garrafón de tinto de los viñedos de
Mendoza.
Desde la puerta les envió otro beso
al tiempo que decía:
- ¡Cuídense chicos!
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