“JEAN
WAHL Y EL REGRESO DE PEER GYNT”
Ese
fue el título de la conferencia que Kunk desarrolló esa noche en el café Asia.
A
cincuenta metros hacia el suroeste de la plaza del reloj, dando vuelta por
Independencia, hacia Ignacio Allende, entrando por el callejón que se llamaba
Asía, de ahí el nombre del
café donde periódicamente nos reuníamos los escaladores de México con los
escaladores de Pachuca.
En
realidad era una especie de fonda rústica cuya principal clientela eran los
mineros. Llegaban con sus lámparas de carburo en la mano o sobre sus cascos. Los sábados por la tarde-noche
bajaban desde el Real del Monte a cenar en ese lugar. Entre ellos solía llegar
Santos Castro, habitante, minero y escalador de esa población (tiempo después
moría escalando la norte del Abanico, en el Popocatépetl).
A
la entrada del local había un enorme
comal redondo, al que le cabían no menos de veinte pollos desmembrados, que se
freían despidiendo un olor sabroso que se esparcía por todo el local e invadía
parte del callejón Asia.
Cada
sábado último de mes por la noche alguien daba
una plática de alpinismo o de algún tema de cultura. Si el grupo de México se
dirigía a escalar a la región de los Frailes o a Peñas Cargadas o al Circo del
Crestón, procuraba llegar con el tiempo suficiente para participar en la
charla. Tampoco se le llamaba conferencia, sólo charla o plática. Era en el
nivel de arriba, con piso de tablas bastas y se subía también por una escalera
de burdos tablones.
Escalada en El Conejo, Región de los Frailes,Hidalgo,México. |
Nada de ceremonias ni de anunciar con
anticipación. Se reunían al caer la noche y de manera espontánea alguien
levantaba la mano y decía “yo le entro”. Nadie presidia la burda mesa de
tablones. Acto seguido agregaba: “Mi tema es este….¿de acuerdo?”Se servía la
primera ronda de cervezas, los platos con pollo frito, el canasto rebosante de
tortillas y el otro empezaba. Entre taco
y taco, y sorbos de cerveza, iba desarrollando
su tema.
Raúl Pérez pedía el plato con la salsa,
Jorge Meneses se servía sopa de arroz en su plato y en el otro extremo Manuel Ramírez (
escaladores de Pachuca) atacaba un muslo de pollo.
En
esa ocasión Kunk se refirió a la situación, al sentimiento, que viven los
alpinistas que salen de su país en plan de expedición.
Kunk,
viejo alpinista trotamundos, nos cuenta que la nostalgia que se siente lejos
del terruño siempre es muy fuerte. Cincuenta años duró Peer Gynt (de Ibsen), dijo, recorriendo el mundo y al final regresó a su
aldea, Hagstad, entre los fiordos noruegos.
Su
exilio fue elegido. Pudo apreciar los suyo sólo cuando estuvo fuera. Por
voluntad propia se fue y siempre pudo
regresar cuando él lo decidiera. O no regresar. Pero regresó porque en Hagstad
estaba la parcela de tierra que lo vio nacer y el pedazo de firmamento que le tocó vivir por arriba de su cabeza.
Ese
conocimiento de lo suyo, agregó Kunk, se
exacerba cuando el exilio es impuesto. Ya por razones políticas, económicas o
de seguridad social. Los árabes y africanos buscan irse para Europa, los
latinoamericanos nos vamos para Estados
Unidos porque allá la moneda vale veinte veces más y, sobre todo, porque, para respetar las leyes, todavía se pone a
Dios como testigo, los norteamericanos
se viene a México porque aquí su moneda vale veinte veces más, etc.
Odiseo
también regresó a Ítaca después de
participar en la destrucción de Troya. Un tal Quijano siempre regresaba a su parcela en algún lugar de La Mancha.
Martín Fierro regresaba a la nada
de sus pampas argentinas, que para él
estaban llenas de todo. José Vasconcelos regresó de Paris a México. Pancho
Villa regresó de Estados Unidos a México, Dostoievski regresó a Rusia, Malcom
Lowry regresó a Inglaterra… Las tumbas de los ingleses de Real del Monte están
orientadas hacia Inglaterra, ¿no es verdad Santos?
En
un trabajo sobre La filosofía de José
Ortega y Gasset y José Gaos, de Héctor Guillermo Alfaro López, publicado
por la Universidad Nacional Autónoma de México, en 1992, vemos que a resultados
de la Guerra Civil, de los años treinta del siglo pasado, muchos españoles
lograron adaptarse, con marcada
dificultad, (hay toda una literatura del exilio español), pero otros no
lo lograron y hubo quienes, ya en el exilio, prefirieron el suicidio.
¡El exilio, del color que sea, no es un juego!
Ortega y Gasset, con todas sus luces, nunca pudo adaptarse “a lo americano “, con haber estado varias
veces en Argentina y siempre defendió el eurocentrismo. Otro gran filósofo
español, Manuel García Morente, exiliado, cuando lo del Frente Popular,
impartió clases en la universidad de
Tucumán y al final regresó a España.
Escalada artificial (tomado del libro Técnica Alpina,Editado por la UNAM,1978) |
Jean
Wahl, en su valiosa obra Introducción a
la filosofía, explica por qué el
regreso de Peer Gynt:”Es verdad que somos lo que conocemos, pensamos y
sentimos, que estamos vinculados a nuestra cultura, la historia y finalmente al
mundo.”
Ya
es muy complicado cuando se tiene sólo
una cultura. Es una síntesis de ideas, hechos históricos a través de inmensurables años, más allá de lo que la
arqueología ha logrado descubrir. ¡Antes de existir en lo documentado ya existíamos!
Los
pueblos indoamericanos, desde Alaska a la Tierra del Fuego, tenemos doble
tarea, conocer lo nuestro y conocer lo
“occidental”( y luego hay nos iremos hacia lo asiático).No es un cabo suelto
cuando Wahl dice:”sentirnos que estamos vinculados a nuestra cultura, la
historia y finalmente al mundo”.
El
pedazo de firmamento sobre nuestra
cabeza es la metáfora de lo nuestro intelectual. Los mitos, las leyendas, los
cuentos para niños, la poesía y la novela, se alimentan de las rocas ígneas,
metamórficas y sedimentarias de esa única parcela de la Tierra. Tom Swayer,
Peer Gynt, y Don Quijote son soñadores
que se fueron en busca de locas aventuras, pero no se perdían y encontraban el
camino de regreso.
De
la misma manera los escaladores siempre regresamos a Pachuca. En sus montañas, no lejos de aquí,
están los valles y donde por las noches
podemos observar la parcela de firmamento que nos corresponde sobre nuestras tiendas
de acampar. O colgados de las paredes de roca durante el vivac.
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