La práctica del alpinismo requiere no perder de vista la salud psicofísica del individuo, en primer lugar. Después vienen las consideraciones subjetivas como la belleza del paisaje, la fuerza de voluntad, etc.Lo primero es que el abuelito necesitaría cuidar su salud física veinticinco años de ser padre...
Sabemos que la vida es un diario balance de calorías ingeridas en la comida y gastadas por el movimiento. Cuando el movimiento es menor que lo ingerido, la báscula empieza a moverse fatalmente en contra nuestra. Esto sucede desde el primer día de nuestra vida hasta el último.
Es cierto que el balance entre calorías ingeridas y movimiento se puede llevar a cabo dentro de las cuatro paredes de un gimnasio de escalada o cualquier otro tipo de gimnasio. Pero precisamente lo que hace la diferencia con el alpinista es que éste necesita la belleza del paisaje y la necesidad de descubrir nuevos mundos y, mejor aun, tener la disposición de redescubrir su país.
Armando Altamira Areyán y Luis Arceo con la maqueta-circuito de Teotihuacán.
La belleza sólo se puede apreciar si hay salud psicofísica. Un enfermo sólo piensa en su enfermedad, ya no piensa en la belleza. Un conocido nuestro hizo el descubrimiento del siglo, sin lugar a dudas, para bajar de peso corporal. Le sobraban quince kilos. Todos los días dejó de viajar en vehículo para las distancias de diez kilómetros y en tan sólo cuatro meses recuperó su peso, sin ningún esfuerzo especial respecto de su manera de comer.
Millonarias fortunas se gasta la gente buscando bajar de peso pero a la postre se pierde la batalla. Tratamientos especiales, dietas, cirugías y dinero acaban en el bote de la basura. El espejito de Alicia era adulador pero la báscula es un sinodal insobornable. Pesa gramos, no pesa egos. Se puede conquistar el mundo pero no ser capaz de moverle una rayita a la báscula en nuestro favor.
¿Cómo se te ocurrió?
La solución está al alcance de ricos y pobres. Pensé y repensé lo que siempre nos dice la medicina del deporte pero que nunca le hacemos caso: el sobrepeso corporal es la patología de la inmovilidad. Al mismo tiempo recordé lo que dice Faulkner en una de sus novelas: “El automóvil fue creado para convertirse en músculos, carne y sangre de una nueva especie humana carente de piernas”.
Fue cuando empecé a caminar por las calles, llevando las llaves de mi automóvil en la bolsa del pantalón. Lo había descubierto desde tiempo atrás pero mi ego social me lo impedía.
Piramidel Sol y sobre su escalinata oeste todas las razas del mundo.
Los alpinistas miden sus niveles de remontarse más allá de lo humano mediante una tabla de dificultades de escalada elaborada por Welzenbach en el siglo pasado en Europa. Los escaladores norteamericanos también tienen sus tablas de dificultad alpina. No es imposible conquistar una montaña, pues ya no existen las montañas inescalables. Lo difícil (estamos por escribir imposible) es ganarle a la báscula. Esto se encuentra en regiones más allá de la esfera humana. Se necesita disposición de ánimo y llevarla a cabo. No quedarse en la disposición.
Esta disposición y esta práctica empiezan con el Circuito de la zona arqueológica de Teotihuacan.
Siempre nos han dicho que la palabra “Teotihuacan” quiere decir “lugar donde los hombres se hacen dioses”. En la leyenda del Quinto Sol la prueba era arrojarse a la hoguera. Nanahuatzin, uno de los dioses, lo logró. Ahora la prueba consiste en vencer a la báscula. Esto empieza con el recorrido del Circuito de Teotihuacán. ¿Leyenda? Más bien es una metáfora.¿Cuál es le diferencia entre hoguera y báscula? Tan imposible es una como la otra. Pero Nanahuatzin demostró que sí es posible realizarlo.
En realidad se trata de dos circuitos. Se ubican en la zona arqueológica central de Teotihuacán.
Circuito Uno
Perfectamente accesible (y recomendable) para los habitantes de la ciudad que busquen “moverse” en la perspectiva de decirle no al sedentarismo. No se requiere ser montañista ni tener equipo especial de nada. Ni apartarse de la proximidad de la gente. Acción que cuesta mucho (diríamos, muchísimo) desprenderse, aunque sea por un día, del ambiente de la ciudad. Tampoco hay que internarse por senderos solitarios. Sólo seguir, a pie, la carretera empedrada, para vehículos, que da la vuelta a la zona central de las pirámides. Unos siete kilómetros y a la altitud de 2,200 metros, bajo una temperatura calida normalmente. Unos 20 grados en invierno y tal vez 25 en el estío.Nosotros dimos, el 28 de febrero de 2010, esta vuelta en contrario a las manecillas del reloj. Puerta Uno-sur-este-norte-oeste-sur. En la puerta cercana a la pirámide de la Luna entramos, subimos esta pirámide, descendimos, recorrimos la Calzada de los Muertos, subimos la pirámide del Sol, ascendimos la pirámide de Tlaloc- Quetzalcoatl, en la Ciudadela, y regresamos a la Puerta Uno. Total, diez kilómetros más 400 escalones.
A partir del metro Indios Verdes el autobús hace una hora a la Puerta Uno. Y el costo del pasaje ida y vuelta al metro es de lo más barato. Este recorrido la gente puede realizarlo caminando, trotando o corriendo. Por su accesibilidad a partir del metro Indios Verdes la excursión se puede llevar a cabo con frecuencia y con la idea terapéutica que ayuda más a la salud que todas las farmacias de la ciudad. Y ya nada más por esto vale la pena ir con frecuencia. El contexto arquitectónico prehispánico, cultural y de belleza del paisaje, como decimos, es fantástico.
Circuito Dos
Ya requiere condición de alpinista para la media montaña. Es a partir de la Puerta Uno, de la zona central de Teotihuacán, a la cumbre de Cerro Gordo. Para llegar a la base de la montaña es necesario recorrer unos cinco kilómetros de llanura, en dirección norte, en la que se cultiva el nopal. Por sus largas avenidas entre nopaleras se llega a la base.
La ascensión comprende unos mil quinientos metros de desnivel, con un recorrido aproximado de diez kilómetros en el ascenso y otros tantos de regreso. Finalmente, de regreso, internarse en la zona central, subir la pirámide de la Luna y enseguida la pirámide del Sol.
Ultimo tramo de Cerro Gordo ladera sur.
En la cumbre de Cerro Gordo, muy amplia, se encuentran las instalaciones de antenas para algún propósito de aeronavegación.
La ascensión, y el recorrido entero descrito, se realiza en un día. Pero también la hemos “hecho” con un vivac en la cumbre de Cerro Gordo. Es un lugar amplio, fresco y arbolado.
En la cumbre de la piramide del Sol:Luis Arceo, Joel Palomares, Victoria Palomares González y Armando Altamira Areyán
La ascensión caminando es por la ladera sur de Cerro Gordo, directo hasta la cumbre. En el borde izquierdo, de una especie de hondonada somera, va un sendero.
Piramide del Sol y Cerro Gordo al fondo.
Esta montaña tiene tres modos de subirse. Por el de la derecha (este), a partir del pueblo de San Martín de las Pirámides, hay una carretera de terracería de unos veinte kilómetros para las tareas de mantenimiento de las antenas.
Por el oeste desciende otro camino de terracería que, después de muchas vueltas, regresa al pueblo de San Martín.
Pero aparte de estas cuestiones inmediatas, de la biología, la caminata tiene un transfondo de calidad. No se trata de que la báscula elimine a la subjetividad. Los "espacios vaciós" de la arquitectura teotihuacana están diseñados para que pasen a formar parte del alma.
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