EL VERANO PASADO EN EL DESIERTO DE LOS HOHOKAM- novela


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Novela

EL VERANO PASADO EN EL DESIERTO DE LOS HOHOKAM

Armando Altamira G.

 
Registró Público del Derecho de Autor Número  03-2008-030410220500-01 México, D. F. a 24  de marzo de 2008

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                               1

                                                                I

 

Enciende la estufilla de gas cuando reflexiona que es en el estante de libros en el que se respeta la libertad del individuo. Selecciona según su medida. Decide si va por la vida cojeando  y seguirá leyendo nada más lo suyo. O bien lee de otros. Así también el historiador. Siempre tiende a eliminar tonos grises de la fotografía. Historiadores que “conciben la historia”, en lugar de nada más consignarla. El gran ejemplo entre nosotros es la historia de la guerra de independencia. Estábamos acostumbrados a unos héroes, nimbados de gloria. Cuando otros historiadores los presentaron de carne y hueso, humanos, esa historia nos pareció algo abominable. Todas nuestras épocas tienen esos personajes. Con una cabeza en el cielo y los pies en el pantano. Humanos. Pero los historiadores nuestros se  empeñan en que bien se encuentran en el cielo o bien en el pantano. No hay medias tintas. Personajes que no son humanos. Diablos o ángeles.

Parece que es de siempre, reflexionó,  esto de los modos de interpretar la historia. El viejo Heráclito criticaba muy duramente a Homero y a Hesíodo por dar por cierto cosas que no fueron,  e ignorar las que si sucedieron.   Escritores tan cuidadosos como Jorge J.E. García creen que es difícil concebir un trabajo filosófico o hasta histórico tan saneado como para que no se cuele en el texto algún juicio valorativo o supuesto filosófico.

Fuerzas ciegas azotaban su tienda y ella toda conciencia dentro de la noche negra de tormenta de nieve. “Teetetes” dijo en voz alta casi sin pensarlo (tal vez el haber evocado a Jorge J.E. García había traído ese pensamiento). Era Teetetes un ser perfecto y acabado, como medida de todas las cosas. Y allá afuera en la montaña todo se transforma...Casi de manera automática se acordó de Sócrates: un perro, que también es capaz de sensaciones, también podría ser la medida de todas las cosas...Divertida, más que nada, levantó la mirilla y vio sin poder distinguir el drama (más bien lo escuchó), del exterior sirviéndose de los relámpagos y escuchando unos segundos después el trueno aterrador que se estrellaba en alguna parte de la cordillera. Volvió a su saco de dormir y cerró los ojos. ¡Ya no existía la tormenta! Volvió a levantar la mirilla y, tapándose un ojo dijo que, en efecto, ya no existía la tormenta. Pero,  con el ojo que tenía sin tapar y abierto sí existía la tormenta. De pronto rompió en carcajada que debió escucharse hasta lo alto del glaciar. ¿Cómo pudieron pensar tanto  esos griegos? ¿No tenían televisor ni celular?

El glaciar se había movido unos centímetros en los días que Toci había levantado su tienda en la explanada arenosa contigua.

Hasta esa masa helada de nieve blanquísima, ahora algo sucia por el polvo que el viento enviaba desde el valle hacia las alturas, le recordaba a Cork. En la cara sur del Ameghino le había dicho que Protágoras, al resistirse aceptar el Ser como algo inmutable, estaba proclamando la idea del movimiento. “El hielo se mueve”, pensó.

Para eso era requisito, le había recomendado Cork, mantenerse alejada de los “círculos” y las “escuelas” y las “generaciones”. Y le repetía  lo que a este respecto decía Sócrates,  que los verdaderos pensadores ignoran desde su juventud el camino que conduce a la plaza pública, a los tribunales, donde se administra justicia, el paraje donde se reúne el Senado, y los sitios donde se reúnen las asambleas populares.   Hay un lugar en el que el gran calor del grupo social entra en descomposición sin apenas notarlo al principio...

No existía duda alguna que Cork acabaría viviendo para siempre entre los cinco metros de tela que ella se ponía en derredor de su cuerpo, como vestido, según era costumbre milenaria de su etnia, cuando estaba en su pueblo al pie del Nevado de Toluca. Si bien, necesitaba una estrategia para llevárselo hasta su telaraña. Conocía mucho de la mentalidad femenina y eso le dificultaba a ella la tarea. A temprana edad Cork había aprendido que se pierde tiempo tratando de comprender el corazón de la mujer. Y más tiempo en tratar de dominarlo. Hay que agarrar lo que te de y marcharse cuando ya no voltea a verte, decía. Y agregaba: si procedes así, muchas voltearán a verte. A la mujer  le llama sobre todo el enigma. Puedes vivir con ella cuarenta años y serás su centro de atención principal. Pero a condición que no te encuentre explicable. Citaba que cuando Eva vio que Adán aceptaba la manzana, entendió en ese momento que el misterio tenía una clave. Y se apresuró a llevar la gran obra de Dios hasta la escala de ella. Si Eva pudo ¿por qué yo no? Es decir, ella, Tocí, también tendría que llevárselo hasta su cubil para siempre. Sólo necesitaba un plan...Imaginaba ya una amplia serie de imágenes eróticas para ponerlas en práctica con Cork. Lo hacía sin cortapisa de prejuicio alguno. Volvía una y otra vez a repasarlas en su imaginación. No podemos pensar línea alguna sin trazarla mentalmente, recordaba haberle leído a Kant. Entre tanto, procuraría no perder contacto con él, aunque fuera por el medio epistolar electrónico  como estaban haciendo...

Las mujeres Kon Ak, como las de la etnia de Cork en el desierto de Chihuahua, no padecen halitosis, según quedaba asentado desde los cronistas españoles del siglo dieciséis. Pero esto tal vez se deba a su costumbre de comer ajos. El sabía que Tocí no lo necesitaba pero quiso hacerle una broma.

-Previo a nuestro encuentro, come ajos durante un mes, al menos. Le pareció oír algo así como “¡Vete a la nada…!” que llegaba desde los Andes. Seguida de una reflexión: La sociedad puede perdonar la halitosis más fuerte, pero no el olor a ajos.

Cork sabía que tenía razón. Un amigo suyo, al que conocía como “Sotelo”, alpinista e instructor de natación,  vivía desde niño bajo la concepción de que toda enfermedad no sólo se cura sino que ni siquiera entra, a fuerza de comer una cabeza de ajos al menos por semana.  Desde luego era lo que se podría llamar un solitario social. Soltero. Nadie se le acercaba. Y en una ocasión los pasajeros pidieron al personal de seguridad que lo bajar del “metro” en el que viajaba una noche de invierno. Afuera caía la nieve y él iba en una sencilla sudadera. Lo cual no le preocupó pues sabía que el ajo lo protegería contra las enfermedades de las vías respiratorias...

-¿No estarás utilizando al ajo para justificar tu actitud antisocial?- le había dicho en el transcurso de una escalada, al Filo de las Golondrinas, en la Sierra de Guadalupe.

-Mejor cuídate la próxima vez que des un beso

-No me digas que hay una enfermedad del beso.

- ¿Una? ¡Varias! – y empezó una larga explicación-. Sabe  que en  el acto de dar un beso encontramos riesgo casi inminente de contraer una enfermedad que se llama “mononuclesis infecciosa”. Se da en los países en donde las condiciones de higiene personal y grupal, es deficiente. El virus fue identificado en 1964 gracias a los estudios de microscopía electrónica de los investigadores Y.M.Barr y M.A.Epstein. No estaría de más que comiéramos ajos de manera preventiva.  Por propia protección y para no fregar a los demás.  Aunque el beso es sólo el principio de  un romance, muchos de estos no pasan a mayores  y todo queda en una relación de noviazgo. Y al parecer eso no dejó huella más que en el nivel emocional. Lejos de eso, hay que decir que sí dejó huella en nuestro organismo. Para tener idea de cómo anda la cosa te digo  el dato que en Estados Unidos, “el país más rico”,  hay el 95 por ciento  de personas que han tenido esta enfermedad. Es decir que la mononuclesis agarra parejo. Y como para la boca no hay vacuna ni condón, el horizonte se presenta sin solución por lo pronto. Tal vez por eso los mexicanos de antes del siglo dieciséis no se besaban. O los japoneses y chinos, según se dice, lo hacen con el sólo contacto de las narices. Por lo menos hasta antes de 1945 así lo hacían. Este fue el año que al Japón llegó el hombre blanco y el negro y el bronceado... ¿Cuántas cosas nuevas buenas y malas les llevaron del mundo occidental?

-Enrique Jardiel Poncela, español, autor de obras de teatro y novelista, del primer tercio del siglo veinte, aborda ya  este tema de la transmisión de enfermedades por medio del beso. De estilo culto pero irreverente, a cada vuelta de página le quita lo serio al asunto que esté tratando por medio de la broma. En la novela “¡Espérame en Siberia Vida Mía!” Relata el reencuentro de una pareja de enamorados. La escena se da cuando el tren en que viajan recorre un túnel de 19 kilómetros: “Palmera y Mario dedicaron quince kilómetros a trasladarse de una boca a otra varias colonias  de microbios. La vedette le transmitió a Mario once millones de bacilo de Koch y Mario le cedió a Palmera siete millones quinientas mil bacterias de Pfeiffer. Concluido lo cual, ambos respiraron dulcemente, se miraron a los ojos rebosando poesía y se apretaron las manos con apasionamiento”. Pero no  pienses que la mononuclesis infecciosa  sólo existe en el beso sensual que se da entre los adultos. También los niños de cuna, que la mamá besa en la boca, están expuestos al contagio. A esto podemos agregarle otras bacterias que se dan en la boca por caries o falta de limpieza en los dientes.   La mononuclesis infecciosa es causada por el virus de Epstein- Barr. Pertenece a la familia de los virus causantes de la varicela y el herpes. Este virus se alberga en las glándulas salivales. Parece que el virus se trasmite solamente por medio de la saliva. No por contacto sexual, seminal, sanguíneo o ambiental. Esto es que, por el hecho de estar en la habitación con alguien que lo tenga, no se le va a pegar. La información no aclara qué sucede  cuando se trata específicamente  del sexo oral. El virus permanece en el organismo por el resto de nuestra vida. Esto tiene su lado bueno ya que, como el caso del bacilo de Koch, la tuberculosis, la mononuclesis  genera anticuerpos que acaba con  otros mononuclesis que llegan. Es decir que en estos virus, como en el boxeo, en el amor, en la guerra y en la democracia dictatorial, también se elimina a la competencia. El tiempo de incubación del virus suele durar entre cuatro y seis semanas. Esto es que  mientras estamos oyendo todavía pajaritos, y suspirando por aquel beso apasionado, los virus  trabajan horas extras reproduciéndose en alguna parte de nuestra garganta.

Y volvía a su tema favorito:

-Si a esto le antepusiéramos el ajo... Como sucede con otras enfermedades, la intensidad en que se presenta esta invasión viral va a depender de la fuerza que tenga nuestro sistema inmunológico. Y mucho de esto depende de la calidad de vida que llevemos. Verduras, frutas, orégano,  ajo, ejercicio deportivo, descanso profiláctico, higiene general, muelas tapadas, cero sarros. Los síntomas de la enfermedad pueden ser parecidos a los del resfriado. Y mientras el médico nos diagnostica, podemos seguir comiendo ajos...

Regresaba a lo del Mansilla argentino que creía que desde las elevadas montañas se contemplaban mejor las alturas morales. Cervantes empezaba muchos de sus relatos adyacentes cuando un grupo de gente se reunía en la “posada”. Mansilla lo hacía una vez que su tropa estaba acampada en derredor del fogón. Gustaba decir que la hoguera argentina de campamento era un fogón democrático pues ahí habla y se sienta igual un oficial  que un soldado raso.

Culto como era Mansilla, no obstante... Dependiendo de qué lado de la mesa de negociaciones te encuentres, eres justo o injusto. Y Cork pasaba a enumerar una serie de datos históricos en los que se habría tenido que aplicar la moral de Mansilla.   Pedro de Mendoza fundó en 1536 la ciudad del Buen Aire. Dijo, después de la batalla, que los indios querandíes eran una amenaza. Tres siglos más tarde, el general Beresford, al mando de las tropas británicas, exclamó, al adueñarse de Buenos Aires, que los argentinos eran una amenaza. El presidente Pool, a mediados del siglo diecinueve, empezó la invasión de México después de decirles a los ciudadanos angloamericanos que los mexicanos eran una amenaza. En lo años sesentas del siglo veinte los chinos dijeron en Vietnam que los norteamericanos eran una amenaza.  En el siglo dieciséis Hernán Cortés dijo, sobre la ruinas de México - Tenochtitlán, que los aztecas eran una amenaza. Lo mismo hizo Pizarro en Perú. Las tropas napoleónicas dijeron, en 1807, que los españoles eran una amenaza... Todo mundo es una amenaza…

 Al final  Cork le dijo que en el desierto se sentía en el vestíbulo del Paraíso. Como contraste refiriéndose a los Vigliachi, los condenados de Dante que no podían entrar al infierno. Y agregó que lo terrible sería no pasar del vestíbulo.

Si bien, se dijo, en la cronovisión indígena por fortuna no hay infierno, sólo Mictlan y Tlalocan…

Bajo el aplastamiento de 49 grados arriba del cero es difícil hasta respirar. Agarró el libro de Jean Wahl y leyó dos páginas. Algunas gotas de sudor cayeron sobre el papel. Toda la página, todo el libro, estaba subrayado. Sobrerrayado. Cada vez, en el principio del invierno, lo leía. Tenía 20 inviernos releyéndolo. Y cada vez rayaba algo que le parecía no haber leído. Por algún tiempo se preguntó qué pasaba. ¿Él había avanzado en la comprensión o el libro guardaba tesoros inimaginables? Le pareció que la  respuesta estaba en el exterior. Pensó en el Peñón Martínez, más allá de los seis mil en altitud  de la ladera sobre la ruta más frecuentada del Aconcagua. Todo en su derredor se había erosionado y rodaba cuesta abajo. Pulverizado una vez desprendida de su roca madre. El Peñón seguía ahí, cada vez más consistente. ¿Es esto posible?¿Por qué Platón, Shakespeare, Goethe, Coplestón, son ahora más valiosos que el siglo anterior?  ¡Es un testimonio el Peñón Martínez!. Ahora sabía que el Wahl lo atrae en la medida que el mundo, el menos su mundo, se banaliza. El libro era el testimonio que no todo es locura, que la vida, y tal vez la humanidad, tenía una intención. “sí, dijo en voz alta en medio del inmenso desierto lleno de silencio a esa hora, así como la religión tiene una finalidad, la vida aquí en la tierra lleva  intencionalidad, !Intención de valor!

                                                         II

Ese día Tocí consideró que se había levantado con el pie izquierdo. Lo que encontró escrito fue como el preludio de algo que la pondría a prueba con respecto al muchacho por el cual suspiraba. Empezaba diciéndole Cork que él siempre había creído que la objetividad de la verdad histórica se consigue dando el micrófono a los diferentes bandos en escena. El tiempo revolverá todo esto y sacará el promedio. De otra manera se tratará de una serie de sofismas más o menos bien enhebrados. Fíjate, por ejemplo, en la guerra española del 36, que costó muchos miles de vidas por no atender el requisito elemental de la democracia que es el derecho de la minoría. El color que ésta tenga. Solamente los necios gustarían de fabricar un tumor que más tarde o más temprano explotaría de algún modo. Porque  la historia no es un cubo de hielo sino un concentrado de pasiones. Y es precisamente esa pasión una dura prueba para la subjetividad del historiador. En todo caso el historiador - informador no tendría por qué erigirse en juez. Siempre he creído que un historiador que haga juicios de valor es como el arqueólogo que quisiera construir una pirámide de su invención. Su misión es localizar y reconstruir  y no salirse de esos límites. Luego la interpretación con base en el conjunto  que se tiene a la vista. No esconder ninguna piedra trabajada o símbolo. Como trabajar con trescientos datos “representativos” cuando se tienen cinco mil. Edificar un adoratorio el arqueólogo,  ahí donde no había algo, es estar reinventando la historia y por lo tanto falsificando. Igual sucede con el historiador. Es practicar el juego innoble de sorprender al que carece de información y abre un libro de historia para informarse. Y a la postre queda desinformado....

Siguió diciendo esta clase de pendejadas por tres cuartillas más y, de pronto, llegó la pregunta: ¿qué sabes de los emperadores romanos?

 Tocí se quedó viendo hacia el glaciar que empezaba a ser azotado por el viento que procedía del lado de Cuevas. La nieve se levantaba y era arrojada como granos de cuarzo sobre las grietas y parte llegaba hasta su tienda. ¿Emperadores romanos? ¡Bola de degenerados! En lugar de enviarle un pensamiento bonito, le preguntaba… ¿Pero, cómo fue que Roma logró trascender? Esos degenerados fueron la abstracción no la generalidad de esta historia.

Más se dio cuenta que ya estaba prejuzgando y no podía enviarle esa respuesta sin bosquejar el panorama cultural e histórico. Precisamente Cork había dado vueltas antes de formular la pregunta para obligarla a matizar. Por fortuna ella conocía esa parte de la historia de Europa y lo completaría con algo que encontrara en Internet. Le advirtió que se basaría en Suetonio, para que después no estuviera reclamando que no citaba a sus fuentes y todo lo sacaba de la imaginación, como hacen los novelistas para que sus trabajaos no parezcan ensayos. Como hacen los novelistas que trabajan con material de todos los siglos anteriores y se erigen como primeros creadores. Citar los autores es como reunirse con ellos a tomar una taza de té o café. Le puso el caso de Irving Wallace que  da un trato familiar a sus fuentes.

De tal manera que después de haberse preparado un café negro, empezó escribiendo que… la historia de Suetonio abarca desde Cayo Julio Cesar hasta Tito Flavio Domiciano. Es decir, dijo, un tiempo que va del año 100 antes de Cristo, que es cuando  Julio Cesar nace, hasta el 96, año en que muere Domiciano, el último de los doce emperadores que reseña. El historiador Cayo Suetonio Tranquilo fue contemporáneo de una parte de ese periodo pues nació en el año 69 y se creé que murió en el 140. Participó en el  aparato del estado y estuvo cerca de los acontecimientos que relata. Por lo mismo tuvo acceso a los archivos secretos a los que pocos podían llegar. En esta documentación encontró nuevos datos para su obra que terminó en el año 120, y tuvo oportunidad de corroborar otros acontecimientos que ya había escrito. ¡Suetonio menciona a sus fuentes!

Al final a Suetonio le pasó lo que suele suceder a los que están muy cerca del poder: Severino Boecio, Séneca… Los intereses encontrados de los grupos protagonistas amenazaron su vida a tal punto que tuvo que alejarse para siempre de la ciudad de Roma, el centro rector del imperio, y pasar los últimos años donde nadie supiera de su existencia. Igual que  San Juan  aprovechó su destierro en Patmos para escribir su Apocalipsis. Y Sinuhé el Egipcio trascurrió los últimos años de su vida para seguir escribiendo cosas que había visto en su juventud mientras estuvo en palacio.

La obra de Suetonio no gusta mucho a los historiadores que relatan hechos de las naciones como si estuvieran describiendo la lógica  causalidad  de bolas de billar puestas en movimiento. No hacen caso del resorte humano que es el que en todo caso suele dar un giro inesperado a la lógica de los acontecimientos. Suetonio, al contrario, le da mucha importancia en describir el carácter y vida de los hombres y las mujeres que, en el camino hacia el poder, o ya posesionados de él, provocaron esos movimientos de la historia que parecen una zancadilla a la lógica de los movimientos históricos. Dos, y en ocasiones tres, figuras del ejército o del senado, aspiraban a la máxima magistratura y entraban en conflicto. Lo que seguía era que dos o tres ejércitos romanos, por fidelidad y amistad a su jefe, o bien por intereses de dinero y poder, entraran en guerra mutua. Frente a esto los pueblos sojuzgados por Roma creían oportuno rebelarse del yugo y también entraban en combate. De manera autónoma o apoyando a algunos de los romanos en conflicto.

En ocasiones, y con mucha frecuencia,  esos grandes acontecimientos, vistos desde fuera, eran provocados por cuestiones domésticas que fermentaban en el seno de las relaciones de las familias poderosas. La esposa del emperador quería elevar a  lo máximo a alguno de sus amantes y tramaba la muerte del emperador. Una zancadilla más a la lógica de la historia de los pueblos antagónicos. Antes esta mujer poderosa debía concertar con el jefe del ejército o ya siquiera con el encargado de la guardia del palacio, confabulados con algunos senadores para que pararan la reacción cuando se supiera la muerte del hombre fuerte. En ocasiones el emperador descubría la conjura y mandaba matar a todos y aprovechaba para confiscar los bienes de las familias directamente involucradas y de otras que nada habían tenido que ver en la conjura. De ahí que abundaran los espías y contra espías. O  había generales que eran auténticos guerreros y además muy queridos por su tropa. Por lo mismo se les consideraba como legítimos sucesores del emperador, tal es el caso de Germánico y otros muchos. Por orden del emperador o de alguna de sus mujeres, empezaban a administrarle  bajas dosis de veneno en sus alimentos hasta que caían enfermos sin remedio. Tras de su muerte, asesinaban de inmediato a su esposa y a sus hijos, para evitar ulteriores reclamos del trono o venganzas. Venganzas que, de un modo o de otro, de todas maneras se daban. Había familias muy fuertes, como la de los Flavios o la familia Julia, que estaban siempre esperando su turno con varios prospectos listos. Como los Kennedy de Estados Unidos del siglo veinte. Si les mataban uno quedaban otros. De tal manera que el emperador que llegaba, mandaba ejecutar a los anteriores ejecutores. Y derribar sus estatuas, como hicieron con las de Stalin. Había también la costumbre que el emperador romano “adoptaba” de manera abierta y con toda anticipación a alguien para que le sucediera en el mando del imperio. Era la institución del “dedazo”, como se conoció en México cuando el presidencialismo omnipotente. Pocos “adoptados” veían coronadas las intenciones. Los envenenaban antes. O también los asesinaban, como hicieron los mexicanos con Colosio. O los hacían sucumbir de otra manera. Una de ella sería enviarlos a la guerra, al frente de un ejército, y a la hora del combate amigos y enemigos, ya conjurados, lo masacraban a él solito. Como Nezahualcoyotl ordenó hacer con uno de sus capitanes que estaba casado con una mujer de la que Nezahualcoyotl se enamoró. Echó a andar toda una guerra al punto de ponerse de acuerdo con sus enemigos de que en ese encuentro sólo uno habría de morir. Y, en efecto, amigos y enemigos lo masacraron y ahí acabó todo el conflicto. Todos regresaron a sus respectivos reinos contentos de que el precio de la guerra en esta ocasión hubiera sido la sangre de un solo hombre.  De todo aquello se iban desprendiendo lecciones para los romanos tales como que la declamación es para sociedades estables y la oratoria florece en las sociedades que han entrado en la turbulencia. Que el laicismo cultural es para sociedades estables y el laicismo agresivo es para sociedades en el caos.

Suetonio no descuida describir el estado mental de los hombres cuando alcanzaban el máximo poder. Su conducta sexual y su inclinación al crimen eran casi increíbles. Las muestras en contrario a esta norma de conducta fueron realmente pocas. Entre tanto, la sociedad romana fermentaba de tal manera que llegaba al punto que se  consideraba peligrosa. Entonces los emperadores actuaban.

Suetonio no habla de los famosos sacrificios a que fueron sometidos los cristianos en defensa de su fe durante trescientos años. Aquí ocultó datos. Pero sí dice que tanto Nerón como Claudio, cada quien en su tiempo de emperador, expulsaron, en masa, de Roma e Italia, a los judíos. Y Vespasiano y Domiciano expulsaron de Italia a los filósofos. Eran tan generadores de ideas los filósofos desde entonces, que tres siglos más tarde prohibieron los gobiernos, con influencia ya de los cristianos, que se enseñara filosofía en el imperio romano de Bizancio. Nada más teología aceptaban. Y en tanto esto sucediera, no habría corrientes fuertes de Humanismo. 

“En los entretelones del poder encontramos siempre esa pugna entre el emperador y el senado. Todos ambicionando el mayor poder de mando y las mejores riquezas. Algunos, según el lugar que ocuparan, hablando en nombre del bien del pueblo. Otros de plano del desprecio que la plebe les inspiraba. Si su posición peligraba el emperador mandaba matar senadores o estos se conjuraban y en persona cocían a puñaladas al emperador. Cuando Suetonio relata el asesinato de Domiciano dice que tanto el pueblo como el ejército, enfurecidos, querían vengar al emperador. Los senadores, por el contrario, se regocijaban en extremo.

La gran institución del pueblo romano era el senado. Mediante él se presentaban las voces, requerimientos y necesidades del pueblo. Pero era la discordia tan escandalosa entre los senadores y el dictador (dictador era una categoría escalonaría en Roma, no una etiqueta de desprecio) que aquellos hacían perecer al hombre fuerte. Así es como la aparición o necesidad del hombre fuerte era el resultado del desorden en el que habían caído los representantes del pueblo cuando no habían sabido cuidar la democracia y ésta se les había descompuesto entre sus manos.  Es decir que la dictadura era la democracia que al podrirse adquiría otro nombre. Sucedía como con el pulque que es el mismo cuando es “agua miel” que cuando se corrompe y pasa a llamarse “pulcre”.   Tácito insiste en  los grandes oradores. Aparecen también cuando hay un gran desorden social. O una perversión de las instituciones. Llegaba el hombre fuerte y acababa con las instituciones democráticas o  al menos las relegaba hasta niveles de impotencia.

Más, una vez que se ha posesionado del poder supremo, el emperador romano no conocía límites. Al menos diez de los doce emperadores de  que Suetonio escribe sus vidas. Ambiciones, asesinatos y perversiones sin fin. Entonces, por temor personal y por la “salud del pueblo”, lo asesinaban. Su muerte ocasionaba más escándalo que el que habían querido suprimir y los senadores por sí no podían contener. Se apresuraban a nombrar otro emperador. Y el círculo volvía a empezar. Recordarás que algunos filósofos  dicen que, para ser fuerte, hay que mantenerse lejos del triunfo y sí permanecer en el devenir. Mi conclusión es que Roma fue una gran institución cultural y guerrera pero sus jerarcas una bola de degenerados. ¡Sí, ya se que no debo hacer juicios de valor pero al evocar esos siglos me ha dado coraje! Se acordó que México en el siglo diecinueve había tenido treinta y tantos  presidentes en sesenta años...

Comió un trozo del churrasco que había traído de Mendoza y guardado dentro de una bolsa de plástico en la nieve para preservarla de la descomposición. Los treinta grados bajo cero del exterior  eran su refrigerador pero la costumbre la hacía enterrar los víveres en la nieve del glaciar. En una grieta próxima y baja depositaba sus víveres perecederos. Sopa de Pelo de Ángel precocido que calentaba en la sartén dentro de la tienda. Lo que la divertía era la manera de cortar el pollo en Argentina. Con el hacha el carnicero  convertía hasta los huesos en trozos  sin identificación.

-De esta manera-había observado Cork- se ahorra toda discusión que siempre llega en México a la lucha de clases. Los muslos y pechuga preferidos por los habitantes del Pedregal. Alas, pescuezos y patas para los del arrabal.

Tiene razón, pensó, en el sur del continente ya se pusieron en claro que todas las partes del animal, excepto las plumas, tienen el mismo contenido de proteínas. El churrasco estaba preparado de manera deliciosa, como sólo allá lo saben preparar. Se disciplinó y a las tres mordidas al grueso trozo de carne roja lo regresó a la bolsa de plástico: “suficiente grasa hasta para tres días. Una mordida más de  grasa y aparecerá la halitosis, los senos se colgarán y las nalgas se me aplastarán”.

 

                                                                III

El rincón de la derecha superior de la tienda grande lo había convertido en su alacena. La tienda era amplia y no le causaba molestias de espacio. Varias bolsas en pila de leche en polvo y otra hilera de pan negro envuelto en papel para evitar que la humedad lo llenara de hongos. Cinco Cocacolas y tres Mirindas, en bote de duraluminio,  hermosamente decorado desde la fábrica para no dejar escapar al cliente. Además de cinco cervezas Bohemia “calidad internacional”. En el exterior el líquido se hubiera congelado, expandido y en unas horas habrían empezado a explotar como granadas de mano. Pero dentro de la tienda hacía una temperatura que conjuraba ese peligro. Medio kilo de yerba mate cuya preparación era todo un ritual poco ortodoxo dadas las circunstancias. Hervía el agua, apagaba el fuego, vertía la yerba y en lugar de echarle un chorrito de agua fría para que se asentara, simplemente sacaba de su refugio de tela un brazo y exponía al frío el cacharro con lo que era suficiente para que se asentara. Como carecía de lo necesario daba un trago y colaba la yerba entre los dientes cerrados.

La verdad era que, para mí, según foto que me envió,  su tienda presentaba un orden caótico, como en una tienda india. Y se sentía feliz entre todo ese revoltijo. Todo estaba en orden. Era un orden diferente. Era un orden indio.

Cuando comprobó esa entropía, se sintió feliz, como cuando el médico nos da de alta. No era, nunca  podría serlo, ni quería serlo, tan ordenada como  una neurótica…Toci llevaba N cantidad de canciones en una  memoria minúscula. Le gusta en especial Leonard Norman Cohen y Bob Dylan “Es poesía con música” decía. También   sentía preferencia por los Creedence.

Una semana antes de partir hacia los Andes, y meterse de lleno en el mecanismo de la temporada de montaña, había ido con Cork al sur de  Ciudad Universitaria de México. Dedicaron toda la mañana en ir y venir por los espacios del Museo Virtual de la Cosmogonía Antigua Mexicana. Proyecto del poeta Rubén Bonifáz Nuño realizado en el corazón mismo de la cultura de la Universidad Nacional. Inolvidable para Tocí reencontrar la idea superior de la cultura antigua presentada con rigor académico. Y en medio de la tecnología de punta para el público resplandecía la diosa fundamental Chicomecoatl-Coatlicue-Coyolxauqui- Tonantzin-Guadalupe. Dos enormes serpientes dando forma a un cuerpo de mujer. Serpientes encontradas plasmando un impulso civilizador que sustentó de manera central la vida de estos pueblos durante diez mil años.

- Graham Greene pensó, al estar sobre las pirámides de Teotihuacán, que en el pensamiento indio precristiano la espiritualidad náhuatl se representa mediante las matemáticas y,  por lo que duró ese largo tiempo, los individuos dirigieron sus miradas al cielo, en sus aflicciones y en sus agradecimientos, de todos los días – comentó Cork.

- Se sigue siendo, de una u otra manera, a través de las sesenta lenguas indígenas esparcidas en el territorio mexicano.

- Seis siglos han resistido las etnias al cristianismo y al laicismo. Lo aztecas tenían construido un palacio para los dioses de tierras extrañas y también dieron la bienvenida a la cruz de Cristo. Pero los frailes se resistieron y derribaron a los ídolos. Desde entonces las etnias se cerraron  al cristianismo.

- Un cristianismo que no tiene prisa. Acompañado con su contraparte el pensamiento lógico. Durante tres siglos tuvo el primero  la capacidad de resistencia y triunfó bajo las despiadadas persecuciones del Imperio Romano...Fue cuando Grecia habló a los cristianos de la razón practica, de los prácticos   civilizadores sofistas y de los idealistas Platón y Aristóteles.

- La supervivencia de esa cosmogonía india depende si penetra primero el cristianismo romano. O perece con el cristianismo liberal y su aversión a la imagen representadora del concepto y el símbolo.

- Nuestro Bizancio está  por llegar todavía.

-Entre estas formas serpentinas de Chicomecoatl  pervive la concepción cosmogónica del destino del hombre y del mundo. Viene desde el remoto y mítico Chicomostoc.

-Lo mismo desaparecerá si la economía privilegia la enseñanza particular sobre la universidad pública. Ambas son laicas pero sólo la segunda mira hacia el Renacimiento. Irónico pero en el antropocentrismo que supone el Humanismo está la salvación de la religión mexica. ¡Un acertijo para Edipo!

-O para Omar Kayam, que también era ducho para penetrar misterios.

- Tienes razón. El Humanismo depende de la universidad pública  y con ella está en juego  nuestra cosmogonía.

- ¿Chicomecoatl? De entonces viene que los mexicanos creyentes nos encomendemos a una dama en lugar de  hacerlo frente a Dios.

- Una de las locuras que don Quijote no puede responder es cómo los caballeros andantes, cristianos por definición, pues tal orden de caballería nació con el espíritu de las Cruzadas, cómo a la hora de acometer un peligro, que puede resultar mortal, en lugar de encomendarse a Dios se encomiendan a su dama. Dulcinea. Así los mexicanos a Guadalupe de México.  No la Virgen de Guadalupe de España, patrona de Extremadura, venerada por la Iglesia católica, y cuya festividad es el 8 de septiembre,

-  Chicomecoatl, Diosa Tierra - Madre Tierra-Maíz.

Se acordó de Bizancio.

- Ese país que trata con tanta prevención nuestra gente, por razones históricas.  Estados Unidos del que, paradójicamente, los trabajadores, académicos y analistas, están siempre esperando que su economía crezca para poder mejorar en México. Con esto, entre otras cosas, puede atender el presupuesto para la educación básica y media superior y superior a través de la universidad pública…

- Y la seguridad social, antes que el barco se hunda...

- Con el tiempo acabarán fundiéndose estos pueblos tan diferentes y tan antagónicos. Estamos en el mismo caldero, por los siglos de los siglos. De hecho muchos mexicanos viajan cada fin de semana a visitar a su familia que vive en Los Ángeles...Otros vuelan desde México y van a desayunar con su Abuela que vive en Washington.  Comen ese mismo día  en  Ohio con los tíos, por la noche están cenando con un hermano en  Houston Texas e irán a dormir con la novia a algún islote de Florida. Los obreros pasan una temporada en el sur de California, luego se van a la cosecha hacia el centro del país y otros meses laborarán en las fábricas de más al norte.

- La contrapartida es que hace tiempo, cuando la campaña para la segunda vez como presidente de Estados Unidos de George W. Bush , el Partido Republicano envió un representante a México para promover el voto de un millón de estadounidenses que vivían en el país…

- Nuestras animadversiones, simbolizadas en el escudo de la Universidad Nacional, se estrellarán con la realidad… El escudo de Vasconcelos ya es obsoleto.  No podemos rechazar a los treinta millones de mexicanos que  viven en Estados Unidos.

Después de Uspallata habían empezado a aparecer las  montañas del lado de la ventanilla del camión en que viajaba de regreso a Cuevas. Mientras ve  el descomunal  panorama cordillerano, la muchacha se dijo que la gente busca algo en concreto. Cork había admirado siempre a esos individuos buscadores. Sin embargo a él le gustaba buscar…Llegar a un punto concreto del desierto era para él una etapa pues el desierto seguía. En todo caso había otros desiertos. Le pareció sospechoso que diera por terminada la búsqueda de datos que hablaban de Waterloo. No soltaba tan fácil la prenda tratándose del tema de la historia. Tú te encuentras en lejanos países, le decía, y yo en otros también lejanos, con relación a México (sobre todo si vas caminando sobre tus dos pies). Comprenderás de cerca que las migraciones de los pueblos y la acción caótica de los medios de información mezclan a los fieles y a los agnósticos desplazando sus creencias primitivas en la gente que tiene poca resistencia cultural y religiosa o laica. O las reafirma si se cuenta con suficiente información histórica… 

 Conocía la predilección que sentía por la leyenda del Rey Arturo y su inconclusa búsqueda del Santo Grial. ¿Estéril la Edad Media?   En el principio de ese tiempo empezó la bella leyenda del Rey Arturo, Camelot y la Espada Escalibur. Y la idea de su Mesa Redonda.  Se trata de un adelanto de más de mil años a las revoluciones inglesa, francesa, mexicana y rusa… Recordó que otra de sus preferencias era el Imperio Bizantino pero solo como subtema del Imperio Romano. Se quedó horrorizada….La Edad Media como un objeto de museo que se encuentra bajo la mirada de mil observadores que pasan cada día frente a la vitrina. Los mejores no han podido evitar quedar enredados con ese tema. Si se le hubiera ocurrido decirle Edad Media en lugar de Waterloo… “ninguna historia es mala como sea verdadera” le había citado el dicho de Cervantes.  Pero bucear entre ese mar donde todos han metido baza era lo que la horrorizaba…De hecho Cervantes también revolvió la cosa. Hizo su Quijote parodiando la rica literatura de la caballería andante que hubo en la Edad Media. Arturo, Orlando, Palmerín, los Amadis, Tirante el Blanco, Belanís, Rugiero… O que le hubiera preguntado Cork quién relata las andanzas del Quijote de la Mancha pues ya para entonces el nombre  de Cide  Hamete Benengeli (o como se llamara) se le había olvidado por completo. ¡Se dijo que la Edad Media preparó los luminosos siglos que estaban  por llegar! ¿Habrían ya liberado de la aduana mexicana el microscopio que pidió Cork desde el año anterior y que no acaba de encontrar su camino entre el laberinto de las bodegas? En dos ocasiones habían salido publicados, en revistas de prestigio epistémico internacional, resultados de investigaciones que Cork ha hecho, pero  se le habían adelantado en otros países en investigaciones idénticas e independientes por completo unas de otras. Sus sistemas de aduanas son más expeditos y llegan primero a la meta. Publican los resultados antes. Cada vez que eso sucede agarra enojado su mochila  y se va a las montañas o al desierto, como sucedió también en esta ocasión. ¡Váyanse a la…!

Antes de partir, le habla invariablemente por teléfono sólo para decirle: “No te ablandes, vuelve a las montañas, acuérdate de Tiffany”. Habían visto juntos esa película. Richard  Gere “El Dr. T y la mujeres”. El panorama social de  algunas  mujeres elegantes, ricas y hedonistas de Manhattan que ya no tienen que luchar en la vida por satisfacer necesidades primarias. Inician un camino de regreso hacia la niñez psicológica hasta acabar en el psiquiátrico. Un tornado de los que azotan las llanuras norteamericanas capaces de borrar poblaciones, es lo que salvó al Dr. T de esa decadencia y lo arrojó al mundo un tanto primitivo de una comunidad precarista mexicana habitante de la llanura. Es ginecólogo y llega justo a tiempo de ayudar en el parto de una muchacha mexicana. Comprende la metáfora de aquel nacimiento, que es su propio renacimiento, que lo hace capaz de volver a reír de alegría. ¡Un tornado!

La llamada de Cork y su estereotipada recomendación “no te ablandes” fue lo que la decidió a aceptar varios contratos para conducir expediciones alpinas en el sector central de los Andes.    Aunque  en dos ocasiones fue hasta el norte.

Toci suspiró al solo pronunciar el nombre de “¡Salta!”. ¡Ese mundo le  encantará a Cork, imposible que no sea así! ¡No te ablandes!   Y aquí iba, en este autobús camino de las cotas solitarias, heladas y altas del cuadrante Tolosa – Tupungato - Aconcagua –Mercedario.

Pensó en los ranqueles y se dijo que unir sus sangres y fundir sus culturas es un sino de pueblos sanos que el numen  de la historia hace chocar. Pero las culturas madres permanecen  incólumes. ¡Al desgaire  del lado feo del fenómeno de la mundialización! Un ejemplo es lo que se conoció como Teología de la Liberación tan comentado pero que en realidad pocos entendían. Los marxistas creían que los cristianos se habían pasado para su bando y los católicos romanos pensaban lo mismo de aquellos. Coexistencia de un rico mestizaje ideológico que quedó como producto de dos maneras de pensar y vivir. Pero al final todo permaneció intocable en sus fundamentos. Sabía que Cork, como fotógrafo que era, lo explicaba más  sencillo. Decía que mezclando los filtros rojo y azul   daban un tercer color, que se llamaba morado. Pero el rojo y el azul seguían como colores primarios… La cultura occidental se la pasa experimentando en la filosofía. La etnia ya no experimenta en la cronovisión. ¿Recuerdas que Graham Geene, sobre las pirámides de Teotihuacán, pensó que la cultura náhuatl se explicaba el cielo por medio de las matemáticas?

 

 

 

 

 

                                                  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                      2

                                                       I

Y ya que se había acordado de Cork pensó decirle que su amor por la cultura argentina se había achicado al leer al Cortázar novelista, y volvía a renacer con Dávalos. Este escritor le descubriría  a Cork  la Provincia de Salta en todo su esplendor. No por nada  se le conocía a Juan Carlos Dávalos como el narrador de Salta. A estas alturas del tiempo, a casi un siglo de distancia, los críticos de literatura no se ponen de acuerdo si su producción literaria está en la categoría de “cuento” o tan solo de “artículo de costumbres”. ¡Al diablo con la  etiqueta le pongan, lo importa es cómo ve a Salta! Dávalos es de los que describen lo que ven y de los que imaginan mundos.

 Toci pensó las primeras líneas: En él encontrarás, el rucio por el que Sancho Panza tanto se preocupaba. Más que besarles la mano a los duques preguntaba si los de la venta  ya le habrían dado su pienso al  gran compañero de los hombres de campo. Con Dávalos también hallarás “burritos leñateros, que pasan lentamente por las calles, curioseando todo y metiéndose dentro de las casas”. Por mi parte, seguía pensando Toci,  quedé encantada de Dávalos al leer lo que dijo en el transcurso de una conferencia en Buenos Aires en 1921. Se lo había aprendido. “Yo estoy hecho a las cordilleras donde reina en toda su majestad salvaje las fuerzas eternas y ciegas del mundo. Estoy acostumbrado a contemplar más que a pensar. Soy esta cosa sencilla: un buscador de belleza en el paisaje natal y en las almas ingenuas de mis coprovincianos. Yo admiré en la naturaleza, un inmenso afán de ser, de realizar todas las formas y todas las posibilidades, la tradición y la leyenda son el pasado mismo que subsiste, no en la letra muerta ni en el grabado oscuro, ni en el vestigio arqueológico, sino en el alma de los hombres como intuición de lo  ancestral, como recuerdo traslúcido de los tiempos heroicos, como afirmación evidente de un arraigo inveterado y tenaz sobre la tierra. La tierra, como la mujer, no entrega su alma al propietario, sino al poseedor…” Con los ojos casi llorosos, Toci me preguntaba: Guillermo, ¿por qué los hombres se volvieron escritores blandengues y no sostuvieron el tono de Dávalos?

-No tengo idea. ¿Será porque aprenden a escribir viendo en la tele comedias de las abuelitas?

Sabía que desde Aristóteles, hasta Heidegger, se acepta que la idea del Ser se puede ajustar a muchas y diferentes cosas. Pero en su etnia no había duda que ese Ser era el autor de todas las cosas reales y esenciales. Los “ladinos” pueden jugar poniéndole predicado al Ser, pero entre los suyos  el Ser es el sujeto y tampoco se le separa de nada.

Se dijo que la siguiente ocasión que bajara a Mendoza  trataría de conseguir “Viento Blanco” de este autor. Y seguía su diálogo mental con Cork. Te conozco y sé que Dávalos no solo te gustará sino que te va a conquistar. Hasta que leí a Dávalos viví pensando que nada más tú poseías ese amor por el páramo, como es el de Salta. Sobre todo debes estar seguro que Dávalos no te vende “argentinidad”: “Hay en el norte argentino, más precisamente en el noroeste, una provincia que abarca colosales cumbres andinas alineadas en cordillera, con su presencia sobria, sus altiplanicies desiertas, sus puertos escabrosos, que la separa de Chile. Con sus estepas y salitrales asume características de  paisaje ajeno al planeta, con sus montañas interiores  que implican quebradas ásperas o valles fertilísimos, se alarga hacia la llanura…” Esa descripción es la gran  Argentina que amarías, no la del futbol…   Estaba segura que un día Cork vendría a conocer Salta. Vendrían…

Por  el elevado sector andino  Tupungato - Aconcagua había pasado Calfucurá, el Werxygentoriux contra los argentinos. Toci por su parte sabía que siempre habrá un Mansilla que exclamé “¡Qué hermosos campos para cría de ganado son los que se hayan encerrados entre el Río Cuatro y el Río Quinto!” sin detenerse a considerar que esos hermosos campos están habitados por familias de indios ranqueles. Después de la masacre y la expulsión se dirá al caer la tarde, platicando y tomando mate con sus amigos: ¡esos indios  eran una amenaza! Eran los tiempos en que en esta región al indio se le decía “desierto” y al masacrador “civilización”. Desierto lo que ahora se llama pampa pero también a “gente sin razón”. O “Tierra adentro”. En estas historias oficiales siempre habrá un terrible Calfucurá y un héroe Mansilla. En este punto hay que destacar, se dijo mientras veía a través del vidrio de la ventanilla del autobús las últimas luces de Uspallata,  que los mexicanos   jamás permitimos que a Cuauhtémoc y a Cuitláhuac  los convirtieran en los villanos de la historia. Cuando bajaba a Cuevas y durante la cena decía a sus amigos de la casa en la que se hospedaba, que al primer hijo que tuviera lo llamaría Calfucurá, abrían enormes ojos de sorpresa y rechazo y enmudecían. ¡Es una broma ¡ exclamaba al despedirse y los otros volvían a reír.

Eso fue hace mucho tiempo. En México es un proceso que todavía no termina. Los zoques han resistido durante siglos. Pero el deterioro de su palabra, su música, su color y su luz, es enorme. Ya no es tiempo de guardar aquellos rencores y estamos en el siglo veintiuno, no en el dieciséis. Y es verdad. Los indios siguen viviendo entre la pedregosa vertiente de la montaña…

Cork le decía, para darle confianza, que la Edad Media es como la pared de vidrio de un restaurante. Si observas impotente desde afuera eres pordiosero. Si estás sentado a la mesa del interior mirando hacia la calle eres afortunado. Lo que marca la diferencia de tus posibilidades es un vidrio. Lo mismo que si vas de visita a un hospital o tú eres el visitado. O, recordaba a Aristóteles, cuando se padece pobreza se es miserable y cuando proporcionas socorros eres misericordioso. Todos los intereses espirituales, de cultura  y económicos actuales  vienen de ese viejo caldero. Cada quien  tiene  su verdad. Una sola realidad con mil verdades en pugna. ¡Pero maravilla, de ahí surgió nuestro mundo moderno!

Ella me recordaba, a mí que no soy de ninguna etnia, que el indio sigue siendo un “salvaje” y el masacrador de indios un “civilizado”.

En las etnias cercanas a la ciudad las costumbres ancestrales se habían aflojado a partir del siglo dieciséis y con mayor celeridad en el último medio siglo. Se podía ver en la manera de tomar bebidas alcohólicas laicizadas a su juventud. Un individuo de treinta años de edad, y en ocasiones menos, ya había pasado por las dos primeras etapas de bebedor social y bebedor empecinado. Y muchos de ellos desembocaban en la etapa del zombi.  Un pensamiento fijo de masoquismo-componente narcisista infantil, que soportaba una única compañera en la vida y era la botella. Cuando Ome Tochtli no se respetaba por medio de las ceremonias, su esposa, Mayahuel tomaba desquite. No había nadie con la fuerza suficiente para escapar a su castigo. La tercera fase, la zombisación del humano, era la señal de su venganza. “El gran dios Ome Tochtli-decía-es como el colesterol: te ayuda a vivir pero, si abusas, él mismo te aniquila”.

Su etnia no había cedido nada en cuanto a tradición. Vivían entre los de la ciudad y observaba su manera de desenvolverse y adoptaba algunas cosas. Pero nada más. Se dio cuenta que la lucha que ahora tenían las mujeres de la ciudad era por recuperar algo que habían perdido cuando la relación de trabajo había cambiado de agrícola a industrial. El proveedor en adelante fue el hombre y ella pasó a ser  dependiente aherrojada a los límites de servidumbre.

Las mujeres de la etnia de Toci no cayeron en esa telaraña. Jamás dejaron de ser el eje del hogar. Toci no pertenece al mundo femenino de la gran novelista inglesa de los bailes y las crinolinas. Escritora que va radicalizando la animadversión  de sus heroínas hacia los hombres, en la medida que ella, la autora, se hunde en la soltería sin esperanza. El mundo femenino de Toci   es de la implacable y cíclica naturaleza. Generación, vida y muerte. Chicomecoatl-Toci-Coyolxauquí-Tonantzin-Guadalupe. Ome  Tochtli- Dionisio hace reir a las jovencitas indias que más tarde se convertirán en leonas  para defender a sus cachorros. Y, cuando llegue el invierno, quemarán copal  a Mictlancihuatl y llorarán  cuando les vaya arrebatando  a sus familiares y amigos. Muchachas que se maravillarán al observar a Tlahuizcalpantecutli brillar fuertemente en el cielo de la madrugada. Reirán de nuevo cuando Dionisio, en el baile del pueblo, del domingo por la tarde, las invite  otra vez a bailar. La vida es corta y no hay tiempo para   “veleidades occidentales”. Apenas alcanza para reír y ya hay que morir.   Así había sido su pueblo desde por lo menos cinco mil años. Y así lo habían aceptado los hombres. Podían ser los más rudos labradores o bárbaros guerreros o acuciosos técnicos y hombres de ciencia, pero la tradición seguía intocable. El marido pasaba a ser el compañero, el protector, el hijo, el padre, el padre de sus hijos, el proveedor junto a la mujer india. Y, si, cosa excepcional, te lo recuerdo, el vínculo matrimonial se rompe, ella se queda con todo. Lo que se llama todo. Hijos, casa, patrimonio económico y aumentaba el estatus social. Se iba con su mamá y las dos mujeres fundían dos mundos  en uno. El otro, el abandonado (porque ella era la que decidía la ruptura), era el que debía reinventar su lugar en la etnia. Las mujeres de su etnia eran tan fuertes que no se desgarraban la ropa ni se mesaban los cabellos por la separación. Solo se iban y a otra cosa. Eran mujeres sin calzones que podían orinar de pie… “Yo sí uso”, se apresuraba a decir Toci.

Ya nada más faltaba dar el último paso…Lo de menos sería pararse delante de él, como había visto que hacen las gatas cuando quieren atraer a su gato. Sin andarse con rodeos levantan la cola y les enseñan el trasero. O como esa clase de arañas que abrazan a su compañero y en un mismo acto, sin dejar de sujetarlo, exprimen todo el semen que el otro posee, lo traspasan con su aguja y se lo comen. De alguna manera hay que hacerse de proteínas para alimentar sus críos que en breve nacerán. Pero…el pero de Cork era que leía libros. Era su  lado débil que resultaba   casi  Inexpugnable. La mujer podría hacer lo que quisiera de él, ¡aceptaba su destino indio! pero a reserva que también leyera libros. Pues bien, se dijo, vería más pinturas en las cajetillas de cerillos La Central y leería más libros.

Recordaba que Cork le había confesado que la música no es lo suyo. Y, por mí, la muchacha sabía que cuando Cork iba a Tlamatzinco, en el invierno, leía en el porche de su cabaña, con orientación mítica solar, hasta que se ponía el sol entre las dunas de arena. Encendía la lámpara de energía eléctrica y seguía leyendo. Hacia las nueve apagaba la lámpara y prendía el quinqué de petróleo. Pasaba otro tiempo escuchando canciones de la revolución de 1910.Sólo las que cantaban al Centauro del Norte, en la voz del dueto de Rubén y Nelly. Con la mirada perdida en el desierto invisible. Ahí, en Tierra Blanca, ahora Médanos Blancos, habían caído luchando varios de sus ancestros.

Pero tales reglas de su grupo funcionaban dentro del matrimonio constituido frente a sus guías y su pueblo. En tanto no sucediera,  la muchacha no tenía jurisdicción alguna sobre Cork.

Así fue como ella empezó el  juego de atraparlo, literalmente. Cubrirlo con su manto y llevárselo hasta su jacal… Leía desde niña como parte de sus tareas del día. Agarrar un libro no era accidente que podía suceder en algún tiempo indefinido. Leer para ella era tan inevitable como una necesidad fisiológica. Con esa fatalidad y esa precisión. Esa necesidad, angustia  y  placer. De ahí que poseyera un vocabulario amplio, supiera canalizar muchas de sus inquietudes y tuviera una imaginación que le facilitaba la creatividad literaria. En las despedidas, al terminar los trabajos de la expedición, casi siempre había reuniones literarias de despedida y ella medía el nivel de “su literatura” con los otros. Su pensamiento indígena estaba presente, lo vivía, lo cultivaba y procuraba documentarse de las culturas milenarias de otras partes del planeta. Pocos conocían la historia de los caldeos de Ur, y la de los etruscos de Italia, como ella. Uno de sus proyectos, para cuando terminara esta temporada de montaña, era viajar hacia la región ranquel de Argentina, entre los Ríos Cuarto y Quinto. Pero antes debía de atrapar a Cork. ¿Qué son las bellezas del mundo sin él?  Se acordaba que cuando estaban juntos leían libros alternándose las páginas mientras tomaban café…

El último día de octubre había sido una de las cien mil personas que visitaron las numerosas ofrendas de Ciudad Universitaria, de Las Islas y de la Escuela Nacional de Estudios de Postgrado Aragón. Había contribuido con el tzompantli de la Facultad de Medicina, en busca de esta institución,  aparecer en los Record Guiness y la calavera de azúcar, que Toci puso en la ofrenda, fue la número cinco mil tres.   Gustaba de llevar a sus clientes, para las ascensiones en México, al regreso de las montañas, a ver los murales universitarios: O´Gorman, David Alfaro Sequeiros, José Chávez Morado, Carlos Mérida, Francisco Eppens, Diego Rivera…Se trataba, les decía,  de un enorme museo de arte al aire libre. Y se afanaba en señalar  que ese museo tenía como espíritu rector a Quetzalcóatl. Igual que niños, los hacía caminar sobre los lomos de la gran serpiente de roca de la Zona Cultural. Como una cortesía suya proveía a cada grupo una Guía de Murales de Ciudad Universitaria editada por el Instituto de Investigaciones Estéticas. Una publicación con imágenes e información sobre los artistas autores de esas obras de arte. Así los metía a reflexionar en el significado de los murales. Ciudad Universitaria, les insistía, es una realización artística…

Toci supo siempre que la rutina tiene un valor extraordinario. Muchos no lo saben y se sienten prisioneros en ella. En el primer “puente” se van a los balnearios o a la playa. Sólo para entender de alguna manera que el equilibrio está en los acontecimientos encadenados que se parecen mucho a los del día anterior. Por eso se apresuran a regresar a su lugar de siempre. Nadie quiere escalar montañas  para encontrarse a sí mismo. Para reencontrar la calidez de la ciudad. En las calles la gente no tiene rostro. Pero también en la montaña y en el desierto hay muchos sin rostro. Creía que en todas partes hay rutina, como en las oficinas de la burocracia. Dentro de la audacia del escalador también hay rutina. ¿Cómo se puede adquirir una cultura de calidad sino se es rutinario en el acto de abrir un libro y ponerse a leerlo? Creer lo contrario ha llevado al país a una industria editorial casi heroica en donde los tirajes de apenas dos mil ejemplares ya se consideran best seller…  Y todos los tirajes de los diarios nacionales y locales juntos de ese día  apenas igualarían a uno sólo de los grandes europeos o estadounidenses. Y la mayoría de los mexicanos abrevan su cultura, nada más, en los diarios…En los exiguos diarios.

Cuando tenía que moverse en “lo occidental” no se le podía etiquetar en algún estereotipo, escuela o corriente de pensamiento actual. Era feliz lejos de las abstracciones y aquí también volvía a buscar la rutina de la tradición. Estaba convencida que los libros de pensadores contemporáneos no difieren mucho de los autores de muchos siglos atrás.  Por más que  estén negando su corte umbilical con el pasado. Olmecas, babilonios, egipcios y griegos. Eran el “humus cultural” en el que gustaba de hurgar y en el que encontraba sorpresas sin fin.  Otra vez saltaba en su imaginación  el Teetetes cuando Sócrates  pregunta: “¿No diremos que lo que no existía antes y existe después, no puede existir, sino ha pasado o no pasa por la vía de la generación?” Conocía bien los casos del Quijote en el que fueron incluidos numerosos relatos de otros autores. Y a la vez estos inspiraron otros. Hallaba que  El Mercader de Venecia, de Shakespeare, se parece mucho a la carrera del gordo de once arrobas de peso contra el flaco de cinco arrobas. Los consejos del buen Sancho consisten en que uno se cortara carne de su cuerpo hasta quedar parejo con el otro. Este relato a su vez procede de la Floresta General, de Melchor de Santa Cruz, que fue aprovechado por Cervantes. Alonso Fernández de Avellaneda en realidad estaba en el espíritu de la época cuando escribió la segunda parte de Don Quijote de la Mancha. Fue la reacción tan fuerte de Cervantes contra él que le dio a la obra el carácter de apócrifo. Este año que se cumplen cuatrocientos años de la edición, de la segunda mitad del Quijote, nadie ha reivindicado a Avellaneda. Y los fanáticos de Sor Juana Inés de la Cruz se sorprenderían de cuánto material figura en su bella obra que pertenece a otros… Goethe y las brujas del medioevo...

En política no se hacía líos con dictadura, democracia y partidocracia. Repetía que esta última era el eslabón que cerraba la figura de “la serpiente que se muerde la cola”. No le entendían la metáfora y entraba a comentar la necesidad de estudiar con responsabilidad a la dictadura en lugar de estar hablando tan fácilmente de la democracia. Así sabríamos en que momento la democracia se descompuso al grado que dio paso a la dictadura. Sabía que era una realidad muy difícil de aceptar…La historia oficial del país se parece más a la crónica de un escritor de partido  político…

Creía que las emociones básicas primarias tienen mucha influencia sobre las creencias y en el entorno social en el que se desenvuelven los individuos. Y que en las ciudades cosmopolitas, como  México, se necesita mucho oxígeno para poder evitar la intolerancia. Pero que ese oxigeno no cae del cielo. Es para todos y entre todos hay que cultivarlo. Sobre todo se dijo que   a la mujer citadina le hacía falta oxígeno. ¿Creyó en el complejo de Edipo, en lo de la castración etcétera pero al fin el tratamiento sobre la neurosis no dio resultado y ahora no cree en los psicoanalistas? ¿Se convirtió en la analista de sí misma, para evitar al psiquiatra y al sacerdote, y ahora siente que su enfermedad se ha refugiado en regiones más profundas? ¿A dejado de interesarle aquel hombre y ahora le atrae su médico? ¿Se le ha terminado el dinero y ahora no puede seguir con el tratamiento prolongado? ¿Siente que ha quebrantado el equilibrio de su vida al incurrir en un perjurio? ¿Sigue creyendo que la sexualidad es un vicio y no una necesidad natural? ¿Se ha construido otra realidad para no pensar más en aquella realidad?  ¿Siente que el psicoanálisis es un combate que usted ganará a base de ingenio y actuación? ¿Cree que es diferente a como sueña? ¿Le teme al psicoanalista porque sabe que muchos psicoanalistas se suicidan? ¡Pobre mujer de ciudad que estas bajo la influencia de una civilización refinada! ¿Sabes que muchos recovecos intelectuales hacen frígida a la mujer e impotente al hombre? En la comunidad sencilla del jacal no sucede así. ¿Qué vas a hacer si sabes que cada siete años tendrás que enamorarte?  ¿Sobreestimaste el objeto de tu amor y no descubriste a tiempo sus defectos y  ahora la relación se parece a un diálogo sádico y masoquista? ¿Prefieres a los sujetos simples que a los refinados? ¿Te gusta un galán con los atributos que tu desearías tener? ¿Te gusta besar las partes de tu compañero que a ti te gustaría que te besen? ¿Te gusta derivar toda inclinación amorosa de un perfume? ¿Sientes que el mal olor corporal es un afrodisíaco? ¿Te enamoras de los cantantes aunque sepas que para ellos su ego está sobre todas las cosas y personas? ¿Sientes orgasmos con alguna clase de música?

                                                  II

Le gustó el pensamiento de cubrir con su manto a Cork y llevárselo  hasta  su jacal…Y a su petate…

Me escribió para comentar algo del relato que yo le había hecho de Joseph Conrad.

-  Siempre hay hombres soñadores que batallan por la libertad de otros. Lord Jim luchaba por la libertad del pueblo esclavizado en aquella aldea de la selva malaya. Lo hacía desde la obsesión que le carcomía el alma. Los escritores beates norteamericanos, probablemente protestantes, que llegaron a México en los años cincuenta del siglo pasado, luchaban por la libertad frente al Estado mexicano  y la Iglesia católica. Lo hacían con tequila y marihuana en algún departamento de la colonia Roma del Distrito Federal. La mujer que relata la “observación” número 91 de un trabajo de Stekel, en la apoteosis de su libertad, frente a su familia, desde los brazos de su amante circunstancial, exclama: “…me había vuelto tan egoísta que no quería más que gozar”. José Alfredo Jiménez cantaba “Vámonos…donde no haya justicia ni leyes ni Dios”. ¡Ni instituciones!

“Era la generación de los escritores del “doping”…” me dijo.

La manera como conoció mejor a Cork fue en una cervecería de Amecameca, a la que el grupo de escaladores se había ido a meter luego de subir, durante una semana, rocas frías, de los cuatro mil, en la cañada de Alcalican, suroeste de la Iztaccihuatl. Cuando sorprendió a la muchacha, que lo  miraba por tercera vez, con esa mirada que es diferente a todas las miradas, le preguntó, nada más por empezar una plática:

-¿Crees que lo que es, es?

-Sí – dijo ella mientras tomaba otro trago de cerveza “Corona, extra” y lo veía de esa manera por cuarta vez. El sabía que esa mirada  era parte del flujo mucoso, del “Método Billings”, al que no se le escapaba nada que tuviera la inocencia de acercársele. Por la mirada sabía que su temperatura había ido subiendo, por décimas de grado, durante una veintena de  días y ahora… La mirada que domó a los orangutanes.

-¿Y crees que lo que no es, no es?

- Sí- volvió a decir ella sin prestar mucha atención al socrático interrogatorio.

-¿Y, entonces, dónde diablos quedó el devenir, que es donde se manifiesta la libertad?

Era tarde para eludir  la trampa. Sin embargo ella había leído a Jaeger y sabía cómo desbaratar el nudo.

-¿Qué me das si te lo digo?-Cork parecía estar  borracho.

-¡Un beso en…!

- ¡Sí, pues toma, bastardo, hijo de la…  !- y le vació el tarro de cerveza en la cabeza. Siguió tomando cerveza en la creencia  que a Cork le haría efecto la bebida…No sabía que Cork era un privilegiado por el Tonalamatl y a la que se le subió fue a ella. Así fue como supo que, después de diez cervezas, las indias son igual que las blancas,  amarillas y  negras. Quería llorar, bailar y reír al mismo tiempo.

Cuatro horas más tarde ella le daba la solución del intríngulis filosófico y él pagaba su apuesta…

Al despertar  le comunicó  su pensamiento obsesionante que  era la enorme responsabilidad social de los medios, en especial la televisión. Hablaba y echaba a andar lo intrascendente de la gente, y muchas veces lo que en la sociedad se tiene como reprobable. Lectores que tienen prisa en un país que no se lee mucho por muchos y entonces los escritores hacen novelas de breve extensión. Quieren acabar pronto. En su valle se lee poesía y ensayo. Dos géneros literarios… De preferencia autores extranjeros porque los escritores del terreno, dentro de su provincialismo, sea prosa, poesía, historia, crónica o ensayo, caen con facilidad en el tiempo decimonónico en el que nada más existe la pugna liberal - conservadora. Ni se les ocurre llamarlas como socialdemócratas o democraciacrisitiana.

Debido a lo alto de sus montañas era un valle en el que no circulaban con facilidad los vientos. Sentían que los extranjeros, en especial los europeos, les llevaban al menos quince siglos por delante y están en posición de ofrecerles un horizonte cultural amplio. “Derrocamientos y restauraciones” culturales que  se reproducen casi todos los meses. Obras que en un tiempo fueron  “basura comercial” y en otros tiempos fueron “clásicos”. ¿Qué revoluciones económicas provocaron esos cambios culturales en la preferencia del público? ¿Cuáles obras estuvieron al margen de todo ese manejo especulativo? En tanto en su valle seguían congelados en el siglo diecinueve. Con la lamentable ausencia de algunas excepciones como la prosa de Altamirano y la poesía de Gutiérrez Nájera.¿ Es verdad que los libros hacen a las personas y las personas hacen a los libros? Pero era el caso que en le valle de Toci sólo había un nutriente: el siglo diecinueve. En consecuencia, la gente pensaba como en el siglo diecinueve.

En el tiempo en que Toci era una niña su sociedad tenía varios obstáculos para entregarse a la  lectura de los libros de “entretenimiento”. Una era que el “gobierno mestizo” consideraba que la educación del pueblo no era prioridad e invertía en otras cuestiones su mayor capital económico. La otra era la idea extendida que toda lectura, y en especial la de entretenimiento, era una evasión de la realidad. Aunque no se decía de qué realidad. No se decía porque lo que se tenía enfrente era un caos impenetrable para muchos. Entre menos se leyera, menos se descifraba el caos. ¿Y las mujeres? ¡No necesitan cultura! ¡El día de su  onomástico regálales un metate para que hagan tortillas!

Es la tierra del perfecto embrollo empezando por el tema de la educación. En un lugar en el que se necesitan miles de becas, Becacyt recortaba ese año 420 posgrados... Cuando la Cámara de Diputados había autorizado a Becacyt 500 millones de pesos, para que se ampliaran las becas, rájale que las recortan. Hasta Kafka hubiera exclamado: ¿qué pasa con estos de Becacyt? La peor interpretación  burocrática administrativa, con la que salió esta institución, fue que se suspendieron las becas porque los aspirantes no llenaron bien los formatos. Aparte de no darles, les echó la culpa de torpes. Imagínense recortar becas de posgrado de biología, por ejemplo, nada más porque los formatos no estaban bien contestados.  El sistema público de educación superior está hecho para responder a los problemas de la nación. Y el sistema público de educación privada, salvo algunas pequeñas excepciones, está hecho para responder  al crudo interés de la empresa. La idea es apoyar, al mismo tiempo, la educación básica y los posgrados. Evitar el gradualismo de  la educación básica, luego la media superior, después la superior y hasta después, allá por el año 2070, a los posgrados...El cuento de nunca acabar porque para entonces la demanda de la educación básica va a ser tremenda y los posgrados seguirían a la zaga. Si es que alguien imagina que puedan estar más fregados que ahora... En algunos estados  el porcentaje de la población, que tiene un grado de maestría o doctorado, está por la calle de la amargura. En Chiapas el 0.27 por ciento de la población poseía a la sazón algunos de esos dos niveles de posgrado. En Oaxaca el 0.28. En Hidalgo el 0.35.En Tabasco el 0.36.En Guerrero el 0.37. El Distrito Federal, que es la entidad con los indicadores educativos menos desfavorables, el 1.59. El que dijo esto sabía lo que estaba hablando pues se trataba del presidente de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados: Salvador Martínez Della Roca. Y no fue en una reunión de amigos sino frente a rectoras y rectores de las universidades del país,  en el Seminario Nacional sobre el Financiamiento de la Educación Superior. Más del 23 por ciento del Estado de Chiapas era a la sazón analfabeta, en Guerrero el 22 por ciento, en Oaxaca el 21...Estaba tan grave el problema de la educación básica como el de los posgrados. Como un ejemplo, de la media, es decir de licenciatura, se tenía que el país producía 1200 doctores al año con ciento treinta millones de habitantes, en tanto que España, con 43 millones de habitantes, cerca de 8 mil doctores. Brasil 5800... Los jóvenes mexicanos que tenían las edades de 15 a18 años y que deberían estar inscritos en algún bachillerato, el 63 por ciento no está inscritos en ningún de  ellos. En el Distrito Federal los muchachos que entraban al primer año de preparatoria, desertaba el 52 por ciento. Se dijo entonces que lo primero que teníamos que hacer era reconocer el nivel del problema. ¡No había un programa de equidad! Empezando por las desigualdades en el costo que se les asignan a las universidades por alumno.55 mil pesos la de Quintana Roo, 53 mil la de Yucatán, la de Guerrero 13 mil, Oaxaca 10 mil...No hay criterios académicos claros para intentar  explicar tales diferencias. Se trataba de un país que estaba hecho bolas. Y todavía nos preguntamos por qué se van de  “mojados” más oaxaqueños y guerrerenses, etc., para Estados Unidos, que de otros Estados.  “Este país, dijo el orador citado, ha envilecido su cultura desde hace mucho tiempo”. Los presupuestos para educación han disminuido y no disminuyen igual.  Curiosamente el bachillerato era el sector más afectado en el presupuesto. Y es donde se tenía el cuello de botella más grave ya que el aumento demográfico de este grupo era casi aterrador. Por eso se tenían problemas de todo tipo de analfabetismo y  de primaria. “De 1989 al 2003, la matrícula de educación superior pública creció el 44 por ciento. La privada creció el 260 y tanto por ciento. En este periodo el posgrado público creció a una taza acumulada anual en 125 por ciento. El privado creció el 570 por ciento”. Pero no se trataba sólo de estar echando carreritas. El problema era  grave porque era en las instituciones de educación superior, públicas, donde se afrontaban los grandes problemas nacionales. Donde se crea y se recrea la cultura. El Humanismo. Las tradiciones. La Historia. La gran parte de la investigación científica. Para desviar la atención, era la educación privada la que trabajaba todos los días contra  valores del Humanismo como la tradición, la historia, la cohesión social y ponderaba el individualismo.

Y tras la urgencia de Cork para que la muchacha leyera y escribiera, casi siempre seguía la regañina. Se escribe porque se escribe, le decía. Si en el remoto futuro eres leída, tanto mejor. Como Schopenhauer que escribía para los nietos de esta generación. Pero escribir pensando en los contemporáneos, para agradarlos o para influenciarlos, es tener ganas de meterse en la tremolina yoica. Desde luego cada quien salva el día como puede, pero estoy seguro que hay maneras más positivas de ir por la vida. Mejor sería dedicarse a coleccionar estampillas y sellos del correo…Cuando tú te deleitas leyendo a Chaucer, Shakespeare, Petrarca o Boecio, te refieres a sus méritos, ya purificados por el tiempo, no a la polvareda que los intereses intrínsecos levantaron en su época.  O dejó de levantarla. Con los historiadores hay que andarse con más cuidado. Parece que Schopenhauer se refería a ellos al escribir: “Cuando la Verdad habla desde el conjunto de los hechos de las cosas, no hace falta acudir con palabras en su auxilio; el tiempo le ayudará con mil lenguas…Hasta que se presente casi inevitablemente el descubrimiento…Hasta que el ojo más torpe lo adivina”. En verdad te digo que entre los historiadores... Graulich, el francés muy conocedor del mundo náhuatl, decía que: “hay que leer a las fuentes”.

Leer y más leer era la maldita canción de Cork.Esa noche Toci en su tienda, en la orilla del glaciar Tolosa, intenta descifrar la conducta de Dios a través del Paraíso Perdido de Milton. Es la caída de Satanás al tratar de disputarle la supremacía al Creador. Una tercera parte se rebela y el resto permanece fiel y triunfa. No gana  por el número sino por los valores. Son dos imágenes que representan el Bien y el Mal. De ambos  lados hay ángeles y arcángeles que luchan con la espada en la mano tratando de hacer prevalecer su estilo de pensar y vivir. Al final los del bando de Satanás son arrojados prisioneros al Infierno. El Infierno es la prisión, no la mansión, de los rebeldes. El libre albedrío es la pieza clave en todo esto. ¿Por qué se les dio libertad de decisión a los ángeles? Se preguntaba. Los autómatas no se rebelan. Entonces se pone de manifiesto que todos eran libres en el cielo. Con una jerarquía bien establecida pero susceptible de ser desobedecida. Además, parecería que el cielo es una fortaleza que siempre puede ser conquistado por medio de la fuerza de las armas. Los seguidores de Satanás siempre están intentando penetrar sus muros.

Pero Dios no se desanima. Vuelve a realizar una segunda creación. Ahora con el hombre y la mujer en el centro, no ya con ángeles. ¡Y vuelve a dar el libre albedrío! “El libre espíritu que en tu interior he puesto…Te hago dueño de este Paraíso; tenlo por tuyo para cultivarlo, guardarlo y sustentarte de sus frutos. De todos los árboles que en este jardín crecen, come libremente y con corazón alegre; no padezcas necesidad; pero del que lleva en sí el conocimiento del bien y del mal, que he plantado en medio del jardín, junto al árbol de la vida, y para prueba de tu obediencia y fidelidad - no olvides nunca este precepto -, guárdate de gustar, y evita sus funestas consecuencias. Sabe que el día que comas de él y quebrantes el único mandato que te impongo, morirás infaliblemente, serás mortal desde entonces, perderás tu presente felicidad, y expulsado de aquí, irás a un mundo de desdichas y penalidades”.

¡Y los humanos también se rebelan! ¿Qué intenta Dios? ¿Acaso mostrar a los diablos, por medio de los humanos, que el cielo se puede reconquistar para la felicidad no para la dominación?

No encontraba la respuesta. Dejó de lado a Milton y agarró a Fadanelli. Este le recordó a Bukowski.

                                                      III

Era muy noche cuando dejó  el libro. El termómetro marcaba treinta y dos grados bajo cero y el viento había dejado de golpear. Se asomó por la mirilla y pudo ver el resplandor  de los Andes cubiertos de estrellas y más allá la Cruz del Sur. Sintió que el frío le goleaba el cristalino de los ojos y llegaba hasta el humor vítreo. Se hundió en su bolsa  de plumas. Recordó que el círculo de lectores, de los expedicionarios que festejaban en Mendoza, tomaba café mientras leían algo de Ibsen. Después ella les decía que si una novela, obra de teatro, pintura o escultura, no es del agrado del público, se dice que la obra no es buena. No se piensa que el público pudo haber sido el incapaz para valorar el trabajo. Lo mismo en el arte pictórico, agregó uno de ellos. ¿Cuánto tiempo tuvo que pasar para que Hölderlin, como poeta, y Van Gog con sus telas, demostraran lo contrario. Aunque dudo que ellos buscaran demostrar algo. El gran público está metido en sus cosas como para que también invada el trabajo especializado de un crítico. Tiene criterio y orientación estética pero no preparación. Es semejante a la labor de un geólogo que se dispusiera a perforar en cierto lugar, para extraer petróleo, y se sometiera su decisión al juicio del público…Eso solamente sucede en el estadio de futbol. Cien mil expertos técnicos saben más que el árbitro…En literatura la especialización del crítico le permite descubrir lo nuevo, cosa que no puede hacer la gente acostumbrada a lo de siempre.

Un expedicionario que tomaba cerveza, y no café, como lo hacía el resto del grupo, dijo que de esta manera se corre el riesgo de que el crítico, al servicio de las editoriales, se convierta en manipulador y de “gato por liebre”. Hasta puede justificar que Homero salga en traje inglés del siglo veinte en la obra de teatro del poeta. Sentado en lo alto del muro metiendo notas en su lap top en tanto allá abajo Héctor y Aquiles se lían a golpes rodeados por escandalosas comadres de la vecindad.

Algo así como las  empresas encuestadoras que inclinan las preferencias del público antes de que éste acuda a las urnas y decida libremente. En realidad lo de “siempre” tiene un poder de sorpresa inagotable. Solamente los filósofos y los novelistas pueden ver a través del humo de lo de “siempre”. ¿Cuántos autores pueden leer, aun el mejor lector, de entre miles que hay? Que encuentren en escritores  nuevos  las ideas de antiguos pensadores.

Toci pensó que, debido a que el pueblo mexicano no tiene costumbre arraigada de leer, sino solo ir a las miles de bibliotecas públicas que hay en el país, a hacer la tarea de la escuela, no ha podido sostener “su punto de vista” a través de los siglos. Los grandes episodios de su historia política y guerrera traen consigo un cambio conforme cambian los dirigentes y tan rápido que los historiadores no alcanzan a registrar cabalmente. En el siglo diecinueve tuvieron treinta y dos presidentes en sesenta años. A eso hay que agregarle la omnipresencia de la televisión instalada en el corazón mismo de la casa, “con una idea menos cada año”.

 La praxis del alpinismo ha enseñado que donde se lee mucho del deporte de las montañas, el siguiente paso es escribir. Y esto propicia generaciones que llevan adelante mejores y más logros alpinos.

Después de todo, volvió a hablar el que no tomaba cerveza, la originalidad de Schopenhauer viene desde Sócrates, Platón, Aristóteles, Baltasar  Gracián. De  entonces para acá, el agua que pasa por debajo del puente se ha reciclado muchas veces…Y todo para llegar a las mismas conclusiones. Cambiando sólo la manera de decirlo. O hacerlo. Como los manuales sexuales de los adolescentes que tienen quinientas cuatro posturas diferentes de hacerlo…  Buscando desesperadamente ser diferente.  Recordaba haber visto un programa de “Aunque usted no lo crea”, presentado por Jack Palance, mostrar el manuscrito del Ulises, de Joyce. Como un códice plegable de más de cien dobleces, o como las hojas perforadas en los lados y dobladas en el centro, de las primeras computadoras. ¡Sin coma, punto seguido o punto y aparte! El único punto que tiene este largo manuscrito, dijo Jack Palance, es el punto del final. ¡Aunque usted no lo crea!

Schücking seguía llegando hasta el plato de sopa de Toci; “La imposición de un gusto determinado depende de poderes sociológicos no siempre puramente espirituales, el único  criterio para valorar un arte que ha logrado imponerse es la duración de su efecto….Un arte que ha logrado mantener su reputación a lo largo de muchas generaciones tiene que haber pasado de un tipo que encarna el gusto a otro. Puesto que ha podido ofrecer algo a grupos de estructura psíquica tan diversa como son los que se suceden en la dirección del gusto al pasar los siglos, ha mostrado poseer valores capaces de sobrepasar una época determinada, valores ampliamente humanos…Quizá esta advertencia es hoy más necesaria que nunca, pues hasta el público culto se ha dejado convencer totalmente de su pretendida minoría de edad en cosas de arte, y ha acabado por creer en la libertad del arte, es decir, en su propia y fatal dependencia de cierto mundo de “claques” artísticos y de críticos.” Son los que ponen precio en el mercado y controlan las becas de la cultura.

Partir de cero, en aras de la originalidad, que tanto buscaba Schopenhauer, es redescubrir el mundo. Te recuerdo, india bonita, dijo el cervecero en la reunión en Mendoza, que el propio Schopenhauer, todo sinceridad como filósofo, cae en la misma conclusión cuando dice: “He hallado con frecuencia y con sorprendente alegría, en los escritos de genios antiguos, ideas contenidas en pasajes de mis obras, que, a causa de su carácter paradójico, yo entregaba al público después de titubear mucho”.

Otro mensaje de Cork. Decía: El efecto invernadero y el colesterol se parecen en que son necesarios para la vida pero que más allá, o más acá, de ciertos parámetros…Toci se puso en guardia pues era la clase de pendejadas con las que Cork empezaba para abordar el tema que verdaderamente le interesaba. Resultó cierto. Después de un rato leyó en su pantallita algo relacionado con el amor. Eros y Tanatos. ¿Sabes que todo el que nace tiene que morir y que en esto no hay vuelta de hoja? Así es en el amor. No es posible quedarse en Eros.

Su desarrollo inevitable es el dolor, la muerte, el llanto. Salvo circunstancias extraordinarias ésta es la regla. Lo que quiero decirte es que para no morir simplemente no hay que empezar. Ninguna causalidad se pone en movimiento. En el amor no hay muerte sino juegas la primera carta. ¿Acaso ese hijo de Pancho Villa…le estaba proponiendo el celibato?

Toci permaneció con los ojos cerrados preguntándose qué diablos quiso decirle. Los abrió y encontró otra línea: yo estoy dispuesto a jugar este juego contigo, ¿tú también? Ya sabes que somos lo que pensamos. Y yo pienso en ti…

Dice Toci que ni siquiera lo pensó y de inmediato presionó  seis teclas que decían ¡¡sí!! Cuando me lo contó le pregunté ¿De manera que ni siquiera lo pensaste? Y me contestó: tienes razón, ni siquiera lo pensé. Supongo que tendré sesenta años para pensarlo.

Pero yo sabía que lo venía pensando desde años. Pensaba que con su falda de lana negra, de cinco metros  que usaba en su etnia,  con la que daba cinco vueltas a su cintura, podrían envolverse los dos... Sin separarse hasta que fueran tres…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                   

 

 

 

 

 

 

 

                                                                    3                                                                

                                                                    1

A las tres de la mañana emergieron dos figuras del paisaje invisible de la cordillera y caminaron hasta la carretera, en donde se detuvieron a beber un trago agua. Descansaron un poco. Volvieron a echarse las mochilas al hombro y siguieron por la carretera. El cielo estaba limpio y las estrellas se veían en el cielo en cantidades abrumadoras. El frío se metía hasta en los escrotos, y los encogía.

- Las estrellas miran hacia abajo – dijo uno de ellos.

- O hacia arriba o a la derecha o hacia la izquierda…Depende de la hora – contestó el otro. ¿Qué estaría pensando Cronin…?

Tuvieron conciencia de encontrarse en el centro de la soledad. Tal es la sensación que inspiran   esos inmensos acarreaderos cordilleranos. Sin embargo cien metros más adelante los alcanzó un vehículo que venía de Santiago y prácticamente salió de la negra nada y los iluminó directamente. Cuando estuvieron a la misma altura el vehículo se les puso adelante, obligándolos a detenerse. Tres uniformados bajaron con sendas metralletas y los metieron al auto.

Quince minutos después llegaron a Punta de Vacas. Hablaron con los de la gendarmería y estos se comunicaron a la frontera:

 - …dos individuos… parecen colombianos… muy sucios, apestan a diablos. Tal vez peruanos… ¿Que no los querés? Pueden ser guerrilleros. ¿Y qué puta madre vamos a hacer con ellos? De seguro van a resultar guerrilleros. Por si fuera poco, hablan un español muy raro…No queremos complicaciones con las embajadas por este par de pelotudos, che. Bien, esperaremos que amanezca…

Cuando llegó el día, uno de los “guerrilleros” se acercó al guardia y le dijo:

- Tenemos una amiga, paisana, que vive en Cuevas, ella puede identificarnos.

- El otro saltó.

- ¿Por qué no lo habés dicho antes?

- No nos preguntaron y veníamos tan cansados que lo que queríamos era dormir aunque fuera en una celda. Nos daba lo mismo…Pero ahora ya queremos largarnos. Aquí están nuestros pasaportes.

El celador llamó a otros militares y entre todos examinaron los documentos.

- ¿Son mexicanos?

- ¿Qué carajo hacés vosotros  por acá?

- Alpinistas... Andinistas. Le dimos la vuelta a la base del Aconcagua. Nos llevó cinco días... Al llegar a la carretera de Puente del Inca ustedes nos arrestaron sin decir agua va. Nos proponíamos levantar nuestro campamento en los prados del lado opuesto de la carretera…

- ¿Cómo decís que se llama vuestra amiga?

- Toci.

- ¿Toci? ¡Vaya nombre! ¿Qué quiere decir eso?

- Abuela.

Cuando Toci llegó a identificarlos, los guardias creyeron que se trataba de otra persona. Esperaban ver una viejecita con bastón. La muchacha, con dos pequeños senos por delante, bella como un cromo indio de los que venden en México, y con un trasero para volver loco a cualquiera, dijo:

- Me llamo Toci y vengo a identificar a aquellos dos.

El guardia vio los pasaportes. Y también las soberbias nalgas de Toci.

- ¿Cómo se llaman?

- Aquel, el negro, que saca la lengua como iguana cada dos minutos, se llama Salvador Alonso Medina. El otro, con cara de contrabandista italiano y mirada libidinosa, es Mario Campos Borges 

Diez minutos después los tres abandonaban la gendarmería de Punta de Vacas. Bajaron a Uspallata, comieron y brindaron.

-¿Cómo está la circunvalación a la base del Aconcagua?

- Muchas cañadas - señaló Salvador -. Campos nevados y zonas en donde no encuentras ni una sola gota de agua de deshielo para beber y preparar los alimentos…Salvo sobre el glaciar Güsffeldt.

Al atardecer ellos bajaron a Mendoza y Toci regresó a Cuevas. De lejos ella les mostró en alto una libretita color rosa.

- ¡Aquí tengo anotado lo que me deben en comidas y multas…

- Te pagaremos al regreso de la sur del Ameghino - gritó Salvador -. Intentaremos otra vía nueva.  Mario agregó:

- No te hagas muchas ilusiones con tus dineros…Parece que de ahí no vuelven muchos. La vez anterior  contamos tres cadáveres antes de llegar a la rimaya…

Toci levantó los ojos hacia el cielo helado y negro, lleno de estrellas, antes de meterse a su casa de Cuevas  y tuvo este pensamiento: “Edipo, gran descifrador de enigmas, ¿dime por qué  muere cada año medio millón de mexicanos de la ciudad del valle central, por enfermedades derivadas del sobrepeso, si están rodeados de cuatrocientos kilómetros de bellas, verdes y blancas altas  montañas? Todo al alcance de la mano? “

Pensó que no existe Dios para la razón, porque pertenece a la sinrazón. Razonablemente se puede decir que Dios no existe, pero por lo mismo razonablemente no se puede probar que Dios no existe. Creo recordar que lo dijo Kant, entre otros.

Muchas veces ella había salido, caminando, de Pachuca, por el lado norte, y luego de dejar atrás el barrio de El Arbolito, y antes de la   hora ya estaba en el pleno ejercicio recorriendo los bosques de los tres mil.

 

                                                          II

Cork esperó pero no obtuvo respuesta. Se echó la mochila al hombro y siguió su camino entre los antiguos saguaros del páramo. Ya estaban ahí esos saguaros cuando por primera vez  pasaron los de Bering…Ya estaban en ese lugar antes que llegaran los hohokams…

En ocasiones Cork  creía que no era  suficiente comunicarse con Toci por medio del texto o con su imagen en la pantallita. Era como ver a Salma Hayek o a Marilyn Monroe en un calendario. Mujeres virtuales que nunca envejecen. Estaba bien para conocer las proporciones físicas de aquella voluntad de ser schopenhaueriana. Pero rechazaba  a la imagen ideal que no deviene. Prefería a una  Toci que ríe o se enoja o se deprime y que algún día se llenará de arrugas y en sus rodillas, que ahora son capaces de brincar como una gacela, aparecerán los estragos cartilaginosos. ¡Que huele a mugre,  a limpio, a  lavanda! Que sueña y que es activa o que se tira a descansar en una hamaca. Una mujer de carne y hueso que lo interrumpía en plena charla diciéndole que va a orinar.  O que, como hacen las mazahuas, y las mujeres hohokams, eructan libremente al tomar un vaso de cerveza. De otra manera, se decía, si no la tiene cerca ha de empezar a preguntarse si está buscando a una mujer  que no  es en el tiempo. Y eso sería una señal de su incapacidad para relacionarse o… se acordó de Jung (¿o era Ovidio?), que se contentaba con su propia imagen cuando se veía en el espejo de agua. Rousseau hasta llegó a pensar que pensar, esto es, meditar, era un paso atrás en la evolución, no un adelanto. Por fortuna Cork tenía a la fauna del desierto. Esa forma del desierto y otras orgánicas tan especializadas en aquel mundo seco le recordaban que se hallaba en un terreno real. Estuvo por llamar formas inferiores de vida al temible escorpión o a la huidiza  cuetzpalin. Pero se dijo que en ese inmenso páramo él era el más frágil de todas aquellas criaturas. Al menos en aquella situación Rousseau  no estaba tan fantástico. Él podía pensar una serie de posibilidades de atravesar el desierto o cómo encontrar agua. Pero la lagartija y el ratón jerbo estaban condicionados  por la evolución para hacerlo, sin lugar a dudas. ¿De qué parte estaba la fragilidad? ¿De dónde obtenían agua?

¡La fragilidad! Tenía nueve años de edad el día que  durmió plácidamente hasta las ocho de la mañana. Cuando su padre regresó de las faenas matutinas del campo dijo a la madre del niño que quemara chile en la habitación sin ventilación y lo encerrara en él por media hora. Después de eso jamás volvería a holgazanear como en esta ocasión.  ¿Para qué le sirve a la etnia un niño que duerme tan tarde como los niños de la ciudad?  Así se vena haciendo en el pueblo del desierto desde hacía tres mil años y la mujer cumplió la petición sin demostrar el menor signo de contrariedad en su rostro. En la etnia el individuo más duro es la mujer, no el hombre.

Sin embargo quién sabe por qué esta vez   ella misma se escuchó preguntar:

- ¿Podría el niño  tomar parte decidiendo en el asunto?

- Sí.

La madre le preguntó. El niño señaló hacia la repisa donde estaba un grueso libro.

- Quiero leer ese libro que lee mi padre-. No sabía que era un viaje  hacia la cultura occidental.

-Puedes empezar con este-le mostró un bello cuaderno ilustrado en blanco y negro y poco texto: Las pulgas no vuelan.

- ¿Jaeger?- dijo simplemente el padre. Bien. Leerás cinco páginas cada día. Si entiendes o no, no te preocupes. Sólo léelo. No te desesperes. Algún día llegarás a la última página. El resultado será el mismo que si te metieras a la habitación con olor a chile: no volverás a levantarte tarde. Recuerda: sólo cinco páginas. Los que leen mucho se acuestan noche y se levantan a medio día. La piel pierde su color, el vientre se infla y las piernas enflaquecen. No dejes de correr por el campo y procura que te pegue el viento, la lluvia y el Sol en la cara. Al volver a casa  sigue con Jaeger. Leyó algo que encontró a la mano, publicado en  un periódico extranjero. Se refería al escritor Cees Nooteboom: “El trabajo de escribir exige una inmovilidad insalubre y un ensimismamiento prolongado en cosas que no existen. La inmovilidad ha de ser compensada con ejercicio físico; el ensimismamiento en lo inventado  o en lo invisible, con la compañía franca e igual de otros seres humanos, y con la dedicación a ocupaciones prácticas que exijan una atención activa al mundo real, a ser posible el uso diestro de las manos:, la jardinería, la cocina. La  carpintería también parece aconsejable…”

-Me gustaría escribir de cosas que no existen-dijo el niño Cork-pero el padre no hizo caso:

-De manera que ya sabes: leer y luego irse a correr a campo traviesa, sino quieres que te  crezca la barriga y las piernas  se te hagan  de carrizo.

Cuando ese mismo día el niño Cork empezó a leer la Paideia, se preguntó si no hubiera sido mejor haberse decidido por el castigo del cuarto lleno de olor de chile quemado… ¡No entendía nada!

Como no podía hacer otra cosa por el momento, en medio de un desierto que se antojaba sin fin, volvió a encender la pantallita y empezó a leer y a garrapatear algunas notas.

La prisión en realidad no era el desierto sino   la aduana que le impedía tener su microscopio para seguir investigando. Estaba consciente que la investigación que se genera en el lugar de donde procedía tenía poco impacto en el desarrollo del país. México había contribuido el año anterior con menos del uno por ciento de productos de investigación en el mundo mientras Estados Unidos tuvo el treinta y tres. Seiscientas patentes, contra trece mil del extranjero…Había tantas cosas por hacer. ¿Y su microscopio seguía perdido en las bodegas de la aduana? Entre tanto el vocero oficial de la oficina temblaba de miedo. Con voz de pánico decía: Señores periodistas, pueden observar que tenemos al día los mapas de peligro. ¿Se han movido esos malditos lahares? En tierra de volcanes el asesor en geología es más necesario que un asesor político... En cualquier momento del día o de la madrugada...Yo llegaré a ti como el ladrón, decía también el sismo procedente desde las costas de Guerrero o las de Oaxaca....Los políticos y los arquitectos no deberían de perder de vista las palabras de Jesús. Ni tampoco las observaciones de los geólogos.

La actividad de un volcán abarca a regiones lejanas. Parecido a eso fue que murieron los dinosaurios. Las nubes.... Pero  en el desierto no hay nubes que se precipiten. Aun así  no se está a salvo de las emanaciones de material volcánico, que es empujado por las corrientes de aire, y viaja en las nubes que luego llueven y el beber de sus aguas puede resultar fatal. De todas maneras bebería sin pensarlo siquiera, aceptó al sentir su lengua que se pegaba al paladar y su sistema epiglótico le cerraba la garganta.

Pero el volcán es como un potro al que no se puede predecir todavía. Podemos escribir sobre hechos consumados y opinar  del segundo y el tercer movimiento posteriores pero... ¡Algún día! En ciencia no se puede decir no. Ni tampoco un sí definitivo… Por ahora un repentino paroxismo que afecte a la población tendrá que ser seguido con la renuncia del funcionario antes que los chicos de la prensa lleguen a crucificarlo.

Bueno, se dijo Cork mirando al cielo sereno y estrellado a través de su mosquitero, creo que esta infinita calma sólo  puede ser interrumpida desde arriba. Se acordó de Oswaldo Spengler. No todo se transforma en la larga calma darwiniana.  Y volvió a pensar en los enormes fragmentos de níquel que ya se habían puesto en movimiento hacia la Tierra antes que el planeta existiera. ¡Llegarán! dijo y se volvió a quedar dormido.   Esa noche soñó que era un boy scout  accionando la alerta volcánica y de esa manera ponía a salvo a dos mil campesinos...

Tal vez debido a este sueño escribió que ser hombre es una recompensa después de haber sido un perro honesto o un elefante virtuoso. De la misma manera el hombre honesto y virtuoso debe tener también su recompensa en este mundo. Esto lo dijo Georg Sand,  la escritora francesa del siglo diecinueve. Lo que está manifestando, Toci, es que todo tiene su consecuencia. Viene de algo y de igual manera es impulsado en determinada dirección. Sand se sirve de la idea de la metempsicosis para recordarnos que estamos en el mundo de la causalidad. Somos producto de algo y a la vez vamos a provocar otra cosa.

Nacida en una época, 1804, y en un país en que la razón reclamaba su sitio, Sand se dio cuenta que un tesoro cultural de su pueblo estaba siendo llevado por el viento hacia la región del olvido. Eran las leyendas y tradiciones del mundo campesino francés. Los relatos se pasaban de una época a otra época por tradición oral y era escaso lo que se había escrito al respecto. Esta circunstancia la inquietó sobre todo al tener la referencia de los alemanes que poseían una rica literatura. Alemania, considerada como la tierra clásica de lo fantástico, había metido su leyenda en los libros. Y esta era la tarea que la francesa emprendería en su vida. Como Juan Rulfo lo haría más tarde en México con las leyendas de aparecidos que llenan el atrio del templo de San Juan de los Lagos.

Sand está familiarizada con la vida del pueblo llamado Berry, de la campiña francesa, y es este lugar el arrecife donde va a nutrir su pluma. Es el sencillo campesino que produce lo fantástico por estar pegado al panorama primigenio de la naturaleza. Los habitantes de la ciudad no saben de eso porque las luces  de la calle y su apretado contexto social y arquitectura, ya hace mucho que ahuyentaron a la fantasía y a las estrellas. ¡En la ciudad ya sólo hay semáforos!

El citadino no tiene idea de lo que es caminar solo en la noche, a través del bosque lleno de formas silenciosas que se oyen. Su instinto de conservación tensa al máximo las fuerzas. Imagina las diferentes  posibilidades que pudieran tener lugar ¡y surge la fantasía! Es la vida que se rehace de manera constante. Él va por el campo y es sorprendido por la tormenta y el rayo. Esa energía del cielo que ha matado a conocidos suyos pasando la loma que está enfrente... El humano en el campo sabe, como Gregory Peck o Harry Street, en la película Las Nieves del Kilimanjaro, que no porque el armón vaya más rápido que el caballo quiere decir que avanzamos. En la ciudad el hombre dirigirá para bien o para mal muchas cosas, desde su intelectualidad o desde su yoismo neurótico. Pero el campesino entiende desde niño que no se encuentra solo en este planeta. Es una criatura que se mueve dentro de  otros tres formidables mundos paralelos y son el mineral, el animal y el vegetal. No sabe que así se llaman pero los conoce. No puede darse ínfulas de autosuficiencia y tendría que aprender a no ser más depredador. Ni comprar cactáceas ni vender cactáceas. Ni comprar amonitas ni vender amonitas. ¡Para qué maldita la cosa querría alguien adornar su oficina con una amonita que tuvo que ser extraída sin fines académicos y por inexpertos que destruyen un cerro, como  destruyen una pirámide! El campesino está cerca y dentro de fuerzas insalvables. Insalvables pero no terribles pues de alguna manera esas presencias le ayudan a vivir. No ha olvidado que es parte de todo eso. Es necesario escucharlas. No entiende  muchas cosas que ahí suceden pero las explica a su modo.  De la manera más pragmática y sencilla, en donde sabe que lo valioso es que sigue conservando la imaginación. Que el descreimiento es para gente agotada pero él está vivo y con sus potencialidades en espera de algo grande. Esto es lo que importa para la escritora francesa, no encerrar el pensamiento. El determinismo de la causa y el efecto lo convierte en un horizonte sin fin. Los incipientes vuelos en globos  que se han visto  despiertan su imaginación. “¿Quién les dice que una raza de águilas tan potentes como globos y tan dóciles como los caballos no surgirá para asociarse a los viajes aéreos del hombre futuro?” ¡Le encantaba George Sand!

La campiña de Berry, donde vive su familia, sabe conservar sus leyendas y a la vez produce otras. “George” nos las ha legado a través de cuentos bellos y amenos tales como “Visiones de la noche en el campo”, “El perro y Flor Sagrada” y “La reina Coax”. ¿Sabes que Aurore Dupin era su verdadero nombre? Tuvo amores con músicos de fama como Musset y Chopin. Fue activista durante la revolución de 1848. Desengañada de los resultados, se dedicó a la literatura. Su novela más famosa fue “La Mare au diable” Falleció en 1876. Murió sin haber resuelto el planteamiento que ella misma se había hecho: ¿si un elefante virtuoso tiene su recompensa en regresar  a esta vida como humano, en qué podrá regresar un hombre virtuoso después que haya muerto? 

Ya casi perdiéndose en el sueño se preguntó si con una edad promedio “entre los veinte y los treinta”, como gustaba señalar en lugar de decir veinticinco, Cork pensaba si sería un hombre viejo. Era increíble el número de amigos y conocidos suyos que habían muerto ya. Recordaba a José Méndez, Heriberto Salazar, Rafael Ascencio,  Manuel García, Eduardo Manjarrez. Con ellos incursionaban a lo largo de unos paredones de roca, nieve y hielo. Era tan habitual para ellos vivir en esos panoramas verticales que no se daban prisa si el sol ya no iluminaba. Sacaban su tienda vivaque y se ponían a preparar la sopa. En la  tienda contigua otro se afanaba por asar la carne y el de más allá calentaba la olla para el café. Después de contarse chistes o anécdotas blancos y rojos a través del vacío negro, se dormían como benditos.  Pero ahora estaban muertos. Si vivieran tal vez él estaría escalando en algún lejano macizo montañoso en lugar de estar caminando solo por el páramo. Es el problema de vivir hasta los veinticinco años- se decía-. Uno se va quedando solo... Solo, en un mundo de desconocidos y en unas  viejas y conocidas calles que también empiezan a parecer irreales.

Los hopis de la última aldea bailaban frente a su tótem ahorrándose obviamente la desgastante polémica bizantina en torno a las imágenes. Un muchacho universitario que había leído a San Basilio decía que honrar a la imagen lleva al prototipo. Una joven india comunicativa, del mismo lugar, decía que rechazar la imagen de palo, tela, arcilla o piedra es tan gracioso como un sibarita declarado que profesara una religión de iconoclastas. ¿No percibes la relación? Consiste en que desprecia la imagen sagrada porque está hecha de materia, mientras él revienta de comerse solo un pavo relleno de salchichas y adornado por fuera con rajas de tocino...D.H.Lawrence, que conocía mucho de las costumbres indias americanas, y había asimismo penetrado en su psicología, es probable que estuviera pensando en el matriarcado indoamericano cuando hizo decir a uno de sus personajes que la abuela es la divinidad que preside la casa. ¿Te imaginas a un iconoclasta venerando a su abuela?

Vale para los mexicanos étnicos. Los mexicanos somos indios con muchos injertos, dijo Rubén Bonifáz Nuño, en Veracruz, recordando la obra de historia de Francisco Javier Clavijero. La metáfora bella no actúa tan rápido en la sociedad como en los vegetales.  Toma como ejemplo a los artistas pintores plásticos. Están agrupados en “círculos” y “corrientes”. Estos a su vez  provocan “círculos” en la audiencia que los ve, empezando por los críticos. Cualquiera sabe lo que es una obra de arte. Se dice que “el arte carece de utilidad, que está destinado a la contemplación, fuera de todo interés social, que el artista tiene que ser indiferente a estas cuestiones mundanas”. Lo cierto es que se le acepta con facilidad si corresponde a su círculo. Algunos cierran filas con su tema para que las telas entren al mercado especulativo. Y esto provocará que sean financiadas por el erario, que obtengan becas, se comenten en las academias, se excluya a los otros, presidan las mesas redondas, que sus pinturas sean resguardadas en los museos. Lo mismo sucede entre filósofos con sus filosofías... 

-Mantente lo más lejos que puedas de todo eso, le recomendaba. En esa medida serás original…

Se percató  en la mañana que una criatura pequeña rondaba la tienda con claras intenciones de penetrar en ella. Era un falso escorpión o “vinagrillo”, como le dice la gente del norte a ese alacrán al que le falta la cola y despide un fuerte olor a vinagre. Subía o cruzaba en diferentes direcciones del otro lado de la tela. Seguía con la vista su sombra. No se preocupaba pues sabía que no podría entrar por ningún lado. Media hora más tarde pudo ver cómo un pequeño lagarto ascendió hasta el techo y de un solo movimiento se lo engullía. Así es la vida en la estepa. No hay bueno ni malo. Solamente necesidades. Y, como cree que esos animales no tienen conciencia, se imagina que deben de dormir felices después de cada fechoría. Parece que el retorno a la animalidad es el remedio para nuestros insomnios. Pero es tarde, tenemos conciencia…

-¿Lo que enviaste de Rembrandt es una composición lírica tuya?- Le preguntaba-. Si este es el caso, perfecto, te felicito. Pero si no, has el favor de citar la bibliografía. ¿O quieres que te recuerde lo que al respecto de supuestos escritores originales dice Persio Flaco? ¡No te gustaría!

Hacía ya  algunos días que no encontraba vestigio alguno de asentamientos humanos en la estepa que iba cruzando. Podía  pensar en los animales como una despensa a su disposición en la medida que tuviera habilidad para conseguir alguna presa. Si su nahualli fuera alguno de ellos, ese animal tótem  estaría a salvo. No se trata de una intocabilidad como en la reencarnación de los hindúes. Solamente es una especie de deferencia. Pero no tan ciega como para morir de hambre si no hay otra solución. El avatar de alguien es el primer animal, planta o fenómeno atmosférico  que cruza frente a uno el día que  se nace. Cuando nació, le habían  contado, la habitación  en el desierto estaba plagada de escorpiones,  tarántulas y arañas en los rincones. En tanto que las lagartijas, víboras, liebres y demás pasaban a dos metros de la puerta por la llanura. Por lo demás, lo primero que vieron sus ojos fue un trozo de pedernal que colgaron en su cuello a manera de amuleto. No se trata de un fragmento de vidrio volcánico carente de significado. O el desplazamiento del espíritu por la fórmula de un mineral o un planeta. Los filósofos dirían que esta obsidiana es  el concepto del símbolo. Como la cruz en los cristianos. Orenda es para los indios norteamericanos el espíritu que se eleva sobre la supuesta zoolatría de las tribus. Los animales  tallados  en madera como tótem son avatares pero no son los dioses. Como la paloma en el cristianismo no es el Espíritu Santo, sólo su avatar. Como los colores verde, blanco y verde de la bandera de Nigeria. La fórmula que se pronunciaba al momento de imponer el amuleto al niño, con el nahualli, se trataba de  un fuerte jalón de orejas para la comunidad y era la siguiente: “Toda oposición que no conduzca realmente a la integración y al beneficio de la sociedad, lleva intenciones de adversario depredador en el fondo…”    Y acaba de esta manera: “El que no tiene tótem acaba creyendo que él es el tótem”.

Águilas, serpiente, tunas - corazón. Singular avatar. Lo es porque amalgama animales  y plantas. Totemismo que ha perdurado a través de los siglos y las radicales mutaciones políticas. Es tal vez la única religión solar – espiritual manifestada que se representa con su tótem. Desde luego hay una mala interpretación a lo dicho por el poeta precristiano anónimo que en tanto el mundo durara la fama de México- Tenochtitlan no moriría. Más esto no sucede por la grandeza que tuvo la ciudad – imperio azteca. No morirá porque lo reveló Tezcatlipoca. Hay excelentes trabajos de etnólogos que han dedicado su vida al estudio del pensamiento indio, como una vez tuvimos nosotros a Fray Bernardino de Sahagún, a Fray Diego de Durán  a Chimalphain y ahora a Miguel León Portilla. Se trata de  estudiosos. Exploraciones y reconstrucciones verdaderamente portentosas. Posibles universales porque lo que pasa en la mente de unos hombres no es nada ajeno a lo que pasa en la mente de otros hombres, aunque los separen siglos, continentes así sean  de distintos colores...Más un arqueólogo podrá descubrir, estudiar y reconstruir un momoztli o adoratorio de montaña, pero no le será dado edificar un nuevo momoztli.  Como Toci y Cork sí podrían hacerlo. Los de la etnia pueden seguir construyendo de manera original en la perspectiva de la arquitectura mesoamericana. Aunque la verdad no me explico por qué no lo emprenden. Te lo comento porque muchos grupos de indios norteamericanos siguen construyendo...

Su psiquismo inconsciente siempre está remontando el vuelo. Despegando del humus de la tierra lleno de nutrientes y no carente de animismo. Aprovechando los minerales del suelo, como hacen los animales del desierto, pero mirando con el espíritu hacia las estrellas y teniendo conciencia de la vida y que un día morirán. En esto siguen pareciéndose a los grupos del sur. Sus murales están llenos de relieves y pinturas. En ellos una rica etnozoología viene plasmando, desde hace treinta siglos, sus recursos faunísticos. Todos pronto a emprender el ascenso por los aires. Empezando por el murciélago de piedra maya del Preclásico Tardío, encontrado en el Valle de Copán. O los coyotes emplumados de Coyoacán, avatares de Tezcatlipoca. O la serpiente emplumada de los toltecas. Nadie quiere quedarse en la animalidad del Hombre Lobo de la cultura occidental del que Petronio, el poeta elegante del imperio romano de Nerón, nos cuenta deteniéndose en los detalles.

Llevaba dos días en ese lugar. Calculó que a su paso sin prisa debería de haber avanzado muchos kilómetros sobre el páramo y parte del erg. Pero había encontrado los restos de un cuerpo humano perdidos entre los breñales. Otro poco y pasa de largo sin haberse enterado. Pero el fuerte olor de la descomposición y la carrera de varios animales carroñeros  que se pusieron en movimiento llamaron su atención. El esqueleto estaba completo más ya sólo quedaban trozos de carne. Carne renegrida por el sol y semicubiertos de arena. Se encontraba a tal distancia de cualquier lugar habitado que era inútil pensar en alguna clase de muerte provocada. Por sus ropas se veía que no era de raza india. Tampoco había traza que fuera explorador o aventurero. Era como alguien que se había extraviado. Algunos se internan mucho en el desierto en vehículos y ante el desperfecto o la falta de combustible no saben qué hacer. Empiezan a caminar…Estaba acostumbrado a ver cadáveres ya localizados  en las montañas que esperaban a la partida de rescate. Tal vez debido a eso siguió caminando por un rato sin interesarse particularmente por el hallazgo. Se detuvo al pensar que aquel cadáver jamás sería rescatado. Los animales del desierto obviamente ya habían obtenido su parte. Pensó en las reservas de agua que llevaba en la mochila extra. Consideró que no  se encontraba en ninguna disyuntiva y más adelante, al alcanzar lo alto de una duna aislada entre el matorral, instaló su tienda. Estaba lejos del hedor y pensó en la manera que podría dar sepultura al cadáver. El suelo no era duro pero por más blando que resultara no disponía de la menor herramienta para practicar un hoyo lo suficientemente grande.

Fue cuando recordó el tratamiento que daban  a los muertos caídos en los combates de la revolución, del principio del siglo veinte, en las llanuras del norte. Cuando eran muchos los hacinaban en número de  cien o doscientos y simplemente les prendían fuego. Un cadáver bajo los cuarenta y cinco grados calientes acaba por despedir grasa de su cuerpo y es el mejor combustible para que empiece a arder. A los cadáveres aislados de la División del Norte no los enterraban. Para Francisco Villa lo primordial era estar en constante movimiento. El desplazamiento de su tropa era parte de su estrategia tanto para evadirse como para atacar. Ponerse a excavar la tierra los obligaba a detenerse más de lo que el guerrillero consideraba tiempo vital. Pensaba como guerrillero, no como general de un ejército con líneas de aprovisionamiento. Lo más práctico y rápido era cubrir el cadáver de piedras. De ahí que las inmensidades calcinadas por el sol de los estados de Chihuahua, Coahuila y Sonora,  estaban sembradas de tumbas de piedras sueltas. Y aun ahora todavía se les puede encontrar. La mayoría han desaparecido bajo las tormentas de  arena. Y nadie iba a ponerse a investigar si Villa había cubierto bajo aquel túmulo un cadáver o un cargamento de armas o parte de las monedas de oro de su tesorería. De esa manera no tenía que cargar con todo a la vez. Para el próximo año, cuando se encontrara en franca retirada o en el contraataque, el pasaría por ese lugar y se recuperaría. El enemigo lo consideraba acabado pero él  estaría esperando otra vez bien avituallado y armado. Los soldados que habían participado en el secreto eran muertos por el propio Villa al menor intento de dar vuelta atrás cuando todos atacaban. Ellos eran la guardia personal del guerrillero, los llamados “Dorados”. Eran los que estaban en la primera línea del combate y los que daban la vida por su jefe. Pero Villa conocía la pasta humana y cuando alguno de ellos no avanzaba como los otros, lo último que veía era el brazo de Villa dirigiendo el certero balazo a su cabeza.

Después de instalar su campamento y beber dos grande tragos de agua, Cork consideró la situación. La llanura arenosa no contenía piedras en sus cercanías. Debía hacer incontables viajes hasta un hacinamiento rocoso muy erosionado que  no había sido sepultado por la arena. Así lo hizo. El resto de la tarde le llevó dar vueltas y más vueltas. Llenaba su mochila, la vertía sobre el cadáver y volvía al túmulo rocoso.

 Al caer la tarde encendió una pequeña fogata y calentó la cena. Al dar la primera mordida a su trozo de carne asada pensó en el hecho de que tan sólo  cinco siglos de cultura occidental habían bastado para…Se encontró distanciado de la práctica de sus ancestros del norte que comían a sus enemigos de guerra. Los aztecas dedicaban a su antropofagia  ritual la mayor importancia  en medio de los vítores de su sociedad. En las grandes distancias, para llegar al lugar de la guerra, no había refrigeradores y llevaban prisioneros… O se abastecían de carne de los  prisioneros por los pueblos que iban pasando. Los del norte eran tan crueles que los mismos aztecas no se atrevían a incursionar en esos paralelos en plan de conquista. Los comían crudos y por partes. Una parte cada día. El clima en el desierto  es tan tremendamente caliente que un cadáver  entra en descomposición ese mismo día. A eso se debió que al herido los chichimecas  le iban cortando la parte del cuerpo que necesitaban para esa jornada. El prisionero podía estar pasando por los peores sufrimientos, pero en tanto permaneciera con vida, no entraba en descomposición… Los restos los cubrían con sal.

Cien años tardaron los españoles en penetrar las llanuras chichimecas después de la rápida caída de México - Tenochtitlán. También sentían un gran terror. Pero era más grande su amor por el metal dorado que los enloquecía. Y eso los empujaba hacia  lo que después se llamaría Guanajuato, Zacatecas, Real del Oro, Río Grande…La búsqueda del oro los llevaba hacia el norte con una fuerza tan tremenda que no estaba en ellos resistirse.  Soldados, mujeres y niños, españoles y tlaxcaltecas, sirvieron por mucho tiempo de despensas vivientes a los grupos chichimecas, pero al final penetraron (la carne de los españoles les sabía amarga). Aunque a la postre siempre eran rechazados por los habitantes de las regiones verticales, o meridianos, llamados “bandas de guerra”.

 Los que lograron la  conquista de largo aliento fueron los frailes. Los despiadados chichimecas se quedaban desconcertados al observar que ellos no los atacaban. Y en la mayoría de los casos los abrazaban antes de ser destrozados por sus  flechas que les penetraban hasta en número de diez. Era como un juego poner al fraile en medio de la plaza y apostar quién hacía el mejor tiro. De todas maneras se preguntaban… Los frailes no buscaban oro ni tierras ni propiedades.  Hasta mucho tiempo más tarde se enteraron que así habían conquistado en su propio terreno  a los aguerridos romanos… Singular manera de ganar sucumbiendo…Así fueron apareciendo las misiones a lo largo del desierto de los hohokams y navajos en Sonora y Arizona.

Al día siguiente tuvo que hacer todavía varios viajes con su mochila llena de piedras. Terminó hacia el medio día. Por respeto al muerto  no puso cruz a la tumba. Pudo haber sido un ateo o alguien que perteneciera a otra religión. De todas maneras, por si ese fuera el caso, había dispuesto la cabeza hacia el noreste, hacia Roma.

Levantó su tienda y todavía pudo aprovechar algunas horas  de aquella tarde para avanzar por el erial antes de  entrar a una zona de dunas elevadas.  

Pensó que en la quietud del estudio se puede ser escéptico. Pero cuando la rutina es  llevar a la muerte junto a la mochila…

Amanece y mira al sol. La llanura es un mundo inmenso que el humano ha llenado de magia y de rituales. Lo más antiguo de la humanidad civilizada y aun de la prehumanidad, es voltear al Sol. Ahora sólo lo hacen los poetas.  Los demás andan muy apurados en las fábricas y oficinas. En la mañana y en el atardecer se le puede ver directamente ¡Qué belleza! Después solamente a través de metafóricos filtros polarizadores. Mirar al Sol es la versión sintética de la ceremonia. En la aldea hopi esta misma había durado tres horas, empezando cuando el Sol se ocultaba entre la llanura del oeste. El rito tiene un efecto a corto plazo y otro de efecto retardado. El primero quita la ansiedad acumulada y en su lugar queda el sentimiento de tranquilidad. El otro efecto es de prevención ante el peligro. El exorcismo contra la mordedura venenosa de algún animal activa la alarma contra el peligro potencial. El individuo se pondrá en guardia. Esto es fácilmente entendido por un alpinista. Si no hay adrenalina  probablemente no salga con vida. Los escaladores que lograron suprimir el miedo en una ascensión ahora están muertos.

Pero para que el rito funcione hay que creer en él. Cuando descubrimos la montaña Teocuicani una ceremonia de sanación, de corte precristiano, se llevaba a cabo en su cumbre. Un hombre de edad realizaba el exorcismo. Era obvio que los curaba. Creían en él y en la cura. Si esa fe poseyera los que van a ver al psiquiatra, o al sacerdote, las ciudades estarían llenas de gentes sanas…

Nube le preguntaba por qué las religiones que hay en las ciudades no representan los dioses en madera o algún dibujo en roca o piel, como los indios pluma. Para distinguir a los indios de la India y a los indios de Indoamérica, los norteamericanos a los primeros les dicen “indios punto” y a los otros “indios pluma”.

Se acordó del gran episodio por las imágenes que había tenido lugar hace ya muchos siglos en Bizancio.

-  No aceptan la representación de la idea.

-  ¿No tienen nombre?

- Sí. Todas tienen.

- No entiendo. El nombre es ya representación de alguna manera, aunque sea oral, si es que no está escrito en ninguna parte.

- Todos tienen nombre- repitió.

  Dio por terminado el asunto con estas cáusticas palabras:

- Ganas de no comprometerse en la práctica con nada que conste en la ley particular de esa religión... Nuestro tótem, aparte que está en los cielos,  vive entre nosotros y su presencia la tenemos en todo tiempo tan cerca como mirar hacia el centro del patio ceremonial...

Cuando Nube  oyó expresiones tales como que en las ciudades prevalece una civilización que no humaniza y que no busca con afán un equilibrio psíquico, dejó de tener reservas con Cork y lo trató como a uno de ellos.  Una vez que llegó la confianza  le dijo que México es un país multiétnico y multirracial como no podía imaginarse.

- Al país va la industria cinematográfica de todas partes. Literalmente de todas partes. ¡Y siempre va a encontrar los extras que necesite, o sus primeras estrellas, sin necesidad de maquillarse! Si el tema se desarrolla en la India encontrará tipos “indios punto” en abundancia. Igual si precisa árabes, chinos, judíos, escandinavos, esquimales, franceses, africanos, españoles, griegos, haitianos, irlandeses....

- ¿A qué se debe?

- Cuando en el planeta hay una gran guerra, los perseguidos del mundo, que ya no caben en ningún lado, de una manera u otra arriban a las playas mexicanas. Igual si en el gobierno está un dictador que si florece el sistema parlamentario. A la tercera generación todos serán mexicanos, pero seguirán conservando sus tarjetas genéticas hasta que llegue el fin de los tiempos anunciados en el Popol Vuh.

- ¿Tú, es decir, tus abuelos, eran de esos?

- Sí. Fueron de los primeros en llegar. Hace veinticinco mil años. En América todos somos inmigrantes...Una vez Ameghino, un gran científico argentino, dijo que en América había humanos originales. De inmediato los científicos de todas partes cerraron filas y combatieron esa teoría. ¿Estaba dicho que el hombre venía de África y así quedaba! Lo mismo decían de la idea de las pirámides, Egipto, Ur… y les costó mucho trabajo aceptar que estaban equivocados. Pero en lo del humano ni un paso atrás.   ¿El sur del continente fue parte de Gondwanalandia! ¿Eso queda muy remoto en el tiempo! ¡Pero Bering y el Labrador están muy lejos en el terreno! ¡Llegaron de África vía Australia y la Antártica, Tierra de Graham y Tierra del Fuego! Como sea pero llegaron. No se gestaron aquí. De todas maneras una gran montaña del sector central de la cordillera de los Andes se llama Ameghino. Tiene una formidable pared sur. En fin, con eso de las eternas migraciones parece que todo eso es relativo.

Me acuerdo siempre de Kayam, me escribía esa noche, que dice en uno de sus versos, respecto de la relatividad de esta vida: “Al mirar las estrellas piensa en las culturas que se tragó el desierto”. ¿Te acuerdas de la ciudad de Petra? Y, en efecto, aquí debieron existir en otros tiempos lugares habitados. Como los hohokams en Sonora. Pero el cambio de clima, el viento y la arena, acabaron borrándolo todo. De por sí sus construcciones por lo general eran de manera improvisada. No hay que olvidar que el nomadismo era la vida de las tribus y se desplazaban conforme se movían las estaciones del año y con ellos los animales que podían cazar para comer. Si bien es cierto que  ahí donde podían asentarse para la agricultura emprendían construcciones que aun ahora causan admiración. Por ejemplo, Rowe Findley escribe, refiriéndose a la vivienda: “Recuerdo la excitación que se apoderó de mí cuando hace unos pocos años, advertí  por primera vez la escala de Pueblo Bonito, en el cañón del Chaco de Nuevo México. Era una edificación de apartamentos en forma de vasta  media luna y capaz de albergar a un millar de personas. Tenía una altura de cuatro pisos y contenía 650 habitaciones” También se refiere a Casas Grandes: “El laberinto de adobe de Casas Grandes se extiende en una soleada llanura de Chihuahua. Metrópoli de una  civilización india   que existió entre 1050 y 1340, la ciudad abarcaba unas 36 hectáreas y la habitaban unas 5,000 personas. Estos habitantes, buenos urbanistas, construyeron grandes templos, amplias plazas y bloques de apartamentos de varios pisos. Una red de diques y zanjas controlaban el escaso suministro de agua, canalizando parte de ella hacia la ciudad y desviando el resto para regar millares de kilómetros cuadrados de tierras áridas”. Esto sucedía en un tiempo en el que en las más bellas ciudades italianas no habían resuelto aún el problema del drenaje.

Este espacio vacío de la planicie ha sido en realidad el hogar incambiable de infinitas vidas indias plumas a lo largo de muchos siglos. En realidad es un desierto perfectamente humanizado pero que se ve vacío por todos lados. El mismo desierto de Samalayuca, en el norte extremo de Chihuahua, ha sido recorrido en todas direcciones por ejércitos completos de revolucionarios mexicanos y soldados norteamericanos. Son increíblemente legendarias las acciones de guerra que tuvieron lugar entre sus arenas. Pensaba en la batalla de Tierra Blanca, por Pancho Villa, en lo que en la actualidad  se llama Médanos Blancos. Y, sin embargo, al observar el silencio tan profundo de sus dunas envueltas en temperaturas de cincuenta grados, cualquiera juraría que jamás alguien ha puesto su pie en esas arenas.

A sus espaldas escucha el cascabel de una serpiente. Seguramente ha hecho una rápida evaluación y concluido que no le apetece como platillo para su cena. Lo deja pasar. Cork piensa en su piel como un bello cinturón. Pero tampoco le interesa. Prefiere que sus pantalones sean sostenidos por los tirantes a través de los hombros. Tlazolteotl se amarraba la falda con una serpiente. Es la deidad azteca que tanto horrorizaba a Lawrence, con su serpiente anudada en la cintura.  No difiere del Jesucristo que tanto ama el mundo occidental. Los dos tienen la función de asumir en ellos las inmundicias, las faltas de los humanos, para que estos puedan vivir mejor con sus atormentadas conciencias. “Diosa comedora de inmundicias” es como se le conocía a Tlazolteotl. Sería de lo más extraño que así se le dijera también a Jesucristo, aunque ambos hayan hecho lo mismo por el género humano. La serpiente, en los monumentos y códices prehispánicos, es  el avatar de la planta del maíz y las plumas como la aureola en el cristianismo. Una señal que se trata de algo sagrado. Lo mismo las plumas de águila. Hay coyotes emplumados, serpientes emplumadas...

Se le ha terminado el pescado seco y hace varios días que come  carne roja. Dieta de sobrevivencia, no de felicidad. En las calendas de enero pasado, en Chiapas, comía hongos todos los días. Proteínas, vitaminas y bajas cantidades de grasa. Los fantasmas del ácido úrico y el sobrepeso estaban lejos. Los frondosos árboles de la cerrada floresta de la selva húmeda son ricos en especies en hongos como oreja, setas y el champiñón. Sobre todo las manitas, las pancitas y los pambazos que tienen un desarrollo íntimamente ligado a las raíces de los árboles.

Si bien caminar entre tal abundancia de hongos, de las grandes cañadas de la selva chiapaneca, es como avanzar a través de un campo lleno de minas a punto de explotar apenas se le roce. Es necesario conocerlos. Algunos de ellos tienen un veneno tan poderoso como la de la víbora coralillo. Mucha gente muere al año por esta causa. Aun  las poblaciones agrícola y serrana suelen equivocarse con frecuencia. Sobre todo mueren  los niños recolectores de hongos que están en el periodo  de aprendizaje. Y los científicos no han podido encontrar  su clave genética, Rechid o Roseta, para conocerlos con seguridad. Los pueblos étnicos conocen su rico contenido nutritivo. Son parte de su alimentación y de su mitología. Abundan las referencias en los códices y en los tallados de las rocas ceremoniales. Y cualquier día se les encuentra en grandes canastos en venta en los mercados populares de los pueblos y en las tiendas de autoservicio de las ciudades.

Calendas. El primer día de cada mes. Esa antigua manera de contar el tiempo en el Imperio Romano. Aun se usa en algunas partes del norte mexicano. La trajeron los españoles de la conquista. Se cree que los primeros doce días de enero van a configurar las condiciones climáticas de los  doce meses del año.

En la tarde, cuando ha levantado la tienda, arroja un trozo de carne seca al fuego. El recuerdo de los hongos acude a su mente pero ahora junto con las calendas. Los pretorianos eran los que llegaban a senadores y de estos salían los emperadores. Se creyó por mucho tiempo que la carne roja era el alimento de los pueblos guerreros conquistadores. La gota y el colesterol no los dejaba llegar a viejos. Y mucho antes de morir esos fieros conquistadores vivían durante años la pesadilla de sus rodillas deformes y altamente dolorosas. De ahí viene la idea que los héroes mueren jóvenes. Los senadores romanos inventaron ese mito. O lo encontraron  en alguna vieja tradición etrusca y lo aprovecharon. Necesitaban eliminar competidores entre los pretorianos. A los emperadores los mataban personalmente con el filo de sus dagas o los eliminaban promoviendo entre los generales competencias por el trono, y a los pretorianos con  las delicias de los grandes festines. Les ofrecían con más frecuencia la sabrosa carne de borrego, lo que aquí llamamos barbacoa. En menos de un año sus arterias y su corazón se habían cubierto de grasa asesina. Así fue como  empezó a  esparcirse la idea que los conquistadores comen carne roja. Era como un signo de distinción cuando en realidad se trataba de una manera de eliminarlos.

Escucha el aullido del lobo en la lejanía. Encontrarse con un lobo sería en verdad impresionante. Más que con un coyote. Su aullido profundo es para preocupar al más valiente. Si bien el lobo en México casi se ha extinguido, junto con otras cincuenta  especies de mamíferos. Ya sólo en zoológicos se les conoce o en fotografías. La caza deportiva, el exterminio deliberado de los granjeros, el crecimiento de las poblaciones humanas que reducen sus hábitats  casi lo desaparecen por completo. Por su parte lleva, a la mano, un pequeño recipiente de alcohol en la parte exterior de la mochila y una bola de estopa. Con cierta práctica puede convertir eso en una bola de fuego en menos de un minuto. No tiene la menor intención de disparar ni portar  arma de fuego. Si de pronto fuera atacado por un jaguar, león de la montaña, lobo o coyote, no se podría acercar en tanto tenga a su disposición esa bola de fuego. También lleva, para el caso, varios cohetes de encendido rápido. Su ruido lastima sobremanera los oídos de esos animales salvajes y huyen. Al menos eso espera. Depende del hambre que en ese momento tenga el animal. A decir verdad coincide con la idea que estos mamíferos están en vías de extinción. No puede precisar más las causas. Una de ellas podría ser la cantidad  inimaginable de serpientes. ¿Cuánto influyen estas  en su desaparición? La depredación motivada por los cazadores furtivos que incursionan en la estepa trepados en sus vehículos. Las enfermedades propias de estos animales y una completa desatención del hombre para  combatir esos males. Parece que su esperanza de vida son los institutos de investigación de la fauna en las universidades de ambos lados de la frontera. En la medida de sus presupuestos... Nube dice que se podrían diseñar  corredores de muchos kilómetros, a través de la estepa, con la idea de ofrecer zoológicos naturales. Los niños y adultos podrían conocer desde la seguridad de los autobuses la vida del desierto. En adelante respetarían estos parajes pues el desierto les entraría por los ojos hasta el corazón. Una formidable visión que los acompañaría por el resto de sus vidas. Lo pensarían cien veces antes de levantar su arma mortífera contra ellos.

¿Qué acabas de leer Mañanas en México?, me escribía.  A propósito de Lawrence prefiérelo  a los mexicanos que tratan de explicar al mexicano. En estos encontrarás parches mal pegados tomados de los frailes del siglo dieciséis revueltos con algo de Freud. Hacen su historia. Son las “historiografías con posibilidades de conocimiento poco rigurosas”, escribía Heidegger. Busca en los “monos blancos”, como se autoadjetivaba Lawrence. Digo, si te atreves a pararte  frente a un despiadado espejo. En Traven hallarás una exquisita poesía de los indígenas. En Lawrence una mezcla de filosofía natural y una sumisa animalidad. Sumisión abyecta que, cuando llena la medida, es capaz de arrojar a la familia de los caras pálidas al fondo de la letrina cuidando también se ahoguen en el excremento los niños que más tarde podrían cobrarle las cuentas. En Reed una predestinación inevitable de lucha, edipismo y brutalidad. En Fray Bernardino de Sahagún, actores y autores, de  un trabajo antropológico monumental, original, sin retoque y sin parangón. La excepción es Miguel León Portilla. Desde luego Le Clézio es el que permite al mexicano conocer cómo fue y cómo es el mexicano. Y cómo pudo ser.

Te cuento que el desierto tiene potencialidades insospechadas que pueden servir a la sociedad. Una de ellas es que hay un número infinito de hormigas. Según Cork muchas de estas especies  se pueden comer. El humano encontrará ahí suministros efectivos de proteínas. Además los experimentos de Julieta Ramos Elorduy, del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México, van en ese sentido. Cork, dice,  pondría inmensas granjas de aves de corral, y otros animales, en lugares provistos de agua y con rejillas descansando sobre el piso. Circularían libremente las hormigas y pasarían por ese lugar. El alimento proteico para los animales sería gratis e interminable, forever.

Como sea, en ocasiones siente la necesidad de comer proteína recién apresada y variar así su dieta monótona que lleva en la mochila. Para el efecto carga una bolsa con pequeños dulces. Arroja uno de ellos entre las arenas todavía frescas de la mañana o de la tarde. En un rato  ya se encuentra un pequeño ejército de hormigas todas juntas. Se las ingenia para introducirlas en un vaso de duraluminio con un poco de grasa comestible  y ahí mismo las fríe. Hay otro  recurso, pero es menos ortodoxo. Arroja un escupitajo a las arenas y esa necesidad de humedad también tiene un alto poder de convocatoria. Lo malo que los pinacates igualmente se apresuran a llegar al sitio. De haber procedido de los  aztecas  habría agregado los alacranes a su dieta…   Estaba   consciente que, los pueblos que siempre quisieran estar retocando su historia, niegan estas  prácticas. ¿Cómo un pueblo tan espiritual, matemático, astrónomo y arquitecto, como el mexica, pudo haberse entregado a esas barbaridades? Y agregaba, no hay porque alarmarse, la humanidad volverá a repetirlo. De aquellos siglos con diez millones de habitantes ahora tiene ciento veinte…

  En la aldea comanche se percató que los jóvenes hablan igual a sus  padres. Por lo mismo dedujo que su idioma debe admitir pocos cambios. Se afanan en aprender el inglés como una oportunidad comercial pero hacen pocas mixturas lingüísticas. Las escuelas son bilingües en las que se les enseña de manera académica su idioma. Y también el inglés. Uno de los ancianos le dijo que de esa manera se conserva la identidad del grupo. O de lo contrario, se cambia. La manera de expresarse, al igual que las ideas religiosas, la escultura, arquitectura, surgen de manera original del grupo. De sus mismos genes. Cuando los componentes del grupo hablan como hablan los del otro grupo, hay confusión en las ideas y manera de vivir. Se vive durante un tiempo con los orígenes del grupo pero se acaba gradualmente pensando como los otros. Así les pasó a los mexicanos con el idioma español. Y en las ciudades del mundo, veinte años de películas westerns, proyectaron paradigmas y después  muchos acabaron asaltando bancos. En las ciudades sucede que la clase instruida conoce las reglas de su idioma. Habla, escribe y lee según el diccionario. De todas maneras se trata de una lucha constante. Empezando porque esta clase es reducida. La base amplia, la que no tiene un buen conocimiento y práctica del idioma, es la que resulta susceptible de ser conquistada. ¿Conquistada? Algunos llaman a esto revolución. Una revolución donde el enemigo a vencer es precisamente el diccionario. Por otra parte en el “techo” están los neologismos científicos y técnicos...

-No- le dijo Cork-.Los caracteres del idioma son imágenes representativas, pero el pensamiento está más allá de la fenomenología…

Otras veces cree que es una fortuna que el intenso sol, el paisaje yermo y la escasez de agua, mantendrán el desierto lejos, al menos los próximos mil años, de los intrusos turistas que todo lo llenan de bolsas de plástico, basura en general, papeles  y lo pintarrajean. ¿Crees que en mil años no se habrá logrado una cultura ecológica? En algunos sí pero no en muchos.

 Pero también está la pregunta de qué manera podrían ellos conocer otros horizontes más allá de los civilizados límites de la ciudad si no se atreven. Así pensaban los escaladores cuando llegaban  al Valle de las Ventanas, caminando desde Pachuca. Eso  era privativo de la gente de montaña y los audaces exploradores. Ahora, merced a las vías de comunicación, todos esos valles de la sierra están llenos de gente que va a pasar los fines de semana. Piensa que, después de todos, es mejor así. ¿Para qué  quiere todos los desiertos del mundo para él solo? Mejor que los millones de seres que viven hacinados en las ciudades se vuelquen en ellos. Aunque sea de manera esporádica. Poco a poco lo irán conquistando, a su vez que aprenderán a respetarlo. No vaya a suceder como en el bosque, que ahora lo amamos cuando ya no existe. Nosotros, que tenemos la práctica, la idea y la técnica, podemos ir siempre más allá. Decir como Jünger: “Es preciso ir allá, donde el mundo todavía no está destruido”. Después de todo la basura y la contaminación no podrían destruir al  desierto ni al planeta de manera total. Lo que se puede destruir hasta desaparecer es la gente.  El desarrollo de los pueblos no está precisamente en la utilización de las computadoras y el avance técnico multidisciplinario que eso implica. Lo más importante se encuentra en sus hábitos. Jünger también tiene una bella idea a este respecto y  Cork la recuerda con lo del idioma de los comanches: “Para mí, un pueblo es infinitamente más desarrollado cuando respeta las costumbres tribales que le son propias”.

En efecto, el sacrificio propio al bien público es lo que mantiene unido a cada uno de los grupos indios pluma. Tal conducta es vigilada desde que son niños por la autoridad matriarcal. La tentación del individualismo personal se paga con el destierro. Si ya no le interesa el grupo y no trabajará más en él y para él, que se vaya. Si bien un indio pluma fuera de sus símbolos es como pavesa que los vientos llevarán por todos lados. El parricidio como metáfora de la búsqueda de la libertad, tan cantada en  la cultura  occidental, aquí es  basura. La libertad individual la señalan como una burdo desentenderse de sus obligaciones tribales.

En Muchas partes del México indígena pluma también hay esta costumbre. Si alguien de un pueblo de Oaxaca decide ir a trabajar a la Ciudad de México, lo comunica a los ancianos del lugar. Estos lo envían con el grupo ya establecido en México. Ahí se le dará albergue, alimentos y  buscarán colocarlo  en algún empleo. Con el tiempo se independizará buscando establecer su propia casa. Cada día de pago dará una cuota mínima al grupo de México. Este enviará cada mes a un emisario con el dinero de todos para la comunidad de Oaxaca. Algunos grupos  lo depositan en una cuenta bancaria que podrán tener en el pueblo más cercano de aquel estado. Si bien, prefieren el método tradicional por lo humano que todo eso implica.

 La cantidad recibida la emplean en conservación de los edificios de la comunidad tales como la escuela, el templo, la oficina de la autoridad, el sueldo a los maestros y hasta para víveres que repartirán preferentemente en la niñez.

 Junto con el dinero van los nombres de los que dieron su cooperación en dinero. Aparte está otra lista de los que, pudiendo hacerlo, no dieron. Estos, a los que les dio por la libertad individual, pierden todos sus derechos comunales. La familia del libertario irresponsable pasa a ser protegida por la comunidad con los mismos derechos que los otros. No se siente señalada. Pero él, de ahí para adelante, no puede volver a la comunidad en la sierra de Oaxaca.  Si se atreve, en la madrugada del siguiente día van por él a su casa. Lo acompañan a los linderos del pueblo y le dicen: “Desde este día perteneces al mundo, pero no a Huitzilac (o como se llame el lugar). Si se te ocurre regresar… Tu familia queda bajo la responsabilidad de nosotros con todos sus derechos y su dignidad, pero tú ya no existes para este lugar. Como sea, tu familia está  en libertad de permanecer aquí o marcharse”. Llegado a ese punto el problema, casi todos prefieren llevarse a la familia. Y lo hace no tanto porque al libertario le haya salido de pronto lo amoroso para con su familia. Sabe que si se va solo su vida corre peligro. Los pueblos por lo que tiene que pasar, para llegar a la ciudad más cercana, están avisados. En alguno de ellos sufrirá alguna reyerta y no tardarán en encontrarlo muerto. Si lo ven pasar con su familia  podrá alcanzar la población grande   sin contratiempos y perderse en la gran ciudad.

De todas maneras, se dijo al recordar el cadáver que había cubierto de piedras, el desierto no guarda memoria de muchas cosas. El sol inclemente y las tormentas de arena acaban por borrar cuanto se haga por el hombre. En esto México ha tenido la fortuna de contar con individuos observadores poseedores de un espíritu de trascendencia. El español Fray Bernardino de Sahagún, en el siglo dieciséis, fue el cronista de la destrucción. Al nacer el siglo veinte Manuel Gamio, el obrero de la reconstrucción, localizó y empezó a explorar los antiguos emplazamientos del Templo Mayor de México- Tenochtitlán, Cuicuilco y Teotihuacán.

Determinó que los habitantes que más emigran  a Estados Unidos, proceden del centro del país. Y de investigar el pasado indígena se topó de frente con esos mismos indios. Sesenta etnias diferentes con otras tantas maneras de comunicarse y ver la vida y el universo. Pero ya en el proceso de desaparecer por desnutrición. Despojados de sus mejores tierras, desconociendo el idioma español y extraños a la nueva tecnología...

Gamio empezó desde el principio y se convirtió en protector del presente indio. Se apuró a organizar desayunos para los niños y atención médica. De tan lejos tuvo que empezar. Otros se dedicaban a rescatar códices y él quería salvar a los autores que quedaban de esos códices... Cuando murió dejó la lección que por encima de las gentes excepcionales que ayuden a los indios se necesita la permanencia de las instituciones que enseñen a los indios.

Dura tarea en un país en donde el progreso depende de la armonía entre el Estado y el mercado. Entre el gobierno y los partidos políticos. De este inalcanzable consenso  se desprenden varias graves consecuencias endémicas. ¿Quién va a pensar en comprar un libro y ponerse a leer cuando no hay qué comer ni perspectivas para el día siguiente? Y el mundo del trabajo blandiendo la espada del outsourcing sobre todo los estratos de la sociedad. ¿Pero cómo se sale de esa situación sino se lee?  Así es como se voltea la mirada hacia el Estado dadivoso, aunque pobre, y no es difícil imaginar el nivel de vida que  prevalece. Sin libros y sin dinero. Ni siquiera sería materia de investigar, aunque hay que hacerlo para evitar la suposición. Bastaría conocer de un vistazo la cifra de millones de mexicanos que furtivamente cruzan la frontera norte...

Tres generaciones para poder integrarse como mexicanos tardan los que vienen de fuera. Aunque hay familias que llegaron al país cuando la Colonia española y todavía conservan sus costumbres del lugar europeo, árabe o asiático que sus ancestros dejaron en un tiempo ya olvidado. Es el drama de la emigración. No se es de aquí ni tampoco se es  de allá. Un español de tiempo de Cárdenas que regresaba  a España, aunque fuera  de vacaciones, le decían “mexicano” y en México le llamaba “español”. Allá nadie lo busca y aquí nadie se preocupa sino está. Los lugares en la escuela o en el trabajo son prontamente ocupados por otros y el que regresa estorba. Los americanos de habla española tenemos  experiencia en eso. Casi todos se van a Estados Unidos. Furtivamente, se entiende. Carencia de puestos de trabajo  y  condiciones sociales de inseguridad  hace que los mexicanos se vayan de su adorada tierra.

Pero también juega la expulsión que mexicanos siguen haciendo   con otros mexicanos. Veracruz y Chiapas han entrado en este proceso. De esta manera México expulsa a sus hijos y con su mano de obra barata,  al servicio de las zonas rurales del país del norte,  donde no hay tanta vigilancia de las autoridades y problemas de sindicalización, llegan los mexicanos. Ancestralmente buscaban, por las facilidades de la cercanía, a  California, Illinois y Texas. Después se fueron a Nueva York, Delaware, Maryland y Virginia. La película se repite. Durante tres generaciones estarán pensando en México. Después serán ciudadanos norteamericanos de los pies a la cabeza pero su programa genético les recordará siempre la tierra de sus padres... Aquí ya se llenaron los espacios que  dejaron al marcharse y allá siguen llamando la atención su pelo lacio y negro y su piel bronceada... 

                                                           III

En otro correo Cork me decía: Te comento que el erial es un universo en sí. Su vida conserva el estilo primitivo. Llegamos de los paralelos  del Valle Central  en los que todo se mueve en un equilibrio de temperatura y humedad y el desierto nos parece terrible. Si alguien pudiera vivir aquí al menos cien años todo sería distinto. Un jardín muy especializado y bello que brota de inmediato a la más ligera llovizna. Una  soledad de las dunas sobre un  panorama de calidad como quedan pocos en el planeta. Mirarlo como jardín  sólo es posible a través de generaciones. En la vida de un individuo tres meses es como la imagen del instantáneo relámpago de la cámara  fotográfica. Los mecanismos de adaptación son diligentes pero la aclimatación nunca será satisfactoria.

Por ahora no queda más que gozar de manera consciente los pasos que se dan al ir entre los matorrales. O al  descender hacia el pequeño valle perdido entre las duna al caer la tarde. Creer que sólo eso existe por el momento y hay que disfrutarlo. Cualquier otro tipo de pasión o necesidad, llámese mujer o confort o hartazgo de comida  o la meta de reunir su primer millón de dólares o ser presidente del país,  quitaría de inmediato el gusto de la soledad geográfica.

 Cork siempre decía que lo más feo es no tener conciencia de lo bello y de la felicidad cuando se tiene salud. Muchos se vuelven conscientes sólo ante el dolor o la muerte. No les queda más que declararse estoicos. Como hizo Nietzsche. Para otros la vida hasta el momento cumbre del orgasmo se vuelve aburrido. Por la falta de agua suficiente en el desierto deja de defecar cuatro días y te encontrarás de pronto que la muerte no está tan lejana como parecería.

 Y hay que buscar la mediación del péndulo. Esto tiene su equivalente en la técnica literaria de algunos escritores como los ingleses Cronin y Lawrence. Llevan a sus personajes entre sentimientos propios y situaciones sociales encontradas constantes.  En el párrafo de arriba eran felices y en el párrafo que sigue algo de súbito les nubló el día y otra vez sigue otro párrafo optimista. Cork insistía que al sadomasoquismo había que agregarle la Estética. Me preguntaba ¿por qué nos hemos especializado en desterrar a la Estética de nuestra vida diaria y ya sólo nos dedicamos  a contar átomos?

Agregaba que el estado de salud moral y económica de una sociedad se mide por el tamaño de su delincuencia high y la urbana. La primera tiene mucho que ver con la contaminación ambiental.  Cork creía que así de sencillo se puede llegar a serias conclusiones. El podólogo  diagnosticará las causas del malestar de una persona a través de una serie de radiografías y mediciones del esqueleto. Pero se inclina por el recurso empírico de observar qué tan chuecos están los tacones de los zapatos del paciente. El dentista sabrá a metros de distancia que alguien tiene picada las muelas con sólo verle la mandíbula deformada debido a la masticación de un solo lado. Un zoólogo que se encuentre dando un paseo por la Reserva Ecológica de Ciudad Universitaria de México  sacará una serie de deducciones interesantes. Como que el cielo de la capital está negro de contaminación (cualquiera que llegue a este sitio por avión podrá constatarlo  mejor que si llega por carretera). Y  no obstante lo anterior, de las cuatrocientas cincuenta especies de aves de Estados Unidos y Canadá, el cincuenta por ciento emigra hacia México.  Trata de escapar del frío, el mal tiempo y  la contaminación. Algunas aves  ya no regresan. Se quedan en el sur. De todas maneras los grandes asentamientos humanos, y la escasez de áreas verdes de la metrópoli, lleva a estas aves a refugiarse en el área ecológica de Ciudad Universitaria.   Sobre el pedregal universitario siempre se están construyendo nuevos edificios para la investigación científica. En esa medida al   santuario le pasa lo que a la Piel de Zapa de Honorato de Balzac... Los “arroyos vehiculares” también contaminan a Ciudad Universitaria e impacta  la fauna del lugar.

Los españoles del siglo dieciséis quisieron arrancar con la espada nuestra manera de vivir en el universo para imponernos la suya. Hubiera sido magnifico que empeñaran todos sus esfuerzos en enseñarnos bien el  Humanismo europeo. Tienen novelistas y poetas ¡para salvar el día!  Pero al seguir el viejo principio de arrancar la hierba original para sembrar otra, lo que hicieron fue mostrarnos una parte insignificante de lo occidental y borrar mucho de lo nuestro. Así llegamos a conocer  a medias a Cristo y a medias a Tezcatlipoca. Lo que es de lamentar pues las dos son grandes culturas que  se desarrollaron a través de los milenios de manera autónoma una de otra. Y, como al fin y al cabo se trata de dos dioses cuyos pronombres son de género masculino, volvimos a nuestra milenaria preeminencia del género femenino propio de las etnias de  Indoamérica. Y elevamos a la primera potencia celestial, a Chicomecoatl- Coatlicue-Guadalupe – Tonantzin-Coyolxauqui, aunque esto sea una aberración teológica en la perspectiva del cristianismo. Igual les pareció una aberración el cristianismo a los aztecas.

Tan pronto  llega al primer caserío indio, en el que puede encontrar un lugar en donde tomarse una cerveza pide permiso para quedarse hasta el otro día. Levanta su tienda, descansa los hombros molidos por los tirantes de la mochila y arroja todo en el interior. Ahora prefiere estar bajo la sombra de un cobertizo. Saca  su computadora (ayer lo cubrió  un fuerte ventarrón durante tres horas  sobre las dunas y se vio precisado a meter la computadora en una bolsa de plástico y guardarla en la bolsa de su short para protegerla del fino polvo de arena)  y escribe  a Toci. Ha acabado por resentir la falta de tiempo para leer con más detenimiento y para escribir algunas notas. Lo que garrapateó sobre el papel  es parte de la historia de estos paralelos angloamericanos. 

Un relato que pertenece al género de la novela histórica y trata de la esposa número 27, de uno de los presidentes de la Iglesia Mormona, a mediados del siglo diecinueve. Se llamó Ann Eliza. La celebridad que alcanzó esta mujer y la mención reiterada de la iglesia, relacionada con este caso, se debió, sobre todas las cosas, no a ella en sí y ni siquiera a la iglesia misma, que tiene su importancia propia como cualquier otra institución religiosa la puede tener.

Es el sentimiento  que despierta la sola mención del matrimonio múltiple que convierte el tema en un asunto polémico de interés exagerado. Igual acontece con la Iglesia Católica cuando se habla del celibato no cumplido de algunos de sus sacerdotes o del tutile gamuchi (intercambio de esposas) entre los yaquis o los varios grupos  religiosos que, con esta última característica, se dan a conocer de vez en cuando en Estados Unidos.

José Smith, fundador del mormonismo, había recibido la revelación que en la Iglesia de Jesucristo de los Santos del Ultimo Día, debía institucionalizarse el matrimonio múltiple. “Múltiple”, varias o muchas mujeres, para un solo hombre, nunca al revés.

Brigham Young, segundo presidente y guía de la Iglesia Mormona, llegó a tener 27 esposas y 56 hijos. Precisamente Ann Eliza había sido la número 27. Por una serie de situaciones tanto familiares como de carácter personal, esta mujer abandonó a su ilustre marido y a la iglesia, en la que había nacido. Fue una acontecimiento por completo increíble en su tiempo, mediados del siglo diecinueve. Durante más de diez años se dedicó a dar conferencias por todo el país (fue contemporánea de Emerson el cual, para entonces, desarrollaba la misma actividad de conferencista profesional, si bien, en temas  por completo diferentes) en las que abogaba por que se acabara el matrimonio polígamo y buscaba el fin mismo de la Iglesia Mormona. Entonces el gobierno de Estados Unidos se vio envuelto en situaciones de jurisprudencia que ni se esperaba. Todos condenaban el matrimonio polígamo como una cosa absurda y aberrante. Los mormones  contraatacaban, refiriéndose a la práctica del adulterio de los no mormones: “Entonces el delito no consiste en tener muchas amantes, si no en casarse con ellas”, decían. Y si el gobierno ponía al margen de la ley el matrimonio polígamo, se entendía de manera tácita pero ahora se veía que era necesario hacerlo de manera explícita. Nadie en el gobierno quería entra en esa dinámica, pero ya tampoco podía quedarse así.

Y cuando un juez federal, furioso anti mormón, aprobó el divorcio de Ann Eliza, y condenó al Profeta, su esposo, Brigham Young, a pagar pensión a su esposa número 27, los primeros que protestaron fueron los de Washington  ya que de esa  manera el juez estaba legalizando la poligamia. Una cosa era el “matrimonio celestial” que ante la ley ponía a todas las esposas múltiples mormonas en el nivel de concubinas, y otra  darles categoría de legitimidad como en realidad querían los mormones.

Después de votar el Congreso varias leyes en las que prohibían el matrimonio múltiple, pero a las que nadie en Utah hacía caso, se aprobó otra ley, que ahora sí definitivamente parecía ponerle un hasta aquí al matrimonio plural, y se llamó “Ley Edmunds – Tucker”, en marzo de 1887.

De todos modos, como dice Irving Wallace, el autor de este trabajo literario que te comento, el matrimonio celeste siguió practicándose. Ann Eliza, la heroína histórica de la novela de Wallace, en su vida se casó tres veces y tres veces se cambió de religión: primero fue mormona, luego metodista y después estuvo militando en Ciencia Cristiana. Obtuvo mucho dinero de sus conferencias, de sus acciones en la Bolsa de Valores y de sus divorcios. A los ochenta y seis años de edad vivía completamente sola, en la extrema pobreza, casi en la indigencia.

Y, de haber sido una de las mujeres célebres en su tiempo, ninguno de los que investigaron su vida supo qué pasó con ella al final. Simplemente desapareció.

La respuesta de Toci fue inmediata:

-¡Ni se te ocurra! ¡En Mazahauatitlán es una para uno y uno para una, hasta que la tierra deje de existir!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                        

 

                                                             

 

 

 

 

 

 

 

                                                             4

                                                              I              

Le envié un correo electrónico a Cork donde le comentaba que, a menos de cien kilómetros de donde me encontraba perforando el suelo marino, el huracán Georges ha provocado un desastre. Algunas personas murieron en Toa Alta, cerca de Bayamón, de Puerto Rico. Miles resultaron damnificados y se perdieron millones de dólares en daños materiales. Otro tanto ha sucedido en varios puntos habitados de la República Dominicana. Los vientos eran tan fuertes que destrozaron varios cristales blindados, de una pulgada de espesor, del Aeropuerto Internacional de Las Américas, en la capital dominicana. Y como Georges se desplaza hacia el norte, en el sur de Florida, desde Cayo Hueso hasta Miami, las autoridades aplicaron medidas de protección y preventivas ante la posible llegada del mal tiempo en los próximos días. En Miami miles de personas, según informaron los medios, abarrotaron los supermercados para comprar alimentos y agua. En tanto en los Cayos se iniciaron los primeros desalojos de personas hacia lugares más seguros. De la misma manera, dicen, cinco provincias del este de Cuba fueron puestas en estado de alerta pues Georges, de seguir su trayectoria, podría afectar varias regiones de la isla. Le comento que trato de imaginar el impacto que esto produciría en el ánimo de un hombre que se deshidrata en el desierto y que sueña con que le caiga un chubasco encima...

En ese momento ya había llegado a una aldea hohokam y se encontraba rehidratado. Lo habían recibido bien y le indicaron que  instalara su tienda en medio de  un terreno amplio cubierto de pasto verde que procuraban tener constantemente regado y cuidado. Les servía como contraste visual dentro de un inmenso panorama desértico. Pasaba a contarme que en esa aldea no se permite ver televisión a los niños cuando a estos se les antoje. Los adultos escogen los programas, para niños, que los niños puedan ver. ¿No limitan su libertad?, pregunté. Contestaron que a esa edad no tienen criterio para escoger. Y si alguien va a marcar el rumbo del aprendizaje de nuestra niñez será mejor que seamos nosotros, no los de la televisión. Por vender sus productos o por justificar sus acciones no se tientan el corazón para decir mentiras. A esa edad uno cree que lo que dicen los adultos son verdades.

En uno de los noticieros  de la noche  hicieron un comentario que me pareció irónico, por la sed que siempre se vive en el desierto. Un tifón, al que habían puesto el nombre de “Zeb”, estaba azotando la isla de Baguio, en Filipinas. Ya iban 64 muertos y muchos heridos. Además 13 edificios se habían derrumbado debido a la fuerza del huracán.

En ocasiones, para desviar la atención y tratar de no pensar en la sed, Cork recurre a subterfugios. Se echa una piedra a la boca en la esperanza de provocar la saliva. Pero no hay humedad por más vueltas que le de a la pequeña roca. Tiene que pensar en otra cosa.  Se le ocurren  cuestiones que tanto oía en sus tiempos de estudiante. El laicismo, le educación laica, la universidad pública laica, era un tema recurrente. Entonces  sus amigos creían que  eso era  tan viejo que procedía de la Revolución Francesa. Se maravillaban que algo que tenía más de dos siglos  siguiera tan vigente. El sabía por Platón que la cosa al menos venía del siglo quinto antes del cristianismo.  Cuando Protágoras y los sofistas. Este había dicho que el hombre era la medida de todo lo que está a su alcance. Platón, al final de su vida, dijo que no, que la medida de todo era Dios.  Ya estaba planteado el panorama antitético que llenaría  los siglos hasta nuestros días. Antropocentrismo y su contra parte. De esa manera los sofistas, que tan mal cartel tienen desde entonces,  en un sector  de la humanidad, son los que pusieron el asunto en el centro del tapete. Fue cuando se hizo conciencia  de la educación que se apoya en estos dos principios del racionalismo y lo religioso. Después se le ocurrió que Tarzán tuvo conciencia de su fuerza la primera vez que había usado  el cuchillo. Superman…La sed seguía.

También que la última noche en la aldea, Nube les decía a los ahí reunidos que se necesita madurez de carácter para aceptar y continuar con las costumbres sociales. Que el hohokam que no contaba con la entereza necesaria entraba en una enorme tensión cuando se topaba con la costumbre del grupo.  La mayoría de estos casos eran candidatos a consumidores de estupefacientes. Si el grupo no iba a su rescate armado con los recursos de la ciencia médica y psiquiátrica, acaban en la cama del hospital o colgados de una cuerda en la viga de su casa. Terminaba diciendo:

 - No es sencillo pues compromete a todos. Por ejemplo, se requiere un esfuerzo grande entender que los adultos somos  los que, con nuestra conducta, enseñamos a los niños. Un hombre fumador regañando a un adolescente que sorprendió fumando era una incongruencia que no veíamos al principio. Manifestaba sus buenas  intenciones con la palabra pero no con los hechos. ¿A quién se le puede creer así? Como el Estado que procura las mejores condiciones de salud para la población, otorgando buenos presupuestos para el deporte, pero con frecuencia debe declarar que no se puede hacer ejercicio porque hay contingencia ambiental...O que autoriza la venta de alcohol y cigarros. Cree ganar con los impuestos de esa venta y gasta mil veces lo que ganó en hospitales para curar el adicto al tabaco. Por una parte hay  un rehén que no tiene coraje suficiente como para superar el hábito. Por otra una serie de problemas en el sistema respiratorio. Pasó una película a una veintena de niños, reunidos en la sala comunal. En ella   encerraban a un conejo en una caja de vidrio y al cual se le habían conectado una serie de trasmisores que iban a un instrumento para registrar el flujo sanguíneo. Llenaron la caja de humo de tabaco y cerraron la tapa. Al conejo no le quedó otra que respirar ese aire lleno de humo. De inmediato sus arterias empezaron a contraerse. La sangre tuvo dificultades para circular como antes. En consecuencia el oxígeno empezó a faltar en el organismo y la presión arterial subió y subió...

Aparte, Nube me dijo algo cuando estábamos sentados en una silla mecedora al caer la tarde y de cara al desierto (repetía dos y hasta cien veces las cosas):

- Consideramos a la tierra como un lugar en donde construir la casa, sujeto al mercado de bienes raíces. Para la comunidad indígena se trata de un terreno sagrado en el que tiene lugar un proceso generatriz y educacional. ¡La diosa Chicomecoatl! Aquello es una cuestión seglar y lo otro religioso. Hay un ejemplo que marca la diferencia en la práctica. La respuesta se encuentra en la experiencia que se ha tenido con la ingesta de los álcalis que han sido laicizados. El ritual simbólico se hace buscando los beneficios de la colectividad. Lo otro es una actitud yoica personal como empinarse un vaso de ron o fumarse un cigarro de cualquier marca - se tomó su tiempo para seguir hablando.-. Hay algo más profundo en todo eso.... Cuando los bosques sagrados fueron también sometidos al proceso del laicismo, llegó la explotación sin reforestación. La desertificación. Y con ello el éxodo de millones de personas hacia Estados Unidos.

El laicismo es excelente para las cuestiones académicas. En otras es el suicidio para la sociedad…Bosque laicizado, bosque condenado a desaparecer.

El sacrificio propio al bien público es lo que mantiene unido a cada uno de los grupos indios. Tal conducta es vigilada desde que son niños por la autoridad matriarcal. La tentación del individualismo personal se paga con el destierro. Lo que los atosiga es el individualismo económico mundial. Un indio fuera de sus símbolos es como una pavesa que los vientos llevarán por todos lados. En la ciudad de México los muchachos indios recién llegados a la capital... se visten como los “cholos” de Los Ángeles California y procuran ocultar el hablar  náhuatl,  otomí o huichol...   Desde luego evitarán a toda costa enseñar a sus hijos ese idioma. Difícilmente hablarán bien el español y tratarán de imitar el champurrado inglés- español de la frontera. Y como el idioma es una forma de expresar el pensamiento...Son arrastrados por el eclecticismo disolvente.

Ese horizonte en medio del cual se encuentra,  se presenta desolado y carente de vida vegetal y animal. Cork sabe, por su experiencia con el reino mineral, que una lente de acercamiento le franquearía la puerta hacia mundos cada vez más insospechados. Con otro lente de mayor resolución y penetración otros mundos más. En su travesía por el desierto de Samalayuca, en el norte de Chihuahua, recogió en un frasco una pequeña araña, junto con la ramita en la que se posaba. De regreso a la ciudad, en el momento de poner bajo la lente del microscopio, con dos puntos de diafragma para mayor profundidad de campo, descubrió otra araña tan pequeña que a simple vista no se había percatado de su existencia. Por más que su vista aguda penetre en la distancia sabe que su perspicacia es limitada. Y su poder de observación de manera natural también limitada. Por eso él sabe que, eso de la soledad, es cuestión de escalas, más que de individuos. No se ven pero ahí están. Y también  están allá. Sabe que en el desierto las criaturas y las cosas siguen teniendo espíritu, como fue  desde los tiempos prehumanos. Es en el lindero del desierto donde el espíritu ha sido desplazado por el yo del hombre. El mismo Nietzsche reconocía que en los ancianos “se sospecha que disponen de secretos pertenecientes a fuerzas desconocidas”. Con base en eso agregaba: “El devenir arrastra detrás de sí lo que fue en el pasado”.

De todas maneras no perdía de vista que estaba en desventaja en ese universo. Para matar y comer o para eludir el ataque y salvarse, los animales del desierto podían fácilmente modificar su color y sus movimientos. Él simplemente seguía como siempre. Para lograrlo necesitaría ir desnudo y haber llegado al grado del mimetismo rápido y el control de su ritmo cardiaco. Además su pantalón de mezclilla, su camiseta blanca y su gorra de beisbolista siempre eran las mismas...

“¡Tezcatlipoca proveerá!” pensó: “Cuando Zoroastro  en el desierto dijo “Yo soy el que soy” está diciendo que también hay otro que él no es.

Descendía la ladera de las grandes dunas, por lo que se llama “zona de sombra”. Se acordaba de las laderas de las montañas tan frecuentemente escogidas por la gente para construir ahí sus casas habitación. Es en especial la que pertenece a niveles de precariedad la que se ve obligada a  construir en esos sitios. Las llanuras y demás terrenos del valle lo poseen los de mejores recursos económicos e influencias políticas. Con frecuencia la inestabilidad de esas laderas se reblandece en temporadas de lluvia a lo largo de los años y un día, o una noche, empieza su caída hasta el fondo, llevándose consigo a la gente, casas, árboles, a la escuela y al templo. En ocasiones los terrenos que han quedado más arriba entran en desequilibrio y también se vienen abajo, enterrando por completo todo vestigio construido por lo hombres. Tal vez veinte mil años más tarde lo descubran ya como materia para la arqueología. Como al principio de la construcción precarista tuvieron que limpiar el terreno para disponer de espacio para la edificación, los pocos árboles que quedaron no fueron suficientes para detener con sus raíces el mortal desliz. Pero México, se dijo en voz alta como hablando con las nubes, es un país de volcanes y debajo de él, en las costas, se mueven dos grandes placas tectónicas que con inusitada frecuencia se friccionan una con otra y provoca los cataclismos. Sus amigos de la Facultad se dedican a volcanes y sismos. La inestabilidad de las laderas, con ser un fenómeno geológico, más frecuente, poco caso se le hace como objeto de estudio. ¿Cuáles son las regiones en dónde tienen lugar, cuántos deslizamientos, qué pérdidas ocasionan, frecuencia e intensidad? ¿Qué metodología hay para evitar desastres, mapas de riesgos, control de filtraciones, capas verdes?

De la misma manera, se dijo, nadie que se encuentre en el desierto seco dejará de pensar en las energías renovables para la generación eléctrica. La microhidráhulica y la oceánica se encuentran en la lejanía y no llaman la atención al caminante. Pero la del viento sí, y en especial la solar.  Hay aquí muchos miles de mega watts explotables. De hecho unas tres mil comunidades mexicanas tienen ya servicios básicos con este tipo de recursos. Pero aun se está en la época de las cavernas. Empezando porque se carece de marcos legales. En el país hay unos treinta mil legisladores que podrían estudiar estas inmensas potencialidades. Entre tanto situaciones absurdas prevalecen. Como pieza de museo. El caso de Baja California, angosta península de mil kilómetros de extensión, entre dos mares. Sus habitantes deben llevar, de muy lejos, y a costos  elevados, la corriente eléctrica que necesitan, cuando lo que les sobra es precisamente océano, sol y viento. Tienen todo, en abundancia y de sobra, hasta para exportar energía. Lo que no tienen es el marco legal. Los legisladores...

Como fotógrafo que era, Cork podía calcular en un milavo de segundo aquel gesto de Tocí que ahora le venía a la mente mientras subía la afilada cresta de ensueño de una enorme duna. Apenas lo que duraba un parpadeo. Esa visión fugaz lo lleva a pensar en la impresionante Coatlicue del Museo Nacional de Antropología e Historia de Chapultepec. Peor aun. En el momento que la terrible Llorona, del tiempo de la colonia española, hunde el puñal en el pecho de su amado hijo, dentro de la cuna para vengarse de su marido. Así hizo Medea. Toci coordinaba la fría mirada de piedra con un espantable rictus de la boca. Matar directamente al marido significaba una muerte rápida. Asesinar al hijo le haría daño al padre en tanto éste viviera. Podría jurar que Tocí no conocía esa imagen propia suya. Pero para el otro parpadeo Tocí ya era la bella y encantadora muchacha mazahua. Sus dientes blancos y labios carnosos vaginales. Y esta visión angelical la acentuaba con otro movimiento involuntario. Consistía en medio cubrirse la boca al momento que sonreía e inclinaba un poco la cabeza hacia su derecha. Tan irresistible y encantador ese

gesto como un óvulo en el momento de  atrapar el espermatozoide. “No arruines lo mejor que tienes en la vida, sólo por sentirte insegura” había oído en la película Un hombre de familia de Nicolás Cage.

                                                                    II                                                          

Fuera de eso, Tocí era una muchacha que guiaba expediciones a través de las montañas. Y no era fácilmente mordida por sentimientos depresivos, ni siquiera cuando menstruaba. Su vieja abuela le repetía desde niña: “Estas destinada a gobernar tu mundo inmediato y no puedes permitirte angustias de telenovela”. Ya no son  nada más los hombres los que gobiernan el planeta: Ángela Merkel, Dilma Vana Rousself, Soraya Sáenz de Santa María, Michelle Bachelet Jeria, Laura Chinchilla Miranda, Cristina Fernández de Kirchner…Quién sabe qué mundo dejarán tras de si, pero por ahora ahí están.

Volví escribirle a Cork para platicarle ahora que acababa de regresar a República Dominicana. Había estado en Campeche, México, en donde permanecí cinco días asistiendo a las sesiones de un Coloquio Internacional de Historia del Arte, organizado por un instituto de la Universidad Nacional Autónoma de México. Estados Unidos, Perú, Nueva Zelanda, España, Canadá, Alemania y Venezuela, habían participado como ponentes en el evento. Se trataba de la imagen sacralizada que se podía encontrar en los espacios abiertos, en la arquitectura y en las reglas y fórmulas visuales. Se dijo que la imagen sagrada trasmite mensajes religiosos y que por lo mismo es catalizador de emociones y de sus principios estéticos.

Desde luego se vio esa situación que atora exactamente el pasado con el presente a los pueblos del mestizaje. ¿Sabes a qué me estoy refiriendo, no? Que la responsabilidad del investigador científico del área de antropología es descubrir e interpretar, pero justo ahí se detiene. Puede reconstruir pero no construir. Hay claridad en que la imagen sagrada es un acceso a la verdad y a la divinidad. Así, el artista que pinta o fabrica sería sólo un medio para dejarlas plasmadas. Y saltó la pregunta que, una vez que ha quedado terminada la pintura o la escultura, la imagen por sí misma ¿queda santificada o bien necesita de un ritual o intérprete para ello? No hace mucho tiempo no se hablaba así en los círculos científicos pero por lo visto ahora empieza a ser diferente.

Como sea, me comentaría más tarde Cork, la ruta del desierto, que entonces seguía que era de Dam Page- Kaibitos- Chinle, no era ajena a los nombres de Wakanda, Orenda y Tezcatlipoca. Mientras el desierto siga habitado por pueblos indios, esos nombres no morirán.

De los de la ciudad sólo en los antropólogos hay esperanza…

Ayer por la mañana dejé una aldea  hopi, decía. Paré tres días en ella. Como me ha sucedido en otras ocasiones, me indicaron un lugar dentro del área habitada para parar mi tienda. Después pareció que se hubieran olvidado de mí. Podía ir y venir por donde me diera la gana. Era una comunidad chica y sus casas, pegadas unas con otras, hacían un rectángulo. El diámetro de éste sería de unos doscientos metros. No había calles. Nada más que un rectángulo abierto, como la herradura de la pata de un caballo. Mi tienda quedaba en el centro, bajo la sombra cerrada de dos árboles. Pero pude haberla instalado en el lado exterior del caserío, de haberlo yo manifestado.

El primer día la pasé casi todo el tiempo en el interior de mi tienda.    Podía soportarlo ya que la sombra fresca me lo permitía. Tres veces los viejos del lugar me hicieron llegar grandes jarras de café negro al que le habían agregado unos granos de sal. Al día siguiente traté de involucrarme en algunas de sus tareas, en la intención de ser útil.

La comunidad podía permanecer en ese lugar debido a que brotaba un hilo de agua de unas rocas cercanas. Sembraban verduras y criaban animales de corral. Aparte de la cría de cabras, de las que obtenían ganancias de la venta de su carne y de una serie de artesanías derivadas de la piel o huesos de estos animales. Las mujeres, al igual que las mujeres navajo, tejían telas con hermosos dibujos simbólicos. Ese día los acompañe a recolectar zanahorias y espinacas. Las comunidades indias procuran sembrar espinacas.

A la mañana siguiente me dispuse acompañarlos otra vez a la hortaliza. Uno de los hombres de edad mayor me pidió que, en vez de ir a trabajar al campo, lo acompañara al lugar que les servía de casa de reuniones de la comunidad. Luego de algunas palabras baladíes para entrar en diálogo, me preguntó a boca de jarro a qué me dedicaba en la ciudad.

- Tengo un lugar de trabajo en la ciudad pero mi labor está más bien en el campo. Estudio la tierra  y ando por  las montañas.

-¿Sabes cuándo el agua está lejos o cerca o profunda o próxima?

- Es parte de mi profesión.

-¿Qué piensas de este lugar, es decir qué probabilidades tenemos de poder tener agua?

- Hace cinco días pasé por el rancho “El Chaparral” y tienen un pozo artesiano. Dos días después divisé, a lo lejos, la veleta de otro rancho ganadero. Aquí, en el lugar de su comunidad, el agua brota de esas rocas. Quiere decir que esta parte del desierto, con sus altas dunas de arena y su llanura ardiente de vegetación de chaparral, está prácticamente flotando sobre un manto acuífero de proporciones gigantescas. Tal vez no sea necesario ir más allá de los quince metros para llegar a él. Desde luego hay que hacer ciertos estudios…

- Gracias- me dijo al abandonar el lugar. Ya habíamos pensado que así pudiera ser. Pero queríamos escuchar otra opinión. De hecho ya hemos empezado a juntar recursos económicos para emprender esa obra de perforación. Aunque- agregó deteniéndose un poco. Guardó silencio y su mirada se perdió por unos momentos en la historia humana de esa parte norte del continente americano. Cuando volvió, acertó a murmurar:- es necesario desarrollar una labor de acercamiento para no entrar en choque con los intereses ganaderos de esos ranchos…

Yo sabía que esas “labores de acercamiento” primero tenían que ir a Washington. Luego a la Comisión correspondiente. En un siglo o dos ya tendrían la respuesta…

Pero no era esto lo que quería contarte. Lo que me llamó la atención fue que los niños y los adolescentes de esta aldea tampoco ven televisión. Los aparatos permanecen apagados. Aproveché la plática para preguntar  a aquel viejo. Me respondió:

- Las experiencias de vacuidad y violencia que ahí pasan se quedan grabadas en las mentes de los niños y luego les dará por imitarlas... Parece que las mentes de los guionistas ya no dan para más que balazos y sexualidad. Eso no sirve para los niños. El llamado mundo moderno no hace mucho caso de sus niños. Para que no den lata los sientan a ver televisión durante horas. De esa manera otros hombres, que no piensan como nosotros, que  viven muy lejos y a los que nunca conocen, son los que dicen, a través de esos aparatos, cómo deben pensar y vivir los niños. En las ciudades hay muchas cárceles y todas están llenas…Quiere decir que su maestra, la televisión, no les enseñó cosas que fueran buenas para la comunidad. Los condicionó para recibir  mensajes.

- ¿En ustedes, quién decide?

- Indios, hermanos nuestros, que estudiaron en la universidad. Ellos son los que hacen el programa para nuestros niños. Buscan la gran calidad de la cultura occidental…

Hice otra observación y me dijo de manera tajante, en un tono que daba por terminada la plática:

-  Los ponemos a leer libros de cultura general y occidental al menos dos horas al día. Cuando un muchacho ha completado la cifra de doscientos libros de lectura, entonces puede ver los programas que él quiera. Antes no…Los individuos se pueden lanzar al mar pero antes necesitan saber nadar. Poner enfrente del televisor, a unos niños que no tiene defensas culturales, es lo mismo que darles alcohol.

Me invitaron a comer. Era el día de la semana en que hacían una practica de convivencia. Se reunían en el gran espacio abierto interior de la aldea. Depositaron los víveres en el centro. Formaban grupos de diez. Alguien les amarraba el brazo con el brazo de la otra persona. Para preparase los tacos o sándwiches o servirse en plato, necesitaban que el otro individuo también se acercara. Luego eran liberados para comer con libertad. “Para poder comer necesitamos de la colaboración de los otros. Así en todas las cosas de la vida en grupo”.

Esto me hizo recordar que en el campo mexicano los niños  ven mucha televisión. Sin defensas culturales…Por mi parte, además, había contado con la fortuna de poder conseguir la “Gaceta” cuando formé parte de la comunidad universitaria. Es el órgano de información de la Universidad Nacional. Se publica dos veces por semana y su distribución es gratuita. Hace  sinopsis de conferencias sustentadas de los más variados temas tanto de la investigación científica como del área de las Humanidades. Se trata de la fuente de información más valiosa, por su seriedad y su variedad, de todo el país. Alguien puede estar leyendo autores griegos antiquísimos como “De las cosas del campo” de Varrón o “Relaciones de Chalco - Amecameca”, de Chimalphain y al mismo tiempo leer a la semana cuatro o cinco notas diversas de la Gaceta. Así tendría el hombre de la calle una información de calidad difícil de conseguir en otra parte. Toci misma, desde su pequeña computadora entre montañas de los Andes,  puede consultar la Gaceta de la UNAM. Ves el contenido y escoges los temas que gustes. Por si te interesa saberlo, la Universidad Nacional  tiene tradición de crítica. Las posiciones de los gobiernos propios como de los del exterior son vistas con objetividad… Con cinco siglos de existencia las que habrá pasado esta institución.

Al final el mismo jefe de la aldea hopi terminó interesándose por mi comentario. Dijo que había dos muchachos que sabían español y les pediría que leyeran algunas notas de la Gaceta desde el Internet… Pensé que esa situación seguiría así en tanto los presupuestos anuales de la Universidad Nacional no se reduzcan más…Anteriormente la Gaceta salía tres veces a la semana. Ahora dos…

La nota que encontró en su computadorcita aquella noche, después de la cena en la casa de Nube, lo llenó de alegría. Le sirvió como una “plática de fogón”, según expresión antigua de los narradores suramericanos.

 Toci no sólo quería tirárselo, a Cork, literalmente. También se declaraba interesada en conocer. Le decía de su intención de ir a la Provincia de Jujuy, en el norte y con la frontera de Bolivia, llevando a un grupo reducido de italianos. Irían por Salta para terminar en la montaña Jujuy. Ya te he contado que tiene  más de seis mil metros sobre el mar,   mil metros de escalada y restos arqueológicos en su cumbre… ¡Ven, acompáñame!

-te acompaño-le contestó- sólo si me dices de quien es este pensamiento: “¿Quién sabe si, algún día, a nuestro amor le nacerán alas de fuego y ascenderemos en vuelo hacia nuestra patria celestial, antes de que la vejez y la muerte nos venzan?”

-¡Novalis!-contestó inmediatamente-¿Ahora ven a reunirte a la expedición.

De todas maneras no fue. Le dijo:

-Después.

Desde su tienda, en el atardecer, Cork sentía que verdaderamente  la vida en el desierto es el reino del azar. Da la impresión que  carece de sentido. Se imaginó a Nietzsche preguntándose al observar ese ir y venir incesante de las cosas y de los seres. ¿Para qué? Todo sucede sin que nadie pueda decirnos ¿por qué? Cork podía responder casi todo menos el ¿para qué? Las ciudades adyacentes tienen mucha prisa por alcanzar los satisfactores primarios y los puntos que su ego ha soñado. Tal vez esa ha sido la motivación para venir al desierto y conocer a los grupos indios con su desarrollo humano. Sin que las condiciones económicas sean las mejores, se puede encontrar en ellos la felicidad sin recovecos. Saben lo que son y saben hacia dónde van. Y eso es suficiente para tener un proyecto y no perder la brújula. También los mazahuas tienen brújula, pero Toci además lee a Jaeger. Y esa primavera, de vuelta  a Mazahuatitlán, en un respiro que le dejaron las expediciones, había avanzado al tomo sexto de la gran obra de Frederick Copleston.

Teotihuacán, Tebas, la Acrópolis, el Foro, el Muro de las Lamentaciones, la Meca, la Gedächtniskirche... Mientras existan esos testigos pétreos el planeta no podrá condenarse, por más mugre que tenga encima, decía. Son nuestra jugarreta tramposa frente al cielo. Como Goethe hizo con su Fausto a Mefistófeles. Por siglos los hombres jugaron el peligroso juego del sincretismo belicoso cuando debieron hablar el idioma del ecumenismo. Piedras que tienen la dura argamasa de los orígenes. El mundo de la Estética de Teotihuacán, la obsesión por las estrellas de los egipcios, el respeto a las Leyes que Sócrates enseñó con el precio de su vida, el Derecho de los romanos que aún nos rigen, los seiscientos trece mandamientos que le señala la Alianza a los judíos, la actitud de paz del Corán, el Templo de la Conmemoración que debió de llamar mucho la atención al poeta de Roecken. Piedras que más que testimonios de una actividad ígnea son la  brújula de la humanidad. A los humanos, que aman  la  libertad, y viven en ella, un día a la semana debieran amarrarse los brazos de los brazos de los otros… La hermosa soledad  terapéutica siempre corre el riesgo de acabar  en el narcisismo.

- También Dios hace trampas - le había dicho Xyster-. Le quitó todo a Job, excepto una cosa...

- Según recuerdo no le dejó ni un harapo para que se cubriera.

- La fe. Engañó al Diablo y le dejó lo que lo mantendría en pie, pasara lo que pasara, la fe.

Cork sabía que de las criaturas del desierto, ese día, él era el menos adaptado para tal medio geográfico. El contraste para la sobrevivencia estaba entre el instinto y la inteligencia. En la intuición. Pero solo Cork sabía que él moriría. Los animales no. Se preguntaba si esa angustia preventiva era una herramienta para la sobrevivencia. O nada más  servía para el insomnio. Como sea, es el retorno a la naturaleza que tanto soñaba Nietzsche desde su cómodo apartamento de su civilizada Basilea. Qué extraña sensación tener encima quince días sin bañarse. El más sucio de la ciudad no lo soportaría. Sólo los parias que duermen en los parques. Pero no era esa la barbarie. Las jornadas que no puede leer en algún libro, se dijo, apestan más que los piojos de los indigentes.

 

                                                                  III

Cork amaba a Toci y procuraba entenderla. Sería la compañera de su existencia. Amante, madre, hija, amiga. También cocinera, dueña, enfermera, enferma a quien cuidar, dueña de sus quincenas, la que le cortara el cabello. Socia en la economía de su hogar, celadora, prisionera a quien vigilar. Aire a quien dejar volar libre en las corrientes del azul celeste. Halcón a quien ponerle el antifaz…Esa psicología femenina, tan frágil como el cristal de una copa y tan terrible como la Coatlicue, exigía un enorme equilibrio para no lastimar y para no ser lastimado. Y el equilibrio exigía mucha energía y tiempo. Se preguntaba si sería capaz de tal empresa. Mucha atención a todos esos adjetivos. Al menor descuido, reiterado, su expediente con solicitud de separación oficializada iría a formar parte de le pila de expedientes de divorcio en el escritorio del funcionario público. Los de su aldea en el desierto encerraban todo esto en una breve advertencia: nunca te enojes con la cocinera de tu casa. Por fortuna en la etnia de Toci, entre el Nevado de Toluca y la montaña de Atlacomulco, las cosas estaban simplificadas al máximo desde siglos atrás para las parejas en conflicto. Cerrar las puertas de su casa, que es el símbolo de su cuerpo, y dejar en la calle y en pelotas al ya ex compañero. Y ahí acabó todo… ¿Quedamos en que el matrimonio indio es para siempre, ¿no? Nada es para siempre, le contestaba ella, de modo que más vale que te andes con cuidado.

Pensaba en algunas muchachas intelectuales amigas suyas que llenaban los pasillos de la Facultad de Filosofía. Como un panal de inquietas abejas. Individualistas y amantes de la libertad sin fin pero autoencerradas sin trasponer los límites de la ciudad de la Muralla China porque padecen agorafobia. Toci era simple en comparación de ellas. Estaba muy pegada al horizonte primordial de las montañas…

Esa noche volvió a pensar en la pregunta que yo le había hecho respecto de  por qué a los niños de Capula habría que alimentarlos, en lugar de construirles escuelas con los cincuenta millones que habíamos ganado en el torneo de pulque.

- Créeme - me había contestado-, es más complicado de lo que  parece. La educación en México camina apoyada en dos vigorosas piernas que son la del liberal Justo Sierra y la del católico José Vasconcelos. Pero…de eso hace  ocho décadas. Son otros tiempos en el mundo y entre nosotros todo se ha quedado en Justo Sierra y en Vasconcelos… En las escuelas públicas, laicas, no tenemos   religión pero tampoco laicismo. Lo que se toma por laicismo es no religión. Pero eso no es laicismo, es sólo no religión. Laicismo es una parte de la filosofía. Revisa los programas de la enseñanza elemental y de la media superior. ¡Nos deben el laicismo! ¡Nos deben la filosofía! Nos quitaron a Platón pero ¿dónde está Parménides? 

- Todo mundo habla de laicismo.

- Laicismo es una palabra familiar. Si bien, hay casos en que falta precisión del concepto. En rigor, laicismo no es una meta en si. Más bien se trata de un camino para llegar a un fin. Este  fin es el Humanismo. Humanismo es  donde  el individuo puede vivir con toda libertad de pensamiento en el universo de las ideas y las artes tales como  la filosofía, el teatro, la literatura...

-  Siempre he pensado que en nuestros días resulta hasta desconcertante estar escuchando a cada rato la palabra “laicismo”. Si hay libertad  en la práctica del Humanismo, ¿para qué estar repitiendo que  se es libre?

- Esto era necesario hace siete siglos, cuando en Europa se pensaba casi de una sola manera y era según el modelo cristiano. Se buscó entonces un sustento  ideológico que no fuera pura teología. Podría  incluir la teología, pero también otras disciplinas culturales.  Y lo que se encontró fue que faltaba mucho trabajo original  en ese sentido.

- Mil años de teología habían producido pocos filósofos.

- No hay que malentender. En todos los siglos de la Edad Media hubo filósofos en algunos  países europeos y también en los árabes, pero eran más los teólogos. En las universidades medievales existieron las cátedras de las llamadas ciencias humanistas pero por lo visto era el tiempo que se necesitaba más de ello. Fue cuando se volvió la vista a la filosofía de los griegos antiguos, su teatro, su tragedia, la escultura.

- Corrígeme: ¿la expresión “occidental” se compone de tres elementos esenciales que son lo griego, lo romano y lo  cristiano?

- Todo eso con su gran substrato de ciencia y tecnología recogida de todas las partes que habían sido conquistadas en el tiempo de los grandes imperios de la antigüedad y lo que más tarde ellos mismos, los europeos, inventaron y descubrieron.

- ¿Quieres decir que si había más cristianismo es que estaba faltando cierta nivelación de los otros  elementos?

-  Es lo que en líneas generales se conoce como “Renacimiento”. Ahora bien, no olvides que es tesis limitada creer que el laicismo es el producto de la rivalidad entre el Pontífice y el Rey, situación que hizo crisis en el siglo catorce en Europa. El Humanismo es mucho más que un pleito entre jerarcas. Es el anhelo de libertad de pensamiento y de manera de vivir. Si bien, el movimiento humanístico se dio en las capas pudientes de la sociedad europea de entonces. Por eso a ese Humanismo se le clasificará siglos más tarde como “humanismo burgués”.

- ¿Hay un humanismo proletario?

-  Ignoramos que alguien haya desarrollado alguna

 Investigación en este sentido.

- Esperamos que nadie vaya a cometer la barbaridad de creer que lo que las masas ven en la actualidad  en la televisión sea  alguna especie de Humanismo.

- Pero sí – dijo Cork-, el  no creyente de las áreas populares de las ciudades, al estar alejado de la vida y la cultura de la Iglesia, pero al que también le faltan los fundamentos filosóficos de la antigüedad, quizá pueda llamársele “humanista de espejo o de reflejo”, porque va a reproducir los esquemas que la clase de arriba les haga llegar, pero con la limitación y distorsión que a ella convenga. Los señores feudales de la Edad Media, en los que se podían localizar áreas de conocimiento, ya para entonces se estaban trasformando en lo que más tarde se conocería como “burgueses”, capitalistas y  banqueros y, por último, neofeudales.  Señores feudales que absorbían la cultura que hombres acuciosos como Dante, Petrarca y Boccaccio, entre otros, habían rescatado de los conventos guardados hasta entonces por los frailes. Pero los señores feudales no sólo absorbían cultura si no que también la producían, y en grande, de una manera u otra, ya fuera directamente o bien como mecenas. Te lo aclaro porque, cuando se habla de trasformaciones en el campo de las ideas, hay la tendencia a generalizar lo que en el origen sólo fue de grupos reducidos. La gran base social, es decir el pueblo estándar, por desgracia,  poco tuvo que ver, al menos en sus comienzos, en este movimiento debido a sus limitados recursos económicos y de preparación académica.

- Sigue sucediendo. En nuestros días las conferencias de personajes de la cultura y la ciencia se dan en los auditorios, entre tanto los trabajadores y obreros en general, oficinistas, etc., se encuentran afanados en otras áreas lejanas. 

- Como sea, el laicismo en sus orígenes es no religioso, y de ninguna manera anti religioso. El laicismo  se ocupa de fortalecer los valores del Humanismo. Necesita paz y libertad para desarrollar sus ideas. En el caso de la Universidad Nacional, Humanismo es sinónimo de autonomía frente a las ideas religiosas en general. Aunque eso no impide que en ella se estudien las religiones.  En el caso de la Universidad Nacional, cuando se dice “educación laica”, se está expresando un anhelo humanista  en el campo de las ideas. Pero no se está diciendo que la UNAM sea enemiga de alguien. Está a la defensiva, eso sí, de que las iglesias no metan mano en su institucionalidad. Y también de que al Estado y alguno de sus gobiernos pudiera ocurrírsele influir en algún sentido.

Hay una preparatoria, o mejor dicho, un plantel de la Preparatoria Nacional, que se llama Justo Sierra, un auditorio que se llama Narciso Bassols, el escudo de la Universidad Nacional es idea de José Vasconcelos. A lo largo y ancho de la Universidad Nacional hay salas con  enormes pinturas de Fray Alonso de la Veracruz, de Felipe II, de Fray Juan de Zumárraga, de José María Luis Mora, un busto de Benito Juárez en la Biblioteca Nacional (en el edificio de la Hemeroteca Nacional, Zona Cultura, sur de Ciudad Universitaria), de Maximiliano de Habsburgo... ¿Quiénes fueron, qué dijeron, qué hicieron? ¿Qué tuvieron ellos que ver con el tema que te estoy comentando, que es el laicismo? Todos ellos han escrito respecto de los fines que persigue la universidad y de sus cómos o sus maneras.   Te digo que es necesario profundizar en el tema del laicismo. Aquí se encontrará con  el origen laico - religioso de la Universidad Real y Pontificia que empezó en el siglo dieciséis, poco después de la conquista.

- Normalmente la Universidad Nacional vive en la larga espera Darwiniana, aprendiendo de la sociedad, enseñando, adaptándose y proponiendo –dije.

-  Pero nadie puede evitar que el catastrofismo, tan defendido por Cuvier, se haga presente en algún momento. Mucha de esta información, respecto de la aplicación del  laicismo en la UNAM, se encuentra en la famosa polémica de altura que protagonizaron Vicente  Lombardo Toledano y José Vasconcelos. O en la carta-renuncia que hiciera Ezequiel A. Chávez ante el Presidente de la República Lázaro Cárdenas, o en el discurso que Narciso Bassols, a la sazón Secretario de Educación Pública, pronunciara  ante la Cámara de Diputados, etcetera. Pero, seguimos en las mismas. Hay mucha declaración y polémica respecto del laicismo. Pero al laicismo, el pensamiento filosófico, no es fácil encontrarlo en las escuelas, empezando por las de la primera enseñanza…Hay en ellas una ausencia muy peligrosa de filosofía general… Ya sabes que si las  cabezas de los  niños no se llenan de ideas de calidad, de otra cosa se llenarán…

Había mucho de lo que Cork le dijo a la muchacha zuñi. Sin  embargo yo sabía que el asunto de su monogamia iba en otra dirección. En el de la belleza. Por algo Toci le parecía bella con preferencia de otras bellas.

- Toci es bella porque me gusta – me dijo en cierta ocasión que tomábamos cerveza en Coyoacán -. En el mundo hay muchas bellas que no me gustan, que no me atraen, como ella. Lo mismo sucede en el arte pictórico o en el escultórico. Por eso hay rafaelistas, rembrandistas, eppenistas, tamayoistas, cuevistas…

Todavía no procesaba yo lo que había escuchado y ya había agregado otro juicio, todavía menos claro para mí.

- Y porque estoy seguro que Toci satisfará en mí un deseo intenso…Que me será útil de manera intrínseca como mujer.

- Juicio ríspido, ¿No crees?

- La vida es el gimnasio en el que se entremezclan las ideas con los deseos con los intereses. Tienen que ver mucho para que la luz de la empatía se encienda o se apague. 

- ¿Como en la Bolsa de valores, la oferta y la demanda?

- Parecido. Ya nada más falta ver qué clase de valores están en juego. Puedes ir al mercado y observar lo que hay y salir sin haber adquirido nada. Es el estilo de vida de la soltería perenne. Ni ofertas ni demandas. No fuiste parte del mecanismo del mercado. Sólo miraste. Más cuando hay  empatía entre un hombre y una mujer, el juego de mutuos intereses y preferencias da comienzo. Por ahora estoy en primer lugar en los intereses de Toci.

Y cuando iba a preguntar algo, le oí decir:

- Conozco a Chaucer, Shakespeare, Ibsen…

- ¿Y si hay otro que también los conozca?

- No habrá riesgo de perderla porque conozco la dirección en la que se mueven sus intereses…También conozco a Goethe, Aristófanes… Pero no creas que abundan los lectores.

- ¿A eso se refiere todo?

- No hay más. Si a Toci le gustaran las joyas, se iría con el que tiene más joyas. Así de simple. O con el que tuviera más autos o más corbatas…Pero sus pláticas son de Moliere, Antonio Gómez Robledo, Platón…Acuérdate del misógino Schopenhauer: la mujer no da nada si antes no ha recibido algo. Yo le doy a Henry Millar, Maugham, Spengler, Chejov…Si bien, habrá que cuidar que el intelecto lo domine todo, porque  entonces el erotismo se habrá ido a la basura. Un exceso de academicismo enfría el pene y seca la vagina… Que esa belleza no se aparte de la naturaleza, por más libresca que sea.                                                

 

                                                                IV

 Tenía tres semanas rascando el fondo del mar frente a Costa Rica y cuando volvimos a tierra lo primero que hicimos, sin pensarlo, todavía con la ropa llena de chapopote, por puro instinto, fue meternos a tomar  cerveza en un jacalón edificado a tan sólo veinte metros de la playa. En tanto servían el precioso líquido me puse a ojear un periódico. A la segunda página encontré el aviso de una conferencia. Se trataba de la presentación de un libro que se titulaba “Enseñar mediante el debate”. Precisamente el acontecimiento tendría lugar a dos kilómetros del lugar donde me encontraba. Pero la hora de cita era en diez minutos. El autor era un francés y me pareció que empezaría en punto de la hora señalada. ¿Qué hacer? Por primera vez comprendí a Cork cuando me relataba la disyuntiva de escoger entre beber para vivir o acudir a un libro para supervivir. Salí corriendo ante la sorpresa de mis compañeros, aborde un taxi y entré corriendo al salón de la conferencia y tras de mí llevé el fuerte olor del petróleo  de mi ropa que hizo que me quedara aislado por unos metros.

Resultó muy interesante y le escribí a Cork porque sabía que lo apreciaría. En sus inicios de estudiante había acudido a un colegio particular en el que se enseñaba con el método Summerhill, con gobierno autónomo de la dirección de la escuela, escuela coeducativa, sin autoridad ni moral, niños autorregulados y cosas así. Después entró al Sistema de Universidad Abierta de la Universidad Nacional  y finalmente a su Sistema Escolarizado.

 En realidad el autor no desglosó ningún tema de filosofía sino que presentó una especie de técnica para enseñar. Los asistentes  tenían aspecto como de maestros pero de un estatus por encima de la media, como de universidades o colegios de la enseñanza privada. El autor del libro empezó preguntando si alguien quería hacer alguna pregunta de lo que se trataba la reunión. Alguien lo hizo y ahí empezó todo. El no respondió sino que preguntó si alguien quería opinar si la pregunta había estado bien formulada. Cinco minutos después ya tenía todo el auditorio (unos 200 asistentes) metidos en la discusión. Parte del éxito fue el conocimiento que el autor tenía respecto que la gente lo que quiere es opinar, no escuchar. Y vaya que dio resultado. Dos horas después él casi no había hecho otra cosa que dirigir de alguna manera la discusión.  En realidad estaba demostrando sobre la práctica de lo que se trataba. El debate como sistema de enseñanza. Insistió en decir que no había que llevar al alumno  a la confusión con explicaciones tan largas que acaban por enredarse solas. Por el contrario dar explicaciones muy cortas y lo más claro posible. Recordaba  aquel sistema que tenían los maestros en México de hacer dudar al estudiante al que se le había hecho una pregunta: ¿Estás seguro, estas seguro, estas seguro? hasta que el alumno acababa por estar inseguro. Debido a que era el maestro nada más el que preguntaba pero no pasaba la pregunta a otros alumnos para de esa manera hacerlos participar en la clase. Aquí Oscar Brenifier, el autor,  sabía parar a tiempo y pasaba la pregunta al auditorio ¿quién quiere opinar si está bien formulada la pregunta? Y por lo menos cien manos se levantaban para opinar. Pero además se trataba de  un conferencista de esos que saben decir situaciones chistosas oportunas. Todo encaminado a quitar la tensión en el grupo. Esto resultó muy importante. Mientras se sientan a gusto y riéndose la reunión puede durar el tiempo que sea y se supone que se aprovecha mejor. Si te das cuenta era  la manera como lo hacía Sócrates. Le preguntaban algo y contestaba con una pregunta. Y así se la pasaban aquellos griegos  preguntando y respondiendo hasta que todo iba cayendo en lo que hubiera sido la respuesta desde el principio pero sin la reflexión por parte del que había hecho la  pregunta.    El mismo Brenifier dijo que Sócrates era el inspirador de su método y que por eso el libro se titulaba: “Enseñar mediante el debate”. Tiene varios libros en español en torno a la enseñanza y como es un autor moderno, y con esas características fundamentadas en una buena preparación académica, pues es doctor en filosofía, tal vez no habría que perderlo de vista. Voy a ver si puedo conseguir  esos trabajos. Tal vez le sirva a alguno de tu tribu.

Por lo demás dijo algo  que yo he pensado siempre y es que la filosofía debía recorrer las calles de nuestras colonias populacheras, no estar metida en un edificio de la universidad. Bueno, supongo que lo mismo dicen los geólogos,

la geología y de la chapopotería. Dijo que los puestos de periódicos deberían tener revistas de filosofía como quien va a la carnicería  a comprar carne...

Dos horas después estaba de regresó por fin en la cervecería, departiendo con otros petroleros. Según el método de beber que le había aprendido a Cork, de disciplinar el sistema epiglótico a la hora de beber, di cuenta de un litro de un solo trago. Entonces hice otro descubrimiento. Mis compañeros estaban tan borrachos que ya no pude seguirles la plática. Para ser más exacto nadie ya podía seguir la plática de nadie pues se trataba de fragmentos de cuestiones que nadie terminaba y además todas se cruzaban en cualquier dirección de la mesa….

Omar Kayan  dijo en el sueño de las tres de la mañana que los habitantes de la ciudad central habían pagado muy alto precio por haberse encerrado en su concentración de ciento  treinta millones. Que el gran valle está, efectivamente, rodeado por sierras muy al alcance pero no incursionan en ellas. Y la autodestrucción ha llegado en forma de ulceras en los  organismo y de una criminalidad cada vez más extensa.

Desde niño Cork había sido iniciado en su tribu, en el grupo de los teciuhtlazque o, como ahora se les dice: “graniceros”.Una institución india que tiene miles de años y sigue vigente en muchas  partes del campo mexicano. Contra toda lógica  occidental, los teciuhtlazque  tienen el poder de hacer llover  donde falta el agua, y sin usar el acrilato de potasio. O bien detener  la tormenta ahí donde la excesiva  cantidad de lluvia amenaza vidas y cosechas. No obstante, teniendo el poder de hacer llover, Cork podía morir de sed. Lo aceptaba porque sabía que el poder de los teciuhtlazque  podía ser efectivo solamente cuando se empleara en bien de la comunidad. De nada servía en el caso individual. La magia es comunitaria, no solitaria. Era probable que a eso se debiera lo inabordable  del asunto  para el razonamiento lógico de la civilización industrial. Piensan como individuo, no como grupo.

Mientras se echaba la mochila  al hombro para seguir  en dirección a Yuma, se dijo que ese era un punto de coincidencia con la Iglesia de Cristo, en la que nadie se salva solo…

¿Por qué había dicho Yuma, si iba para Chinley…-Recordó que la alta temperatura, como la baja extrema, puede afectar las meninges...

 

 

 

                                                                          5

                                                                          I

                                                                         

 “Los Bigotes de Werxygentoriux”  era aquel   lugar en el que se iba a tomar cerveza y platicar en el tono que a uno se le pegara la gana. Volvió a encontrar a Xyster después de ver al jefe navajo Águila. Tenía sobre la mesa tres ejemplares del Washington Post de ese día.

-¿Dicen los mismo o alguno difiere?

 - Dicen la verdad… ¡Hola!-. Dio un brinco y abrazó a Cork. Me he acordado de tantas pendejadas que platicamos la vez anterior.

 - Yo me acuerdo de las  cervezas que tomamos en esa ocasión. ¡Vaya que eres resistente para beber cerveza! ¿Eres marinero o algo así?

 - Soy marinero y también irlandés.

 - Veo que sigues buscando la verdad en los diarios.

 - Uno dice la verdad pero si consultó dos o tres diferentes ya ninguno dice lo que otros sobre una misma noticia. Donde se ve más palpable la diferencia es cuando se trata de entrevistas. Un solo discurso y cincuenta versiones distintas del mismo...

 - ¿Qué haces en esta situación?

 - Promedio… El hueso más duro de roer está en la historia. Se nos han hecho tan naturales, es decir, verídicas, las cosas que ahí se dicen. Pero después que un personaje femenino  de Sade dijo que experimentaba cien orgasmos en una sola noche ya cualquier fábula se puede decir. ¿Oye, sigues comiendo tacos de carne de perro?

 - Sí. ¿Y tú pene de perros calientes con esa espantosa salsa dulce?

 - Desde luego.

 - ¿Qué te parece si ordenamos tacos de carne de perro y penes de perro para acompañarlos con una cerveza?

 - Me parece. Entretanto bebamos cerveza y platicamos de la búsqueda de la verdad en los diarios… ¡Acepto! Estamos en el mundo que otros han inventado para nosotros. Le llaman los filósofos “eclecticismo disolvente” a ese modo de vivir en sociedad, o “eclecticismo abandonado a fuerzas diversas”, los sociólogos, al no contar el individuo  con un punto de apoyo propio, original.

 -El mundo moderno es el de la información.

  -Pero lo que tenemos es sobreinformación que disuelve la cordura y nos hace refugiarnos en los paraísos artificiales o en las patologías que recuerdan al Alzheimer.

 - He andado por los desiertos y  te platicaré a ver si ahora sí te a decides a acompañarme al desierto de Altar.

- ¡Ni lo pienses!

 A las dos cervezas ya estaban gritando. Cork se acordaba de las bibliotecas públicas de México en las que hay que guardar silencio pero los encargados hablan todo lo que se les antoja. Y también sus familiares que llegan a visitarlos. O en los recintos  culturales  donde los negocios de librerías dedican un amplio espacio a que la gente lea y escriba, pero también se mete la gente a comer  y los agentes de ventas  a charlar a todo volumen entre ellos.  Y los licenciados a ventilar sus asuntos con los clientes. Esta, en cambio,  era una cervecería de voces altas y juramentos.

 En aquella cervecería de Manhattan, a las orillas del Hudson,  Xyster hablaba sin pelos en la lengua y su erudición le permitía ir de aquí para allá con autoridad. Dijo algo de México,  luego de pasar la vista por el atestado y ruidoso lugar. Conocía de México más que cien millones de mexicanos.

 -Del caos arcaico  de Teotihuacán surgió la luz. Nanahuatzin fue el que trajo la victoria de la vida. La época antropocéntrica dirá que fue la victoria de la nobleza de humanidad frente al insoportable ego de Tecuciztecatl. Esto tiene que ser considerado con cuidado porque pude haber una tensión qe no podemos ver lo digo porque Tecuciztecatl es uno de los nombres de Tezcatlipoca.

 -El más grande de los dioses.

 -Pero en Teotihuacán no fue un pacto perenne.

 -La salvación sirve sólo el tiempo que se cuide.

 -El cosmos negro siempre está esperando.

 -De hecho se hace presente cada doce horas.

 -¿Dices que vas a buscar qué en el desierto?

 - No he dicho.  Además no estoy seguro. Tal vez vaya buscando la falta de soledad dentro de la soledad.

 - Bueno, supongo que los perros van más directos al asunto cuando deambulan entre la gente y los tambos de basura del mercado.

 - Estoy seguro de ello.

 -Cualquiera puede cometer las más tontas de las acciones. ¡Libre albedrío! Eres libre hasta que le entregas parte de tu libertad a una mujer. ¡Cuídate de esa Toci, de la que me hablaste el otro día! Después de eso habrás perdido toda tu libertad. Restablecer la normalidad ya no estará a tu alcance. Necesitará del sacerdote o del psicólogo. En el caso de los bomberos cuando se te agote el agua en las cantimploras.

 - De la fe y de la razón. No hay otra.

 - Hay una tercera salida. El proveedor de…En este tiempo que ya no se recurre a pedir al cielo ni   se cree en la ciencia, el doping es el gran descubrimiento…A la fórmula de Tomás de Aquino: razón más gracia, habría que anteponerle este planteamiento del maravilloso siglo veintiuno del desarrollo de la sociedad tecnológica: mariguana  sobre  razón y fe…

 - El desierto exige concentración en las tareas de ese día, de esa hora, de ese minuto. Es poco práctico adelantarse a los acontecimientos. No hay lugar para el miedo anticipatorio. Esa angustia de nuestro tiempo ¿qué pasará con la hipoteca de mi casa?, ¿qué pasará con la educación de mis hijos?, ¿qué pasará si mi novia me da el espaldarazo?, ¿qué pasará si los resultados del laboratorio? ¿Qué pasara si…? El alpinismo exige planeación y desechar todo lo que se pueda de temores. Si el temor anticipatorio se hiciera muy patente simplemente no existiría el alpinismo como deporte.

 - La absurda y práctica inmediatez tiene otra vertiente pero ahora mirando hacia el pretérito. Olvidarse de ciertas cosas ya idas. Nadie puede preparar su mochila para la  excursión si está cargando un pesado fardo. Es maravilloso que millones y millones y más millones de individuos estén viendo, por la televisión, a veintidós hombres disputarse el dominio de una pelota en el centro de un delirante estadio.

  -Un personaje de Graham Greene reflexionaba respecto que “tenemos tan pocas maneras de aplacar nuestra culpabilidad”.

 Xyster bebió una cerveza de un solo trago.

 - No me  vengas con esas paparruchadas que buscas la falta de soledad dentro de la soledad.

 -Mi verdad es más simple. Estoy   en la espera que mi microscopio salga de la aduana… 

 - Según el Doc., personaje de John Steinbeck, la Bohemia es la mejor cerveza del hemisferio Occidental.

 - Después de la “Corona”.

 - ¿Quién lo atestigua?

 -  Los chinos dicen esto mismo.

 - ¿Cuánto tiempo tienes fuera de México?- preguntó Xyster.

 - Varios meses. ¿Por qué.

 - Leí que acaban de reunirse más de cincuenta especialistas extranjeros y mexicanos de primer nivel en Ciudad Universitaria. Se analizarán los distintos paradigmas que hoy se discuten en la comunidad internacional, tocante al debate jurídico- filosófico. Es un hecho sin precedentes en todo el mundo.

 (Llegaron los tacos y los “perros”)

 -Espero que lleguen a algo que ayude a la gente.

 -¿Escéptico?

 -Sucede que en ocasiones en México todo acaba como el  Rosario de Amozoc...En el Congreso y Los Pinos eso es común, desde el siglo diecinueve. Pero también en las reuniones continentales de jefes de estado. En la gente de la cultura cada quien lleva agua a  su tribu.

 - Parece que los muy coordinados y disciplinados son los tipos de las economías. Al margen de utopías.

 -  Siguen de cerca todo lo que se mueve.

 -  Como el gato está al acecho de todo lo que se mueva o haga ruido.

 - No es para menos. Acuérdate que vivimos en el universo en el que el golpe de una canica echa  a rodar a otras canicas.

 - Eso es tan cierto hasta más allá de la muerte del individuo.

 - Según eso cuando se muere, se vuelve a esta vida, como en la metempsicosis.

 -De cierta manera eso es así. Mejor o peor, depende de cómo te portaste  en la vez anterior…

 - Pensé que eras del pensamiento racionalista  y me sales con estas.

 - Porque lo soy te lo digo. Es ahí donde los de las economías no pierden el piso. Fíjate. Borrón y cuenta nueva. Toda vivencia se va a la tumba. Todo instinto bueno o malo se va junto con cada quien. Pero…menos la sinopsis de esa existencia. Esta queda en la comunidad. Por eso cuando alguien muere los otros se hacen  la pregunta: ¿Contribuyó a mejorar su ambiente o a degradarlo? De esta manera, cada individuo humano que nace se desarrolla en la clase de sociedad que el fallecido le dejó. Si llevamos esta discusión al nivel de la familia se verá  con más claridad el asunto. Los hijos mal vivientes querrán seguir en el undergrownd. El que tiene a la vista desde los días de su cuna. O los hijos y nietos de las familias de universitarios…Bien puedes hablar de metempsicosis o de clonación. Este es el punto en el que estas dos  cuestiones de genética y de sociedad se funden. Mucho va a depender de la información que esa tarjeta o memoria le dejó a su comunidad. Y sabido es que Schopenhauer creía que todo estaba en lo genético y que el individuo sólo haría camuflarse, por conveniencia, con las costumbres del contorno….

 - Todos somos responsables del mundo que nos rodea, dijo Jonathan en Camino al Cielo, de la pantalla chica. Deforestación y aumento de población humana con sus nuevos asentamientos hacen que la vegetación natural disminuya gradualmente hasta acabarse. Como la transición no se da de manera programada, lo que los nuevos habitantes van a tener  es aire contaminado, agua sucia y suelos estériles.

 - La tradición es una autoridad superior porque manda, dice un filósofo. Por eso los indisciplinados se apresuran a declararse parricidas. Parricidas de la familia, parricidas frente al Estado. Sucede lo mismo con la moral. Si los legisladores laicos o religiosos son los que declaran cuál es la tradición, ya saben los espíritus individualistas contra quiénes hacer los berrinches… Algunos tienen la vocación de vivir en la apocrifía….

 ¿Qué diablos es eso?

 - Cuando los constitucionalistas se reunieron en Querétaro para elaborar la Carta Magna de 1917 hicieron varios proyectos,  notas y borradores de los “Capítulos y artículos”. Algunas de esas notas, por una cosa o por la otra, quedaron fuera y no pasaron a formar parte del cuerpo de la Constitución sancionada y aprobada finalmente por el Congreso. La gente de la apocrifía es la que prefiere normar su conducta de vivir y de pensar con las notas que quedaron fuera en lugar de hacerlo con la Constitución. Este individuo vive en lo general con las garantías que da el Derecho pero en lo individual no se siente obligado más que con él mismo. Estamos hablando de la justicia, o la normatividad, como dicen los juristas, y del desconocimiento de la normatividad. Sócrates morirá víctima de la injusticia, no de las leyes. Al escapar de la injusticia justificaría la injusticia. Las leyes que aprobó el pueblo lo condenaron y él decide morir acatando esas leyes, no burlándolas. No se refugia en la apocrifía.   

 - Esta conducta se da también en filosofía y en especial en la religión.

 Xyster sabía de química y tenía la costumbre de traducir los tragos de alcohol que se estuvieran bebiendo en kilocalorías y en la  cantidad de azúcar que eso significaría en la sangre. Señaló hacia la otra mesa.

 - La cerveza que está tomando ese tipo, de capacidad de un tercio de litro, tiene ciento sesenta kilocalorías y aporta al cuerpo el equivalente de ocho cucharaditas de azúcar. Son aproximadamente los resultados de una copa de aguardiente, un vaso de ron, o un vaso de pulque. Imagina a alguien de juerga que ha tomado diez rones o tres litros de pulque o diez cervezas…

 - Ochenta cucharaditas de azúcar cada uno de ellos.

 -  Si esta cantidad se tomara a lo largo de muchas horas podría metabolizarse. Pero, como se ingieren en poco tiempo, estamos hablando de un suicidio muy dulce…

 - En el periodo de consumir alguna droga el individuo se desatiende de los afanes diarios de la comunidad.

 - Eso sucede en la ciudad y en la tribu. Sólo él se importa. Pero, cuando más tarde, cuando empieza a quedar impedido y sobre todo en las últimas etapas, los recursos de la comunidad tendrán que ser desviados para atenderlo en algún tratamiento o en su caída final.

 - En el origen se atacó el padecimiento social de la drogadicción. Pero la mundialización ayudó a diversificar redes y métodos de distribución que resultó imposible llegar a alguna solución siguiendo ese camino.

 - Y de pronto han resultado obstáculos en el campo de los luchadores antidrogas.

 - ¿Como cuáles?

 - Quién coordinaría estos grupos antidoping  en el plano nacional y en escala mundial? ¿De dónde van a salir los recursos que pagarían los programas de prevención?

 - ¿Xyster?... Sócrates y Cratilo se darían de narices tratando de encontrar la lógica a tu nombre.

 No hizo caso.

 - Los nacionalismos decimonónicos europeos nacieron de la actividad de ensanchar sus territorios. El nacionalismo de cada grupo, etnia, nación, indígena, nació en el mismo siglo  diecinueve al defender sus manifestaciones culturales que proceden de miles de años. En aquellos, entonces, habló el poder de las armas. En los segundos el poder de la antropología y la historia. No es difícil saber quién va a trascender.

 -  La globalización aboga por la igualdad de los humanos. Pocas armas de conquista tan sutiles como esa. Lleva a  la intolerancia y al racismo en su búsqueda  de borrar etnias, idiomas, religiones y culturas. Imagina que México - Tenochtitlán  hubiera colonizado todo el mundo y luego de siglos de aztequización ¿dónde habrían quedado los negros, griego, judíos, purépechas, huicholes, otomíes, uruguayos, chinos, babilonios…Es la búsqueda de la economía que pasa sobre las individualidades de los grupos. Por eso se da que a los pueblos conquistados  se les somete a persecuciones hasta borrarles su identidad. Los hohokams creen en el mundo exterior, hacia donde mira toda la etnia. Profesan así un pensamiento comunitario y desconocen el yoismo del escéptico.

 - ¿Crees?

 - La experiencia individual es, después de todo, un segmento de la vida humana que no puede abarcar el abanico de los fenómenos sociales. Si es lúcido y convincente puede  convencer hasta a millones de individuos. Esto tampoco podrá alcanzar la categoría del abanico de esos fenómenos sociales. La fobia que  Heidegger tenía contra el signo de lo siempre igual se fundaba en que anhelaba que el segmento cubriera el círculo.

 -Como si intentáramos que diez grados  de horizonte de nuestra vista miraran  ciento ochenta grados…

 -Un mundo que le gusta matar. Nietzsche mataba a Dios página tras página.

 - Y algunos gobiernos declaraban muerta a la novela en el primer tercio del siglo pasado.

 - Como declarar muerto a Cervantes y a su gran legado de la novela moderna.

 -  La respuesta son las festividades que en muchos países se  hicieron al cumplir 400 años de haber sido editado el Quijote.

 - Y los millones de ejemplares que se han editado en el mundo. Hasta en México.

 - Un movimiento instintivo de los editores de los países que se lee poco es evitar los libros grandes.

 -Todo editor podrá responderte con la frase de Mark Twain: “Cualquiera que haya agarrado un toro por el rabo sabe cinco o seis cosas más, que alguien que no lo ha hecho nunca”.

 - Como sea, a Margaret Mitchell le hubieran dado con la puerta en las narices con Lo que el viento se llevó.

 - A Jan Valtín con La Noche Quedó Atrás.

 - A Norman Mailer con Los desnudos y los muertos.

 - A Tomás Mann con La montaña mágica.

 - A Tom Wolfe con su Todo Un Hombre.

 - Los mismos concursos literarios tienen una de sus condiciones que las novelas no pasen de tantas cuartillas…

 - Reconocimiento tácito que en ese país no se lee mucho.

 Se acordó del libro  de Cervantes. Comentó que habían pasado los cuatrocientos años de la primera edición del Quijote de la Mancha

 - Un libro “grueso”  -  dijo y citó una frase:-. “Nunca yo acostumbro despojar a los que venzo”, dijo don Quijote a Sancho. En esto se aparta  de aquel superhéroe, pagano, cantado por toda la antigüedad, y aun la modernidad, llamado Odisea. El oficio de Odiseo  era el de vulgar pirata que iba por las costas atracando cuanto podía.

 - De ahí le viene a los mexicanos cantar a los depredadores como Chucho el Roto, Gabino Barrera…De todos modos Sancho no entendía mucho de escrúpulos. Cambió su asno por otro mejor “en tercio y quinto” que había sido abandonado en el famoso episodio del Yelmo de Mambrino… Ilíada y Odisea son libros gruesos que se leen sólo porque viene precedidos de una fama de siglos.

 - Tal vez la Ilíada haya preparado nuestro ánimo para aplaudir a Chucho el Roto…a Heraclio Bernal, a Guadalupe Pantoja, a José Inés Chávez García, a “El Chivo  Encantado”…

 -  Y más reciente Camelia la Texana y el género musical de  narcotraficantes.

 -Ni siquiera tendríamos que cambiar de continente. El fenómenos de la globalización, destructor de lo regional, en América comenzó en 1492…En el afán que todos somos iguales desaparecieron muchas etnias como producto de un inmenso genocidio. Inmediatamente después los bosques que hasta entonces había sido su patrimonio. Había que fundir los metales extraídos de las minas de Hidalgo, Zacatecas, Querétaro, Guerrero…

 - ¿Qué futuro puede esperar un país que sigue teniendo al año quinientas mil hectáreas de deforestación de bosques tropicales y ciento cincuenta mil en bosques templados?

 - En el que no se escuchan las voces de los académicos que denuncian desde foros universitarios y de los que nadie  hace caso.

 - Inadecuado manejo forestal, pastoreo sin control y extensión urbana. No se cuida el equilibrio estratégico de cortar una cantidad de árboles y dejar otros para la conservación de esa flora y de la fauna nativa…

 - Los taladores clandestinos aprovechan pero sin conservar ni restaurar. Si con la desaparición de un solo árbol se acaban  incontables microsistemas ya podemos imaginar a esa biodiversidad cuando  se trata de la desaparición de miles de hectáreas de árboles.

 - Y el mismo proceso destructivo lo sufren los desiertos, pastizales y selvas bajas.

 -Todo esto puede y debe utilizarse pero cuidando  que no haya modificación alguna y menos de manera drástica como sucede.

 - Se pierde de vista el equilibrio estratégico. Y sin planificación no hay control.

 - Todavía prevalece el viejo talador con recursos económicos que compra silencios en los pueblos bajo las montañas y arrasa bosque que no le pertenecen.

 - Pero también está el talador clandestino astuto que convence a los campesinos para que ellos mismos acaben sus bosques y en su lugar siembre semillas. En lugar de vender las maderas preciosas de ese bosque de manera sustentable. Y darles utilidades.

 - Cuando los otros se dieron cuenta ya no tenían bosque ni tampoco llovía. No les quedó otra solución de emergencia que cruzar la frontera norte.

 -Llevando el sentimiento de haber sido actores y víctimas de sus propias acciones.

 - Sin un centavo en la bolsa.

 - La vida del mar y sus lagunas  tienen una historia semejante. Pesca clandestina…tecnología que no cuida la reproducción…

 - Y a la vista miles de kilómetros de playas mexicanas rebosando de plancton suficiente para alimentar, y de la mejor calidad, a la humanidad entera…-Cork remarcó-. Los derrames de hidrocarburos  en el mar son el equivalente de un gran incendio en la selva. Acaba con toda forma de vida animal y vegetal. Además con  repercusiones graves para la salud del hombre. Tienes razón. El plancton sólo sería suficiente. Empero, para la vida en el mar la extracción  del petróleo es una zancadilla. Precisamente tuve que posponer una reunión “cervecera” en Coyoacán, México,  para este fin de semana con  Guillermo Stenbergeen, un amigo mío. Está perforando pozos en la región centroamericana. Me escribió diciendo que hay cosas que no están claras y con frecuencia amenazan nubarrones en el cielo. Me recuerda que el Golfo es la tercera cuenca petrolera más importante del planeta. Las aguas del paralelo 26 en lo que esto sucede pertenecen a México, Estados Unidos y Cuba. Por una parte, agregaba, nuestros países tienen rezagos tecnológicos marcados debido a que no se destina un porcentaje fijo y suficiente para innovar de manera permanente los métodos de esta industria. Y en la medida que no se destinen fondos suficientes hay que irse resignando a la dependencia extranjera. Sería ésta la beneficiaria de la explotación futura de los hidrocarburos.

 

 -Tenemos cosas qué aprender de esos…- dijo Xyster poniendo énfasis en este adjetivo -. Sino veneramos a los ancianos cuando apenas somos niños tampoco los vamos a respetar cuando seamos grandes. Hay que educar. Un nieto que ve a su padre maltratar a su abuelo paterno  cuenta con parámetros a seguir.

                                                                     II

-Hay que aceptar que  son un arrecife en medio del océano organizaciones como la Red Internacional de Prevención del Abuso y Maltrato de la Vejez o la Allo Maltraitance de los franceses.

 -No obstante todo ello, sigue considerándose anacrónico el respeto que los indios tienen por sus ancianos.

 - Nuestra civilización es de consumo y deshecho…

 - Los filósofos tendrían que emprender el gran reto del siglo veintiuno. Sacar conclusiones. Hacer por fin el balance de treinta siglos de pensamiento especulativo. Ya sabemos cuáles son los extremos, ahora necesitamos la síntesis. Como el fotógrafo que juega con el campo de profundidad y enfoca y desenfoca para llegar al punto de mayor nitidez. Aferrarse a una maravillosa revelación divina  y cultivar el pensamiento especulativo. La unión de los contrarios no tendría que ser más la guerra de los contrarios sino los extremos de una misma recta. Razón y fe. Filosofía y teología.

 - Estaban juntas pero alguien las separó- opinó Xyster.

 - La filosofía, expresión genuina del Humanismo, dejaría en la estacada a los partidos políticos con su laicismo agresivo. ¿De qué oposición serían la oposición?

 -Pues las naciones más poderosas del momento han trascendido esto y por eso son poderosas. Conservan ese antagonismo partidario sólo en el membrete. Y esto para darle cierta lógica a su propaganda en los tiempos de la alternancia en el poder. En el fondo sus programas son cada vez más semejantes. Ya no gana el mejor programa… Pierde el que tiene algo que le puede explotar en las manos. En las urnas…

 - La razón tendría que ser ejercitada de manera cotidiana, con la misma asiduidad y atención como hacemos en nuestra etapa de jugadores de billar. Buscando los efectos…Consciente que, después de todo, como hacemos con el “taco”, la razón puede tener sus fallas. Se aprende con el acierto y el error. El enfoque y el desenfoque. Pero no por eso tendríamos que desechar su ejercicio. Y con ese empeño vivirá en el mundo de la fe. Hay momentos, en la oscuridad de la noche o del día, que al humano sólo le queda  voltear hacia la imagen colgada en la pared, como inicio de un encuentro con la divinidad, como esta se llame, antes de enloquecer de angustia…Razón contra  fe fueron los argumentos de siglos de guerras. ¿Por qué no tendría que ser ya diferente? 

 - Aunque don Quijote fue una sátira de Lancelot, y el rey Arturo, gustó mucho a los ingleses.  Solamente cuatro años de haber aparecido la primera edición la tradujeron a su idioma. Shakespeare compuso una pieza de teatro sobre Cardenio, personaje de Cervantes.

 - La rápida aceptación de los ingleses por el Quijote, pese a sus antagonismos nacionales, o “imperiales”, se debió a que fueron precisamente Arturo, el Cáliz de Cristo, la isla Avalón y la Mesa Redonda, los que inspiraron a Cervantes. Don Quijote, al igual que el rey Arturo, seguía un símbolo inalcanzable dentro de la leyenda gálica.

 Como todo bebedor de cerveza, Xyster gustaba cambiar de tema a cada vuelta de la esquina. Si alguien grabara las “conversaciones” de los bebedores de cerveza, al día siguiente escucharía nada más  frases empezadas pero jamás terminadas… Y cuando hay cuatro o cinco en la mesa es el pandemonium de las pláticas fragmentadas y cruzadas…

 - Desde Jalisco y Colima, hasta el sureste, merced a las placas tectónicas Cocos y Norteamericana, la gente de esas ciudades, de la costa del Pacífico, vive prácticamente sobre una mesa vibradora. De mil a dos mil temblores se dan a diario. Son de baja intensidad que permiten a la gente hacer su vida cotidiana sin alarma. No así en los lugares donde hay suelos blandos de antiguos lagos, como es el caso del Valle de México, y más propiamente la Ciudad de México. Aquí estas inocuas vibraciones suelen amplificarse. Y basta que suba un poco la escala de intensidad para que aquello se convierta en una hecatombe.

 -En la tremolina que duró tres siglos, entre conquistadores contra su propia  corona de España, para ejercer el poder en México, pareció que la cultura original había desaparecido. Los únicos refugios a los que podía acudir el pueblo para evitar el exterminio eran personajes como Fray Bartolomé de las Casas que buscaba levantar leyes contra la voracidad de los encomenderos. Tanta voracidad que no faltaron las insubordinaciones contra sus mismas leyes y  soberanos en nombre de los que habían hecho la conquista. Pizarro en Perú y Martín Cortés en México. Lucha heroica y desesperada de estos frailes a favor de los indios que tenían que luchar contra los hacendados. También al interior de la Iglesia que anatematizaba sin piedad cualquier manifestación religiosa propia. El poder seglar que aún estaba afianzándose, llevaba a la hoguera a personajes como hizo con uno de los príncipes indígenas de Texcoco al que descubrieron practicando los ritos de su religión. Durante tres siglos se buscaron maneras de preservar  las creencias y se llegó  a un acuerdo tácito de jugar el juego de la simulación. Así fue como un país católico lleva en la médula la religión de Tezcatlipoca- Tláloc- Quetzalcóatl. Posible sólo porque ambas religiones aceptan la representación de la esencia. La imagen. Una interpretación liberal del cristianismo, en la perspectiva del Antiguo Testamento, habría borrado para siempre todo dato cosmogónico e histórico del México prehispánico. Llegó a creerse que era cosa de pueblos indios anacrónicos. Pero todo vuelve a brotar del inconsciente colectivo con la festividad de principios de noviembre, cuando los dioses mexicas regresan de lejanas tierras para volver  a convivir con sus familiares, comiendo y libando.

 Antes de partir hacia la cordillera,  Toci se comunicó con Cork  para decirle que había asistido al Décimo Festival del Día de Muertos. Acontecimiento organizado en el seno mismo de la Universidad Nacional Autónoma de México en el que se veían involucrados  trabajadores, estudiantes y académicos de todos los niveles.

 - Era por necesidad recurrir a ese paternalismo de la Iglesia contra los “encomenderos”. Pero a estas alturas es saludable que se desaten las cuerdas  de las culturas locales del continente americano. Dentro de mil años volveremos a preguntarnos qué pasó.

 - Pues sí. Jim Morrison se canta en Patagonia desde décadas igual que en la sierra de Oaxaca. Los huicholes venden sus vestidos llenos de dibujos oníricos en los market´s de Manhattan junto a la literatura de los Testigos de Jehová.  O símbolos culturales laicos enormes como el escudo de José Vasconcelos para delimitar parcelas y decir un ¡stop! a los gringos o al Río Bravo para detener a la América de habla española en su presencia hacia el norte. Son piezas tan interesantes para la historia como lo fue la Muralla China, la Línea Maginot,  el Muro de Berlín o la valla de Jerusalén frente a los palestinos. Eso fue antes. Ahora hay millones de habla española en Estados Unidos y muchos miles de europeos y angloamericanos viviendo en México. Es hora de conocer las ideas de los de enfrente, no de suprimirlas.

 - No andas tan errado. La realidad está dejando con un palmo de narices a sociólogos e historiadores.

 - Eso les pasa porque siguen escogiendo 300 notas de un sólo color, de entre 5 mil de diversos colores, para escribir su historia… ¿Te cuardas lo que dice Novalis? “El sentido auténtico de las historias humanas tiende siempre a desplegarse tardíamente y, por eso, conviene estudiarlas  mejor bajo la influencia apacible del recuerdo que no en el fragor de la impresión presente.”

 -Dentro de pocos siglos las aguas del río de la globalización se habrán llevado muchas cosas hasta el mar y otras permanecerán de pie por obra y gracia de las religiones, las filosofías y las genéticas de los pueblos…

 - Ya la regionalización económica,  de los mil señores feudales de la Edad Media, que después se transformaron en los modernos capitalistas del siglo diecinueve, intentó borrar muchas cosas que ahora siguen en pie tan firmes como entonces…Hacia finales del siglo veinte había en México ilustres filósofos latinoamericanos que se afanaban, en el marco de la academia, por construir para México, frente a los gringos, un pensamiento propio regionalista, en lugar de universalizarlo y universalizar. Esa postura  sigue anclada dentro de los aires decimonónicos mirando con morbosidad hacia su superyó. Un panorama cultural lleno de escritores de partido metidos a...historiadores. Aun entre los filósofos pocos piensan, como Leopoldo Zea sí pensaba, que la identidad y la afirmación nacional pasan necesariamente por  el   contacto con el mundo exterior.

 - En México hay cien razas  y otras tantas culturas. Pero aquí ya  no son incompatibles. Han sido incompatibles en otros meridianos del planeta en donde casi se destruyen. Para salvar la vida han llegado a México. Y, precisamente en este país bárbaro, han entendido que no son incompatibles. Aquí la pretensión de una racionalidad y una verdad universal viven en la misma calle. Renegando pero viven.  Finalmente acabaron viviendo en el mismo país, y la misma ciudad, españoles de la República y españoles de Franco. El partido político más fuerte, que es el de los cristianos, le ha tocado, en la vuelta de la historia del país, preservar todos los instrumentos institucionales necesarios para  la vida democrática y humanística. Es necesario aclararlo porque de pronto las aguas de las  palabras se revuelven y ya no se sabe de qué estamos hablando. A la vuelta de la esquina hay una sinagoga judía. En la plaza los de la mexicanidad oran danzando al Sol. El partido de izquierda reparte sus volantes en la amplia plazoleta frente al templo de Santa María de Guadalupe. Los krisnas queman sus varillas olorosas bajo las jacarandas de los templos protestantes. Los cristianismos liberales en Chiapas aseguran que en tres días más y volveremos a ver a Jesucristo. Es una pluralidad que no busca el consenso. Se foguearon en los frentes del mundo y los que escaparon a la chamusquina entendieron la lección. Aquí también las calles se han llenado de sangre al ser ignorado el consenso. Entre el caos se ha soñado otra vez por la pluralidad. Se ha  entendido que es fácil soñar con la libertad pero que es muy difícil el ejercicio de la libertad. Entonces hay que institucionalizar la pluralidad. Cuando ya no hay presidencialismo paternalista encontramos que la institucionalidad de los partidos es huidiza como el agua entre las manos. Y se experimenta, otra vez, dentro del caos, que la hegemonía tiene una atracción muy fuerte…

 Dice Cork que Xyster, algo chiflado, tenía una manera curiosa de saludar. En lugar de decir “buenas tardes” decía “se leal contigo mismo”. No hay que extrañarse, en realidad. Unos saludan  estrechándose las palmas de las manos, como hacen los americanos. Otros inclinándose, como los asiáticos. Otros estrechándose sus propias manos, otros chocando sus anillos, como los masones, otros sujetándose de las muñecas, como los antiguos romanos…

 Dijo:

 - Lejos del anquilosamiento la vida india. Es emprender la ardua labor de conocerse, permanecer, renovarse y aceptarse en el tiempo. Como hizo Rembrandt con sus sesenta y cuatro autorretratos a lo largo de su vida. Es el recordar y el investigar de Sócrates. Aceptar el determinismo sin abandonar el libre albedrío. Complejo ¿no? Así es la vida si la quieres de trescientos sesenta grados. Desde luego el círculo tiene muchas habitaciones y puedes permanecer toda tu vida en una de ellas…Porque esa es la tragedia del hombre contemporáneo. No ha aprendido a ser libre. Necesita grandes horizontes para esperar sentirse como el viento. Y cuando los tiene se siente aplastado por la inmensidad. Regresa a la estrecha calle de la atestada ciudad y su espíritu parece comprimirse. Así pues, donde se encuentre va a sentirse que se asfixia. ¡Es tan terrible caminar por una calle atestada como por el bosque profundo y solitario! ¿A dónde escapar? Siempre queda la solución de recluirte  hacia sí mismo. Conozco algunos que se encerraron…Solamente –levanto su tarro-una fuerte deshidratación del día siguiente a la borrachera puede darnos idea de la magnitud de esa soledad.

 

                                       

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                  6

                                                                  I

-  La vida comunitaria de la tribu no deja escapar hacia sí mismo-dijo Xyster-. No impone la presencia de los otros pero siempre está lista para arrojar el salvavidas. Fomenta en los niños la lectura “relajada”, particularmente de la novela, extraordinaria invención de Platón y luego Cervantes. Más que las vanguardias surrealistas y aun de la poesía. Estas son los portentosos monumentos literarios que hablan en singular. La novela, en cambio, gusta de olvidarse del yoismo y da la palabra a los diversos personajes. Los conquistadores se llevaron toneladas de plata durante tres siglos de las montañas mexicanas. Eso los ablandó frente al inglés como individuos. Los españoles, a cambio de nuestra plata, nos legaron el cristianismo, el antropocentrismo griego y a Cervantes. Y eso nos hizo más fuertes culturalmente con valores imperecederos…

- ¿Y tú por qué vas al desierto?

 - Aprendí a  caminar en la estepa porque así observaba que lo hacían mis padres y los demás de Tlamatzinco, el caserío perdido entre la llanura de Chihuahua, al otro lado de la Sierra del Presidio. Un panorama que te enseña que, si no sabes caminar  en la libertad, al caer la tarde puedes haber muerto.

- Todos aprendemos de los otros. Sócrates aprendió el oficio de partero de su madre Fenarete, también partera.

- Un oficio que se manifiesta sólo si hay alguien que esté preñado. Si tene algo en potencia que se pueda echara andar.Eso es lo que dice Toci, la encantadora muchacha que lleva diez años de su vida leyendo a  Frederick Copleston.

-¿Diez años? ¿Qué edad tiene?

-Dice que veinticuatro.

- Hay millones de seres que vagan por el mundo…

- Tres horas de ver televisión al día vuelve estéril a cualquiera. Como se carece de defensas culturales, poco a poco se va entrando al proceso de zombisación.

- Parece que estamos frente a un feo determinismo- dijo el marinero Xyester-. Una ola no sabe a dónde la va llevando el mar. La ola tiene movimiento y vida en sí, pero no está en ella resistir el impulso general.

- No se trata de vivir en la apocrifía sino de fortalecer al individuo para que éste a su vez enriquezca a la pluralidad. La ola es parte de un todo y sin embargo tiene “personalidad” propia dentro del océano. En tanto exista el viento, la ola podrá agitar, o hasta derribar, todo lo que encuentre, ¿no crees, tú que conoces el océano?

- Nietzsche invierte la fórmula. Elabora a base de aforismos audaces. El eje central de su discurrir dice que la ley no puede estar por encima del individuo. Es para las masas pero no para el individuo. Si las leyes las hicieron los individuos ¿de qué tipo de individuos estamos hablando? 

- Tal vez del que se rebela frente  a toda clase de uniformes, así sea el del portero del edificio.

- Los demás nos impiden estar solos - dijo Jack, un personaje de Lawrence. Y yo agregó que eso hay que agradecérselo a la multitud.  Aullaría de miedo si en verdad se  encontrara uno solo. Estar solo dentro de la multitud no deja de ser cierto pero es un poco tramposo. Se puede estar viviendo con un teléfono celular en la mano esperando la llamada  y estar solo.

- Puede que por estar solo se lleva el celular en la mano- me aventuré a decir-. Puede, no lo aseguro…

- Cuando llegó la nueva religión los indios  se dieron cuenta que también miraba hacia dos objetivos. Uno era el cielo y el otro el hombre. Lo que cambiaba era la forma. Y se quedaron con la suya. Con la diferencia que a Sócrates le gustaba ramonear más en el hombre que en el cielo. La manera de ver del indio siguió guardando el equilibrio. Un mundo hecho por los dioses pero que los hombres debían cuidar. Con el tiempo, el antropocentrismo procedente de Grecia,  buscaría la explotación a gran escala de los bosques y de los recursos del mar. Llevada esta practica hasta  el absurdo, fue cuando los dioses empezaron a estorbar…El tema de la representación no es un juego. Los que están contra las imágenes no soportan  verse en el espejo. Una religión sin imágenes no es religión, dice Jean Wahl. Qué es el arte en última instancia sino el retrato íntimo del artista que lo lleva a cabo. Puede estar pintando un paisaje nevado de Canadá pero el resultado será una copia fiel de sus sentimientos. Más que si se pusiera a pintar un autorretrato. La próxima vez que quieras destruir un edificio, un monumento, un grupo social o una escultura, pregúntate ¿qué es lo que te está recordando de ti mismo? Pablo quería acabar con aquel grupo de místicos…Hasta que se vio en un espejo y encontró que él era como ellos pero estaba en una situación lejana. Quería destruir su enemistad…

- Toci dice que no hay que olvidar que la filosofía griega está como elemento conciliador entre lo eterno y lo contingente. Entre el cielo espiritual y la vida cambiante en la tierra. Entre la razón práctica y la razón vital. La filosofía griega fue el crisol del cristianismo primitivo. Esta es la diferencia. En tanto el cristianismo liberal recita capítulos y versículos, el cristianismo romano hace la consideración en la perspectiva de la filosofía. Por eso muchos humanistas del Renacimiento pasaron por los corredores del Vaticano. Tardaron siglos en fundirse cristianismo y pensamiento griego pero al fin lo lograron y de eso surgió lo que se llama “cultura occidental”. Platón, Aristóteles, Plotino, santo Tomas de Aquino… Este enorme paquete cultural y espiritual  iba a tener otro choque tremendo en América y sus culturas autóctonas. Cuando las aguas agarraron su nivel se vio una obra más enriquecida. Ahora estaba lo griego, lo cristiano y lo prehispánico. Los americanos debemos considerarnos afortunados por ese legado tricultural.

- Y con la enorme responsabilidad de documentarnos al respecto. ¿De qué sirve tener todo eso sino lo conocemos? Imagina a un pastor que lleva a su rebaño y pasa bajo el Ágora y no se detiene a escuchar lo que dicen los oradores…

- No todo fueron peritas en dulce. De  una u otra manera nos legaron también  el espíritu carroñero. Los primeros piratas de que tenemos noticias…Don Quijote se va por el mundo a buscar aventuras y hacer el bien. Pero sólo en los términos que aporten algo a su ego. Por lo demás  no puede desembarazarse de la inclinación de bucanero salteador que priva en Europa desde la antigüedad y ya encontramos en Odiseo. En el capítulo X, de la segunda parte, envía a Sancho Panza a que se entreviste con su amada Dulcinea. Engañando a su amo, el escudero le trae buenas noticias. Es cuando el Caballero de la Triste Figura queda tan agradecido que le promete compensarlo “con el mejor despojo que gane en la primera aventura”. En otra parte dice que “No es de gusto andarse con la conciencia escrupulosa”.

- Es la Odisea de a caballo.

- Ese espíritu debieron sufrirlo los indios de todo el continente, desde los Cherokes de Canadá hasta los ranqueles de Argentina.

- El indio norteamericano sobrevivió cuando fue confinado a la reservación del Desert Navajo. Un lugar para el que  se necesitaban millones de años de adaptación al medio. Lo logró debido a su costumbre que ponía en juego  cada año al desplazarse siguiendo los animales de caza que se movían según los llevara el invierno o la primavera.

- Esto de los mecanismos de adaptación es un asunto de la máxima importancia. Los habitantes del Mediterráneo,  admitidos en Rusia al finalizar la Guerra Española de 1936,  tuvieron mucho que decir al respecto.

A través de la pared de vidrio  veían hacia la calle concurrida de Manhattan, casi media calle de puestos de vendimias de mexicanos.

- Los habitantes del empobrecido campo mexicano, principalmente, son los que cruzan la frontera. Desconocen casi todo de su pueblo y muchos carecen de instrucción.

- Así llegaron los árabes – israelitas a Egipto mil setecientos años antes de Cristo y ahí se instruyeron. Después de muchas generaciones de mexicanos, viviendo en Estados Unidos, también encontramos doctorados en ciencias. Por eso es necesario empezar a hablar de ecumenismo y dejar atrás el dudoso significado de sincretismo.

- Sobre todo el enfoque decimonónico del que han hecho una profesión algunos  historiadores. Son los ramoneadores de las trescientas notas sobre cinco mil para escribir sus libros…

- Pasando varias generaciones el mexicano - estadounidense tendrá otra visión de la vida y de la tecnología en el seno de la sociedad norteamericana. Esto no es profecía. Es un a posteriori. Está sucediendo desde hace siglo y medio.

- No se puede decir que tendrán otra visión pues cuando tuvieron que dejar México, por necesidad, eran casi ajenos a su cultura. Nacieron biológicamente en México y social y académicamente en Estados Unidos.

- De ahí que todo mexicano necesite leer novelas. La novela es la versión abordable de los filosofos. A  los filósofos nadie les hace caso. Pero hay que seguirlos de cerca. Estos filósofos son los que, luego de permear las aguas, van a inspirar las producción de las grandes novelas tanto aristocratizantes como las proletarias.

- Les da por orinarse en las reglas.

- ¿Crees?

-  ¿Te imaginas que alguien quisieran convencernos que hay que ser pobres de dinero. Me resisto.

-La Iglesia.

- Ésta advierte respecto a la utilización que se le de al dinero. No es lo mismo  la usura que la filantropía.

- ¿Buscar dinero y tener una vida con los satisfactores es aristocratizante?

- Los sindicatos de lucha siempre están buscando que los trabajadores sean lo mejor pagados posible.¡Que me parta un rayo si esto es aristocratizante! ¿Te gusta el dinero?

- ¡Me encanta! Con él se puede vivir bien. Alimentarse, comprar libros, Escribir libros. Estudiar. Enseñar. Con dinero se puede ayudar a los pobres. Un pobre no puede ayudar a otro pobre. Puede ser solidario y todas esas cosas pero por lo general por ese camino no se va lejos. Además la tesis de querer ser pobre de dinero va contra las estadísticas. Las universidades públicas están siempre saturadas de gente procedente del “sótano”. Es gente  convencida que un país no sale adelante con puros cuadros medios y, menos, con cuadros bajos.

- Por lo demás, el dinero, cuando llega a las manos del hombre,  es el gran revelador del cuarto oscuro de fotografía.

- Como la nitroglicerina que hace volar una montaña para construir una presa de la que se beneficiarán. O con la que se construirá una bomba para la sedición.

- Como la morfina frente al moribundo o el drogadicto.

- Pon dinero en las manos de un humano y lo revelará tal como es.

- Estoy de acuerdo.

- ¿Y tú…?

-Yo necesitaré el dinero...Aunque, a decir verdad, a donde voy nada hay para comprar.

- ¡Dónde diablos existe en este planeta un lugar en el que no se necesite dinero? 

- En el desierto.

- ¡Qué desierto?

- ¡Seco, candente.

- ¿Encontrarías la verdad?

- Para eso me bastaría comprar tres ejemplares del Washington Post del mismo día…Quiero meterme en ese mundo de soledad.

-¿Enfrentar cómo resolver los obstáculos de cada día?

- Ya muchos han querido transformar al mundo y cambiar la vida misma. …Todos empiezan con fundar una revista. En especial los poetas…

                                                                   II                                                     

- ¿Crees que ha sido inútil?-preguntó Xyster antes de pegarse a la botella con la cara hacia el techo de la taberna.

- ¿De los poetas? Después de ellos el mundo se habrá alejado un paso más del neandertal.

- Sin embargo el mundo de la causalidad es como es, como siempre ha sido y comos será. De haber otra posibilidad ya lo hubieran logrado las hormigas, las cucarachas y las abejas. Y en la geología, ya sabes, se habrían alterado los tres grupos principales de rocas.

-Los alpinistas entendemos la vida como una labor diaria y constante de resolver problemas. No  se trata de un desplante ni de una guerra contra nadie. Con la montaña menos.

- Como la filosofía del jubilado que se muere de ganas de entrar en acción y suspira. Me gustaría recorrer el desnivel de esta escalera o resolver las  dificultades que significa escribir este poema. O resolver el gran problema de ir a comprar jitomates al mercado...

- La vida vivida. Alejarse del analfabetismo emocional. Al menos tratar. Sufrir frío o calor y hambre y desear como un tesoro poder beber un vaso de agua o probar un pan o leer algo o charlar con alguien o escuchar a alguien o ayudar o pedir ayuda… Se está en peligro de caer en el masoquismo pero sino lo intentas el colesterol te agarrará del cuello para no dejarte más… El colesterol y la paranoia de la ciudad.

- La civilización no perdona esos experimentos de la soledad. Ni siquiera en tercera persona. La evidencia lleva a la aceptación del pecado  por omisión. En cierta ocasión el emperador romano Nerón Claudio montó un espectáculo de gladiadores en el que no se permitió matar a ninguno. Decía que lo hacía por el loable fin que se hiciera ejercicio. No le creyeron. Entonces obligó a combatir a cuarenta senadores siguiendo la misma idea.

- ¿Qué pasó?

- Mataron al emperador. Por lo visto  era temprano para que se entendiera la idea. El experimento fue agregado a su dossier de mandatario cruel. Nerón los conocía. Agregó que el ego lastimado de aquellos elevados personajes, por haberlos obligado a hacer espectáculo de gladiadores, lo perseguiría en los siglos que estaban por delante.

- Obliga al pueblo a hacer la revolución y te arrojará al mar…No me acuerdo quién lo dijo.

- El Principito.

Xyster levantó otra vez su tarro, dijo:

-Por los 500 años  de haber empezado la tradición de certificar la pureza de la cerveza.

Cork hizo memoria:

-¿500 años? Todavía  estaban los aztecas dueños de la bella ciudad del lago, al pie de los volcanes nevados… ¿Dónde se dio esa certificación?

-En la ciudad de Ingolstadt, Bavaria, Alemania.

-¿Cómo se les ocurrió?

Había, a la sazón del siglo dieciséis, la preparación de la cerveza al gusto de cada fabricante de cerveza de la región.Al lúpulo, le agregaban la cebada y el agua.Más tarde la levadura.Otro le añadía raíces o sustancias químicas, tratando de enriquecer según formula casera, o bien acelerar el proceso y tener  mayores ganancias…Para poner orden en esa situación y poder brindar al público una bebida de calidad.Y por intereses propios finacieros.Los duques bávaros Guillermo IX y su hermano Luis X decretaron el 23 de abril de 1516,la mencionada norma de pureza de esta bebida en Alemania.

-¿Qué te parece?

-¡Salud!

-Cosa de historiadores eso de Nerón. Los increíbles excesos sexuales que se señalan en algunos emperadores romanos, reprobándolos como bestias… Luego se festejarían y volverían paradigmáticos en los personajes del Marqués de Sade. Solamente hay que dejar correr el tiempo para revolver las cosas.

- En la actualidad Sade mismo pasaría en eso del sexo como un boy scout. Cualquier película de la actualidad no se considera como tal sino contiene escenas de cama y gritos orgásmicos.

-Ya no son los elegantes filmes de Humphrey De Forest Bogart.

-Fumaba mucho.

- Desde el imperio Romano la esperanza que acciona la democracia lleva a la desesperanza. A la gente se le invitaba a participar en el ejercicio de la democracia y hasta derramaba su sangre para salir en su defensa. Y el pueblo, siempre noble, acudía disciplinado y esperanzado a las urnas. Tiempo después se daba cuenta que se le había invitado a la democracia pero no a la economía y que no había sido incluido en los programas de la seguridad social. 

Xyster se río y dijo que  Cork  no conocía cómo se manejaban las cosas en la cultura… Una encantadora muchacha que, como la heroína de George Eliot, va a renunciar a su atractiva fortuna por casarse con un muchacho sin oficio ni beneficio. Otro personaje de Somerset Maugham, todo cerebro y que viaja por la India es feliz al final de la novela manejando un taxi. Otro personaje de Herman Hesse cambia su carrera universitaria por la gran ilusión de su vida que es ser peluquero. Una heroína de D. H Lawrence deja títulos de nobleza y se fuga con su guardabosque... Esto pega mucho en ciertas clases de lectores…

-Mucho contribuyen a eso los “premios”. Hacen su propia mitología. No todos pero el promedio es alto… Con la “escritura excepcional” de una novela o de un libro de poesía sucede como con la “escalada de excepción”del alpinismo. Pocos montañistas son capaces de alcanzar ese alto nivel de desarrollo de manera natural. El resto, la mayoría, necesitan recurrir al doping. En ambos terrenos, en el de la literatura y en el alpinismo, está documentado, por propias declaraciones de los autores, el uso de las drogas para conseguir un resultado que está más allá de sus naturales posibilidades. Lo han dicho Huxley, Mailer, Hesse, Poe…Por el lado alpino Bull, Herzog, Terray…

-Esto se hace patente cuando el  modo de vida es la profesionalización de ambas disciplinas. Cuando hay que vivir de ello. En una u otra actividad no hay prueba antidoping. En plena potencialidad de la producción hay que deslumbrar más que los otros pues de eso depende conseguir contratos. Lo mismo en la competencia olímpica. Muchos escapan a la prueba y pasan como superdotados.

-Verbigracia como algunos jugadores de fútbol.

- O bien cuando la edad avanza y hay que seguir viviendo de la tal actividad.

- Un escalador de excepción amateur, no tiene problemas. No vive de eso (de ahí su categoría de amateur) y lo hace cuando puede  y deja de hacerlo cuando ya no puede o no quiere y no tiene por qué recurrir a estupefacientes.

- La cuestión es, tanto en literatura, alpinismo y en fútbol, ¿debemos humanizar, al precio de aceptar resultados medios, pero reales, o debemos seguir deslumbrando al cliente y cultivando artificialmente nuestro ego?

- Es decir limitarnos al terreno estricto de las técnicas, que es como decir el mundo de la causalidad con sus causas y efectos lógicos normales o…volar.

Xyster  agregó  con una referencia a la literatura:

- Quizá por eso me gustan  autores sin premios. Montaigne, Victor Hugo, Ibsen, Dostoweski, Nietzsche…Algunos “premios” se sienten en la obligación de seguir manteniendo su cartel y se queman las neuronas con… ¡lo que siguen son pendejadas! - agregó:-. Festejé siempre haber leído de niño a Dostoweski – río-. Tuve que volverme un lector sádico para poder seguir avanzando en la lectura de Crimen y Castigo. Cuando  su fama se agarró como bandera política, felizmente ya conocía su obra. Si hubiera sucedido al revés, estoy seguro, no habría leído ni siquiera un párrafo del gran ruso.    

- Otros autores no corrieron con la misma suerte. De ser escritores de estatura universal los convirtieron en escritores de partido. Partidos de los más diversos colores. Lo que hizo el otro lado de la humanidad fue ignorarlos. Xyster comentó:-.A propósito del escritor ruso yo también era candoroso en Las Vegas. Me gustaba jugar en los casinos. Dostoievski pensaba que podía apostar contra los talladores profesionales de los casinos alemanes. Sabía que de cien jugadores tan solo gana uno ¡y creía que él era ese uno! Hubo ocasiones que salí sin camisa de Las Vegas. Bueno, casi siempre…Hay en tu tierra desde hace mucho tiempo una controversia en el Congreso por darle,  o no, entrada a los casinos. Temen que se introduzca el desorden social por esta vía…

-  Un Estado en el que prevalezca  el orden es el resultado de la unidad de su comunidad. Los partidos políticos, desde su particular programa de acción, son los que deben  anteponer esta unidad nacional a sus querellas en la carrera por el poder.Habrá que esperar a la mujer en los mandos principales.

-¿Esperar? ¡Ya están! Merkel en Alemania, Clinton En Estados Unidos, Rousseff en Brasil, Kirchner en Argentina, Bachelet en Chile.

- La sociedad norteamericana es matriarcal. Al menos eso dijo Bob Hope en la película Un Soltero en el Paraíso.Agregó: la única ventaja de vivir soltero es que el papel higienico dura el doble de tiempo.

Cork se sentía a gusto en aquella taberna.

- Es buena la cerveza. ¿Siempre tomas “Corona”?- preguntó Xyster.

- También “Sol”. Y en los concursos de tomadores de cerveza la marca que estipulen los jueces.

Pero no era por la cerveza que sentía gusto sino por el ambiente cálido  e informal que prevalecía en el lugar. Sabía bien que pocas cosas como el alpinismo para conocer la soledad geográfica. Un grupo reducido ya puede experimentar el fenómeno de la ausencia de la sociedad. Y la experiencia  se acentúa en toda su intensidad cuando el individuo se va solo a la naturaleza y abandona los muros de la ciudad. Es cuando su temple se ve sometido a experimentar una serie de factores que de otra manera ni siquiera se imaginaría. El primero es el descubrimiento del inmenso valor que tiene el hecho de tratar con la gente. Ya estar entre la gente cuenta como algo de mucha calidez aun siendo un desconocido. Hasta aprende a tener cierta tolerancia en situaciones de aglomeración. La aglomeración es cuando la persona ya ve reducido su espacio individual. Tal es el caso de viajar en “metro” a las “horas pico”. Aunque en las ciudades ya hay tanta gente que casi ya no hay horas pico. Otra de las situaciones que debe enfrentar el solitario es la responsabilidad total de su conducta. Aun si el grupo es reducido al máximo de dos personas hay confianza en que el otro contribuirá  a orientar o corregir el rumbo. De ahí que ninguno de los dos  registre mucho del entorno. Si va solo es completamente distinto. Cualquier decisión que tome, siguiendo la dirección del rumbo  que lleva, cuenta para el resultado inmediato. En grupo hasta puede ser mordido por la víbora y se espera que  el otro hará algo para remediar la contingencia. Solo está obligado a un constante examen del camino y descubrir si lo que está por delante es en realidad una rama o una víbora que se ha mimetizado.

- El matriarcado que decías está presente en más sociedades de las que creemos. En esta influencia predominante de la mujer lo más natural que la madre de Jesús sea también considerada la salvadora del mundo.

- En el judaísmo intermedio y en el nestorianismo la madre de Dios es un escándalo… Pero en el pensamiento indio mesoamericano no cabe que la madre de Dios no sea una Diosa. Madre de Dios. Madre Diosa.

- Recuerdo que la Iglesia Católica en México pone a Cristo en el centro y en lo alto de los templos. Pero la gente va  a rezar al rincón en el que se encuentra la Virgen de Guadalupe.

- Los procesos generatrices de Coatlicue, la Madre de cabeza de dos serpientes, están cerca.

- En los tiempos del judaísmo Asera permenecía como compañera celeste de Yahvé, la Madre de los hombres. Pero la influencia de culturas solares y centralistas, como el de Atón, el egipcio, la desplazaron y dejaron solo en el cielo a Yahvé. Entre los alemanes de tiempos pasados dice Spengler que “Ella, dando nacimiento al Dios salvador, es propiamente la que salva al mundo. La María theotokos, la engendradora de Dios, constituyó gran escándalo  para los cristianos orientales que vivían más allá de los límites antiguos”. Como sea, todo apunta hacia una elevación inmaterial del humano.

-Nietzsche no acepta que el humano pudiera transformarse en ángel o algo así.Dice que una hormiga muere y acabó todo.

-Como filósofo está considerando el asunto desde la evolución, no como creación. No había leído al griego Posidonio.

-¿Qué dice?

-La hierba del campo se trasforma en carne por medio de la vaca que se la come,el humano come la carne de la vaca y piensa en condiciones cada vez menos materiales…Las cosas materiales dan potencialidades para formas más lejanas…

- Pero volvamos a la Tierra y te diré que así de rápido como cambia el cardumen de dirección en el mar…Así la preferencia de la mujer por otro hombre.

- ¿Eres misógino?

- No se puede estar en contra de lo que nos llevó como canguro nueve meses en su bolsa de vida y nos cuidó y nos educó en la niñéz. Y más tarde…Catherine Mansfield, notable escritora de cuentos, nacida en Nueva Zelandia en 1888, se enamoró perdidamente de Arnoldo Trowell, se fue a Londres a seguirlo y allá cambió de parecer y se hizo amante de su hermano menor de aquel…Luego se casó con George Borden que era profesor de canto y diez años mayor que ella. En la noche de bodas se acostaron separados, a petición de ella, y al día siguiente lo abandonó… ¿Tal vez te puse mal ejemplo de lo que sería la conducta media de la sociedad?

- ¿Por qué lo dices?

- Catherine se cambió de casa trece veces en dos años…   

- Necesitamos leyes para dificultar el matrimonio. Esto lo dijo Debbie Reynolds en la película Divorcio a  la Americana.

- Y el divorcio.

- En el terreno de la historia es donde mejor se registran esos cambios sociales. Los totems indios son inalterables, como la sociedad a la que siguen. No así en la ciudad. En la ciudad las criaturas celestes van con los tiempos que corren. Si la sociedad es hedonista las representaciones de los cristos y las vírgenes son rebosantes de vida y con los labios sensuales. Las mujeres van tras los seguidores de Jesús como sombras apenas tangibles. En otros tiempos se les interpretaba como seres apenas pegados a la tierra. Delgados, áureos, solares, macilentos, espirituales. Después María Magdalena pasó a ser guerrillera y hasta le disputará la jerarquía del grupo a Pedro.

- Eso dice la televisión.

- Barrrabás mismo pasa de un vulgar asesino salteador de caminos a un luchador social.

- Acuérdate que este proceso no escapa a los santos laicos. Es decir, a los héroes. El Miguel Hidalgo, frente a la puerta de la Alhondiga de Granaditas, en Guanajuato, es un hombre bajito de estatura, de apariencia común y rostro que no ha salido ileso después de conocer en el confesionario mil conductas equivocadas del humano. El Miguel Hidalgo de los pintores del siglo veinte, lo mismo que la escultura de bronce de la plaza de Coyoacán, es ya una figura dinámica, solar, iconoclasta.

- Cierto. Los tótems son inalterables. Como las criaturas al final del Popol Vuh, cuando los dioses han dejado de experimentar y tienen al fin su concepción cósmica madura y acabada.

- Como en el Génesis mismo, al final del séptimo día… ¿Cómo me atrevo ir al desierto?  No es con desplantes de fuerza que se hacen las grandes empresas en montaña.  Ni siquiera en el dogo del karateca se gana de esa manera. Una  cierta humildad, y conservando alguna dosis de miedo, es como se van resolviendo paso a paso, los problemas orográficos. Está probado que es el mejor manejo que se puede hacer para ir dosificando la necesaria adrenalina. Todo depende de lo que entiendas por ganar.Hay reyes que gritaban ¡victoria! cuando en realidad habían perdido su reino.

- Es cierto. Una manifestación brutal de adrenalina no dura mucho y nos puede enviar al manicomio.

- La humildad tiene que ver con la filosofía y, si es genuina, con la espiritualidad. Recuerda. Los bárbaros germanos fueron los que vencieron por las armas  a los tremendos guerreros romanos. Pero fueron los más humildes, los que morían en las fauces de los leones, los que acabaron conquistando a los romanos.

- Y a los germanos, conquistadores del Imperio Romano. Negar de manera sistemática este hecho histórico, fue lo que le valió el ingreso a la locura descontrolada a Nietzsche.

-  Ni siquiera sería necesario acordarse de sendos episodios de la historia. Un buen bebedor de café sabe que con mesura la cafeína es algo delicioso. Pero que si exagera...

- Pedro el Ermitaño no fue un ejemplo de humildad, que digamos.

-Europa suele dar esa clase de hombres. Pedro el Ermitaño acabó arrastrando a reyes y papas y a multitud de pueblos que cruzaron los desiertos del Asia Menor...La gran lucha sostenida entre el mahometismo y el cristianismo del siglo siete. Y que sería una parte importante de lo que se conoce como lo “occidental”. Árabes fundando reinos en Europa y europeos fundando reinos en Arabia. Aristóteles conquistando en parte al africano san Agsutín y al italiano san Tomas y estos a su vez penetrendo el universo de Averroes…

Granada, Jerusalén...Roberto el Monje, Guillermo de Tyr...Crónicas, relatos fabulosos, historias epistémicas...Los visigodos, los carlovingios, Pepino...

-Cuando los europeos encontraron que Europa era muy chica fue cuando se lanzaron a la aventura de las Cruzadas. Se dice que, varios siglos más tarde, cuando ya no levantaron más Cruzadas, sus fuerzas se habían agotado porque habían peleado mucho por cuestiones religiosas contra Mahoma. Y porque habían conocido ya muchos lugares. Si  le hubieran hecho caso a San Francisco de Asis europeos y árabes no seguirían peleando…

- Yo creo que no salieron más de Europa, de esa manera, porque se dieron cuenta que en el planeta no había nada más bello que Europa. Pero como conservaban la inercia de conquistar en Arabia nuevos reinos, en adelante concentraron sus fuerzas para conquistarse entre sí los reinos de Europa.

-Es la Europa convulsionada que conocemos a partir de los últimos siglos.

- Como sea, el gusto por la ciudad no viene de la sociedad indígena sino del Imperio Romano. Una suma de elementos culturales que se necesitan tener en orden sino se quiere perderse en su propio laberinto. Las costumbres de la sociedad municipal romana que tiene mucho de etrusca. La sociedad cristiana con todo su poder espiritual y organizativo. Y la sociedad bárbara de los germanos con su antitético concepto del universo que va de la iconoclastia hasta la más férrea disciplina militar practicada ya cuando eran bandas depredadoras que recorrían Europa en todas direcciones. Este paquete cultural es el que hay que fundir con ese otro paquete milenario indígena americano. Sin ese conocimiento es como estar en un país del que se desconoce el idioma oficial. O ver una película en inglés sin títulos en español...

- Una irresponsabilidad individual y grupal que quiere hacer de la insociabilidad una virtud filosófica. Mientras los germanos fueron súper individualistas, su historia de los primeros ocho siglos, después de Cristo, fue de barbarie... Después llegarían espiritus como san Alberto Magno...

- Luego  llegaron el capital y la ciencia.

-El capital es el que se erige en dueño de la ciencia. Gran parte de la investigación se hace en las universidades públicas. De ahí la importancia que tienen los presupuestos a estas instituciones.

-La cantidad de ceros que tengan sus presupuestos van a depender del Estado y en mínima parte de las aportaciones particulares.

- Y el Estado va a depender de la política hacendaria que desarrollen los legisladores de ese país.

- No son raros  los países en que las Cámaras, Baja y Alta, de legisladores, hablan el noventa por ciento de la democracia y desarrollan estrategias para hacerse del poder en la siguiente fecha electoral…  De esa manera la universidad pública se la pasa estirando inútilmente sus magros presupuestos. Y, ante cuestiones apremiantes que pueden explotar en las manos sino se atienden de inmediato, las partidas para la investigación científica se dejan para lo que buenamente sobre.

- Y el pueblo de la base de la pirámide, que depende de la ciencia para su desarrollo integral, se queda como los pajaritos abriendo el pico en espera que sus padres les traigan alimento... Las innovaciones tecnológicas, que teóricamente acercan a los pueblos, en la práctica los separan más y más. Millones de individuos todavía escriben en las viejas máquinas mecánicas Rémington sin haber tenido siquiera la oportunidad de apretar una sola tecla de la computadora.

- También fui a la Sala Nezahualcoyotl – dijo Xyster al tiempo que decía salud -. Se trató de los ensambles vocales de dos grupos llamados “Diálogos” y el otro “Sequentia”. Fue la reminiscencia de un Duelo de cantores que versó sobre la representación de la conquista carolingia del canto llano medieval. Es la legendaria confortación  del siglo nueve entre los chantres de los emperadores carolingios y las varias tradiciones regionales europeas de canto llano, a las que buscaban reemplazar con sus repertorios musicales y estilos vocales. En este concierto los dos grupos se unieron para presentar aspectos contrastados así como los conflictos vocales y musicales  trasmitidos por los cantantes de la Edad Media. Interpretaron varias reconstrucciones basadas en fuentes medievales fragmentarias. Algunas de estas piezas fueron interpretadas por primera vez desde le misma Edad Media. Este programa, antes de ofrecerse en la Nezahualcoyotl,   había sido ensayado y presentado por primera vez unos dos años atrás en la abadía de Aubazine, Francia…El concierto finalizó con los Cantos en las memorias y libros francos incluyendo una peculiar ceremonia que en tiempos ancestrales se practicaba en el norte de los Alpes y en la península ibérica. Se ofreció una canción no litúrgica, un lamento del emperador Carlo Magno, quien murió en su palacio de Aquisgrán, en 1814. No me preguntes más sobre estos grupos. Solamente sé que “Diálogos” fue fundado por Catarina Livjanic en 1997 y “Sequentia” en el mismo año por Benjamín Bagby y Bárbara Thornton.

Agregó algo inesperado pero que a Cork no le agarró de sorpresa…:- En los pocos días que estuve  en México me pude dar cuenta que sigue arraigada la figura del hombre fuerte en el poder. El sistema político parlamentario, el poder más grande de todos, es la Cámara de Diputados junto con la de Senadores. Pero el pueblo, para bien o para mal, siempre se está refiriendo al presidente de la república. Le pide cosas que debiera pedir  a los diputados.  Y aun si alguna iniciativa sale de los diputados que no le gusta al pueblo le pide  al presidente que la eche para abajo.  Si hay iniciativa remitida por el presidente que disguste a la gente no le pide al  Congreso que la rechace sino que se la refuta directamente al presidente. El presidente, siempre el presidente. Desde los tlatoanis mexicas…- Otro trago de cerveza y:- Me la pasé mareado prácticamente todo el tiempo.

 

 

- ¿Mucha cerveza, mucho tequila en Garibaldi?

- Muchos sismos. Además respiraba con dificultad al principio. Soy gente de mar. México- Tenochtitlán está cerca de las nubes. Al menos más de dos mil metros sobre el nivel del mar…Tiembla mucho. Me enteré que de 1974 al 2004 hubo más de 35 mil sismos. Con diferentes magnitudes y raras veces son de 7.5 grados. De todas maneras para el que no está acostumbrado es como si se encontrara caminando, estuviera parado o acostado, sobre una endemoniada mesa vibradora. Todo mundo se acuerda de los sismos de 1985. La ciudad capital literalmente olía a cadáver…Tú que eres de esa rama de la ciencia, te pregunto ¿acaso no  se puede predecir  y la gente se prepare con toda antelación? 

Cork contestó con una evasiva:

-Lo que  sí es factible sería  reducir sus efectos mediante la reestructuración de edificios y el uso de materiales de construcción adecuados. Pero no hay que asustarse tanto. Se ha observado que en el país no hay evidencia que pueda haber un sismo con fracturamiento a todo lo largo de la costa del Océano Pacífico. Sí, en México también ha habido tsunamis, por ejemplo en Jalisco, pero aquí la gente observa que el mar se retira, aguas adentro, y casi sin pensarlo se echa a correr hacia el continente…

- ¿Me decías de Nietzsche? Según Adler, Zaratustra, y también su autor, serían, por la falta de sentido social, dos neuróticos.

- Adler es socialista y quiere que todos seamos iguales.

- ¿Y?

- Que ya estamos de regreso al fastidioso pleito de conservadores y liberales…Lo que Lamarck proponía era que el medio determina el desarrollo de las características humanas. Entonces era posible dar una sola educación para todos. Con sus sorprendentes resultados que una vez más se cerraba el círculo. Si te fijas hay aquí un determinismo social. Cada estrato social se reproduce. Los de mayor posibilidades seguirán formando hijos  empresarios y científicos. Los obreros continuarán procreando prole destinada a ser obreros. Está la universidad pública mediante la cual los obreros pueden romper el cerco de la inercia precarista. Pero en tanto sus neuronas estén mal alimentadas las becas se las llevarán otros…Habrá mucho de retórica, por parte de los rectores, para pedir con ese argumento más presupuesto…Pero el joven campesino que toque a sus puertas seguirá con las neuronas deficientemente alimentadas.

- Por otro lado Darwin destacaba la diferencia que hacen al individuo más o menos apto para la competencia social. En alpinismo se vive de manera patente ese golpe de audacia que distingue a los escaladores y exploradores de lo desconocido. Pero aun estos necesitarán unas neuronas bien refaccionadas por la alimentación de calidad  y el ejercicio como parte de la rutina diaria durante toda su existencia. ¡Nada de apoltronarse!

- Y el círculo se vuelve a cerrar. Un carácter vigoroso debidamente abonado por la circunstancia social. Lamarck y Darwin eran extremos de una misma línea, sólo que nacieron en un siglo que gustaba practicar divisiones en todas partes… De hecho yo conozco individuos cuyo aspecto natural, delicado y fino, llevaría a pensar que habían nacido para vivir lejos del Sol y demás elementos naturales. Uno de ellos se llama Luis Burgos Peraita y otro Mario Ramírez.  Y sin embargo, juntos cruzamos desiertos y cordilleras a pie.

- Como sea, en tu país no se ha despejado la incógnita de tanta concentración de poder y riqueza junto a millones de indígenas y campesinos pobres sin tierra, sin trabajo, sin educación humanista y sin preparación tecnológica. Se ha hecho un revoltijo de los hechos sociales con las ciencias naturales. A eso se reducen en México las concepciones sociales de Lamarck y la biológica de Darwin.

 

 

 

 

 

                                                                        7

                                                                        I

Era el día que en Estados Unidos se festejan dos fechas históricas. Una por haber copado las fuerzas de todo el mundo  a los ejércitos del Tercer Reich,  con la caída de Berlín. La otra la derrota de los austriacos-mexicanos por los liberales mexicanos. Las principales ciudades del país estaban de fiesta y Nueva York no era le excepción. Carros alegóricos, hermosas bastoneras y la tradicional figura del Tío Sam. Desde el interior de “Los Bigotes de Werxygentoriux” los dos hedonistas cerveceros veían pasar todo un mundo de alegría. Cork  entendía muy bien el contexto en el que se había dado la batalla del 5 de mayo en Puebla, pero tenía sus dudas que el resto del mundo pudiera explicarse por qué los angloamericanos celebraban con tanto entusiasmo  una victoria mexicana.

 Xyster, que conocía bien la historia de México, dijo:

- Igual celebran en España el 13 de agosto, día en que los tlaxcaltecas ocuparon México – Tenochtitlán -, en 1521...

Los dos amigos cerveceros se quedaron mirándose uno al otro y luego soltaron la carcajada.

- Por México – exclamó Xyster -. Por México  inexplicable…

-Si, por Méxcio inexplicable.

 Xyster había pronunciado esa frase no por tratarse de algo mágico sino  como si dijera que a lo inexplicable sigue la disolución.Pero añadió:- Y sin embargo supervive mucho de mágico en lo indio.En todas partes.Aquí mismo, en Estados Unidos, en este lugar y en este momento-señaló hacia el marco de la ventana.

Cork volteó hacia donde el otro señalaba.Una maceta contenía a la bella flor Nochebuena, con sus intensos colores rojo y verde.

-Los estadounidenses adornamos todos los espacios del hogar cuando llega la navidad-comentó Xyster-.Y…sin embargo, cuetlaxochitl…

-Sí, cuetlaxochitl.La flor mexicana que Poinsett trajo subrepticiamente para Estados Unidos cuando fue el primer embajador en mi país. Toci tiene preferencia  por al menos veinte tipos diferentes de flores de México. Cuetlaxochitl seguramente ocupa el primer lugar.

 Cork le decía que un indio puede acercarse al lugar donde se duerme en el campo, sin que alguien se de cuenta. El conocía lo anterior y tomaba sus providencias. Saber que se esta “perdido” en un mundo de soledad geográfica no lo hacía confiado. Siempre que podía cercaba su tienda con un delgado pero resistente hilo cáñamo negro, a medio metro sobre el suelo. El que se acercara, aun con mayor sigilo, no lo vería en la noche oscura. Pero al toparse con el hilo sabría que no debería dar un paso más hacia el centro del círculo. Alguien estaría vigilando. Pero, sobre todo, que se trataba de un límite que no debería trasponer...Así como el cementerio indio es sagrado y que nadie debe cruzar, sino cuenta con el debido exorcismo. Así el “campo viviente” que está, mediante el hilo, debidamente delimitado. Le contó que en dos ocasiones, en la estepa,  se había despertado y asomándose por la mirilla lateral de la tienda, había visto a la figura negra recortándose  en la oscuridad nocturna.

- No puedes pasar- le había dicho.

- Lo sé.

Y la sombra seguía parada al otro lado del hilo negro invisible.

La primera vez  salí y enseñé mi martillo  de escalador, muy parecido al tomajauk. Sabedor que ya no contaba con el elemento sorpresa, el otro se había dado la vuelta y perdido en la negrura.

- ¿Quieres un trago de agua?- le había gritado en la convicción que el agua en ese páramo es lo más valioso. El otro se volvió, tomó un largo trago que  le alargué, dio las gracias y volvió a perderse entre el chaparral.

La segunda ocasión  salí de la tienda con toda parsimonia. Pisé un poco el hilo y le dije:

- Pasa.

El indio salteador dio un paso hacia adentro y se quedó quieto.

- Junta un poco de leña y enciende el fuego.

Saqué un enorme trozo de carne cruda seca de caballo y en silencio nos pusimos a masticar cuando consideramos que ya estaba en su punto. A mí me gusta  la carne algo quemada. De vez en cuando le alargaba el envase con el agua.

- ¿Cómo me encontraste?

- Hace dos días que te sigo.

- Ya me encontraste.

- Está bien.

- ¿Quieres matarme? ¿Quieres robarme?

- Ahora sólo quiero que no vayas a decirle a “Aguila”...Nueva York...que he intentado robarte.

- Está bien. No tengas cuidado.

Al rato me metí en la  tienda y pronto me quedé  dormido. Hasta afuera se oía mi roncar, seguramente.  El indio salteador se  echó a dormir sobre la arena, en el lado oriental de la tienda. Sabía que durante la noche una víbora de cascabel podría morderlo. O bien su cuerpo amanecería cubierto de arañas venenosas o escorpiones. Pero cuando salí en la mañana, el indio se había marchado. Vi el rellano en la arena donde  había dormido. Sonreí. Pensé  que muchas cosas mágicas siguen funcionando en el alma del indio.

- En la ciudad se han dejado de respetar muchas cosas y el resultado es un latrocinio muy crecido – dijo Xyster.

- En realidad nunca empezaron a respetarse. Acuérdate que los mecanicistas del siglo dieciocho consideraban que los dioses habían hecho las pirámides y el calendario a los indios. Hicieron escuela.  En la actualidad hay una abundante literatura esotérica que dice lo mismo.

- Es verdad. Me acuerdo que el mismo Rosseau escribió: “todas estas cosas se las han tenido que enseñar los dioses, ya que no es posible imaginar de qué mano podrían haberlas aprendido por sí mismos”.  Eran los tiempos en que los humanos que no tenían pene no podían votar y por todas partes del planeta se quemaba un millón de árboles para fundir el material de donde se extraería la plata…

- Hasta este pensador lógico de la Revolución Francesa prefería admitir la existencia de los dioses antes que aceptar que los indios eran capaces de pensar...

- De ahí que es necesario revalorar la profesión del historiador. Muchos han abusado del título y han dejado a pocos, de valor, en el descrédito. Le creo mejor a Emerson que dice que lo que hay es biografía y no historia. Desmenuza el mismo hecho histórico y encontrarás sendas historias de estos y otras sendas historias de aquellos. Todas las mismas pero arbitrariamente diferentes. En ellas el caos es un espacio insalvable al alto vacío.

- Me gusta pensar en el caos como la argamasa que une las dos o más posiciones de un acontecimiento. De un periodo, de una historia.

- Hace tiempo que se puso en claro que hablar de ecumenismo une a los pueblos… que el término sincretismo es una figura que prolonga la violencia desde el hecho mismo hasta su consignación en la letra - Xyster se quedó sorprendido de los dos cuadros del desierto que el otro  acababa de relatar

- No hay nada de sorprendente. No lo es más que un tiburón que se dirige a ti con obvias intenciones de almorzarte. Cuando en el desierto, o en la montaña, el siguiente paso era pisar una de cascabel o algún coralillo, ¿qué puede haber de más peligro? Dos horas a lo sumo y habrás reventado de sangre por oídos, ano, narices y boca…

- Hay cierta zona de lo “inminente” en la que los tiempos parecen fundirse en un eterno presente. “Es lo que ocurre a los europeos en el Paraíso: nos matamos los unos a los otros y luego culpamos a los nativos”, observó un personaje de Martín Cruz Smith en su novela policíaca “Bahía de la Habana”.

- Los tiempos tienen siempre su secuencia lógica del antes, ahora y después. Lo anterior y lo posterior, hablando de espacio.

- Yo conozco algunas formas de redactar en lo que eso de los tiempos es un caos. También se hace un desmargallate con las condiciones de idealidad revueltas con los modos meramente espaciales.

- Mercen un Premio Nobel. Como si alguien fuera saliendo de la Cueva de Platón, le diera gradualmente la luz y de pronto se echara a correr hacia el fondo de la oscuridad y luego regresara hacia la media distancia entre el fondo y la salida. Como dices: un desmargallate.

-  Como si la flecha en movimiento tuviera sólo presente y careciera de origen y destino…

- Sobre todo se carecía de una manera de explicar las cosas. ¿Pirámides en México, Egipto y Yucatán, de concepciones y fabricación independiente unas de otras? Es el fenómeno conocido como reduplicación distributiva En la ciencia se da y se seguirá dando. No es extraño que un mismo descubrimiento, o concepción teórica, original, se de al mismo tiempo de manera autónoma en distintos lugares del planeta. Por más vueltas que le dieron, aun  en la literatura seria, de la antropología, acabaron aceptando tal hecho.

La pared del fondo estaba cubierta por una gigantesca reproducción del dibujo de Ernest Smith. El tema era la “Danza del Aguila”. Un enorme jacalón con hombres y mujeres sentados en los bancos de las orillas en tanto en el centro de la habitación varios hombres sénecas vestidos con indumentaria indígena ejecutan una danza  ceremonial. A la izquierda, de pie, un jefe de ceremonias y al fondo una india cuida una especie de puchero que cuelga sobre la hoguera.

 

 

- Una corriente del psicoanálisis de los primeros tiempos dice, hablando de arte, que el artista es un individuo con baja estima y, mediante su obra, sólo busca honores, poder y amor – comentó Cork después de dejar sobre la mesa la botella de cerveza.

- Hay quien escribe de esas cosas imitativas a la distancia. De la apariencia de la vida. Son cuestiones que sacan de su cabeza y se las adjudican a la realidad. Algunas son ingeniosas pero  no dejan de ser líricas. Ya sabes: una cama la hace la naturaleza, otra la hace el carpintero y otra la hace el pintor. Belleza libre, belleza condicionada, objeto dado, objeto pensado, juicio puro, juicio aplicado…La verdadera creadora es la naturaleza, belleza libre, o Dios. Pero pintar un cuadro, o describir por medio de la palabra escrita o la escultura, la   belleza condicionada, un honrado historiador, es toda una epopeya cognoscitiva del humano. Sin eso quién sabe si seríamos humanos. El cronista que relata lo que está viendo, es un imitador pues describe lo que se está desarrollando frente  a sus ojos. En alpinismo hay unos formidables escritores del paisaje. Está el francés Roger Frisón Roché. La gente es la hacedora de la historia y un honrado historiador es un excelente imitador, acuérdate del soldado español de la conquista de México Bernal Díaz del Castillo…  Ahora imagina el adjetivo que el imitador recibiría si en lugar de episteme, u honradez, tiene inclinación a distorsionar la realidad y le da “su interpretación real”. Más mérito tendría  un estenógrafo…  Pueden ser excelentes escritores pero sólo estarán construyendo “su  mundo propio”. Balzac construyó un formidable mundo propio. También lo hizo Van Gogh. Si eran o no real a ellos no les importaba. Era “su” mundo.

- Un historiador es como un arqueólogo.

- ¡Exacto, no puede ir más allá de lo que tiene enfrente. Puede reconstruir una pirámide pero no debe ni siquiera edificar un pequeño adoratorio que no existía.  Estaría alterando la realidad…. Si quieres puedes  llamar al arte como un producto social – dijo Xister mirando a la pintura mural -. Por mi parte la llamo cualidad interior capaz de manifestarse al margen de la sociedad. Van Gogh no era muy sociable, que digamos.

- Tampoco lo era Hölderlin. En todo caso representa un ennoblecimiento de lo humano.

- Más el arte, el mismo que eleva al humano sobre su propia animalidad, puede destruirlo si encasilla su alma con sólo el  horizonte del arte.

- Como si comieras solamente espinacas…

- Necesita otros ámbitos de la racionalidad y de la espiritualidad. El gran tesoro que se encuentra en Alcohólicos Anónimos terminará por triturar al individuo sino pluraliza su horizonte existencial.

- Sin embargo, esa pintura de Smith no significa lo mismo para ti que para mí.

- Si pudiéramos observarla dentro de cien años tampoco encontraríamos lo mismo que en este momento. Después de leer cinco veces El Gran Gatsby, de Fitzgerald, encuentro algunas expresiones diferentes que la primera vez.

Cork recordó cuando iba de chico a Teotihuacán:

- En Teotihuacán de hace un siglo  la pirámide de Quetzalcóatl  era un gran adoratorio. Después se encontraron cadáveres en su base y se consideró una tumba, como entre los egipcios. Un mejor conocimiento de la cultura demostró en ello una ceremonia ritual en el momento de empezar a edificarla, pero no con fines de sepultura.

- En México se ve al menos de dos maneras hacia el arte. Los mexicanos étnicos, los mexicanos de abuelos españoles, los mexicanos de abuelos asiáticos, los mexicanos de abuelos irlandeses…

Cork pensaba, entretanto, en la energía liberada en el interior del planeta por el campo magnético que producía la Tierra girando sobre su propio eje y el consecuente movimiento de las placas tectónicas y los temibles sismos.

- Como sea, esa pintura tendrá siempre el carácter de símbolo. Si el artista hubiera logrado una imitación completa del original ahí acabaría todo, en una reproducción del original. Pero no fue así y la obra quedó en una representación simbólica.

Campo magnético que, a la vez, protege la atmósfera planetaria del viento solar, de la consecuente erosión y con ello haciendo posible que él y Xyster pudieran estar tomando cerveza en “Los Bigotes de Werxygentoriux”.

-  Pero, ¿A quién carajo le  importa que la Tierra gire sobre su propio eje?... El Sol está omnipresente en la mente indígena - observó Xyster.

- Si no girara no existiría el campo magnético y entonces nada nos protegería de la intensa radiación cósmica… Tendría que estar en la mente de todos. ¿Sabes que a las manchas solares, que son signos de menor temperatura momentánea, se les relaciona con las épocas glaciales por las que ha atravesado la Tierra? ¡Acuerdate de Bering!

-Para apreciar esa pintura es necesario poner en orden la casa interior – dijo Xyster que volvía a lo de la Danza del Aguila. Estética y neurosis es una mala mezcla…

                                                                        II

No supo por qué recordó en ese momento que su mochila en el desierto contenía pequeños paquetes de amaranto, conocidos como “alegrías”. Livianos, baratos  y tienen un buen ingrediente alimenticio. Se trata de una planta que se cultiva y se come en México desde hará unos siete mil años. Tiene la ventaja que se conserva por mucho tiempo sin perder las propiedades nutricionales. En la etnia de Toci se comen sus hojas  que contienen más hierro que las mismas espinacas. Le largó una “alegría” a Xyster que traía en la bolsa de su chamarra. En tanto el otro luchaba por quitarle su papel  celofán blanco transparente, Cork le decía que hace tiempo los investigadores de la Facultad de Estudios  Superiores Cuahutitlán desarrollaron una pasta para sopa con harina de amaranto y trigo, de alto valor alimenticio por su contenido de proteínas, calcio, ácido fólico y vitaminas A y C. Eso podría elevar la calidad alimenticia en Estados Unidos contra los horribles “perros calientes”. Como vio que Xyster se ponía en guardia, se concretó a seguir al tema de la Danza del Aguila y, mirando también hacia la pintura,   citó algo que el Flaco Stanley  dijo a Ollie, el Gordo:

- Siempre me he llevado bien conmigo mismo… Tienes razón, la obra de arte no se hace por ella misma. Alguien la crea.

- Estamos en el principio. Está la idea y la representación, todo muy antropológico pero, ¿de dónde salió esa condición estética que llena la pintura? El trabajo no se queda en la realidad. Esa condición estética, mediante la vitalidad de la figura, ya salva a la “producción” artística de ser una mera “reproducción”, como copia de computadora… Y al artista de ser un mero amanuense, secretario o estenógrafo. Acuérdate que en tu tierra los tlacuilos, artistas indígenas, tenían teléfono rojo con los dioses. No se consideraban meras máquinas de copias xerox…

- Sino pasamos de la idea y la representación, La Gioconda y la Danza del Águila moverían nuestros genes. Aquella es la preferida de la cultura occidental. Esta de Indoamérica. Sólo la condición estética puede saltarse las trancas y mostrarnos la belleza en ambas pinturas. Se necesita el factor empatía entre el artista y el observador. De otra manera se estará hablando de dos asuntos, no del  mismo. Esa empatía podría ser “la apariencia sensible de la idea” que pregonaba Hegel que se vuelve común a ambos… Aunque nunca dijo de dónde cabrones  salía la idea.

- No es cualquier cosa. Para logar esa empatía el escritor de novelas, de dramas o de epopeyas, debe hacer un mayor esfuerzo en la construcción de escenas y descripción de escenarios y reacciones de las personas, que la pintura y la escultura, que entran directamente por la vista y son, por la imaginación: valores, prejuicios, información, formación, edad, condición social e intelectual, espiritual…

- A la inagotable pluralidad de impresiones, que de por sí nos da la estética, hay que agregarle el enfoque sociológico de la época.

- ¿Crees?

- Teotihuacán – dijo Cork echando a volar el recuerdo: -, fue un “reino” altamente militarista, por eso pudo desarrollarse, como ahora lo está haciendo Estados Unidos. Luego Teotihuacan resultó de tanta belleza arquitéctónica que, solamente los dioses Nanahuatzin, la humildad noble, y Tecuciztecatl, la soberbia guerrera, la pudieron haber troquelado en el principio del Quincuence.  Sólo para el estuco de sus edificios necesitó miles de árboles para “quemar” su piedra cal. Los obreros de sus arrabales mantenían un incendio constante para las obras que tardaron varios cientos de años en concluirse. Cuando el poder militar de Teotihuacán se debilitó, llegaron las hordas chichimecas y todo lo destruyeron. Después, ya en pleno “occidentalismo”, seres de otros planetas la construyeron, pues no era posible que unos indios holgazanes e ignorantes,  la concibieran e hicieran. Más acá, en los tiempos del socialismo, se aseguraba que la población de Teotihuacan, incapaz de soportar las exigencias de la clase dirigente, había protagonizado una rebelión, incendiándolo todo…

- Conozco otra manera de llegar a la verdad - le dijo Cork en el momento que Xyster pedía otra tanda de cervezas Pilsener.

- ¿Supera a mi método de confrontar a tres ejemplares del mismo diario, del mismo día?

- Juzga. En un manicomio de Egipto Peer Gynt conoce a un alemán,  tipo por demás  interesante. Asegura que por fin ha encontrado la manera  de llegar a la verdad. Grita hacia le Esfinge y el eco le regresa la voz en alemán…Perr le pregunta si está jugando con el yo. Y el loco le responde con otra pregunta: ¿Se trata entonces de  prescindir de uno mismo o de ser uno mismo?  ¿Qué te parece?

 Xyster río tanto que tuvo que ir al baño a orinar. Al regreso dijo:

- Ahora sé que sin éste loco jamás hubieramos conocido a  Wittgenstein.

Cuando lograron ponerse serios, Cork le contó que hacía poco había asistido, en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional Autónoma de México, a un acontecimiento llamado Semana de la Historia Universal. Paco Ignacio Taibo II dijo que para contar la verdad hay que ser desconfiado: “… el asunto es que el material que proporciona la información a veces es vago o poco definible respecto hacia dónde cuentas lo sucedido o dónde quieres que estén tus preferencias…aderezadas con la continua pregunta sobre las llamadas fuentes, que luego resulta que otorgan material de dudosa calidad y discutible prestigio”. Y Ambrosio Velasco, director del plantel, agregó que el “El estudio  de los métodos  y las técnicas para descubrir la mentira y el engaño son de vital importancia dado  que hoy se viven altos índices de violencia y corrupción. Este último tiene como sus instrumentos más preciados precisamente las verdades a medias y las formas de ocultar la verdad: silencio, simulación, dismulo, falsificación o desaparición de las pruebas”.

A las tres de la mañana, cuando Xyster estaba por fin borracho, y Cork consideró que habían platicado de una sarta de pendejadas que nadie ya  se tomaba en serio ni a nadie en este mundo le importaban una chingada, pagaron la cuenta y salieron a la noche helada. Se despidieron en la banqueta llena de nieve sin casi decirse adiós. Así son las platicas de los borrachos.Ni ellos mismos se las creen. En caso que al día siguiente pudieran recordar algo.  Lo vió alejarse por la calle iluminada de luces de muchos colores de los escaparates.

Era un marinero  gringo, de origen irlandés, que  había encontrado la absurda realidad de nuestros tiempos buscando la verdad en tres ejemplares de un mismo diario y del mismo día…En su mano llevaba un libro, no un teléfono celular. ¡Era un individuo obsoleto, casi un neandertal! Se habían conocido quién sabe por qué coincidencia. Se volverían a ver si ese quién sabe por qué se repetía. ¿Quién sabe? ¿Cuántos queridos amigos se dijeron “hasta mañana” y no volvieron a reunirse nunca jamás?

En una ocasión Cork fue invitado a que platicara, sobre desiertos, en el Club Exploraciones de México.Más por saludar a escaladores compañeros suyos, de cordada, acudió a la cita. ¿Manuel García, Hernando  Manzanos, Juan José Oñate, Juan Medina, Eulalio Rivera? Hace años que fallecieron, le dijo alguien.

En su hotel, antes de meterse en la cama, encontró una nota de Toci donde le decía que, ya dentro de su confortable “sleeping”, pensó cosas locas como la libertad y la sabiduría. La montaña y el vicio son muros que se elevan frente a la conducta humana y advierten a su ansia de libertad. Pero a la vez, igual que participar en una pamplonada, esa prohibición posee elementos de atracción que el hombre no puede resistir. Esto quedó documentado desde que tuvo frente a sus ojos, en medio del Edén, la atractiva manzana que no debía cortar. Alguien muy astuto le dijo que si lo hacía su libertad de acción lo convertiría en un dios y sólo fue la trampa para hacerlo participar del mundo de la causa y el efecto donde todo perece. Hizo uso de su libertad pero no de su sabiduría. Sus descendientes ya podrían componer el verso “Para entonces” de Nájera, Luz de Otoño de Faulkner o Don Quijote de Saavedra o acabar abatidos por las drogas en un hospital para dementes. La verdadera prueba de sabiduría la realizó Ulises en la antigüedad al pasar frente a la isla de las Sirenas y sus bellos e irresistibles cantos. El ejercicio de su libertad fue en el sentido de conocer sus limitaciones. Percibía intelectualmente a dónde podría llevarlo las consecuencias de sus actos, como en un apriorismo, y se hizo atar. Sus descendientes ya podrían llegar a la Luna y cada tercer día ponerse los zapatos  tenis e irse a la pista o a la media montaña a correr varios kilómetros…

 Casi dormido, Cork se preguntó si la humanidad no tiene otra cosa en que entretenerse sino diciendo una sarta de pendejadas. La practica del alpinismo ha llevado al humano a una esfera que sólo le pertenece a los dioses y en donde, por lo tanto, su vida peligra. La prueba de esto son los cadáveres que permanecen en las laderas de las montañas. En la norte del Pico de Orizaba se han encontrado cuerpos de alpinistas accidentados con más de medio siglo de antigüedad.Lo mismo en la norte del Aconcagua.Es decir, dijo la muchacha, que el hombre ha llevado el asunto hasta la definición de lo que es  deporte y antideporte. Respectivamente lo que conserva la vida y lo que la amenaza. Nadie puede resistirse a la belleza de la montaña y el hombre tiene miles de años incursionando en ella (asuzado por el poder erótico de la cerveza, Cork recordó el bellísimo trasero de Toci.Luego se engolfó en la consideración si a un trasero sería correcto llamarlo bello o hermoso, siguió leyendo:). Va y viene y en compensación por su prudencia cada vez es más sano y fuerte. Pero hay un límite, como en el Edén, que no debería cruzar...Por fortuna en el alpinismo, como en el vicio o la pamplonada, hay hombres sabios que conocen sus límites…Ahora bien, le preguntaba, qué hace un guía alpino cuyo oficio es el de pasar el límite de lo permitido.Para sobrevivir en este reino del antideporte no le basta ser fuerte y conocer la técnica. Su única esperanza es mostrarse humilde frente a las leyes atmosféricas. Como un estratega y saber retroceder y esperar el momento de volver a intentarlo. Es un juego en el que ya no se sabe quién es el militar y quién es el guerrillero. El conocimiento de las condiciones atmosféricas ha  pasado a formar parte del bagaje del alpinista. Sin embargo hay terrenos de los que el escalador no se puede evadir con rapidez y su única esperanza es la calidad de sus equipos modernos. Pero hoy por hoy el “estado del tiempo” sigue actuando con la sorpresa de un guerrillero y cuando se retira ya hay otros escaladores  muertos en la montaña. El alpinismo, como los estupefacientes, y como otras cosas en la vida, tiene sus límites  bien establecidos. De otra manera no existirían las “Reglas Técnicas”, de las que nos habla ese gran  filósofo mexicano José Castillo Farreras, guía  de estudiantes durante más de cincuenta años en la Universidad Nacional. Ponen a prueba lo que se ha llamado románticamente la “libertad”, pero que en realidad no es otra cosa que la prueba de sabiduría en la que sigue siendo valedera la premisa de “conócete a ti mismo”, como Ulises se conocía. Pero, ¿cómo conocerme a mí misma sino soy filósofa ni psicóloga? Y se contestaba a sí misma (cuando Toci empezaba  hablar escribiendo  ya no paraba): Ese es el reto. Los parricidas  humanos sociales o biológicos siempre dejan marcas indelebles. Lo que ha quedado del drama de Macbeth no es un recuerdo de alegría sino un lamento desgarrador. Bueno, mi amado Cork, dijo después de un soliloquio que duró una hora, me despido porque ya tengo sueño. He tenido que dar toda esta vuelta de cavilaciones para poder dormir tranquila.

“¡Basta” exclamó Cork y se metió a la cama.Era imbatible con el alcohol pero frágil con el sueño pero en esa ocasión durmió dieciocho horas seguidas.

Esa noche Toci soñó con Cork… Y mientras soñaba se reía de manera pícara…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                      8                                            

                                                                      I

Cork había escogido el tema de la historia. Esto significaría retardar el encuentro de ambos por un largo tiempo. Se mantendría alerta para descubrir sus intenciones. Y aun había una cuarta manera de trascender  y era ascender a las capas culturales superiores. Mansión de la religión, la filosofía, el arte, la historia, la poesía, la  literatura...

Estaba convencida que, al menos en México, no se trataba de una cuestión elitista. En este país el problema es no perecer por ausencia de las cosas primarias. Por lo demás se tiene una universidad pública y en la banqueta de las calles, de las colonias populares, se consigue, por una moneda, alguna cosa de valía de la literatura. El problema para esto último es que se carece del hábito de la lectura de entretenimiento. Cork la llamaba así para diferenciarla de la literatura del texto de la escuela.

Sabía que  la Universidad Nacional misma estaba buscando maneras para que la gente leyera… Cork gustaba de decir que se nace lector. Países en los  que se leen dos, o menos, o nada, libros de cultura promedio al año por individuo, donde el niño no tiene modelos lectores en el hogar para empezar el hábito por imitación, donde los maestros de la escuela están tan mal remunerados en sus salarios y prestaciones que se la pasan protestando en la calle en lugar de estar enseñando, en donde se ven al menos cinco horas al día de televisión, que “salga” un niño lector de toda su vida, no parece corresponder tal situación al mecanismo de causalidad.

Los modernos sistemas pedagógicos apuntan a que el lector se hace,  no   nace. Pero la realidad (medio libro de cultura promedio al año) dice que pudiera ser  que nace, no que se hace.

 O, si se hace, ¿por qué no se hace? ¿Por qué en un país que se conforma de cien millones de personas, pongamos por caso, al menos noventa fueran lectores de libros de cultura?

Se mesaba los cabellos y exclamaba¡Edipo, gran descifrador de enigmas, resuélvenos este laberinto de cómo hacer de la lectura una cosa cotidiana en el pueblo! ¡O que se manifieste tal cosa! Que tenga origen divino, genético o pedagógico, como sea, pero que sea.

 Una dosis de cada cosa podría conciliar criterios. Decía que  Para Fichte el filósofo (dentro de la filosofía idealista) nace, no se hace. Citaba “Para ser filosofo hay que haber nacido filósofo, ser educado para serlo y educase a sí mismo para serlo.”

El pensamiento de Fichte comprende:1) un determinismo,2) no rechaza la opción pedagógica y 3) lo impele a que el individuo haga su parte de la tarea.

Es encantador el pensamiento que los padres den el ejemplo, se pongan a leer para que el niño aprenda con el ejemplo. Esto es un bello, y valioso,  lugar común en los libros que tratan el tema.

La realidad es que hay países, y no pocos, en los  que se cuentan por millones los hogares donde un solo libro jamás ha franqueado el dintel de esa puerta.

Equivale a enseñar a comer a niños campesinos según una dieta balanceada, cuando ni siquiera un tortilla dura hay para comer.

Aquí no aplica el ejemplo del doctor Thomas Stockmann, de Ibsen, en Un enemigo del pueblo. Rechazados sus hijos de la escuela, debido a las ideas que tiene el doctor Stockmann,  decide que él los enseñará. No necesitan la escuela.

Tenía el doctor  formación académica. En los hogares donde no hay un solo libro no hay nada, en lo que a lectura de entretenimiento se refiere. “Los ciegos no pueden guiar a ciegos.” O, como dice Aristóteles con su teoría de la eternidad: de la nada no sale nada.

Y, sin embargo, en estos hogares alguna vez brota el lector que parece que nació para ser lector de toda su vida. Es una realidad pero, ¿desde dónde brotó, del cielo, de los genes, de la pedagogía?

Así sucedió en Ulman, madre de la gran cultura olmeca-maya, y así sucedió con los caldeos de la gran Ur hace cinco mil años y con los griegos de la Hélade. Del erial surgió todo.

Primero  conocer, hasta donde sea posible, las ideas de los otros. Y después lanzarse a soñar utopías, alguna se alcanzará (a la postre muchas  utopías se alcanzan).

 “Pensamos, y sentimos, que estamos vinculados a nuestra cultura, la historia y finalmente al mundo.” Recordaba haber  leído de Jean Wahl.

La tesis pedagógica, a ultranza o, como ahora se dice, en blanco y negó, pudiera parecer paternalista. La formación del individuo está a criterio de terceras personas. ¿Si estas personas no quieren formarlo, o no pueden o no saben cómo hacerlo o deciden mal formarlo?

“La idea romántica según la cual hay en nosotros bellos  sentimientos no expresados conduce a una especie de pereza efectiva y a una interiorización egoísta.”

El gobierno federal, estatal y municipal, de los  países, tiene el mandato constitucional de educar a su pueblo y no hay que quitarles tal responsabilidad. Pero esperar todo de ellos es propio de un pueblo apoltronado.

“El que recibe una idea tiende a ahorrase la fatiga de representarla y recrearla en sí mismo. Esta recreación no consiste  en más que en repetir  la faena del que la creó, esto es, en adoptarla sólo en vista de la incontrastable evidencia con que se le imponía,” esto lo dice Ortega y Gasset.

Más que un precipitado determinismo es  pasarle el balón(o el libro) a las manos del individuo. Que se haga responsable de su propia formación como lector.

Agrega que la televisión, así como está en este siglo veintiuno, es un cúmulo de valiosas lecciones de lo que no se debe hacer. Conque los individuos hicieran el reverso del molde, de lo que ahí se ve, tendríamos una sociedad de 9, de calidad, en una escala del 0 al 10.

Aprendemos de los otros de manera empírica. Pero quedarse ahí es vivir en un mundo que otros han hecho. Como el emigrante que llega a un país que no es el suyo. El que lee se da cuenta que hay mejores modos de vivir, para bien de todos, empezando por él.

Como sea no hay que perder de vista que se aprende de escuchar a otros y de leer a otros. El riesgo es quedarse en los otros y perder de vista lo propio:

“Esta complicación de la cultura  recibida hace engrosar la pantalla entre el sí mismo  de cada hombre  y las cosas mismas que le rodean, era otra cosa que  decía Ortega, su vida va siendo cada vez menos suya y siendo cada vez más colectiva. Su yo individual, efectivo y siempre primitivo, es suplantado por el yo que es “la gente”, por el yo convencional.”

Esas situaciones, y más, conllevan la práctica del leer.

Pero un paso atrás es cuando aún no se tiene la costumbre de leer libros de cultura.

Es cuando invocamos a Edipo, ese gran descifrador de enigmas, que  nos ayude a resolver   cómo lograr de la lectura una cosa cotidiana en el pueblo porque, pese a todo lo que al respecto se ha publicado, es exiguo lo que se lee. 

Lo que sigue lo encontró Toci en Internet y se lo envió a Cork  para animarlo en sus puntos de vista respecto de la lectura en la gente. Corresponde a lo expuesto en una conferencia por un investigador universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México:

“La situación de la lectura en México arroja cifras alarmantes y preocupantes, pues se calcula que el 70 por ciento de los mexicanos en educación primaria y hasta universidad no lee, "por lo que están en primer lugar en América Latina".

Lo anterior lo señaló hoy aquí el doctor e investigador en filosofía por la UNAM, Federico Alvarez Arregui, de acuerdo a cifras de la UNESCO, al presentar la ponencia "El papel del libro en la cultura actual", en el marco del Día Internacional del Libro.

Alvarez Arregui, quien también es director de la revista Literatura Mexicana, del Instituto de Investigaciones Filológicas, afirmó que no obstante que el desarrollo de la industria editorial en México es la más grande en América Latina, destacó que en el país se lee medio libro por habitante al año.

Indicó que en México existe un mayor número de personas que saben leer y escribir, pero aclaró que la situación en el país es lamentable, "pues no se lee".

Consideró necesario que una de las misiones y deberes es auspiciar la lectura desde la educación primaria, a través de la producción y promoción nacional de la lectura.”

Bajó a Santiago después de ir a la pared sur del Aconcagua con dos alemanes. Subieron en una directa por el centro sorteando aludes, superando tramos de roca y otros de hielo. Bajaron por la ladera oeste de Plaza de Mulas. Por donde regresan las expediciones de la cumbre norte. Fueron a su departamento de Cuevas y durante cuatro días lucharon por restablecerse de las lesiones que en los dedos de los pies y manos  que les habían dejado las bajas temperaturas. El grupo descendió a Mendoza.

Se instaló en un buen hotel. Por la mañana, después del baño bajo la regadera, y el almuerzo en el mismo restaurante, buscaba en el “informativo” alguna exposición de pintura que visitar. Así acostumbraba. Asistía sola o, si despedía alguna expedición con la que había escalado la montaña,   se hacía  acompañar por  varios de sus camaradas de la aventura alpina. O bien acudía a una conferencia o concierto ya fuera de música sinfónica o de jazz.

En el arte encontraba una libertad interior que difícilmente podría obtener de otra manera. Y esto ya era decir mucho de una muchacha que vivía de y para escalar montañas y dormía sola en una tienda de campaña al borde del glaciar, en los cinco mil metros sobre el nivel del mar. Si quería escuchar una conferencia sobre cristianismo, acudía a misa y ponía mucha atención al desglose que hacía el sacerdote del Evangelio de ese día. Siempre creyó que hay  gente que  asiste de manera rutinaria a esa parte espiritual y didáctica  de la celebración de la misa y no pone atención y hasta cabecea de sueño.  Si este desglose se anunciara como conferencia, en algún auditorio de la universidad, estarían atentos. Pero envueltos en el ambiente cálido y relajado del templo, se amodorraban. Estudiaron veinte años para desglosar esa parte del Evangelio y alguna  gente se duerme.

Las formas exteriores de las cosas, como las ven  los artistas, las mostraban en sus lienzos o esculturas. Eso era lo que ella iba a ver. La materia  y la forma,  la material  versión del artista sobre las cosas. Ella sabía que podemos intentar representar a la belleza y a la libertad por medio de las imágenes, pero lo que estamos haciendo es sólo plasmar nuestra versión de aquellos valores perennes.

Van Gogh. Hablaba de la naturaleza y del individuo humano.  Hacía más fuerte el contraste con lo que ahora menudea en los rostros iracundos de gente que fue lanzada a tomar partido en alguna clase de política o revolución. Esos pintores o escultores se repetían a sí mismos en sus obras. Revolucionarios que en lugar de agarrar una arma agarraron el pincel o el molde. Van Gogh  en el cuadro de la recolección de trigo tomaba el modelo natural y trataba de hacer una copia de la naturaleza. La reorientaba según sus pensamientos, su imaginación y su técnica de colores.

El Miguel Hidalgo  de bronce, frente a la Alhóndiga de Granaditas, en la ciudad de Guanajuato, es un cura  bajito de estatura, calvo  y mirada común. Luego los pintores lo presentaron envuelto en una  hipérbole de llamas sagradas. En Siete contra Tebas lo que resalta no es la guerra sino el profundo conocimiento de sus personajes que hace Sófocles como la ambición de Eteocles, el hermano menor, y Creonte, el tío que despojan  del trono a Polinice el hermano mayor, y el tremendo lugar en el que la trama sitúa a  Antígona, la hermana de aquellos e hija de Edipo. La pluma de Sófocles era movida por los universales pues no era ni  Polinices, ni Eteocles ni Creonte ni Antígona...

 Los dramaturgos en el teatro contemporáneo no supieron resistir el ejemplo de los pintores. En Peer Gynt, Ibsen hace todo un relato de la soledad del individuo. Después el partido de oposición dejó correr sus monedas por los camerinos para que el libreto se volviera incendiario.

Esto  sucede con más frecuencia en los medios de información masiva. Se da el fenómeno en los países donde existen pocas vitaminas culturales. O en los países cultos pero   que han sido llevados hasta el caos. Se trataba de una “demanda de entretenimiento”, recordaba que  escribe Ernst Cassirer. Los asistentes al teatro donde los actores habían desbancado al tirano, salían contentos. Ellos ya no tenían que hacer nada. Los actores lo habían hecho por ellos, aunque fuera en la fantasía de una noche cultural. Y después de ahí a cenar o tomar una copa de vino. Quién se preguntaría si los actores - revolucionarios fueran médicos anestesistas al servicio del poder...

Reiterados esfuerzos del romanticismo por aprehender la belleza y reducirla bajo las luces y formas de lo cotidiano. Los realistas mismos haciendo sus mejores esfuerzos, dentro  de un ambiente de hedonismo, por objetivar las potencialidades del deseo  del placer.

Otros lienzos del museo  descubrían el esfuerzo del artista por desembarazarse de toda ley y de todo método de razonar, penetrando así en la confusión de la fantasía. Soñando con el caos original del universo. Reprochándole a Auda Mazda el haber puesto orden y ley en la creación.

Los de la sala siguiente denotaban adormecimiento en la persona del artista, a la hora de la producción,  toda vez que los sentidos de la belleza permanecían adormecidos jugaron con la forma y descuidaron lo que dio origen a esa forma. Los cuerpos estaban entregados a un frenesí sexual pero los rostros carecían de expresión. No tenían mirada. En la mirada (Toci lo había descubierto en la mirada de Cork) se condensa todo el estado de la persona. Y cuando es una pareja que funden sus cuerpos, sería la suma de una mirada frente a la otra mirada. Sabía que es tan importante esta suma de miradas, que el universo mismo parece que desaparece en ese instante. Sin la belleza de la mirada, lo demás es sólo un conjunto de vísceras golpeándose mutuamente.  El juego tramposo en el que la naturaleza consigue lo suyo, pero no la Estética. La brutal tensión pero no la actitud serena de un pensamiento de Amado Nervo. No se cumplía el pensamiento azteca de dos fuerzas antagónicas donde se fundiera un brutal impulso orgiástico con el arrebato de la belleza.

En la pintura naturalista del fondo tenían lugar los elementos y el contexto en el que se daban cita todos ellos. Pero carecían de criaturas  resistentes como el liquen. El artista tendría que haber sido  también escalador para descubrir los grandes acontecimientos en la micro escala. Toci se maravillaba de la flora de la que había testimonios hasta cerca de los seis mil metros de altitud, bajo condiciones extremas. Ella podía caminar y de esa manera ir reproduciéndose en algún lugar. O bien repeler algún agresor con su ataque o su huida. Aquellos líquenes adheridos a las rocas tenían que hacer esas funciones ahí mismas dentro de su inmovilidad. Ser atractivos para los insectos y estos se encarguen de asegurar su descendencia. Defenderse con un aspecto horrible y agresivo  para que los animales depredadores no los devoren. Pero a la vez no dejar de ser parte de la cadena alimenticia haciendo fotosíntesis y la fijación del nitrógeno. Desviaba su bota cuando marchaba a través de la pendiente para no aplastarlo. ¿Pero, se preguntaba, si la contaminación del aire acaba con esos insectos? Ahora  buscaba los líquenes  en el lienzo pero, no estaban.

 

 

Las montañas del pincel parecían no ser alcanzadas por los vientos poderosos de las alturas. Como si estuvieran dentro de un escaparate de vidrio. Y ella sabía que la cordillera era un mundo en destrucción constante. El verdadero eterno retorno. El rehacerse sin fin. Su religión naturalista estaba de acuerdo con ese siempre resurgir. Por el este llegará el nuevo día y acabará por el oeste. Pero en esa evocación del siempre volver al juego ígneo, sintió necesidad de algo imperecedero. Recordó un pensamiento  de Parménides: “un solo mito queda cual camino: el Ente es “. Y después de este verbo, en tiempo presente, el griego se dejaba ir bogando entre los tiempos. Como corresponde a algo ingénito e imperecedero, no es ni fue, es ahora un todo, continuo.      Casi estuvo por apoyarse en la pared por efecto de ese tiempo presente. Pero se recuperó pronto.

Sintió que la libertad también se oculta bajo varias capas, como la cebolla. O como el Infierno de Dante. “Buenas chicas - pensaba en las mujeres que en las ciudades del valle están librando la batalla del género -, vale la pena ir por la reconquista de algo que perdieron cuando la economía se globalizó… Pasará mucho tiempo para que descubran que ganaron la batalla, ¡porque la van a ganar!, y sólo para quedar prisioneras de leyes, artículos y cláusulas. ¡Las mujeres nos merecemos más que eso! Miró con el pensamiento hacia el panorama infinito de las altas montañas nevadas de los Andes. ¡Segura estoy de eso!

Regresaba al hotel y pasaba parte de la noche leyendo, metida ya bajo las  cobijas. Conocía el arte de descansar. Cosa que a muchos les deja la sensación  de pereza y su consecuente remordimiento. No podía decidirse por Chaucer o Boecio. Jugaba a los cortos y a los largos y así lo decidía.   Pero esa vez ganó Chaucer y cambió el resultado diciendo “Estoy sola (si Cork estuviera aquí), mejor Boecio”.

Cork no estaba pero sí una nota suya:

“¡Acuérdate de volver a Platón! Cork sabía de la predilección que la muchacha india sentía por aquel griego.

En efecto, pensaba  Toci, de la filosofía occidental, y varias veces se lo había dicho personalmente a Cork: ¡Todo está aquí! Creía conocer la filosofía occidental través de sus pensadores cásicos y sus temas medulares desde los Presocráticos. Los nuevos “neos” filosóficos le parecían un eterno retorno. Siempre habrá un “neo” que difiera del otro “neo” o hasta que pretenda dejar arcaico al actual “neo”. Interesantes todos ellos, decía, y que requieren también una lectura cuidadosa. ¿Qué piensan a su vez del Ser y del No-Ser, del orden y del caos, de los valores materiales con relación a los valores esenciales? Porque en eso consiste el pensamiento occidental en lo individual expresado con libertad. Este semestre el maestro de la Academia de Artes Plásticas recibió de sus cuarenta alumnos cuarenta versiones de la Torre Eiffel. Todo, como dice Whitehead, está en Platón. Y Cork acaba su nota así: “Vuelve a Platón como se vuelve cada vez a los cítricos para darle la merecida  bienvenida al invierno”

Al día siguiente iba a la sala de cine más cercana. Si le parecía interesante el título entraba. Evitaba las películas que en los primeros cinco minutos ya llevan  quince muertos bajo al metralla de la banda rival. O las que se pasaban copulando a cada cambio de rollo y dando gritos orgásmicos. Le parecía que, por lo general, estos films estaban pensados para la taquilla y por productores con un centímetro de frente. O los temas en los que se insistía en lo religioso. Con frecuencia eran tendenciosos con falsificaciones baratas del dato histórico.

La primera vez se aventuró con el título, nada atractivo, de “Hombre de hogar”, con Nicolás Cage. Salió con la sensación de haber tenido suerte. Le gustó el argumento y la actuación. Se puso a escribirle a Cork contándole la película. Una pareja de novios que viven dos vidas a partir del momento mismo en que se despiden en el aeropuerto de donde él parte hacia Europa a estudiar. Regresa y llega a ser un destacado hombre de negocios, soltero y con mucho dinero y nada carente de oportunidades de sexo fácil. Su espectacular vida, no obstante, es vacía. Recuerda vagamente a la muchacha  rubia que fue  su novia diez años atrás y a la que había olvidado. A la mañana siguiente se despierta en medio de una familia compuesta por su atractiva y rubia esposa y tres pequeños ruidosos. No se le ha borrado que él es un hombre de altos negocios y de inmediato se da cuenta que es víctima de algún juego metafísico. A partir de ahí se ve envuelto en una vida de negocios de poca monta y en medio de una vida que de pronto considera mediocre. El film es la respuesta a lo que fue de nuestra vida y  lo que pudo haber sido si, en algún momento del tiempo ya ido, hubiéramos tomado otra decisión...Lo real y lo virtual. Llega a preferir esta vida media pero llena de colorido. A partir de ahí luchará por conquistar a su ex novia y hacer que el sueño de casado, del que ha sido regresado por el hado, se haga realidad.

Por la mañana Tocí iba a correr a algún parque. Jamás olvidaba que debía gastar tanta energía como la que adquiría en los alimentos. En su etnia, y en el pueblo mexicano, en general, el problema de nutrición causaba estragos con la obesidad. Palabra que era la puerta de entrada a una serie muy alta de enfermedades como la diabetes mellitus 2, hipertensión arterial, diversos trastornos ortopédicos, infartos agudos al miocardio, estreñimiento agudo, colon, y algunos tipos de cáncer.

 Todo mundo anhela en México llegar a una de las tres metas que son la presidencia de la república, reunir su primer millón de dólares o el doctorado en algunas disciplina científica. Algunos lo logran pero sólo para morir al poco tiempo. Por perseguir con tenacidad su meta descuidaron ponerse los tenis e ir a correr o practicar la caminata con característica de prescripción médica, al menos cada tercer día. Algunos lo hacían pero calculaban mal: “corro mil kilómetros al año y con eso puedo tragar cualquier cosa sin importar la cantidad”. Pero había un remanente de energía que no quemaban y ese se iba alojando en su cuerpo sin esperanza de ser eliminado.  Comen como si fueran a la silla eléctrica, se acordaba de una frase de Woody Allen.

Tampoco olvidaba que en México hay tendencia a la diabetes por las genéticas mexicana y española. Cada una de estas razas  vive, por su lado, bajo esté determinismo genético. Lo anterior había hecho crisis, llenando en México los hospitales y los cementerios, a raíz de haber incluido en su dieta a las grasas saturadas de los cerdos que llevaron los españoles.  Y cuando apareció en escena la comida chatarra globalizadora del mundo moderno.... Por fortuna los de su etnia seguían en la  comida orgánica a base de verduras, frutas,  escasa sal y poca carne de aves de corral. Poca carne, lo suficiente para salir con fuerza en el régimen de alimentación en esas veinticuatro horas. Desde luego evitaba la fruta refrigerada por varios años pues su capacidad alimentadora disminuía y contenía pocos nutrientes. Uno de los secretos de su etnia era comer fruta de temporada. La tierra da lo que necesita el humano  en la temporada del año, dice ahí. Por eso era necesario no apartarse de los ciclos naturales y observar con extrema precaución e información  los ciclos  industriales. La naturaleza sabe que el humano necesita  naranja para la temporada fría (por eso los indios dicen que la naturaleza es alguien, persona divina,  zoomorfa y pensante). Y en su etnia de alguna manera sabían que comer mucha naranja todo el año, aunque fuera fresca, era comer mucha azúcar...

El otro secreto era el orégano. Con frecuencia echaban a su plato de comida una pizca de esta olorosa hierba. Se usa mucho en México acompañando al platillo de fiesta llamado “pozole”. Aunque, se repetía,  los de la ciudad no saben por qué se le echa. Es un poco oloroso y creen que para darle buen aliento a los que lo comen. Desde niña veía que todos ponían una pizca de orégano. Menos a las embarazadas…  Todos, hasta los niños,  sabían que servía como expectorante, propiedades estomacales, tonificante del organismo, creían que regulariza la menstruación, que favorece la expulsión de ciertos parásitos intestinales. Y que en grandes cantidades provoca el vómito para servirse de él contra veneno. Se comía o como tisana se bebía. ¿Pero qué más había con esta hierbita? ¿Qué era eso de la eterna juventud? Dejaba el asunto por la paz. Tal vez algún día le contarían el secreto. Pero tanto misterio le daba a entender que, una vez que ella lo supiera, tampoco podría decirlo tan fácilmente. Así había pasado con otros remedios milenarios de los pueblos indígenas. Los usaban con eficacia pero no entendían por qué daban resultado. En el siglo dieciséis, ante lo que creían que era el fin inminente de los pueblos indios, los sacerdotes decidieron revelar a Fray Bernardino de Sahagún que la miel de maguey era buena para curar heridas a base de cortadas. Como el arma más mortal era a base de obsidiana, ese vidrio volcánico, los ejércitos llevaba miel como remedio aparte de ser alimento muy energético y efectivo en climas fríos.  Siempre fue un remedio efectivo pero, hasta mediado del siglo veinte, cuatro investigadores científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México encontraron la respuesta. Toda bacteria que cayera en la zona dulce, de azúcar o de miel, moría por deshidratación. En consecuencia, no había pudrición. No se infectaban las heridas.  Cuando dieron la noticia habían hecho pruebas hasta en operaciones profundas…

Lo que también había sido un secreto, por mucho tiempo, era comer chocolate negro. Un francés descubrió algo que ni siquiera los indios sabían porque les hacía tanto bien. Después de meditar y meditar   al respecto, mientras tomaba un buen vaso de vino tinto, se preguntó por qué en Europa el vino lo tienen como algo excepcional muchos más allá que una simple bebida embriagante o para acompañar las comidas. Mandó hacer  análisis químicos y...aparecieron los flavonoides en el chocolate negro. En mayor cantidad que en las uvas. Desde luego a Tocí su madre siempre le previno contra el chocolate de “los de allá”. Eso engorda pero nada  más, le decía.

En ocasiones, mientras corría, pensaba en la atmósfera manipuladora de la que estaba lleno el mundo. Comer el corazón del enemigo vencido era aprovechar su energía y valor. Captar su genética de guerrero, por medio de ofrecer una doncella para una procreación de valor, era la lógica antropológica de los aztecas y todos esos pueblos. Por eso los tlaxcaltecas obsequiaban sus mejores doncellas a los españoles.  Pensaban en la descendencia. La veían  como la suma de dos grandes fuerzas. Lo observaban en la naturaleza a través que el  espécimen más fuerte de la especie controle su territorio para la descendencia vigorosa. Pero el vencedor europeo poseía otra arma de valor, aparte de la pólvora, y era la sugestión mental. Ahora el niño recién nacido ya no era la suma de dos rivales fuertes de lo que necesariamente tendría que resultar un ser todavía más fuerte.  La colonia apenas empezaba y eso no les favorecía. La nueva genética acabaría con todo, incluidos sus aliados tlaxcaltecas, sus eternos enemigos los  aztecas y los mismos españoles. Ahora, dijeron, el embarazo de dos razas fuertes iba a arrojar un mestizaje degradado. El mexicano actual. Con falta de confianza en sí mismo. Con miedo y sentimiento de inferioridad. Funcionó durante trescientos años. Por tres siglos hubo un fuerte y un inferior. Cuando llegó el siglo diecinueve y las cosas cambiaron, se quiso resucitar la idea que la suma de dos fuertes arrojaba un tercero más fuerte. Era tarde,  el angloamericano era  fuerte y ahora había dos inferiores...

 Toci, además, hacía su “auditoria calorífica” cada día. Desconfiaba del “balance anual”. Soñaba con regresar a su etnia. Trabajar en la industria casera que su familia tenía desde hacía cinco generaciones. Fabricaba suvenir que luego vendía en los mercados y en las banquetas de la Ciudad de México, la de Los Ángeles California y en las de  Nueva York. Toci era una especie de nueva pochteca. Esa estirpe de mercaderes de a pie  que, procedentes de lejanas tierras, Cuitláhuac recibía antes que  a los más importantes embajadores.

 

 

Pero no regresaría sola a su pueblo matlazinca al pie del Nevado de Toluca. Tras de sí le llevaría, con la soga al cuello para que no escapara, como ni siquiera Salambó pudo hacerlo con su Matho, a un muchacho llamado Cork. Pero entendía que pasaría algún tiempo antes que consiguiera su sueño. Para que ese proyecto de vida no se esfumara necesitaba vigilar la báscula. Y seguiría  haciéndolo aun después de haber logrado su objetivo de amor. Consideraba una feliz circunstancia que su otra actividad  profesional fuera subir montañas. Eso mantendría lejos de sí el fantasma del sobrepeso. Y una de las más grandes satisfacciones que vivía era descubrir que, al ponerse los zapatos tenis, no era para ella sacrificio pues había hecho hábito de esa práctica de correr. Lo racionalizaba cada mañana y al partir para la caminata decía en voz alta la fórmula mágica: gastar hoy el remanente de la cantidad de energía que adquirí ayer.

El mes anterior había escalado en la sur del Ameghino. ¡Casi treinta kilómetros de acercamiento a través de los ríos Vacas y Guanacos y setecientos metros de pared! Se habían quedado a la mitad del ventisquero cuando llegó la noche. Como los aztecas, los escaladores sólo peleamos de día. Sólo que en ello nos vaya la vida, escalaríamos bajo la luz de las estrellas. Pero no era el caso y tranquilamente podían esperar el nuevo amanecer. Organizaron el vivac, tallando en la superficie dura, blanca y fría y se metieron a sus  hamacas “ratoneras”. Si se estiraban completamente los pies quedaban asomándose con todo y sleeping  sobre un abismo de seiscientos metros. Si se volteaban de lado para aliviar el castigo del hombro, sus nalgas quedaban saliendo sobre el precipicio. Estaban precisamente en el lugar,  las condiciones y en el tiempo  en que hasta los dioses del olimpo exclamarían “¡Oh!”.

 Más esto para ellos era frecuente y podían jurar que también en la audacia hay rutina y tedio. Igual que allá abajo alguien cruza por la plaza de Coyoacán con las manos metidas en las bolsas del pantalón y bostezando. Se acuerda que dijo que así van los alpinistas caminando por el mundo montados en las dos piernas de la medianía y de la megalomanía. ¡Como un gran artista sin contrato! En el montañismo se aprecia mucho aquello que escribió Demócrito que no vale la pena de que viva quien no tenga ni siquiera un buen amigo. Se comparten trabajos, sin sabores, incertidumbres y alegrías. Y eso, cuando estás colgando sobre el precipicio y metido en una empresa alpina de la que a lo mejor no regresas, vale oro.

Una hora después de haberse quedado quietos, y permanecer en silencio, le escucharon, a uno de los jóvenes escaladores ingleses de la cordada, que acababa de leer un libro de entrevistas que varios escritores le hicieron a Norman Mailer. Toci se acordó de la obsesión que Cork tiene de la historia. En una entrevista que Michael Lennon hace al autor de Los desnudos y los muertos sobre la historia, éste le dice que tal disciplina académica es en realidad un descubrimiento perturbador ya que los historiadores no tratan con hechos, sino con hipótesis que desarrollan en relación a una serie de datos aislados. Se refiere concretamente a la desconcertante complejidad del nazismo que fue mucho más allá de los límites del totalitarismo. Esta sola consideración, por su profundidad de observación, arroja al cesto de la basura a films y libros que por  casi un siglo se hicieron en derredor de la segunda guerra mundial con pretensiones de testigos serios de la historia. Y agrega Mailer que “la historia no es historia, sino una serie de novelas inmensamente sobrias que han escrito unos hombres que no suelen disponer de gran talento literario y tienen mucho menos que decir del mundo real que los novelistas”. Y habría que meditar con seriedad sobre ello ya que Mailer es judío. ¿”Pero no cualquier judío”, había dicho uno de los ingleses.

Pero no es eso lo que querían contar, dijo el escalador,  sino algo de Faulkner.  El tiempo presente es en el que se mueven los personajes de esta novela, y  su horizonte, no va más allá de lo que abarca la vista dentro de una estancia que sirva de cocina. No se ve la angustia que despierta la reflexión respecto del futuro. Ni siquiera las reflexiones de los individuos de los lustros que ya se fueron. Sólo hacen. Los hombres son como la actividad de una hormiga en un segmento concreto de su recorrido. Ya se ha borrado el principio del camino y lo que está por delante existe por instinto pero no por pensamiento.

-Esta novela-dijo- pudieras ser la alegoría del pueblo estadounidense. Gente trabajadora y a la que le gusta tener sus cosas en orden. Desde las materiales de su sociedad de consumo hasta las relacionadas con la filosofía y la constante inquietud religiosa. Pero un tanto ingenua. No ve al Flem Snopes que ha llegado para aprovechar su potencial creador.  Esa gran dedicación a crear cosas, hasta llegara a las estrellas, y su inconmensurable afán, es lo que el mundo les admira.

Como todas las novelas de este escritor, también de El Villorrio apenas se puede decir algo. Sobre sus  novelas   lo que cuenta es leerlas y ensimismarse de su, al parecer, absurdo relato que en ocasiones nadie sabe de qué se está hablando. Novela de cuatro partes. En dos de ellas los humanos son los personajes centrales, Flem y Eula. En la otra todo gira en derredor del absurdo relato de unos puercos que al parecer se han perdido. En la última parte se trata del increíble relato de la venta de unos caballos. No es exagerado decir que en este escritor vale aquello de que sus novelas pueden leerse como algunos leen la Biblia: en cualquier parte que se abra, o de atrás hacia el principio. ¡Hasta del principio hacia el final pueden leerse! De todas maneras habrá pasajes que nadie entenderá. Sin embargo se trata de una prosa de la que uno dice: ¡me gusta, voy a continuar leyendo esta loquera! Fue una prosa elegante y una redacción tan loca que en 1950 hizo llegar a sus manos el Premio Nobel de literatura.

Sus personajes sólo hacen, se mueven, como un pintor frente a su lienzo que careciera de una idea y diera toques de pincel sin saber que así se dirige a la consecución de una obra de arte. Imagine el lector la película de un film de tres horas de duración. Tiene su principio, su desarrollo ortodoxo y su conclusión. Ahora corte esa larguísima película cuadro por cuadro, revuelva todos los cuadros. Ahí está todo el conjunto, ciertamente. Pero observe cada cuadro por separado y tendrá una idea de cómo se desenvuelve esta novela. Es hasta que hemos visto todos los cuadros que podemos arribar a una visión de conjunto. Pero es conjunto que se va formando en la mente del lector más que en las páginas del libro.

Alguien ha dicho, refiriéndose a algunas novelas de Faulkner, y con toda razón en función de su método, que en ocasiones, efectivamente,  no se sabe de qué está hablando el autor.  Y sin embargo Faulkner es un poeta: “De vez en cuando  se detenían para recobrar el aliento, y las constelaciones veraniegas pasaban sobre sus cabezas” O bien: “Trabajaron también toda aquella noche bajo las estrellas familiares y lentas”. Una más: “Allí donde la arena se ennegrecía por el agua escasa del torrente y después se aclaraba y volvía a subir, las innumerables huellas sobre puestas de ruedas y cascos eran como los clamores de una iglesia abandonada”. Rara vez describe el paisaje. Ni siquiera considera lo que está detrás de la apariencia de la gente. Faulkner espera que tengamos un retrato de los personajes a través de las acciones inmediatas de estos.

Y cuando la hormiga a completado el último segmento de su recorrido, sin tener tal vez conciencia del conjunto que ha recorrido, Faulkner simplemente da por concluido el relato con su conocida frase: “¡Eso fue todo!” Con esta obra Faulkner refrenda que no es novelista de grandes temas. Es, sobre todas las cosas, el gran escritor en torno de las pobres y por demás triviales situaciones.

 Se dijo que México producirá un Faulkner cuando sus intelectuales dejen de ser decimonónicos…

Algunos más se encontraban corriendo en derredor del parque y la muchacha pensaba  que nada más por el sólo detalle, de haberse puesto los tenis, ellos eran diferentes a los de la ciudad. Más aun, ellos mismos eran diferentes entre sí. Pero aun aceptando que fueran idénticos entre sí en todo, en sus vidas privada y pública, su panorama social es diferente y eso de todos modos  los hacía distintos. Cada uno a su modo no era el mismo cuando entró a la sala de cine que al salir después de haber visto la película “Un hombre de hogar”. Se le ocurrió que lo mismo puede decirse de los cuarenta estudiantes, al empezar la carrera de arquitectura, que al finalizar la licenciatura. Mil matrimonios parecen una masa  idéntica pero veinte años después tendremos mil historias distintas, todo marcado por las diferencias accidentales de tiempo, espacio y acción. Mil individuos “iguales” que llenan el templo un domingo actuarán de manera distinta al terminar la celebración de la homilía. Y en la práctica de la misa, en la vida diaria. Y eso les dará particularidad. En el  libro que leía anoche dice Odo, el filósofo de la Edad Media, que la diversidad de propiedades hace diverso lo que es uno. Ya pueden cien individuos vestirse con una camisa del mismo color, no serán iguales. Son la particularidad dentro del número.

Cork dice que todos somos iguales pero ella  piensa que no. Pero no  mencionará el tema porque puede empezar un intercambio de criterios que sería cuento de nunca acabar. Y ella  lo que quería era  llevárselo para su pueblo y cubrirlo bajo sus enaguas para toda la vida, no quería ponerse a filosofar con él. Al menos que el filosofar fuera la condición, entonces verían de a cómo les tocaba. Para eso debía prepararse y leer de filosofía. Juliana González dice que necesitamos leer las obras de los filósofos. Jean Whal dice lo mismo. Toci está de acuerdo con ellos. Por saber. Pero también para poderle echar la soga al cuello a Cork. Nada más de pensar en él se le mojan las pantaletas. Pero sabía con toda claridad que un día esa humedad le servirá a las maravillas. Las mujeres viejas de su etnia tienen  como un verdadero tesoro la humedad de la vagina. Siempre andan diciendo: “Dale gracias al cielo que todavía se te moja allá abajo. No sabes la importancia que eso tiene. Para ti y para él”.

De regreso, mientras se bañaba bajo la regadera, escuchaba a algún disco de los cuatro idiomas que necesitaba  conocer para entenderse con sus clientes de montaña empezando por el alemán. Le seguía el inglés, el francés y el español. Es decir el castellano que se habla en  España. Encontraba que tenía acceso al lado técnico del idioma pero se le dificultaba pensar como la cultura de cada uno de ellos. Después de cuatro siglos, a partir de la conquista europea, los mexicanos hemos olvidado el náhuatl pero no el universo náhuatl y hacemos todo lo posible por no pensar en castellano. Así es como nos hemos metido en el embrollo de los conceptos lingüísticos. Cuando estudiamos el idioma inglés encontramos que la Luna contiene la figura de un muchacho tocando guitarra. Para los españoles el asunto se reduce a “manchas”. Y en el náhuatl esas manchas son nada menos que el quincuence, punto central en el que gira la religión solar, particularmente la era del Quinto Sol. Como el idioma español fue impuesto, rechazamos que sólo se trate de manchas. Y como por elección libre aprendemos el inglés, estamos más inclinados a tolerar la idea que es Elvis Presley el que está tocando la guitarra en la Luna. El principio es que hay que pensar el idioma que se habla y es cuando, por azares de la historia, seguimos actuando bajo la fuerza del pasado colectivo pero hablando español. En ese terreno al menos algo hemos hecho nuestro y hablamos español en lugar de castellano. Oficialmente así están las cosas. De esa manera nos emocionamos ante la idea de comer tacos y sólo por curiosidad llegamos a comer paella. Evocamos con delirio algún poeta anónimo náhuatl y sabemos, sólo por cultura, las hazañas de Don Quijote y la vida de su autor. Nos atrae más leer a Faulkner, Novalis o George Sand, porque aquí se trata otra vez de una elección libre. Si nos hubieran conquistado los franceses estaríamos leyendo con mucho colorido a Cervantes o a Baltasar Gracián o Santayana o Ortega y Gasset y escuchando cantar a Rocío Durcal y, en cambio, por puro requerimiento intelectual, a Víctor Hugo.

Por necesidad de tratar con expediciones, Toci sabía el castellano, alemán, inglés y francés. Su lengua materna es el náhuatl. La muchacha encontraba que esos pueblos de Europa se correspondían en la cultura de manera genérica y ahí ella  se desempeñaba de manera aceptable. Sobre todo en el terreno del arte. Pero poco podía entrar en las mentalidades. Hablaba el alemán pero pensando en náhuatl. Los chistes o bromas no los entendía cabalmente.  Había encontrado que en el terreno de la música se fijaba en los instrumentos que, de manera autóctona, pertenecían a un pueblo y también en cómo los tocaban. Eso le informaba mucho del carácter de la gente de un área geográfica. Lo mismo en la letra de sus canciones. Desde luego que para ello tomaba en cuenta lo que sólo eran influencias o traducciones. Así se enteraba en buena manera de la vida interior de los pueblos, de sus emociones. O de cómo pueblos diferentes expresan un mismo asunto de diversa manera. Ni siquiera podía pensar como argentino. A éste le falta la genética mística india que hace mirar hacia las estrellas  y la africana que impide que se caiga en el pesimismo. Pero sí entendía que si  a un argentino lo abandona su mujer, compone un tango. Y que si a un  mexicano lo deja una mujer, se toma un litro de tequila. Una tarde fría y oscura, cayendo nieve, un suizo y un veracruzano del puerto la describirán de distinta manera. Los angelitos de la Capilla Sixtina no son los mismos que los de la catedral de Puebla de comienzos de la colonia española. Medios indios y medios africanos. Unos son bellos como una Madona y los otros bellos como Xochiquetzal. Podía comer un hot dog por hambre y por curiosidad pero jamás cambiaría esa tripa de perro envuelto en un panecillo, también con forma de pene, lleno de horrible  salsa dulce, por un delicioso taco de carne de vaca con chile tan picante  que hasta las lágrimas se le salían...

En su cultura étnica  ella y Cork estaban de acuerdo tácito. Un matriarcado en el que Xochiquetzal es fuente de fertilidad y dadora de vida. Y porque la economía globalizadora no  había arrojado a las mazahuas al desván de los cachivaches sociales. En las mujeres de la ciudad en la que el hombre es el proveedor y el que levanta la voz es diferente. Donde puede haber conflicto en la pareja de la ciudad es  en  el “lado occidental”. Ahí hay enfrentamientos frecuentes porque la pareja al unirse, enamorados y llenos de sensualidad, no se dieron cuenta que sus ideologías y actitudes “familiares” son distintas. “El amor lo puede todo”, decían,  y acaban chocando. Y ellos, ¿cómo conciliar el sistema tabú de la etnia con la sociedad de consumo y deshecho de occidente? Por lo visto tenían mucho por descifrar. En la occidental ya no hay tabúes pero sí obligaciones religiosas, filosóficas con eso de la ética... El tercer grupo  lo componían los individualistas hasta la soledad psiquiátrica. ¡Y los escritores están más preocupados por la hoja en blanco que por las nalgas de su mujer!

El asunto eran los símbolos que cada pueblo tiene para expresar sus ideas, o los que Aristóteles llamó las categorías. A los occidentales del oriente con respecto a América, es decir, a los del oriente propiamente, Europa central, no se les puede enseñar nuestra religión y nuestra filosofía en la forma de una serpiente emplumada. Aceptan que don Quijote y su flaco caballo se eleven sobre las miserias humanas pero no que un reptil que se arrastra pueda emprender el vuelo. Se reirían de esa simpleza. Otra cosa será si les hablamos de ontología y episteme. De razón práctica y razón vital. Y si a esto agregamos individual y universal, ya los tendremos interesados de tiempo completo y argumentando hasta por los codos. Derecha  e izquierda es la misma línea sólo que una aparece cuando la otra se corrompe. El numeral es singular pero la unidad es plural que se convierte numéricamente en singular al unir en uno a varios singulares, etc. Pero si les decimos que eso nosotros lo podemos simbolizar con “la serpiente que se  muerde la cola” o la “serpiente  bicéfala con dos rostros opuestos y mirándose, como en el Calendario de piedra, tampoco entenderían. O si les mostramos el vacío en medio del “cuatroence” como la representación - no representación de Dios vivo, tampoco lo entenderían. La epopeya ontológica de los olmecas,  pensadores del México Antiguo.

La tribu tiene mayor adaptabilidad cuando debe enfrentarse a los cambios del entorno. Esto debido a que se trata de una sociedad en miniatura que procura vivir a igual de distancia entre el orden y el caos. De esta manera pueden darse interacciones sociales entre los individuos y el resultado es sincronización. El conflicto humano está presente pero la alta estima que se tiene por la gente vieja es lo que permite no cruzar la línea del orden - desorden y de manera natural se da esa sincronización. Mientras la tribu se mantenga lejos del lado feo de la sociedad de consumo y deshecho habrá respeto por los ancianos. Por los paradigmas. Afianza su tradición mediante la observación por contraste. Puede seguir de cerca lo que sucede cuando el muchacho de la ciudad abandona el troquel familiar. Se da cuenta que es ahí donde se inicia el proceso del parricidio, ya documentado desde los tiempos de Aristófanes. La tribu es un mundo angosto  pero que, al reverso de la ciudad, tiene rostro, nombre y apellido. Entre otras la tribu todavía se maravilla con las bellezas de la naturaleza. Se prefiere la comunicación bis a bis que la comunicación virtual de la telefonía celular.

Si todo fuera genético...Si no existieran los hechos sociales y culturales para nada necesitaríamos leer a Aristóteles ni a Kant. Y la ética filosófica sería una antigualla para el cesto de la basura.

 Tocí conocía gente que rechazaba toda reflexión ética. ¿Cómo encontrar así el camino hacia la moral si se carece de paradigmas filosóficas? Con harta frecuencia se había usado ya la metáfora de diamante sin pulir. Si los vendedores de cuantas yerbas hay en la naturaleza llegan a la gente antes que los filósofos...Hay sociedades que se colapsan. En una ocasión había asistido a una conferencia en la Universidad Nacional. Se hablaba de la urgencia que había de ligar las biociencias y la biotecnología en este mundo contemporáneo. Fue cuando Juliana González, de la Facultad de Filosofía y Letras, dijo de  la enorme, inmediata y constante necesidad de leer las obras de  los filósofos.

Tocí estaba de acuerdo. Cierto que los filósofos se traen un pleito de perros con el problema de la semejanza y de la particularidad que arranca desde los individualistas  medievales. Estos no hacían caso de los dimensiones epistémicas del problema siguiendo el enfoque metafísico. Y otros muchos de los actuales no le hacen la querencia a lo metafísico por ser epistémicos...Si esto quedara en posturas de gabinete, mesas redondas, seminarios y  congresos…

La cosa es que el tema baja a los medios masivos  de comunicación y se arma la tremolina atizada por intereses de la secta  política.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                     9

 

                                                                      I

Con el Coplestón suspendido en las manos, y la vista perdida entre las sombras de la habitación del hotel, se le ocurrió que, en efecto...En la ciudad las mujeres habían sido aherrojadas al rincón de la casa por obra y gracia de la economía de mercado. Pero aquella mujer que hablaba en la conferencia era un ejemplo. Sí, las mujeres de la ciudad habían recuperado su papel de educadora por medio de la Academia. Avanzaban en todos los campos del saber.

 ¿Por qué había caído en esa serie de reflexiones? Tenía en sus manos al cuidadoso pensador de la Edad Media. Pero una frase de Jardiel Poncela se le había cruzado de pronto. Este interesante novelista español, de origen judío, que desconfiaba de los movimientos de las masas, qué había querido decir con su expresión de “amaneceres prematuros”. Como alpinista ella  sabía que en la noche cerrada lo primero que anuncia el nuevo día son los lejanos resplandores cálidos...

 ¡No te ablandes! Le había dicho Cork. Desde entonces sabía que el alpinista que se ha retirado a posiciones de confort no agarrará la mochila para ir a caminar por los senderos del bosque. En adelante se la pasará añorando el paraíso perdido. Caminar de noche, bajo la luz de las estrellas, tiene que hacer pensar en lo infinito. Como contraste del mundo de la experiencia sensible como la que va experimentando con su cansancio, el frío y los tropiezos. Y los temores que envuelven como la noche misma. Eso lo tuvo claro en tanto el libro caía de sus manos y se arrellanaba dormida bajo las tibias sábanas. Pero sus sueños no hablaban del pelito entre pensadores románticos y pensadores realistas de la Edad Media. Soñaba con Cork.

 Acababa de leer una nota  en la  que le escribía que con frecuencia se encontraba en la disyuntiva respecto del peso en su mochila. Sufrir por la falta de agua o sufrir por la falta de lectura. Tan vital era una como la otra. ¿Qué partido tomar? Varias veces se decidió por lo uno y luego por lo otro. Finalmente abrió la mochila al tiempo que exclamaba “¡Por todos los diablos!” y arrojó hasta el fondo de la misma al Platón de Antonio Gómez Robledo y a los individuos medievales de Jorge J.E. García. Acto seguido  preparó su ánimo para los cincuenta kilómetros que tendría que debatirse en la sed extrema o, lo que era peor, en el progresivo acumulamiento de la deshidratación. También sabía que, debido a esa deshidratación, cuando estuviera viejo su órgano llamado piel estaría bajo las descargas eléctricas, como cuando en la cantina se agarran los dos polos conectados a la batería ambulante.

 Al día siguiente, cuando se despertó, encontró algo que yo le había escrito. Lo leyó mientras almorzaba en el restaurante del hotel. Seguía en un lugar del centro de América, donde perforaba pozos en busca de petróleo en el fondo marino. Había habido un simposio de geólogos y me invitaron para hacerla de moderador. Los demás geólogos buscaban agua en el subsuelo de la Ciudad Sin Nombre Los geólogos nos reunimos porque había que reunirse, pero nada más. Durante una semana discutimos técnicas y perspectivas, le decía en mi comunicación. Sabíamos que era inútil todo eso. Hacía tiempo que la recarga de los acuíferos no se realizaba y nosotros haciendo mesas redondas con el tema del agua…

 Mucha tala clandestina y poca lluvia. En la segunda sesión me entretenía en escribir, mientras los otros hablaban,  la frase de una novela de A. J.: Cronin. “No hay que contar las gallinas antes de cazarlas”. Al final íbamos a tomar cerveza y bailábamos con mujeres bellas y bien formadas. De esa manera todo mundo trataba de olvidar los resultados de los análisis del agua extraída para tal fin. Se habían hecho con  ochenta elementos químicos. Los resultados fueron concentraciones de fluor y arsénico. Además una cantidad exagerada de cloruro de sodio. Dañina para el consumo humano, para la industria y para el riego. Las autoridades habían prohibido en determinado momento la extracción de más agua subterránea y en poco tiempo la cantidad de pozos se duplicó. Sus perforaciones cada vez más profundas y sus porquerías invadían las capas superiores donde se encuentra la Ciudad Sin Nombre. Subíamos el volumen de la música y reíamos más. Afuera se daban a la sazón ocho mil casos de fluorosis dental y la misma cantidad de hidroarsenosis. Era una ciudad de muchos millones de habitantes que de todos modos tienen sellado el provenir. De  los reglamentos y publicaciones que salgan del simposio, nada sirve pues los mantos freáticos no se cargan. Era la bella fantasía pero el hecho es que de nada va a servir lo que publiquemos. El geólogo de la otra  mesa gritó al cantinero que él pagaba la siguiente ronda de cervezas para todos... 

 P.D. Aquí va a suceder en breve lo que en el centro histórico de la capital de México. Las cavernas del subsuelo, ocasionadas por la falta de agua de sus mantos acuíferos, la hundieron  ocho metros en el siglo veinte. Entre tanto aumentó en muchos millones su población y hubo que darles más servicios y se hizo necesario todavía más agua del subsuelo con lo que creció el número y tamaño de las cavernas. Fue preciso meter pilotes para levantar y nivelar edificios como la catedral metropolitana del siglo dieciséis. En otros casos, que contaban con cimentación moderna, los monumentos a la Revolución y El Ángel de la Independencia, la que se hundió en su derredor fue la ciudad. Uno de los últimos gobiernos cambió el recubierto de sus calles. En lugar de poner adoquín para captar el filtraje del agua de la lluvia y la que baja de las montañas hacia los acuíferos, las recubrió con planchas de cemento con lo que encauzó esa agua hacia el drenaje profundo y fue a dar al mar. Y las cavernas allá abajo se hicieron más grandes. Los grandes  huecos que aparecieron en la superficie no se vieron  toda vez que quedaron ocultas por la capa de cemento. Cuando llegó el primer sismo de consideración los pequeños abismos quedaron al descubierto y algunos edificios cercanos se vinieron abajo y otros más retirados empezaron a perder la vertical. No metieron  a la cárcel al que había recubierto de cemento. El que fue a dar a la cárcel fue el arquitecto que construyó el edificio. Los arquitectos calculan sobre el promedio de intensidad de sismos de la región a partir del último medio siglo, pero ellos no controlan los movimientos de las placas tectónicas. Si el sismo rebasa con mucho la cifra alta del promedio, cualquier edificio se viene abajo, aun con pilotes diseñados con los últimos adelantos de la ciencia. 

 La última semana que Toci  estuvo en México, antes de partir para la  cordillera, asistió a una “Feria” de esas que dan información en derredor del sexo. Una doctora ofreció una conferencia con el tema de las mucosas que tienen las mujeres en el cuerpo. Su función es pescar microbios para que no pasen al organismo. Pero también sirven de lubricantes para el pene. Los hombres tienen un lubricante en la uretra, les dijo la encargada de la mesa. Como su sabor puede resultar desagradable durante la práctica oral, muy previsora la industria farmacéutica elaboró ya  saborizantes que se ponen en la cosa del hombre tales como fresa, sandía, melón, plátano, chabacano...Toci pudo coleccionar doce sabores diferentes para cuando se encontrara con Cork. No tienen caducidad pero de todas maneras los envolvió en una bolsa de plástico y  enterrado en la nieve del glaciar cuando regresó a la montaña.

 Se dijo que la ciudad es el mundo de la mujer. La industria farmacéutica lo sabe bien…

 Durante su estancia en Santiago había evitado establecer comunicación con los grupos que practican la escalada de salón. Pensaba que son como un ejército que no conoce al enemigo porque no hay guerra. Así consideraba a la escalada de salón que no conoce a la montaña y sus condiciones intrínsecas como son el viento, la roca erosionada, el agua, el Sol, la nieve, el hielo, la escasez de oxigeno, la caída del termómetro. La escalada de salón la inventaron los guías de Chamonix, Francia, hacia mediados del siglo veinte, para “no perder la forma” durante la temporada que no era de montaña por el exceso de nieve…pero nunca cambiaron a la montaña por un salón…

 Le encantaba leer ciertos trabajos de filosofía en los que después de quinientas páginas...En ocasiones tenía la impresión que los filósofos seguían la técnica de la literatura policíaca. Hasta la última página se encuentra la solución. Y nada comprometedora para el autor. Entre tanto, pistas falsas que parecieran intencionadas. Ya Faulkner lo había hecho, en la literatura, de manera magistral en Luz de Luna.

 Intuyó que en filosofía  el tema llega con frecuencia  a dominar al que escribe… Entonces  recurre al Dei ex machina o queda atrapado en alguna aporía, como se llama en filosofía a los callejones sin salida.

                                                                        II

 Esta montaña, en la que acampaba desde hacía dos meses, era parte del mito de las gentes que en otro tiempo habitaban los valles subyacente y hasta la región lejana de los ranqueles. Pensaba con frecuencia, pues la desolación suprema orográfica que la rodeaba la llevaba a eso, que lejos de las necesidades inmediatas, el hombre pudo darse cuenta del tiempo pasado, presente y futuro, cuando pensó en el mito. Este ejercicio lo tenemos desde que escuchamos el primer cuento de nuestra niñez: “Hubo una vez....” El corolario ya está en otro tiempo. El mito permanece en un tiempo congelado e inamovible. Pero es también el comienzo de todo el dinamismo de la historia. Una historia que de todos modos permanece en el pasado. Definida en su desarrollo pero manipulable. Como una película de fotografía  a punto de ser revelada de una u otra manera y dé el efecto que queremos, no tanto el que tenía. Solamente azul. Contrastado en blanco y negro eliminando los tonos de grises. Subexpuesta. Roja nada más. Granosa....Como el mito no se puede ya manipular, porque permanece petrificado, es por lo que se le intenta destruir anteponiéndole otro mito. En tanto que la historia se cultiva por cuanto es susceptible de “trabajarse”. Le escribía a Cork varios puntos de vistas obre el mito   pero ahora añadió que el mito tampoco permite lo que pudiera llamarse la “interpretación de la disyuntiva” que se encuentran en  algunos trabajos de investigación. Había leído Los Rollos del Mar Muerto y el trabajo le daba peso a los esenios en la formación de Jesús. Y esta era la disyuntiva. Si los esenios “hicieron” a Jesús, entonces la Iglesia  Apostólica Católica Romana es un producto humano. Si es como dicen los Evangelios, que Jesús fundó sobre Pedro su Iglesia, entonces ésta es de origen divino. Frente al mito esta clase de interpretaciones resultarían obvias. Algo como si en el mito del quincuence, Nanahuatzin, el dios bubosito, que se convertiría en el esplendoroso Quinto Sol, entrara a la gran hoguera purificante vestido con un traje de asbesto para no quemarse…

 Después veía hacia los líquenes de la roca en la que había hundido dos clavijas, para asegurar su tienda de campaña, y el viento no la arrojara hacia el valle volando sobre el glaciar. En esta alturas el viento suele soplar tan fuerte que una cuerda de cincuenta metro de largo podría quedar horizontal sujetándola de un solo extremo.

 Pensaba en la enorme adaptabilidad de las plantas a la sequía,  a la salinidad y a los rigores del tiempo frío que encuentran en el desierto y en la montaña. Mientras se elevan al cielo para captar rocío, sus plantas se hunden para buscar la humedad de la arena. Y su gruesa piel cerosa no deja escapar el vital líquido. Y a la vez defenderse de los ataques que les dirigen los insectos, las bacterias y los animales grandes. En la roca de la montaña helada sólo puede penetrar unos milímetros. Con eso le basta para aferrase a la andesita de tal manera que el viento más poderoso no podrá arrancarla. Y es capaz de soportar temperaturas muy bajas y cubiertas de nieve. Además pueden viajar montadas en el viento caliente o helado, seco o húmedo.

 Al observar esta maravilla se piensa en el singular espectáculo del humano transportando su agua en un envase dentro de la mochila. Practicando la libertad de esa manera y dejando su descendencia en un lugar u otro. Igual que la planta vegetal. ¡Nada más inexplicable que un hombre pierda su libertad por elección en el acto de robar una bolsa de billetes del banco! Ese hombre, pero ya preso,  daría después un tesoro  en metálico por poder caminar a  lo largo de una calle cada mañana. ¡Aunque fuera sólo una calle!   Un liquen esparce sus esporas montadas en el viento y de esa manera procede mejor que el hombre dentro de una celda. Tocí tiene conciencia que su momento de libertad es inapreciable. La misma libertad que el viento pues, si se lo propusiera,  ella desmantelaría su tienda en cinco minutos y se iría a la lejana región del Mercedario, donde también hay expediciones de alpinistas que conducir.

 Una libertad que sacrificaría si Cork le ofreciera sus brazos. Después de todo para qué es la libertad sino para hacer lo que una quiera. Se rió. ¡Pobre Cork! El mecanismo de la sociedad india...No es como con las caras pálidas. O amarillas. O negras.  Las mujeres indias son como las hembras  en el mundo de los arácnidos. La Viuda Negra. Los envuelve y se los come. Ella  envolvería a Cork entre las cinco vueltas de sus enaguas, lo inmovilizaría y se lo comería...

 Así era el mito y así seguirá por siempre. Inalterable y nada de “interpretaciones de la disyuntiva”.  Una de las lindezas del Humanismo, del etnocentrismo, es que los hombres empezaron a hacerse responsables de sus actos. Fue cuando dejaron de echarles la culpa  de sus cosas reprensibles a los dioses griegos. No era tanto que se refiriera a tener músculos fuertes para vencer en la lucha del cuadrilátero o para escalar montañas o para desatenderse de las cosas comunes. Sabían que por este sendero llegaron a las más altas disciplinas de la existencia como son la ciencia, la moral y el arte. ¡Y se olvidaron de la mujer! ¡La mujer misma tiene responsabilidad en ello al dejar que la hicieran de lado! ¡Pobre mujer cara pálida o amarilla o negra, ahora tiene que luchar...! La mujer india tiene que luchar contra los comerciantes que le devalúan cada día  la moneda y no corresponde con el producto de la tierra o de sus artesanías que ella entrega. Pero el hombre, que ni lo piense y agarre esas mañas de los de la ciudad....Entre los enormes senos de las indias no hay “interpretaciones de la disyuntiva”. Bueno, Toci los tenía chicos pero, en compensación, tenía unas nalgas…

 Un grupo de montañistas rusos la contrató por tres semanas para hacer una permanencia de alta montaña, únicamente. No acometieron grandes problemas técnicos pero lo que hicieron requirió un esfuerzo considerable. Formaron una cordada de tres, guiados por Toci. Se trató de recorrer la cresta en círculo que hacen once cumbres en el oeste al pie del Aconcagua. El promedio de altura del recorrido fue de 5 mil metros. Algunas cimas no tienen nombre. Empezaron por el monte Banderita, próximo a Puente del Inca. Siguieron Almacenes, Manso, Cuerno, Catedral, Bonete, México (bautizado así por el  alpinista mexicano de origen español Luis Costa), Altar y Tolosa.

 Varios días les llevó efectuar el recorrido e instalaban las pequeñas tiendas “ratoneras” en donde les agarraba la noche. Los rusos tuvieron que conocer en carne propia las características de las cumbres andinas, de ese sector de la cordillera: enormes laderas cubiertas de roca erosionada en la superficie. Desnudas con escasos canalones verticales llenos de nieve. En algunas partes podían aprovecharlas y aliviaban el avance hacia la cumbre. Por lo general arribaban después de sortear enormes torres rocosas y piso inestable. Las manchas blancas les servían para fundir el hielo y obtener agua para preparar los alimentos y aliviar la sed. En este caso agregaban algún suero ya que el agua de esas alturas andinas carece de sales minerales tan necesarias para el organismo de los expedicionarios.

 Al final se reunieron con el grueso de la expedición que en total eran quince contando a Toci. Volverían al año siguiente. Por ahora querían familiarizarse con el terreno y las condiciones tan inestables de ese sector de la cordillera. Solamente dos días fueron de mal tiempo al grado de subir cincuenta  centímetros la nieve del piso en una sola noche. Pero en adelante volvió a mostrarse de “azul intenso cordillerano” y con escasas nubes.

 Luego el ritmo de la expedición fue deliberadamente  lento. Instalaron un amplio campamento,  aprovisionado de todo lo necesario y en abundancia tanto de víveres como de equipo de campamento.  Cada miembro de la expedición disponía de una amplia tienda de campaña de las que bastaba apretar un botón para que todo quedara instalado en 30 segundos. Levantaron dos tiendas - comedor. Disponían de proyectores de películas y abundantes revistas de entretenimiento. Habían sido cuidadosos de no cargar la mano en donde aparecieran prácticas de propaganda política. Por la tarde se reunían para la cena. Dos de ellos habían leído  a Tolstoi, Dostoievski y a Chejov. Solamente uno hablaba español. Español de España, por lo que Toci tuvo que escuchar muchos  “queréis” y otros tantos “vosotros”.  En especial el ruso conocía la crisis religiosa que había vivido el autor de La Guerra y la paz. Hacían los rusos un grupo alegre. Les daba por cantar y lo hacían con una alegría que Toci se sorprendió pues se los figuraba fríos y taciturnos. En general se admiraban de muchas cosas y de costumbres de la gente del sur del continente. Como los primeros chinos que se atrevieron a brinca la muralla, después de mil años de auto encierro…

                                                                        III

 Estuvieron tres días en Puente del Inca, en los 2,800. El punto más lejano que se habían fijado sería el pequeño y bello cerro Cuerno. Al norte del Aconcagua. Durante otros tres días cruzaron ascendiendo por la ladera oeste, entre las bases de los cerros Almacenes, de 4, 510,y el cerro Dedos, de 5,130. Caminaban un trecho y volvían a levantar el campamento. Sin prisa, como si se hubieran propuesto pasar una vacaciones de verano  en la cordillera en las que no habían sido invitadas la neurosis ni la prisa de las ciudades. Otros dos días en Plaza de Mulas, en los 4,230. Luego hacia la izquierda y se volvió a levantar el enorme campamento en el glaciar Horcones. Subida a la cumbre del Cuerno. Desde ahí se tomaron fotografías del glaciar Güsffeldt, que desde 1934 era también conocido como “Glaciar de los Polacos”. Regreso al campamento.

 Estaban en el corazón propiamente del sector central de los Andes, precisamente el lugar en el que el individuo se presenta tal cual es. Había dos mujeres rusas en el grupo y Toci pudo observar que  el comportamiento es igual en todos los grupos genéticos con respecto a la relación hombre - mujer llevado el asunto a  sus planos más intrínsecos. En el grupo donde está la presencia de una, o varias mujeres, la neurosis no aflora con tanta facilidad en los hombres.

  Mientras funden la nieve para obtener agua para el almuerzo la muchacha observa que en el alpinismo es donde se encuentra de manera obvia la individualización del humano. La variabilidad en la conducta del hombre y su constante esfuerzo por escapar de los determinismos aquí queda al descubierto.

  En el mecanismo de los movimientos con que avanza una expedición, en su acercamiento desde el campamento base hasta la cumbre, requiere de un trabajo coordinado del grupo. Este trabajo en conjunto se necesita también en la adversidad. Como en la guerra, se precisa distinguir entre “retirada” y “sálvese el que pueda”. Es aquí donde la individualización, que lleva al hombre a investigar y actuar fuera de la costumbre, lo lleva también al desastre por encontrarse fuera del grupo. Siempre hay una conducta ventajosa en los alpinistas disidentes cuando esperan que el grupo los auxilie. Se sirven del grupo pero no cooperan con el grupo. Un grupo expedicionario en acción ya sobre la montaña es, para los observadores de la conducta humana, un campo de observación y experimentación en escala reducida de lo que es la sociedad del valle en su conjunto. La expedición trabaja bajo presión de peligros potenciales en su afán de alcanzar la meta. Destaca la persecución de una idea aun al precio de negar la vida. Al contrario de la vida en el valle donde la búsqueda de la vida se hace, la más de las veces, de manera instintiva. En ambas metas, la de alcanzar el objetivo razonado, y el objetivo instintivo, lo hace el individuo pero lo sostiene el grupo, desde su campamento base que es la familia. O bien el conjunto cohesionado que es lo que se llama “expedición”.

 Como sea, hay una frase de Federico Nietzsche que nos hace ver que en algunas cuestiones este pensador sabía lo que decía. Por más misógino que fuera Toci le reconocía sus méritos originales. La idea en cuestión es que la mujer tiene una misión mucho más importante. Su fuerza está en su debilidad. Nietzsche deja la idea como volando, sin conclusión. Toci se imaginaba que tiene que ver con la vida y con la muerte. El hombre puede aspirar, hacer y deshacer. Buscar la verdad y tener miedo de encontrarla. Pero si al final de la vida está cerca una mujer, la aventura de la vida tuvo humanismo. Sólo la mujer, que da la vida, puede sentir toda la inmensidad de la muerte. Aunque sea un hecho que la golpeé fuertemente. Tiene una fuerza especial para las cosas apabullantes de la existencia. Por algo fue la que tomó la iniciativa para cambiar la vida hermosa  pero bucólica del Edén. Pero no fue con sus tetas y su tasero, como se piensa, sino con su feminidad. Frente a su feminidad el pobre Adán no tenía ninguna posibilidad de escape.

  Me contaba que en ocasiones ha presenciado la agonía de algún escalador. Busca su mano mientras con la mirada parece preguntarle ¿por qué’ o bien ¿Para qué? En tanto son individualista o se integran al grupo hacen uso de su libre albedrío, pero en sus últimos cinco segundos de vida, preguntan ¿para qué? Como si la mujer supiera la respuesta. Para entonces el hombre ha olvidado que él debería conocer  la mitad de la respuesta…Por mi parte he encontrado a   dos mujeres, estas rusas,  que también creen  que nosotras somos el ombligo de la creación, decía. Y hay otra,  ésta de origen iraní.  Ikram Antaki observa que en la cumbre del poder hay inestabilidad y competencia. Tarde o temprano un macho dominante será vencido y reemplazado por otro. Y que sólo las mujeres constituyen el núcleo de estabilidad y de cohesión social. Con harta frecuencia una característica femenina llamada “chisme” está por dar al traste con todo esto (dos mujeres juntas ni difuntas) pero visto a la distancia de los siglos sigue siendo garantía de estabilidad. Y que es así desde la paleo cultura con quinientos mil años antes de nuestra época o nuestro nivel paleontológico.

 Todo este rodeo lo hizo Toci para llamarme la atención que los europeos suelen con más frecuencia contemplar la presencia femenina en las expediciones alpinísticos. En tanto los mexicanos siguen creyendo que una expedición hacia las montañas debe estar integrada únicamente por el Club de Tobi. Finalizó diciendo que la búsqueda de la verdad y el miedo a encontrarla, por parte de los hombres, era una frase que había escuchado con Victor Mature en la película El Manto Sagrado. Cuando el cine norteamericano disparaba  frases filosóficas, en lugar de balazos y gritos orgásmicos.

 La semana siguiente, toda, la emplearían los rusos en regresar a Puente del Inca. Pero no  creas, me escribía, que esa manera  premeditadamente lenta de avanzar era un “paseo”. En esa altitud dar un paso requiere un esfuerzo considerable. El solo hecho de estar sentado o acostado ya resientes el agotamiento. Además que las funciones fisiológica no están nunca en su mejor momento. Más bien se trató de un experimento de voluntad. Los mejores explotan en ira a los tres días cuando se ha permanecido en un mismo sitio.  Estos rusos  tenían una idea y la ejecutaron con felicidad y al pie de la letra. “Me imaginó que, dada la disciplina que mostraron, pesaba sobre ellos la promesa de unas prolongadas vacaciones en Siberia si perdían el control… Al final brindamos en la tienda – comedor con generosos tragos de vodka y comiendo enormes trozos de tocino”. En la carretera ellos bajaron a Mendoza y Toci fue a pasar dos días a su casa de Cuevas.

 Durante esos dos días la gente de Cuevas le invitó yerba mate todo el tiempo, mañana y tarde.

 ¿Qué diablos es un alpinista ¿se preguntó esa mañana apenas hubo dado un vistazo al glaciar, a través de su pared de malla de la tienda, instalada al borde del  precipicio. Un individuo situado entre una ley y una regla. La ley de la naturaleza donde la causalidad es la reina. Y la regla que va marcando la técnica para subir y bajar montañas. Si te sueltas, te caes, y si te enredas en la cuerda, también te caes. ¡Vaya, bonita perspectiva! ¿Y que hay de la causalidad existencial? ¿Por qué llegué hasta este punto de la montaña? ¿Qué la motivó?  “Déjate de pendejadas o acabarás como los románticos europeos del siglo dieciocho que creían que el suicidio daba tono social. Acuérdate de Werther ”-  le había dicho Cork en cierta ocasión que ella le formuló la misma pregunta que ahora  se hacía -.    La Administración de Paris no se daba abasto en recoger los cadáveres de todos los que se arrojaban al Sena. La mayoría eran poetas o gente del campo de las letras. ¿O acaso te dio el cólico menstrual por lo que te sientes en la depresión o te acordaste de Schopenhauer? La región mazahua - matlatzinca de la que procedes estuvo metida en una actividad guerrera  los dos siglos anteriores a la conquista española. Te aseguro que en ese periodo a nadie se le hubiera ocurrido refugiarse en una cómoda depresión de ánimo. El alpinismo también te mantiene en constante actividad.  Sobre todo que aquí no tienes que privar a nadie de su vida o de sus pertenencias. Y si tienes necesidad de competir con alguien quién mejor que contigo misma.

 Hace dos meses   que estoy subiendo montañas en la Puna de Atacama con un grupo de norteamericanos - me escribió hasta el centro de América donde me encontró el correo con mi overol lleno de chapopote del pozo que explorábamos en ese momento-. Es una expedición numerosa y llegaron para una larga temporada. Traen gente para todo tipo de dificultades alpinas. Hay tres mujeres escaladoras con las que me he llevado bien desde el principio. Hemos subido por pendientes, cruzado glaciares, escalado agujas rocosas recubiertas de nieve  y rematadas por hielo, acampado arriba de los seis mil, o vivaqueado en alguna repisa de roca sobre el abismo. La semana pasada nos sorprendió una tormenta tan fuerte que nos obligó a meternos a las grietas de un glaciar mientras arriba rugía el vendaval blanco. Por fortuna una de estas grietas  era tan amplia que decidimos levantar tres tiendas en el fondo y ahí permanecimos dos noches y tres días. Era el principio lateral de la grieta por lo que no existía el peligro de hundimiento. Nivelamos el piso, pusimos clavos en las paredes de hielo, para asegurarnos mediante cuerdas,  por si aquello llegaba a hundirse, aunque se veía muy sólido y, en efecto, a la postre  resultaron ser acertadas nuestras apreciaciones. El viento helado que pasaba con fuerza impresionante allá arriba  nada nos molestaba, ni nos enfriaba y te puedo decir que la pasamos de maravilla. El movimiento del glaciar no nos asustó tampoco  para nada, tú sabes que es muy lento. Y para fortuna nuestra  la nieve pronto tapó casi toda  la entrada sobre nuestras cabezas, haciendo un puente,  y la nieve dejó de caernos encima, como sucedía  en el principio.

La expedición ha contratado a otros dos guías, un chileno y otro argentino. Los dos son muy resistentes. Conmigo somos tres. Ellos se desenvuelven muy bien en pendientes y yo me las arreglo en escaladas propiamente. Cuando una ascensión presenta pura pendiente yo me quedo en el campamento o conduzco alguna cordada en otro terreno más vertical. Cuando la ascensión presenta alternativamente problemas de pendiente y escalada, vamos los tres y nos alternamos en la punta de la cuerda. El chileno es modesto, reservado y efectivo para cramponear.

 El jefe de la expedición es un viejo con mucha experiencia en la montaña y en el conocimiento del elemento humano. Nos cuenta que estuvo en la Segunda Guerra Mundial como escritor. Ese era su oficio: escribir novelas. Después de terminada la Primera Guerra Mundial, y dadas las condiciones de inestabilidad que inspiraban los términos en que había sido  firmado el  Tratado de Versalles, los países fuertes de entonces se apresuraron en enviar  a sus agentes secretos a prácticamente todos los países de Europa. En especial a los del centro de Europa. Y, con más exactitud a Inglaterra Francia, Italia y España, que son los que rodean a Alemania. Algunos, para justificar su estadía, así como el dinero que recibían periódicamente desde su país de origen, y para tratar de despistar a la Gestapo, se hicieron pasar como escritores o corresponsales de algún periódico. Uno que otro de estos, como resultado de haber pasado por tantas vivencias, aun estando nada más en la retaguardia, efectivamente serían  más tarde escritores de renombre.  Llegado a este punto terminaba diciendo  las palabras de Herodoto: “Yo sé como se llaman pero he decidido olvidar sus nombres”.

                                                                       IV

A Cork le escribía que se sentía feliz en estas montañas de posibilidades alpinas sin fin. Tanto que “Quiero  cantarle a los campos, pero no quiero cantarle sola. Yo quiero un coro de pajaritos” dice Roberto Carlos en una de sus canciones. Yo no quiero un coro de pajaritos, contigo me bastaría. Con relación a este modo pícaro de decir las cosas, me he acordado del tutile gamuchi que se acostumbra (ba) en algunas etnias mexicanas. Lo traigo a colación aquí porque acabo de leer en Herodoto que hace veinticinco siglos había un pueblo de Asia, “una numerosa nación”, dice el historiador, que se llamaban los “nasamones”. De ellos escribe: “Es costumbre tener cada uno muchas mujeres, haciendo que el uso de ellas sea común a todos, del mismo modo que los masagetas; plantando delante de la casa su bastón están con la que quieren. Cuando un nasamón se casa por primera vez, es costumbre que todos los convidados a la boda conozcan por turnos a la novia, y que cada uno le de después algún regalo que trajo de su casa”. Es decir que por lo menos eran dos pueblos los que tenían esas costumbres: los nasamones y los masagetas. ¡Figúrate! Ni los más desatados  que en México se reúnen para intercambiar esposas se lo imaginarían. Es el doble juego de la poligamia y la poliandria.  Estos  lo hacen porque ya se aburrieron de sus esposas y les importa un pepino lo que a ella le suceda. La usan como tarjeta para abrir otras puertas. Pero el recién casado que nos relata Herodoto, es diferente. Interesaba más el regalo que la “pira” (como se dice en México a la cópula multitudinaria) de que la recién casada era objeto. Y si al novio se le ocurría invitar a cincuenta hombres, ya puedes pensar cómo quedaba la recién casada...Y más si es como en México que un invitado lleva a por lo menos tres invitados adyacentes... ¡Ah, pero aunque ambos, tú y yo pertenecemos a etnias, ni te hagas ilusiones con el tutile gamuchi, ¿he?

 Por lo demás, que me perdonen los huicholes, los tarahumaras, etcétera por haberles puesto la etiqueta de “mexicanos”. Esto de llamarnos todos en México “mexicanos” es una de las libertades que se toman los políticos  desde la Cámara de Legisladores. ¡Imagínate a los tlaxcaltecas llamarse ahora “mexicanos” o “aztecas”...Eso ni a Jodorowski se le hubiera ocurrido.  Nos meten en un rasero de “todos somos” iguales para ahorrarse las respectivas indemnizaciones. ¿Sabías que el gobierno de Estados Unidos les paga, o les da, no sé como es lo correcto, una indemnización por ser indios. Además de un territorio en los que no pueden ser tocados, amén de beneficiarios de las disposiciones constitucionales? En México todos somos iguales pero los indios piden limosna en Coyoacán y los otros iguales  son los que, si quieren, se la dan. ¿Te acuerdas de la Tabla Redonda de los ingleses con el muy democrático rey Arturo?  Ahí todos los caballeros que se sentaban valían lo mismo pero Arturo era el que disponía las cosas y nombraba a los caballeros...Y si alguien dudaba de sus orígenes divinos, ahí estaba su espada escalibur que nada más él podía manejar...

 De vez en cuando bajamos, algunos del grupo,  por víveres a la población de Chañaral o a la de Caldera. Todavía no conozco la de Copiapó que, como las otras, son de las más próximas a este panorama andino increíble de la Puna. Te estoy hablando de una cantidad de montañas tal que no se escalarían por un mismo individuo ni en tres vidas. Treinta cumbres al menos van de los seis mil metros hacia arriba. Una de ellas, la  “Ojos del Salado”, la más alta, tiene casi la misma altitud que el Aconcagua. Por menos de cien metros de diferencia expediciones de todo el planeta siguen yendo hacia el “Techo de América”. Créeme que, conociendo el panorama de la Puna de Atacama, lo del Aconcagua resulta una perspectiva estereotipada y aburrida. Es como tener miedo a meterse en otras regiones en las que de hecho hay un sin fin de posibilidades enriquecedoras. Técnicas y anímicas. La única explicación que encuentro es que se trata de montañistas a los que les interesa el record de altura pero no propiamente de escaladores que buscan la dificultad vertical en roca, nieve y hielo. Y tienen razón, a los mecenas nadie los impresiona ni les sacan un solo centavo con decirles que superaste una dificultad extrema  de tantos y tantos grados. Ellos sólo saben que tal montaña se encuentra mil metros más arriba que la otra, o doscientos o hasta con que tenga diez metros ya resulta preferible. Y poco importa si la tal diferencia de altura se puede salvar en jeep o a lomo de mulas. O hasta en helicóptero, o planeador.

 Aprovecho cuando descendemos al mercado de cualquiera de estas ciudades, por víveres, para buscar alguna cinta de canciones o disco compacto. Tuve la fortuna de encontrar un disco de mi cantante favorita Amanda Miguel. La letra de las canciones que interpreta y sus “gritos” la hacen especial frente a las otras cantantes, para mi gusto.

 Desde 1964 los escaladores del grupo de alta montaña del Club Andino de Chile, de Santiago, han dirigido sus mejores esfuerzos al reconocimiento de nuevas zonas de este basto lugar. En fin que hay aquí un potencial alpino extraordinario. Te pregunto, Guillermo,  me digas si nuestra juventud sigue encerrada en la escalada de salón donde ni siquiera el Sol les da. ¡Con un mundo inmenso y virginal esperando que alguien lo escale!  Y lo que se ha ascendido hasta ahora, en esta región, es casi nada. Todo está aquí para descubrirse y emprender su escalada o su ascensión de  ladera, que por cierto, también suelen presentar dificultades considerables, aun  para cramponeadores de mucha experiencia. Creo que volveré a Cuevas hasta dentro de otros dos meses.

 Entre tanto, he explorado con los que componen  el grupo expedicionario, si tienen el hábito de  la lectura, y me he encontrado con la grata sorpresa que hay por lo menos cinco que son lectores de treinta libros por año como promedio. No me costó trabajo descubrirlos pues tan pronto podían sacaban su libro y se ponían a leer. De tal manera que para estos momentos ya formamos un círculo de lectores y, siempre que las actividades de la montaña lo permiten, nos reunimos a leer después de la cena. Si alguno de los del “circulo” se encuentra afuera, en alguna montaña, y no regresa ese día o los que sean, los demás se reúnen igualmente. En una ocasión sólo había dos lectores y decidieron mantener la disciplina. Se pusieron a leer en voz alta como si estuviéramos los demás. Quiero decir los demás “lectores”, porque siempre asisten casi todos los de la expedición a escuchar, aunque ellos no participen. Estas sesiones de lectura  nos sirve para relajar  la tensión que pueda surgir, como sucede en toda expedición, y que no pocas de ellas han acabado en fracaso no tanto por las dificultades alpinas que presenta la montaña si no debido al eterno conflicto humano.

 Además está tan bien planeada esta expedición que hasta ha traído equipo para ver películas. Disponemos de revistas y los que bajamos a las poblaciones traemos diarios. Lo que no trajeron estos norteamericanos fue la televisión. ¡Hay de todo en ese país! No estaban contra los progresos tecnológicos pero decían que ésta lleva con todo éxito  a la primatización de las personas y no sólo eso sino que las regresa hasta el periodo paleontológico de la hominización. Sobre todo se referían a esos programas seudo científicos del tema histórico.

Reconocían que la televisión tiene sus valores humanísticos  pero que no valía la pena hundirse en el fango hasta el cuello por la sola posibilidad de encontrar unas cuantas pepitas de oro...

  Y, ojo con lo que te digo enseguida: la presencia del elemento femenino  en la expedición sigue manteniendo en buenos niveles la neurosis del elemento masculino. Una expedición formada con puros hombres estará destrozándose por cualquier cosa al mes de su permanencia en la montaña. Si hay montañistas mujeres, aunque no haya propiamente relaciones sexuales entre los componentes solteros, con la sola cercanía de la feminidad ya puedes jurar que pasarán  ahí meses y más meses observando un buen nivel en las relaciones humanas.

 Así pues, tengo por lo menos un relato ofrecido por cada uno de los lectores. Es decir, que te estaré enviando cinco resúmenes, de igual cantidad de libros, tan pronto como mis  actividades profesionales en la montaña me lo permitan.

  John, uno de los jóvenes escaladores del grupo expedicionario, leyó algo de Kierkegaard y lo resumió de esta manera: Juan, el alter ego de Kierkegaard en este libro, es un maestro en practicar  lo que ahora se llamaría “posesión virtual” y hace veinticinco siglos era “amor platónico”. Un mundo lleno de intelectualidad en derredor del amor que rehúye lo concreto. Es Don Quijote que rechaza que, Aldonza del Toboso, sea de carne y hueso. Una mujer real, un conjunto de reacciones químicas, corrientes eléctricas y compulsiones mecánicas. Alguien que tiene necesidades que satisfacer durante toda su vida. Y, para colmo, su juventud y su plenitud pronto van quedando lejos en el tiempo. ¡Pero también es una fuente de manifestaciones estéticas!, se le dirá. El argumento no lo convence. Se hace el sordo.

 Mejor quedarse con la idea romántica de una mujer que no envejece. ¿Cómo? Sustituyéndola continuamente. Esto, además, no obliga  abrir la cartera o la tarjeta del cajero automático. Sobre todo mantiene lejos la guerra de la propia trinchera. Cantarle a la mujer ideal es buen recurso para no destapar las limitaciones propias. Don Juan siempre está renovando el sujeto femenino de sus empresas. Hará lo posible por no alcanzarlo jamás. Si alguna vez lo hiciera podría sucederle como al “Bello Antonio”, film protagonizado por Marcelo Mastroiani. Medio año después de la boda su mujer seguía virgen...

 Mejor seguir amándola en idea, eternamente bella, etérea e inalcanzable. Desde luego que hay que apresurarse a darle a esto  categoría erótica. Se oye bien. La mujer del nuevo proyecto de conquista tiene que ser siempre joven. Aunque, corridos los tiempos, él sea cada vez más viejo. Para amortiguar se pintará el pelo y los bigotes. No podrá hacerlo con los bellos de los brazos ni con el pelo de abajo. Da lo mismo. De todas maneras esa vagina joven y sus pelotas viejas nunca se encontrarán. Porque cuando llega el momento de encontrarse, hay que apresurarse a dejarla de lado. Y emprender otra nueva conquista. Es decir, vencer otra nueva resistencia. No poseerla en posición horizontal si no, no volver a verla en el momento mismo que ella dice “sí”.

 Visto así el asunto, una relación permanente es del todo imposible. Esta pasión obsesiva y virtual le llevó a Juan casi seis meses. El 25 de septiembre, que es la fecha en que hace la última anotación en su Diario de un Seductor, por fin escribe: “ahora todo ha pasado; no quiero volverla a ver más, nunca más”.

 Aquí el sujeto femenino se llama Cordelia. Pero esto poco importa. Mañana se llamará María o Enriqueta o Gloria o Beatriz. O quizá sea un nombre masculino. Juan dice en una de sus anotaciones: “Si (yo) fuera Dios, la transformaría (a Cordelia) en hombre...” En realidad le tiene miedo a la mujer en general. Esta se le revela terrible como la naturaleza misma. Es cuando prefiere cambiarla por la figura de un hombre.

 El Don Juan de Zorrilla apostaba por la posesión física de las mujeres.  El Don Juan (los “Juanes” en ambas obras no son mera coincidencia) de Kierkegaard no quiere sus cuerpos, le interesa conquistar sus pensamientos. Un Juan es la antítesis del otro Juan.

 Este libro extraordinario de Kierkegaard, que retrata la psicología del Don Juan, no solo es una composición lírica suya. Tú sabes que contiene su dosis de autobiografía. El autor tuvo una novia que se llamaba Regina Olsen. Avanzadas las relaciones con esta mujer pensó diferente y se hizo a un lado. Como más tarde va a hacer su personaje Juan con Cordelia. 

 

                                                 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                 10

                                                                  I

Cork le comentaba también que si pudiera llevar varios animales de mascota, escogería un gato, un perro y un “Correcaminos”. Un perro en el desierto sería de mucha utilidad para ponerlo sobre aviso y por las noches ahuyentaría a ciertos animales, sobre todo con respecto a algún humano depredador. Pero un gato lo protegería muy eficazmente contra esos animales peligrosos, que son más peligrosos por su tamaño pequeño como son los escorpiones y las arañas, falsos escorpiones...Muy especialmente contra la presencia o avance silente de las serpientes y los monstruos de Gila. También necesitaría llevar un “Correcaminos”, animales especializados en matar víboras. Y si apareciera algún animal de la especie de los coyotes o zorrillos el gato también se les enfrentaría con eficacia a la vez que lo pondría sobre aviso. Sin embargo, a pesar que los gatos  son animales domesticados por el hombre también es conocida su proverbial individualidad. Un día simplemente se largan y ya.

 Le extrañaba que Nietzsche no hubiera utilizado al gato en su obra como prototipo del individuo con la individualidad de socializado y a la vez distante del medio humano en el que vive. Viviendo del medio y en el medio pero sin cooperar con él. Lo trajeron a México los españoles en el siglo dieciséis para que cuidara los cereales de las bodegas de sus naves. Ellos los recibieron de los árabes que siempre  quisieron mucho a los gatos. Mahoma los amaba y de los egipcios es muy conocida su deferencia por estos animales. El inconveniente es que tendría que compartir su agua con el gato, con el perro y con el Correcaminos. Y esto en el desierto resulta un argumento decisivo. Ya de por sí tiene que compartir su agua con Cronin, Chesterton, Dostoievski, Faulkner, Graham Greene...

 Insistía que al  partir de alguna aldea se enfrenta a este conflicto. En ocasiones le resulta imposible decidir y el resultado  es que lleva menos agua... ¿Cómo prescindir del trabajo sobre Platón, de Antonio Gómez Robledo o el de Jorge J.E. Gracia sobre la Individuación en la Edad Media. Pero el primero pesa mil gramos y el segundo mil doscientos cincuenta. Lo que hacen dos litros  menos en su mochila del agua... Le dice que si pudiera se arrancaría un testículo y así ya podría llevar otro libro más. Aquí es donde Toci brincaba alarmada y gritaba en la noche del glaciar: “Hijo de… ¿te crees que puedes disponer de cosas que me pertenecen…?”

Se acordaba de las horas que pasaban leyendo, alternándose, en las páginas del mismo libro. John Steinbeck, Faulkner, Jardiel Poncela (era de la opinión que le hubiera cambiado el final a la novela “Espérame en Liberia Vida Mía”).

   Hace dos semanas, me contaba Toci, nuestro campamento de altura, en la Cordillera Central del sector argentino, se encuentra a sólo cien metro del lugar donde yacen tres cadáveres de alpinistas  japoneses. Tal vez a eso se deba que pienso en ese ser del individuo, y ya no ser cuando muere, pero que no se acaba del todo dada la actitud hacia ellos de los que quedan con vida. Eso pasa a ser parte de un cierto animismo del que se llenan las desoladas laderas de las montañas de todo el planeta. El ideal ético de los individuos se pone a flor de piel y se voltea para todos lados. Heidegger tenía razón. Los ritos cosmogónicos  se hacen presentes. Los astros que vemos desde el campamento tienen un contenido fuerte en cada cultura.

Hay cadáveres que obstruyen el sendero. Rodear dos metros, a esta altura implica un esfuerzo muy grande y preferimos pasar sobre ellos. De todas maneras esta acción impacta nuestro estado de ánimo. Es un espectáculo descarnado. Algunos ya no tienen ojos. Se los han comido las aves que habitan las altas montañas. Y, ¿ahí acaba todo? Es la pregunta obligada e inevitable. La tremenda baja temperatura los conservará mucho tiempo pero a la postre acabarán siendo polvo de esta cordillera. Hay rebeldía pues el camino de la vida ha sido muy largo y afanosamente elaborado. Desde nuestra tienda veíamos también el cadáver de Janet, una montañista norteamericana. Tenía en ese lugar varios años. Los jirones de su anorak azul se movían con las ráfagas del viento. ¿Y eso fue todo? Ni siquiera cabe una aceptación. Ahora el asunto está en si se prefiere la trasmigración de las almas de un cuerpo a otro que acaba de nacer. Tal como decían los griegos pero que uno de ellos, Herodoto, dijo que no era verdad sino que los primeros habían sido los egipcios. O bien es un alma para un cuerpo, como asegura el Plotino. ¿Cómo probar científicamente que alguien cree profundamente o cómo probar que alguien no cree? El mismo Kant se daba de golpes contra la pared ante esta cuestión.

Sé bien que en las montañas nevadas un cadáver dura años, contestaba Cork por e hipervínculo de la computadora, a diferencia de lo que sucede en el desierto. Toda la fauna puede desaparecer un cuerpo humano en sólo veinticuatro horas.

Cinco horas más tarde, hacia las  tres de la mañana, la bóveda celeste se ha movido y nuestro campamento sigue en su sitio. Todavía ahora cuesta trabajo aceptar que no somos el centro del universo. No estamos más en el geocentrismo. ¿O sí lo somos? Ahora nos sentimos mejor en el antropocentrismo. Mejor aún, en el yoismo…

 Cork siempre le contestaba: “No te preocupes, la naturaleza pondrá a cada uno, y a cada cosa, en su sitio…”

Toci sabía que al avanzar a través del desierto, Cork va comprobando que, en efecto, como lo ha clasificado el taxidermista, cada una de las partes de su cuerpo tiene una función. Aun la más pequeña como serían las pestañas de los ojos hacia la luz o el órgano tan fino, delicado e ignorado llamado piel o el tendón tal o el huesecillo equis. Pero, se preguntaba cada vez, en dónde se localiza lo que mueve todo eso, incluido el corazón. Lo que decide ir al desierto o a la nieve o al bar o al templo. Pronto dejó de lado la pregunta al caer en la cuenta que se trataba de indagaciones ya muy viejas. Pero que, al menos para ella, y probablemente para él también, seguían sin  encontrar la respuesta.

La función mecánica lo llama  actuar. Si tiene sed, si su sistema digestivo se manifiesta de una u otra manera. O si quiere tirarse a aquella mujer o ella a aquel hombre. ¿Pero las otras, las estéticas? ¿Por qué la gente tendría que subir montañas o escribir un libro, pintar o escuchar música? ¿Por qué los átomos no generan  sentimientos morales? ¿Por qué hacer hoyos  en el  pasto y afanarse en meter una pelota? La teología, la filosofía y la antropología definen al hombre por su obra. ¡O por sus obras los conocerás! Pues bien, aquí estamos. ¿Qué adjetivo puede haber en el hecho de cruzar el desierto? ¡Es lo más inútil para la sociedad que se la haya ocurrido a alguien! Después de la pelotita en el pasto. Pero, si nadie lo ha cruzado, ¿por qué no hacerlo? Y en el supuesto que mil veces haya sido cruzado a pie, es tan bello que, ¿por qué no volver a caminarlo? Cork se acordó de la hermosura de Toci y su atractivo trasero. ¿Podría pensar en poseerla una sola ocasión en la vida pudiendo hacerlo más veces? Su par de pequeñas pelotas eran como un enorme tinaco que duraba al menos para unas siete mil copulaciones en su vida con ella. De la misma manera cabía plantearse las posibilidades en el terreno estético. Después de haber escuchado  la Novena de Beethoven ¿no habría necesidad  de otras veces? Toci había leído diez veces El Gran Gatsby, de Fitzgerald y cuatro el Quijote verdadero y dos el apócrifo y varias ocasiones el libro de Job, de la Biblia judía.  ¿Luego de haber  alcanzado la cumbre de la montaña por qué volver a subir montañas otros setenta años más? Una vez que se ha platicado con Dios ¿por qué no volver a hacerlo? ¿O por qué seguir negando su existencia si en realidad no se cree en El? ¿Cada una de estas cuestiones es tan particular que requieren cada una de ellas un casillero aparte? ¿O es un todo en transición con su eterno retorno? La religión contra el mito, la medicina contra el otro mito, Clásico contra barroco., episteme contra ontológico o  razón contra fe. Pleito que más parece querer borrar sus inicios y los combate a muerte como si se tratara de opuestos en conflicto. Cuando los aztecas llegaron a su esplendor reinventaron sus pobres orígenes. Los pastores que salieron de Babilonia siguiendo a Abrahán no debieron tener diferente principio. Cada día los nuevos ricos siguen en lo mismo y hay que comprar pinturas y llenar estantes de libros. Los anglosajones después no fueron más los pobres erradicados fanáticos religiosos de Europa, que salieron en unas endebles embarcaciones y apenas si pudieron arribar a las costas del noreste del continente americano. Después fueron, según diría su presidente Pool, los enviados de la Providencia. Igual habían hecho los aztecas con su guía Tenoch a la cabeza. El mito, la religión, los artículos de fe, los credos dogmáticos, la historia, los temas teológicos y los ideales éticos. Se encuentran en todo el entramado de paralelos y meridianos que abarcan el planeta. Lo  que cambia son los símbolos y, la manera del rito. El círculo platónico intentó meter todo dentro de un mismo espacio. Pero todavía vivía el filósofo cuando se dio cuenta que a los hombres les gusta parcializar, no universalizar. Boecio, el de la Edad Media, decía  también que se trata de la serpiente que se muerde la cola. Imagina un mundo donde los vegetales, los animales y los minerales, estuvieran aferrados a existir cada uno sin tener nada que ver con los demás. Cada uno de esos “reinos” tiene su particularidad en efecto. Pero su comportamiento espacial tiene que buscar la diversidad. En el cielo, escribe Dante, se dice nuestro, no mío. En el mito hay sociabilidad y en lo otro pura incomunicabilidad.

Es un tema del que  siempre se está partiendo de cero. Como el agua del río que pasa al parecer para siempre bajo el puente pero que un día regresará del mar en forma de nube. O como la antigua roca sedimentaría que otra vez volverá a ser joven elevándose de nuevo hacia el cielo en forma de piroclásticos. Cork le contó que en ese momento se tocó la boca. Estaba tan deshidratado que ya no tenía labios. En su lugar había una costra sanguinolenta. Hizo alto y bebió un litro sin siquiera respirar. Que de pronto todas aquellas interrogantes locas desaparecieron y el desierto volvió a mostrar su serena belleza. Podía jurar que era infinita. Pero sabía que hasta el desierto tiene sus límites.  

Si bien, la tala clandestina que todos conocen pero que nadie detiene, aumenta esos límites…

Para armonizar su ego le hacía la recomendación que no se creyera la primera mexicana en el alpinismo del país ni la primera escaladora. Le recordaba  la trágica expedición al Monte Victoria del Canadá. Habían muerto en mil novecientos cincuenta y cuatro María Luisa Fabila, Beatriz Díaz y Lucía Ocaranza. María García, que fue una de las sobrevivientes, a su regreso participó en las más difíciles escaladas de roca, hielo y roca en el país. Una muchacha  que era capaz de subir durante días por una pared de roca, nieve y hielo. Practicaba el alpinismo no como deporte sino com un plan de vida. El año pasado, a los ochenta años de edad, agarró su mochil y se fue a subir el Monte Blanco de Chamonix.

Tocí no podía dormir y recordó  un relato de Cork en el que Sancho le dice a don Quijote de un pastor llamado Lope Ruiz, de Extremadura. Por huir de una mujer llamada Torralba se vio precisado a cruzar el río Guadiana. Sólo pudo hallar una canoa que, conducida por su dueño, podía pasar una cabra cada vez hasta la otra orilla. Eran trescientas cabras. Sancho pidió a don Quijote que se imaginara cada vuelta hasta llegar a pasar las trescientas cabras. No se trataba de hacer cuentas sino de imaginar viaje tras viaje contando los detalles de apartar a los  animales, subirlos a la canoa, bogar, desembarcar. Al otro viaje habría que variar algunos detalles.... Dijo que era algo así como el devenir de la humanidad. No servía como cuento pero sí para que los insomnes  pudieran conciliar el sueño...

Pero las escaladas habían dejado a Toci  un sano cansancio y dormía bien. Pero Cork insistía:

¿Estás cansada de tanta montaña y quieres ir a un balneario? Junto a ti eso es pasar unas vacaciones en el Paraíso. Más, apenas llevas unos meses  arriba de los cinco mil. Temo que te estés ablandando. Toci, mi abuela (se llamaba como tú) decía que una mujer tiene que ser más fuerte y más culta que el hombre. Cuando me reía de ella agarraba una vara de membrillo y me ordenaba que me acercara. Hasta este día no lo hice...Un personaje de John Steinbeck decía que la esposa de alguien que gane veinticinco dólares por semana es muy fuerte. Pero si a ese mismo hombre le suben el sueldo a setenta y cinco dólares entonces es cuando ella empieza a pillar resfriados y a tomar vitaminas. Si después él gana cien esa misma señora se dedica a leer la revista TIME y tiene la última enfermedad descubierta antes de que termine de leer la última  página… No tengo la impresión que Steinbeck deba de figurar en la lista de autores misóginos.  Creo que sus observaciones sirven para el hombre y la mujer. Es invento maravilloso construir una ciudad en donde vivir teniendo todo organizado, incluida la seguridad contra depredadores salvajes y frente a la naturaleza. Sólo que su encantador confort puede llevarnos, a cierto grado de alejamiento del panorama natural, que puede ser un suicidio para el grupo y la especie humana en el mediano plazo. Ni siquiera hay que esperar mucho. De hecho ya podemos ver que…

- ¿Debo entender eso como un no, respecto al balneario? Lo que tú quieres es una cavernícola…-y Toci cerró la computadora. Un segundo después de haberlo hecho se dio cuenta que había caído en la trampa. Un final de esa comunicación sin concretar nada era lo que él buscaba: “Bromeas, cuando ¡calvo! la pingüe barriga te sobresale en colgante pie y medio”. No quiero que me escribas cuando ya viejo, calvo, como dice la sátira de Persio Flaco, y con una barriga que ya ni los zapatos pueda verme estando de pie. ¡Me gustan tanto las tortillas y la cerveza y el pan, en ese orden, cual impertérrito hedonista, que seguro así de barrigón estaré pasando el tiempo! Pero ahora, que la misma  ley de la gravedad no me impone sus severas reglas, cuando subo por una pared de roca, nieve y hielo, y puedo observar sobre el abismo no las puntas de mis botas si no sus propios tacones, ahora digo, es cuando quiero que me escribas.

Deliberadamente no traigo teléfono. Ahora los hay de alcance planetario, pesan diez gramos y tan económicos que aun en los mercados de las pulgas de las  colonias precaristas de la mega ciudad abundan. Tienen pantalla de televisión y micrófono. Nuestras mismas computadoras tienen micrófono y hasta imagen para poder vernos. Pero quiero que me escribas. Puedes decirme todo lo que quieras y en la extensión que se te pegue la gana. Pero mediante la palabra escrita. No necesito decirte la disciplina intelectual que se requiere para ello. Si sientes que la soledad te muerde y quieres platicar y más platicar,  comunícate con alguna de tus comadres de México pero a mí no me hagas perder el tiempo de esa manera. Saber estar solo es una práctica que se ha ido perdiendo.  Estoy solo en medio del desierto pero no necesito tales subterfugios para sentirme acompañado. El Día y la Noche me acompañan. También el Viento, el Sol y  la Tierra. Y aunque te parezca extraño, compenetrado como estoy con las ciencias de la tierra, no he dejado de personalizar estos fenómenos naturales. Como en el animismo de nuestros ancestros. Es bello sentarse a platicar con los amigos, fumar un cigarro y beber una taza de café.  Pero, pasada la raya, es la práctica más miserable del antropocentrismo. Me hace falta, para estar completo, el Agua, pero no pierdo de vista que precisamente me encuentro en un desierto. 

¿Qué piense en ti? Es lo que hago. ¿Sabías que el sexo en Sade alcanzó el rango de los otros instintos, cuando  se han brincado los límites de lo necesario para la vida? Se empieza a caminar en el terreno de la necrofilia. Si para satisfacer el hambre, y el buen gusto de la mesa, se necesitaran para alguien tres nutritivos y deliciosos platillos, ¿imagina a alguien que insiste en comer quince platillos? Se le saldrá la comida hasta por las orejas pero antes le dará una congestión en los niveles de la fatalidad. Una referencia más cercana son las personas que fuman otro cigarro prendiéndolo antes que el anterior se extinga…¿Es esto lo que los seguidores de Sade llaman libertad, cuando precisamente se trata de la más despiadada cadena?  Una de esas, Julia, su personaje, dice que lo hizo cien veces en un día. Ni siquiera Mesalina pudo imaginar  semejante fantasía.  Creo que en el caso de Sade se trata de una poderosa y febril imaginación y por si fuera poco tenía una bella prosa. En realidad el equipo sexual del humano apenas da para una media docena de variaciones. Nada que no haya sido hecho antes (este “sido” se me pegó desde que leí a Heidegger la primera vez). Los romanos, por ejemplo, no dejaron lugar para la imaginación. Pero no te asustes. Es una broma. Sabes que los étnicos siempre le han llamado pan al pan. Correcto, correcto: tortilla a la tortilla. El pan  llegó a este continente apenas  en el siglo dieciséis.

Son interesantes las fantasías eróticas que tienen algunas gentes. Hay que saber distinguir entre placer y trabajo. Por ejemplo, la labor que desempeñas de conducir expediciones por los Andes no es trabajo, sino placer. Eso dice Tom Sawyer. Trabajo es lo que tienes que hacer y placer lo que quieres hacer. Ahora que si te gusta lo que tienes que hacer, debes considerarte una afortunada. Y yo sé que lo eres conduciendo alpinistas a través de las montañas. Puedes estar desempeñando la misma actividad pero es el verbo que le apliques lo que va a establecer la diferencia. En tu caso, si bien cobras por escalar, la verdad es que eso es lo que te gusta. Julia, el personaje desatrampado de Sade, lo hacía con la finalidad de hacer dinero, aunque en el trayecto se dejaba arrastrar por las sensaciones.

  Schopenhauer, que disponía de una buena herencia, renegaba de los que cobraban por escribir...

Sonaba a regaño pero Toci estaba feliz por haber conseguido al fin restablecer la comunicación. Cuando recogía nieve del glaciar, en su olla de aluminio, para fundir y preparar el café, se acordó de la ocasión que los dos había escalado el Centinela. Una pared de roca en la cañada de Milpulco, suroeste de la Iztaccíhuatl, que se destaca  sobre el valle de Amecameca. Pasaron ocho  días a media altura, en el lugar conocido como Las Terrazas. Acondicionaron el lugar y levantaron la tienda dormitorio y la tienda comedor. Las nubes heladas  subían desde la cañada o bajaban del volcán y los aislaban del planeta. Casi se puede decir que extendiendo los brazos no se podían ver las propias manos. Luego el viento, también frío,  soplaba   desde el este y se llevaba muy lejos los vapores celestes. Entonces podían ver las estrellas blancas heladas tintineando en el firmamento. O en el fondo del valle lleno de sombras bajo sus pies y al final la cruz azul del campanario del templo de Amecameca. Hacía un tiempo de perros y la temperatura helaba hasta las narices. Las manos se ponían moradas apenas se sacaban de los guantes. Pero sus bolsas de dormir eran tan amplias y confortables (habían sido confeccionadas para los seis mil y ello se encontraban en los cuatro mil) que era necesario meterse en ellas en ropa interior y ni siquiera necesitaban suéter o pijama. Las tiendas podían soportar tormentas de nieve y su doble techo las hacía cálidas. Se trataba de una oquedad arriba de los cien metros que estaba protegida de manera natural contra los vientos. Pero aun así aseguraron las tiendas hundiendo clavijas en la roca.

Al cuarto día se les agotaron las reservas del agua. Decidieron que a la mañana  siguiente escalarían el lugar en donde la ascensión presentaba una posible salida, no demasiado elevada. Luego  bajarían al fondo de la cañada y llenarían sus envases para volver  por ese mismo camino a descolgarse hasta la tienda. Pero no fue necesario. La quinta noche llovió en abundancia. A la mañana siguiente los recipientes se encontraban otra vez rebosantes. Al final salieron escalando el desplome de El Escroto, como era el plan original y regresaron caminando veinte kilómetros a Amecameca, con un desnivel de casi dos mil metros, en una sola jornada. Al anochecer traspusieron la puerta de “La navaja de Ockham”. El lema del lugar era: si piensa emborracharse pronto tome tequila no cerveza.

¡No podría, ni querría por nada del mundo,  olvidar esas maravillosas vacaciones en medio del abismo! Con algo de paciencia, y una poca de astucia, estaba segura que un día lo tendría otra vez  a la mano. ¡Y entonces no se le escaparía!

Por lo pronto le siguió la corriente. Además era una corriente formada por un agua que a ella le gustaba: la cultura. Pero sin perder de vista el punto de vista indio. Decía:

- El punto de vista que tiene la etnia, respecto de la vida, da la impresión que es una cuestión acabada, sobreseída, el ¡hágase! de los monarcas europeos o como los moldes de las diosas toltecas  que arrojaba representaciones con sus mismas dimensiones y sus mismos colores. ¡No había juego libre para la creación, interpretación y el arte!

Y agregaba:

- La cultura occidental da un largo rodeo por la antropología, por la filosofía y por la teología y llega a las mismas conclusiones. Cada pensador tiene un particular punto de vista respecto de la naturaleza humana. Al final las observaciones empíricas solitarias se van acomodando para que entren en un mismo molde. ¡Lo mismo pero entre tanto ya cada quien ejercitó su libre albedrío!

Miró el inmenso panorama de montañas blancas y heladas de ese sector central de los Andes.  Todo le recordaba a aquel muchacho. Cualquiera puede saber que ésta es una montaña pero declarar  que es un volcán…ya significa toda una interpretación teórica sobre los hechos empíricos. Cork gustaba explicarle esta clase de cosas pero cuando iba agarrando vuelo se detenía de pronto. Temía aburrirla con aquello que a él le apasionaba. Era cuando Toci aguzaba su vista y preguntaba cualquier cosa a la vista… productos piroclásticos.

- Esta montaña arroja roca hirviendo y aquella de allá sólo es un gran domo que parece ser ya muy viejo. Acabamos  de unir a Hutton, Aristóteles, Darwin y Spengler.

- ¿Por qué?

Y el otro pasaba a esbozar cuestiones de la evolución lenta y la catastrófica. El uniformitarismo de la Tierra sobre una base sólida. Largos periodos hasta completar su enorme ciclo…En esas estábamos cuando llegó un condenado meteorito que lo trastocó todo…

El poderosos viento helado de los cinco mil parecía llevarle la voz de Cork: “¿No te ablandes y para las orejas, escucha. Si quieres escuchar no oigas a nadie. Estar sola entre montañas te ayudará  a eso!” . Sabía de qué se trataba esa endiablada manera de decir las cosas. Platicar con alguien era  hacerlo mediante fórmulas convencionales. Pero él le decía, sabes que en la naturaleza  hay otras maneras de comunicarse. Sin hablar siquiera. Hay flores que se abren al sol  cuando se acerca el amanecer. Los pájaros se agrupan en escandaloso frenesí buscando sus nidos en las copas de los árboles donde pasarán la noche mucho antes que se ponga el sol. Las hormigas, las abajas…Son múltiples maneras de comunicación sin siquiera pronunciar una palabra. El psicólogo mismo tiene otra manera de  comunicación al observar el rostro enmudecido del individuo atormentado que tiene ante sí y no puede hablar. En el tsunami de diciembre del año 2004, que destrozó las poblaciones costeras del Golfo de Bengala, en el sureste asiático, se perdieron miles de vidas humanas  pero no de animales. Estos se habían retirado hacia el interior con toda antelación.   Los humanos en cambio ya no estaban en esa comunicación con la naturaleza y muy tarde vieron la muralla de agua que se les venía encima...Cuando el coronel Mansilla se internó en la región de los ranqueles envió por delante a dos de sus hombres, Angelito y el cabo Guzmán. Tiempo después encontraron  las pisadas de sus caballos  entre el lodo, dos de sus rastreadores, y pudieron hacer toda una descripción. “Han pasado no hace mucho rato y van con los caballos  aplastados y solo con el montado. Angelito va en el picazo. Y el cabo Guzmán en el moro clinudo…”

-Tal vez eso fue lo que quiso decir Rousseau al exclamar que el hombre que medita es un “animal depravado”. Pierden impulso las múltiples maneras de comunicarse con su planeta ya sea en  el hablar o el meditar. No se profundizó en su idea y se le crucificó. Estaba cerca de la Revolución Francesa pero de haber vivido en esos días en Paris… donde   se entronizaba  a la razón, lo suyo hubiera sido tomado como una aberración. También hubiera perdido la cabeza. Una más, una menos, nada importaba. Muchos años después Norman Mailer parecía persistir en la idea. Pensaba que tenemos tan destruidos los sentidos que quizá estemos a años luz de ese hombre primitivo que se comunicaba con la naturaleza.

- De seguro que a Rousseau no le hubiera ido nada bien…Hay belleza en nuestra sed simbólica de expresar el lenguaje, el mito, la religión, el arte y el mundo moderno de la tecnología. ¡La intuición! Pero mejor si cuidamos esa comunicación natural. ¡No soltar amarras con el animismo! ¡Qué curiosa idea se le ocurrió a Kipling!, exclamamos cuando vemos en El Libro de la Selva a Mougli comunicarse con las aves, los animales y las flores…

Los sonados triunfos de taquilla del cine norteamericano  se deben a esta clase libre o audacia. No le tiene miedo incursionar en lo mágico. Precisamente Juan  Rulfo se toma ahora entre nosotros como una excepción…

Al terminar de escribir salió por nieve del glaciar  para fundir y prepararse otra taza de café. El  termómetro marcaba treinta y dos grados. Llenar un vaso de nieve requirió un esfuerzo considerable. La pequeña pala con la que removió los granos de hielo después se le quedó pegada a los guantes de pluma.

 Después subió  el cierre de la puerta de la tienda y se arrellanó en su deliciosa bolsa de plumas. Se quedó dormida. Afuera la nieve caía  y azotaba con fuerza todo ese flanco  de la montaña. Se veían los  rayos y las  centellas iluminar un sector de la noche negra y helada. De vez en cuando un terrible estruendo se escuchaba a la distancia de algún enorme bloque de roca que acababa desintegrándose, debido a la denudación, y rodaba cuesta abajo convertido en fragmentos de todos tamaños. Pero a Toci nada le importaba. Su tienda estaba bien situada y en su rostro se veía una sonrisa. Seguramente volvía a soñar con otra clase de juego picaresco con Cork.  

Toci anhelaba envolver para siempre a Cork, en su falda de lana negra de cinco vueltas a su cintura, y no separarse hasta que fueran tres. Pero nunca perdía  de vista dejar bien claro el tipo de unión que quería. Las condiciones eran de mutuo acuerdo. Tanto para la unión como, llegado el caso, para la desunión. El tipo de abandono abrupto por parte de la mujer étnica, llevándose sus enseres, el inmueble y los hijos, y regresar a vivir al hogar materno, en realidad era excepcional, no la regla.

El punto central de la relación que ella quería era engendrar una criatura a la que ambos buscarían dar preparación académica y cultura humanista. La respuesta de él no dejaba duda: “No me uniría contigo sino fuera bajo esos principios”. Y añadía el muy cínico: “Para satisfacer las pulsiones hay muchas ofertas en el mundo y sin compromiso”.

Por miles de años sus respectivas etnias habían vivido así. Parecía innecesaria esa reiteración, del matrimonio natural, para crear y educar a los hijos. Pero ahora era necesario puntualizarlo porque en la ciudad se habían producido condiciones, en el matrimonio civil, que ponía en el centro del matrimonio a  los contrayentes con su libertad, unilateral, para deshacer el vínculo y dejaba de lado a la persona emanada de esa unión. Ahora ya ni siquiera se le decía persona  al nuevo ser sino “producto”. Las ciudades empezaban a poblarse de madre solteras que, incapaces de solventar alimentación, vestido y educación al hijo, abandonaba sus estudios universitarios para ponerse a trabajar. El “síndrome de Medea” campeaba en la ciudad. Herir al ex por medio de negar a los hijos…

  Toci estaba muy lejos de sentir el pesimismo de la gente agotada…

“Duerme tranquila”, le decía reiteradamente Cork, cuando a ella le parecía  que había caído en las garras del insomnio. Pero si no duermes de todas maneras quédate tranquila. La gente no duerme  por la preocupación que no duerme. Hasta empieza a tomar cosas para dormir. Entonces cuando llega la noche se vuelve esclava de esas cosas que ingiere para dormir. Y empieza un círculo perverso. Como dice W. Stekel que muchos pacientes hacen la trasferencia, de sus problemas, hacia el psiquiatra y en lo sucesivo ya no pueden vivir sin su psiquiatra. Si la mañana te sorprende en vigilia no hagas caso, la noche siguiente dormirás como si estuvieras anestesiada. No eres sedentaria ni abusas de las  carnes rojas en las comidas o de pollo, por eso de las hormonas procedentes de las granjas, ¿de qué te preocupas? Apenas tenemos cinco mil años o algo así que dejamos la vida en los bosques y nos recluimos en las ciudades con todos los horarios imaginables. A las ocho de la mañana debo de defecar porque en media hora estaré comenzando la conferencia sobre los hidrocarburos. A las diez de la noche tengo que enviar el fax con el informe de actividades del último semestre. ¿Dime, cuando van a hablar  de manera natural nuestros sistemas fisiológicos, incluidos los cognitivos sin dejar de mencionar los espirituales? Diez metros de intestinos y su muy especial fisiología no saben de la conferencia dentro de treinta minutos. Déjate de insomnios inventados por  las mujeres que van a almorzar a  Tiffanniy’s. Además tú conoces recursos naturales  empelados en tu tribu de tiempo milenario. Que nadie te programe  tu “comportamiento emocional”. En todo caso acuérdate de hacer viajes a la otra orilla del río, a donde tienes que llevar 500  ovejas en una lancha en la que solamente cabe una oveja. Debes  que cruzar mil veces el río…                                                                              

  En la noche oscura, viviendo sola entre montañas, me he dado cuenta, me escribía, que el mito y todos sus fantasmas no existen en la naturaleza. Es en la imaginación del humano que aparecen y desaparecen. Pero que también es en la religión donde se dan las representaciones colectivas. Representaciones que el individuo no puede entender con su lógica que es movida por lo general por motivaciones yoicas.  Seguía discurriendo  que nuestro mundo activo procede de un mundo perfectamente congelado por la leyenda. La historia es como fue. Y ya no se puede hacer algo para cambiarla. Excepto falsificarla para las intenciones presentes. Chesterton apostaba por la leyenda y desconfiaba de ese trasiego que ahora se hace de la historia, aun en los salones de la academia. Te cito textualmente sus palabras: “Es fácil ver por qué una leyenda es tratada, y debe ser tratada, con más respeto que un libro de historia”.   Desde ese punto de vista la historia es tremendamente sectaria. Tiene por lo menos dos versiones muy valederas. Una y la otra. La propaganda popular sectaria mexicana no habla a la mayoría sin instrucción más allá de la versión oficial. La historia es un terreno minado por el que camina el humano. ¿Te acuerdas?  Siempre estaremos encontrando  esos “chapuceros análisis científicos”, escribió Humboldt.

Tocí descubrió que en las montañas hay otro tipo de hermenéutica. La hermenéutica visual. Es necesario saber interpretar el panorama. De esto depende que vivas o mueras, me escribía. O bien que alcances el valle al pie del glaciar o no salir jamás. No era tanta la diferencia con la hermenéutica de los que observan y leen textos. Algunos de ellos acaban perdiendo el rumbo. En las montañas esto sería un suicidio...

Tocí sabía que los genes mantienen separados los rasgos de cada una de las aportaciones raciales que cada individuo recibe de sus padres. En cultura es algo parecido. Cada pueblo tiene dioses propios que se parecen mucho a él. O son idénticos. Los mexicanos llevamos a Tezcatlipoca y a Jesucristo. Tal vez la inmensurable devoción por Guadalupe es que Chicomecoatl-Tonantzin sea una síntesis de los dos sistemas religiosos. Desde luego aquí hay un conflicto teológico que no tiene solución. Guadalupe como madre de Jesucristo, Santa María de Guadalupe, es una virgen en las dimensiones que  nos señalan los Evangelios. Pero Tonantzin se apareció, no nació como María la de Belén. Es una dualidad de una virgen y de una diosa. Chicomecoatl- Coatlicue-Tonantzin- Coyolxauqui- Guadalupe. Es decir que esta Guadalupe no es como la Guadalupe de España. Aquella sí es como María la de Belén. Pero no hablemos más de sincretismo, por favor. El sincretismo es  como la filosofía de los piratas. Mejor digamos ecumenismo donde todos los genes de tantos colores imaginables pueden convivir en ese país llamado México.  En él salvan la vida los desterrados del mundo y acabarán amándolo. Sucederá con sus nietos…

El afán de Cok porque ella leyera libros, sobre todo los que no eran de textos académicos, le gustaba. Se acordaba de una vieja película  norteamericana en blanco y negro, en donde alguien dijo que “un país en el que no se leen libros es un lugar peligroso”. Este efecto social de leer libros  empezaba en la individualidad. Por el individuo. En ocasiones sentía que, dada su juventud, estaba para vivir la vida. Que cultivarse como él quería correspondía a otra etapa en la que hubiera más estabilidad. Y siempre le respondía una de sus frases: “Viviendo y leyendo”. Agregaba que cada libro es un compendio de experiencias que alguien tuvo. Algo o mucho debe de servir en lo inmediato. Hay libros que se escriben deliberadamente para distraer en dirección contraria. Si se lee con atención hasta estos enseñan por contraste.  Le ponía como ejemplo todas aquellas obras que se editaron en Europa todavía dentro del siglo dieciséis. Para justificar muchos horrores de muertes, explotación y conductas que no iban con el cristianismo que venían enseñando los frailes. Dijeron una sarta de barbaridades respecto de los indios. Ahora todo esto ya está muy estudiado. Una lectura detenida de estos autores nos indica qué era lo que querían encubrir. ¿Por qué ese afán de decir tantas falsedades?

Ahora sabemos que el oro y la plata americanas les había enloquecido hasta el punto que ni sus mismos paisanos de la Península los podían controlar. El rey enviaba leyes protectoras de los indios y ellos simplemente las arrojaban a la basura. ¡Prohibida la esclavitud y ellos ponían negrerías en la carretera que va de la ciudad de Puebla hasta el Puerto de Veracruz! Se vendían negros como quien compra cazuelas. Después esta inversión el conquistador la anteponía con los indios que también eran esclavos pero estos sin haber tenido un costo pecuniario. Fabricaban enemigos y ellos quedaban a  buen resguardo. Funcionaba este sistema cuando Cervantes escribió su Quijote. Compendio de intrínsecas intenciones para con Inglaterra y nada a favor de los indios mexicanos, peruanos, ecuatorianos y ranqueles… 

Volvía al tema y aseguraba que un libro era como un compendio de experiencias de alguien. Como una conferencia ampliada. Más aun, que hay conferencias que se publican más tarde en libros. Recordaba en ese momento a Stefan Zwieg en “El misterio de la creación artística”. Una serie de conferencias pronunciadas en Buenos Aires, Argentina. Todas esas conferencias requieren cuidado al ordenarse la exposición. Y le repetía: En el país que no se leen libros....Y terminaba con la recomendación: lee a Zwieg. Se trata de un judío culto. Y en Argentina también dieron conferencias, que después fueron trabajos de filosofía de valor inmensurable para la cultura de los pueblos…¿a ver si sabes quiénes?

Toci le escribió:

- Santayana.

-Bueno Santayana es del mismo calibre cultural de los españoles  que te estoy preguntando pero él, con  ser español también, es nacido y   formado, en Estados Unidos.  Investiga porque no creas que voy a mezclar mis fluidos seminales con una mujer que ignore ese dato.

Toci lo sabía pero más bien quiso establecer contacto y dijo:

-Manuel García Morente y José Ortega y Gasset.

-¡Acertaste, te mereces un beso en el ombligo! Desde Séneca puedes trazar con ellos  una línea de alta cultura…No son de los que te venden hispanidad. No creas que los pueblos sean racistas. Sucede que las Secretarías de Turismo de los países algunas son mecenas y pagan programas de televisión. Lo cual es válido pues sabes bien que el turismo en todas partes deja enormes entradas de  divisas.

Lo mismo le decía de Lucio V Mansilla: te cultiva, no te vende argentinidad…

Toci estaba segura que Cork se hubiera sentido a gusto al escuchar el tema de la siguiente conferencia pues se refería a la Edad Media: El mundo de los burgueses y del  soberano son las dos fuerzas que se disputarán el poder desde los grandes imperios clásicos de la antigüedad en Europa. Calígula nombra senador a su caballo porque no encuentra otra manera más directa de expresar su encono hacia esa casta de grandes terratenientes, llamados senadores, que son los que en realidad se benefician de las victorias y conquistas de los generales romanos y esclavizan al mundo. Los senadores gustan de exhibirlo como un demente. Son unas rémoras y sanguijuelas del pueblo, dice Calígula, y los senadores le acusan de degenerado.

Ese pleito los desgastó y vino el hundimiento del imperio. Los senadores ahora van adquiriendo el nombre por el que se les conocerá varios cientos de años más tarde  en la Edad Media como señores feudales.

Y cuando en los siglos trece y catorce, la figura del soberano casi desaparece, llegan las grandes pestes y trastocan todo. Los campesinos huyen a las ciudades. La mano de obra se encarece y el señor feudal tienen que ajustarse a la nueva realidad: el soberano a recobrado tal fuerza que el señor feudal se convierte en cortesano para poder seguir flotando cerca del poder, ahora muy centralizado. Estos siglos medievales que te estoy  refiriendo son consignados por algunos como época quieta, muerta, sin relieve. En realidad era como sucede al Popocatépetl cada cien años. Arriba no pasa nada. Debajo, entretanto, bullen toda clase de fuerzas magmáticas que un día explotarán. Cuando exploten, será el espectáculo de señores feudales que se coordinarán con otros señores feudales de otra región, para derrotar al soberano y después al otro soberano.

La tercera fuerza en escena es la Iglesia. Son tres fuerzas pero dos proyectos. Cada uno de estos tienen su modo de entender a la sociedad: cielo y mundo. Tres grandes fuerzas y detrás de cada una de ellas hay fuerzas antagónicas que proceden de la antigüedad, más o menos soterradas desde entonces. Los imperios se hundían pero quedaban los grupos esotéricos (no en el popular sentido que ahora se le da al término para cualquier cosa, sino el de una cohesión para pocos). Estos con el tiempo van a ser grupos poderosos que  cuestionarán a los nuevos soberanos de los reinos emergentes.

El esquema no es tan lineal e inocente como gusta presentarlo los escritores de partido metidos a historiadores. No es la película de los buenos y los malos. La sociedad europea de esos siglos es ya un reflejo del yo individual. El mundo no está lleno de santos puros ni de perversos absolutos en cuestión de ideas e intereses. Abundan las magdalenas, los san Agustín, los san Francisco y los san Ignacio de Loyola. Lo que ahora llamaríamos undergrownd que decidió vivir de otra manera en determinado momento y emprendió el camino de la santidad. También hay sectores espirituales de esa sociedad  monástica que  se corrompen en contacto con el poder terrenal. Y otros grupos, envilecidos por el ejercicio palaciego, se espiritualizan hasta la santidad. O circunstancias extraordinarias como santa Juana de Arco (seguimos hablando del siglo quince), que de ser una muchacha campesina ignorante,  pone en marcha un movimiento que arrebatará Francia a los ingleses para devolverla a los franceses.

La Iglesia misma tiene fracturas en su interior y se dan cismas como el de Juan Wyclif, considerado más tarde cómplice del movimiento inglés en 1381. Antecedente de Lutero que llegará siglo y medio más tarde pensando en Alemania más que en Roma. O bien dejan precedentes tendientes a consolidar el imperio, por ejemplo, la convocatoria de Rems (1338), acontecimiento en el que  la confirmación del papa es considerada como  no necesaria para la elección del emperador, que más tarde, en el inicio del siglo diecinueve, Napoleón repetirá con su famosa auto coronación. Eran los siglos en que las crisis religiosas se transformaban en movimientos sociales y en ocasiones llegaban a alcanzar la escala de crisis nacionales. O hasta regionales, continentales, diríamos ahora. 

Pero al margen de la acción espiritual, financiera, guerrera y política del papado, las dos fuerzas antagónicas contingentes y ancestrales seguirán llenando los siglos hasta el final de la Edad Media.  Y aun después, forever. El Parlamento (nueva cara de los señores feudales, en Inglaterra) quería seguir la guerra contra Francia. Algunos historiadores dicen que el joven Ricardo II (1377- 1399) quiere llevar las cosas en paz con su vecino del continente. El Parlamento insiste en la guerra y el rey empieza a cortar cabezas parlamentarias. Pero grande era la fuerza del Parlamento, que en 1399 llegó a declarar depuesto al rey...

A la larga parece que los señores feudales le ganarán la partida al soberano. En la Europa de hoy quedan pocos reyes.  Después de la Edad Media ya no se hablará, gradualmente, de reyes, sino de soberanos parlamentarios,  presidentes o dictadores. Pero tampoco se hablará de señores feudales, sólo de burgueses. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                              11

                                                               I

Cork conocía al menos diez autores del siglo dieciséis, españoles. Sahagún, Durán, Bernal Díaz del Castillo, Motolinia, Torquemada, Cortés. Hablaban de canibalismo. Por eso le preguntó en esa ocasión a Toci: ¿qué sabes del canibalismo entre los mexicas precristianos?

Una semana antes de partir hacia los Andes, la muchacha había asistido a una conferencia desarrollada en el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México. La desarrolló Michel Graulich. Era de la Escuela Práctica de Altos Estudios de París y de la Universidad Libre de Bruselas. El tema fue: “La antropofagia entre los mexicas”. El investigador se apartó del punto de vista conocido hasta entonces de la antropofagia ceremonial. El creía que había sido por hambre, no por religión. O no solamente por religión. También se apartó de la interpretación que los cronistas españoles de la conquista habían mencionado el tema del canibalismo como mampara para justificar la conquista. “La conquista no se justifica”. Está documentado que el mismo Cortés intentó  impedirlo en varias ocasiones: “Hubo un gran despojo, del cual en ninguna manera les podíamos desistir porque nosotros éramos cosa de novecientos españoles y ellos más de ciento cincuenta mil hombres”. Sentía que si  presionaba con fuerza ellos mismos acabarían en los peroles tlaxcaltecas. Un ejemplo de lo que podría sucederles lo tuvieron con los habitantes de Tepeaca, poblado ya propiamente en la región suroeste  de la montaña Citlaltépetl. Originalmente enemigos de los de Tlaxcala y aliados de los aztecas, ofrecieron resistencia a los aliados  de Cortés. Pero cuando la conquista se fue consolidando todos volvieron a arrasar el lugar. Se habla de ciento cincuenta mil que acabaron en las ollas  tlaxcaltecas (quizá unos quince mil en realidad). No hay que olvidar que esa manera de hablar era muy europea de la Edad Media y acostumbraban mucho la hipérbole. Horrorizados por semejante espectáculo, algunos españoles, del bando de Diego Velásquez, rival de Cortés, se regresaron a Cuba. Cortés, sabedor que este episodio de canibalismo masivo se sabría en España, por medio de los que se retiraban, se apresuró a mencionar él mismo el tema al rey de España, Carlos V, en sus Cartas de Relación. 

En una de estas “Cartas”, el conquistador le escribe a su rey, refiriéndose a una noche que finalmente lograron penetrar en la ciudad de los aztecas: “”Hubo aquella noche gran banquete de piernas y brazos porque en los asaderos que hacían de palo hubo más de cincuenta mil ollas de carne humana”. Seguramente se trata aquí de otra hipérbole pero eso no quita que estaba hablando de todas maneras de cientos de ollas...

Agregó Toci que Graulich se metió en el tema con cierta delicadeza ilustrando que el canibalismo se da sobre todo en casos de guerra. Y citó ejemplos del siglo veinte  de canibalismo en escala masiva de las dos guerras mundiales. Mencionó la gran hambre artificial en la Ucrania de los años treinta. En China, cuando “el gran salto”. Hay casos documentados de madres  que intercalaban a sus hijos con otras madres para no comer a sus propios hijos. Era en la esperanza de sobrevivir y salvar a los otros hijos…

También refirió los casos de canibalismo durante la Revolución Francesa. Por odio, probablemente, más que por hambre, la plebe  cocinaba y comía en la plaza pública, a la vista y con la participación de la gente, a soldados del palacio de Las Tullerías pertenecientes a la Guardia Suiza.

Para respaldar su tesis de canibalismo por hambre en México, Graulich dijo que tiempo después de concluida la conquista de México- Tenochtitlán, Carlos V firmó un mandato en el que prohibía comer carne humana. Mandato que encierra también la idea que la antropofagia era por falta de carne de ganado: “…para que tengan carne que comer y de qué sustentar deba de los ganados que se han llevado a la dicha tierra mandaremos continuo llegar y se multipliquen y ellos expulsen de dicha abominación”.

 Aquí Graulich hizo la reflexión respecto de que no había cantidad posible para alimentar a tal cantidad de guerreros y,  debían comer carne humana en tanto durara el sitio de México- Tenochtitlán. ¡Economía de guerra! Los aztecas no gustaban de la carne de los cadáveres de los españoles, ¡porque sabía amarga!

Otro motivo para la práctica del canibalismo, aparte de la necesidad proteica, era el engaño político utilizado por los dirigentes aztecas para humillar a sus enemigos. Y también para  provocarlos a la guerra. Los  aztecas sabían que habían nacido para dominar o para desaparecer entre la cauda solar de Tezcatlipoca. Por eso buscaban la guerra. En cierta ocasión mataron a unos embajadores de Chalco, los prepararon en mole e invitaron a los chalcas a comer.  Sin saberlo, estos  se comieron a sus mismos embajadores. Cuando lo descubrieron, pues los aztecas se encargarían que se supiera, empezó una guerra de Chalco contra México que duró cinco años. Al final ganaron los aztecas.

 Lo que no supo responder el conferencista, dice Toci que le preguntó, fue por qué los aztecas morían de hambre durante el prolongado sitio si tenían cadáveres enemigos en gran cantidad todos los días. No quiso aceptar la tesis del canibalismo ritual y guardó silencio.

Toci empezó a sentir hambre y mejor pensó en los poetas. Se dijo que en la actualidad ya no está el Círculo de los mecenas aristocráticos que dictaban los gustos de su clase y de su época mediante los escritores y los poetas.

 “El poder moverse dentro del Círculo lo era casi todo”. Se había dicho en el grupo de lectores improvisados de Mendoza, al calor de las cervezas y las delicias de los bifes y la salsa chimichurri. Ahora existen otras posibilidades como las sinecuras del gran mecenas que es el Estado. Si se portan a la altura hasta les hacen sus museos y la edición de sus obras es profusa, local y mundial. Sino tendrán que transcurrir en el anonimato y vender sus libros en el mercado de las pulgas.  Llegó el tiempo en que los intelectuales “estatistas” fueron los que cerraron filas para dictar el qué, el cómo y el quiénes. Schopenhauer se había pasado treinta años de su vida vagando y tocando puertas con el original bajo el brazo de El Mundo…Ya para entonces los “Veinticinco” de este continente, de acuerdo con los “Diez” del otro continente, habían cerrado filas y decidían quién llegaba a la cumbre del Parnaso. En primer lugar estaba Hegel idealizando al Estado.

Eran alpinistas que no tenían compromisos intelectuales con nadie y hablaban, como los vientos de la Cordillera. Toci seguía pensando, mientras preparaba su cena dentro del agradable calorcillo de la pequeña estufa, colocada en el centro de su tienda, para evitar que las paredes de tela se quemaran, en las condiciones sociales que ha vivido la literatura. Mientras el aristócrata y el Estado decidían sobre la publicación de una obra, el escritor regañaba al gran público por su incultura. Se quejaba que su obra fuera “caviar para la plebe”.  Se volvió prudente cuando el editor entró en el mercado de los libros. Y el autor pasó a depender del favor del público. Abundaron entonces las declaraciones del apasionado demócrata respecto que la pluma del artista se movía guiada por las “luces de la sociedad”. Su contexto era, la muchacha recordó a Schücking, “la trivializadora influencia de las grandes ciudades”. Y a Bergson cuando se refirió al “Disolvente poder de la inteligencia”.  Lope de Vega escribía: “…como las paga el vulgo, es justo hablarle en necio para darle gusto”.

El poder de difusión, por medio de la propaganda, tiene la virtud de hacer llegar al público conocedor ideas que él ya conocía y con la  que se recrea. Pero también estas ideas se esparcen entre la gente que carece de criterio propio. Con el riesgo de fanatizarla. En religión, política y filosofía no son raras estos casos. Se monotematizan. Antes se creía que esta actitud se daba sobre todo en los sectores de la sociedad en los cuales hay poca o nula resistencia cultural. Los “apadrinamientos” habían dejado de hacerse presentes en los pasillos de la aristocracia. Ahora era bajo la sombra de los burgueses. ”¡Lo mejor es no meterse en esos vericuetos!”, les decía el viejo jefe de la expedición                                                                                              

                                                                    II

Una semana más tarde Toci se encontraba de nuevo en su campamento del Glaciar Tolosa. Al día siguiente bajaría a Santiago a reunirse con una expedición reducida de norteamericanos que querían ir a la sur del Aconcagua. Despertó a las cuatro de la mañana, arregló las cosas en su tienda y desayunó. La temperatura era de treinta grados bajo cero. Se  dio cuenta que aún faltaba una hora al menos para que llegara la luz del día. Se puso a escribir algunas notas de manera desapercibida pero al final decidió enviarme el escrito hasta el país centroamericano.

Decía que tres factores, por demás circunstanciales, se habían encontrado por los que el humano pudo aparecer. El primero tiene carácter metafísico. Según Milton, en El Paraíso  Perdido, la raza humana fue creada porque en alguna ocasión, un ángel bellísimo y que “ocupaba el puesto más alto” en el cielo, se rebeló contra su Creador. ¡Una creación que se rebela contra su Creador! Es la primera noticia de parricidio. Después vendrá Frankstein. Desde entonces viene también el temor muy comentado entre los pensadores de mediados del siglo veinte, de que las máquinas pudieran llegar a controlar al hombre, su creador. Satanás se rebeló encabezando una guerrilla teniendo una tercera parte como seguidores y perdió. También es un ejercicio de democracia en donde el número, no el principio, gana. Fue cuando el Creador decidió crear a la raza humana. Sino ha sido por la rebelión de Satanás y sus diablos, jamás hubiéramos aparecido por estos lugares. ¡Ah, y por la eliminación de los dinosaurios!

La segunda circunstancia es todavía más azarosa. Más prendida de  alfileres. Tiene carácter entre celestial y paleontológico. Los astronautas han podido observar desde miles de kilómetros de distancia de la Tierra, una enorme depresión en el norte  de la Península de Yucatán, México. ¿Te acuerdas  que hace sesenta y cinco millones de años “cayó” una enorme roca del cielo en ese lugar? Fue tan duro el golpe que la misma roca se desintegró. Excepto algunos restos de níquel. Hasta entonces no existía el humano. No aparecía porque los dinosaurios los hubieran vuelto a desaparecer. Pero la meteorito levantó tanto polvo que se fue hasta los vientos de muy arriba que dan la vuelta al planeta. Este polvo se interpuso de alguna manera entre el Sol y la superficie de la Tierra. Bajó la temperatura, murieron muchas especies vegetales y animales de las que los dinosaurios se alimentaban y, los enormes animales acabaron por desaparecer. Los paleontólogos, que no se andan con medias tintas en cuanto a imaginación, dicen que algunos dinosaurios se salvaron mediante el recurso de transformarse en pequeños pajaritos…El caso es que desaparecieron los grandes depredadores y así pudo aparecer el hombre.

La tercera circunstancia también es de orden celestial. Astronómica. Si el planeta Tierra ha estado más cerca del Sol…Si se localizara más lejos de la posición actual…

Como haya sido aquí estamos. Habría que aprovechar la oportunidad. Esto porque los humanos somos más destructores que los grandes dinosaurios. Aquellos comían del bosque para vivir. Nosotros arrasamos con bosques y selvas para fabricar palillos y sacar la comida de entre los dientes...

P.D. Me encanta Milton. Pero, pensándolo bien, creo que prefiero a Shakespeare. En El Paraíso Perdido  Milton sigue contradicciones de secta y cae en enredos teológicos. Para mi gusto, tan bello libro se vio empobrecido al final por haberse dejado llevar  el autor por los pleitos religiosos tan exacerbados que había en su tiempo en Europa. Acuérdate que los “Padres” del Mayflouer, por no soportar más ese espíritu de secta,  dejaron Europa y un día llegaron a las costas de América.

Y Toci acaba diciendo:

“Pero si me dieran a escoger entre Shakespeare y Chaucer, preferiría a éste”.

Después de cenar se metió a su bolsa de plumas para los ocho mil metros y se puso a leer un rato a la luz de la vela para ahorrar la energía de las pilas. “Debate…” El sólo título no le atraía para leer en la condiciones que se encontraba y preferiría leer las aventuras del Cartero Chinasky, de Bukowski. Luego del poema leyó algo que tenía mucho que ver con la historia del montañismo mexicano. Además encontraba que Clementina Díaz de Ovando, la autora, es otra sabía mujer mexicana que llena de calidad nuestras vidas a través de sus trabajos de investigación científica. No hace mucho, en términos del tiempo histórico, que nuestro patrimonio cultural, relacionado con la arqueología, a nadie le quitaba el sueño. Ni para buscarlo, estudiarlo ni protegerlo. Siempre se puede señalar alguna actitud académica, como la de Vicente Riva Palacio, pero hubo pocas sistemáticas. Este episodio de la arqueología mexicana tal vez diga algo también para  la preservación actual de nuestras riquezas geológicas, las cactáceas o especies animales que salen de manera subrepticia del país.

 El año de 1880 fue cuando tuvo lugar un episodio que, de una manera u otra, despertaría la conciencia para legislar al respecto, estudiarlo de manera formal, construir museos modernos y poder tener acceso propios y extraños al estudio y contemplación de lo que en adelante pudiera hallarse en las zonas arqueológicas. La polémica que se levantaría   también haría pensar, como dice la autora, en la diferencia de un patriotismo salvaje y un patriotismo ilustrado... Un ciudadano francés, fotógrafo y viajero aventurero, muy documentado, fuerte, decidido y bien apoyado económicamente, echaría a andar con su presencia, y sin proponérselo, todo un ambiente político, primero, y después científico, entre los mexicanos. Se llamaba Désiré Charnay. Este nombre tiene mucha importancia para el montañismo religioso precristiano en México.

Fue el siglo decimonónico en el que en los mexicanos  predominaba un sólo pensamiento y era derrocar al grupo que estaba en la presidencia de la república (treinta y seis  presidentes en sesenta años). En ese panorama tan agitado es cuando llega Charnay con la idea de localizar sitios arqueológicos en el centro de México y en Yucatán. Estudiarlos y efectuar algunas excavaciones con la intención de extraer piezas de cerámica. Viene provisto de información de primera procedente de los grandes cronistas españoles del siglo dieciséis como Sahagún y Durán. Y va directo a los lugares.

 Charnay consigue permiso por un año de lo que entonces se llamaba Secretaría de Justicia e Instrucción Pública. En este permiso se estipula que, puesto que él paga todos los gastos de sus exploraciones, puede llevarse parte del material  con la idea de ser exhibido permanentemente en los museos franceses.

Es cuando se desata la tormenta política reprobando el mencionado permiso. No tiene derecho de llevarse nuestro  patrimonio nacional, dicen unos, la mayoría. Entre ellos conocidos hombres de letras que también son políticos: Juan A. Mateos, Vicente Riva Palacio, Guillermo Prieto... Otros,  como Justo Sierra, en principio están de conforme con el permiso. Argumentan que es con su dinero de Charnay, que son tesoros arqueológicos que permanecen ignorados bajo tierra y bienes culturales que pertenecen al pueblo mexicano pero también a la humanidad... Clementina Díaz y de Ovando, escribió ese valioso trabajo que fue publicado por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, en 1990: “Memoria de un Debate, 1880”...

Charnay no se detiene por el escándalo que ha llegado a  la Cámara de Diputados y desata tempestuosos debates entre los legisladores. Hace descubrimientos en Tula, Hidalgo, y en Yucatán. Localiza algunos adoratorios en las vertientes norte y oeste de las montañas Popocatépetl e  Iztaccíhuatl...En la época a la que el relato se refiere esas ascensiones son auténticas hazañas pues se carece de caminos y transportes motorizados como en la actualidad. Verdaderas expediciones que emprendió hacia las heladas zonas de las nubes a lomo de caballo y caminando.  Desde Amecameca y San Rafael. Tal vez ni de cartas topográficas disponía. Sus métodos de exploración serían criticados por los arqueólogos mexicanos posteriores acusándolo de haber provocado destrucción en los lugares. No obstante, nadie le quita que haya sido el precursor en la arqueología de la alta montaña del país.

 Su irrupción en el ambiente mexicano, y la tremolina que se levantó con los trabajos que llevó a cabo, provocó la localización de grandes cosas (entre ellas la del  monte Teocuicani, equivalente en importancia arqueológica  nada menos que a la de la ciudad de Petra, en la Península Arábiga. Localizada pero no explorada y, como dice Jorge Rivera, uno de sus descubridores, del Club Alpino Quetzales, de México,  su estudio bien merece un doctorado académico).   También provocó que los mexicanos  se preocuparan más y estudiaran sus tesoros arqueológicos. Que el gobierno pensara en financiar  de manera sistemática y suficiente, institucional,  la investigación antropológica. Que los museos dejaran de ser casi unas bodegas anticuadas, etc...

 A la postre, dijo Toci, los dos grandes bandos de legisladores rijosos tuvieron razón y no hubo perdedor. Los del nacionalismo salvaje, que se construyera el formidable Museo Nacional de Antropología e Historia de Chapultepec y que el pueblo conservara sus tesoros culturales. Y el no menos formidable museo de sitio del Templo Mayor de México- Tenochtitlán. Y a don Justo Sierra, y a los del nacionalismo ilustrado, les hubiera gustado saber que Teotihuacán y otros lugares, en su tiempo abandonados, ahora han sido declarado  propiedad de la humanidad. Y también les hubiera gustado saber  que en la actualidad  pueden ir  investigadores extranjeros a hacer estudios y exploraciones a México, bajo programas de intercambio académico, como en su tiempo lo intentó Charnay...

                                                                     III

Y ya que estaba en el tema de la arqueología, Toci pensó en el boludo lógico de Mendoza y su gran preocupación por el asunto de la muerte.

Noviembre es el mes del “nahui” y del “macuilli”, los numerales 4 y 5 del náhuatl en México. El mes donde los mexicanos se reencuentran con la vida a través de asomarse al caos de la enfermedad terminal.  De manera simbólica, teniendo  la sinopsis perfecta en la figura del “pan de muerto”. En otra palabras, noviembre es en México el mes tremendamente escatológico o que tiene que ver con el tema de la muerte...Podemos ser de pensamiento laico - humanista, es decir filosófico que se explica mediante la Lógica y la Ética.  Sólo que en noviembre el tema en derredor de la muerte nos envuelve y vemos fiestas y rituales por todos lados  en los que por lo general  se ha perdido de vista el fondo que motivaron esos rituales...En un país como México, seguramente el más multiétnico y el más multirracial del planeta,  es  fácil entender que hay de todas las maneras de pensar que alguien pueda creer. ¡Hasta pensamiento indígena podemos encontrar todavía! Por eso es que según el tonalamatl (Toci se dijo que si podemos creer en el horóscopo de los chinos bien podemos creer en el tonalamatl que es original de los mexicanos), según el tonalamatl, en el mes de teotleco, calendario mexicano, entre noviembre y diciembre, calendario gregoriano, regresan a México los muertos desde lejanas tierras y larguísimos viajes. Regresan a comer con los amigos y restablecer, siquiera cada año, la unidad familiar de antaño. Pensó la muchacha que para entender esto con más detalle y profundidad sería necesario leer a ese otro sabio mexicano, y también, como Clementina Díaz y de Ovando, universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México, Miguel León Portilla. Desde su formidable “Filosofía Náhuatl” nos relata el pensamiento de nuestros pueblos originales. Y no sólo leer al doctor Portilla sino también a otros académicos  del Instituto de Investigaciones Antropológicas de nuestra UNAM que tiene valiosos trabajos que francamente es un crimen no conocerlos. Lo mismo los trabajos académicos del Instituto de Investigaciones Históricas. Tienen ahí, por ejemplo, un delicioso trabajo que se llama “Los Graniceros” y es la revelación de todo un increíble mundo náhuatl mucho del cual perdura hasta nuestros días. Lo anterior, se dijo, para citar a los autores reciente y dejar descansar un poco a los clásicos del siglo dieciséis como Sahagún y Durán  o los “intermedios” en el tiempo como  Chimalpain, Clavijero y Vicente Riva Palacio o los  casi modernos como Walter Krickeberg y  Victor W.von Hagen. Todos ellos lo más rigurosamente científicos que se puede pedir en la actualidad... Toci volvió  al significado de los números 4 y 5 del pensamiento náhuatl, en la vida diaria que practicaban y todavía lo hacen muchos mexicanos. Todo relacionado con la ofrenda del pan de muerto, ese que tanto abunda en el mes de noviembre...El lugar donde se pone al humano  muerto es en el “centro” del cuarto - habitación. Los cuatro lados del cuarto son la orientación geográfica norte- este- sur- oeste. Ahora, con el muerto,  son 5 elementos. Es lo que en el pensamiento náhuatl se conoce como el “quincuence”. Todo pan de muerto auténtico, en cuanto a simbolismo, debe tener una bolita en medio de otras 4. La bolita del centro es el muerto...   Para explicar el “quincuence” se han empleado incontables volúmenes. Siguiendo con el número 4 recordó que originalmente había “cuatro” padrinos en cada “velorio” para atender las cosas del recién fallecido. Por eso en México es toda una institución eso del “compadre”. Cada padrino para  un rumbo geográfico. Los “padrinos” cuidan, entre otras cosas, que el humo de copal no se extinga. Esa columna de humo es lo que va a conectar al humano fallecido con las cosas del cielo o divinas. Con el humo de copal se repite el “quincuence, el centro. Cuando finalmente se han llevado al muerto, los cuatro padrinos son los que barren y recogen la ceniza del bracerito o sahumerio donde se  quemó el copal. Llevan esta ceniza hacia el centro del cuarto haciendo con ella un montoncito. Y con este montoncito  el “quincuence” vuelve a hacerse presente... Finalmente barren y limpian todo el cuarto- habitación y  eso quiere decir que el cuarto, el mundo, ha quedado otra vez limpio del drama de la enfermedad terminal. El caos se ha desterrado y restablecido la vida que puede continuar... Buscando representar todo ese significado, en condiciones “normales”, los entendidos ponen el pan de muerto, y la ofrenda, de los días 1 y 2 de noviembre, en el centro del cuarto – habitación. Sin olvidar la quema de copal

                                                               IV

Volvió a ver a la cordada Salvador Alonso Medina – Mario Campos Borges. El primero de ellos llevaba tres días internado en una clínica particular de

 Mendoza. Con mangueritas de suero alimentándolo por vía venosa, la cabeza vendada y un pie elevado sobre el lecho de la cama.

Habían recibido una andanada de trozos de hielo cuando subían el segundo tercio del Glaciar de los Ingleses, en el noreste del Aconcagua. Descendieron como pudieron sirviéndose de las cuerdas que habían fijado en un tramo expuesto de más abajo. Al llegar a la morrena Mario tuvo que cargarlo hasta las tiendas del Campamento Base, bajo la ladera sur del Ameghino. Al día siguiente bajó a lo largo de las cañadas Relincho y Vacas, treinta kilómetros de descenso hasta Punta de Vacas, en donde fue auxiliado por los militares del lugar y emprendieron el rescate.

Saldría en dos días más de la clínica y necesitaría al menos una semana de reposo. Toci les dio un beso a ambos y se despidió. Tenía contrato para el monte Tupungato y empezaría a trabajar en los preparativos al día siguiente.

La costumbre es llevar flores al hospital para el amigo enfermo. En su lugar Toci le llevó una garrafa de un galón del exquisito  vino tino de la región de San Juan. Y para Mario otro garrafón de tinto de los viñedos de Mendoza.

Desde la puerta les envió otro beso al tiempo que decía:

- ¡Cuídense chicos!

 

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Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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