Ilustraciones de Indios Americanos
Autor: Oliver La Farge
Ediciones Gaisa, S. L. Valencia, España,1968
El modelo cristiano lo llena todo en la Europa de la Edad Media pero no todo es cristiano. Existen grupos organizados del pensamiento lógico y también cristianos que no se consideran romanos. De lo profundo de la Edad Media va a surgir el modelo dialéctico que conoceremos como Humanismo. Pero es un Humanismo al que le falta la presencia del mundo nahuatl y, por extensión, la cultura indo americana. En los grandes textos no encontramos las palabras hopi ni ranquel.
De mediados del siglo catorce, y durante los dos siglos que le siguen, Europa va a estar con el cristianismo llenando sus vidas en los más diversos sentidos. Monasterios llevando una vida de ascetismo y conservando todo lo que puede de la cultura de la antigüedad clásica. Pero también centralizando la vida “laica”, si es que esto puede decirse de algo que está alejado de la Iglesia y que todavía carece de idea alguna que pueda parecer Humanismo.
El modelo cristiano lo llena todo pero no todo es cristiano. Hay mucho paganismo procedente de los bárbaros germanos vencedores, de los otrora cultos romanos y de los exóticos árabes. Por siglos se metieron todos en un mismo caldero llamado Europa y circulan a la sazón las más diversas ideas y bullen todas las ambiciones que son de imaginar.
muchacha de la tribu navajo (norteamerica)triturando máiz en su ceremonia de inciación de paso de muchacha a mujer
Todos con sus vicios, sus virtudes, sus prejuicios, sus mitos y supersticiones que cada quien había traído desde sus siglos y desde sus paralelos. Es el caos ideológico que llega con la caída de los grandes imperios de la antigüedad. Y en medio una sola institución tratando de dar coherencia: Roma. Los árabes, a su vez, buscarán dar sentido a su sociedad tan dispersa y se apoyan en el Corán.
Como puede, la Iglesia trata no sólo de recomponer el caos sino de enseñar desde el siglo tercero en que Constantino dejó de perseguirla.
Esto crea malestar en algunos sectores de los pueblos. Pero son grupos aislados. Hacia el siglo quince se hacen más acentuados los esfuerzos por comunicarse directamente con Dios, prescindiendo de la jerarquía eclesiástica “Por esta vía el cristiano, al buscar una relación directa con Dios, encuentra su propia autonomía espiritual que le libera de la sujeción respecto a la jerarquía eclesiástica y a la rígida letra de la Revelación”. No faltan grupos que se separan de la Iglesia y se organizan por la libre. Los holandeses se agrupan de manera autónoma y se les conocerá como “Los Hermanos de la Vida Común”.
dibujos prehistóricos de la tribu hopi(norteamerica)
Al mismo tiempo una congregación de canónigos regulares se asimilan a los agustinos de la Iglesia y producen su texto espiritual conocido desde entonces como la Imitación de Cristo (Kempis, 1387).
Muchos son sinceros en sus iniciativas partiendo desde una base religiosa rumbo al Humanismo. Es decir un territorio donde puedan expresarse libremente las preferencias culturales.
Otros son aprovechados por los que piensan de manera diferente y se “montan” en esas iniciativas de independencia “Los loardos recogieron sus teorías, aceptando algunos de sus aspectos más audaces, pero no lograron imponerse en Inglaterra, aunque, sobre todo al principio, les apoyaron poderosos miembros de la nobleza”, encontramos en la bibliografía citada.
También es el tiempo que se acentúa una inquietud en el seno mismo de la Iglesia. Quiere reproducirse el esquema que se está dando en la jerarquía civil y es una asamblea de representantes de la burguesía (todavía con fuertes tintes de feudalismo) que se resiste por la supremacía del soberano. Y en el interior de la Iglesia empezó desde entonces a considerase la disyuntiva de ¿Pontífice o Colegio Cardenalicio? O ambos. Se revisan las Escrituras y se vuelven a encontrar a Pedro y a los apóstoles...
El caso es que afuera, entre los señores feudales, explotadores y esclavistas de los pueblos, se rechaza la “Iglesia como es”. Se suspira por la “Iglesia cristiana primitiva.” Ello encierre una vocación escatológica de cuando los cristianos eran arrojados a los leones. En esta fórmula de suspirar por “la Iglesia primitiva” subyace la idea sublimada de cuando el imperio romano perseguía a los cristianos.
Es una eterna tentación, por no decir obsesión, eso de la “Iglesia cristiana primitiva”.
No hay que olvidar que siglos más tarde, ya en el seno mismo de las iglesias protestantes, se seguirá suspirando en “como debería ser la Iglesia”. Entonces protestantes protestarán, ya no contra Roma, sino contra protestantes. Cansados de la intolerancia religiosa de los protestantes de Inglaterra, un grupo de protestantes surcarán los mares, lejos, lo más lejos que pueden del Viejo Continente, en busca de la libertad religiosa. Son los que llegarán a fundar las primeras 13 colonias del noreste de América, de lo que, andando el tiempo, serán los Estados Unidos. Ahí empezaron su propia historia religiosa y en ocasiones repitieron los errores y excesos de los que venían huyendo.
Como sea, Cristianismo y Humanismo, éste con su posterior definición de laicismo cultural, son los extremos de una misma cosa que componen lo que de manera genérica se llama “cultura occidental”. Laicismo cultural y cristianismo son dos grandes dínamos que enriquecen la existencia de los pueblos y ponen en movimiento la vida misma. Creer que el Humanismo y laicismo partieron de cero es creer en la generación espóntánea, no en la causalidad. Son dos extremos opuestos que se complementan. En esta práctica dialéctica los argumentos en ocasiones se exacerban y llegan a las pasiones y de las pasiones a las revoluciones armadas, al pensamiento asesino y a la deformación y otra vez al caos. Y de nuevo es necesario recomponer el caos.
Desde el siglo dieciséis los mexicanos fuimos incorporados, espada en mano, a este torbellino de ideologías encontradas. Bajo amenaza cumplida de muerte en la hoguera al mencionar siquiera las ideas originales del mundo mesoamericano. De pronto los incas, los ranqueles, los mexicas, los pieles rojas, los navajo, los yumas, los chilcotin, los cheyenne, los chippewa, los dakota, los Ottawa,los olmecas, los mayas, los teotihuacanos,los mosquito, los hopi…no existieron jamás.¿Podría alguien pensar que los etruscos, los griegos, los romanos, los iberos, los isralitas, los egipcios, los babilonios, jamás existieron? De ese tamaño es el absurdo.
De ahí que en México conocemos más a Virgilio que a Nezahualcoyotl. Leemos más el Quijote de la Mancha que el Popol Vuh. Sabemos más de Salustio que de Chimalphain. Nos es más familiar la Ética de Aristóteles que Filosofía Nahuatl de Miguel León Portilla…
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