Caminata contra el síndrome de la inactividad. Entrada al pueblo de Cerezo. |
Nosotros creeemos que la biología tiene un plan secreto para eliminarnos ( y dar cabida a las nuevas generaciones). Nos hace creer que con la ley del menor esfuerzo nos protegemos acumulando energías para ocasiones especiales. Eso estaría bien para cuando eramos recolectores- cazadores. En la ciudad exageramos esa economía de esfuerzo y resulta al revés. Al sedentarismo pernicioso la medicina ahora le llama "patología de la inmovilidad".
Mientras escribo estas líneas veo en la pantalla de la teletonta que los gobiernos están alarmados por la elevada cantidad de gordos que hay en el planeta: una tercera parte de habitantes del mundo. Es decir: dos mil millones. Los del primer mundo porque han abusado de la ingesta de grasas y los países, como México, por la manera desordenada de comer fritangas y su enorme afición a las bebidas endulzadas.
Sector León Alado ( valle Diego Mateos)-Monjas. |
El punto junto a la cota 2,700 corresponde a la pared de Las Goteras.Siguen, hacia la izquierda, La Colorada,la Cueva del Muerto y Las agujas.
Las zonas de rojo son los lugares situados en los 3,000 m.s.n.m.
De la palabra Estanzuela a la letra P de Peña las Monjas son 3 kilómetros en línea recta del plano.
El paso hacia la izquierda antes de Las Monjas
Creo que es pertinente consignar algunas frases de H.D.Thoreau, poeta y gran amigo de Emerson, respecto del viejo arte de caminar. Su trabajo se llama así: Pasear.
“A veces, cuando me acuerdo de tantos mecánicos y comerciantes que están en sus tiendas no sólo toda la mañana sino también toda la tarde, sentados con las piernas cruzadas, como si estas estuvieran hechas para sentarse y no para estar de pie o caminar, pienso que tienen mérito que no se hayan suicidado hace tiempo…Si (yo) no pasara al menos cuatro horas al día errando por los bosques, las montañas y los campos, creo que no podría conservar la salud ni el ánimo”.
Camino Pachuca- Cerezo. Conocido en el siglo diecinueve como "Atajo de humboldt". En la foto Leopoldo Nava
Cuando la carretera a Chico sólo llegaba al valle de Las Ventanas.La roca del fondo es el Muñeco.
Camino a Cerezo por el Atajo de Humboldt
Con la intención de facilitar las cosas damos algunas noticias de esta travesía.
Es por el barrio del Arbolito, al norte de la ciudad, bajo la falda oriental del cerro San Cristóbal. Pueblo Cerezo, Valle de Las Ventanas, Valle del León Alado, antes de llegar a Las Monjas descender un poco a la izquierda hasta el lado norte de un valle alargado, descenso hacia el oeste y luego norte hasta llegar a la carretera que lleva al pueblo Capula.
LA LÍNEA ROJA CONTÍNUA MARCA LA TRAYECTORIA DE LA TRAVESÍA PACHUCA- SAN JOSÉ TEPENENÉ
Al fondo la presa bella Jaramillo o de El Tejocote, arriba de Cerezo.En la foto Leopoldo Nava
Al fondo la pared norte de Las Goteras Omar A. A., en el camino a Capula (en el tramo Cueva del Muerto - Los Panales) 7 de marzo 2016. Foto de Armando A.G. |
Aquí termina la travesía procedente de Pachuca. O empieza, si se hace en sentido contrario. La otra variante es descender de San Jerónimo hacia Actopan. |
Templo de San Jerónimo, el final de la larga ascensión de ese día.
De Capula se sigue el camino en dirección oeste, se llega a una vieja mina abandonada. Aquí se inicia el ascenso (hacia el noroeste) de la prolongada cuesta que lleva al pueblo de San Jerónimo, en lo alto de la sierra, en el corazón mismo de lo que en el alpinismo conocemos como “Región de los Frailes”. En los círculos geológicos del siglo diecinueve se le conocía como “Los Órganos de Actopan”. De aquí se desciende hacia el suroeste. La travesía termina en San José Tepenene, en la carretera Pachuca- Actopan.
Pero puede realizarse esta travesía en sentido inverso al descrito: San José Tepenene-Pachuca
Se realiza un vivac, o dos, mejor
El bello paisaje de la Sierra de Pachuca siempre estará ahí, para el humano sensible que sepa ir a su encuentro.
Los nombres de sus ilustres personajes de la Academia, de sus políticos en general, los militares y sus comerciantes, que llenaron una época, acabarán borrándose de la memoria de los pueblos.
Ese paisaje, árido del oeste, verde cercano del norte y su lejanía azul, se conservará igual para las generaciones de montañistas, y demás gente, que están por venir en los tiempos inmensurables.
Ahora que las ciudades han crecido tanto, y Pachuca no es la excepción, algunas patologías han aparecido atrofiando tanto los sistemas fisiológicos como los estados emocionales del hombre y la mujer: sedentarismo y estrés, para sólo mencionar un ejemplo de cada caso.
Nada como vagar por los bosques y los valles para eludir, en lo posible, la peligrosa practica de la “polifarmacia”, como la ciencia médica ha señalado a la práctica de ingerir pastillas, sobre todo en la gente de edad avanzada. Y, ya por esto, nada más, vale la pena agarrar la mochila y empezar a ascender en dirección a los bosques y valles altos.
Los habitantes de la ciudad de Pachuca ocupan, geográficamente, un sitio privilegiado como pocos lugares. Bastan quince minutos, de caminar, a partir del Reloj, o a lo más una hora, para pisar ya los primeros lugares de la ladera montañosa.
En el extremos sur de ese mismo Valle (Cuenca) de México, en la ciudad del mismo nombre, es necesario hacer un torturante viaje en trasporte para alcanzar los primeros bosque, ya sea hacia el Ajusco, en el sur, Los Dinamos de Contreras, en el oeste y más, mucho más, para las montañas del este.
Ir a los bosques montañosos llena, sobre todo, una necesidad más elevada que el mero ejercicio físico. Emerson, enamorado de la naturaleza, dice: “ La naturaleza llena una necesidad más imperiosa del hombre, es decir, el amor a la Belleza…La naturaleza es medicinal y restaura el tiempo y la inteligencia cuando se encuentran cansados por el trabajo o la compañía.”
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